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  • LIBRO DEL PROFETA JONS

    INTRODUCCIN

    1. Ttulo El libro toma su nombre de su personaje principal, Jons, hebreo Yonah, que significa "paloma". Yonah se emplea como un tr-mino carioso en Cantares 2:14; 5:2; 6:9. 2. Paternidad literaria Aunque en ninguna parte del libro se declara que Jons fue su autor, la opinin tradicional ha sido que lo fue. Muchos eruditos modernos se han pronunciado por una paternidad postexlica aunque no niegan necesariamente la historicidad de Jons. Sin em-bargo, los argumentos que presentan, tales como la presencia de aramesmos, no son concluyentes. El estudio del ugartico ha demostrado la antigedad de muchos giros y palabras que antes se consideraban como de una poca muy posterior (ver comenta-rio de Sal. 2:12; t. III, p. 640). As tambin el empleo de la tercera persona es un argumento insuficiente en vista de que no pocos escritores antiguos, tales como Jenofonte, Csar y otros, empleaban esa forma. Los escritores bblicos, tambin, a veces, la usa-ban (Isaas 7:3; 20:2; Jeremas 20:1, 3; 26:7; Daniel 1:6-11, 17, 19, 21; 2:14-20; etc.; ver comentario de Esdras 7:28). Jons se identifica como oriundo de Gat-hefer (2 Reyes 14:25). Fue l quien predijo la prosperidad de Israel. Esta prediccin se cumpli en los das de Jeroboam II (aproximadamente 793-753 a. C.; ver tomo II, p. 86). De modo que las profecas deben haber sido dadas ya antes del reinado de Jeroboam II o poco despus del comienzo de ese reinado. Gat-hefer estaba en el lmite de Za-buln, unos 4 km al noroeste del monte Tabor. El nombre moderno es Kizrbet ez-Zurra. All se ve una tumba cercana, que se dice que es la de Jons. No se sabe nada ms concerniente a Jons que lo que se revela en esta breve mencin histrica de 2 Reyes y en el mismo libro de Jons. No se sabe tampoco nada respecto a su padre, Amitai. 3. Marco histrico.- El perodo en que Jons profetiz fue de gran angustia nacional (2 Reyes 14:26-27). Todos los reyes que ocuparon el trono de Is-rael hicieron el mal a la vista del Seor, y se cerna el castigo nacional. Mediante Jons el Seor predijo una recuperacin del po-dero nacional. Parece que el alivio que sigui tuvo el propsito de ser un aliciente para que la nacin se volviera a Dios. La pros-peridad fue una demostracin de lo que la nacin podra alcanzar bajo la bendicin del Dios del cielo. Sin embargo, a pesar de la bendicin divina, Jeroboam "hizo lo malo ante los ojos de Jehov" (2 Reyes 14:24), como lo hicieron sus sucesores. Los reyes de Asiria durante el reinado de Jeroboam II, segn la cronologa empleada en este Comentario, fueron Adad-nirari III (810-782), Salmanasar IV (782 1020 -772), Asur-dan III (772-754) y Asur-nirari V (754-746). Hay pruebas que parecen indicar que durante el reinado de Adad-nirari III ocurri una revolucin religiosa. Nabu (Nebo), el dios de Borsipa, parece haber sido proclama-do como dios nico o por lo menos principal. Algunos ven una posible relacin entre esa revolucin monotesta y la misin de Jo-ns a Nnive (ver tomo II, p. 62). 4. Tema El libro de Jons es el nico entre los doce as llamados profetas menores que tiene forma de relato. Relata la misin de Jons a la ciudad de Nnive para anunciar su pronta destruccin por causa de sus pecados. El profeta alberga dudas y est perplejo en cuan-to al mandato que Dios le ha dado de que fuera a Nnive. El mero pensamiento de dirigirse a esa gran metrpoli, las dificultades y aparentes tropiezos de la tarea, hicieron que rehuyera llevar a cabo la misin divina y que pusiera en duda la sabidura de esa em-presa. Por no haber estado a la altura de la fe vigorosa que lo habra llevado a darse cuenta de que juntamente con el mandato di-vino vena el poder celestial para cumplirlo, Jons se sumergi en el desaliento, el temor y la desesperacin (ver Profetas y reyes, p. 199). Conociendo la bondad y longanimidad de Dios, Jons tambin temi que si daba el mensaje divino, y los paganos lo acep-taban, no sucedera la amenazante destruccin que pronunciaba sobre ellos. Esto sera para l una gran humillacin, como en realidad sucedi, y no la pudo soportar (captulo 4:1-2). Al principio desobedeci, pero por medio de una sucesin de aconteci-mientos fue inducido a cumplir con la misin. Los habitantes de Nnive se arrepintieron, y por un tiempo abandonaron sus pecados. Se enoj Jons, pero Dios justific la bondad divina. Entre las lecciones enseadas por la profeca de Jons est la verdad que afirma que la gracia de Dios trae salvacin a todos (Tito 2:11), que ciertamente no estaba limitada a los judos, sino que haba de ser revelada tambin entre los paganos. "De manera que tambin a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida" (Hechos 11:18). Como Pedro (Hechos 10), Jons lleg a entender a regaadientes que Dios estaba listo para recibir de entre todas las naciones a los que se volviesen a l. Refirindose a "los hom-bres de Nnive" que respondieron a la exhortacin de Jons al arrepentimiento, Jess conden a los judos orgullosos y farisaicos de sus das (Mateo 12:41; Lucas 11:32) y a todos los dems que, en su complacencia religiosa y falso sentido de seguridad espiri-tual, se engaan a s mismos pensando que son el pueblo favorito de Dios, y que eso les asegura la salvacin. Jess emple lo que le ocurri a Jons en el mar como una ilustracin de su muerte y resurreccin (Mateo 12:39-40). Su referen-cia al libro de Jons confirma la veracidad del libro.

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  • Los expositores del libro de Jons han seguido dos clases de interpretaciones: 1) la histrica, y 2) la alegrico. El segundo mtodo ha sido adoptado por los que niegan la posibilidad de los elementos milagrosos del libro. Lo califican de distintas maneras: leyen-da, mito, parbola o alegora. Para el que cree en los milagros, el segundo mtodo de interpretacin es innecesario e intil. A favor del punto de vista histrico se han presentado los siguientes argumentos:

    1. La narracin deja al lector con la impresin de que es histrica. No hay indicio alguno de que el autor tuviera la intencin que fuera considerada de otra manera.

    2. Jons es un personaje histrico (2 Reyes 14:25). 3. Los judos consideraban el libro como histrico (Josefo, Antigedades ix. 10. 1-2). 4. La conversin de los ninivitas es verosmil. Ver en las pp. 1019-1020, lo puesto en cuanto a una posible sincronizacin his-

    trica con una revolucin religiosa en Asiria. 5. La informacin en cuanto a las dimensiones de Nnive puede armonizar con datos histricos conocidos (ver la Nota Adicio-

    nal del captulo 1). 6. Las referencias de Jess al libro (Mateo 12:39-40; Lucas 11:29-30) muestran que nuestro Seor lo consider como histri-

    co. Este Comentario acepta la posicin de que es histrico. 5. Bosquejo

    I. La misin de Jons y su desobediencia, 1:1-17.

    A. La negativa del profeta y la tempestad resultante, 1:1-10. B. Es tragado por un pez grande, 1:11-17.

    II. La oracin de Jons y su rescate, 2:1-10. III. La predicacin de Jons y el arrepentimiento de los ninivitas, 3:1-10. IV. El enojo de Jons y la reprensin que Dios le dio, 4:1-11.

    A. La queja, 4:1-5. B. La planta marchitada y su leccin, 4:6-11.

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  • JONS 1

    Bosquejo

    Jons 1:1-3 Jons, que es enviado a Nnive, huye a Tarsis. Jons 1:4-10 Debido a la tempestad, Jons 1:11-16 lo tiran al mar Jons 1:17 y es tragado por un pez.

    TEXTO BBLICO

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones) El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)

    Vs. Reina Valera 1960 (RVR60)

    Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)

    Nueva Versin Inter-nacional (NVI)

    Dios Habla Hoy (DHH)

    La Biblia de Jerusaln (BJ)

    1 Vino palabra de Jehov a Jons hijo de Amitai, di-ciendo:

    Vino palabra del Seor a Jons, hijo de Amitai, que le dijo:

    La palabra del Seor vino a Jons hijo de Amitay:

    El Seor se dirigi a Jons, hijo de Amitai, y le dijo:

    Yahv habl a Jons, hijo de Amitay, dicindole:

    2

    Levntate y v a Nnive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; por-que ha subido su maldad delante de m.

    Levntate, ve a Nnive, a esa gran ciudad, y pregona contra ella; porque su mal-dad ha subido ante m.

    Anda, ve a la gran ciudad de Nnive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia.

    Anda, vete a la gran ciu-dad de Nnive y anuncia que voy a destruirla, porque hasta m ha llegado la noti-cia de su maldad.

    "Preprate y vete a Nnive, la metrpoli, para anunciarle que su maldad ha llegado hasta m."

    3

    Y Jons se levant para huir de la presencia de Jehov a Tarsis, y des-cendi a Jope, y hall una nave que parta para Tarsis; y pagando su pa-saje, entr en ella para ir-se con ellos a Tarsis, le-jos de la presencia de Jehov.

    Pero Jons se levant para huir a Tarsis de la presen-cia del Seor. Descendi a Jope; y hall un navo que sala para Tarsis. Pag su pasaje, y entr en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Seor.

    Jons se fue, pero en direc-cin a Tarsis, para huir del Seor. Baj a Jope, donde encontr un barco que zarpa-ba rumbo a Tarsis. Pag su pasaje y se embarc con los que iban a esa ciudad, hu-yendo as del Seor.

