josé larralde

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Cuando la vida te nombre, José Pensando en Don José Larralde Nació hace 75 años en Huanguelén, y sigue cantando. Compuso más de seiscientas obras, a espaldas de los medios masivos, y es uno de los grandes intérpretes del folclore nacional. No acude a los grandes festivales, no lo nombran por la televisión, no lo transmiten por las radios fm. Acude a los teatros de ciudades y pueblos, él y su guitarra, un micrófono, un escenario, nada más. Por la huella de su vida sacrificada, de peón y soldador, mecánico y tractorista, el viejo de barba melenuda sigue marcando camino. Renegado y crítico, charlatán y hacedor de risas, se sienta con su guitarra y se pone a hablar. Gusta de charlarle al público y contar la historia de cada canción, porque según él, lo que se presencia no es un espectáculo, sino una guitarreada. A mí me llaman folclorista… no sé… yo soy cantor orillero”. José Larralde es un ícono de nuestra música a quien se debe preservar. Infinidad de cantautores y poetas pasan desapercibidos y el tiempo los entierra en el olvido. ¿Por qué no conmemorar en vida, entonces, la riqueza artística de este guitarrero y cantor? Aunque signifique una gota de agua en el océano vasto de su obra, compartimos acá algunas de sus letras. Recitados, milongas, chamarritas, canciones e infinidad de poemas esperan ser oídos. Así como lo hicieron ya varias generaciones desde el año 1967, fecha de nacimiento de su primer disco. Ahí está Don José, al igual que tantos otros guitarreros de la pampa que tal vez algún día conozcamos. Es un placer escucharlo, pensar la vida a través de su canto y alguna vez llorarlo, tal vez por alguna nostalgia absurda. Pero pa’ qué seguir escribiendo. pa’ apreciar las letras, oiga su música, oiga su voz.

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Extracto de la Revista Cimarrón, Varieté Popular. Sencilla consideración de la inmensa obra artística de don José.

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Page 1: José Larralde

Cuando la vida te nombre, José

Pensando en Don José Larralde

Nació hace 75 años en Huanguelén, y sigue cantando. Compuso más de seiscientas obras, a espaldas de los medios masivos, y es uno de los grandes intérpretes del folclore nacional. No acude a los grandes festivales, no lo nombran por la televisión, no lo transmiten por las radios fm. Acude a los teatros de ciudades y pueblos, él y su guitarra, un micrófono, un escenario, nada más. Por la huella de su vida sacrificada, de peón y soldador, mecánico y tractorista, el viejo de barba melenuda sigue marcando camino. Renegado y crítico, charlatán y hacedor de risas, se sienta con su guitarra y se pone a hablar. Gusta de charlarle al público y contar la historia de cada canción, porque según él, lo que se presencia no es un espectáculo, sino una guitarreada. “A mí me llaman folclorista… no sé… yo soy cantor orillero”.

José Larralde es un ícono de nuestra música a quien se debe preservar. Infinidad de cantautores y poetas pasan desapercibidos y el tiempo los entierra en el olvido. ¿Por qué no conmemorar en vida, entonces, la riqueza artística de este guitarrero y cantor? Aunque signifique una gota de agua en el océano vasto de su obra, compartimos acá algunas de sus letras. Recitados, milongas, chamarritas, canciones e infinidad de poemas esperan ser oídos. Así como lo hicieron ya varias generaciones desde el año 1967, fecha de nacimiento de su primer disco.

Ahí está Don José, al igual que tantos otros guitarreros de la pampa que tal vez algún día conozcamos. Es un placer escucharlo, pensar la vida a través de su canto y alguna vez llorarlo, tal vez por alguna nostalgia absurda. Pero pa’ qué seguir escribiendo.

pa’ apreciar las letras, oiga su música, oiga su voz.

Page 2: José Larralde

Desde tu vida

Un ventarrón de besos me transita

desde la férrea médula del tiempo

y en el cofre carnal se resucita

el tembloroso latido del silencio

Como el torrente de palabras mudas

que exhalo en el suspiro que se inyecta

alzo mi lágrima enjuagada en vida,

desde tu vida y por tu vida inquieta

Quizá, quizá fuera el excéntrico poeta

que enloqueció de amor si tú no estabas

pero el amor sembró el aire y fue profeta

y en esa profecía tú me amabas

tú me amabas y yo volqué mi nada

sobre el vértigo del celo enloquecido

celo de nada y de todo lo nacido

desde Dios hasta el sol de la mañana

Cada trozo de mi sombra vana

del talismán de ti venció al receso

y hoy lloro, tan solo por el beso

que no te di al nacer

mi enamorada.

Page 3: José Larralde

A las once menos cuartoEstoy en esta mesa rota

destartalada y vieja pensándolo mejor... hecha pelota

que cuando afirmo los codos se me queja.

