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Juan José Iglesias Rodríguez Rafael M. Pérez García Manuel F. Fernández Chaves (eds.) COMERCIO Y CULTURA EN LA EDAD MODERNA Contiene los textos de las comunicaciones de la XIII Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna EDITORIAL UNIVERSIDAD DE SEVILLA

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Juan José Iglesias RodríguezRafael M. Pérez García

Manuel F. Fernández Chaves(eds.)

COMERCIO Y CULTURAEN LA EDAD MODERNA

Contiene los textos de las comunicacionesde la XIII Reunión Científica de la FundaciónEspañola de Historia Moderna

EDITORIAL UNIVERSIDAD DE SEVILLA

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COMERCIO YCULTURA EN LAEDAD MODERNA

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Juan José Iglesias RodríguezRafael M. Pérez GarcÍa

Manuel F. Fernández Chaves

(eds.)

COMERCIO YCULTURA EN LAEDAD MODERNA

COMUNICACIONES DE LA XIII REUNIÓNCIENTÍFICA DE LA FUNDACIÓN

ESPANOLA DE HISTORIA MODERNA

t.~SID",~

Íl~}eUSEditorial Universidad de Sevilla

Sevilla 2015

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Serie: Historia y GeografiaNúm.: 291

COMrrÉ EDITORIAL:

Antonio Caballos Rutino(Director de la Editorial Universidad de Sevilla)Eduardo Ferrer Albelda(Subdirector)

Manuel Espejo y Lerdo de TejadaJuan José Iglesias RodríguezJuan Jiménez-Castellanos BallesterosIsabel López CalderónJuan Montero DelgadoLourdes M\mduate JacaJaime Navarro CasasM' del Pópulo Pablo-Romero Gil-DelgadoAdoración Rueda RuedaRosario Villegas Sánchez

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pue­de reproducirse o transmitirse por ning(m procedimiento electrónico omecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier aJma­cenamiento de infonnación y sistema de recuperación, sin penniso escritode la Editorial Universidad de Sevilla.

Obra editada en colaboración con la Flmdación Española de Historia Moderna

Motivo de cubierta: Vista de ,5e}·iIla el! el siglo XVI, por A. Sánchez Coel1o

o Editorial Universidad de Sevilla 2015CI Porvenir, 27 - 41013 Sevilla.Tlfs.: 954487447; 954 487 451; Fax: 954 487 443Correo electrónico: [email protected]: <hltp:/Iwww.editorial.us.es>

o POR LOS TEXTOS, SUS AUTORES 2015

O JUAN JaSE IGLESIAS RODRÍGUEZ, RAFAEL M. PEREZGARCÍA Y MANUEL F. FERNÁNDEZ CHAVES (EDS.) 2015

Las comunicaciones presentadas en la XIII Reunión Científica de la Flm­dación EspaiíoJa de Historia Moderna e incluidas en fomlato digitaJ enla presente obra han sido sometidas a la evaluación de dos expertos,por el sistema de doble ciego, según el protocolo establecido por elcomité organizador del congreso.

Impreso en papel ecológicoImpreso en Espafla-Printed in Spain

ISBN: 978-84-472-1746-5Depósito Legal: SE 929-2015Impresión: Kadmos

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COMllÉ CJENTIFICO DEL CONGRESO

María de los Ángeles Pérez SamperEliseo Serrano Martín

Mónica Bolufer PerugaVirgina León Sanz

Francisco Fernández IzquierdoFélix Labrador ArroyoIsidro Dubert García

Francisco García GonzálezMiguel Luis López-Guadalupe Muñoz

Maria José Pérez Álvarez

COMllÉ ORGANIZADOR DEL CONGRESO

Juan José Iglesias Rodriguez(director de la XIII Reunión Científica)

Francisco Núñez RoldánCarlos Alberto González Sánchez

Juan Ignacio Carmona GarcíaMercedes Gamero RojasJosé Antonio Ollero PinaJosé Jaime García Bernal

Fernando Javier Campese GallegoRafael M. Pérez García

(secretaría científica)Antonio González Polvillo

Manuel F. F ernández Chaves(secretaria ejecutiva)

Clara Bejarano Pellicer

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII:REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS

THE CARIBBEAN IN THE EIGHIEENTH CENTURYAND ASIAN NETWüRKS PRODUCTS

ANTONI PIcAza MUNTANER

Uni'['ersit(1t de les I1ies RJ!e(lrS

Resumen: A lo b.rgo del siglo XVII las redes mercantiles que operubandesde Nueva España difundieron por toda b. América hispánica y el Caribelos productos que llegaron con el galeón de Manila: seda, lienzo, cerámica...Noobstl1ote, al iniciarse el siglo XVIII los cambios que se produjeron en toda lazona comercial de Asia-Pl1cífico (externalización y 1ll11sificación de la produc­

ción) provocaron Cllmbios que l1fectaron a su distribución. Sin embargo, ni estacoyuntura ni la nueva política restrictiva imposilitó la Ile~da masiva de artícu­los asi~ticos y su distribución por todo el Cuibe. Partiendo del análisis de losexpedientes de bienes de difuntos, unos mil quinientos, de diferentes ciudadesde la AmériCll colonial y del Caribe hemos dibujado un primer mapl1 de b dis­tribución de los productos asiáticos, su clase y su tipología.