    Pero Jons, en lugar de obedecer, trat de huir del Seor. Se fue al puerto de Jope, donde encontr un barco que estaba a punto de salir rumbo a Tarsis, compr un pasaje y se em-barc para ir all.

    Jons se prepar para huir a Tarsis, lejos de Yahv. Baj a Jope, donde encontr un bar-co que zarpaba para Tarsis; pag su pasaje y se embarc para ir con ellos a Tarsis, le-jos de Yahv.

    4

    Pero Jehov hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pens que se par-tira la nave.

    Pero el Seor levanto un gran viento en el mar, y hu-bo una tempestad tan gran-de, que pareci que la nave se iba a romper.

    Pero el Seor lanz sobre el mar un fuerte viento, y se desencaden una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pe-dazos.

    Pero el Seor hizo que so-plara un viento muy fuerte, y se levant en alta mar una tempestad tan violenta que pareca que el barco iba a hacerse pedazos.

    Pero Yahv desencaden un viento tempestuoso sobre el mar, y se desencaden una borrasca tan violenta que el barco amenazaba naufragar.

    5

    Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno cla-maba a su dios; y echa-ron al mar los enseres que haba en la nave, pa-ra descargarla de ellos. Pero Jons haba bajado al interior de la nave, y se haba echado a dormir.

    Los marineros tuvieron miedo, y cada clamaba a su dios. Y echaron al mar los enseres que haba en la nave, para descargarla. Sin embargo, Jons haba ba-jado al interior de la nave; se haba acostado, dorma profundamente.

    Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situacin, co-menzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que haba en el barco. Jons, en cambio, que haba bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dorma pro-fundamente.

    Los marineros estaban lle-nos de miedo, y cada cual invocaba a su dios. Por fin, para aligerar el barco, echaron toda la carga al mar. Mientras tanto, Jons haba bajado a la bodega del barco y se haba que-dado profundamente dor-mido.

    Los marineros se asustaron y cada cual peda auxilio a su dios; luego arrojaron por la borda la carga del barco para aligerarlo. En cambio, Jons haba bajado a la bodega del barco y dorma profundamen-te.

    6

    Y el patrn de la nave se le acerc y le dijo: Qu tienes, dormiln? Levn-tate, y clama a tu Dios; quiz l tendr compa-sin de nosotros, y no pe-receremos.

    El patrn de la nave se le acerc y le dijo: Qu ha-ces aqu, dormiln? Levn-tate, y clama a tu Dios. Qui-z tenga compasin de no-sotros, y no perezcamos.

    El capitn del barco se le acerc y le dijo: Cmo puedes estar durmiendo? Levntate! Clama a tu dios! Quiz se fije en nosotros, y no perezcamos.

    El capitn fue a donde es-taba Jons y le dijo: Qu haces t ah, dormiln? Levntate y clama a tu Dios! Tal vez quiera ocu-parse de nosotros y nos ponga a salvo.

    El capitn se acerc a l y le dijo: "Qu haces aqu dur-miendo? Levntate e invoca a tu Dios! A ver si tu Dios se apiada de nosotros y no pe-recemos."

    7

    Y dijeron cada uno a su compaero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quin nos ha venido

    Los marineros dijeron cada uno a su compaero: Echemos suerte, para sa-ber por quin ha venido es-te mal. Echaron suerte, y la

    Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros: Vamos, echemos suertes pa-ra averiguar quin tiene la culpa de que nos haya venido

    Los marineros, entre tanto, se decan unos a otros: Vamos a echar suertes, pa-ra ver quin tiene la culpa de esta desgracia. Echaron,

    Luego propusieron entre to-dos: "Vamos a echar suertes para saber quin de nosotros es el culpable de este casti-go." Echaron suertes y le toc

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  • este mal. Y echaron suer-tes, y la suerte cay so-bre Jons.

    suerte cay sobre Jons. este desastre! As lo hicieron, y la suerte recay en Jons.

    pues, suertes, y Jons re-sult ser el culpable.

    a Jons.

    8

    Entonces le dijeron ellos: Declranos ahora por qu nos ha venido este mal. Qu oficio tienes, y de dnde vienes? Cul es tu tierra, y de qu pueblo eres?

    Entonces le dijeron: Decl-ranos por qu nos ha veni-do este mal. Qu oficio tienes, y de dnde vienes? Cul es tu tierra, de qu pueblo eres?.

    Entonces le preguntaron: Dinos ahora, quin tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? A qu te de-dicas? De dnde vienes? Cul es tu pas? A qu pueblo perteneces?

    Entonces le dijeron: Dinos por qu nos ha venido esta desgracia. Qu negocio te ha trado aqu? De dnde vienes? Cul es tu pas? De qu raza eres?

    Entonces le preguntaron: "Di-nos por qu nos sucede esto, cul es tu oficio, de dnde vienes, cul es tu pas y de qu pueblo eres."

    9 Y l les respondi: Soy hebreo, y temo a Jehov, Dios de los cielos, que hi-zo el mar y la tierra.

    Y l respondi: Soy he-breo, y venero al Seor, Dios de los cielos, que hizo la tierra y el mar.

    Soy hebreo y temo al Se-or, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme les res-pondi.

    Jons les contest: Soy hebreo, y rindo culto al Se-or, el Dios del cielo, crea-dor del mar y de la tierra.

    Jons respondi: "Soy hebreo y creo en Yahv, Dios del cie-lo, que hizo el mar y la tierra."

    10

    Y aquellos hombres te-mieron sobremanera, y le dijeron: Por qu has he-cho esto? Porque ellos saban que hua de la presencia de Jehov, pues l se lo haba decla-rado.

    Y aquellos hombres temie-ron sobremanera, y le dije-ron: Por qu has hecho esto? Porque ellos enten-dieron que hua del Seor, por lo que l les haba de-clarado.

    Al or esto, los marineros se aterraron an ms, y como saban que Jons hua del Seor, pues l mismo se lo haba contado, le dijeron: Qu es lo que has hecho!

    Jons cont a los marine-ros que estaba huyendo del Seor; y ellos, al orlo, y al ver el mar cada vez ms agitado, sintieron an ms miedo y le preguntaron: Por qu has hecho eso? Y qu podemos hacer contigo para que el mar se calme?

    Aquellos hombres se asusta-ron mucho y le dijeron: "Por qu has hecho esto?" Pues, por lo que les haba contado, dedujeron que hua de Yahv.

    11

    Y le dijeron: Qu hare-mos contigo para que el mar se nos aquiete? Por-que el mar se iba embra-veciendo ms y ms.

    Entonces le preguntaron: Qu haremos, para que el mar se calme?. Porque el mar se embraveca cada vez ms.

    Pero el mar se iba enfure-ciendo ms y ms, as que le preguntaron: Qu vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos?

    Y le preguntaron: "Qu po-demos hacer contigo para que el mar se nos calme?" Pues el mar segua enfure-cindose.

    12

    l les respondi: To-madme y echadme al mar, y el mar se os aquie-tar; porque yo s que por mi causa ha venido esta gran tempestad so-bre vosotros.

    l les respondi: To-madme, y echadme al mar, y el mar se calmar; porque yo s que por m ha venido esta gran tempestad sobre vosotros.

    Tmenme y lncenme al mar, y el mar dejar de azo-tarlos les respondi. Yo s bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta.

    Pues echadme al mar, y el mar se calmar contest Jons. Yo s bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se os haya venido encima.

    Jons les respondi: "Arro-jadme al mar, y el mar se os calmar. Reconozco que soy el culpable de esta gran bo-rrasca que os amenaza."

    13

    Y aquellos hombres tra-bajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo ms y ms contra ellos.

    Con todo, aquellos hombres trabajaron por volver la na-ve a tierra, y no pudieron, porque el mar se embrave-ca ms en torno de ellos.

    Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a re-mar con todas sus fuerzas; pero como el mar se enfure-ca ms y ms contra ellos, no lo consiguieron.

    Los marineros se pusieron a remar con todas sus fuer-zas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar se embraveca por momentos.

    Los hombres remaban para llegar a tierra firme, pero no podan, porque el mar segua enfurecindose en torno a ellos.

    14

    Entonces clamaron a Jehov y dijeron: Te ro-gamos ahora, Jehov, que no perezcamos noso-tros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque t, Jehov, has hecho como has querido.

    Y clamaron al Seor, y dije-ron: Seor, te rogamos que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque t, Seor, has obrado como has querido.

    Entonces clamaron al Seor: Oh Seor, t haces lo que quieres. No nos hagas pere-cer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas respon-sables de la muerte de un inocente.

    Entonces clamaron al Se-or diciendo: Seor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque t, Seor, actas segn tu voluntad.

    Entonces gritaron a Yahv, diciendo: "Ay, Yahv, que no perezcamos por culpa de este hombre. No nos manches con sangre inocente, pues t, Yahv, has actuado segn tu voluntad!"

    15 Y tomaron a Jons, y lo echaron al mar; y el mar se aquiet de su furor.

    Entonces tomaron a Jons, y lo echaron al mar; y la fu-ria del mar se calm.

    As que tomaron a Jons y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplac.

    Dicho esto, echaron a Jo-ns al mar, y el mar se calm.

    Luego cogieron a Jons, lo arrojaron al mar y el mar cal-m su furia.

    16

    Y temieron aquellos hombres a Jehov con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehov, e hi-cieron votos.

    Y aquellos hombres temie-ron al Seor con gran reve-rencia, y le ofrecieron sacri-ficio, y le prometieron votos.

    Al ver esto, se apoder de ellos un profundo temor al Seor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron vo-tos.

    Al verlo, los marineros sin-tieron una profunda reve-rencia por el Seor, y le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.

    Y aquellos hombres creyeron firmemente en Yahv; le ofre-cieron sacrificios y le hicieron promesas.

    17

    Pero Jehov tena prepa-rado un gran pez que tra-gase a Jons; y estuvo Jons en el vientre del pez tres das y tres no-ches.

