jura y cid

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    Mercedes Vaquero

    El cantarde la Jura de Santa Gadea y la tradicindel Cid como vasallorebelde

    Como ya han demostrado Jules Horrent y Bernard Reilly, la

    "Jura de Santa Gadea" no es un episodio histrico.1

    Es opiningeneral en la crtica que se trata de una compositin potica cortacompuesta hacia 1200.2Si era o no parte de una composicin mslarga es an cuestin de debate. En su estudio, Horrent considera laposiblidad de que la jura fuera un romance (lo que reafrmara laantigua teora de los romances tempranos), pero se inclina adescartar tal hiptesis y a sospechar que era parte de un cantar degesta. Roger Wright, sin embargo, no cree que fuera parte de uncantar pico de mayor extensin, pues, como en otros casos por lsealados, podra tratarse de algo como un "protorromance."3BrianPowell, apoyndose en el trabajo de Wright, opina que el origen del

    1

    Jules Horrent, "La Jura de Santa Gadea: Historia y poesa" en Studiaphilologica: Homenaje ofrecido a Dmaso Alonso(Madrid: Gredos, 1961) 2:241-65. Bernard F. Reilly, The Kingdom of Len-Castilla under King AlfonsoVI, 1065-1109 (Princeton: Princeton University Press, 1988) 71.

    2 Ramn Menndez Pidal, "Poesa popular y romancero. I: 'En SantaGadea de Burgos,'"Revista de filologa espaola 1 (1914): 357-77 y JulesHorrent, "La Jura," demostraron la existencia de varias tradiciones del dichocantar y su relacin con otros cantares picos. Horrent fue quien fech el poemaalrededor de 1200. Louis Chalon ha estudiado el episodio en "La 'Jura de SantaGadea' dans l'pope castillane et la littrature espagnole" enLa chanson de gesteet le mythe carolingien. Mlanges Ren Louis (Saint-Pre-sous-Vzelay: MuseArchologique Rgional, 1982) 2:1217-23, y enL'histoire et l'pope castillanedu moyen ge: Le cycle du Cid; Le cycle des comtes de Castille,NouvelleBibliothque du Moyen Age 5 (Paris: Champion, 1976) 283-86, 329-32,339-40y 345, pero no ha aadido nada nuevo respecte a Horrent.

    3 "How Old is the Ballad Genre?,"La Cornica 14 (1985-86): 251-57.De importancia para la argumentation de este trabajo es la respuesta de SamuelArmistead al artculo de Wright: "Encore les cantilnes!: Prof. Roger Wright'sProto-romances "La Cornica 15 (1986): 52-66.

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    episodio de la jura en la Crnica de Castillo. (CrC)la que msasonantes contiene de todas las crnicasseguramente fue un

    poema corto.4

    El hecho de que los versos finales del romance "En SantaAgueda de Burgos" (conservado en la Biblioteca Britnica y escritoen letra de finales del siglo XV o principles del XVI [RomanceMS.]) coincidan con los del exordio delPoema de Mio Cid hizocreer a Menndez Pidal y a Horrent que la jura fue creada paraenlazar distintos episodios de la vida del Cid en un cantor cclicotardo.5

    Las coincidencias entre estos textos y la versin que la CrCofrece sobre el destierro del Cid han planteado una serie de difciles

    problemas sobre la relacin entre ellos. Samuel Armistead piensaque a finales del siglo XV o principios del XVI, an circulaban en latradicin oral los famosos versos iniciales del Cantar de Mio Cid, si

    bien los cronistas utilizaron una *Refundicin del Cantor de MioCid.

    6

    Recientemente, Giuseppe Di Stefano ha estudiado todosestos textosy en particular, las cualidades artsticas delRomanceMS. de la juraaportando nuevas y valiosas observaciones.7Algunas de ellas ponen en tela de juicio las opiniones de MenndezPidal y Horrent sobre el hecho de que el romance de la jura fuera

    4 "The Opening Lines of thePoema de Mio Cid and the Crnica deCastillo," Modern Language Review 83 (1988): 342-50.

    5Vanse sus artculos "Poesa popular" y "La Jura."

    6"The Initial Verses of the Cantar de Mio Cid" La Cornica 12 (1983-

    84): 178-86. Powell, enEpic and Chronicle: The "Poema de Mio Cid" and the"Crnica de Veinte Reyes" (London: Modern Humanities Research Association,1983) 163, tambin crea que el origen de este espisodio era "a revised version ofthe first 'cantar,'" pero recientemente ha descartado tal posibilidad, inclinndose a

    pensar, como ya dije, que deriva de un poema corto. Vase "The OpeningLines."

    7"Los versos finales del romance 'En Santa Agueda de Burgos,'"

    Homenaje a Eugenia Asensio (Madrid: Credos, 1988) 141-58.

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    parte de un cantar de gesta y que no procediera de un romanceaislado. De hecho (aunque nos advierte sobre la compleja mecnicade la tradicin romancstica) sus conclusiones parecen estar de

    acuerdo con las ideas de Wright y de Powell.8

    El crtico italiano, alobservar la perfeccin delRomance MS., apunta la posibilidad deque alguna mano erudita lo hubiera retocado:

    No creo que se fuerce el texto al constatar que aqu no hayrastro de la angustiosa mirada del Cantar, sino ms bien eldetalle de una obvia y casi dira burguesa precaucin de dejar

    bajo llave los palacios y ajuar. Sea cual sea la interpretacin,es indiscutible que las puertas... cerradas y los alamudesechados son el contrario exacte de lo que describe el v. 3 delCantar; la inversin es tan perfecta en su simetra que dudaraen considerarla casual. (148)

    Frente a las opiniones de Armistead, Di Stefano comenta:

    [E]l Romance MS. atestigua s el exordio del Cantar perocomo modelo negado, y de un Cantar esencialmente idntico alque nos ha llegado; una refundicin que contuviera los mismosversos del eplogo delRomance MS. sria un "Cantar de MioCid" que no s imaginar. Tngase en cuenta que, segnnuestra documentatin actual, la inversin de signos es rasgoexclusive delRomance MS.', la desconoce incluse la Crnicade Castillo, que con el texto del Romance tiene conexionesevidentes en la zona de la jura y en el perfil agresivo delvasallo... (150)

    Di Stefano parece concluir que el poemita de la jura tuvo vida

    independiente de los cantares picos y que las asociaciones con otrosromances cuyos protagonistas tambin son vasallos rebeldes sontpicas de los mecanismos del gnero de estos ltimos.

    El estudio de Di Stefano no ha dado respuesta completa atodos los problemas que el cantar de la jura plantea al haber sido

    8 Di Stefano recuerda a Wright y a Powell que la teora de los

    "romances" tempranos no es nuevaToms A. Snchez y otros ya hicieronreferencia a ellay tambin, que respecto a las crnicas "y a las esfingeassiluetas poemticas que ellas abrigan, el Romancey una vez ms elromancerose afirma como 'otra cosa'" (157).

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    incorporado en las crnicas alfonses. A pesar de que los cronistasalfonses se empean en encajarlo como eslabn disonante entre losepisodios del cerco de Zamora y del destierro del Cid, es posible que

    perteneciera a algn cantar de gesta, fuera del hipottico poematardo que una varios cantares. Esta hiptesis, como ya se hasealado, ha sido adelantada por varios crticos. Las distintasopiniones, en forma resumida, son as: por un lado, Menndez yPelayo, Menndez Pidal y Carola Reig consideraban verosmil quefuera el eplogo del Cantar de Sancho II y cerco de Zamora;9porotro, Julio Puyol y Alonso se inclina "a pensar que la jura en SantaGadea no figur en el primitive Cantar de Zamora, sino que es uncantar de los deMio Cid y quiz de los que fguraban en la parteperdida delPoema"10

    Horrent, basndose en el testimonio de las crnicas alfonsesy elPMC, no acepta ninguna de estas dos posibilidades:

    [I]deolgicamente, no se encaja bien el episodic de la juracomo final del cerco de Zamora ni prlogo del destierro delCid. La sospecha que a D. Alfonso infunde la jura ladesconoce del todo el cantar del cerco, en el que con intentoconciliador est concentrada en Vellido Adolfo la entera culpadel crimen, con exculpacin de los zamoranos, hasta cierto

    punto de Doa Urraca y sobre todo sin el menor indicio desospecha contra el desterrado de Toledo La traditin bsicade la jura difiere de la del cerco. Lo mismo ocurre con el cantardel destierro del Cid. ("La Jura" 263)

    Frente a las opiniones de Horrent, Charles Fraker cree que la"'jura' narrative is compatible with an older Sancho poem on two

    9Marcelino Menndez y Pelayo,Antologa de poetas lricos castellanos

    (Madrid: Editora National, 1944) 6:308. Menndez Pidal,La epopeya castellanaa travs de la literatura espaola, 1945 (2a ed. Madrid: Espasa Calpe, 1959) 66-67. Carola Reig,El cantar de Sancho II y cerco de Zamora, Revista de filologaespaola, Anejo 37 (Madrid: CSIC, 1947) 54-55.

    10 Cantar de gesta de Don Sancho II de Castilla (Madrid: VictorianoSurez, 1911) 28.

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    premises, that such a poem made Urraca guilty, and that it did nottotally deny Alfonso's complicity."11

    Si partimos de la hiptesis de que los cantares de gesta,como los romances, tambin pertenecen a la traditin oral, no serade extraar el concebir que de un poema pico circularan variasversiones a un mismo tiempo. El caso ms claro donde estefenmeno se puede observar es el del Sancho II y cerco de Zamora,donde me parece haber rastreado una version pro-zamorana en laque Urraca y sus sbditos son inocentes, y otra pro-castellana,donde el Cid tiene un papel dominante y los culpables del regicidiono son slo Urraca y los zamoranos, sino tambin Alfonso.12Deser cierta esta hiptesis, el cantar de la jura s podra haber sido elcierre del cerco de Zamora, pues contribuira al agrado de los odosen Castilla y sera molesto en Len.

    En este trabajo quisiera explorar un poco ms cmo era elcantar de la jura en diversas pocas a travs de su incorporatin endistintas crnicas y su relatin con los romances. Tambin intentartratar otra cuestin que hasta el momento ha sido poco investigada:averiguar si la caracterizacin del Cid como vasallo extremadamenterebelde es o no es particular de la jura en el siglo XIII.

    En la historia de Sancho II de la Primera crnica general(PCG), la caracterizacin de Urraca es bastante ambigua: se insinasu implicatin en el fratricidio y como resultado de ello, la inocenciade los zamoranos no queda del todo aclarada. Es decir, que parecedarse preferencia a una versin pro-castellana del Cantar de Sancho

    II y cerco de Zamora. Tambin, en casi toda la historia, el Cid

    aparece como un vasallo sumiso y leal y se hace una apologa de lasrelaciones entre vasallo y rey, abogando siempre por una afirmacinde la monarqua. Algunos pasajes de los historiadores alfonses sinembargo revelan a un Cid distinto, como en el siguiente ejemplo delMS. F de laPCG (Bibli. Salamanca 2628, antig. Palacio 2-E-4),

    11 "Sancho II: Epic and Chronicle,"Romania 95 (1974): 467-507,473.

