juan en el mundo
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inclusive no cumplía algunas de las tareas que le enviaban, teniendo entonces su escuela por su chispeante forma de ser, su gran habilidad para hacer nuevos en muchas ocasiones en desventaja en las otras materias que definitivamente no tardes, tiempo que podía emplearse en jugar, dibujar, conocer nuevas personas, importancia; pues solo hacían perder el tiempo valioso de varios niños en las mientras los demás se lucían dando ideas de todas las cosas positivas que esteTRANSCRIPT
Hace poco tiempo atrás, Juan, el más pequeño de su promoción, no por su
estatura sino por su edad; cursaba el séptimo año básico. Era muy conocido en
su escuela por su chispeante forma de ser, su gran habilidad para hacer nuevos
amigos, contar chistes y especialmente para crear cómics. Situación que lo ponía
en muchas ocasiones en desventaja en las otras materias que definitivamente no
le gustaban y prefería ponerse a dibujar y crear divertidas historietas en vez de
prestar la total atención a la explicación que sus maestros daban. Por eso
inclusive no cumplía algunas de las tareas que le enviaban, teniendo entonces
serios problemas con sus maestros y padres…
Este pelirrojo, como muchos le decían, de ojos saltones y contextura delgada
tenía su propio pensamiento sobre las tareas y era que éstas no poseían
importancia; pues solo hacían perder el tiempo valioso de varios niños en las
tardes, tiempo que podía emplearse en jugar, dibujar, conocer nuevas personas,
en fin, otras cosas más.
Un buen día en la escuela la maestra les mandó a él y a sus compañeros a
investigar sobre la vida de Eugenio Espejo. Al escuchar este nombre, varios niños
y niñas del salón le dijeron inmediatamente a la maestra lo que sabían de él, pero
Juan no tenía la más mínima idea, por lo que tuvo que permanecer en silencio,
mientras los demás se lucían dando ideas de todas las cosas positivas que este
personaje había hecho por lo demás en vida. Definitivamente aunque Juan se
caracterizaba por ser demasiado cómodo y en algunas ocasiones ocioso como
decían sus amigos; decidió que él tenía que saber algo más sobre aquel hombre
que había sido el centro de atención en su clase esa mañana.
Se dirigió a la habitación de su padre quien se apasionaba por la lectura y tenía
muchos libros en su repisa. Buscando, buscando encontró al fin entre los de
historia, uno pequeño pero grueso que hablaba sobre la vida de Eugenio de Santa
Cruz y Espejo. Aunque no estaba muy convencido de lo que iba a hacer se lo
llevó a su dormitorio y empezó a leer, enterándose así que este personaje vivió en
una época muy conflictiva en la que estábamos bajo el dominio español y ellos
eran quienes ejercían el control de todo. Fue hijo de una mulata y un indio; es
decir que no correspondía a una familia reconocida y adinerada de ese tiempo, y
que debido a esto no gozaba de los mismos derechos que las personas de raza
blanca, especialmente no tenía acceso a estudiar en buenas escuelas. Estas
personas debían realizar los trabajos difíciles y forzosos, que los de la clase social
alta no deseaban desempeñar.
Inicialmente Juan pensó que era mejor así pues de esa manera Eugenio y los
demás niños de ese tiempo tendrían más tiempo para jugar, pero al enterarse que
además de no permitirles el estudio eran maltratados y discriminados se molestó
bastante. Lleno de coraje decidió dejar de leer y empezó a hacer lo que tanto le
fascinaba, dibujar y crear sus cómics...Pero al hacer esto sin querer se quedó
profundamente dormido. Y empezó a soñar que entraba en un mundo de cómics,
los personajes estaban todos dibujados, como en las historias que le encantaban,
y lo que fue realmente sorprendente es que uno de los personajes era EUGENIO
ESPEJO. Eugenio y el niño conversaron y empezaron a hacerse amigos, jugaron
inicialmente a los súper héroes, pero Eugenio parecía ser bastante serio. Juan le
dijo muy seguro que la vida era para divertirse, para vivirla en ese momento y que
debía aprovecharla para jugar a lo que más le guste, eso era todo. Pero de un
momento a otro apareció en escena un español que había estado escuchando la
conversación y le dijo a Juan en forma sarcástica: – si tú piensas eso, vamos a ver
cómo te diviertes con los esclavos. ¡Es muy divertido! Ja, ja, ja. Como Juan aún
no entendía el peligro y el cruel destino que el español pensaba darle, dijo lleno de
candidez que sí quería ir, pensando que sería una diversión más. Cuando llegó al
lugar de los esclavos, se dio cuenta de que era un ambiente cruel, sucio,
inhumano y que maltrataban a la gente que estaba allí; con el pretexto de que
eran inferiores a los españoles, que ellos eran como objetos de su propiedad, es
decir que los consideraban seres sin alma.
Eugenio sabía que ese lugar era una tortura garantizada y perpetua, porque su
bisabuelo indígena había muerto allí. Entonces lleno de determinación, y en una
prueba de valentía fue a rescatar a Juan. Éste lleno de miedo se puso a llorar en
ese valle de tareas, silencios y dolores. Pero de la nada, como en las historias de
cómics, Eugenio apareció y escondiéndose para no ser visto le entregó a Juan un
mapa hecho a mano por él, donde estaba la clave secreta de cómo salir. Juan lo
aplicó paso a paso, superando grandes temores que por momentos se
apoderaban de él cuando escuchaba a aquellos hombres insensibles maltratando
a los indefensos que trabajaban excesivamente; hasta que por fin pudo salir hacia
la libertad.
En su nuevo ambiente se encontró con el serio de Eugenio, que había estado muy
preocupado, y le dijo: -Mira eso te pasó por estar en tu mundo de fantasía y
distracción, si leyeras y estudiaras más hubieses sabido que esos lugares de
trabajo despiadado y explotación son terribles. Pienso mi buen amigo que
conoces muy poco de la vida, de las responsabilidades y eso puede ser peligroso.
Aprende de mí, continuó Eugenio, aunque me resulta muy difícil yo prefiero
estudiar y llevar conmigo lo que sé. Aspiro a ser un reconocido profesional, y
aunque me cueste mucho lo voy a lograr…Prefiero ser alguien importante a no ser
nada. ¡Recuerda siempre lo que te he dicho!
Juan totalmente sorprendido abrazó a su amigo y agradeció el consejo.
Repentinamente sintió algo extraño, la imagen de Eugenio empezó a verse
borrosa y al mirar su cuerpo se percató que iba lentamente desapareciendo;
entonces se despertó cayéndose del sofá en el que tenía apoyada su cabeza,
ahora dolorida y se dio cuenta que todo había sido un sueño.
Desde aquel extraño día, Juan tuvo un comportamiento diferente en su casa y en
la escuela, pues llegó a la conclusión de que es mejor estudiar y prepararse que
no ser nada, que las tareas sí son necesarias para cada día aprender algo nuevo y
valioso; que es bueno conocer y saber lo necesario para ser capaz de resolver los
problemas que se presentan en la vida.
Y que lo más divertido es aprender a través de las cosas que más le gustan a
uno, como los increíbles cómics que tanto lo apasionaban a él.
Arianna Coloma Egas
Séptimo Año de Educación Básica “B”