    Entre tanto, el Seor haba dispuesto un gran pez que trag a Jons. Y Jons es-tuvo en el vientre del pez durante tres das y tres no-ches.

    El Seor, por su parte, dispu-so un enorme pez para que se tragara a Jons, quien pa-s tres das y tres noches en su vientre.

    Pero el Seor haba dis-puesto un enorme pez que se tragara a Jons. Y Jons pas tres das y tres no-ches dentro del pez.

    Yahv hizo que un gran pez se tragase a Jons, y Jons estuvo en el vientre del pez tres das y tres noches.

    1960 Soc. Bblicas Unidas 2000

    Soc. Bblicas Unidas 1973, 1978, 1994, 1996

    International Bible Society 1994, 2002

    Sociedades Bblicas Unidas 1976; 2001

    3era. Edicin

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  • Comentario Bblico Versculo 1. Jons.

    En cuanto a la identidad de Jons, ver la p. 1019. Amitai.

    Este nombre se deriva del hebreo 'meth, que significa "fidelidad" o "verdad". Se menciona a Amitai slo aqu y en 2 Reyes 14:25.

    Versculo 2. Ha subido.

    Esta expresin, o alguna similar a ella, se usa para los pecados del mundo antediluviano (Gnesis 6:5, 11) y de los habi-tantes de Sodoma y Gomorra (Gnesis 18:20-21). En ambos casos el tiempo de gracia estaba por terminar. Quiz esto tambin suceda en Nnive (ver comentario de Daniel 4:17).

    Su maldad. Nahm llama a Nnive "ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapia" (Nahm 3:1; cf. versculo 19). Sin embar-

    go, la ciudad no estaba desahuciada. "No estaba completamente entregada al mal" (Profetas y reyes, p. 198). Delante de m.

    Cf. Gnesis 18:20-21. Dios lleva cuentas con las naciones. Cada una tiene su perodo de prueba. Dios procura obtener la obediencia de todos los hombres y de conseguir la cooperacin de las naciones para llevar a cabo el programa divino.

    Versculo 3. Se levant.

    Jons no se levant para obedecer a Dios sino para desobedecerle. Como el joven rico, no estaba dispuesto a someter su voluntad a la de Dios (Mateo 19:21-22). Como "muchos" de los "discpulos" del Seor, Jons hall que la orden de Dios era demasiado "dura" para ser cumplida, y por eso -como ellos- crey que por lo menos en ese caso no caminara "con l" (Juan 6:60, 66). El profeta no comprendi que cuando Dios coloca una misin sobre los hombres para que la cumplan de acuerdo con la voluntad divina, los fortalece para que la lleven. Con cada orden divina viene el poder para cumplirla. El profeta cometi el error de no poner "primeramente el reino de Dios y su justicia" (Mateo 6:33). Debido a que le desagradaba la misin que le haba sido dada, estuvo dispuesto a separarse del servicio de Dios hasta el punto de que -si no hubiese sido porque intervino la gracia de Dios- podra haber perdido su alma.

    De la presencia. Literalmente, "de delante del rostro de Jehov". Empresa imposible! (Salmo 139:7-12).

    Tarsis. Generalmente se acepta que Tarsis era la clsica Tartesos, en la costa sur de Espaa. Era proverbial por su riqueza y

    mantena un activo comercio con la ciudad fenicia de Tiro y con otros pases, a los que exportaba plata, hierro, estao y plomo (Ezequiel 27:12). En ese distante y activo lugar Jons esperaba huir de su deber y acallar la voz de su concien-cia.

    A Jope. El actual puerto martimo de Jaffa, a unos 54 km al noroeste de Jerusaln, y una de las ciudades ms antiguas del

    mundo. Era el nico puerto de alguna importancia que perteneca a los judos. Por Jope se trajo a Jerusaln la madera para la construccin del templo de Salomn (2 Crnicas 2:16) y tambin para su restauracin (Esdras 3:7).

    Versculo 4. Un gran viento.

    El Seor no abandon a Jons aunque el profeta trataba de huir de l. "Mediante una serie de pruebas y providencias extraas" procur que hubiera un cambio en la voluntad de Jons y en su conducta (ver Profetas y reyes, p. 198-199). Es de hacer notar los instrumentos sencillos y naturales mediante los cuales Dios realiz su voluntad: viento (captulo 1:4), un gran pez (captulo 1:17), un dolor (captulo 2:10), una calabacera (captulo 4:6), un gusano (captulo 4:7), viento y sol (captulo 4:8).

    Que se parta. La sentencia podra traducirse, "y el barco pens romperse". Si se acepta esta traduccin, hay una vvida figura de per-

    sonificacin. Versculo 5. A su dios.

    No se especifican la nacionalidad ni la religin de los marineros. Probablemente algunos eran fenicios, otros tal vez de diversas naciones, lo que representara una variedad de religiones.

    Enseres. Hebreo keli, "utensilio", "receptculo", "equipo". No es seguro si tanto la carga como los avos de la nave fueron tirados

    por la borda. Interior.

    "Fondo" (BJ). Hebreo yarkah, "el lado de atrs". Con frecuencia se usa en el sentido de la parte ms remota. Se haba echado a dormir.

    "Dorma profundamente" (BJ). Hebreo radam, "roncar", "estar entregado a un sueo profundo". No se da el origen del profundo sueo de Jons.

    Versculo 6. Patrn de la nave.

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  • Literalmente, "marinero principal". La palabra para "marinero" proviene de una raz que significa "atar", de la cual se de-riva el sustantivo "cuerda". Aunque no se dice, se da por sentado que Jons respondi al pedido.

    Versculo 7. Echemos suertes.

    Los marineros pensaron que alguien haba provocado la ira de los dioses. El Seor intervino en el mtodo para determi-nar quin era el culpable, de modo que "la suerte cay sobre Jons". Acerca de la pregunta de si es correcto o no echar suertes, ver comentario de Ezequiel 21:21.

    Versculo 8. Declranos.

    Esta serie de cortas preguntas pinta un vvido cuadro de la excitacin que haba a bordo de ese maltrecho barco. Versculo 9. Hebreo.

    Nombre con el cual con frecuencia eran designados los israelitas por los que no pertenecan a su raza (Gnesis 39:14; 40:15; 41:12; xodo 1:16; 2:7; 3:18; 1 Samuel 4:6). En cuanto al origen del nombre, ver comentario de Gnesis 14:13.

    Jehov. "Yahveh" (BJ). Nombre personal de Dios (ver tomo I, pp. 180-181). Los trminos "Dios" (hebreo 'Elohim) y "Seor" (he-

    breo 'Adonai) son nombres generales que designan la deidad. La palabra 'elohim se usa con frecuencia para los dioses falsos (xodo 18:11; etc.). De modo que el nombre Yahweh designa especficamente al Dios verdadero.

    Dios de los cielos. Cf. Gnesis 24:7; Daniel 2:37, 44.

    Que hizo. Una de las caractersticas distintivas, presentada para mostrar la superioridad del Dios verdadero (Jeremas 10:10-12).

    No sabemos si los marineros estaban familiarizados con el poder del Dios de Jons mediante un conocimiento previo de l (ver xodo 15:13-16; Josu 5:1; 1 Samuel 4:5-9). Pero en esas circunstancias estando amenazados por una muerte inminente y, sin duda, interpretando el carcter de Jehov de acuerdo con sus conceptos paganos, quedaron aterroriza-dos.

    Versculo 10. Por qu has hecho esto?

    Es ms una exclamacin que una pregunta. Versculo 11. Qu haremos?

    Crean que quiz Jons era el nico que conoca a Jehov y que saba cul era el medio para expiar su pecado. El mar se iba embraveciendo.

    "Segua encrespndose" (BJ). La forma idiomtica hebrea aqu empleada muestra que estaba aumentando el furor de la tempestad.

    Versculo 12. Echadme.

    No es claro si Jons habla aqu por inspiracin divina. Sea como fuere, su proceder fue varonil. Prefiri no arrastrar a otros en su desgracia. Aunque Jons careca absolutamente de valor moral (versculos 2-3), no le faltaba valor fsico.

    Versculo 13. Aquellos hombres trabajaron.

    "Se pusieron a remar con nimo"(BJ). Quiz haba alguna duda de que el Dios de Jons requiriera una medida tan ex-trema.

    A tierra. En los viajes por mar, los antiguos tenan la costumbre de navegar a lo largo de la lnea de la costa, de modo que el

    barco no estaba lejos de la tierra. Versculo 14. Te rogamos.

    Los marineros teman ofender ms a Jehov haciendo morir a uno de sus adoradores. Sus oraciones fueron dirigidas a Jehov y no a sus dioses.

    Versculo 15. El mar se aquiet.

    Cf. Mateo 8:26. La calma vino sbitamente, por lo cual los navegantes reconocieron que era un acto de intervencin di-vina.

    Versculo 16. Temieron... a Jehov.

    Tan manifiesto fue el poder de Jehov sobre la naturaleza en este episodio y tan notable haba sido el cumplimiento de las palabras de Jons (versculo 12), que no es de admirarse que los marineros reaccionaran de esa forma.

    Ofrecieron sacrificio. Los hombres hicieron lo que, en su limitado conocimiento, pensaron que era lo ms apropiado.

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  • Versculo 17. Tena preparado.

    Hebreo manah, "sealar". La palabra se ha traducido "seal" en Daniel 1:5, 10. Un gran pez.

    El relato no dice si el pez fue creado para esa ocasin o si el Seor emple una variedad que ya exista, que era capaz de tragarse a un hombre. Son vanas las especulaciones en cuanto a este punto, pues no se identifica la clase de pez. En hebreo se usa el trmino genrico para "pez". Al hacer referencia a este caso en el Nuevo Testamento, en Mateo 12:40, se designa al pez con el griego k'tos, que tan slo denota un "monstruo marino", y que se ha traducido como "ba-llena" (RVA), "gran pez" (BJ). La LXX dice k'tos en Jons 1:17.