    12 Para ms informatin sobre estas dos tradiciones, puede consultarsemi trabajo Tradiciones orales en la historiografa medieval de fines de la EdadMedia, The Hispanic Seminary of Medieval Studies, Spanish Series 55(Madison, Wisconson: H.S. M. S., 1990): 73-76.

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    donde Sancho manda al Cid a decirle a Urraca que le entregueZamora:

    Et el Cid besle enfones la mano et dxole: "Seor, para otrosera tal mandado como este de levar mas para m es guisado,ca yo fui criado en amera do me mand criar vuestro padrecon dofa Urraca en casas de don Arias Gonalo, et conosco adon Arias et a todos sus fijos, et por esto far muy de gradoeste mandado." Et ridise entones el Cid et fuse paraamora.. .13

    Por un lado, varios puntos de la historia de Sancho parecenindicar que fue retocada por los cronistas alfonses para mejoracoplarla a su ideologa.14Por ptro, es probable que los pequeosepisodios discordantes de ciertos manuscritos se deban amomentneos recuerdos de los amanuenses de otra versin de la

    historia.

    El cantar de la jura slo poda pertenecer a la traditin picaanti-leonesa y en l, como ya se seal, aparece un Cid altanero yrebelde. A un intento de acomodar esta caracterizacin del hroecastellano con la historia de Sancho II y con la del propio Cid quesigue a continuacin, creo que se debe la omisin en la PCG deciertos comentarios. Uno de ellos sera el siguiente que recoge laCrnica de once reyes (CrOR): "Agora veredes grand atrevimientodel vasallo de querer atreverse juramentar a su seor tan

    13La cita est sacada de la edicin de Reig,El cantar 240. El subrayado

    es mo. En las citas de textos antiguos emplear siempre acentos y puntuacinsiguiendo el procedimiento que se usa modernamente.

    14D. G. Pattison, enFrom Legend to Chronicle: The Treatment of

    Epic Material in Alphonsine Historiography, Medium Aevum Monographs,New Series, 13 (Oxford: The Society for the Study of Mediaeval Languages andLiterature, 1983), seala que el motive de algunas de las omisiones de laPCGrespecte a la CrC es debido a un intento de restar importancia a toda creenciasobre la complicidad de Urraca en el asesinato de Sancho (105). Algunas de lasobjeciones sealadas por Samuel Armistead al libro de Pattison, en su artculoresea "From Epic to Chronicle: An Individualist Appraisal,"Romance

    Philology 40 (1987): 338-59, son de gran relevancia para la argumentatin deeste trabajo, especialmente aqullas de las pp. 349-50.

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    bravamente."15La jura tambin aparece de forma resumida en elChronicon mundi y De rebus Hispaniae y aunque los historiadoresalfonses utilizaron ambas obras para el episodio, es obvio que

    tambin dieron entrada a un texto potico en lengua verncula, sibien desrimndolo para mejor encajarlo con la prosa historiogrfca.La Crnica de Castilla, sin embargo, deja de lado la ambivalenteversin de las otras crnicas alfonses para dar mayor cabida a lahistoria oral potica. Los restes de asonantes en -o, -e y -orevelan su inclinacin a seguir directamente el texto potico.16

    El conde de Barcelos en la Crnica de 1344 (Cr1344),siguiendo seguramente la Crnica de Castilla,17acorta esta escena: elCid toma la jura a Alfonso y a los vasallos de ste una sla vez y notres como en otras crnicas.18El autor, sin embargo, no se inclina,como sucede en laPCG, a omitir la respuesta altanera del Cid ante lasaa del rey: "Per como vos me fezerdes mercee, ca !outras terras

    15 A esta crnica se le suele denominar "Crnica de veinte reyes." Parael episodio de la jura empleo la edicin del mismo de Luis Filipe Lindley Cintra,Crnica gral de Espanha de 1344 (Lisboa: Academia Portuguesa da Histria,1951-1961) 1: 445.

    16 No incluyo la cita por su longitud y porque ya ha sido editada pormuchos, como Diego Cataln ("Poesa y novela en la historiografa castellana delos siglos XIII y XIV,"Mlanges offerts Rita Lejeune [Gembloux: Duculot,1969] 1: 423-41), Pattison (From Legend 105-106) y Di Stefano ("Los versosfinales").

    17Sobre este punto, consltense Powell,Epic and Chronicle 45 y

    Pattison,From Legend 112.18 Para Horrent, "el cotejo de las diversas restauraciones poticas

    [recogidas en distintas crnicas] manifiesta a las claras que cada una representauna versin particular, lo que infunde la presuncin de que hubo sobre el episodiode la jura una tradicin juglaresca mltiple" ("La Jura" 261). Di Stefano ofreceun detallado informe sobre cmo las distintas crnicas acortan el episodio de lajura, y seala que "esta fuerte concentracin y las omisiones surten el efecto dedarnos una sbita explosin de la ira de Alfonso y un aumento de la tensindramtica; pero tambin insinan cierta ambigedad sobre la perfeccin y eficaciade la jura e incluso sobre el hecho mismo de haber sido aceptada por el rey."Asimismo seala que, en el Romance MS., "Alfonso no jura, la frmula le espresentada una sola vez" ("Los versos finales" 154-55).

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    soldadas dam aos fidalgos e assy far a m" qu! me quiser porvasallo."19Un detalle importante de esta crnica es que a Alfonsono le cambia el color al hacer la jura.

    Como Edward Peters ha demostrado, la jura es una de lasformas ms comunes de ordala.20 En algunos casos, pararealizarla, se acuda a santuarios o lugares sagrados y se juraba juntoa reliquias. Si el acusado mostraba algn cambio fsico, como elcambio de color, era claro que era culpable. El hecho de que en lasotras crnicas alfonses el monarca leons mudara de color es unaclara seal de su culpabilidad. La omisin por parte del cronistaportugus tal vez se deba a un deseo de no inculpar a Alfonso VI enel asesinato de su hermano.

    Al final del encuentro en Santa Gadea, se comenta en laPCG(cap. 845)recogido tambin en la CrOR (445): "Despus que la

    yura fue tomada et acabada, quiso Roy Daz el id besar la mano alrey don Alffonsso; mas non gela quiso dar."21Este comentario meparece ser un aadido de los historiadores alfonses. Es muyprobable que en la versin tradicional de la jura conocida por loscronistas, el Cid se negara a besarle la mano a Alfonso, pues en laCrC ste le amenaza diciendo: "oy me juramentades, e crasbesaredes mi mano," y tambin, algo similar se encuentra en losromances antiguos.22La razn por la cual los historiadores

    19 Crnica geral de Espanha de 1344, Luis Filipe Lindley Cintra, ed.(Lisboa: Academia Portuguesa da Histria, 1961) 3:407.

    20

    The Ordeal,publicado originalmente como parte III de Superstitionand Forcepor Henry Charles Lea en 1866 (Philadelphia: University ofPennsylvania Press, 1973).

    21 Para las citas de laPCG, a menos de otro aviso, empleo la edicin deMenndez Pidal,Primera crnica general que mand componer Alfonso el Sabioy se continuaba bajo Sancho IV en 1289, 1906 (2a ed. Madrid: SeminarioMenndez Pidal y Gredos, 1955) 2:519.

    22 Para las citas de la CrC utilize el MS. G (Biblioteca de El EscorialX-I-11), f. 153r. En el Romancero general, o coleccin de romances castellanosanteriores al siglo XVIII, ed. Agustn Durn, Biblioteca de Autores Espaoles,10 (Madrid: Rivadeneyra, 1877), slo hallamos, por ejemplo, los siguientescomentarios: "Mucho me afincis, Rodrigo, / en lo que no hay que dudar, / cras

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    alfonses hacen esa enmienda, en la que aparece el Cid deseandobesar la mono al rey, se debe al intento de adaptar una historia delhroe castellano donde es caracterizado como vasallo rebelde con las

    historias de Sancho II (que acaban de narrar) y las del propio Cid(que vienen a continuacin) donde el Cid es presentado comovasallo sumiso y respetuoso con la monarqua.

    En uno de los romances de la jura se establece una claraconexin entre este episodio y otros cantares del ciclo del Cid dondese le presenta como hroe rebelde:

    pero all hablara el rey malamente y enojado:"Muy mal me conjuras, Cid, Cid, muy mal me has conjurado, mas hoy me tomas la jura, maana me besars la mano.""Por besar mano de rey no me tengo por honrado,porque la bes mi padre me tengo por afrentado."23

    En lasMocedades de Rodrigo y el romance sobre la juventuddel hroe "Cabalga Diego Lanez," aparecen versos esencialmenteidnticos:

    Alleg don Diego Lanez al rey bessar le la mano.Quando esto vio Rodrigo, non le quisso bessar la mano.Rodrigo finc lo ynojos por le bessar la mano.El espada traa luenga, el Rey fue mal espantado.A grandes bozes dixo: 'Tirat me all esse peccado."Dixo estone don Rodrigo: "querra ms un clavoque vs seades mi seor, nin yo vuestro vasallo.

    besarme his la mano, / si agora me hacis jurar" (romance n. 808, procedentedelRomancero de Lorenzo de Seplveda, si bien Durn lo recoge delRomancerode Juan de Escobar); "Muy mal me conjuras, Cid! / Cid, muy mal me hasconjurado! / Porque hoy me tomas la jura / a quien has de besar mano" (romancen. 811, procedente del Cancionero de romances impreso en Amberes sin ao);"Cid, hoy me tomas la jura, / despus besarme has la mano" (romance n. 812,procedente de laRosa espaola de Juan de Timoneda y recogido tambin en elRomancero de Juan de Escobar). Y en el Romance MS.: "Mucho me aprietasRodrigo; / Rodrigo, mal me as tratado; / mas oy me tomas la jura / cras mebesars la mano" (ed. Menndez Pidal, "Poesa popular" 363).

    23El romancero viejo, ed. MercedesDaz Roig, Letras Hispnicas, 52(12a ed. Madrid: Ctedra, 1988) 149.

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    Porque vos la bess mi padre soy yo mal amanzellado."24

    [Rodrigo] con una voz alterada contra el rey as ha hablado:

    "Por- besar mano de rey no me tengo por honrado,porque la bes mi padre me tengo por afrentado."(ed. Daz Roig, "Cabalga Diego Lanez" 135)

    25

    Es obvio que el cantar de la jura de Santa Gadea perteneci alciclo del Cid donde se le presenta como vasallo rebelde, y por ellono veo extraas las palabras altaneras del Cid, o que la inclusin delos cuatro ltimos versos citados del romance de la jura se justifquemediocremente.26Tampoco creo necesario explicar que el destierrodel Cid con que acaban algunos romances de la jura sea ajeno alcantar primitivo de la jura, o resultado de un intento de combinar losdiferentes episodios de la vida del Cid.27La version del Cancionerode romances impresa en Amberes sin ao termina as:

    "Vete de mis tierras, Cid, mal cavallero provado,y no vengas ms a ellas dende este da en un ao.""Plzeme, dixo el buen Cid, plzeme, dixo de grado,

    24 Mocedades de Rodrigo, Alan Deyermond, ed.Epic Poetry and theClergy: Studies on the "Mocedades de Rodrigo" (London: Tamesis, 1969) 243.

