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Ivanhoe Por Walter Scott

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Ivanhoe

Por

WalterScott

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I

EnaquelhermosocantóndeladichosaInglaterrabañadoporlascristalinasaguasdelríoDonseextendíaantiguamenteunainmensaflorestaqueocultabalamayorpartedelosvallesymontañasqueseencuentranentreSheffieldylaencantadora ciudad deDoncaster.Aún existen considerables restos de aquelbosque en lasmagníficas posesiones deWentwort,Warncliffe-Park y en lascercanías de Rotherdham. Este fue, según la tradición, el Teatro de losestragosejecutadosporelfabulosodragóndeWantley;allísedieronalgunasbatallaslibradasenlasguerrasciviles,cuandopeleólarosaencarnadacontralarosablanca,yallítambiéncampearonlaspartidasdevalientesproscriptos,tancelebradosporsushazañasenlaspopularescancionesdeInglaterra.

Este es el principal sitio de la escena de nuestra historia, cuya fecha serefierealospostrerosañosdelreinadodeRicardoI,CorazóndeLeón;épocaenquelosdeseosdesusvasallos,másbienquefundadasesperanzas,hacíancreer que regresaría del cautiverio en que le había encerrado la perfidia alvolverdePalestina.Lanobleza,cuyopodernoconocíafrenoenelreinadodeEsteban,ydelacualtodalagranprudenciadeEnriqueIIsólopudolograrqueconservase cierta muestra de sumisión a la Corona, recobró de pronto suantiguainsolencia,entregándoseaellaconelmásimprudentedesenfreno.LaintervencióndelConsejodeEstadoeramiradaporlosnoblesconelmásaltodesprecio:ellosreforzabansustropas;fortificabansuscastillosaumentandoelnúmerodesusposesionesacostadelospacíficosvecinos,que,reducidosaunestadodevasallaje,poníanelmayorconatoparalograrelmandodealgunasfuerzassuficientes,afindeadquirirciertocarácterdeimportanciaenlacivildiscordiaporqueestabayaelpaísamenazado.LaNoblezaqueseguíaaladelosgrandesbarones,yque,segúnlasleyesdeInglaterra,debíaestaracubiertodelatiraníafeudal,llegóaverseenlaposiciónmásprecariayexpuesta;ylosnoblesqueencategoríaseguíanalosbaroneserandesignadosconelnombrede franklines. Estos comúnmente se ponían bajo la protección de algúnpoderoso vecino, o tal vez aceptaban algún cargo feudal en sus castillos, obiensecomprometíanaayudarleensusproyectospormediodeuntratadodealianza que garantizaba del modo posible su tranquilidad durante ciertotérmino, aunque a costa de su independencia y de tener que figurar en lasarriesgadas empresas que tomaran a su cargo sus protectores; empresassiempredictadasporelorgullo, laarroganciao la temeridad.Losfranklines,que deseaban librarse de la despótica autoridad de los grandes baronesobservandounaconductapacíficaydescansandoenlasleyesdelpaís,aunqueholladas las más veces en aquella azarosa época, se veían continuamenteperseguidos y arruinados; llegaba la tiranía de los señores feudales a

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oprimirlospor todos losmedios,nofaltándolesnuncapretextoparavejarlos,aunquejamáslehallabanparafavorecerlos.

DespuésdelaconquistadeInglaterraporGuillermo,duquedeNormandía,seguían lamisma conducta opresora; y cuatro generaciones transcurridas nobastaron a mezclar entre sí la sangre de los normandos con la de losanglosajones,niainspirarlesunmismolenguaje,niaunirlosinteresesdelasdos razas enemigas: la una estaba engreída con el orgullo de la victoria, entanto que la otra lloraba y se abatía por el deshonor del vencimiento. Losnobles normandos se habíanhechodueños delmandodespués de la famosabatalla de Hastings, y, según refieren los historiadores, no hicieron de suautoridadelmejoruso.Larazadelospríncipesydenoblessajoneshabíasidodespojadaodestruidayapenasseencontrabaunsajónqueconservaraalgúndominiodesegundaoterceraclaseenelpaísdesusantepasados.LapolíticadeGuillermo y de sus sucesores fue oprimir y debilitar cada vezmás a losantiguoshabitantesbienfuesepormedioslegalesoviolentos,pues,conjustarazón,sóloeranmiradoscomoirreconciliablesenemigosdelpartidovencedor.Los soberanos de raza normanda, no sólo distinguían con la mayorpredilecciónalosvasallosnormandos,sinoqueintroducíanacadamomentonuevas leyes sobre la caza y sobre mil otros objetos importantes, quecontrariabanvisiblementealantiguocódigosajónmuchomásbenigno,yquemanifestaban cuánto era el deseo que tenían de agravar todo lo posible lapesadumbredelyugoqueoprimíaa loshabitantesconquistados.Enlacorte,enloscastillosdelaaltanobleza,queeraunmezquinoremedodeaquélla,nosehablabaotroidiomaqueelfrancés,yestemismoseusabaenlostribunalesy juicios; el uso del lenguaje sajón, harto más expresivo y varonil, habíaquedadosólopara loscampesinosydemásclases inferiores,mientrasqueelfrancés era el idioma predilecto de la Caballería y de la Justicia. Pero lanecesidad de comunicarse y entenderse los señores del país y los que lecultivabanprodujoundialectoqueparticipabadel francésydel sajónyéstefue el origen verdadero del actual idioma inglés. En él afortunadamente seconfundieronlosidiomasdelpueblovencedorydelvencido,enriqueciéndosesiempre por grados con las adquisiciones que hiciera tomándolas de laslenguas clásicas y alguna vez de las que usan los pueblos delmediodía deEuropa.

Esta era exactamente la situación del Estado en la época de que vamoshablando;habiendoduradolamemoriadelasdistincionesnacionalesentrelosconquistadores y vencidos hasta el reinado deEduardo III, permanecían sincicatrizarselasprofundasheridasquedejaralaconquista,yexistíalalíneaqueseparabaalosdescendientesdelosnormandosdelossajones.

Caminaba el Sol hacia su ocaso, y hería con sus postreros rayos unhermoso claro descubierto del bosque que indicamos al principio de este

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capítulo. Millares de antiguas encinas que contaban muchos siglos deantigüedad y que, probablemente, habrían sido testigos de las triunfalesmarchas de las legiones romanas, extendían sus nudosas ramas sobre unaencantadora alfombra de verde césped; con ellas se mezclaban las de losabedules, acebos y otras infinitas de varios árboles altos, cuyo tejidoimpenetrable interceptaba el paso a la luz. En otros parajes inmediatos seseparabanlosunosdelosotrosformandolargascallesdealamedasencuyasrevueltas se perdía la vista agradablemente y a la imaginación le parecíanrústicossenderosqueguiabanaotrosparajesaúnmássilvestresysombríos.Lospurpúreosrayosdelsolponienteperdíansusfulgidosmaticesalquebrarseenelverde ramaje, en tantoque, llegando sinobstáculo, enotros sitiosmásclaros brillaban con todo su esplendor. Notábase además abierto unconsiderable espacio que sirvió tal vez en otro tiempo a las supersticiosasceremoniasdelosdruidas,puessobrelacimadeunacolinacuyaregularidaddejaba entrever la mano industriosa del hombre se divisaba un círculo detoscas piedras sin pulimento. Siete de ellas estaban colocadas en su antiguolugar, y lasdemásprobablementehabrían sidoarrancadasydispersaspor elcelodelosprimerosneófitosdelcristianismo:sólounadelasmayoresllegabahasta la parte más baja e interceptaba el paso a un arroyuelo cuyas ligerasondas al superar aquel obstáculo, causabanundulcemurmullodeque antescarecía.

Animabanelrústicopaisajedospersonascuyoporteyvestidosindicabancierto aire selvático y agreste, con el cual eran distinguidos en tan remotostiempos los habitantes de los bosques del condadodeYork en su partemásoccidental.Elmásentradoenañosparecíauntoscoygroseroaldeanovestidomuysencillamente;vestíaungabánconmangashechodepielcurtida,peroelusoyelrocelehabíanhechoperderelpeloqueenunprincipiotenía,porlocualnoerafácilcalcularaquéespeciedeanimalhabíapertenecido.Lellegabadesdeelcuelloalarodilla,supliendoalodemásdestinadoacubrirelcuerpodelhombre.Teníaelgabánunaaberturaenlapartesuperior,pordondepasabalacabeza,ysindudasevestíadelmismomodoqueeneldíaunacamisaoenotro tiempo una cota de malla. Cubrían sus pies unas abarcas sujetas concorreasdecuerodejabalí,yotrasdosmásdelgadassubíanhastalamitaddelas piernas y dejaban descubiertas las rodillas, según lo estilan hoy día losmontañesesdeEscocia.

Esta especie de gabán estaba ceñido al cuerpo por un cinturón de cuerocerradoconunahebilladecobre,ypendientedelcinturónllevabaunsaquitoyuncuernodecarneroconvertidoenbocina;yasimismopendíadesucintounlargo cuchillo de monte de ancha hoja, puño de asta, y que fue, sin duda,fabricado en Sheffield. El hombre que vamos describiendo tenía la cabezadesnuda y los cabellos partidos en trenzas muy menudas, que la continuaacción del Sol había vuelto de color rojo encendido y que contrastaban

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notablemente con su barba, de tinte amarillo igual al del ámbar. Sólo faltaañadirunacircunstancia,queesdemasiadoimportanteparaolvidarla:lucíauncollardecobresemejantealqueusanlosperrosalrededordelcuello;peronoteníaningunaabertura,yestabaperpetuamentefijo,aunquebastanteholgadoparanoimpedirlarespiraciónnilosmovimientosdecabeza.Noobstanteesto,era imposible abrirle sin recurrir a una lima. En él había grabada estainscripciónencaracteressajones:"Gurth,hijodeBeowulph,esclavonatodeCedricdeRotherwood".

Junto a aquel guardián de cerdos (tal era la ocupación de Gurt) estabasentadoenunadelasdruídicaspiedrasunhombrequeaparentabatenerdiezañosmenos,ycuyovestido,muysemejanteporsuformaaldesucompañero,era más rico y de una extraña apariencia; su túnica era de vivo color depúrpura, y sobre tal fondo se había ensayado su dueño en pintar ciertosadornos grotescos de diversos colores. Llevaba además una capa corta quesolamente le llegaba hasta la mitad muslo, y era de color carmesí, algomanchada y con ribetes amarillos; tan pronto se la colocaba en un hombrocomoenelotro,osecubríaconellatodoelcuerpo,yatendidosupocovuelo,formabaunropajeraroycaprichoso.Llevabaadornadoslosbrazosconunosbrazaletesdeplata,yteníauncollarexactamenteigualaldeGurth,sóloqueera del mismo Metal que los brazaletes, y en él se leían estas palabras:"Wamba, hijo deWitless, esclavo deCedric deRotherwood.» Sus sandaliaseransemejantesa lasdeGurth;peroenvezde llevar,comoéste, laspiernascubiertas con correas entrelazadas,—llevaba una polaina encarnada y otraamarilla;enlacabezateníaunacaperuzallenadecascabelescomolosqueseponenaloshalconesenelcuellodemodoqueacadamovimientoquehacíasonabanloscascabeles,yélnuncaestabaunminutoenunamismapostura.Laparteinferiordelacaperuzaestabaguarnecidadeunaanchacorreacortadaenpico,queformabaunaespeciedecorona.Sutraje,sufisonomía,quedenotabatanta malicia como atolondramiento, hacían ver que Wamba era uno deaquellosclownsobufonesdomésticosquelosgrandesseñoresmanteníanasuladoparapasarconmenosfastidio lashorasenqueprecisamente teníanquehabitar sus palacios.De la cintura deWamba pendía un saquito igual al deGurth;peronollevababocinanicuchillodemonte,porel inminentepeligrode confiar armas aunhombrede tal especie; así es que envezdel cuchillollevabaunsabledemaderaparecidoalqueusanlosarlequinesensusjuegosypantomimas.

ElaspectodelprimersiervodeCedriceramuydiversodelafisonomíadelsegundo; la frente de Gurth denotaba estar abatida a fuerza de disgustos;llevabalacabezabaja,representandolaindiferenciadeunhombreapático,ano ser por el fuego que centelleaba en sus ojos al levantarlos, que indicabademasiadocuántosentíalapesadumbredelyugoqueleoprimíayquealentabaun vehemente deseo de sacudirle. La fisonomía de Wamba anunciaba

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solamente una vaga curiosidad, una necesidad de cambiar de posturacontinuamente,ysucompletasatisfacciónporelpuestoqueocupabayporlacostumbredequesehallabarevestido.

Hablabanambosenanglosajónlenguajequecomoyahemosindicadosólousaban las clases inferiores, a excepción de los soldados normandos y laspersonasdestinadasalserviciodelanoblezafeudal.

—¡Lamaldición de SanWitholdo caiga sobre esta desdichada piara!—dijoGurthdespuésdehaber sonado infinitasveces labocinapara reunir losdispersoscochinos,quesólocontestabanaestaseñalconsonidosigualmentemelodiosos;peroapesardehaberoído los llamamientosde suguardián,noporesodejaronel suntuosobanqueteque lesofrecían los fabucosybellotasconquesecebabanyunlodazalenqueserevolcabandeliciosamente.—¡Sí;lamaldicióndeSanWitholdocaigasobreellosysobremí!¡Sialgúnlobodedospiesnomeatrapapartedelapiaraestatarde,consientoenperderelnombrequetengo!¡Poraquí,Fangs,poraquí!—gritabaaunperrogrande,mestizodemastín y lebrel, que corría como para ayudar a su amo a fin de reunir elinsubordinadorebaño;peroentoncesopormalenseñado,oporquenollegaseacomprenderlasseñasdesuamoysedejarallevardeunciegofuroracosabaen distintas direcciones a los cerdos, y aumentaba el desorden, en lugar deremediarle.—¡ElDiablotehagasaltarlosdientes—continuóGurth—,yqueelpadredelmalconfundaalguardabosquequearrancaanuestrosperrossuszarpasdelanterasdejándolos inhábilesparahacersudeber! ¡Wamba,vamos;levántateyvenaayudarme!Pasapordetrásdelamontañatomaladelanteraamiganadoyentoncespodremosllevarlosdelantecomocorderillos.

—¿De veras? —respondió Wamba sin mudar de posición—. Heconsultado amispiernas acercade tandelicado asunto, yunayotra sondeparecerquenodeboexponermispompososvestidosal riesgodemancharseeneselodazal,puesesoseríaunactodedeslealtadcontramisoberanapersonayrealguardarropa.Teaconsejo,Gurth,quellamesnuevamenteaFangsyqueabandones lapiaraasudestino;porque,seaqueellacaigaenmanosdeunapartidadesoldados,deunabandadadecontrabandistasodeunacaravanadeperegrinos, los animales confiados a tu custodia estaránmañana convertidosennormandos,yestacircunstanciaseráindudablementeunconsueloparati.

—¡Convertidosmiscerdosennormandos!Explícameeseenigma,porqueno tengobastante sutil el entendimiento ni tranquila la cabeza para adivinarmisterios.

—¿Quénombredasaestosanimalesquegruñenyandanencuatropies?

—¡Eldecerdos,loco,eldecerdos!Ynohaylocoquenodigaotrotanto.

—Cerdo es palabra sajona; mas cuando el cerdo está degollado,

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chamuscado,hechocuartosycolgadodeunganchocomountraidor,¿cómolellamasensajón?

—Tocino.

—¡Estoy encantado! Y no hay loco que no diga lo mismo, como túindicastehablandodelapalabracerdo.Perocomolosnormandosdenominantocinoa estos animalitos,muertosovivos, y los sajones sólo los llamanasícuando estánmuertos, se vuelven normandos en elmomento en que se danprisa a degollarlos para servir en los palacios en los festines de los nobles.¿Quépiensasdeesto,amigoGurth?

—Queeslapuraverdad,talcomohapasadoportucabezadeloco.Sí;esuna triste verdad. ¡Por San Dustán, que esto es ya insufrible! Apenas nosquedaotracosaqueel aireque respiramosycreoquesi losnormandosnosdejanrespirar,esconelsóloobjetodequesintamoslainsoportablecargaconqueabrumannuestrahumilladaespalda!Losmanjaresmásdelicadosyricosson para susmesas; para ellos son los recreos y goces, al paso que nuestravalientejuventudesreclutadaparaservirensusejércitosyenunpaíslejano,enelcualdejaelesqueleto;demodoqueapenasseencuentraunapersonaquepueda y quiera defender al desgraciado sajón. ¡BendigaDios a nuestro amoCedric! Él ha sostenido siempre su rango como un verdadero sajón. MasReginaldo"Frentedebuey"vaallegaraestepaísdeundíaaotro,yharáverqueCedricsehatomadotantasfatigasbieninútilmente.¡Poraquí,poraquí!¡Bien,Fangs,bien!¡Hashechoperfectamentetudeber!¡Al`finsehallatodalapiarareunida!

—Gurth, es preciso queme tengas por un verdadero loco, pues de otromodo no te atreverías ameter la cabeza en la boca del león. Si yo dijese aReginaldo"Frentedebuey"oaFelipedeMalvoisinuna solapalabrade lasqueacabandepronunciartuslabios,teevitaríaelcuidadodeconduciralpastotu piara, porque te colocarían pendiente de lamás alta rama de una encina,paraque en ti escarmentasen losque se atreven ahablarmalde tan ilustrespotentados.

—¡Perro!¿Seráscapazdehacermetraición,despuésdehabermepuestotúmismoenelcasodehablarencontramía?

—¡Hacertetraición!No;esaacciónseríadeunhombrecuerdo,yunloconosabehacertanbuenosservicios.Pero¿quécabalgataeslaquevienehacianosotros?

Empezabaasentirsealolejoselruidoqueocasionanlaspisadasdevariascaballeríasreunidas.

—¡Yonomecuidodeeso!—contestóGurth,queveíareunidasupiara,yqueconelauxiliodesufavoritoFangslahacíaentrarenunadelashermosas

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alamedasqueyahemosdescrito.

—Quieroverquiénessonesoscaballeros:puedequevengandelpaísdelasbrujasatraernosalgúnmensajedelreyOberón.

—¡Malafiebreteconsuma!¿Tienesánimoparahablardesemejantecosacuandonosvemosamenazadosdeunahorribletempestad?¿Nooyeselsordoruido de los truenos a pocas millas de nosotros? ¿No has visto el brillanteresplandor del relámpago, y la lluvia que empieza a desprenderse de lasnubes?¡Enverdadquenuncavimásgruesasgotas!Nosesienteunpequeñosoplodeviento,sinoelmelancólicoruidoquehacenlasencinas,yqueeselmás cierto presagio del furioso huracán. Quédate, si quieres continuarhaciendo el discreto; pero créeme una vez por todas, y emprendamos elcamino,porquevaahacerunanochemuypocoapropósitoparapasarlaenelcampo.

SintióWamba toda la fuerza de este razonamiento, y acompañando a sucamarada,seinternóenelbosquedespuésdehabercogidounenormegarroteque encontró al paso. El nuevo Eumeo, precedido por su gruñidora piara,marchóalargospasoshacialamoradadesudueño.

II

A pesar de las continuas reconvenciones de Gurth, Wamba seguía sumarcha lentamente,porquecuandooyóque la cabalgata seacercabaaellos,deseando ver quiénes venían, empezó a aprovechar cualquiera ocasión dedetenersequeselepresentaba;comoacogeralgunaavellananobienmadura,oahablaracualquieraaldeanaqueencontrabaenelcamino.

No tardaronenalcanzarlos loscaminantes,queerandiez.Al frentede lacabalgata ibandospersonas, alparecerdealta importancia,y lasotrasochocomponíanlacomitivadelasprimeras.

Muyfácileraconocerelestadoycalidaddeunodelospersonajes,puesaprimeravistasedivisabaqueerauneclesiásticodealtorango.Vestíaelhábitode laOrdendelCister;eromásfinode loquesusestrictasreglaspermitían,pueseradepañodeFlandes.Lafisonomíadelreligiosoeraregular,yjodosuexterior sumamente agradable, si bien tenía un aspecto más mundano quemístico.Suprofesiónysurangohabíanhechoformarenélunacostumbrededominarsualtivamiradaysu jovial fisonomía,a laquesabíadarcuandolojuzgabaoportunounairedesolemnegravedad.

Aquel digno eclesiástico montaba una mula perfectamente enjaezada yadornadaconcascabelesdeplata,segúnlapodadeentonces.Noibaenlasilla

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coneldescuidodeunreligiosoniconlagallardíadeuncaballeroadiestrado;parecía también que había adoptado aquella cabalgadura vulgar por máscomodidadpara el camino,porqueun legoconducía apocadistanciapor labridaunhermosopotroandaluz,queloschalaneshacíanllegar,nosinmuchosriesgos,hastaallí;venderlosagranprecioalaspersonasdedistinción.Ibaelpotro cubierto con un paramento que llegaba a la tierra, y en él estabanbordadosdiferentesemblemasreligiosos.Otroconducíaunamulacargadaconefectos de su superior, y otros dos monjes de la misma Orden seguían aretaguardia.

El otro personaje que acompañaba al eclesiástico tendría unos cuarentaañosdeedad,yera flaco,alto,muyvigorosoyde formasatléticas;pero lostrabajosyriesgosquedebíadehabersufridoydominadolehabíanreducidoatal extremo de flaqueza exterior, que sólo aparentaba tener los huesos, losnerviosylapiel.Llevabaenlacabezaungorrodegranaforradoenpieles,demaneraquenada impedíaque se leviesecompletamente el rostro, capazdeimponer respeto, y aun temor. Sus facciones, muy pronunciadas, estabanenteramenteatezadasaconsecuenciadehaberresistidomilveceselsoldelostrópicos; se le hubiera creído exentodepasiones, si las gruesasvenasde sufrenteylavelocidadconqueconvulsivamentemovíaa lamenoremociónellabio superior, cubierto de un negro y espeso bigote, no hubieran reveladocuánfácilerasuscitarensucorazónelimpetuosohuracándelaira.Susojosnegros,quearrojabanmiradaspenetrantes,indicabancuángrandeerasudeseode encontrar obstáculos, para tener el gusto de dominarlos; y una profundacicatriz,unidaalabizcadireccióndelamirada,dabaasucaraunaspectoduroyferoz.

Vestíaunalargacapadegrana,ysobreelhombroderechollevabaunacruzdepañoblancodeformaparticular:debajoseveíaunacotademallaconsusmangas y manoplas tejidas con mucho arte, y que se prestaban con talflexibilidad a todos los movimientos que parecía de fina seda. Aquellaarmadurayunasplanchasdemetalquellevabaenlosmuslosamaneradelasescamasdeunreptilcompletabansusarmasdefensivas.Enpuntoaofensivas,sólo llevabaun largopuñal pendientede la cintura;montabaunpotro, ynounamula,comosucompañero,conelfin,sinduda,dereservarsuexcelentecaballodebatalla,queconducíaunescuderodelariendaenjaezadocomoenundíadecombate,puesllevabaunfrontaldeaceroquerematabaenpunta.Deunladodelasillaibapendienteunhachadearmasricamenteembutida,ydelotrounyelmoadornadoconvistosasplumas,yunalargaespadapropiadelaépoca.Unodesusescuderosllevabalalanzadesudueñoconunabanderolaencarnada,yenella lablancacruz, iguala ladelacapa;yotroconducíaunescudo triangular cubierto con un tapete que impedía ver la divisa delcaballero.

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Aestosescuderosseguíanotrosdos,cuyocolorbronceado,blancoturbanteyvestidosorientaleshacíanconocerquehabíanvistolaprimeraluzenelAsia.Enfin,elporteylasmanerasdelcaballeroydesucomitivateníanalgunacosadeextraordinario.Elvestidodelosescuderoserasuntuoso,yllevabancollaresybrazaletesdeplata,conunoscírculosdelmismometalqueteníanentornode las piernas; éstas en lo demás iban descubiertas desde el tobillo hasta lapantorrilla, como también lo estaban los brazos hasta el codo. Eran susvestidosdeseda,cuya riqueza revelaba ladesuamoyhacíaclarocontrastecon la sencillez del traje de aquél. Pendían de su cintura unos sables muycorvos, con empuñadura de oro, sostenidos en ricos tahalíes bordados delmismometal,yunpardepuñalesturcosdedelicadotrabajo.Sobreelarzóndela silla se veían dosmanojos de venablosmuy acerados por la punta, cuyalongitud sería de cuatro pies; arma terrible de que hacían frecuente uso lossarracenos, que aun hoy día sirve en el Oriente para el marcial ejercicioconocidoconelnombredejerrid.

Los corceles en que cabalgaban los escuderos parecían tan extranjeroscomo los jinetes, pues eran del mismo país, y, por consiguiente, de origenárabe. Su cuerpo fino y hermosa estampa, sus largas y pobladas crines, susrápidosydesembarazadosmovimientos, formabanunhermosocontrasteconlospoderososcaballoscuyarazaseconocíaenFlandesyNormandíaparaelserviciodeloshombresdearmasenunaépocaenqueelcorcelyelcaballeroibancubiertosdesdeelpiealacabezaconunapesadaarmaduradeacero;demaneraqueaquelloscaballosalladodelosorientalesparecíanelcuerpoylasombra.

ElaireparticulardelacabalgatallamólaatencióndeWamba,yaunladesucompañero,hombremáspensador.Esteconocióalmomentoenlapersonadel monje al prior de la abadía de Jorvaulx, famoso ya muchas leguas encontorno,amantedelacaza,delabuenamesaydelasdiversiones,apesardesuestado.Noobstanteesto,erabienreputado,puessucarácterfrancoyjovialle hacían bien quisto y le daban franca entrada en todos los palacios de losnobles,entreloscualesteníanopocosparientes,pueseranobleynormando.Lasseñorasleapreciabanparticularmente,porqueeradecididoadmiradordelbello sexo, y tambiénporqueposeíamil recursospara alejar el tedioque sesentíaamenudobajoelelevado techodeunpalaciofeudal.Ningúncazadorseguía conmás ardor una pieza, y era conocido porque poseía los halconesmásdiestrosylajauríamejordetodoelNorth-Riding;ventajaquelehacíaserbuscado por los jóvenes de la primera Nobleza. Las rentas de fa abadíasufragabansusgastos,yaunlepermitíanserliberalconlospobresyconlosaldeanos,cuyamiseriasocorríaamenudo.

Los dos siervos sajones saludaron respetuosamente al prior. Aquéllos sesorprendieronalcontemplardecercaeltalantesemi-guerreroysemi-monacal

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del caballero del Temple, así como les chocaron al extremo las armas y elporte oriental de los escuderos; y fue tanta su admiración, que nocomprendieron al prior de Jorvaulx, que les preguntó si encontraría por allídónde alojarse con su compañero y comitiva. Pero es tan probable que ellenguajenormandoqueelpriorusóparahacersupreguntasonasemuymalalosoídosdedossajones,comodudosoquedejasendeentenderle.

—Ospregunto,hijosmíos—volvióadecirelPriorusandoeldialectoqueparticipaba de los dos idiomas y que ya usaban unos y otros para poderentenderse—,sihabráporestoscontornosalgunapersonaqueporDiosypornuestrasantamadrelaIglesiaquieraacogerysustentarporestanocheadosdesusmáshumildessiervosconsucomitiva.

El tono que usó el prior Aymer estaba muy poco conforme con lashumildespalabrasdequesesirvió.Wambalevantólavistaydijo:

—Si vuestras reverencias quieren encontrar buen hospedaje, puedendirigirse pocas millas de aquí al priorato de Brinxworth, donde atendidavuestra calidad, no podrán menos de recibiros honoríficamente; pero siprefierenconsagrarlanochealapenitenciapuedentomaraquelsendero,queconducederechamentealaermitadeCopmanhurts,dondehallaránunpiadosoanacoretaquelesdaráhospitalidadyelauxiliodesuspiadosasoraciones.

—Amigomío—contestóelprior—,sielruidocontinuodeloscascabelesque guarnecen tu caperuza no tuviera trastornados tus sentidos, omitiríassemejantes consejos, y sabrías aquello de clericus clericum non decimat; esdecir, que las personas de la Iglesia no se reclaman mutuamente lahospitalidad,prefiriendopedirla a losdemásparaproporcionarles laocasióndehacerunaobrameritoriahonrandoalosservidoresdeDios.

—Esverdad—repusoWamba—:disimuladmiinadvertencia,puesaunquenosoymásqueunasno,tengoelhonordellevarcascabelescomolamuladevuestrareverencia.

—¡Bastadeinsolencias,atrevido!—dijocontonoásperoelcaballerodelTemple—. Dinos pronto, si puedes, el camino que debemos tomar para...¿Cuáleselnombredevuestrofranklin,priorAymer?

—Cedrid—respondió—,CedridelSajón.Dime,amigo:¿estamosamuchadistanciadesumorada?¿Puedesindicarnoselcamino?

—Noesfácilencontrarelcamino—dijoGurt, rompiendopor laprimeravezelsilencio—.Además,lafamiliadeCedricserecogemuytemprano.

—¡Buenarazón!—contestóelcaballero—.LafamiliadeCedricsetendrápormuyhonrada en levantarse para servir y obsequiar a unos viajeros talescomo nosotros, que hacemos demasiado en humillarnos a solicitar una

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hospitalidadquepodemosexigirdederecho.

—Yo no sé —dijo Gurt incomodado— si debo indicar el camino delcastillodemiamoaunapersonaquereclamacomoderechoelasiloquetantosotrossolicitancomounfavor.

—¿Teatrevesadisputarconmigo,esclavo?

Yaplicandoelcaballerolasespuelasasucaballo,lehizodarmediavuelta;y levantando la varita que le servíade fusta, se dispuso a castigar loque élmirabacomoinsolenciapropiadeunvillano.

Gurt,sincejarunsolopaso,llevólamanoasucuchillodemonte,mirandoalmismotiempoal templarioconaireferoz;peroelPriorevitó lacontiendainterponiéndoseentrelosdosydiciendoasucompañero.

—¡PorSantaMaría,hermanoBrian!¿ImagináisestaraúnenPalestina,enmedio de los turcos y sarracenos, entre paganos e infieles? Nosotros losinsularesnosufrimosquenadienosmaltrate.Dimetú,queridomío,—dijoaWambaapoyandosuelocuenciaconunamonedadeplata;dimeelsenderoquehemos de tomar para llegar a la morada de Cedric el Sajón. No puedesignorarlo, y es un deber dirigir fielmente al viajero extraviado, aun cuandofuesedeunrangoinferioralnuestro.

—En verdad, reverendo padre mío, que la cabeza sarracena de vuestrocompañero ha trastornado de talmodo lamía, que han desaparecido demimemoriatodaslasseñasdelcamino.Creoqueamímismomeseráimposiblellegarestanoche.

—¡Vamos,vamos;yoséquesitúquieres,puedesguiarnos!Mivenerablehermanohaempleadotodasuvidaencombatirconlossarracenosparalibertarla tierra santa: es caballero de la Orden del Temple, de que tú habrás oídohablar;esdecirqueesmitadmonjeymitadsoldado.

—Siessólomediomonje,nodeberíaser tanpocorazonableconlosqueencuentraalpasocuandoéstosnoseprestanaresponderapreguntasquenolesconciernen.

—Teperdonolaagudeza,acondicióndeindicarnoslamoradadeCedric.

—Sigan vuesas reverencias —dijo el bufón— esta misma vereda hastallegar a una cruz que llaman caída, sin duda porque amenaza ruina; enllegandoaella,tomaréiselcaminodelaizquierda,porqueosadviertoquehaycuatroqueenaquelsitiosecruzanyEnseguidallegaréisaltérminodevuestroviajeporestanoche.Deseoqueestéisasalvoantesdequeestallelapróximatempestad.

ElPriordiolasgraciasaWamba,ylacomitivapartióagalope,comogentequedeseaverseacubiertodelaintemperieennocherigurosa.Cuandoapenas

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sesentíanlaspisadasdeloscaballos,Gurthdijoasucompañero:

—MuydichososseránlosreverendossilleganaRotherwoodantesdebienentradalanoche.

—¡Quién lo duda! Y cuando no, pueden llegar a Sheffield, si noencuentrantropiezo,queesunbuensitioparaellos.Nosoyyocazadordelosque indican al perro donde se esconde el gamo cuando no tienen humor deperseguirlo.

—Hacesbien.No fuera razónque ese templarioviese a ladyRowena,ypeor tal vez sería si con él se trabase de palabrasCedric.No obstante esto,nosotroscomobuenoscriados,debemosver,oírycallar.

En cuanto se alejaron los caminantes continuaron su conversación enidiomanormando-francés,queeraentonceslalenguademoda,exceptoentreunos cuantos que se jactaban de su origen sajón. El templario dijo al Priordespuésdeunratodesilencio:

—¿Qué significa la insolencia de esos esclavos? ¿Por qué me habéisimpedidoqueloscastigase?

—HermanoBrian,conrespectoaunodeellosseríadifícildarosrazóndelas locuras que hace, porque es un insensato de profesión; en punto al otrosabedqueperteneceaesarazaferoz,salvajeeindomabledequeoshehabladorepetidasveces,ydelacualtodavíaseencuentranvariosindividuosentrelosdescendientes de los sajones conquistados. Estos rústicos tienen la mayorsatisfacción en demostrar por todos los medios su aversión a losconquistadores.

—¡Muyprontolesenseñaríayoatenercortesía!¡Soymuyprácticoenelmanejo de tales salvajes! Los cautivos turcos son tan indómitos y rebeldescomopudieraserloelmismoOdín,y,noobstante,enllevandodosmesesdevivir bajo la férula delmayoral demis esclavos se ponenmásmansos quecorderillos, sumisos, servicialesydócilesacuantose lesmanda.Nopenséisporesoquedesconocenelmanejodelpuñalydelveneno,yqueescrupulizanparaecharmanodecualquieradelosdosarbitriossilesdejanocasión.

—Noosdigoqueno;peroencadatierra,suuso.Ademásdequecondardegolpesaesehombrenadahubiéramosadelantadoconrespectoaencontrarla casadeCedric, porque enhallándoleoshubiera armadounaquimeraporhaberapaleadoaunvasallo.Noapartéisnuncadevuestraimaginaciónloqueostengodichodeeseopulentohidalgo:esaltivo,vano,envidiosoeirritableensumo grado; se las apuesta al más encumbrado, y aun a sus dos vecinos,ReginaldoFrentedeBueyyFelipedeMalvoisin,quenocreoseanranasenelasunto.ElnombredelSajón,conquegeneralmenteseledesigna,procededelatenacidadconquesostieneydefiendelosprivilegiosdesualcurnia,ydela

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vanagloria con que hace alarde de su descendencia por línea recta deHereward, famoso guerrero en tiempo de los reyes sajones. Se alaba a caradescubierta de pertenecer a una nación cuya procedencia nadie se atreve aconfesar por miedo de experimentar la suerte a que están expuestos losvencidos.

—PriorAymer,hablandodelahermosasajona,hijadeCedric,osdigoqueaunqueenpuntoabellezaseáis tanbuenvotocomoungalán trovador,muylindadebeser ladyRowenapara reducirmeaguardar lanecesaria toleranciadequedeboecharmanoafindegranjearmeelfavordelindómitoCedric,supadre.

—No,CedricnoespadredeRowena:espariente,ynomuycercano.Enlaactualidadessututor,segúncreo,yamacontalextremoalapupila,quenotendríamáscariñosadeferenciaconellasifuerahijapropia.PeroesaúnmásilustrelasangredeRowena;yencuantoasuhermosura,prontojuzgaréisporvista de ojos. Yo os aseguro que si la belleza de Rowena y la blanda ymajestuosaexpresióndesussuavesyhermososojosazulesnoaventajanalasbeldadesdePalestina,consientoenquejamásdeiscréditoamispalabras.

—Sinocorrespondesuhermosuraavuestrosencomios,míaeslaapuesta.

—MicollardeorocontradiezpipasdevinodeScio;ylas tengoportanmíascomosiyaestuviesenenlasbodegasdemiconventoybajolallavedenuestrodespensero.

—Yodebo juzgarpormímismo,yconvencermedequenohevistomáshermosa mujer desde un año antes de Pentecostés. ¿Son éstas nuestrascondiciones? ¡Vuestro collar peligra, prior Aymer, y espero que le veáisresplandecersobremigolaeneltorneodeAshbydelaZouche!

—Engalanaos en buena hora con él, si le ganáis lealmente diciendo sinreserva vuestro parecer y asegurándolo a fe de caballero. De todos modos,hermano Brian, exijo y espero que miréis estas cosas como una inocentediversión.Ypuesosempeñáisenllevarlaacabo,seguiréadelantepuramentepor complaceros, pues no es apuesta que conviene con mi naturalcircunspección y ministerio. Seguid mis consejos y refrenad la lengua,cuidandodelasmiradasquedirigísaRowena:olvidadelnaturalpredominioque queréis ejercer sobre todo el mundo de resultas de haber supeditado atantomahometano, porque siCedric elSajón se enfada, esmuy a propósitoparaplantarnosenmediodelaselvasinmiraranuestrodistinguidocarácter.Sobre todo,cuidadoconRowena,aquienél respetaextraordinariamente.Sedicequehaechadodecasaasuhijoúnicoporqueseatrevióadeclararlesucariño....quierequelaadoren;peroqueseadesdelejos.

—Bastante me habéis dicho, y por esta noche podéis contar con mi

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circunspecciónyreserva,pueshedeestar tanrecatadoymodestocomounadoncellitadelantedeCedricysupupila.Encuantoaquenosarrojedesucasa,yo,mis escuderos ymis dos esclavosHamet yAbdala somos bastante paraevitaros esa afrenta. No tengáis duda de que sentaremos nuestros reales ysabremosdefenderlos.

—Contodo,noledemosocasiónparaenojarsey...Peroéstaes,sinduda,lacruzcaídaoruinosadequenoshablóelbufón;yestátanoscuralanoche,quenosepuededivisarelcaminoquenosindicó.¿Nodijoquetomásemosalaizquierda?

—Aladerecha,simalnomeacuerdo.

—¡No,no;alaizquierda!Porciertoquedesignóelcaminoconsuespadademadera.

—Pues ahí está vuestro error, porque él tenía la espada en la manoizquierda,yseñalóconellahaciaelladoopuesto.

Despuésdehabersostenidoambossuopinióncontenacidadllamaronalosde la comitiva para que decidiesen; pero ninguno de ellos había estado adistanciasuficienteparaoír las señasqueelbufóndiera.Al finel templarioobservóloquelehabíaimpedidoverlaoscuridaddelcrepúsculo.

—Alguien hay —dijo dormido o muerto al pie de la cruz—¡Hugo,despiértaleconelastadetulanza!

ApenaspusoHugoenejecuciónelmandatodesuamocuandosepusoenpieelqueestabadormido,ydijoenbuenfrancés:

—¡Quienquieraqueseáis,pasadadelanteenvuestrocamino,yadvertirquenoescortesíadistraermedetalmododemispensamientos!

—Sólodeseamossaber—dijoelPrior—cuáleselcaminodeRotherwood,lahaciendadeCedricelSajón.

—Precisamenteaellamedirijoenestemomento.Simeproporcionáisuncaballo, os serviré de conductor por este camino, que, aunque le conozcoperfectamente,nodejadeserintrincadoydifícil.

—Nosharásungranservicio,ynotearrepentirásdeello.

Enseguida dispuso que uno de los legos montase en el potro andaluz ydierasucaballoalperegrinoqueibaaservirlesdeguía.EstetomóelcaminoopuestoalqueWambahabíaindicado,conlaidea,sinduda,dealejarlosdelamoradadeCedric.Concluyólaveredaenunaespesísimamaleza,despuésdevariosarroyoscuyopasoerabastantepeligrosoporlosmuchospantanosquepor allí atravesaban;mas el extranjero conocía perfectamente los sitiosmáscómodos y los vados menos expuestos. Por fin, gracias a su extraordinario

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tino, los caminantes llegaron a un terreno ancho y más agradable que losanteriores,yencuantoestuvieronenéldivisaronunedificiobajoeirregular,aunquevasto.

—Allí—dijoelperegrinoseñalandolagrancasatenéisaRotherwood:—aquellaeslamoradadeCedricelSajón.

Ninguna noticia pudiera complacermás en aquella ocasión al Prior. Susnervios eran harto delicados y sensibles para que no se resintiesen con loscontinuospeligrosqueenelcaminohabíansuperado:tanpreocupadallevabala imaginaciónporelmiedo,quenohabíaosadopreguntarunapalabraasuconductor.

Mas en el momento que vio el término de su viaje olvidó su pavor, ypreguntóalluíacuálerasuoficiooprofesión.

—SoyunperegrinoquellegodevisitarlosSantosLugares.

—¿Y cómo conoces tan perfectamente estas intrincadas veredas despuésdeunaausenciatandilatada?

—Nacíenestoscontornos.

AldecirestaspalabrasseparóelperegrinoalapuertadelaresidenciadeCedriclacualconstabadeunedificiodedesordenadaestructura,queocupabaenorme cantidad de terreno y estaba rodeado de vastos cercados. Susdimensiones anunciaban la opulencia de su dueño, si bien carecía del gustoque con profusión se vea en los castillos de los normandos, flanqueados detorres según el nuevo estilo arquitectónico que empezaba ya a dominar enaquellaépoca.

Noobstanteesto,Rotherwoodnodejabade tenerdefensa,puestoqueenaquella época de revueltas y disturbios no había vivienda que no tuviesealguna, so pena de ser saqueada o incendiada.En tomode la casa había ungran foso o zanja, que era llenado con el agua de un vecino arroyo. Teníadichofososucorrespondienteestacada,yenlaparteoccidentaldesucircuitohabía un puente levadizo que comunicaba con la interior defensa. Paraprotegerestacomunicaciónsehabíanfabricadounosángulossalientesporloscuales podía ser flanqueado con ballesteros y fundibularios en caso denecesidad.

ElcaballerodelTempletocóconfuerzalabocinacolocadaenlapuerta,ylacabalgataseintrodujoapresuradamenteenlacasadeCedric,porqueelaguaempezabaacaerconextraordinariaviolencia.

III

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En un salón de dimensiones desproporcionadas había una granmesa deencinahechadeenormes tablaspocomenos toscasqueenel tiempoenquefueroncortadasdelbosqueporlarobustamanodelleñador,yencimadeellaseveíatodopreparadoparalacenadeCedricelSajón.Eltecho,formadodegruesasvigasyestacas,servíamuypocoparapreservarsedelaintemperie,apesardelramajequeestabaentretejidoconlaarmazón.Encadaextremodelasalahabíaunagranchimeneatanmalconstruida,queelhumoseesparcíaporla sala enmayorcantidadque laque salíapor el conducto;de suertequeeltechoestabadelmismomodoquesilehubierancubiertoconunbarniznegro.Pendíandelasparedesvariosinstrumentosdecazayguerra,yencadaángulohabíaunapuertaquedabaentradaalashabitacionesinterioresdeaquelvastoedificio.

Entodalacasasedivisabalaprimitivasencillezdelossajones;sencillezaqueseconformabaCedric,yaunsevanagloriabadeconservarla.Elpavimentoestabahechoconunamezcladetierraycal, tancompactayendurecida,quesemejabaalestuco.Enun ladoestabamásaltoelpiso, formandounestradoqueocupaba la cuartapartede la sala, sitio al cual se ledabaelnombrededosel,quesólopodíaserocupadoporlosprincipalesmiembrosdelafamilia,yalgunavezporlaspersonasqueibanavisitaraaquéllayqueporsucaráctererandignasdequeselesdispensaratalhonor.Conesteobjetohabíaunamesacolocadaaloanchodelaplataformaycubiertaconunricotapetedegrana,ydelcentrosalíaotramáslargaqueocupabatodalalongituddelasala,yestabadestinadaparaloshuéspedesdeclaseinferioryloscriadosdemásrango.Laconstrucción de las dos mesas representaba la forma de una T, y erantotalmente iguales a las que aún se conservan en los antiguos colegios deOxford y de Cambridge. Sobre el estrado estaban colocados voluminosossillones de encina groseramente esculpidos y cubiertos por un_ verdaderodoseldepañocolocadoenelsitiodepreferenciaparadefenderdelalluviaalosqueenélsecolocaban,pueselaguasecolabaa travésde techo tanmalconstruido.

Las paredes de la sala donde estaba colocada la plataforma se hallabanadornadasconuna tapicería toscamentebordadaydeencendidoscolores; elrestodelasparedes,comotambiénelsuelo,estabadesnudo;lamesainferiornoteníamanteldeningunaespecie,ylosasientosquelarodeabaneranbancosdetablonessinpulir.

Elmediodelestradoestabaocupadopordossillonesdemayortamañoquelosdemás,paraelamoyamadelacasa;quepresidíansiempreaquellaescenadehospitalidad,porcuyarazóneranllamadoslosrepartidoresdelpan.Delantedecadasillónhabíaunescabelricamenteincrustadoyguarnecidodemarfil,yenlosdemásasientosnohabíadistincióndeningunaespecie.CedricelSajón

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ocupaba su puesto ya hacía largo rato, y su impaciencia era grande por latardanzaquenotabaenservirlelacena.

BastabaverlafisonomíadeCedricparaconocerqueteníacarácterfranco,pero al mismo tiempo vivo e impetuoso. Era de mediana talla, ancho deespaldas, de largos brazos, fornido y robusto como hombre acostumbrado adesafiarlospeligrosyfatigasdelaguerraydelacaza.Susojoseranazules;susfacciones,abiertas;bellaladentadura,ytodosuaspectoindicaba,enfin,que muchas veces era dominado por el buen humor que generalmenteacompañaa losgeniosvivos.Casi siempresusmiradas inspirabanorgulloyrecelo, nacido de la precisión en que toda su vida se había encontrado dedefenderconlasarmassusderechos,invadidosamenudoenaquellaépocadedesorden: de aquí resultaba que su carácter vivo y resuelto estaba siemprealerta y pronto a entrar en combate. Sus largos cabellos rubios estabandivididos por la parte superior de la cabeza desde la frente, cayéndole porambosladossobreloshombros.Teníamuypocascanas,apesardequefrisabasuedadenlossesenta.

Su traje secomponíadeuna túnicaverde, cuyocuelloymangasestabanguarnecidosdeunapielcomodeardillacenicienta.

Esteropajecarecíadebotonesyestabacolocadosobreotrodegrana,peromás estrecho. Los calzones eran de lomismo, y sólo llegaban hastamediomuslo,dejandodescubiertalarodilla.Lassandaliaseranigualesensuformaalas de la gente inferior, pero hechas de materiales mucho más finos, yajustadasconbrochesdeoro:de igualmetaleran losbrazaletesyunaanchaargollaqueadornabasucuello.Porcinturónllevabaunricotalabarteadornadocostosamente con diversas piedras preciosas, y de él pendía un largo puñalpuntiagudoydedosfilos.Sobreelrespaldodesusillóncolgabaunacapadegrana forrada de pieles, y un gorro también de grana y pieles con vistososbordados;estasdosprendascompletabaneltrajedecalledelopulentoThané.En elmismo sillón estaba apoyada una aguda jabalina, que así le servía dearmacomodebastón,segúnloexigíanlascircunstancias.

LosvestidosdeloscriadoseranuntérminomedioentrelosricosdeCedricyloshartohumildesqueGurthelporquerousaba:todossededicabanenaquelmomentoaespiar losmovimientosdesuamo,paraservirlecon laprontitudqueexigía.Losdeescaleraarribaestabancolocadossobrelaplataforma,yenlaparteinferiordelasalahabíavarios,tambiénenexpectativa.Aunhabíaenel salón otros empleados de menos distinción, tales como dos o tresdescomunales mastines que cazaban maravillosamente los ciervos y zorros,igual número de perros demenos corpulencia,muy notables por su enormecabezaylargasorejas,yunpardeellosmuchomáspequeñosquesóloservíanparameterbullayensuciarlotodo.

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Esperabanlosperroslacenacontantaimpacienciacomoelquemás;perosemanteníanquietosy sinmostrarla, sindudapor respetoauncierto látigoque acompañaba a la jabalina que indicamos: indudablemente,mantenía losdeseos a raya, pues Cedric lo usaba a menudo para rechazar lasimportunidades de sus cortesanos canes, y éstos, con la sagacidad yconocimientofisonómicopeculiaraesta razadeanimales,conocieronporelsombrío silencio de su amo que elmomento no era oportuno para quejas yreclamaciones. Solamente un perro viejo, el decano, probablemente, entretantos,setomabalalibertad,propiadeunfavorito,decolocarsejuntoalsillóndeCedric,yderatoenratoosabadistraerleponiendolacabezasobrelarodilladeaquél.Elceñudoamosólorespondía:«Abajo,Balder;abajo,quenoestoyparafiestas!»

Esciertoqueledominabaelmalhumor.AcababadellegarladyRowena,que había ido a vísperas a una iglesia distante, y venía inundada por elaguacero que siguió a la tormenta que estalló cuando atravesaba el largocamino.Se ignoraba el destinode lapiara confiada aGurth, porque tardabademasiadoenregresar,yenaquellostiemposnadadeextrañoteníaqueobienlosbandidosocualquierabarónpoderososehubieraapropiadolahaciendadeCedric,porqueenépocatantristenohabíamásderechodepropiedadquelafuerza.La tardanzadeGurth ledesazonaba tantomás,cuantoque lariquezade los hidalgos sajones consistía muy principalmente en grandes piaras,especialmenteenlospaísesmontuososyabundantesdelpastoqueloscerdosnecesitan.

También aumentaba su fastidio la falta de su favorito Wamba, cuyasbufonadasdabansiempreanimaciónyacompañabanaloscopiosostragosdevinoconqueCedricregabalacena.Añádaseademásqueelfranklinnohabíaprobado nada desde mediodía, y esto es terrible para un noble de aldea.Expresaba su desagrado con palabras entrecortadas que pronunciaba entredientes, las cuales se dirigían generalmente a los criados. El copero lepresentaba de rato en rato una gran copa de vino, que, sin duda, leadministraba como poción calmante. Cedric aceptaba sin repugnancia lamedicina,ydespuésdeapurarlacopaexclamaba:

—Pero¿porquétardatantoladyRowena?

—Está mudándose los vestidos —contestó una camarera con toda lasatisfacción de una favorita—. ¿Queríais por ventura que asistiese a la cenacon lagorradenoche? ¡Puesa fequeen todoelcondadonohayunadamamásvivaparavestirsequemiseñorita!

AtanconcluyentesrazoneselThanésólorespondióconunainterjección,alaqueañadió:

—Espero que si su devoción la llama otra vez a la iglesia de San Juan,

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elegirá tiempo más a propósito. Pero ¡con dos mil diablos! —continuó,volviéndose hacia el copero, y valiéndose de aquella ocasión para hacerestallar su cólera—. ¡Con dos mil diablos! ¿Qué hace Gurth? ¿Qué razónpuedetenerparaestaraestashorasfueradecasa?¡Malacuentadaráhoydelapiara!Siempreha sido fiel y cuidadoso, y yo le había destinadoparamejorpuesto.Talvezunaplazadeguarda...

—Aunnoesmuytarde—contestómodestamenteOswaldo—:apenashaceunahoraquehasonadoelcubrefuego.

—¡El Diablo se lleve al cubre fuego, al bastardo que le inventó, y aldegeneradoesclavoquepronuncia talpalabraensajónydelantede sajones!¡Elcubrefuego,sí;elcubrefuego,eltoquequeobligaaqueloshombresdebienapaguensufuegoysusluces,paraquelosasesinosysalteadorespuedan"hacer sus infamias bajo el patrocinio de las tinieblas! ¡El cubre fuego!¡Reginaldo "Frente de buey" y Felipe deMalvoisin saben perfectamente elsignificadodetanodiosaspalabras!¡Sí;tanbiencomoGuillermoelBastardoy como los demás aventureros que pelearon enHasting!Yo apuesto cuantoposeoaquemisbieneshanpasadoyaamanosdealgunosbandidosquesonhartoprotegidosporlosconquistadores,yquenotienenotrorecursoparanomorirsedehambrequeeldelcubrefuego.Mifielvasallohabráperecidoasusmanos; mis ganados desaparecieron, y... ¿Wamba? ¿Dónde está Wamba?¿QuiénhadichoquehabíasalidoencompañíadeGurth?

—Asíes—respondióOswaldo.

—¡Mejor que mejor! ¡Bueno es que un loco de un rico sajón vaya adivertir a un señor normando! ¡En verdad que demasiado locos somosnosotros en estarles sumisos; y aún somosmás dignos de desprecio, puestoquelossufrimosestandoennuestroscincosentidos!¡Másyomevengaré!—dijollenodecólerayempuñandolajabalina—.¡YoelevarémiquejaalGranConsejo, en el cual tengo amigos y partidarios! ¡Desafiaré uno a uno a losnormandos,ypelearécuerpoacuerpoconellos!¡Quevengan,siquieren,consuscotasdemalla, suscascosdehierroycon todo lodemásquepuededarvaloralamismacobardía!¡Obstáculosinfinitamentemayoreshevencidoyocon una jabalina igual a la que tengo en la mano! ¡Sí; con una igual hetraspasado planchas más espesas que sus armaduras! ¡Me creen viejo, sinduda;masellosveránquelasangredeHerewardcirculaaúnporlasvenasdeCedric! ¡Ah,Wilfredo,Wilfredo!—dijoen tonomuybajoycomohablandoconsigomismo—.¡Sihubierassabidorefrenartuinsensatapasión,noseveríatu padre abandonado— en su vejez, como enmedio del bosque la solitariaencina, oponiendo solamente contra la violencia del impetuoso huracán susdébilesramas!

Estas últimas ideas cambiaron en tristeza la cólera de Cedric, dejó la

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jabalinadondeantesestaba,serecostóensusillón,yalparecer,diolibrecursoasusmelancólicasreflexiones.Deprontoseoyóelsonidodeunatrompa,elcualdistrajoaCedricdesuspensamientos:losaullidosdetodoslosinfinitosperros que había en el salón contestaron a la llamada, unidos a los de otrostreinta más que guardaban exteriormente el edificio. Al fin la caninainsurrección se calmó mediante la poderosa influencia del látigo, que noanduvoociosoduranteaquellaescenadeestrépito.

—¡Corredalapuertatodos!—exclamóCedricluegoqueserestablecióelsilencio ¡Sin duda, vienen a noticiarme algún robo cometido en misposesiones!

Apocotiempovolvióunodesusguardas,yleanuncióqueAymer,priordeJorvaulx, y el caballero Brian de Bois-Guilbert, comendador de la valienteOrdendelosTemplarios,conunapequeñacomitiva,solicitabanhospitalidadpor aquella noche, pues iban al siguiente día a dirigirse al torneo que sepreparabaenAshbydelaZouche.

—¡Aymer; el priorAymer! ¡Brian deBois -Guilbert!—murmuróCedric—. Los dos son normandos. ¡No importa! ¡Sean sajones o normandos, lahospitalidaddeCedricatodosseextiende!Seanbienllegados;ypuesdeseandescansar,aquípasaránlanoche....aunqueestimaríamásquefueranapasarlaaotraparte.Peronomurmuremospor loqueno lomerece; almenos, estosnormandos que van a ser favorecidos por un sajón serán comedidos yprudentes.Marcha,Hundeberto,—dijoalmayordomo,queestabaaespaldasdelsillónconunavaritablancaenlamano;tomaseiscriados,ysalarecibiraesosextranjeros:—-llévalosalahospedería.Cuidaddesuscaballosydesusmulas, y que no se extravíe cosa alguna de sus equipajes.Dadles ropa paramudarsesilanecesitan,ponedbuenfuegoenlaschimeneasdesusrespectivoscuartos, y ofrecedles refrescos. A los cocineros, que aumenten la cena contodoloquepuedan,yquelamesaestéprontaparacuandoellosbajenacenar.Diles,Hundeberto,queCedriclessaludayquesientenopoderpresentarseadarleslabienvenida,puesunvotoleobligaanoadelantartrespasosmásalládeldoselpararecibiraquiennotengasangresajonaenlasvenas.Anda;cuidadetodo,yquenuncapuedandecirqueelSajónhadadomuestrasdemiseriayavaricia.

Salió elmayordomocon los seis criadosparaobedecerpuntualmente lasórdenesdesuamo.

—¡El priorAymer!—dijoCedricmirando aOswaldo—.Hermano si nomeengaño,deGildeMauleverer,hoyseñordeMilddleham.

Oswaldoinclinóconrespeto lacabeza,comoparadaraentenderqueasíera.Cedriccontinuó:

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—Su hermano ocupa el sitio y usurpa el patrimonio de aquel Ulfar deMiddleham que era de mucho mejor raza que la suya. Pero ¿qué lordnormandonohaceotrotanto?DicenqueelPrioresjovialymásamigodelatrompadecazaquedeotrascosas.¡Vamos,quelleguenenbuenahoraamisEstados!¿Ycómosellamaesetemplario?

—BriandeBois-Guilbert.

—¡Bois-Guilbert! —dijo Cedric con tono distraído, pues, comoacostumbrado a vivir con inferiores, parecía más bien que hablaba consigomismo,ynoquedirigía lapalabra aotro—.ElnombredeBoisGuilbert esconocido,ydetaltemplariosedicemuchomaloymuchobueno.Dicenqueesvalientecomoelquemás loseaentre los templarios;máses tambiénaltivo,orgulloso, arrogante, cruel, desarreglado de costumbres, de corazónempedernido,yquenadatemenirespetaenlaTierrayenelCielo:estoesloquedicendeéllospocoscaballerosquehanregresadodelaTierraSanta.Pero¡cómohadehacerse!Alfin,essoloporunanoche.¡Seatambiénbienvenido!Oswaldo,taladradelmejortoneldevinoañejo,preparadelmejorhidromiel,la sidramás espumosa, el morado y el picantemás oloroso. Colocad en lamesalasmayorescopas,porquelosviajerosgustandelofinoydelamayormedida,muchomássisontemplariosypriores,comogentederango.Elgitha,di a lady Rowena que si no quiere asistir al banquete, puede cenar en suaposento.

—Antesbajaráconmuchogusto—respondióprontamentelacamarera—.SumayordeseoesenterarsedelasúltimasnoticiasdePalestina.

CedriclanzóunafulminantemiradaalaatrevidaElgitha,ysecontentóconesto porque lady Rowena y cuanto le pertenecía gozaba de los mayoresprivilegiosenlacasayestabaasalvodesucólera.

—¡Silencio—ledijo—,yenseñadavuestralenguaaserdiscreta!¡Dadmirecado,yhagavuestraseñoraloqueguste!¡Enestacasa,almenos,reinasinobstáculosladescendientedeAlfredo!Elgithaseretirósinreplicar.

—¡Palestina,Palestina!¡Concuántointerésseescuchanlasnuevasquedeallánostraenlosenviadosyperegrinos!Tambiényodebieraescucharlasconardiente interés. ¡Pero no! ¡El hijo que me desobedece, no es mi hijo! ¡Susuertemeinteresamenosqueladelúltimodeloscruzados!

UnasombríanubecubrióelrostrodeCedric;bajólacabeza,yclavóenelsuelosusabatidasmiradas.Apocoratoseabriólapuertaprincipaldelsalón,yloshuéspedesentraronenél,precedidosporloscriadosconhachasencendidasyelmayordomocontuvaritablanca.

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IV

El prior había aprovechado aquella ocasión en que tenía necesidad demudarsederopa,paraponerseciertatúnicadeuntejidofinísimoycostoso,yencimade ella, unmantomagníficamentebordado.Llevabauna rica sortija,símbolo de su dignidad, y un crecido número de anillos de oro y preciosaspiedras cubrían además sus dedos. Las sandalias eran de finísimo cuero deEspaña; estaba su barba dispuesta en trenzas menudas del tamaño que laOrden del Coster permitía, y llevaba la tonsura cubierta con una gorra ocapuchadegranabordada.

ElcaballerodelTemplehabíadejadoeltrajedecaminoparaponerseotromásricoyelegante.Envezdelcamisotedemallavestíaunatúnicadecolordepúrpuraguarnecidadericaspieles,yencimadeaquélla,elalbomantodesuOrden con la cruz de ocho puntas y de terciopelo negro. Llevaba la cabezadesnuda y poblada de espesos rizos como el azabache: su persona y susmodaleseranmajestuosos,sibien losafeabaalgúntantosuhabitualorgullo,nacidodelejerciciodeunaautoridadilimitada.

Losdospersonajesibanseguidosdesusrespectivascomitivas,yamayordistanciaibaeldesconocidoqueleshabíaseguidodeguía.Ensuaspectonadasenotabadeparticularsinoelregularatavíodeunperegrino.Vestíaunropónnegro de sargamuy tosca, una esclavina y sandalias atadas con cuerdas, unsombreroconvariasconchascolocadasensusgrandesalas,largobordónconregatóndehierro,yunpedazodepalmaenlapartesuperior.Entróenelsalónen ademánmodesto detrás de los últimos criados, y observando que apenashabíapuesto libreenlamesainferior,eligióotroenunadelaschimeneas,acuyo calor benéfico se puso a secar sus ropas, aguardando que el caritativomayordomo leenviasealgúnalimentoaaquel sitio,queporhumildadhabíatomado.

SelevantóCedricconafablesemblanteydescendiótrespasosmásalládelaplataforma,deteniéndoseallíparaaguardaraqueloshuéspedesllegasen.

—Sientomucho,reverendoprior,quemisvotosmeimpidanllegarhastalapuerta de la mansión de mis padres para recibir a tan dignos y respetableshuéspedescomovosyesevalientecaballerodelTemple.Mimayordomooshabráhechopresente lacausadeesaaparentedescortesía.Osruegotambiénque me perdonéis si hablo en mi lengua natal y si os pido que en ella nicontestéis, si no os es desconocida: en este último caso, yo entiendo elnormando,ypodré,meparece,responderosaloquemepreguntéis.

—Losvotos—contestóelprior—debencumplirseescrupulosamente;yenpuntoalidiomadequehemosdeservirnos,usaréelmismoquemirespetableabuelaHildadeMiddleham.

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Cuandoelpriorconcluyóestasconciliadoraspalabrasdijoeltemplarioconenfáticotono:

—Yohablosiempreelfrancés,queeselidiomaqueusaelreyRicardoysu Nobleza; pero conozco el inglés lo suficiente para poder entender ycontestaralosnaturalesdelpaís.

Cedric arrojó sobre él unamirada de fuego y de cólera, excitada por laodiosa comparación de las dos naciones rivales; mas como recordara losdeberesdelahospitalidad,contuvosuresentimientoyseñalóasushuéspedeslospuestosquedebíanocupar, que eran inferiores, pero inmediatos al suyo:Enseguidamandóaloscriadosquesirviesenlacena.

En tanto que los criados se ocupaban en obedecer a su dueño conprontitud,divisóa lo lejosaGurthconsucompañeroWamba,queacababandeasomaralapuertadelsalón.

—¡Enviadme aquí esosmalandrines!—gritó el Sajón—¿Cómo es esto,villanos?¿Quéhabéishechofueradecasahastatantarde?Ytú,bellaco,¿quéhashechodelapiara?¿Lahasdejadoenmanosdelosbandidos?

—Salvovuestromejorparecer,lapiaraestásegurayentera.

—¡Mi mejor parecer hubiera sido que no me tuvieses aquí tres horaspensando vengarme de unos vecinos que en nadame han ofendido! ¡Yo teaseguroqueelcepoylosgrilloscastigaránlaprimeradeéstasquevuelvasahacerme!

Gurth,queconocíaelfuertecarácterdesuamo,noquisodisculparsufalta;masWamba,quegraciasasudestinodebufóncontabaconlaindulgenciadesuamo,tomólapalabraporsíyanombredesucompañero.

—Porcierto, tíoCedric,quenodaismuestrasde ser sabioy razonable...porestanoche.

—¡Silencio,Wamba!¡Sicontinúastomándoteesaslibertades,yoteenviaréalojadoalcuartodelportero,donderecibirásunabuenazurra!

—Dígametusabiduríasiesjustoquelosunospaguenlasculpasdeotros.

—No,ciertamente.

—Pues si no es justo, tampoco lo es que el pobre Gurth sufra la pena,cuandoeldelitoesdesuperroFangs.Yporciertoquenohemosperdidouninstantedetiempoenelcaminodespuésquelapiaraestuvoreunida,yFangsno había podido acabar esta operación cuando sonó el último toque decompletas.

—SieslafaltadeFangs,mátale,Gurth,yprovéetedeotroperromejor.

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—Convuestropermiso, tíonuestro: tambiénesoserá injusto—añadióelbufón—.Fangs es inocente, puesto que está cojo e inútil para correr tras elganado.Quientienelaculpadetodoesquienlearrancólasuñasdelanteras.¡Y a fe, a fe que si hubieran consultado al mismo Fangs acerca de tancaritativaoperación,creoquehubieravotadoencontra!

—¡Estropear a un perro de mi esclavo! —exclamó furioso Cedric—.¿Quiénhaosadohacermesemejanteultraje?

—¿Quiénpuedeser,sinoelviejoHuberto,guardabosquedesirFelipedeMalvoisin? Halló al perro en el coto de su amo, y le castigó por tamañodesacato.

—¡LleveelDiabloaMalvoisinyasuguardabosque!¡YolesharéverquelavigenteOrdenanzademontesnohablaconsucoto!¡Bastaporahora!Andaatupuesto.Ytú,Gurth,tomaotroperroparalapiara;ysielguardaseatreveatocarleelpelo,nosveremoslascaras.¡Milmaldicionescaigansobremísino le corto el dedo pulgar de la diestra y le impido que vuelva lanzar unaflecha! Dispensadme, mis dignos huéspedes: aquí nos vemos rodeados deinfieles, peores tal vez que los fue habéis visto en la Tierra Santa, señorcaballero.Lacenanosaguarda:servíosysuplalabuenavoluntadalapobrezadelbanquete.

Sin embargo, la cena tal cual era no necesitaba excusa, los platos quecubrían lamesacontenían jamónaderezadevariosmodos,gallinas,venado,cabra, liebre, distintos pescados, pan, tortas de harina y dulces, compotas,pastelesdecazayotrosdiversospostreshechos,comocompotasde frutasymiel.Además de los platos que hemos indicado andaban a la redonda unosgrandes asadores en los cuales iban enroscadas infinitas clases de pájarosdelicados,deloscualescadaunotomabaasugusto.Delantedecadapersonadedistinciónhabíaungranvasodeplata;losdeclaseinferiorbebíanencopasdebasta.

Empezaban a cenar, cuando elmayordomo, levantando la blanca vara yalzandolavoz,dijo:

—¡PlazaaladyRowena!

Enseguidaseabrióunapuerta lateralypenetróenelsalón ladyRowena,acompañadadecuatrocamareras.Apesardequerecibiógrandisgustoconlaaparicióndesupupilaanteaquellosextranjeros,Cedricseadelantóarecibirla,ylaacompañócontodaceremoniaycortesíaalasientodestinadoaladueñade la casa, que era el sillón colocado a la derecha del de Cedric. Todos sepusieron en pie, y ella respondió con una graciosa reverencia al universalsaludo;peroaúnnohabíallegadoaocuparelsillón,cuandoeltemplariodijoalPrior:

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—¡Nollevaréyovuestracadenadeoroeneltorneo!¡EsvuestroelvinodeScio!

—¿Nooslodecíayo?¡Másmoderaos,queelFranklinnosobserva!

Acostumbrado Bois-Guilbert a dar libre curso a los impulsos de suvoluntad, se hizo sordo a la advertencia deAymer, y continuó con los ojosfijos en la noble sajona, cuya hermosura le parecíamás sublime porque ennadaseasemejabaaladelassultanasdeLevante.

Era Rowena de elevada estatura, aunque no excesiva, de proporcionesexquisitasyconformesalasquegeneralmentegustanmásenlaspersonasdesu sexo. Tenía el cabello rubio; pero el majestuoso perfil de la cabeza yfaccionescorregíalainsipidezdequeadolecenlamayorpartedelasquesonrubias.Elazulclarodesusojosylasgraciosaspestañas,decolormássubidoqueelcabello,realzabansuhermosuraydabanunainteresanteexpresiónalasmiradas, con las cuales inflamabaydulcificaba los corazones,mandaba conimperio o suplicaba con ternura. La amabilidad estaba pintada en su noblesemblante, si bien el ejerciciohabitual de la superioridady la costumbrederecibirhomenajeslehabíanhechoadquirirunairedeelevaciónydignidadquearmonizaba perfectamente con el que había recibido de la Naturaleza. Estateníatantaparteenlosprofusosrizosqueadornabansucabezacomoelartedelahábilcamarera,queloshabíaentrelazadoconpiedraspreciosas;elrestodelcabello iba suelto, tanto para demostrar el alto nacimiento cono la librecondicióndeladoncella.Pendíadesucuellounahermosacadenadeoroconun pequeño relicario del mismo metal, y llevaba los brazos desnudos,adornados con ricos brazaletes.Vestía unas enaguas y vaqueroverdemar, yencimaun anchoy larguísimo traje.Lasmangas de éste eranmuy cortas, ytodoéldeexquisitotejidodelana.Llevabapendientedelacinturaunvelodeseda y oro que podía servirle demantilla a la española si quería cubrirse elrostro y el pecho, o, en el caso contrario, adornar el traje con airosospabellonesenderredordesutalle.

Cuando observó lady Rowena la fija atención con que la miraba elcaballerodelTemple, no agradándoleuna libertadquepasabade la raya, secubrió con el velo, dando a entender con su ademán majestuoso cuánto laofendía la poco atentamanera de aquel extranjero. Cedrid, que notó lo quepasaba,ledijo:

—Señor templario, lasmejillasdenuestrasnoblessajonasestán tanpocoacostumbradas al Sol, que no pueden tolerar a gusto las miradas de uncruzado.

—Ospidoperdónsienalgohefaltado;esdecir,pidoperdónaestadama,porquemihumildadnopuedeextendersemásallá.

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—Lady Rowena —dijo Aymer— nos castiga a todos, cuando sólo miamigoeselculpable.YoesperoquenoseatanrigurosacuandohonreconsupresenciaeltorneodeAshby.

—Aúnnosesabesi iremos—contestóCedric—;porque,adecirverdad,no me gustan esas vanidades, ignoradas en tiempo de mis padres, cuandoInglaterraeralibre.

—Talvez—añadióelPrior—osdecidiréis,aprovechandolaocasióndeiracompañado. No estando los caminos seguros, es muy digna de aprecio laescoltadeuncaballerocomosirBriandeBois-Guilbert.

—SeñorPrior—dijoelSajón—,siemprequeheviajadoporestatierraheidosinmásescoltaquemiscriadosysinotroauxilioquemiespada.SiacasomedeterminaraaasistiraltorneodeAshbydelaZouche,iréencompañíademivecinoy compatriotaAthelstane deConingsburgh, y nohayamiedoquenosasaltenbandidosnibaronesenemigos.Beboavuestrasalud,padrePrior,yos doy gracias por vuestra cortesía; haced la razón, que yo espero no osdesagradeestelicor.

—Yyo—dijoelcaballerodelTemplellenandosuvaso—beboalasaludde lady Rowena; porque desde que tal nombre es conocido en Inglaterra,ningunaseñoralehallevadoquemerezcamásdignamenteeste tributo.BajomipalabraaseguroqueperdonoaldesgraciadoqueperdiósuhonorysureinoporlaantiguaRowena,siteníasolamentelamitaddeatractivosquereúnelamoderna.

—Osdispensodetantagalantería,señorcaballero—dijoladyRowenacongravedad y sin levantar el velo—; o por mejor decir, deseo que deis unapruebadevuestracomplacenciarefiriéndonoslasúltimasnoticiasdePalestina.Este asunto es mucho más interesante para los oídos ingleses que loscumplimientosqueoshaceprodigarvuestraurbanidadfrancesa.

—Pocacosapuedodeciros—continuóBois-Guilbert—,porquenohaydeimportantesinolaconfirmacióndelastreguasconSaladino.

—Al llegar a este punto el templario fue interrumpido porWamba, queestaba sentado en su sillón pocomás atrás que su amo: éste le alargaba lasviandas de su propio plato, favor que compartía el bufón con los perrosfavoritos. TeníaWamba unamesita delante, y él se sentaba en su sillón encuyorespaldohabíadosgrandesorejasdeasno;apoyabalostalonesenunodelos travesaños de la silla, y comía resonando las hundidas mandíbulas,semejantes a dos cascapiñones: entrecerraba los ojos, y mostraba poner lamayoratenciónacuantosehablaba,paraaprovecharlaprimeracoyunturaqueselepresentasedeejercersudesatinadoministerio.

—Esastreguasconlosinfieles—dijo,sinhacercasodelabruscamanera

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conqueinterrumpíaalcaballero—mehacenmásviejodeloqueyocreíaser.

—¿Qué quieres decir, loco? —preguntó Cedric, pero de manera queindicabaquenollevaríaamalcualquierbufonada.

—Ya he conocido tres, y cada una de ellas era de cincuenta años. Porconsiguiente,simicálculonofalla,tengoalahorapresentecientocincuentaaños...,largosdetalle.

—Yyoos juro—dijo el templario, reconociendoenWambaa su amigodel bosque que no haréis los huesos viejos ni moriréis en vuestra cama sidirigísatodoslosviajerosextraviadosdelmismomodoquealPrioryamí.

—¿Cómoeseso,miserable?—exclamóCedric—,¡Engañaralosviajerosquepreguntanporelcamino!¡Azoteshasdellevar,porqueesoesunrasgodebellaco,ynodeloco!

—¡Por Dios, tío nuestro; permitidme que la locura ampare en estemomento a la bellaquería! Yo sólo he padecido una inocente equivocacióntomandomimanoderechaporlaizquierda;ysiestoesextraño,másloes,sincomparación,quedoscuerdostomenporguíaaunloco.

Aestepuntollegabalaconversación,quefueinterrumpidaporunodelospajesdeportería... ésteanuncióque sehallabaa lapuertaunextranjeroquepedíahospitalidad.

—Hacedleentrar—dijoCedric—,sinrepararenquiénsea.Enunanochetanhorrorosacomoésta,hastalasfierasbuscanlaproteccióndelhombre,sumortal enemigo, antes quemorir víctimas de los desencadenados elementos¡Oswaldo,cuidaddequenadafalte!

Elmayordomosaliódelsalónparaobedecerlasórdenesdesuamo.

V

Oswaldotardópocoenvolver,yacercándoseaCedric,ledijoaloído:

—EsunjudíollamadoIsaacdeYork.¿Lehagoentrarenestasala?

—EncargaaGurthquedesempeñetusfunciones—contestóWambaconsuordinario atrevimiento—. Un guardián de puercos es el introductor más apropósitoparaunhebreo.

—¿Un perro judío —exclamó el templario— ha de aproximarse a undefensordelSantoSepulcro?

—Sabed,mis nobles huéspedes—dijoCedric—, quemi hospitalidad no

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deberegirseporvuestrasantipatías.SielCielohasoportadounanaciónenterade infieles obstinados durante tan dilatado número de años, ¿no podremosnosotros sufrir la presencia de un judío por algunas horas? Yo no obligo anadieaquehableocomaconél.Póngaselemesaaparte,yenellacuanto leseanecesario,anoserquequieranentrarensociedadconélesosseñoresdelosturbantes.

—Señor franklin—contestó el templario,—mis esclavos sarracenos sonverdaderosmuslimes;porconsiguiente,huyenderozarseconlosjudíostantocomoloscristianos.

—Wamba—continuóCedric— se sentará en tumesa: que un bribón noestámalsituadojuntoaunloco.

—PeroellocodijoWambalevantandolosrestosdeunpernilelevaráestebaluarteentreélyelbribón.

—¡Silencio!—dijoCedric—.¡Yaestáaquí!

Dichoestosevioentraryacercarsealúltimolugardelamesaaunhombredeavanzadaedadyaventajadaestatura,quedisminuíaafuerzadereverenciasy contorsiones. Fue introducido con tan poca ceremonia, que se presentóturbado,indecisoyhaciendohumildescortesías.Eransusfacciones,bastantebienproporcionadasyalgúntantoexpresivas;teníanarizaguileña,ojosnegrosy penetrantes, frente elevada simétrica, y la nevada barba, igual al cabello,dabaciertoairemajestuosoasufisonomía,quedesaparecíaalnotarenélelpeculiaraspectodesuraza.

Eltrajedeljudío,quemostrabahabersidomuymaltratadoporlatormenta,consistía en una capamuyplegada, y debajo de ella una túnica de color depúrpuramuysubido.Calzababotasmuyaltasguarnecidasdepieles,yllevabatambiénuncinturón,delquesólopendíanunanavajaopequeñocuchilloyunrecadocompletodeescribir.Sugorroeraalto,cuadrado,amarilloydeformaextraña; pero todos los judíos estaban obligados a gastarlo igual paradistinguirsedeloscristianos.Isaachabíadejadoelsuyoalapuerta,sindudaporrespeto.

LaacogidaquedieranaljudíodeYorkfuetalcomositodoslospresenteshubieran sido sus enemigos personales: el mismo Cedric se contentó conresponder a las reiteradas reverencias del hebreo bajando ligeramente lacabeza y señalándole al mismo tiempo el último lugar de la mesa. Peroningunolehizositio:antesalcontrario,todosloshuéspedes,yaunloscriados,ensanchaban los brazos para que el desgraciado no viera sitio vacío, ydevorabanconansialosmanjares,sincurarsedelhambrequedebíadefatigaralreciénllegado.Hastalosmusulmanes,viendoqueIsaacseacercabaaellos,comenzaronaretorcerselosbigotesyecharonmanoalospuñales,indicando

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quenorepararíanenapelaralúltimoextremoparaevitarelcontactoconunjudío.

EsprobablequeCedrichubierahechomejoracogidaalhebreo,puestoquelorecibióadespechodesushuéspedes,sinoestuvieraocupadoalasazónensostener una disputa acerca de la cría e índole de los perros de caza. Esteasuntoeraparaéldesumagravedadyhartomásimportantequeelenviaralacamaaunjudíosinhaberprobadolacena.EntantoqueIsaacseencontrabaexpulsadodeaquellaconcurrencia,comoloestásunacióndelasdemásdelaTierra,buscandoconlavistaunrostrocompasivoquelepermitiesegozardeunpalmodebancoydealgúnrefrigerio,elperegrino,quehabíapermanecidojuntoalachimenea,lecediósuasientoyledijo:

—Buen viejo,mi ropa está enjuta, ymi hambre satisfecha: tu ropa estámojada,ytúenayunas.

Aldecirestoañadióleñayarreglóunbuenfuego,tomódelagiranmesaunplatodepotajeyotrodeasado,yloscolocódelantedeljudío;Enseguida,sinaguardaraqueelhebreoledieselasgracias,semarchóaocuparunsitioalextremo opuesto, aunque no se sabe si su intención fue alejarse de Isaac oacercarsemásalosdistinguidospersonajesqueestabanaltesterodelamesa.

Sienaquellaépocasehubieraencontradounpintorcapazdedesempeñarun asunto como éste, le hubiera ofrecido un excelente modelo parapersonificar el invierno aquel judío encogido de frío delante del fuego yacercando a él sus trémulas y entumecidas manos. Satisfecha esta primeranecesidad, se acercó a la mesilla y devoró lo que el peregrino le habíapresentado,conunansiaysatisfacciónquesólopuedeconocerafondoelquehapadecidounalargaabstinencia.

Mientras,CedrichablabaconelPrioracercadelamontería,ladyRowenaconversaba con las damas de su servidumbre, y el altanero Bois-Guilbertdirigía sus fijasmiradas a la bella sajona unas veces y al viejo judío otras:ambos objetos llamaban su atención, y parecía que excitaban en él sumointerés.

—Me sorprende, dignoCedric—dijo el Prior—, que a pesar de vuestrapredilección por vuestro enérgico idioma, no hayáis adoptado de buenavoluntadelfrancésnormando,alomenosenloquepuedaproporcionartantasytanvariadasexpresionesparaestealegrearte.

—Buenpadreprior—respondióCedric—,creedquesemejantenovaciónnoaumentaenmaneraalgunaelplacerqueexperimentoenlacaza;yaunosaseguroquetanbiensecorrenliebresyvenadoshablandofrancosnormandocomo sirviéndose del anglosajón. Para hacer sonar mi corneta de caza, nonecesito tocar precisamente las sonatas de reivillée o de mort. Sé

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perfectamente animar amis perros y descuartizar una pieza sin apelar a laspalabrascurée,nombles,arbor,etc.

—El francés —añadió el templario con el tono de presunción ysuperioridad que le era habitual— es el idioma natural de la caza, y lo esigualmentedelaguerraydelamor:conélseganaelcorazóndelasdamas,yconélsedesafíaalenemigoenlapelea.

—Llenadvuestrascopas,señores,ypermitidqueosrecuerdesucesosquedatan de treinta años atrás. EntoncesCedric el Sajón no necesitaba adornosfranceses,puesconsuidiomanatalsehacíalugarentrelasdamas:elcampodeNorthallertonpuededecirsienlajornadadelsantoestandarteseoíantandelejoslasbélicasaclamacionesdelejércitoescocéscomoelcrideguerredelos más valientes barones normandos. ¡A la memoria de los héroes quecombatieronentangloriosajornada!¡Hacedlarazón,nobleshuéspedes!

Apurólacopa,yaldejarlasobrelamesaanudósudiscurso,siguiendolaperoraciónconelmayorardoryentusiasmo.

—¡Día de gloria fue aquél, en que sólo se escuchaba el choque de lasarmasybroqueles,enquecienbanderascayeronsobrelacabezadelosquelasdefendían,yenquelasangrecorríacomoelagua,puespordoquierasemirabalamuerte,yenningunapartelafuga!Unbardosajónllamóaaquelcombatelafiesta de las espadas, y por cierto, señores, que los sajones parecían unabandadadeáguilasquese lanzabana lapresa. ¡Quéestrépitoproducidoporlas armas sobre los yelmos y escudos! ¡Que ruido de voces,mil vecesmásalegreque el deundía dehimeneo! ¡Masno existenyanuestros bardos; elrecuerdodenuestrosfamososhechossedesvaneceenlafamadeotropueblo;nuestro enérgico idioma, y hasta nuestros nombres se oscurecen, y nadie,nadie llora tales infortunios,sinounpobreancianosolitario! ¡Copero, llenadlascopas!¡Vamos,señortemplario;brindemosalasaluddelmásvalientedecuantoshandesnudadoel acero enPalestina endefensade la sagradaCruz,seacualquierasuorigen,supatriaysuidioma!

—Nomeestábien—dijo el templario—corresponder avuestrobrindis.Porque ¿a quién puede concederse el laurel entre todos los defensores delSantoSepulcro,sinoamiscompañerosloscampeonesjuradosdelTemple?

—Perdonad—repusoelPrior—,aloscaballeroshospitalariosyotengounhermanoenesaOrden.

—Notratodeatacarsubiensentadareputación;pero...

—Yocreo,tíonuestro—dijoWamba—,quesiRicardoCorazóndeLeónfuesebastantesabioparaseguirlosconsejosdeunloco,debíaestaraquíconsusbravosingleses,yreservarelhonordelibertaraJerusalénaestosvalientescaballeros,quesonlosmásinteresados.

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—¿Es posible—añadió lady Rowena— que no se encuentre en todo elejércitoinglésunsólocaballeroquepuedacompetirconlosdelTempleylosdeSanJuan?

—Noosdigo,señora—contestóel templario—,quedejedehaberlos.ElreyRicardollevóaPalestinaunahuestedefamososguerrerosquedecuantoshan blandido una lanza en defensa del Santo Sepulcro sólo ceden a mishermanos de armas, que siempre han sido el perpetuo baluarte de la TierraSanta.

—¡Queanadiecedieronjamás!—exclamóconfuerzaelperegrino,quesehabía acercado algún tanto y escuchaba esta conversación con visibleimpaciencia.

Todos los circunstantes se volvieron hacia donde había sonado taninesperadavoz.

—Sostengo—continuó con firme y decidida voz—que a los caballerosinglesesqueformabanlaescoltadeRicardoI¡noaventajaningunodecuantoshanblandidoelaceroendefensadeSión!¡Yañado,porquelohevisto,queelreyRicardoenpersonaycincocaballerosmássostuvieronuntorneodespuésdelatomadeSanJuandeAcre,contracuantossepresentaron!Digoademásqueaquelmismodíacadacaballerocorriótrescarrerasehizomorderelpolvoasus tresantagonistas;yaseguro,porúltimo,quede losvencidossieteerancaballeros del Temple. Presente está sir Brian de Bois-Guilbert, que sabemejorquenadiesihabloverdad!

Es imposible hallar expresiones bastante enérgicas para dar a conocercumplidamente cuánta fue la ira que suscitó en el corazón del templario larelacióndelperegrino.Enlamezcladeconfusiónyfurorqueleturbaba,llevómaquinalmente la diestra al puño de espada, y sólo le contuvo la justareflexiónquehizoconsiderandoquetalatentadonoquedaríaimpuneencasadeCedric.Este,llenodebuenafeycandor,nodabacabidaensuimaginaciónadosobjetosalavez,yatendiendoalosencomiosquehizoelperegrinodelvalordelosingleses,noobservóelhostilmovimientodelcaballero.

—¡Peregrino—dijoCedric—,tuyoesestebrazaletedeorosidesignaslosnombresdeesosvalientescaballerosquetandignamentesostuvieronelhonordelasarmasdeInglaterra!

—Conelmayorplacerosdarégustosinquemedeisgalardón.Misvotosmeprohíbentocaroroconlasmanos.

—Yo llevaré por vos el brazalete —interrumpió Wamba—, si gustáishacermeunpoder.

—Elprimeroenhonor,endignidadyheroísmo—dijoelperegrino—fue

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elvalientereydeInglaterra,RicardoI.

—¡Yoleperdono—repusoCedric—elserdescendientedeltiranoduqueGuillermo!

—ElcondedeLeicester fueel segundo; el tercero, sirTomásMultondeGilsland.

—¡Defamiliasajona!—exclamóCedricentusiasmado.

—SirFoulkDoilly,elcuarto.

—¡También sajón, al menos por parte de madre! —dijo Cedric, cuyasatisfacción llegaba a tal extremo, que olvidaba su odio a los normandosporqueveíasustriunfosunidosalosdeRicardoysusisleños—,¿yelquinto?—preguntó.

—SirEdwinTurneham.

—¡Legítimosajón,porelalmadeHengisto!–exclamóCedrictransportadodealegría—.¿Yelúltimo?

—Elúltimo...—respondióelperegrinodespuésdehabersedetenidocomosireflexionase—,elúltimoerauncaballerodemenosfama,quefueadmitidoentanilustrecompañíaparacompletarelnúmeromásbienqueparaayudaralahazaña.¡Norecuerdosunombre!

—Señorperegrino—dijosirBriandeBois-Guilbert—,despuésdetantosytanexactospormenores,vienemuyfueradetiempoesafaltadememoria,ydenadaossirveenlaocasiónpresente.Yoosrecordaréelnombredelcaballeroanteelcualquedévencido...porfaltadefortunayporculpademilanzaydemicaballo.FueelcaballerodeIvanhoe,yparasujuveniledad,ningunodelosotroscincoleaventajabaenrenombreporsuvalor.YdigofrancamentequesiestuvieraahoraenInglaterraysedeterminaraarepetirenAshbydelaZoucheelretodeSanJuandeAcre,montadoyarmadoconoactualmenteloestoy,ledaríacuantasventajasquisiere,ynotemeríaelresultadodelcombate.

—Si estuviera a vuestro lado Ivanhoe —dijo el peregrino—, nonecesitaríaishaceresfuerzosparaqueaceptaravuestrodesafío.Noalteremosahoralapazdeestecastilloconunacontiendainútilyconbravatasqueestánfueradelugar,pueselcombatedequehabláisnopuedeefectuarsealpresente.Perosivuestroantagonista regresadePalestina,élmismoiráabuscaros:yorespondodeello.

—¡Buenfiador!—exclamóeltemplario—.¿Yquéseguridaddais?

—Este relicario—dijo sacandodel pechouna cajita demarfil—, el cualcontieneunpedazodelaverdaderaCruz,traídodelmonteCarmelo.

ElpriordeJorvaulxhizolaseñaldelacruz,yasuejemplosesantiguaron

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todos los presentes, menos el judío y los dos mahometanos. El templario,quitándosedelcuellounacadenadeoro,laarrojósobrelamesaydijo:

—Recoja el peregrino su prenda, que sólo es propia para recibiradoraciones, y deposite el priorAymer lamía en testimonio de que cuandoregrese sir Wilfredo de Ivanhoe responderá al reto de sir Brian de Bois-Guilbert;ydenohacerloasí,leproclamarécomocobardeencuantoscastillosdeloscaballerosdelTempleexistenenEuropa.

—No necesitaréis, señor caballero, tomaros esa molestia —dijo ladyRowena—.YsienestasalanohaynadiequetomeladefensadelcaballerodeIvanhoe, ausente, yo la tomaré a mi cargo. Afirmo que aceptará vuestrodesafío,ysifueranecesarioañadiralgunafianzaalaquehaprestadoesebuenperegrino,conminombreyfamarespondodequesirWilfredobuscaráaesearrogantecaballeroymediráconélsusarmas.