Palabras c1a\·e: Asia, mercados, Caribe, testl1mentos, distribución.Abstract: Throughout the seventeenth century the commercial networks

operuting from New Spain spread throughout Spanish America l1nd the Ca­ribbean products that carne with the Manila Galleon: silk, Cllnvas, ceramics .However, at the beginning ofthe century XVIII changes that occurred throug­hout the shopping arCllde of Asia-Pl1cific (outsourcing l1nd mass production)caused changes affecting distribution. However, neither this situution nor thenew restrictive policy imposilitó the infiux of Asian goods and their distribu­tion throughout the Cuibbean. Based on analysis of property records of thedel1d, about 1500, from different cities of colonial AmeriCll and the Caribbeanwe have druwn the first ml1p of the distribution of Asian products, their c1assl1nd type.

Keywords: Asiu, markets, Caribbean, wills, distribution.

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434 ANTONIPICAZOMUNTANER Uni_.'41úINIlIN&Ie4r.

1. INTRODUCCIÓN

L a política coercitiva de la monarquía hispánica hacia la comercialiZll.ciónde productos asiáticos desde Manila', vía galeón, hasta Acapulco generó

graves tensiones en todas las estructuras de poder del archipiélago, y aún endeterminadas redes mercantiles novohispanas. El Consulado de Cargadoresde Sevilla se quejó de la grnn caída en las ventas de productos de seda. En1701 la ruina ern casi total y sólo se podía salvar si se evitaban los artículosextranjeros y se actuaba contra el comercio de Filipinas2

• Es difícil evaluar,como el mismo autor manifiesta, la totalidad de ventas realiZll.das de textilesa Indias. En la segunda mitad del XVII se exportaron 105.000 fardos y ca­jones de ropa. Sin embargo, éstos no se abrían, sino que ern tasados a "ojo"por los oficiales reales. En 1748 la situación de caos en el tráfico se repetía ylos representantes comerciales enviaron a la corte un memoria~1 en el que sedemandaban medidas coercitivas mucho más duras.

Ese circuito económico engendró una serie de problemas, derivados dela primera globalización, que acabaron por provocar una reacción cortesanade restricción·. La corona no supo entender la magnitud de los mismos nisiquiera determinar dónde estaba situado realmente el foco principal de esaproblemática y, en consecuencia, las iniciativas parn paliarlos no sirvieronde mucho. Las mercancías asiáticas continuaron llegando a América y seintrodujeron en los mercados de las principales plazas y puertos5• Una vez

1. Antoni PiC'azo, "El comercio y la C'aTtografia del Mar del Sur: consecuencias enEspaña y AmériC'a",Analrs dd Museo de América 11, (2003), pp. 227-236.

2. Mariano Ardash Bonialian, Fl Pac{ftro hispanoamericano: política J' romercfo asidticorn d imperio espaiíol, 1680-1784: la crntralidad de /o marginal, México D. E, El Colegiode México, 2012.Salvador Bernabéu Albert y Carlos Martínez Shaw (eds), Un ociano de srda

J' plata: d unh....,..JV rconómiro dd Galeón de Afanila, Sevilla, CSIC, 2013. Carlos MartÍnezShaw, El Mema romercialrspaiíol dd Pacifico (1765- 1820): discurJV de ingrrso 1m la RralAcadrmia de la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia, 2007.

3. Archivo General de Indias IAGI}, Filipinas [F1 678."Representación prácticacomerciante, que con las más profunda humildad ponen a L.R.P. de S.M. (Que Dios Guarde)por medio del Consulado de Andalucía, los apoderados del Comercio de la Vieja España, quereside en este Reyno de la Nueva, sobre los daños y perjuicios que ocasionan el Real Habery vasallos de aquella Península, el Comercio que hace en esta el anual galeón de Philipinas.Reducido a tres puntos en que se prueban las Artes y mala fe de este comercio, refutando losalegatos y defensas, sobre que se ha dado lugar, a la continuación de los daños y los remediosque se obvien y florezcan las Fábricas de la Nación Española y Yslas Philipinas, México, 30de abril de 1748".

4. Miguel Abdda, El mercantilismo: Política rconómica dd c.Jtado de transicWn: haciasu rstud,o 1m las tipologías cmirales J' pcnj"..,..icas, Fundación Cultura Universitaria, 1990, ysobre todo, Robert Smith, "Spanish Mercantilism: A Hardy Perennial", Southern Economic..hurnal, 38, (1971), pp. 1-11.

5. Carmen Yuste, El com..,..ao de Nu/!Vtl Espaiía ron Filipinas, México, INAH, 1984.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 435

iniciada esa distribución la posibilidad de paralizar su extensión por todo elcontinente, por el Caribe o incluso a la misma metrópoli fue del todo inútil6 •

En las líneas que seguirán veremos la incidencia de esa comercializaciónen el siglo XVIII. Detenninaremos sus escenarios; veremos su tipología;analizaremos si hubo o no cambios tanto geográficos como tipológicos en­tre ambas centurias; percibiremos la procedencia primaria de los bienes y,finalmente, profundizaremos en las características sociales y económicas delos ti tulares.