    25Muchos crticos han sealado esta similitud. Vase por ejemplo el

    comentario de Agustn Durn en su edicin delRomancero general, 525. Paramayor informacin sobre esta cuestin pueden consultarse el trabajo de DiStefano, "Los versos finales," y tambin, el artculo de Thomas Montgomery,"LasMocedades de Rodrigo y los romances,"Josep Maria Sol-Sol: Homage,

    Homenaje, Homenatge (Barcelona: Puvill, 1984) 2: 119-33. Subscribo sinreservas a las siguientes conclusiones de Montgomery: "Las discrepancias quellevaron a Menndez Pidal a identificar a dos poetas autores delMio Cid, nosdejan todava con dudas; lo cierto es que el poema es de carcter mixto, y que sitiene autor o autores, en el sentido moderno de esa palabra, ellos se basaron enformas y materias preexistentes. Aunque lasMocedades es obra muy distinta de

    Mio Cid, hay que tener presente la diversidad de sus orgenes al elaborar teorassobre la creacin de este gran poema" (133).

    26Esta es la opinin de Paul Bnichou, Creacin potica en el

    romancero tradicional (Madrid: Gredos, 1968) 25-26.

    27Como lo piensa Menndez Pidal, "Poesa popular."

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    por ser la primera cosa que mandas en tu reynado:t me destierras por uno yo me destierro por quatro."Ya se parte el buen Cid sin al rey besar la mano,

    con trezientos cavalleros, todos eran hijos dalgo,todos son hombres mancebos, ninguno no ava cano,todos llevan lana en puo, y el hierro acecalado,y llevan sendas adargas con borlas de colorado,mas no le falt al buen Cid adonde asentar su campo.

    28

    Con esta salida del Cid de forma violenta y acompaado detrescientos hidalgos tambin termina el romance "Cabalga DiegoLanez":

    En diciendo estas palabras salido se ha del palacio,consigo se los tornaba los trescientos hijosdalgo.Si bien vinieron vestidos, volvieron mejor armados,y si vinieron en mulas, todos vuelven en caballos.(ed. Daz Roig 135)29

    El profesor Di Stefano ha estudiado detalladamente los puntoscomunes del perfil agresivo del Cid en los romances, la CrC, y las

    Mocedades de Rodrigo y parece concluir que en los primeros sondebidos a la adopcin mecnica de frmulas descriptivas. Asimismocree que:

    [A] lo largo del siglo XIII a la tradicin cidiana bien expresadaen el maduro hroe del Cantar de Mio Cid fue sumndosematerial potico siempre ms novelesco sobre una adolescenciaturbulenta y agresiva de un Rodrigo a veces hasta rampln.... Baste con remitir a romances tan conocidos como "Cavalga

    28Ed. facsmil de Ramn Menndez Pidal, (Madrid: Grfica Comercial,

    1945) ff. 154v-155r.

    29La frmula "si vinieron en mulas, todos vuelven en caballos" es

    similar a la de "vos vens en gruesa mula, yo en un ligero caballo" (ed. DazRoig 123) del romance "Castellanos y leoneses" donde claramente se presenta aFernn Gonzlez como vasallo rebelde. (Cfr. Bnichou,Creacin potica 22-23;Montgomery, "LasMocedades" 128-30; Armistead, "From Epic" 344-45 y DiStefano, "Los versos finales" 152-53, entre otros).

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    Diego Lanez," "Cada da que amanece," "Rey don Sancho, reydon Sancho,"... "En las almenas de Toro" ...

    30

    Tanto Bnichou como Di Stefano han notado lo mal justificada queest la inclusin de ciertos versos en los romances sobre el Cidrebelde.31Bnichou parece dar a entender que este fenmeno delromancero se debe a que, en la memoria de quienes loscompusieron, no estaba presente el conjunto completo de todos lostextos picos ni lo que los diferentes subciclos representaban (37-39). Di Stefano, siguiendo la lnea de Bnichou, cree que estenuevo perfil del Cid proviene de asociaciones memoriales con otrassecuencias y distintos modelos de textos y de hroe, y que esadems tardo o posterior al perfil de vasallo ejemplar del PMC.Powell tambin encontr una gran semejanza entre esta nuevacaracterizacin del hroe en el destierro y en la jura en la CrC, yseala la posiblidad de una conexin entre las dos:

    Certainly, the insolent Cid of theJura and the Cid of the sceneset on the road between Bivar and Burgos seem related, andthere is a reference to theJura in the description of the King'sanger in the quotation above, [cita de laCrC sobre el destierrodel Cid], although this could easily have been introduced bythe chroniclers without prompting by a source.("The Opening Lines" 349)

    Las apariciones del Cid como personaje rebelde eirrespetuoso con la monarqua son a la vez demasiadas y tandisonantes en las crnicas que es difcil aceptar que fueran productos

    30"Los versos finales" 151. Este "nuevo perfil" no es exclusive de laadolescencia de Rodrigo; tambin lo podemos observar, por ejemplo, en el

    destierro del Cid prosificado en la CrC o en un romance marroqu que msadelante comentar.

    31 Con respecto a Bnichou, vaseCreacin potica (20-24) y algunosotros ejemplos por l comentados en ese mismo estudio. Di Stefano tambinseala, por ejemplo, que en el eplogo de "Cabalga Diego Lanez," Rodrigo "salede escena con un brillante y soberbio squito de trescientos jinetes." El jovenhroe y sus hombres haban llegado a la corte cabalgando mulas y con escasasarmas, pero han salido sobre caballos y mucho mejor armados. En efecto, comosefiala el profesor italiano, "Entre la llegada y salida, en la corte y en el texto,nada ha ocurrido que justifique tal progreso" ("Los versos finales" 152).

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    de los historiadores.32 Asimismo, no se debe descartar tanfcilmente la posibilidad de que provinieran de una tradicin oralpotica armnica propia y de plena consonancia con otras tradiciones

    de vasallos rebeldes.

    Si volvemos al pasaje del cerco de Zamora (arriba citado)donde el Cid va de emisario de Sancho a Urraca, comprobaremosque las historias ficticias de las mocedades de Rodrigo son aqu degran importancia. Ruy Daz le recuerda a Sancho: "yo fui criado enamora do me mand criar vuestro padre con doa Urraca en casade don Arias Gonalo et connosco a don Arias et a todos sus fijos"(PCG 506). Ms adelante, Urraca tambin le recuerda al Cid sucrianza y el papel que tuvo en la corte del rey Fernando: "Cid, vssabedes cmo fuestes criado comigo aqu en casa de don AriasGonalo, et de cmo vos mand el rey don Fernando, mo padre,quando se quere finar que conseissedes a sus fijos lo meior que

    vs pudissedes et sopissedes" (PCG 507). Asimismo, Sancho ledice a su vasallo: "id, vs sabedes cmo vos crio mo padre en sucasa muy onrradamientre et fzovos cavallero et mayoral de toda sucasa en Coymbria quando la gan de moros; et quando se querefinar en Caben, comendvos a todos sus fijos, et yurmosle todosque vos fizissemos algo" (PCG 506). Obviamente estos detallesno derivan de lasMocedades de Rodrigo, pero al igual que en estecantar es patente que el Cid jug un gran papel en la corte deFernando, y que fue su consejero ms importante.

    En el romance "Afuera, afuera, Rodrigo!" queprobablemente deriva de la versin pro-zamorana de Sancho II ycerco de Zamora, tambin se presenta a un Rodrigo bastante

    irrespetuoso, en la misma lnea que el episodio del cerco del MS.Fde laPCG arriba citado.

    En el episodio de las particiones de los reinos de la CrOR,como Powell bien ha notado, tambin se encuentra un atisbo ms de

    32Esta es, por ejemplo, la conclusin global del libro de Pattison(From Legend), quien en ocasiones llega a afirmar que el tono potico de ciertospasajes de la CrCpudiera ser producto intencionado de los cronistas. Vase aeste respecto las objeciones sealadas por Armistead a este libro en "From Epic."

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    este Cid rebelde.33Mientras el rey Fernando yace moribundo ocurrelo siguiente:

    Las gentes del palaio comenronse a dar bozes e a fazer muygrand ruydo. El id ovo muy grand pesar de aquello, e tomsu espada en la mano, e sali fuera a ellos e truxo mal a todossy non a los reyes tan solamentes, amenazndolos muy mal demuerte, dizindoles que estudiesen muy callados e que ningunonon osase entrar al rey fasta que la ynfante doa Urraca oviesetodo lo suyo recabdado. Un ibdadano quiso entones fablar alid, e el id meti mano a su espada e fue para l por le darcon ella, diziendo que sy se non callase as l como todos losotros, que los matara por ende. El Conde don Garca de Cabraquando vio quel id los maltraa as, dxole que faza muy singuisa en traer mal tanto buen fidalgo commo all era ayuntado;el id dxole sy le pesava mucho por aquello que non dara porende nada. All se levantaron luego los vandos, los unos

    llamando Bivar e los otros a los condes de Carrin. El rey donFerrando acord al ruydo que era grande en el corral, e llamlosa todos e dxoles: "Amigos, ruego vos que me non desonrredesen ima de mi vida."

    34

    Los puntos de este episodio sealados por Powell son, en efecto,muy problemticos. El episodio se separa del resto de lasparticiones en la actuacin agresiva del Cid, en la lucha de ste conel conde Garca de Cabra, y tambin en el hecho de que en ningunaotra parte se mencione a Vivar y a Carrin. Como recomiendaPowell, y ms adelante estudiar, hay que buscar los antecedentesde esta historia en el Cantar de Mio Cid.

    La actitud de Urraca ante Rodrigo en el episodic de lasparticiones de la CrOR es parecida a la del cerco que antes coment:

    33"ThePartitin de los reinos in the Crnica de veinte Reyes,"

    Bulletin of Hispanic Studies 61 (1984): 459-71. El trabajo de Powell es desuma importancia, pues en l, entre otras valiosas aportaciones, demuestra laexistencia de un Cantar del rey Fernando.

    34 Edicin de Menndez Pidal,Reliquias de la poesia pica espaola,1951 (2a ed. Madrid: Seminario Menndez Pidal-Gredos, 1980) 248-49. Todaslas citas del episodic de las particiones de esta crnica son de esta edicin.

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    Ella yendo faziendo su duelo, salieron contra ella a reebirlasus hermanos don Alfonso e don Gara e el conde don Gariade Cabra e don Ruy Dias id. Este Ruy Daz le quiso besar la

    mano, mas la infante doa Urraca non gela quiso dar antes ledixo: "id, rugovos que vos pese de mi mal e de miquebranto, e que me ayudedes contra el rey porque non finqueans desanparada, ca bien sabedes vs id que sienpre vos yoam e vos ayud, e nunca vos destorv de ninguna cosa."(246)

    El Cid le promete ayudarla ante su padre. Sin embargo un poco msadelante, cuando llega la primera ocasin, no lo hace.