Terrible fue el combate interior que sostuvo Cedric durante estaconversación. Permanecía en silencio, porque el orgullo satisfecho, elresentimientoyelembarazoofuscabansusojos,sucediéndoseunafectoaotrocomolasnubesrecorrenrápidasloscielosobligadasporelvientoimpetuoso.TodosloscriadosqueescucharonelnombredeIvanhoesealarmaron,porqueprodujoenellosunafectoeléctrico,yfijaronsusatentosojosenelrostrodeCedric,aquiensacódesudistracciónlavozdeladyRowena.

—Señora, ese lenguaje no es conveniente.Si fuera necesaria otra fianza,yo,aunqueagraviado,garantizaríaconmihonoreldemihijoIvanhoe.Peronada falta a la legalidad y formalidades del duelo, aun según el ritual de laCaballeríanormanda.¿Noescierto,priorAymer?

—Si, sin duda. Y ahora, noble Cedrid, nos permitiréis beber el últimobrindisporladyRowena,ynosretiraremosagozardealgúnreposo.

—¡Yooscreíamásfirme!¿Nopodéishabéroslasconmigo?Enmitiempo,unsajóndedoceaños,hubieraresistidomáslapartida.

El prior obraba congranprudencia siguiendo su sistemade sobriedad, aque le obligaban su profesión y su carácter.Mediaba en todas las disputas,porque las odiaba con todo su corazón; y en aquella ocasión tenía seriosrecelos,porquetemíaal irritablesajónyalorgullosotemplario,ynodudabaque había de concluir muy mal la cena. Por estas justas razones insistiócortésmente en su propósito, alegando jovialmente que era arduo negociodisputarconunsajónenunacontiendademesa;yhaciendodespuésalgunasinsinuaciones,aunqueligeras,respectoaladignidaddesucarácter,concluyópidiendodenuevopermisopararetirarse.

Tomaron la copa de despedida, y los huéspedes, después de saludar conrespeto a ladyRowena, se levantaron de su sitio y se retiraron por diversas

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puertasquelosamosdelacasa.

—¡Perro descreído!—dijo el templario al judío al pasar por su lado—.¿Vastútambiénaltorneo?

—Eseesmiintento,respetableseñor,sinolollevaamalvuestraseñoría.

—¡Para devorar con tus usuras a los infelices y sacar el corazón a lascuriosas arruinando sus bolsillos por cuatro fruslerías! ¡Apuesto cualquieracosaaquellevasdebajodetumantoungrangatodebuenosskekele!

—¡Niunosolo—respondióeljudíoinclinándoseconlosbrazoscruzados—;ni una sola pieza de plata! ¡Pongopor testigo alDios deAbraham!MedirijoaAshbypara implorar lacaridaddeloshermanosdemi tribuafindequeme ayuden a pagar la contribución que demí exige el echiquier de losjudíos.¡Jacobseaenmiayuda!¡Soyunhombrearruinado,perdido!¡AunnopodríaabrigarmesiRubéndeTadcásternomehubieraprestadolagabardinaquellevopuesta!

Eltemplariosesonrióirónicamenteyledijo:

—¡ElCielotemaldiga,imprudenteembustero!

Dicho esto se separóde Isaac como si se desdeñase de hablar largo ratoconél,yvolviéndosealosmahometanos, leshablóenunidiomaextranjero.El judío quedó petrificado al escuchar las últimas palabras que le dirigió eltemplario;yhabíaéstesalidodelasala,cuandoestabaelisraelitaencorvado,permaneciendoensuhumildepostura.Cuandoseresolvióalevantarlacabezaparecíaunhombreacuyospieshacaídoelrayoyescuchaaúnensusoídoselecoquesalieradelanubealarrojarlo.

Losilustresviajerosfueronconducidosasusdormitoriosrespectivosporelmayordomoy el copero: iban precedidos por algunos criados con hachas, yseguidos por otros con salvillas de refrescos. Los criados de rango inferiorindicaron a los demás huéspedes el lugar en que cada uno debía pasar lanoche.

VI

El peregrino seguía a un criado que iba alumbrando el camino por elintrincado laberinto de salas y corredores que componían tan vasta comodesordenadacasa.Deprontosellegóaélelcoperoyledijo:

—Si no tenéis inconveniente en beber una copa de hidromiel, podéisacompañarmeadondenosesperanreunidoslosprincipalescriadosdeCedric:

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tienengrandesdeseosdesabernoticiasde laTierraSanta,yparticularmentelasquetenganrelaciónconelcaballerodeIvanhoe.

—Debéisvenir—dijoWamba,quellegabaalasazón—,yyoosaseguroqueunvasodehidromieldespuésdemedianochevalemásquetresdespuésdelcubrefuego.

El peregrino, sin disputar doctrina fundada en tan grave autoridad, diograciasaambosyseexcusódiciendo:

—Perdonad:tengohechovotodenohablarnuncaenlacocinaacercadeloquenoquierenhablarlosamosenelestrado.

—¡Pobrescriados—dijoWamba—sitodoshiciesenvuestromismovoto!

Noagradómuchoalcoperosemejanterespuesta,yvolviéndoseaWambaledijo:

—Ibaaalojarleenlamejorcámara;peroyaqueestanpococomplacienteconloscristianos,quevayaapasarlanocheconeljudío¡Anwold—gritóelcoperollamandoauncriado—,conducealperegrinoadondetúsabes!Señorperegrino,deseoquepaséismuybuenanoche:osquedotanagradecidocomovuestracortesíaycomplacenciamerecen.

—¡Buenanoche,yquelaVirgennuestramadreosbendiga!

Asídijoelperegrinoconmesura,ysiguióaAnwold;peroalllegaraunaestrechaantecámaraalaquedabandiversaspiezasinterioresalumbradasporunalámparadehierro,fuenuevamenteinterrumpidoporunacamareradeladyRowena,lacualentonodeautoridaddijoalperegrinoquesuseñoradeseabahablarle;ydiciendoyhaciendo,quitóaAnwoldlaluzdelamano,ylemandóqueaguardaseenaquelsitio.Enseguidaconunaseñalindicóalperegrinoquelasiguiese.Estenocreyóoportunonegarseatalinvitación,comohabíahechoconladeloscriados,porqueaunquemostróenelsemblantejqueelmensajeleparecíaextraño,obedeciósinlamenorresistencia.

Después de haber pasado un tránsito angosto que terminaba en sieteescalonescadaunodeloscualeseraunsólidopedazodeencina,entróenlasala,cuyatoscamagnificenciacorrespondíaalrespetoconqueCedrictratabaa la hermosa Rowena. Grandes colgaduras cubrían las paredes, y sobre lastelasseveíanbordadasmilproezasdemontería,enlascualeshabíanagotadosuingeniolosartistasdeaquellaépoca;losbordadoserandesedadediversoscolores,deplatayoro.La tapiceríaquecubría lacamaera iguala lade lasparedes, y tenía además cortinas de color de púrpura. Los sillonescorrespondíanalosdemásadornos:sólounoeramáselevadoquelosotros,yteníadelanteunescabeldemarfildeuntrabajoesmerado.

Estaba la sala iluminadapor cuatro bujías colocadas en igual númerode

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candeleros de plata. Pero, no obstante, nuestras damas no deben envidiar ellujo de la princesa sajona. Estaba tanmal construida la habitación, que lascolgadurasseagitabandentrodelasalacuandoenelcampohacíaviento;yapesar de una especie de biombo que defendía las luces, éstas ondeaban delmismomodoquelasbanderolasdelaslanzasdelospaladines.Elconjuntoeramagnífico, y aún tenía ciertos vislumbres de buen gusto; y si bien faltabanalgunascomodidades,comoéstaserandesconocidas,nosesentíasuausencia.

Lady Rowena estaba colocada en su elevado sillón, y tres criadas learreglabanelcabellodespojándoledelasricasjoyasqueloadornaban.Erasuaspecto lindo y majestuoso, y parecía nacida para recibir el homenaje decuantoslaviesen:elperegrinoconocióquedebíarendirleelsuyo,ypusounarodillaen tierra respetuosamente,hastaque ladyRowena ledijoconamablesonrisa:

—¡Levantad, peregrino! El que toma a su cargo la defensa del ausenteadquiere un derecho a ser distinguido por todos los que aman la verdad, elhonoryelvalor.Retiraos todas,exceptoElgitha;—dijoa suscamareras—.Deseohablarasolasconesteperegrino.

Sin salir del mismo salón, las camareras se sentaron en un bancoempotradoenelmuroycolocadoalaextremidadopuestadeaquellaestancia.Allí permanecieron mudas, representando estatuas vivientes; y aunque nohabíansalidodelapiezadondeestabaladyRowenayelperegrino,nopodíanoírnadadeloqueéstosdecían,yaunpudieranellashablarsinquelasoyesen:taleralaextensióndelasala.

—Peregrino—dijoladyRowenadespuésdeunratodesilencio,enelcualparecía que reflexionaba la manera de empezar la conversación—, habéispronunciadoestanocheunnombre...,unnombrequedebieraseracogidodeotromodoenunacasadondelaNaturalezayelparentescoreclamangrandesderechos en favor del que lo lleva. No obstante eso, tal es el decreto de lasuerte,queaunquevarioscorazoneshanpalpitadoenestacasaalescucharelnombre de... Ivanhoe—dijo al fin haciendo un poco de esfuerzo,—yo soysola laqueosapreguntaresenqué situaciónquedabacuando regresasteisdePalestina.Algunoshandichoquepermanecióallídespuésdelaretiradadelastropasinglesasacausadesumalasalud,yquedespuéshasidoperseguidoporlafacciónfrancesa,alacualsonadictoslostemplarios.

—YoconozcomuypocoytengomenosnoticiasdelcaballerodeIvanhoe—dijoelperegrinoconlacabezabajayvozhuecaytemblorosa—aunquemehubierainformadomuchomejorsihubierasabidoelinterésqueostomáisensu suerte.Tengoentendidoqueha salidobiende todas laspersecucionesdesusenemigos,yqueregresarádeunmomentoaotroaInglaterra,dondevos,bellaseñora,debéisdesabermuchomejorqueyoladichaodesventuraquele

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aguarda.

LadyRowena exhaló un profundo suspiro, y preguntó al peregrinomuypor menor cuando regresaría a su patria el caballero de Ivanhoe, y si seexpondríaensuviajeanuevosriesgos.Elperegrinorespondióqueapuntofijonopodíaseñalar laépocadelregresodeIvanhoe,yquenocreíaquetuvieseaccidente alguno en el camino, porque probablemente, haría el viaje porVeneciayGénova,pasandoporFranciaaInglaterra.

—Ivanhoe—añadió—estámuyfamiliarizadoconelidiomayusosdelosfranceses:poresonocreoquelesucedaningunadesgraciaenelcamino.

—¡Quiera Dios que llegue, y...! ojalá hubiese llegado ya y estuviera enestado de manejar las armas en el próximo torneo, en el cual todos loscaballeros de Inglaterra van a probar su valor y destreza. Si Athelstane deConingsburgh vence, poca satisfacción puede esperar Ivanhoe a su regreso.¿Quéaspectoteníalaúltimavezquelevisteis?¿Habráabatidolaenfermedadsubellapresencia?

—AlgomásflacoyatezadomeparecióquecuandollegódeChipreenlaescoltadeRicardoCorazóndeLeón.Estabapensativoyapesadumbrado;perolevidelejos,puesnoleconozcodetrato.

—Nome parece que en su patria hallarámotivos para disipar la tristezaqueleagobia.¡Gracias,buenperegrino,por lasnoticiasquemehabéisdadodelcompañerodemiinfancia!Acercaos—dijoasuscamareras—,yofrecedaestesantohombrelacopadelreposo:noesjustoqueledetengamástiempo.

Elgitha presentó a su señora una copa de plata llena de cierta bebidacompuestadevino,mielyespecias.LadyRowenalaaplicóasuslabios,yselaentregóalperegrino:ésteprobóapenasellicorysaludórespetuosamentealadyRowena.

—Aceptad—ledijolahermosaseñora—estalimosna,amigo,enpremioavuestras romerías y como testimonio del respeto queme inspiran los santoslugaresquehabéisvisitado.

El peregrino tomó la moneda de oro, hizo otra inclinación, y salió delaposentoprecedidoporElgitha.

EncontróaAnwold,que,tomandolaluzdemanodelacamarera,condujoalperegrinosinceremoniaalaparteexteriordeledificio.Enuncorredorhabíagran número de piezas en forma de pequeñas celdas destinadas paradormitoriosdeloscriadosinferioresydeloshuéspedesdemenosrango.

—¿Enquépiezadeéstasduermeeljudío?—preguntóelperegrino.

—Elperrodelisraelitaduermeenlaceldainmediataalavuestra.¡PorSanDustán que necesitarámucho barrido antes que pueda servir para alojar un

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solocristiano!

—¿YdóndeduermeGurth,elporquero?

—Gurthduermealotroladodevuestracelda:servísdeseparaciónentreelcircuncidadoylaabominacióndelasdocetribus.HubieraispasadoenmejoralojamientolanochesihubieseisaceptadoelconvitedeOswaldo.

—Aquílapasaréperfectamente,porqueningúncontagioatravesaráporuntabiquemaestro.

Cuando hubo concluido este diálogo entró en su mezquino y reducidocuarto, colocó la luz, y dio gracias al criado y las buenas noches. Cerró lapuerta, y examinó el aposento, cuyosmuebles eranharto sencillos y toscos:consistíanenuna tarima llenade frescapajaycubiertadepielesdecarneroqueservíandemantas.

Apagólaluzelperegrinoyseacostó,sindesnudarse,ensuhumildecama.Enelladescansódelasfatigasdelavísperahastaquelosrayosdelaprimeraluzseintrodujeronporlaventanillaquedabaentradaalaireyalaluzentanmodestamorada. Cada celda tenía una ventana igual: el peregrino rezó susoracionesdelamañana,seajustólatúnicaypasóalcuartodeljudío,encuyaceldillaseintrodujoconlamayorprecaución.

Isaac estaba dominado por una terrible pesadilla, sobre un lechoexactamente igual a aquel en que pasaba la noche el peregrino. Todas lasdiversaspiezasdequesecomponíansusvestidurasestabancolocadasentornosuyoconmuchaprecaución,porsileocurríaalgunasorpresa.Teníaretratadaensurostrolaimagendeunhombreagobiadoporlamáspenosaagonía.Susmanos y brazos se agitaban convulsivamente, y pronunciaban variasexclamacionesenhebreo,hastaqueporúltimodijoennormandoinglés:

—¡PorelDiosdeAbraham, tenedpiedaddeun infelizanciano! ¡Soyunmiserable, estoy pobre, pobrísimo! ¡Aunque me hagáis cuartos, no podréissacardemíunsoloshekel!

Elperegrino,sinquereraguardarelfindelapesadilladeIsaac,letocóconelbordón.Estabruscamaneradedespertaracabódecercioraraljudíodequeestabaenmanosdesusperseguidores:seirguióderepente,seleerizaronloscabellos,yapoderándosedelosvestidosqueleservíandealmohada,comoelhalcón que afianza las garras en su presa, fijó en el peregrino una miradapenetrantequerevelabaelmayorterror.Elperegrinoledijo:

—¡Notemas,Isaac;vengocomoamigo!

—¡ElDiosdeIsraelosrecompense!—dijoeljudíoempezandoarespirargradualmente—.Soñaba;pero,graciasalpadreAbraham,sólofueunsueño.—Aquíempezóaarreglarsudesordenadotraje—.¿Yquénegociotenéisque

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tratartandemañanaconelpobrejudío?

—Vengoaprevenirtequesinomarchasal instanteyapaso largo,vasatenermuymalratoenelcamino.

—¡Dios de Moisés! ¿Y quién puede tener interés en hacer daño a undesgraciadocomoyo?

—Mejor debes de saberlo tú que yo: lo único que puedo decirte es queanoche, cuando el templario se levantó de cenar, habló a sus esclavos enidiomaárabe,queyoentiendoyhablotanbiencomoelinglésyelfrancés,yle oí que les mandaba que te cogiesen y llevasen al castillo de Reginaldo"Frentedebuey",oaldeFelipedeMalvoisin.

Es imposible describir el terror que agobió el corazón del judío cuandohubooídotandesgraciadanueva.Dejócaerconlanguidezlosbrazos,doblólacabezasobreelpecho,aflojólasrodillas,ytodoslosmúsculosynerviosdesucuerpoquedaronsinvigor,sinelasticidad.Porúltimo,sepostróalospiesdelperegrino, aunque no comoun hombre que implora la protección y trata deexcitar pasión en otro, sino con el abatimiento del que cede a un poderinvisiblequelepostraconterriblegolpe.

—¡PoderosoDiosdeAbraham!—Estas fueron lasprimeraspalabrasquepronunciaron sus labios elevando al cielo los trémulos brazos, aunque sinlevantar la cabeza—. ¡Oh, santo Moisés, oh, bienaventurado Aarón! ¡Serealizaronmissueñosdeagonía!¡Sí;aúnsientoelhierroquepenetrapormisentrañas!¡MishuesoscrujencomolosdeloshijosdeAmmbuyloshombresdeRabbahcuandosentíanensucuerpolassierras,hachasyflechasenemigas!

—¡Levántate, Isaac, y escúchame! Debes tener motivos para temblar,puesto que tus hermanos han sido cruelmente tratados y despojados de susriquezas por los poderosos de la Tierra. Pero levántate, repito: yo teproporcionaré los medios de frustrar los designios de Bois-Guilbert. Salinmediatamentedeestecastilloentantoqueloshuéspedesduermenmercedalos vapores de la cena. Yo te conduciré por secretas veredas que me sonconocidascomoalosguardabosquesquelascustodian,yteofrezconodejartehasta que te ponga enpoder de algúnbaróno caballeroquevaya al torneo,cuyofavorpodrásgranjearteconlosmediosqueindudablementeposees.

Al vislumbrar el judío los rayos de esperanza que le dejaba entrever elperegrino,fueelevándosedelsuelopocoapocoypulgadaporpulgada,hastaquesepusoderecho.Entoncesseechóatráslablancacabelleraquelecubríael rostro, fijó la penetrante mirada en el peregrino, y en ella mostró laesperanza, el temor y las sospechas que le animaban. Pero cuando oyó lasúltimaspalabrasdelperegrinoleasaltarondenuevosusagitacionespasadas.

—¡Quémedioshedeposeerparagranjearmelavoluntaddenadie!¡Ayde

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mí!¡QuépuedehacerunmiserablemáspobrequeLázaro!—Detúvoseaquí,yvenciendo en su corazón la sospecha del terror, continuó—: ¡Por amor deDios,nomeengañéis!¡PorelPadreOmnipotentedetodoslosnacidos,seanjudíos, cristianos, israelitas o ismaelitas, no me hagáis traición! ¡No puedoasegurarmelavoluntaddelúltimodeloscristianossihubieradecostarmeunsolomaravedí!

Al concluir estaspalabras cogió la extremidadde la túnicadelperegrinoconademánrendidoysuplicante;peroélselaarrancódelasmanoscomositemieracontaminarse,yledijo:

—Aunquesobretillevasestodaslasriquezasdetutribu,¿quéinteréshabíayo de tener en engañarte?Mis vestidos anuncian el voto de pobreza que hehecho,ynolocambiaríaporlamáspreciosaalhaja,exceptoporunaarmaduray un caballo de batalla. No imagines que puedo tener el menor interés enacompañarte,niqueesperedeelloventajaalguna.Quédate,pues,ycolócatebajolasalvaguardiadeCedricelSajón.

—¡Ah!¿Cómoqueréisquemedejeviajarensucompañía?Normandosysajonesseavergüenzandeadmitirensucompañíaaunisraelita.¿QuéserádemísillegoavermesoloenmediodelasposesionesdeMalvoisinode"Frentedebuey"¡Buenjoven,partiremosjuntos!¡Vamos;aprisa:noosdetengáisunminuto!¡Tomadvuestrobordón!¿Aquéosparáis?

—Nome paro: estoy considerando cual es elmediomejor para salir deaquí.¡Sígueme!

Ambospasaronalapiezainmediata,enlacualdormíaelporquero.

—¡Arriba!—ledijoelperegrino—.¡Gurth,abrelapuertaydéjanossaliraljudíoyamí!

Gurth desempeñaba funciones tan despreciables en nuestros días comoimportantísimasduranteladominacióndelossajonesenInglaterra,pueseranenuntodoigualalasdeEumeoenÍtaca.Porestarazónseofendióalescuchareltonodefamiliarfranqueza,acompañadodeciertoaireimperioso,conquelehablóelperegrino.Gurthseincorporóenlacama,seapoyósobreuncodo,losmiróatentamenteydijo:

—¡El judío y el peregrino quieren salir juntos y tan de mañana de lahacienda!

—¡Eljudíoyelperegrino!—dijoWamba,queentrabaalasazón—.¡Nomeespantaramássivieraalprimeroescaparsedecasaconunalonjadetocinobajolagabardina!

—Sealoquequiera—dijoGurthvolviendoaacostarse—buenoseráquejudíosycristianosaguardenaqueseabralapuertaprincipaldeRotherwood.

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¡Nopodemosconsentirque loshuéspedes seausenten tan tempranoycomofurtivamente!

—¡Ni yo puedo consentir —replicó imperiosamente el peregrino— querehúseshacerloquetedigo!

Al concluir estas palabras se inclinó hacia Gurth y le habló al oído ensajón. Entonces Gurth se levantó precipitadamente, como cediendo airresistible poder. El peregrino se puso un dedo en los labios en señal desilencio,yledijo:

—¡Gurth,cuentaconloquehaces!Túsabesserprudentecuandoquieres:abreunpostigo,ydentrodepocosabrásmás.

Obedeció Gurth al extranjero con tanta prontitud como gozo, ymanifestabatanalasclarassusatisfacción,queWambayeljudíonosabíanaquéatribuirtanrápidamudanza.

—¡Mimula,mimula!—gritóIsaaccuandollegabayaalpostigo.

—Dale sumula—dijo el peregrino—,ydameotra amíparaquepuedaacompañarlehastaelfindelbosque.EnAshbyseladevolveréalacomitivadeCedric.Ytú...loquedijodespuésfueenvoztanbaja,queningunodeloscircunstantespudooírnada.

—Loharéconomandáis—respondióGurth;ypartióatodaprisa.

—Desearíasaber—dijoWamba—quées loqueaprendenlosperegrinosenTierraSanta.

—Aprenden a encomendarse a Dios, a arrepentirse de sus pecados y amodificarsucuerpoconayunos,vigiliasyoraciones.

—Algunaotracosadebéisdeaprender,porfuerza.¿SonvuestrasoracioneslasquehandeterminadoaGurthaqueosabralapoterna?¿Sonlosayunosylasmortificacioneslosquelehandecididoaprestaroslamuladesuamo?Sinohubieraistenidootrosmediosdeobligarle,tantoosvalierahaberosdirigidoalgranmarranonegrodelapiara,sufavorito.

—¡Anda;noeresmásqueunlocosajón!

—¡Tenéis razón! Si yo hubiera nacido normando, como creo que vos losois,tendría,sinduda,cienciainfusa.

Gurthsepresentóaestetiempoconlasdosmulasalotroladodelfoso.Leatravesaronelperegrinoyel judío,pasandoporunestrechopuente levadizocompuestodedostablasapoyadasenelpostigointerioryenotroexteriorquedabasalidaalbosque.Eljudíomontótrémuloyapresurado,sacódedebajodela túnicaunsacodebarragánazul,yal colocarlocongrancuidadosobreelalbardónlocubrióesmeradamenteconlacapa,diciendoalperegrino:

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—¡Esunamudaderopa,unasolamuda!

ElperegrinomontóconmáslentitudqueIsaac;despuéspresentóaquéllamanoaGurth,yéstelabesóconelmayorrespetoyveneración.Elporquerizopermaneció observando a los caminantes hasta que se ocultaron en losfrondosos circuitos del bosque. Viendo Wamba la distracción de Gurth, lellamólaatencióndiciéndole:

—¿Sabes, mi amigo Gurth, que eres muy cortés y piadoso en estasmañanasdeotoño?¡Ojaláfueseyoundescalzoperegrino,paraaprovecharmede tu esmerado celo! Si así fuera, puedes estar seguro de que no mecontentaríacondarteabesarlamano.

—Túnoeresdemasiadoloco,Wamba;almenosjuzgasporlasapariencias,queestodoloquepuedenhacerlosmásdiscretos.Peroentremosencasa,queporahoraloquemásinteresaescumplirconnuestraobligación.

Entretantoloscaminantescontinuaronsujornadaavivandoelpasocuantopodían;sobretodoIsaac,cuyosjustos temoresleobligabanaandarconmásvelocidad de la que su edad permitía. El peregrino conocía perfectamentetodos los senderos de la selva, y llevaba a su compañero por veredas másapartadasy sinuosas,de suertequemásdeunavezexcitó las sospechasdeljudío,puesllegóarecelarqueelperegrinoleentregaseaalgunaemboscadadeenemigos.

Estas sospechas no carecían de fundamento, porque en la época de quevamoshablandonohabíarazaalgunasobrelatierra,enlasaguasoenlosairesquefueraperseguidaconmásencarnecimientoqueladelosdesdichadoshijosdeAbraham.Elmásligeroydescabelladopretexto,laacusaciónmásabsurdaeinfundadabastabanparadesposeerdesusbienesacualquierisraelita,yaunpara entregarlo al furor del más desenfrenado populacho. Sajones ynormandos, bretones y daneses, aunque entre sí mortales enemigos, seaunabanparaaborreceryperseguira loshebreos,disputándose laventajadeenvilecerlos,saquearlos,despreciarlosyperseguirlos.Losreyesdeladinastíanormandaylosnoblesindependientesquedeseabanimitaraaquellosentodo,seguíanunapersecuciónmetodizada,exactamentefundadaenloscálculosqueles sugería su codicia y en las ventajas que imaginaban tener vejando a losisraelitas.BastanteconocidaeslahistoriadelreyJuan,quiendispusoqueseencerraseaunopulentojudíoymandabaarrancarleundientecadadía,hastaque el infeliz proscrito, que miraba perdida la mitad de su dentadura, porconservarlospocosdientesquelequedabanconsistióenpagarunaatrozsumaenmetálico,queeraelúnicoobjetodelMonarca.Elpocodineroquecirculabaenelpaísestabareconcentradoenlasgavetasdelosperseguidosisraelitas:yestaeralarazóndequelosnobles,aejemplodelSoberano,emplearantodoslosmediosimaginables,sinexceptuarlamásatrozviolencia,yhastalamisma

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tortura, para sacarles alguna suma. Los judíos sufrían con impasible valorestas tropelías, inspirados por el ansia de ganar, y se desquitabancompletamente con sus usuras y con los enormes provechos que sabíanrealizarenunpaísqueabundabaenriquezasnaturales.Apesardetalcúmulodecalamidadesquedebíandesanimarlosyabatirlos,yadespechodeltribunaldenominado el echiquier de los judíos, éstos acumulaban riquezas sobreriquezas, las cuales trasferían de una mano a otra por medio de letras decambio, cuya invención se les atribuye, que, indudablemente, era el mejormedio de enviar sus tesoros fuera del país en que tantos infortunios lesaquejaban.

LaobstinaciónylaavariciadeloshijosdeIsraelluchabanconlatiraníadelos poderosos, y aumentaban en proporción a sus padecimientos. Suscuantiosos tesoros les proporcionabanmuchos peligros; pero en cambio, lesasegurabanmuchas veces protección, y aun influjo. Esta era la situación enquesehallaban los judíosenaquellaépoca:sucarácterestabavaciadoenelmolde de las circunstancias, y eran, por consiguiente, tímidos, suspicaces,obstinados,egoístas,durosydiestrosenevitarlospeligrosquedecontinuolesamenazaban.

Después de haber atravesado rápidamente nuestros caminantes algunossenderossolitarios,elperegrinorompióelsilenciodiciendoaljudío:

—¿Ves aquella añosa encina? Pues allí concluyen las posesiones de"Frente de buey", y las deMalvoisin hace tiempo las dejamos atrás. Isaac,nadadebestemerdetusenemigos.

—¡ElDiosdeAbrahampermitaquelasruedasdesuscarrossehaganmilpedazos,comolasdelosdelFaraón,paraquenopuedanalcanzarme!¡Peronoos separéis demí, buen peregrino! ¡Acordaos del altivo templario y de susesclavossarracenos!¡Considerad,buenjoven,quesemejantegentenorespetatérminonijurisdicción!

—Aquí debemos separarnos, porque no me es dado permanecer mástiempoencompañíadeunisraelita.Porotraparte,¿dequépuedeservirteunpacificoperegrinocontrapaganosarmados?

—¡Oh no me abandonéis! ¡Yo sé que podéis defenderme si queréis!Aunquesoyunpobremiserable,nodejarédemanifestarosmiagradecimiento.Noserácondinero,porque...¡asínomefaltelaproteccióndeAbraham,comoesciertoquenoposeounmaravedí!Noobstante...

—Tehedichoquenoquierodetidineronirecompensaalguna,seadelaespeciequequiera.Puedoservirtedeconductor,ytalvezdedefensa,porqueno es acción indigna de un cristiano defender a un judío contra dosmusulmanes.Poreso,israelita,puedescontarconmigohastaquelleguemosa

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Sheffield,encuyaciudadteseráfácilincorporarteconalgunodetutribuquepuedasocorrerteyampararte.

—¡La bendición de Jacob os siga por doquiera! En Sheffield habita mipariente Zareth, que me proporcionará medios de seguir mi jornada conseguridad.

—Vamos,pues,aSheffield,yallínossepararemos:dentrodemediahorahabremosvistosusmuros.

Pasó la media hora, y durante ella ninguno rompió el silencio, pues elperegrino evitaba hablar con un judío, y éste no se determinaba a dirigir lapalabra a un hombre que venía de visitar los SantosLugares, peregrinaciónqueledabaciertocaráctersolemne.Alfindijoaquélaljudío.

—Aquínosseparamos:heallíSheffield.

—¡Dejadprimeroqueelpobrejudíoosdégraciasportantabondad!Simeatreviera a más, os rogaría que vinieseis conmigo a la casa de Zareth, mipariente, que me proporcionará los medios necesarios para daros ¡ajustarecompensa.

—¿Cuántas veces he de decirte que ni espero ni quiero recompensa deninguna especie? Si en la dilatada lista de tus deudores cuentas, como esprobable,elnombredealgúncristiano,ahórralelosgrillosyelcalabozo,ymecreeréconesomuyrecompensado.

—¡Esperad,esperad!—dijoIsaaclevantandolasfaldillasdesugabardina—.Hedehacer,detodosmodos,algunacosaporvos;porvosprecisamente,ynoen favordeotro. ¡Diossabesi soypobre! ¡Elmendigodemi tribu!Peroperdonadsimeatrevoapensarquedeseáisenestemomentounacosamásquecualquieraotra.

—Si, en efecto, lohas adivinado, conocerásquenopuedes satisfacermideseo,aunquefuesestanricocomomiserabletesupones.

—¡Comomesupongo!¡Bienpodéiscreerme!¡Eslapuraverdad!¡Mehandejadodesnudoy llenodedeudas! ¡Soyelúltimode los infelices! ¡He sidodespojadodemisriquezas,demisnavíos,de...!Pero,alcaso.Vosdeseáisunahermosa armadura y un soberbio caballo de batalla: uno y otro puedoproporcionaros.

—¿Quiénhapodidoinspirartesemejanteconjetura?

—Seacomoquiera,mi flechahadadoenelblanco,y loque importa esquetengáisloquetantafaltaoshace.

—¿Comohaspodidocreerqueconeltrajequevisto,y...?Porotraparte,misvotos,micarácter...

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—¡Oh;yoconozcomuybienaloscristianos,yséqueelmásnobleentretodos ellos no desdeña vestir una esclavina, empuñar un bordón y calzarsandaliasparavisitarelsepulcrodeAquél!

—¡Judío!—exclamóconairadavozelperegrino—.¡Noblasfemes!

—¡Perdonadme! He hablado inconsideradamente; pero anoche y estamañana os he oído ciertas palabras queme han revelado lo que sois, comodescubren las chispas al pedernal. Debajo de esa esclavina se esconde unacadenadeoro iguala laque llevan loscaballeros:yo lahevistobrillarestamañanacuandoosinclinasteissobremilecho.

Elperegrinonopudomenosdesonreír,ydijoaIsaac:

—Si la curiosa vista de algún investigador pudiese penetrar bajo tuvestimenta,¡quédedescubrimientosharía!

—¡No digáis eso! —repuso el judío mudando el color; y sacandoapresuradamente la portátil escribanía, tomó una hoja de papel arrollado, ysobre el cuello de la mula escribió algunos renglones. Estaban en idiomahebreo, y luego que concluyó dijo al peregrino entregándole el papel—:Entoda la ciudad de Leicester es conocido el rico judío Kirgath Jairam deLombardía:presentadlemicarta,yélosenseñaráseisarnesesdeMilántales,que el peor de ellos es digno de una testa coronada. Tiene asimismo diezmagníficos caballos de batalla, y el peor puede servir a un rey parareconquistar su trono: elegid de ellos y de las armaduras lo que más osconvengayagrade,yademásotrasdosy suscorrespondientescaballosparareserva.Todo lodicho,y lodemásquepudieraisnecesitarparael torneodeAshby,oslofacilitarápormediodeestacartasinexigirosnada.Concluidoeltorneo, le devolveréis armaduras y caballos, a menos que os hallaseis enestadodepagárselasyquedarosconellas.

—Pero, Isaac,consideraque lasarmasyelcaballodelvencidoquedanadisposicióndelvencedor.Puedoserdesgraciadoenelcombate,yentonces,nipodrérestituirnipagar.

El judío,pálido,desencajadoalpensaren laposibilidaddelvencimiento,hizounesfuerzosobresucodiciayexclamó:

—¡No; no puede ser! ¡Yo quiero daros esa muestra de agradecimiento!Además,creoqueestaráconvoslabendicióndelPadrecelestialdetodaslascriaturas,yentoncesvuestralanzaserátanfuertecomolavaradeMoisés.

Dicho esto volvió a sumula las riendas en ademán de partir, cuando elperegrinoledetuvodiciéndole:

—Aúnnotelohedichotodo,Isaac.Cuandoestoyenlalizaoenelcampo,sobreelcaballoylanzaenristrenosoyhombrequetengaconsideracióncon

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jinete,conarmasoconcaballo.Puedequedartodoestoderrotado,yentonces,¿quéharemos?Porquetuspaisanosnodannadapornada,yyodeberéalfinpagarlealgunacosasi...

Isaac se tendió sobre el arzón delantero manifestando en su rostro laangustiadeunhombreacometidoporunviolentocólico;peroporestavezsusbuenossentimientostriunfarondelacodiciayexclamó:

—¡No importa! ¡Dejadme partir! Si tuvierais alguna desgracia, no oscostaránada;¡nada!KirgathJairamosperdonaráelalquilerencompensaciónde lo que por su pariente hicisteis, y aun os prestará dinero sin interés, poramorasuhermano.Loqueosencargoesquetengáismuchotino;quenoosengolféisdemasiadoenlapelea,porque...¡Perono;nocreáisqueesteconsejosedirigeaquemiréisconalgunaconsideraciónlasarmasyelcaballo!Yoosloprevengoporquenopeligrelavidadetanexcelenteyrecomendablejoven.¡Adiós;queosdéventura!

—¡Gracias Isaac, por tu consejo!Me serviré de tu oferta, ymal han deandarlascosasparaquenopuedasatisfacerte.Dichoestosesepararon,ycadaunosedirigióaSheffieldpordistintocamino.

VII

La situación del pueblo de Inglaterra era en aquel tiempo hartodesgraciada.EstabaausenteyprisioneroelreyRicardo,enpoderdelpérfido,aleve y cruel duque deAustria.Nopodría designarse el punto donde el reygemíacautivo,ysusvasallossolamenteteníanmuyvagasnoticiasacercadelasuertedetanapreciadomonarca,entantoquesufríatodaclasedevejacion1sylamásinauditaprisión.

El príncipe Juan Sin Tierra, coligado con Felipe de Francia, enemigomortal de Ricardo, procuraba, sin omitir medio alguno, que el duque deAustriaprolongaseal extremoel cautiveriode suhermanoRicardoCorazóndeLeón,aquientantosfavoresdebía.EstabaelpríncipeJuanconsolidandosufacciónenInglaterraparadisputareltronoaArturo,duquedeBretañaehijodeGodofredoPlantagenet,hermanomayordeJuanyherederodeltronosielReyfalleciese.Todossabenqueestausurpaciónllegóaconsumarsemástarde.El carácter de tan mal príncipe era ligero, pérfido y disoluto: por eso seunieron a él todos los que por su conducta temían la vuelta de Ricardo, ytambién todos los cruzados que habían regresado de Palestina no habiendosido bastante poderosos para dejar de acostumbrarse a todos los vicios deOriente;ycomosehallaransinbienesnirecursosdeningunaespecieyllenos

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de arrojo y temeridad, deseaban la guerra civil porque carecían de todaesperanzademejorfortunahabiendounbuenGobiernoenInglaterra.

Se reunían a estas causas de miedo y desconfianza las partidas desalteadores,lascuales,obligadasporladesesperaciónqueocasionabalaatroztiranía de la Nobleza feudal y la severa ejecución de las Ordenanzas demontes,sehabíanreunidoparahabitarenlosbosquesydesafiarlaautoridaddelosmagistradosdelpaís.Cadanoble,fortificadoensucastillo,seconvertíaen soberano de sus dominios y acaudillaba otras partidas tan ilegales yopresoras como las anteriores; y paramantener a sus secuaces y sostener ellujo que les aconsejaba su soberbia, necesitaban de los proscritos judíos, dequienes tomaban prestadas cuantiosas sumas a un interés crecidísimo. Losisraelitas al fin se apoderaban de losEstados de sus deudores, y estos, paraevitarlaruina,procurabanencontrarcualquierpretextoparadeshacersedesusacreedoresacostadetodaviolencia.

El pueblo inglés sufría cuantas calamidades puede originar el estado dedisolución que llevamos descrito; pero aún eran más terribles las que lesreservabaelporvenir.Paraelcolmodedesgracias, sedeclaróenelpaísunaenfermedadcontagiosacuyocaráctereraenextremopeligrosoymaligno.Elpocoaseo,losalimentosmalosylapeordisposicióndelashabitacionesdelospobres hicieron que la enfermedad agravase el peligro de los invadidos porella:y talera laesperanzaque los ingleses tenían,que losquesucumbíanalrigordelapestíferadolenciaeranenvidiadosporlosquesobrevivíanaella.

Apesardetodo,yenmediodetanazarosascircunstancias,alanunciodealgún torneo todos acudían presurosos, pues era la fiesta más deseada enaquellos tiempos, y a la que acudían solícitos y alegres pobres y ricos,plebeyos y nobles. Ni las precisas obligaciones, ni aun las enfermedadesmismas, eran bastante poderosas para impedir que asistiesen a los torneosjóvenesyancianos.Elpasodearmasque ibaacelebrarseenAshby,pueblodelcondadodeLeicesterhabíaalarmadolageneralcuriosidad,porquecuantoscampeonestratabandetomarparteenélerandegrannombradía,reuniéndoseademáslacircunstanciaduquehabíadeautorizarleelpríncipeJuanSinTierra.Elconcursoqueacudíade todaspartesyde todascategoríasera inmenso,yhabíainvadidoelsitiodelcombateantesquedespuntaseelalba.

InmediatoaunbosquequeapenasdistabaunamilladelaciudaddeAshbyhabíaunavastapraderacubiertadeespesoyverdecésped,limitadadeunladoporelúltimodelaselva,ydelotroporunahileradeaisladasencinas,delascuales algunas eran de extraordinaria corpulencia. El terreno no pudiera sermás a propósito para la justa de armas si de intento le hubiesen preparado:descendíagradualmenteydelmodomássuavehasta formaruna llanuraqueguarnecían fuertes empalizadas; su espacio tendría un cuarto de milla delongitud y medio de latitud; su forma era cuadrada, a excepción de los

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ángulos,queestabanartificiosamenteredondeadosparamayorcomodidaddelos espectadores. A los lados del Norte y del Sur había anchas puertas, apropósito para que por ellas entrasen dos jinetes de frente, y estas estabandesignadasparaentradasdeloscombatientes.

Habíaencadaunadeellasdosheraldosconseistrompetaseigualnúmerodeasistentes,apoyadosporundestacamentodehombresdearmasqueestabandestinados para conservar el orden, así como los primeros lo estaban. paraexaminarlacondicióndeloscaballerosquequisiesenjustar.

A la entrada del Sur, y sobre una plataforma que estaba formada por lanaturalelevacióndel terreno,estabancolocadoscincopabellonesmagníficosadornados con pendones pardos y negros, colores que habían adoptado loscaballeros mantenedores para entrar en la lid. Delante de cada uno de lospabellonesestabacolocadoelescudodelcaballeroqueleocupaba,guardadoporunescuderodisfrazado segúnel caprichode suamoyelpapelqueéstedeseabarepresentardurantelafiesta.Elpabellóndeenmedio,señaladocomodemayordignidad,sehabíadestinadoasirBriandeBois-Guilbert,aquienlosdemás caballeros habían recibido con lamayor satisfacción por su caudillo,tantoporsusrelacionesconlosdemáscaballeroscomoporelnombrequelebahía dado su conocido valor. A un costado del pabellón de Bois-GuilbertestabanlosdeReginaldo"Frentedebuey"yFelipedeMalvoisin.yalotro,elde Hugo de Grantmesnil, noble barón de aquellos con tornos, cuyo abuelohabía sidomayordomomayordePalacio en tiempode la conquista, y el deRalfodeVipont,caballerodelordendeSanJuandeJerusalényposeedordelos antiguos dominios de Heather, cerca de Ashby de la Zouche. Desde laentradadelpalenquehastalaplataformaenqueestabanlospabelloneshabíaunsuavedeclivedediezvarasdeanchoguarnecidoporambosladosconunafuerte empalizada, delmismomodo que la explanada que daba frente a lastiendas.Todoelcircuitoestabacubiertoporhombresdearmas.EnelladodelNorte estaban colocados diversos pabellones; unos para los caballeros queacudiesen a tomar parte en la lid, otros para los que desearan descansar otomar cualquier género de manjares o refrescos de que estabanabundantementeprovistos,yotrosparalasfraguasdelosherrerosdestinadosalarecomposicióndearmasofensivasydefensivas,asícomotambiénparalosherradoresydemásartesanoscuyosconocimientospudieransernecesarios.

Porencimadelasbarrerasdescollabaninmensasgaleríascubiertasdericasalfombrasyprovistasdealmohadonesparacomodidaddelasdamasydelosnoblesquedetodaspartesalamarcialfiestaacudían.Debajodeestasgaleríashabíaotrasdestinadasa losespectadoresdemenorelevación,aunquemayorqueladelvulgo,yquedesdeellasdominabanperfectamentelapalestra.Loscuriososdemenorcondiciónocupabanlasmontañasvecinas,lasramasdelosárboles,yaunelcampanariodeunaiglesiainmediata.

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Para completar este cuadro general sólo nos resta describir el últimotabladodispuestoenelcentrodelladoOrientedelpalenque,frentealpuntoenquehabíandeencontrarse loscombatientes,queestabaadornadoconmayorprofusión y con las reales armas de Inglaterra, coronadas por un elegantedosel.Alrededordeestesitio,destinadoalpríncipeJuanyaloscaballerosdesu comitiva, se han colocado sus pajes, escuderos y demás individuos de larealservidumbreentrajedegrangala.Frentealdoselhabíaotroenuntabladoqueseelevabaaigualaltura,adornadoconmáselegancia,sibienconmenosriqueza que el del Príncipe.Estaba rodeadode pendones y gallardetes, y enellos representados los emblemas de los triunfos de Cupido, sin olvidar loscorazonesinflamados,carcajes,flechasyunainscripciónencaracteresdeoroquedecía:A la reinade labellezayde los amores. ¿Yquiéndebía ser estareina?Nadiepodíacalcularlo.

Entanto,losespectadoresdetodasedadesycondicionesseapresurabanatomar puesto en el lugar que según su rango les pertenecía, y de aquí seoriginaban muchas disputas que los hombres de armas transigían con losmangos de sus alabardas, a cuya irresistible elocuencia cedían sin dificultadlos contendientes. En punto a las dificultades que se suscitaban entre laspersonasdemayorjerarquía,seobservabaotroorden,ysólopodíanmediarenellaslosmariscalesdeltorneo,llamadoelunoGuillermodeWyvilyEstebandeMartival el otro, que armados de punta en blanco recorrían a caballo lapalestraparaacudiradondeelordenfueseperturbado.

Poco a poco se llenaron las galerías de nobles y caballeros, cuyoshermosos trajeshacíanunvistosocontrastecon loselegantesadornosde lasdamas,cuyonúmeroexcedíaaldeloshombres;porque,apesardeseraquelespectáculo de suyo peligroso y sangriento, las señoras de aquella épocaconcurríanaélconparticulargusto.Elespaciomásbajoloocuparontambiénmuy pronto muchos hacendados, ricos pecheros y otras personas que noaspiraban a los sitios de preferencia, por modestia o por pobreza: deconsiguiente,allíeranmuyfrecuenteslosaltercados.

—¡Perrojudío!—dijounancianocuyatúnicaraídaindicabalapobreza,alpropio tiempo que su espada, daga y cadena anunciaban la jerarquía decaballero—. ¡Hijo de una loba! ¿Te atreves a tocar a un cristiano? ¿A unhidalgonormandodelaalcurniadelosMontdidier?

EsteenérgicodiscursosedirigíanadamenosqueanuestroantiguoamigoIsaac de York, el cual, costosamente vestido con una gabardina forrada demagníficaspieles,procurabaadquirirdosasientosenprimeralíneadebajodelagalería,paraélyparasuhija,lahermosaRebeca,quehabíaidoabuscarasupadreaAshbyconobjetodeasistiraltorneo.Isaacpugnabaporcumplirsudeseo,mientrassulindahijaleteníaasidodelbrazo,ytemblabaalobservarelgeneral desagrado que excitaba la presunción de su padre. Pero si en otras

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ocasioneshemosvistoaIsaactímidoysumiso,enaquéllano,porqueconocíaque nada debía temer y que su persona no corría riesgo alguno. En lasnumerosas concurrencias ningún noble se hubiera atrevido a ofenderle ennada, por muy vengativo y ambicioso que fuera: en tales casos los judíosestabanbajolasalvaguardiadelaleygeneral;ysiestonoerasuficiente,raravez faltaba algún barón poderoso que por sumismo interés los amparaba ydefendíaa todacosta.Ademásde las razonesyadichas, IsaacdeYorksabíaqueelpríncipeJuantratabadenegociarunempréstitocontodoslosjudíosdelmismocondado,yquelesdabaenprendasofianzasvariastierrasyjoyas.AIsaaclecorrespondíatomarunapartemuyprincipalenaquelasunto,ydeaquínacíasuíntimaconviccióndequeelPríncipesemostraríapropicio,favorable,y aun su defensor, por lo mucho que le interesaba terminar felizmente elempréstitoconlosjudíosdeYork.

FiadoentanjustasconsideracionessiguióIsaacdisputando,yatropellandoporentrelamuchedumbreempujóalnoblenormando,sintenerencuentasuclase y alcurnia. Las quejas del noble y anciano caballero excitaron laindignación de cuantos rodeaban. Uno de ellos, hombre de extremadacorpulenciaydegran robustez, condocedardospendientesdel cinturón,unarcodeseispiesenlamano,yconunsemblanteenquemuyalvivoestabanretratadaslacóleraylaindignaciónsobreunasfaccionesdurasycurtidasporlaaccióndelsolyportodaclasedeintemperie,sevolvióhaciaeljudíoyledijo:

—¡No olvides nunca que todas las infinitas riquezas que has atesoradochupando la sangre a tus desgraciadas víctimas no han hecho otra cosa quehinchartecomounaarañadequiennadiesecuraentantoquepermaneceensuagujero,peroquecualquieralaaplastaconelpiesiseatreveapresentarseenmediodeldía!

Esteenérgicoyterminantediscurso,pronunciadoenanglonormandoyconvoz terrible y poderosa, atajó los pasos del israelita, y es probable que sehubiera alejado de tan terrible vecino si la entrada en el circo del príncipeJuan, rodeado de su numerosa comitiva, no hubiera llamado la generalatención.

EntrórodeadoelPríncipede todos loscaballerossuscortesanosoficialesdelaCoronaydealgunoseclesiásticos,entreloscualessedistinguíaelPriorde Jorvaulx, vestido con la magnificencia que le permitía su estado, ydistinguiéndose por la desmesurada longitud de las puntas de sus botas;longitudqueobligabaaquealgunosse lasatasena las rodillas.Pero lasdelPrior, más extravagantes aún, iban atadas a la cintura, de modo que leobligabanallevarlospiesfueradelosestribos.Esteinconvenientenoeradepoca consideración para el prior de Jorvaulx, que eramuy afecto a lucir sudestrezaenlaequitación.ElrestodeloscortesanosquerodeabanalPríncipe

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eranlosjefesdesustropasmercenarias,variosbaronesaventureros,diversospersonajesdeinfameconducta,yalgunoscaballerosdelTempleydeSanJuande Jerusalén, Urdenes ambas que se habían declarado abiertamente contraRicardo, puesto que habían tomado partido por Felipe de Francia en losdisturbiosque entre ambos reyesocurrieron enPalestina.Las consecuenciassubsiguientes a estas reyertas hicieron inútiles las victorias deRicardoy lasheroicastentativasquehizocontraJerusalén,parandotodassushazañasysuinolvidablegloriaenunadudosatreguaconelsultánSaladino.

SiguiendoloscaballerostemplariosyloshospitalarioslamismapolíticaenInglaterrayenNormandíaquelaquehabíanusadoenTierraSanta,sehabíanunidoalafaccióndeJuanSinTierra,ynopodíandesearelregresodesureyRicardoI,niaunlasucesióndeArturo,sulegítimoheredero.Estaeralarazónmás poderosa que tenía el príncipe Juan para aborrecer y despreciar a laspocas familias sajonas que existían en Inglaterra; y cuanto mayor era laimportanciadeéstas,tantomássecomplacíaelRegenteenabatirlascontodaclase de vilipendios. Las dichas familias miraban al príncipe Juan con elmayordesafecto,porquesóloesperabanusurpacionesytiraníadeunsoberanotandisolutoytanarbitrario.

Seguido de su brillante acompañamiento y vestido de seda y oro sepresentó en el circo Juan "Sin Tierra" sobre un poderoso caballo, con unhalcónenlamano,cubiertalacabezacongorrademagníficaspielesypiedraspreciosas,y(levandolacabellerarizadaycaídacongraciasobreloshombros.ElPríncipehizocaracolearasutordopalafrénalrededordelalizaprecediendoa sus alegres cortesanos, con los cuales iba hablando y riendo condescompasados gritos, sin dejar por eso de observar como buen juez en elasunto,lasbellezasqueornabanlagalería.

LlevabaelPrínciperetratadassobresufrentelaaudaciayladisoluciónquele eranhabituales, unidas a una altanería sin límites y una total indiferenciaconrespectoalosmalesajenos;pero,apesardetodo,sucontinenteagradaba,porque sus facciones naturalmente bellas y su urbanidad habían dado a surostrounaciertaexpresión risueñaqueanunciaba lamáshonrada franqueza,comosiverdaderamentefueraestaprendanaturaldesucarácter.Estaclasedefisonomías se atribuyen generalmente a una índole franca y ajena a tododisfraz,nosiendoenrealidadotracosaqueelretratodeldescaro,frutopropiodel libertinaje, unidoal queda tambiénel rango, la riquezayotrasventajasquenotienenensíunméritoverdaderoysólido.Laignoranteplebe,igualentodaspartes,notratódeexaminarafondoestacuestión,yrecibióalPríncipeconestrepitososaplausos,debidosalapedreríaquellevabaenlagorra,alasmagníficaspielesqueadornabansucapa,alaselegantesbotasdetafileteconespuelas de oro, y a la gracia y resolución con que manejaba su hermosopalafrén.

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Recorría el circo el Príncipe, cuando le llamó la atención el alborotosuscitado por el empeño del judío, que a toda costa deseaba obtener dosasientosdelanteros.LavistapenetrantedelPríncipeconocióinmediatamenteaIsaac,aunquesefijóconmásgustoenlahermosaRebeca,que,aterradaporeltumultuosoalboroto,apretabaensilencioelbrazodesuancianopadre.

La figura de la hija del judío podía competir con la de la beldad máscélebre de toda Inglaterra, aun a los mismos ojos del Príncipe, conocedorcélebre.Laeleganteyperfectasimetríadesusformasbrillabamásconeltrajeoriental que usaban todas lasmujeres de su nación. Llevaba un turbante deseda amarilla quehacíahermoso juego con el colormorenode su rostro: elbrillodesusnegrosojos,losarcoselegantesqueformabansuscejassobreunanarizaguileña,susdientesblancoscomolasmásfinasperlasdesunación,susprofusas trenzas negras, caídas graciosamente sobre su cuello, el magníficotraje de seda de Persia, en cuyas llores y ramas se retrataba el brillo de lanaturalezamisma:todo,enfin,formabaunconjuntodeeleganciayhermosuraqueeclipsabaatodaslasbellezasquehastaentoncessehabíanpresentadoeneltorneo.Completabasuricoatavíouncollarriquísimodediamantesconsuspendientesdelomismo,diversosbrochesdeperlasyoroquesujetabaneltrajedesdeelcuelloalacintura,ydeloscualesestabanabiertoslostressuperioresacausadelcalor,yunamagníficaplumadeavestruzsujetaalturbanteporunbotón de diamantes y perlas. Tal era, pues, el traje de la hebrea, que podíagraduarseconoincalculablesuvalor.Las jdamasqueestabanenlasuperiorgalería aparentaban el más F alto desprecio hacia la judía, al paso queenvidiabansuhermosuraysusricasgalas.

—¡Por la calva cabeza de Abraham!—dijo el Príncipe—¡Aquella judíadebedeserelretratodelaquevolvióeljuiciomássabiodelosreyes!¿QuéosparecepriorAymer'?

—¡LarosadeSharonyelliriodelosvalles!—contestóelpriorentonodechanza—Perotengapresentevuestraaltezaqueesunajudía.

—¡Sí—prosiguióelPríncipe—;yeslástimaqueelbaróndelosBezantesyelduquelosShekelsesténdisputandounsitioconesosdescamisadosquenotienenunasolamonedacuyacruzimpidaqueelDiablobaileensusbolsillos!¡PorelcuerpodeSanMarcos!¡Miproveedordedineroysuhermosahebreahandetomarpuestoenlagalería!Isaac,¿quiénesesajoven?¿Estuhermana,tumujero...algunadelashuríes?

—MihijaRebeca—respondióIsaachaciendounareverencia,perosinelmenorembarazo,ynodandovaloraldiscursodelPríncipe,enelcualhabíatantacortesaníacomoburla,porlomenos.

—¡Mejorparati!—dijoelPríncipeconunagrancarcajada,queimitaronen coro sus cortesanos—. ¡Pero hija,mujer o lo que sea, obtendrá un lugar

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cual corresponde a su mérito y hermosura! ¿Quiénes son aquéllos'? —continuó,fijandolavistaenlagalería—.¡Villanossajones!¡Fueraconellos!¡Quedejensitioalpríncipedelosusurerosyasuhermosahija!¡Esnecesarioqueaprendanesosrústicosqueelmejorasientoenlasinagogaesdeaquellosaquienesdederecholespertenece!

EstainjuriosaypococortésarengasedirigíanadamenosquealafamiliadeCedricelSajón,lacualocupabaunapartedelagaleríaenuniónconladesu fiel aliadoAthelstanedeConingsburgh,personajeveneradopor todos lossajones,portraersuorigendelúltimomonarcadelarazaqueocupóeltronodelanacióninglesa.Era,comotodoslosdesufamilia,deagradableaspecto,membrudoyfuerte,yalasazónestabaenlaflordesusaños;peroteníaunafisonomíasinexpresión,unamiradafría,ytodossusmovimientoseranlentosy flojos, siendo tal su irresolución,quealnombre leagregabanelepítetodedesapercibido.Teníamuchosamigos,entreellosCedric,quedecíanenabonode Athelstane que no carecía de valor ni de talento, sino que la indolenciaprocedía de su habitual indecisión, y tal vez del hereditario vicio de laembriaguez, que había embotado sus facultades mentales. Aseguraban, porúltimo,queelpasivovalorylasuavidaddesucarácterindicabancuángrandeygenerosopudierahabersidosielplacerdelamesanolehubieradespojadodesusmásnoblesyapreciablescualidades.

A este personaje tan respetado por todos los sajones se dirigióprincipalmenteelmandatodeJuanSinTierra.Athelstane,confusoaloírunaspalabrasqueenvolvíanelmásterribleinsulto,opusosolamentealavoluntaddelPríncipelafuerzadeinerciatanpropiadesucarácter.SemantuvoinmóvilyfijósusgrandesyespantadosojosenelPríncipe,perodeunamanerahartogrotescayridícula.

—¡Elpuercosajónduerme,onohacecasodemí!¡DeBracy,púnzalecontulanza!

EsteMauricio de Bracy era el jefe de una compañía franca, especie detropa cuyos soldados eran conocidospor condottieri, lo que es igual a decirmercenarios,puesentrabanalserviciodelprimerpríncipequelespagaba.

La orden de Juan excitó algunos murmullos entre los caballeros de sucomitiva; pero De Bracy, a quien su profesión absolvía de toda especie deescrúpulo, levantó la lanza dirigiéndola hacia la galería donde estabaAthelstane el desapercibido, y hubiera ejecutado la orden del Príncipe antesqueaquélhubieratratadodeevitarla,siCedric, tanvivoyenérgicocomosuamigoeralentoydesidioso,nohubieradesnudadolaespadaconlarapidezdelrelámpagoydeunsolo,perodecisivogolpenohubieraseparadoelhierrodelasta.

El rostro del Príncipe se vio en un instante inflamado de cólera; echó

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varios juramentos de losmás horribles que usaba, y hubiera dado aúnmásevidentespruebasdesuenojoanohabersidoporsuscortesanos,quetratarondedisuadirle,yporlauniversalaclamaciónqueexcitóentodoelconcursolabrillante acción de Cedric. El Príncipe recorrió con su irritada vista toda laplaza,desdelavallahastaelfindelagalería,buscandoenquiéndesahogarlacóleraquelecegaba.

Porcasualidadsefijóenelarquerodelasdoceflechasdequienyahemoshablado,elcualaplaudíaagritoscontodalafuerzadesusrobustospulmones,sinhacercasodelsañudogestodeJuanSinTierra...éste,llenodeira,ledijo:

—¿Quésignificanesasaclamaciones?

—Yo aplaudo siempre cuando veo un golpe de destreza o cuando unaflechaatraviesaelblanco.

—¡Apuestoaqueeresundiestrotirador!

—¡Acualquierdistancia!

El Príncipe, aún más irritado con las respuestas del montero y con lasalusionesquealgunosdelpueblohicieronalodioqueleprofesabalanación,secontentóconmandaraunhombredearmasquenoperdiesedevistaaldelasdoceflechas.

—¡PorDios—añadió—,quehemosdever si este fanfarrón es tanbuentiradorcomodice!

—¡Veremos!

Asícontestóelmontero,con lamismafrialdadydesembarazoquehabíamostradoduranteelanteriordiálogo.EnseguidasedirigióelPríncipealparajeenquesehallabaCedric,ydijo:

—¡Vosotros, villanos sajones, levantaos; quepor el solquenos alumbra,aseguroquehadesentarseeljudíoentrevosotros!

—¡No,príncipe,no;conperdóndeVuestraAlteza!—dijoeljudíoIsaac—.¡Noestábienqueloshombresdemiclasealternenconlosmagnatesdelpaís!

Elhebreono tuvo inconvenienteenatropellaraunvástagode lacasadeMontdidier;peronosedeterminóahacerloasíconlosopulentossajones.

—¡Haz lo que temando!—dijo el Príncipe—. ¡Obedece, perro infiel, omandodesollarteycurtirtupielparahacerlacorreasdelarnésdemicaballo!

El judío, sumiso y pronto a condescender con tan cariñosa insinuación,empezóasubirlaestrechaescaleradelagalería.

—¡Veremossihayquienseatrevaadetenerlo!—dijoelPríncipefijandolavistaenCedric,quesedispusoacerrarelpasoalhijodeAbraham.

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PeroWambaevitóelconflictointerponiéndosedeunbrincoentreeljudíoyCedric.

—¡Yome atrevo!—dijo el bufón al Príncipe; y agitando su espadón demadera sobre la cabeza del israelita, le presentó con la mano izquierda unsemipernil,aguisadebroquel,quehabíallevadoaltorneoporsiéstedurabamástiempodelquesuestómagoquisiera.

El judío retrocedió horrorizado al considerar cuán cerca estaba decontaminarseconelobjetodelaabominacióndesutribu,ycomenzóabajarlaescalera con cuanta prisa podía, en tanto que Wamba seguía hostigándoleorgullosamenteconelpernilyelespadóndepalo,cualunguerreroqueponeen vergonzosa huida a su rival. Los espectadores celebraron con grandescarcajadas tan risible escena, y aun el Príncipe y sus cortesanos rieron, sinpoderpasarporotropunto.

—¡Dame el laurel de la victoria, primo Juan! —dijo el bufón—. ¡Hevencidoamiantagonistaenbatallacampal,conbroquelyespada!—dijoestolevantandoelpernilyelsabledepalo.

—¿Yquiénerestú,noblecampeón?—preguntóJuanriendotodavía.

—¡Unlocoportodoscuatrocostados!YosoyWamba,hijodeWittes,nietodeWeaherbrain,bisnietodeunWaldermán.

—¡Vamos! —erijo el Príncipe celebrando encontrar un pretexto pararevocar suprimeraorden—. ¡Haced sitio al judíoen lagalería inferior! ¡Noseríajustocolocaralvencidoalladodelvencedor!

—¡Ni el loco junto al truhan, ni el tocino al lado del judío! —repusoWamba.

—¡Gracias,amigo;muchomegustas!Oye,Isaac:préstameunpuñadodebezantes.

Entantoeljudío,despavoridoaloírunaordenquenoqueríaobedecernise determinaba a rehusar, calculaba con lamano dentro de un saco cuantasmonedas podían caber en un puñado. El Príncipe le sacó oportunamente dedudas, pues inclinando el cuerpo sobre el fuste delantero alargó lamano, yarrebatóde lassuyaselbolsónalatónito Isaac.SacóunascuantaspiezasdeoroselasalargóaWamba,ysiguiósupaseoacaballoalrededordelpalenque,dejando al judío que sirviese de blanco a la burla general, y recibiendo éltantos aplausos como si su acción hubiera sido magnánima y digna de losmayoresencomios.

VIII

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ElpríncipeJuanrefrenórepentinamentesupalafrén,yllamandoalpriordeJorvaulx,ledijo:

—¡Por la virgen María señor Prior que hemos olvidado la principalcircunstanciadelafiesta!Hemosolvidadonombrarlareinadelahermosuraydelosamoresporcuyasblancasmanoshandeserdistribuidosloslaurelesdela victoria. Por lo que a mí toca, soy generoso en mis ideas, y no haréescrúpulodedarmivotoalosnegrosojosdelalindaRebeca.

—¡Virgen Santa! —exclamó el Prior—. ¡Una judía! ¡Mereceríamos serechados ignominiosamente de este sitio! Por otra parte, juro por mi santofundador que la hermosa sajona Rowena no esmenos bella que la hija delisraelita.

—Sajonaojudía—dijoelPríncipe—,¿quéimporta?YoquieronombraraRebeca,aunquenoseamásquepordarenojosaesosvillanossajones.

Tales expresiones excitaron murmullos de desaprobación en la comitivadelPríncipe.

—¡Eso pasaría de chanza!—dijo De Bracy—. ¿Qué caballero había deponerlanzaenristredespuésdesemejanteelección?

—¡Seria insultaravuestroscaballeros!—dijoWaldemarFitzurse,elmásantiguodeloscortesanosdelpríncipeJuan—.YsiVuestraAltezapersisteenllevaracaboeseproyecto,trabajarasoloparaarruinarsusdesignios.

—¡Barón—repusoelPríncipeconaltanería—,ospagoparaquemesigáis,noparaquemeaconsejéis!

—PerolosquesiguenaVuestraAltezapor loscaminosquetransita—ledijoenvozbajaFitzurse—hanadquiridociertoderechoaaconsejaros,puestoquetienencomprometidossusintereses,suhonorysuvida.

Juan perdonó al cortesano esta reflexión en gracia del tono con que lahabíahecho,yañadió:

—¡He querido chancearme, y todos se irritan cual si fueran víboraspisadas!¡Nombrad,conmildiablos,laquemásosacomodeynomerompáislacabezaconvuestrasobservaciones!

—Yocreo—dijoDeBracy—quesería lomásoportunodejarvacanteeltronohastaque,publicadoelnombredelvencedor,esteelijalabellaquehadeocuparle. De ese modo el triunfo será más satisfactorio, y todas las damasapreciaranelhomenajedeloscaballerosqueestánenposicióndeelevarlasatanaltadignidad.

—SivencieseBois-Guilbert—dijoelPrior—,nodudoquienserálareina

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delosamoresydelahermosura.

—BuenalanzaesBois-Guilbert—repusoDeBracy—;perohayotraseneltorneoquenolecedenennada.

—¡Silencio,señores—dijoFitzurse—,queesyahoradequeelPríncipeocupe su trono! Los caballeros y espectadores están impacientes, pasa eltiempo,ydebeempezarlafunción.

El Príncipe, aunque no era todavía monarca, encontraba en WaldemarFitzursetodoslosinconvenientesdeunfavoritoquesirveasusoberano,peroasumaneraysegúnsus favoritas ideasycaprichos.ElcarácterdeJuanSinTierra era obstinado hasta en las más triviales frioleras. Ocupó su tronorodeadodesuscortesanos,yordenóalosheraldosquepublicasenlasleyesdeltorneo,que,pocomásomenoseranlassiguientes:

Primera.Loscincocaballerosmantenedoresdebíanaceptarelcombatecontodosloscaballerosquesepresentaran.

Segunda.Todocaballerotendríaderechoaelegirunantagonistaparticularentrelosmantenedores,paralocualbastaríatocarsuescudo.Siletocaseconelcuentooextremoinferiorde la lanza,elcombateseríaconelhierrode lalanza embotado en una plancha demadera, combate que se llama de armascorteses;perosielcaballerotocaseelescudodesuantagonistaconelhierro,elcombateseríaamuerte,comoenunaverdaderabatalla.

Tercera. Cuando los caballerosmantenedores hubieran cumplido su votorompiendocincolanzascadauno,elPríncipedeclararíaelvencedordelprimerdía, el cual recibiría en premio unmagnífico caballo de batalla, de perfectaestampa y de todo vigor e intrepidez, y además de este galardón tendría elhonroso derecho de elegir la reina de la belleza y de los amores, a la cualcorrespondíadarelpremiodelsegundodía.

Cuarta.Dicho segundo día habría un torneo general, en el que todos loscaballerosquegustasenpodríantomarparte;peroaquéllosseríandistribuidosendospartesiguales,lascualescombatiríanhastaqueelPríncipearrojasealapalestrasubastóndemando.Entonceslareinadelabellezaydelosamorescoronaríaconel laurelde lavictoriaalvencedordelsegundodía.Lacoronasería de oro, y sus hojas imitando a las del laurel. Desde aquel momentocesaríanlosjuegosdeCaballería.

En estas leyes nada se hablaba de los juegos del tercer día, por noperteneceraaquellosenquelaNoblezaseejercitaba.Debíandeconsistirencorridas de toros, tiro de arco al blanco, y otras diversiones de este estilopropiaspara recreodelvulgo.DeestasuertequeríaelPríncipeatraerasíelafecto del pueblo, que cada día lo miraba con más aborrecimiento por lascontinuasviolenciasconqueleoprimía.

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Cuando los heraldos concluyeron de leer Las leyes del torneo ofrecía lapalestra elmásmagnífico espectáculo.EnLas galerías estabanLas familiasmás nobles y poderosas, Las damas más bellas del Norte y del centro deInglaterra.El exquisito lujo de tan ilustres espectadores proporcionaban unavista tan alegre cono espléndida. El espacio inferior le ocupaban los ricoslabradores y honrados plebeyos en trajes más sencillos, que formaban unaespecie de guarnición de colores más opacos, y que hacían un excelentecontrasteconellucidoesplendordelapartedearribadelasgalerías.

Los heraldos terminaron su proclamación con los acostumbrados gritos:¡Generosidad, generosidad, valientes caballeros! Y en el momento sedesprendiódetodaslasgaleríasunacopiosalluviademonedasdeoroyplata,porque todos los caballeros de aquellos tiempos deseaban demostrar acompetencia su prodigalidad con aquellos empleados, que entonces eran almismotiemposecretariosycronistasdelhonor.Atal liberalidadcontestaronlos heraldos: ¡Amor a Las damas, honor a los generosos y gloria a losvalientes! El pueblo contestó a estas aclamaciones con gritos de regocijo,mezcladosconelbelicosoecodemultituddeclarines.Luegoquehubocesadoeste marcial estrépito salieron los heraldos de la liza en vistoso orden,permaneciendoenéllosmaestresdecampo,armadosdepuntaenblanco,taninmóvilcomoestatuasyfijaenlosextremosdelapalestra.

A este tiempo estaban ya colocados en el lado del Norte muchoscaballeros, deseosos de medir sus armas con Las de los mantenedores. Alcurioso observador le presentaba este espectáculo la vista de un mar deondeantes plumas, brillantes yelmos, elevadas lanzas y elegantes pendones,que impulsados por un viento suave unían a la de los penachos su trémulaagitación,formandounaescenatanvistosacomoanimadaylucida.

Al fin se abrieron Las vallas, y entraron lentamente en la liza cincocaballerosaquieneshabía tocado la suertedeentrarprimeroenelcombate:uno ibadelante, el cual era seguidopor los otros cuatrodos a dos. Iban loscincocaballerosmagníficamentearmados,yelmanuscritosajóndeWardourdedondehemossacadoestosdetalleshaceunacircunstanciadadescripcióndeloscolores,divisas,armas,gualdrapasyarreosconquesepresentaronenLapalestra caballeros y caballos. Nos ha parecido oportuno omitir estasparticularidades,porque,comodiceunpoetadeaqueltiempo.

Yasonpolvolosvalientes,

yorínsusnoblesaceros;

aquéllosenpazdescansan

enlasmansionesdelcielo.

Sus armas y escudos se desprendieron ya de los sólidos muros de sus

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fortalezas:éstassólosoneneldíaunmontónderuinas,oterrenoscubiertosdeverde césped, y su memoria desapareció de los sitios que antes ocupaban,porquedespuéshandesaparecidotambiénmuchasgeneracionesdeencimadela Tierra, que los ha olvidado, y en la cual ejercieran tiránicamente toda laplenituddesupoderfeudal.¿Quénecesidadtieneellectordesaber,pues,susnombresniloscaducossímbolosdesujerarquía?

Pero olvidados en aquel momento los caballeros de que sus nombres yhazañashabíande caer en el olvido, entraron en el palenque reprimiendoelardordesusfogososcorcelesyobligándolosamoversecongraciosalentitud,para ostentar así la destreza de los jinetes. Cuando llegaron al sitio delcombate rompieron el aire los ecos de una marcha oriental tocada porinstrumentos bélicos traídos de Tierra Santa y colocados a espaldas de Lastiendasdelosmantenedores.Estemarcialestrépito,entreelcualsedistinguíanlosplatillosycampanillas,servíaauntiempodebienvenidayamenazaaloscaballeros recién llegados. Los espectadores fijaron la vista en ellos en elmomento en que separándose fueron cada uno hacia los escudos de losmantenedores, tocando ligeramente en ellos con el cuento de la lanza. Nofaltaron espectadores, entre ellos algunas damas, que se disgustaron al verelegir a loscaballerosLasarmascorteses,porqueel sentimientoquecausanlasmuertesycatástrofesqueocurrenenetdíaennuestrastragediasproducenLa misma impresión en el ánimo de nuestros espectadores que en el deaquéllosLasdesgraciasefectivasocurridasenlostorneos.

Luegoquemanifestarondeestemodosuspacíficasintencionesseretirarona la extremidad opuesta, formándose en línea. A poco rato salieron losmantenedoresacaballodesusrespectivastiendas,capitaneadosporBriandeBois-Guilbert, y bajaron de la plataforma para colocarse cada uno de ellosdelantedelcaballeroquehabíatocadosuescudo.

Alsonidode trompetasyclarinespartieronagalope tendidounoscontraotros, siendo tal suerte y destreza de los mantenedores, que al primerencuentro fueron rodando por la arena los contrarios de Bois-Guilbert,MalvoisinyFrentedebuey.ElantagonistadeHugodeGrand-Mesnil,envezde asestar sugolpe al crestóno al escudode su enemigo, equivocó en talestérminosladirecciónquerompiólalanza,hiriéndolederefilónenuncostadodelaarmadura.Estacircunstanciaerareputadapormásdeshonrosaqueladequedardesmontado;porqueéstapudieraserhijadeundesgraciadoaccidente,al paso que aquélla sólo era el resultado de una completa impericia en elmanejodeLasarmas.Elquintodeloscaballerosfueelúnicoquesostuvoelhonordesucuadrilla,puesnosolamentesemantuvofirmeanteelcaballerodeVipont,sinoquerompióconéltreslanzas,sinpoderdecidirqueelunoganaseunaventajadeconsideraciónsobreelotro.

Seoyódenuevo lamarcialarmonía,que,mezcladacon losgritosde los

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espectadoresyLasaclamacionesde losheraldosanunciaba laderrotade losvencidosyeltriunfodelosmantenedores.Estosseretiraronasusrespectivospabellones, en tanto que aquéllos, izándose de la arena, salieron de la lizaavergonzadosparatratarconlosvencedoresacercadelrescatedeLasarmasycaballos,quedederecholespertenecíansegúnlasleyesdeltorneo.Elúltimocampeónfueelquesedetuvomás tiempoen lapalestra,a finde recibir losaplausosdelamuchedumbre,paramayorconfusióndesuscompañeros.

Otras dos cuadrillas pidieron sucesivamente campo, y se mantuvieronfirmesenLassillasendiferentesencuentros,aunqueinútilmente,puesalfinsedeclaró lavictoriapor losmantenedores.Las repetidasvictoriasporéstosarredraronalosdemáscampeones,ysólosepresentarontres,queobtuvieronigualresultado.Estohizoquepasaralargoratosinquenadiesepresentaseenla palestra. La detención causó mal efecto en la concurrencia, porqueconsideraban seguro el triunfo deMalvoisin y "Frente de buey", los cualeseranaborrecidosenelpaísporsualtanería,ylosdemás,exceptoGran-Mesnil,eranextranjeros.

PeroningunomanifestómásclaramentesudisgustoqueCedricelSajón,quesóloconsiderabaencadatriunfodeunnormandounanuevahumillaciónparaInglaterra.Nohabíasidoafecto,niaunensujuventud,alosejerciciosdeLaCaballería;pero,noobstante,habíadefendidoconvaloryconlasarmasenLamanolosderechosquelelegaronsusabuelos.

Viendo el triunfo de sus contrarios, dirigió ansiosamente la vista a suamigoAthelstane,expertoenelmanejodelasarmasnormandas,procurandoinvitarle en silencio a salir de una inacción que consideraba como culpable,puestoquenotratabadearrancarlavictoriademanosdelorgullosotemplario.Pero Athelstane era harto indeciso para corresponder al instante a lainsinuacióndeCedric.

—Milord—ledijoCedric—,lasuerteestádeclaradacontranosotros.¿Notratáisdetomarunalanza?

—Mañanatomaréparteenlamelé...¡Eltorneodehoynomerecequeunoseincomodeenponerselaarmadura!

Cedric recibió una nueva mortificación con esta respuesta, tanto por lapalabranormandameléqueusóAthelstane,yquetanmalsonabaenbocadeun sajón, como por el poco interés que tomaba en la derrota de suscompatricios. Pero era Athelstane, y el profundo respeto con que Cedric lomirabaahogóeljustoresentimientoqueesteincidentesuscitóenelánimodelfogosoCedric.Ibaacontestar;peroloimpidióWambadiciendo:

—¡Sin duda que esmuchomás glorioso ser el primero entre ciento queentredos!

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Athelstanetomócomounelogiotanirónicoinsulto;peroCedric,aquiennoseescondió lamaliciadelbufón, le lanzóunaseveramirada;yno lediomásevidentepruebadesudesagradoenconsideraciónalsitioyalaocasión.

Seguía la pausa del torneo, sin otra interrupción que las voces de losheraldos,quegritaban:¡Amoralasdamas;quiébrenselanzas;ánimo,valientescaballeros; los ojos de las hermosas os contemplan! A estas aclamacionesrespondió la música marcial dando señales de triunfo desde las tiendas decampaña,yconsusbárbarosecoscontinuabananunciandoelreto,quenadieaceptaba.Todosmurmuraban,yparticularmente losancianoscaballeros,quelo hacían en voz baja, acerca de la decadencia del valor en la generaciónmoderna, tan poco conforme con el valor que en sus tiempos reinaba en lajuventud. Pero esta falta de espíritu marcial la achacaban a la escasez dedamashermosas,queantesabundabanparacoronarconsus lindasmanos lafrentedesusvencedores.

YadeterminóelPríncipeJuanadjudicarelpremioaBriandeBois-Guilberty disponer que se sirviese el banquete de costumbre, porque encontró másrazónensufavor,puessinmudarlanzadesmontótrescaballeros.

Acababa la banda oriental una de sus sonatas de guerra, cuando un soloclaríncontestóalallamadadedesafío.Todoslosojossedirigieronalladodedonde salió el eco del clarín para ver quién era el nuevo campeón que sepresentaba en la liza. Se abrieron las barreras, y entró en la palestra unguerrero,elcual,porloqueparecía,apesardelaarmadura,eraunhombredemediana corpulencia y no muy fuerte ni robusto. Vestía una magníficaarmaduradebrillanteaceroembutidaenoro,yensuescudollevabapordivisaunatiernaencinadesarraigada,conunmoteespañolquedecía:desheredado.Montabaunhermosoy fuertecaballonegro,yaldar lavueltaalrededordelcircosaludóalPríncipeya lasdamasbajandola lanzahasta laarenacon lamayorgraciaysoltura.

La destreza con quemanejaba el brioso corcel y cierto aire juvenil quedenotabasutalante,legranjearonelfavordelamayoríadelosespectadores;tanto, que muchos de ellos, particularmente entre las clases inferiores, legritaban:¡TocadelescudodeRalfodeVipont,delcaballerohospitalario!¡Eselmenosfirmeenlasilla!¡Conésepodrássalirmejorlibrado!

En medio de estas advertencias marchaba el desheredado hacia laplataforma, y, con asombro de los espectadores, se dirigió al pabellón delcentroehirióconlapuntadelalanzaelescudodelcaballeroBriandeBois-Guilbert:estoindicabaqueelcombatedebíaseramuerte.Alresonarelgolpeen los cuatro ángulos de la palestra manifestaron todos los espectadores elmayorasombro,elcual,apesardesertangrande,nopudollegaraldelmismocaballeroretadoportanhostilseñalacombatedemuerte.

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—¿Oshabéis confesado?—preguntó el templario con amarga sonrisa—.¿Habéis oído misa esta mañana, vos que con tan poca ceremonia venís aexponerlavida?

—Mejor dispuesto vengo a morir que podéis estar vos —contestó eldesheredado, que sólo con este nombre se hizo inscribir en los libros deltorneo.

—¡Enesecaso,vea tomar tupuesto,ycontemplael solporúltimavez,queestanochehasdedormirenelParaíso!

—Agradezcotucortesía,y,encambio,teaconsejoquetomesotralanzaynuevocaballo,puesyotejuropormihonorquehasmenesterambascosas.

Después de haber dicho estas palabras con tono sereno y confiado fue atomarpuestoenlapalestrahaciendoquesucaballobajasehaciaatrástodoelespaciodelaplataformahastalaliza,lacualrecorriódelmismomodohastaelángulodelNorte,enelcualsedetuvoparaesperarasuantagonista.Elpúblicoaplaudióconelmayorentusiasmoaquellapruebaevidentedeladestrezaqueenequitaciónposeíaeldesheredado.

El templario empezó a prepararse para el combate; y si bien estabafrenético de cólera, no por eso dejó de tomar las precauciones que leaconsejara su adversario. Estaba tan comprometido su honor que no podíadesatenderse de ninguna circunstancia que pudiera ayudarle a vencer a uncompetidortanpresuntuoso.Portalesrazonesmudódecaballo,tomandounobriosoeintrépido,sehizollevarlamásfuertelanzadelastillero,y,porúltimo,susescuderoslepusieronenlasmanosunnuevoescudo,porqueeneltorneosehabíaabolladoalgúntantoelqueanteriormentelehabíaservido.Elprimerollevabapintadopordivisauncaballocondosjinetes,emblemaquerepresentalahumildadyprimitivapobrezade los templarios,y el segundo llevabaporemblema un cuervo a vuelo desplegado, con un cráneo en las garras, y unmotequedecía:¡Guardaelcuervo!

Luego que ambos caballeros estuvieron frente a frente los espectadoresguardaron un profundo y universal silencio, mirando a los dos con unaatención tan ansiosa que es imposible describirla. Todos los espectadoreshacíanvotosporeldesheredado;peroningunocreíaquevencieseaBriandeBois-Guilbert.

Apenasseoyóelcantodeguerradelosclarines,cuandolosdoscaballerospartieron de su puesto con la rapidez del relámpago y se encontraron en elcentrode lapalestra,con tanhorrorosogolpe,quesólopuedecompararsealestampidodel trueno.Las lanzasvolaronpor losairesenmenudaspiezas,yaun los jinetes amenazaron ruina; pues los corceles, sin poder resistir tandesaforadogolpe,sereplegaronydoblaronsobreelcuartotrasero.Peroambos

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caballerossesirvierontandiestramentedelabridaylasespuelas,quehicieronrecobrar a sus caballos el puesto que les correspondía. Los dos rivales semiraron con ojos que arrojaban fuego por las rejillas de las viseras de losyelmos, y, como de común acuerdo, volvieron riendas y fueron a ocuparnuevos puestos, en los cuales tomaron de mano de los asistentes nuevaslanzas.

Unánimesaclamacionespoblaronlosairesconsusecos,ehicieronverelinterésquetodostomabanportanbizarroencuentro.Deprontosesuspendióelalegreestrépitoyeltremolardefajasypañuelos,quedandoenunrepentinosilenciotodoelconcurso.Estaeraseñaldequeloscombatientesestabanensupuestorespectivo;yapenashabían transcurridoalgunosminutos,durante loscualesnopudieronrecobrarsedelencuentropasado,cuando,haciendonuevaseñalelPríncipeconsubastóndemandoydandolosclarinesporsegundavezel toque de ataque, con la misma velocidad y destreza que ese primerencuentroseunieronloscampeonesenmediodelapalestra;perocondiversoresultado.

Enestesegundochoqueeltemplariodirigiósulanzaalcentromismodelbroqueldeldesheredado,hiriéndolecontantaexactitudyfuerza,quelalanzasaltó pulverizada, siendo tal el empuje de Bois-Guilbert, que su adversariocedió hacia la grupa del caballo, pero sin la silla. También el campeóndesconocido asestó su golpe al broquel o escudo del templario; mientrascambiandorepentinamentededirecciónenelmismomomentodelchoque,ladirigióalyelmo,puntoinfinitamentemásdifícildeacertar;peroque,unavezacertado, inutilizabaal contrariocon la fuerzade suempuje.Apesarde tannotable desventaja sostuvo el templario su alta reputación, pues aunque sebamboleóenlasilla,nolahubieratalvezperdidosinohubiesenestalladolascinchasconlaviolenciadelporrazo,decuyacircunstanciaresultóquecaballoycaballerofueronrodandoporlaarena.

Desembarazarsedelosestribosycaballoyestardepieamenazandoconlaespadaasucontrario,fueparaelcaballerodelTempleobradeunminuto:talera laconfusiónqueenélocasionabasuderrotay lasaclamacionesqueportodas partes prodigaban a su contrario. El caballero desheredado echó pie atierra y desenvainó su acero; empero losmaestres de campo, apretando lasespuelas a sus caballos, se interpusieron, recordándoles que las leyes deltorneonopermitíanenaquellaocasiónysitioaquelgénerodecombate.

—¡Yanosencontraremosenpartequenohayaquienpuedadividirnos!—dijoeltemplarioarrojandosobresuadversariounamiradadefuego,intérpretefieldelairayelodioqueleinspiraba.

—Noseráculpamíasiesonoseverifica—contestóeldesheredado—.¡Apie, a caballo, con hacha, espada o lanza, siempre me hallarás dispuesto a

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combatircontigo!

Siguieranensuacaloradodiálogo,anoserporquelosmaestresdecampocruzaronentrelosdossuslanzasylosobligaronasepararse.Eldesheredadofue a ocupar su puesto, y Bois-Guilbert se retiró a su tienda, en la cualpermanecióelrestodeldíaentregadoalamásatrozdesesperación.

Sinbajarsedelcaballo,elvencedorpidióunvasodevino,ydesatandoelbarboquejooparteinferiordelyelmo,dijoenvozalta:

—¡Yobrindoalasaluddelosverdaderosingleses,yalaconfusióndelatiraníaextranjera!

Enseguidamandótocarunallamadadedesafío,yencargóaunheraldoquemanifestase a los mantenedores que su intención era justar con todos ellossucesivamente,enelordenquequisieranpresentarse.

Fiado"Frentedebuey"ensufuerzayensugigantescaestatura,pidiósalirel primero a la palestra. Llevaba un fuerte escudo con una cabeza negra debuey sobre campo de plata, muy deteriorado por el prodigioso número degolpesquehabíarecibido.Encimadeellasedivisabaelarrogantemote,queen latín decía: Cave adsum; es decir, ¡Cuidado; heme aquí! El desheredadoobtuvo sobre este caballero una ventaja ligera, pero decisiva: los dosquebraron lanzas con gallardía y acierto;mas Frente de buey fue declaradovencido,porqueperdióunestriboenunodelosencuentros.

No fuemás desgraciado el desconocido caballero en su combate con sirFelipedeMalvoisin,aquienhiriótanfuertementeenelyelmoquesaltaronlashebillas, y si no llegó a medir la tierra, fue porque, libre del yelmo, pudomanejarconmenosdificultadsucaballo;peroquedóvencido.

DondedemostróeldesheredadoquéeratancortéscomovalientefueenelencuentroquetuvoconsirHugodeGrandMesnil.Elcaballodeésteeraunfogosopotro,elcualarrancósucarreracontanextraordinariaviolencia,quelefue imposible al caballero hacer uso de su lanza, ni aun darle dirección. Eldesheredado, bien lejos de aprovechar tan desgraciada circunstancia para sucontrario,alzósulanza,pasándolaporencimadelyelmodesuadversario,ydandoaentendercontannobleacciónquenohabíaqueridoherirle.Volvióasupuesto,desdeelcualinvitóalcaballerodeGrand-Mesnilpormediodeunheraldoaunsegundoencuentro;peroaquelcaballerolorehusó,diciendoqueseconfesabatanvencidopordestrezacomoporlacortesíadesuadversario.

RaubdeVipontfueelúltimoquesepresentóenlapalestra,ysaliódelasilladelmismomodoqueelpastor arrojaconmortal silbido lapiedrade lahonda. Comenzó a arrojar sangre por boca y narices, y sus escuderos locondujeronasutiendasinsentido.

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Con entusiásticas aclamaciones recibió el público la noticia de que elPríncipe y losmariscales del torneo habían declarado unánimemente que elcaballerodesheredadoeraelúnicoquemerecíaelhonordeaqueldía,porlocualfuenombradovencedor.

IX

Los maestres de campo, Guillermo de Wyvil y Esteban de Martivalpasaronlosprimerosafelicitaralcaballerodesheredado,rogándolealmismotiempoquelespermitiesedesabrocharleelyelmo,oalmenosalzarlelavisera,paraserconducidoarecibirdemanodelPríncipeJuanelpremiodeltorneo,que tan bien había ganado. El vencedor rehusó ambas cosas con la mayorcortesía,recordándoleslasrazonesquehabíaexpuestoalosheraldosantesdeentrar en la liza. Losmaestros de campo se dieron por satisfechos con estarespuesta,porqueenaquellos tiemposeramuycomúnentre loscaballeroslapromesadevivirincógnitosduranteciertotiempoohastallevaracaboalgunaaventura. Por eso no insistieron los maestros en su demanda, y pasaron aanunciaralPríncipeJuanqueelvencedordeseabanoserconocido,ypidieronpermisoparapresentarloaSuAlteza.

EstemisterioexcitóvivamentelacuriosidaddelPríncipe,que,disgustadodeantemanoporquehabíansidoderrotadostodosloscaballerossusfavoritosporunsoloydesconocido,mirabaaésteconciertaprevención.Porestasolarazóndijoconaltaneríaalosmaestrosdelcampo:

—¡Por laSantaVirgen,queel talcaballeroparece tanescasodecortesíacomodebienesdefortuna!Milores—añadióhablandoalospersonajesdesucomitiva—,¿nopodréisadivinarquiénseaesecaballeroquecontanextrañamaneraseconduce?