    Tres das y tres noches. El lapso implicado en esta expresin ha sido muy debatido porque Jess declar: "Porque como estuvo Jons en el

    vientre del gran pez tres das y tres noches, as estar el Hijo del Hombre en el corazn de la tierra tres das y tres no-ches" (Mateo 12:40). Puede demostrarse fcilmente que de acuerdo con la modalidad hebrea la expresin no significa necesariamente tres das completos de 24 horas cada uno, lo que da en total 72 horas. Para un estudio de este proble-ma, ver comentario de Mateo 12:40. En hebreo, en la LXX y en la BJ el versculo 17 es el primer versculo del captulo 2.

    NOTA ADICIONAL DEL CAPTULO 1 Nnive, la asiria Ninua, fue una de las ms antiguas ciudades asirias. Segn el relato bblico fue fundada por Nimrod (ver comenta-rio de Gnesis 10:11). La evidencia arqueolgica tambin atestigua de su gran antigedad. En su historia de muchos siglos, Nnive fue varias veces la capital del reino asirio. Alcanz su mxima importancia durante el perodo imperial, entre los siglos IX a VII a. C., especialmente durante el reinado de Senaquerib, que la convirti en la ciudad ms gloriosa de su tiempo. Por las descripciones que hace Senaquerib de su trazado general y de los palacios de la ciudad, se dispone de un claro cuadro de la antigua metrpoli. Desde 612 a. C., cuando los babilonios y los medos destruyeron completamente a Nnive, la ciudad ha yacido en ruinas. Aun su ubicacin fue olvidada hasta que fue descubierta de nuevo a mediados del siglo XIX (ver tomo I, pp. 116-117). Nnive estaba en la margen oriental del ro Tigris frente a la actual ciudad de Mosul. Antiguamente el ro corra a lo largo del muro occidental de la ciudad y as formaba una proteccin adicional por ese lado. Desde entonces ha cambiado su curso, y ahora corre a unos 1.200 m al oeste de su antiguo lecho. Dos montculos de ruinas dentro de la zona de Nnive cubren los palacios principales y templos de la antigua ciudad. Uno de ellos es Nebi Yunus, bajo el cual est enterrado el palacio de Esar-hadn. El otro montculo, Kuyunyik, contiene las ruinas de los pala-cios de Senaquerib y Asurbanipal. Nebi Yunus apenas ha sido tocado por la pala. Hay en este sitio una aldea as como la tumba tradicional musulmana del profeta Jons, lo que hace imposible que los arquelogos perturben este montculo. Por otra parte, va-rias expediciones han trabajado en Kuyunyik. Botta comenz el trabajo en este montculo en 1840. Desde entonces se han desen-terrado partes de los palacios de Senaquerib y de Asurbanipal. Layard y Rassam encontraron en el palacio de Asurbanipal una bi-blioteca real de unas 20.000 tablillas que ahora es uno de los principales tesoros del Museo Britnico. Esos textos han proporcio-nado valiosa informacin concerniente a la historia, la cultura y la religin de los pueblos antiguos de la Mesopotamia. El tamao de la antigua Nnive se puede establecer con bastante exactitud debido a que las murallas de la ciudad todava son cla-ramente visibles aun en su estado ruinoso. Esas murallas se pueden ver desde una gran distancia en forma de montculos exten-didos, interrumpidas por brechas donde estaban las puertas. Su permetro alcanza a unos 12 km, y tiene una superficie de 663 hectreas, que en el mapa aparece como un rectngulo irregular y alargado (ver p. 1026). Un prisma octagonal de arcilla, de Senaquerib, que describe las construcciones del rey, nombra 15 puertas de la ciudad, de las cuales 7 estaban en las murallas del sur y del este, 3 en la muralla del norte y 5 en la del oeste. Durante sus excavaciones, Henry Layard encontr una de las puertas del norte relativamente bien conservada. A cada lado de la puerta haba enormes toros que l dej en su posicin original. Los visitantes todava pueden verlos all. Dos montculos en la muralla, encima de dos atalayas, al-canzan una altura de unos 20 m. La muralla del este, ligeramente curva, tena unos 5 km de longitud, la del oeste 4 km, la del norte 2 km y la del sur casi 1 km. De acuerdo con la descripcin de Senaquerib, la muralla tena unos 12 m de espesor y unos 20 m de altura. Desde el este, Nnive no slo estaba protegida por sus murallas sino adems por varios terraplenes paralelos, cuyos restos son todava visibles. Algunos calculan que la poblacin total de la ciudad amurallada podra estimarse en 160.000. No se sabe cunta gente viva fuera de la ciudad. Muchos comentadores han interpretado la referencia de Jons 4:11 a las 120.000 personas que no podan discernir entre su mano derecha y su izquierda como que slo se aplica a nios pequeos. Por lo tanto, han calculado que la poblacin total de Nnive debe haber estado entre 600.000 y 2.000.000 de habitantes. Puesto que una poblacin tan grande no poda haber vivido dentro de Nnive, han pensado que ciudades como la ciudad de Sargn", ahora Jorsabad, a unos 20 km al noreste de Nnive, y Cala, ahora llamada Nimrud, en la confluencia del gran Zab y el Tigris a unos 30 km al sur de Nnive, estaban incluidas en la Nni-ve de Jons. Sin embargo, esas ciudades, aunque pertenecan a Asiria, eran unidades separadas con sus propios muros protecto-res y su administracin, y nunca se incluyen en Nnive en los antiguos registros histricos. Por lo tanto, algunos comentadores modernos, que creen que las "ciento veinte mil personas" (captulo 4:11) slo se refieren a los nios, y que el autor de este libro las ubica en la Nnive propiamente dicha, afirman que el libro es ficticio. Considerando el tamao real de la ciudad, sera mejor interpretar que el cap. 4:11 se refiere a personas que no podan distinguir entre el bien y el mal (ver all el comentario). Si 120.000 fuera aproximadamente la poblacin total de la ciudad propiamente dicha, sa sera una cifra razo-nable pues la moderna Mosul -que slo es un poco ms grande- tiene ms del doble de esa poblacin.

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  • La declaracin de que "era Nnive ciudad grande en extremo, de tres das de camino" (captulo 3:3) quiz significa que un hombre hubiera necesitado tres das para recorrer todo su territorio recorriendo sus calles si quera alcanzar a toda la poblacin que viva dentro de sus murallas. Tambin la declaracin de que "comenz Jons a entrar por la ciudad, camino de un da, y predicaba" (captulo 3:4) difcilmente puede significar que camin durante todo un da hasta que lleg a un lugar en la ciudad donde comenz su obra de amonestacin. Este texto puede entenderse como que se refiere al comienzo de la obra de Jons y a la proclamacin de su mensaje durante el primer da con el resultado de que "los hombres de Nnive creyeron a Dios" (captulo 3:5). Debiera adems recordarse que para un israelita palestino, Nnive era una ciudad que no poda compararse en tamao con ningu-na otra ciudad del Asia occidental conocida por l. Samaria, la capital del reino de Israel, tan slo abarcaba unas 8 hectreas, y ninguna otra ciudad de Palestina era ms grande, con la excepcin de Jerusaln (ver la Nota Adicional de Nehemas 3). Para la gente que vena de ese pas, Nnive, con sus 660 hectreas, era "una ciudad grande en extremo". COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE Jons 1:1-2 El ministerio de curacin, p. 375 Jons 1:1-3 Profetas y reyes, p. 198 Jons 1:4-8 Profetas y reyes, p. 199 Jons 1:9-17 Profetas y reyes, p. 200

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  • JONS 2

    Bosquejo

    Jons 2:1-9 La oracin de Jons. Jons 2:10 Es librado del pez.

    TEXTO BBLICO

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones) El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)

    Vs. Reina Valera 1960 (RVR60)

    Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)

    Nueva Versin Inter-nacional (NVI)

    Dios Habla Hoy (DHH)

    La Biblia de Jerusaln (BJ)

    1 Entonces or Jons a Jehov su Dios desde el vientre del pez,

    Entonces, desde el vientre del pez, Jons or al Seor su Dios.

    Entonces Jons or al Seor su Dios desde el vientre del pez.

    Jons or al Seor su Dios desde dentro del pez,

    Jons or a Yahv su Dios desde el vientre del pez,

    2

    y dijo: Invoqu en mi an-gustia a Jehov, y l me oy; Desde el seno del Seol clam, Y mi voz os-te.

    Dijo: "En mi angustia invo-qu al Seor, y l me oy. Desde el seno del sepulcro clam, y oste mi voz.

    Dijo: En mi angustia clam al Seor, y l me respondi. Desde las entraas del sepul-cro ped auxilio, y t escu-chaste mi clamor.

    diciendo: En mi angustia clam a ti, Seor, y t me respondiste. Desde las pro-fundidades de la muerte clam a ti, y t me oste.

    diciendo: En mi angustia cla-m a Yahv y l me respon-di; desde el seno del abismo grit y t me escuchaste.

    3

    Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rode la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre m.

    "Me echaste en lo profundo del mar. Me rode la co-rriente. Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre m".

    A lo profundo me arrojaste, al corazn mismo de los mares; las corrientes me envolvan, todas tus ondas y tus olas pasaban sobre m.

    Me arrojaste a lo ms hon-do del mar y las corrientes me envolvieron. Las gran-des olas que t mandas pasaban sobre m.

    Me habas arrojado a lo ms hondo en el corazn del mar; la corriente me arrastraba: to-do tu oleaje me arrollaba.

    4 Entonces dije: Desecha-do soy de delante de tus ojos; Mas an ver tu santo templo.

    "Entonces pens: 'Estoy re-chazado por ti'. Sin embar-go, volver a mirar tu santo templo".