    Algunos puntos de las particiones no dejan de recordarnos aotras historias de vasallos rebeldes de la pica francesa. Veamosalgunos ejemplos. La situation de las particiones segn la CrOR esbastante catica. Igual que en elRaoul de Cambrai (RC) el ambiente

    es de pasin y brutalidad y el desacuerdo entre los distintospersonajes se debe al reparto de terrenos.35El tema principal delRCes recurrente en el gnero de la chanson de geste; se trata del fraudeal heredero lgitimo. Raoul, al saber que ha sido desheredado,planea vengarse igual que har Sancho en el cantar espaol.Asimismo, encontramos que cuando Raoul le pide al rey su feudo deCambrai, ste le contesta que es tarde porque ya est en poder deotro. Esto es algo parecido a lo ocurre con Urraca y con el mismoCid en las particiones. Urraca llega tarde al reparto y con grandesduelos protesta el olvido de su padre. Rodrigo, cuando se suponaque debiera interceder por Urraca "comen a meter muy grandesbozes e a dezir: 'Seor rey don Ferrando, mucho finco yo maldesanparado de vos!'" (247). El rey alaba al id, pero le contesta:

    "E yo querra vos dar alguna cosa en que bivisedes sy antesvinirades que los reinos oviese partido, mas agora non vos puedodar ninguna cosa" (247). El desconcierto que causa la tardanza delCid en acudir a asistir a Fernando en su lecho de muerte es grande.Los condes don Pedro, don Nuo, y don Gara de Cabra, alrecibirle le recriminan: "id, dnde tardastes tanto?, ca el rey

    35 Charles Fraker est actualmente preparando un trabajo en quedesarrolla la influencia delRaoul de Cambraien el episodio de las particiones, elcual cree pertenecer al Cantar de Sancho II.

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    pregunt mucho por vos e agora yaza por se finar" (247). Cuandoel rey lo ve igualmente le dice:

    "Bien seades venido id, muy leal vasallo, ca nunca el rey talconseiero ovo nin tan bueno commo vs sodes, e dndetardastes tanto?; rugovos pues que aqu sodes venido, queconseiedes sienpre bien a mis fijos ca sey que si vos quierencreer que sienpre sern bien consejados." (247)

    El desconcierto del rey y sus sbditos es justificable ya que losvasallos, y ms an el "mejor consejero," deben acudir al lado de suseor a la primera llamada de ste.

    En otras chansons de geste sobre vasallos rebeldes tambinaparece este motivo. Los Quatre fils Aymon,por ejemplo, comienzacon la tradicional celebracin de cortes de Carlomagno en Pars, a la

    que ha convocado a todos sus vasallos. La intriga es desencadenadapor el enfado del Emperador al ver que de todos slo falta el vasallorebelde Beuves d'Aigremont. El descontento de Carlos estplenamente justificado ya que sus vasallos estn obligados aconcederle ayuda y consejo cuando l lo requiere.

    Curiosamente, este motivo de no acudir a la coite, junto conel de reparte injusto de territorios, aparece en un romance marroqudelCid:

    "Ande habis estado, el Cidi, que a Cortes no habis entrado?La barba trais crecida, y el cabello crespo y cano.""All he estado en las batallas con los moros guerreando.""Villas y castillos, Cidi, me han dicho que habis ganado:dad de ellas al conde Ordez, que, aunque pobre, es buen fidalgo.""Daile de las buestras, Reye, que las abs eredado.Las que yo tengo ganadas mucho m'aban costado,sangre de condes y duques, seores de gran estado.""Prendeile, mis cabayeros, prendeile, mis ijosdalgo."Unos se miran a otros, ninguno que a sido osado,sino fuera el conde Ordez, por su mal se a lebantado;cabesa d'entre los ombros al pie del rey se l'a echado."Ay! mal ayas t, el Cid, mi cabayero pribado,el da que no matas ombre, no te tienes por onrado;Yo te destierro, el Cide, de mis tierras por un ao.""Si me destierras por uno, yo me destierro por cuatro.Por besar tu mano, Reye, no me tengo por onrado;

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    al besrtela mi padre, me senta yo afrentado.Irme he yo de las tus tierras de brbaros y malvados,irme he yo a las de mi padre, de condes y de fidalgos;

    irme he yo de las tus [tiendas] malas y de malos paos."36

    Aunque algunos creen arriesgado rastrear "arqueolgicamente" laherencia tradicional en el romancero oral moderno, tampoco hay quedesvalorarlo excesivamente como la crtica reciente tiende a hacer.37

    Comn de este romance con las otras historias del Cid rebelde de lajura y las particiones son, respectivamente, el destierro del Cid y sudisputa con el Conde Ordez.38

    Ya ha sido apuntado que en el episodio del destierroprosificado en la CrC, el Cid es presentado tambin como vasallorebelde. La causa del enfado del rey es casi idntica a la narrada enla PCG (cap. 850):

    36 Edicin de Bnichou, Creacin potica 15-17.

    37 Sobre esta tendencia de la crtica, vase Diego Cataln, "Hacia unapotica del romancero oral moderno,"Actas del Cuarto Congreso International deHispanistas, Salamanca 1971(Salamanca: Universidad de Salamanca, 1982) 1:283-95.

    38 Cataln discrepa con Bnichou respecte a la interpretacin de esteromance: "Las conexiones del romance con la poesa pica me parecen totalmenteilusorias." Creo que las argumentaciones de Catalan no estn bienfundamentadas: "Contra lo que Bnichou supone, la escena no ocurre en lasCortes de Toledo (delMio Cid y de su *Refundicin,prosificada y novelizada enlas crnicas), ni el conde Ordez, a quien el rey quiere favorecer con parte de lasganancias del Cid, es Garc Ordez, su mortal enemigo. La cita de Lope nosasegura que el conde pobre, pero buen hidalgo es Diego Ordez, el famosoretador de Zamora . . . " ("Memoria e invencin el en Romancero de tradicinoral,"Romance Philology 24 [1970]: 1-25 y [1971]: 441-63,460). La conexinde este romance marroquy sus anlogos de Andalucia, Madeira y Monastir(Yugoslavia)con la tradicin pica ha sido estuidada en detalle por SamuelArmistead, Joseph Silverman e Israel Katz enJudeo-Spanish Ballads from OralTradition. I. Epic Ballads, Folk Literature of the Sephardic Jews 2 (Berkeley:University of California Press, 1986) 187-229. En este mismo trabajo (205-07)tambin se explica que el "conde Ordez" del romance, seguramente, se trata delconde Garc Ordez, "el Crespo de Gran," y no de Diego Ordez como creeCataln.

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    Cuenta la estoria que el rey de Toledo quando oy dezir el grantdapo que ava resebido del id Ruy Daz pesle mucho e

    envise querellar al rey don Alfonso. E el rey quando lo oypesle mucho e estone los ricos ornes que queran mal al idovieron carrera para le buscar mal con el rey, dizindole:"Seor, RuyDaz quebrant la vuestra fe e la vuestra jura e pazque avides con el rey que vos tanto amades. E non lo fizo poral synon porque vos matasen ac a vos e a nos." (CrC, ff.155r-155v)

    Alfonso, al saber esto y como "lo quera mal por la jura que letomara," se fue a Burgos y le mand venir a l. El Cidarrogantemente, como "saba muy bien cmmo era mezclado,...envile dezir que se vera con l entre Burgos e Bivar" (f. 155v). Elencuentro se desarrolla as:

    E el rey sali de Burgos, lleg erca de Bivar. E el id qusolebesar la mano, mas el rey no gela quiso dar e dxolesaudamente: "Ruy Dias, sallid de mi tierra." Estone el iddio de las espuelas a un mulo en que cavalgava e salt en unatierra que era su heredat. E dixo: "Seor, non est en vuestratierra, e ante est en la ma." E dixo el rey estone muysaudamente: "Salidme de todos mis regnos syn otroalongamiento ninguno." E dixo estone el id: "Seor, dadme

    plazo de treynta das como es derecho de fijos dalgo." E ldixo que lo non fara, (f. 155v)

    39

    La desmesura del vasallo en esta prosificacin del destierro en laCrC no termina aqu. Primero, cuando est a punto de salir deVivar, llama a Alvar Fez y le dice: "Primo, qu culpa han los

    pobres por el mal que a nos faze el rey? Mandat castigar estasgentes que non fagan mal por donde fusemos" (f. 156r). Es decirque parece que sus hombres ya haban empezado a actuar como

    bandidos con las gentes de las afueras de Vivar. Aunque en unprincipio, el Cid, con gran mesura, prohibe a sus hombres robar osaquear a la gente, esto dura poco y es seguramente debido a un

    39Powell, sin cementar por extenso el parecido de la actitud del Cid en

    este episodio con el Cid de la jura, seala: "Exile is ordered by Alfonso in a face-to-face confrontation on the road between Burgos and Bivar, and the Cid isalmost impertinent, as during the 'Jura'"(Epic and Chronicle 47).

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    consejo que una vieja le da a la salida de Vivar: "Ve en tal punto quetodo estragues quanto fallares e quisieres."40La reaccin del Cid alas palabras de la vieja es inaudita: "E el id con este probervio

    cavalg que non se quiso detener."41

    El agero u orculo es seguidocasi al pie de la letra, pues al otro da "mand tomar todo quantofall fuera de Burgos e las nsares e mand mover al paso de lasnsares" (f. 156r). El robo de los gansos parece algo extrao,especialmente porque al llegar a San Pedro de Cardea, "quando vioque ninguno non sali en pos l mand tornar toda la presa aBurgos." Vctor Huber piensa que este bello episodio tuvo suorigen en la poesa popular, y adems seala que el salir de Burgos,con gran sorna, al paso de los gansos, obedece al deseo del hroe de"probar a sus enemigos cuan poco cuidado le daban susamenazas."42La interpretacin del crtico alemn parece estar msacertada que algunas opiniones ms recientes, pues creo que el autor

    40 Armistead cre que esta escena es "a grotesque adaptation of the 'niade nuef aos' scene" ("The Initial Verses" 185). Powell comenta sobre estedetalle: "There is the vieja with her bizarreprovervio, the theft of animals fromBurgos, and many other details. Some of this might have been introduced by thechroniclers, but it is difficult to accept that all of it can have been, any morethan the sections that provide the poetic lines can have been" ("The OpeningLines" 345).

    41 Estos detalles se asemejan al sueo del Cid donde se le presenta elngel Gabriel ("Cavalgad, id, el buen Campeador! / Ca nunqua en tan buenpunto cavalg varn" [vv. 407-08]), y a la reaccin del Cid ante este aviso en el

    PMC. (Todas las citas delPMC estn sacadas de la edicin de Ian Michael[Madrid: Castalia, 1976]). El "proverbio" de la vieja tambin recuerda al aviso defray Pelayo antes de la batalla de Lara y a las recomendaciones de San Pelayo ySan Milln antes de la batalla de Hacinas en elPoema de Fernn Gonzlez. Loinaudito de la CrC, en comparacin con estes textes, es que la transmisora delaviso no sea presentada como un ser venerable, de mucha sabidura o doctrina.