Referente a las cuestiones metodológicas no cabe volver a incidir enlas fuentes utilizadas y en la bondad de las mismas7• Si, pero, haremos unapequeña recapitulación sobre ellas. En este caso hemos utilizado la serie deBienes de Difuntos3 existentes en el Archivo General de Indias de Sevilla,estudiando los inventarios que incorporan dichos expedientes. Dentro deesta grnn sección la forma más efectiva para evaluar la tenencia de deter­minadas propiedades es, sin duda, el estudio de los inventarios de los fall­ecimientos en Indias aunque esto comporte algunos problemas de caráctermetodológico. En nuestro caso hemos optado por analizar una serie deexpedientes de bienes de difuntos --elegidos completamente al azar- conun número que fuera significativo. En este caso estudiamos quince autosde diferentes ciudades y áreas geográficas de América y del Caribe9 entre1701 y 1800 concretamente de Acapulco, México, Veracruz, Zacatecas, LaHabana, Portobelo, Cartagena de Indias, Panamá, Lima y Santo Domin­go. También analizamos 25 registros efectuados completamente al azar, sin

6. Guillermina del Valle Pavón, "Redes en las empresas de un comerciantes establecidoen Nueva España, 1720-1770» enX SimpOJ'io de Historia Económica. Andlisis de Redrsrn Hi9on'a Económica, Barcelona, Bellaterra, 200S. Relata las actividades contractuales deManuel Rodríguez Pedroso, un rico comerciante que intervino en el contrato con Manila. En1747 invirtió 100.000 pesos en enviar ropa a Acapulco.

7. Antoni Picazo, "Los bienes de difuntos de la Casa de Contratación de Indias: unaaproximación a la serie documental de la institución y al estudio de redes", en V CongresoIntenulcümal de Hi9on'ay Ciencias Socitlies, Málaga, Universidad de Málaga, 2012.

8. Antonia Heredia Herrera, "La carta de diligencia de Bienes de Difuntos", ArdlivoHispalrnse, S7 (1974), pp. 39-48. Enriqueta Vila, "La documentación de "bienes de difuntos"como fuente para la historia social hispanoamericana", en Francisco de Paula Solano y, Fer­mín del Pino (Cooro.),Amérial)' la EspaíÍa dd siglo XVI, Madrid, CSIC, 1983. María Mag­dalena Barrientos, GadiMnOJ' rn las Antillas: un acrrcmniento a su rrtliidad JVefoeconómica atrm:is de Io.s C'xprdientes de Bienes de Difuntos dumnte d siglo XVII, Cádiz, Universidad deCádiz, 2000. Antonio García-Abasolo, "La vida y la muerte en Indias: cordobeses en Améri­ca, siglos XVI-XVIII" en J. Salcedo koord.), Homenaje a /smad Sdnchcz BdIa, Pamplona,Universidad de Navarra, 1992.

9. Uno de los autores, ya clásicos, en el estudio del contrabando y relaciones comercialesdel Caribe es José Luciano Franco, ContrtlÓtlndoy tmM nt:grem en d Caribe, La Habana, Ed.Ciencias Sociales, 1974.

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436 ANTüNI PICAZO MUNTANER Uni_.'41 ú IN /fIN &le4r.

aplicar ningún criterio geográfico. Así pues, y partiendo de esta zonificación,iniciamos la división cronológica para poder obtener una visión mucho másdiáfana de la centuria. División que facilitase la percepción cualquier cam­bio de coyunturn en la distribución de productos, fuese derivada de unaparálisis comercial o fuese por motivos de comercialización10. De esta formadividimos el siglo XVIII en cuatro fases de 25 años. En cuanto a las mer­cancías solo hemos recogido aquellas que explicitaban la procedencia decualquier zona asiática, omitiendo las que, pese a tener cierta sospecha de suorigen, no la concretizaron.

En cuanto al número, ubicación y división cronológiC3 de los expedien­tes estudiados estos han sido los siguientes:

T ARLA 1. Cronología y expedientes de bienes de difuntos

Año. A.. "'" Méxi<:o "ero ZOc<l Hobono Porto Corto Panamá Limo s.pulco cruz teca. bdo ""' Domingo

1701-1725 25 15 15 15 15 15 15 15 15 15 15

1726-1750 25 15 15 15 15 15 15 15 15 15 15

1751-1775 25 15 15 15 15 15 15 15 15 15 15

1776-1800 25 15 15 15 15 15 15 15 15 15 15

Fuente: AGI, Contratación (e)

2. LOS BIENES ASIÁTICOS EN INDIAS EN EL SIGLO XVIll,UN ANÁLISIS DE SU DISTRIBUCIÓN

De los setecientos expedientes analizados hemos hallado cincuenta ytres personas (algo más de un 7%), tanto en la América continental como enel Caribe, que poseían artículos de procedencia asiática distribuidos en lossiguientes periodos cronológicos.

10. Especial atención merece este aspecto cuando en determinadas épocas intervienenotros factores, como los políticos y/o estratégicos. Peter Gerhard, " A Dutch Trade Missionto New Spain, 1746-1747", Pacific Hidon·cal Rm-'ieu" 23, (1954), pp. 221-226. Vid. laprimera parte del articulo de Sergio Villalobos, "El comercio extranjero a fines de la domi­nación española", }Dumal of Inter-American Sudies, 4 (1962), pp. 517-544. Celestino An­drés Araúz, El rontrabantW holandis en el CanDe durante la primera mitad dd siglo XVIII,Academia Nacional de Historia, 1984.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 437

TABLA 2. Número de personas con bienes asiáticos

Periodo N°1701-25 13

1726-50 15

1751-75 18

1776-1800 7

Fuente: AGI, Contratación (C)

En cuanto a la disposición geogrnfica durnnte todo el siglo XVIII en­contramos dos lugares centrnles de máxima aglutinación, México y Vern­cruzll

. Sin embargo, llama la atención que el tercer lugar de concentrnciónfuese La Habana l2• Por lo demás, y como podemos observar, la dispersión fuemuy notable, tanto en América del Sur (Lima, Quito) como en toda la zonadel Caribe (Habana, Cartagena de Indias...).