La remendé con una tabla crota, pero agarro la viola, y me da oreja

miro el cielo en rebanadas tras la reja de una ventana chota

y acomodo la vida en una nota que no siempre me sale muy pareja.

De muy temprano me anda dando vueltas el angelito de decir las cosas

capaz que por ser tantas no me sale ni una frase rasposa.

El mate que me dio... le dio en la rabia de verme atragantao y medio harto

cachó un papel que acomodó en la prosa y me lo dio... a las once menos cuarto.

Tu corazón dirá lo que haga falta por lo demás, no puedo, es un pretexto.

¡Te quiero mucho! me puso y más abajo... La Negra.

Y aquí estoy, haciendo esto. No sé, si a mucha gente le interese

que sea tan sincero Se puede hacer un verso desde el hueso

con un simple... Te quiero.

Page 4: José Larralde

Pa’ que dentre

Pa que dentre y sin temor a que se ofenda y creyendo en la verdad pura y sin vueltas, que abalanzo y atropello sin más riendas que yo mesmo lo digo pa que aprenda.

No cualquiera tiene tripa pa ser macho ni ser macho es un don que se lo arrienda, tiene tripas el que canta las verdades y se mete como potro entre la rienda.

Cuando el hombre se planta y canta fuerte pa que sientan los sordos si es preciso, se hacen polvo las piedras en la frente y se enciende la sangre del sumiso.

Si del puerco sacan carne pa chorizo y aprovechan hasta el jugo e la osamenta, pobrecito del cristiano que ande solo si anda escaso de coraje y experiencia.

El que tiene miedo sufre y se hace al molde tiembla solo sin que naides le haga un gesto, también tiembla el agalludo por ser hombre aunque a veces le esté sobrando un resto.

De confiado, y pavote y por ser creído y mirar pa donde no deben los pobres me lonjearon la jeta y, aunque duela, no me dieron ni calce pa ser hombre.

De gurí fui tratado como los perros y aunque nunca hice caso a los rigores, me chucearon tan fuerte los malditos que en mi pecho ya no dentran más dolores.

Por ser bueno y confiado muere el cordero ni un gemido lo acompaña en su agonía,

si el carnero no fuera tan cobarde la majada sin reproches pastaría.

Si mentira es reír cuando uno ríe y mentira es llorar cuando uno llora, es mentira el sufrir de los que sufren

y es mentira el implorar de los que imploran.

Tuve dudas al pensar que no era cierto era cierto y pensar que tuve dudas,

con los cuernos del buey hacen conciertos y se enojan cuando uno va desnuda.

Por las orejas del burro se andan riendo y que el burro me perdone por la ofensa,

cuántos ranchos calientes se verían si del burro se copiaran los que piensan.

Y si mando esta advertencia ya sabida no, no es por darle más bulto a la verseada, es pa aquellos que creen que pa ser criollos

sólo basta con pulsar una encordada.

Yo no soy cantor de mentas pero canto, canto en verso, canto en beso, canto de alma,

y si a veces digo cosas que abren llagas que me escupan si no estoy haciendo patria.

Page 5: José Larralde

Qué cruz la que lleva el viento

Qué cruz la que lleva el viento que aunque vuela pa ande quiere

no tiene rumbo ni pago ni rancho ande alguien la espere Qué cruz la que lleva el viento y hay gente que la envidea

cuánto espacio pa uno solo piensa el que mira de afuera Cuánto campo pa correrlo, cuánta sombra, cuánto sol

cuánta seca lo hizo polvo, cuánta lluvia lo empapó Cuantos tiemblan a tu paso y cuantos ríen por vos tu llanto florece campos, tu aliento quiebra la flor

Qué cruz la que lleva el viento, qué amargura hay en su voz

el que vive su destino tiene sobrada razón la envidia mida la fuerza pero no mide el dolor

Qué cruz la que lleva el viento ciego, invisible tendón cardinal de la distancia transparencia del

adiós que se revuelca en sí mismo eterno y agónico Qué cruz la que lleva el viento, su aliento quiebra la flor

qué cruz caerá sobre el alma de quien cuidarla olvidó.

Con las manos calladas

Nunca fue tan absurdo preguntar cuánto tarda el regreso, nunca fue tan inútil regresar y dejarte mi beso. Qué pregunta más tonta es preguntar el momento y la hora, qué pregunta me queda por andar en la voz de su sombra...Qué distancia buscaba al azar, por favor, qué distancia, que rompiste mi carne en el adiós sin gritar una lágrima.Cuánto tiempo será mi corazón tu latido y tu rabia, y el perfume que un sueño me dejó con las manos calladas.Nunca fue tan absurdo preguntar para qué tanto y nada...

Informate más en donjoselarralde.com.ar . Extracto de Revista Cimarrón, Varieté Popular. www.pasquin-cimarron.blogspot.com