    42Chrnica del famoso cavallero Cid Ruydez Campeador, ed. D. V. A.Huber (Marburg: Bayrhoffer, 1844) 1v. Esta crnica, comnmente conocidacomo Crnica particular del Cid, f ue editada por primera vez por Fray Juan Lpezde Velorado en 1512, en Burgos. Como Diego Cataln ha demostrado, estacrnica reprsenta una edicin partial del MS.B de la Crnica de Castillo. VaseDe Alfonso X al Conde de Barcelos (Madrid: Gredos, 1962) 326-28, n. 20.

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    de esta escena pretenda consolidar una imagen de bravatos del Cid ysus hombres ante su pblico.43

    La arrogante oposicin a Alfonso, que antes veamos en elencuentro entre Vivar y Burgos, contina. Al llegar al castillo de"Castrejn," el Cid mand a Alvar Fez "que se fuese condoszientos cavalleros e que corriese a Fita e a Guadalfagara, eAlcal, e que troxiesen quanto fallasen e que lo non dexasen pormiedo del rey don Alfonso nin de los moros" (el subrayado es mo,f. 156v). Tras juntar todo el botn que ha recogido Alvar Fez ensu saqueo de tierras musulmanas (que estn bajo el amparo deAlfonso) con el que aporta Rodrigo tras su asalto al Castillo deCastrejn (que tambin depende del rey) se comenta: "stene el idenbi dezir al rey don Alfonso que as saba l deservir seor" (f.156v).44Tambin en el primer envo de regalos al rey, el Cid leordena a Alvar Fez: "que le digades [al rey] cmmo sabemospasar entre los enemigos" (f. 158v).45

    A pesar de esta actitud soberbia, el Cid acata las rdenes delrey: "Saliremos desta tierra del rey ca oy es el plazo de los nuevedas en que avernos de sallir de la tierra del rey" (f. 156v).46

    43Menndez Pidal crea que esta escena con retoques y variantes

    sucesivos habra llegado a producir la escena de caza con que termina elRomanceMS. ("Poesa popular" 371). Di Stefano piensa que esta hiptesis nos lleva alnonsense ("Los versos finales" 149).

    44 En laPCG, tambin se dice algo parecido: "et envi dezir al rey donAlffonsso que pues qul ass echava de tierra, que fare deservicio con aquellascompaas que traye" (525).

    45Este comentario irnico no aparece ni en elPMC, ni en laPCG. En

    esta ltima se dice: "et que los levedes [los presentes] et los empresentedes asspor m al rey don Alffonso mi seor; et quanto vos ms pudiredes ganatme lasu gracia et el su amor" (530). Un detalle nuevo en el encargo del Cid a AlvarFez en la CrC (sealado ya por Pattison [From Legend 123]) es el siguiente:"que llevedes y estas seas de los reys moros que agora venimos e poneldas yonrradamente en Santa Mara de Burgos" (f. 158v).

    46Sobre este punto hay algo de confusin en laCrC,pues unas lneas

    antes de esta ltima cita se ha hecho referencia a la estancia del hroe en Crdea

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    Igualmente, aunque no recoge el verso "con Alfonso mo seor noquerra lidiar" (PMC, v, 538;PCG: "ca yo non querra lidiar con elrey don Alffonso mio seor" [526]), de forma algo parecida a la

    PCG, el Cid estando en "Castrejn" recomienda salir de all:"Amigos, en este castillo non me semeja que podemos avermorada. E la primera razn es porque en l non ay agua; lasegunda es porque los moros desta tierra son vasallos del reydon Alfonso, e sy quisiremos aqu fyncar sobre nos querrvenir con todo su poder e de los moros, e non sera guisado delo nos atender. E l es muy poderoso e de grant coran, e porende vos ruego, amigos, que non tengades por mal esto quevos digo" (ff. 156v-157r).

    47

    Esta imagen del Cid tambin tiene mucho en comn con la deotros vasallos rebeldes de la pica francesa. El hroe castellanocomo, por ejemplo, Renaud de Montauban, es presentadopositivamente, pues, a pesar de su altanera, es capaz de razonar.Alfonso, a pesar de todos sus errores, es el rey y ningnenfrentamiento armado con l puede estar enteramente justificado.Nuestro hroe y los suyos, como sucede con los cuatro hijos deAymon, se convierten en un grupo de forajidos. El Cid, comoRenaud, no es malicioso, pero s es ambicioso y muy consciente desus prerrogativas. Recordemos, por ejemplo, lo que anuncia a sushombres al salir de Vivar: "Tornaremos a Castilla con grant onra econ grant ganania" (CrC f. 156r).48En este cantar del destierro delCid, como en elRenaud de Montauban, el hroe y los suyos, apesar de haberse convertido en bandoleros, todava ofrecen alpblico un mensaje de humildad. Rodrigo intenta siempre

    el da anterior y se ha comentado: "e de sy eran ya pasados los nueve das" (f.156r).

    47Comprese con el cap. 854 de laPCG .

    48Estoy de acuerdo con los que piensan que esta lnea de las crnicas

    (cf. PCG cap. 851) no deba aparecer en el MS. delPMC, ya que est endisonancia con la caracterizacin del hroe de este texto. Vase Miguel Garci-Gmez, "Mo Cid." Estudios de endocrtica (Barcelona: Planeta, 1975) 59. Meha sido imposible consultar el artculo de Samuel Armistead sobre este verso,

    publicado en las Actas del IX Congreso de la Asociacin Internacional deHispanistas. Berln. 1986.

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    comportarse como un caballero cristiano y jams olvida susobligaciones con Dios. Su lucha en la adversidad sirve parademostrar que se puede mantener honor en un mundo en crisis. Por

    ello, a pesar de su infortunio, y al igual que Renaud, parece que lamisin de sus aventuras es la de conseguir gloria y mejoramiento dela fe cristiana.

    De hecho, una caracterstica que define al hroe de estedestierro, y que lo separa del mismo episodio en elPMC y en otrascrnicas, es su gran inters en luchar contra los paganos. En susalida de Vivar, por ejemplo, aparece el siguiente comentario:

    E desque el id tom el aver, movi con sus amigos de Bivare mand que se fuesen camino de Burgos. E quando el vio lossus palaios deseredados e syn gente e las perchas syn aores elos portales syn estrados tornse contra oriente e fync los

    ynojos e dixo: "Santa Mara, madre de todos los santos, dadmepoder que pueda destruyr todos los paganos e que dellos puedaganar como faga bien a mis vasallos e a todos los otros queconmigo fueren e me ayudaren, (nfasis mo, f. 156r)

    49

    Su actitud con los musulmanes de "Castrejn" es tambindistinta delPoema:

    "E si por bien tovisedes, dexemos el castillo en esta manera:dexemos y algunos moros destos que tenemos cativos que lotengan de nuestra mano, ca non es bien de levar moros ninmoras en nuestro rastro, mas andar lo ms aforrados que

    pedisemos en tal manera que podamos quebrantar losenemigos commo aqullos que han de bevir en guerra e por sus

    armas" (f. 157r)50

    49 La Cr1344 contiene en este apartado algunas pequeas variantes: "E,desque o Cide ouve o aver, moveo logo de Vyvar camynho de Burgos. E, quandosayo dos seus paaos e vyo como ficav hermos e todos seus lavradoresdesempatados, tornousse ao oriente..." (cap. 520,421).

    50Lo subrayado no aparece en el captulo 854 de laPCG. En elPMC

    se dice en este punto: "iento moros e ento moras quiero llas quitar / porque lopris d'ellos que de m non digan mal" (vv. 534-35).

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    En las crnicas de tradicin alfons, a diferencia delPMC, secritica en ocasiones la amistad de Alfonso con los musulmanes ytambin, el Cid es ms severo con los mahometanos. En la CrC este

    aspecto se enfatiza an ms que en las otras crnicas. Por ejemplo,en el PMC y en la PCG, el rey no perdona al Cid tras el primerenvo de presentes porque dice que es muy pronto para hacerlo. Enla CrC el rey le da a Alvar Fez otra razn: "E por el amor que yohe con el rey de Toledo perdonarleya, mas non lo puedo tan anaperdonar, mas tengo por bien de perdonar a vos Minaya" (f. 159r).Asimismo, en esta misma entrevista en elPMC y en laPCG, el reyacepta el presente porque es botn de moros (v. 884 y cap. 858). Enla CrC, el rey no dice esto sino: "Minaya, mucho gelo gradesco e avos que los traedes. E quiero lo tomar del, e yo le far por endebien e meret. E atal es el id que de moros que de xristianossienpre avr de comer" (f. 159r). En la CrC, la desmesura del Cidno slo es presentada a travs de sus acciones sino tambin, como

    en este ltimo caso, en los comentarios de otros personajes.Alfonso piensa que su vasallo es un vulgar salteador de poblados.A pesar de esta caracterizacin, el pblico medieval oira con agradola historia del Cid, pues su desmesura, igual que la de otros hroesrebeldes al ir principalmente dirigida contra los paganos, seconsiderara una virtud.

    Pattison ya not que en esta parte de la historia del Cid de laCrC, abundan los comentarios moralistas y hay un mayor nmerode referencias religiosas y piadosas en comparacin con otrascrnicas.51Powell, en ciertos momentos parece afirmar que estapeculiaridad puede ser invencin de los cronistas:

    Thus, there are more variations in the CCastilla than in otherchronicles. For example: on leaving Castejn, the Cid utters alongish crusading speech. . . . None of them requires thesupposition of a new source to account for their existence,since all are explicable in trms of intervention and inventionby the chroniclers themselves.52

    51 From Legend 122-23.

    52 "The Opening Lines" 347. Esta opinin de Powell secunda la dePattison, y ambas estn fuertemente influidas por la de Diego Cataln en "Poesay novela en la historiografa castellana de los siglos XIII y XIV." Mis trabajosrecientes sobre "Sancho II" y la "Condesa Traidora" presentan una hiptesis

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    Estas caractersticas, como el espritu de cruzada que reina eneste episodio, casan bien con la caracterizacin del hroe. El Cid,

    como Renaud y otros hroes rebeldes, lleva una vida de sacrificio.Su fuerza espiritual va acompaada de una gran beatitud y parecieraque los diversos autores de estas obras prepararan a sus hroes parala santidad.