TABLA 3. Cronología y expedientes de bienes dedifuntos con productos asiáticos

Acapulco México VeracrUI Habana Cartagena Zacatecas

1701-1725 I 2 8 I I O

1726-1750 I 6 I 2 I I

1751-1775 2 8 O 3 O O

1776-1800 O 3 O I 2 O

Guatemala Panamá Lima Orinoco S. Domingo Quito

1701-25 O O O O O O

1726-50 I I O O O O

1751-75 O O O I 2 O

1776-1800 O O I O O I

Fuente: AGI, Contratación (C).

De todos los tenedores de bienes en primer lugar destacan los comerci­antes que poseían un elevado número de productos destinados al mercado.

11. Para el comercio de Veracruz en el siglo XVIII, Javier Ortiz, Comercio e;rterior deVeracru::, 1778-1821, crisis de dependencia, Sevilla, CSIC, 1978.

12. La relación para toda la América hispana entre el comercio y el poder ha sidoestudiada por Bernd Hausberger y Antonio IbalTa (Eds.), Comerao J' poder en América rolo­nld. Los ronsul<1dos de romeraantrs, siglos XVII-XIX, México, 1. Mora, 2003.

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438 ANTONIPICAZOMUNTANER Uni_.'41úINIlIN&Ie4r.

En segundo orden de importancia hallamos a los militares (como FernandoChacón Medina de Salazar, teniente general de la flota lJ), altos cargos (casode Pedro Bias Padilla, oidor de la Audiencia H

) y mandos intermedios, muynumerosos en la primera parte de la centuria. Los demás tenedores se dis­tribuyen uniformemente por toda la estructura social. Tenemos a miembrosde la elite intelectual (como el arquitecto Jerónimo de Balbas1S

), religiosa,administrativa pero también de la misma base social como zapateros, cria­dos, curtidores... Entre ellos aparecen tres figuras que detentaban una eleva­da cantidad de artículos como el comerciantel6 Manuel López de Ángulo,un vizcaíno natural de Carranza, que residía en Acapulco y que a su muertetenía acumulados y dispuestos para introducir en el mercado 119 birretesde seda, 140 camisas de seda, 200 saya-saya (un tipo concreto de tejido),58 libras de seda torcida, 28 mantas de algodón y 328 piezas de lanquín,todas ellos procedentes de China 17

• Otro residente en Acapulco l8, y con la

misma función que el anterior, fue Pedro San Ginésl9• En el otro extremo,

concretamente en Cartagena de Indias, encontramos al mercader gaditanoJuan Luis del Piélago que en el momento de su óbito mantenía almacenados5.777 peines de China (solían ser o bien de madera de boj o en carey lacado)y 120 botones de metal de la misma zona20. También, como no, podemoshallar algunas personas que habían adquirido algunas prendas de vestir decalidades y precios bajos, como Manuel Castro Romero, preso en la Habana,entre sus propiedades hallamos unos calzones de seda y cuatro pares de me­dias de seda china.

13. AGI, Contratación [Cj, 580 N5 exp.54. En 1692 pasó a Nueva Españadonde ejerció el cargo de Alcalde de Guaxupa En 1701 condujo dos navíos de azo­gue hasta la Nueva España, premiado en 1706 por el COllSejo de Guerra con eltítulo de mariscal de campo. Posterionnente fue designado como capitán gener­al y presidente de la Audiencia de Canarias. En 1716 regresó con la plata que los buzoshabían podido recuperar del hundimiento de la flota de Ubilla. Como jefe de escuadravolvió a ir a Nueva España en 1720 y se restituyó en 1721. Volvió a ir con azogues en 1722 ya la vuelta falleció, en 1723 a bordo del galeón "Nuestra Señora de Guadalupe" que acababade salir de Veracruz.

14. AGI, C, 5646 N5.15. AGI, C, 5624 N3. Pura una mayor infonnación sobre este arquitecto y sus obras

tanto en España como en México, vid. Maria José del Castillo, "Jerónimo Balbasy el mausoleode Luis XIV en Sevilla", Laboratorio de Arte 2, 1989, pp. 115-124.

16. Antonio Ibarra; Guillermina del Valle, (Coord.), Redrs socia/rs e instiJucionrs comrr­da/es 1m d imptTio rspaiíol, siglos XV7-XIX, México, l. Mora, 2008.

17. AGI, C, 5624 NI.18. Asunción Lavrin, "El capital eclesiástico y las elites sociales en Nueva España en el

siglo XVIII", Estudios Mexia:mos, 1, 1985, pp. 1-28.19. AGI,C,5621 NI.20. AGI, C, 5600 N7.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 439

T ARLA 4: Productos asiáticos en manos de diferentespersonas (reb.cionadas por oficios)

1701-25 1726-50 1751-75 1776-1800 Total

Comerciante 3 3 2 3 II

ReJi.IÓoso I O O O I

Militar 3 I I I 6

Car.ll;ador I O O O I

Zaputero I O O O I

Desconocido • 7 II 2 2•

Médico O I O O I

Labrador O I O O I

Criado O I O O I

Curtidor O I O O I

Capitán navío O O I O I

Pulquero O O I O I

Arquitecto O O I O I

Oidor O O I O I

Muestro armero O O O I I

Fuente: AGI, Contratación (e).