—Noseréyoquienacierte—contestóDeBracy—,porquenuncaentróenmis cálculos que se hallara en medio de los cuatro mares que circundan aInglaterrauncampeóncapazdevenceraloscincomantenedores.¡Pormife,que no puedo olvidar lamanera con que arrojó al suelo aRalfo deVipont!¡Comopiedradespedidadelahondasaliódelasillaelpobrehospitalario!

—¡Noalabéisesegolpe—repusouncaballerodeSanJuan—,porquenofuemásdulcelasuertedevuestroamigoeltemplario!¡Tresveceslevirodar,yafemíaquetomabaapuñadoslaarena!

DeBracyerapartidariode loscaballerosdelTemple,por loquehubierareplicado,anohaberseinterpuestoelPríncipediciendo:

—¡Silencio,caballeros!¿Aquévieneeseinútildebate?

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—Elvencedor—dijodeWyvil—esperalavoluntaddeVuestraAlteza.

—Mi voluntad es... que espere hasta que encontremos una persona quepuedadecirnossunombreycondición.Despuésdelafaenaquehatraídotodalamañana,bienpuedeaguardarhastalanochesintemordeconstiparse.

—VuestraAlteza—dijoFitzurse—nohonrarádebidamentealvencedorsiledetienehastaadquirirnoticiasquenosonfácilesdeencontrar.Almenosyono encuentro dato alguno para fundar mis conjeturas. Como no sea eldesconocidoalgunabuenalanzadeLasqueacompañaronalreyRicardoalaTierraSanta...PorqueyavanregresandoaInglaterra.

—Tal vez será el conde de Salisbury—dijo De Bracy—, que es de lamismaestaturaqueeldesheredado.

—Másbien será sirTomásdeMultou, el caballerodeGisland—replicóFitzurse—.Salisburyesmuchomáscorpulento.

—PuedehaberenflaquecidoenPalestina—repusoDeBracy.

—¿Si será el Rey en persona?—dijo una voz que nadie notó de dondehabíasalido—.¿SiseráelmismoCorazóndeLeón?

—¡No lo quiera Dios! —exclamó involuntariamente el Príncipe, pálidocomolamuertey temblorosocualsi lehubieraaterradoel terrible fragorderepentinotrueno—.¡Waldemar,DeBracy—prosiguió—,valientescaballeros,osrecuerdolaspromesasdemantenerosfirmesyleales!

—Porahoraestamosfueradetodoriesgo.¿Habéisolvidadolasatléticasymembrudas formas de vuestro hermano? ¿Podéis pensar que el cuerpo deRicardo quepa en los límites estrechos de aquella armadura? De Wyvil,Martival,acercadelvencedoraltronodelPríncipeparadesvanecerlasdudasquelehanhechosaliralrostroloscolores.MíreledecercaVuestraAlteza,ynotaráquetienetrespulgadasmenosdeestatura,yqueasimismolefaltanseisparasertananchodehombroscomoelRey.Nohubieraaguantadoelcaballodel desheredado más de una carrera si hubiera llevado por jinete al reyRicardo.

AúnestabahablandoWaldemar, cuando llegóel caballeroconducidoporlosmaestresdecampo.Tan turbadoestabaelPríncipeal considerarqueeraposible que hubiera regresado ya a Inglaterra un hermano a quien tantosfavoresdebíayconquientanfementidoeingratosehabíamostrado,quenoquedó convencido a pesar de ver comprobadas las razones que le dieraFitzurse.Altiempoquepronunciabaciertasbrevespalabrasalabandoelvalordel desheredado y mandaba que le entregasen el caballo que servía degalardón, temblabaextraordinariamente, temiendoquede lavisera saliese lasonoravozdelformidableCorazóndeLeón.

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Maselcaballerovencedornopronunciópalabraalguna,contentándoseconhaceralPríncipeunaprofundareverencia.

Dos escuderos magníficamente vestidos condujeron el caballo, cubiertocon un suntuosísimo arnésmilitar; pero este rico adorno nada aumentaba elprecio del magnífico caballo. El desheredado puso la mano sobre el arzóndelantero, y de un salto se puso sobre la silla, sin servirse del estribo;Enseguidablandiólalanzaconlamayordestreza,yrecorriendodosveceselcírculo que formaba la palestra hizo lucir la hermosura y el vigor delmagníficocorcelcontodalainteligenciadeunperfectojinete.

Pudieraatribuirseestaostentaciónaldeseodehacerbrillarsudestrezaenla equitación; pero todos creyeron que el único objeto que se propuso elcaballero al dar aquella pública muestra de su pericia fue hacer lucir lamunificenciadelPríncipe,quecontanricopresentelehabíafavorecido.Porambasrazones,sinduda,aplaudieronconelmayorextremoaldesheredado.

AestetiempohablóciertaspalabraselpriorAymeraloídodelPríncipe,afin de recordarle que el campeón debía dar una prueba de su buen gustoeligiendo entre tanta hermosa dama la que debía ocupar durante aquellasfiestasel tronodelabellezaydelosamores,reinaquedebíacoronarporsumano al vencedor del segundo día.Con este oportuno recuerdo, el Príncipehizounaseñaconsubastóndemandoaltiempoqueibaapasarpordelantedeélelcaballerodesheredado.Esteparódepronto,bajóhastaalsueloelhierrodesulanza,ypasórepentinamentedelestadodeunaextraordinariaagitaciónaldeunaestatuaecuestre.

Losespectadoresnopudieronmenosderepetirestrepitososaplausosporlaadmirable fuerza y prontitud con que supo reducir al fogoso caballo de laviolenciadelgalopetendidoaunestadodeabsolutainmovilidad.

—Señorcaballerodesheredado—dijoelPríncipe—,puestoqueesésteelúnicotítuloqueporahorapuedodaros:unaprerrogativadevuestrotriunfoesladeelegirlabelladamaquedebepresidirlafiestademañanacomoreinadelamorydelabelleza.Sisoisextranjeroenestepaís,nollevaréisamalqueosindiquequeladyAlicia,hijadenuestrovalientecaballeroWaldemarFitzurse,es labellezaqueocupaelprimerpuestoennuestracortehace largo tiempo.Noobstanteestaadvertencia,comoesprerrogativavuestraeldarestacoronaaquienmejoros agrade, será completay admitida la elecciónquehagáis, seacualquieralanobledamaenquienrecaiga.Levantadvuestralanza.

Obedeció el caballero, y el Príncipe colocó en la punta una elegantediadema con un círculo de oro, sembrado alternativamente de corazones ypuntasdeflechas,aguisadelasbolitasyhojasdefresaqueornanlacoronaducal.

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AlindicarelPríncipealcaballeroquepodíaelegiralahijadeWaldemarFitzurse dejó manifiesta la mezcla de presunción, astucia, desidia y bajezapropiasdesucarácter.PorunapartequisohacerolvidaraloscortesanossuschanzaspocodecentesacercadelajudíaRebeca,yporotraquisolisonjearlavanidaddelaltivoFitzurse,dequienteníadesconfianza,yauntemor,porqueerasumásnecesariofavoritoyhabíavariasvecesdesaprobadolaconductadelPríncipe en las ocurrencias de aquellamañana.Tambiéndeseaba captarse elafecto de lady Alicia, porque no era menos licencioso que afecto a laambición. Pero el deseo que le dominó completamente al hacer aquellaadvertenciaaldesheredado,aquienmirabaconinvoluntariarepugnancia,fueeldesuscitarcontraelcampeónelresentimientodeFitzurse,si,comoeramuyfácil,noelegíaladamaquelehabíasidoindicadaporelPríncipe.

Enefecto;elvalientecampeónpasópordelantedeladyAliciadeFitzurse,que mostraba entonces todo el orgullo de una beldad que no teme que laeclipseotraalguna.Elcaballeroibasujetandoelpasodelpreciosocaballo,yexaminandodetenidamenteunaporunalasdamasqueformabantanhermosoconjunto.

Erandignosdenotarselosademanesdelasladiesqueadornabanlagalería.Unasmanifestabanensurostroelmásvivocarmín;otrassearmabandeunaseriedad imperturbable; otras fijaban la vista a larga distancia, como si nohubieran reparado en el campeón, y algunas sonreían con afectadaindiferencia. No faltaron algunas que ocultaron el rostro con el velo; pero,segúnelmanuscritoquenossuministraestosdetalles,eranhermosurasañejas,quehabían recibido aquelloshomenajes en suprimera juventud, por lo cualrenunciabansusderechosaltronoenfavordelasnuevashermosas.

PorfinelvencedordetuvosucaballodelantedelbalcónenquesehallabaladyRowena,y losojosde todos loscircunstantesse fijaronalmomentoenella.

Esprecisoconvenirenquesielcaballerohubierapodidoconocerlosvotosque en su favor formaban los que ocupaban aquel balcón, esta solacircunstancia le hubiera hecho preferir a aquella dama. Porque Cedric elSajón, fuera de sí de gozo al ver el desastre de sus desatentos vecinosMalvoisinyFrentedebuey,asícomo tambiéneldeBriandeBois-Guilbert,habíaestadodurantelosreiteradosencuentrosconlamitaddelcuerpofueradela barandilla, siguiendo con susmiradas y ademanes todos losmovimientosdel héroe que los había derrotado.El interés de ladyRowena no había sidomenos vehemente, aunque más disimulado; y aun el indolente Athelstanehabíamostradoalgomásdeenergíaapurandounagrancopadegenerosovinoenhonordelcaballerodesheredado.

Debajodeaquellagaleríasedivisabaungrupoquenohabíadadomenos

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pruebasdeinquietudduranteelcombate.

—¡PadreAbraham!—dijoIsaacdeYorkalencontrarseeltemplarioconeldesheredado—.¡Dequémodotrataalpobrecaballo!¡Éles,hijamía!Observaelportenobleyvalientedeesenazarenopero¡quépococuidadeuncaballoqueatantacostahasidoconducidodesdelasarenasdelaArabia!¡Lomismole trata que si le hubiera hallado en medio de un camino! ¡Y la costosaarmadura que tantos cequíes ha costado a José de Pereira, el deMilán, sincontarelsetentaporcientodeganancia!

—Pero,padremío—dijoRebeca—,¿cómoqueréisquetengacuidadodesu armadura y caballo, cuando tanto necesita con su cuerpo, expuesto a tanterriblesgolpes?

—¡Hija—contestó Isaac—, túnoentiendesdeeso!Losmiembrosde sucuerposonsuyos,ypuedehacerdeellosloqueleacomode;peroelcaballoylaarmadurasonde... ¡BienaventuradoJacob!¿Quées loqueyoibaadecir?¡No, no; excelente mancebo! Observa, Rebeca: ahora va a pelear con elfilisteo. ¡Ruega a Dios que le saque con bien, y... también a su caballo yarmadura! ¡Dios de Moisés! ¡Ganó y el filisteo incircunciso ha cedido alempujedesulanza,comoOg,reydeBashan,ySihon,reydelosAmonitas,sucumbieronbajolasarmasdenuestrospadres!¡Nohayduda;suyossonlosdespojos del vencido! ¡El oro, la plata, el caballo, la armadura de bronce yacero!

Con igual ansiedad observó el judío todas las demás ocurrencias deltorneo, sin perder ocasión de calcular la ganancia que podía resultarle aldesheredadodecadacombateenquesalíavictorioso.

Sea por efecto de indecisión o por otromotivo, el campeón semantuvoinmóvilporespaciodealgúntiempo,entantoquesinrespirarobservabanlosespectadores el más imperceptible de sus movimientos. Poco después seadelantórespetuosaylentamentehaciaelbalconcilloycolocólacoronaquellevaba en el hierro de la lanza a los pies de la hermosa lady Rowena. Almomentoresonaronlosclarines,ylosheraldosproclamaronalabellasajonareina de los amores y de la hermosura para la fiesta del siguiente día,amenazando con graves penas a los que no acatasen debidamente sumomentánea autoridad. Enseguida exclamaron; ¡Generosidad, generosidad,valientescaballeros!Cedricfueelprimeroque,llenodeorgulloysatisfacción,derramóprofusamenteeloroy laplata,Athelstane le imitó;pero tardóalgomásendecidirse.

El triunfode ladyRowenaexcitómurmullosentre lasdamasnormandas,que nunca habían sido pospuestas a las sajonas, así como los caballeros deigualdescendencianoestabanacostumbradosasucumbirbajolalanzadeunsajónen losheroicosejercicios inventadospor losmismosnormandos.Pero

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este descontento quedó ahogado entre los populares gritos de: ¡Viva ladyRowenalegítimareinadelamorydelabelleza!;yaunañadieron:¡Vivanlospríncipessajones!¡VivalailustrefamiliadelinmortalAlfredo!

ApesardelodesagradabledeestasvocesparalosoídosdelpríncipeJuany sus cortesanos, le fue forzado confirmar el nombramiento del vencedor.Enseguidamontóenunsoberbiocaballo,yacompañadodesucomitivaentróenelpalenque;cuandollegóalsitioqueocupabaladyAlicialedirigióalgunosgalantescumplimientos,ydijoalosquelerodeaban:

—¡Porelsantodeminombre,quesilashazañasdeesecaballeropruebanqueeshombredevalor,suelecciónmanifiestaclaramentesupropiogusto!

Enestaocasión,comoentodasuvida,tuvoelPríncipeladesgraciadenoconocer el carácter de aquellos cuyo afecto deseaba granjearse. WaldemarFitzursesemortificóalescucharlafranquezaconqueJuanSinTierraemitiósuopiniónconrespetoaldesairequesuhijaAliciahabíarecibido;asíesquecontestóalPríncipe:

—DetodoslosderechosquedalaCaballería,ningunohaymásprecisonimásinviolablequeelquetienecadacaballerodefijartodossuspensamientosen la dama que ha sabido cautivar su corazón. No tiene mi hija privilegioalgunodequelasotrasdamasnopuedandisfrutar;perosujerarquíayesferanolatendráexpuestaamendigarloshomenajesquelesondebidos.

El Príncipe nada contestó a tan disimulada reconvención; apretó lasespuelasasucaballotratandodeocultarsubochorno,ydeunligerosaltosecolocóenlagaleríaqueocupabaladyRowena,lacualteníaaúnalospieslacoronadelmismomodoqueladejaraelcaballerovencedor.

—Recibid—ledijo—,hermosaseñora,elemblemadevuestrasoberanía,quenadieconmássinceridadqueyoreverenciayacata.Siosdignáishonrarel banquete que hemos dispuesto en el palacio de Ashby, en compañía devuestro noble padre y amigo, tendremos el honor de admirarmás cerca losatractivosdelasoberanaaquienhemosdededicarmañananuestrosservicios.Rowenanadacontestó;másCedricrespondióensajónlosiguiente:

—LadyRowenadesconoceel idiomaenquedebieracon testaravuestracortesía y presentarse dignamente al banquete a que os dignáis invitarla. ElnobleAthelstaneyyonoconocemostampocootroidiomaqueeldenuestrospadres:porconsiguiente,nopodemosaceptarvuestrofavor.Noobstanteesto,mañana ocupará lady Rowena el puesto que ha sido llamada por la libre yespontánea elección del caballero vencedor, que ha sido confirmada por lasreiteradasaclamacionesdelpueblo.

Dichoestolevantóladiadema,ylacolocóenlassienesdelabellasajonaenseñaldequeaceptabalaautoridaddereinadeltorneo.

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—¿Qué ha dicho? —preguntó el Príncipe afectando que desconocía lalenguasajona,apesardequelahablabatanbiencomolanormanda.

VariosdesuscortesanosseapresuraronarepetirleenfrancéslaspalabrasdeCedric.

—¡Estábien!—contestó—.¡Mañanacolocaremoseneltronoaestareinamuda! Y vos, señor caballero, ¿tendréis la bondad de acompañarme en lamesa?

El caballero desheredado rompió por primera vez el silencio, y con vozbajaybreves razones rehusócortésmente laofertadelPríncipe, alegando lamuchafatigaquelehabíanocasionadolosreiteradosencuentrosdeaqueldía,yquedeseabadescansarparahallarsedispuestoalcombatedelsiguiente.

—Como gustéis —respondió el Príncipe con visible enejo—. No estoyacostumbrado a sufrir tanta repulsa. Sin embargo, procuraré comer bien,aunque no se dignen acompañarme el campeón victorioso ni la electasoberana.

Al momento salió de las barreras seguido de su numerosa y brillantecomitiva,yelconcursoempezóadispersarse.

Los resentimientos inseparables del orgullo ofendido agitabanterriblementeelespíritudelPríncipe,aúnmásamargoscuandoseencuentranunidosalconocimientodelaspropiasfaltas.

Pocos pasos había caminado, cuando fijó sus ceñudas miradas en elarquero que por lamañana le había irritado, y dirigiéndose al centinela quemáscercaestaba,ledijo:

—¡Cuidado;noledejesescapar!

El robusto montero toleró la irritada vista del Príncipe con la mismainalterablefirmezaquehabíamanifestadoporlamañana.

—No tengoánimo—dijo—demarchardeAshbyhastapasadomañana.Deseovercómoseportanlostiradoresdelpaís,porqueloshaybuenos.

—¡Veremos —contestó el Príncipe dirigiéndose a los de su comitiva—cómoseportaélmismo!¡Ycarahadecostarlelafunciónsisuhabilidadnoestantacomosuinsolencia!

—¡Ya no es tiempo—dijo De Bracy— de hacer un ejemplar con esosvillanos!

WaldemarFitzurse,queprobablementeconocíacuánmalefectoproducíanen el pueblo inglés estas imprudencias del hermano de Ricardo, guardósilencioysecontentóconencogersedehombros.ElPríncipesiguiósucaminohacia el palacio deAshby, y un cuarto de hora después se había dispersado

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totalmenteelconcurso.

Cruzabanlosespectadoreslallanuraencuadrillasmásomenosnumerosas,segúnlospuntosaquesedirigían.Lamayorparteencaminabansuspasosalaciudad de Ashby, porque muchos eran distinguidos personajes que al ir altorneo habían cuidado de tener dispuesto alojamiento en el castillo o en lascasasdelosprincipaleshabitantesdelaciudad.

Aestaclasepertenecíanalgunosdeloscaballerosquehabíantomadoparteen el torneo de aquel día y varios de los que se disponían a pelear en elsiguiente:todoshablabandelasocurrenciasdelajusta,yeransaludadosporelpueblo con entusiasmo. También vitorearon al príncipe Juan, porque elnúmeroybrillantezdesuacompañamientodeslumbraba.

Mássinceros,generalesybienmerecidosfueronlosaplausosquedetodaspartes prodigaban al caballero vencedor; tanto, que, deseoso de evitar lascuriosas miradas del público, entró en uno de los pabellones colocado a laextremidaddelapalestra,cuyousohabíasidoofrecidoconlamayorcortesíaporlosmaestresdecampo.

Entoncesseretirarondesesperadosloscuriososquelehabíanseguidoconelobjetodeexaminarledecercayformarconjeturasacercadequiénpodíasertanmisteriosocaballero.

Al extraordinario alboroto ocasionado por tanta diversidad de gentesreunidas en un solo punto sucedió el distante y confuso murmullo de lasfamiliasyamigosquereunidossealejabanportodosloscaminos.Aestesordorumor sucedió un sepulcral silencio, interrumpido por los operarios querecogían las alfombras y almohadones de las galerías, y que alegrementedividían los restosde losmanjaresy refrescosdequesehabíanprovisto losespectadores.

A cierta distancia de las barreras se habían erigido algunas fraguas, y alanochecer comenzó a sentirse el martilleo de los armeros que habían deocuparse toda la noche en reparar las armaduras que habían sufrido en losencuentros de aquel día y habían de resistir algunos más en el torneo delsiguiente.

Ungruesodestacamentodehombresdearmasse relevabadedosendoshoras,elcualsemantuvotodalanochecustodiandoellugardelcombate.

X

Apenashabíaentradoensutiendaelcaballerodesheredado,cuandosele

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presentaron gran número de pajes y escuderos ofreciéndole su asistencia,nuevaarmaduraylonecesarioparatornarunbaño.Talvezlacuriosidadloshacíamanifestarseaúnmáscelososdeservirle,pueserageneraleldeseodeconoceralincógnitohéroequetantostriunfoshabíaconseguido,yqueniaunpor ambición de gloria había alzado la visera para que le conociesen.Másquedósinefectosuobsequiosaoficiosidad.Elcaballerorehusósusservicios,contentándose con su escudero, que parecía tan incógnito como su amo,puesto que, vestido con una grotesca túnica, ocultaba el rostro con un grangorrodepielesalanormanda.

Cuandosalieronde la tienda losescuderosypajesempezóelcaballeroaaligerarsedelasduraspiezas,ayudadoporelnormandoescudero;luegotomóalgunos manjares y vino, de que tenía no poca necesidad después de tantafatigayesfuerzo.

Aúnnohabíaacabadodetomarelligerorefrigerio,cuandoelescuderoledijoquecincohombresquellevabandeldiestrocincocaballospedíanpermisoparahablarle.Elcaballeroestabacompletamentedesarmado;perovestíaunasobrevestaconcapuchacomolaqueusabantodoslossujetosdesuclase.Lanocheibayaentrando,yél,apesardeesto,secubrióelrostroconlacapuchaymandóquepasaranasutiendalosqueverledeseaba.

Enelmomentoquelosvioconocióporlaslibreaspardasynegrasqueeranloscincoescuderosdeloscaballerosmantenedores.Cadaunoconducíaporlabrida el caballo de su respectivo señor, y sobre el dorso de cada corcel ibacolocadalaarmaduraqueleshabíaservidoenelcombate.

—ConformealasleyesdelaCaballería—dijoelprimero—,yoBalduinodeOilcy,escuderodeltemiblecaballeroBriandeBois-Guithert,ospresentoavos,queosdenomináis el caballerodesheredado, el caballoy armaduraquehanservidoadichoseñorenelpasodearmasdeestedía,dejandoavuestravoluntadelquedaronconunoyotroyfijarsurescate,segúnosdictevuestronobleánimo.Taleslaleydelasarmas.

Losotroscuatrorepitieronigualmensaje.

—Avosotroscuatroosdaréunamismarespuesta—contestóelcaballero—. Decid a vuestros nobles y valientes señores que me encomiendo a suestimación,yquenuncaserámi intenciónprivarlosdesusarmasycaballos,que no podrán estar empleados enmás dignos y valientes caballeros. Aquíquisiera terminar mi discurso; pero soy verdaderamente un caballerodesheredado, como indica mi divisa: por tanto, me veo en la necesidad desuplicarles que rescaten caballos y armaduras según su cortesía les dicte,porqueniaunpuedodecirqueesmíalaqueheusadoeneltorneo.

—Estamos autorizados —dijo el escudero de "Frente de buey"— para

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ofreceroscadaunociencequíes.

—Lamitaddelasumahastaparasatisfacermisnecesidadesmásurgentes.La otra mitad se dividirá en dos partes; una para vosotros, y otra para losheraldos,músicosydemásasistentesdeltorneo.

Losescuderossaludaronrespetuosamentealcaballerodándolegraciasporsugenerosidad,pococomúnentre loscampeones.EnseguidaeldesheredadosedirigióalescuderoBalduinodeOileyyledijo:

—NoaceptoarmasnirescatedevuestroamoelcaballeroBriandeBois-Guilbert.Decidledemipartequenuestrocombatenoestáterminado,nipuedeestarlo sino cuando hayamos combatido con lanza y espada, puesto quehabiéndomeéldesafiadoauncombateamuerte,nopuedoolvidarlo;ydecidleademás que no lo miro como a sus cuatro compañeros, pues con éstosalternaréentodoslosactosdecortesía,sinocomoaunhombreaquiendeboconsiderarcomomortalenemigo.

—Mi amo —respondió Balduino— sabe pagar un desprecio con otrodesprecio;unacortesíaconotracortesía.Puesquerehusáisrecibirdemiamoelmismo rescatequehabéisadmitidode losotroscaballeros,dejaréaquí sucaballoysuarmadura,porqueestoymuysegurodequenuncaquerráservirsedeéstanimontaraquél.

—Habéishablado,escudero,muybienyconlafirmezaquecorrespondeaquien habla en nombre de su señor ausente.Mas, sin embargo, no dejéis elcaballo ni las armas; volvedlas a vuestro amo; si rehusare recobrarlas,guardadlasparavospuesquehabiéndolasconquistadoyooslaregalo.

Balduinohizounreverentesaludoalcaballerodesheredadoyseretiróconsuscompañeros.

—Ybien,Gurth—dijoelcaballero—;yavesquehesustentadolagloriadeloscaballerosingleses.

—Y yo—replicóGurth—, aunque soy un pobre guardapuercos, ¿no hedesempeñadoperfectamenteelpapeldeescuderonormando?

—Muy bien; pero temomucho que ese aire y esas maneras que te sonnaturalestedescubranalgunavez.

—¡Bah!ElúnicoquepodráreconocermeserámicamaradaWamba,yésenosésiesmáslocoquemaligno.Entretanto,nohepodidomenosdereírmecuando vi pasar cerca de mí a mi antiguo amo, al considerar que está tancreído de que Gurth se halla cuidando sus ganados en los bosques deRotherwood.Perosisoydescubierto...

—Yasabes,Gurth,loqueteheprometido.

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—Aunquemecostaralavida,nofaltaréaunamigo.Tengotanduralapielcomounverraco,ynomeasustanlospalos.

—Créeme,Gurth:yoterecompensarédelriesgoquecorresportulealtad,yentretanto,tomaesasdiezpiezasdeoro.

—¡Un millón de gracias! —respondió Gurth guardando el oro en elbolsillo y exclamando—: ¡Estoy más rico que lo estuvo nunca unguardapuercos!

—Toma —le dijo el caballero— ese talego; marcha a Ashby, averiguadóndeviveIsaacdeYork,entrégaleelcaballoquemeproporcionóprestado,ydilequesepaguedelimportedelaarmadura,quetambiénmedieronbajosupalabra.

—¡No,porSanDustán;noharétal!

—¡Cómo,Gurth!¿Desobedecerásmisórdenes?

—No,señor,cuandosean justas, razonables, talesquepuedauncristianoejecutarlas;ynadadeesotienelaqueacabáisdedarme.¡Buenofuerapermitirque un judío se pague por sumano! Eso no sería justo; sería engañar amiamo.Yvedaquícómonoesnirazonable,nijusto,nicristiano,puesseríalomismoquedespojaraunfielcreyenteparaenriqueceraunjudío.

—Tenpresentequequierotenerlocontento.

—¡Confiadenmí!—replicóGurthponiendoeltalegodebajodesucapaysaliendodelatienda—.¡Malhayayosinolecontentodándolelacuartapartedeloquemepida!

YdiciendoestosedirigiócontodadiligenciaaAshhy,dejandoalcaballerodesheredadoenlibertaddeentregarseaseriasydesagradablesreflexiones,dequeahoranoesoportunohablar.

Trasladaremos la escena a Ashby, o más bien, a una casa de campoinmediata,pertenecienteaunricojudío,enlaqueRebecaysuscriadashabíanestablecidosualojamientoconformealahospitalidadqueejercenmutuamenteentre sí los judíos con tanta generosidad cuanta es, por el contrario, laambiciónconquetratanaloscristianos.

Enuncuartoreducido,peromagníficamenteamuebladoalgustooriental,estaba Rebeca sobre almohadones bordados colocados en una tarima pocoelevadaque rodeaba la sala,y formabanunaespeciedesillasde respaldoalestiloespañol.DesdeaquelpuntoRebecaseguíaconmiradasllenasdeternurafilial los movimientos de su padre, que paseaba la sala con aire abatido yconsternadotanprontojuntandolasmanos,tanprontomirandoalcielocomohombrequesehallaagitadoporgranpesadumbre.

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—¡Bienaventurado Jacob! —exclamó—. ¡Oh vosotros, los santospatriarcas, padres de nuestra nación! ¡Qué desgracia para un hombre queconstantemente ha cumplido con la más rígida escrupulosidad la ley deMoisés!¡Cincuentacequíesarrancadosdeungolpeporlasuñasdeuntirano!

—Pero, padre mío —dijo Rebeca—, me parece que habéis dado porvuestravoluntadesedineroalPríncipe.

—¡Voluntariamente! ¡Caigan sobre él todas Las plagas de Egipto!¡Voluntariamente!¡Sí;detanbuenaganacomoarrojabapormismanosalmarenelgolfodeLiónmismercancíasporaligerarelnavíoenqueveníamosparaquenosesumergiese!¡Mistelasdesedaspreciosastapizabanlasolas,ymisvasospreciososdeoroyplata fueron a aumentar las riquezasdel fondodelmar! ¿No era aquel un momento de angustia inexplicable, aunque por mispropiasmanoshacíaelsacrificio?

—Pero se trataba, padre mío, de salvar nuestra vida, y después habendecidoelDiosdeIsraelvuestrosinteresesyoshacolmadoderiquezas.

—Pero si el tirano vuelve a meter la mano, como lo hizo esta mañanadespojándomeenteramente,ymeobligaareír...¡Ohhijamía!Somosunarazaerranteydesheredada;perolamayordenuestrasdesgraciasesquecuandonosinjurian,cuandonosroban,todosseríen,ynonosquedaotrorecursoquelapacienciaylahumildad,aunquedebíamosvengarnosconvaloryfirmeza.

—¡No digáis eso, padre mío! También tenemos nuestras ventajas. EstosgentilestanimplacablesytancruelesdependenenalgunamaneradeloshijosdeSión, tandespreciadosyperseguidos.Sinel recursodenuestras riquezas,nopodríanhacerfrentealosgastosdeunaguerranialostriunfosdelapaz:eldineroquelesprestamosvuelvecongananciaanuestroscofres.Somoscomoel césped, que nunca estámás florido que cuando se ve atropellado.Buenapruebaeslafiestadehoy,quenohubierapodidocelebrarsesinelauxiliodelospobresjudíosquehanprestadoeldineroparalosgastos.

—¡Acabas,hijamía,detocarunacuerdaquesuenamuymalenmisoídos!¡Ese hermoso caballo, esa rica armadura son parte de mis ganancias en elnegocio que he hecho por mitad con Kirgath Jairam, de Leicester, yconstituyenlatotalidaddemisutilidadesdeunasemana;esdecir,elintervalodeunoaotrosábado!¡Quiénsabesitendrátanmalresultadocomoloselectosque tuvequearrojaralmar! ¡Pérdidasobrepérdida! ¡Ruinasobreruina!Sinembargo, acaso acabará mejor este negocio, porque ese hombre me parececaballerodehonor.

—Sinduda,padremío.¿Oshabéisolvidadoelbeneficioqueosdispensóesecaballeroextranjero?

—Yolocreo,hijamía,ycreo tambiénen lareconstruccióndeJerusalén;

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perocon tanta razónpuedoesperarverconmispropiosojos lasparedesdelnuevo templo, como ver a un cristiano... al mejor de todos los cristianos...pagarunadeudaaunjudíosintenerantesalavistaeltemordelaprisiónydeloscerrojos.

Continuaba agitado su ánimo; y viendo Rebeca que sus esfuerzos paraconsolarle sólo servían para darle nuevosmotivos de sentimiento, calló porprudencia: conducta muy sabía que aconsejamos a todos los que quieranconsolaroaconsejaraotros.

Acababade anochecer, cuandoun criado judío entró en el cuartoypusosobrelamesadoslámparasdeplatallenasdeaceiteperfumado,entretantoqueotrosdoscriadosllevabanunamesadeébanonegroincrustadadeadornosdeplataycubiertaconrefrescosyvinosexquisitos;porquelosjudíosdeningúnmodoasussolassonenemigosdellujo.

Unodeaquellosdoscriadosanuncióalmismotiempoqueunnazareno(asínombranlosjudíosaloscristianos)queríahablarle;ycomotodoeltiempodelcomerciante es del público, dejó Isaac sobre lamesa, sin haberla tocado, lacopallenadevinodeGreciaqueteníaenlamano,yencargandoaRebecaqueseechaseelvelo,mandóqueentraseelquelobuscaba.

ApenasRebecatuvotiempodecubrirsesurostroencantadorconelvelodegasadeplataquebajabahastalospies,cuandoseabriólapuertaysepresentóGurthembozadoensugrancapanormanda.Parecíaalgosospechoso,porquesu exterior no le favorecía, pues en vez de quitarse el sombrero, se leencasquetómás.

—¿Sois—preguntóGurth—eljudíoIsaacdeYork?

—Si—respondió Isaac, también en idioma sajón,porque su comercio lehabíaobligadoaaprender todos losquesehablabanenInglaterra—.¿Cómoosllamáis?—dijoaGurth.

—¡Minombrenoosimporta!

—Yonecesitosaberlo,comovoshabéisqueridosaberelmío,porquesinesteconocimientonopuedotratarconvosningúnnegocio.

—Yonovengoatratardenegocios:vengoapagarunadeuda,yestámuyenelordenquesepasientregoeldineroalacreedorlegítimo,mientrasqueavosnoosimportasaberelnombredelqueoslotrae.

—¿Venís a pagarme una deuda? ¡Oh; eso es otra cosa! ¡BienaventuradoAbraham!¿Ydepartedequiénvenísapagarme?

—Departedelcaballerodesheredado,delvencedordel torneoqueacabadecelebrarse.Traigoelpreciodelaarmaduraqueporvuestrarecomendaciónle vendió fiada Kirgath Jairam, de Leicester. El caballo lo he dejado en la

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caballerizadeestacasa.¿Cuántodeboporelrestodetodo?

—¡Biendecíayoqueerauncaballerohonrado!—exclamóIsaacllenodejúbilo—¡Noosharámalunvasodevino!—dijopresentandoalguardapuercosde Cedric una copa de plata cincelada llena de un licor que jamás habíagustado.—¿Ycuántodinerometraes?añadió.

—¡Virgen Santa!—exclamó Gurth—. ¡Y qué néctar beben estos perrosinfieles,mientrasquelosbuenoscristianos,comoyo,notienencasinuncaotrabebidaqueunacerveza turbia, tanespesacomola levaduraquedamosa lospuercos! ¡Es verdad que no he venido aquí con las manos vacías, y vos,aunque,judío,debéisdetenerconciencia!

—Vuestro amo —dijo Isaac— ha hecho hoy un gran negocio. Cincohermososcaballos,cincoricasarmadurashaganadoconlapuntadesulanzaylafuerzadesubrazo.

Decidledemipartequemeenvíetodosesostrofeosylostomaréenpago,volviéndoleelexcesoquehayaensufavor.

—Yahadispuestodeellos—dijoGurth.

—¡Hahechomal,muymal!¡Yaseconocequenotieneprácticademundo!Nohayaquíuncristianoquepuedacomprartantoscaballosyarmaduras,ynohapodidohallarunjudíoqueledélamitaddeloqueyolehubieradado.Peroveamos.¡Yahabráciencequíeseneste talego!—dijoIsaacdesembozandoaGurth—.¡Pesa,pesa!

—Esquetieneenelfondohierrosparaarmarlasflechas—repusoGurthsindetenerse.

—Ybien;simedoyporsatisfechoconochentacequíesporesaarmadura,aunquenomedejaríadegananciamásqueunapiezadeoro,¿traeríasconquepagarme?

—¡Justamente; y de esemodo quedarámi amo sin un sueldo! Pero ¡yabajaréisalgo!

—Bebedahoraunacopadeesteexquisitovino.¡Ah;ochentacequíesnoesgran cantidad! He hablado sin reflexionar. No puedo dejar esta hermosaarmadura sin elmenor beneficio. Por otra parte, ese hermoso caballo acasoestará estropeado con la gran fatiga que ha sufrido. ¡Qué carreras! ¡Quécombates! En los torneos los caballeros y los caballos se lanzan y arrojansobresuscompetidorescontantofurorcomolostorosbravosdeBasán,yporestacausahadebidodeperdermuchoesecaballo.

—Yoosdigoqueestásanoysalvoenlacaballeriza,yvosmismopodéisverlo. En cuanto a la armadura, con sesenta piezas de oro está muy bienpagada.Lapalabradeuncristianovale,cuandomenos, tantocomoladeun

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judío;ysinoosacomodanlassesentapiezas—dijohaciéndolassonar—,mevolveréconeltalego.

—¡Vamos, vamos; dejémonos de conversación y contadme los ochentacequíes,queeslomenosquepuedollevar!Vosmismodebéisdeconocerquemeportogenerosamenteconvuestroamo.

Gurthentonces,acordándosedequesuseñorqueríaqueel judíoquedasecontento,noinsistiómás.Lecontóochentacequíessobrelamesa,yeljudíolediolasolvenciadelpreciodelaarmadura.Isaacvolvióacontareldineroporsegundavez,yalguardarloenelbolsilloletemblabadegozolamano.Tardómuchotiempoencontarlasmonedas;acadaunaquetomabasedetenía,comoreflexionando,antesdeecharlaalabolsa.Parecíaqueluchabasuavariciaconotrapasiónqueleforzabaaembolsarloscequíesunoporunoendesquitedela generosidad que le había empeñado en rebajar una parte del precio a subienhechor.

Conformeibacontando,interrumpíalacuentadiciendoenestostérminos,pocomásomenos:

—¡Setenta y dos!... ¡Vuestro amo es un excelente sujeto!... ¡Setenta ytres!... ¡Muy buen sujeto!... ¡Setenta y cuatro!... ¡Esta moneda está muymohosa!... ¡Eso no importa! ¡Setenta y cinco!... ¡... ésta me parece falsa!...¡Setentayseis!...¡Cuandovuestroamonecesitedinero,quetrateconIsaacdeYork!...¡Setentaysiete!...¡Pero,seentiende,conlasgarantíasconvenientes!...¡Setentayocho!... ¡Soisunbuenmozo!... ¡Setentaynueve!... ¡Merecéisunarecompensa!

El judío tenía aún en las manos la última moneda, e hizo en laconversación una gran pausa. Su intención era, probablemente, dársela deguantes aGurth, y sin duda lo hubiera hecho si el cequí hubiera tenido losdefectosquedijo;pero,desgraciadamenteparaGurth,eraunamonedareciénacuñada,yreconociéndolaIsaacentodossentidos,nopudohallarledefecto,yaunleparecíademáspesoqueeldeley:así,nopudoresolverseasepararla.

—¡Ochenta!—dijo al fin; y la envió a la bolsa a hacer compañía a lassetentaynueve—.Estábienlacuenta,yespero—dijo—quevuestroamooslorecompensarágenerosamente.¿Osquedaalgunaotrapiezaeneltalego?

Al oír esto Gurth hizo un gesto como acostumbrado cuanto queríasonreírse,diciendoaljudíoquelequedabaotrotantocomoloqueacababadecontarcontantaescrupulosidad;ytomandoelpapeldesolvenciadijoaIsaac:

—Siéstenoestáendebidaforma,vosresponderéis.

Seguidamentetomólabotella,llenóporterceravezuncubiletesinesperarqueleconvidaran,yhabiéndoloapuradosemarchósindespedirse.

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—¡Rebeca —dijo Isaac—, este israelita me parece un pocodesvergonzado! Su amo esmuy buen caballero, y estoymuy alegre de quehaya ganado tanto en ese torneo, gracias a su caballo, a su armadura y a lafuerzadesubrazo,capazdebatirseconeldeGoliat.

Viendo que Rebeca no le respondía se volvió, y observó que habíadesaparecidoentantoquehablabaconGurth.

Ya éste había bajado la escalera, y al llegar a una antecámara pocoiluminada,mientrasbuscabalapuerta,viounamujervestidadeblancoyconunalámparadeplataenlamanoquelehacíaseñasparaquelasiguieseauncuarto,cuyapuertaellamismaacababadeentreabrir.

Gurth sentía alguna repugnancia en seguirla, pues aunque atrevido eimpetuoso como el jabalí ante el peligro, estaba preocupado con lassupersticionesquealimentanlossajonesconrespetoaespectros,fantasmasyapariciones,yaquellamujervestidadeblancoeraparaélobjetodeinquietuden la casadeun judío cuya raza,porunapreocupacióngeneral, estánotadaentreotrascostumbresdesermuyafectaalacábalayalanigromancia;peroapesarde todo,despuésdeunmomentodedudasiguióa suconductoraauncuartodondeestabaRebeca.

—Mi padre—le dijo—ha querido chancearse conmigo.Debe a tu amodiezvecesmásqueelpreciode suarmadura ¿Cuántodinerohasdadoamipadre?

—Ochentacequíes—respondióGurth,sorprendidodelapregunta.

—Ciento contiene estebolsillo—replicóRebeca—.Tómalo, vuelve a tuamoloquelecorresponde,yguardaparatilosobrante.¡Dateprisaamarchar!Nopierdaseltiempoendarmegracias,yveconmuchocuidadoalatravesarlaciudad, no sea que te quiten el dinero y la vida. ¡Rubén, alumbra a eseforastero,ycuidadedejarbiencerradalapuertacuandosalga!

Rubén,israelitadebarbaycejasnegras,obedecióasuama.Llevandounabujía en la mano condujo a Gurth hasta la puerta de la casa, cerrándolaEnseguidaconcadenasycerrojosquepodíanmuybienservirparaunacárcel.

—¡PorSanDustán!—dijoGurthalsalir—.¡Estajovennoesunajudía:esunángelquehabajadodelCielo!¡Diezcequíesdemiamogeneroso,yveintede esta perla de Sión! ¡Dichosa jornada! ¡Ah Gurth, te verás en estado derecobrartulibertadpagandoelrescate,yserástanlibreentusaccionescomootro cualquiera! ¡Vamos; despidámonos de los marranos! ¡Pun! ¡Arrojo micorneta ymi garrote de porquero, tomo la espada y el escudo, y sigo amijovenamohastalamuerte,sinocultarminombreymirostro!

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XI

NohabíanllegadoasutérminolasaventurasnocturnasdeGurthélmismoempezabaatenerunpocodeaprensióncuando,despuésdehaberatravesadola ciudaddeAshbyypasado cercadeunos caseríos, se halló enun caminoabierto entre dos alturas cubiertas de avellanos y bogues mezclados conalgunos robles que extendían sus ramas por la huella queGurth seguía. Porotraparte,eramuyescabrosoelcaminoyestaballenodecarrileshondosporlos carruajes de toda especie que recientemente habían transitado por élconduciendo los materiales necesarios para la construcción de las galeríasalrededordelalizadeltorneo.Además,estabamuyoscuralaruta,porquelosárbolesofuscabanlapocaclaridadquepodíadarlaLuna.

Seoía a lo lejos el ruidode lasdiversionesde la ciudad: cantos alegres,carcajadas,elsonidodelosinstrumentos;todolocualrecordandoaGurthlamultituddemilitaresypersonasde todasclasesquesehallabanentoncesenAshby,leteníaconbastanteinquietud.

—¡Razón tenía la judía, por el Cielo y por San Dustán! ¡A fe mía quequisieraquemipersonaymitesoroestuvieranyaenseguridadbajolatiendade mi amo! ¡Hay aquí tantos, no diré ladrones, pero caballeros, escuderoserrantes, menestrales, juglares, arqueros y otros vagos, que el hombre quelleveunpesoduroenbolsillonopuedeestarsosegado!¡Concuántamásrazónyo,que llevounacargadecequíes!¡Yaquisierahaber llegadoal términodeestecaminoinfernalparapercibircontiempoalosemisariosdeSanNicolásantesdequesemeechenencima!

Y con esta razón apresuraba Gurth el paso para llegar al llano a queconducíaaquelcaminoescabroso.Enelparajedondeelbosquequecubríalasdoscolumnaseramásespeso,avanzaronhaciaélcuatrohombres,dosacadalado del camino, y le sujetaron de tal modo, que hubiera sido inútil todaresistencia,auncuandofueraposible.

—¡La bolsa!—le dijo uno de ellos—.Nosotros somosmuy serviciales:aligeramos de la carga a los caminantes para que no les incomode en lamarcha.

—Nomedespojaréistanfácilmentesimedejáisdefenderme—dijoGurth,aquienningúnpeligroimponíasilencio.

—¡Ahora lo veremos!—replicó el ladrón—¡No hay cosa más fácil queverterobadoymolidoapalos!¡Quelelleven—dijoasuscompañeros—alointrincadodelbosque!

Y poniendo inmediatamente en ejecución esta orden, se vio Gurthprecisadoarepecharlaalturadelladoizquierdodelcamino,ysehallóenun

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pequeñobosqueque se extendíahasta el llano.Aquí lehicieronmarchardegradooporfuerzahastalomásespeso,dondehabíaunaespeciedeclaridad,amedio alumbrar por la Luna, y allí hicieron alto; se unieron a los cuatrobandidos otros dos enmascarados, circunstancia que observóGurth, y no lehubieradejadodudadelmododevivirdeaquellagente,sihubieserecordadodelmodoqueledetuvieron.

—¿Cuánto dinero tenéis?—le preguntó uno de los que se habían unidoconloscuatroprimeros.

—Treintacequíesmepertenecen—respondióconmucharesolución.

—¡Mentira, mentira! —gritaron los ladrones—. Un sajón con treintacequíes no saldría de la ciudad sin estar borracho. ¡Imposible! ¡Se le debeconfiscarloquelleva!

—Los conservo para comprar mi libertad —replicó Gurth. —¡Eres unasno!—replicóunodelosladrones—.Trescuartillosdecervezabiencargadatehubieranhechotanlibreomásquetuamo,aunqueseasajón,comotú.

—Eso es una triste verdad —dijo Gurth—; pero si treinta cequíes sonbastantesparacontentaros,soltadmeyalinstanteoslosdaré.

—¡Unmomento!—dijounodelosdosquehabíanllegadoúltimamente,yqueparecíatenerautoridadsobrelosotros—.Eltalegoquellevasdebajodelcapotetienemásdineroqueloquehasdicho.

—Perteneceauncaballeromuyvaliente—respondióHurta—,dequiennooshablaríasioshubieraiscontactadoconmistreintacequíes.

—¡Eresunbuenmozoafemía!AunquesomostanafectosaSanNicolás,puedessalvartustreintacequíes,siquieresserfrancoysinceroconnosotros.Peroentretantodesembarázatedelpesoquetefatiga.

Almismotiempolecogióuntalegodecueroenelcualestabanelbolsillode Rebeca y ce resto de los cequíes que llevaba; y continuando suinterrogatorio.

—¿Quiénestuamo?—lepregunto:

—Elcaballerodesheredado,cuyavalientelanzahaganadohoyelpremio.

—¿Cuálessunombreysufamilia?

—Noquierequesesepa,ynooslodiré.

—¿Ytú,comotellamas?

—Siosdijeraminombre,seríalomismoquedeciroseldemiamo.

—¡Eresunfielcriado!Peroestedinero,¿porquéperteneceatuamo?¿Es

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porherenciaoporcualtítulo?

—Porelderechoquelehadadosuvalientelanza.Estetalegocontieneelprecio del rescate de cuatro hermosos caballos y otras tantas hermosasarmaduras.

—Ybien;¿cuántodinerotieneeltalego?

—Doscientostreintacequíesdemiamoylostreintamíos.

—¿No más? ¡Ha sido tu amo muy generoso con los vencidos! ¡Se hanrescatadoabuenprecio!Nómbramelosquehanpagadoesterescate.

Gurthobedeció.

—Peronadamehablasdeltemplario—replicoeljefedelosbandidos—.Yavesquenopuedesengañarme.¿QuérescatehapagadosirBriandeBois-Guilbert?

—Ningunohaqueridodeélmiamo;soloquieresusangre.Existeentrelosdosunodiomortal,yentreellosnopuedehaberrelaciónalgunadecortesía.

—Sí—dijo el jefe; y después de unmomento de reflexión—: ¿Por quécasualidadtehashalladoenAshbyconunacantidadtanconsiderable?

—IbaapagaraljudíoIsaacdeYorkelpreciodeunaarmaduraquehabíaprestadoamiamoparaeltorneo.

—¿Y cuánto le has pagado? Si se ha de juzgar por el peso, este talegocontienelasumaentera.

—Lepaguéochentacequíes,yélmehahechoreembolsarciento.

—¡Imposible! ¡Imposible!—gritaron todos los bandidos a un tiempo—.¿Cómoteatrevesaquererengañarnosconembustestaninverosímiles?

—Tantaverdades—replicóGurth—loqueoshedicho,comoloesquepodéisverlaLuna:hallaréislosciencequíesenunabolsadesedaapartedelrestodeldinero.

—Tenpresentequehablasdeunjudío,deunisraelita,tanincapazdesoltareloroqueunavezhatocado,comolosonlasarenasdeldesiertodedevolverelaguaquehaderramadoenellaselviajero.

—Unjudío—dijootro—noconocelapiedadmásqueunalguacilaquiennosehagratificado.

—Loqueosdigoesunaverdad—replicóGurth.

—Queenciendanunatea—dijoeljefe—;quieroreconocerestabolsa.Siestegraciosononosengaña,lagenerosidaddeestejudíoestangranmilagrocomo haber brotado un manantial del centro de un peñasco para sus

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antepasados.

Seencendiólatea,yentantoqueeljefedesatabalabolsaparaexaminarla,los otros le rodearon; y los que tenían sujeto a Gurt por los brazos,participandodelacuriosidaddelosdemás,alargabanelpescuezoparavereloro. SintiéndoseGurthmenos sujeto aprovechó el descuido para recobrar lalibertad con un movimiento repentino, y se hubiera escapado si hubieserenunciado a la resolución decidida de salvar el dinero de su amo.Pero, noobstante,arrancóaunbandidosugarroteyledescargósobreeljefe,alcual,comonoesperabaelgolpe,selecayólabolsa,ycuandoibaGurthacogerlaleoprimieronysujetaronmásqueantes.

—¡Necio! —le dijo el jefe—. Si hubieras dado con otro, ya estaríacastigada tu insolencia; pero dentro de muy poco sabrás tu suerte. Ahoravamosatratardetuamo,puesmuypuestoenrazóntratarsusnegociosantesquedel tuyo,segúntodaslasreglasdelaCaballería.Notemuevasentanto,porque sihaceselmenormovimientonopodrásdarunpaso.Camaradas—dijo—,estabolsaestábordadaconcaractereshebreos;contienecienpiezasytodopersuadedequeéstenonosengaña.Nodebemosexigirelorodesuamo,porque tienebastantesemejanzaconnosotros;yessabidoque losperrosnoatacanalosperrosínterinhaylobosyzorrosenlosbosques.

—¿Senosparece?—dijounodelosbandidos—.Quisierasaberenqué.

—¿En qué? —replicó el jefe—. ¿No es pobre y desheredado comonosotros?¿Nohabatidoa"FrentedeBuey"yaMalvoisin,comohubiéramoshechonosotrossinoshubiésemoshalladoenelcaso?¿NoesenemigomortaldeBriandeBois-Guilbert,comolosomosnosotros?Yademás,¿teparecequenosotrostengamosmenosconcienciaqueuninfiel,queunperrojudío?

—¡No,no!—replicóelmismobandido—.Sinembargoqueno teníamosconcienciatandelicadacuandoservíamosenlacuadrilladelviejoGandelyn.Pero¿seiráesteinsolentepaisanosinquelehayamossiquieraarañado?

—Esodependedeti—replicóeljefe—.Vamos,gracioso;acércate.¿Sabesmanejarelpalo?

—¡Meparecequeoshedadounabuenapruebadequesémanejarlo!

—¡Cierto! Te confieso que aplicaste bien el golpe. Ea, pues; dale otrocomoaquélaestevaliente,ymarcharáslibredetodamolestia,noobstantequeerestanfielatuamo,quemeparecequeentodocaso,seréyoquienpagueturescate.Vamos,Miller; toma tugarrote,y tratadedefenderteydeatacar: túdeja a esemozo en libertad; y dadle un palo.Ya hay bastante luz para estecombate.

Los dos combatientes, armados cada uno con un palo igual en largo y

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grueso,avanzaronalmediodelllanoalgoclaroparatenermáslibertadensusmovimientosy aprovecharsede la claridadde laLuna.Losdemásbandidoslosrodearonriendoygritandoasucamarada:

—¡Cuidado;nopaguestúeltributodepasaje!

Este, tomando su palo por el nudo, le hacía revolotear sobre la cabezaremedandoeljuegodelmolinoquehacenlosfranceses,queriendoengañaraGurth.

—¡Avanza—ledecía—;avanza,yprobaráselpulsodemispuños!

—Si tú eres molinero de profesión —respondió Gurth—, eres por dosrazonesladrón;peroverásquenotetemo.

Y al mismo tiempo se puso a jugar el garrote de dos puntas, con tantadestrezacomosucompetidor.

Seatacaronentonceslosdos,yporespaciodealgunosminutosmostraronigualvalor,fuerzaypericia,tirandoyparandolosgolpescontantaceleridadcomo destreza; y era tal el ruido que hacían los palos redoblados con losgolpesquese tiraban,queaalgunadistanciasehubieracreídoqueeranseiscombatientesdecadalado.

Otras lides menos obstinadas y no tan peligrosas han merecido sercelebradasenversoheroico,peroladeGurthyelmolineronohatenidoigualfortuna.Entretanto,aunqueloscombatescongarrotesdedospuntasnoesténenuso,haremoscuantonosseaposibleparahacerjusticiaenhumildeprosaaestosbizarroscombatientes.

Sebatieronmucho tiemposinqueseapreciaraventajaalgunaporunaniporotraparte.Elmolineroempezabaairritarsedelfirmebrazoydelvalordesucompetidor,yaúnmásdeoírlasrisasdesuscamaradas,queobservabanlainutilidaddesusesfuerzos,comosuelesucederentalescasos.Estegénerodeimpaciencia no favorece en combates de esta clase, pues requieren muchaserenidad, y ésta fue la que le dio a Gurth, que poseía un carácter firme yresuelto,losmediosdevencerqueaprovechóconmuchaprudencia.

Elmolineroatacabaconunaimpetuosidadfuriosa:loskdosextremosdesugarrotegolpeabansincesaryestrechabanrápidamenteasuenemigo.Este,haciendoelmolineteconvelocidad,secubríalacabezayelcuerpo,parabalosgolpesyestabacon firmezaa ladefensiva,dandoalgunavezunpasoatrás,pero siempre tenía fija la vista y la atención en su adversario, hasta que,notándolemuyfatigado,letiróungolpeconlamanoderechahacialacabeza,yentantoelmolineroquisopararle,agarrandosurejónvelozmenteconlaotramano, le dirigió un golpe tan terrible por el costado derecho, que le echó atierra.

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—¡Victoria! ¡Victoria! —gritaron los bandidos—. ¡Bravamente se hapeleado!¡VivalaviejaInglaterra!¡Elsajónhasalvadosudineroysupellejo!¡Elmolinerosehaencontradoconlahormadesuzapato!

—Puedesmarcharya,valientemozo—ledijoeljefe,uniendosuvotoalaaclamación de otros cinco—.Haré que te conduzcan dos demis camaradashastaquelleguesadarvistaalatiendadetuamo,noseaqueencuentresenelcamino algunospaseantesnocturnos cuya concienciano sea tan escrupulosacomolanuestra;porqueennochescomoésta,nofaltanemboscados.—Peroarrugando las cejas añadió—:Acuérdate de que no has querido decirnos tunombre. ¡Guárdate,puesdequerersaber losnuestrosydeaveriguarquiénessomos,tenmuypresenteestaadvertenciasiquieresevitarteunadesgracia!

Recibió Gurth su apreciable talego de manos del capitán, y le dio milgracias;asegurándolequenoolvidaríasusadvertencias.Dosdelosbandidossearmaronconsusgarrotesyleacompañaron;haciéndoleatravesarelbosqueporunasendamuyobstruidaconramas,yquedadamilvueltasyrevueltas.Alsalir de aquella senda se hallaron con dos hombres que les salieron alencuentro;perolaescoltadeGurthleshablóaloído,yseretiraronalinstante.EntoncesconocióGurthcuánconvenientehabíasidolaprecaucióndeljefe,yde aquí infirió que era numerosa la cuadrilla y que tenía bienguarnecido elsitiodesureunión.

Llegaronacampo raso;peroGurthdesconocíaelcamino,puesnoeraelmismoquehabía llevado.Sus dos guías le acompañaronhasta unapequeñaalturadesdelacual,afavordelaluna,podíandistinguirelsitiodeltorneo,lastiendascolocadasacadalado,lospabellonesquelasadornabanmovidosporelviento,yseoíatambiénelcantodeloscentinelas,conelcualprocurabanpasaralegrementeeltiempodesuvigilancia.

EnaquelsitiosedespidierondeGurthlosguías,diciéndolequenopodíanpasarmásadelante,yreiterándolequenoolvidaralosconsejosquelehabíandadoyqueguardaraelsecretosobre todo loocurridoen lanochepasada,siqueríaevitarseunadesgraciaqueleseríainevitableenotrocaso,ydelacualnoestaríaseguroniaúnenlaTorredeLondres.

—¡Muchísimas gracias, bravos compañeros!—dijo Gurth—.No soy unimprudente,yme lisonjeodepoderdeciros, sinofenderos,queosdeseoporgratitudunavidamáshonradaymenospeligrosa.

Dichoestosedespidieron:losbandidossevolvieronporelmismocaminoquehabíanllevado,yGurthsedirigióalatiendadesuamo,alcualrefiriósuaventuranocturna,apesardelsilencioquetantolehabíanrecomendado.

El caballero desheredado se quedó sorprendido de la generosidad deRebeca, y también de la de los bandidos, tan extraña como impropia de su

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profesión, que suscitó en su ánimo varias reflexiones, interrumpidas por lanecesidaddereponersedelasfatigasdeltorneoyrecobrarnuevasfuerzasparalamañanasiguiente.

El caballero se echó sobreuna rica camaquehabíanpreparado,y el fielGurth,tendiéndoseenelsuelocubiertoconunapieldeoso,secolocóaltravésdelatienda,demaneraquenadiepudieraentrarsindespertarle.

XII

Amaneció el día plácido y sereno, y se veía en la llanura la agitación yprisaconquelosespectadoresbuscabanlosmejoressitiosparadisfrutardel.torneo. Se presentaron los mariscales al momento, acompañados por losheraldos,paraanotarelnombrede loscaballerosquesepresentarana tomarparte en la lid y saber bajo qué bandera querían combatir; precauciónindispensable a fin de establecer la posible igualdad entre los dos bandoscombatientes.

Eraprácticacorrientequeelvencedorenelúltimotorneofuerajefedeunode los bandos, y, de consiguiente, fue elegido para mandar uno de ellos elcaballeroDesheredado;paraelotro lo fueBriandeBois-Guilbert,porhaberllevadomayorprezeneltorneodespuésdelcaballerodesheredado.

Al lado de Brian se colocaron todos los que el día anterior habíancombatidoconél,aexcepcióndeRalfodeVipont,aquienlacaídaquesufriónolepermitíavestirarmadura.Concurrieronademásotrosmuchoscaballerospara combatir en cualquier bando, porque aunque un torneo general en quetodos loscaballerospeleanaun tiempoofrecemáspeligrosqueuncombatesingular,generalmentelopreferíanalotro.

Yasehabíaninscritocercadecincuentacaballerosparaentrarenlaarena,cuandodeclararonlosmariscalesquenoseadmitíanmásconmuchodisgustodelosquellegarontarde.

Alasdosyaestabacubiertodeespectadoresydedamasapieoacaballo,yluegoseoyóelruidodetrompetasqueanunciabanlallegadadelpríncipeJuanysucomitiva,rodeadoporlamayorpartedeloscaballerosquesepreparabanaentrarenelcombateyporlosquenotratabandetomarparteenél.

LlegóalmomentoCedricelSajóncon ladyRowena, sin lacompañíadeAthelstane,elcual,parapodercolocarseentreloscombatientes,sevistióunaarmadura y se colocó al lado del caballero del Temple, cosa que extrañómuchoCedric.Cuantasreflexioneslehizoéstesobrelaeleccióndejefefueroninútiles, pues sólo le dio respuestas evasivas propias del que se obstina en

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llevaracaboloqueunavezharesuelto,aunquenopuedaalegarrazónquelajustifique.Sinembargo,Athelstaneteníaunaparacolocarseal ladodeBriandeBóisGuilbert;perotuvolaprudenciadenorevelarla,yaunquesucarácterapáticonolepermitíahacerlosobsequiosygalanteríaspropiasparaobtenerlagracia de lady Rowena, se engañaba ésta en creer que era insensible a susgraciasencantadoras;y,porotraparte,considerabasuenlacecomounnegocioirrevocablementedecidido,puesteníaelconsentimientodeCedricyeldelosamigosquehabíaconsultadoladyRowena.PoresolecostabamuchonodejarasomaralgunaseñaldesudescontentocuandoviolavísperaqueelvencedordeltorneoproclamóaladyRowenareinadelahermosuraydelosamores,ypara castigarle por haber distinguido a la dama cuya mano ambicionaba,engreídoconlaslisonjasdelosaduladores,creíapoderesperarmásqueotroobtenereltriunfoeneltorneo,yhabíaresuelto,nosóloprivardelauxiliodesupoderosobrazoalcaballeroDesheredado,sinohacerlesentir,silaocasiónsepresentaba,elcontundentepesodesuhachadearmas.

BracyyotroscaballerosdelacomitivadelpríncipeJuansehabíaninscritoenelbandocontrarioobedeciendolasórdenesdesupríncipe,porqueéstenadaquiso omitir para asegurar la victoria al bandodeBrian deBois-Guilbert, yotrosmuchos caballeros, así normandos como ingleses, sedeclararon contraaquélloscontantomás interés,cuantoqueestabanmuyorgullososcon tenerporjefeuncaballerotanvalientecomoelDesheredado.

Inmediatamentellególaquedebíaserreinaaqueldía,elPríncipeJuan,quelo observó, salió a su encuentro con lasmanerasmás cultas de cortesía queusabatanoportunamentecuandoquería,ylevantandolaricatocaquecubríalacabezadelareina,seapeódelcaballoypresentólamanoaladyRowenaparaquebajasedesupalafrén,entantoquelosprincipalesseñoresdesucorteseacercabanaladamaconlacabezadescubiertacomoelPríncipe.

—Somoslosprimeros—dijoéste—endarejemplodelrespetoquedebetributarse a la reina de la hermosura y de los amores, y nos apresuramos aservirle de escolta hasta el trono que hoydebe ocupar.Vosotras, señoras—añadió—,acompañadavuestrareinayrendirleloshonoresyobsequiosque,sinduda,ostributaránalgúndía.

YdiciendoestocondujoelPríncipeaLadyRowenaalsitiodehonorqueleestabadestinadoenfrentedel tronodelPríncipe,en tantoque lasdamasmáscelebradaspor suhermosuraypor sucuna seapresurabanacolocarseen lamayorproximidadposibleasureina.

ApenassehabíasentadoladyRowena,seoyeronvocesyaclamacionesdelamultitud.Elsolbrillabaentodosuesplendor;susrayossereflejabanenlasbrillantesarmadurasde loscaballerosque,colocadosa lasdosextremidadesde la liza, rodeaban a sus jefes respectivos y se ponían de acuerdo sobre el

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modo de disponer su línea de batalla y de sostener los ataques de losadversarios.

Yalosheraldosimponíansilencioparaqueseoyesenlasreglasdeltorneo,concebidas de manera que disminuían cuanto era posible los peligros delcombate,locualeratantomásnecesario,cuantoquesehabíadehacerusodeespadasydelanzasafiladas.

Según estas leyes, podía un caballero servirse, si quería, de maza o dehacha de armas; pero nunca de daga o puñal, armas que se prohibíanformalmente.

Elcaballeroqueperdíalasillapodíarenovarapieelcombate,conotroquesehallaraenelmismocaso;peroningúncaballeromontadopodríaentoncesatacarle. Cuando un caballero rechazara y llevara a su contrario a laextremidaddelalizahastatocarlaempalizada,nopodíadirigirlelapuntadelaespadaalpecho,ysóloleseríapermitidotocarledeplanoconlahoja:ésteestaba obligado a confesarse vencido, sin poder volver a tomar parte en elcombate, y su armadura y caballo eran trofeo del vencedor. Si un caballerofuesederribadoyquedarasinpoderlevantarse,podríasuescuderoounpajeentrar en la liza y sacar del recinto al caballero; en tal caso se le declarabavencido,conpérdidadelcaballoydelasarmas.ElcombatecesaríatanluegocomoelPríncipe tirase a la liza el bastóndemando; precauciónusadaparaimpedirlaefusióndesangrecuandoelcombateseprolongaba.

El caballero que violara estas leyes o faltase a las de Caballería encualquiermodo,podríaserdespojadodesusarmasyobligadoasentarseenlabarra de la empalizada para ser objeto de las burlas de los espectadores encastigo de su desleal conducta. Concluida la publicación de estas leyesterminaron sus funciones los heraldos exhortando a todos los buenoscaballerosacumplirsudeberymerecerelfavordelareinadelahermosurayde los amores: hecho esto, se retiraron y se colocaron en su puesto. Loscaballerosdecadabandoseadelantaronalpasodeunladoalotrodelaliza,yel jefe de cada bando debía estar en el centro de la primera fila después dehaberrevistadosustropasyseñaladoalcaballeroellugarquedebíaocupar.

Era un espectáculo imponente y terrible ver tantos guerreros valientesvestidos con ricas armaduras, montados en hermosos y generosos caballos,prepararseauncombatemortalaveces,esperandolaseñaldeataquecontantaansiacomosuscaballos,quemostrabanimpacienciarelinchandoyescarbandoconfurorlatierra;brillabanlaspuntasdesuslanzas,ylasbanderolasquelasadornaban ondeaban bajo los penachos que hacían sombra a los cascos,permaneciendoenestaposiciónhastaquelosmariscalesdeltorneohubieronrecorrido las filascon lamayoratenciónyasegurándosedequeera igualenambospartidoselnúmerodecombatientes.Enseguidaseretirarondelaarena,

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yWilliamdeWyvilgritófuertemente:

—¡Partid!

Almismotiemposeoyeronlosclarines,loscaballerosbajaronlaslanzas,laspusieronenristre,ydierondeespuelaasuscaballos.Lasprimerasfilasdelos dos partidos se lanzaron al galope una con otra, y fue tan terrible elchoque, que se oyó el ruido a más de una milla de distancia. Por algunosinstantes no pudieron los espectadores conocer el resultado, por la granpolvareda que levantaron los caballos, y que tardó en disiparse. Entoncesvieron que de cada bando quedaron desarmados lamitad de los caballeros,vencidos unos por la habilidad y la destreza, y otros por la fuerza: unos entierra,yotrosenunestadotandeplorable,queeramuydudosoquepudieranlevantarse;algunosapieestrechabanasuscontrarios,quesehallabantambiéndesmontados,entretantoqueotrosdosotres,heridosgravemente,secubríancon las bandas las heridas y se apartaban con trabajo del combate. Loscaballerosquehabíansostenidoelchoquesinperderlasilla,cuyaslanzassehabíanhechopedazos,tirarondelaespada,ygritandofuertementeatacabanyestrechaban a sus contrarios con el mismo furor que si el honor y la vidadependiesendeléxitodelalucha.

Crecíalaconfusión,yalmismotiemposaliódecadabandolasegundafilaque servía de reserva, y se arrojó enmedio de la pelea gritando la tropa deBriandeBois-Guilbert:

—¡Ah!¡Labienparecida,labienparecida!¡PorelTemple,porelTemple!

Ysuscontrariosrespondían:

—¡El Desheredado! ¡El Desheredado!,—que era el grito de guerra queteníanpordivisayqueestabagrabadoenelescudodesujefe.

Lavictoriaestabaindecisaentrelospartidos,animadosdeunmismogradodeentusiasmo,nosiendoposiblepresagiarcuálobtendríaellaurel.Elruidodelasarmasy losgritosde loscaballeros,mezcladoscon losde las trompetas,sofocabanlosgemidosdelosquesucumbíanycaíansinsentidoalospiesdeloscaballos.Elbrilloconqueanteslucíanlasarmasestabaobscurecidoconlasangreyelpolvo,ysehacíanpedazosporlosgolpesreiteradosdelashachasdearmas;lospenachosblancosdeloscascosondeabanportodaspartescualsifueran copos de nieve había ya desaparecido cuanto hay de brillante ydelicioso en laCaballería, y todo lo que se veía entonces inspiraba terror opiedad;pero,sinembargo,lafuerzadelacostumbrehacíaquenosólolagentevulgar,quenaturalmentesecomplaceenlasescenasferoces,sinoquetambiénelbellosexo,queocupabalasgalerías,aunquealgoconmovido,noapartaralavistadeunespectáculotanterrible.Seveía,enverdad,algunavezqueenlapúrpuradelasmejillasasomabalapalidez;seoíaalgúnsuspirosiunamante,

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un hermano o un esposo recibían una herida o caían a tierra; pero, en logeneral, lasdamasanimabana loscombatientes,nosóloconpalmadas, sinogritando: ¡Brava lanza, buena espada!, cuando cualquier caballero sedistinguía por un rasgo de valor o de osadía. Puedemuy bien graduarse elinterésquetomaríaelsexovaronilenestoscasos,cuandoeldébilestabatananimado. Los hombres hacían conocer su interés con las aclamacionesmásestrepitosascuandolafortunafavorecíaasupartido,yteníantanfijalavistaenlaarena,quesehubieracreídoquedabanyrecibíanlosgolpesqueestabanadmirando.Acada instantedesuspensiónquesenotabaen loscombatientesseoíaalosheraldosdecir:¡Animo,esforzadosyvalientes!¡Elhombremuere,maslagloriavive!¡Valor:lamuerteespreferiblealaderrota!¡Ánimo,pues!¡Noolvidéisquepeleáisalosojosdelahermosura!

Enmediodelosazaresdelcombatetodoslosespectadoresbuscabanconlavistaalosjefesdecadapartido,loscuales,arrojándoseenlomásreciodelapelea,animabanconlavozyconelejemploalosdesupartido.Losdosjefesostentaban el más alto valor; tanto, que no le tenía igual ninguno de loscombatientes. Excitados por una animosidad mutua, convencidos de que laderrotadeunodelosdosjefesdecidiríainfaliblementelavictoria,intentaronmil veces afrontarse a un combate singular; pero fueron pormucho tiempoinútilessusconatos,porquesiempresehallabanseparadosporotroscaballerosqueansiabanmedirsusfuerzasconeljefedelpartidoopuesto.

Peroluegoquedisminuyóconsiderablementeelnúmerodeloscaballerosporque,vencidosunos,sevieronprecisadosa retirarsea laextremidadde laarena, y otros por las heridas que recibieron quedaron fuera de combate, sevieron frente a frente el templario y el caballerodesheredado, y se atacaronconfuriainspiradaporunamortalanimosidadyunainsaciableseddegloria.Dieron tantas pruebas de destreza en los ataques y en la defensa, que losespectadoresnocesabandeaplaudirlosaunavoz;peroenaquelmomentolatropadelcaballerodesheredadollevabalopeordelabatalla,porqueelbrazogigantescode"Frentedebuey",porunaparte,y,porotra,latuerzaprodigiosadeAthelstane,habíanechadoportierraacuantossepresentaronalalcancedesus golpes; y viéndose estos dos caballeros libres de todos sus enemigosinmediatos,dirigieronsusmiradasaunirseconeltemplarioparaacabarconsurival, atacándole el caballero normando por un costado y el sajón por otro.HubierasidoimposiblealcaballeroDesheredadosostenerporunsoloinstantetandesigualcombate,silosespectadores,quenopodíanmenosdeinteresarsevivamente por un guerrero tan sublime atacado de improviso por trescaballerosauntiempo,nolehubiesenadvertidoelpeligrogritándoledetodaspartes, lo cual le hizo conocer la crítica posición enque se hallaba.Conunvalormuyserenodescargóunterriblegolpesobrelaarmaduradeltemplario,yal mismo tiempo hizo recular a su caballo para evitar el doble asalto deAthelstaneydeFrentedebuey,queseadelantabancon ímpetu tanviolento,

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que pasaron por medio de los dos combatientes sin poder contener a suscaballos. Pero consiguieron por fin reunirse al templario para vencer alDesheredado.Este, gracias a la agilidad de su generoso corcel, precio de lavictoriaquehabíaganadolavíspera,nosucumbió:supoaprovecharlaventajadehallarseheridoelcaballodeBois-Cuilbert,ylosdeAthelstaneyFrentedebuey fatigados con el peso de los jinetes y sus armaduras, y manejó tandiestramenteelsuyo,quedurantealgunosminutosconsiguióhacerserespetarporsustresenemigos,separándoloscuantoleeraposible,cayendoyacontrauno, ya contra otro, descargando una lluvia de estocadas y golpes, yponiéndosealinstantefueradelalcancedesuscontrarios.

Extremos tales de valor y destreza arrancaban aplausos unánimes de losespectadores, pero no podían librar al héroe del inminente peligro de servencidoomuerto; y por eso los señores que estaban al ladodelPríncipe leinstabanaunavozaquetirasealaarenaelbastóndemando,paraevitarquetanvalientecaballerofuesevencidoporladesigualdaddelnúmero.

—¡No,porlaluzdelSol!—respondióelPríncipe—.¡Estecaballero,queseobstinaenocultarsunombreysedesdeñadeadmitirhospitalidadqueleheofrecido,haobtenidoyaunavictoria!Dejepues;queaotrolelleguesuturno.

Peroen tantoqueelPríncipehablaba,un incidente imprevistocambióelaspectodelcombate.

Se hallaba en la pequeña tropa del caballero Desheredado un guerrerovestido con armadura negra, que montaba un caballo morcillo. No llevabadivisaalgunaenelescudo,yhastaentoncesnohabíadadomuestrasdetomarinterésenelcombate;sólose leveíarechazara losque leatacaban;peroniperseguíaniprovocaba.Enunapalabra,hacíaelpapeldeespectador,másbienqueeldemantenedor,ylenombrabanelcaballeroOcioso;perocuandovioaljefedesupartidoenposicióntancrítica,salióderepentedesuapatíaypartiócomounrayoasusocorro,gritándole:¡Desheredado,areponerte!;yfuemuya tiempo, porque mientras éste estrechaba de cerca al templario, Frente debuey se acercó con la espada en alto para herirle, cuando llegó el caballeronegro,leatacó,yenunmomentoFrentedebueyysucaballocayeronrodandoal suelo; revolvió el caballero Ocioso sobre Athelstane de Coningsbugh, ycomohabía roto laespadasobre laarmaduradeFrentedebuey,arrebatódemanosdelSajónaturdidoelhachadearmasconqueibaaherirle,yletiróungolpetanterrible,quecayóAthelstanealladodesucompañero.

Después de estas dos proezas, tan aplaudidas como inesperadas, elcaballeroOciosovolvióasu indiferenciaanterioryseretiróa laextremidadde laarena,dejandoa su jefemedir sus fuerzasconBriandeBois-Guilbert.Nodurómuchoestecombatesingular,porqueelcaballodeltemplarioestabagravementeheridoycayóalprimergolpe.BriandeBoiscayóengargantadoel

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pieenelestribo,sinpoderdesenredarse,ysuadversariosaltóatierrasobreélintimidándole la rendición. Entonces' el Príncipe Juan, más afectado por elpeligro del templario quepor el que sufrió antes su rival, quiso ahorrarle laconfusióndeservencido,ytiróelbastóndemandoalaarena,poniendofinalcombate.

Sin esto ya iba a terminarse, porque del corto número de caballeros querestaban en la liza, la mayor parte por un consentimiento tácito, habíanresueltoquelosdosjefesdecidieranporsímismoslavictoria.

Los escuderos que habían creído dudoso y de peligro acercarse a suscaballeros, entraron apresuradamente en el recinto para asistir a los queestabanheridosy llevarlosa las tiendas inmediatasoa losalojamientosquelesestabanpreparadosenlaciudad.

AsíterminóelmemorablepasodearmasdeAshbydelaZouche,torneoelmásbrillantedesusiglo;porquesicuatrocaballerossolamenteperecieronenlaarena,deloscualesunosofocadoporelcalordesuarmadura;hubomásdetreinta heridos gravemente, y cuatro o cinco murieron pocos días después,razónporlacualsiempreselenombra,segúnlascrónicasantiguas,elbizarroynoblepasodearmasdeAshhy.

Yaseestabaenelcasodenombrarelcaballeroquesehabíaseñaladoporsus más brillantes hazañas, y el príncipe Juan decidió que este honorpertenecía al caballero nombrado el Negro ocioso. Hicieron presente alPríncipe que el honor del torneo correspondía de justicia al caballeroDesheredadoquehabía triunfadode seis caballeros quepor su propiamanohabía tiradoal suelo,yhabía terminadoel combatedesmontandoal jefedelpartido contrario; pero elPríncipe persistió en su fallo, a pretexto de que elcaballerodesheredadoysuscaballeroshubieransidovencidossinelpoderosoauxiliodelcaballeroNegroalcualpertenecíalaprezdelabatalla.

Enconsecuenciadeestadeclaraciónse leproclamóvencedor;peronosepresentó, porque inmediatamente que se concluyó la batalla se retiró de laarena,dirigiéndosehaciaelbosqueconlamismacalmayconelmismoairedeindiferencia que le había merecido el sobrenombre de Negro Ocioso. Lastrompetas le llamaron dos veces, y otras tantas los reyes de armas leproclamaron; y por su ausencia fue preciso nombrar otro caballero querecibiera los honores del torneo, viéndose precisado el príncipe Juan areconocerelderechodelcaballeroDesheredadoyadeclararlevencedor.

Enmediodeunaarenaresbaladizaporlasangrederramadaenellacubiertade pedazos de armaduras y de caballos muertos o heridos, condujeron denuevo al vencedor al pie del trono del príncipe Juan, y éste, dirigiéndole lapalabra,ledijo:

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—Caballero desheredado —pues queréis que así se os apellide—, osdeclaramosmerecedordeloshonoresdel triunfoyconderechoareclamaryrecibir demanos de la reina de la hermosura y de los amores la corona dehonorquevuestrovalorhamerecido.

Alocualnadarespondióalvencedor,queseretiróhaciendounaprofundareverencia.

En tanto que los heraldos a grandes voces proclamaban: ¡Honor a losvalientes, gloria a los vencedores! y las damas saludaban con sus pañuelosblancosysusvelosbordados,yelpuebloaturdíaconsusgritos,losheraldoscondujeronalvencedoralpiedeltronoqueocupabaladyRowena.

Arrodillado en la última grada el caballero que en todas sus acciones ymovimientoshastaelfindelcombateparecíaquesóloobrabaporelimpulsodelosquelerodeaban,seobservóquevacilabacuandoatravesabalasegundavez el campo del torneo. Cuando, bajando del trono con tanta gracia conodignidad, ladyRowena iba a colocar por sumano la corona en el cascodelvencedor, los heraldos gritaron: ¡No, no, que se descubra! El caballeroentoncesprofirióensumisavozalgunaspalabrasqueapenasseentendieron.Sólo se comprendió que deseaba no quitarse el casco; pero ya fuese por noviolarlasleyesdelceremonial,oporcuriosidad,losmariscalesdeltorneonohicieron caso y le quitaron el casco, descubriendo el rostro de un joven deveinticincoaños,deagradablefisonomía,perotostadadelsol;pálidocomoundifunto,yconrastrosdesangreenelcuerpo.

Apenas le reconoció ladyRowenaahogóungrito llamandoensuauxiliotodalaenergíadesucarácterpararecobrarse,ysibientemblandoporlasúbitaconmoción que le causó la vista del caballero desheredado, puso sobre sucabezalacoronaydijoconunavozclaraydistinta:

—Señor caballero, te doy esta corona, recompensa al valor que hasmostradoeneltorneo.

Sedetuvounmomento,yluegoañadióconvozfirmeyentera:

—¡Nuncasehacolocadounacoronadecaballerosobrecabezamásdignadeceñirla!

El caballero inclinó la cabeza, y cayó sin sentido a los pies de ladyRowena,dandomotivoaunageneralconsternación.

Cedric;quesehabíasorprendidoa lavistadesuhijo,sedirigióaélconprecipitación, como para separarlo de ladyRowena; pero losmariscales deltorneo se adelantaron; adivinando la causa del desmayo de Ivanhoe seapresuraronadesarmarle,yrepararonqueunbotedelanzalehabíaheridoenuncostado.

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ApenasseoyóelnombredeIvanhoe,cuandovolódebocaenbocahastalosoídosdelPríncipe.

Al oírlo se inmutó su semblante, notándose el esfuerzo que hacía paradisimularsuturbación,ymiróatodaspartescondesdén.

—Milores—dijo—,yprincipalmentevos,señorprior,¿quéjuzgáisacercade la doctrina que los antepasados nos han transmitido sobre atracción ysimpatíainnatas?Segúnloqueyosiento,adivinoelfavoritodemihermano.

—"Frente de buey" no tiene más que disponerse a rendir su tributo aIvanhoe—dijoBracy,quedespuésdehaberllenadosudebereneltorneofue,desarmado,areunirseconlacomitivaquerodeabaalPríncipe.

—Sí —añadió Waldemar Fitzurse—; es muy probable que este jovenvencedor reclame el castillo y los bienes que Ricardo le había asignado yvuestraaltezahaconcedidodespuésa"Frentedebuey".

—Peroéste—replicóelPríncipe—estámásdispuestoarecibirfeudosqueasoltaruno.Creo,señores—prosiguió—,quenadiemedisputaríaelderechodeconferirlosfeudosdelaCoronaatossúbditosprontosareemplazaralosqueabandonandosupatriapeleanenpaísesextranjerosynopuedenporestacausaprestarleservicios.

TodoslosquerodeabanalPríncipeestabanmuyinteresadosenconfirmarleenestaopinión,yporesoinmediatamenteprorrumpieron:

—¡Ohpríncipegeneroso!¡Ohmagníficoseñor,queseimponeasímismolaobligaciónderecompensarasusfielessúbditos!

Asíseexpresabanporquetodos,como"Frentedebuey",habíanobtenidoyafeudosydominiosconsiderables.

ElpriorAymer,deacuerdoconellos,sólodijoqueensentidocristianonopodía reputarse Jerusalén como país extranjero, puesto que era la madrecomúnde loscristianos;peroelcaballero Ivanhoenopodíahacervalerestaexcusa, pues el Prior sabía de buen original que los cruzados al mando deRicardonohabíanpasadodeAscalón,yessabidoqueestaplazaesunaciudaddelosfilisteosalaquenopuedealcanzarningúnprivilegiodelosdelaciudadsanta.

Waldemar,quesóloporcuriosidadsehabíaacercadoalsitioenqueestabaIvanhoe,volvióalladodelPríncipediciéndole:

—Nopuedeincomodareljovenhéroeavuestraaltezanidisputara"Frentedebuey"laposesióndelfeudo,porqueestágravementeherido.

—Sea lo que sea—replicó el Príncipe—, él es vencedor del torneo; yaunquefuereelmayorenemigonuestro,debemosprodigarletodoslosauxilios

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quereclamasuposición.Voyamandar—dijoconciertasonrisamalignaqueleasistamiprimermédico.

YWaldemar Fitzurse, casi sin dejarle acabar, dijo que ya los amigos deIvanhoeselohabíanllevadodelaliza,añadiendo:

—Nohepodidoresistirlasensaciónqueinspirabalareinadelahermosuray de los amores, cuyo reinado ha terminado infaustamente.No soy hombrequeserindaconfacilidadalaslágrimasdelasdamas;peroladyRowenahasabidoreprimirsudolorcontantadignidad,quemehaadmiradosufirmezaysuvalor,cuando,juntassusdoshermosasmanos,fijóconserenidadlavistaenelcuerpoinanimadoqueveíaasuspies.

—¿Quién es —dijo el Príncipe— esa lady Rowena, de quiencontinuamenteoigohablar?

—Esunaheredera sajonaqueposeebienes considerables—respondió elpriorAymer—:unarosadebelleza,unajoyaderiqueza,lamáshermosaentremil;esunvasodemirraydearomas.

—Puesyocuidarédeconsolarlauniéndolaenmatrimonioaunnormando.Es huérfana, sin duda, y me corresponde por esa razón cuidar de suestablecimiento. ¿Qué decís a esto, De Bracy? ¿No os animáis a imitar elejemplodelconquistadorcasándoosconunasajonaqueostraigaconsumanodominiosconsiderables?

—Sieldominiomeagrada,serámuydifícilquerehúsecasarme;ysiporestagenerosidadquierevuestraaltezacumplirlapromesaquehahechoaestesufielsúbdito,seráeternomiagradecimiento.

—Veremos —dijo el Príncipe—; y para poner manos a la obrainmediatamente,decidalsenescalquevayaaconvidaraladyRowenayatodasucasa,estoes,asututorrústicoyalaotraespeciedebuey,aaquelqueelcaballero negro tiró al suelo, que vengan a honrar con su presencia elbanquete.DeBiyot—añadiódirigiéndoseasusenescal—,cuidaddehacerelconvite con todo el respeto y atención posibles para satisfacer el orgullo deesosagrestes sajones,quitándoles todopretextodeexcusa,noobstante, ¡porlasreliquiasdeSanBeket!,quegastarcumplimientosconesagenteesecharmargaritasapuercos.

Apenasacabódehablar,ycuandoibaadarlaordendemarchar,uncriadodesucomitivapusoensusmanosunbillete.—¿Dedóndees?—lepreguntó.

—Lo ignoro, señor —respondió—, aunque me parece que es de paísextranjero.Letraeunfrancésquehacaminadodíaynoche.

ExaminóelPríncipeconcuidadoel sobre,despuésel sello,y reparóquellevaba tres lloresde lis.Abrióprecipitadamenteelbilleteconunaagitación

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que aumentó notablemente cuando leyó estas palabras, que eran todo sucontenido: Vivid con cuidado, porque el diablo anda suelto, las cuales lecausaronunapalidez,mortal.Miróalatierra,levantólavistaalcielocualsihubieraescuchadolasentenciadesumuerte,yvolviendoluegosobresíllamóaparte a Waldemar Fitzurse y a Bracy, y les comunicó sucesivamente elcontenidodelbillete.

—Talvezseráunaalarmafalsa—dijoDeBracy.

—No—replicóelPríncipe—;conozcomuybienlaletrayelsellodelreydeFrancia.

—Es preciso y urgente —dijo Fitzurse— reunir nuestros partidarios enYorkoencualquierotropuntodelcentro.Elmenorretardopuedeserfunesto.Dejemos estos juegos pueriles, y pensemos en negociosmás serios ante lospeligrosquenosamenazan.

—Es, sin embargo, muy conveniente —repuso De Bracy— nodescontentar a los aldeanos, a los comunes, privándolos de la diversión queesperan.

—Meparece—replicóWaldemar—quetodopuedeconciliarse.Eldíanoestámuyadelantado;podríaverificarseahoramismolapeleadelosarqueros,y adjudicar Enseguida el premio al vencedor. Por estemedio vuestra altezacumplesuofertayquitatodomotivodequejaaesterebañodesiervossajones.

—¡Excelente idea!—dijoelPríncipe—.Porotrapartemeacuerdoahoraque tengoquepagarunadeudaaesepaisano insolentequenos insultóayer.Estanoche se celebrará el banquetequehedispuesto, y aunque fuera esa laúltima hora de mi poder, quiero consagrarla a la venganza y al placer.¡Quédenseparamañanaloscuidados!

Acordado en esta forma, se oyeron luego las trompetas, a cuyo sonidovolvierona reunirse losespectadoresquehabíanempezadoa retirarse,y losreyesdearmaspublicaronqueelPríncipe,pormotivosdealtaimportancia,nopodía presenciar los juegos aplazados para la mañana siguiente; pero noqueriendo tampoco que tantos valientes se separasen sin hacer a su vistaostentacióndeladestrezadesuprofesión,habíaordenadoquesecelebrasenalinstante los juegos señalados para el día siguiente. El premio asignado alvencedorconsistíaenunabocinadecazamontadaenplata,untahalíbordadode seda, y unmedallón con la efigie de SanHuberto, patrón de los juegoscampestres.

Inmediatamente se presentaron más de treinta aldeanos para disputar elpremio, la mayor parte guardas forestales y tenientes de guardas de losbosques reales de Newood y de Charnwood; pero al instante que sereconocieron unos a otros se retiraron algunos, no queriendo exponer al

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sonrojodeversevencidos indudablemente,pueseraentonces tanconocidaamuchasleguasdelacomarcalahabilidaddecadatiradorcomolascualidadesde un caballo expuesto en la feria de New-Market lo son hoy a los quefrecuentan aquel paraje. Quedó el número de competidores reducidodefinitivamenteatreinta.ElpríncipeJuanbajódesutronoparaexaminardecercalosarqueroselegidos,queporlamayorparteestabanvestidosdelibreareal; y después de satisfecha esta curiosidad examinó todo el contornobuscandoconlavistaelobjetodesuresentimiento.Consiguióalfinverledepiederechoen elmismo sitioy con lamisma frescuraque lehabíavisto lavíspera.

—Teníadudadequetudestrezacorrespondieraatuorgullo,queseríasunpartidariocastizodelaballesta—ledijoelPríncipe—,yquenoteatreveríasamedirtuhabilidadconestosconcurrentes.

—Con respeto a vuestra alteza—dijo el campesino—, tengo otra razónmásfuertequeelrecelodeservencidoparaestarenobservación.

—¿Ycuáles?—preguntóelPríncipe,impacientedecuriosidad.

—La razón que tengo—contestó el aldeano—es que así estos arqueroscomoyonoestamoshechosatiraraunmismoblanco;y,además,quenoserádelagradodevuestraaltezaverganarunpremioacualquieraquesinquererhayaincurridoenladesgraciadevuestraalteza.