    Al examinar la tradicin de la transmisin oral de la jura, hayque guardar extremado cuidado a la hora de tratar de descifrar qupertenece a la tradicin oral en el relato contenido en las crnicas ytambin, al identificar cules son los retoques eruditoses decir, noprovenientes de la tradicin oral del relatoen los romances de lajura. Menndez Pidal, por ejemplo, crea que el detalle de jurarsobre una ballesta y un cerrojo que figura en algunos romances eratardo y de origen erudito.53El testimonio de un admirador de los

    Reyes Catlicos, autor de unMemorial de historias, y aficionado aincorporar informacin de origen oral, revela lo contrario:

    Partido el rrey don Alfonso de Toledo lleg a amora dondetoda la hueste eslava comino el rey don Sancho la tena queeslava atendindolo e de ally fue a Burgos. Ally fue reebidopor rey, pero antes el id le tom juramento que sy ava sedoen la muerte del rey don Sancho. E tomle este juramento enel berrojo de Santa Gadea que qualquiero [sic] que no juravaverdad non cunpla el ao. Y tomle el juramento una y dos ytres vezes y a la terera el rey ovo gran enojo. E dixo: "id,oy me tomys juramiento e maana me demandarys

    distinta ("The Tradition of the Cantar de Sancho II in Fifteenth-CenturyHistoriography," Hspanic Review 57 [1989]: 137-54, y Tradiciones orales).Cataln un sigue creyendo en la posibilidad de una * Refundicin del Mi Cid en1971: "Aunque creo haber probado que el formador de esa *Estaria caradignenseaprovech los relatos picos reformando su narracin con una libertadinconcebible para los historiadores alfonses [ref. "Poesa y novela en lahistoriografa castellana de los siglos XIII y XIV,"], sigo considerando innegablela existencia, por lo menos, de una * Refundicin del Mi Cid (utilizada por esa*Estoria)" ("Memoria e invencin" 457). Asimismo, las ltimas conclusionesde Powell en los trabajos citados suyos se apartan de las tesis de Catalndelartculo de 1969y de Pattison.

    53"Poesa popular" 372.

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    meredes." Y respondi el id: "Seor en otras tierras pan dana los fidalgos." Y el rey qued saudo del id.54

    En las crnicas de los siglos XIII y XIVPCG, CrOR, CrCy Cr1344se dice que el juramento se realiz sobre unosevangelios. En los romances del siglo XVI, Rodrigo tom la jura aAlfonso en "un cerrojo bendito"55o "sobre un cerrojo de hierro yuna ballesta de palo" (ed. Daz Roig 148). Este detalle tanenigmtico parece haber estado arraigado en la tradicin popular.Colin Smith hace al respecto el siguiente comentario:

    Le Strange notes that the church of Santa Gadea, or Agueda(that is, Agatha) still exists in Burgos, that it was one of threespecially dedicated iglesias juraderas (the others being in Lenand Avila), and that it claimed to have among its treasures theancient cerrojo. This, with the ballesta, may have provided a

    mixture of pagan and Christian cross-symbolism, but theirsignificance is lost to us today.56

    El pormenor de que Alfonso mudara de color en la jura,revelando as su culpabilidad en el fratricidio, no lo recoge estehistoriadorni otros historiadores del siglo XV por m estudiados,ni aparece en ningn romance. Slo en el romance "Muerto es el reydon Sancho" de Lorenzo de Seplveda surge tal detalle, peroseguramente ello se debe a basarse el poema directamente en textosescritos. Esto podra significar que, en la tradicin popular, laimplicacin de Alfonso en el fratricidio se fue borrando con el pasodel tiempo.

    A finales de la Edad Media, la jura ya no parece ser el finalde la historia de Sancho II. Es significativo que otro historiador del

    54Memorial de Ystorias, MS. 396, Biblioteca Casanatense, Roma, f.

    41v.

    55 As aparece en el romance "En Toledo estaba Alfonso" de Lorenzo deSeplveda, Spanish Ballads, G. Le Strange, ed. (Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1949) 82.

    56Spanish Ballads, C. Colin Smith, ed. (Exeter: Wheaton, 1969,1978)

    99.

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    siglo XV, inclinado tambin a recoger historias orales, Lope Garcade Solazar, no incluya la jura de Santa Gadea al final de la historia deSancho II, sino tras los episodios ms importantes de la carrera del

    Cid, al comienzo de la narracin del reinado de Alfonso VI. La jurade Santa Gadea no era para el cronista vizcano parte de la historia deSancho II, ya que sta la cierra comentando: "E as feneieron laspartiiones quel rey don Ferrando fizo de su reynos con muchoderramamiento de sangre como este Arias Gonzalo ava dicho, fastaquel' reyn don Alonso e se juntaron los dichos reynos en l, comosu padre lo rog a Dios."57

    Es difcil saber cmo fue la evolucin de la jura, y a qu sedebe algunos cambios importantes que sufri la tradicin de dichocantar. En un "romance nuevamente hecho" sobre el cerco deZamora, recogido en el Cancionero de romances sin ao (ff. 144v-51v), Alfonso es claramente presentado como inocente. Se alegra de

    que el Cid le tome la jura y l mismo est de acuerdo en jurar que, sifuera culpable, debera morir como su hermano. El rey, despus derealizar la juraque transcurre sin ningn incidenteacaba entrminos muy cordiales con sus sbditos: "entonce los sus vasallos /las llaves le han entregado: / alaronle por su rey, / todos le besan lasmanos, / a todos haze mercedes, / de todos es muy amado"(Cancionero f. 15 1v). El germen de esta versin se puede rastrearen el prembulo de la jura que recogen las crnicas alfonses (PCG519, CrC f. 152v y Cr1344 cap. 509). En ellas, el Cid le dice aAlfonso que para l besarle la mano y que sus otros sbditos letuvieran confianza debera salir de toda sospecha. A esto el rey leresponde:

    id, mucho me plaze de lo que avedes dicho, et aqu loconvengo et lo yuro a Dios et a Santa Mara et a vos quenunqua lo yo mand, nin fuy en el conseio, nin me plog endequando lo sope, maguer que me l avi echado de tierra; et porende vos ruego a todos como a vasallos, que me consegedes encmo me salve de tal fecho. (PCG 519)

    57Libro de las bienandanzas e fortunas, Angel Rodrguez Herrero, ed.(Bilbao: Diputacin de Vizcaya, 1967) 3: f. 42. (Para las citas empleo lareproduccin fotogrfica del MS. 9-10-2/2100 de la Academia de la Historia queincluye esta edicin).

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    Sin embargo, dos puntos importantes han cambiado en el romance.Primero, Alfonso VI no es un rey malpuesto u hosco con el Cid yya, claramente, no es culpable del fratricidio. Segundo, el Cid ha

    cambiado de ser un vasallo extremadamente hostil a ser sumiso ydefensor de la monarqua.58

    A travs de la evidencia de las crnicas, se puede vislumbrarque desde el siglo XIII hasta el siglo XV, dos tradiciones picas dela vida del Cid estn en competencia: una que lo describe comovasallo ejemplar, mesurado y defensor de la monarquala imagenpreferida de Durn, Menndez Pidal, y muchos msy otra en lacual est caracterizado como vasallo rebelde e irrespetusoso encuanto a la monarqua.59Los historiadores alfonses muestran un

    58 Con respecto al primer punto, como antes dije, esta nueva tendenciaya se observa en la Cr 1344 y es posible que est influida por algn cantar quepresentara a Alfonso como hroe. (Sobre esta posible tradicin pica, vase miartculo "El rey don Alfonso, el que dixieron el Bravo e el de las partiiones," deprxima aparicin en elBoletn de la Real Academia Espaola.)En relacin alsegundo punto, se podra pensar en la influencia del ciclo pico del Cid donde sele presenta como vasallo ejemplar.

    59 Por la evidencia de las crnicas alfonsesespecialmente de laCrORes obvio que elPMC tuvo una considerable difusin. Smith cree que elPMC tuvo gran difusin fuera del mbito cronstico: "Los tres romances 'Trescortes armara el rey,' 'Yo me estando en Valencia' y 'Hlo, hlo, por do viene'tienen origen remoto en elPoema,pero no podemos precisar su filiacin nisabemos si hay por medio algn texto cronstico." (Cfr. Samuel Armistead,"Epic and Ballad: A Traditionalist Perspective," Olifant 8 [1981]: 376-88).Tambin piensaapoyndose en los estudios de Deyermond,Epic Poetryqueen laMocedades de Rodrigo "se rastrean sin dificultad aspectos y detallesderivados del viejoPoema" ("Sobre la difusin delPoema de mio Cid," tudes dephilologie romane et d'histoire littraire offertes Jules Horrent l'occasion deson soixantime anniversaire [Lige: Gedit, 1980] 417-27, 421 y 420). DiStefano se pregunta con respecto a la tradicin delPMC: "Los triunfos del Cid:qu se hizo de ellos en el viejo romancero" ("Siluetas cidianas en los romancesviejos. (Unas notas),"Philologica hispaniensia in honorem Manuel Alvar. III.Literatura [Madrid: Gredos, 1986] 553-62, 560), pues es obvio que en losromances prevalece una caracterizacin del hroe muy distinta. Smith pareceexplicar este fenmeno as: "One may conclude that thePoema was, by the timethe ballads were being composed, known only in decadent or in very partialform"; a diferencia de la tradicin pica del Cantar de Sancho II y cerco de Zamoraque fue "clearly known in a pure form to the ballad-makers" ("The Cid in Epic

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    gran tacto al utilizar informacin de ambas tradiciones, mientras quelos que utilizaron los borradores alfonses parecen no detenerse enpulir y acoplar la informacin de ambas. Por el testimonio de las

    crnicas-rCrC, Cr1344, Crnica particular del Cid, etc.se puedededucir que el cantar de la jura s inclua un destierro, si bien no esposible determinar si ste era el fin del cantar o no.

    El cantar de la jura debi de ejercer gran influencia en otroscantares. Segn Deyermond, es posible que de l naciera latradicin del vasallo rebelde, la cual se encuentra de forma muyampliada en lasMocedades de Rodrigo del siglo XIV.60

    Es posible que la jura tambin influyera en algn *Cantar deMio Cidcomo se puede deducir por el dilogo entre vasallo y reyy los otros ejemplos citados de la CrC. Tambin, comparando elfinal delRomance MS. con el principio delPMC, destaca el hecho

    de que estos versos presenten a un Cid cazador. Asimismo, eschocante que en el romance se elabore hbilmente tal caractersticala cual, por cierto, es tambin tpica de otros hroes rebeldes, comoFernn Gonzlezmientras que en elPMC, fuera de ese comentarioinicial, no se vuelva ya ms a ese motivo.

    Como ya ha sido notado, algunos detalles del PMC sonbastante disonantes en cuanto al tono general de la obra y hannecesitado muchas lneas de complicadas explicaciones parademostrar que no son contradictorias y que encajan bien con elresto. Algunos de ellos son:

    1) El v. 14"Albricia, Albar Fez, ca echados somos de tierra!"

    2) La toma de Castejn de Henares, territorio musulmn dependientedel rey Alfonso.

    and Ballad,"European Writers: The Mddle Ages and the Renaissance, vol. 1:Prudentius to Medieval Drama (New York: Scribner's Sons, 1983) 113-36. Conmi presente argumentacin, parece obvio que la tradicin que presenta al Cidcomo vasallo rebelde fue la prevalente.

    60Epic Poetry 157.

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    3) Vv. 507-509 (segn reza el MS.): "Comidis' Mi Cid, el quebuen ora fue nado, / al rrey Alfonso que llegarin sus compaas, /quel' buscari mal con todas sus mesnadas."