La procedencia geográfica de los productos evidencia claramente undominio absoluto de artículos chinos, con un destacable 96%, Ello pero noimpide la detección de géneros de otras zonas21 (India, con un 2%, y Japóncon un mismo porcentaje), con unas calidades y precios mucho más elevados,tales como las cañas de plata o los jarrones de vidrio,

En el primer cuarto del siglo XVIII el comercio de Manila se mantuvoen las mismas cotas de transacciones que a finales del XVII pero lejos deaquel esplendoroso comercio de la década de 1630, si bien cabría matizarque hubo algunos años de recuperación positiva, como 1709, En este añoentraron 52 barcos en el puerto de Cavite, la mayoría de China, concreta­mente 43; también los años 1706, 1708 Y 1710 fueron bastante positivos,con la llegada de más de 30 navíos anuales22

, Sin embargo, la reactivación novino por un incremento notorio del número de naves, sino en el valor de los

21. AGI, Ultramar 659, N 305, "Estado que manifiesta los efectos de India conduci­dos al puerto de Manila en 1792 con expresión de Buques, Procedencias. Clases de efectos,cantidades, v':llores y duros que adeuduon, 11 junio 1806".

22. El comercio de la seda asiática h':l sido estudiado por diferentes ':Iutores, entre ellosel volumen sobre la importancia y la extellSión de ese contrato, vid. Vadime Elisseelf(Ed.), 77l1!Sills Roat/s. HilJlL'l7J's ofCulture 17M Commerce, N. Y., Bergham Books,2000.

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440 ANTONIPICAZOMUNTANER Uni_.'41úINIlIN&Ie4r.

productos comercializados. La estrecha relación de Manila con Acapulc02J

evidencia una más que notable recuperación. Entre 1695 y 1700, la épocade reactivación gestada en los gabinetes de Carlos JI, el volumen comercial­izado se multiplicó por tres respecto a la década inmediatamente anterior. Elsubsiguiente período, de 1701 a 17052

\ se duplicó respecto a los cinco añosprevios. El resultado pues, comparando los datos económicos del período1680-90 con los de 1701-05 fue el de franca mejoría, con un marcado in­cremento contractual. Esta recuperación gradual se reflejó en la distribuciónde mercaderías por toda la América hispana.

La mayor permisividad de las autoridades filipinas, pero también met­ropolitanas, la nueva filosofía del "dejar hacer", posibilitó un resurgir delcomercio chino, con cambios fundamentales en el tipo de productos impor­tados y también en sus cantidades. Entre 1680 y 1685 la actividad mercantildel puerto de Manila tornó a cobrar auge, no sólo por un incremento de losproductos de siempre -algodón, cereales, minerales y seda-, sino tambiénpor la introducción de nuevos artículos. Entre todos ellos destacaríamos unagran diversidad de manufacturas elaboradas, como puedan ser escritorios,peines,...; un aumento espectacular de la cernmicé>, concretamente platos,con mínimos de 10.000 unidades y máximos de 400.000 unidades. De estaforma el proceso de atonía empezó a romperse y el mercado se abrió a lasnuevas demandas de unos consumidores que, empujados por la moda, teníanotros gustos y por ello requerían otra tipología de mercancías.

En cuanto a la tipología de los artículos distribuidos podemos afirmarque existe una gran variedad. Los más numerosos, de mayor demanda, fueronlos de seda, especialmente prendas de vestir, seguidos de los de algodón. Perotambién tenemos una amplia gama de utensilios domésticos como lozas ycerámicas, metales... Si observamos la llegada de géneros a Manila en dos mo­mentos históricos como los de la década de 1660 -de crisis- y los de 1680-de recuperación- veremos ese cambio brusco en la demanda.

23. Para la estructura interna y el funcionamiento del COllSulado de Mercaderes deMéxico, vid OnienanZl:lJ dd OmsulalÚJ de Aflrico Uni1Jrrsidad de AlfTCtldfTes de esta Nu/!VtlEspaíÍa, México, 1S16. También Guillermina del Valle Pavón, Afrrcadrrel', COmrr(fOJ' consul­ados de Nu/!Vtl EspaiÚ'l en d siglo XVIII, México, 1. Mora, 2003.

24. PielTe Chaunu, Las Filipinasy d Pacifico de los Ibéricos, México, IMCE, 1960.25. George Kuwayama, "Cerámica china en el Perú colonial", Iconos, 3, (2000), pp. 20-

29. TaJumon' Nogmni, "On hizen porcelain and the Manila-Acapulco galleon trade", Bulldinof the InlÚJ-Pacific Prehidory A=citltion, 26, (2006), p. 1-7. George Kuwayama; AnthonyPasinski, "Chinese ceramics in the Audiencia of Guatemala", Orimtal Art, 45, (2000), pp.25-35.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 441

TARLA 5. Importaciones de Ml1nila 1660-65; 1680-85

Algodón Seda Metalurgia Especies Cerámica

1660 1037 52 O O O

1661 1172 334 2 O O

1662 1052 5 O 20 O

1663 2100 O II 40 O

1664 381 1181 O 3 O

1665 1019 124 10 26 O

1680 648 68 O O O

1681 435 282 40 10 15500

1682 1823 75 160 150 35000

1683 595 46 100 O 6000

1684 987 33 3604 O 17120

1685 37893 6827 7809 193 400286

Fuente: AGI, Filipinas (F)

En veinte años la importación de China de mercancías de algodón semultiplicó por 37, los de seda por 60, la metalurgia por 78026

, mientras quela cerámica de no tener mercado pasó en menos de cuatro años de las 15.000unidades a 400.000.