    Y pens: He sido expulsado de tu presencia. Cmo vol-ver a contemplar tu santo templo?

    Llegu a sentirme echado de tu presencia; pens que no volvera a ver tu santo templo.

    Yo me dije: Me has arrojado de tu presencia! Cundo volver a contemplar tu santo templo?

    5

    Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeme el abismo; El alga se en-red a mi cabeza.

    "Las aguas me rodearon por completo. Me rode el abismo, y las algas enreda-ron mi cabeza".

    Las aguas me llegaban hasta el cuello, lo profundo del ocano me envolva; las algas se me enredaban en la cabe-za,

    Las aguas me rodeaban por completo, me cubra el mar profundo y las algas se enredaban en mi cabeza.

    Las aguas me asfixiaban el aliento, el abismo me envol-va, las algas enredaban mi cabeza.

    6

    Descend a los cimientos de los montes; La tierra ech sus cerrojos sobre m para siempre; Mas t sacaste mi vida de la se-pultura, oh Jehov Dios mo.

    "Descend a la raz de los montes. Para siempre la tie-rra ech su cerrojo sobre m. Pero t, Seor, Dios mo, sacaste mi vida de la sepultura.

    arrastrndome a los cimientos de las montaas. Me trag la tierra, y para siempre sus ce-rrojos se cerraron tras de m. Pero t, Seor, Dios mo, me rescataste de la fosa.

    Me hund hasta el fondo del abismo: Ya me senta su eterno prisionero! Pero t, Seor, mi Dios, me salvaste de la muerte.

    Baj hasta los cimientos de los montes, la tierra se cerr para siempre sobre m. Pero t sacaste mi vida de la tum-ba, Yahv, Dios mo.

    7

    Cuando mi alma desfalle-ca en m, me acord de Jehov, Y mi oracin lle-g hasta ti en tu santo templo.

    "Cuando mi vida desfalleca en m, me acord del Se-or. Y mi oracin lleg has-ta ti, hasta tu santo templo".

    Al sentir que se me iba la vi-da, me acord del Seor, y mi oracin lleg hasta ti, hasta tu santo templo.

    Al ver que la vida se me iba, me acord de ti, Seor; mi oracin lleg a ti en tu santo templo.

    Cuando mi aliento desfalleca me acord de Yahv y mi oracin lleg hasta ti, hasta tu santo templo.

    8

    Los que siguen vanida-des ilusorias, Su miseri-cordia abandonan.

    "Los que siguen a los dolos ilusorios, pierden la gracia que podran alcanzar. Los que guardan las vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.

    Los que siguen a dolos va-nos abandonan el amor de Dios.

    Los que siguen a los dolos dejan de serte leales;

    Los que adoran falsos dolos traicionan su lealtad.

    9

    Mas yo con voz de ala-banza te ofrecer sacrifi-cios; Pagar lo que pro-met. La salvacin es de Jehov.

    "Pero yo, con voz de ala-banza, te ofrecer sacrifi-cios. Pagar lo que promet. La salvacin viene del Se-or".

    Yo, en cambio, te ofrecer sacrificios y cnticos de grati-tud. Cumplir las promesas que te hice. La salvacin vie-ne del Seor!

    pero yo, con voz de grati-tud, te ofrecer sacrificios; cumplir las promesas que te hice. Tan slo t, Seor, puedes salvar!

    Yo, en cambio, en tono de accin de gracias te ofrecer sacrificios y cumplir los votos que te hice. La salvacin vie-ne de Yahv!

    10 Y mand Jehov al pez, y vomit a Jons en tierra. Entonces el Seor mand al pez, y vomit a Jons en

    Entonces el Seor dio una or-den y el pez vomit a Jons

    Entonces el Seor dispuso que el pez vomitara a Jo-

    Entonces Yahv orden al pez que vomitase a Jons en

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  • tierra. en tierra firme. ns en tierra firme. tierra firme.

    1960 Soc. Bblicas Unidas 2000

    Soc. Bblicas Unidas 1973, 1978, 1994, 1996

    International Bible Society 1994, 2002

    Sociedades Bblicas Unidas 1976; 2001

    3era. Edicin

    Comentario Bblico Versculo 1. Or Jons.

    La oracin describe la vivencia de Jons mientras estaba en el vientre del pez. En ella se reconoce la liberacin como un hecho cumplido. Los pasajes que hablan de oracin contestada y de liberacin quiz son expresiones de la vigorosa fe de Jons en la liberacin y de la seguridad de origen divino que le puede haber sido dada de que se le preservara la vida. En la oracin de Jons hay alusiones a ciertos salmos. La mayora de los eruditos modernos asignan a esos salmos una fecha posterior al exilio. Por lo tanto, le dan al libro de Jons una fecha posterior al exilio. Sin embargo, los que sostie-nen que esos salmos se escribieron antes del exilio (ver la introduccin de esos salmos; tambin el tomo III, pp. 623-624), no tienen dificultad en ubicar el libro de Jons en el tiempo de Jeroboam II o antes (ver p. 1019), cuando vivi Jo-ns segn 2 Reyes 14:25. Las alusiones muestran que un judo piadoso como -era Jons estaba familiarizado con las palabras de los salmos. Todas las veces que los hijos de Dios estn en necesidad, tienen el precioso privilegio de recurrir a l en procura de ayuda. No importa cun inadecuado sea el lugar, el odo misericordioso de Dios est abierto para sus clamores. No im-porta cun desolado y oscuro sea el lugar, el hijo de Dios que ora lo puede convertir en un verdadero templo.

    Versculo 2. En mi angustia.

    O, "desde mi angustia" (BJ). Comprese con el clamor del salmista (Sal. 18:6; 120:1). Como el hijo prdigo (Lucas 15:17), en su miserable y desesperada condicin, Jons fue inducido a volver "en s", a reconocer su absoluta impoten-cia, a aceptar su necedad de rebelarse contra la voluntad de Dios y su necesidad de la liberacin divina.

    Me oy. Cf. Salmo 50:15; 107:6.

    Seol. Hebreo she'ol, el lugar simblico de la morada de los muertos (ver comentario de Proverbios 15:11).

    Oste. Ver comentario del versculo 1.

    Versculo 3. A lo profundo.

    Jons est presentando una vvida descripcin potica de su horripilante vivencia. Tus ondas.

    Cf. Salmo 42:7; 88:6-7. Versculo 4. Dije.

    Cf. Sal. 31:22. Mas an ver.

    La BJ, lo mismo que la LXX, expresa esto en forma de una pregunta: "Cmo volver a contemplar tu santo templo?" Se puede leer lo mismo en hebreo mediante un cambio de puntos voclicos. Parece preferible la pregunta ya que el contexto indica que no haba esperanza en ese momento.

    Tu santo templo. Cf. 1 Reyes 8:30; Salmo 18:6; 28:2; Daniel 6:10.

    Versculo 5. Alma.

    Hebreo nfesh, quiz aqu en el sentido de "vida" (ver comentario de Salmo 16:10). Es decir, las aguas lo rodearon casi hasta el punto de quitarle la vida (cf. Salmo 69:1-2).

    El alga se enred a mi cabeza. Es dudoso que este lenguaje sumamente potico deba interpretarse literalmente. Jons est describiendo el destino del

    que cae en las profundidades y por eso con dramtica intensidad se describe adornado con un turbante de algas. Versculo 6. Tierra.

    Hebreo 'rets, que se traduce como "pas" con ms frecuencia que "tierra". Jons quiz aqu designe el "pas" del she'ol (Ver comentario del versculo 2) que cierra sus cerrojos en torno de los que all entran. A l le pareca que iba a estar all "para siempre". Esto no implica que Jons no creyera en una resurreccin futura. La palabra le'olam traducida "para siempre" denota un tiempo que se extiende en un futuro indefinido. A veces significa eternidad; otras veces su duracin es limitada por las circunstancias (ver comentario de xodo 21:6). La LXX une le'olam con "cerrojos": "Descend dentro de la tierra, cuyos cerrojos son las barreras eternas".

    Sepultura.

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  • Hebreo shajath, "fosa", que se usa muchas veces como sinnimo de she'ol para representar el reino de los muertos (ver comentario de Proverbios 15:11).

    Versculo 8. Versculo Vanidades ilusorias.

    Jons contrasta su feliz experiencia con la triste suerte de los que adoran dolos (ver Salmo 31:6). Misericordia.

    Hebreo jsed (ver la Nota Adicional del Salmo 36). Segn algunos, Jons se refiere al mismo Dios, el nico verdadero. Segn otros, se refiere a las obras de Dios de bien y amante bondad que revela a todos los hombres (Salmo 145:8-9; Isaas 55:3; Hechos 14:15-17).

    Versculo 9. Sacrificios.

    Ver Salmo 50:14; Eclesiasts 5:4-5. Salvacin.

    Cf. Salmo 3:8; Apocalipsis 7:10. Versculo 10. Mand.

    "Dio orden" (BJ). Dios manda a todos los seres que ha hecho. El conocimiento de este hecho fundamental es un antdo-to contra las falsas teoras acerca de Dios, que lo presentan como sometido a la ley natural, o lo convierten en una parte inseparable e ineludible de la naturaleza misma. El concepto bblico de Dios es que l es el Creador de la naturaleza, Aquel que independiente de ella dirige y sostiene el universo, Aquel que est por encima de todas las cosas (ver Job 38; 39; Salmo 19; Colosenses 1:12-17; Apocalipsis 14:7).

    COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE Jons 2:1-2 Profetas y reyes, p. 200 Jons 2:3-9 Profetas y reyes, p. 201

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  • JONS 3

    Bosquejo

    Jons 3:1-4 Jons, que es enviado otra vez, predica en Nnive. Jons 3:5-9 Como Nnive se arrepiente, Jons 3:10 Dios no ejecuta el castigo anunciado.