    4) El Cid enva a Alvar Fez con el segundo presente para el rey,diciendo: "enbiarvos quiero a Castiella, d avernos heredades" (v.1271). Sin embargo, en el resto de la obra parece indicarse que alhroe se le haban confiscado todos sus bienes (como, por ejemplo,"Echado fu de tierra, tollida la onor" [v. 1934]).

    Este ltimo detalle es importante y requiere mayorcomentario. A Di Stefano le llama la atencin la actitud del Cid del

    Romance MS. y la ve como modelo negado de la caracterizacin denuestro hroe en elPMC,pues ste ahora sale de Vivar dejando bajollave palacios y ajuar. En la CrC, como se puede ver en la cita arribatranscrita, el Cid al salir de Vivar "tom el aver." Este "aver" se

    refiere al dinero que Martn Antolnez le trajo de los prestamistasjudos, pero tambin parece aludir a sus bienes muebles.61 Laentrevista del Cid con los prestamistas, a diferencia delPMC y otrascrnicas, tiene lugar en Vivar, y para llevar a cabo el engao "mandel id tomar dos arcas cubiertas de buen guadameil y enimapusieron oro e piedras presiosas e dxoles en cmino le mandava elrey salir de la tierra e que tan grant aver non lo poda levar consigo"(f. 155v). Realizado el engao, parten los prestamistas para Burgosy parece que fue all donde dieron a Martn Antolnez "todo el aver"("trezientos marcos de oro e otros tantos de plata" [f. 156r]). "E

    61En este mismo episodio se dice que Martn Antolnez era sobrino del

    Cid "fijo de Ferrant Daz, su hermano" (f. 155v). Es un detalle ms que sin dudaconecta este destierro del Cid con las historias que le presentan como vasallorebelde. Al establecerse la genealoga del Cid en esta mismo crnica, se dice queel padre del Cid, Diego Lanez, estando an por casar, encontr yendo de caza auna labradora. Le dej embarazada de un hijo, Ferrant Daz, el cual sera estemedio hermano del Cid, al que ahora se vuelve a hacer referencia. En las

    Mocedades de Rodrigo, este mismo parentesco ha sido traspasado a PeroBermudo. El Cid se dirige a l: "Ven ac, mi sobrino, fijo eres de mi hermano, /el que fizo en una labradora quando andava cazando" (ed. Deyermond, vv. 881-82). Ntese cmo el motivo de la caza aparece tambin en todos estos episodios.En relacin al origen ilegtimo del Cid y de otros hroes, consltese el artculode Armistead, "Dos tradiciones picas sobre el nacimiento del Cid,"Nuevarevista de filologa hispnica 36 (1988): 219-48.

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    desque el id tom el aver movi con sus amigos de Bivar e mandque se fuesen camino de Burgos" (f. 156r). La angustia al ver suspalacios vacos es distinta en tono respecto alPMC: el hroe no

    aparece "fuertemientre llorando."Lospalacios ahora quedan vacos,es decir, que el Cid ha recibido el dinero de los judos y ha ordenadoa sus hombres que salgan para Burgos. Esta inspeccin a solas, de"los sus palasios deseredados e syn gente e las perchas syn aorese los portales syn estrados" (CrC f. 156r), y su inmediata reaccinde pedir a Santa Mara que le ayude a poder destruir a todos lospaganos para hacer bien a sus vasallos, no parecen indicar que elCid se lamente de que le hayan confiscado los bienes muebles.Todola visita de los judos a su casa, el tener oro y piedraspreciosas para poner encima de la arena, etc.parece indicar quefue l quien desmont la casa. Los palacios estn "syn gente"porque el propio Cid ha mandado a sus hombres que salgan caminopara Burgos y tambin porque l mismo ha enviado a su mujer y a

    sus hijas a San Pedro de Cardea (f. 156r).En el PMC, como en la CrC, "aver"o "averes"tiene el

    significado de "bienes" y "riquezas." En la carta que el rey enva alos habitantes de Burgos, se dice que quien diera posada al Cid"perderi los averes" (v. 27). La nia, obedeciendo las rdenes delrey, tambin le dice que si le acogieran entonces perderan "losaveres e las casas" (v. 45). Una vez ms, con respecto a los"averes" del Cid, encontramos algo contradictorio en la tirada seisdel PMC. Cuando el Cid, en la glera de Burgos, pide a MartnAntolnez que le ayude en el engao a los prestamistas leemos:

    Fabl Mo id, el que en buen ora inx espada:

    "Martn Antolnez, sodes ardida lana!Si yo bivo, doblar vos he la soldada.Espeso el oro e toda la plata,

    bien lo vedes que yo non trayoavere huebos me sir porta toda mi compaa..."(vv. 78-83, el subrayado es mo)

    La palabra "aver" no rima con el resto de la tirada y est en el MS.aadida sobre el rengln.

    Algunos detalles delPMC tambin revelan que el hroe en elpasado no siempre se comport con mesura, sino al contrario, queen ocasiones actu como un bravato. Algunos ejemplos son:

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    1) El hecho de que los prestamistas crean cierta la acusacin hechacontra el Cid de haberse quedado con parte de las parias que eran

    debidas a Alfonso.2) La alusin a una antigua querella entre el Cid y el conde deBarcelona: "Grandes tuertos me tiene Mio id el de Bivar. / Dentroen mi cort tuerto me tovo grand, / firim' el sobrino e non' loenmend ms; / agora crrem' las tierras que en mi enpara estn"(vv. 961-63).

    3) La mencin de la ofensa que el Cid hizo a Garca Ordez: "quavedes vs, conde, por retraer la mi barba? / Ca de quando nasco adeliio fue criada, / ca non me priso a ella fijo de mugier nada, /nimbla mess fijo de moro nin de christiana, / commo yo a vs,conde, en el castiello de Cabra; / quando pris a Cabra e a vs por la

    barba, / non ovo rapaz que non mess su pulgada, / La que yomess an non es eguada" (vv. 3283-90).

    La fama del Cid entre los sbditos de Alfonso en el PMC escomo la de un bandolero o vasallo temerario. Por ello, cuando elCid entra en Burgos, a pesar de que los de la villa lamentan sucastigo, tambin demuestran cierto temor. Slo as se explica que lania le diga: "id, en el nuestro mal vs non ganades nada" (v. 47).Esta imagen del Cid tambin es presentada por Garca Ordez alrey en las cortes de Toledo: "los unos le han miedo e los otrosespanta" (v. 3274).

    En el mismo texto, el comportamiento del Cid a veces deja

    de desear como, por ejemplo, en el engao de los prestamistas, eltrato mordaz hacia el conde de Barcelona, o el acudir a las cortes deToledo portando las armas en secreto. Este ltimo detalle es algodisonante con el respeto que el hroe ha mostrado hacia su rey entoda la obra, pues claramente indica que est dispuesto a montargresca en las mismas cortes. En lasMocedades de Rodrigo y en elromance "Cabalga Diego Lanez" aparece este mismo motivo y esjustificable debido a la relacin hostil entre rey y vasallo. En elPMC el hroe castellano lo justifica de la siguiente manera:"d' aquesta guisa quiero ir a la cort / por demandar mios derechos edezir mi razn. / Si desobra buscaren ifantes de Carrin, / d talesiento tovier, bien ser sin pavor" (vv. 3078-81). El llevar lasarmas secretamente a la corte real no casa bien con la mayor parte del

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    PMC,pero est en la lnea de desmesura mostrada por el hroe ensituaciones parecidas en otras cortes como, por ejemplo, la arribamencionada del conde de Barcelona.

    El destierro del mejor vasallo, debido a las intrigas de malosconsejeros del rey es uno de los marcos preferidos de la pica sobrevasallos rebeldes.62Como ya ha sido notado, lo excepcional delPMC es que, a pesar de que este tema desencadena la intriga, y conello pareciera que iba a comenzar una historia de vasallos rebeldes,el poeta nos hace ver en seguida que su composicin no entrardentro de esa categora.63Como Geoffrey West seala:

    Until the reconciliation between Alfonso and the Cid, theevents told in the PMC are exceptional in the context of epicpoetry.... It becomes clear that the poet wished to composean epic whose hero possessed qualities that were not limited to

    the bellicose, but included such virtues as loyalty, generosityand moderation.64

    En efecto, pareciera que el autor del PMC hubiera partido delmodelo de cantar de gesta sobre vasallos rebeldes y que hubieradecidido negarlo. Esta hiptesis quedara confirmada si en verdaddos textos picos franceses de vasallos rebeldes influyeron en elcomienzo del PMC. Colin Smith y David Hook, respectivamente,han estudiado las coincidencias que este poema guarda con LaChevalerie d'Ogier de Danemarche y con Garin le Loheren.65Los

    62

    Esta opinin y otras presentadas en este trabajo en relacin a hroesrebeldes picos estn basadas en el trabajo de William C. Calin, The Old FrenchEpic of Revolt: Raoul de Cambrai, Renaud de Montauban, Gormond et Isembard(Paris: Minard, 1962)118.

    63 Vase el trabajo de Geoffrey West, "King and Vassal in History andPoetry: A Contrast between theHistoria Roderici and thePoema de Mio Cid""Mio Cid" Studies, Alan Deyermond, ed. (London: Tamesis, 1977) 195-208,204.

    64 "King and Vassal," 204.

    65 Smith, 'Temas carolingios y franceses en el Poema de Mio Cid,"Estudios cidianos (Madrid: Cupsa, 1977) 125-59,146-49; Hook, "The Opening

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    paralelos entre el comienzo delPMC y dos episodios de estos textosson extraordinarios. Ogier, habiendo defendido su castillo durantesiete aos contra Carlomagno, finalmente parte para huir. Antes de

    salir, se para, torna la cabeza, suspira, y pronuncia un breve lamentoque incluye una oracin a la Virgen:

    Vers Castel Fort avoit son cief tornDu cuer sospire, plaint l'a et regret:"Castel," dist-il, "je te comant a D,Le glorieus, le roi de maest:Qui te entra, ja n'ait il povert,

    Ne en sa vie disete ne last.Sainte Marie, vos savs mon pens;Desfends moi por la vestre bont,Que je n'i soie ne mors ne malmens."Le ceval broce des esperons dors...(Citado por Smith 146)

    Smith seala que "la oracin a la Virgen de Ogier se recoge msadelante en elPMC (vv. 52, 215-22) con la mencin de la catedralde Burgos y luego la oracin a Santa Mara" (147). Sin embargo,en la CrC, como arriba cit, s aparece una oracin a la Virgen eneste mismo momento: "Santa Mara, madre de todos los santos,dadme poder ..." (f. 156r).

    En Garin, Begon echa una mirada a su familia y a su casa, yla emocin que le produce es expresada as:

    Li dus le voit, a sospirer a pris.Voi le la dame, si l'a a raison mis:

    "He, sire Begues, por coi pensez voz si?Riches hom estes, la Damedeu merci!Or et argent avez a vo plaisir,Faucons sor perches, ostors et vair et gris;et bien avez foulez vos anemis.De .v. jornees n'avez si bon voisin,la merci Dieu, ne voz vaingne servir(Citado por Hook 498)

    laisse o thePoema de Mio Cid," Revue de littrature compare53 (1979): 490-501.