TARLA 6. Productos asi~ticos en ml1nos de diferentes personas, siglo XVIII

seda al¡¡:odón cer-.ímica metal lino papel lienzo Ipaño vidrio m:Jdcra Iplata

1701-25 22 2 6 I I I O O O O O

1726-50 16 3 2 3 O O 2 2 I 2 O

1751-75 21 4 17 6 O O O O O 5 I

1776-1800 4 2 4 O O O I O O I O

Fuente: AGI, ContT'3tación (C).

Entre 1705-1715 las autoridades perdieron el control comercial, comoconsecuencia directa del conflicto a la sucesión de la Corona de España, hastael punto que los impuestos sobre la carga del galeón de Acapulco se dejaronde cobrar. En ese aspecto en 1715 se solicitó al Consejo de Indias que infor­mara de las cargas que gravaban el tráfico de mercancías chinas emitidas haciaAmérica. Al año siguiente, Diego de Morales Velasco, secretario del Consejo,

26. El incremento de artículos de metalurgia vino configurado por un cambio producti­vo en las islas, concretamente por un mayor desarrollo de la agricultuT'3. De este modo Manilaimportó de China un gran número de arados y azadas.

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respondió que no se detallan los impuestos del comercio con China porquése habían indultado los navíos que iban de Manila a Acapulco. En la décadade 1720 la corona prohibió a Manila el tráfico y la distribución de productosde seda27

• El motivo: este tipo de contrato lesionaba gravemente los interesesproductivos y económicos de Andalucía2s• Sin embargo, las autoridades fili­pinas reaccionaron y enviaron un denso memorial en el que se oponían a estanueva legislación, más coercitiva que nunca. Sus argumentos eran simples,pero lógicos. El impacto de la llegada de un solo galeón al año a Acapulcoera ridículo comparado con las introducciones de los extranjeros. Máximecuando más de la mitad de los géneros embarcados no eran productos deseda, sino de una amplia gama que iban desde la cera a diferentes especias(pimienta y caneiaJ2\ pasando por los efectos de algodón, de mucho menosvalor y mucho más volumen de carga30.

La cuestión de fondo, para las autoridades y mercaderes de Manila, no sesituaba en la arribada de un solo barco, con carga y capitales limitados. Sinoa una coyuntura internacional mucho más lesiva para los intereses de Españaque esa simple nave de carga de Filipinas. Era la globalización de artícu­los que diseminaban las otras potencias coloniales (Gran Bretaña, Francia31

,

Holanda32••.l. Además, los dos últimos puntos que destacaban como graves

27. Se incidió en la completa prohibición del comercio de Manila con Perú. AGI, F,165, N 27 "Carta de la Audiencia de Manila: Domingo de Zabalburu, José Antonio Pavón,José de Torralba y Agustín Miguel de Barrientos y Rivera dando cuenta del recibo de unacédula que prohibe el comercio de los géneros de China con Perú".

28. Luis Navarro García, "El comercio interamericano por la Mar del Sur en la EdadModerna", Reviga de Historia 23, (1965), p. 20 expuso de una forma clara que las Filipinasse convirtieron en "...un elemento perturbador de la economía del Imperio..." a través de unadoble perspectiva: las mercancías que entraban y la moneda que salia. Entre las obras destaca­bles sobre este aspecto hallamos la de Woodrow Borah, Si/k raising in r%nial Aluico, L.A,Berkeley, 1943. Por su parte Clarence Heruy Haring, OJmrrcfo J' ntl'l:'I'gtlCfon mtre EspaíÍa

J' las Indias, México: F.GE., 1979, p. 181 relata como "...El comercio con las islas Filipinas yAmérica a través del Pacífico constituyó otro conducto de filtración para los beneficios de loscomerciantes sevillanos".

29. En el aspecto de las especias hubo interesantes proyectoS para la expansión de esenegocio, vid. por ejemplo la carta de José Calvo, "Carta de José Calvo, en nombre de la Com­pañía de Jesús establecida en Filipinas, al rey Felipe V, pidiendo se establezca una armadillade seis galeras para la defensa del presidio de Samboonga, fije los beneficios de la canela, y elestablecimiento de los españoles en esas tierras", 1734.

30. Esta circunstancia fue subrayada por las autoridades de Filipinas alegando que elvalor de un fardo de géneros de algodón era de unos 70 pesos.

31. A partir de 1700, la internacionalización del comercio en el Pacífico, y especial­mente con China, se extendió a muchas más potencias. Un ejemplo de ello fue que en 1712el navío francés "L'Eclair", del capitán Buislere fue decomisado, junto a las mercancías chinasque portaba, por haber atracado sin autorización en el puerto filipino de Solocsoloc.