    TEXTO BBLICO

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones) El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)

    Vs. Reina Valera 1960 (RVR60)

    Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)

    Nueva Versin Inter-nacional (NVI)

    Dios Habla Hoy (DHH)

    La Biblia de Jerusaln (BJ)

    1 Vino palabra de Jehov por segunda vez a Jons, diciendo:

    Entonces, por segunda vez, vino Palabra del Seor a Jons, que le dijo:

    La palabra del Seor vino por segunda vez a Jons:

    El Seor se dirigi por se-gunda vez a Jons y le dijo:

    Por segunda vez Yahv habl a Jons, dicindole:

    2 Levntate y v a Nnive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el men-saje que yo te dir.

    Levntate, ve a Nnive, a esa gran ciudad, y publica en ella el pregn que te di-r.

    Anda, ve a la gran ciudad de Nnive y proclmale el mensa-je que te voy a dar.

    Anda, vete a la gran ciu-dad de Nnive y anuncia lo que te voy a decir.

    "Preprate y vete a Nnive, la metrpoli, para anunciarle el mensaje que yo te comuni-que."

    3

    Y se levant Jons, y fue a Nnive conforme a la palabra de Jehov. Y era Nnive ciudad grande en extremo, de tres das de camino.

    Y Jons se levant, y fue a Nnive conforme a la orden del Seor. Nnive era una ciudad muy grande, de tres das de camino para reco-rrerla.

    Jons se fue hacia Nnive, conforme al mandato del Se-or. Ahora bien, Nnive era una ciudad grande y de mu-cha importancia.

    Jons se puso en marcha y fue a Nnive, como el Seor se lo haba ordenado. Nni-ve era una ciudad tan gran-de que para recorrerla por entero haba que caminar tres das. Jons entr en la ciudad y anduvo todo un da, diciendo a grandes vo-ces: Dentro de cuarenta das, Nnive ser destrui-da!

    Jons se prepar y march a Nnive, de acuerdo con la or-den de Yahv. Nnive era una gran metrpoli, con un reco-rrido de tres das.

    4

    Y comenz Jons a en-trar por la ciudad, camino de un da, y predicaba di-ciendo: De aqu a cuaren-ta das Nnive ser des-truida.

    Jons entr en la ciudad, y camin un da pregonando: De aqu a cuarenta das Nnive ser destruida.

    Jons se fue internando en la ciudad, y la recorri todo un da, mientras proclamaba: Dentro de cuarenta das N-nive ser destruida!

    Jons comenz a atravesar la ciudad y camin un da entero proclamando: "En el plazo de cuarenta das Nnive ser destruida."

    5

    Y los hombres de Nnive creyeron a Dios, y pro-clamaron ayuno, y se vis-tieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.(A)

    Y los hombres de Nnive creyeron a Dios, proclama-ron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor.

    Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el me-nor, se vistieron de luto en seal de arrepentimiento.

    Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeos, creye-ron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas speras en seal de dolor.

    Los ninivitas creyeron en Dios, organizaron un ayuno y grandes y pequeos se vistie-ron de saco.

    6

    Y lleg la noticia hasta el rey de Nnive, y se levan-t de su silla, se despoj de su vestido, y se cubri de cilicio y se sent sobre ceniza.

    La noticia lleg hasta el rey de Nnive. Y se cubri de ci-licio, y se sent sobre ceni-za.

    Cuando el rey de Nnive se enter del mensaje, se levan-t de su trono, se quit su manto real, hizo duelo y se cubri de ceniza.

    Cuando la noticia lleg al rey de Nnive, tambin l se levant de su trono, se qui-t sus vestiduras reales, se puso ropas speras y se sent en el suelo.

    El anuncio lleg hasta el rey de Nnive, que se baj del trono, se quit su manto, se cubri de saco y se sent en la ceniza.

    7

    E hizo proclamar y anun-ciar en Nnive, por man-dato del rey y de sus grandes, diciendo: Hom-bres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les d ali-mento, ni beban agua;

    Mand anunciar en Nnive: Por orden del rey y de sus grandes: Hombres y anima-les, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les d alimento, ni beban agua.

    Luego mand que se prego-nara en Nnive: Por decreto del rey y de su corte: Ningu-na persona o animal, ni ga-nado lanar o vacuno, probar alimento alguno, ni tampoco pastar ni beber agua.

    Luego el rey y sus ministros dieron a conocer por toda la ciudad este decreto: Que nadie tome ningn alimen-to. Que tampoco se d de comer ni de beber al gana-do y a los rebaos.

    Luego mand proclamar en Nnive este decreto del rey y sus ministros: "Que hombres y bestias, ganado mayor y menor, no prueben bocado, ni pasten, ni beban agua.

    8

    sino cbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemen-te; y convirtase cada uno de su mal camino, de la rapia que hay en sus manos.

    Sino cbranse de cilicio to-dos los hombres, y clamen a Dios con toda su fuerza, y convirtanse cada uno de su mal camino, de la rapia que est en sus manos.

    Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena as mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos vio-

    Al contrario, vestos todos con ropas speras en seal de dolor, y clamad a Dios con todas vuestras fuerzas. Deje cada cual su mala conducta y la violencia que ha estado cometiendo has-

    Que hombres y animales se vistan con sacos e invoquen a Dios con insistencia; y que cada uno se convierta de su mala conducta y de sus ac-ciones violentas.

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  • lentos. ta ahora;

    9 Quin sabe si se volver y se arrepentir Dios, y se apartar del ardor de su ira, y no pereceremos?

    Tal vez Dios se aplaque, y desista del furor de su enojo, y no perezcamos.

    Quin sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perez-camos.

    tal vez Dios cambie de pa-recer y se calme su ira, y as no moriremos.

    A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perece-mos."

    10

    Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepin-ti del mal que haba di-cho que les hara, y no lo hizo.

    Cuando Dios vio lo que hi-cieron, que se convirtieron de su mal camino, tuvo compasin, y no les mand lo que les haba dicho.

    Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se haban converti-do de su mal camino, cambi de parecer y no llev a cabo la destruccin que les haba anunciado.

    Dios vio lo que haca la gente de Nnive y cmo de-jaba su mala conducta, y decidi no hacerles el dao que les haba anunciado.

    Cuando Dios vio lo que ha-can y cmo se convertan de su mala conducta, se arrepin-ti del castigo que haba anunciado contra ellos, y no lo ejecut.

    1960 Soc. Bblicas Unidas 2000

    Soc. Bblicas Unidas 1973, 1978, 1994, 1996 International Bible Society

    1994, 2002 Sociedades Bblicas Unidas

    1976; 2001 3era. Edicin

    Comentario Bblico

    Versculo 1. Por segunda vez.

    Sin reproche alguno por la defeccin anterior de Jons, el Seor repite la orden de predicar a los ninivitas. Y esta vez, sin claudicar ante las inclinaciones humanas, Jons obedece prestamente la orden celestial y sin ms demoras parte para Nnive.

    Versculo 2. Levntate.

    Debido a la repeticin de esta palabra (cf. cap. 1:2), algunos eruditos bblicos creen que es posible que cuando Jons fue liberado del "gran pez" fue a Jerusaln a ofrecer "sacrificios" y a cumplir con los votos aludidos en su oracin de agradecimiento (captulo 2:9). Esta es una mera conjetura. En la antigedad, un barco que fuera de Jope a Tarsis tal vez seguira la lnea costera de Palestina hacia el norte. Si lo que sucedi con el acaeci en los comienzos del viaje, Jons puede haber estado mucho ms cerca de Nnive que cuando se embarc (ver comentario del captulo 1:13; ver el mapa de la p. 1018).

    Proclama. Hebreo qara', la palabra traducida "pregona" en captulo 1:2.

    Que yo te dir. El mensaje confiado a Jons es el mismo que se da a cada predicador de la Palabra. Tan slo la Palabra de Dios debe

    ser proclamada desde el plpito, y no las palabras humanas (2 Timoteo 4:1-2). En nuestro perturbado mundo de hoy hay almas ansiosas y perplejas que anhelan recibir el consejo de Dios y no los inciertos vanos razonamientos y las filo-sofas de hombres tan falibles como ellas. Prefieren un "As dice Jehov" antes que un "As dice un hombre".

    Versculo 3. Se levant Jons.

    El profeta estaba ahora tan dispuesto a cumplir la comisin que Dios le haba dado como antes estuvo inclinado a elu-dirla.

    En extremo. "Grandsima" (BJ). Hebreo le'lohim, literalmente "para Dios". Expresin idiomtica para indicar suma grandeza. En cuan-

    to al tamao de la ciudad, ver la Nota Adicional del captulo 1. Versculo 4. Camino de un da.

    No es preciso deducir que Jons camin durante todo un da antes de que comenzara a predicar. Quiz la declaracin registre el primer da de predicacin. Sin duda poco despus de haber entrado en la ciudad, Jons comenz su mensaje de amonestacin.

    De aqu a cuarenta das. No debe suponerse que estas palabras constituan todo el texto del mensaje de Jons. Sin embargo, eran la nota clave

    de su amonestacin. Destruida.

    Hebreo hafak, la palabra usada en Gnesis 19:21, 25, 29 para describir la destruccin de Sodoma. Versculo 5. Creyeron a Dios.

    O, "creyeron en Dios" (BJ). En cuanto a los posibles antecedentes que, segn algunos, contribuyeron al xito de la pre-dicacin de Jons, ver Patriarcas y profetas, pp. 1019-1020.

    Cilicio. Vestimentas de burdo material oscuro, tejidas con pelo de cabra, que se usaban en ocasiones de duelo y calamidad (cf.

    Daniel 9:3; Mateo 11:21; Lucas 10:13). Versculo 6. El rey.