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    Como seala Hook, "in each text material possessions arerepresented by fine clothes and hunting birds,... in each text thereis an invocation of the deity involving an expression of gratitude"

    (498). La diferencia ms notable entre los dos textos es el tonopositivo de Garin y el tono negativo delPMC. En elPMC, aadeHook, "these material attributes of the noble are the measure of theCid's downfall, as he has none of them" (499). Pero el detalle deque Begon posea "Or et argent" y "faucons" coincide en parte con laCrC y, en parte, con elRomance MS.

    A la vista de los estudios de Smith y Hook, quisierasubrayar lo obvio pero olvidado: que dos cantares de gesta franceses

    sobre vasallos rebeldesparecen haber influido directamente en elPMC.66La diferencia entre ellos estriba en que el autor del PMCinvierte el carcter rebelde de su hroe hacindole actuar con mesura.Esta diferencia, como ya he sealado, no aparece en la CrC, ni en el

    Romance MS. De hecho, sus autores parecen seguir el modelofrancs ms fielmente que el autor delPMC. Esto nos conduce a unproblema mayor: si elPMC es el comienzo de la tradicin picaverncula sobre el Cidy segn algunos, de la pica castellana67es difcil ver el proceso de influencia de la pica francesa en lacastellana ante el testimonio de la CrC y el Romance MS. Mslgico es pensar que la tradicin original del Cantar de Mio Cid eracomo la francesa y que fue el autor delPMC quien realiz un granrifacimentoespecialmente del comienzo, invirtiendo o negando sumodelo.

    Cmo explicar las contradicciones delPMC que claramentelo entroncan con una historia del Cid donde se le presenta a ste

    como vasallo rebelde? Entre las posibles respuestas tendramos lassiguientes: una, que el autor delPMCparti de un *Cantar de MioCid donde se le caracterizaba como vasallo rebelde. Otra, que el

    66 Es opinin comn que los dos textos franceses son de finales delsiglo XII. Esta datacin no es obstculo para creer que pudieron haber influidoen elPMC si aceptamos que ste es de principios del siglo XIII.

    67 Esta idea de Smith en The Making of the "Poema de mio Cid"(Cambridge: Cambridge University Press, 1983) ha sido rebatida por FranciscoRico, "Del Cantar del Cid a laEneida: Tradiciones picas en torno alPoema de

    Almeria" Boletn de la Real Academia Espaola 65 (1985): 197-211.

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    autor delPMC decidi partir del primitivo motivo del destierro dealguna versin del cantar de la jura para ofrecer una versincompletamente nueva del mismo. (Cronolgicamente esto no sera

    imposible si aceptamos que el cantar de la jura es probablemente dehacia el ao 1200 y elPMC es de alrededor de 1207). Y una ms,que el escriba del siglo XIV del MS. delPMC incluy estas lneasdisonantes debido a momentneas sugerencias de la memoria delotro tipo de historias del Cid, donde se le presentaba como vasallorebelde. Es decir, que realiz sin intencin una fusin de tradicionesdiferentes. Si alguna de estas posibilidades fuera cierta, entonces nohabra ms remedio que aceptar que parte del PMC es unarefundicin de un *Cantar de Mio Cid.68Si elPMC fuera productode inumerables revisiones y amplificaciones, al comparar lasversiones que de toda la historia de la carrera del Cid como hroemaduro nos ofrecen las crnicas, y a la vista del texto potico, meatrevera a opinar que de los dos hilos narrativos de nuestro gran

    cantar de gesta, el blicoel que predomina hasta la conquista deValenciaera independiente del otro. ste, en efecto, coincidirams con una "razn"o romanque con un cantar de gesta.69Enrelacin con este punto, creo desencaminado el catalogar lasaventuras del Cid como vasallo rebelde de "novelescas," pueserrneamente indican su distanciamiento de la primitiva pica y sufiliacin con los libros de aventuras.

    Las coincidencias entre la caracterizacin del hroe castellanocon los vasallos rebeldes de la pica francesa no me parecenaccidentales. Tampoco creo que esta tradicin sea tan tarda como seha venido afirmando, pues por el testimonio de las crnicas

    68 Entre los ltimos defensores de esta hiptesis hay que destacar elartculo de Rafael Lapesa, "Sobre el Cantar de Mio Cid. Crtica de crticas.Cuestiones lingsticas,"Eludes de philologie offertes Jules Horrent 213-31.

    69 A este respecto vase el trabajo de Garci-Gmez, "Mio Cid" 155-71.Oliver T. Myers, uno de los muchos crticos que han intentado demostrar laautora nica delPMC, incluso admite que: "The most that can be argued... isthat our text derives from several mss, possibly a more primitive onecontributing most to the early laisses with those more proximate to the finalversion providing details for the closing sections, but all stemming ultimatelyfrom a single source" ("Multiple Authorship of thePoema de Mio Cid: A FinalWord?," "Mio Cid" Studies 113-28,126.

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    alfonses, vemos que corra paralela alPMC, al Cantar de Sancho IIy cerco de Zamora y al Cantar de las particiones.

    Los vasallos rebeldes son hroes de cantares picosprimitivos como, por ejemplo, los franceses Gormond et Isembard yRaoul de Cambraien su primera parteo los espaolesBernardodel Carpi yFernn Gonzlez. Muchos de ellos son hroes rebeldesadmirables porque luchan por causas justas. El Cid de la jura deSanta Gadea podra clasificarse junto con Bernardo del Carpio yFernn Gonzlez, ya que como stos, su rebelin es provocada porun inters nacional. El Cid de la jura no desea servir a un rey traidory por lo tanto, est incluso dispuesto a autoexiliarse como aparece enelRomance MS.70

    En conclusin, la jura de Santa Gadea de diversas crnicas,elRomance MS., y el destierro del Cid segn la CrC nos conducen

    a un *Cantar de Mio Cid no tan difcil de imaginar como se hacredo. La ejemplaridad del hroe del PMC, y la gran calidadartstica del texto, han contribudo a que la crtica condene y deplorelas otras historias del Cid donde aparece con otra caracterizacinmuy distinta.71 Un estudio ms detallado en que se haga unacomparacin de los textos espaoles con la pica francesa sobrehroes similares, ayudara a desenterrar y a mejor comprender estaotra tradicin del ciclo pico cidiano. En estos cantares del destierrodel Cid, como en otros cantares franceses de hroes rebeldes, laestructura narrativa est basada en la lenta progresin de la historia

    70 Garca de Salazar narra la reaccin del vasallo rebelde as: "El id no

    contento ni espavorido de aquellas palabras dxole: 'Seor, quales mercedes mefiziredes, tales serviios vos far, ca seores ay en otras tierras que fazenmeredes a quien sevirlos quiere, ca yo perd a mi seor tengo razn"' (f. 62).

    71 Entre los muchos crticos a quienes se podra citar, Durn, porejemplo, se irrita por la caracterizacin rebelde del Cid en el romance "CabalgaDiego Lanez": "Este romance es uno de aquellos donde el espritu decaballerismo feudal ha falseado el carcter noblemente respetuoso, pero firme ysevero . . . [del] Cid. . . . Nuestro hroe es por eso un hombre de buenasproporciones ... en su reyertas con Alfonso VI, siempre ms interesado en elhonor y en el respeto debido a la corona, que en su propio bienestar. Sometido alas rdenes del monarca, ultrajado por l, desterrado de Castilla, qu har el hroecastellano? Obedecer, disculparse..." (482).

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    ms que en la crisis dramtica del individuo.72En estos cantares, elinters principal parece centrarse en demostrar no lo que el hroe es,sino en lo que se puede convertir a travs de sus hazaas. En el

    PMC el hroe es casi perfecto. En estos otros cantares debe lucharpara demostrar su valer, y su lucha, especialmente contra losinfieles, le preparar para la perfeccin o incluso, para la santidad.73

    La falta de mesura del hroe hace de contrapunto a una sociedad encrisis donde el sentido de autoridad, honor y paz han perdido todosignificado debido a la incompetencia de un rey dbil y maladministrador de justicia. La desmesura representa un aspecto delguerrero ideal, pues con ella van incluidas la posesin de fuerza ybravura. Son estas condiciones, desde el punto de vista del mundomedieval, las que contribuirn a que el hroe rebelde llegue a unestado de gracia y a que consiga poner las cosas en su orden denuevo. De aqu que en estas obras predomine un fuerte espritu decruzada, ya que sta es un buen medio para alcanzar tal objetivo.

    Finalmente cabe preguntarse: de dnde provienen todasestas historias sobre la hostilidad entre el Cid y Alfonso queconducen al destierro del vasallo y a que ste actedesmesuradamente? De romancesprotorromances, cantarescortos o como se les quiera llamaro de cantares de gesta? A lavista de la posible influencia de la pica francesa en esta tradicin, seme hace difcil creer que provengan de asociaciones memoriales con

    72 sta tal vez sea la causa de que la intriga en el PMC, est desarrolladaen patrones estructurales tan artstiticamente equilibrados. Vanse, por ejemplo,el artculo de Alan Deyermond, "Structural and Stylistic Patterns in the Cantar de

    Mi Cid" Medieval Studies in Honor of Robert White Linker(Madrid: Castalia,1973) 55-71; y tambin de este mismo crtico y David Hook, "Doors andCloaks: Two Image-Patterns in the Cantar de Mio Cid," Modern Language Notes94 (1979): 366-77.

    73 Como Menndez Pidal seala, Felipe II recordaba cuando era nio(hacia 1535) una forma arcaica del romance de la jura. Segn una ancdota, elprncipe dijo: "Hulano, mucho me aprietas, y eras me besars la mano" ("Poesapopular" 370-71) Es curioso que Felipe II, quien recordaba un romance de la juradonde el Cid claramente aparece como vasallo rebelde, promovierasin xitolasantificacin del hroe castellano. El pblico medievalcomo Felipe IIseguramente aceptaba con simpata y admiracin la caracterizacin del Cid desanto y delincuente a la vez.

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    otros romancesya sean romances sobre hroes rebeldesespaoles, como Fernn Gonzlez o Bernardo del Carpi, o deromances carolingios sobre Reinaldos de Montalbn y otros. Los

    enigmas son todava muchos, pero, a pesar de que no contemos conun mayor nmero de textos poticos, creo que an podemos seguirinvestigando posibles respuestas. Las crnicas y los romances nosdemuestran que por mucho tiempo existieron en competencia dostradiciones picas sobre el Cid y tal vez, aunque sea demasiadoespeculativo, este fenmeno tambin se deje vislumbrar en el nicomanuscrito sobreviviente del PMC.74

    Mercedes VaqueroBrown University

    -o-oOo-o-

    74Una versin preliminar de este artculo fue leda en la sesin sobre"Medieval Spanish Epic and Pan-Hispanic Ballad" del congreso de la ModernLanguage Association, New Orleans, diciembre 1988. Le agradezco a SamuelArmistead todos sus comentarios en la terminacin del trabajo.