32. Celestino Andrés Araúz, El amtra/xlndo holandés en d Caribe durante la pn'meramitad dd siglo XVIII, Academia Nacional de Historia, 1984.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 443

problemas que se derivarían de tamaña decisión no dejaron de preocupar a laCorte. En primer lugar, una mengua más que notable de los derechos de lacaja real de Manila33 supondría que su capitalización se efectuase 'exclusiva­mente' con el situado. El otro, y definitivo, que los mercaderes chinos, los másactivos, si no podían vender su producción, en este caso los tejidos de seda,dejarían de acudir a las islas. Consecuentemente, el comercio se paralizaría yno habría ninguna razón para que los pobladores hispanos quedasen en ellas,por lo que se perderían irremediablemente.

Sin embargo, si que podemos percibir que los niveles de distribución deproductos de seda asiáticos por toda la América hispana:W eran muy superi­ores a los de algodón. Pero a tenor del número de productos detectados nose puede deducir de ello hundiera la contratación mercantil del Atlántico y laproducción sedera de Andalucía.

En cuanto al tipo de artículos destacan las prendas de vestir (camisas,jubones, ...) y aquellos muy económicos y de amplia difusión como las medi­as35

• Por otra parte, la loza (tanto platos como tazas) fue uno de los de mayordemanda y distribución continental.

La distribución tipológica de los productos en las distintas áreas geogrnfi­cas fue la siguiente:

5.1. Nueva España: En México capital hemos detectado hasta dieciochoposeedores de artículos procedentes de Asia, de todos ellos destacaríamos alpresbítero Pedro Paz, titular de un jubón de la India; a Antonio Méndez dela Cadera con una mantel de seda, cinco platos, nueve tazas y una palangana,todo de cerámica china y al labrador Juan Martínez de Ugalde, con un man­tel de seda. En el norte minero, en Zacatecas, hallamos al comerciante JuanRosso de Campos3\ de Milán, que tenía en su poder 14 fundas de seda, 55camisas de lienzo y 5 pares de medias de seda, todos los géneros de proce-

33. José María Pradera, Filipinas, la roionia mlÍs peculiar. La haciendll pública m ladifinicriin de la política roionial, 1762- 1868, Madrid, CSIC, 1999.

34. Ya Milton Zambrano Pérez, "Piratas, piraterías y comercio ilícito en el Caribe: lavisión del otro (lSS0-16S0),Hidon·a dd Caribe, 12 (2007), pp. 23-S6 relató los tres ~randes

arcos comerciales de la zona. A saber, la intercontinental, con sus flujos con Europa, Africa yAsia; la intercolonial, entre diferentes lÍreas y, finalmente, la local

3S. José Montero Vidal, Hidoria Geneml de Filipinas, Madrid, lSS7, explicó la cargaque, en materia textil, solía transportar el galeón: "...EI valor excedía siempre el autorizado,consistiendo por regla general en telas chinas e indias de algodón y seda (entre estas sobreSO.OOO pares de medias de seda clara) y adornos de oro, vendiéndose en Acapulco con un100% de ganancia. Legentil expresa que el cargamento constaba de 1.000 fardos, conteniendo4 o S paquetes de unos 1S'7S pies cúbicas castellanos y de valor de 2S0 pesos... el cargamentode retorno no bajaba de dos a tres millones de pesos...", p. 8S.

36. Juan Rosso fue químico y cirujano, maestro de anatomía y álgebra, residió habit­ualmente en Querétaro pero también se dedicó al comercio con Zacatecas. Tras su muertereclamaron sus bienes sus familiares más directos, por entonces residentes en Génova.

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dencia china. En la villa de Acayucán,junto a Veracruz37, Santiago Murallas,mercader natural de Génova, tenía 93 varas de lampazo, 54 vara de seda y79 jubones de algodón. En Acapulco, centro neurálgico por excelencia delviaje transpacífico, hallamos hasta cuatro poseedores, algunos de ellos que yahemos citado anteriormente. En la misma Veracruz destacan siete personascon mercancías asiáticas, entre ellas sobresale el mercader Pedro Fariñas, quetenía 60 tazas de cerámica, residente habitual en Sevilla, donde estaba casadocon María Pardo, su heredera.

5.2. Centroamérica: En América Central, en Santiago (Guatemala311 ), en­contramos a Domingo Suárez, con cuatro polveros de algodón, un frasco devidrio del Japón, una colcha de seda y dos calderos de metal de China. EnPanamá la manta de algodón de China que tenía en su poder Manuel Lópeztambién refleja la demanda de las mismas.

5.3. América del Sur: No hemos detectado un gran número de posee­dores de bienes asiáticos en esta zona, aunque los productos que tenían evi­dencian la magnitud del contrato de esos artículos. En Lima hemos descubi­erto tres personas, entre ellas Carlos Prudencio de Guzmán, con diez tazas decerámica y una caja de madera, todo ello de China. Miguel GJ.leno poseía 26platos de loza china. En Quito, sin embargo, es muy sintomático la presenciadel comerciante Pedro Suárez Piñeiro entre sus mercaderías hallamos 10cajones de seda cruda de 14 varas.