—¿Cómotellamas?—preguntóelPríncipeabochornado.

—Locksley—respondió.

—Ahorabien,Locksley;luegoqueestosarqueroshayandadomuestrasdesuhabilidad,tirarástúcuandotetoque.Siganaselpremio,leañadiréveintenobles;perosilopierdes,haréquetedesnudendetutrajeyqueteechendelcampo a latigazos con la cuerda de un arco, para castigar y humillar tusoberbia.

—¿Y si no admito el desafío en esas condiciones?—replicóLocksley—vuestraalteza,apoyadoaquíportantoshombresdiestrosenlasarmas,puedemaltratarme,despojarmedemisvestidos;perotodoelpoderdevuestraaltezanoalcanzaaobligarmeatenderelarco,siyonoquiero.

—Si rehúsasmi oferta—dijo el Príncipe—, el Preboste hará pedazos tuarcoytusflechas,yteecharádelcampocomoauncobarde.

—Lo mismo es eso que obligarme a medir mi habilidad con los másdiestrosarquerosdeloscondadosdeSttafordyLeicester,a truequedesufrirlos tratamientos más ignominiosos si soy vencido; más, a pesar de todo,obedeceréavuestraalteza.

—Guardas,noleperdáisdevista—dijoelPríncipe—.Meparecequeha

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de faltarle ánimo; pero no quiero que se escape de la prueba a que le hecomprometido.Vosotros,amigos,valor: sostenedvuestra reputación.Estáyaprevenidaunabotadevinoyuncabritillomontésparaquemerendéis en latiendamásinmediataencuantosehayaadjudicadoelpremio.

Se fijó un escudo al fin de la avenida que por la parte del Mediodíaconducía al sitio del torneo, dejando bastante distancia entre el escudo y elparajedesdedondehabíandehacerpunteríalosarqueros.Lasuertedecidióelturno entre los aspirantes, y cada arquero debía tirar tres flechas. Regló elordendelosjuegosunoficialdegradoinferioralosreyesdearmas,tituladoPersevante, porque éstos hubieran creído degradar su rango si hubieranpresidido unos juegos campestres: Los arqueros tiraron uno tras otro confuerza y habilidad: de veinticuatro flechas que tiraron sucesivamente, diezdieronenelblanco,ylasdemásseacercarontanto,que,vistalagrandistanciaquemediaba,merecieronaplausos,habiéndosedistinguidoentretodosHubert,guarda de los bosques de Malvoisin: dos de sus flechas se clavaron en elcírculotrazadoenelcentrodelescudo,yleproclamaronvencedor.

—Ybien,Locksley—dijoelPríncipealarqueroaquienqueríahumillar—; ¿te atreves todavía a competir con Hubert, o te confesarás vencido,entregandotuarco,tusflechasytuescudoalPersevante?

—Ya que no hay otro remedio, tentaré fortuna con la condición de quecuandohubieretiradotresflechasalquesemeseñale,hadetirarHubertunaalqueyoleproponga.

—Estámuypuestoenrazón—dijoelPríncipe—Huber,sivencesaestefanfarrón, te llenaréde sueldosdeplata labocinaqueestádestinadaparaelvencedor.

—Haré todo lo posible—respondió Hubert—mi bisabuelo llevaba unarcofamosoenlabatalladeHastings,yesperomostrarmedignodeél.

En esto se cambió el escudo que servía de blanco, se puso otro de lasmismasdimensiones,yHubert,quecomovencedordelaprimeraprueba,teníaderecho a tirar el primero, apuntó detenidamente, calculó la distancia entretantoqueteníaelarcoencorvado,ypuestaensulugarlaflecha,seavanzóunpaso,levantóelarcoalniveldelafrente,tiróconfuerzadelacuerdahastasuoreja,ydisparólaflechaclavándolacasienmediodelescudo.

—Nohasatendidoalviento—ledijosucompetidor—,pues,enotrocaso,hubierasacertadoalblancoconmásexactitud.

Diciendo esto, y sin detenerse a mirar, se situó Locksley en el parajeindicado, y disparó con tan poco cuidado, al parecer, cuando aún estabahablando, que casi parecía no habermirado al blanco; pero, no obstante, suflechaseclavódospulgadasmásinmediataalcentroqueladeHubert.

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—¡Voto al Cielo! —exclamó el príncipe Juan—. Si te dejas vencer deLocksley(mirandoaHubert),merecesiragaleras.

—Aunquevuestraaltezamandeahorcarme,noharémásqueloquepueda:mibisabuelollevabaunarco.

—¡Maldito sea tu bisabuelo y toda su casta! —dijo el Príncipeinterrumpiéndole—. ¡Prepara tu arco, desgraciado; apunta lo mejor quepuedas,opobredeti!

Hubertbajolapresióndeestasamenazas,sesituódenuevoensupuestoyacordándosedelaadvertenciadeLocksley,calculóelefectodelvientosobrelaflecha,yladisparócontantadestrezaquedioenmediodelblanco.

—¡Viva Hubert! ¡Viva Hubert! —gritó entusiasmado todo el pueblo,mostrandomásinterésporsupaisanoqueporelarquerodesconocido—:¡VivaHubert!

—¡Noharásmejordisparo,Locksley!—dijoelPríncipeconuna sonrisamaligna.

—YoharéquelaflechaquevoyadisparardespedaceladeHubert.

Yapuntandoconunpocomásdeatenciónquelavezprimera,tiróehizomilpedazosladeHubert.

Alveresto,sorprendidoslosarquerossedecíanunosaotros:

—¡Estenoeshombre,esundiablo!¡NuncasehavistotalpunteríadesdequesemanejaelarcoenInglaterra!

—Ahorapidoyoavuestraalteza—dijoLocksley—permisoparacolocarunblancocomolosqueseusanenelNorte;yllévesetodalagloriaelarqueroque venga a disputarme el premio para obtener una sonrisa amorosa de suamada.

Dioalgunospasosenademándealejarse,diciendoalPríncipe:

—Haced,señor,quemesiganalgunosguardias:voyacortarunaramadeaquelsauce.

En efecto; el Príncipe hizo señal de que le acompañasen, pero revocó laordenenvistadeldisgustoqueantesudecisiónmostróelpueblo.

VolvióLocksleyalinstanteconlaramadesauce,rectaydeunapulgadadegrueso, y empezó a descortezarla con mucho sosiego diciendo al mismotiempoqueelblancoqueanteriormentehabíanpuestohacíapocofavorasudestreza,porqueensupaísseríalomismoqueponerlamesaredondadelreyArtur, en la que se sentaban sesenta caballeros. Y marchando con mucharesoluciónhastaelextremodelaavenida,clavóentierralavara,exclamando

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sinjactancia:

—Alqueacierteesteblancoa treintapasos, leproclamaréarquerodignodeostentarelarcoyelcarcajdelantedeunrey,aunqueseaelmismoRicardo.

—Mibisabuelo—dijoHuber— tiró en la batalla deHastingsuna flechaquelehizocélebre;peronuncapensótomarporblancounobjetocomoéste,niyo tampoco.Si este arquero toca a la rama,meconfiesovencido,porqueseráprecisoquetengaeldiabloenelcuerpo.Yonotiraré,porqueestoysegurode no acertar;mejor quisiera apuntar al corte de un cuchillo, a una paja decebada o a un rayo del sol, que a esa rama y movediza que apenas puedodistinguir.

—¡Perro!—gruñóelPríncipe—.Ytú,Locksley,tiratuflecha;sidaenlarama,diréqueereselmejorarqueroquehevisto;peroquieroantesverestapruebadetudestreza.

—Haréloquepueda,comodiceHubert—respondióLocksley.

Armódenuevosuarco,leexaminóescrupulosamentemudólacuerda,quehabíaservidoyamuchasveces,quitóloquenosehallabayaenbuenestado,apuntó con cuidado, calculó la distancia, tiró la flecha, y hendió la rama,justificandoconestapruebalareputacióndesugrandestrezayarrancandodelosespectadorestalesaclamaciones,queelmismoPríncipenopudomenosdedesprendersedesusinjustaspreocupacionesydeadmirarlagrandehabilidaddeLocksley.

—Tuyossonestosveintenoblesylabocinadecaza.Ahoramismotedoyotroscincuentasiquieressentarplazadearquerodemiguardia.

—Perdonad, señor—repusoLocksley—:he juradoque si llegase algunavezaservir,seríasóloalhermanodevuestraalteza,alreyRicardo.YocedoaHubert estos veinte nobles, pues hoy se ha distinguido no menos que subisabueloen labatalladeHastings.Si sumodestiano lehubieraaconsejadorehusareldesafío,estoysegurodequehubieraacertadotanbiencomoyoalblanco.

Hubert recibióconcierta repugnancia losveintenobles,yLocksley,paraevitarquefijasenenéllaatención,seconfundióentrelamultitud.

Tal vez no se hubiera sustraído a la vigilancia del Príncipe si éste nohubieratenidoelánimopreocupadoconnegociosdemuyaltaimportancia,Yasíllamóasucamareromayorcuandoéstedabaalosespectadoreslaseñalderetirarse,ylemandóquemarchaseaAshbyabuscarportodaspartesaljudíoIsaac.

—Encárgalemucho—ledijo—aeseperrojudíoqueantesdeponerseelsolmeenvíedosmilescudos.YaestáenteradodeLasgarantíasqueledoy,y

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puedes entregarle este anillo en prenda. Dile que antes de seis días ha deponermeenIdrekelrestodelacantidadquesehacomprometidoaprestarme;ysifaltaeseinfielasupalabra,leharécortarLacabeza.AcasoencontrarásaIsaac en el camino; pues no puede estar muy lejos, ya que ha asistido altorneo.

Y diciendo esto montó a caballo, y seguido por un gran número decaballerosmarchóporelcaminodeAshby.

XIII

ElconvitequeanuncióelpríncipeJuansecelebróenelcastillodeAshby,queennadaseparecíaaaquelloscuyasrespetablesruinastodavíainteresanalviajero.Fueconstruidopor lordHastings,camarlengomayorde InglaterrayunadelasprimerasvíctimasdelatiraníadeRicardoIII,másconocidocomouno de los héroes de Shakespeare que por su fama histórica. Pertenecíanentonces el castillo y la villa de Ashby a Rogerio de Quinei, conde deWinchesterquesehallabaenTierraSanta,ydurantesuausenciaelpríncipeJuandisponíasinescrúpuloalgunodesucastilloydesusdominioscomosifueranpropios.

Queriendo,pues,elPríncipeJuanalucinaralosconvidadosostentandoelmássuntuosolujo,habíadadoórdenesestrechísimasparaquenadaseomitierade cuanto podía imaginarse para que el banquete fuese espléndido hasta elextremo. Autorizados con estas órdenes los proveedores, que en talescircunstancias abusande las facultadesque se les dan, habían arrebatado enloscontornosdeAshbycontodoloquepodíasatisfacerelorgullofastuosodelPríncipeenelbanquete,alquehabíaconvidadoamuchaspersonas;ycomolascircunstanciasenquesehallabaexigíanqueprocuraragranjearseelfavorgeneral,convidónosóloalasfamiliasnormandasquevivíanenlascercaníassinoaotrasmuchasdelarazasajonaydanesaquegozabanenelpaísdegranconsideración, pues por más que en otras ocasiones los despreciase eranmuchos los anglosajones para no inspirar temor si tomaban parte en lasturbulenciaspróximasaestallar,yestaconsideraciónaconsejabaatraerasusjefes. Consecuente, pues, el Príncipe con esta idea se propuso tratar a losconvidadosquenoveíacomúnmenteasumesaconunapolíticayafabilidadaque no estaban acostumbrados; pero aunque no reparaba en sacrificar suopiniónasuinterésyenfingirsentimientosquenotenía,podíatemersequesuligereza y petulancia le hicieran perder en unmomento todo el fruto de sudisimulo.

Ya tenía dada una prueba convincente de su atolondramiento y de su

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ligerezacuandoleenviósupadreEnriqueIIaIrlandaconelfindeconciliarseel afecto de sus naturales después de reunida Irlanda a Inglaterra, pueshabiéndoseapresuradolosjefesdeIrlandaapresentarseatributarsuhomenajeyrespeto,envezderecibirlosconlaconsideracióndebidaasucategoríayalaimportanciadelasunto,élysuscortesanos,tanlocoscomoél,losasieronporsus largas barbas, excitando justamente tal insulto un resentimiento deconsecuenciasmuy fatales a la nación inglesa respecto a su dominación enIrlanda. Se ha citado este ejemplo para que no se sorprenda el lector de laconductaqueobservóenelbanquete.

Perseverandoen la ideaquehabía formadoenunmomentode reflexión,recibióaCedricyAthelstaneconmuchaconsideraciónycortesía;yasimismole manifestó el disgusto que experimentaba cuando Cedric le dijo que laindisposición de lady Rowena no le permitía asistir al banquete. Cedric yAthelstanesepresentaronconeltrajeantiguodesajónque,sinserridículoensí,eratandiferentedeldelosdemásconvidadosqueelPríncipetuvomuchotrabajo en contener la risa excitada por tan ridículo y fantástico vestido enrelaciónconlamodadelaqueltiempo.

No obstante un ánimo imparcial hubiéralos visto sin sorpresa y hastareputado la túnicacortayel largomantode lossajonespormásgraciososymás cómodos que el traje de los normandos, cuyo jubón era tan largo queparecíacasacóndecarreteroy llevabana laespaldaunacapitacortaquenopreservabadelfríonidelaguaniteníaotraventaja,alparecer,quepresentaralavista los forrosybordaduras;defectosqueobservóyaCarloMagnoysinembargocontinuaronsiendodemodahasta laépocadequehablamos,sobretodoentrelospríncipesdelaCasadeAnjou.

Se colocaron todos los convidados en una mesa rica y abundantementepreparada. La multitud de cocineros que seguían al Príncipe en sus viajeshabíandesplegado todoelartey talento imaginablesparavariar la formadelos diferentes platos, y consiguieron tan perfectamente como los cocinerosmodernosrobaralassalsasmássimplessuapariencianatural.Laspastasylasgelatinas,queentoncessóloseservíanenlasmesasdelosnobles,deleitabanlavistaporsuvariedad,ylosvinosmásexquisitoscolocadosdedistanciaendistanciacoronabanlamagnificenciadelfestín.

No era la intemperancia el defecto más noble en los normandos; másmelindrosos que glotones buscaban delicadeza en los manjares evitandocuidadosamentecualquierexceso,enloquenoselesparecíanlossajones.Elpríncipe Juan y los que por hacerle la corte imitaban sus defectos gustabanalgomáslosplaceresdelamesa.Essabidoquemuriódeunaindigestióndepescadoydecervezanueva;peroeraexcepcióndelareglaenlascostumbresde sus compatriotas. Observaban, pues, los caballeros normandos concircunspección maligna, interrumpida sólo por algunos gestos de valor

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entendido, los defectos que cometían los sajones en el banquete contra lasreglas de la etiqueta, que les eran desconocidas, pues los normandosdisimularíanmásbiencualquieragroseríacontraeldecorodelasociedadquela ignorancia de las reglas de la rigurosa urbanidadCedric, por ejemplo, enlugardeesperarquesusmanosseenjugasenagitándolasnaturalmentealaire,selaslimpiabaenunaservilleta,yhacíaunpapelmásridículoqueAthelstaneporhabercogidounpastelónrellenodetodoloqueenaqueltiemposemirabacomo más fino y delicado; y se supo que el Thane de Coningsburgh (oFranklin. comodicen losnormandos)no sabíadequé se componíaunplatoque había devorado con la mayor avidez creyendo que los tordos y losruiseñoreseranpichones;demodoquesuignoranciafueenestapartemotivodelaburla,másbienquesuglotonería.

Terminado el banquete, y en tanto que las copas iban y venían entre losconvidados,empezaronéstosahablardeltorneoydeloshechosdearmasdecadacaballero,delvencedordesconocidoquehabíaobtenidoelpremioenelcombate del arco, del caballeroNegro, que se había sustraído a los honoresmerecidos,y,enfin,delvalienteIvanhoe,quehabíaadquiridoatantacostalagloriadeltriunfo.Sediscurríaconfranquezaverdaderamentemilitar,ysóloelpríncipe Juan no participaba de la alegría general agitado por penosospensamientos,hastaqueunodeloscortesanoslellamólaatención:entoncesse levantó de repente, y llenando su copa la apuró de un golpe como parareanimarsuespírituabatido,ytomóparteenlaconversaciónconalgunaqueotrapalabrasuelta.

—¡Brindemos—exclamóelPríncipe—alasaluddeWilfridodeIvanhoe,vencedor del torneo! Nos es muy sensible que sus heridas no le hayanpermitidohonrarestebanqueteconsuasistencia.¡Todoelmundotomeinterésensusalud,especialmenteCedricdeRotherdham,dignopadredeunhijodetanbellasesperanzas!

—¡No,Príncipe!—exclamóCedriclevantándoseydejandoenlamesalacopa, sin llegarla a los labios—. ¡Yo no doy el nombre de hijo al que hadespreciadomisórdenesyrehúsalascostumbresylosusosdesuspadres!

—Es posible —replicó el Príncipe sorprendido— que un caballero tanvalienteseaunhijoindócilyrebelde?

—Loes Ivanhoe—dijoCedric—.Abandonó la casapaternapara ir a lacortedevuestrohermano,enlacualseadiestróenesosjuegosdeagilidadquellamáisproezasyquetantoadmiráis.Seausentócontramivoluntad,apesardemis órdenes; conducta que en el reinado deAlfredo se hubiera reputadocomounadesobedienciaysehubieracastigadoconelmayorrigor.

—¡Ah!—dijoelPríncipelanzandounsuspiroafectado—¡Sivuestrohijoha estado en la corte de mi hermano, excusado es preguntar dónde ha

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aprendidoadesobedecerasupadre!

OlvidóelPríncipecuandohablabaasídequesisupadreEnriqueIIteníamotivos de quejamás omenos graves de sus hijos, él se había distinguidoentretodossushermanosporsurebeliónysuingratitud.

SiguiendoelPríncipedespuésdeunmomentodesilencio,dijo:

—Mi hermano, sin duda, se habrá propuesto donar a su favorito el ricodominiodeIvanhoe.

—Selehaconcedidoefectivamente—respondióCedric—,yesaesunadelas quejas más fuertes que tengo contra mi hijo, porque se ha humillado arecibirencalidaddevasallolosmismosdominiosquepertenecendederechoasusascendientes,poseyéndolossiempresindependenciaalguna.

—Entonces, no llevaréis a mal, noble Cedric —dijo el Príncipe—, queconcedamosesefeudoaunapersonaquenosecreeráhumilladateniendoundominiocomoesedelacoronadeInglaterra.SirReginaldo"Frentedebuey"—añadiómirándole—,nodudoquesabréisconservaresabaroníademaneraqueWilfridopierdalaesperanzadevolveraposeerla.

—¡Por San Antonio —gritó el gigante arrugando el sobrecejo—.Consientoque seme tengapor sajón, siWilfrido,Cedricocualquierade suestirpemearrancaelpresentequeVuestraAltezaacabadeconcederme!

—Cualquiera que os llamara sajón —dijo Cedric ofendido por unaexpresiónquelosnormandosusabanpordesprecioalossajones—osharíaunhonortangrandecomopocomerecido.

Iba a responder "Frente de buey"; pero cortó el lance la petulancia delPríncipe, diciendo que Cedric había hablado verdad, pues que él y todo sulinajepodíaadelantarseatodos,nosóloporlaantigüedad,sinotambiénporlomuylargodesuscapas.

—Sí —dijo Malvoisin—; ellos nos preceden en los combates, comoprecedenloscorzosalosperrosquelospersiguen.

—¡Quéderazonesnotienenparapretenderlapreferencia!—dijoelpriorAymer—.Aunquenoseamásqueporsusmanerasnoblesycortesanas.

—Ytambiénporsu templanza—añadióBracy,olvidándosedeque ibaadesposarseconunasajona.

—Yporelvalorquedesplegaronen labatalladeHastingsyenotras—dijoBriandeBois-Guilbert.

Entretanto que los cortesanos sonriéndose seguían el ejemplo de suPríncipe y cada uno buscaba el modo de herir a Cedric con alguna zumbaridícula, el Sajón con el rostro encendido y brotando cólera recorría con

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miradasterribleslossemblantesdetodos,comosieldiluviodeinjuriasdequeseveíaoprimidoleimpidierancontestarconmesuraacadaunoporsuorden,o como un toro acorralado por perros, que no sabe por dónde empezar avengarse;peroalfinrompióelsilencioconlenguabalbuciente,ydirigiéndosealpríncipeJuan,comoprincipalautordelosinsultosquelehacían,ledijo:

—Sean los que se quieran los defectos y los vicios de que se acusa anuestraraza,hubierasidoaltamentemenospreciadoelsajónqueensupropiacasay a sumismamesahubiese tratado aunhuéspedque ennada le habíaofendidocomoVuestraAltezaha consentidoquemehayan insultado;ypormuygrandesquehayan sido los revesesquenuestrosascendientesprobaronenlallanuradeHastings,porlomenosalgunosqueestánpresentes(mirandoa"Frentedebuey"yaltemplarlo)deberíanenmudecer,porquehacepocashorasquelalanzadeunsajónleshahechoperderlasillaylosestribos.

—Afemía—dijoelPríncipe—,eslafraseintencionada.¿Quéosparece,señores?Nuestros súbditos sajonesposeenun talentoyvalor sobresalientes:sontananimososcomoapaciblesenestostiemposturbulentos.Creo,señores,quelomejoresembarcarnosalmomentoparaNormandía.

—¿,Pormiedo a los sajones?—dijoBracy riéndose—. ¡Bueno sería esocuandoparaacorralarensusbosquesaestosjabalíesnossobranlosvenablosdecaza!

Fitzurse, más prudente, trató de que se pusiera término a las burlasinsinuandoalPríncipequeseríamuyoportunoquepublicaraporsímismoquenosehabíatenidointencióndeinsultaraCedricconellas;peroelPríncipenoaccedió:antesbien,dijoqueibaabrindaralasaluddeCedric,yaqueéstenohabíaqueridobrindaraladesuhijo.Conefecto:lacopafuepasandodemanoenmanoenmediodelosaplausospérfidosdeloscortesanos;peroCedricnose dejó alucinar por aquellas falsas demostraciones, pues aunque tenía pocapenetración, era necesario que fuese un mentecato para que el lisonjerocumplimientoque leofrecíaelPríncipe lehicieseolvidar los insultosque lehabía prodigado. Semantuvo en silencio, y en tanto el Príncipe propuso unbrindis,alasaluddeAthelstanedeConingsburgh,elcualinclinólacabezaycorrespondióaestehonorapurandodeungolpelacopaqueteníaenlamano.

ElPríncipe,cuyacabezaestabayabiencalienteconlosvaporesdelvino,manifestó que, ya que se había hecho honor a sus huéspedes, era justo queestoscorrespondiesen,ydirigiéndoseaCedricledijoquenombrasecualquiernormando, el que menos repugnase a sus sentimientos, ahogando toda laaversiónqueletuvieseenlacopadevino.EntantoquehablabaelPríncipeseocultóFitzursedetrásdelSajón,yleinsinuóqueaprovechaselabellaocasiónde sofocar toda animosidad entre las dos razas nombrando al príncipe Juan;pero el Sajón, levantándose y llenando la copa hasta el borde, dirigió al

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Príncipeestaspalabras:

—Vuestra Alteza quiere que yo nombre un normando, el que menosrepugne; y aunque eso es lo mismo que mandara un esclavo elogiar a sudueño, o a un vencido oprimido por todos los males que trae consigo laconquista que cante y aplauda al conquistador, nombraré un normando, elprimero por su categoría y por su valor, el mejor, elmás noble de toda suestirpe, y a cualquiera que rehúse repetir su nombre le tendré desde ahoramismo por cobarde vil, sin sentimiento alguno de honor. Yo lo digo y losostendréariesgodemivida.¡Caballeros,alasaluddeRicardoCorazóndeLeón!

Estegolpe,inesperadoparaelPríncipequecreíaqueibaaoírsunombreenlabocadelSajón,lehizoestremecerseyledesconcertódetalmanera,quetanprontollevabalacopaaloslabios,tanprontolavolvíaalamesa,absortoalobservarelefectoquehacíaenlosconvidadoslaproposicióninesperadadelSajón. Los cortesanos más prácticos en la política de Palacio imitabanfielmente la afectada distracción del Príncipe; otros, por impulsos másgenerosos,repitieronconentusiasmoelnombredeRicardo,manifestandosudeseodeverleeneltrono.Yotros,entreloscualesestabanFrentedebueyyeltemplario, no tocaron sus copas, permaneciendo inmóviles como estatuas ydejando observar en su semblante desdén o indiferencia; pero ninguno seopusoalbrindisdeCedric,elcualdijoasucompañero:

—¡Vámonos, Athelstane! ¡Bastante tiempo hemos estado aquí pues quehemoscorrespondidodignamentealasatencionesconqueelpríncipeJuanhadesempeñadorespectoanosotroslahospitalidad!Venganaobservarnuestrascostumbres en el hogar de nuestros antepasados, de los que no nosausentaremosjamás;llevamosalmenosunconocimientoprácticodeloqueesun banquete regio y a lo que se reduce la política y la civilización de losnormandos.

SiguieronaCedricyAthelstaneotrossajones,ofendidos tambiénpor lossarcasmos del príncipe Juan y de sus cortesanos; y éste, luego que aquellospartieron, no pudo menos de decir que se habían retirado los sajones conmuchohonorytriunfantes.

—Hemos bebido y gritado —dijo el Prior—: ya es hora de dejar Lasbotellas.

—¿Esperáisalgúnpenitenteparaconfesarle?—dijoBracy.

—No:tengoqueandarmuchoparallegaramicasa.

—Nosdeban,yelprimeroestepriorpoltrón—dijoelPríncipe.

PeroWaldemar le animó asegurándole que los haría reunirse en Zoreck

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contodoslosquedebíanhallarseenlaasamblea.

Observando el Príncipe que todos los convidados se habían retirado,exceptosuscortesanos,dijoconenfadoaFitzurse:

—Vedaquíelresultadodevuestrosconsejos.Mehevistodesafiadoenmimismamesaporunsajónebrio,yalsolonombredemihermanotodoshuyendemícomodeunleproso.

—Avuestraligerezaypetulanciadebéisculpar,Príncipe,ynoamí.Noesoportunogastareltiempoenreconvencionesinútiles.Bracyyyobuscaremosaesoscobardesylosharemosentenderquehanavanzadodemasiadoparaquepuedanretroceder.

—Es en vano—replicó el Príncipe paseando descompasadamente por lasala—.Hanvisto,comoBaltasar,escritaenlaparedlasentencia;hanvistoyalas huellas del león en la arena; han oído resonar en la selva sus rugidos, ynadalosreanimará.

—¡Quiera Dios —dijo Fitzurse a Bracy— que se reanime el valor delPríncipe,tandecaído,quesóloaloírelnombredesuhermanolehaacometidounafiebre!

XIV

ElafányesfuerzopenosoconqueWaldemarFitzursetrabajóparareuniralos partidarios del príncipe Juan sólo pueden compararse con la fatiga quecuestaa laarañarepararsu telacuandosehanrotoodesordenadosushilos.Conocía Fitzurse que algunos de los adictos al Príncipe lo eran porinclinación, mas no por estimación personal, y por eso les recordaba lasventajas que habían logrado con la protección del Príncipe y les dejabaentreverunporvenirmás lisonjero:ofrecíaa los jóvenes libertinoscompletodesenfreno en los placeres, seducía a los ambiciosos con la esperanza dehonores y dignidades, lisonjeaba a los avarientos con el goce de pingüesdominiosyriquezas,y,porúltimo,ofrecíamayorgratificacióna los jefesdelaspartidasmercenarias,queeraparaelloselresortemáspoderoso,ysibiendistribuía profusamente promesas, daba poco dinero; pero nada olvidó decuantopodíadecidirlosánimosvacilantes.

Hablaba de la vuelta de Ricardo como de un suceso fuera de laprobabilidad; mas observando por el semblante y la ambigüedad de lasrespuestasdelosoyentesquesuánimoestabatemerosodequeseverificase,lesdijoconlaosadíamásdecididaqueauncuandoRicardovolvieranodebíavariarse el cálculo político, porque sería para enriquecer a sus cruzados

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hambrientos y miserables a costa de los que no le habían seguido a TierraSanta, para exigir una cuenta terrible a los que durante su ausencia habíaninfringidolasleyesdelpaísolosprivilegiosdelaCorona,paracastigaralostemplariosyaloshospitalariosporlapreferenciaquehabíandadoaFelipedeFranciadurantelaguerraPalestina,y,enfin,paratratarcomorebeldesatodoslosamigosyadictosalpríncipeJuan.

—Si teméis el poder de Ric en el siglo del rey Arthur, en que un solocampeóndesafiabaatodounejército.SivuelveRicardovolverásolo,porquesus valientes soldados han perecido en las llanuras dePalestina y los pocosque han escapado han vuelto como verdaderos mendigos cual Wilfrido deIvanhoe y no pueden inspirar temor. Tampoco el derecho de primogenituradebedeteneralosescrupulosos,porquenoesmásfuerteysagradoenRicardopara la corona de Inglaterra que lo era en el duqueRoberto deNormandía,primogénito del Conquistador. Guillermo el Rojo y Enrique, sus hermanosmenores,fueronsucesivamentepreferidosaaquélporelvotodelanación;yesto teniendoRoberto todas las cualidadesquepuedenhacersevaler a favordel reyRicardo,porqueeravalientecaballero,degran talento,generosoconsus amigos y con la Iglesia, y también cruzado, como Ricardo, y habíaconquistadoelSantoSepulcro,yestonoobstante,murióciegoypresoenelcastillo deCardiff porque no quiso someterse a la voluntad del pueblo, querehusabareconocerlecomorey.Además,tenemoselderechodeelegirentrelaFamilia Real el que sea más a propósito para sostener los intereses de laNobleza.BienpuedeserqueelpríncipeJuanseaalgo inferioraRicardo,enlascualidadespersonales;perosisereflexionaqueRicardovieneansiosodevenganza, al paso que el príncipe Juan nos ofrece privilegios, honores yriquezas,nopuedeserdudosoelpartidoquesedebetomar.

EstosrazonamientosyotrosqueempleabaelastutoconsejerodelpríncipeJuan adaptándose al carácter y circunstancias particulares de los que leescuchaban, consiguieron al fin decidir a la mayor parte a reunirse en laasambleaquedebíaverificarseenZoreckparadeliberaryacordarlosmediosdecolocarlacoronaenlassienesdelhermanodelreylegítimo.

Empezaba a anochecer cuando Fitzurse fatigado por los esfuerzos quehabía hecho, pero contento del resultado, llegara al castillo de Ashby; yencontrando a Bracy disfrazado en traje de arquero, le preguntó quésignificaba aquel disfraz, que indicaba ocuparse de locuras en el momentocríticoenqueibaadecidirseeldestinodelpríncipeJuan,enlugardetratardeasegurar y afirmar, como él lo había hecho, el ánimo de los irresolutos ytímidos,aquieneselsólonombredeRicardohelabalasangreenlasvenas.

—Pienso,Fitzurse,enminegocio,comotúeneltuyo.

—¿Comoyoenelmío?—dijoFitzurse—.Yosólomeheocupadoenlos

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delpríncipeJuan,nuestroseñorcomún.

—¡Muy bien, Waldemar! Pero ¿cuál es el motivo de esa solicitud? Tuinteréspersonal. ¡Vamos,vamos;sabesqueyanosconocemos!Laambicióndirigetodastusacciones;lasmíasestánsujetasalosplaceres,yestoconsisteen la diferencia de la edad. En cuanto al Príncipe, somos de una mismaopinión. Los dos estamos persuadidos de que esmuy flojo para ser un reyfirme,muydéspotapara serbuen rey,muy insolenteypresuntuosopara seramado, y, en fin, muy inconstante y muy tímido para conservar por largotiempo la corona. Seguimos su partido porque sólo en el reinado de unpríncipecomoéstepodemoshacernuestrafortuna,yporesoleayudamos:túcontupolítica,yyoconmicompañíafranca.

—Tengo en ti un auxiliar que promete mucho —dijo Fitzurse comoincomodado—;unhombrequesededicaahacerlocurasenelmomentomáscrítico.Ybien;¿cuáleselmotivodeesedisfrazenocasióntanseria?

—Quiero—respondióBracyconmuchacalma—adquirirunamujera lamaneradelatribudeBenjamín.

—Noteentiendo.

—¿No estabas presente ayer cuando, después de oír la canción de aqueltrovador,nosrefirióelpriorAymerquehabiéndosesuscitadoenotrotiempoen Palestina cierta diferencia muy acalorada entre el jefe de la tribu deBenjamín y el resto del pueblo de Israel tomaron las armas, y en la batallaquedódestrozadatodalafuerzadeljefedelatribudeBenjamín,yelvencedorjuró que a ninguno de los que se habían salvado del general destrozo lespermitiría casarse con mujeres de su linaje, y los de la tribu de Benjamín,siguiendoelconsejodelaSantaSede,alacualrecurrieronsobreestenegocio,dieronunconvitemagnífico,yenlomásalegredelamesaarrebatarontodasLasdamasquesehallabanpresentes,ysecasaronconellassinpedirpermisoanadie?

—Hagomemoriadeeso,aunquemeparecequetúoelPriorhabéishechoalgunasvariaciones;pero...

—Loquetedigoesquevoyaproporcionarmeunaesposaalamaneraquelas tomó la tribu deBenjamín. Con este disfraz caeré sobre esamanada desajonesquevuelvendelcastillo,yrobaréalahermosaladyRowena.

—¿Estásloco,Bracy?¿Olvidasqueesossajonessonfricos,poderosos,ytantomásrespetadosporsusconciudadanos,cuantoquelariquezayelpodersonpatrimoniodeunreducidonúmerodeentreellos?

—Talvezningunosehallaráconéstos,ycompletarélagrandeobrademiconquista.

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—Noesahoraoportunopensareneso,porqueelmomentocríticoqueseacercahaceindispensablequeelpríncipeJuanadquieraelpartidodelpueblo,ynopodrádispensarsedehacerjusticiaalqueselareclame.

—¡Bien; hágalo si se atreve! ¡Pronto verá la diferencia que hay entre lalanza de mi compañía y esa reunión confusa y desordenada de miserablessajones!Además, túnosabesquetodalaindignacióndeestaaventurahaderecaer precisamente sobre esas cuadrillas de salteadores que infestan losbosquesdelcondadodeYork.Conestedisfrazparezcounodeellos; séquedormiránestanocheenelconventodeSanWittold... ¡Wittold!Nosésiestezafio santo sajón está al lado de Burton-onTren. Por La mañana caeremossobre ellos como el halcón sobre su presa, y presentándome como unverdaderocaballerodesempeñaréestepapel,arrancandodeentresusmanosaladyRowena,Lallevaréalcastillode"Frentedebuey"oaNormandía,ynovolveráalsenodesufamiliasinodespuésqueseaesposaodamadeMauriciodeBracy.

—¡Admirable y sabio plan! Dudo que sea enteramente formado por ti.¡Vamos;confranqueza!¿Quiéntelohasugeridoyteauxiliaráparallevarleacabo?Contucompañíanopuedeser,porqueestáenYork.

—Telodiré todo.El templarioBriandeBois-Guilbertha trazadoelplansobrelaaventuradelatribudeBenjamín.Éldebeauxiliarmeponiéndosealacabezadesugente,queharánelpapeldesalteadores,yyoarrebatarédesusmanosladamaluegoquehayamudadodetraje.

—¡Bravoplan;dignopor ciertode tu talentoydelde tu compañero!Tuimprudencia,Bracy,alconfiarladamaenlasmanosdeltemplariomeadmira.No dudo que logres arrebatarla de los sajones; pero serámuy difícil que laarranques de las uñas deBois-Guilbert porque es un halcónmuy diestro enagarrarsupresaynoladejaráescaparadostirones.

—No puede ser rival mío; los estatutos de la Orden que profesa no lepermitencasarseconladyRowena.Podríateneracasoideasilegítimasacercade esa dama; pero en todo caso, aun cuando valiera él solo tanto como uncapítulodesuOrden,noseatreveríaahacermetamañoinsulto.

—Yaquenopuedoapartarte,Bracy,deesalocuraenqueteveoobstinado,haz lo que gustes; pero a lo menos que no haya tanta prisa en ejecutarla,porqueesmalelegidoelmomento.

—Esnegociodepocashoras,Fitzurse.PasadomañanameveréisenYorkalacabezademicompañía,prontoaejecutarcuantoossugieravuestrapolítica.¡Adiós, que me aguardan mis camaradas, y voy a conquistar como buencaballerounabella!

—¡Como buen caballero! —repitió Waldemar viéndole partir—. ¡Como

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locorematadodiríamejor,ocomoniñoquedescuidalomásserioparacorrertrasunamariposa!¡Ysonéstoslosagentesdequehedeservirmeparallevaracabolosplanesdeantipolítica!¿Yenbeneficiodequién?¡Deunpríncipetanimprudente como impetuoso, que, probablemente, será tan ingrato rey comohasidohijorebeldeyeshermanodesleal!¡Perotambiéntengoquemanejarlecomoalosotros;ypororgullosoquesea,sipresumesepararsusinteresesdelosmíos,prontosabráloqueleaguarda!

LasmeditacionesdelpolíticoFitzursefueroninterrumpidasporlavozdelPríncipe,quelellamabadesdesucámara.ElpresuntocancillerdeInglaterra,porque tal era el alto puesto a que el orgulloso normando aspiraba, acudiógorraenmanoyatodaprisaarecibirlasórdenesdesufuturomonarca.

Elcuriosolectornopuedehaberolvidadoqueeléxitodeltorneosedebióal oportuno socorro de un caballero desconocido, al cual dieron losespectadores el nombre delNegro ocioso, por alusión a su armadura y a laconducta pasiva e indiferente quehabía observado.Aquel caballero salió derepente del campo inmediatamente después de la victoria; y cuando fuellamadopararecibirelgalardónquesuvalormerecíanadiepudodescubrirsuparadero.Entantoqueleemplazabanlosheraldosylastrompetas,elcaballerose había internado en los bosques hacia el Norte de la ciudad de Ashby,evitando los caminos frecuentados y tomando los atajos y las veredas máscortas.Pasólanocheenunamalaventadondesereunieronalgunosviajeros,entreellosuntrovadorquelellevólasúltimasnoticiasdeltorneo.

A la mañana siguiente salió temprano, con ánimo de hacer una largajornada: sucaballononecesitabademucho reposo,porque, comoyahemosvisto,nohabíatrabajadoconexcesodurantelabatalla.Sinembargo,nopudorealizar sudesignio,porhaberseextraviadomásdeunavezen los tortuososlaberintos de la selva; demodo que al anochecer se encontró en la fronteraoccidentaldelcondadodeYork.Yaalasazónestabanhartomolidosjineteycaballo,yfueprecisopensarseriamenteenbuscaralgúnalberguedondepasarlanochequeatodaprisaseacercaba.

Elsitioenqueelviajerosehallabacuandoleasaltaronestasreflexionesnoeraelmáspropioparael logrode los finesquedeseaba;yyavioqueno lequedaba otro recurso que el de los caballeros andantes, los cuales ensemejantes ocasiones dejan pastar al caballo la menuda hierba y se echandebajodeunaencinaameditarasusanchasenladamadesuspensamientos.PeroelOciosonoteníasiquieraesterecursodequeecharmano:taninsensibleal amor como indiferente había parecido en los combates, no podía darse areflexionesmelancólicassobrelacrueldaddealgunaprincesaempedernidaysordaasusayes.Elamor,porconsiguiente,nopodíasatisfacersuapetito,nialiviar su cansancio, ni suplir la falta de cama y cena. Vióse con hartapesadumbre en medio de ásperas malezas en que sólo se distinguían

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estrechísimas veredas, formadas, sin duda, por los numerosos rebaños quepastabanporaquellosbosques,porlasliebresyvenadosqueloshabitabanyporloscazadoresquelosperseguían.

XV

Elsol,quehastaentonceshabíadirigidoensurumboalcaballero,acababadeocultarsedetrásdelascolinasdelaizquierda,yenaquellascircunstanciascada paso que diera podía extraviarle más y más en la espesura. En vanoprocuródirigirsepor lossitiosmenosquebradoscreyendoquedeestemodollegaría al ranchodealgúnpastoroa la chozadealgúnguardabosque;peroviendo que nada favorable resultaba de sus diversas tentativas, resolvióentregarsealinstintodesucaballoporquelaexperiencialehabíademostradola admirable sagacidad con que estos animales sacan a los viajeros de tanincómodosapuros.

Elcorcelempezabayaasentirlafatigadetanlargajornadayelpesodeunjinetequellevabaencimaalgunaslibrasdehierro;masapenasconocióporlaflojedaddelasriendaslosdesigniosdesuamo,cobrónuevafuerzayvigor,yen lugar delmal humor y del áspero gruñido con que hasta entonces habíarespondido a la espuela, envanecido con la confianza que se le dispensaba,enderezólasorejasyapretóelpasoconindiciosdesatisfacciónyseguridad.Tomóalprincipiounadireccióncontrariaalaqueeljinetehabíaseguidohastaentonces;maséstenoquisooponersealoquesuinstintoledictaba.

El éxito justificó sus esperanzas, porque a poco trecho se presentó unsendero algomás anchoy holladoque los anteriores, y no tardó en oírse elsonido de una campana, lo cual indicaba la proximidad de alguna ermita ocapilla.

Enefecto;llegómuyenbreveaunespaciocubiertodemenudocésped,encuyaextremidadyalpiedeunasuaveelevaciónsealzabaunarocasolitariayescabrosa.Ceñíanlaporun lado frondosas colgadurasdehiedra, ypor otrosenmarañados grupos de encinas y matorrales, cuyas raíces, buscando lahumedaddeunprofundobarranco,pendíandesnudasalbordedelprecipicio,comolaplumadelcrestóndeunguerreroqueengalanaloquedespiertaideasdedestrucciónydepeligro.Enunodelossenosdelriscosedistinguíatoscaygrosera cabaña apoyada en aquelmuro natural y construida con los troncosque la selvavecina suministraba,unidosconpegotesdemusgoygreda.Unretoño de encina despojado de sus ramas con otro pedazo demadera atadohacia su extremidad superior adornaba la entrada sirviendo de rústicoemblemadelaSantaCruz.Apocadistanciayalamanoderechadelachoza,

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se veía salir de la roca un manantial de agua cristalina que caía en unaexcavación labrada en la piedra viva, aunque sin gran artificio ni primor.Desprendíasedeellaycorríapor el caucequecon sumismo impulsohabíaformado, y atravesando en tortuosos giros la llanura se perdía entre lasfrondosidadesdelbosque.

Alzábanse juntoa la fuente las ruinasdeunahumildecapillacuyo techohabíadesaparecidoenparte.Nuncatuvoensusmejorestiemposaqueledificiomásdedieciséispiesdelargoydocedeancho:eltechoeraproporcionalmentebajo, y se apoyaba en cuatro arcos céntricos que arrancaban de los cuatroángulos,sostenidocadaunoenunacortaygruesapilastra.Dosdeestosarcosexistíanaún,perosin labóvedaquehabíansostenido; lade losotrosdosseconservaba entera. La entrada de aquel antiguo santuario era un corredorestrechoyabovedadoconalgunasmoldurascomo lasqueseven todavíaenlosantiguosedificiossajones.Cuatropilaresdereducidaelevaciónformabanel campanario que se erguía sobre el pórtico, y de él colgaba la verdosa yenmohecidacampanacuyosecoshirieronpocoanteslosoídosdelcaballerodelanegraarmadura.

Taleralapacíficayretiradaescenaqueiluminabanaúnlosvislumbresdelcrepúsculoyqueprometíaalviajerounalberguetranquiloparaaquellanoche,pues era obligación de los ermitaños que habitaban los bosques ejercer lahospitalidadcontodosloscaminantesquellamabanasuspuertas.

El caballeroOcioso, que no se había detenido a examinarmenudamentetodos lospormenoresqueacabamosdedescribir,diograciasmuysincerasaSan Julián, patrón de los viandantes, por haberle deparado tan buenahospedería;bajódelcaballo,yllamóalapuertadelaermitaconelregatóndelalanza.

Algúntiempoestuvosinoírrespuestaalguna,ylaqueoyóalcabonoeramuysatisfactoriaporcierto.

—¡Sigue tu camino, quienquiera que seas —dijo una voz agria ydestemplada,queparecíasalirdeloprofundodeunsótano—,ynoturbesmisdevociones!

—¡Padremío—respondióelcaballero—aquíestáunpobrecaminantequesehaextraviadoenmediodeestosbosques,yqueosofreceunaocasióndeejercerlahospitalidadylacaridadcristiana!

—¡Hermano—repuso el habitante de la ermita—, yo recibo la caridadajena, y no puedo ejercerla! No tengo un mendrugo de pan en esta pobrecueva,nimáscamaquelaqueusanlosmáshumildesanimales.¡Sigue,pues,tucamino,yqueDiostedésusantagracia!

—¿Ycómohedehallarelcamino—repusoelde lasnegrasarmas—en

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mediodeestosmatorralesyenunanochetanobscura?Osruegoqueabráislapuerta,o,alomenos,quemeenseñéiselcamino.

—¡Yyoteruego,hermano—dijoelanacoreta—,quenomemolestes!

—¡Enseñadmeel camino—dijo el caballero—,yaquenopueda esperarotracosa!

—Fácilmente lo encontrarás si quieres —respondió el ermitaño—. Esaveredadelbosqueatraviesaunpantano,ypasadoéste,hallarásunríoquesepuedevadearahoraquehanpasadolaslluvias.Tencuidadocuandopasesalaorilla izquierda, que es algo escabrosa y resbaladiza. También creo que hayalgunosagujerosmásalládelrío,aunquenoloshevisto,porquerarasvecesmealejodeestasantacapilla.Siguedespuésadelante,y...

—¡Un pantano, un vado, unos agujeros! —dijo el caballerointerrumpiéndole—Señor ermitaño, dígote que aunque seas más santo quetodos los anacoretas juntos, nome obligarás amoverme de aquí en toda lanoche.Elquevivedelacaridad,aunquetúnolamerecesenverdad,nodebenegarelabrigodesutechoauncaminanteextraviado.¡Abrelapuerta,ovotoatantos,quelaechoalsueloyentroatupesar!

—¡No seas importuno, buen amigo! —repuso el ermitaño—. ¡Si meobligasavalermedelasarmascarnales,caratehadecostarlafiesta!

Hacía algún rato que el caballero oía algunos ladridos; pero en aquelmomento llegaron a ser tan furiosos, que no pudo menos de atribuir alermitañolaintencióndeponerseendefensallamandoasusocorroaunajauríaenteraque,sinduda,habíaestadohastaentoncesenalgúndistanteescondrijo.

Estospreparativoshostilesaumentaronsumalhumorentérminosquediounaterriblepatadaalapuerta,haciendotemblartodoaquelfrágiledificio.

Elanacoretanotuvoporconvenienteexponerseaotroataque.

—¡Tenunpocodepaciencia,buencaminante!—ledijoconvozalgomássuave que al principio—.Voy a darte entrada, aunque sé que hallarás pocasatisfacciónenestamiserablechoza.

Abrióselapuerta,ysepresentóalavistadelcaballerounhombrefuerteyrobusto,consutúnicaysucapucha,uncintodecuerda,unateaencendidaenuna mano, y en la otra un cayado que podía muy bien desempeñar lasfunciones de garrote; dos corpulentos y peludosmastines estaban prontos aarrojarsesobreelcaminanteinmediatamentequeseabrieselapuerta;peroelreflejodelaluzenelpetodelcaballerohizomudardepropósitoalermitaño,el cual reprimió el furor de aquellos animales, y cambiando su aspereza enurbanasocarronería, invitóalcaballeroaentrarensuchoza,alegandocomoexcusade lo que antes había hecho, lamultitud de ladrones y forajidos que

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andabanpor aquellos alrededoresyqueni respetabanaSanDustánni a losvaronespiadososqueseconsagrabanasuservicio.

—Harta defensa contra los ladrones es la pobreza de vuestra choza—respondióelcaballeroalverquenoconteníaotrosmueblesqueunmontóndepaja, unamesa cojaydosbanquillos—.Ademásquevuestrosperrosbastanparaagotaralciervomásvigoroso,cuantomásaunhombre.

—Elbuenguardabosque—continuóelanacoreta—mehapermitidoelusodeestosanimalesparaquemeguardenenestasoledadhastaquemejorenlostiempos.

Dichoesto fijó la teaenunpedazodehierroque le servíadecandelero,colocó la mesa delante del fuego reanimándolo con algunas ramas, ysentándose en uno de los banquillos junto a una de las extremidades de lamesa,convidóalforasteroaquehicieralomismo.

Sentáronse,ysemiraroncongravedaddiciéndosecadaunoensuinteriorquerarasveceshabíavistounapersonamásatléticayfornidaquelaqueteníaenfrente.

—Reverendo ermitaño —dijo el caballero después de haber mirado yremirado a su huésped—, si no temiera interrumpir vuestras santasmeditaciones, os rogaría que me informaseis de tres cosas que me importamuchosaber:primera,dóndehedecolocarelcaballo;segunda,queesloquemedaréisdecenar;ytercera,dóndehededescansarestanoche.

—Te responderépor señas—dijoel ermitaño—,queesmi reglacuandopuedoexcusarpalabras.

YEnseguidaapuntóconlosdedosalosdosrinconesdelapieza.

—Aquélestuestablo—hijo—,éstatucama,yéstatucena.

Laúltimasereducíaaunpuñadodejudíassecasqueelermitañosacódelaalacenaenunamalaescudilla.

Elpobrecaminanteseencogiódehombrosalvertantristespreparativos.Alzóse sin embargo de su asiento, salió de la cabaña, llevó el caballo, quehasta entonces había estado atado a una encina, lo desaparejó con elmayoresmeroylocubrióconsucapa.

Quizás excitaron algún interés en el ánimodel anacoreta el cuidadoy ladestrezaconqueelcaballeroatendíaalasnecesidadesdelanimal;lociertoesque dijo algo acerca de un pienso que se había dejado allí el buenguardabosque y sacó de un rincón un copioso haz de heno, que extendiódebajo del caballo, y otromás fresco con una buena cantidad de grano. Elcaballero le dio gracias por su cortesía; hecho lo cual, cada uno volvió aocuparsupuestojuntoalamesa,sobrelacualestabancolocadaslasintactas

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judías.Después de una larga oración, que fue latín en su origen y que sóloconservabadeéltalcualterminaciónsonorayretumbante,elermitañodioelejemplo a suhuésped introduciendodoso tres judías en su anchísimaboca,guarnecidadeblancosyafiladosdientesquepodríancompetirconlosdelosomásmontaraz:¡tristemoliendaparatanexcelentemolino!

Antes de hacer lomismo el caballero se quitó el yelmo, el peto y otraspiezasdelaarmadura,dejandodescubiertaunacabezabienpoblada,faccionesexpresivas, ojos azules, notablemente animadosyvivos, bocabien formada,espesos bigotes algo más oscuros que el cabello, y todo el aspecto de unhombre animoso, intrépido y emprendedor, como lo indicaba también susólidacorpulencia.

Como si quisiera corresponder a la confianza del viajero, el ermitaño sebajólacapuchaydescubrióunacabezaredonda,queostentabalalozaníadelajuventud. Nada se notaba en sus facciones que indicase la austeridadmonásticani lasprivacionesascéticaspropiasdesuestado:todolocontrarioseleíaensufazrollizayapelmazada,ensupobladoynegroentrecejo,ensumórbidaybienproporcionadafrente,yensusmejillas,redondasyencendidascomo las de un trompetero, de las que pendía la barba en ensortijados ylozanos tufos. Aquel rostro justamente con sus membrudas formas, daba aentenderqueelanacoretagustabamásde lomosy torreznosquede raícesyjudías.No dejó de sacar el huésped esta natural consecuencia.Después quecon gran dificultad hubo concluido la ardua masticación de algunas deaquellasacartonadaslegumbres,sehallóenlaabsolutanecesidaddepediralsolitario alguna bebida con que suavizar su empedernida dureza; a lo querespondióelanacoretacolocandosobrelamesaunjarrodeaguapurísimaquemanabadelafuente.

—Estaagua,hijomío—dijoelanacoreta—,esdelpozodeSanDustán,enelcualbautizódesolasolquinientospaganosdanesesybretones.¡Santomíodemialma!

Yaplicandoalbordesusnegrasbarbas,bebiódeaquelprecioso licoruntragoqueensumoderadacantidadnocorrespondíaalencomioqueacababadepronunciar.

—Figúraseme reverendo padre —dijo el caballero—, que los frugalesbocadosconqueosalimentáisyesemaravillosoaunquefríolicorquebebéisos han sentado prodigiosamente. Parecéis hombre más a propósito paraempuñarlalanzaodomaruntoroqueparagastareltiempoenestasasperezasrezandooracionesyviviendodejudíasdurasyaguafresca.

—Señorcaballero—respondióelsolitario—,vuestrospensamientos,comolos del vulgo ignorante, son carnales y, como tales, bajos y mezquinos. Elcielo ha sido servido de bendecir la pobre pitanza con que sostengo mi

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humanidad,asícomoelDiosdeIsraelbendijoelaguaylasraícesqueSidrac,MisacyAbdenagoprefirieronalosmanjaresqueelreydelossarracenoslesofrecía.

—Santopadre—dijoelcaballero—,puestoque laProvidenciadivina sehadignadoobrarenvos tanadmirableportento,permitidaestepecadorquecometaelarrojodepreguntaronvuestronombre.

—Puedes darme —dijo el huésped— el de Ermitaño de Copnanhurst,porqueasíescomomellamanenestascercanías.Algunos,esverdad,suelenañadir a este dictado el de santo; más yo me reconozco indigno de tanencumbradotítulo.Yahoraquisierayosabercómosellamaminoblehuésped.

—Porahí—respondió—meconocenporelnombredecaballeroNegro.AlgunosañadenelsobrenombredeOcioso;masyonopongogranempeñoenquesemedéesedistintivo.

Elermitañonopudomenosdereírsealoírestaafirmación.

—Yaveo—dijoelermitañodeCopmanhurst—queereshombredeseso,y además que no te acomoda mi pobre y monástica ración, por estaracostumbrado al desordende lospalaciosyde los campamentosy al lujoyfinura de las ciudades. Ahora mismo caigo en que cuando el buenguardabosquedejóaquíesosperrosyesoshacesdehenodejótambiénalgunavianda,quepornoserpropiademiuso,habíadesaparecidoenteramentedemimemoriaynotelaofrecíenmediodemisgravesmeditaciones.

—Desdequeosquitasteislacapucha—dijoelcaballeroNegro—,medioenlanarizquetendríaisalgomejorquedarmequeesasmalditasjudíasyDiosme perdone. El guardabosque debe ser un hombre de bien, y no hay quienmerezcaesedictadosipuedeverconindiferenciaqueosllenáiselcuerpoconesabrozayquehumedecéiselgaznateconeselíquidoinsustancial.Vamosaverlosfrutosdelacaridaddevuestrobienhechor.

El ermitaño lanzó a su huésped una expresiva mirada que manifestabaciertos recelos y dudas acerca de la confianza que podría hacer en suprudenciaydiscreción.Sinembargo,el rostrodelcaballero indicaba toda lafranquezayjovialidadquepuedenpintarseenlafisonomíadeunhombre.Susonrisaera lade la lealtady labuenafe;demodoqueelermitañocongenióconél,yempezóatratarlesintantaafectacióncomoalprincipio.

Después de haberse mirado recíprocamente los dos comensales, elermitañopasóaunodelosrinconesdesuaposentoyabrióunapuertecillaqueestabadisimuladacongrancuidadoynopocoartificio.Delsenodelobscuroesconditeaquedabaentradasacóungranpastelcolocadoenunadesmesuradafuentedepeltre.Púsoladelantedelhuésped,elcual,valiéndosedesupuñal,notardóeninformarsedeloquedentroseocultaba.

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—¿Cuánto tiempo hace que estuvo aquí la última vez el buenguardabosque?—preguntó el caballero después de haber engullido algunosfragmentosmenudosquesedesprendierondelpastelaltiempodecortarlo.

—Harácosadedosmeses—respondióinadvertidamenteelanacoreta.

—¡Porlaluzdeloscielos—dijoelcaballero—,quetodoloqueveoaquíesmilagroso!¡Juraríaqueelcabritomontéscuyosmiembrosllenanlointeriordelpastelcorríaporestosbosqueshacepocosdías!

Quedóalgoconfusoelermitañoaloírestareflexiónyporotroladoponíaalgo fruncido el gesto al ver la disminución del pastel, en que el caballeroestaba haciendo terrible estrago, operación en la cual no podía acompañarledespuésdetodocuantohabíadichoacercadesuabstinenciayfrugalidad.

—YoheestadoenPalestina,padremío—dijoel caballerohaciendounaligerapausa—,ymeacuerdodeunacostumbrequeallíreina;yesquetodoelquedade comer aun extraño, para seguridady confianzade éste, comedecuantosmanjares lesirve.Lejosestoyyodecreerquesoishombrecapazdecriminalesdesignios;sinembargo,tendríasatisfacciónenqueparticipaseisdemicena.

—Paratranquilizarvuestrosescrúpulos,quierodarosesegustoysalirporunavezdemiregla.

Esto dijo el ermitaño; y como el tenedor era utensilio desconocido enaquellaépoca,clavóinmediatamentelosdedosenelpastel.

Unavezrotalavalla,parecíaqueibanlosdosacompetenciaendarcaboalcabritoyalamasaqueleenvolvía,yaunqueprobablementeelcaballeroerael que había estado más tiempo en ayunas, su huésped le venció en aquelcombate.

—Santovarón—dijo el caballero cuandoestuvo satisfecho su apetito—,apuestomi caballo contra un cequí a que ese honrado guardabosque a cuyacaridaddebeselcabritoqueyanoexiste,dejótambién,comosudignoaliado,algúnpellejodevinoocosasemejante....éstasindudaseríaunacircunstanciaindigna de fijarse en la memoria de tan santo anacoreta; pero creo que sibuscarasotravezentuesconditehallaríasalgoqueconfirmaramisconjeturas.

Elermitañorespondióconungruñido,yvolviendoalsitiodedóndehabíasacado el pastel, sacó una bota de cuero que contenía sus cuatro cuartillos.Tambiénpusoenlamesadosgrandescopasdecuernoengastadasenplata;ycreyendo que todo escrúpulo y ceremonia sería en adelante inútil, las llenóambas,ybrindandoalasaluddesuhuésped,vaciólasuyadeunsorbo.

—¡A la tuya! —respondió el caballero; e hizo la razón con la mismaprontitud.

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—Buen ermitaño —continuó—, no ceso de maravillarme de que unhombredetuspuñosydetuvigor,yqueademásgustadelosbuenosbocados,se haya sepultado vivo en estas soledades. Debieras estar en un fuerte ocastillo comiendo de lo bueno y bebiendo de lo fino, más bien quemanteniéndote de hierba y agua, y cuando más, de los regalos delguardabosque.Alomenossiyomehallaraentupellejohabíadepasarlavidade un rey a costa de las reses que pastan en estas cercanías. No faltan porciertoenelbosque,ynadieecharíademenosunvenadosierapara lamesadelservidordeSanDustán.

—SeñorcaballeroOcioso—respondióelermitaño—,cuentaconloquesehabla,quelasparedestienenoídos.Soyunpobreanacoretafielalreyyalaley;ysiosaratocaralacazadelseñordeestecotonohabíadelibertarmedelacárcelyniaunquizásdelahorca.

—Sinembargo—repusoelOcioso—,siyofuera tú,meaprovecharíadelasnochesdeluna,ymientraslosguardasestánensietesueñosmesaldríaporesas encrucijadas, y de cuando en cuando dejaría caer una flecha en unamanadadeciervos.¿Cuántovaaquealgunasvecestehasentretenidoenesepasatiempo'?

—AmigoOcioso—dijoelermitaño—,yahascenadoybebidoqueestodoloquedeseabas,ymuchomásdeloquemerecequienentraporlafuerzaenun alojamiento. Mejor es gozar de la tranquilidad que Dios nos envía quemeterseenaveriguarpordondeviene.Llenalacopa,ybuenprovechotehaga.Nome obligues con tu impertinente curiosidad a demostrarte que si se mehubierapuestoenlasmientes,notehubierasidotanfácilintroducirteaquídegolpeyporrazo.

—¡PorelSantodeminombre—dijoelcaballero—,queloquehasdichoaumenta más y más mi curiosidad! Eres el más misterioso de cuantosermitañoshevisto;yalgomáshedesaberdetiantesdeponermeencamino.Encuantoatusamenazas,sabequemioficioesbuscarpeligrosyarrostrarlos.

—Señor caballero Ocioso —repuso el ermitaño—, a tu salud. Muchorespeto tu valor; pero en cuanto a tu discreción, es harina de otro costal. Siquierestomararmasigualesconmigo,enbuenapazyamistad,seentiende,hededartetanseverapenitencia,quehasdeestarunañoenteropagandolapenadetucuriosidad.

El caballero respondió que estaba pronto, y que sólo deseaba saber lasarmasqueescogía.

—Cualquiera—respondióelermitaño—,porquedesdelastijerasdeDalilayelclavodeJaelhastalacimitarradeGoliat,nohayarmaalgunaquenomeatrevaamanejarcontigo.Peroencasodeelegir,¿quédicesdeestasfrioleras?

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—Al decir estas palabras abrió otro escondite y sacó de él dos anchasespadasydosescudoscomolosqueusabaenaqueltiempolagentedelestadollano. El caballero, que observaba atentamente todos sus movimientos,descubrió en elmismo sitiounaballesta, doso tres arcos, bodoquespara laprimerayflechasparalossegundos,ademásdeunarpayotrosvariosobjetosnadapropiosdelavidaeremítica.

—Tedoypalabra—dijo—deno incomodarte conpreguntas indiscretas.Lo que contiene esa alacena satisface completamente mi curiosidad, y allíestoymirandounarma—añadiótomandoensusmanoselarpa—enlacualquisieramedirmisfuerzascontigomásbienquedeotromodo.

—No creo—repuso el ermitaño— que hayas dadomotivo al epíteto deOciosoconquetedistinguen.Confiesoquehesospechadoinjustamentedeti.Veo que eres hombre de armas tomar; pero, según reglas de cortesía, deboaceptar las que me propongas. Siéntate, pues, llena la copa, bebamos,cantemos,yvivalaalegría.Siemprequequierasecharuntragoycantarunacopia,notefaltaráunpedazodepastelenCopmanhurst,alomenosmientrasyosirvalacapilladeSanDustán,queseráhastaquecambielatúnicadepañoburdoporunagujeroenlatierra.Echauntragomientrasyoprocurotemplarelarpa.Nadaaclaralavozniaguzalosoídoscomoelvino.Porloqueamítoca,quieroquemesalgaporlosdedosantesdetomarelinstrumentoenlasmanos.

Apesardelarecetadelbienhumoradoermitañoydeladocilidadconqueelcaballerolapusoenpráctica,noeratanfácilponerentonolascuerdasdelarpa.

—Creo—dijoelcaballero—quelefaltaunacuerda,yquelasotrasestánhartorozadas.

—¡Bienseconocequeloentiendes!—dijoelermitaño.—¡Elvinotienelaculpa!LedijeaAllan-a-Dalequeecharíaaperderelarpasileponíalasmanosencimadespuésdelaséptimacopa;peroeshombrequenoescucharazones.¡Amigo,atusalud!

Aldecirestobebióunacopa,sacudiendolacabezacomoendesaprobacióndeladestemplanzadeltalAllan-a-Dale.

Elcaballeroapretóalgunasclavijas,ydespuésdeunligeropreludioquisosaberdelhuéspedquéclasedemúsicaeralaquemáslegustaba.

—Cualquier cosa —dijo el anacoreta—, con tal que sea inglés puro.Vosotros,losqueporesosmundosdeDioscorréisacazadeaventuras,gustáisde lucir en los estrados las novedades que aprendéis en vuestras caravanas;peroenmiceldanosehadecantarnadaquenoseafrutademitierra.

—Vamosaello—dijoelcaballero—;oirásunacanciónquemeenseñóun

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músico sajón enPalestina.Muypronto se echó de ver que, aunque el de lanegraarmaduranoerahombreconsumadoenlosprimoresdelagagaciencia,tenía gusto y había recibido buenas lecciones. El arte, suavizando una vozásperaydepocaextensión,habíahechocuantopodíahacerparaquehalagaselos oídos y llegase al alma. Cualquier inteligente más profundo que elermitañohubieraaplaudidosuejecución,enérgicaavecesyavecesllenademelancólico entusiasmo, que daba nuevo realce a los versos que cantó, loscualesdecían:

LAVUELTADELCABALLEROCRUZADO

DeEgipto,yasudespecho,

vuelveelvalientecruzado.

Hierroturcohadestrozado

lacruzqueleadornaelpecho.

Lanzaleabollóelbroquel,

ycimitarraelcrestón;

masnollegóalcorazón

queesenamoradoyfiel.

Correalllegaralaarena

(tantoamorsupechoincita)

alamansióndondehabita

lahermosuraporquienpena.

Elbalcóncerradomira,

porseryalanocheentrada,

yestaamorosatonada

contrémulavozsuspira:

Devueltaestáelqueesvasallo

detudivinabelleza,

sinmásjoyaniriqueza

quelalanzayelcaballo,

ylaesperanzagustosa

quesuceloleasegura,

devertodasuventura

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enesoslabiosderosa.

Nortehassidoenmishazañas:

tunombrenoiráalolvido,

queesporellasconocido

enlasnacionesextrañas.

Enemigoyaliado

exclamaránsóloalverte:

—¡Poresaarrostrólamuertes

sirPalmerínelCruzado!

Lapasiónleinspiróbrío,

ytumemoriaardimiento,

conquediotantoescarmiento

alhijodeIslamimpío.

Consiguiómásdeuntrofeo,

ganómásdeunavictoria;

másnoleincitólagloria,

sinoamorosodeseo.

Abre,pues,nobledoncella,

lapuertaqueestácerrada:

dameentumansiónentrada,

queyonosabréofenderla.

Cedealruego,belladama,

dequiensemueredeamores;

pagaconrisayfavores

alquetedaprezyfama.

Escuchóatentamenteelermitaño,comounodelosconocedoresdenuestrotiempocuandoasistealarepresentacióndeunaóperanueva.Sereclinóensubancocon losojosamediocerrar, cruzó lasmanos,ydecuandoencuandollevaba el compás con todo el cuerpo. A veces, creyendo que la voz delcaballeronobastabaaterminaruntrinoouncalderón,leayudadaalasordinacon la suya, comohombre que lo entendía y sabía hasta dónde llegaban las

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fuerzas del cantor. Cuando éste terminó, el reverendo declaró con énfasis ygravedadquelacanciónerabuenayquehabíasidobienejecutada.

—Sinembargo—dijo—,yaveoquelossajonessevancontaminandoconlasmelancolíasydeliquiosdelosnormandos¿Quédiablosteníaquehaceresecruzado fuera de su tierra? ¿Qué otra cosa podía esperar a su vuelta sinoencontrarasudamamanoamanoconotrocaballero?Porciertoqueelmismocasoharíadesucanciónquedelosaullidosdelgatoquemaúllaeneltejadodelvecino.Sinembargo,buencaballero,atusaludyaladetodoslosamantesfinos,aunquenocreoqueseastúunodeellos.

Dijoestoextrañadoqueelhuésped,acaloradoalgúntantoconlamúsica,sehubiesetiradoapechosunjarrodeagua.

—¿Nohasdicho—preguntóelcaballero—queestaaguaesdelpozodelbenditoSanDustán?

—Asíes—respondióelermitaño—;yacentenareshansidobautizadoslospaganosensuslinfascristalinas,aunquenocreoqueseatracasendeella.Cadacosadebetenersuusoparticularenestemundo.

Dichoesto,tomóelarpayentonólassiguientescoplas:

CANTODELBRACONERO

Tirolaagudaflecha,

sueltoelcarcazyelarcoflorentino,

pueshórridaydeshecha

delpiélagovecino

súbitatempestadbramandovino.

Yarasgafulgurosa

Ladensanubeeltenebrososeno;

yadeluzpavorosaveomialberguelleno;

ya...yaresuenaelretumbantetrueno.

¡Cual!¡ay!,seprecipita

desdealtacumbre

elvencedortorrente,yfuriososeirrita,

yamenazaalagente

ronco,veloz,indómitoyvaliente!

¿Cuándoseráquevuelva

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lalindaflor,yunrápidomomento

brilleenlaverdeselva,

yenvezdeairadoviento

deauragentilelaromosoaliento?

¿Demilgraciosasninfas

cuándooiráseelcánticosonoro,

ydelasclaraslinfaselsolitariolloro

alrodarlimpiasporarenasdeoro?

Astutobraconero

entoncessalgoporlaselvaumbría,

yconarcocerteroluchoengentil

porfíaconbrutosdepujanzaydeosadía.

Persígolosaltivo;

arroganteyserenoloscombato;

búrlomefugitivotalvezdesuarrebato,

yderepentevuélvomeylosmato.

Ufano,receloso,

cargoenmishombros

lasangrientafierayvuelvosilencioso

amidulceribera.

¿Quién,¡ay!,elcieloserenarpudiera?

Ennochetormentosamíserobraconeroasícantaba,

entantoquehorrorosatempestadresonaba,

yelfirmamentocóncavotemblaba.

—¡Votoatantos,—dijoelcaballero—,quecantasbienycongusto,yquehasencomiadodignamenteLasalabanzasdetuprofesión!

Losdoscompañerosestuvieronlargoratocantandoybebiendo,hastaqueinterrumpiósudiversiónunapresuradogolpeteoqueseoyóalapuertadelaermita.

Para poner al lector al corriente de esta interrupción es necesario quevolvamosa tomar el hilode lahistoriadeotrospersonajesquehacemucho

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tiempohemosperdidodevista,porqueaguisadelbuenAriosto,nogustamosdeacompañarlargoratoaloslectoresdenuestrodrama.

XVI

Cuando Cedric el Sajón vio caer a su hijo sin sentido en el torneo deAshby,suprimerimpulsofuemandarquelesuministraransocorro;peroseleahogaronlaspalabrasenlagarganta,ynopudoresolverseareconocerdelantede tan numeroso concurso al hijo a quien había despedido y desheredado.Mandó,sinembargo,aOswaldoquenoleperdiesedevistayquelecondujeracondosdesussiervosalaciudadinmediatacuandosehubieradispersadolamuchedumbre. Oswaldo no pudo ejecutar las órdenes de su amo, porquecuandosedisolviólaturbaIvanhoehabíadesaparecido.

Envanolebuscóelfielcoperoportodasaquellascercanías;violasangrequehabíaarrojadoalcaeralospiesdeladyRowena;peronopudovolveraversupersona.Parecíaquealgúnnigromantelehabíaarrebatadoporlosaires.QuizásOswaldo, supersticiosocomo todos lossajones, lohubieraaseguradoasíaCedricatribuyendoaaquelprodigio la ¡utilidadde susdiligenciasy ladesaparición del caballero, a no haber echado la vista casualmente a unhombre vestido como escudero, y en cuyas facciones reconoció a sucompañeroGurth.Ansiosodesaberlasuertedesuamoyextraordinariamenteinquieto por no poder descubrirle en ninguna parte, el fiel porquerizocontinuaba sus indagaciones, olvidando los riesgos que él mismo corría alpresentarse sin precaución alguna en medio del concurso. Oswaldo le echómanocomofugitivocuyasentenciadebíapronunciarCedric.

Sinembargo,elcoperoprosiguiótomandocuantasnoticiaspodíaacercadelasuertedeIvanhoe,yloúnicoquepudoaveriguarfuequelehabíantomadoenbrazosunoslacayosmuybienvestidosyconduciéndolea la literadeunadamadelasdeltorneo,enlacualsehabíaalejadoinmediatamentedelavistade los espectadores.Oswaldo comunicó esta noticia al padre sin pérdida detiempoypresentándole tambiénaGurth,aquienconsiderabacomodesertordelserviciodesuamo.

El corazón de Cedric estaba atosigado por las más amargas inquietudesacercadelparaderodeIvanhoe:laNaturalezahabíarecobradosusderechos,apesardelaresistenciaqueleoponíaelestoicismopatriótico.MasapenassupoelSajónquesuhijoestabaenmanosseguras,yprobablementeenlasdealgúnamigo, la ansiedad paterna que sus dudas habían excitado cedió alresentimientodel orgullo agraviadoy a lamemoriade loque en suopiniónhabíasidounactoderebeldíaydesobediencia.

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—Vayaadondequiera,cúrenlelosquetienenlaculpadesusheridas,unavezqueprefierelasmojigangasdelosnormandosalafamayalhonordesusabuelos.

—Siparasostenerlagloriadesufamilia—dijoladyRowena,queestabapresenteenestaconversación—bastaserintrépidoenelcombateyprudenteen el consejo, valiente entre los valientes y galán entre los galanes, solo elpadredeIvanhoepodrádecir...

—¡Basta, ladyRowena!—dijoCedric—....éseeselúnicopunto,enqueno estamos de acuerdo. Preparaos para el festín que da el Príncipe, al cualestamosconvidadosconextraordinariasdemostracionesdehonor.PormásquelosnormandosnoacostumbranateneresasurbanidadesconlossajonesdesdelacatástrofedeHastings,debemosir,aunquenoseamásquepormanifestaraesosbárbaroscuánpocamellahaceenelcorazóndeunsajónlasuertedeunhijoquesabevenceralosmásencopetadosdetanperversaraza.

—Pues yo os declaro—dijo lady Rowena— que no iré a la fiesta delPríncipe;yosruegoqueconsideréisqueesoqueenvuestraopiniónesvaloryabnegación puede atribuirse por los otros a crueldad y falta de sentimientosnaturales.

—Quédate,pues,encasa, ingratadoncella; túeres lacruel,que teplacesen sacrificar la suerte de un pueblo oprimido a un cariño imprudente y quenunca tendrámiaprobación.Athelstaneyyo iremosalbanquetede JuandeAnjou.

Y,enefecto,comoyahavistoel lector, lossajonesasistieronalconvite,cuyos principales sucesos hemos mencionado. Volvieron a casa desde elcastillo del Príncipe y montaron a caballo con sus guardias y criados, yentoncesfuecuandoCedricvioporprimeravezalpobreGurth.Comolacenalehabíadadotanmalhumor,seaprovechódelprimerpretextoquetuvoparaestallar.

—¿Yporquénolehabéiscargadodecadenas,perrosvillanos?—exclamóenelprimerímpetudesucólera.

Sin atreverse a replicar, los criados deCedric ataron aGurth, el cual sesometióhumildementeaestaoperación, lanzandounamiradaexpresivaasuamo,ydiciéndolealmismotiempo:

—¡Éste es el pago que recibo por amar vuestra sangre más que la míapropia!

—¡Acaballoymarchemos!—dijoCedric.

—Yaestiempo—dijoAthelstane—,ysinoandamosaprisa,causaremosgraninquietudalpadreAbad,quenosaguardaestanocheconimpaciencia.

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Los viajeros, sin embargo, apretaron tanto el paso, que llegaron almonasteriodeSanWitholdoantesqueserealizaseeltemordeAthelstane.ElAbad,queeradefamiliasajona, tratóasushuéspedesconaquellaprofusiónquecaracterizabaentoncesalagentedesupaís.Lasegundacenaduróhastamuytarde,opormejordecir,noconcluyóhastaelsiguientedía;sinembargodelocuallosviajerosalmorzaronopíparamenteantesdeponerseencamino.

Altiempodesalirdelpatiodelconventoocurrióunincidentefunestoalosojosdelossajones.EstossedistinguíanalasazónentretodoslospueblosdeEuropa por su ciega creencia en agüeros y presagios, a cuyo origen debeatribuirse los restos de estas supersticiones que se encuentran en lasantiguallas populares de Inglaterra. Los normandos se habían cruzado conotrasrazasynacionesyteníanideasalgomássanas,comparadasconelestadode ilustración general. Olvidaron los errores que sus abuelos trajeron deEscandinavia,ysejactabandepensarconmásjuicioensemejantesmaterias.

Lo que asustó a los acompañantes de Cedric en el acto de salir delconventoenquehabíanpasadolanochefuenadamenosqueunperronegro,tan largocomo flacoy extenuado,quecomenzóa lanzar lastimeros aullidoscuandoloscaminantessepusieronenmarcha,ladrandodespuésconobstinadoahínco,corriendodeunladoaotroyprocurandoagregarsealacabalgata.

—Nomegustaesamúsica,padremío—dijoAthelstaneaCedric,aquienestabaacostumbradoadaresterespetuosotítulo.

—Niamítampoco,tío—dijoWamba—;ymuchometemoquenoscuestelatortaunpan.

—Paréceme—dijoAthelstane, a quien había hechomucha impresión laexcelente cerveza del Abad— que sería mucho mejor quedarnos en elconvento hasta la tarde. Una liebre y un perro que aúllan son demalísimoagüeroalprincipiodelajornada.Loquesehaceenestoscasosesvolveratrás,ynoponerseencaminohastadespuésdehabercomidootravez.

—¡Tontería!—dijoCedricconimpaciencia—.Losdíassonyademasiadocortos,ylajornadadehoyeslarga.ElperroeseldeesebribóndeGurth,tanbuenaalhajacomosuamo.

Dichoestoseafianzóenlosestribos,resueltoaproseguirelviaje,lanzólajabalina al pobreFangs, el cual había seguido a su amo al torneo, donde leperdió enmedio de la bulla, y habiendo al fin dado con él a la puerta delmonasterio,estabacelebrandoasumodotanagradableencuentro.Lajabalinaentró en la espalda del animal, y poco faltó para dejarle clavado al suelo.Fangshuyódelapresenciadelirritadosajónrepitiendosusaullidos,yGurthsintió partírsele el corazón como si llegasenmás a lo vivo losmales de superroquelossuyospropios.Habiendoprocuradoenvanoalzarlasmanosalos

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ojosparaenjugárselos,yviendoqueWamba,temerosodelacóleradeCedric,sehabíacolocadoprudentementearetaguardia:

—Ruégote—ledijo—quemelimpieslosojos,queelpolvomehacedañoyestasligadurasnomepermitenelusodelosmiembrosqueDiosmehadado.

Wamba satisfizo su demanda, y los dos caminaron juntos algún ratoguardandotristesilencio.AlfinGurthnopudoreprimirlossentimientosqueleahogaban.

—Amigo Wamba —dijo a su compañero—, de todos cuantos locosestamos al servicio de Cedric, tú eres el único cuyas locuras son bienrecibidas.Anda,ydiledemipartequenocuenteconmigo,puestoquenidegrado ni por fuerza logrará que permanezca bajo su autoridad. ¡Que mearranque el pellejo a latigazos, queme cargue de grillos y cadenas, quemecortelacabezasiquiere;peroservirle,¡esono!¡Anda,ydíselo!

—Loco soy—dijoWamba—, y por loco paso;más no lo bastante paraencargarme de tu comisión. Cedric tiene otra jabalina en la cintura, y eshombrequenoyerratiro.

—¡Puesquemetire,condosmildeacaballo!—dijoGurth—.Ayerdejóasuhijo,amipobreybravoWilfrido,bañadoensangre:hoyhaqueridomataralaúnicacriaturavivientequemetienealgúncariño.¡PorSanEdmundo,SanDustán,SanWithold,SanEduardoelConfesor,ytodoslossantossajonesdelcalendarioquenoseloperdono!

EsdeadvertirqueCedricnojurabanuncasinoporlossantosquehabíantenido sangre sajona en sus venas, y todos sus criados imitaban la mismapráctica.

—En mi entender —dijo el bufón, que estaba acostumbrado a ser elpacificadordelosdisturbiosdomésticos—,CedricnotuvointencióndemataraFangs,sinodeasustarle.Elperrodiounsaltoenaquelmomento,yrecibióelgolpe;másnotedécuidado,queyolecuraréconunochavodecerote.

—Si así fuera...—dijoGurth—. ¡Pero no! Vi que apuntaba bien con eldardo, y le oí silbar por el aire con toda la rabiosamalevolencia del que learrojaba.¿Novistequesemordíalospuñosdefuriacuandoelpobreanimalechóacorrer?Loquequisofuedejarleenelsitio.¡Por lavidademipadre,quenovuelvoaobedecerleenmivida!

—El indignadoporquerizovolvióaguardar silencio,yno fueronparteasacarledeéltodoslosesfuerzosquehizoparaelloelbufón.

AlmismotiempoCedricyAthelstane,queibanalacabezadelacomitiva,hablabansobreelestadodelosnegocios,lasdisensionesdelafamiliareal,losfeudos y disputas de los nobles normandos, y la probabilidad de que los

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sajones pudieran sacudir el yugo que les oprimía o recobrar al menos suindependencia y poder durante las revueltas civiles, que por todas partesamenazaban. Cedric no hablaba nunca de semejantes asuntos sin animarseextraordinariamente.Elrestablecimientodelaindependenciadesunaciónerael anhelo de su alma, al cual había sacrificado voluntariamente su venturadoméstica y los intereses de su propio hijo. Pero el pueblo conquistado nopodía llevaracabotanarduaempresasinestar íntimamenteunidoentresíysin obedecer a un caudillo. Era, pues, necesario escogerle entre los altospersonajes que descendían de la casa real sajona, y en esto hallábanse deacuerdo todos aquellos a quienes Cedric había confiado secretamente susdesigniosysusesperanzas.

Athelstanesehallabaenaquelcaso,yaunquesusprendasmentalesnoeranlasquetandelicadopuestorequería,teníabuenaspecto,nocarecíadevalor,sehabíaacostumbradoalosejerciciosmarciales,yparecíadispuestoaseguirlosconsejos de hombres más expertos y sensatos. Sobre todo gozaba granreputacióndegenerosoyliberal,ytodoslecreíanhombredebuenaíndole.Apesarde todas estas circunstancias tan favorablespara constituirle jefede laNobleza sajona, otros muchos de la misma nación preferían los títulos yderechosde ladyRowenaquedescendíadel reyAlfredoycuyopadrehabíasidouncaudillofamosoporsuprudencia,suvalorysugenerosidad,altamenteestimadoporsusoprimidoscompatriotas.

No hubiera sido difícil a Cedric, si tales hubieran sido sus intenciones,colocarse a la cabeza de otro partido no menos formidable que los de quehemos hecho mención. En lugar de ascendencia real tenía intrepidez,actividad,energíaysobretodounceloardienteeinquebrantableenfavordelacausa,porcuyarazónhabíamerecidoelsobrenombredeSajón.SualcurnianocedíaaningunasinoaladesupupilayaladeAthelstane.Noeclipsabaestasprendaselmás ligerovislumbredeegoísmo:en lugardedebilitarmásde loque lo estabaelpartidoconnuevasdivisiones, sóloprocurabaextinguirLasqueyareinaban;yésteeraelobjetoquesehabíapropuestoenelproyectadoenlace de Athelstane con lady Rowena. Presentóse muy en breve un granobstáculoaestedesignioenLamutuainclinacióndeRowenaydeIvanhoe,ydeaquíeldestierrodeéstedelacasapaterna.

Cedric había puesto en ejecución tan severamedida con la esperanza deque, durante la ausencia de Ivanhoe,Rowena le borraría poco a poco de sumemoriaysehallaríamejordispuestaarecibirlamanodeAthelstane;maseléxito frustró sus planes. Cedric, para quien el nombre de Alfredo era pocomenosqueeldelaDivinidad,habíatratadoalúnicoretoñoqueexistíadesurazaconunaveneraciónigualalaquesetributabaenaquellostiemposalasprincesasreconocidas.LavoluntaddeRowenaeraleysupremaencasadesututor; y Cedric, como si quisiera que la soberanía de aquella dama fuese

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venerada por todos los que de él dependían, se envanecía en obedecerla yacatarlacomoelprimerodesussúbditos.Acostumbradadeestemodo,nosóloalplenoejerciciodesuvoluntadsinoaldeunaautoridaddespótica,Rowenahabíaaprendidodurantesueducaciónairritarsecontratodoloqueseoponíaasusdeseos;porconsiguiente reclamóconenergía su independenciaenaquelpasodecisivodelavidadelamujerenqueladoncellamásobedienteymástímida suele rebelarse contra la autoridad de los padres y superiores.Confesabaabiertamentesusopinionesacercadeesteasunto,yCedric,quenopodía apartarse del giro que había tomado, no sabía a veces de quémediosecharmanoparaejercersusderechosdetutor.

Envanoprocuródeslumbrarlaconelaspectodeun trono ideal.Rowena,que juzgaba de las cosas con sensatez, no creía que pudieran realizarseaquellosplanesniporsupartelodeseaba.SincurarsedeocultarsuinclinaciónaWilfridodeIvanhoe,declarabaque,poniendoaparteestesentimiento,antesseencerraríatodasuvidaenunconventoqueocuparuntronoconAthelstaneaquiensiemprehabíamiradocondesprecioyyaempezabaamirarconodioderesultasdelenojoquelecausabasugalanteo.

Sinembargo,Cedric,quenoteníaunaaltaopinióndelaconstanciadelasmujeres,persistíaenempleartodoslosmediosqueestabanasualcanceparareducirla a consentir en aquella unión con la cual se imaginaba hacer unimportante servicio a la causa de los sajones. La repentina e inesperadaaparición de su hijo en el torneo de Ashby fue un golpe mortal para susdesigniosy esperanzas.Esverdadque el amorpaternodomeñópor algunosinstantessuorgulloysupatriotismo;perorecobrarondeconsunomayorbríoyleimpulsaronaapresurarsusdiligenciaspararealizarelenlacedeRowenaydeAthelstane,asícomopara tomarotrasmedidasqueparecíannecesariasalrestablecimientodelaindependenciadelossajones.

De este asunto iba conversando con su amigo al principio del viaje,lamentándosesecretamente,decuandoencuando,dequeestuviesetannobley honorífica empresa en manos de un hombre que más que sangre parecíatenerhieloenlasvenas.El ilustresajónnocarecíadevanidad;ygustabadequelelisonjearanconlosrecuerdosdesuprosapiaydesuslegítimosderechosalhomenajeyalasoberanía;perobastabanasatisfacersumezquinoorgullolosobsequiososrendimientosdesusvasallosydelossajonesqueletratabanconfrecuencia.Sabíaarrostrarelpeligro;peronoqueríatomarseeltrabajodeirensubusca.ConveníaconCedricenlosprincipiosgeneralesacercadelosderechos que los sajones tenían a sacudir las cadenas que la conquista leshabíaimpuesto,ymuchomásenlossuyosalqueseestableciesedespuésdehaberconseguidoaquellaemancipación;perocuandosetratabadeejecutarlosmediosdetanimportantedesigniosólosedescubríanenéllairresolución,lalentitud y la flojedad que le habían acarreado el sobrenombre de

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Desapercibido.Las ardientes y vigorosas exhortacionesdeCedric producíanensualmaelmismoefectoqueenelmarlabalaroja,lacualdespuésdehacerunpocodeespumayruidosehundeyseapaga.

Sidejandoaquelempeño,queeralomismoquemachacarelhierrofríooespolear a una mula cansada, Cedric volvía riendas al caballo y pasaba aconversaralgúnratoconladyRowena,experimentabanuevasincomodidadesycontradiccionesporquesupresenciainterrumpíalapláticaqueteníaaquellanoble dama con Elgitha, su confidente, acerca del valor y galantería deWilfrido;ylaastutacriada,paravengarseyparavengarasuseñorasacabaalinstante la caída y derrota de Athelstane en el torneo, que era lo másdesagradablequepodíallegara losoídosdeCedric.Demodoqueportodosestilos la fiesta había sido para él un encadenamiento de sinsabores, y nocesabademaldecir interiormente el torneo, al que lehabíaorganizado,y supropianecedadporhaberconcurridoatanendiabladorecreo.

Llegó la hora delmediodía, yAthelstane fue de opinión que sestease lacomitivaenunbosquecilloagradableporelcualvagabasusurrandounarroyocristalino.Allídescansaronypastaronlascabalgaduras,ylosviajerosdieronfindelasabundosasprovisionesdebidasalahospitalidaddelprelado.Duraronlargo rato estas operaciones, de modo que les pareció imposible llegar alRotherwood sin caminar una parte de la noche. Montaron a caballo, yempezaron,pues,acaminaralgomásaprisaquehastaentonces.

Llegaronlosviajerosalascercaníasdeunterrenoquebradoymontuoso,yyaibaninternándoseensuhojosoyespesolaberinto,peligrosocomotodoslosbosquesenaqueltiempo,porelnúmerodebandidosaquieneslaopresiónylapobrezahabíandadolasarmasdeladesesperaciónyqueformabannumerosascuadrillasquearrostraban,sintemor,elvanoaparatodelaautoridadpública.No obstante que se aproximaba la noche, Cedric y Athelstane se creíanseguros por tener nada menos que diez criados en su escolta, sin contar aGurthyaWambadeloscualesnadasepodíaesperarporirelunoamarradoyser el otro bufón, y por consiguiente, cobarde. También les daba muchaconfianza en medio de aquellas tinieblas y soledades su origen sajón y elrespeto conque sus compatriotas losmiraban, porque lamayor parte de losbandidos a quienes las Ordenanzas de montes habían reducido a abrazaraquella vida desalmada eran campesinos y cazadores sajones que, por locomún,noseatrevíanalaspersonasnialaspropiedadesdelosqueteníansumismoorigen.