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  • Quiz Adad-nirari III (ver pp. 1019-1020). El sentimiento de contricin y arrepentimiento parece haber surgido espont-neamente del pueblo sin ninguna orden oficial (versculo 5). Notable espectculo ver al rey del ms poderoso imperio de sus das humillarse "sobre ceniza" ante la predicacin de un profeta extranjero. Qu reproche para los orgullosos go-bernantes y el pueblo de Israel que persistentemente rehusaban humillarse de corazn ante el impacto de un ms ex-tenso y continuo ministerio proftico! (cf. 2 Reyes 17:7-18).

    Versculo 7. Proclamar.

    Cuando la ola de penitencia y humildad que comenz con el pueblo lleg hasta el rey, l confirm el ayuno mediante un decreto oficial. Sus nobles se le unieron en la promulgacin de ese decreto, lo que indica que su espritu coincida con el del rey en esa crisis.

    Y animales. Extrao decreto, pero recurdese que proceda de un rey pagano que slo haba recibido parte de la luz. Un hecho simi-

    lar se refiere en el libro apcrifo de Judit, tal vez escrito en el siglo II a. C.: "Todos los hombres de Israel clamaron a Dios con gran fervor, y con gran fervor se humillaron; y ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ganados, los forasteros residentes, los jornaleros y los esclavos, se cieron de saco" (Judit 4:9-10, BJ). Herodoto informa que en una oportunidad los per-sas se cortaron el cabello y tambin el pelo (crines y colas) de sus caballos y bestias de carga en una ocasin de duelo general (ix. 24). Pero no sabemos hasta qu punto esas prcticas pueden haber reflejado las costumbres asirias.

    Versculo 8. Convirtase.

    Es decir, los hombres. Los actos religiosos externos no tienen valor espiritual a menos que estn acompaados por una sincera reforma interior del carcter.

    Rapia. "Violencia" (BJ). Cf. Ams 3:10.

    Versculo 9. Quin sabe?.

    Es dudoso que Jons diera seguridad alguna de una posible revocacin del decreto divino. Su ira cuando la ciudad fue perdonada (captulo 4:1) indica que no lo haba hecho. Sin embargo, comprenda bien el carcter misericordioso de Dios (captulo 4:2).

    Versculo 10.

    (1) Se convirtieron. Cf. Mateo 12:41; ver Profetas y reyes, p. 268.

    Se arrepinti. Las circunstancias son las que cambian y no Dios (Jeremas 18:7-10; Ezequiel 33:13-16). En realidad, sus anuncios de

    castigos con frecuencia son profecas condicionales (ver comentario de Ezequiel 25:1). En cuanto a la forma en que Dios se arrepiente, ver comentario de Gnesis 6:6; 1 Samuel 15:11. Dios habla a los hombres en un lenguaje humano.

    COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE Jons 3:1-2 Profetas y reyes, p. 201 Jons 3:1-5 Profetas y reyes, p. 251, 268 Jons 3:3 Profetas y reyes, p. 198

    Jons 3:3-9 Profetas y reyes, p. 201 Jons 3:3-10 Notas biogrficas, pp. 68-69

    Jons 3:4 Testimonies for the Church, tomo 1, p. 56 Jons 3:9 Testimonies for the Church, tomo 5, p. 78 Jons 3:10 Patriarcas y profetas, p. 85; Profetas y reyes, p. 202.

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  • JONS 4

    Bosquejo

    Jons 4:1-3 Jons, descontento por la misericordia de Dios, Jons 4:4-11 es reprendido por medio del incidente de la calabacera.

    TEXTO BBLICO

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones) El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)

    Vs. Reina Valera 1960 (RVR60)

    Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)

    Nueva Versin Inter-nacional (NVI) Dios Habla Hoy (DHH)

    La Biblia de Jerusaln (BJ)

    1 Pero Jons se apesa-dumbr en extremo, y se enoj.

    Pero esto desagrad en ex-tremo a Jons, y se enoj.

    Pero esto disgust mucho a Jons, y lo hizo enfurecer-se.

    A Jons le cay muy mal lo que Dios haba hecho, y se disgust mucho.

    Jons sinti un gran disgusto, se enfureci

    2

    Y or a Jehov y dijo: Ahora, oh Jehov, no es esto lo que yo deca es-tando an en mi tierra? Por eso me apresur a huir a Tarsis; porque sa-ba yo que t eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.

    Y or al Seor: Seor, no es esto lo que pens cuan-do estaba an en mi tierra? Por eso quise huir a Tarsis; porque saba que t eres clemente y piadoso, tardo para enojarte; abundante en amor, que desistes del mal.

    As que or al Seor de es-ta manera: Oh Seor! No era esto lo que yo de-ca cuando todava estaba en mi tierra? Por eso me anticip a huir a Tarsis, pues bien saba que t eres un Dios bondadoso y com-pasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes.

    Por eso or al Seor, dicien-do: Mira, Seor, cuando an me encontraba en mi tierra, ya deca yo que esto es lo que iba a pasar. Por eso qui-se huir de prisa a Tarsis, pues yo s que t eres un Dios tierno y compasivo, que no te enojas fcilmente, y que es tanto tu amor que anuncias un castigo y luego te arrepien-tes.

    y or as a Yahv: "Ay, Yah-v! Ya lo deca yo cuando es-taba todava en mi tierra y por eso me apresur a huir a Tar-sis: pues saba que t eres un Dios clemente, compasivo, paciente y generoso, que se arrepiente del castigo.

    3 Ahora pues, oh Jehov, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.

    Ahora, pues, Seor, te ruego que me quites la vi-da, que es mejor la muerte que la vida.

    As que ahora, Seor, te suplico que me quites la vi-da. Prefiero morir que se-guir viviendo!

    Por eso, Seor, te ruego que me quites la vida.[c] Ms me valdr morir que seguir vi-viendo. Pero el Seor le contest: Te parece bien enojarte as?

    As que, Yahv, qutame la vida, pues prefiero morirme a estar vivo."

    4 Y Jehov le dijo: Haces t bien en enojarte tanto?

    Y el Seor le respondi: Haces bien en enojarte tanto?.

    Tienes razn de enfure-certe tanto? le respondi el Seor.

    Pero Yahv le dijo: "Te pa-rece bien enfurecerte as?"

    5

    Y sali Jons de la ciu-dad, y acamp hacia el oriente de la ciudad, y se hizo all una enramada, y se sent debajo de ella a la sombra, hasta ver qu acontecera en la ciudad.

    Y Jons sali y acamp al oriente del a ciudad. Se hi-zo una enramada, y se sen-t debajo de ella a la som-bra, hasta ver que sera de la ciudad.

    Jons sali y acamp al es-te de la ciudad. All hizo una enramada y se sent bajo su sombra para ver qu iba a suceder con la ciudad.

    Jons sali de la ciudad y acamp al oriente de ella; all se hizo una enramada y se sent a su sombra, esperan-do a ver qu iba a pasarle a la ciudad.

    Jons sali de la ciudad y se instal al oriente; all se hizo una choza y se sent a su sombra, para ver qu suceda en la ciudad.

    6

    Y prepar Jehov Dios una calabacera, la cual creci sobre Jons para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jons se alegr grandemente por la calabacera.

    Entonces, el Seor prepar una calabacera, que creci sobre Jons, le daba som-bra sobre su cabeza, y ali-viaba su mal. Y Jons se alegr mucho por la cala-bacera.

    Para aliviarlo de su males-tar, Dios el Seor dispuso una planta,[d] la cual creci hasta cubrirle a Jons la cabeza con su sombra. Jo-ns se alegr muchsimo por la planta.

    Dios el Seor dispuso enton-ces que una mata de ricino[e] creciera por encima de Jons, y que su sombra le cubriera la cabeza para que se sintiera mejor. Jons estaba muy con-tento con aquella mata de ri-cino.

    Entonces Yahv hizo crecer una planta de ricino por enci-ma de la cabeza de Jons pa-ra darle sombra y librarlo as de su malestar. Jons se pu-so muy contento con aquel ri-cino.

    7 Pero al venir el alba del da siguiente, Dios prepa-r un gusano, el cual hiri la calabacera, y se sec.

    Pero al amanecer del da siguiente, Dios envi un gu-sano que hiri a la calaba-cera, y se sec.

    Pero al amanecer del da siguiente Dios dispuso que un gusano la hiriera, y la planta se marchit.

    Pero, al amanecer del da si-guiente, Dios dispuso que un gusano picara al ricino, y este se sec.

    Pero al da siguiente, al rayar el alba, Yahv envi un gu-sano, que da al ricino y s-te se sec.

    8

    Y aconteci que al salir el sol, prepar Dios un recio viento solano, y el sol hi-ri a Jons en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, di-ciendo: Mejor sera para m la muerte que la vida.

    Y al salir el sol, Dios envi un recio viento clido, y el sol hiri a Jons en la ca-beza, y se desmayaba. Deseaba la muerte y pen-saba: Mejor sera para m la muerte que la vida.

    Al salir el sol, Dios dispuso un viento oriental abrasa-dor. Adems, el sol hera a Jons en la cabeza, de modo que ste desfalleca. Con deseos de morirse, ex-clam: Prefiero morir que seguir viviendo!

    Cuando sali el sol, Dios dis-puso que soplara un ardiente y fuerte viento del este, y Jo-ns, como el sol le quemaba la cabeza, se sinti desmayar y quera morirse. Ms me valdr morir que seguir vi-viendo! deca.

    Al salir el sol, Dios mand un sofocante viento solano. El sol atac a la cabeza de Jo-ns, que empez a desfalle-cer y se dese la muerte, di-ciendo: "Prefiero morirme a estar vivo!"

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  • 9

    Entonces dijo Dios a Jo-ns: Tanto te enojas por la calabacera? Y l res-pondi: Mucho me enojo, hasta la muerte.

    Entonces Dios le dijo a Jo-ns: Tanto te enojas por la calabacera? l respon-di: Mucho me enojo, has-ta la muerte.