5.4. El Caribe: La dinámica distributiva en los principales puertos delCaribe fue muy activa pues detectamos géneros por toda la zona. En LaHabana nueve personas disfrutaban de esos artículos, entre ellos José Oiza,veedor y maestre de plata, con siete pares de medias, una chupa de damascoy una capa de lienzo o Juan de Badía, mayordomo, con unos calzones de rasode algodón, dos calzones de tafetán y dos pañuelos de seda. En Cartagena deIndias tenemos a cuatro personas, entre ellas la manta de algodón de Chinaque poseía Francisco de Landapuri o los seis pares de medias de José Correa.Yen la misma área, pero en un lugar indeterminado del río Orinoco, fallecióel capitán de navío y tercer comisario de límites del Orinoco39, Antonio deUrrutia, que tenía 36 platos de cernmica y una espumadera, todo ello de

37. Guillennina del Valle, "Los mercaderes de México y la trasgresión de los límitesal comercio pacífico en Nueva España, 1550-1620", Revista dI! Hidon'a Económica, 23(2005), pp. 213-240. En la última década del XVIII y principios del XIX tenemos el valiosoartículo de Robert Sydney Smith, "Shipping in the Port of Veracruz, 1790-1821", "J7¡e His­panic American Histon'cal Revieu" 23 (1943), pp. 5-20.

38. José Manuel Santos Pérez, "Los comerciantes de Guatemala y la economía de Cen­troamérica en la primera mitad del siglo XVIlI",AnUtlno de EstudiosAmerieanos, 2 (1999),pp. 462-484.

39. Manuel Lucena Giraldo, Laboratorio tropical. La I!'xpedición dI! Límites al Orinoro,Caracas, CSIC, 1993.

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EL CARIBE EN EL SIGLO XVIII: REDES y PRODUCTOS ASIÁTICOS 445

China. Finalmente, en Santo Domingo hallamos a dos poseedores, al capitánJerónimo de Pineda con dos cañas de plata de la India, 8 platos y 7 escudillasde China y a Antonio Márquez, con diez palanganas de cerámica y una bacíade afei tar de porcelana.

3. CONCLUSIONES

A partir de los expedientes analizados hemos podido establecer una se­rie de grandes y variados campos de estudio. Estos, básicamente y a grandeslíneas, son los siguientes:

a. Datos personales de los difuntos, tales como nombre y apellidos, lu­gar de procedencia (de nacimiento y en ocasiones de residencia), lugar dedefunción, oficio, otras actividades, nombre y apellidos de los padres, estadocivil si se conoce y nombre y apellido de la mujer, nombre y apellidos delos padres de la esposa.... Este tipo de datos nos permite realizar un análisiscuantitativo y cualitativo del comercio global, pudiéndolo abordar desde dif­erentes vertientes y estableciendo variadas conexiones.

b. Verificación de todos los individuos (separados por género) que dis­ponían de bienes procedentes del comercio asiático. Lo cual evidencia, comoera lógico y de prever, la propia dinámica social de la América hispana almenos durante el siglo XVIl

c. Determinación de los diferentes tipos de productos asiáticos, distin­guiéndolos por tipología y clase de producto. A saber, qué eran, cual erael material base del que estaban fabricados, y si eran géneros de alta o bajacalidad, y si eran de lujo o de consumo masivo. Ello nos permite clarificar ycuantificar cuales de ellos fueron los más demandados, el uso al que estabandestinados, que diferencias podían existir entre los estudios clásicos de laCarrera del Pacífico y que novedades pudieran derivarse.

d. Distribución de los productos asiáticos en el continente y en las prin­cipales ciudades portuarias del Caribe, secuenciándola y dividiéndola porcenturias, y dentro de cada siglo por etapas de veinticinco años. Esta secuen­ciación, al mismo tiempo que nos permite un estudio con una perspectivamucho más amplia, también nos facilita compararlo con la propia coyunturadel comercio transpacífico o de los vaivenes internos de los puertos emisores.

e. Procedencia y lugar de origen de los bienes relacionados.f. Análisis de las redes egocentradas de todos los sujetos que disponían

de algún producto asiático en el momento de su defunción, y en especial deaquellos que se dedicaban al contrato de mercaderías y visualización algorít­mica de las principales redes estudiadas.

g. Georeferenciación de las plazas donde se detectaron los productosasiáticos, e introducción de los demás datos en un SIG espacio-temporal parasu ulterior visualización integral y análisis sistémico.

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Aunque este estudio fonna parte de un análisis mucho más profundo yamplio, especialmente en el sentido cronológico y geográfico, hemos real­izado una primera aproximación a la distribución de productos asiáticos enIndias para posterionnente poder analizar los circuitos y las redes de distri­bución de dichas mercancías, fruto en definitiva de esa Primera Edad Global.

Si bien estos resultados abarcan únicamente el siglo XVIII en esta fasede análisis nos ilustran como fue y se desarrolló esa diseminación. Esta, engeneral, mantuvo una doble línea que cabría explicar.

En primer lugar, hallamos a comerciantes instalados en varias ciudadesy puertos de Caribe que poseían mercancías y que las distribuían tanto en lapropia ciudad como en su hinterland. En este aspecto descubrimos todo tipode productos, desde los de lujo a los de uso cotidiano.

En segundo lugar, localizamos a una detenninada elite urbana poseedorade productos asiáticos de lujo, y también de uso cotidiano. Pero también auna serie de individuos de extracción popular, de oficios muy variados, queposeían esa última tipología de objetos, generalmente prendas de vestir quedada su calidad y precio las convertían en géneros altamente competitivos.