Ya se habían internado algún trecho en la espesura de la selva, cuandollegaronasusoídoslosgritosdeunapersonaqueconacentodeterrorpedíaauxilioatodoelquealcanzaseaoírla.Alacercarseallugardedondeaquellasvoces salíanvieroncon sorpresauna literapuestaenel suelo,y juntoaellaunamujerjoven,ricamentevestidaalusodelasjudías,y,aciertadistancia,un

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ancianocuyogorroamarillodenotabaserdelmismoorigen,elcualsepaseabadesalentadamente congestos de amargadesesperacióny agitando lasmanosenseñaldehaberleocurridoalgunagravedesventura.

AlaspreguntasdeAthelstaneydeCedricel judíorespondióalprincipiolanzandoexclamacionesconqueinvocabalaproteccióndetodoslospatriarcasdelViejoTestamentocontra loshijosde Ismael,que lehabíanasesinadosinpiedad. Cuando empezó a reponerse un poco de su angustia y de su terror,IsaacdeYork(puesesteeraelapesadumbradohebreo)refiriócomopudoquehabíatomadoenAshbyunaescoltadeseishombresydosmulasparallevarlaliteradeunamigo suyo, enfermoa la sazón.Laescolta sehabíaobligadoaacompañarle hasta Doncáster. Habían llegado sin encuentro ni tropiezo alpunto en que se hallaban; pero habiendo sabido por un leñador que en elbosque inmediato había una gavilla de salteadores, la escolta le habíaabandonado;llevándoseademáslasmulasdelaliteraydejándoleconsuhijasinmediosdedefensanideretirada,expuestosaserrobadosyasesinadosporaquellosbandolerosaquienespormomentosaguardaban.

—Si os dignareis, nobles señores —añadió el judío con el tono de lahumildad—, permitir que estos pobres judíos continuaran su jornada bajovuestra protección, juro por las tablas de Moisés que nunca habrá sidoconcedidomayorfavoraunisraelitadesdelosdíasdenuestrocautiverioyqueelagradecimientocorresponderáasugrandezayavuestramisericordia.

—¡Perro judío —exclamó Athelstane, que era hombre de los que sóloconservan en la memoria las ofensas, y sobre todo la más mezquinas ydespreciables—,biencarapagasahoratuinsolenciaenlagaleríadeltorneodeAshby! ¡Huye, o pelea, o componte con los bandidos como quieras, que siellossecontentanconrobaralosquerobanatodoelgénerohumano,digoquesonhombresdebienyquemerecenrecompensa!

Cedricnoaprobólarepulsadesucompañero.

—Mejor será—dijo— dejarles dos criados y dos caballos para que losconduzcanhastalaaldeainmediata.Poconosimportallevardoscriadosmásomenos:convuestraespadaylosotrosquenosquedanhartoseráquepuedanintimidamosveintedeesosbribones.

Rowena, a quien había sobresaltado la noticia de la proximidad de losladronesennúmeroconsiderable,insistiófuertementecontralaopinióndesututor. Pero Rebeca, saliendo del abatimiento en que hasta entonces habíapermanecido y abriéndose camino por entre los criados que rodeaban elpalafrén de la sajona, se echó de rodillas y le besó la guarnición del traje,como se acostumbra en Oriente cuando se dirige la palabra a personas desuperior jerarquía. Púsose en pie, y echándose atrás el velo le rogóencarecidamente que tuviera compasión de su padre y de ella y que les

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permitieseirensuacompañamiento.

—Nolopidopormí—decía—niporesepobreanciano.Conozcoquelosagraviosymalesquesehacena los judíossonfaltas leves,sinoyaaccionesloables, a los ojos de los cristianos. ¿Qué importa que nos roben o nosmaltratenenlaciudad,enelcampooeneldesierto?Lopidoporunoencuyasuerteseinteresanmuchos,quizásvosmisma.Disponedqueeseenfermoseatrasportado con cuidado y esmero bajo vuestra protección. Si negáis estagracia,eldañoquelesobrevengadesusresultasemponzoñaráhastaelúltimoinstantedevuestraexistencia.

LagravedadymesuraconqueRebecapronuncióestaspalabrasexcitaronvivamenteelanhelodeRowena.

—Eljudíoesviejoydébil—dijoasututor—;lahija,jovenyhermosa;suamigo está enfermo de peligro. Judíos son; empero nosotros no podemos, afuerdecristianos,abandonarlosenesta situación.Losdoscaballosdemanopodránservirparaelpadreylahija;susmulasllevaránlalitera,ylacargaqueellasllevansecolocaráenlasacémilasdeloscriados.

Cedricdiosuconsentimientoatodasestasdisposiciones;Amelstanenoseatrevióaexigirotracosasinoquelosjudíosmarcharíanaretaguardia,dondeWambapodríadefenderlosyasistirlosconelescudodepieldejabalí.

—Mi escudo—respondióWamba— se quedó tirado por el suelo en lapalestradela justacomohasucedidoa losdeotroscaballerosmásvalientesqueyo.

SubiéronseleloscoloresalacaraaAthelstanealoírestaalusiónalasuerteque había experimentado en el torneo. Rowena celebró interiormente laocurrencia del bufón, y para aumentar el enojodeAthelstanedijo aRebecaquenoseseparasedesuladodurantelamarcha.

—Noconvienequeseaasí—respondióRebecaconhumildemajestad—,puestoquemicompañíadarádeshonraamiprotectora.

A la sazón los criadoshabíanconcluidoprecipitadamente lamudanzadelas cargas, porque a la voz ¡ladrones! todo elmundo sehabíapuesto alerta;mucho más, empezando ya a oscurecer. En medio de esta operación fueprecisoqueGurthecharapieatierraparacolocarpartedelacargaenlagrupade su caballo, y consiguió del bufón que le aflojase la cuerda que leaprisionaba. Con intención o sin ella, Wamba lo hizo de tal modo que elporquerizonohallódificultadendesembarazarseenun todo;yhechoasí seescabullóentrelamalezayseseparódelacomitiva.

Comoel trastornohabíasidogeneral,pasólargoratoantesqueseecharademenos al preso pues iba detrás bajo la custodia de un criado y nadie se

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preocupóde él.Cuando empezó a susurrarse queGurth había desaparecido,todos tenían fija la atención en los bandidos y no hizo gran impresión elsuceso.

Entretantoloscaminantessehallaronenunaveredatanestrecha,quesólopodían transitar por ella dos hombres de frente. La vereda bajaba a unahondonada bañada por un arroyo cuyas orillas ásperas y quebradas estabancubiertasdesaucesenanos.CedricyAthelstane,quemarchabansiemprealacabeza,conocieroncuánpeligrosoeraaqueldesfiladero;más,pocoprácticosen lasmaniobrasde laguerra,elúnicomedioquese lesocurriódeevitarelriesgo fue apretar cuanto más podían el paso. Adelantáronse por tanto sinmucho orden, y apenas habían cruzado el arroyo con alguno de los suyos,cuandofueronatacadosdefrente,flancosyretaguardiaconunímpetualque,ensudesordenadadistribuciónnopodíannioponerlamenorresistencia.Losgritos de guerra de que usaban en todo encuentro los sajones se oyeron almismotiempoenambascuadrillasporquelosagresoreserandeaquellamismanación,ysuataquefuetanprontoysimultáneoqueparecíanmásdelosqueeranenrealidad.

Los dos jefes sajones fueron hechos prisioneros almismo tiempo y concircunstancias análogas a la índole de cada uno. Al verse atacado por unenemigo,CedriclearrojólajabalinaconmuchomásaciertoqueaFangs,yledejóclavadoaunaencinaquedetrássehallaba.Enseguidaapretandoespuelasal caballo se dirigió a otro, sacó almismo tiempo la espada, y le atacó contantafuriaquelahojadioenunaramadeárbolacuyoviolentogolpelesaltóelacerodelasmanos.Alpuntoseapoderarondeéldosotresbandidosyleobligaron a desmontar. Otro había tomado por la brida al caballo deAthelstane, el cual se vio en tierra antes de haber podido sacar la espada otomadoalgunaprecaucióndedefensa.

Embarazadosporlasacémilas,aterradosysorprendidosalverlasuertedesusamos,loscriadoscayeronsindificultadenpoderdelossalteadores;ladyRowena, que iba enmedio de todos, y el hebreo y su hija, quemarchabandetrás,sufrieronladesventura.

Unosoloescapódetodalacomitiva,yéstefueWambaelcualmanifestóenaquellaocasiónmáspresenciadeánimoquelosquecreíanaventajarleensensatez.Apoderándosedelaespadadeunodeloscriados,quenosabíaquéhacerconella,seadelantócomounleónhacialosmalvados,echóalsueloalos que se le acercaron, e hizo valientes aunque inútiles esfuerzos parasocorrerasuseñor.Convencidoentoncesdelasuperioridaddelnúmerodelosbandidos,bajóconprontituddelcaballo,semetióen losmatorralesyquedófueradelcampodebatalla.

Más al verse libre y seguro el intrépido bufón tuvo más de una vez la

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tentación de volver atrás y participar de la cautividad de un amo a quienmirabaconsinceroafecto.

—Loshombresnocesandecharlarde losbienesqueacarrea la libertad;másyoquisierasaberquehedehaceraestahoraconlamía.

Alpronunciarestaspalabrasoyódetrásunavozquelellamabaconmuchacautela;almismotiempolesaltóencimaunperro,lamiéndoleyfestejándole.ElperroeraFangs,ydetrásestabaelporquerizoelcualaloírqueWambalellamabaconlamismaprecaución,saliódelasmatasysepresentóasuvista.

—¿Qué es esto? —dijo Gurth con no pocas muestras de sobresalto—.¿Quésignificanesosgritosyesemartilleodeespadas?

—Una chanza de estos tiempos —respondió el bufón—: todos estánprisioneros.

—¿Quiénes?—exclamóGurthconimpaciencia.

—Milord,Milady,Athelstane,HundebertoyOswaldo.¿Quéquieredecirtodos?

—¡PorDiossanto!—dijoelporquerizo—.¿Cómohasidoeso?¿Quiéneshansidolosagresores`?

—Elamo—dijoWamba—sediomuchaprisaapelear;Athelstanelotomócon mucha calma, y ninguno de los otros estaba prevenido. Las tropascontrariasllevangabanesverdesymascarillasnegras.Todosestántendidosenelsueloconolasalgarrobasqueechasalosgorrinos.¡Yvotoasanes,queellancemeharíareírsinofueraporquetengomásganadellorar!

Aldecirestoderramabalágrimasdesincerodolor.

—Wamba—dijoGurtharrojandofuegoporlosojos—,armadoestásytucorazónhasidosiempremejorquetucabeza.Somosdos;perodoshombresresueltospuedenmucho.¡Sígueme!

—¿Adónde—respondióelbufón—,yconquéobjeto?

—¡ArescataraCedric!

—¿Tú —exclamó Wamba—, que no hace mucho renunciaste a suservicio?

—Entonces—dijoGurth—Cedricerafeliz,¡Sígueme,tedigo!

Wamba iba a seguir los pasos de su compañero, cuando se presentó enescena otro personaje, que lesmandó detener so pena de la vida.Al ver sutrajeyarmamentolehubierantenidoporunodelosdelacuadrillaquehabíaacometidoasusamos;peroademásdenollevarmáscara,porelvistosotahalíqueleadornabaelpechoyporelcuernoquedeélpendía,yporlamajestuosa

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expresióndesuvozydesusmodales,conocieronapesardelaoscuridadqueeraLocksley,elmonteroquehabíaganadoelpremiodeblancoeneltorneo.

—¿Qué alboroto es éste?—preguntó—. ¿Quiénes son los que atacan yhacenprisionerosenestasselvas?

—Miradecercasusgabanes—dijoWamba—,ydimesinosonlosdetushijos:porque,¡votoasanes,queseparecenaltuyocomounguisanteverdeaotroguisanteverde!

—No tardaré en saberlo —dijo Locksley — y os mando, si queréisconservar la vida, que no os apartéis de este sitio hasta que yo vuelva.Obedecedme, y os saldrá la cuenta a vosotros y a vuestros amos. Voy adisfrazarmeparamezclarmeconellos.

Aldecirestosedespojódeltahalíydelcuerno,sequitóunaplumadelagorra,ylopusotodoenmanosdeWamba;sacóunamascarilla,yrepitiéndolessusencargosdenoalejarsedeallí,marchóaejecutarelreconocimiento.

—¿Nos vamos o nos quedamos?—dijoWamba al verse a solas con suamigo—. ¡O mienten las señas o las suyas son de un ladrón que trae elvestuarioenelbolsillo!

—¡SeaelmismoLuzbel,siquiere!—respondióGurth—Poraguardarsuvueltanohemosdeestarpeorqueestamos.Siesdelosdelagavilla,alahoraestaleshabrádadoelaviso,ydenadahadeservirnosecharacorrer.Además,que yo he experimentado hace poco que los ladrones de caminos no son lapeorgentedelmundo.

Elmonterovolvióalcabodealgunosminutos.

—AmigoGurth—ledijo—,yaséquiénesson,quiénlespagayadóndeseencaminan. Por ahora no creo que haya que temer que cometan ningunaviolenciaconvuestrosamos.Tratardeatracarlessiendonosotrosnomásquetres, sería locura;porquehasde saberque sonhombresaguerridos,y, comotales,hanpuestocentinelasparaquedenlaalarmaencasodenecesidad.Másno tardaremos en recoger bastante fuerza para burlarnos de todas susprecauciones. Vosotros sois dos servidores de Cedric, y fieles, según creo.CedricelSajóneseldefensorde losderechosde los ingleses,yno faltaránmanosinglesasqueacudanasuauxilio.Venidconmigo,yaveréis.

Dicho esto se internó en el bosque a paso acelerado seguido por elporquerizoyelbufón,elcual,comosabenyanuestroslectores,noerahombrequepodíaestarmuchotiemposinmoverlalengua.

—Creo—dijo mirando al tahalí y al cuerno que todavía llevaba— queantesdeahorahevistoyoaldueñodeestasalhajas,ynocreoquehayasidomuydistantedeNavidad.

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—Yyo—dijoGurth—apostaríalamanadadecerdos,sifueramía,queheoído lavozdeesemonterodedíaydenoche,yqueel solno sehapuestoarribadetresvecesdesdeentonces.

—Amigosmíos—respondióelmontero—,quienquieraqueyosea,noesdelcasoahora.Si logrorescataravuestroamo,bienpodéisdecirquesoyelmejoramigoquehabéistenidoenlavida.Llámemecomomellamare,tireono bien el arco, guste de andar de día o de noche, son negocios que no osatañeny,porconsiguiente,notenéisquecalentaroslacabezaenaveriguarlos.

—¡Nuestracabezaestáenlabocadelleón!—dijoWambaaGurthaloído—.¡Salgamosdelpasoconopodamos!

—¡Silencio!—dijoGurth—.Noleofendascontuslocuras,ytodoirábien.

DespuésdehaberandadotreshorasapasoligerollegaronlossirvientesdeCedric con su misterioso guía a un sitio descubierto en medio del cual sealzabaunarobustaencinaqueesparcíapomposamentesusramasporunavastacircunferencia. Junto al tronco estaban echados por tierra cuatro o cincomonteros,yotrosepaseabaalaluzdelaLunaaguisadecentinela'.

Aloír lospasosqueseacercaban,elcentineladio laalarma, losotrossealzaron con gran prontitud y apercibieron los arcos. Apuntáronseinmediatamente seis flechas al punto de donde venía el ruido de loscaminantes,cuyoconductorfuereconocidoysaludadoporlosotroscontodaslas demostraciones de afecto y sumisión. Desaparecieron, por consiguiente,todoslospreparativoshostiles.

—¿Dóndeestáelmolinero?—fuesuprimerapregunta.

—EnelcaminodeRóterdam.

—¿Concuántos?—preguntóeljefe,quetalloparecía.

—Conseishombres,ybuenasesperanzasdebotín.

—¿YdóndeestáAllan-a-Dale?—dijoLocksley.

—HaidoaecharunaojeadaalpadrepriordeJorvaulx.

—¡Bienpensado!—continuóelcapitán—.¿Yelhermano?

—Ensuermita.

—Allá voy yo—dijoLocksley—.Dispersaos todos y buscad a vuestroscompañeros.Recogedcuantafuerzapodáis,porquehaycazaenelmonteyesmenesterperseguirla.Estadaquítodosalrompereldía...¡Deteneos!¡Lomásimportante se me olvidaba! Vayan dos de vosotros tan aprisa cono puedanhaciaelcastillode"FrentedeBuey"queporallíandaunacuadrilladegalanesdisfrazadoscomonosotrosysellevanconsigoalgunosprisioneros.Observad

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de cerca, porque aunque lleguen al castillo antes que podamos reunirnos,nuestrohonorexigequeloscastiguemos,yasíseráporvidamía.Vedloquehacen,ydespachadalmásligeroparaquellevelasnuevasatodoslosamigos.

Los monteros dieron a entender que obedecerían, y se separaron pordistintoscaminos.Almismotiempoelcapitánconsusdoscompañeros,queyanomiraban sólo con respeto, sino conmiedo, tomaron ladirecciónde lacapilladeCopmanhurts.

Cuando llegaron a la llanura, en cuya extremidad se alzaba la venerableaunque arruinada capilla y la selvática choza que tanto convidaban alrecogimiento,WambadijoenvozbajaaGurth:

—Sisonladrones,verdadeselrefránquedicequedetrásdelaCruzestáelDiablo.¡Yporlasbarbasdemipadrequenomeengaño!¡Oye,oyequécoplasestáncantandolosdeadentro!

Enefecto; el anacoretay suhuéspedsedesgañitaban repitiendoadúoelestribillodeunaantiguacanciónquedecíaasí:

—Choquen vasos, y a raudales y a torrentes caiga el vino; por beber sepierdaeltino.¿Quiénnorabiaporbeber?¡Vinoesdichaalosmortales:vinoanimalosamores;vinoahogalosdolores;vinoespadredelplacer!

—¡Y no lo hacen mal! —continuó Wamba, que había acompañado lascadenciasdelcoro,aunquesinatreverseaechartodalavoz—.¿Quiéndiantreshabíadeaguardarsemejantecanciónenunaermitayamedianoche?

—Cualquiera —dijo Gurth— que sepa lo que es el ermitaño deCopmanhurst, el cual esconocidoen todaestacomarca,yasímatavenadoscomocantamaitines.Hayquiendicequelamitaddelacazaquerobanalamodelcotovaapararasucelda,yqueelguardabosquesehaquejadoalamo,yquehandearrancarledelcuerpoelsayalsinoseenmienda.

DuranteestaconversaciónLocksley,conlosrepetidosgolpesquedioalapuertadelermitaño,interrumpiólagraveocupaciónaqueestabanentregadosélysuhuésped.

—¡PorSanFustán—dijoelermitañoparándosederepenteenmediodeungorgorito—, que tenemos más caminantes extraviados a la puerta, y noquisierapor todoelorodelmundoquemevieranenestadisposición!Cadacual tiene sus enemigos, señor caballero Ocioso; y al vernos aquí mano amanoalcabodetreshoras,conestapobrezaquehepodidoofreceros,comolacaridad lomanda,no faltaríanmalvadosque loatribuyesenaborracherayacomilona,vicios tanopuestosamicaráctercomoa lanaturaldisposicióndemiíndole.

—¡Sonunasmalas lenguas—repusoelcaballero—,yyohededarlessu

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merecido!Verdades,padremío,quecadacualtienesusenemigos;yhombrehayenestascercaníasconquienyoquisieramásbienhablara travésde lasbarrasdelyelmoquecaraacara.

—Ponteeltuyo,amigoOcioso—dijoelermitaño—,tanaprisacomotelopermitalaíndolequetusobrenombredenota,mientrasyoguardoestosjarrosdepeltrecuyocontenidoestáalborotándomeloscascos.Paraquenooigandeafueraelruido,cantemosloquequieras,cualquieracosa.¡Noimporta!¡Sobrequenoséloquehago!

Enseguida entonó con recia voz un devoto De profundis, con cuyoestrépito ahogó el retintín de los jarros y de los otros restos del convite.Entretanto el caballero se armaba y procuraba hacer el dúo al anacoreta, encuantoselopermitíalarisaqueleretozabaenelcuerpo.

—¿Quédiantres demaitines son esos a estas horas?—dijounavoz a lapuerta.

—¡Diosteasista,buencaminante!—dijoelermitaño,aquienelruidoqueélmismohacía,yquizástambiénlosefectosdelvino,nopermitíanreconocerunavozque,ciertamente,noleeraextraña—¡prosiguetucaminoennombredeDiosydeSanDustán,ynonosinterrumpasamivenerablehermanoyamíennuestrasdevotasoraciones!

—¿Locksleyestásloco?—continuóeldeafuera—.¡Abrea…!

—¡Segurosestamos;todovabien!—dijoelermitañoasucompañero.

—Pero¿quiénes?—respondióelcaballero—.Meimportasaberlo.

—¿Quiénes?—replicóelanacoreta—.¡Dígotequeesunamigo!

—Pero¿quéamigo?Porquepuedeseramigotuyo,ynomío.

—¿Quéamigo?—dijoelermitaño—.Másfácileshaceresapreguntaqueresponderla.¿Quéamigo?Esehonradoguardabosquedequientehehablado.

—¡Tanhonradocomotúpenitente!—dijoelcaballero.

—¡Nolodudo!Peroabrelapuertaantesquelaecheabajoagolpes.

Los perros, que al principio del ruido exterior habían hecho una salvaespantosa de ladridos, conocieron, sin duda, la voz del que llamaba, puesmudaron de tono, y acercándose a la puerta y meneando la cola parecíanintercederenfavordelqueestabaaguardando.

—¿Quéesesto,ermitaño?—dijoelmonterocuandoleabrieronlapuerta—.¿Quiénesestecompañero?

—UnhermanodelaOrden—respondióelermitañocongestomisterioso—.Todalanochehemosestadoenoración.

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—Sinduda—dijoLocksley—,esalgúnindividuodelaOrdenmilitante;ycomoélhaymuchosporahí fuera.Loque importaesquedejesel rosarioytomeselgarrote.Hallegadoelcasodeecharmanodetodosnuestrosamigos.Pero ¿estás en tus cinco sentidos? ¿Así admites a un caballero a quien noconoces?¿Hasolvidadonuestrasreglas?

—¡Quenoleconozco!—respondióelermitaño—.¡Comoati;nimásnimenos!

—¿Cómosellama?—preguntóelmontero.

—¿Cómosellama?—respondióelanacoretasindetenerse—.SirAntoniode Scrabelstone. ¡Como si yome sentara a beber con un hombre sin sabercómosellama!

—Hasbebidomásdeloquepuedes—dijoLocksley—,yquizáshabladomásdeloquedebes.

—Buen montero —dijo el caballero—, no os enfadéis con mi honradohuésped. No ha hecho más que darme la hospitalidad que yo le hubieraexigidoporfuerzasimelahubieranegado.

—¿Porfuerza?—repusoelermitaño—.Dejaquetruequelatúnicaporungabánverde;ysitedefiendesdedocegolpesdemigarrote,digoquenosoyhombredepro.

Aldecirestosedespojódesugroserosacoyquedóencoletoycalzonesdegamuza, sobre lo cual se puso con la mayor prontitud el gabán verde ycalzonesdelmismocolor.

—Átameesasagujetas—dijoaWamba—,ytendrásunvasodevinosecoportutrabajo.

—¡Graciasporelvinoseco!—respondióelbufón—,Pero¿nocreestúquees caso de conciencia ayudar a convertir a un santo varón en un pecadormundano?

—¡Notengascuidado!—dijoelermitaño.

—¡Así sea! —respondió Wamba, y acabó la operación de atar losinnumerables cordones del nuevo ropaje que el anacoreta había vestido, yentretantoLocksleyhablabaconelcaballero.

—No podéis negarlo; vos sois el caballero de la negra armadura quedecidióelcombateen favorde los inglesesyencontrade losextranjeroselsegundodíadelpasodearmas.

—¿Yquéseinferiríadeeso,encasodeserasí?—preguntóelOcioso.

—Siesasí—respondióelmontero—,contaríamosconvuestrosocorroen

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favordeldébil.

—Mi obligación es socorrer al necesitado—replicó el caballero—, y nocreoquehayrazónparapensardemíotracosa.

—Convendría, sin embargo, saber —dijo Locksley— si sois tan bueningléscomobuencaballero;porqueelnegocioquetenemosentremanosatañea todo hombre de bien pero más particularmente a los que tienen sangreinglesaenlasvenas.

—AnadiepuedensermáscarasInglaterraylavidadetodoinglésqueamí—exclamóconentusiasmoelcaballero.

—¡Quiera Dios que así sea —respondió el montero—, pues nunca hanecesitadotantoInglaterradelapoyodelosquelaamancornoahora!Yvoyahablarondelaempresaenlaquesisoisrealmenteloquedecíspodréistomarhonrosaparte.Unacuadrillademalsines,adoptandoeltrajedelosquevalenmásqueellos,sehanhechodueñosdelapersonadeunnobleinglés,llamadoCedricelSajón,desuhijaydesuamigoAthelstanedeConingsburgh,yloshan llevado a uno de los castillos inmediatos. Dime ahora si como buencaballero y buen inglés quieres y puedes ayudarnos a rescatarlos de susenemigos.

—Misvotosmeobliganaello—dijoelcaballero—.Pero¿quiénerestú,quetanapechotomasestenegocio?

—Yonotengonombre—dijoelmontero—;peroamoamipatriayatodoslosquelaaman.Bástatesaberestodemíporahora,puestoquedebebastarnosa nosotros lo que de ti has querido decir. Cree, sin embargo, que cuandoempeñomipalabraestaninviolablecomosicalzaraespuelasdeoro.

—No lo dudo—respondió el caballero—, porque estoy acostumbrado aleerenlafisonomíadeloshombres,yenlatuyaestoyleyendolahonradezylaresolución.Nadamásquierosabersinoayudarteaponerenlibertadaesoscautivos; después nos conoceremos mejor uno a otro y creo que seremosamigos.

—¿Conque tenemos un nuevo aliado? —dijo Wamba, que habiendoacabadodevestiralermitaño,sehabíaacercadoaLocksleyyoídolasúltimaspalabras de la conversación—. ¡Mucho me alegro, porque el valor de estepaladínesmetalmásfinoquelacapuchadelermitañoyquelahonradezdelmontero,elcualtienetrazasdeseruncazadornocturno,comoelanacoretalastienedesocarróncamandulero!

—¡Calla,Wamba!—dijo Gurth—. Poco importa que sean fundadas tussospechas. Cristiano viejo soy, y creo en Dios a puño cerrado; pero si elmismo Satanás se ofreciera a darnos ayuda en este aprieto, temo que la

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aceptaría.

El ermitaño estaba ya completamente armado de espada, broquel, arco,flechas y una gran partesana al hombro: salió de la celda a la cabeza de lapartida,echólallave,yladejódebajodelapuerta.

—¿Estás en aptitud de hacer algo bueno —le pregunto Lócksley— ocorrentodavíaentumolleralosraudalesdevinodelacanción?

—Algomehormiguean los cascos—respondió el anacoreta—,y adecirverdad las piernas no estánmuy seguras; pero el agua de SanDustán haceprodigios,yyaveráscuánprontosemepasa.

Dichoestoseaproximóalaconcavidaddelarocaenqueborbollabanloscristales de la fuente, y se echó a pechos un trago, que a pocomás la dejaexhausta.

—¿Cuánto tiempohaquenohacesotro tanto?—preguntóelde lanegraarmadura.

—Dosmeses justos—dijo el ermitaño—, que fue cuando se reventó labota y se fue lo que contenía, y sólo me quedó para apaciguar la sed estaprodigiosafuenteproductodeunmilagrodelsantobendito.

Despuésdehaberbebido,selavóelrostroylasmanosparapurificarsedetodoslosrestosdelafrancachela.Enarbolandoentonceslapartesanacomosisehallaraenfrentedelenemigo.

—¿Dónde están—exclamó— esos follones opresores de la inocencia yrobadoresdenoblesdoncellas?¡LlévemeLuzbelsinobastoyosoloparaunadocenadeellos!

—¡Cómojuras,hermano!—dijoelcaballero.

—¡No me hermanees más —respondió—, que harto hermaneado estoycuandotengoelsacoalhombro!¡PorSanJorgeyeldragón,quecuandovistoel gabán verde me las apuesto a jurar, a beber y a enamorar con el mejormonterodeestascercanías!

—¡Alnegocio; y callemos—dijoLocksley—,que eresmás ruidosoqueuna mujer! ¡Y vosotros, amigos, no os entretengáis con sus dicharachos!Vamos a reunir nuestras fuerzas, que no necesitamos de muchas paraapoderarnosdelcastillodeReginaldo"Frentedebuey".

—¿Frente de buey? —exclamó el Ocioso— ¿El noble normando se haechadoalcamino?¿Ladrónyopresorletenemos?

—Opresor—dijoLocksley—siemprelohasido.

—Y en cuanto a ladrón—añadió el ermitaño—, ya quisiera él tener la

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mitaddelaconcienciaquealgunosladronesqueyoconozco.

—¡Anda y calla! —dijo Locksley—. Mejor fuera que nos dirigieras alpuntodereuniónytedejarasdehablarcontantaimprudencia.

XVII

EntantoquesetomabanestasdisposicionespararescataraCedricyalossuyos,losmalvadosquelosconducíanprocurabanllegarcuantoantesalsitioqueibaaservirlesdeprisión.Perosobrevinolanoche,ylosbandidosnoeranmuy prácticos en los senderos de la selva. Paráronsemuchas veces, y otrasvolvieron atrás para tomar el camino de que se habían extraviado. Lució lamañana antes quepudieranmarchar con seguridady certeza; pero los rayosdeldíalesdieronconfianza,yconsuauxilioaligeraronelpaso.EntretantolosdosjefesdelacuadrillaconversabanentresídelmodoMauriciosiguiente:

—Ya es tiempo de que nos dejes, templario a Bracy, y de que vayas aprepararteparalasegundajornadadelacomedia.Andaavestirteparahacerelpapeldelibertador.

—Hemudadodeparecer—dijoelaventurero—,ynoquieroabandonarlapresa hasta dejarla segura en el castillo de "Frente de buey". Allí mepresentarésindisfrazaladyRowena,yesperoqueperdonemiarrojoenfavordelapasiónquemehaconducidoatantoextremo.

—¿Yquéesloquetehahechomudardeplan?—preguntoBrian.

—¡Pocoteimporta!—respondióelaventurero.

—Nocreoquehayanhechoimpresiónentuánimo—dijoel templario—lassospechasquehaprocuradoinspirarteWaldemardeFitzurse.

—¡Esosequedaparamí!—repusoBracy—.eldemonioseríecuandounladrónrobaaotroladrón;yyoséquenohayfuerzahumanaquedetengaauncaballerocomotúenlaprosecucióndesusdesignios.

—No es extraño —replicó el templario— que compañeros libressospechende un amigo, de un camarada, de todo elmundo, cuando todo elmundosospechadeellos,ycon,razón.

—Noesocasiónéstade reconvenciones—dijoBracy—:bastedecirqueconozcotusescrúpulos,yquenoquierodarteocasióndearrebatarmelapresaquetantosriesgosmehacostado.

—¿Qué tienesque temer?—observóBrian—.Laspromesasmeatan lasmanos.

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—¡Y tan bien corno las cumples!—replicó Bracy—. Desengañémonos,señortemplario:Lasleyesdelagalanteríaseinterpretanalgorelajadamenteennuestrostiempos;yennegocioscomoéste,¡nomefíodetuconciencia!

—¿Quieresquetedigalaverdad?—dijoel templario—.Nosonlosojosazulesdetudamalosquemásgolpemehandadoentrelosquevienenenlacomitiva.

—¿Qué?—preguntóBracy—.¿Tegustamáslacriada?

—No,señorcaballero—respondióel templario—.Entre lascautivashayunaquenocedeennadaalasajona.

—¡Porlasbarbasdemipadre—dijoBracy—quetehadadoflechazolahebrea!

—Y aun cuando así fuera —replicó Brian de Bois-Guilbert—: ¿Quiénpuedeoponerseaello?

—Nadie que yo sepa—dijoBracy—.Mejor que yo sabes tus intereses;masyohubierajuradoqueechabaselojomásbienalsacodelpadrequealahermosuradelahija.

—Losdosmeacomodan—respondióBrian—;amásdequeel sacodelviejousureroesmitadparamíymitadparaFrentedebuey,quenoprestasucastilloahumodepajas.Quieroteneralgunaprendaparamísoloenelbotínyninguna me conviene tanto como la judía. Mas, ahora que sabes misintencionesyquenadatienesquetemerdemí,¿porquénosiguestuprimerdesignio?Yavesquenocorremoslosdoslamismaliebre.

—Noimporta—contestóBracy—;lodicho,dicho.Verdadseráloquemecuentas;peroyonofíoentuconciencia.

DurantetodoestediálogoCedricprocurabasacardelosquelecustodiabanalgunasnoticiasacercadequiéneseranydelobjetoqueseproponían.

—Si sois ingleses —les decía—, ¿por qué os apoderáis de vuestroscompatriotascomopodríanhacerlosnormandos?Sisoismisvecinos,¿cómoignoráis mis principios y mi modo de pensar? Hasta los bandidosexperimentan los frutos de mi protección, porque nadie más que yocompadecesusmalesymaldice la tiraníadesusopresores.¿Quéqueréisdemí? ¿Y de qué puede serviros vuestro silencio? ¡Peores sois que los brutosindómitosenvuestrasacciones,yhastalosimitáisenvuestrosilencio!

En vano exhortabaCedric a sus guardias, los cuales tenían razonesmuypoderosas para no ceder a súplicas ni amenazas. Continuaron a su ladocaminandocuantomásaprisapodían;hastaquealfindeunacalledeañososárbolessedescubrióelmusgosoyantiguocastillodeFrentedebuey.Eraunafortaleza de mediana extensión, en medio de la cual se alzaba un torreón

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cuadrado rodeado de edificios demenor altura, y éstos de un vasto cercadoguarnecido con un foso profundo al que suministraba sus aguas un arroyoinmediato. Frente de buey, que por la perversidad de su carácter se habíapuesto en guerra abierta con todos sus vecinos, había aumentado lafortificaciónde su residenciaconstruyendoen losmuros torreselevadasqueflanqueabansusángulos.Laentrada,comolade todos loscastillosdeaqueltiempo,eraunabarbacanaabovedada,especiedeobraexteriorqueterminabaen dos torrecillas. Apenas divisó Cedric las pardas y verdosas almenas delcastillode"Frentedebuey",queseerguíanentrelosespesosbosquesquelasrodeaban,conociólacausarealdelinfortunioenquesehallabasumergido.

—¡Injusto fui—dijo—para con los ladrones y forajidos de estas selvascuandolesatribuítamañodesacato!¡Tantomontaríaconfundiraloslobosdeestosmontescon lasvoraceszorrasdeFrancia!Decidme,perros:¿quées loque vuestro amo quiere demí:mi vida omi caudal? ¿No será lícito a dosnobles sajones como Athelstane y yo poseer las tierras que sus padres lesdejaron? ¡Acabad con nosotros, y consumad vuestra tiranía quitándonos lavidacomonoshabéisquitadolalibertad!¡SiCedricelSajónnopuederescataraInglaterra,moriráenlademanda!¡Decidavuestrocruelamoqueloúnicoque lepidoesquedeje librey sindeshonraa ladyRowena!Esmujer,ynotiene por qué temerla. Cuando faltemos Athelstane y yo nadie tomará lasarmas en su defensa. Los de la escolta permanecieron tan sordos a estediscurso comoal primero, y así llegaron a la puerta del castillo.Bracy tocótres veces la trompa y los ballesteros que guarnecían las torres echaroninmediatamente el puente levadizo y le dieron entrada. Los enmascaradosobligaronalosprisionerosaecharpieatierra,ylescondujeronaunaposentoenelcualencontraronalgunosmanjares,delosquesólosesintiódispuestoacomerAthelstane.Sinembargo,eldescendientedelosreyessajonesnopudosaborear largo tiempo las provisiones de sus carceleros, porqueinmediatamente se les dio a entender que él y Cedric debían ocupar unahabitación separada de la de lady Rowena. Era inútil resistir; así es quesiguieronasusconductoresporunagransalacuyasbóvedassosteníangruesaspilastrasdearquitecturasajonacomolasquesevenenlosrefectoriosysalascapitularesdelosantiguosmonasteriosdeInglaterra.

LadyRowenafueseparadadesusdoncellas,concortesíaenverdad,perosinconsultarsugusto,yllevadaaunaposentodistante.LamismasospechosadistinciónsehizoaRebecaadespechodelassúplicasdesupadre,quellegóhastaaofrecerdineroenaquellaangustiosaextremidadporqueladejaranasulado.

—¡Perro infiel! —respondió uno de los conductores—. ¡Cuando hayasvistolahabitaciónquesetehaseñalado,noquerrásverenellaatuhija!

Y sin más ceremonia fue arrebatado por diferente camino que los otros

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prisioneros. Después de haber sido desarmados y registrados con el mayorrigor,loscriadospasaronaotrasaladelcastillo,yRowenanopudoconseguirelúnicofavorquepidióquefuelacompañíadesucamareraElgitha.

XVIII

El aposento que se había destinado a lady Rowena conservaba algunosrestosdeornatoymagnificencia,demodoquedebíaconsiderarsecomounadistinciónyseñalderespetodequenohabíansidodignoslosotroscautivos.HacíamuchotiempoquehabíamuertolamujerdesirReginaldoparaquienseamueblóenotraépoca,yeldescuidoyelabandonohabíandegradado todossus adornos. La tapicería pendía en varias partes dividida en jirones yfragmentos,yenotraselsolyeltiempohabíanborradosuscoloresydibujo.A pesar de su decadencia, aquélla era la única pieza de la casa que habíaparecidodignade servir dehabitación a la heredera sajona, a quiendejaronsola entregada a las meditaciones que su suerte tenía que inspirarle hastahallarsepreparadoslosactoresqueibanatomarparteenaquelinfamedrama.Todas estas disposiciones habían sido trazadas en una conferencia quetuvieronFrentedebuey,elTemplarioyBracy,enlacual,despuésdelargoyacaloradodebatesobrelasventajaspeculiaresquecadaunoqueríasacardelapartequehabíatomadoenlaempresa,quedaronalfindeacuerdorespectoalasuertedesusdesventuradasvíctimas.

ErayacercadelahorademediodíacuandoBracy,encuyofavorsehabíafraguado en su principio aquel atentado, empezó a poner en ejecución losdesigniosquehabíaconcebidoparaapoderarsedelamanoydelosbienesdeladyRowena.

Sinembargonoestuvotodoelintervalodequehemoshechomenciónenel consejo de los caudillos, porque Bracy había empleado algún tiempo enadornarse con todos los primores de lamoda que entonces reinaba. Habíandesaparecidolamascarillayelgabánverde.Sulargacabelleracaíaentrenzassobrelaspielesdelvestido,elcualeraunatúnicaquenopasabadelasrodillassujetaconuncinturóncubiertodebordadosyrealcesdeoro,delacualpendíauna espada de extraordinarias dimensiones. Ya hemos hechomención de laextravagantehechuradeloszapatosqueusabanlosgalanesdeaqueltiempo,ylaspuntasde losdeMauriciodeBracypodíanapostárselas con las astasdeciervomáslargasyretorcidas.Taleraelgustoreinante;yenlaocasióndequevamoshablandorealzabanelefectodelatavíolabuenapresenciayelgallardocontinentedelquelollevaba,cuyosmodalesteníanlagraciadeuncortesanoylafranquezadeunsoldado.

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SaludóaladyRowenaquitándoseelgorrodeterciopelo,alqueservíadebroche un medallón que representaba a San Miguel hollando la cerviz delPríncipedelasTinieblas,yconelmismohizoseñaaladamadequetomaraasiento;mascomoellapermanecíaenpie,elcaballerosequitóelguantedelamanoderecha,yselapresentóenademándeconducirlaaunsillóninmediato.Rowenarehusócongestomajestuosolaoferta.

—Siestoy—dijo—enpresenciademicarcelero,cononopuedodudarlo,me convienepermanecer en esta situaciónhasta saber la suerte queme estáreservada.

—¡Ah,hermosaRowena!—dijoBracy—.Estáisenpresenciadevuestrocautivo que no de vuestro opresor, y esos lindos ojos son los que han dedecidirlaventurademivida.

—No os conozco—respondió la dama con toda la altivez de una nobleofendida y de una hermosa insultada—. No os conozco, y la insolentefamiliaridad con que me dirigís esa algarabía de coplero, no justifica enmaneraalgunalaviolenciaqueconmigohabéisusado.

—Tuya es la culpa, hermosa doncella —continuó el aventurero en elmismotonoconquehabíaempezadolaconversación—:tuya,ydetusprendashechiceras,sihetraspasadolalíneadelrespetocuandoestoymirandoentilareinademicorazónylaestrellademisojos.

—Osrepito,señorcaballero,quenoosconozco,yqueningúnhombrequecalzaespueladoradayllevacadenaalcuelloseintroducecornovoslohabéishechoenpresenciadeunadamaindefensa.

—Mi desgracia es que nome conozcáis—dijo el aventurero—, aunquedebolisonjearmeconlaideadequeelnombredeBracyhallegadoavuestrosoídos;sialgunavezoísteisalospoetasyalosheraldoscelebrarlashazañasdelcampoydeltorneo.

—Heraldos y poetas—dijo lady Rowena— canten, si quieren, vuestrosencomios,máspropiosdesuslabiosquedelosmíos.¿Cuáldeellosrecordaráen sus trovas o en los libros de justa la memorable victoria de esta noche,ganadacontraunancianoyunospocos tímidos siervosyde la cualha sidobotínunainfelizdoncellaarrebatadamaldesugradoalcastillodesuraptor'?

—Sois por demás injusta, ladyRowena—dijo el caballeromordiéndoseconfuso los labios y hablando en tono más análogo a su índole que el degalanteríaquehastaentonceshabíaadoptado—.Desconocéis la fuerzade lapasión y no podéis excusar sus extravíos aunque los inspiró vuestrahermosura.

—Os ruego—dijo ladyRowena—que dejéis ese lenguaje de juglar tan

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impropioenbocadeuncaballero.Sindudameobligaréisa tomarasientosiproseguísconesacáfiladenecedades,dequenohaymancebodebarberíaquenotengasuficienteacopioparaestarcharlandodeaquíaNavidad.

—Doncella orgullosa —respondió Bracy, despechado al ver elmenosprecioque lehabíagranjeadosugalantería—, tambiénesorgullosoelhombre que está en tu presencia. Sabe, pues, que el modo con que hesostenidomispretensioneseselmáspropiode tu índole,yaqueprefieres lafuerzafrancaalosmediospacíficosyalacortesía.

—Cortesíaenlalengua—dijoladyRowena—yruindadenlasacciones,estalabartedecaballeroenpechosdeundespreciablevillano.Nomeadmirode que te desconcierten la reserva y el decoro.Más convendría a tu honorhaber conservado el traje y el habla de un bandido que disfrazar lossentimientosdelquerealmenteloesconmodalesypalabrasdegalantería.

—¡Bien me aconsejas!—dijo el caballero—. Y en pocas y terminantespalabras, que son las que convienen a acciones resueltas, te declaro que nosaldrás de este castillo sino como esposa de Mauricio de Bracy. No soyhombrequeseparefácilmentealamitaddesusempresas,nidebedetenerseunnoblenormandoen justificar suconductaparaconunadoncella sajonaaquienhonraydistingueconlaofertadesumano.Buenoesquemimujerseaorgullosa, como tú lo eres. ¿Qué recurso te queda para subir a un puestoelevado y a las cortes de los príncipes, sino tu alianza conmigo'? ¿CómopodríassalirdelastapiasdeuncortijoenqueelSajónviveconlapiaraqueconstituyesuhacienda,ytomarasiento?

Nohabía considerado todavía cuán inminentey cuán serio era el peligroquelaamenazabaSuíndoleeralaquelosfisonomistasatribuyenalabeldadperfecta,esdecir,suave,tímidayblanda;perosueducaciónylossucesosdesujuventudlahabíanalteradoyfortalecido.Acostumbrabaaquetodoslosquelarodeabancedieranasusdeseos,hastaelmismoCedricquenodejabadeserarbitrario y dominante con los otros, había adquirido aquella confianza yseguridad que resulta de la docilidad ajena. Apenas podía concebir laposibilidaddequeladesobedeciesenymuchomenosladequelatrataransinrespetonideferencia.

Su altanería, su hábito de dominar, habían formado en ella un carácteropuesto a la naturaleza, el cual no pudo por consiguiente sostenerse cuandodescubriódeprontoelpeligroenquesehallabanellamisma,suamadoysututor, objetos en que todos sus afectos se encerraban, y cuando vio que suvoluntad,hastaentoncescon lamás ligera indicaciónobedecidayrespetada,teníaquedoblegarseanteunhombredeíndolefirme,altivaydeterminadaqueposeíalafuerzayestabaresueltoausarla.

Despuésdehabermiradoentornodesíbuscandoauxilioquenadiepodía

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darlealzólasmanosalcieloyseentregóatodoslosextremosdeldolorydeldespecho. Era imposiblemirar a tan hermosa criatura, devorada por aquellacruel angustia, sin compadecerla y aliviarla.Bracy no pudo ser insensible aaquelespectáculo,aunquesuperplejidaderamayorquesucompasión.Habíaadelantado en demasía y no le era dado retroceder; mas conoció que en lasituación en que se hallabaRowena tan inútiles serían las razones como lasamenazas. Dio algunos pasos por el aposento ora exhortando a la hermosadoncellayprocurandotranquilizarlaoracavilandoloquedeberíadehacerenaquelapuro.

—Si me dejo llevar —decía en su interior— por las lágrimas de estadesconsoladacriatura,¿quéhabrésacadodelosriesgosquehecorrido,sinolapérdidademisesperanzasy laburlay la rechifladelpríncipeJuanydesusalegrescortesanos?Porotraparte,¿cómohedesalirdelpasoenquemehecomprometido?Nopuedomirarconserenidadesehermosorostrodesfiguradoporlascontorsionesdel terror,niesosojosdivinosbañadosenllanto.¡Ojaláhubieraconservadosuprimeraaltivez,yojalátuvierayouncorazóndebroncecomoeldeReginaldo!

Agitadoporestospensamientos,loúnicoquepudohacerfuedeciralgunaspalabrasdeconsueloalabellacautiva,asegurándolequenohabíamotivoparaque se lamentara con tan terrible desesperación. Pero en medio de estediscurso llegaron a sus oídos los ecos penetrantes de una trompeta que yahabía sobresaltado a los otros habitantes del castillo, y este incidenteinterrumpiólosplanesdesuambiciónydesubrutalgalantería.Quizáscelebróaquellainterrupciónmásquesudesventuradaprisioneraporquesuconferenciaconéstahabía llegadoaunpuntoenqueni sabíacontinuarni abandonar laempresacomenzada.

XIX

Mientrasocurríalaescenaqueacabamosdedescribirenelcastillo,lajudíaRebecaestabaaguardando la suerteque se ledeparabaen lo interiordeunatorrecilla algo distante de las principales alas del edificio. Allí la habíanconducidodosdesusenmascaradosraptores,yalentraren lapiezasehallóconunaviejasibilaquecantabaunaantiguatrovasajona,llevandoelcompásconlosgirosquedabasuhusoporelsuelo.Alzólavistalaviejacuandooyóelruido,ylafijóenlajudíaconlamalignaenvidiaqueexcitasiempreenladecrepitud y en la fealdad, sobre todo cuando se le agrega una perversacondición,elaspectodelajuventudydelahermosura.

—¡Marchadeaquí,bruja!—dijounodelosenmascarados

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—¡Elamolomanda!¡Dejatupuestoaquienvalemásquetú!

—¡Ah! —respondió la vieja—. ¡Cómo se pagan mis servicios!¡Acuérdome de cuando una sola palabra de mi boca bastaba para echar alsueloal jinetemásintrépido,yahoraestoyadisposicióndelmásruindeloslacayos!

—SeñoraUrfricda—dijootrodelosdesconocidos—,noperdáiseltiempoenpalabras,sinodejad libreelpuesto.Loquemandaelamoseobedecesinchistar.Pasarontustiempos,amiga,yhaceyalargosañosquesepusoelsolentuhorizonte.Erescomoelcaballoquefuebuenoensutiempoyahorapastacomounasno ruin lahierbadelprado.Anduvistey corriste como lamejor;peroyacojeas.¡Vamos;afuera,cojeandoocomopuedas!

—¡Malditosperros!—exclamólatal—.¡Seavuestrosepulcrounapocilga,ySatanás cargue conmis huesos uno a uno si salgode aquí antes de haberhiladoelcopodemirueca!

—Anda a decirlo al amo, si quieres —dijo el hombre; y se retiró—,dejando aRebeca en compañía de la vieja, ante la cual tan contra su gustohabíasidollevada.

—¿Quémildiablosesesto?—decíaentredientes,echandodecuandoencuandounamiradamaliciosaaRebeca¡Peroyacaigo!¡Bellosojos,cabellosnegros,yunatezblancacomolanieve!¡Fácilesadivinarparaquélaenvíanaestatorre,dondebienpuedegritarychillar,queasílaoiránenelcastillocomosiestuvieraacienvarasdebajode tierra!Lechuzas tendrásporvecinas,hijamía;ycontantorespetooiránytantocasoharánesoshombresdesusaullidoscomodetuslamentos.¡Yesextranjeralabuenamoza!—añadióobservandoel ropaje y el turbante de Rebeca—. ¿Y de qué tierra eres? ¿Sarracena'?¿Egipcia?Qué,¿norespondes?¿Llorasynosabeshablar?

—Noosenfadéis,buenamujer—dijoRebeca.

—¡Basta,hasta—repusoUrfrieda—,queasíseconocenlosjudíosporelhablacomolazorraporlahuella!

—¡PorDiossantotepido—exclamóRebeca—quemedigasquéesloquepuedoaguardardelaviolenciaqueconmigosehausado!¿Vanaquitarmelavida?¡Háganlocuandoquieran!

—¿Tu vida, perla? —respondió la sibila—. ¿De qué puede servirles tuvida?¡Nadatemasporesaparte!Loquevanahacercontigoesloquehacíanantesconlasdoncellassajonas.Aquímetienesamí;jovenerayo,ydosvecesmáshermosaquetúcuando"Frentedebuey",padredeeseReginaldo, tomóporasaltoestecastilloalacabezadesusnormandos.Mipadreysussietehijosdefendieronsucasasolariegapisoporpisoyaposentoporaposento.Nohabía

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unladrillo,nohabíaunescalónquenoestuvieracubiertodesangre.Murieronen la demanda; todos ellos perecieron, y antes que estuviesen fríos suscadáveresysecalasangrequehabíanderramado,habíayocaídoenmanosdelvencedoryeraescarniodetodoslossuyos.

—¿Nohaydedóndeesperarsocorro?¿Nohaymedioningunodeescapardeaquí?—dijoRebeca—.¡Cuentaconuncuantiosogalardón!

—Nopienseseneso—dijolavieja—.Deaquínadieescapa,sinoesporlaspuertasdelamuerte;yéstassiempreseabrentarde—añadiósacudiendosu blanca cabellera—. Con todo, puede servirte de consuelo que los quequedandetráshandeexperimentarlamismasuerte.Pásalobien,judía.Judíaocristiana, no importa: todas pasan por el aro. ¡Hombres son éstos con tantoescrúpulocomocompasión!¡Pásalobien,hija;queyahehiladomicopo!Seacabómitarea,yahoraempiezalatuya.

—¡Detente, detente por el Dios de los Cielos! —exclamó la judía—.¡Detente, aunque sea paramaldecirme y despreciarme! ¡Tu presencia puedeprotegerme!

—¡Mipresencia!—respondiólavieja—.¡Demalditalacosateserviríaladelareinamásencumbrada!

Dijo estas palabras saliendo de la pieza y riéndose con espantosascontorsiones,querealzabansufealdad.Cerrólapuerta,ybajólentísimamentelaescaleraechandomilmaldicionesencadaescalón.

ARebeca le aguardaba una suertemás desventurada que la deRowena;porque si ésta podía esperar alguna sombra de respeto y cortesía, ¿quéprobabilidad había de que usaran de algún comedimiento con unamujer denacióntanperseguidaydespreciada?Sinembargo,lahebreateníalaventajadequesuspensamientoshabitualesylafirmezanaturaldesuíndolelahabíandispuesto a hacer frente a peligros como los que en aquella ocasión laamenazaban. Desde sus más tiernos años había tenido un carácter serio yobservador; la pompa y riqueza que su padre ostentaba en lo interior de sucasa y que veía reinar en las de los otros judíos opulentos, no la habíanalucinado; nunca había perdido de vista la situación precaria de suscompatriotasnilosriesgosquecontinuamentecorrían.ComoDamoclesensufamosobanquete,Rebecaenmediodetodaaquellaprofusiónymagnificenciaquelarodeabanveíasiempresobrelacabezadeljudíolaespadaquecolgabadeuncabello.Estasreflexioneslehabíandadociertamadurezytemplanza,ysuavizadoenellalaaltaneríaylaobstinaciónquequizáenotrascircunstanciashubieransidolascualidadessobresalientesdesuíndole.

El ejemplo y las lecciones de su padre le habían enseñado a tratar conurbanidad y blandura a todos los que se le acercaban. No podía imitar los

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excesosdehumillacióndeIsaacporquenocabíanensualmalamezquindaddeintencionesnielsobresaltohabitualqueledictabaaquellaconducta:ensuhumildadsenotabanalgunosvislumbresdesoberbia,comosisesometieraalosmalesaquelacondenabasuorigen,conlacertezadeseracreedoraporsuméritopersonalalaestimaciónpública.

Preparada de este modo a las circunstancias adversas que pudieransobrevenir, había adquirido la magnanimidad y la firmeza necesarias parahacerles frente. La posición en que a la sazón se hallaba, requería granpresenciadeánimo,yellaechómanodetodaslasdeterminacionescapacesdesostenerelsuyo.

Suprimera diligencia fue examinar el aposento que le había destinadoyhalló que casi no había esperanza de socorro ni de fuga. No había en elpasadizonicomunicaciónconotrapieza.Lasúnicasinterrupcionesdelmuro,queeraelmismoqueformabalatorre,consistíanenlapuertapordondehabíaentradoyenunaventanaopostigo.Lapuertacarecíadecerrojoydepestilloen laparte interior: laventanadabaaunespaciocircularoazotea, lacualaprimera vista le dio algunas esperanzas de poder escaparse por allí,mas enbrevedescubrió que aquella parte del edificio no tenía comunicación con elresto de la fortaleza, sino que era un puesto aislado, asegurado, segúncostumbrede aquellos tiempos, porunparapeto con almenas enquepodíancolocarse algunos ballesteros, no sólo para defender la torre sino paraflanquearelmurodelcastillo.

Nolequedaba,pues,otrorecursoquesupropiafortalezaylavehementeconfianza en el Todopoderoso, premiados de la virtud y protector de lainocencia. Todas las circunstancias de su situación le anunciaban que seconsiderasecomoenunacrisisdecastigo,ysufrirlosincontaminarsualmacon el pecado.Dispuesta de estemodo a la resignaciónque conviene a unavíctima, sus reflexiones la llevaron a la firme resolución de someterse sinmurmurar a cuantos infortunios pudiera encontrar en el camino de la vida,resistiendo almismo tiempo a todo lo que pudieramanchar la pureza de sucorazón.

Sinembargo,lacautivatemblóymudódecoloraloírpasosenlaescalera,ymuchomás al ver que la puerta se abría lentamente y que la cerraba pordentrocon llave lapersonaqueentraba,queeraunhombredealtaestatura,vestidocomolosbandolerosquelahabíanatacadoenelcamino.Lagorralecubríalamitaddelrostroylaotramitadelembozodelacapa.Deestemodo,ycomosileavergonzaseaélmismoelcrimenqueestabaresueltoacometer,eldesconocidoseadelantóhaciadondeestaba la judíayseparóenfrentedeella.Apesardeloqueindicabasutrajeparecíaquenoacertabaaexplicarelmotivoqueallíleconducía.Esforzándoseencuantolepermitíasuturbación,Rebeca le sacó de su perplejidad. Hablase desabrochado dos costosos

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brazaletesyuncollar,yselospresentóalsupuestobandido,creyendosindudaqueconsatisfacersucodiciapodríagranjearsesuprotección.

—¡Tomaestasfrioleras—dijo—,buenamigo,yporDiostenpiedaddemíydemiancianopadre!Lasalhajasque tedoy sondealgúnvalor;peroconmuchomáspuedescontarsinossacasdeestecastillolibreysindaño.

—HermosaRebeca—respondióelbandido—,esasperlassondeOriente,y no llegan en albor a las de tu dentadura; finos son esos diamantes, y elesplendordetusojosloseclipsa.Yonohagocasodelariqueza.

—¡Noseaasíen laocasiónpresente!—dijoRebeca—. ¡Sécompasivoypiderescate!Coneldinerosecompraelbienestaryconofenderaldesvalidosólosecompraremordimiento.Mipadresatisfarátodostusdeseos,ysiobrasconcordura,nuestrorescatetebastarápararestituirtealasociedad,paralograrelperdóndetuserrorespasadosyparapreservartedelanecesidaddecometerotrosnuevos.

—¡Bien hablas!—dijo el embozado en lengua francesa, siéndole quizásdifícilseguirlaconversaciónenlasajona,enqueRebecalahabíaempezado—;pero sabe, brillante lirio del valle, que tu padre está ya enmanosde unpoderosoalquimistaquesabeconvertirenoroyplatalasbarrasdehierrodelfogón de un calabozo. El venerable Isaac se halla a la hora ésta en unalambiquequeleharádestilargotaagotatodoloquemásamaenlaTierra,sinquepuedanvalerlemimediaciónnitussúplicas,turescatedebepagarseenamoryenhermosuraynoaceptootramoneda.

—Noeresbandolero—dijoRebecaenelmismolenguajedequesehabíaservido el disfrazado—porque ningún bandolero sabe rehusar ofertas comolasqueacabodehacerte.Losdeestatierranoconocenel idiomaenquemehablas;eresnormandoyquizásdenoblenacimiento.Sétambiénnobleentusaccionesyarrojaesamáscaraqueocultadesigniosdeultrajeydeviolencia.

—Ytú,quetanbiensabesadivinar—dijoelextranjerodesenbozándose—,noeresverdaderahijadeIsraelsinounahechiceraentodo,salvoenjuventudyenhermosura.Verdadesquenosoybandolero,lindísimarosa;soyunoquelejosdeprivartedeesosadornosque tanbien tesientan,quisieracubrirteelcuellocontodoslosdiamantesyperlasdeTurquía.

—¿Qué quieres demí—preguntóRebeca—, si no esmi riqueza?, nadapuede haber de común entre los dos. Tú eres cristiano, y yo judía. ¿Quérelacionespuedehaberentrelosdos?

—Las de puro amor, y no más, y así quiero amarte. Soy caballerotemplario.MiralacruzdemiOrden.

—¿Teatrevesaostentarlaenunaocasióncomoésta?—dijolaisraelita—.

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¿Quieresinjuriaraunmismotiempoatureligión,atuestadoyatupersona?¿Notehorrorizasdepresentarelsímbolomássagradoparaloscristianosenelmismoinstanteenqueintentasobrarcomohombreirreligiosoyvilesclavo?Qué,¿tanpocoteimportantuhonor,tusvotosytuspromesas?

Aloírestareconvenciónseinflamarondecóleralosojosdeltemplario.

—Oye, Rebeca —le dijo—: hasta ahora te he hablado con dulzura; deahora en adelante te hablaré como vencedor. Eres mi cautiva, y te heconquistadoconmisarmas.Estássujetaamivoluntadporlaleygeneraldelasnaciones,ynocederéunapulgadademiderecho,nihaypoderhumanoquemeimpidatomarporfuerzaloquerehúsesamissúplicas.

—¡Detente! —dijo Rebeca—. ¡Detente, y óyeme antes de arrojarte acometeresehorriblepecado!Podrásabusardemifuerza,puesqueDioscreódébilalamujer;peromivozteproclamarávillanoymalsíndeuncaboaotrode Europa. Si hay quienmire con indiferencia la deshonra de una doncellainocente,nadiemirarásinhorrorelcrimenquemeditas.

EltemplarioconocíalaverdaddecuantodecíaRebeca.

—Notefaltapenetración,judía—ledijodespuésdehaberreflexionadoensusúltimasexpresiones—;peromuchohasdegritarparaquetuvozllegueaoídosdealmaviviente.Quejas,lamentos,insultos,invocacionesalajusticia;todosequedaaquídentro:nadasaledelrecintodeestosmuros.Unasolacosapuedesalvarte,Rebeca.Sométetealasuerte,yyotepondréentalestadoquelasmás encopetadas normandas tengan que humillarse ante la amante de lamejorlanza.

—¡Someterme a mi suerte!—exclamó Rebeca—. ¡Sagrados Cielos! ¿Aquésuerte?¡Cobardeguerrero,yoteescupoalacaratuvilezaynotemotusamenazas! ¡El Señor, que protege la inocencia, ha acudido al socorro de suhija yme saca de este abismo de infamia!Al decir estas palabras abrió lascelosíasdelaventana,quedabacomohemosdichoaunaelevadaplataforma,yenoinstantesecolocóenelbordedelparapeto,colgada,digámosloasí,delprecipicio. Bois-Guilbert que hasta entonces no había hecho movimientoalgunoyqueestabamuylejosdeaguardaraquelladesesperadaresolución,notuvotiempodedetenerla.AdelantósehaciaRebeca,lacualexclamó:

—¡No temuevas,orgulloso templario;o si loprefieres,acércate! ¡Sidasun solo paso más, me arrojo! ¡Mi cuerpo será destrozado, perderé hasta laformadecriaturahumanaenlaspiedrasdelpatioantesqueservíctimadetubarbarie!

Almismotiempojuntólasmanosylasalzóalcielo,comosiimplorasesumisericordia antes de consumar el sacrificio. Quedó atónito y vacilante eltemplario,yaquelhombreferozquenuncahabíacedidoalacompasiónyala

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amenaza,empezóacederalaadmiraciónquelecausabatantafortaleza.

—¡Vuelve atrás —dijo—, mujer temeraria! ¡Juro por el Cielo y por laTierraquenohedehacertedaño!

—¡Nome fíode tupalabra—respondióRebeca—;hartomehasdadoaconocertusintenciones!Faltaríasaesenuevojuramento,reputándoloporfaltaleve.¿Yquéteimportaríaatielhonoroeldeshonordeunamiserablejudía?

—Sobrado injusta eres conmigo —dijo el templario—. Te juro por elnombrequellevo,porlacruzquetengoalospechos,porlaespadaqueciño,por losantiguos timbresdemipadre,quenohedehacerte lamenorofensa.¡Apártatedeesahorriblesituación,sinoporti,portupadrealomenos!Serésuamigo,yenestecastillonecesitadeunoqueseapoderoso.

—¡Ah!—respondióRebeca—.¡Demasiadolosé!...Pero¿podréconfiarentu palabra cuando huellas la buena fama de tantos y tan nobles caballeroscomocuentatuOrden?

—¡Deshónrensemisarmasyminombre—dijoBriandeBois-Guilbert—si doy lugar a tus quejas!Muchas leyes ymuchas obligaciones he violado;peromipalabra,nunca.

—Cedo—dijoRebeca—;peronomásquehastaaquí.

Ybajandodelparapetoseapoyóenunadelasalmenasquelaguarnecían.

—Deaquínomemuevo.Quédatetúdóndeestás;ysipretendesabreviarcon un paso solo la distancia que nos separa verás que la doncella judíaprefierelamuertealadeshonra.

Mientras hablaba Rebeca en estos términos su noble y magnánimaresolución, que también correspondía a su elevado ymajestuoso continente,dabaasusmovimientosymiradasunadignidadcasi sobrehumana.El terrorquedebíadedominarlaentanformidablecrisisnoalterólaserenidaddesusojosnielcolordesusmejillas;alcontrario,éstassesonrosaron,yaquéllosseencendieronaimpulsodelorgulloconquecontemplabaquesusuerteestabaensusmanosyquenadapodíaestorbarlelamuerte,quepreferíamilvecesalainfamia.Bois-Guilbert,queeraaltivoyarrojado,creyónohabervistonuncaunahermosuratananimadayresuelta.

—¡Hayapazentrenosotros,Rebeca!—dijoeltemplario.

—¡Húyala—respondiólajudía—;perodesdelejos!

—Notienesporquétemerme—continuóBrian.

—¡Temerte!—dijoRebeca—.¡Graciasalquealzóestatorreatantaaltura,queesimposiblecaerdeellasinhallarlamuerte,estoymuylejosdetemerte!

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—¡Bastadeinjusticia—dijoeltemplario—,porquejuroalCieloqueeressobradoinjustaconmigo!Nosoyyonaturalmenteloqueenmíestásviendo:duro, implacable, egoísta. Mujer fue la que me enseñó la crueldad, y conmujeres laheejercidodesdeentonces;másnocon lasde tu temple.ÓyemeRebeca:ningúncaballeroexcediónuncaaBriandeBois-Guilbertenamaraladamadesuspensamientos.ErahijadeunoscurobarónsinmásEstadosqueunatorrecilla,unaviñaestérilyalgunasleguasdearenaenlasáridasestepasde Burdeos, y su nombre era sin embargo conocido doquier se esgrimíanarmas, y mucho más que los de las más encumbradas princesas. ¡Sí! —continuó,paseándoseagitadamenteycomosihubieraolvidadolapresenciadeRebeca—.¡Sí;mishazañas,mispeligros,misangre,propagaronelnombredeAdelaida deMonteurare desde la corte deCastilla hasta la deBizancio! ¿Ycómo recompensó tanto amor?Volví cargado de laureles y gloria, adquiridacon la sangre demis venas y con los esfuerzos demi brazo, y la encontrécasada con un escudero gascón cuyo nombre no había salido nunca de losmurosdesucortijo.Mucholaamé,ycruelmentevenguélafeviolada;perolavenganzacayósobremí.¡Desdeaqueldíameseparédelavidaydetodossusvínculos;renunciéparasiempre,alosplaceresdelavidadoméstica,alafectodeunaesposatierna,a losconsejossuavesquealigeranelpesode losaños!¡Yaceré en una tumba solitaria, sin dejar en pos de mí quien conserve elantiguonombredeBois-Guilbert!

Separóunmomentoalterminarestaspalabras,yañadió:

—Rebeca, la mujer que prefiere la muerte a la deshonra, tiene un almasuperior y exaltada.Mía has de ser... ¡Aguarda! no te asustes.Mía, con tuconsentimiento y con las condiciones que quieras dictar. Parte conmigomisesperanzas,másextendidasque lasquealcanzanaversedesde los tronosdelosmonarcas.Óyemeantesderesponder;yjuzgaportimismaantesdenegar.El templariopierdesusderechoscornohombre,supodercomoagente libre;pero esmiembroypartedeun cuerpo formidable, ante el cual tiemblan losdueñosdelmundocomolagotadeaguaquesedesgajadelcielo llegaaserpartedelirresistibleOcéano,queminalasrocasytragapotentesarmadas.TaleselimperiodemiOrden.Enellanosoyunoscuroindividuo,ypuedoaspiraralgúndíaaempuñarelbastóndemando.LospobressoldadosdemiOrdennosólopisanelcuellodelosmagnates,sinoqueconnuestrocamisotedemallasubimoslasgradasdelpoderyconnuestroguanteletedeaceroarrancamossusinsignias. Durante todami vida he estado buscando un corazón intrépido ygeneroso con quien partir mi ambición, y el tuyo es el único que heencontrado.Peronoesestaocasióndealzarelveloquecubremisdesignios.Esa trompeta anuncia algún negocio importante que requiere mi presencia.Piensabien loque tehedicho:no te ruegomeperdones laviolenciaqueheusado.porquehasidonecesariaparaconocertucarácter.Eloronoseconocesinocuandoseaplicaalapiedradetoque.Volveréprontoyhablaremos.

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El templario, que durante esta conversación se había colocado en laplataforma,aunqueaciertadistanciadelaalmenaenqueRebecaseapoyaba,volvióaentrarenelaposentode la torreybajóprecipitadamente laescaleradejandoalajudíamenosasustadadelpeligrodeunamuertehorrorosaaqueacababadeverseexpuestaquedelaambiciónfuriosaydelaprofundamaldaddelhombreencuyopodersehallaba.Cuandovolvióasuprisión,loprimeroenquepensófueendargraciasalDiosdeJacobporlaprotecciónquelehabíaconcedido, rogándolequecontinuaradispensándosela tantoaellacomoa supadre.

Otronombrepronunciaronsuslabiosenaquellafervorosasúplica,yfueeldelcristianoheridoaquiensumalasuertehabíallevadoamanosdeaquellosenemigos sedientos de su sangre. A la verdad, no dejó de sentir algúnescrúpuloporhabermezcladoensusdevocioneselnombredeunoconquiennopodíatenerlamenorrelación:unnazareno,unenemigodesunación.Perola plegaria había salido de su boca, y las mezquinas preocupaciones de susectanopudieroninducirlaarevocarla.

XX

CuandoeltemplariollegóalsalóndelcastilloyaestabaenélBracy.

—Tugalanteo—dijoéste—hasido,sinduda,interrumpido,comoelmío,poreste intempestivollamamiento.Perotúvienesmásdespacioqueyoydepeorgana,deloqueinfieroquenohansidotanmalhadadoscomolosmíostusamores.

—Conque,segúneso—dijoeltemplario—,¿Notehansalidolascuentascomopensabas?

—Noporcierto—respondióBracy—:ladyRowenahaconocidoquemeesimposibleverlloraraunamujer.

—¡Qué vergüenza! —dijo Brian—. ¡El jefe de una compañía deaventureroshacecasodeesasniñerías!Lágrimasdemujersongotasdeaguaqueanimanlasllamasdelateadelamor.

—¡Sinohubieransidomásquegotas!—contestóBracy—.Perolapobremuchacha ha vertido un raudal capaz de extinguir cien hogueras. Nunca sevierontantosretortijonesdemanos,nitantossoponciosnichillidosdesdelosdíasdeNiobe.¡TedigoquelasajonatieneelDiabloenelcuerpo!

—Yyo te digo—repuso el templario—que la judía no tiene un diablosolo, sinouna legiónentera: ¡sóloasíhubierapodido salirdel lancecon tan

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indomable orgullo y resolución! Pero ¿dónde está "Frente de buey"? ¿Quésignificaesatrompetaquecontantaprisatoca?

—Supongo que estará negociando con el judío—dijo el normando—, yquelosaullidosdeéstenolepermitiránoírloquepasaafuera.UnjudíoqueseseparadesustalegosyconlassuavescondicionesdeFrentedebuey,escapazdeahogarconsusgritostodaslastrompetasdelejércitodelaCruzada.Decidaloscriadosquelebusquen.

No tardó en presentarse Reginaldo "Frente de buey", que había sidointerrumpidoensudiabólica tareaporelmismoincidentequesuspendió losgalanteos de sus dos amigos, y que se había detenido para tomar algunasdisposicionesacercadeaquellainesperadanovedad.

—Veamoslacausadeestemalditotrompeteo—dijo"Frentedebuey"—.Aquítenemosunacarta,yestáensajón,sinomeengaño.

ElBarónmiróy remiró la cartay lavolviópor todos lados, comosi lasdiferentes posiciones del mensaje pudieran hacerle entender su contenido.Viendoquesusesfuerzoseraninútiles,selaentregóaBracy.

—Puedeser—dijoéste—queseangarabatosdenigromante;peroyonolos entiendo. El capellán de casa se empeñó en enseñarme a escribir; peroviendoquemisletraserancomohierrosdelanza,tuvoquedesistirdelatarea.

Bracyeraenefectotanignorantecomolamayorpartedeloscaballerosdesuépocaydesunación.

—Dádmela—dijoBriandeBois-Guilbert—,quealmenoslostemplariostenemoslaventajadereunirlasabiduríaalvalor.

—Aprovechémonospues—dijoBracy—,detureverendosaber.¿Quédiceelpapel?

—¡Esundesafíohechoyderecho—respondió el templario—;pero, porDios,que,sinoeschasco,eselretomásextraordinarioquepasójamásporelpuentelevadizodelcastillodeunbarón!

—¿Chasco?—exclamóFrentedebuey—,¡Caralehadecostarlafiestaacualquiera que se meta en chanzas conmigo sobre asuntos de esta especie!¡Leed,sirBrian!

El templario leyóenestos términos: "Wamba,hijodeWitless, bufóndelnoble Cedric, conocido por el sobrenombre del Sajón, y Gurth, hijo deBeowolf,porquerizo..."

—¿Estásloco?—dijo"Frentedebuey"interrumpiéndole.

—¡PorSanLucas,queasíestáescrito!Oídloquesigue:"YGurth,hijodeBeowolf,porquerizodedichoCedriclaayudayasistenciadenuestrosaliados

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yconfederadosquehacencausacomúnconnosenestefeudo,asaber:elbuencaballero,llamadoporlapresente,elNegroOcioso,avosReginaldo"Frentede buey" y a vuestros aliados y cómplices, sean los que fueren, sabed: quehabiéndoos, sin previa decía ración de feudo, ni otra causa conocida,apoderadomaliciosamenteamanoarmadade lapersonadenuestroseñoryamo, el susodichoCedric, alias el Sajón, como también de la persona de lanoble doncella lady Rowena de Hargottstandste de; como también de lapersonadelnobleAthelstanedeConingsburgh;comotambiéndelaspersonasde otros hombres libres, guardias de los arriba dichos; cono también de lapersonadealgunossiervosdelasmismos;ydeciertojudíollamadoIsaacdeYork; y de cierta judía, hija del dicho judío; y de ciertos caballos ymulas;cuyasnoblespersonas,consusdichosguardiasysiervosydichoscaballosymulas,caminabanenpazyquietudporcaminoreal:portanto,osrequerimosydemandamosque lasdichasnoblespersonas, a saber:Cedric, aliaselSajón,Rowena de Hargottstandstede y Athelstane de Coningsburgh, con sussirvientes, guardias y otros acompañantes, y los caballos y mulas, y losreferidosjudíoyjudía,contodaslasmonedasyefectosdesupertenencia,nosseanentregadoseneltérminodeunahoradespuésdelrecibodeésta,anos,oa la persona o personas que para ello designaremos sin daño corporal nimenoscabodebienesdelasdichasnoblespersonas,criadosyguardias,judíoyjudía,mulas y caballos.Yos damos por requeridos y demandados; y de nocumplir con este nuestro requerimiento y demanda os declaramos ladrones,malsinesytraidoresdesleales,ypelearemoscontravosenbatallaositio,odeotro modo, haciendo todo lo que pueda contribuir a vuestro daño ydestrucción. Dios os guarde muchos años. Fecho y firmado por nos en lavísperadeSanWithold,bajolaencinagrandedeHarthill,yescritoporelquesetitulaermitañodeCopmanhurst".

Alpiedeestepreciosodocumentoseveía,enprimerlugar,untosquísimobosquejodeunacabezadegalloconsucresta,conunmotequeexpresabasereljeroglíficodelinfrascritoWamba;hijodeWitless.DebajodeaquelcuriosoemblemaestabalacruzqueservíadefirmaaGurth,hijodeBeowolf.EnotroladoseleíaenenormesymalformadasletraselnombredelCaballeroOcioso,yporconclusiónhabíaunaflechabastantebiendibujada,símbolodelmonteroLocksley.Los caballerosoyeron la lecturade este extraordinariodocumentodesdelacruzalafecha,ysemiraronunosaotrosinciertos,atónitos,comosiningunodeellospudieradecidirsieranegocioserioodeburlas.Bracyfueelprimeroquerompióelsilencioconestrepitosascarcajadas,querepitió,aunquetandeveras, el templario. "Frentedebuey" lejosde reírse,daba indiciosdedesaprobaraquellainoportunaalegría.

—Yoosaseguro,caballeros—dijoelBarón—,quemásconvendríapensarmaduramenteenlosefectosquepuedeproduciresteescritoquereírsefueradepropósitodelasnecedadesquecontiene.

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—Frente de buey" —dijo Bracy a Brian de Bois-Guilbert— no harecobradosus sentidosdesdeelúltimobatacazo.La ideadeundesafíohacetemblar todos los huesos de su cuerpo, aunque venga de un bufón y de unporquerizo.

—¡Por San Miguel!—respondió "Frente de buey"— que quisiera vertecargar con todas las consecuencias del negocio! Esos majaderos no seatreverían a cometer tan increíble desacato a no estar sostenidos por algunagavilla numerosa. Hartos forajidos hay en esos bosques, llenos deresentimiento contra mí por las ganas que les tienen a mis liebres y a misvenados. Uno fue sorprendido con las astas de un ciervo en lamano, y notardó cinco minutos en pagar con la vida, de cuyas resultas me tienendisparadasmásflechassuscompañerosquelasquesetiraronalblancoeneltorneodeAshby.

—¡Hola!—dijo,llamandoauncriado—.¿Sesabecuántaeslagentequetratadesosteneresepreciosodesafío?

—Habráalomenosunosdoscientoshombresenlaselva—respondióunescudero.

—¡Buena la hemos hecho! —dijo "Frente de buey"—¡Esto es lo queresultadeprestarmicastilloagentesquenosecontentanconunnegocio,sinoquemetraenesabandadadetábanosquemezumbenlosoídos!

—¿Tábanos?—repuso el aventurero—.Llámalosmás bien zánganos sinaguijón;holgazanesquesevanalmonteadestruirlacazaajena,enlugardedestriparterronesparaganarunpedazodepan.

—Susaguijones—dijoelBarón—sonflechas largascomopinos;ya fequenoselesescapaunamoscacuandoapuntan.

—¿Nooscaéismuertodevergüenza,señorBarón?—dijoeltemplario—.¡Congregad a los vuestros, y vamos ellos! ¡Un caballero, un escudero solobastaparaveintedeesacanalla!

—Basta y sobra—dijo Bracy—; y vergüenza me dio enristrar la lanzacontrasemejantesenemigos.

—Nocreáis,señortemplario—dijo"Frentedebuey",—queseanturcosniagarenos; ni vos, valienteBracy, os imaginéis que se parecen en nada a loscampesinos franceses. Sonmonteros ingleses, contra los cuales no tenemosotraventajaquelasarmasyloscaballos;todolocualnosaprovechade'muypocoenlosrodeosyespesurasdelmonte.¿Salircontraellos?Apenastenemosgente para defender el castillo losmás valientes de losmíos están enYork;tambiénestánallí tus lanceros,Bracy.Lomásqueestáanuestradisposiciónsonveintehombres,amásdelosquenoshanayudadoenestabellahazaña.

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—¿Crees tú —dijo el templario— que puedan reunirse en númerosuficienteparaasaltarelcastillo?

—Eso no —dijo "Frente de buey"—. Esos bandidos tienen un jefeintrépidoyarrojado;perocarecendemáquinas,deescalasydetodoloquesenecesita para un asalto. Dentro de losmuros del castillo nada tenemos quetemer.

—Pedid socorro avuestrosvecinos—dijo el templario—.Que se juntentodos ellos y vengan a rescatar a tres caballeros sitiados por un bufón y unporquerizoenelcastillodelaharoníadeFrentedebuey.

—¡Misvecinos!—repusoelBarón—.¿Quiénesson?Malvoisinestáa lasazónenYorkconsugente;allíestántodosmisotrosaliados,yallíestaríayoconellossinohubierasidoporestainfernalempresa.

—PuesenviadunhombreaYork—dijoBracy—,yacudantodosnuestrosamigos. Si esos bandidos resisten a mis lanceros, digo que merecen calzarespueladorada.

—¿Y quién ha de llevar el mensaje? —dijo Frente de buey—. Esoshombresconocenlasveredas,yseecharánsobretodoelquesalgadelcastillo.¡Ahora se me ocurre una cosa! —dijo parándose algunos instantes—.Templario, tú sabes leer y apuesto a que sabes escribir. Si pudiéramosencontrareltinterodelcapellán,quemurióhaceunaño...

—LatíaBárbara—dijoelescudero,queaguardabalasórdenesdesuamo—lotieneguardadoenunrincónenmemoriadelcapellán,quesegúndicefueelúltimohombrequelatratóconalgunacortesía.

—Andaytráele,Engelredo—dijoelBarón—,yeltemplarionosescribirácuatrorenglonesenrespuestaaesedesafío.

—¡Demejorganaloharíaconlapuntadelaespadaqueconlapluma!—dijo el templario—. Pero sea como gustes. —Sentóse Brian, y escribió enlenguafrancesalosiguiente:

"Sir Reginaldo "Frente de buey" y sus nobles y valientes alados yconfederadosnorecibenretosdemanosdeesclavos,siervosyfugitivos.Silapersona que se llama el caballero Negro tiene en realidad derecho a loshonoresde lacaballería,debesaberqueseenvileceenesacompañíaynadapuederequerirdegentenobleydeilustresangre.Tocantealosprisionerosquehemos hecho, en virtud de lo que nos manda la caridad cristiana osaconsejamosqueenviéisunsacerdotequelosconfieseyreconcilieconDios,puesto que tenemos la firme intenciónde decapitarlos estamañana antes demediodía, para que sus cabezas, puestas en las almenas de este castillo, osmanifiestenelcasoquehacemosdelosquevienenensusocorro.Portanto,os

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requerimosque les enviéisun eclesiástico, que es el único favorquepodéishacerles.

Elescuderosehizocargodelacartaylaentregóalmensajeroqueestabafueradelosmurosdelcastilloaguardandolarespuesta.

Cumplido su encargo elmontero, volvió a los cuarteles generales de losaliados,establecidosalasazóndebajodeunadecrépitaencinaatrestirosdedistancia del castillo. Allí esperaban con impaciencia la respuesta a suintimación Wamba y Gurth con sus confederados, el caballero Negro,Locksleyyeljovialanacoreta.Entornoyaciertadistanciadeellossenotabanmuchos hombres armados cuyos gabanes verdes y rostros curtidos a laintemperie denotaban su género de vida. Más de doscientos estaban yareunidos y otros muchos acudían sin cesar. Los jefes y capitanes estabanvestidos,armadosyequipadoscomolosotros:sólosedistinguíandeellosporunaplumaquellevabanenlagorra.

Ademásdeestasgavillassehabíancongregadomuchossajoneshabitantesdelospueblosinmediatos,ynopocossiervosdelosvastosestadosdeCedric;y aunque el intento que los animaba era el mismo, éstos no formaban unafuerza tan ordenada ni tan bien armada como los monteros, o si se quierebandidos. Su armamento consistía en los instrumentos rústicos que lanecesidad convierte a veces en medios de venganza y de destrucción.Llevabanhoces,picasygarrotes:nipodíanecharmanodeotracosa,porquelosnormandossegúnelestilocomúndelosconquistadoresnopermitíanalosvecinossajoneslaposesiónnielusodeningunaespeciedearmas.Deresultasdelocualestafuerzanoeratanformidablealossitiadoscomohubierapodidoserlo en otras circunstancias, considerado su número, su vigor físico y laintrepidezquesueleinspirarladefensadeunacausajusta.TaleraelejércitoacuyosjefesfueentregadalacartadeBriandeBois-Guilbert.

Inmediatamentefuepuestoelpapelenmanosdelsupuestoermitañoparaquesehicieracargodesucontenido.

—¡Porvidademipadre!—dijoéste—.¡Juroquenopuedoexplicarosestajerigonza,lacual,seaarábigaofrancesa,estáfuerademisalcances!

ElanacoretaentrególacartaaGurth,elcualseencogiódehombrosylapasó aWamba.El bufón la examinó atentamente con ademanes de afectadainteligencia,ydespuésdemuchosgestosmisteriosos,comosilehicieragranimpresión loque leía, se ladioaLocksleydiciendoquenohabíaentendidounapalabra.

—Si las letras grandes fueran arcos—dijo elmontero—y las pequeñasfueran flechas, algo podría alcanzar en el asunto; pero tan seguro está elcontenidodemicomprensióncomodemismanosunciervoadocemillasde

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distancia.

—Yovoyasacarosdeapuro—dijoelcaballeroNegro;yhabiendoleídolacartaparasí,laexplicódespuésensajónasuscompañeros.

—No, amigo mío —dijo el de las negras armas—. Os he referidopuntualmenteloquecontienelacarta.

—¡PorDios—dijoGurth—,quehemosdehacerañicoselcastillo!

—¿Yconqué?—replicóWamba—.¿Conlasmanos?Lasmíasnopuedenservirparaamasaryeso.

—Todo eso es astucia para ganar tiempo —dijo Locksley—. No seatreveránacometerunatentadoquetancaropuedecostarles.

—Lo mejor sería —dijo el caballero Negro— que uno de nosotros seintrodujeraenelcastilloparasaberloquepasadentro.Unavezquepidenunsacerdote,estebuenermitañopodríaejercersuministerioydarnoslasnoticiasquedeseamos.

—¡Antescieguesquetalveas!—respondióelfingidoermitaño—.Hasdesaber,caballeroOcioso,quenoquieroexponermetantontamente.

—Si hubiera uno entre nosotros —continuó el caballero— que pudieraentrarenelcastillo...

Todossemiraronunosaotrossinresponder.

—Yaestoyviendo—dijoWamba—queestohadevenirapararenqueellocohagaunalocuraycaigaenlaratonera,mientrasloscuerdossequedanensalvo.Préstemeelbuenanacoretasusacoyveréiscomosédesempeñaresteencargo.

—¿Crees tú—preguntóelcaballeroaGurth—queeshombreaquiensepuedeconfiaresteencargo?

—Nosé—dijoGurth—;perosinosaleconella,serálaprimeravezquelehayafaltadoelingenioparasacarprovechodesulocura.

—¡Vamospronto,buenamigo—dijoelcaballero—,queDiosnosperdoneesteatrevimiento!Ponteesesayal,ysepamoscuáleslaactualsituacióndetuamoenelcastillo.Nodebendesermuchos losque lodefienden;hartoseráquenopodamosapoderarnosdesusmurospormediodeunataqueprontoydecisivo.

—Yalmismotiempo—dijoLocksley—,detalmodositiaremoslaplaza,queniunamoscahadesalirdesurecinto.¡Manosalaobra,buenamigo!—dijo dirigiéndose a Wamba—. Y bien puedes asegurar a esos tiranos quepagarán con su persona cualquier violencia que cometan con las de los

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cautivos.

—¡Pax vobiscum! —dijo Wamba , disfrazado ya con la túnica delermitaño;ymarchandocongravedad,seencaminóalcastilloadesempeñarsumisión.

XXI

Cuandoelbufón,caladalacapuchaymetidaslasmanosenlasmangas,separóalapuertadelcastillodeFrentedebuey,elguardiaquelacustodiabalepreguntóquiénerayqueobjetolellevaba.

—¡Pax vobiscum! —respondió Wamba—. Soy un humilde religioso, yvengo a administrar los auxilios espirituales a los pobres presos de estecastillo.

—Hace veinte años—dijo el guardia—que no entra por sus puertas unhombredevuestrocarácter.

—Id,hermano—dijoelfingidofraile—,yanunciadmivenidaalseñordeesta fortaleza,queyaveréis laacogidaquemeda,correspondientealhábitoque,aunqueindignamente,visto.

—Perosinoesasí—dijoelguardia—yelamolashaconmigo,noosirámuybien.

Elguardiadejósupuestodespuésdehaberproferidoestaamenaza,yentróen el salón del castillo, donde después de haber despachado su comisiónrecibió, con gran sorpresa suya, la orden de su amo de darle entrada sinpérdidade tiempo.Volvióa lapuerta,y tomadas lasprecaucionesnecesariasobedeció el mandato del Barón. La extraña presunción con queWamba seencargódecomisióntanarduaytandifícil,nobastócasiasostenersuánimocuando se halló en presencia de un hombre tan temible y tan temido como"FrentedeBuey";yaldirigirleelpaxvobiscum,queeralafórmulaconquedebíaempezararepresentarsupapel,conocióenlaspiernasyenlavozciertavacilación no muy propia de su carácter. Pero "Frente de buey" estabaacostumbradoavertemblaragentesdetodasjerarquías;asíesquelatimidezdelfingidoeclesiásticonoleinspirónipodíainspirarlelamenorsospecha.

—¿Quiéneres,padre,ydedóndevienes?—lepreguntó.

—¡Pax vobiscum! —repitió Wamba—. Soy un pobre religioso que,viajando por estas asperezas, he caído enmanos de ladrones, quidamviatorincidit in latrones; los cuales ladrones me han enviado a este castillo paraejercer mi ministerio con ciertos reos condenados a muerte por vuestra

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justicia.

—¡Bien!—dijo"Frentedebuey"—.¿Ypuedesdecirme,reverendopadre,cuántosseránesosforajidos?

—Valientecaballero—respondióWamba—,nomenillislegio.Tantosson,queformanunalegiónentera.

—Dimesinpreámbuloscuántosson—repusoelBarón.