    Pero Dios le dijo a Jons: Tienes razn de enfure-certe tanto por la planta? Claro que la tengo! le respondi. Me muero de rabia!

    Pero Dios le contest: Te parece bien enojarte as por-que se haya secado la mata de ricino? Claro que me pa-rece bien! respondi Jons. Estoy que me muero de ra-bia!

    Entonces Dios dijo a Jons: "Te parece bien enfurecerte por el ricino?" Respondi: "S, me parece bien enfure-cerme hasta la muerte!"

    10

    Y dijo Jehov: Tuviste t lstima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni t la hiciste crecer; que en espacio de una noche naci, y en espacio de otra noche pereci.

    Y el Seor agreg: T tu-viste lstima de la calaba-cera, en la cual no trabajas-te, ni la hiciste crecer; que en el espacio de una noche naci, y en el espacio de otra noche pereci.

    El Seor le dijo: T te compadeces de una planta que, sin ningn esfuerzo de tu parte, creci en una no-che y en la otra pereci.

    Entonces el Seor le dijo: T no plantaste la mata de ricino ni la hiciste crecer; en una noche naci y a la noche si-guiente se muri. Sin embar-go, tienes compasin de ella.

    Y Yahv replic: "T te com-padeces de un ricino que no te ha costado hacer crecer, que al cabo de una noche apareci y al cabo de otra pe-reci.

    11

    Y no tendr yo piedad de Nnive, aquella gran ciudad donde hay ms de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y mu-chos animales?

    Y Nnive tiene ms de 120.000 personas que no disciernen entre su mano derecha y su mano izquier-da, y muchos animales. Y no tendr yo piedad de esta gran ciudad?

    Y de Nnive, una gran ciu-dad donde hay ms de ciento veinte mil personas que no distinguen su dere-cha de su izquierda, y tanto ganado, no habra yo de compadecerme?

    Pues con mayor razn debo yo tener compasin de Nni-ve, esa gran ciudad donde hay ms de ciento veinte mil nios inocentes y muchos animales.

    Y no voy yo a compadecer-me de Nnive, la metrpoli, donde viven ms de ciento veinte mil personas que no distinguen el bien del mal, y una gran cantidad de anima-les?"

    1960 Soc. Bblicas Unidas 2000

    Soc. Bblicas Unidas 1973, 1978, 1994, 1996 International Bible Society

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    1976; 2001 3era. Edicin

    Comentario Bblico

    Versculo 1. Se apesadumbr.

    "Se disgust" (BJ). Literalmente, "fue mal para Jons, gran mal". El captulo 4 muestra un notable contraste entre la im-paciencia del corazn humano y la longanimidad de Dios. Jons estaba ms que disgustado; estaba muy indignado porque Dios se arrepintiera "del mal" (captulo 3:10). En vez de regocijarse porque la gracia de Dios haba perdonado a los arrepentidos ninivitas, permiti que su orgullo egosta y pecaminoso resistiera ese hecho. Crey que, al no cumplirse lo que haba predicho, sera considerado como un falso profeta. Para l, su reputacin vala ms que todos los habitan-tes de la capital asiria. Tambin pudo haber pensado que el conocimiento que tiene el Seor del futuro se desacreditara entre los paganos al no cumplirse esta profeca.

    Se enoj. La misericordia de Dios con los ninivitas (captulo 3:10) enfureci a Jons. La misericordia divina le haba protegido la

    vida cuando l fue desobediente, pero se puso celoso cuando Dios extendi esa misma misericordia a otros. Versculo 2. Or

    Cun diferentes eran las circunstancias de esta oracin comparadas con las del captulo 2, y cun diferente el espritu que la mova! Entonces pidi vida en oracin; ahora peda muerte. Entonces estaba humilde, ahora enojado.

    Versculo 3. Me quites la vida.

    Cun diferente el pedido que le haca Jons a Dios del que le hizo Moiss. Este, con verdadero espritu de abnegacin, estuvo dispuesto a que su nombre fuera borrado con tal que su pueblo pecador pudiera vivir (xodo 32:31-32). Jons se entreg a un completo desnimo.

    Versculo 4. Enojarte.

    La ira de Jons provena del egosmo y no de una noble indignacin como la que impuls a Jess a expulsar a los cam-bistas del templo (Juan 2:13-17). Por su precipitacin, el profeta se despoj de una gran bendicin (cf. Proverbios 14:29; 16:32).

    Versculo 5. Hasta ver.

    Algunos creen que Jons interpret la pregunta: "Haces t bien en enojarte?" (vers. 4) como que implicaba que, en su prisa, haba juzgado mal la intencin divina, y por lo tanto haba todava la posibilidad de que Nnive fuera destruida. Otros creen que Jons pudo haber credo que el arrepentimiento del pueblo no era sincero, y que Dios lo castigara despus de todo. Ms bien podra ser que su reaccin meramente reflejaba su terca actitud e insistencia de que Dios cumpliera lo que haba amenazado.

    Versculo 6. Prepar.

    Hebreo manah, "ordenar". Calabacera.

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  • Hebreo qiqayon, una planta desconocida. Se han sugerido varias identificaciones, tales como la planta de ricino (BJ), cierto pepino, etc. La planta creci milagrosamente, y es innecesario identificarla con cualquier planta que crece con ra-pidez, aunque puede haber sido una variedad bien conocida en esas regiones, tal vez la no identificada kukkanitu del idioma acadio.

    Malestar. Hebreo ra'ah, palabra genrica que representa mal, desgracia, dificultad, afliccin. El malestar de Jons no era tanto f-

    sico como mental y espiritual, debido a la molestia, la humillacin y el chasco que crea que estaba sufriendo. Versculo 7. Prepar.

    Ver comentario del versculo 6. Se sec.

    Con cunta frecuencia en la experiencia humana, cuando un nuevo da de gozo y alegra parece estar por despuntar, se presenta el gusano de la desgracia o del dolor para convertir la esperanza en desesperacin.

    Versculo 8. Prepar.

    Ver comentario del versculo 6. Recio.

    Hebreo jarishith, palabra que slo aparece aqu y que quiz significa "abrasador". "Sofocante" (BJ). Versculo 9. Mucho me enojo.

    "Me parece bien irritarme" (BJ). Impaciente y tercamente el profeta justificaba su ira y resolucin de morir. Dios procura-ba que se provocara en l una actitud razonable.

    Versculo 10. Tuviste t lstima.

    Jons, el airado y despiadado profeta, estaba dispuesto a compadecerse de una balad calabacera de poco valor y a preservarle la vida -aunque no le haba demandado trabajo ni esfuerzo-, pero no estaba dispuesto a mostrar la misma consideracin con los habitantes de la gran ciudad de Nnive. La LXX traduce la primera parte del versculo as: "Y el Seor dijo: T tuviste compasin de la calabacera, por la cual t no has sufrido, ni la hiciste crecer". Jons estaba airado cuando Dios no destruy a los ninivitas (versculos 1, 4), y enojado cuando Dios permiti que se secara la calabacera (versculo 9). Qu distorsionado sentido de los valores! A Jons le importaba ms la calabacera que los ninivitas.

    Versculo 11. Ciento veinte mil.

    En cuanto a la poblacin de Nnive, ver la Nota Adicional del captulo 1. Que no saben discernir.

    Algunos han aplicado esta expresin a los nios pequeitos que no tenan todava edad suficiente para determinar qu mano era ms fuerte y ms til. Si se calcula que esos niitos representaban un quinto de la poblacin, Nnive habra sido una ciudad de unos 600.000 habitantes. Esta cifra es demasiado grande y no puede hacrsela corresponder con el tamao que se conoce de la antigua ciudad. Pareciera que es mejor considerar la expresin "que no saben discernir" como metafrico, que se aplica a los que tenan un conocimiento imperfecto del bien y del mal. Si la expresin se consi-dera como literal, entonces se tratara de Nnive y sus alrededores (ver la Nota Adicional del captulo 1).

    COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE Jons 4:1-2 Notas biogrficas, p. 85

    Jons 4:1-3 Profetas y reyes, p. 203 Jons 4:2 El camino a Cristo, p. 8; Testimonies for the Church, tomo 2, p. 649 Jons 4:4-11 Profetas y reyes, p. 203

    Extrado de Comentario Bblico Adventista del Sptimo Da,

    tomo 4, pp. 1019-1031

    Compilacin: Rolando D. Chuquimia

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    LIBRO DEL PROFETA JONSINTRODUCCINJONS 1Bosquejo(Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones)El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)La Biblia de Jerusaln (BJ)Dios Habla Hoy (DHH)Nueva Versin Internacional (NVI)Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)Reina Valera 1960 (RVR60)Vs.1234567891011121314151617 1994, 2002 1960Comentario BblicoJONS 2Bosquejo

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones)El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)La Biblia de Jerusaln (BJ)Dios Habla Hoy (DHH)Nueva Versin Internacional (NVI)Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)Reina Valera 1960 (RVR60)Vs.12345678910 1994, 2002 1960Comentario BblicoJONS 3Bosquejo

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones)El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)La Biblia de Jerusaln (BJ)Dios Habla Hoy (DHH)Nueva Versin Internacional (NVI)Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)Reina Valera 1960 (RVR60)Vs.12345678910 1994, 2002 1960Sociedades Bblicas UnidasSoc. Bblicas UnidasComentario BblicoBosquejo

    (Cuadro comparativo del texto bblico en diferentes versiones)El Comentario Bblico Adventista basa su desarrollo en la versin Reina Valera (revisin de 1960)La Biblia de Jerusaln (BJ)Nueva Versin Internacional (NVI)Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000)Reina Valera 1960 (RVR60)Vs.Dios Habla Hoy (DHH)1234567891011 1994, 2002 1960Sociedades Bblicas UnidasSoc. Bblicas UnidasComentario Bblico