—¡Ah! —respondió el fingido ermitaño—. Creo que, entre monteros ycampesinos,podránserunosquinientoshombres.

—¿Qué?—dijoeltemplario,entrandoalasazónenlasala.

—¿Todo ese enjambre se ha reunido en torno de nosotros? ¡Preciso esexterminarlosatodacosta!—Enseguida,llamandoapartea"Frentedebuey":—¿Conocesaesefraile?—lepreguntó.

—Es forastero —respondió—, y debe de ser de algún convento muydistantedeaquí.Noséquiénes.

—Entonces —continuó Brian— no debemos confiarle nada de palabra.DémosleunacartaparaloslancerosdeBracymandándolesqueacudanasísinpérdida de tiempo. Para mayor disimulo, a fin de que no sospechen nada,buenoserádejarleiralcuartodelossajonesantesdeenviarlosalmatadero.

En virtud de esta opinión del templario, "Frente de buey" mandó a uncriado que acompañase al ermitaño a la pieza en que estaban encerradosCedricyAthelstane.

El encierro de Cedric, en lugar de disminuir había aumentado suimpaciencia. Paseábase de un lado a otro de la sala con tanto denuedo yprecipitación como si saliera al encuentro de su enemigo o como si fuera asaltaralabrechadeunaplazasitiada.Unasveceshablabaasolas,otrasdirigíalapalabraalestoicoAthelstane,elcualaguardabatranquiloeléxitodeaquellaaventuradigiriendoentretantolosmanjaresdequetanabundantementehabíacomido a mediodía. Interesábale poco la duración de su cautiverio,considerándolecomounodelosinfinitosmalesqueexperimentaelhombreenestavida,yquehallanluegoelgalardónenlaotra.

—¡Paxvobiscum!—dijoelbufónalentrarenlapieza—¡LabendicióndeSanDustánydetodoslossantosdelCieloseaconvosotros!

—¡Salveteetvos!—respondióCedric—.¿Quéseosofrece?

—Vengoaprepararosparaelúltimotrance—respondióWamba.

—¡Es imposible! —exclamó el Sajón—. ¡Por infames que sean misenemigos,nocreoqueseatrevanacometertancruelatentado!

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—¡Ah!—dijoelbufón—.Lossentimientosdehumanidadydecompasiónsonparaellosloqueunfrenodesedaparauncaballerodesbocado.Recordad,pues,nobleCedricyvalienteAthelstanevuestrasflaquezasypecados,porqueeste,díaseráeldevuestroexamenenotrotribunal.

—¿Oyesesto,Athelstane?—dijoCedric—.Sihadeser,apercibámonosasufrirelgolpeconvalorydignidad:másvalemorircomohombresquevivircomoesclavos.

—Siempreheguardadolopeordeesagente—respondióAthelstane—,ytanserenoiréalamuerteconoaunconvite.

—Vamos, pues, a lo principal—dijo Cedric—. Empezad, padre mío, adesempeñarvuestroministerio.

—¡Pocoapoco,tíoCedric!—dijoWambaensutononatural—.Elsaltoesgrande,ydebesmirartebienenello.

—¡Afemía—dijoCedric—,queesavoznomeesdesconocida!

—Esladevuestrofielsiervoybufón—dijoWambabajándoselacapucha—.Sihubieraistomadoelconsejodeunloco,nooshallaríaisaquíaestahora.Silotomáisahora,prontoestaréisfueradeaquí.

—¿Quéestásdiciendo,mentecato?—preguntóCedric.

—Lo que digo es —respondió Wamba— que tomes este saco y estacuerda,quesontodaslasórdenesquetengoencina,yquetevayaspasoentrepasodeesecastillo,dejándometucapaytusatavíos;ynotengascuidado,quesiesmenesterdarelsalto,yolodaréporti.

—¡Dejarteenmilugar!—dijoadmiradoCedric—.¿Sabesquetecuelgansitedescubren?

—MásvalequecuelguenaunvillanoqueaunnobleelWamba;amenosquetengasamenguaquemivillaníaocupeellugardestinadoatunobleza.

—Estábien,Wamba—dijoCedric—.Aceptotuoferta,conunacondición:queenlugardecambiarderopaconmigo,seaconlordAthelstane.

—¡Esono,porSanDustán!—dijoelbufón—quenoseríaprocederconcordura! Bueno es que el hijo de Witless sufra la muerte por el hijo deHereward; pero seríamalísimoquemuriese por el hijo de padres con quiennadatienenihatenidonuncaquever.

—¡Bellaco!—dijoCedric—. ¡LospadresdeAthelstane fueronmonarcasdeInglaterra!

—Sean lo que fueren —repuso Wamba—; pero mi pescuezo estádemasiadosujetoamishombros,ynoseseparadeellosahumodepajas.Por

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tantomibuenamo,oaceptadmireposición,opermitidmequevayapordondehevenido.

—Dejemosenpieelárbolantiguo—dijoCedric—,ynoseperderán lasesperanzas.SalvaalilustreAthelstane,amigoWamba,quetaleslaobligacióndetodoelquetienesangresajonaenlasvenas.Túyyoresistiremosaquí larabiadenuestrosinjustosopresores,mientraséllibreysegurosuscitaelbríoyelentusiasmodetodoslosnuestrosyvienenconellosaredimirnos.

—¡No,padreCedric—dijoAthelstanedandoungolpeenlamesa;porqueen ciertas ocasiones sus hechos y sus palabras no eran indignos de su altonacimiento—; antes consentiría en pasar una semana a pan y agua en losmuros de este castillo que privarte de la oportunidad que tu siervo teproporciona!

—Vosotros os creéis hombres de seso—dijo el bufón—, y me llamáisloco;pero,tíoCedric,primoAthelstane,ellocovaadecidirestacuestiónyosahorraráeltrabajodehacerostantoscumplimientos.YosoycomolayeguadeJuanDuckquenoconsientequenadielamontesinoessuamo.Vineasalvaralmío,ysinoacomoda,santaspascuas:ofertasdeesaespecienosonpelotasque van demano enmano. ¡Por nadieme dejo ahorcar sino pormi dueñolegítimo!

—Idos, nobleCedric—dijoAthelstane—; no desperdiciéis esta ocasión.Vuestrapresenciabastaparareuniratodosvuestrosamigosyhacerlosveniradarnoslibertad.Sipermanecéisaquí,todosepierde.

—¿Yhayalgunaesperanzadesocorroporahífuera?—preguntóCedricalbufón.

—¿Esperanza?—respondióWamba—.Cuandovistasmisayal,escomositepusieras lacasacadeungeneral en jefe.Quinientoshombresestánacienpasosdeaquí,yyoeraestamañanaunodesuscaudillos.Migorradebufónera un casco;mi espada demadera, un bastón de comandante.Veamos quéefecto produce el cambio de un cuerdo por un loco: quizás ganarán enprudencialoquepierdanenvalor.¡Manosalaobra,ycuidadocómotratasalpobreGurthyasucompañeroFangs!Simetuercenesospícaroselpescuezo,colgadtodoslosemblemasdemioficioenlasaladeRotherwoodenmemoriadequesacrifiquémividapormiamocomosiervofiel,aunqueloco.

Wambapronuncióestasúltimaspalabrasentrechanzasyveras,ylosojosdeCedricsellenarondelágrimas.

—¡Tumemoria—dijoCedric—durará entre los hombresmientras hayaquienaprecieelafectoylafidelidad!;perononosatajamosantesdetiempo,pues no dudo que hallaré medios de salvar a lady Rowena, a ti, nobleAthelstane,yatitambiénpobreWamba.

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Hízose el cambio de los vestidos, y Cedric se detuvo, habiéndoseleocurridounadudadepronto.

—Yonoséotralenguaquelamía—dijo—yalgunaspocaspalabrasdelnormando.¿Cómohedesalirdeesteapuro?

—Con dos palabras tienes cuanto basta y sobra—respondióWamba—.¡Paxvobiscum!esunarespuestageneralparatodaespeciedepreguntas.Conel¡Paxvobiscum!puedesentrarysalir,comerybeber,hablardeverasodechanza.No tienesmás que hacer sino ponertemuy entonadoy recalcarte alpronunciar ¡Pax vobiscum!Es cosa irresistible.Centinelas y guardabosques,caballerosyescuderos,infantesyjinetes,todosteobedecerán.Creoquesimellevanalpalomañana,comoesmuyposiblequelohagan,hedeaturrullaralverdugoconunsonoro¡Paxvobiscum!

—Sinoesmásqueeso—dijoCedric—,prontoseaprendeeloficio.¡Paxvobiscum!¡Nohayamiedoquesemeolvide!¡Adiós,nobleAthelstane;adiós,amigoWamba!¡Tucorazónvalemásquetucabeza!Miintenciónesvenirasalvaros a todos o volver a morir en vuestra compañía. La sangre real deSajonianohadeserderramadamientrasladeCedriccirculeensusvenas,nihabráquientoqueauncabellodeestelealservidor,silavidadeCedricpuedeestorbarlo.¡Adiós!

—¡Adiós,tío!—dijoWamba—.Ycuidadocon¡Paxvobiscum!

Cedric dejó a sus amigos y se puso en marcha para llevar a cabo laproyectadaempresa.No tardómuchoenhallarocasióndeponerenprácticalosconsejosdelbufón,porqueal llegaraunpasadizoobscuroyabovedado,por el cual creía poder pasar al salón del castillo le salió al encuentro unamujer.

—¡Pax vobiscum! —dijo el fingido fraile sin hacer caso de aquelladesconocida y procurando desembarazarse cuanto antes de ella, cuando oyóqueterespondíaconvozsuave:

—¡Etvobisquaeso,dominereverendissime,promisericordiavestra!

—Soysordo—dijoCedricenbuensajónrenegandoensu interiorde lasinstruccionesqueelbufónlehabíadado,puestoquetancortadosehallabaenelprimerencuentro—.Peroenaquellostiemposlasorderaalidiomalatinoerahartocomúnentreclérigosyfrailes;ynoloignorabalapersonaqueacababadehablaraCedric,puesinmediatamenteledirigiólapalabraensajón.

—Ruégoosencarecidamente, reverendopadre—ledijo—,queosdignéisvisitarysuministrarlossocorrosespiritualesaunprisioneroqueestáheridoenestecastillo,yqueosapiadéisdesusituación,comovuestrosantoministeriooslomanda:encambiotendréisunacopiosalimosnaparavuestroconvento.

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—Hija—respondióCedric,muyembarazadoyconfuso—,el tiempoquesemehaconcedidoparapermanecerenestafortalezanomepermitesatisfacera todos los que necesitan las obligaciones de mi ministerio. No puedodetenermeuninstantesinexponermeaperderlavida.

—¡Porlosvotosquehabéispronunciado—repusolamujer—,ospidoquenodejéissinconsueloaldesventurado!

Cedricmasculló entre dientes algunas expresiones de impaciencia ymalhumor que le sacaron del embarazo en que se hallaba; y probablementehubiera partido pormedio quitándose enteramente lamáscara, si no hubierallegado a la sazón, y cuando ya iba a estallar su enojo, la viejaUrfrieda, aquiendejamosenlaescaleradelatorrecilla.

—¿Qué es eso,mi alma?—dijo con agria voz y asperísimo tono la queestabahablandoconCedric—.¿Asípagaslasbondadesquehetenidocontigo?¿Abandonandoalpobreheridoquepuseatucuidadoyobligandoaestesantovarón a que se ponga como una furia para desembarazarse de lasimportunidadesdeunajudía?

—¿Judía?—exclamóCedric,aprovechándosedeaquellaocasiónparasalirmásprontodelpaso,—¡Apártate,mujer;apártatepronto! ¡Tusolapresenciamancilla!

—Venidporaquí,padremío—dijolavieja—,quenosabéislasentradasysalidasdelcastillo,nipodéisdarunpasoenélsinconductor.Venid,quetengoque hablaros. Y tú hija de raza maldita, vuelve al cuarto del enfermo yaguárdameallí.¡Pobredetisiteapartasdesuladosinmipermiso!

Rebeca obedeció a la vieja, de quien a fuerza de importunidades, habíaconseguidoantesqueladejarasalirdelatorre,yUrfrieda,creyendoimponerleuna tarea enojosa, la obligó a cuidar al prisionero herido; encargo que lahebreaaceptóconmuchogusto.Convencidadelacríticasituaciónenqueéstesehallaba,ydeseosadeaprovecharsedetodoslosmediosqueseleofreciesenparamejorarsusuertecomún,Rebecaaguardabaelauxiliodelreligiosoque,segúnlasnoticiasdadasporUrfrieda,habíapenetradoenelominosocastillo.Salió al pasadizo para esperarle e inducirle a que entrase en el aposento deIvanhoe;yyahemosvistocomosefrustraronsusintenciones.

Cuando,afuerzadegritosyamenazas,Urfriedahuboreducidoalajudíaavolver a la nueva prisión que le había señalado, condujo a Cedric, aunquecontralavoluntaddeéste,aotrapieza,cuyapuertacerrópordentrocongranmisterioyprecaución.Enseguida,sacódeunaalacenadoscopasyunjarrodevino,ydijo,másbienentonodeafirmaciónquedepregunta.

—Padre,túeressajón:nopuedesnegarlo—ycontinuó,viendoqueCedricnosedabaprisaenresponderle—:Losacentosdemilenguanativasonsuaves

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amioído,aunquerarasveceslosoigosinoenbocadeesosmiserablessiervos,a quienes los feroces normandos abruman de cadenas y de ignominia. Eressajónyhombrelibre,salvoelserviciodeDios.Tusacentosmelleganalalma.

—¿Nuncavieneneclesiásticos sajones a este castillo?—preguntóCedric—.Obligaciónsuyaessocorreryampararasusdesventuradoscompatriotas,oprimidosporelyugodelosconquistadores.

—Novienen—respondió la vieja—;o si vienen, esmuy rara vez.Digoestoporqueloheoído,queyopormipartenohevistoaquíotroeclesiásticoque el capellán normando; pero ya hacemuchos años quemurió. Dejemosesto,ypueseressajón,comonopuedodudarlo,dejaquetehagaunapregunta.

—Soy sajón—dijo Cedric— pero indigno del título de sacerdote. Nadapuedodecir,yesinútilquetemolestesenpreguntarme.Déjamepuessalirdeaquí lo más pronto que pueda: no tardaré en volver o en enviarte uncompañeromío,sitalestudeseo.

—Detente,quenoabusarédetupaciencia—dijoUrfrieda—_Latierrafríaahogarámuyenbrevemivozynoquierobajarasulóbregamoradasindejarquienconservemimemoriayrefieramissucesos.Horriblesson,espantosos,ynecesitocobrarfuerzasparacontarlos.

Aldecirestollenóunacopadevino,ylabebiócontantaavidezcomosilaaquejaraelardordeunafiebreviolenta.

—Embrutece—dijodespuésdehaberbebido—,peronoalegra.Echauntrago,padremíosiquieresoírmesinqueseteericenloscabellos.

Cedrichubierarehusadodebuenaganaaquelconvite;masnoseatrevióaresistir a los gestos violentos que la vieja le hacía, bebió una copa llena, yUrfrieda, algo más tranquila con esta condescendencia, volvió a tomar lapalabra:

—No he nacido, padre mío, en la miserable condición en que me vesahora.Fuilibre,feliz,amada,yamadamuydeveras.Ahorasoyunaesclavadesventurada y envilecida. Serví de juguete a las pasiones demis opresoresmientrasfuihermosa:ahorasoyobjetodesudesprecioydesurencor.¿Esdeextrañarqueaborrezcaalgénerohumano,ysobretodoalarazaexecrablequeme ha trasformado de lo que fui en lo que soy? ¿Puede olvidar la míseradecrépitaquetienesalavistaycuyarabiasólopuedeexhalarseenimpotentesmaldiciones, que su padre fue el dueño de este castillo, el señor deTorquilstone,antequientemblabanmillaresdevasallos?

—¿Tú, hija de Torquil?—dijo Cedric horrorizado—. ¿Tú hija de aquelnoblesajón,amigoycompañerodearmasdemipadre?

—¿El amigo de tu padre? —repitió Urfrieda—. ¿Luego eres Cedric, a

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quien todosconocenporeldictadodelSajón?PorqueelnobleHerewarddeRotherwoodnotuvomásqueunhijo,cuyonombreesconocidodetodoslosquetienensangresajonaenlasvenas.YsieresCedricdeRotherwood,¿quésignifica ese hábito religioso? ¿Has perdido toda esperanza de salvar a tupatria,yhashuidodelaopresiónacogiéndotealasombradelclaustro?

—¡Nadateimportasaberlo!—respondióCedric—.Prosiguetudeplorablehistoria, que supongo seráun tejidode crímenesyde iniquidades. ¡Sobradocrimenesyatuexistenciaenestamansión!

—¡Razón tienes!—dijo la desventurada sajona—. Crímenes hay en mihistoria tan negros y tan espantosos, que todos los fuegos del infierno nobastaránapurificarlos.¡Sí,nobleCedric,enestossalones,manchadosconlasangre de mi padre y de mis hermanos, he vivido como manceba de suasesino,comoesclavaypartícipedesudesenfrenoyestobastaparaquecadaunadelasrespiracionesqueexhaloseacrimenymaldición!

—¡En lazos ilegítimos—respondió la vieja—, pero no en los del amor;queelamorhuyedeestasinfamesbóvedascomodelascavernasinfernales!¡No;deesaculpaestoyexentaalomenos!Lapasiónquehareinadoyreinainextinguibleenmialma,eselodioa"Frentedebuey"yasufamilia,yconigual furor reinaba en los momentos en que participa del extravío de miopresor.

—¿Leodiabas,yvivías?—dijoCedric—.¿Noteníasa tudisposiciónunpuñal,unacuerda?Puesapreciabassemejantevida,¡fortunatuyahasidoquelossecretosdeunafortalezanormandaseancomolosdelsepulcro;porquesihubierayollegadoasoñarquelahijadeTorquileraconcubinadelverdugodesupadremiacerotehubieraatravesadoelcorazónenlosbrazosdelperverso!

—¿Hubieras osado vengar de esemodo la fama de Torquil?—preguntóUlrica (que éste era su nombre verdadero, y no el de Urfrieda)—. Ahoraconozco que eres digno del renombre que con tu patriotismo has ganado;renombrequeha llegadoaestosmuros,empapadosendelitos.Yyoaunqueenvilecidaydegradadapalpitabadegozoalsaberqueexistíaquienpensabaenrescatar a mi infeliz nación. ¡No; no se ha extinguido en mí el deseo devenganzaqueanimabaalquemedioel ser! ¡Venganza! ¡Yohegustado susdelicias, yo he fomentado las discordias de nuestros enemigos y los heexcitado al combate enmedio de los desórdenes de la embriaguez, he vistocorrersusangre,heoídolosayesdesuagonía!¡MírameCedric!¿Nonotasenestasfaccionesmarchitasalgunasemejanzaconlasdelamigodetupadre?

—¡No me lo preguntes, Ulrica! —dijo Cedric, tan compadecido comoaterradodeloqueoía—.TusemejanzaconTorquilescomoladelcadáverquesaledelatumbareanimadoporelángeldelastinieblas.

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—¡Ángel de luz—dijo Ulrica— era yo cuando armé el brazo fiel hijocontraelpadre!LaoscuridaddelAvernodeberíaocultarloquevasaoír;perolavenganzaalzaráelveloquecubreestemisteriodeiniquidad.Largotiempohabía reinado la desunión entre "Frente de buey" y el brutal Reginaldo, suhijo; largo tiempo estuve yo fomentándola. Al fin estalló en medio de losvaporesdelvino,ymiopresorcayósobrelamesaamanosdelqueledebíalavida: tales son los secretos que estos muros ocultan. ¡Abríos —exclamóalzando lavistaal techo—;abríos,bóvedasdeabominación,yconfundidenvuestrasruinasatodoslosquesabentanespantosoarcano!

—Y tú —dijo Cedric—, monstruo de iniquidad y de desventura, ¿quésuertehastenidodesdelamuertedelautordetusmales?

—Adivínalo —respondió Ulrica—, y no lo preguntes. ¡Aquí, aquí hevividohastaquelavejezprematuraestampóenmirostrosusellomortíferoyhelado; insultada y escupida donde antes todos me obedecían y acataban,obligadaasatisfacer lavenganza,queantes recogió tanampliacosecha,convanos murmullos e infructuosas maldiciones condenada a oír desde mitorrecilla solitaria los gritos del banquete en que tantas veces resonaron losmíos,olosquejidosysollozosdelasnuevasvíctimasdelaopresión!

—Ulrica—dijoCedric,—conuncorazónqueechademenoselgalardóndesuscrímenesyloscrímenesquelemerecieronaquelgalardón.¿Osasdirigirlapalabraaquienvisteunhábito comoelmío?¿Quépodríahacerpor ti elsanto Eduardo si se presentase a tu vista en carne mortal? ¡El piadoso reyobtuvodelCielolagraciadecurarlasúlcerasdelcuerpomassóloDiospuedesanarlalepradelalma!

—¡No me abandones aún —dijo Ulrica—, infausto profeta decondenación! Dime, si puedes, adónde me conducirán los nuevos impulsosquemeagitanenestasoledad.¿Porquésedespiertanenmipechoconnuevoseirresistibleshorroreslospensamientosdemimalhadadajuventud?¿CuáleslasuertequereservalatumbaalaquehasidoenlaTierraobjetodelacóleraceleste? ¡Atorméntenme con crueles suplicios Woden, Herta, Zernebock,MistayScogula,másbienquesufrir losnegrospresagiosquemeangustiandurantelaslargashorasdelanoche!

—Nosoysacerdote—dijoCedricapartándoseconhorrordeaquellatristepinturadelcrimen,de lamiseriayde ladesesperación—.Nosoysacerdote,aunqueloparezcapormitraje.

—Sacerdoteolego—dijoUlrica—;ereselúnicomortaltemerosodeDiosyhonradoporloshombresquemisojoshanvistoduranteestosúltimosveinteaños.¿Quieresconducirmealdespecho?

—No al despecho—respondió Cedric—, sino al arrepentimiento de tus

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culpas. Encomiéndate a Dios, haz penitencia y procura que sea aceptada laofrendadetucontrición.Peronipuedonidebodetenerme.

—¡Un solo instante —dijo Ulrica—, si no quieres que vengue en ti eldesprecioyladurezaconquemetratas!¿PiensasqueduraríamuchashoraslavidadeCedricelSajónsilehallase"Frentedebuey"enestecastilloyconesedisfraz?Yasehanrecreadoentisusmiradasconolasdelhalcónenlapaloma.

—¡Venga—dijoCedric—,ydestrócemeconpicosygarras,másbienqueprofanarmis labios con palabras quemi corazón no aprueba! ¡Moriré conosajón,conlaverdadenlabocaylahonradezenelpecho!¡Nometoquesnimedetengas!¡LapresenciadeReginaldoesmenosodiosaamisojosqueladetuinfamiaymiseria!

—Sea así—dijoUlrica, desistiendo de su empeño—.Vete si quieres, yolvidaentuinsolentesuperioridadqueladesgraciadaaquienhasvistoeslahijadelamigodetupadre.¡Vete,Cedric!¡Simeseparanmismalesdetodoelgénero humano yme hacen odiosa a los ojos de aquellos de quienes debíaesperaralgúnauxilio, tambiénmeseparédetodoel inundoenmivenganza!¡Nadiemeayudará;peroseestremeceránloshombresaloír laejecucióndeldesignioque abrigo enmi corazón! ¡Adiós! ¡Tudesprecioha roto el últimovínculoquemeligabaconloshombres,puestoqueniaunsiquieramequedalaesperanzadequemiscompatriotasseapiadendemismales!

—¡Ulrica—dijoCedric,algomovidoacompasión—,haspodidovivirenese abismo de crímenes y de infortunios, y ahora te das a la desesperación,cuandodebierasabrirlosojosyentregartealarrepentimiento!

—Cedric —respondió Ulrica—, bien veo que no conoces el corazónhumano.Elamordesenfrenadodelplacer,eldeseoinsaciabledevenganza,elorgulloinseparabledelajerarquíaenquenací: taleshansidolosmóvilesdemi conducta. ¡Ypor cierto que estos venenosos ingredientes alucinanhartasveceslarazóneimponensilencioalavozdelaconciencia!Lavejeznotieneplaceres, las arrugas no tienen influjo, y hasta la venganza muere enimpotentes maldiciones. Entonces es cuando el remordimiento se presentaarmado de víboras; entonces se echa de menos lo pasado, y sólo ofrece loporvenir desesperación. Las pasiones se callan, y el culpable, semejante alDemonio, es víctima del remordimiento, pero no sabe arrepentirse, tuspalabras han reanimado mi abatido espíritu. ¡Bien has dicho; nada esimposibleparaquiensabeyseatreveamorir!Túmehasenseñadoelcaminode la venganza, y yo le seguiré hasta el fin.Lavenganzaha residido enmialmaconotraspasiones:dehoymásvivirásolaenella,ytúmismodirásquesiUlricahavividoculpable,sumuertefuedignadelahijadeTorquil.Yaséque este castillo está sitiado por fuerzas enemigas. Date prisa; diles queestrechenelasedio,ycuandoveasondearunabanderarojaenlatorrecilladel

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ánguloorientaldelafortaleza,entonceslossajonespodránpelearsinrecelo.Poco lesquedaráquehacer: suyos seránestosmuros, adespechode toda laresistenciaquelesoponganlosmalvados.Nopierdastiempo:siguetusuerte,queyoséloquemeaguardaquehacer.

Cedric hubiera querido saber los pormenores del designio que Ulricaanunciabadeunmodotanenfáticoyterrible;peroenaquelmomentoseoyólaformidablevozdeReginaldo"Frentedebuey".

—¿Dóndediablosseocultaesefraile?¡Pormivida,queno levaldráserfrailesivieneasembrartraiciónentremisgentes!

—¡Qué buen profeta —dijo Ulrica— es una mala conciencia! No tedetengas:salcomopuedasdesusmanosyvuelveatussajones.Quecantenelhimnodeguerra,yquenotardenenveniraconsumarelsacrificio.

Dijo,yseescapóporunapuertaoculta,almismotiempoque"Frentedebuey" entró en el aposento. Cedric, aunque con repugnancia, hizo unaprofunda reverencia al altanero Barón, a la cual respondió éste inclinandoligeramentelacabeza.

—Tus penitentes, padre, han hecho una larga confesión; y a fe que loaciertan, puesto que es la última que han de hacer en su vida. ¿Estándispuestosamorir?

—Aguardanlopeor—dijoCedric,explicándoseenfrancéslomenosmalque podía—. Saben que estando en tus manos, no tienen que esperarmisericordia.

—Conozcoentuacento—dijo"Frentedebuey"—queeressajón.

—Soy—dijoCedric—delconventodeSanWitholdodeBurton.

—Mejorfueraymásmeconvendríaquefuerasnormando—dijoelBarón—;perolanecesidadnotieneley.Tuconventoesunnidodepájarosdañinos;perodíallegaráenquenilacapuchabasteparaprotegeralacanallasajona.

—¡HágaselavoluntaddeDios!—dijoCedrictemblandodecólera,aunque"Frentedebuey"loatribuyóamiedo.

—Yase tefigura—dijoelBarón—quevesentraramisalabarderosporlas puertas del refectorio; pero si desempeñas el encargo que voy a darte,puedesestarseguroydormirtantranquiloentuceldacomoelcaracolensuconcha.

—Mandaloquegustes—dijoCedriccomprimiendosuagitación.

—Sígueme—dijoelBarón—porestepasadizo,ysaldrásdelcastilloporlapoterna.

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"Frentedebuey"echóaandardelantedeCedric, instruyéndolealmismotiempoenelencargoqueintentabaconfiarle.

—Yaves,fraile—ledecía—,esabandadademarranossajonesquesehanatrevido a presentarse delante demis almenas; diles lo que has visto de lasfuerzas de estosmuros, y no creo que después de oírte se detenganmuchotiempoentaninútilempresa.Tomaestepapel;peroantesdetodo,¿sabesleer?

—Nada,respetableseñor—respondióCedric.

—¡Mejorquemejor!LlevaestepapelalcastillodeFelipedeMalvoisin:dile que va demi parte, que lo ha escrito Brian de Bois-Guilbert, y que leruego que lo envíe aYork, aunque sea reventando un caballo.Asegúrale almismotiempoquenosencontraráfirmesdetrásdenuestrasalmenas.¿Noseríauna vergüenza que nos intimidara ese puñado de vagabundos, que tiemblancuandoventremolarmispendonesyoyenrelincharmiscaballos?Muchomealegraríadeque,echandomanodealgúnartificio,losredujesesapermanecerenfrente del castillo hasta la venida de nuestras lanzas. Mi venganza estádespiertayescomoelhalcón,quenoduermehastatenerllenoelbuche.

—¡Por el santo demi nombre—dijoCedric con la energía propia de sucarácter—yportodoslossantosdelcalendario,queseránobedecidasvuestrasórdenes!¡Niunsajónsehadeapartardeestascercaníassiyopuedoejerceralgúninflujoenellos!

—¡Hola!—dijoelBarón—.¿Parecequemudasdetonoyquehablascomoquiennogustamuchodeesagente?¿Noerestútambiéndelmismoganado?

Cedricnoeramuyprácticoenlasartesdeldisimulo,yalgohubieradadoen aquel momento por tener a su disposición alguna de las ingeniosasocurrencias de Wamba; pero la necesidad aguza el entendimiento, y parajustificarsuenojoechómanodelodioquedebíandeinspiraratodoreligiosoaquellosmalsinesdescomulgados.

—Tienesrazón—dijo"Frentedebuey"—;lomismodespachanaunpadrepriorqueaunvillano.

—¡Hombresdesalmados!—dijoCedric.

"Frentedebuey"llegóalapoterna,ypasandoelfosoporunatablallegóauna pequeña barbacana que comunicaba con el campo por medio de unportalónfuerteybiendefendido.

—Despáchate—dijoelBarón—;ysiejecutasbienmiencargoyvuelvesaquídentrodepocosdías,hallaráslacarnesajonamásbarataqueladejabalíenelmercadodeSheffield.Parecequeereshombredebuenhumor.Déjamedespachar a estos bellacos, y ven a verme después que te recompensarélargamente.

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—¡Yoteprometoquehemosdevernos,ypronto!—dijoCedric.

—Vayaesoporahora—dijo"Frentedebuey"poniendoaCedricunapiezadeoroenlamano.Abriólapoterna,ydejósaliralfingidofraile,diciéndole—¡Cuentaconcumplirlapalabraquemehadado!

—¡Licencia te doy para queme arranques el pellejo si cuando vuelva avertenomerezcoalgomásqueelcumplimientodetuamenaza!

EstodijoCedricechandoacorrerporelcampo;yvolviéndosedeprontohaciaelcastilloarrojólamonedadeoroalapuertaexclamando:

—¡Traidor,impío!¡Satanáscarguecontigoycontudinero!

"Frente de buey" oyó, aunque imperfectamente, estas últimas palabras ypareciéndolesospechosa laacción,gritóa losballesterosde lasalmenasquedisparasenalgunasflechasalfraile.ArrepintióseEnseguidayrevocólaorden,creyendoqueelfrailenoseatreveríaadesobedecerle.

—En todo caso —dijo—, más vale tratar del rescate de estos berracossajones. ¡Hola! ¿Dónde está Gil el carcelero? ¡Que traiga a mi presencia aCedricyaAthelstane,ocomose llame,quehasta losnombresdeesagentesabenatocinoyensucianloslabiosdeunnormando!¡Quierolavarlosmíoscon vino, como dice el príncipe Juan! ¡Poned un jarro en la mesa de laarmería,yconducidallíaloscautivos!

LosmandatosdelBarónfueroninmediatamenteobedecidos;yalentrarenaquel gótico aposento, de cuyosmuros pendían los despojos ganados por elvalor de su padre y por el suyo, vio el jarro de vino en la enormemesa demaderadeencina,yalosdossajonesqueacababandeentrarcustodiadosporcuatroalabarderos."Frentedebuey"empezóporrefrescarseelpaladarconunbuen trago,yEnseguidadirigió lapalabraa losprisioneros.Noechódeverdesde luego la transformación de Cedric en su bufón, porque éste se habíacaladohastalascejaselgorrodesuamoyporquelapiezaestabaalgooscura.AdemásdequeelBarónnohabíaexaminadonuncaatentamentelasfaccionesdeCedric,creyendoquesedegradaríasudignidadsifijabalavistaenelrostrode un sajón; así es que al principio de la entrevista no concibió la menorsospechadelafugadesuprincipalenemigo.

—¡Valientes paladines!—dijo "Frente de buey"—, ¿Qué tal os sienta elairedeestecastillo?¿Osacordáisdelainsolenciaydelaaltaneríaconqueosportasteis en el banquete de un príncipe de la Casa de Anjou? ¿CuándomerecisteisvosotrossentarosalamesadelpríncipeJuan?¡PorDiosyporSanDionisio,quesinoestrujáis labolsahastaelúltimobezante,habéisdeestarcolgados por los pies a las rejas del castillo hasta que os hayan comido loscuervos! ¡Vamos,explicaos!¿Cuántodaisporvuestro indignopellejo?¿Quédicestú,viejodeRotherwood?

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—Yonodoymediablancapormipersona—dijoWamba—;yencuantoacolgarme por los pies, has de saber que desde que me pusieron el primercapilloen lacabeza tengo, segúndicen, trastornados loscascos,ypuedeserqueconlacolgaduravuelvanasusitionatural.

—¡SantaGenoveva!—exclamó "Frente de buey"—. ¿Quién es este quehabla?

Y al decir esto quitó el gorro de Cedric de la cabeza de Wamba, ydescubrióenelcuellolaargolladeplataqueindicabasucondicióndesiervo.

—¡Gil, Clemente, perros vasallos! —exclamó furioso el normando—.¿Quiéneséstequemehabéistraído?

—Yooslodiré—respondióBracy,queentróalasazón—.EsteeselbufóndeCedric,quepegótanterriblechascoaIsaacdeYorkeneltorneo.

—¡Noimporta!—respondió"Frentedebuey"—.¡Losdos,colgarándelamismacuerda,amenosqueCedricyestemarranodeConingsburghpaguencuanto se leshadejadoposeerhastaahora!Yno soloesto, sinoquehandequitarnosdeenfrenteeseenjambredemalvados,yhandefirmarunarenunciaformalde susprivilegios, obligándoseavivirdesdehoymáscomonuestrossiervosyvasallos.Id—dijoadosdelosguardiasqueestabanalapuerta,—traedmealverdaderoCedric,yosperdonoporestavezvuestraequivocación:además,quenohaymuchadiferenciaentreunlocoyunhidalgosajón.

—Ciertoes—respondióWamba—;perovuestrasabiduríaignoraquehanquedadomáslocosquehidalgosenelcastillo.

—¿Quédiceesemajadero?—DijoelBaróna losguardias, loscualesensusmiradasdabanaentenderquesiaquelnoeraelverdaderoCedric,nohabíaquedadootroenelaposentoquelehabíaservidodeprisión.

—¿Qué quieres apostar —dijo Bracy— que Cedric ha tomado las deVilladiegoconlatúnicadelfraile?

—¡Bestiademí!—dijo"Frentedebuey"—.¡Yomismoleabrílapoternayle di libertad conmismanos! ¡Bien está, señor bufón!Tu locura ha podidomásque lavigilanciadeestosanimalesquemesirven;pero,unavezque tegustael estado religioso; ¡yo tedaré lasórdenes sagradasy tepondrécomonuevo!¡Hola,arrancadaesetunanteelpellejodelacabeza,yechadledelasalmenasabajo!Tuoficioeschancear.¿Tienesganasdechancearahora?

—Digo—respondióWamba,sinqueturbarasubuenhumorelaspectodelamuerte—digoquetushechosvalenmásquetuspalabras,puesenlugardehacerme simple religioso me das el birrete encarnado, que es distintivo decardenal.

—Ya veo—dijo Bracy— que quiere morir en su oficio. ¡Dejadle vivir,

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"Frentedebuey"!Másvalequesevengaconmigoysirvadediversiónamislanceros.¿Quédicesaesto,bufón?

—Digo—respondióWamba—que tengounaargolla al cuello,yquenopuedoquitármelasinpermisodemiamo.

—La limanormanda—dijo"Frentedebuey"—sabe romper lasargollassajonas.

—Yaunporeso—dijoWamba—queremostansinceramentenosotroslossajones a vosotros los normandos. Vuestras sierras cortan nuestras encinas,vuestroyugooprimenuestrocuello,vuestrascucharasagotannuestropotaje.¿CuándoquerráDiosquesalgamosdeunavezdevuestrasuñas?

—Bien haces, Bracy, en divertirte con los dislates de este necio cuandoestamosamenazadosportodaspartes.¿Novesquesehanburladodenosotros,yquenuestraproyectadacomunicaciónconnuestrosamigoshasidofrustradapor estemismo a quien quieres proteger? ¿Qué podemos aguardar, sino unataquegeneralpronto?

—Vamos,pues,a lasmurallas—dijoBracy—.¿Mehasvistoalgunavezdetenermecuandollegalaocasióndedaryrecibirgolpes?Vengatambiéneltemplario,yquepeleeporsuvidacomohapeleadoantesporsuOrden.Haztúloquepuedas con tugente, yyoos ayudaré en cuanto esté ami alcance; yaseguroquetanfácilmenteescalaránlossajonesestecastillocomolasnubes.Siqueremos tratarcon losbandidos,¿porquénoemplearemos lamediacióndeestebuenhidalgo,quecontandevotaatenciónestácontemplandoeljarrodevino?¡Vamos,sajón—dijoaAthelstanepresentándoleunacopadevino—;refréscate el gaznate con este soberano licor, y dinos qué es lo que puedeshacerparaconseguirtulibertad!

—Loqueunhombrepuedehacer—respondióAthelstane—,con talqueno sea lo que pueda deshonrarle. Dejadme ir libre con mis compañeros, ypagaréunrescatedemilmarcos.

—Y,además—dijo"Frentedebuey"—,hasdeasegurarnoslaretiradadeesavilcanallaqueasediaelcastillocontratodaslasleyesdivinasyhumanas.

—Haré cuanto pueda—repuso Athelstane—, y creo que lo conseguiré;ademásqueCedricmeayudaráenlaempresa.

—Estamosdeacuerdo—dijo"Frentedebuey"—;túylostuyosquedaréisenlibertad,yhabrápazentrenosotrosporesosmilmarcosdeplata.Estoesuna friolera, sajón, y bien puedes agradecer la moderación de la demanda.Perocuentaqueeljudíonoentraeneltrato.

—Ni la judía tampoco—dijo Brian de Bois-Guilbert—, que a la sazónentrabaenelaposento.

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—Ningunodelosdos—dijo"Frentedebuey"—sondelacomitivadelosdossajones.

—Además—dijoAthelstane—,queyoseríaindignodelnombrecristianosituvierarocealgunoconunperrodeesasecta.

—Nitampoco—dijoelBarón—seincluyeeneltratoaesebufón,aquienguardoenmipoderparaquesirvadeejemploatodoslosquequieranusardechanzaspesadasconmigo.

—NielrescatecomprendetampocoaladyRowena—dijoBracy—,queesla parte que me toca en el botín, y no estoy de humor de dejarla ir tanfácilmentedeentrelasmanos.

—LadyRowena—dijoAthelstaneconnoblearrogancia—eslaprometidaesposadeAthelstanedeConingsburgh;yAthelstanedeConingsburghantessedejarátirarporcuatrocaballosfuriososquesalirdeestecastillosinestailustredama.ElsiervoWambahasalvadohoylavidadeCedric,aquienmirocomopadre,yyoquieroperderlavidaantesqueseletoqueauncabello.

—¿Tuprometidaesposa?¿LadyRowenaesposadeunesclavo?—exclamóBracy— ¡Sajón, tú has soñado que estás todavía en los tiempos de SanEduardoel confesor!Dígote, sino lo sabes,que lospríncipesde laCasadeAnjounodanesaclasedepupilasahombresdetualcurnia.

—Mialcurnia,altivonormando—respondióAthelstane—,provienedeunmanantialalgomáspuroyantiguoque ladeunvagabundofrancésquesólovive vendiendo la sangre de los ladrones que se alistan bajo el trapo de supendón. Reyes fueron mis antepasados, fuertes en campaña y sabios enconsejo,yfestejabanensussalonesa tantoscentenaresdemagnatescuantostú puedes contar derrotados lanceros en tu escuadrón: reyes cuyos nombreshansidoencomiadosporlospoetas,cuyasleyeshansidoconservadasporlosdoctos;reyescuyoshuesosfueronenterradosenmediodelasoracionesdelossantos,ysobrecuyatumbasehanedificadomonasterios.

—¡Bravo, Bracy!—dijo "Frente de buey", que veía con satisfacción elbochornodelaventurero—.¡Elsajónnosemuerdelalengua!

—Justoes—dijoBracy—quetengalalenguasueltaquientienelosbrazosatados.Digaloquequiera:noporesoconseguirálalibertaddeladyRowena.

Athelstane,queacababadepronunciarunodelosmáslargosdiscursosquehabíansalidodesuslabiosentodasuvida,noreplicóalasnuevasinjuriasdelnormando;perolaconversaciónfueinterrumpidaporlallegadadeuncriadoconelavisodequeunfraileestabaenlapoternaypedíaentradaenelcastillo.

—¡Por San Benito! —dijo "Frente de buey"—, ¿Tendremos aquí otroimpostor,ounfrailerealyverdadero?Registradleantesdeabrirle lapuerta;

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perosi introducísaquíotrodisfrazado, juropor loscielosquehedemandarsacaroslosojosyquehabéisdemorirconlaplantadelospiesenunbraseroencendido.

—Descargadsobremítodavuestracólera—dijoGilelcarcelero—siésteno es un verdadero religioso. Vuestro escudero Jocelyn le conoce, y yoaseguroqueesfrayAmbrosio,legoasistentedeJorvaulx.

—Queentrealinstante—dijo"Frentedebuey"—,pues,sinduda,nostraenoticias interesantes. ¡El Diablo anda suelto estos días por todos estosalrededores!Llevaosestosprisioneros;ytúsajónpiensaenlodicho.

—Reclamo—dijo—uncautiveriohonrosocon ladebidaasistencia,cualcorresponde a mi jerarquía y al que está tratando de su rescate. Además,requieroalmejordeentrevosotrosquemeresponda,cuerpoacuerpoyconlasarmasen lamano,porestaagresióncontrami libertad.Ya teheenviadoeste desafió por tu maestresala, y no he recibido respuesta. Aquí está miguante.

—Yonorespondo—dijoFrentedebuey—aldesafíodeunprisionero,nitúdebesaceptarletampoco,Bracy.Gil,cuelgaelguantedeestesajóndeunaescarpiadelcastillo:allíquedaráhastaqueseahombrelibre.Silepideantesosiquierealegarquehasidohechoprisionerovillanamenteoatraición,selasentenderá conmigo, que no soy hombre que se niega a pelear a pie ni acaballo,muchomenosconél,aunquetraigaenposatodoslosvasallossajonesdesusEstados.

Losguardias se llevaron a los prisioneros, y almismo tiempo entró frayAmbrosio,cuyoaspectodenotabalamayorturbación.

—¡Este es el verdadero Pax vobiscum!—dijoWamba al pasar junto alfraile—.Todoslosdemáshansidomonedafalsa.

—¡Diosmíodemialma!—dijofrayAmbrosioalverseenpresenciadelosdosnormandos—.¿Estoyalfinentrecristianos?

—Estás seguro—dijoBracy—.Aquí tienes aReginaldo Frente de bueyque nada aborrece tanto como a un judío, y al caballero Brian de Bois-Guilbert,quetieneporoficiomataragarenos.Siéstasnosonbuenasseñales,digoquenosédóndelashallarásmejores.

—Ya veo que estoy entre amigos y aliados de nuestro reverendo padreAymer,priordeJorvaulx—dijoel fraile,sinhacercasodel tonoburlónconquelehabíahabladoBracy.—Comotales,ledebéisasistenciadecaballerosycaridaddecristianos.

—Dejémonos de preámbulos—dijo "Frente de buey"—, y dinos lo quetengas que decir; y que sea pronto, porque no estamos ahora para perder el

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tiempo.

—¡MaríaSantísima!—dijofrayAmbrosio—.¡Cuánprontoseenciendelacólera en estos seglares! Sabed, pues, que unos bandidos desalmados, sintemoraDiosysinrespetoanuestrareligión...

—Fraile —dijo "Frente de buey"—, dinos en plata si el Prior está enmanosdelosbandoleros,oquélehasucedido.

—Seguramente—dijo frayAmbrosio—, está enmanosde esoshombresdeBelialqueinfestanlosbosquesdeestascercanías.

—¡Tú que no puedes, llévame a cuestas! —dijo Frente de buey,volviéndoseasuscompañeros.—¡ConqueenlugardedarnossocorroelPrior,noslopide!¡Buenosestamosparasacardeapurosasureverencia!Yendospalabras:¿quéesloqueelPriorquieredenosotros?

—Convuestroperdón—dijo frayAmbrosio—;habiendo sido impuestasmanosviolentasenmireverendoprelado,yhabiéndoseatrevidoesoshombresdeBelial a despojarlede sus ropasy alhajasydedoscientosmarcosdeorofino y puro, y exigido ademásmayor cantidad por su rescate, el reverendopadre espera que vosotros, como sus leales amigos, facilitéis esta suma oacudáis a libertarle con vuestras armas, según mejor os dicte vuestraprudencia.

—¿Quién ha dicho a tu amo —dijo Frente de buey— que un barónnormandoarrojalabolsapararescataraunfraile?¿Ycómopodemosemplearnuestrasarmasensudefensa,cuandoacadainstanteestamosaguardandoquenosasaltenesosforajidos?

—Deesoibaahablar—dijofrayAmbrosio—;perovuestraprecipitaciónmehacortadoelhilo.Además,quesoyviejo,yestelancemehatrastornadoelsentido.Osdiré,pues,queyaseacercanavuestrasmurallas.

—¡Alasalmenas—dijoBracy—,yveamosquéestoqueintentan!

Yaldecirestoabrióunaventanaquedabaalafortalezaexterior,yllamóinmediatamenteasusdoscompañeros:

—¡Por San Dionisio, que el anciano tiene razón! ¡Manteletes traen ypaveses,y los flecherosquesedivisanenelbosque formanunanubedensaqueamenazaborrasca!

Reginaldo"Frentedebuey"mirótambiénporlaventana,yEnseguidatocólatrompetaymandócongregartodasugente.

—Bracy—dijo—,cuidadelapartedeOriente.NobleBrian,túentiendeselataqueyladefensa,yestarásmejorenlaparteopuesta;yotomoamicargola barbacana. Pero no nos fijemos en un punto solo: acudamos adonde sea

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mayorlanecesidad,yconnuestrapresenciaexcitemoselvalordelosnuestrosdondequieraqueseamásfuerteelataque.Somospocos;perolaactividadyelvalorsupliránalnúmero,puestoquelosqueatacansonvillanossinjefeysindisciplina.

—Pero,noblescaballeros—exclamófrayAmbrosioenmediodelalborotoy confusión que ocasionaban aquellos preparativos de defensa—, ¿no habráningunoentrevosotrosquequieraoírelmensajedelreverendopadreAymer,priordeJorvaulx?¡OídmeporDios,noblesirReginaldo!

—DirigidvuestrasplegariasalCielo—repuso"Frentedebuey",—queenlaTierrapocotiempotenernosdeescucharos.¡Anselmo,pronto;aceiteypezhirviendoparabautizaralosprimerosqueseacerquen!¡Quenopierdantirolos ballesteros! ¡Enarboladmi bandera sobre la puerta! ¡Pronto sabrán esosinfamesquetienenquehabérselasconmigo!

—¡Pero, noble señor—continuó el fraile, perseverando en su intento dequeleprestasenatención—,consideradmivotodeobediencia,yquealahoraéstanohedesempeñadoelencargodemisuperior!

—¡Dejadmeenpaz—dijo"Frentedebuey"—,yretiraoscuantoantes!

El templario había estado observando los movimientos de los sitiadoresconalgunamásatenciónquesusinsensatoscompañeros.

—¡PorlaOrdenqueprofeso—dijo—,queestoshombresseacercanconmás disciplina que yo aguardaba! Mirad cómo saben aprovechar lasdesigualdadesdelterrenoyponerseacubiertodelostirosdelasballestas.Nodistingobanderanipendón,y, sinembargo,apuestomicadenadeoroaquelos dirige algún noble caballero u otro guerrero diestro en esta clase deataques.

—Sinomeengaño—dijoBracy—,secolumbraentrelaturbauncrestóndecaballeroyelresplandordeunaarmadura.¡Noveisaunhombrealtoyconarmasnegras,quepareceocupadoendistribuirlagenteyarreglarla?¡PorSanDionisio,queeselNegroOcioso,queechóalsueloa"Frentedebuey"eneltorneodeAshby!

—¡Tanto mejor —dijo el Barón— pues viene a que le dé el desquite!Algún pájaro de cuenta debe de ser, puesto que no se atrevió a reclamar elpremio que logró por acaso. ¡Parece que no es hombre que guste deacompañarsecongentedecalidad,yporDiosquemealegrodeverleentretanmiserablescombatientes!

Las demostraciones de inmediato ataque que por todas partes hacía elenemigoobligaronaloscaballerosaponertérminoalaconversación.

Cadaunodeellosacudióalpuestoqueselehabíadesignadoalacabezade

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las fuerzas de que podían disponer; y aún que éstas no bastaban para ladefensa de la fortificación, los caudillos aguardaron con serenidad el asaltoquelesamenazaba.

XXII

YahabránadivinadolosmásdiscretosquecuandoelcaballerodeIvanhoecayódesmayadoalospiesdeladyRowenayparecíaabandonadodetodoelmundo,obtuvosocorroyasistenciadelahermosajudíaRebeca.

IvanhoefuellevadoporordensuyaalacasaqueIsaachabíatomadoalaspuertasdeAshby,yellamismaexaminóycurólasheridasdelcaballero.

Tomó la bebida que le administró, y como era narcótica y calmante leproporcionóunanochetranquilaysueñosagradables.Alamañanasiguiente,Rebecaleencontrólibredetodosíntomadecalenturaycapazdesoportarlasfatigasdelviaje.

Ivanhoe fuecolocadoen lamisma literaenque saliódel torneo,ynoseomitióningunadelasprecaucionesnecesariasasucomodidad.LoúnicoquenopudieronconseguirlasinstanciasdeRebecafuequesecaminaradespacio,comolojuzgabaindispensableparalaconvenienciadelherido;porqueIsaac,semejante al viajero rico de que habla Juvenal en su sátira décima, temíasiempre ver aparecer una cuadrilla de salteadores, sabiendo que tanto losnoblesnormandoscomo losbandidos sajones tendrían lamayor satisfacciónendespojarle.Por tanto caminóapasoacelerado,haciendocortasparadasymás cortas comidas, de modo que se adelantó a Cedric y Athelstane, quehabían salidomuchas horas antes que él, pero que se habían detenido largotiempoalamesadelabaddeSanWhitoldo.Sinembargo,graciasalaeficazvirtuddelbálsamodeMiriamyalarobustaconstitucióndeIvanhoe,notuvodeaquellaprecipitadamarchalasmalasconsecuenciasqueRebecaauguraba.

Con todo, desde otro punto vista, la prisa de Isaac las produjo fatales,porque de resultas de ella se suscitaron grandes disensiones entre él y loshombresquehabíatomadoparaquelesirviesendeescolta.Eransajonesynoestabanexentosdelaaficiónalospecadosquelosnormandoslesechabanencara: pereza y glotonería. Habían aceptado la proposición del judío con laesperanza de que éste haría una opípara provisión para la marcha; mas laprecipitación de ésta frustró todas sus esperanzas. También se quejaban deldañoquesufríanloscaballos,queibansiemprealtroteyquesólodescansabanalgunosminutos; por último, la cantidadde vinoy de cerveza quehabía deconsumirseencadacomidafueotrogranmotivodereconvencionesydisputas

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entre Isaac y su escolta. De todo esto resultó que cuando llegó la hora delpeligro y sobrevino a Isaac la calamidad que con tanta razón temía, se vioabandonadoporaquellosencuyadefensaconfiaba,porquenadahabíahechoparagranjearsesuafecto.

AsífuecomoCedricylossuyosencontraronaljudío,asuhijayalherido,yasífuecomotodoselloscayeronenmanosdeBracyydesusconfederados.Alprincipionadiehizoaltoenlalitera,yquizásnadiehubierasabidoloquecontenía,sinofueraporqueBracyquisoexaminarla,creyendoqueibadentroladyRowena,lacualnosehabíaalzadoelveloquelacubría.Nofuepocalaadmiracióndelaventurerocuandodescubrióunherido,elcual,creyéndoseenmanos de bandidos sajones que conocían y respetaban su nombre, confesófrancamenteserWilfridodeIvanhoe.

Lasideasdelhonorcaballeresco,quenohabíanabandonadoenteramenteaBracyapesardesumaldadyligereza,nolepermitieronvender'aunhombreherido e indefenso, porque sabía que Frente de buey no tendría el menorescrúpulo en darmuerte inmediatamente al que iba a disputarle el feudo deIvanhoe.Porotraparte, dar libertad aun rival favorecidopor ladyRowena,como los denotaba lo ocurrido en el torneo, y como lo aseguraba la vozpública,queatribuíaaestosamoreseldestierrodeWilfridodelacasapaterna,eraunesfuerzodemasiadosuperioralagenerosidaddelnormando.Adoptóenestascircunstanciasun términomedioentre losdosquese leofrecían,yfuemandaradosdesusescuderosquenoseapartasendelaliteranipermitieranque nadie se acercase a ella. Si alguien preguntaba quién iba dentro de lalitera,debíanresponderqueeraunescuderodeBracyquehabíasidoheridoenel primer encuentro. Al llegar al castillo, mientras "Frente de buey" y elTemplarioseocupabanenllevaradelantesusplanes,elunocontralabolsadelhebreoyelotrocontrasuhija,losescuderosllevaronaIvanhoe,continuandola ficción de hacerlo aparecer cono uno de sus compañeros, a un aposentodistante.Yestámismaexplicacióndierona"Frentedebuey"cuandoéstelespreguntóporquénoacudíanaladefensadelasmurallas.

—¡Un compañero herido!—exclamó furioso el Barón— ¡No es extrañoque los villanosy los bandidos asedien los castillos de los nobles y que losbufones y los porquerizos los desafíen, puesto que los lanceros deBracy seestán a la cabecera de un enfermo mientras estamos aguardando de unmomentoaotroquenosasalten!¡Alasalmenas,cobardes,alasalmenas,sinoqueréisqueconviertavuestroshuesosenastillas!

Losescuderosrespondieronquedebuenaganaacudiríanaladefensadelafortaleza,contalquelosrelevasendelencargoquesuamoleshabíadadodecuidaraquelmoribundo.

—¿Moribundonadamenos?—dijoelBarón—.¡Yoosaseguroquetodos

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nos veríamos en la misma situación si nos estuviéramos aquí mano sobremano!Yo pondré una persona que cuide del enfermo ¡Urfrida, vieja de losInfiernos,venacácontushuesos,asisteaestehombre,yaquehemosdetenereste nuevo engorro en medio de tantos embarazos! ¡Y vosotros, escuderos,aquí tenéisballestasybodoques!¡Alabarbacana,yquenoquedesajónconvida!

Losescuderos,que,comotodoslospartidariosdeBracy,nogustabandelainacción,sinodelavidaguerreraydelasempresasaventuradasaqueestabanacostumbrados, se dirigieron alegremente al punto que les había señaladoFrentedebuey.IvanhoequedóconfiadoaUrfrida;masésta,quesólopensabaen llevar a cabo sus proyectos de venganza, dejó al enfermo en manos deRebeca.

XXIII

Losmomentosdepeligrosuelenser tambiénmomentosde franqueza,enqueelcariñosemuestrasindisfraz: laagitacióngeneralde lossentimientosrompeloslazosdeldisimulo'descubreloquelaprudenciaocultaentiemposmás tranquilos. Al hallarse de nuevo junto a Ivanhoe, Rebeca observó conextrañezaelplacerqueexperimentabaenmediodetantasescenasdemalesypeligros.Cuandoletomóelpulsoylepreguntóporsusalud,susmovimientosy palabras indicaban un interés mucho más vivo que el que ella hubieraquerido manifestar abiertamente. Sintióse agitada por un temblorextraordinario.

—¿Erestú,hermosadoncella?—ledijoindiferenteIvanhoe.Estapreguntala hizo volver en sí recordándole que el sentimiento que abrigaba en sucorazónnopodíanidebíasercorrespondido.

EscapóseleunsuspiroenqueIvanhoenohizoalto,ylaspreguntasqueledirigióacercadesusaludfueronhechaseneltonodelaamistad.Ivanhoelerespondióenpocaspalabrasquesusaludsehallabalomenosmalquepodíahallarseenaquellascircunstancias.

—Yeso—añadió—graciasatuhabilidad,queridaRebeca.

—Me llama querida—se decía a símismaRebeca—; ¡pero con cuantodesdén y con cuánta indiferencia! ¡Su caballo y sus podencos son máspreciososasusojosquelapobreyhumilladajudía!

—Miespíritu—continuóIvanhoe—estámásenfermodeansiedadquemicuerpodeladolenciaqueleaqueja.Porloqueheoídoaesoshombresquemehancustodiadohastaahora,hevenidoenconocimientodequeestoyprivado

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delibertad;y,sinomeengañalavozásperayterriblequeloshaechadodeaquí,miprisiónes el castillode "Frentedebuey".Si es así, ¿cómoacabarátodoestoycómopodréprotegeraladyRowenayamipadre?

—¡Niaunsiquieraseacuerdadeljudíoydelajudía!—decíainteriormenteRebeca—.¿Porquénoshemosdeinteresarensusuerte?¡Oh,cuánjustamentemecastiganloscielosporhaberpuestoenélmispensamientos!

Despuésdeestaacusación interior,pasóanoticiara Ivanhoe todo loquesabía: que el templario Brian de Bois-Guilbert y el barón "Frente de buey"mandabanlasfuerzasdelcastillo,yqueéstesehallabasitiadoporgentesqueellanoconocía.Añadió,porúltimo,quehabíaenlafortalezauneclesiástico,quequizáspodríadarlenoticiasmásseguras.

—¿Un eclesiástico? —preguntó el caballero—. Tráele si puedesinmediatamente,Rebeca.Dile que hay aquí un enfermoque necesita de sussocorrosespirituales;dileloquequierascontalquemelotraigas.Esprecisohacer algo para salir de este apuro; pero ¿qué he de hacer sin saber lo quepasa?

Encumplimientodel encargode Ivanhoe,Rebecahizo cuantopudoparaque el fingido eclesiástico pasara al aposento del enfermo; pero lo estorbócomohemosvistoUrfridaque tambiéndeseabahablarle, yRebecavolvió adarcuentaaIvanhoedelainutilidaddesusdiligencias.

Notuvieronmuchotiempoparalamentarsedeestafaltadenoticiasniparaimaginar nuevosmedios de adquirirlas porque el ruido que ocasionaban lospreparativosdedefensacrecíapormomentosyllegóaserverdaderoalboroto.Elpasodelosguardiasyballesterosqueibanaocuparlasalmenasresonabaen los pasadizos y escaleras que conducían a los diferentes puntos de lafortificación.

Oíanse al mismo tiempo las voces de los caudillos que animaban a suspartidarios y que dictaban todas las providencias que la defensa de la plazarequería,yEnseguidaelestrépitodelasarmasylosclamoresyvoceríadelossoldados.Aunque todosestosanuncioseran terriblescomopresagiosdeunacatástrofeespantosahabíaenelconjuntodeaquellossonidosciertasublimidadque penetró en el alma deRebeca.Animáronse sus ojos, encendiéronse susmejillas ymedio agitado por el temor,medio reanimado por el entusiasmo,repitióasucompañeroestaspalabras:

—Suenaelestrépitodelasaljabas,delaslanzasydelosbroqueles,ylasvocesdeloscapitanesylagriteríadelossoldados.

PeroIvanhoeeracomoelcaballodequehacemenciónelsublimepasaje,yel cual ardía de impaciencia por correr a la pelea que aquellos rumoresanunciaban.

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—¡Siyopudiera—decía—acercarmeaesaventanayverloquepasaenlos muros; si tuviera un arco; un hacha para dar un solo golpe en nuestradefensa!...¡Peroesinútil!¡Lasfuerzasmeabandonan!

—Noteagites,noblecaballero—ledecíaRebeca—:elruidohacesado,yquizásnollegaráelcasodequevenganalasmanos.

—Poco se te alcanza de estas cosas—respondió Ivanhoe—. Esa pausaindica que los hombres están en sus puestos aguardando el momento delataque.Loquehemosoídohastaahoraeralaamenazalejanadelatormenta:prontoestallarácontodasufuria.¡Quenopuedayoacercarmeaesaventana!

—Nolointentes—dijoRebeca—,sinoquieresqueseabratuherida.

Yobservandolaextraordinariaimpacienciadelcaballero,exclamó:

—Yomepondréalaventanaytedarécuentadetodoloqueobserve.

—¡No lo harás, no lo permito! —dijo Ivanhoe—. Cada ventana cadaaberturadeestecastilloserámuyenbreveblancodelafuriadelossitiadores.Unaflechaperdida...

—¡Venga en buena hora!—murmuró en voz baja Rebeca. Y enseguidasubióconpasofirmelosdosotresescalonesparallegaralaventana.

—¡Rebeca,queridaRebeca,nosonéstospasatiemposdemuchachas!¡Noteexpongasalamuertenimehagasinfelizparasiempreporhaberyosidolacausadetudesgracia!Alomenos,guaréceteconesebroquelviejoqueestáenelsuelo,ydescubrelomenosquepuedasdetupersona.

RebecasiguióelconsejodeIvanhoe,yparapetándoseconungranbroquelqueestabaabandonadoenun rincóndel aposento,pudoser testigode todoslos sucesos del primer ataque, y referirlos al herido a medida que ibanocurriendo. Su situación eramuy favorable, porque la ventana estaba en unángulodeledificioprincipal,ydesdeellasedescubríanosóloelrecintodelafortaleza,sinounaobraexteriorque,probablemente,seríaelprimerobjetodelataque.Eraunaespeciedebaluartedepocaelevaciónydenomuchasolidez,queservíadedefensaalapoternapordonde"Frentedebuey"habíadespedidoaCedric.Elfosodelcastilloledividíadelrestodelafortaleza;asíesqueencasodecaerenmanosdelenemigo,erafácilcortarsucomunicaciónconéstaretirandoelpuentelevadizo.Enelbaluartehabíaunrastrilloquecorrespondíacon lapoterna, y toda laobra estabaguarnecidadeuna empalizada.Rebecaconocióporelgrannúmerodehombresquedefendíanaquelpuntoqueeraelquemásreceloinspirabaalossitiados,yporlosmovimientosdelossitiadoresseechabadeverqueeraelprimeroaquesedirigían.

Inmediatamente puso en noticia de Ivanhoe lo que hasta entonces habíaobservado añadiendo que el bosque estaba lleno de gente, aunque sólo se

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divisabafueradelosárbolescortonúmerodemonteros.

—¿Ydistinguessubandera?—preguntóelcaballero.

—Noseveninguna—respondiólajudía.

—¡Extraña novedad! —dijo Ivanhoe—. ¡Aproximarse al asalto de unafortaleza sin desplegar bandera ni pendón! ¿Alcanzas a ver al que hace decaudillo?

—El que más sobresale entre ellos —dijo Rebeca— es un caballeroarmado de punta en blanco. Su armadura en negra; está sólo, y parece quedirigetodaslasoperaciones.

—¿Quedivisallevaensuescudo?—dijoIvanhoe.

—Amanera de una barra de hierro—contestó Rebeca—, y un candadoazulencamponegro.

—No sé quién puede llevar esa divisa—dijo Ivanhoe—aunque sémuybienquepudieraserlamíaenlascircunstanciaspresentes.¿Nocolumbraselmote?

—A esta distancia —dijo Rebeca— es imposible; pero la divisa se veclaramentecuandodanenelbroquellosrayosdelsol.

—¿Novesotroscaudillos?—dijoIvanhoe.

—Ningún otro que parezca hombre de distinción—dijoRebeca—, perosindudahaymásgentehacia laotrapartedelcastillo.Ahorasedisponenalataque.¡DiosdeSión,tenpiedaddenosotros!¡Quéhorribleespectáculo!Losquevienendelantetraenenormesbroquelesyunasdefensasdetablazón.Losquevienendetrásestánpreparandolosarcos.Yalosalzanyapuntan.¡DiosdeMoisés,perdonaatuscriaturas!

Ladescripcióndelajudíafueinterrumpidaporlaseñaldeataquequedioel sonidodeunaaguda trompeta, alque respondierondesde las almenas lostambores y clarines de los normandos. Siguieron los gritos de los partidosopuestos.Lossitiadoresclamaban:¡SanJorge,Inglaterra!,ylossitiados,¡Enavant,deBracy;Sus-Briant;Front-de-Baeufa la rescousse!,según losgritosdeguerraadoptadosporcadaunodeloscaudillos.

Niunosniotros, sinembargo, secontentaroncongritosyaclamaciones,sinoqueel furiosoataquede lossajonesfuevigorosamente resistidopor losnormandos.Losmonteros,acostumbradosensuspasatiemposyejerciciosalmanejodelarco,enqueeransobresalientes,hicieronunadescargacerrada,delaquenoescapóningunodelosqueteníanalgunapartedesucuerpofueradelasalmenas.

De resultas de estas descargas, que duraron algún tiempo a manera de

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aguacero,murieron dos o tres de la guarnición y quedaronmuchos heridos,porquecadaflechateníaunblancoparticularynoquedótronera,aberturaniventanaaquenosedirigieseuntiro.

Los partidarios de "Frente de buey" y sus aliados, fiados en sus fuertesarmadurasyenlosparapetosdelafortificaciónrespondieronobstinadamenteconotradescargadeballestas,arcosyhondashaciendoconsiderableestragoenlosenemigos,quecasisepresentabanacuerpodescubierto.

Elsilbidodelasflechas,piedrasybodoqueserasólointerrumpidoporlosclamoresdeloscombatientesdeunoyotroladocuandonotabanalgúndañoconsiderableenelpartidoopuesto.

—¡Que tengayoqueestar aquí encerradocomoun fraile en sucelda—dijo Ivanhoe—mientras otros están jugandomi libertad omimuerte!Miraotravezpor la ventana,Rebeca; pero cuentano te descarguenun tiro.Miraotravez,ydimesiseaproximanalasalto.

Rebeca,conelnuevobríoquelehabíandadosusactosdedevoción,volvióacolocarseen laventanaabroquelándosedemodoqueera imposibleque lavierandesdeabajo.

—¿Quéestásviendo?—preguntóIvanhoe.

—Nada:unanubedeflechasqueocultaalosquelasdisparan.

—¡Esto no puede durar!—dijo Ivanhoe—. Si no vienen en dirección atomar el castillo a viva fuerza, sus flechas poca mella han de hacer en laspiedrasdelosbaluartes.MirasidistinguesalcaballerodelCandadoyquétalseportaenestacoyuntura,porquelossoldadosnopeleansinolesdaejemploelcaudillo.

—Noleveo—respondiólajudía.

—¡Malsín cobarde! —exclamó Ivanhoe—¡Ahora deja el timón cuandomásaprietalaborrasca!

—¡No lodeja,no lodeja!—dijoRebeca—.Ahora leveo,Sedirigeconunapartidaconsiderablehacialabarreradelabarbacana.Estánechandoabajolasestacadasylasempalizadasconhachas,yenmediodetodossedistingueelplumeronegrodelcaballerodelCandado,aguisadecuervoentrelasarenasde la playa. Ya han hecho una brecha con la estacada; corren a ella, perovuelven atrás. "Frente de buey" defiende la brecha con las suyas. ¡Cómodescuellasuenormeestaturaentrelosquelesiguen!Lossitiadoreslaatacandenuevo,ysedisputanelpasohombreahombre. ¡DiosdeJacob,pareceelchoquededosocéanosimpulsadosporvientoscontrarios!

Rebecaapartóelrostrodelaventana,comosilefueraimposiblesoportarlavistadetanterribleescena.

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—Mira otra vez, Rebeca—dijo Ivanhoe, que atribuyó a otra causa estemovimiento—.Noesregularquetirenflechasahora,puestoquepeleanmanoamano.Notengasmiedo.

Rebecavolvióalaventanayexclamóinmediatamente:

—¡Santosprofetasdelaley!¡"Frentedebuey"yelcaballerodelanegraarmadurapeleanahoracuerpoacuerpoenlabrecha!Parecequelosdeunoyotropartidocontemplanconansiaesteterribleencuentro.¡ElCielodefiendalacausa del oprimido y del preso! ¡Diosmío—gritó de pronto con elmayorsobresalto—,cayóalospiesdesuenemigo!

—¿Quiéncayó?—preguntóIvanhoe—.¡PorDiossanto,quenometengasenestainquietud!

—¡El caballero Negro!—dijo Rebeca casi desfallecida; Enseguida gritóconjúbilo—¡No!¡BenditoseaelDiosdelosejércitos!¡Estáotravezenpieypeleando como si tuviera la fuerza de veinte hombres en su brazo! Se lerompiólaespada;perohatomadoelhachadeunmontero.¡Diosmío,cuantosgolpesdescargaasuenemigo!Elgigantevacilacomolaencinaaloshachazosdelleñador.¡Yacayó...alsuelo!

—¿Frentedebuey"?—preguntóIvanhoe.

—Frente de buey" —dijo la judía—; y los suyos, capitaneados por eltemplario, acuden a su socorro. El campeón se detiene, viendo que leacometentantos.YahanretiradoalBarón,yletraenalasmurallas.

—¿Hantomadolossitiadoreslasbarreras?—preguntóIvanhoe.

—Las han tomado—dijoRebeca—,y ya estrechan a los sitiados en losmuros.Algunosaplicanescalas,yotrosseagolpanyseprecipitanparasubirporellascomoovejas.Dearribalesechanpiedras,vigasytroncosdeárboles.Losquecaenheridosseretiranyotrosvuelvenaocuparsuspuestos. ¡SantoDios!¿Hasdadotuimagenalhombreparaqueselamaltrateydesfiguretanhorriblementeporsupropiohermano?

—¡Nopienseseneso—dijoIvanhoe—,queahoranoestamosentiempodereflexiones!¿Quiéncede?¿Quiénadelanta?

—Ya no hay escalas en el muro —dijo Rebeca—; Todas han caído alsuelo.Lospobressitiadoresruedancomoreptiles.Lossitiadosganan.

—¡San Jorge sea con nosotros!—dijo Ivanhoe—. ¿Posible es que esosvillanosseamedrenten?

—No —respondió Rebeca—, que se rehacen y pelean con valor. ElcaballeroNegroseacercaa lapoternaconunhachaformidableen lamano.Bienpuedesoír losgolpesque ledescarga.Losdelmuro le arrojanvigasy

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piedras;maséllasapartacomosifueranplumas.

—¡PorSanJuandeAcre—exclamóIvanhoeincorporándosecongrandesmuestrasdealegría—,nohaymásqueunhombreenInglaterraqueseacapazdesemejantehazaña!

—¡Lapoternacede—dijoRebeca—;yacruje,yaestáhechaastillas!¡Labarbacanaesnuestra!¡OhDios!¡Losnormandosdejanelparapeto!¡Yaestánenelfoso!¡Hombres,sihombressoisenverdad,perdonadalrendido!

—¡Elpuente!—dijoIvanhoe—.¡Observaelpuentequecomunicaconelcastillo!¿Lehanpasadolossitiadores?

—No—dijoRebeca—;eltemplariolehadestruido,yseretiraalcastilloconalgunospocos.Losotros...yaoyessusquejidoslastimeros.¡Ciertoesquelavictoriaesmuchomáscruelqueelcombate!

—¿Quéhacenahora?—dijoIvanhoe—.Observabien,quenoesocasiónéstadeespantarsealvermuertosyheridos.

—Todo está suspenso —dijo Rebeca— los nuestros se fortifican en labarbacana,yenellaseparapetandelospocostirosquelesdisparandecuandoencuandolosdeadentro;ycreoqueesmásbienparaincomodarlosqueparahacerlesdaño.

—Los nuestros—dijo Ivanhoe— no abandonaran una empresa que hanempezadotangloriosamenteyquecontantafelicidadhanllevadoacabo.No,porcierto;apostaría lavidaaquenocedeesebuencaballeroquehaechadoabajolasbarrasdehierroylastablasdeencinadelapoterna.¡Cosaextraña!No hay dos hombres en la cristiandad capaces de tamaño arrojo. Pero ¿quésignifican el cerrojo y el candado azul en campo negro? Rebeca, mira sipuedesdistinguiralgunaotraparticularidadensupersona.

—Nada absolutamente—respondió Rebeca—; su armadura y ropaje, elcaballeroy susarneses, todoses igual,ynegrocomo las alasdeuncuervo.Pero estoy segura de que podría distinguirle de ahora en adelante entremilguerreros.Conlamismaserenidadacudealpeligroquesifueraaunbanquete.Parecequecadagolpequedallevaensítodoelespírituqueleanima.¡Diosleperdoneelpecadodehaberderramadolasangredesuhermano!¡Terriblecosaes, pero sublime almismo tiempo, ver a un hombre solo triunfar de tantosenemigos!

—Rebeca —dijo Ivanhoe—, tú has hecho la pintura de un héroe.Seguramente, ese intervalo es para tomar algún descanso y preparar losmediosdepasarelfoso;porqueconuncaudillocomoésenohaydemoras,nicontemplaciones,nidescuidos.Mientrasmáspeligros,másgloria.¡Juroporelhonordemicasayporelnombredeladamademispensamientos,quepasaría

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diezañosdecautiveriosóloporpelearundíaalladodeesebuencaballeroenunacausatanjustacomoésta!

—¡Ah!—dijoRebecaquitándosedelaventanayacercándoseallechodelherido—. Esos movimientos de impaciencia, esta lucha con vuestra actualdebilidad,nohacenotracosaqueretardarvuestroalivio.¿Cómopodréishacerheridasalosotrossinosecuranlasvuestras?

—Rebeca—dijo el caballero—, tú no puedes imaginarte cuán difícil espara el que está acostumbrado a la guerra y a los hechos de caballeríapermanecer tranquilomientras otros pelean a poca distancia. El amor de labatallaeselalientoquenosanima;elpolvodelarefriegaeselalimentoquenosconforta.Novivimosnideseamosvivirentantoquenosomosvictoriososynombrados.TalessonlasleyesdelaCaballeríaquehemosjuradoobedecer,ylascualessacrificamoscuantomásapreciamosenelmundo.

—¡Ah! —dijo la judía—. ¿Qué es eso, sino sacrificar al ídolo de lavanagloria después de haberse consumido en el fuego de Moloc? ¿Qué osquedaengalardóndetodalasangrequehabéisvertido,detodoslosmalesquehabéis sufrido, de todas las lágrimas que habéis hecho derramar, cuando lamuertehielaelbrazodelguerreroydetienelacarreradesucaballo?

—¿Qué queda?—dijo Ivanhoe—. ¡La gloria, que es el brillo que doranuestrosepulcroyelbálsamoqueconservanuestronombre!

—Lagloria—dijoRebeca—esuna armaduravieja cubiertadeorínquecuelga sobre el sepulcro del guerrero; es la inscripción borrada que apenaspuedeleereleruditoparasatisfacerlacuriosidaddelpasajero.¿Essuficienterecompensade tantosafectossacrificadosydeunavidamiserableempleadaenhacermiserablesalosotros?¿Quévirtudtienenlastrovasdeunbardoquebasteasuplirlafaltadelamordoméstico,delossentimientossuaves,delapazydelaventura?Lagloria,señorcaballero,enlostiemposenquevivimos,noes más que la fama que se adquiere en las tabernas cuando un cantorvagabundocelebraanteunconcursodevillanosebrioslashazañasdelosqueyanoexisten.

—¡Porel almademiabuelo—dijo Ivanhoe—,queestáshablandode loquenoentiendesyajandoelesplendorde laCaballería,quees loúnicoquedistinguealnobledelplebeyo,alcaballerodelpícaroodelvillano!¡Loúnicoquerealzaelhonorsobrelavida,noshacevencedoresdelostrabaosyfatigas,ynosenseñaano temerotromalsinoes ladeshonra!Túnoerescristiana,Rebeca,y,porconsiguiente,desconocesladulzuraqueexperimentaelcorazóndeunadamacuandosuamantehainmortalizadosubrazoconalgunanobleyatrevidahazaña.Lacaballeríaeslacunadelosafectospurosygenerosos,elapoyo de los oprimidos, la vengadora de los agravios, el yugo que doma elpoderdeltirano.Sinella,noblezaespalabrasinsignificación,ysulanzaysu

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espadasonlamejordefensadelalibertadydelaindependencia.

—Mi nación—dijo Rebeca— hizo prodigios de valor en defensa de lapatria;masnuncatomólasarmassinoporexpresomandatodelDiosdeIsraelopararechazarlaopresión.ElsonidodelatrompetanodespiertayaaJudádesusueño,ysusdespreciadoshijossepresentancomovíctimasquegimenbajoelpesodeunaesclavitudmáslargaaúnqueladeBabilonia.Bienhasdicho,caballero:noestábienqueunadoncellahebreahabledeguerrasnibatallas,mientraselDiosdeJacobnosusciteunnuevoGedeón,unsegundoMacabeo.

Laorgullosadoncellaconcluyóestaspalabrasentonodedoloryamarguraqueexpresabasudespechoalconsiderarledegradacióndesupueblo.AfligíalatambiénlaideadequeIvanhoelajuzgaseindignadedarsuvotoenpuntosdehonor—ydeabrigarensualmasentimientosexaltadosygenerosos.

—¡Cuánmalmeconoce—decía—sicreequelacensoraquehehechodelaextravaganciacaballerescadelosnazarenosprocededebajezaycobardía!¡OjalámisangrederramadagotaagotapudieseredimirlacautividaddeJudá!¡Ojalá pudiera pagar la libertad demi padre y de su bienhechor! ¡Entoncesvería el cristiano si una hija de Israel no es tan arrojado y valiente cono lasoberbiadoncellanazarena,envanecidoconlospergaminosdesurazayconposeeralgúnmalcastilloentreloshielosáridosdelNorte!

AlterminarestasreflexionesRebecafijólosojosenelcaballeroherido.

—Duerme—dijo— lanaturaleza fatigadade tanta inquietudyagitación,se aprovecha del primer intervalo de reposo para reparar con su sueñobenéficolasfuerzasperdidas.¡Ah,quizásmisojoslecontemplanporúltimavez,quizásdentrodepocosmomentosdesaparecerádel rostroesaexpresióngenerosayvalientequeaunduranteelsueñoleanima,quizásnotardaránenmarchitarsesusfaccionesconelhielode lamuerte,yelmásruinvillanodeesteodiosocastillohollarácondesdénelcuerpoenquesealbergatannobleespíritu! Él, en tanto, reposa tranquilo, sin que le asuste el golpe que leamenaza. ¿Y mi padre? ¡Oh padre mío! ¿Es posible que tu hija olvide tuscanas por los rubios rizos de un extranjero? ¡Oh Dios de mi pueblo! ¡Losmalesquemerodeannosonmásquelasamenazasdetucóleracontralahijaingrataquepiensaenelcautiveriodelinfielantesqueenlascalamidadesqueatosiganlavidadesupadre,quenosecuidadeladesolacióndeJudá,yfijasuspensamientosenlagentilezadeesejoven!¡Arranquemosestaquimeradelcorazónaunqueseadestrozandotodassusfibras!

Rebeca se cubrió con un velo y se sentó a cierta distancia de Ivanhoe,volviéndole la espalda y procurando fortificar su espíritu no sólo contra losriesgosquecircundabansuvidaysuhonor,sinotambiéncontralosamorosospensamientosqueibanechandoraícesensualma.

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Durante el intervalo de suspensión de hostilidades que siguió al primertriunfodelossitiadores,mientraséstossedisponíanaestrecharelasedioylossitiadosfortificabansusmediosdedefensa,elTemplarioyBracytuvieronunabreveconferenciaenelsalóndelcastillo.

—¿Dóndeestá"Frentedebuey"?—preguntoBracyquehabíadirigidolaacciónenlaparteopuestaalaqueelBaróndefendía—.Porahícorrenvocesdesumuerte.

—Vive—dijo el Templario—. Vive aún; pero aunque hubiera tenido lacabeza de buey que lleva en las armas, y diez planchas de hierro encima,difícil hubiera sido resistir al hacha de su enemigo. Dentro de pocas horas"Frentedebuey"estaráencompañíadesuspadres;yciertoqueesunagranpérdidaparalaempresadelpríncipeJuan.

—YungranrefuerzoparaelreinodeSatanás—dijoBracy—.¡Estossonlosfrutosdesusblasfemiascontralosángelesydesuschanzasyamenazasdeecharlasestatuasdelossantosporlasalmenasabajo!

—¡Anda, loco! —repuso el Templario—. ¡Tu impiedad y la del Baróncorrenparejas!

—¡Gracias,señortemplario!—dijoBracy—.Sóloteruegoquenoolvideselrefrán:quientienetejadodevidrio...Yasabeslodemás.Loquetedigoesque soy mejor cristiano que tú; pues si no miente la fama no eres de losmejores.

—Poco me importa lo que digan —respondió Brian—: lo que importaahora es defender el castillo y que no seamos el escarnio de esosmalsines.¿Cómohanpeleadolosqueteníasenfrente?

—Como leones—respondióelaventurero—.Agolpábansea losmurosaguisa de abejas furiosas, acaudillados por el villano que ganó el premio delblanco en el torneo de Ashby, a quien conocí fácilmente por el tahalí y elcuerno. Estas son las consecuencias de la decantada política de Fitzurse:envalentonaraesosperrosparaqueserebelencontrasusseñores.Sietevecesme apuntó el villano con tan poco reparo como si fuera un gamo de esasselvas.Cadaaberturademiarmadurarecibióunaflechadeunavaradelargo,que rebotaba en mis costillas como si hubieran sido de bronce. Gracias alcamisote de malla de España que llevo debajo del peto; que a no ser así,hubieradadocuentademipersona.

—Pero,alomenos—dijoelTemplario—,túhasconservadotupuesto,ynosotrosperdimoselnuestro.

—Malo es eso —dijo Bracy—; los villanos se guarecerán en la obraexterior,atacaránmásdecercaelcastillo,ysinotenemosmuchocuidadose

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aprovecharán de algún rincón de torre o de alguna ventana olvidada, y lostendremos encima en un santiamén. Somos poquísimos para una línea dedefensatanextendida:losnuestrosdicenquenopuedenasomarlacabezasinrecibiruntiro."Frentedebuey"semuereyseacabóelsocorroquenosdabansufuerzabrutalysugenioindomable.¿Quéhemosdehacerahora?¿Noseríabuenohacer de la necesidadvirtud, y entendernos con esosbellacospara elrescatedenuestroscautivos?

—¡Quévergüenza!—exclamóelTemplario—.¡Noshemosapoderadodenoche de unos caminantes indefensos, y no podemos conservarlos en unafortaleza porque nos ataca una gavilla de salteadores! ¿Qué se diría denosotros? ¡Quecedemosaunpuñadodebufones,porquerizosyotracanallainmunda que es la hez de la especie humana! ¿No te cubres de bochorno,Mauricio de Bracy? ¡Enterrémonos en las ruinas de este castillo antes deconsentirentantahumillación!

—Pues corramos a losmuros—dijoBracy—, que ni turco ni templariodespreciótantolavidacomoyoladesprecio.Creo,sinembargo,quenohaydeshonra que desear que se presenten en el campo cuarenta siquiera demisvalientes compañeros. ¿Oh lanceros de Bracy? ¿Si supierais los apuros devuestro capitán, cuán pronto ondearía mi bandera entre los árboles de esebosque,ycuánpocosedetendríaaesperarosesacuadrilladevagabundos?

—Desea cuanto quieras —dijo el Templario—, y saquemos el mejorpartidoposibledeloshombresquetenemosanuestradisposición.Casitodossonpartidariosde "Frentedebuey", aborrecidos enestos alrededorespor suinsolenciaytiranía.

—¡Tanto mejor! —dijo Bracy—. ¡Con eso se mantendrán firmes yderramaránhastalaúltimagotadesangre!

—¡A las murallas! —gritó el Templario—; y los dos caudillos sepresentaroninmediatamenteenlasalmenasparadisponertodocuantopodíandictarladestrezamilitaryelvalorendefensadelaplaza.

No tardaron en conocer que el punto más peligroso era el opuesto a labarbacana,dequesehabíanapoderadolossitiadores.Esciertoqueelfosoquemediabaentreellayelcastilloeraungranobstáculoquenopodíavencersecon facilidad, y de otromodo era imposible atacar la puerta principal; peroBracy y elTemplario fueron de parecer que los sitiadores podrían llamar laatencióndelaguarniciónhaciaaquellapartepormediodeunataqueviolentoy repentino, y al mismo tiempo aprovecharse de cualquier otro puntodescuidado. Para frustrar este plan sólo les quedaba el recurso de colocarcentinelasentodoelrecintodelaplaza,quepudierancomunicarentresíydarelgritodealarmaencasonecesario.TambiénsedispusoqueBracytomaraelmandodelapuertayqueelTemplariosecolocaríaaciertadistanciaconun

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cuerpo de veinte hombres, a fin de acudir en todo caso a los puntosamenazados.Lapérdidadelabarbacanateníatambiénelgraninconvenientedequeapesarde laconsiderablealturade lamuralla los sitiadosnopodíanobservar tan completamente como antes las operaciones ymovimientos delenemigoporquelamalezadelbosquellegabahastalaobraexterior,ydeestemodopodíanintroducirseenellanuevasfuerzas,nosóloacubierto,perosinnoticia de la guarnición. Inciertos por tanto del punto en que reventaría laborrasca,Bracyysucompañerodebíanestarprevenidosparahacerfrenteentodo el circuito de los muros; pero los escuderos y soldados empezaban adesmayar, viéndose cercados por todas partes por enemigos furiosos quepodíanescogerasusanchaselpuntoylahoradelataque.

XXIV

Entretantoeldueñodelcastilloyacíaencamaatormentadoporlosdoloresqueleocasionabansusheridasyporlaangustiaydespechoquemásymáslasirritaban.Ni siquiera tenía el recurso que aletarga el alma sin tranquilizarla,como el opio calma los dolores sin detener los progresos de la enfermedad,pero que, a lo menos, era preferible a las horrorosas agonías de ladesesperaciónydelarabia.Laavariciaeraelviciodominantede"Frentedebuey", y lejos de dar limosna a los establecimientos piadosos habíamuchasvecesarrostradolaindignacióndeloseclesiásticosyusurpandosushaciendasycaudales.MáserallegadoelmomentoenquelaTierraytodossustesorosibanadesvanecerseparasiempreasusojos.

—¿Dóndeestánahora—decíaelBarón—esoscuras?¿Dóndeestánesoscarmelitas,aquienesmipadrefundóunconventodándolespradosytierradelabor? ¡Estarán sin duda a la cabecera de algún villano moribundo! ¡Y yomorirécomounperro;yo,hijodelquelesdioelpanquecomen!¿Nodicenqueesbuenorezar?Alomenospararezarnosenecesitaelfavorajeno;peroyo...rezar...¡Nomeatrevo!

—¿No te atreves? ¿Cuándo has dicho otro tanto, "Frente de buey"?—exclamójuntoalacabeceradelbarónunavoztrémulayaguda.

Trastornado por su mala conciencia y por la agitación de sus nervios"Frentedebuey"creyóqueaquellainterrupcióndesusoliloquioprocedíadealguno de aquellos ángeles perversos que habían acudido para distraer susmeditaciones y estorbarle pensar en el gran negocio de su salvación.Estremecióse, y miró por todas partes, y recogiendo todas sus fuerzasexclamo:

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—¿Quiénestáahí?¿Quiénrepitemispalabras?¿Quiénerestúquegraznasenmisoídos?¡Pontedelantedemí,paraqueyopuedaverte!

—¡SoyelDemonioquetepersigue!—respondiólavoz.

—Déjateverenformacorpórea—dijo"Frentedebuey"—,yveráscomono te temo! ¡Por las cavernas del infierno, que si pudiera luchar con estosfantasmasquemeatormentancomoconunenemigodecarneyhueso,habíadeburlarmedetiydetodastuslegiones!

—Piensaentuspecados—siguiólavoz—:enlarebeldía,enlarapiña,enel asesinato. ¿Quién indujo al licencioso príncipe Juan a tomar las armascontraelancianoquelediolavida,contraelgenerosohermanoqueleprodigótantosbeneficios?

—¡Mientes, demonio, hechicero o quienquiera que seas! —respondió"Frente de buey". —¡Mientes como un villano! ¡No fui yo solo; fuimoscincuentacaballerosybarones,losmejoresquehanenristradolanza,laflordelaNoblezadeInglaterra!¿Hederesponderyodelospecadosajenos?¡Falsotusmorirenemigo,paz,sieresmortal,ysinoloeres,todavíanohallegadotuhora!

—¡No morirás en paz! —repitió la voz—. ¡No, que tu muerte seráemponzoñadaporelrecuerdodetushomicidios,porelecodelosalaridosquehan retumbado en estas bóvedas, por la sangre que ha inundado estospavimentos!

—¡No me impones silencio con tus cargos! —respondió el Barón conamargayviolentasonrisa—.¡Eljudíohaexperimentadolasuertequemerece!Yporloquehacealossajonesquehanmuertoamismanos,eranenemigosdemi patria, demi linaje y demi soberano.Ya ves que estoy bien parapetadocontratustiros.¿Tehasido,oporquécallas?

—¡No, infameparricida!—repusolavoz—.¡Acuérdatede tupadreydesu muerte; acuérdate de la sala del banquete, regada con su sangre, queacababadeverterlamanodesuhijo!

—¡Ah!—exclamóelbaróndespuésdehaberseparadoalgúnrato—. ¡YocreíaqueesesecretoestabadepositadosóloenmipechoyeneldeLaquefuemicómplice!AndaybuscaalabrujasajonaUrfrida,quepodrádecirteloquesóloellayyovimos.Ella fue laque lavó lasheridas,amortajóelcadáverypropagólanoticiadequeelviejohabíamuertodecólico;ellafuelaquemepuso en el resbaladero, y debe tener su parte en el castigo. ¡Anda y hazlesaborearlostormentosprecursoresdelInfierno!

—Ya los saboreó de antemano —dijo Urfrida poniéndose de prontoenfrentedelbarón.—Yaheapuradolacopa,ysólohapodidodulcificarmesu

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amargura la esperanza de ver lo que estoy viendo ahora. ¿De qué te sirveapretarlosdientesyecharmeesasmiradasfuribundas?¿Dequétesirvenesosgestosdeamenaza?¡Esamano,que,comoladelpadrequeadquirióelnombrequellevashubierapodidoenotrotiempopartirlacabezadeuntoroindómito,estáahoratanenervadaytandébilcomolamía!

—¡Vilsacodehuesos!—exclamóFrentedebuey—,¡Detestablelechuza!¿Ahoravienesadeleitarteenlasruinasdeledificioquehasechadoalsuelo?

—¡Reginaldo "Frente de buey" —repuso la vieja— ésta es la hija delasesinadoTorquildeWolfgauger;éstaeslahermanadesushijosdegollados;éstaeslaquetepidepadre,familia,nombre,fama:todoloquehaperdidoamanos de un "Frente de buey"! ¡Tales son losmales que he sufrido!... ¿Teatreverás a negarlo? Pues bien; si hasta ahora has sido el demonio de mipersecución,ahoralosoyyodelatuya;¡yteperseguiréyteatormentaréhastaelúltimomomentodeunainfameexistencia!

—¡Esoesloquenoverántusojos,furiaaborrecible!—respondió"Frentedebuey"—Hola,Gil,Clemente,Eustaquio,Esteban,Mauro;acudidyarrojada esamaldita de cabeza por una tronera del castillo! ¡Nos ha vendido a lossajones!¿Porquétardáis,pícaros?

—Llámalosmásrecio—dijoUrfridaconsonrisaburlona—.Llamaatodostusvasallosyamenázalesconelazoteyelcalabozo.Sabe,orgullosocaudillo—añadiómudandode tono—queni tedarán respuestani auxilio.Oye,oyeesosespantosossonidos—dijo,deteniéndoseparaqueelBarónescuchaseelrumor del combate, que estaba a la sazón en su mayor encarnizamiento—.Esos gritos son los precursores de la ruina de tu casa y de tu familia. Eledificio de la prosperidadde "Frente de buey", cimentado en crímenes y ensangre, va a desmoronarse ante sus más despreciados enemigos. El Sajón,Reginaldo, el Sajón asalta tus murallas, y tú yaces amilanado en tu cama,mientrasélsepreparaahollartustimbresytusoberbia.

—¡Quenotengayo—dijo"Frentedebuey"—unmomentodevigorparairarecibiraesosmenguadoscomosemerecen!

—No pienses en eso, noble y valiente guerrero —dijo Urfrida—. Tumuertenoseráladelsoldado:¡moriráscomolazorraenlaguaridacuandolospastoresponenfuegoalamalezaquelacircunda!

—¡Execrablefantasma,mientes!—repuso"Frentedebuey”

—¡Mis soldados pelean con brío;mis compañeros sostienen el honor desusarmas!YaoigodesdeaquílosgritosanimososdeBracyydelTemplario,yyotejuropormihonorquecuandoencendamoslahogueraconquehemosdecelebrarnuestro triunfo, sus llamashandeconsumir tushuesosy tupellejo.Hedevivirconlasatisfaccióndehaberteenviadodelfuegoterrenoalfuego

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infernal,quenuncahabráconsumidounsermásdiabólicoquetú.

—Viveenesaesperanza—dijoUrfrida—hastaquelarealices.¡Perono!Quieroquesepasdesdeahoralasuertequeteaguarda;yaunquepreparadaporestasdébilesytrémulasmanos,nosonparteaevitarlatufuerza,tupodernituvalor. ¿No ves ese vapor espeso que se alza por todo el aposento? ¿Lo hasatribuidoquizásalaturbación?No,"Frentedebuey",deotracausaprocede.¿Teacuerdasdelpajarqueestáenelpisobajodeestatorre?

—¡Mujer!—exclamó furioso el Barón—. ¿Le has pegado fuego? ¡Perosí...yaveo...yaveolasllamas!...

—Sí—dijo lavieja—yasuben,yaseacercanalsitioenqueestás.Esasllamas sirven de aviso a los sajones para que vengan a apagarlas. Adiós,Frente de buey. Asístante en tu agonía Mista, Skogula y Zernebock,divinidades de mi pueblo. En sus manos te dejo; pero sabe, si esto puedeservirtedeconsuelo,queUrfridavaaembarcarsecontigoyaserlacompañeradetucastigo,comolohasidodetuculpa.¡Adiós,parricida!Pluguiesealcieloquehubieracienlenguasencadapiedradeesteedificioyquenocesasenderepetirestedictado,durantelospocosinstantesquetequedandevida.

Dichas estas palabras salió del aposento, y "Frente de buey" oyó eltremendo ruido de los cerrojos y llaves que ella aseguraba con el mayoresmeroafindequitarlehastalamásremotaesperanza.

—¡Esteban,Mauro,Clemente,Gil!—exclamabaen losúltimosextremosdel terror y la desesperación—. ¡Venid, queme quemo! ¡Venid ami ayuda,valienteBois-Guilbert,intrépidoBracy!¡"Frentedebuey"osllama,traidoresvasallos!¡Vuestroamigo,perjurosyfalsoscaballeros!¡Caigansobrevosotrostodas lasmaldiciones del Infierno sime dejáis perecer tanmiserablemente!¿Nomeoís?No,nopuedenoírme.Nivozseconfundeenelestrépitode labatalla.Elhumoseagolpacadavezmás;lasllamascalientanyaelpiso.Vengaunsoplodeaire,aunqueseaacostademianiquilación.

Elperverso,enajenadoporelfrenesídesudespecho,repetíalosgritosdelos combatientes, y después prorrumpía enmaldiciones espantosas contra símismo,contraloshombres,contratodolomássagradoqueellosrespetan.

—¡Lasllamasmerodean!—gritaba—.¡Eldemoniomarchacontramíenmedio de su propio elemento! ¡Perverso espíritu, huye de aquí! ¡No, nomellevarássolo!¡Venganconmigomiscompañeros!¡Todossontuyos;tuyossontambién los muros de mi fortaleza! ¿Han de quedarse aquí el inmoraltemplario,ellicenciosoBracy?¡Urfrida,viejaendemoniada,loshombresquemehanayudadoenestaempresa,losperrossajonesylosmalditosjudíosmisprisioneros, todos, todos iremos juntos! ¡Cómo hemos de divertirnos en elcamino!

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"Frentedebuey",prorrumpióenruidosascarcajadas,cuyosecosresonaronenlasbóvedasdelaposento.

—¿Quién se ríe?—exclamó—. ¿Eres tú,Urfrida? ¡Habla, y te perdono!¡SólotúoSatanáspuedenreírseenocasióncomoésta!

Perocorramoselvelo;seríaunaimpiedadrepetirlasúltimaspalabrasdelblasfemoparricida.

XXV

Aunque Cedric no confiaba mucho en la ejecución de los planes; deUrfrida, no dejó de comunicar su promesa al caballero del Candado y aLocksley.Estossupieronconsatisfacciónqueteníanenlaplazaunaliadoquepodríafacilitarleslaentradaencasoconveniente,yacordaronconelSajónlanecesidaddeaventurarelataque,cualesquieraquefueransusinconvenientes,comoelúnicomedioquelesquedabadelibertaraloscautivosdelasmanosdelcruel"Frentedebuey".

—¡RescatemoslasangrerealdeAlfredo!—decíaCedric.

—¡Salvemoselhonordeunahermosadama!—decíaelcaballero.

—¡YporSanCristóbalbendito!—decíaelvalientemontero,—aunquenohubiera otro motivo que el libertar a ese pobre Wamba, todos debíamosperecerantesquedejarleenpoderdeesosimpíos.

—Yodigolomismo—añadióelfingidoermitaño—.Unlocoqueconsusocurrencias hace tan buen paladar a una copa de vino como una lonja dejamón, ¡no carecerá jamás de mi auxilio mientras yo pueda blandir unapartesana!

—Razón tenéis, hermano —dijo el caballero del Candado—. Habéishabladocomohombredejuicio.Yahoradecidme,amigoLocksley:¿NoseríabuenoqueelnobleCedrictomaraelmandodelasalto?

—¡Ni por pienso! —dijo Cedric—. Yo no he aprendido a defender niatacar esas mansiones del poder tiránico erigidas por los normandos en midesventuradapatria.Pelearécomoelquemás;pero todosmisvecinossabenquenoestoyacostumbradoaladisciplinadelaguerra,ymuchomenosadarestocadasalaspiedrasdeloscastillos.

—Enesecaso,nobleCedric—dijoLocksley—,tomaréconmuchogustoamicargoladireccióndelosflecheros;¡yquemecuelguendelárbolmásaltodeestasselvassiasomaunosolodelossitiadoseneltorneodeAshby!

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—¡Biendicho!—respondió el caballeroNegro—.Simecreéisdignodetener algún mando en esta empresa y hay algunos entre vuestros bravosmonteros que quieran seguir los pasos de un caballero, que así puedollamarme, pronto estoy con lo que la experiencia me ha enseñado aconducirlosalataquedeesosmuros.

Distribuidosdeestemodolosrespectivoscargosdelosjefes,empezaronelprimerasaltoenlostérminosdequeyaestáinformadoellector.

Cuando los sitiadores tomaron la barbacana, el caballeroNegro envió lanoticiadetanfelizsucesoalmonteroLocksley,previniéndolequeaquellaeralaocasióndeobservarmásdecercayconmásvigilanciaquenuncaelcastillo,a fin de evitar que los sitiados congregaran todas sus fuerzas, hiciesen unasalida repentina y volvieran a apoderarse del puesto de que habían sidoarrojados. El caballero tenía gran empeño en estorbar semejante designioporque sabía que los hombres que mandaba, alistados con precipitaciónimperfectamentearmadosypocoacostumbradosaobedecer,teníanquepelearcongrandesventajaconlossoldadosveteranosdelosnormandosqueestabanbien provistos de armas ofensivas y que para contrarrestar el celo y laintrepidezde los sitiadorescontabancon la superioridadquedan loshábitosmilitaresyeldiestromanejodelaespadaydelbroquel.

Elcaballeroempleólasuspensiónquesiguióalatomadelabarbacanaendirigir la construccióndeungran tabladoopuentevolante, por cuyomedioesperabapasarelfosoadespechodetodalaresistenciaquepodríanoponerlosenemigos. Esta operación exigía algún tiempo; mas esto no era graninconvenienteparalossitiadores,loscualesesperabanqueentretantoUrfridaejecutarasuproyecto.

Cuandoelpuenteestuvoconcluido:

—No podemos perder tiempo—dijo el caballero del Candado—: el soldeclina,yyonopodrépasaraquíeldíademañana.MilagroseráademásquenovenganlancerosdeYorkalsocorrodeesagenteyentalcasononosserátanfácilllevaracabolaempresa.VayaunodevosotrosaLocksley,ydígalequeahoraeslaocasióndedispararunadescargacerradadeflechasporelladoopuesto y hacer todas las demostraciones de asaltar por aquella parte; yvosotros,valientesingleses,manteneosfirmesamiladoydisponeosaecharelpuentesobreelfosoinmediatamentequeseabralapoterna.Seguidmecuandoyoempieceapasarelpuente,ymeayudaréisaecharabajolapuertaprincipaldel castillo. Los que no quieran emplearse en este servicio o no estén bienarmados para desempeñarlo, colóquense sobre la barbacana, preparen losarcos, y no dejen hombre con vida en las almenas. Noble Cedric, ¿queréistomarelmandodelosqueformenlareserva?

—¡No,porcierto!—dijoCedric—.Esodemandarnoestáenmislibros:

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¡pero maldígame toda mi posterioridad si no te sigo valientemente adondequieraquevayas!Lacausaesmíaymíodebeserelmayorpeligro.

—Considera—dijoelcaballero—,nobleCedric,quenotienesmásqueunyelmo,unaespadayunmalbroquel,yquecarecesdepetoyespaldar.

—¡Muchomejor!—respondióCedric—:¡Asíestarémásligeroparasubira lasmurallas!Y perdona que te hable con alguna vanidad;mas hoy verás,señor caballero, queel hechodesnudodeun sajón sabeoponerse a los tiroscontantaintrepidezcomolaarmaduradeacerodelmejorpaladínnormando.

—EmpecemosennombredeDios!—dijoelcaballero—¡Abridlapuertayechadelpuente!

Inmediatamenteseabrióelportalóndelabarbacanaquedabaalfosoyquecorrespondía con la puerta principal del castillo; Enseguida los monterosempujaronelpuente,queformabaentrelafortalezaylaobraexteriorunpasoresbaladizo y peligroso, por el cual sólo podían marchar dos hombres defrente.Conociendolaimportanciadetomarelpuntoporsorpresa,elcaballeroNegro,seguidoporCedric,pasóelpuenteyllegóalladoopuestoempezandoadar terriblesgolpazosconelhachaen lapuertadelcastillo.ProtegíanleenpartedelostirosdelossitiadoslasruinasdelpuenteantiguoqueelTemplariohabía cortado al retirarse de la barbacana dejando un enorme contrapesopendiente de la parte superior de la portada. Losmonteros que siguieron alcaballeronoteníanestedefensivo:dosmurieroninmediatamentealostirosdelaguarnición;otrosdoscayeronenelfoso;losotrosseretiraron.

EntoncesfuesumamentepeligrosalasituacióndelcaballeroydeCedric,ymáslohubierasidoanohabermostradolamayortenacidadlosmonterosdelabarbacanaenmolestarconincesantesdescargasalossitiados,distrayendodeestemodo su atención e impidiendo que cayera sobre los dos caballeros laborrascadevigasypiedrasquedesdearribapodíanarrojarles;noobstantelocualcrecíanporinstanteslospeligrosquelosrodeaban.

—¿No os caéismuertos de vergüenza?—dijo Bracy a los soldados queestaban sobre la puerta—: ¿Os llamáis ballesteros, y permitís que esos dosbellacos se burlen de nosotros? ¡Vengan acá manos, picas y palancas, ydescarguémoslesencimaesapartedelacornisa!

Dijo esto señalando a un grandísimo cantón que sobresalía del muro,sirviendodecornisaentreésteylastroneras.

PeroenaquelinstantelossitiadoresvierontremolarunabanderarojaenlatorrequeUrfridahabíadesignadoaCedric,ElbuenmonteroLocksleyfueelprimero que descubrió esta señal de próxima victoria cuando lleno deimpacienciaydeseosodeapresurarelasaltosedirigíaa labarbacanaconeldesigniodeobservardecercalosprogresosqueelcaballeroyCedrichacían.

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—¡San Jorge!—exclamó—. ¡Viva Inglaterra! ¡Al ataque,monteros! ¡Nodejemos al buen caballero y al noble Cedric solos en el lance más crítico!¡Ermitaño, veamos si eres tan diestro en la pelea como supones! ¡Arriba,valientes amigos; nuestro es el castillo, puesto que tenemos amigos dentro!¿Veis la bandera? ¡Esa es la señal del triunfo de la buena causa! ¡Honor ydespojos nos aguardan; gloria y botín! ¡Hagamos un esfuerzo, y la plaza esnuestra!

Aldecirestoapuntóelarcoydisparóunaflechaalpechodeunsoldadoquebajo ladireccióndeBracyestabadescarnandoconunabarraunode losángulos de la cornisa para precipitarla sobre Cedric y el Caballero delCandado.Otro soldadoocupó el lugar delmuerto tomándole la barra de lasmanosparacontinuarlaoperación,yyasusgolpeshabíanconseguidoquelacornisa comenzase a ceder cuando recibió una flecha en el yelmo y cayómuertode las almenas al foso.Losotrosque estabanen losmurosparecíanamedrentadosporqueveíanquenohabíaarmaduraquepudiera resistir a losgolpesdeaquelformidabletirador.

—¿Yaperdéisánimo,cobardes?—exclamóBracy—. ¡Dadme labarra,yveréis!

Y tomándola con intrepidez y firmeza empujó con cuanto vigor pudo elcantodelacornisa,cuyopesoerasuficientenosóloparaarrebatarlosrestosdelpuenteantiguobajoelcualestabanguarecidosCedricyelcaballerosinopara hundir el puente nuevo y sepultar con él a los que lo ocupaban. LosSajones vieron el peligro, y los más atrevidos, incluso el ermitaño, no seatrevieronaponerelpieenlastablas.TresvecesdisparóLocksleyaBracy,ytresflechasfueronrechazadasporsuexcelentearmadura.

—¡Maldiga Dios el acero de España! —dijo despechado el montero—.¡Hubiera forjadounherrero inglés, y así lo atravesaranmis flechas como sifueratafetán!¡Camaradas,amigos,nobleCedric,atrásosino,perecéis!

Los tremendos golpes que el caballero del Candado descargaba en lapoternahubieranahogadoelrumordeveinte trompetas;asíesquelosgritosde Locksley no llegaron a sus oídos ni a los de Cedric. El fiel Gurth seaventuróapasarelpuentepararetirarasuamodeaquelinminentísimoriesgooparamorirasulado.Peroyaresbalalapiedra,yelcelodeaquelexcelenteservidorhubierasidoinfructuosoyBracyhubierallevadoacabosupropósitosinohubieraoídoenaquelinstantelavozdelTemplario.

—¡Todosehaperdido,Bracy!—gritóBrian—.¡Elcastilloarde!

—¿Estásloco?—dijoBracy.

—¡Las llamas consumen toda el ala del lado Poniente! ¡Vanos han sidotodoslosesfuerzosquehehechoparaapagarlas!

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Brian de Bois-Guilbert dio esta noticia con la inalterable frialdad queformaba una de las bases principales de su carácter; más no la recibió delmismonodosucompañero.

—¡Santos del cielo! —dijo Bracy—. ¿Qué hemos de hacer ahora?¡OfrezcouncandelerodeoroaSanNicolásdeLimoges!...

—¡Buenosestamosparavotos!—repusoelTemplario—.Óyeme,ysiguemis consejos.Reúne tushombres como si fueras ahacer una salida, abre lapoterna,empujaalfosolosdossoloshombresqueestánenelpuentevolanteyhazte camino hasta la barbacana. Al mismo tiempo yo saldré por la puertaprincipal y atacaré la barbacana por el lado opuesto. Si volvemos aapoderarnosdelpunto,nosdefenderemosenélhastarecibirsocorro;sino,alomenoscapitularemosconhonor.

—¡Bienpensado!—dijoBracy—.Yoharécuantopueda;¡peroTemplario,nomefaltes!

—¡Manoyguante!—dijoBoisGuilbert—;dateprisa,ennombredeDios!

Bracy reunió sus hombres, corrió a la poterna, y la abrió de par en par;pero apenas lo había hecho, cuando la fuerte portentosa del caballero delCandado echó a tierra a cuanta' quisieron estorbarle la entrada. Dos de losprimeros cayerone inmediatamente; losotros cedieron, apesarde todos losesfuerzosquesujefehacíaparadetenerlos.

—¡Perros!—exclamóBracy—.¡Doshombresbastaronparaarrollaros!

—¡EselDemonio!—dijounveteranoretirándosecubiertodecontusionesycardenales.

—¡Yaunquelofuera!—respondióelnormando—.¿Huiríaisdeélhastalabocadelinfierno?¡Elcastilloestáardiendo,villano!¡Sinotenéisvalor,hagasusvecesladesesperación!¡Dejadmehabérmelasconesevalientecampeón!

Bracy sostuvo valientemente la fama que había adquirido en las guerrascivilesdeaquellaépoca...consuespada,ysuenemigoconsuhacha,hicieronretemblar el pasadizo abovedado que terminaba en la poterna, a fuerza dedesesperadosyrepetidosgolpes.Alfinelnormandorecibióunoque,aunqueamortiguadoalgúntantoporelescudo,sinelcualhubieradadofindesuvida,cayó tan de lleno y con tanta violencia sobre el crestón, que no fue dadoresistirloydioconsucuerpoentierra.

—¡Ríndete,Bracy!—dijoelvencedorapoyandounarodillasobreelpetodelvencidoypresentándoledelantede lasbarrasdelyelmoladagaconqueloscaballerosmatabanasusenemigosyquesellamabaenaquellostiemposladagademisericordia—.¡Ríndeteadiscreción,MauriciodeBracy,omueres!

—¡Nome rindo a un vencedor desconocido!—dijo con voz apagada el

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normando—Dicómo te llamas,ohazdemí loquequieras. ¡Nunca sediráqueMauriciodeBracysehaentregadoaunguerrerosinnombre!

El caballero del Candado se inclinó y dijo algunas palabras al oído deBracy.

—¡Soy tu prisionero, y me rindo a discreción! —dijo el normandocambiandosutonoaltaneroyobstinadoeneldelamásprofundasumisión.

—Pasaalabarbacana—dijoelguerrero—,yaguardaallímisórdenes.

—Deja que te informe antes —dijo Mauricio de Bracy —de lo que teimportasaber.WilfridodeIvanhoeestáheridoyprisioneroenestecastilloyperecerenlasllamassinoacudesasusocorro.

—¿Wilfrido de Ivanhoe?—exclamo el de las negras armas—. ¿Wilfridoexpuestoaperecer?¡Lavidadecuantosestánenelcastillomerespondesdelmenordañoquelesobrevenga!¡Enséñamedóndeestás!

—Esaescaleraquetienesenfrente—dijoBracy—conduceasuaposento.¡Quieresqueteguie?

—No—respondióelcaballero—;repítotequevayasa labarbacana. ¡Nomefiodeti,Mauricio!

Duranteestecombatey labreveconversaciónque le siguió,Cedric, a lacabeza de algunos de los suyos entre los cuales se distinguía el ermitaño,penetro por el pasadizo cuando vio abierta la poterna arrollando a losdesanimados partidarios de Bracy, de los cuales unos pedían cuartel, otrospresentaban debilidad e inútil resistencia, y los más huyeron despavoridos.Bracy se alzócomopudodel sueloyechouna tristemiradaalque lehabíavencido.

—¡Nosefíademí!—dijo—.¿Yacasohemerecidoyosuconfianza?

Recogió su espada, se quitó el yelmo en señal de sumisión, yencaminándosealabarbacanaentregolaespadaaLocksley,aquienencontróenelcamino.Entretantoaumentabaelincendio,yyapenetrabanlasllamasenelaposentoenqueestabanIvanhoeyRebeca.Ivanhoehabíadespertadodesusueñooyendoelestrépitodelabatalla;suenfermera,cadavezmásansiosaymás inquieta, había vuelto a ponerse en la ventana para observar lasocurrencias del ataque y dar cuenta de ellas al herido; pero el humoque sealzabaportodoelcircuitodelafortalezaleimpedíaverloquepasaba.Alfinlasráfagasqueseintroducíanenelaposentoylosgritosde¡agua,agua!quepor todas partes se oían, le dieron a conocer el nuevo peligro que laamenazaba.

—¡Arde el castillo! —exclamo la judía—. ¿Que hemos de hacer paraescapar?

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—¡Huye,Rebeca—dijoWilfrido—:huye,ysalvatuvida!

—¡Huir! ¡No! —respondió la generosa doncella— ¡Huiré contigo opereceréatulado!¡Diosmío!¿Ymipadre?¿Cuálserásusuerte?

—¡PorDiostepidoquehuyas!—repitióIvanhoe—.Salvatuvida,puestoquenohaypoderhumanoquepuedapreservarlamía.

En aquelmomento se abrió la puerta, y se presentó elTemplario, rota ysangrientalaarmadura,ydeshechoenparteyenpartequemadoelplumerodesumorrión.

—¡Al fin te encuentro! —dijo a Rebeca—. ¡Vengo a probarte que miespadaescapazdesacartedelosmásinminentespeligros!Nohaymásqueuncaminopara salvarte: yo le he abierto a través demil riesgos. ¡Sígueme sindetenerte!

—No te seguiré sola—respondió denodadamenteRebeca—.Si te dio lavida unamujer, y no una fiera de estosmontes; si hay lamenor sombra decaridaden tu corazón, si tu almano tiene lamismadurezaque tu armadurasalvaamipadre,salvaaestecaballeroherido.

—Elcaballeroherido—respondióBriancon su frialdadacostumbrada—tomaráeltiempocomovenga;ydebeserleindiferentemorirenlasllamasoalosfilosdelacero.Yencuantoatupadre,¿quiéndiabloshadedaraestahoraconeljudío?

—¡Fieraimplacable!—exclamóladoncella—.¡Antesmorirmilvecesenelincendioquerecibirlavidadetusmanos!

—Esonodependedeti—dijoBrian—.Unaveztehasburladodemí;perodos,nadielohahecho.

Yaldecirestaspalabrasseapoderódelaaterradajudíayadespechodesuresistencia,desusgritosydesuslágrimaslaarrebatódelaposento.

—¡Vil templario!—ledecíaIvanhoe—.¡BaldónydenuestodetuOrden,dejalibreaesainfeliz!¡TraidorBrian,Ivanhoetelomanda,yélsabrábebertusangre!

—¡Sinogritas,nodoycontigo!—dijoelcaballeroNegro,quealasazónentrabaenlapiezaenquepasabaestaterribleescena.

—¡Si eres caballero—ledijo Ivanhoe—,nopiensesenmí! ¡Siguea esemalvado,salvaaCedricyaladyRowena!

—¡Asutiempo!—respondióeldelCandado—.Perotúeresantes.

Cargó entonces con Ivanhoe tan fácilmente como el Templario conRebeca, bajó precipitadamente la escalera, llegó a la poterna, y habiendo

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dejadoasuamigoenmanosdedosmonterosvolvióalcastilloparasalvaralosotrosprisioneros.

Unadelastorresdelafortalezaestabayacasicompletamenteincendiada,y las llamas salíana torrentespor todas lasventanasy troneras.Peroen losotros puntos la gran solidez de losmuros de piedra y de las bóvedas pudoresistirasusprogresos,yallíeradondedominabaelincendiodelaspasionesmás terrible quizás y más devorador que el que había suscitado la cruelvenganzadeUrfrida.

Lossitiadorespersiguieronasusenemigosdesalónensalónydeaposentoen aposento, saciando la rabia que por espacio de tanto tiempo los habíaanimadocontraelsangriento"Frentedebuey"ycontralosinstrumentosdesutiranía.Lamayorpartedelossitiadosresistieronhastamorir;pocospidieroncuartel:ningunoloobtuvo.Resonabanpordoquieralosayesdelosheridosyelestrépitodelapelea.Elsueloestabacubiertodelasangredelasvíctimas.

Cedric atravesó esta horrorosa escena en busca de su pupila. Seguíale elfiel porquerizo, olvidando su propia seguridad y parando los golpes queasestabanasudueño.ElnobleyvalerosoSajóntuvolabuenadichadellegaralaposentodesupupilajustamentecuandoyahabíaperdidotodaesperanza,con un crucifijo en las manos estaba resignadamente aguardando el últimoinstantedesuvida.LaentregóaGurthparaquelacondujesealabarbacana,camino que estaba libre de enemigos y distante de los puntos incendiados.EnseguidacorrióabuscarasuamigoAthelstane,determinadoasalvaratodacosta a aquel vástago de la sangre real de Sajonia. Mas antes que Cedricllegaseal salónenque lehabíadejado,yque tambiénaélhabía servidodeprisión,el ingeniofecundodeWambahabíaencontradomediosdeescaparseconsuilustrecompañero.

Cuandoelruidoexteriordabaaentenderquelapeleaestabaensumayorencarnecimiento,elbufónempezóagritarcontodalafuerzadesuspulmones.

—¡SanJorgeyeldragón!¡VivaInglaterra!¡Nuestroeselcastillo!

Almismotiempohacíacuantoestrépitopodíaconalgunaspiezasdeviejasarmadurasqueestabanesparcidasporelsuelo.

El centinela que estaba en la pieza inmediata, y a quien habíansobresaltado extraordinariamente los gritos que por todas partes sonaban,creyóaloír losdeWambaque los sitiadores sehabíanapoderadodel salón.Corrió a dar esta noticia al Templario, y los dos prisioneros no hallaron lamenordificultadensalirdeallínienpasaralpatiodelcastillo,queeraa lasazónlaúltimaescenadelalucha.

AllíestabaacaballoelferozBriandeBois-Guilbett,rodeadopormuchosde los sitiados, que se le habían unido con la esperanza de retirarse

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defendiéndose o de esquivar el peligro teniendo a la cabeza un caudillo tanfamoso. Por sus órdenes se había echado el puente levadizo;más le habíascerrado el paso los monteros, los cuales, después de haber disparadoinnumerables descargas a la fortificación, apenas vieron el incendio y elpuente echado se agolparon a su entrada, tanto para estorbar la salida de laguarnición, como para asegurar una parte del botín antes que las llamashubierasconsumidoenteramenteeledificio.Porotraparte,lossitiadoresquehabíanentradopor lapoternadesembocabasentoncesenelpatioyatacabanconfurorlosrestosdelaguarnicióncomprometidosauntiempoporelfrenteyporlaretaguardia.

Animadossinembargoporladesesperaciónysostenidosporelejemplodesuindómitojefe,losquerodeabanalTemplariopeleabanconinflexiblevalor.Estabanbienarmados,yaunqueinferioresennúmeromásdeunavezlograronrechazar a sus enemigos. Rebeca a caballo en el de uno de los esclavossarracenos de Brian se hallaba en medio de la pelea; y éste, a pesar de laconfusión del encuentro, atendía incesantemente a su seguridad. Púsosemuchasvecesa su lado,ydescuidandosupropiadefensacubríaa lahebreaconsubroqueltriangular;despuésvolvíaalataque,abatíaalmásarrojadodelosenemigosysecolocabadenuevojuntoalaquesehabíaapoderadodesucorazón.

Athelstane, que como ya sabe el lector era lento e irresoluto, pero nocobarde, viendounamujer protegida con tanto esmeropor elTemplario, nodudóqueseríaladyRowena,ysuponiendoquesehabíaapoderadoporfuerzadeellayqueprocuraballevárselaconsigoatodacostaresolviósalvarla.

—¡PorSanEduardo—dijo—,quelaarrancarédesusmanos,yélmoriráalasmías!

—¡Pensadlobienantes—ledijoelbufón—,quemuchasveceselcazadorapresurado mata gato por liebre! Cualquier cosa apuesto a que no es ladyRowena.¿Noveisaquellastrenzasnegras?Sinosabéisdistinguirlonegrodeloblanco,bienpodéisirsoloaesaempresaquenoseréyoquienossiga.¡Nose rompenmis huesos a humo de pajas ni sin saber por quién!Y estáis sinarmadura.Vedquegorradesedanoaguantatajonirevés;ynosedigaporvosaquellode tú loquisiste frailemostén. ¡Deusvobiscum, temerariocaballero!—añadió, viendo queAthelstane se le escapaba de lasmanos, con que listaentonceslehabíatenidoasido.

Tomar un hacha que algunode los guerrerosmuertos en la acción habíadejadoporelsuelo,yabrirsecaminohaciaelTemplario,echandoatierradecada golpe a uno de los que le rodeaban, fue obra de unmomento para elnoblesajóncuya fuerzanaturalcobrabamayorempujeconel furorquea lasazón le animaba.Muy enbreve se colocó a pocos pasos deBrian, a quien

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desafióenlostérminosmásviolentos.

—¡Deja,falsotemplario,aesadama,quenoeresdignodetocar!¡Déjala,capitándeunacuadrilladeladronesyasesinos!

—¡Perro!—exclamóelTemplarioapretandolosdientes—.¡YoteenseñaréablasfemardemiOrden!

Y con estas palabras dirigió y apretó el caballo hacia el sajón; yempinándosesobrelosestribosparaaprovecharsedelabajadadelcaballo,quehabía dado una corveta, descargó un terrible golpe sobre la cabeza deAthelstane.

BiendecíaWambaque el gorrode sedanopreservade tajoni de revés.Tanagudoeraeltilodelaespadadeltemplario,quepartióconosifueraunavaradesauceelmangodelhachaconqueel sajónhabía tratadodepararelgolpe,ypenetrándoleenlacabezaleabatióalsuelocubiertodesangre.

—¡Asíperezcan—dijoelTemplario—todoslosenemigosdemiOrden!

Yaprovechándosedelterrorquehabíaproducidolamuertedelsajón,gritóa los suyos que le siguiera el que quisiera escapar con vida; y partió a lacarrera hacia el puente levadizo, dispersando a los enemigos que le hacíanfrente.Detráspasaronsusesclavossarracenosyalgunospocosdelossoldadosdelaguarniciónacaballo.

Su retirada fue algo peligrosa, por el gran número de flechas que losmonteroslesdispararon;mas,apesardetodo,llegaronalpiedelabarbacana,de que Brian suponía que Bracy había tomado posesión, según el planconcertadoentreellosanteriormente.

—¡Bracy,MauriciodeBracy!—gritóelTemplario—¿Estásahí?

—¡Aquíestoy—respondióelnormando—;perosoyprisionero!

—¿Puedolibertarte?—lepreguntóelTemplario.

—¡No—repuso Bracy—; me he rendido a discreción, y seré fiel a mipalabra!¡Escapacomopuedas,quehaymorosenlacosta!Ponlamardepormedio,ynopuedodecirtemásporahora.

—Estábien—dijoBrian—;ysinovolvemosavernos,acuérdatedequehe cumplidomi palabra. ¡Hayamoros en la costa y venga si quiere toda lamorería,quea fequenomealcanzaránenelcastillodelTemple! ¡Allávoyvolandocomoelpájaroalnido!

Dicho esto echó a correr con sus esclavos, Rebeca y los pocos de laguarniciónqueselehabíanagregado.

Losquehabíanquedadoen la fortalezapor faltadecaballoscontinuaron

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resistiendo desesperadamente a los sitiadores después de la fuga delTemplario,vendiendocaralavida,puessabíanquenolesseríaperdonada.Elfuego cundía rápidamente por todas las partes del castillo, yUrfrida, que lohabíaencendido,aparecióenloaltodeunadelastorres,semejanteaunadelasfuriasinfernales.

Yaelincendiohabíavencidotodoslosobstáculos,yalzabahastaloscielosunamasa inmensa de esplendor que iluminabamuchasmillas a la redonda.Lastorressedesplomabanunaauna,ysusruinasyelmaderajeencendidoquecaíaalpatioarrojarondeéla losguerrerosqueaún loocupaban.Lospocosvencidos que habían escapado de la destrucción universal huyeron a losbosques inmediatos. Los vencedores reunidos en numerosas cuadrillasmiraban con asombro y no sin algún temor aquel espantoso fuego.DurantegranratosevieronlasfrenéticascontorsionesdeUrfrida,quesemanteníaenlamisma torre enque al principio se había colocado, alzando los brazos enseñaldejúbilo,conosiseenseñoreasesobrelasllamasquesuvenganzahabíaproducido.Alfinhundióselatorreconfragorosoestrépito,ylainsanaperecióen el mismo fuego que había consumido a su opresor. Siguióse a estacatástrofe un silencio de horror durante el cual losmonteros permanecieroninmóviles.LavozdeLocksleyfuelaprimeraqueseoyó.

—¡Amigos—exclamó—,yanoexistelacavernadelatiranía!¡Apodéresecadacualdelosdespojosquepueda,yvayantodosalaencinagrandequeeselpuntogeneraldereunión!¡Mañanaalrompereldíaseharáeljustorepartoentrenosotrosy losvalientesaliadosquenoshanayudadoen tanhonoríficaempresa!

Losprimerosalboresdeldíapenetrabanyaentrelasvacilantessombrasdela espesura, brillaban en las frondosas ramas las perlas del rocíomatinal, lacierva conducía al cervatillo de la enmarañadamaleza al herboso y floridoprado,yelvenado,sintemoralahechadelcazador,sepaseabaorgullosoalacabezadelaalegremanada.

Losmonterosestabanyareunidosdebajodelagranencinadondehabíanpasadolanoche;losunosentregadosalsueño,losotrosentornodelabotadevino; aquéllos refiriendo los sucesos y proezas del día anterior, y éstoscalculando la parte que les tocaría del botín que estaba ya en manos y adisposicióndelcapitán.

Losdespojoshabíansidociertamentecuantiosos,porque,aunquemuchosehabíaperdidoenlasllamas,losmonterosaquienesnodeteníaningúnpeligrocuando teníana lavista laesperanzadealgúngalardónhabían recogidounagrancantidaddeplatalabrada,dericaspiezasdearmaduraydetelascostosasy exquisitas. Sin embargo, tan estrechas eran las leyes y prácticas de susociedadqueningunoosóapropiarselapartemáspequeñadelbotíndelcual

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sehabíahechounamasageneralparaserdistribuidaporelcaudillo.

XXVI

El punto de reunión, comoya hemos dicho, era una añosa encina; no lamisma a que Locksley había conducido a Wamba y a Gurth en su primerencuentro,sinootraqueestabaenelcentrodeunfrondosoanfiteatroamediamilla de distancia de la demolida fortaleza de Frente de buey. Allí tomóasiento Locksley en un trono de césped erigido bajo las ramas del árbol.Rodeábanlesuscompañeros,yélcolocóalcaballerodelCandadoasumanoderecha,yaCedricasuizquierda.

—Perdonadestalibertad,noblesseñores—dijoelmontero—;masdebéisde saber que yo soy monarca en estos dominios, y mis ásperos y agrestesvasallosdejaríanmuyprontodeobedecermesimeviesencederaotrohombreelpuestoaqueellosmehanelevado.Ahorabien,señores;¿dóndeestánuestrocapellán? ¿Dónde está el anacoreta? ¿Nadie ha visto al ermitaño deCopmanhurst?¡NoquieraDios,quesehayadormidojuntoalabotadevino!¿Quiénleha1vistodespuésdelatomadelcastillo?

—Yo le vi—dijo elmolinero— a la puerta de la bodega de "Frente debuey"jurandoquehabíadeprobardelvinodeBorgoñadelBarón.

—¡Lossantosdelcielo—dijoLocksley—lehayanlibertadodelahoraenquesedesplomaronlasruinasdelafortaleza!Vamos,molinero,tomacontigoalgunos hombres y búscale por todas partes. Saca agua del foso y viértelahaciaelsitioenqueleviste.Siespreciso,hemosdelevantartodaslaspiedrasdelcastillohastadarconél.

Ladocilidadconqueseprestaronelmolineroylosqueleacompañabanaejecutar las órdenes del capitán en elmomento interesante de repartirse losdespojosmanifestaba cuánto se interesaban todos los de la cuadrilla por sudignocompañero.

—No perdamos el tiempo —continúa Locksley—, porque cuando sepropaguelafamadeesossucesos,laspartidasdeBracy,deMalvoisinydelosotros amigos de "Frente de buey" acudirán a vengar este agravio y ya serátiempodepensarennuestraseguridad.NobleCedric—añadióvolviéndosealSajón—, este despojo está dividido en dos porciones: elige la que más teacomode para recompensar a tus vasallos que nos han ayudado en estaempresa.

—Buenmontero—respondióCedric—micorazónestáoprimidodedolor.El ilustreAthelstanedeConingsburghnoexisteyeraelúltimo retoñode la

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real familia deEduardo.Con él han perecido esperanzas que no volverán aflorecer.La centella que ha apagado su sangre no volverá a encenderse.Migente,exceptolospocosqueestánaquíconmigo,aguardanmipresenciaparatransportar sus restosmortales al últimodomicilio.LadyRowenadesea conimpaciencia volver a Rotherwood, y tiene que ser escoltada con fuerzasuficiente.Ya hubiera yo debido ponerme en camino; sólo aguardaba, no ladistribucióndelbotín,porqueasíDiosmeayudeniyoniningunodelosmíostocaráelvalordeunbesante;aguardabalaocasióndedarlelasmássincerasgraciasatiyaesosvalientesmonterosporlavidayelhonorquemehabéissalvado.

—Nosotros no hemos hecho nada más que la mitad de la obra —dijoLocksley—;vuestrosvecinosycriadosdebentenertambiénsurecompensa.

—Gracias a Dios —dijo Cedric—, tengo con qué recompensarles sinprivarosdevuestrogalardón.

—Y algunos—dijoWamba— se han recompensado por sus manos; notodossevuelvenasuscasasconlosbolsillosvacíos;notodosllevangorraconcascabeles.

—Han hecho bien—repuso elmontero—.El rigor de nuestras leyes nohablamásqueconnosotros.

—Pero a ti, fiel servidor—dijo Cedric volviéndose aWamba—, ¿cómopodrépagartedebidamente?¡Ati,quehaspresentadolasmanosalascadenasy tehasexpuestoa lamuertepor salvarme! ¡Todosmeabandonabany tú tesacrificabaspormí!

AldecirestaspalabrasasomaronlaslágrimasalosojosdeCedric,señaldeternuraqueniaunlamuertedesuamigoAthelstanelehabíaarrancado.

Pero en la impremeditada lealtad del bufón había cierta cándidasensibilidadquelellegóalcorazónmuchomásqueeldolorylapesadumbre.

—Sicontuslágrimasexcitaslasmías—dijoWambaesquivándosedelascaricias de su amo—,meverás hacer pucheros, y entonces se acabaronmisbufonadas y tendré dejar el oficio. Pero tío, si quieres realmente hacerme,favor, concede un perdón generoso a mi camarada Gurth te ha robado unasemanadeservicioparaconsagrarsealdehijo.

—¡Perdonarle!—exclamóelSajón—.Noporcierto¡Recompensarlecomolomerece!ArrodíllateGurth.—porquerizoobedecióinmediatamente—.Yanoeressiervovasallo—dijoCedrictocándoleconunavara—.Hombrelibreeresenpobladoydespoblado;enlapraderayenelbosque,dueñodeunahaciendaque te doy y concedo en mis estados de Walbrugham, para ti y para tudescendenciadegeneraciónengeneración, ¡ymaldigaDiosalqueaesto se

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oponga!

Gurthsealzódelsueloydiotressaltosenseñaldealegríaporelbeneficioqueacababaderecibir.

—¡Venga una lima! —exclamó—. No más argolla en d cuello de unhombre libre.NobleCedric,doble fuerzamedí la libertadycondoblevalorpelearé en defensa tuya y de la tuyos. Este corazón nació para la libertad;ahora se halla en su elemento. Fangs, ¿me conoces?—dijo al fiel can, queviendotanalegreasuamosepusoasaltaryladrarcomoencelebridaddesubuenadicha.

—Fangsyyo—dijoWamba— te conocemos todavía aunqueunoyotrollevamos argolla al pescuezo.Dentro de poco ni tú conocerás a nadie ni teconocerásatimismo.

—Antesmeolvidarédemímismoquede ti,—dijoGurth—.Ysi fuerascapazdehacerusodetulibertad,estoysegurodequenuestrobuenamotelaconcedería.

—No—dijoWamba—,nocreasquetelaenvidio.Elsiervosecalientaalhogar, mientras el libre da y recibe porrazos en el campo; y, como dice elsastre de mi lugar, mejor está el necio en el banquete que el cuerdo en labatalla.

Oyéronsealasazónpasosdecaballos,yaparecióladyRowenaenmediode un gran acompañamiento de jinetes y de otra más numerosa escolta deinfantes,queanunciaronsullegadaconelchoquedelaspicasydelosarcos.Ibamagníficamentevestida,ymontabaunpalafrénalazán,sobreelcuallucíasumajestuosapersona,notándose tansóloensusmejillas lapalidezquesusúltimospadecimientoslehabíanproducido.

Leíase en su frente, con los restos de su pasada agitación, la vivificanteesperanza del porvenir y la satisfacción de verse libre de tantos infortunios.Sabíaque IvanhoeestabaseguroyqueAthelstanehabíamuerto.Laprimeranoticia había llenado corazón de alegría; y si no le causaba una vivasatisfacción la segunda, a lo menos debe perdonársele que celebrara verseexentadeimportunidadesydisgustosenelúnicopuntosobreelcualsusideasnoconveníanconlasdesututorCedric.

CuandoRowena dirigió su caballo hacia el sitio en que estabaLocksleyconsuscompañeros,todosselevantaronimpulsadosporuninstintoderespetoy cortesía. La noble doncella los saludó inclinándose repetidas veces, susdoradastrenzassemezclaronconlaondeantecrinadesucaballo.Lagratitudyeljúbiloenrojecieronsusmejillas.Expresóenpocasycomedidaspalabrassuagradecimientoatodoslosquehabíancontribuidoasurescate.

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—¡Dios os bendiga! —díjoles al concluir—. ¡Dios y la Virgen osbendigan, os galardonen de los riesgos que habéis tenido por acudir a ladefensa de los agraviados! Si alguno de nosotros tiene hambre, Rowena ledará pan; si tiene sed,Rowena le dará vino y cerveza; si los normandos osarrojan de estos bosques, Rowena tiene cotos en que todos podréis cazar avuestrasanchas.

—¡Gracias, noble dama —dijo Locksley—; gracias en nombre de miscompañeros y en el mío! La mayor de nuestras recompensas es habercontribuidoavuestraseguridad.Muchosdesaguisadoshemoshechoenestasmalezas;masnodudamosquenosseanperdonadasenpremiodelservicioconqueoshemosprobadonuestroafecto.

Rowena les hizo otra cortesía y volvió riendas con ánimode ponerse encamino hacia Rotherwood; pero detúvose un momento mientras Cedric sedespedía de los monteros, y se halló inesperadamente cerca del prisioneroBracy.Estaba debajo de un árbol entregado a tristesmeditaciones, cruzadoslosbrazos,y tandistraído,queellapasóasu ladocreyendoqueno lahabíavisto.Maselnormandoalzólosojosynopudomenosdecubrirsederuboralverlatancerca.Quedóturbadoysinsaberquéhacer;alfinseadelantó,detuvoalcaballoporlariendaehincóunarodillaentierra.

—¿NosedignaladyRowena—dijo—echarunamiradaauncaballerosinlibertadyaunsoldadosinhonor?

—Señor caballero —respondió la doncella sajona—, empresas como lavuestradeshonranmássisellevanacaboquesisefrustran.

—Sin embargo—respondió Bracy—, la victoria echa un velo sobre lasfaltasquelehanprecedido.SólodeseosabersiladyRowenaquiereperdonarunatentadohijodeunapasiónfatal,yasegurarlequeprontosabrásiBracyescapazdeemplearseenempresasmásnobles.

—Osperdono—dijoladyRowena—;masloquenoperdonoeslamiseriayladesolaciónquevuestrodesacuerdohaocasionado.

—¡Dejaesasriendas!—dijoCedric,quealasazónseaproximaba.—¡Porelsolquenosalumbrasinofueramenguahabíadeclavartealsueloconunajabalina;perodíallegará,MauriciodeBracy,enquelaspaguestodasjuntas!

—Bien puede amenazar a sus anchas—respondió el normando— quienamenazaauncautivo.¡Proezadignadeunsajón!

RetirósealdecirestoydejópasaraRowena.

Antes de separarse de sus aliados, Cedric manifestó su especialagradecimiento al caballero del Candado y le hizo las más vivas instanciasparaqueleacompañaseaRotherwood.

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—Biensé—ledijo—quevosotrosloscaballerosandantesnoqueréismásfortunaquelaqueosadquierelapuntadelalanzayquenooscuráisdebienesnidehaciendas.PeroLaguerraesunadamacaprichosa,ybuenoestenerunrincón dondemeterse en caso de que haya descalabro en las aventuras. EnRotherwood tienes uno a tu disposición, noble guerrero. Cedric posee lobastante para reparar las injusticias de la suerte, y todo lo suyo es de suslibertadores:Ven,pues,amipiorada,noconohuésped,sinocomohijo,comohermano.

—Harto bien me habéis hecho —respondió el de las negras armas—mostrándomelasvirtudesqueabrigaelpechodeunsajón.IréaRotherwood,y pronto;mas por ahorame lo impiden negocios graves y urgentes.Quizáscuandonosveamosentumoradatepediréunagraciaquepondráapruebatugenerosidad.

—Antes que la pidas cuenta con todo lo que de mí puedas desear —respondióelSajónapretandoensusmanosladelcaballero—.Cuentaconello,aunqueimportelamitadde,mihacienda.

—No empeñes tan ligeramente tu palabra —dijo el paladín—, aunqueespero conseguir mi demanda sin comprometer tus bienes ni honor. ¡Adióshastaentonces!

—Sólomequedaquedecirte—añadióCedric—quedurantelasexequiasdel noble Athelstane fijaré mi residencia en el castillo de Coningsburgh.Aquellas puertas estarán abiertas a todo el que quiera participar del fúnebrebanqueteynosecerraránparaquientananimosamenteseesforzó,aunqueenvano,porsalvaralilustrejovendelascadenasydelhierrodelosnormandos.DígoloennombredelanobleEdita,madredeldifuntoPríncipe.

—Ycuenta—dijoWambaque ya había tomado el puesto acostumbradojunto a su señor—cuenta que el convite será suntuoso, y es lástimaquenoasistaaélAthelstane.

Esta chanza hubiera costado cara al bufón si Cedric no hubiera tenidopresentelosúltimosserviciosquelehabíahecho.

RowenasaludócortésmentealdelCandado,Cedriclerepitiósusofertas,ytodalacomitivatomóapasoaceleradoelcaminodeRotherwood.

Apenassehabíanseparadodelsitioenquequedabansusamigos,cuandovieronunaprocesiónquemarchabaenlamismadirecciónqueellosporentrelasverdescallesdelaselva.Eranlosmonjesdeunmonasterioinmediato,queacompañabanelcadáverdeAthelstaneentonandolossalmosyoracionesquelaIglesiadedicaalsufragiodelasalmas.Llevabanelataúdlosservidoresdelailustrefamilia,yseencaminabanalcastillodeConingsburghparadepositarlosrestosmortalesdelBarónenlamismabóvedaenquereposabanlosdesu

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progenitorEngisto.Alsaberlanoticiadesumuertecauchosdesusvasallossehabíanunidoaltristeacompañamientoyseguíanalataúddandomuestrasdeldolor que aquella pérdida les ocasionaba. Losmonteros se pusieron en pie,tributandoalamuerteelmismohomenajeespontáneoyrespetuosoqueanteshabían tributado a la hermosura. El canto pausado y melancólico de losreligiosos les trajo a lamemoria los compañeros que habían perdido en loscombates del día anterior; pero semejantes recuerdos no duran mucho enhombresacostumbradosaunavidadeaventurasypeligrosyqueelecodeloshimnos fúnebres se hubieran perdido en los circuitos de la espesura, losmonterosestabandenuevoocupadosenladistribucióndesubotín.

—Valienteynoblecaballero—dijoLocksleyaldelCandado—,esforzadoadalid, sin cuyo buen corazón y generosa intrepidez no hubiéramosconseguido, el triunfo de que gozamos; ¿Os dignáis escoger entre estosdespojosloquemáspuedaconveniros,siquieraparaqueossirvaderecuerdodeloshumildesmonterosquehantenidolahonradepelearavuestrolado?

—Acepto la oferta—dijo el caballero— con lamisma franqueza que ladictas:permitidmedisponerdesirMauriciodeBracy.

—Tuyoes—respondióLocksley—;ybienpuededarte lasgraciasqueano ser por tu mediación, él y todos los compañeros libres que cayeron ennuestrasmanospenderíandeesasencinascomobellotas.Peroestuprisionero,yestáseguroyloestaríaaunquehubieradadomuerteamipadre.

—MauriciodeBracy—dijoelcaballero—,ereslibreypuedesirtecuandoquieras.Elquetienetusuerteensusmanosesdemasiadoaltivoparavengarsedelopasado,perocuentaconloporvenirsiquieresevitaruncastigoalgomássevero.Mauricio, ten presente esta lección.Bracy se inclinó profundamentesindespegar los labiosyse retiródelgrupoque formaban losmonteros, loscuales prorrumpieron en un grito general de burla y de execración. Elorgulloso normando se volvió a ellos, y con su acostumbrada actitud desoberbiayaltanería:

—¡Callad—lesdijo—,cobardespodencosque ladráisal ciervoheridoyos morís de miedo cuando le veis correr por el bosque! ¡Bracy despreciavuestros aullidos, copio hubiera tenido a menosmerecer vuestros aplausos!¡Volvedalascavernas,ladronesdesalmados,ynodespleguéisloslabiossisepronuncia el nombre de un caballero a una legua a la redonda de vuestrasguaridas!

Este importuno desafío hubiera granjeado al normando una descargacerrada de flechas, a no haberlo estorbado el capitán de la cuadrilla. Elcaballerotomóporlabridaaunodeloscaballosquesehabíancogidoenlascuadrasde"Frentedebuey",montóenélapresuradamente,yechóacorrerporlaprimeraveredaqueencontró.

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Cuando se apaciguó el rumor que aquel incidente había ocasionado,LocksleysedespojódelricotahalíydelcuernoquehabíaganadoeneltiroalblancodeltorneodeAshby.

—Noble caballero—dijo al delCandado—, si nomiras con desdén unaprendademiuso,ruégotequeconserveséstapararecuerdodelvalorquehasmanifestado en tan memorable aventura; y si consientes en ello y, comosucedeordinariamentealosdetuprofesión,tehallasenalgúnlanceapuradoen estos alrededores, toca estas palabras con el cuerno. Así: Wa-sa-hoa, yquizásnofaltaráquienacudaatusocorro.

Entonces aplicó el cuerno a los labios y repitió muchas veces el toque,hastaqueelcaballerolohuboaprendido.

—Con todomi corazón te agradezco tu regalo—dijo el caballero—.Nopodrérecibirauxiliomáseficaznimásdemigustoqueelquemedeistúytusarrojadosmonteros.

Enseguida tocó el cuerno del mismo modo que se lo había enseñadoLocksley.

—Perfectamente—dijoéste—.Bienseechadeverquetantoentiendesdemonteríaconodeguerra.Apuestoaquehassidobuencazadorentutiempo.Camaradas, acordaosde este toqueque esdesde ahora en adelantepropioypeculiardelcaballerodelCandado.Elquelooigaynoacudainmediatamenteseráazotadopormismanosconlacuerdademiarco.

—¡Vivanuestrocapitán!—gritaronconentusiasmotodoslosmonteros—.¡VivaelcaballeroNegrodelcandado,yquieraDiosquesesirvadenosotroscuantoantesparaqueveasiacudimosensuayuda!

LocksleyprocedióEnseguidaaladistribucióndelbotín,loqueejecutóconla más escrupulosa imparcialidad. Puso a un lado la décima parte para eltesoropúblico;otraporciónfuedestinadaaunfondocomúndereserva;otrapara las viudas e hijos de los que habían perecido en la acción y para elentierroysufragiosdelosquenohabíandejadofamilia.Lodemásserepartióentrelosbandidossegúnlaclaseyserviciosdecadacual.Cuandosobreveníaalguna—duda,elcapitándecidíacongranmadurezyprudencia,ysudecisiónera recibida con sumisión y sin réplica. El caballero Negro observaba conextrañezayadmiraciónlaequidadyjusticiaquereinabaenaquelloshombresdesalmados; y todo cuanto oía y notaba aumentaba la idea que ya habíaformadodelingenioysensatezdesujefe.

Cadaunode losmonterosseapoderóde laparteque lecorrespondía.Elque hacía de tesorero, acompañado de cuatro hombres, llevó la porción delfondocomúnalsitioenquesolíanocultarlo.

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—¿Dónde —dijo Locksley— estará nuestro ermitaño? No suele estarausente cuando cadaunodebe tomar lo que le toca.A su cargodebe correrestaparte.Tambiénnoshallamosconunmonjeprisioneroqueno tardaráenvenir, y quisiera que nuestro ermitaño estuviera aquí para tratarle con eldebidorespeto.Dudoquevuelvaaaparecer.

—Mucholosentiría—dijoeldelCandado—,puestoquelesoydeudordeuna noche de alegre hospitalidad. Vamos todos a las ruinas del castillo yquizássabremosalgodesuparadero.

Alterminarestaconversaciónseoyóunagriteríaqueanunciabalallegadadelmismocuyaausenciacausabatantainquietud,ynotardóenresonarlavozestrepitosadelermitañodeCopmanhurstmuchoantesquesedescubriese supersona.

—¡Plaza,plaza,buenagente!—gritó—.¡Plazaavuestroermitañoyasuprisionero!¡Yaestoyconlosmíos,yvengocomounáguilaconlapresaenlasgarras!—Y al decir esto penetró por el círculo de monteros que le habíansalidoalencuentro.Ysepresentóechandoplantasdelantedelcapitán,conlapartesariaenunamanoyenlaotraunacuerdaconqueconducíaatadoporelcuelloalabatidoydesventuradojudíoIsaacdeYork—.¿DóndeestáAllan-a-Dale,nuestrojuglar?¡PorSanHermenegildo,quemerezcoserinmortalizadoenunodesuscantos!

—¡HombredelDiablo—dijoLocksley—,apuestoaqueyahabrásechadountragoestamañana!Pero¿quiénesesequetraescontigo?

—Un cautivo—respondió— de mi espada y de mi lanza; o por mejordecir,demiarcoydemipartesana;cautivo,esverdad,peroredimidopormíde peor cautiverio. Responde judío: ¿no te he rescatado de las garras deSatanás?¿Nomeprometistequeteharíasermitaño?

—¡PoramordeDios!—exclamóelhebreo—.¿Nohayquienmesaquedelasmanosdeesteloco...quierodecir,deesterespetablevarón?

—¿Cómo es eso? —dijo el ermitaño—. ¿Volvemos a las andadas?¿Quieresquetefriamosenunasarténcomoinfielrelapso?¡Vamos,Isaac;nonosandemosenchanzasyacuérdatedemisconsejos!

—¡Dejémonosdeprofanar lascosassantas!—ordenóLocksley—.Dinosdóndehasencontradoeseprisionero.

—¿Dóndehabíade ser, sino en labodega?—dijo el ermitaño—.Allí sedirigieron mis primeros pasos, con designio de libertar del incendio lospreciososhuéspedesdetanrespetablesitio;yenefectoyahabíapuestoasalvounpellejodevinoañejoeibaallamaraalgunadeestasbuenasalhajas,quesiempre están listos en tales ocasiones, para que me ayudaran en tan

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importanteobracuandodiconunapuertacerradaqueme llamólaatención.Aquíestá,sinduda,dijeparamisayo,lomásricoyescogidodelacueva;yelbribón delmayordomo asustado con la pelotera se ha dejado la llave en lacerradura.Abro,¿yquéencuentro?Variascolgadurasdecadenasmohosasyesteperrojudíoqueinmediatamenteseentregóadiscreción.Nohicemásqueechardosotrestragosconelhebreopararecobrarlasfuerzasqueenlabatallahabía perdido y traté de sacarle de allí para ponerle en vuestras manos,cuando... izas!..., la torre se vino abajo conhorrible estruendo, las ruinas seamontonarona lapuertaymedejaronsin tenerpordóndesalir.Trasaquéllacayó otra y crecieron los obstáculos. Viéndome sin esperanza y nopareciéndomehonroso salir de estemundo en compañía de un judío alcé lapartesana para despacharle; pero compadecido de sus canas preferí atacarleconlasarmasespirituales.¡GraciasaSanDustánbendito,lasemillahacaídoenbuen terreno!Bienesverdadque lehablécon irresistibleelocuencia.Sinembargo, al finme sentí bastante intercadente; o si no, ahí estánGilberto yWibaldoquenomedejaránmentir.

—Verdad es —asintió Gilberto—. Cuando, con la ayuda de Dios y denuestrospuñosdesembarazamoslosescombrosypudimosentrarenlabodega,elcueroestabamedioagotado;el judío,mediomuerto,yelamigo,másquemediointercadente,comoéldice.

—¡Mientesyremientes!—dijoelermitaño—.Vosotrosfuisteislosqueosbebisteis lamitad del cuero, diciendo que era paramatar el gusano. ¿No lohabría yo reservado para regalo de vuestro capitán? Pero todo esto importapoco.Lociertoesqueeljudíoentiendetodoloqueleheexplicado.

—Judío—preguntóelcapitán—,¿esesoverdad?

—¡Asíos apiadéisdemi suerte—dijo Isaac—comonoheentendidoniunasolapalabrade loqueesehombrehaestadoexplicándomedurante todaestaterriblenoche!¡Elmiedo,elespanto,eldolorsehabíanapoderadodemialmaentérminosqueaunqueelpadreAbrahamhubieravenidoaexhortarme,mehubieraencontradosordoasusavisos!

—¡Tambiéntúmientesyremientes,hebreo!—replicóelermitaño—.Mispalabrashicieronmellaenti;ypormásseñas,queprometistecedermetodostusbienes.

—¡Asílogreyoloquedeseo—exclamóeljudío,másasustadoquenunca—comoesciertoquesemejantespalabrasnohansalidodemislabios!¿Quéhadedarquiennada tiene?¡Quizásniaunmihija tengoa lahorapresente!¡Compadeceosdemisuerte,buenosseñores,ydejadmeirallorarmiscuitas!

—No—dijo el ermitaño—; si no cumples tu promesa tenéis que hacerpenitencia.

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Ydiciendoestaspalabrasalzólaalabarda,yyaibaadescargarlasobreelpobreIsaac,cuandoledetuvoelcaballerodelCandado.

—¡Por Santo Tomás de Canterbury —exclamó el fingido ermitaño,resentidoporestaacción—,queyoteenseñaréameterteennegociosajenos,pormásfuertequeseaesaollaquetecubreloscascos!

—¡No te enfades —respondió el caballero—; ya sabes que somoscompañerosyamigos!

—¡Nohaymásamigos!—dijoelermitaño.

—¿Cómoeseso?—repusoelcaballero,queparecíatenergustoparticularen provocar a su huésped—. ¿Has olvidado que yo fui quien te indujo aquebrantarelvotodeabstinenciaconelpastelyelpellejodemarras?

—¡Es verdad!—dijo el ermitaño—.Y si entonces te hice aquel regalo,ahoraestoydispuestoahacerteotroquenohadesaberteaalmendras.

Ydiciendoestoleamenazóconelpuñocerrado.

—No lo acepto—replicó el de lo negro—, a menos que tú resistas migolpesiyoresistoeltuyo.

—¡Manosalaobra!—dijoelermitaño.

—¡Hola!—gritóelcapitán—.¿Peleasdebajodelaencinaqueesnuestrocuartelgeneral?

—No es pelea —dijo el caballero—, sino una chanza amistosa. ¡Vaya,amigo;dasiteatreves,yaguantasipuedes!

—¡Granventajatienesenelpucheroqueteguarecelacabeza—gruñóelermitaño—;perodenadatevaldría,aunquefueseelmismoGoliat!

Aldecirestosedesnudóelbrazo,yhaciendounvigorosoesfuerzolanzóalcaballero un puñetazo que hubiera podido derribar a un toro. Mas suadversario se mantuvo firme como una roca. Los monteros admiraron yaplaudieronsuextraordinariafortaleza.

—Ahora—dijoeldelCandadoquitándoseelguanteletedeacero—,si tellevé alguna ventaja en la cabeza, no quiero tenerla en lamano. Toma estafriolera,ynotedoblessipuedes.

—¡Genammeamdedivapulatori!—contestóelanacoreta—¡Esdecir,quehecaídoenlasgarrasdellobo!¡Darecio,ysimetumbas,tuyoeselrescatedeljudío!

Estodijoelermitaño,ysepreparóarecibirelataquedesuantagonista;elcual, aunque se las había con un hombre robustísimo y acostumbrado asemejantes hazañas, no tardó en hacerlemedir el suelo con su persona.Los

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bandidos confesaron unánimemente que había pocos hombres en Inglaterracapacesdehacerotrotanto.Elermitañosealzósinmuestrasderesentimiento.

Terminadoesteepisodio,tanpropiodelascostumbresdeaquellostiemposyde lavidadeaquellasgentes, senotificócon toda formalidadal judíoquepensaraseriamenteensurescate.

—Retírate aun lado—ledijoLocksley—aconsultar con tubolsillo, entantoqueexaminamosaunprisionerodediferentenaturaleza.

—¿Esquizásalgunodelospartidariosde"Frentedebuey"?—preguntóelcaballero.

—No,porcierto—repusoLocksley—;ningunodeelloseradignodeloshonores del rescate. Todos han sido despedidos, con licencia de ir a buscarnuevoamo.Aquellaguaridadedesalmadoshadesaparecidoparasiempre;yhartavenganzayhartobotínhanrecogidosusvencedores.Elcautivodequehabloesdemásquilates.¡Silencio,queyaletenemosaquí!

Al decir esto se presentó entre dosmonteros, ante el trono selvático deLocksley,nuestroantiguoamigoelpriorAymerdeJorvaulx.

Enlasfaccionesenlosademanesdelpreladocautivoseleíaeltemor.

—¿Qué es esto?—exclamó con voz alterada—. ¿Qué leyes son las quesigue esa gente? ¿Sois acaso turcos, o infieles que desconocen el respetodebidoaunsacerdote?¡Habéissaqueadomismaletas!Otrocualquieraenmilugarhubierayahechounejemplarcastigo;peroyosoymansoeindulgenteytengopiedaddevosotros.Osofrezcounperdóngenerosoyquenosehablemásdeestacalaverada,contalquemedevolváismiropaydejéislibresamiscompañeros.

—Venerable señor Prior—dijo el capitán—,muchome pesa que hayáissido tratado por alguno de mis compañeros en términos poco dignos devuestrocarácterydignidad,comodeboinferirlodevuestrareprensión.

—Eltratoqueherecibido—continuóelPrior,animadoporestaarenga—sería cruel para con una fiera de estos montes, cuanto más para con uncristiano, con un sacerdote, con el prelado de la respetable comunidad deJorvaulx.UntalAllan.A-Dale,borrachoycoplerodeprofesión,hatenidoelarrojodeamenazarmeconuncastigocorporal,yaunconlamuerte,sinolepagabadoscientascoronasde rescate, ademásde todo loquemeha robado,quenoesunabagatela.

—Imposible me parece —replicó el capitán— que Allana-Dale hayacometidotantosdesacatosconunapersonatanconocidaenestosalrededoresporsuvirtud.

—Tanciertoesloquedigo—repusoelPrior—comoahoranosalumbrael

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sol.Hizomás:juróquehabíadecolgarmedelroblemásaltodeestasselvas.

—¿Lojuró?—dijoLocksley—.Puesmalhabéishechoennocumplirconsudemanda;porqueAllan-a-Daleantessedejarácortarlasorejasquefaltaraunjuramento.

—¡Yaveoqueestáisdebuenhumor!—murmuróAymer,procurandohacerdelanecesidadvirtud—.Amínomedisgustanlaschanzas,yporciertoqueelchascoesingenioso.Peroheestadodecaminotodalanoche,yyaestiempodedescansar.

—Puesmuydeverasosanuncio—dijoLocksley—quepaguéisunbuenrescate,oescribáisavuestrosmonjesqueprocedananuevaelección;porquesinoaflojáislabolsasemefiguraquenovolveréisaocuparlasillaprioraldelmonasterio.

—¿Soiscristianos—preguntóAymer—,yasírespetáisalosministrosdelSeñor?

—Cristianossomos—respondióLocksley—;peronopudiendorobaralosgentiles,robamosanuestroshermanos.¡Aver,ermitaño,acercaos,yexplicadaestereverendopadrelostextoslatinosrelativosalnegocio!

Elermitaño,cuyaintercadencianosehabíadisipadoenteramente,secalóun jirón de hábito sobre el gabán, y recordando los latinajos que habíaaprendidoencasadeldóminedesulugar.

—Venerable prelado—dijo—Deus salvam faciat benignitatem vestram;quierodecir,queseáisbienvenido.

—¿Quéfarsaesésta?—exclamóelPrior—.Amigo,sieresenefectodelaIglesia,másteconvendríaindicarmeelmododeescapardelasmanosdeestosgentiles,quedivertirleenhacercontorsionescomounbailaríndemojiganga.

—Bien decís —respondió el ermitaño—; y para que veáis que meaprovechodevuestraamonestación,osdigoquenohaymásqueunmediodeescapardeaquíconvida.Hoyesdíadepagareldiezmo.

—Laspersonasdemiclasenolopagan—replicóelprior.

—Todoelmundo—dijoelermitaño—noslopagaanosotros,comocadahijo de vecino. Conque, así, facite vobis amicos de Mammone iniquitatis.Haceosamigosdeloshombresdebien,ysino,nullaestredemptio.

—Yosoyaficionadísimoalamonteríayalosmonteros—dijoAymer—,y,porconsiguiente,merezcoquemetratéisconalgunaconsideración.Tanbiensétocarelcuernoconoelmejor.¡Vaya,tratadmecomoamigo!

—Dadleuncuerno—mandóelcapitán—,yveremosquétallohace.

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ElpriorAymertocóelcuerno,yLocksleysacudiólacabeza.

—Padre prior—dijo—, eso no paga vuestro rescate.Algomás vale esapersona que aire y sonido. Además, que ya se echa de ver a qué naciónperteneces. Los buenos cazadores ingleses no gustan de esos gorgoritosintroducidos por los normandos. Las últimas notas de tu toque aumentancincuenta coronas a tu rescate, como corrupción de la antigua monteríanacional.

—Sobregustosnohaydisputas—afirmóelPrior—.Despachemospronto,quemeestánaguardandoencasa.¿Cuántoqueréispordejarmelibre?

—¿Nofuerabueno—dijoaparteeltenientedelagavillaalcapitán—queeljudíodesignaseelrescatedelprior,yelprioreldeljudío?

—¡Locaocurrencia!—asintióLocksley—.Pero,al fin,nosdivertiremos.¡Venacá,judío!ElqueestáentupresenciaeselpadreAymer,priordelaricaabadíadeJorvaulx.Dinosahoracuántodebemospedirleporsurescate,puestoquedebesdeconocerlasrentasdelmonasterio.

—¡Ytantocomolasconozco!—dijoIsaac—.Muchasveceshetratadoconlosbuenospadres,y leshecompradoel trigoy la cebadade susoteros, losfrutosdesushuertosylalanadesusrebaños.¡Oh;sonmuyricos,muyricos!¡Si yo tuviera lamitad de sus rentas, había de pagar una gran suma pormirescate!

—¡Judío —exclamó el Prior—, nadie sabe mejor que tú las deudas denuestracasa!¡Todavíanohemospodidopagarlascuentasdelañopasado!

—Ni laúltimaprovisióndevinodeGascuña—repuso Isaac—;peroesosonfriolerillas.

—Te engañas, hebreo —dijo el Prior—; esos vinos de que hablasentraron...

—De poco aprovecha todo eso —insistió Locksley—. Isaac, resuelveprontoestaduda,ynoteandesencomentarios.

—El padre prior—afirmó el judío— puede muy bien daros seiscientascoronasyvolversemuytranquiloasucelda.

—¿Seiscientascoronas?¡Quemeplace!—dijoLocksley—.¡Hashabladocomohombredeseso!¡Prior,yahasoídotusentencia!

—¡Tienerazón!—exclamaronlosmonteros.

—¿Estáisenvuestrojuicio'?—dijoelPrior—.¿Dóndehedeiryoporesemontón de dinero? ¡Aunque vendiera las alhajas del monasterio no podríajuntarni lamitad!Osdaréunabuenasuma,os loprometo;masparaesoesnecesarioqueyovayaenpersonaaproporcionármela.DejadmeiraJorvaulx,

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yguardadenrehenesamisdoscompañeros.

—¡Ni por pienso! —dijo Locksley—. Tus compañeros irán por lasseiscientasdelpico,y tú tequedarásconnosotrosycuentaque sigustasdemontería,yaveráslaprovisiónquetenemos.

—Otra cosa puede hacerse —observó el judío, queriendo granjearse elfavordelosmonteros—.YopuedoenviaraYorkporlasseiscientascoronas,deciertodepósitoqueestáenmipoder,sielreverendoPadretienelabondaddefirmarunrecibo.

—Firmaráloquetúquieras—dijoelcapitán—:ytúpagaráselrescatedelPadreyeltuyoalmismotiempo.

—¿Mi rescate? ¡Ah, valientes guerreros! —exclamó el judío—. ¿Quérescate queréis del que no tiene sobre qué caerse muerto? Si me pedíscincuenta coronas, tengo que ir con un báculo en la mano mendigando depuertaenpuerta.

—ElPriordecidirálacuestión—insinuóLocksley—.¿Cuántocrees,padreAymer,quepuedepagareljudío?

—¿Cuánto?—respondióelPrelado—.IsaacdeYorktieneensusarcasloquebastaríapararedimiralasdieztribusdeIsraeldelcautiveriodelosasirios.Pocos negocios he tenido con él; pero el mayordomo de casa ha tenidomuchos,ydicenqueeloroylaplataquehayenlahabitacióndeeseperrosonla ignominia de una nación cristiana. Todos los hombres de bien seescandalizan de' ver que se permite a esas sabandijas chupar la sangre delEstado,yaunladelaIglesia.consususurasyextorsiones.

—¡Poco a poco, padremío!—dijo Isaac—.Aplacad algún tantovuestrocoléricohumor.

Vuestrareverenciahadesaberqueyonopongoanadieelpuñalalpechoparaquetomemisescudos.Cuandoeleclesiásticoyel lego,elpríncipeyelbarón,elprioryel caballero llamana lapuertade Isaacparapedirledineroprestado,nousandeesostérminosdescorteses."AmigoIsaacsácamedeesteapuro;cuentaconelpago.Isaac,buenIsaac,soyhombreperdidosinoacudesenmisocorro".Perocuandollegaeltérminodelpagaréyvoyapedirlomío,entonces son losdenuestosy lasmaldicionesdeEgipto,yperro judío,y losdemásprimores.

—Prior—exclamó el capitán— judío o no judío, lo que ha dicho es laverdad pura. Pronuncia tú su sentencia, como él ha pronunciado la tuya. yhastadeinjuriasyvituperios.

—Anoserunlatrofamosus—dijoelprior—palabrasqueosexplicaréenotro tiempoy lugar,noosaríaiscolocaren lamisma líneaaun judíoyaun

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cristiano. Más, puesto que debo apreciar la libertad de ese hombre, digoredondamentequeperjudicáisgravementevuestrosinteresessiledejáisirporunbesantemenosdemilcoronas.

—¡Fallodefinitivo!—exclamaronlosbandidos.

—Ysinapelación—dijoelcapitán.

—¡El Dios de mis padres me socorra! —gritó Isaac—. ¿QueréisarruinarmedeungolpecomoelcastillodeFrentedebuey?Heperdidoamihija,¿Yqueréisquepierdahastaelúltimobocadodepan?

—Si has perdido a tu hija—replicó el prior— tendrásmenos bocas quemantener.

—¡Ah,reverendoprelado—protestóIsaac—elestadoqueprofesasnotepermitesaberloqueesamordepadre!¡OhRebeca!¡HijademibienamadaRaquel!¡Situvieraamidisposicióntantoscequíescuantashojashayenestosárboles, todos losdaríaporsabersivivesysihasescapadode lasgarrasdeaquelimpío!

—¿No es pelinegra tu hija?—le preguntó uno de los bandidos—. ¿Nollevabaunvelobordadodeplata?

—Sí; esa es—respondió el anciano temblandode inquietud, comoanteshabíatembladodemiedo—.¡BendígateJacobsipuedesdarmealgunanoticiadelaprendademialma!

—Loúnicoquepuedodecirte—continuóelmontero—esqueeltemplariola sacó del último encuentro, y que ya yo le había apuntado con la flechacuandomedetuvoeltemordeheriraladama.

—¡Ojalá —dijo el judío— la hubieses disparado aunque hubiesesatravesadoelcorazóndeladesventuradaRebeca!¡AntesyazgaenelsepulcrodemispadresqueenlosbrazosdellicenciosoysanguinarioBois-Guilbert!

—Amigos—exclamóelcapitán—aunqueesehombrenoesmásqueunjudío, su angustiame llega al corazón. Di la verdad, Isaac; ¿has de quedarcompletamentearruinadosipagasmilcoronasdelrescate?

Isaac,volviendoalaconsideracióndesudinero,cuyaaficiónafuerzadeunhábito inveterado luchabaensualmacon los impulsosdelamorpaterno,quedó pálido y confuso al oír esta pregunta; mas al fin no pudomenos deconfesarquelequedaríaalgúnsobrante.

—No importa—insistió Locksley— contigo no repararemos en pelillos;además,que,sinelauxiliodebuenossacosdeescudos,tandifícilteserásacara tu hija de lasmanosdeBrian, comomatar un ciervo conpelotas de lana.Pagaráslamismasumaqueelprioro,pormejordecir,ciencoronasmenos,las

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cuales serán disminuidas de la parte que me toca en tu rescate. Con esoevitaremos poner al judío en la misma clase que al prelado, y tendrásseiscientas coronas para tratar de libertar a tu hija. Bois-Guilbert es tanaficionado a los ojos negros como a la plata acuñada; date prisa a tentar lacodiciadeBrianantesquesucedaalgunacatástrofe.Segúnlasnoticiasquemehantraídomiscompañeros,leencontrarásapocasmillasdeaquí,enelcastillodesuorden.¿Hedichobien,amigos?

Losmonterosexpresaronsuaprobaciónalasmedidastomadasporeljefe.Isaac, aliviado en parte de sus temores por los datos que había adquiridoacercadelparaderodeRebecayporlaesperanzaderescatarla,searrojóalospies del generoso bandido, y quiso besar la guarnición de su gabán;más elcapitánretrocedió,nosindarlemuestrasdedesprecio.

—¡Álzatedesdichado!—ledijo—.YohenacidoenInglaterra,ynogustodeesaspostracionesalaturca.ArrodíllatedelantedeDiosynodelantedeunpobrepecador,comoyosoy.

—Aquí tienesauno—insinuóelprior—quepuedemuchoconBriandeBois-Guilbert.Entendámonos,yharécuantopuedaporque teseadevuelta tuhija.Isaaclanzóunprofundosuspiro,alzólasmanosalcieloyseentregóalosexcesosdesudolor.Locksleylollamóaparte.

—Piensabien—ledijo—loquevasahacerconestenegocio.Siquieresseguirmisconsejos,hablaalprior.Esambicioso,oalomenosnecesitatenerbarro a barro para sus profusiones. Fácilmente podrás satisfacerle, pues nocreasquemealucinasconesa fingidapobreza.Conozcohasta lasbarrasdelarcóndehierroenqueguardaslastalegas.¿Quéesdelmanzanoquetienesenel jardíndeYorkyde lapiedraqueestádebajo,yquesirvedeentradaaunescondrijo?

Aloíresto,eljudíoquedópálidocomolamuerte.

—Pero nada ternas —continuó el capitán—. Años hace que nosconocemos.¿TeacuerdasdelmonteroquetuhermosahijasacódelacárceldeYork,yqueestuvoentucasahastaquerestableciósusalud?¿Teacuerdasdelapiezadeoroque lepusisteen lamanocuandosedespidióde ti?Aunqueeresunafortunadousurero,nuncaempleastetusfondosamásaltosinteresespues aquella corta cantidad te ha producido hoy nadamenos que quinientascoronas.

—¿ErestúDicónTira-el-arco'?—preguntóIsaac—.¡PorelDiosdeIsrael,quemeparecióhaberconocidotuvoz!

—YosoyDicónTira-el-arco—respondió el capitán—y soyLocksley, ytodavíatengootronombremejorquetodosesos.

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—Pero antes de todo—dijo el judío— debe decirte que te engañas encuantoa lode lapiedrayelmanzano. ¡Asímeayudenlosprofetascomoesciertoqueallínohaymásquealgunasfriolerasdepocovalor!Siquieres,laspartirédebuenaganacontigo:cienvarasdepañoverdeparagabanescomolosqueusatugente;cienestacasdebojdeEspañayciencuerdasdeseda,duras,fuertesybientorcidas.Dispónatugustodetodoeso,contalquenohablesaalmavivientedelmanzanonidelapiedra,queridoDicón.

—Nodesplegaré los labios sobreelasunto—prometióelcapitán—yencuantoatuhija,creequemeduelesusituación.Pero¿quéhedehacer?Laslanzas de los templarios puedenmás que nuestras flechas, y lo mismo nosbarrerían que telarañas. Algo hubiéramos hecho por tu hija si anteshubiéramossabidosuaventura;másahora sólopuedes salvarlaconpolítica.¿Quieresquemeentiendaconelprior?

—Haz lo que quieras, buenDicón—repuso el judío con tal de quemerestituyasmiamadaRebeca.

—No vengas a interrumpirme —dijo el montero— con tu importunacodicia,yharécuantomeseadadoentufavor.

Locksleyseseparódeljudío,maséstelesiguiócomosifueralasombradesucuerpo.

—PriorAymer—exclamóLocksley—dospalabrasaparte.Porahídicenque eres jovial y caritativo; lo cierto es que nadie ha dicho de ti que seasopresor o tiránico. Aquí tienes a Isaac, que podrá desempeñar tu casa siconsiguesdelTemplariolalibertaddesuhija.

—¡Poco a poco!—dijo Isaac.—Ha de volver libre y tan honrada comocuandoseseparódemí;sino,nohaynadadelodicho.

—Isaac—dijoelmontero—ocallas,oseacabómimediación.¿Quédicesaesto,priorAymer?

—Digo—respondióelprelado—queelnegocioescondicionalporquesiporunladohagobien,porotrocontribuyoalafelicidaddeunjudío,locualescontra mi conciencia. Sin embargo, si el israelita quiere contribuir a lareedificación de nuestro arruinado monasterio, tomaré a mi cargo lanegociacióndelrescatedesuhija.

—Nonosparemos—dijoLocksley—(¡estatequieto, Isaac!)encuarentamarcosmásomenos.

—¡Pero,porelDiosdeloscielos—observóeljudío—buenTira-el-arco!

—¡Buenjudío,buendiablodelosinfiernos!—dijoelmonteroperdiendolapaciencia—.¿Quieresponertustalegosmiserablesenlamismabalanzaqueel honor y la libertad de tu hija? ¡Por las barbas de mi padre, que he de

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despojartedelúltimomaravedísisiguesmolestándome!

Isaacsecruzódebrazosybajólacabeza.ElPriorpreguntó.

—¿Yquiénmesalegarantedevuestraspromesas?

—Cuando Isaac haya salido bien con su empresa por tu mediación —repusoelcapitán—juroporSanHubertoquehedeverleconmisojospagarloestipulado;ysino, lashabráconmigo.Más levaldríaenestecaso,haberpagadodiezvecesotrotanto.

—Bienestá,judío—contestóAymer—.Puestoquedebotomarcartasenelasunto,damerecadodeescribir.Peroqué,¿nohaypluma?

—En cuanto a pluma —dijo Locksley— yo podré facilitarte cuantasquieras.

Yviendorevolotearsobresucabezaunabandadadeánades,apuntóalqueibadelante,elcualcayóinmediatamenteatravesadoporunaflecha.

—Aquíhayplumas—continuó—másdelasquebastanparalaprovisióndetumonasterioporespaciodeunsiglo.

El Prior se sentó debajo de un árbol, y escribió con gran sosiego unaepístolaasuamigo;yhabiéndolacerrado,selaentregóaljudío,diciéndole:

—Esto te servirá de salvoconducto para Templestowe, y probablementelograrás por su medio el rescate de la muchacha. Más cuenta con lasproposiciones que haces para conseguirlo, porque el buen caballero Bois-Guilbertnohacenadasincuentayrazón.

—¡Aotracosa!—dijoelmontero—.Yanotienesquehacernadaaquí,sinoesfirmarelrecibodelasquinientascoronasdeturescate.Eljudíoserámitesorero;ysillegoatenerlamenornoticiadequerehúsaselpago,juroquehede poner fuego al monasterio y todos vosotros habréis de ser reducidos acenizas,aunquesepaquehandeahorcarmediezañosantes.

Elprior sepusoaescribirdenuevo,aunquenode tanbuenaganacomoantes,yextendióyfirmóunreciboporvalordelasquinientascoronasqueeljudíohabíadedarporsurescate,obligándoseapagarlealyexactamente.

—Y ahora —exclamó el Prior— tendréis la bondad de restituirme lasmulas y palafrenes y los monjes que me acompañan, juntamente con lasalhajasyropademiuso,locualsehallacomprendidoenmirescate.

—En cuanto a los monjes —dijo Locksley—, ahora mismo van a serpuestosenlibertad,porqueseríainjustodetenerlos;tambiénsetedevolveránlasmulasypalafrenes,conalgunaplatamenudaparaquepuedascontinuartujornada.Maspor loquehace a las ropasy alhajas, hasde saber que somoshombresdeconciencia,ynopodemospermitirqueunhombredetucarácter

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lleveconsigoesasvanidadesmundanas.

—Míratebienenello—observóelPrior—,yconsideraquesonbienesdeunsacerdoteyqueseexponeaterriblecastigotodoseglarquelostoque.

—Yo cuidaré de eso, reverendo padre —afirmó el ermitaño—, y tusalhajas,vendránamipoder.

—Hermano, o amigo, o lo que quiera que seas —dijo Aymer—, si enefectohasrecibidoórdenessagradas,noséquécuentasdarásatupreladodelapartequehastenidoenestafechoría.

—Amigo Aymer —respondió el anacoreta—, has de saber que toda lacomunidaddemiconventosereduceamipersona.yquenadatengoqueverconelarzobispodeYork,niconelabaddeJorvaulxytodosucapítulo.

—Eresirregular—dijoelprior—,yentiestoyviendounodelosmuchosquesedanporeclesiásticossinserlo,profanando lossantos ritos,perdiendolasalmasdelosfieles,ydándolespiedrasenlugardepan.

—¡Dimeloquequieras!—repusoelermitaño.

—¡Basta!—ordenó Locksley—. ¡Haya paz entre vosotros! Tú, prior, siquieres escapar con vida, no provoques la cólera de nuestro ermitaño; y tú,buenaalhaja,nodetengasmásalreverendoPrelado.

Este consideró al fin que comprometía su dignidad disputando con elcapellán de una gavilla de ladrones; juntóse con los otros monjes de suacompañamiento, ymontó a caballo conmenos pompaque cuando cayó enmanosdelosbandidos.

Sóloquedabaquearreglarlafianzaquehabíadedareljudío,tantoporsurescateconoporeldeAymer.Viendoqueera indispensableestaformalidad,firmó y selló una orden a uno de sus compañeros deYorkmandándole quepagasemilcoronasalportador,entregándolealmismotiempolasmercancíasespecificadasenlanotaqueibajunta.

—MihermanoSheva—dijoarrojandounprofundosuspiro—tienelallavedetodosmisalmacenes.

—¿Yladelapiedraqueestádebajodelmanzano?—preguntóLocksley.

—¡Diosmelibre—respondióIsaac—ynopermitaquesedescubrajamásesesecreto!

—Noserápormiboca—dijoLocksley—,contalqueesepapelproduzcael efecto deseado. Pero ¿qué haces, Isaac? ¿Estás lelo? ¿No piensas en elpeligrodetuhija?

—Sí—dijo el judío saliendo de la suspensión en que le había puesto la

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firma que acababa de echar—. Me voy sin detenerme. ¡Adiós, tú, a quienquisierallamarbuenhombre,yaquienniquieronidebollamarmalvado!

Antes que Isaac se separase de la cuadrilla el capitán le dio el consejosiguiente:

—Séliberalentusofertas,Isaac,noteparesendinero,siquieressacaratuhijade lasgarrasdeBriandeBois-Guilbert.Créeme;eloroquerehúsesporlibertarlatehadedarconeltiempomástormentosquesicayeraderretidoentugarganta.

Isaac convino con harto dolor de su corazón en la verdad de estasobservaciones, y se puso en camino con dosmonteros que debían guiarle ycustodiarleensujornada.

El caballero Negro, que había estado observando con el mayor interéstodosestosprocedimientos,sedespidiódeLocksleyparamarcharadondesusarduosnegocioslellamaban,ynopudomenosdeexpresarlasorpresaquelecausaba el ver reinar tanto orden y disciplina entre gentes fuera de laprotecciónordinariaydelinflujodelasleyes.

—Elmalárbol,señorcaballero—respondióelbandido—,sueledarfrutossazonados,ylosmalostiempostraenconsigoalgunasbuenascosas.Entrelosqueejercenestavidadesalmadayexpuesta,creedquehayalgunosmoderadossentimientos y otros que lloran amargamente las circunstancias que les hanobligadoatomarunpartidotancontrarioasusprincipios.

—Quizás—replicóelcaballero—estoyhablandoconunodeesosúltimosdequehabéishechomención.

—Señorcaballero—objetóelcapitán—cadacualtienesussecretos.Libresois de formar de mí la opinión que gustéis y las conjeturas que más osagraden;peroningunadelasflechasllegaráalblanco.Yonotratodepenetrarenvuestrosarcanosynodebéisofenderossinoosdescubrolosmíos.

—Vuestrareconvenciónesjusta—dijoelcaballero—,yosruegoquemeperdonéismi indiscreción.Quizás volveremos a vernos, y entonces será sindisfraces.Entretanto,creoquenosseparamosbuenosamigos.

—Aquíestámimanoenprenda—replicóLocksley—,ypuedodecirqueeslamanodeunbueninglés,aunquebandidoporahora.

—Aquí está lamía—respondió el caballero—, y tengo a honra haberlaapretado con la tuya. El que obra bien teniendomedios ilimitados de obrarmal, merece loor, no sólo por el bien que hace sino por el mal que evita,felicidades,yadiós,buenmontero.Asísesepararonaquellosdosaliados,yeldelasnegrasbosquearmasacaballoydesaparecióenloscircuitosdelbosque.

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XXVII

Dábase un espléndido banquete en el castillo deYork, a que el príncipeJuan había convidado a todos los prelados, nobles y caudillos con cuyosocorroesperaba realizar susmirasambiciosasyocuparel tronodeRicardoCorazóndeleón.WaldemarFitzurse,sudiestroagentepolítico,eraelresortesecretodetodaaquellamáquinayelquesosteníaentretodoslospartidarioselvalorqueeranecesarioparahacerunadeclaraciónpúblicadelosintentosdelPríncipe. Pero había sido forzoso diferir el último golpe por la ausencia dealgunos miembros importantes de la confederación. El brío emprendedor eirresistible, aunque brutal e imprudente, de "Frente de buey"; el arrojo y laambicióndeMauriciodeBracy;lasagacidad,lapericiamilitaryelacreditadovalor deBriandeBois-Cuilbert, eran elementos indispensables para el buenéxitodelplan,ymientrasmaldecíanensecretosuimportunaausencianiJuan,ni su favorito osaban dar un paso adelante sin su ayuda. También habíadesaparecidoIsaacdeYork,yconéllaesperanzadeciertassumasquedebíansuministrar en virtud del contrato celebrado con el Príncipe. Todas estascircunstanciaseranfatalesasupartidoentancríticaydecisivaurgencia.

A lamañanadeldía siguientede ladestruccióndel castillodeFrentedebueyempezóasusurrarseenlaciudaddeYorkqueelBarón,Bracy,Brianysus confederados habían perecido o caído en manos de sus contrarios.Waldemarfueelquedio laprimeranoticiaalPríncipeJuan, indicándolesustemoresdequetamañadesgraciahubieseprovenidodelataqueplanteadoporBracy contra el Sajón y su familia. En otras circunstancias el Príncipe nohubiera visto en aquel atentado más que una risible niñería; pero comoentoncesseoponía,oalomenosretardaba,laejecucióndesusmiras,sepusoaclamar violentamente contra los agresores, deplorando la infracción de lasleyesydelordenpúblicocomohubierapodidohacerloelmismoreyAlfredo.

—¡Inicuosraptores!—decíaelPríncipe—.¡SillegoasentarmeeneltronodeInglaterra,porlasbarbasdemipadrequehedecolgarlosdelaspuertasdesuscastillos!

—ParasentaroseneltronodeInglaterra—dijoFitzurse—,esnecesarionosólo que vuestra alteza pase por alto esos atentados, sino que conceda suprotecciónalosqueloscometen,apesardeesecelolaudableenfavordelasleyes que ellos están acostumbrados a quebrantar. ¡Buenos estarían nuestrosnegociossilosbellacossajonesvieranconvertidasenhorcaslaspuertasdeloscastillosdelosbaronesnormandos!EsoesloquedeseanCedricytodossuspartidarios.Vuestraaltezaconocequenopodemosretrocederdelpuntoaquehemos llegado;perobienve cuánpeligroso seríaunpaso cuandonos faltan

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tanútilescooperadores.

ElPríncipeoyó con impaciencia estas observaciones, y sepuso apasearporelaposentocontodoslossíntomasdelainquietudydeldespecho.

—¡Villanos!—decía—.¡Traidores!¡Habermeabandonadoenesteapuro!

—Locosydesacordadosmásbienmerecen llamarse—dijoWaldemar—;insensatosquesediviertenenfrioleras,ydejanelnegociomásimportante.

—¿Qué hemos de hacer? —dijo el Príncipe parándose delante delconsejero.

—Noséquesepuedahacerotracosa—respondióéste—queloqueyahedispuesto.Nisoyhombredelosqueseponenadeclamarcontralamalasuerteantesdehaberhechotodoloposibleparamejorarla.

—¡Ereselángeldemiguarda—dijoelPríncipe—,ysitengoladichadequenomefaltentusconsejos,elreinadodeJuanseráfamosoenlosanalesdeestaisla!Refiéremelasdisposicionesquehastomado.

—HedadoordenaLuisWinkelbrand, tenientedeMauricio,que toqueabotasillas, tremole el pendón y marche al castillo de Frente de buey a darcuantosocorropuedaanuestrosamigos.

ElpríncipeJuanenrojeciódecólera,comosiacabaraderecibiruninsulto.

—¡PorlaVirgenSanta—dijo—,tehasatrevidoamucho!¡Tocarclarínydesplegar bandera en una ciudad en que se halla el príncipe Juan, y sin suconsentimiento!

—Pido a vuestra alteza mil perdones —replicó Fitzurse, maldiciendointeriormentelapuerilvanidaddesuprotector—;perocuandourgentantolascircunstancias, y cuando puede ser tan fatal la pérdida de unminuto, no hevacilado en tomar a mi cargo esta disposición, que he juzgado necesaria avuestrosintereses.

—Teperdono,Fitzurse—dijoelPríncipe—,porqueconozcolarectituddetusintenciones.Mas¿quiénesEstequeseacerca?¡Bracyes,votoatantos;yciertoquevieneenbuenestado!

Era Bracy, en efecto, y su persona y su atavío denotaban La borrascaanterior. Iba cubierto de lodo desde el crestón hasta la espuela, rota yensangrentadalaarmadura,sinespadaalcinto,ycontodaslasseñalesdeunguerreroquehasalvadolavidaaexpensasdelhonorodelalibertad.Sequitóelyelmodelacabeza,locolocósobreunmueble,ysemantuvoalgúnratoensilenciocomosinecesitaracobraralientoparareferirlastristesnuevasdequeeraportador.

—Bracy —exclamo el Príncipe—, ¿qué significa todo eso? ¿Se han

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rebeladolossajones?¿Quétehasucedido?

—¡Habla,Bracy!—dijoFitzursecasialmismotiempoqueelpríncipe—.¿Ereshombre,ogallina?¿Dóndeestán"Frentedebuey"yelTemplario?

—ElTemplario—contestóBracy—hahuido;"Frentedebuey"hamuertoasadoen las llamasquehanconsumidosucastillo.Yosóloheescapadoconpellejoparatraeroslasnoticias.

—¡Ybien fríome dejan—repuso el Príncipe—, aunque tanto hablas deincendioydellamas!

—Aúnnosabéislopeor—respondióBracy;yacercándosealPríncipe,ledijoenvozbajayenfática—: ¡Ricardoestáen Inglaterra! ¡Lehevistoyhehabladoconél!

El Príncipe quedó pálido como la cera y se apoyó en el espaldar de unsillóncomosiacabasederecibirundardoenelpecho.

—¡Sueñas,Bracy!—exclamóFitzurse—.¡Nopuedeser!

—Es tanverdad como la verdadmisma—respondió el normando—:Hehabladoconél,yhesidosuprisionero.

—¿ConRicardoPlantagenet?—preguntóFitzurse.

—Con Ricardo Plantagenet—replicó Bracy—; con Ricardo Corazón deleón,conRicardodeInglaterra.

—¿Yhassidosuprisionero?—repusoWaldemar—¿Conquetienefuerzasasumando?

—No:algunosmonterosestabanconél,perono leconocían.Leoídecirque iba a separarsede ellosmuyenbreve, puestoque sólo se lesunióparaatacarelcastillodeReginaldo.

—Esa es la manía de Ricardo—observó Fitzurse—; caballero andante,errandodeaventuraenaventurayfiándolotodoalapuntadelaespadacomoTiranteelBlancooPalmeríndeInglaterra,mientraspeligransupersonaylosnegociosdelEstado.Ytú,¿quépiensashacer,Mauricio?

—¿Yo?OfrecíelserviciodemislancerosaRicardo,ynoquisoadmitirlos.Miproyectoesapretarespuelasconlosmíoshaciaelpuertomáspróximo,yno parar hasta Flandes. Gracias a Dios todo está revuelto en Europa, y unhombrecomoyosabeaprovecharsedeestastormentas.Créeme,Waldemar,tucabeza pende de un hilo. Deja aparte la política, empuña el acero y venteconmigoaverloquelasuertenosdepara.

—Soyviejo,Mauricio—objetóFitzurse—,ytengounahija.

—Dámela en casamiento —repuso el normando—, y yo la mantendré

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comomerecesucondiciónconlaayudademilanza.

—¡Niporpienso!—dijoFitzurse—.Cuandollueveesnecesarioponersealabrigo;yyomarchocuantoantesalaIglesiadeSanPedro,cuyoarzobispoesamigoycasihermanomío.

Durante esta conversación el príncipe Juan fue saliendopoco a pocodelabatimiento en que le había puesto la inesperada noticia del arribo de suhermano,yescuchóconlamayoratenciónloquedecíanaquellosdosapoyosdesupartido.

—¡Medejan!—decíaensusadentros—. ¡Sedesprendendemí,como lahojamarchitaque separadel árbol el soplomás ligero! ¿Nopodréyohacernadapormímismocuandoesosbellacosmeabandonen?

Paróse al terminar estas consideraciones, y prorrumpieron en una risaforzada,quedioasufisonomíaunaexpresióndiabólica.

—¡Milores!—agregó—:Porelsantodeminombrequesoishombrestanconstantes en vuestros designios como ingeniosos en vuestros planes! ¡Quédiablos! Riqueza, placer, honor, todo lo que nuestra empresa prometía, loarrojáis por la ventana justamente cuando no se necesitamás que un golpeparacogerelfrutodetantosafanes.

—No os entiendo —replicó Fitzurse—. Ricardo tardará en estar a lacabeza de un ejército lo que tarde en saberse en Inglaterra su llegada yentoncesseacabóesto.LoqueosaconsejoesqueosembarquéisparaFrancia,oqueimploréislaproteccióndelareinamadre.

—¡Yonomecurodemiseguridad!—dijoelPríncipe—.BastaunapalabraqueyodigaaRicardopara tenerla.Peroaunque tú,Bracy,y tú,Fitzurse,osmostráistanapresuradosporsepararosdemí,noporesoseescaparávuestropescuezo del hacha del verdugo! ¿Piensas tú, Waldemar, que el ArzobispoestorbaráquetearranquendesuladosillegaahacerlapazconRicardo?¿Yqué estás tú hablandode embarcarte,Mauricio? ¿Por dónde te dirigirás a lamarquenoencuentresaRobertoEstotevillecontodassusfuerzas,yquizásalconde deEssex, que está recogiendo las suyas? Si nos hacían sombra estosarmamentosantesdelallegadadeRicardo,¿quéserácuandosesepaqueéstehapisadolasplayasdeInglaterra?EstotevillehastaparaecharteatiyatodostuslancerosdecabezaenelríoHumber.

WaldemaryBracysemiraronunoaotroconnopocosobresaltoaloírtanfatalesnuevas.

—¿Queréisqueosdigafrancamenteloquepienso?—continuóelPríncipe,arrugando el entrecejo como si no osara confesar el atroz designio queocultabaensucorazón—.Eseobjetodenuestroterrorviajasolo:esnecesario

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salirlealencuentro.

—¡Noseréyo—protestóelnormando—quien toqueaunaplumade sucinera!Fuisucautivo,meentreguéadiscreción,yélmediolibertad.

—¿Quiénhabladehacerledaño?—dijoelPríncipeconviolentasonrisa—.¡Capaz eres de creer que voy a mandarle asesinar! No; un castillo será suhabitación.EnInglaterraoenAustria,¿quéimporta?Lascosasquedaránconoal principio de nuestra empresa: entonces se trató como condiciónindispensablequeRicardoquedaraprisioneroenmanosdelArchiduque.¿Quétieneesodeextraño?MitíoRobertovivióymurióenelcastillodeCardiff.

—Sí —confesó Waldemar—; pero su hermano Enrique se sentó en untronomássólidoquepuedeserloelvuestro.Nohaymejorprisiónquelaquehaceelenterrador,nimejorcastilloquelabóvedadelaparroquia.Estaesmiopinión.

—Prisión o sepulcro—afirmóBracy—, yome lavo lasmanos y nomemetoenesashonduras.

—¡Villano!—saltóelPríncipe—.¿Vasavendernos?

—Yo no vendo a nadie—exclamóMauricio—, ni sufro que se junte elnombredevillanoconelmío.

—¡Silencio, Bracy! —dijo Fitzurse—. Y vos, señor, no extrañéis losescrúpulosdeunvalientecaballero.Creoquenotardaréendisiparlos.

—¡Noalcanzaatantotuelocuencia!—observóelnormando.

—Sir Mauricio —continuó el astuto cortesano—, no os asustéis comovenado perseguido sin conocer el objeto de vuestro terror. ¿Nodecíais hacetresdíasquetodavuestraambiciónquedaríasatisfechasihallaraisocasióndepeleardehombreahombreoalacabezadevuestroslancerosconesemismoRicardo cuyo nombre os hace temblar ahora?Mil veces lo habéis dicho enpresenciadelosamigosdesualteza.

—Cuerpoacuerpooalacabezademisvalientes—repusoelnormando—;túlohasdicho.Peroatacardebuenasaprimerasaunhombresoloenmediodeunaselva,¿cuándohasalidodemislabiossemejantedesignio'?

—Noeresbuencaballerosiestotecausaescrúpulo—observóWaldemar—. ¿Cómo ganaron fama Tristán y Lanzarote? No fue, por cierto,presentándosefrenteafrentedesusenemigos,sinosaltándolesencimaen looscurodeunaemboscada,comoelloboalaoveja.

—NiLanzaroteniTristán—objetóMauricio—hubieranosadohacerotrotantoconRicardoPlantagenet.

—¿Has perdido el seso? —dijo Waldemar—. ¿No estás al servicio del

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príncipeJuan?¿Nohacompradoésteconmonedacontantetuvalorytulanzayelvalorylaslanzasdeloscompañeroslibresdetuescuadrón?Tenemoselenemigoalavista,¡yteparasenescrúpuloscuandotuhonor,tuvidayladetodosnosotrosestápendientedeuncabello!

—Ricardo—afirmóBracy—pudomatarme,yno lohizo.Esverdadquemedespidiódesupresenciayquenoadmitiómisservicios:porconsiguientenoledebovasallajenisumisión;peroponerlelasmanosencima...¡Esono!

—¡Ni es menester tampoco! —observó Fitzurse—: envía a uno de tusoficialesconveintelanzas.

—¡Hartosasesinostenéisenvuestrostercios!—respondióBracy—.Enelmíonohayhombresdeesacalaña.

—¡Queseastanobstinado!—exclamóelPríncipe—.¿Quésehahechodetantasprotestasdeceloydelealtad?

—Yo haré por vuestra alteza —dijo el normando— todo lo quecorrespondeauncaballero;peroecharmealadróndecaminos...

—Waldemar—suspiróelPríncipe—, ¡quédesgraciadosoy!Mipadre, elreyEnrique,tuvocuantosfielesservidoresnecesitóparaafianzarsudominio.Apenasdioaentenderquelemolestabaunobispo,cuandolasangredeTomásregó los escalones del altar, y era un santo canonizado después. ¡Tracy,Morville, Brito, hombres fieles y decididos, ya no existe el espíritu que osanimaba! Reginaldo Fitzurse ha dejado un hijo, pero sin su valor y sin sufidelidad.

—El hijo de Reginaldo es tan valiente y tan fiel como su padre—dijoFitzurse—;ypuesquenohayotroarbitrio,yotomoamicargoestapeligrosaempresa.Carolecostóamipadreelceloqueacreditóenfavordesuamo,y,sin embargo, lo que hizo por Enrique es algo diferente de lo que yo voy ahacer envuestro favor. porquemásvaldría atacar auna legióndedemoniosqueponerlalanzaenristrecontraCorazóndeLeón.Bracy,quédateaquíparasostener el ánimode losnuestrosypara custodiar alPríncipe.Si recibís lasnoticias que espero enviaros, todo mudará de aspecto y ya no habrá dudassobreeléxitodenuestrosplanes.Paje,marchaacasa,ydialosarmerosquetenganpronta lamejordemisarmaduras; aWetherel, aToresbyya las treslanzasdeSpyinghow,quesepreparenamarchar;aHugo,elcorreo,lomismo.¡Adiós,ilustrepríncipe;hastamásver!

Dijo,ysalióapresuradamentedelacámara.

—Contantaserenidadecharáelguanteamihermano—declaróelpríncipeJuan—comosi fueraunhidalgo sajón.Espero, sin embargo,queobedecerámisórdenesytrataráamiqueridohermanoconelrespetodebido.

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Bracyrespondióconunamaliciosasonrisa.

—¡PorSantiagodeGalicia—protestóelpríncipe—,quemisórdenessonterminantes! Quizás tú no las oirías por estar algo lejos. Positivamente, lemandéque respetase la vida deRicardo, ¡y pobre deWaldemar si así no lohiciere!

—Mejorserá—dijoBracy—quevayasarecordárselo;puesasícomoyonooíesasórdenesdequehabláis,asípudoélnohaberlasoído.

—¡No,no!—repusoelPríncipeimpacientándose—.Estoyseguroquelasoyó.Mauricio,venacá:dameelbrazoypaseémonos.

BracypresentóelbrazoalPríncipe,ylosdossepasearonporelaposentocomodosíntimosamigos.

Apocoseretiróelnormando,yelPríncipemandollamaraHugoelcorreo,que era también el jefe de sus espías. Ínterin venía, Juan se paseaba con lamayoragitación.

—Hugo—ledijo—,¿quétehamandadoWaldemar?

—Mepidiódoshombresresueltos,diestrosenlasveredasyescondrijosdelosbosquesdeestascercaníasyenseguirlashuellasdehombresycaballos.

—¿Seloshasproporcionado?

—Y de los buenos —respondió el confidente—. Uno de ellos se haempleado toda su vida en rastrear ladrones, y ha llevadomás hombres a lahorcaquegotasdeaguatieneelTámesis.ElotroescazadorfurtivoyconocecuantascuevasybarrancoshaydeaquíaRichemond.

—¡Bien!—preguntóelPríncipe—.¿Estánlistos?

—Alinstantevanaponerseencamino.

—¡Basta!—ordenóelPríncipe;ydespuésdehaberpensadoalgúnrato—.Hugo—añadió— importa a mi servicio que sigas los pasos aMauricio deBracydemodoqueélno loobserve.Sepamosdecuandoencuando loquehace, con quién habla y de qué asuntos habla. ¡Cuidado con esto y con tucabeza!

Hugohizounacortesíayseretiró.

—Si Mauricio me engaña—murmuró el Príncipe— como me lo temo,¡porlossantosdelCielo,quehadeperderlavida,aunqueestuvieseRicardoalaspuertasdeYork!

XXVIII

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Volvamos al judío Isaac de York, el cual, montado en una mula que lehabíafacilitadoelcapitándelosbandidos,yacompañadopordosdeéstosqueleservíandeguíasyescolta,seencaminabaaTemplestoweconelobjetodenegociar el rescate de su hija. Aquel edificio distaba sólo una jornada deldemolidocastillode"Frentedebuey",yeljudíoesperaballegaraltérminodesuviajeantesdeanochecer.Despidióalosmonterosalasalidadelbosque,lesdiounapiezadeplataparaqueecharanuntrago,yempezóadarespuelasalamula,encuantoselopermitíasuabatimientofísicoymoral.

Perocasidesfalleciócuandollegóacuatromillasdedistanciadelcastillo;empezó a sentir dolores agudos en todos sus miembros, y aumentabanconsiderablemente su padecer las penas e inquietudes que agobiaban suespíritu. Al fin le fue imposible pasar de un pueblecillo que estaba en elcaminoyenqueresidíaunrabinodesutribu,antiguoconocidosuyoymuydiestroenelartedecurar.NatánBenIsraelacogióasudoloridocompatriotacon todo el afecto que su ley prescribía, y que los judíos se manifestabansiemprerecíprocamente.Loprimeroqueleordenófueelreposo,yEnseguidaleaplicólosremediosmáseficacesparacortarlosprogresosdelafiebrequeelmiedo,elcansancioylapesadumbrehabíanacarreadoalmíserohebreo.

Al día siguiente Isaac quiso levantarse y continuar lamarcha; y aunqueNatánseopusoaestadeterminacióncomomédicoyconoamigo,diciéndolequeaquellalocurapodríacostarlelavida,nologróreducirleaquedarsepuesIsaacasegurabaquemásquelavidaleimportabaelnegocioquelellevabaaTemplestowe.

—¿A Templestowe? —preguntó el rabino sorprendido; y volviendo atomarleelpulsodecíaentresí—:Elpulsohabajado;Perohadejadohuellaslafiebreenelcerebro.

—¿Y por qué no? —dijo Isaac—. Yo bien sé que allí anidan los máscruelesenemigosquetuvieronnuncaloshijosdeIsrael;peroyasabesquelosnegociosdel tráfico son imperiosos,yqueaveces tenemosqueacudira lospreceptoriosdelostemplariosyalasencomiendasdelosdeSanJuan,comosinofueranelazotedenuestropueblo.

—Lo sé—replicó Natán—; pero quizás no ha llegado a tu noticia queLucasdeBeaumanoir,jefedelostemplariosogranmaestre,comoellosdicen,sehallaalahoraestaenTemplestowe.

—Lejos estaba de figurármelo —respondió Isaac—, porque las últimascartas de nuestros hermanos de París decían que a la sazón se hallaba enaquellaciudadimplorandosocorrosdeFelipecontraelsultánSaladino.

—Hacepocosdías,enefecto,quehallegadoaInglaterra,cuandomenosle

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aguardabansushermanos;yvienearmadodecóleraydevenganzaacorregiryacastigar.Está furiosocontra todos losde suOrdenquehan faltadoa lasreglas de ella, y esos caballeros tiemblan cono la hoja en el árbol. ¿No hasoídohablardeLucasdeBeaunanoir?

—¡Y tanto!—contestó Isaac—.Los cristianos le aplauden corno almáscelosoobservadordetodoslospuntosdelaleynazarena;ynuestroshermanoslellamanferozdestructordesarracenosytiranodeloshijosdeIsrael.

—Y no se engañan—afirmó el rabino—. Otros templarios ceden a losplaceresmundanosoa laspromesasdeoroyplata;peroeseBeaumanoireshombredeotraclase.Odialasensualidad,despreciaeldineroysóloaspiraamorir matando sarracenos. Ese hombre ha cobrado tal ojeriza al pueblo deIsrael,queconrazóndebemostemerle.Dicecosasimpíasyfalsasdelavirtudde nuestras medicinas, como si fueran ensalmos y amaños de Satanás. ¡ElSeñorleconfunda!

—Sinembargo—repusoIsaac—,tengoqueiraTemplestownaunquelosquelehabitanmeechenenunhornoardiendo.

EntoncesexplicóaNatánelmotivodesuexpedición.Elrabinoleoyóconinterés,ymanifestóeldolorqueleproducíaaquelladesgraciadelmodocomosolíanhacerlolosdesucreencia:desgarrandosusvestidurasyexclamando:

—¡Ohhijamía,hijamía!¡OhhijadeSión!¡OhcautiveriodeIsrael!

—Yaves—dijo Isaac—queelnegociourgeyquenopuedodetenerme.QuizáslapresenciadeLucasdeBeaumanoir,queeseljefe,retraeráaBriandeBois-Guilbertdelosatentadosquemeditayleinduciráarestituirmelaprendaquemeharobado.

—¡Ponteencamino,hermano—aconsejóelrabino—,ytenprudencia,quefue la que salvó a Daniel en la cueva de los leones! ¡Quiera el Dios deAbraham que todo salga amedida de tus deseos! En todo caso, huye de lapresencia de Lucas de Beaumanoir que tiene particular deleite en ultrajar yvilipendiar a los israelitas. Habla a solas con ese Bois-Guilbert y quizáslograrás reducirle, porque la gente dice que esos nazarenos del preceptorioestándivididosenbandos.¡Diosdesbaratesusconsejos!Perocuentaconquevuelvasareferirmeeléxitodetuempresa,yquemiressiempreestacasacomola de tu padre. ¡Pobre Rebeca, la discípula de la sabia Miriam, de cuyasmedicinas decían esos desacordados nazarenos que eran obras denigromancia!

IsaacdeYorksedespidiódesuhuésped,yalcabodeunahorademarchasehallóalaspuertasdelpreceptorio.

Este establecimiento de los templarios ocupaba el centro de unas vastas

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praderas que el fundador había legado a la Orden. Estaba bien fortificado,porque los templariosnuncadescuidabanestaprecaución,quea lasazónerade suma importancia, estando tan agitada y revuelta Inglaterra. Dosalabarderosvestidosdenegroguardabanelpuentelevadizo,yotrosdos,conelmismo traje, se paseaban a pasosmesurados sobre lamuralla, semejantes aespectrosmásqueahombres.TaleraeluniformedelosempleadosinferioresdelaOrdendesdequeelusodelropajeblanco,igualqueeldeloscaballerosyescuderos,habíadadoorigenenlasmontañasdePalestinaalaformacióndeunosfalsos templariosquehabíanacarreadograndeshonraa losverdaderos.De cuando en cuando atravesaba el patio un caballero de laOrfien, con sumanto blanco, la cabeza inclinada y los brazos cruzados. Si se encontrabandos, se saludaban en silencio con una profunda cortesía, porque tal eran lasreglasqueseobservaban,fundadaquizásenloquedicelaEscritura:"Pecadohayenmuchaspalabras,ylavidaylamuerteestánentulengua".Enfin,lasevera disciplina de Lucas de Beaumanoir había hecho renacer el ascéticorigordelostiemposprimitivosdelTemple,enlugardeldesordenenqueportantotiempohabíavividoaquellaOrdenmilitante.

Isaac se paró a la puerta, sin saber cómo podría introducirse en elpreceptorio, porque sabía que la nueva severidad de los templarios no eramenosfunestaalosdelanaciónhebreaquesuantiguodesarregloyquealasazónlaleyqueprofesabaleexponíaalapersecucióndeloscaballeros,comoenotraépocasuriquezalehabíaexpuestoalasextorsionesdesuimplacabletiranía.

Entretanto Lucas de Beaumanior se paseaba por un pequeño jardín delpreceptorio situado dentro de las murallas, y conversaba triste yconfidencialmenteconunodeloscaballerosdelaOrdenquehabíaidoensucompañíaaTierraSanta.

ElGranMaestre era un hombre de avanzada edad, como lo denotaba elcolordesulargabarbaydelaspobladascejasquesombreabansusojos;maslosañosnohabíanapagadoel fuegoqueenelloscentelleaba.Sus faccionesásperasy laexpresiónde fierezaqueenellas se leíaanunciabanelguerrerointrépidoyformidable,entantoquelapalidezdesurostroyelorgullodesusmiradasdabanaconocersuvaloryenterezaylasecretasatisfaccióndelquesejuzgasuperioracuantoslerodean.Enmediodeestosrasgospeculiaresdesufisonomíasenotabaenellaciertoairedenoblezaymagnanimidad,debidosin duda, a su trato frecuente con príncipes y soberanos y al ejercicio de laautoridad suprema en una sociedad de guerreros ligados no menos por lasleyesdelhonorqueporlasreglasdesuinstituto.Suestaturaeraelevada,yapesardelosañosydelostrabajos,erguidaymajestuosa.Elcorteyhechuradesu manto eran los mismos que prescribía la Orden de San Bernardo, y secomponía de un paño común ajustado al cuerpo, con la cruz peculiar a la

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Orden,depañocolordegrana,sobreelhombroizquierdo.Noadornabanesteatavío los armiños con que se engalanaban los prelados de otras Órdenesreligiosas;peroenconsideraciónasuedadsehabíaaprovechadodelpermisoqueledabalaregla,yllevabalatúnicaforradadepieldecordero,conlalanahaciafuera,queeraelmayorlujoquesuconciencialepermitíausar,envezdelosricosforrosdepielesextrañas,tanalamodaenaquellossiglos.Teníaenlamanounbáculocorrespondienteasudignidad.Llamábaseábaco,yterminabaporlapartesuperiorenunaplacaredondaenqueestabagrabadaenmediodeuna orla la cruz octangular de la Orden. Su compañero estaba vestido delmismomodo;peroelprofundorespetoconquelehablabadabaaentenderquenadaeraigualentreellossinoeltraje.Aunquepreceptorosuperiordeunadelas casas de laOrden, nomarchabade frente con él, sinodemanera que elGranMaestrepudieradirigirlelapalabrasinvolverlacabeza.

—Conrado—decíaLucasdeBeaumanior—,queridoamigoycompañeroenmisbatallasypeligros,en tu fielcorazónpuedodesahogar lascuitasqueatosiganelmío.Sóloentipuedodepositarmisardientesdeseosdereunirmeconlosjustos.Ningunodelosobjetosquesehanpresentadohastaahoraamisojos en Inglaterra me ha servido más que de tormento y de mortificación,salvolastumbasdenuestroshermanosqueaúnadornanlaiglesiadelaOrdende la orgullosa capital. ¡Oh valiente Roberto de Ros!, exclamaba yointeriormente al ver Las estatuas de aquellos buenos soldados de la Cruzrecostadas en sus sepulcros. ¡Oh digno Guillermo de Mareschal! ¡Abridvuestrasmoradasdemármolyadmitidaunhermanocansadodelavida,quemásbienquierepelearcontracienpaganosquesertestigodeladecadenciadesusantaOrden!

—¡Es cierto —respondió Conrado Mont-Fichet—; es demasiado cierto!LasirregularidadesdenuestroshermanosdeInglaterrasonmuchopeoresquelasdelosdeFrancia.

—Porque son más ricos —prosiguió el Gran Maestre—. No es poralabarme;peroyasabeslavidaquehellevado,miceloencumplirhastalosápicesdenuestraregla,mitesónenpelearcongentesendiabladasyperversas,miincansableardorenacometeralleónrugiente,quegiraentornobuscandoaquiendevorar.Buencaballeroyeclesiásticodevoto:aestoheaspiradoenelcursodemilargaexperiencia.MidivisahasidolaquedicenuestropadreSanBernardo en el capítulo cuarenta y cinco de nuestra constitución: Ut leosamperferiatur.Esteeselardorquehadevoradomisubstanciaymijugovital,yhastamisnerviosylamédulademishuesos.¡PeroporelSantoTempletejuroque,sinoerestúyalgunospocosqueconservanlaseveridaddelinstitutonoveoentrenuestroshermanossinohombresindignosdelhábitoquevisten!¡Quédiferenciaentre loqueprescribenuestrareglayelmodoque tienendeobservarla los templariosdeldía!Se lesprohíbeusargalasprofanas,crestón

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enelyelmo,oroenelfrenoyenlosestribos.¿Yacasohaycaballerosquesepresenten con tanto lujo y esplendor en los campamentos y justas como loshumildes soldados del Temple? Se les prohíbe el ejercicio de la cetrería, lacaza con arco y ballesta, toda diversión campestre y destructora, todos losdesórdenes a que ellas dan lugar. ¿Y dónde están los más acreditadoscazadores,yloshalconesmásfamosos,ylasjauríasmásnombradas,sinoennuestrospreceptorios?Selesprohíbeleer,salvoloslibrosquelossuperioresles permitan, y las vidas de los santos, en las horas de refectorio; se lesrecomiendaqueempleentodossusesfuerzosenextirparlamagiaylaherejía,ytodoelmundolosacusadeestudiarlosmalditossecretoscabalísticosdelosjudíos, y la nigromancia de los sarracenos. Se les prescribe una rigurosaabstinencia, comidas sencillas y frugales, como raíces, potaje, frutas, carnesólotresvecesa lasemana,porqueelusodiariodelassubstanciasanimalestrae corrupción al alma y al cuerpo, y sus convites son tan delicados yopíparos como los de los monarcas más poderosos. La bebida de nuestrosantepasadoseraelaguapuradelafuente;yhoy,cuandosequiereexagerareldestemple de un bebedor, se dice comúnmente que se las apuesta con untemplario.Este jardín enqueestamos,hermoseadoconárbolesperegrinosyplantascuriosasdelosclimasmásremotos,¿noesmáspropiodelserrallodeun emir que del humilde retiro de los siervos del verdadero Dios? ¡Ah,Conrado! ¡Y si no fuera más que esto! ¡Si se redujeran a estas prácticasviciosas la relajación de nuestra disciplina y la corrupción de nuestrascostumbres!Yasabesquenonoses lícito recibiraaquellasdevotasmujeresqueenlosprimerostiemposseasociabancomohermanasdelaOrden,porque,comodiceelcapítulocuarentayseis,elenemigosevaledelacompañíadelasmujeresparaapartaramuchosdelverdaderocamino.Y,además,enelúltimolibro,queescomolacúpuladeledificiogloriosoalzadoporelsantofundador,se nos prohíbe hasta dar el ósculo de cariño a nuestras madres y nuestrashermanas:Utomniummulierumosculafugiantur.¿Ycómoseobservanestospreciosos preceptos? ¡Me avergüenzo, amigo mío; me lleno de rubor alreflexionar en la corrupción, en la liviandad que se nota en nuestroscompañeros! ¡Estos males turban y molestan, en medio de las deliciascelestialesdequeestángozando,alasalmasdenuestrospurosfundadores,deHugo de Payen, de Godofredo de S. Orner, y de los otros sietebienaventurados que se les unieron para consagrar su vida al servicio ycustodiadelTemplosanto!Yoloshevisto,Conrado,enloséxtasisyraptosdemi espíritu; los hevisto llorar lágrimas amargas al considerar los pecadosylocurasdesushijos;eselujofrenético,eseespíritumundanoquelospierdeyalucina. Beaumanoir —me decían aquellos varones angélicos—, dormidosestán;despierta.MiraesamanchaqueafealosmurosdelTemple;esamancha,semejantealaquedejalalepraenlasparedesdelleproso.LossoldadosdelaCruz,quedeberíanhuirdelasmiradasdelamujercomodelasdelbasilisco,

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vivenenpecado;nosóloconlasdesupropiacreencia,sinoconlashijasdelmalditopaganoyconlasdelmuchomásmalditohebreo.¡Beaumanoir,saldetu letargo; venga la causa de laOrden! ¡Mata, destruye a los pecadores; nodistingas de sexo ni de religión!»Estome dijo aquella visión; ya estaba yodespierto,yaúnoíaelruidodelaarmaduradeaquellossantosguerreros,ydesusmantos, tan albos y tan puros como su espíritu. ¡Sí, sabré obedecerlos;purificarélafábricadelTemple!¡Laspiedrasempapadasencrímenescaeránalsueloaimpulsodemibrazo!

—¡Cautela, sobre todo, reverendo padre! —observó Mont-Fichet—. Eltiempo y la costumbre han arraigado profundamente el mal. La reforma esjustaynecesaria;perodebeserprudente.

—¡No,sinoprontayterrible!—dijoelGranMaestre—.¡LaOrdenestáala orilla de precipicio! La sobriedad, el celo, la piedad de nuestrospredecesores, les granjearon poderosos amigos; nuestra presunción, nuestrariqueza,nuestrolujo,noshanacarreadoenemigosformidables.Despojémonosde esa opulencia, que tanta envidia causa a los príncipes deEuropa; de eseorgullo,quelosofendeyexaspera;deesascostumbreslicenciosas,¡quesonelescándalodetodoelmundocristiano!Conrado,oyeestapredicción:laOrdendel Temple será completamente destruida; las naciones de la tierra noconoceránelsitioenqueestuvieronsuscimientos.

—¡Diosapartedenosotrostamañacalamidad!—exclamóelPreceptor.

—¡Amén!—dijo elGranMaestre con tono grave y devoto—.Más paraqueDiosnosasista,debemoshacernosdignosdesumisericordia.ConradonielCielonilaTierrapuedensufrirconpaciencialamaldaddeestageneración.La tierra sobre la cual se alza el edificio de nuestro poder está yaminada:cuanto añadamos al engrandecimiento de su estructura servirá tan solo paraprecipitar su ruina. ¡Si queremos evitar esta catástrofe, retrocedamos de lacarrera de la iniquidad, mostrémonos fieles campeones de la Cruz,sacrifiquemosanuestravocaciónnosólonuestrasangreynuestravida,sinonuestroreposo,nuestrosafectosnaturales,yhasta losplaceresy recreosquepueden ser legítimos en otros, pero que son vedados a los guerreros ydefensoresdelTemplodelSeñor!

Apenas había concluido el Gran Maestre su declamatoria homilía, sepresentóeneljardínunescuderovestidoconelhumildetrajequeusabanlosaspirantesdelaOrden,loscualesduranteelnoviciadonopodíanusarelropajenilaarmaduradeloscaballeros.Hizounaprofundareverencia,ysemantuvoenpiesindesplegarloslabiosaguardandoqueelSuperiorledieselicenciadehablar.

—Aquí tienes a Damián —dijo Lucas de Beaumanoir —con el atavíocorrespondientealahumildadcristianayenelademánrespetuosoymodesto

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queconvienealquesehallaenpresenciadesuprelado;ynohace tresdíasqueestabatanengalanadocomounsaltarínyqueandabaabrincosypiruetascomosiestuvieraenunestrado.¡Habla,Damián!¿Quéhaocurrido?

—Unjudíoestáalapuertadelasmurallas,nobleyreverendopadre,ypidelicenciaparahablarconelhermanoBriandeBois-Guilbert.

—Has hecho bien en prevenírmelo —contestó el Gran Maestre—. ElhermanoBriandeBois-GuilbertespreceptordelaOrden;masenmipresenciano esmás que los otros hermanos.Me importa observar la conducta de eseBrian—añadió,volviéndoseasuamigo.

—Todosdicenqueesunvalientecaballero—respondióConrado.

—En punto a valor, no hemos degenerado de nuestros predecesores loshéroesdelaCruz.PeroBrianvinoalaOrdencuandosehabíanfrustradosusesperanzasmundanas;renuncióalsiglo,noconlasinceridaddesualma,sinoaimpulsosdeldespechoydelenojo.Desdeentoncesnohasidomásqueunagitadoractivo,un revoltoso,unhombre inquietoydesasosegado,el jefedetodos los que resisten a mi autoridad y murmuran de mis reformas. EsmenesterquesepaeltalBrianytodoslosqueseleparecenquelaProvidenciadivinahapuestoenmismanoselcayadoylavara:aquél,paraapoyaraldébilyalenfermo;ésta,paracorregiraldelincuenteyaldíscolo.¡Damián,vengaeljudíoamipresencia!

Damiánhizootrareverenciaysaliódeljardín.Alospocosminutosvolvióa presentarse conduciendo a Isaac de York. El esclavo desnudo que pareceanteunimplacabletiranodeOrienteyaguardaacadainstantelaseñalquehade segar su cabeza, no experimenta un terror más profundo que el que seapoderódeljudíocuandosevioenfrentedelformidableGranMaestredelostemplarios. Llegado que hubo a distancia de tres varas de Lucas deBeaumanoir,éstelehizoseñaconelbáculoquenopasasemásadelante.

Eljudíosearrodilló,besólatierraenseñaldereverencia,ylevantándosetrémuloyconfuso,quedóenpieconlosbrazoscruzadosylosojosfijosenelsuelo.

—Damián—dijoelGranMaestre—,retírate,ytenunaguardialistapararecibir mis órdenes. No permitas que nadie entre en el jardín hasta que yollame.

Elescuderoobedecióelmandatodesujefe.

—Judío—dijoelanciano—,óyeme:niyogustodeperderel tiempoconpalabras,niconvienetenerlargaconversacióncontigo.Sébreve,portanto,alaspreguntasqueyotehaga,ysobretodonodigasmásquelaverdad.Si teatrevesaengañarme,hedehacerquetearranquenlalengua.

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Eljudío¡haaresponder;máselGranMaestreledetuvo.

—¡Silencio!—ordenó Beaumanoir—. ¡No hables sino para responder amis preguntas! ¿Cuáles son tus negocios con el hermano Brian de Bois-Guilbert?

Isaacnosabíasalirdeaquellance.Sireferíalaverdad,temíaescandalizaral inflexible Gran Maestre, de lo cual podrían originársele fatalesconsecuencias. Si ocultaba el objeto que allí le llevaba, ¿qué esperanza lequedabade rescatarasuhija?Beaumanoirconociósuembarazo,ysedignódirigirlealgunaspalabrasbenignasytempladas.

—Nada temas—le dijo— si obras con rectitud.Responde sin disfraz, ydeclaralosnegociosquetienesconBriandeBois-Guilbert.

—Soy portador de una carta —respondió el judío con voz trémula yagitada— que el prior Aymer, de la abadía de Jorvaulx, dirige al buencaballeroBriandeBois-Guilbert.

—¡Enquétiemposestamos,Conrado!—dijoelMaestre—.¡UnpriordelaOrdendelCisterescribeaunsoldadodelTemple,ynoencuentramensajeromásapropósitoqueunperrojudío!¡Dameesacarta!

Isaacdesatótemblandolacubiertadelgorroarmenioqueusaba,enlacual,paramayorseguridad,habíaguardadolacartadelPrior;yyaibaaacercarsealMaestre extendiendo el brazo y encorvando el cuerpo a fin de abreviarlomenosposibleladistanciarespetuosaenquesehabíacolocado.

—¡Atrás,impío!—exclamóelGranMaestre—.¡Yonolocoalagentedetu casta si no es con la punta de mi acero! ¡Conrado, toma ese papel yentrégamelo!

Beaumanoir examinó el sobrescrito, y empezó a desatar el hilo que loaseguraba.

—Reverendopadre—dijoConradointerrumpiéndole,aunqueconademánrespetuoso—,¿vaisaromperelsello?

—¿Y por qué no?—dijoBeaumanoir—. ¿No está escrito en el capítulocuarenta y dos De lectione literarum que ningún templario puede recibircartas,aunqueseadesupadre,sinpermisodelGranMaestre,ni leerlassinoensupresencia?

Beaumanoir leyóprecipitadamente la cartadeAymer congrandesgestosdehorrorydesorpresa;volvióaleerlamásdespacio,selaentregóaConradoconunamanoydándoleunapalmadaenelhombroconlaotra.

—¡He aquí —le dijo— una correspondencia digna de dos cristianos!¿Cuándo—añadió con voz pausada y alzando los ojos al Cielo—, cuándo

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vendrásconelbieldoalimpiarestaerademiescorrompida?

Mont-Fichettomólacarta,eibaaleerlaenvozbaja.

—Léala en alto —dijo el Gran Maestre—; y tú, judío, escuchaatentamente,queescosaqueteatañe.

Conradoleyólosiguiente:

"Aymer,porlagraciadeDiospriordelacasacisterciensedeSantaMaríade Jorvaulx, a sir Brian de Bois-Guilbert, caballero de la santa Orden delTemple.Salud:sabed,carísimohermano,quenuestrapresentecondiciónnoesde las más agradables, puesto que nos hallamos en manos de ciertosdesalmadosbandidosquehandetenidonuestrapersonaynosexigenrescate;yenestasituaciónhemostenidonoticiadeladesgraciadeFrentedebueyydevuestro escape con la judía.Noshemos alegrado sinceramentede saber queestáis libres de todo peligro. Sin embargo, por lo que respecta a la hebrea,correnvocesdequevuestroGranMaestrevienedeNormandíaconeldesigniodeajustaroslascuentas;portanto,habiéndomerogadoelricojudíosupadreIsaac de York que interceda en su favor, no he tenido inconveniente enhacerlo,aconsejándoosqueselarestituyáismedianteunbuenrescate,conelcual bien podréis proporcionaros cincuenta muchachas a menos riesgo,tocándome,comoespero,unaparteenvuestraprimerafrancachela.

"Hastaquenosveamos,enmejorescircunstanciasquelaspresentes.Dadoen esta caverna de ladrones, después de la madrugada. —Aviner, Pr. S.M.Jorvaulciense."

«Postscriptum—.Vuestracadenadeorohacaídoenmanosdeestagente:ahoramismoestoyviéndolaalcuellodeun forajido,elcualconelpreciosopitoguarnecidodeperlassedivierteenllamarasuslebreles.»

—¿Qué dices a esto, Conrado?—dijo el Gran Maestre—. ¡Caverna deladrones!¡Quémansióntandigadeunreligioso!¡NoesextrañoquelamanodeDiosnosoprimaniqueperdamoslaTierraSantaapalmosporelalfanjedelagareno!¿Yquéquieredecirestodelajudía?

Conradoconocíaalgomejorquesusuperioraquellenguaje;asíquepudoexplicarle el pasajeque tanoscuro leparecía, diciendoque eran alusiones anegociosdeamor.

—Haymásenestoqueloquetúpiensas,Conrado.Tusencilleznoalcanzaapenetrarenesteabismodeiniquidades.EstaRebecadeYorkesdiscípuladela famosa Miriam, que tanto ruido ha hecho en el mundo: verás cómo elmismo judío lo confiesa—. Y volviéndose a Isaac—: ¿Conque tu hija— lepreguntó—esprisioneradeBriandeBois-Guilbert?

—Sí,reverendoyvalerososeñor—respondióIsaac—;ytodoloquepuedo

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pagarconminoblezaporsurescate.

—¡Basta!—dijo elMaestre—. Creo que esa hija tuya entiende algo demedicina.

—Sí,ilustreseñor:caballerosycampesinos,escuderosyvasallosbendicenel don con que losCielos se han dignado favorecerla.Muchos hay en estascercanías que han recobrado la salud de sus manos, después de haberlosabandonadolosmédicos;peroRebecaharecibidolabendicióndeJacob.

BeaumanoirsevolvióaMont-Fichet,yledijo:

—Mira,hermano,losengañosdelenemigo:observacómoalucinaypierdea los hombres ofreciéndoles un breve espacio de vida en la Tierra yprivándoles de la eterna ventura celestial. ¡Bien dice nuestra santa regla:acometamosalleón,destruyamosalquetodolodestruye!

Ydiciendoestaspalabrasblandíaelbáculo,símbolodesudignidad,comosituviesedelanteaunenemigoyfueseabatallarconél.

—Tuhija—añadió—hacesindudaesascurasprodigiosaspormediodepalabrasyensalmosyotrasprácticascabalísticas.

—No, reverendo y bravo caballero —dijo Isaac—. Lo que máscomúnmenteempleaesunbálsamoderarasvirtudes,cuyosecretoposee.

—¿Quiénledescubrióesesecreto?

—Miriam,sabiamatronadenuestratribu.

—¡Ah, falso judío!—exclamóelGranMaestre—.¿Miriam, lahechiceraabominable,cuyossortilegiosllenaronelmundodehorroryescándalo?Puesbien;esaperversamurióenunahoguera,ysuscenizasfueronesparcidasalosvientos.¡QuieraDiosquesucedalomismoalaOrdendelostemplariossiladiscípula no experimenta la suerte de la maestra! ¡Yo le enseñaré a usarencantosconlossoldadosdelTemple!¡Damián,echaaesejudíoporlapuertadelafortaleza,ydéjalemuertosivuelveosihacelamenorresistencia!Consuhijatomaremoslasmedidasquecorrespondenanuestradignidad.

ElpobreIsaacfuearrojadodelpreceptorio:susofertas,sussúplicasfueroninfructuosas.Volvióacasadelrabinoaconsultarconélsobreelpartidoquedebía abrazar en tan terrible apuro. Hasta entonces sólo le había inspiradorecelo el honor de Rebeca; mas ya se trataba de su vida. El GranMaestremandóllamaralpreceptordeTemplestowe.

AlbertoMalvoisin,presidente,osegúnellenguajetécnicodelaOrdendelostemplarios,preceptordelacasadeTemplestown,erahermanodeFelipedeMalvoisin,dequienyasehahechomenciónenestahistoria,y,comoaquél,barón,amigoíntimoyaliadodeBriandeBois-Guilbert.

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Alberto sobresalía entre los hombres disolutos y perversos de aquellaépoca; pero se diferenciaba deBrian en que sabía echar a sus vicios y a suambiciónelvelodelahipocresía.Sinohubierasidotanrepentinalallegadadel Gran Maestre, nada hubiera notado en Templestowe que no fueraconformealaseveridadprimitivadelinstituto;yaunapesardeldescubiertoenquesehallóalosojosdelrigurosísimoBeaumanoir,oyócontantorespetoy contrición sus amonestaciones y se dio tanta prisa en reformar losdesórdenesquedominabanenelpreceptoriointroduciendolasexterioridadesdel orden donde acababa de reinar el desarreglo, que Lucas deBeaumanoirempezóamejorar lamalaopiniónquedeélhabía formadoalprincipio,yacreerqueerahombredesanamoralydebuenosynoblessentimientos.

Pero estas favorables ideas se disiparon en gran parte cuando el GranMaestrellegóaentenderqueAlbertohabíahospedadoenelpreceptorioaunacautivahebrea,lacualsegúntodaslasapariencias,habíasidoarrebatadadelosbrazos de su padre; así que cuando el Preceptor compareció ante el GranMaestre,loprimeroqueéstehizofuelanzarleunaterriblemirada.

—Enestacasa,dedicadaalosaltosfinesdelaOrdendeloscaballerosdelTemple —dijo con tono severo Lucas de Beaumanoir,—se halla a la horapresente unamujer judía traída a su respetable recinto por uno de nuestroshermanos,yconvuestroconsentimiento,señorpreceptor.

Alberto quedó inmóvil y aterrado, porque la infeliz Rebeca había sidoalojada en un ala secreta y remota del edificio y se habían tomado ademástodaslasprecaucionesnecesariasparaapartarladelasmiradasdeloscuriosos.LeyóenlosojosdelGranMaestrelaruinadeBois-Guilbertylasuyapropiasinoconseguíaalejarlatempestadquelosamenazaba.

—¿Porquécallas?—dijoBeaumanoir.

—¿Me es lícito justificarme? —preguntó el Preceptor con hipócritahumildad,aunqueconelsoloobjetodeganartiempo,afindeimaginaralgunarespuestaquepudiesedarelcoloridodelaprudenciaydelaregularidadasuconducta.

—Licenciatienes:habla—dijoelGranMaestre—.Habla,ydimesitienesnoticiadenuestroinstituto.

—Seguramente, reverendo padre —respondió el Preceptor—. No hesubido al alto puesto que ocupo en la Orden sin estar penetrado de tanimportantespreceptos.

—Pues ¿cómo has permitido que profane y contamine estos sagradosmurosunamujer,ymuchomássiendojudíayhechicera?

—¿Una judía hechicera?—exclamó Alberto de Malvoisin—. ¡Dios nos

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libre!

—Sí,hermano;unajudíahechicera.¿TeatrevesanegarqueesaRebecaeshijadelusureroIsaacdeYorkydiscípuladelaperversaymalditaMiriam?

—Vuestrasabiduría,reverendopadre—dijoelPreceptor—hadisipadolastinieblas demi entendimiento.Extraño es, en efecto, queBois-Guilbert estétanprendadode lahermosurade esamujer;masnoes extrañoqueyohayaprocurado poner estorbos insuperables a esa pasión. Con este objeto la herecibidoenestacasa;puesmiintencióneraevitarquehubieseelmenortratoentreellosdandoanuestrohermanoeltiempodevolverensíydeconsiderarelabismoenqueibaaprecipitarse.

—¿Ha pasado algo entre ellos—dijo el GranMaestre— contrario a losvotosqueprofesamos?

—¡Qué!¿Bajolostechosdelpreceptorio?—exclamóMalvoisin—.¡Diosnosampareydefienda!No,reverendopadre:sihefaltadoenabrirlaspuertasaesamujer,hasidoparaevitarmayoresmales.LapasióndeBois-Guilbertmeha parecido efecto de locuramás bien que de perversidad, y he creído quepodría curarse más eficazmente por medio de la blandura que conreconvencionesycastigos.Maspuestoquetusabiduríahadescubiertoquelahebrea está iniciada en las artes diabólicas quizás deberemos atribuir a suinflujoladesventuradenuestrohermano.

—¡No hay duda, no hay duda!—dijo Beaumanoi—.Observa, Conrado,cuánpeligrosoescederalosprimeroshalagosdelenemigo.Noscomplacemosenmiraraunamujerparasatisfacerunavanacuriosidadyparadeleitarnosenesa flor engañosaque se llamahermosura: de esta criminal flaqueza sevaleSatanásparacompletarconsusartesinfernaleslaperdiciónquetuvoorigenenlaindiscreciónyenlaociosidad.Puedeserquenuestrohermanomerezcamáscompasiónquecastigo,yelapoyodelbáculomásbienqueelgolpedelavara.¡Quiera Dios que podamos restituirle al seno de sus hermanos y alconocimientodelaverdad!

—Fuera lástima, por cierto—dijoConradoMont-Fichet—que laOrdenperdieraunadesusmejoreslanzascuandomásnecesitaelapoyodetodossushijos.TrescientossarracenoshanperecidoamanosdeBriandeBois-Guilbert.

—Tienesrazón—dijoelGranMaestre—;procuremosdeshacerelencantodequeesvíctimaesedesgraciado.ElfavordelCieloromperáloslazosdeestaDalila,comoSansónrompiólascuerdasconquelehabíanatadolosfilisteos,yBrianquedarálibredesuscadenas,yvolveráaverteraraudaleslasangredelosinfieles.MasporloquehaceaesamagaaborreciblequesehaatrevidoaejercersushechizosconunsoldadodelTemple,laimpíamorirá.

—¿YlasleyesdeInglaterra?—dijoMalvoisin,elcual,aunquemirabacon

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placerquelacóleradesusuperiorhubieratomadounadireccióndiferentedelaqueéltemía,procurabamoderarlaafindequenollegaraalextremo.

—LasleyesdeInglaterra—dijoelGranMaestre—permitenymandanacadaunojuzgaryejecutar justiciaenloslímitesdesujurisdicción.Elbarónmenos ilustre puede prender, sentenciar y condenar a una hechicera que hadelinquidoensusdominios.¿YnotendrálamismafacultadelGranMaestrede los templarios en los muros de un preceptorio? ¡Sí: la juzgaremos, ypronunciaremossentencia!Lahechicerapagaráconlavida,yeldescarríodeBrian será perdonado. Dispón la sala del castillo para el juicio. AlbertoMalvoisin hizo una reverencia y se retiró, no a dar las disposiciones que elGranMaestrelehabíamandado,sinoabuscaraBois-Guilbertyadarlecuentadetodoloquepasaba.NotardóenencontrarlepateandoderabiaderesultasdelosnuevosdesairesquelehabíahechoLajudía.

—¡Ingrata!—decía—. ¡Perversa, aquienenmediode las llamasyde lasangresalvélavidaarriesgandolamíapropia!¡TejuroqueporarrancarladeaquelpeligromedetuveenelcastillodeFrentedebueyhastaqueyacrujíanlasvigassobremicabeza!Fuiblancodecienflechas,quegolpeabansobremiarmaduracomoelgranizoenuntechodeplomo,ysólomeservídemiescudoparaprotegerla.Estohehechoporella;¡yahoralainfamememaldiceporquenoladejéperecerenelincendio!¡Ynosólonoquieredarmelamáspequeñaseñaldeagradecimiento,sinoniaunlamásremotaesperanzadequellegueeldía en queme trate conmenos crueldad! ¡ElDiablo se ha apoderado de supersona!

—¡ElDiablo—dijoelPreceptor—sehaapoderado,segúnestoyviendo,desupersonaydelatuya!¿Cuántasvecesteherecomendadolaprecaución,yaqueesinútilpredicartecautela?¡Porlasórdenesquetengo,creoqueLucasdeBeaumanoirtienerazóncuandodicequeesadoncellatehatrastornadoconmaleficios!

—¿LucasdeBeaumanoir?—dijoBriandeBoi-Guilbert—.¿Esasson tusprecauciones,Malvoisin? ¿Has permitido que ese hombre sepa que Rebecaestáenelpreceptorio?

—¿Hepodidoestorbarloacaso?—dijoMalvoisin—.Nadaheomitidoparaqueesesecretoquedeentrelosdos;peronoshanvendido,ysólopuedehabersidoelDiablo.Sinembargo,noteazores:lacosaestámejordeloqueyotemíal principio, y tú no tienes nada que temer si renuncias a tu proyecto. Eresdigno de piedad, según dice Beaumanoir; te han hechizado. Rebeca esnigromante,ycomotal,debemorir.

—¡Nomorirá!—exclamóBois-Guilbert-

—Nitúniyopodemossalvarla.Lucashajuradolamuertedelaisraelitay

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túnoignorassusdeseosysupoderdeejecutarsuintento.

—¿Creerán los siglos futuros que haya podido existir en el nuestro tanestúpida crueldad?—decíaBrian deBois-Guilbert paseándose agitadamenteporlapieza.

—Crean—dijoelPreceptor—loquelesdélagana;loqueyocreoesqueen el siglo en que vivimos, de los ciento, los noventa y nueve responderánaménalasentenciadelGranMaestre.

—¡Noimporta!—dijoBrian—.Alberto,túeresmiamigo:dejaescaparalahermosaRebeca,yyolaharéllevaraunsitiosecretoyseguro.

—Aunquequisiera,nopuedo—dijoelPreceptor—: lacasaestá llenadecriadosyasistentesdelGranMaestreydetemplariosqueestánasudevoción.Siquieresqueseafrancocontigo,aunquesupierasalirbienconlaempresanomeatreveríaaengolfarmeentantashonduras.¡Hartomehecomprometidopordarte gusto! No estoy de humor de tener a cuestas una sentencia dedegradación,nideperderelpreceptoriopor losojosnegrosdeuna judía.Siquieres guiarte por mi consejo, echa el halcón a otra parte. Piénsalo bien,Brian: tu dignidad actual, tu engrandecimiento futuro, todo depende de laopiniónquegocesenlaOrden.SiteobstinasenreteneraRebeca,dasocasióna Beaumanoir para que te eche del Temple; y es hombre que no sabrádesperdiciarla.Tienesobradoapegoalbáculoquesutrémulamanoempuña,yyahasospechadoqueaqueleseltérminodetusmiras.Tearruinarácuandoleofrezcaselmenorpretexto,ynoesfrioleraesto,deprotegeraunajudía;ítemmás,hechicera.Cédeleenesteasunto,puestoquenotequedaotroarbitrio.

—Malvoisin—dijoBoisGuilbert—,alabotuserenidad.

—Brian—respondióelPreceptor—,unamigoserenoydesangrefríaeselúnicoquepuededarteconsejossaludables.Notecansesendarcocescontraelaguijón: por más que hagas, no puedes salvar a Rebeca. Más te digo: teexponesaperecerconella.ÉchatealospiesdelGranMaestre...

—¡Echarmeasuspies!—exclamóconojosiracundoselaltivoeindómitotemplario—.¡No,Alberto!¡Iréaverle,ylediréensusbarbas...!

—Puesbien—continuóMalvoisin—;dileensusbarbasqueestáslocodeamorporlajudía,yveráslaprisaquesedaendespacharla.Ytú,cogidoconlasmanos en lamasa, en un delito contrario a nuestro instituto, no puedescontar con el socorro de tus hermanos: abandonando todas las quimeras depoderydeambicióntendrásquealistartecomounlanceromercenarioytomarparteenlasrevueltasdeFlandesyBorgoña.

—¡Dices bien, Malvoisin! —respondió Brian después de haberreflexionadoalgunosmomentos—.NoquieroqueBeaumanoirseríademí;y

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porloquehaceaRebeca,latengoporindignadequeyoexpongamivida:ymihonorenbiensuyo.Deboabandonarlaydejarlaseguirsusuerte.

—Notearrepentirásdeesaresolución.Lasmujeressonjuguetesquenosdiviertenenlosratosperdidos:elnegocioprincipaldelavidaeslaambición.¡PerezcanmilvecestodasLashermosasantesquetúvuelvaselpieatrásenlabrillantecarreraquehasemprendido!Adiós,quenoconvieneprolongarestaconversación.Voyapreparartodolonecesarioparaeljuicio.

—¡Qué!¿Tanpronto?—dijoBois-Guilbert.

—Sí —respondió el Preceptor—; el juicio va deprisa, y ya estápronunciadalasentenciadeantemano.

—¡Rebeca! —dijo Bois-Guilbert cuando quedó solo—. ¡Qué cara mecuestas! ¿Por qué no me es dado abandonarte a tu suerte, como este fríohipócrita me aconseja? Haré un esfuerzo por salvarte; pero, ¡ay de ti sicontinúas ingrataamisbeneficios! ¡Mivenganzaseráentonces igualaymiamor! ¡Bois-Guilbert no arriesga el honor y la vida para tener en galardóninjuriasydesprecios!

Apenas hubo dado el Preceptor las órdenes necesarias, cuando ConradoMont-FichetfueanotificarlequeelGranMaestrehabíadecididoprocederaljuiciosinpérdidadetiempo.

—¿Qué delirios son éstos?—dijoAlberto deMalvoisin—.TodaEuropaestá llena de físicos hebreos; y por cierto que nadie atribuye sus curasportentosasalartemágiconialossortilegios.

—El Gran Maestre —respondió Conrado— piensa de otro modo; y,Alberto,hablemosclaro:hechiceraono,másvalequeestajudíaperezcaqueverlaOrdendivididapordisensionesybandosoprivadadeunguerrerocomoBrian.Yasabesquesureputaciónesgrande,yquelamerece;masdenadaleserviría si el GranMaestre le creyera cómplice, y no víctima de la hebrea.AunqueperecieraconellatodoelpueblodeIsrael,mejoresesoquenoperdernosotrosunmiembroútil,yconéllafamadenuestragranfamilia.

—Hasta ahora he estado batallando con él y persuadiéndole que laabandone—dijoMalvoisin—; pero seamos justos: ¿haymotivos suficientespara condenar a esa infeliz como hechicera? ¿Qué dirá el Gran Maestrecuandoveaquelaacusacióncarecedepruebas?

—No carecerá —dijo Conrado—: sobrarán pruebas irresistibles paracondenarla.

—Pero ¿no se nos da tiempo para preparar la máquina? —respondióMalvoisin.

—Prepárala lo más aprisa que puedas —dijo Conrad— y te saldrá la

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cuenta. Templestowe es un pobre preceptorio: el de la casa de Dios tienerentasdoblesyotrasmuchasventajas.Encárgatededisponerlospormenoresdel proceso, y ya sabes que yo puedomucho conBeaumanoir. ¿Quieres serpreceptordelacasadeDiosenelfértilcondadodeKent?¿Quédices?

—Entre los que han venido con Brian —dijo Malvoisin— hay doshombres que me son muy conocidos, porque estuvieron mucho tiempo alserviciodemihermanoFelipe,ydeélpasaronaldeFrentedebuey.PuedeserqueellossepanalgoacercadeRebeca.

—Búscalosinmediatamente—dijoConradodeMontFichet—,ysialgunosbesantespuedenrefrescarleslamemoria,notepareseneso.

—Despáchate, que el juicio ha de empezar a las doce.Nunca he visto aLucastanapresuradodesdequecondenóalrelapsoHametAlfagi.

Lasonoracampanadelcastillohabíaacabadodedarlaseñaldemediodía,cuandoRebeca oyó pasos en la escalera secreta del aposento que le habíandestinado. El ruido indicaba la llegada de muchas personas, y estacircunstancialecausóalegría,porquemástemíalasvisitasprivadasdelferozy apasionado Bois-Guilbert que todos los otros males que pudieransobrevenirle. Las puertas del aposento se abrieron, y entraron Conrado, elPreceptorycuatroalabarderosvestidosdenegro.

—¡Hija de una razamaldita—dijo Alberto deMalvoisin—, levántate ysíguenos!

—¿Adónde—dijoRebeca—,yparaqué?

—¡Mujer—dijoConrado—,notetocapreguntar,sinoobedecer!Sabe,sinembargo,quevasaserpresentadaanteeltribunaldelGranMaestredenuestraOrden,pararesponderaloscargosquesetehagan.

—¡BenditoseaelDiosdeAbraham!—dijoRebecacruzandolasmanos—.Elnombrede juezesparamícomoeldeprotector. ¡Debuenagana tesigo!Permítemetansóloquemecubraconelvelo.

Rebecabajópausadamente laescalerayatravesóuna largagalería,al finde la cual por una puerta entró en el salón principal del preceptorio, dondeLucas de Beaumanoir había reunido el tribunal de que era presidente natocomoGranMaestredelaOrdendelostemplarios.

Laparteinferiordeaquelvastosalónestaballenadeescuderosygentedelos alrededores, que con gran dificultad hicieron calle a Rebeca, la cual sepresentó en medio de los dos preceptores y seguida por los cuatroalabarderos...éstoslacondujeronalsitioqueleestabadestinado.Alpasarporlamuchedumbrecon losbrazoscruzadosy lacabeza inclinada sintióque lehabían puesto un papel en la mano; mas ella continuó, sin examinar su

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contenido. La idea de tener en aquel concurso alguna persona que seinteresabaensusuerteledioalgúnaliento.Alzandolosojosechóunamiradaalsitioenquesehallaba,yciertoquelecausógranextrañeza laescenaqueprocuraremosdescribirenelcapítulosiguiente.

XXIX

EltribunalparaelprocesodelainocenteydesgraciadaRebecahabíasidoinstalado en la plataformaque, comohemos dicho anteriormente, llenaba eltesterodelossalonesdelascasasdeaquellaépoca,yservíatansóloparalosdueñosdelamansiónypersonasdistinguidas.

EnfrentedelaacusadasealzabaeldoseldelGranMaestre,elcualestabavestidoconelropajedegaladelaOrdenyteníaenlamanoelbáculomístico,símbolodesuautoridad.Asuspieshabíaunamesa,yaelladossecretariosque tenían el encargo de poner por escrito todos los procedimientos de lacausa. Las túnicas negras de estos dos clérigos, su cabeza desnuda y susmiradas graves y humildes, contrastaban con el aparato guerrero de loscaballeros templarios que asistían al juicio, ora como miembros delpreceptorio, ora como individuos de la comitiva de Lucas de Beaumanoir.Había cuatro preceptores en la audiencia y ocupaban sitios inferiores al delGranMaestre y algo más elevados que el piso inferior. Los bancos de loscaballerosestabanalpiedeltribunalyalamismadistanciadelospreceptoresqueEstosdelGranMaestre.Detrásdeellos,peroenlamismaplataformasehabíancolocado losescuderoscon ropajesblancos,diferentesenhechuradelosqueusabanlosotrosindividuosdelTemple.Todoelconcursopresentabaelaspectodeunagravedadmajestuosa.Enelrostrodeloscaballerossenotabaelaire militar correspondiente a su profesión unido a la severidad y alrecogimiento propio de unos hombres consagrados al servicio deDios: estaúltima circunstancia era indispensable en presencia de un jefe comoBeaumanoir.

En los otros puntos de la sala había guardias armados con partesanas yotrasmuchas gentes, atraídas por la curiosidad y por el deseo de ver a unajudía hechicera y al Gran Maestre de los templarios. La mayor parte deaquellosespectadoreserandependientesdelaOrden,comolodenotabansusnegros ropajes. Pero no se había negado la entrada a los habitantes de lospueblosycamposcircunvecinos,porqueLucasdeBeaumanoirteníaparticularsatisfacción en dar la mayor publicidad al edificante espectáculo de laadministracióndelajusticia.

Inflamáronsesusgrandesojosazulesalconsideraraquelaparato,comosi

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leenvanecieraelpapelqueibaarepresentarylasuperioridadqueledabansupuestoysumérito.AbrióseLasesiónconunsalmo,queélmismoentonóconvozsuave,peromásfirmeyseguradeloquecorrespondíaasuedad.Eraelmismo que los templarios cantaban antes de atacar al enemigo, y queBeaumanoirjuzgómásoportunoenaquellaocasión.

Aquellos ecos majestuosos, repetidos por cien voces acostumbradas aentonar los loores al Altísimo, subieron a las bóvedas del salón y seesparcieronentresusarcosconunruidosemejantealqueproduceunaremotacascada.

Cuandocesaronloscantos,elGranMaestreechóotramiradaentornodelconcursoyobservóqueunode los asientosde lospreceptores estabavacío.Brian de Bois-Guilbert, que debía ocuparlo, se había colocado en laextremidad de uno de los bancos destinados a los caballeros.Ocultábase enparteel rostroconunplieguedesumanto,ycon laotramanoempuñaba laespada,divirtiéndoseavecesenescribirconlapuntaenvainadaenlatablazóndelpavimento.

—¡Hombre desventurado! —dijo el Gran Maestre después de haberlelanzadounamiradadecompasión—.¡Yaves,Conrado,cuántoleabrumaestaobra! ¡Miraaquéestadosehalla reducidounvalienteydignocaballeroporlasmiradasdeunamujeraquienhaprestadosusabiduríaelenemigocomún!Ni se atreve amirarnos ni osa fijar los ojos en la que ha causado su ruina.¿Sabesloqueestáformandoconlapuntadelaespada?Letrascabalísticasquelesugiereeldemonio.Quizásseaunpactofraguadocontramivida;peroyolomirocondesprecio.

DespuésdeestediálogoqueelGranMaestretuvoaparteconsuconfidentey amigo Contado deMont-Fichet, alzó la voz y dirigió estas palabras a laasamblea:

—Reverendosyvalienteshombres,caballeros,preceptoresycompañerosdeestasantaOrden,hijosmíosyhermanos:vosotros,biennacidosypiadososescuderos que aspiráis a (levar la honrosa distinción de la cruz, y vosotros,cristianos, mis hermanos en el Señor: seaos notorio que tenemos suficienteautoridad y jurisdicción para proceder al acto solemne de que vais a sertestigos,porque,aunqueindignosdetantohonor,senoshaconferidoconestebastónlafacultaddejuzgarysentenciarentodolorelativoalaconservaciónde nuestra santa Orden. En estas reuniones es nuestra obligación oír eldictamendenuestroshermanosyprocedersegúnnuestropropio juicio;perocuandoellobosehaintroducidoenelrebañoyarrebatadounadelasovejas,el buen pastor reúne a todos sus compañeros para que aperciban arcos yhondasyarrojenydestruyanalenemigo,locualestádeacuerdoconladivisadenuestraOrden,quenosmandaatacarsincesaralleónrugiente.Portanto,

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hemosmandadocomparecer ennuestrapresenciaaunamujer judía llamadaRebeca, hija de Isaac deYork;mujer infame por sus sortilegios y hechizos,conloscualeshaechadounmaleficioytrastornadoelespíritudeuncaballero;no de un caballero seglar, sino de uno que se ha consagrado al servicio delTemple;nodeuncaballerocompañero,sinodeunpreceptor,primeroenhonory en dignidad. Nuestro hermano Brian de Bois-Guilbert, a quien todos lospresentesconocencomodignocampeóndenuestraOrden,sehahechofamosoporsushazañasenPalestina,purificandoaquelsagradosueloconlasangredelos sarracenos que lo habían contaminado. La sagacidad y prudencia denuestrohermanonosonmenosnotoriasquesuvalorypericiamilitar;ytantoes su mérito que los caballeros de las regiones orientales y occidentales leconsideran digno de empuñar este bastón cuando la divina Providencia sedignealiviarnosdesupeso.Cuandoesecaballerotanhonradoytandignodeserlo olvida las consideraciones debidas a su carácter, a sus votos, a sushermanosya suengrandecimiento futurouniéndoseconuna judía,vagandoporellaporsitiosremotosysolitarios,ydefendiendolavidadeesamujerconpeligro de la suya propia; cuando un hombre de tan eminentes prendas sealucina hasta el extremo de conducir a esta perversa al sagrado asilo de unpreceptorio, ¿quépodremosdecir, si no es que algún espíritumaligno se haapoderado de su alma, o que ésta se halla aprisionada o seducida por algúnensalmoinfernal?Siasínofuera,nisudignidad,nisuvalor,niningunaotraconsideración terrena le pondría a salvo del justo castigo que hubieramerecido.Muchos ymuygraves son los delitos comprendidos en el que dalugaraesteproceso:

»Primero. Nuestro hermano ha salido de los muros del preceptorio sinnuestroespecialpermisocontraelcapítuloXXXIII.

»Segundo.Hatenidocomunicaciónconunajudía;capítuloLVII.

»Tercero.Haconversadoconmujeres extrañas, contra la reglaUt fratresnonconversanturcumextraneismulieribus.

»Cuarto.Hasolicitadolosósculosdeunamujer.

»Por cuyos odiosos delitos Brian de Bois-Guilbert saldría expulso de laOrden,auncuandofuerasubrazoderecho.

ElGranMaestreinterrumpióaquísudiscurso.Losjóvenesdelaasambleacasi no pudieron contener la risa al oír el último cargo; pero sus miradasseveras les impusieronmoderación,y todoel concursocontinuóescuchandoconelmayorsilencio.

—Tal y tan rigurosa sería la suerte de un caballero templario si hubierainfringido nuestras reglas en materias de tanta gravedad. Pero cuando, pormediodeencantosyhechizos,Satanáshaconseguidodominarleyoprimirle,

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quizás por haber mirado con criminal ligereza los ojos de una mujer, lejuzgamos más digno de compasión que de castigo; y reservándonos laimposición de la penitencia que baste a purificarle de su culpa, debemosdirigir el filo de la espada contra el maldito instrumento de tan infernaloperación.Preséntenselostestigosdelacausaydepongandeloshechosquehanpresenciado,afindequepodamospronunciarsentenciasegúnlosméritosdelproceso.

Enseguida fueron llamados los testigosparaprobar los riesgosqueBrianhabíacorridoenelincendioylatomadelcastilloporlibertaraRebecadelostirosyde las llamas; lasdeclaraciones fueron tanexageradascomodebíadeesperarse de unos hombres groseros e ignorantes, en quienes hace grandeimpresióntodoloextraordinario,ycuyavanidadsehallabaalmismotiempolisonjeadapor la satisfacciónquedaban susdichosalpersonajeprincipaldeaquel solemne acto. Pintaron como portentosos los esfuerzos del caballerotemplarioenaquelcríticolance;suceloendefensadelajudía,comodignodeloshéroesantiguos;susumisiónatodoloqueelladecía,comoabsolutamenteinexplicableenunsujetodetanelevadocarácterytanaltivaíndole.

DespuésfueexaminadoelpreceptordeTemplestoweacercadelaentradade Brian en el preceptorio. Alberto de Malvoisin procuró astutamentejustificarasuamigoocultandotodaslascircunstanciasquepodíanhacermásodiososudelito;peroensudeclaraciónseechabadeverqueatribuíalafogosapasióndeBois-Guilbertaunextravíomentalquesólopodíaprocederdecausasobrenaturalydiabólica.Lanzóprofundossuspirosysediodegolpesenlospechos al confesar que había tenido la flaqueza de admitir a la judía en losmurosdelpreceptorio.

—Sírvame de defensa lo que he dicho anteriormente al muy reverendopadre Gran Maestre. ... sabe que, aunque mi conducta fue irregular, mismotivos fueron justos y loables. Con la mayor alegría me someteré a lapenitenciaquesedigneimponerme.

—¡Bien has dicho! —respondió el Gran Maestre—. Tu intención fuebuena, puesto que sólo aspirabas a detener a tu hermano en el borde delprecipicio; pero tu conducta fue errada, como la del que detiene al caballodesbocado, no por el freno, sino por los estribos; de lo que resulta que élmismoseexponeamorirsinconseguirelfinqueseproponía.Tresvecesalasemanasepermitealtemplariocomercarne,perotúteabstendrásdurantelossietedías.Seissemanaseseltérminoqueseñaloaestapenitencia,yquedarásabsuelto.

ElPreceptor,conairedehipócritasumisión,hizounaprofundareverenciayvolvióaocuparsupuesto.

—Bueno sería, hermanos —dijo el Gran Maestre— que tomásemos

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algunos informes acerca de la vida anterior de estamujer; porque si resultaque es una de las iniciadas en las artesmágicas y sobrenaturales podremosmásfácilmenteaveriguarlacausadeldescarríodenuestrohermano.

HermandeGoodalrickeeraunode lospreceptoresqueasistíanal juicio;losotroseranConrado,MalvoisinyelmismoBriandeBoisGuilbert.Hermáneraunveterano,cuyo rostroestabanotablementedesfiguradoporheridasdecimitarra turca, y gozaba de gran preponderancia en laOrden. Se levantó ehizo una gran reverencia alGranMaestre, el cual le concedió licencia parahablar.

—Quisierasaber,reverendopadre,cómorespondeatanespantososcargosnuestro valiente hermano Brian de Bois-Guilbert, y bajo qué aspectoconsiderabaélmismosusrelacionesconesajudía.

—BriandeBoisGuilbert—dijoelGranMaestre—,yaoyeslaspreguntasquequierehacerteestevenerablePreceptor,hermanonuestro.Temandoquelerespondas.

BrianvolviólacabezahaciaelGranMaestre,perosindesplegarloslabios.

—¡Brian,habla,yoteconjuro!—dijoelGranMaestre.

Brianhizocuantopudoporcontenerlaindignaciónyeldesprecioquetodoaquelloleinspiraba.

—No acostumbro a responder a cargos infundados. Si alguien ataca mihonor, sabré defenderlo con mi brazo y con la espada que tantas veces heesgrimidoendefensadelTemple.

—Teperdono,hermanoBrian—dijoelGranMaestre—.Esajactancia,esavanagloriaqueostentasenpresenciadetusuperioresunanuevatentacióndelenemigo.DigoqueteperdonoporqueconsideroquenoesBois-Guilbertquienhabla,sinoelespíritumalignoquesehaapoderadodesualma.

InflamarónsedecóleralasmejillasdeBrianaloírestasexpresiones;másnosedignódarlesrespuesta.

—Ypuesto—continuóBeaumanoir—quelapreguntadelmuyreverendopreceptor ha quedado imperfectamente satisfecha, procedamos adelante,hermanosmíos,yconlosauxiliosdenuestrofundadorprocuremosdescubrirestemisteriodeiniquidad.Comparezcanamivista losquehansidotestigosdelavidaydelasoperacionesdeesamujer.

Al decir esto se notó alguna confusión en el auditorio. ElGranMaestrepreguntólacausa,ysupoquesehallabaentrelosespectadoresunhombrequehabía estado impedido y gafo por espacio demuchos años, a quien la judíahabíarestituidolasaludconelusodeunbálsamomilagroso.

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El pobre campesino sajón fue presentado al tribunal, y todo su aspectoindicabael terrorque leproducía la ideade losgrandes castigosque ibanaimponerleporhaberrecibidolasaluddemanosdeuna israelita.Conservabaaúngrandesreliquiasdelaparálisis,comoseechabadeverenlasdosmuletasquelesostenían.Manifestógranrepugnanciaadarsudeclaración,ynoladiosinvertermuchaslágrimas:resultandodeellaquedosañosantes,hallándoseenYork trabajandoensuoficiodecarpinteroporcuentade Isaac, seviodeprontoacometidodeunadolenciaqueleprivódelusodesusmiembros;quehabíapermanecidolargotiempoenaquellapenosasituación,hastaqueRebecaleaplicóvariosremedios;yqueelquemáshabíacontribuidoasualivioeraun bálsamo fortificante, cuyo olor era fuerte y aromático.Además, dijo queRebecalehabíadadounapequeñavasijadeaquellapreciosamedicinayunapiezadeoropararestituirseasucasapaterna,quenodistabadeTemplestowe.

—Yconpermisodevuestrapaternidad—dijoel sajón—,nocreoque ladoncella tuviera intención de hacerme el menor daño, aunque ha tenido ladesgraciadenacerjudía.

—¡Silencio, villano y retírate!—dijo el GranMaestre—. ¡Propio es debrutos irracionales como tú fiarse de brujerías y estar al salario de esosinfieles!¿Tieneseseungüentodequehablas?

Elpobresajónmetiósutrémulamanoenelbolsilloysacódeélunacaladeplomoenquehabíagrabadosalgunoscaractereshebreos,loque,segúnelvotounánimedelaasamblea,eraunapruebaseguradequeelDiablosehabíametidoa,boticario.Beaumanoirtomólacajaenlasmanos;ycomoeramuyversadoencasitodaslaslenguasorientales,leyóconfacilidadelepígrafe,quedecía:ElleóndelatribudeJudáhavencido.

—¿No hay algún médico en la audiencia que pueda descubrir losingredientesdequesecomponeesadroga?—preguntó:

Dos personas que se daban el título de médicos comparecieroninmediatamente a este llamamiento del Maestre. El uno era herradorveterinario, y el otro, barbero. Ambos examinaron con mil aspavientos yvisajeselbálsamo,ydeclararonquenoconocíanlossimplesdequesehabíaformado,salvoqueolíamuchoamirrayalcanfor, loscuales,ensuopinión,eran medicinas orientales. Pero animados por el odio común de los físicosignorantes a todos los que saben más que ellos, indicaron que, puesto queaquella composición no estaba a sus alcances, debía de ser obra de lafarmacopeadelAverno;añadiendoqueaunquenoerannigromantes,poseíantodos los ramosdelartequeprofesaban,encuanto las leyesse lopermitían.Terminadoelinformedeestosprofundoseimparcialesdoctores,elsajónpidióqueledevolvieransumedicina,quelehabíaproducidotansaludablesefectos;maselGranMaestrelepreguntóconungestoterrible:

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—¿Cómotellamas,villano?

—¡Higg,hijodeSnell!—contestóeldelasmuletas.

—Higg,hijodeSnell—repusoBeaumanoir—,másvalepasartodalavidaimpedidoenlacamaqueaceptarlasaluddemanosimpías;¡másvaledespojaralosinfielesdeloqueposeenconlafuerzadelasarmas,querecibirdeellosdonesyaunsalarios!¡Anda,yviveprevenido!

—¡Ah! —dijo el sajón—. La lección viene tarde, puesto que soy unhombre inútil; perodoshermanosmíosque sirven al rico rabinoNatánBenSamuelsabránquevuestrareverenciadicequemásvalerobarlequeservirlefielmente.

—¡Echadfueraaesebellaco!—dijoBeaumanoir,quenoestabapreparadoarefutarestaaplicaciónprácticadesusconsejos.

Higg, hijo de Snell, se retiró; pero interesado en la suerte de subienhechora,seocultóentrelamuchedumbreyaguardóaquesepronunciarala sentencia, apesardel terrorque le inspirabanelgesto furibundoy lavozamenazadoradelGranMaestre.

Tales eran los trámites que se habían seguido en la causa, cuandoBeaumanoir mandó a la judía que se descubriese. Abriendo entonces porprimera vez los labios respondió sumisamente, pero con dignidad, que lashijasde supueblonosedescubríancuandoestabansolasenuna reunióndeextranjeros.Lasuavidaddesuvozexcitóen laaudienciaunmovimientodeinterésydecompasión.PeroBeaumanoirquese jactabadesabercomprimirtodos los sentimientosnaturalesopuestosensuentenderalcumplimientodesuobligación,repitiócontonoseveroelmismomandato.Losguardiasibanaarrancarelveloalajudía,yéstasedirigióalGranMaestreyledijo:

—Noporelamordevuestrashijas,porqueyaséqueno las tenéis;peropor el amor de vuestra madre y hermanas, y por el honor de su sexo, nopermitáis que pongan esos hombres las manos en una pobre doncellaindefensa. Os obedeceré —añadió con una expresión de paciencia y deamarguraquecasisuavizóelcorazóndelmismoBeaumanoir—.Vosotrossoislos ancianos de vuestro pueblo, y, por consiguiente, los defensores delinocenteydeloprimido.

Se quitó el velo, y miró a sus jueces con rubor, pero con dignidad. Suextraordinariabellezaexcitóunmurmullodeadmiración;ylasmiradasqueseechaban unos a otros los caballeros jóvenes daban a entender que lajustificacióndeBrianconsistíamásbienen lasgraciasde laacusadaqueensussortilegios.PeroHigg,elhijodeSnell,nopudoresistiralaimpresiónquehizoenéllavistadelaquelehabíarestituidolasalud.

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—¡Dejadme salir—decía a los guardias de las puertas—; dejadme salir,queyohetenidoparteensupérdida,ynopuedofijarlosojosenella!

—¡Silencio,buenhombre!—exclamóRebecaaloírestaspalabras—.Nopuedeshacermedaño,puestoquenohasdichomásquelaverdad,nisalvarmecontusquejasylamentaciones.Silencio;retírate,ypiensaentuseguridad.

AúnnohabíansidooídaslasdeposicionesdelosdospartidariosdeFrentede buey a quienes Malvoisin había dado de antemano las instruccionesnecesarias. Aunque eran hombres toscos y endurecidos en la vida militar,dieron muestras de vacilar en su propósito cuando vieron la juventud yhermosuradeaquelladesventurada;perounaseñaexpresivadelpreceptordeTemplestowe les hizo volver en sí. Dieron su declaración con unaindependenciaquehubierasidosospechosaajuecesdeotrotemple,refiriendocircunstancias comunes y naturales en sí mismas, pero capaces de inspirardudasyrecelosaltribunalyalauditorio,tantoporlosexageradospormenores,comoporlossiniestroscomentariosquelesañadían.Loshechosdequedieroncuenta eran indiferentes y comunes, o físicamente imposibles; mas unos yotros tenían que causar grande impresión en una época en que tanprofundamente arraigadas estaban la ignorancia y el fanatismo. De losprimeros resultaba que Rebeca había murmurado algunas palabras en unalengua extraña y desconocida; que había entonado cantos tan singulares ypatéticos,queresonabandeunmodoextraordinarioenlosoídosyagitabanelcorazón;quehablabaasolasyalzabalosojos,comosiaguardaserespuestadeunsitioelevado;quelaformadesuropajenoerasemejantealaqueusabanlasmujeresenaquelpaísyaqueltiempo;queensussortijasseveíansímboloscabalísticos, y que el bordado de su velo representaba figuras y caracteresdesconocidos.

Estas trivialidades tan inocentes y tan sencillas fueron admitidas comopruebas,oalomenoscomogravesindiciosdelascienciassobrenaturalesqueseatribuíanalaacusada.

Masaestoseagregarontestimoniosnadaequívocosqueaunqueincreíbles,hallaronasensoenelconcursooalomenosenlamayorpartedelaspersonasquelocomponían.Unodelossoldadosdijoquelahabíavistocuraraunodelosheridosdelcastillode"Frentedebuey".

Lo primero que hizo (tal era la relación del testigo) fue trazar algunasfigurasconlamanoypronunciarsobrelaheridaalgunaspalabrasmisteriosasque nadie pudo entender: al instante se desprendió la flecha por sí sola, seestancólasangre,secerrólaherida,yelpaciente,quepocoantessehallabaenel artículo de la muerte, echó a andar por las murallas, ayudo al testigo amanejarunamáquinaqueservíaparaarrojarpiedrasalossitiadores.

Estahistoriasefundaba,probablemente,enlaasistenciaqueRebecahabía

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dadoaIvanhoedurantelaestanciadeesteenelcastillode"Frentedebuey".Ladeposicióndeaquelhombreeratanabsolutamenteirrebatible,cuantoquepara darlemayor apoyo saco y presento al tribunal y al auditorio lamismaflechaque tanmilagrosamente sehabíadesprendidodel cuerpodel soldado.Pesabaunaonza,yportantonadiepudodudardetanmaravillososuceso.Sucompañero había visto desde una tronera inmediata la escena entre eltemplarioyRebecacuandoestaibaaprecipitarsedeloaltodelatorre.Paranoquedarseatrásenpuntoaponderación,eltestigorefirióquelajudíaselanzóenefectodelparapetodelatorreytomandolaformadeuncisneblanquísimovoló tres veces alrededor del castillo, después de lo cual apareció de nuevosobreelparapetoensuformanatural.

Menos de la mitad de esta portentosa relación hubiera bastado paracondenar a una vieja pobre y fea, aunque no hubiera sido judía. Pero estaúltima circunstancia unida a tan formidable testimonio, debía de ser fatal aRebeca;ylofue,enefecto,apesardesuexquisitabellezaydesujuventud.

El Gran Maestre recogió los votos de los preceptores y caballeros, ypregunto a Rebeca con voz pausada y majestuosa si tenía algo que alegarcontralasentenciaqueibaaimponerle.

—Tansoloimplorarvuestracompasión—dijolaamablejudía, trémulayconmovida—; aunque creo que es débil argumento, y no dudo que seráinfructuoso.Tampocomeserviráprobarquelacuradelosenfermosyheridosdeotranaciónnopuedeserdesagradablea losojosdelPadreUniversal.Nomecansareendemostrarquemuchosdeloshechosqueesoshombres(¡Dioslosperdone!)hanrelatadosonenteramenteimposiblesyabsurdos,ydigoquenorebatiréestaacusación,porqueveoquelehabéisdadoenterocrédito.¿Dequémeserviríadecirquemi traje,mi idiomaymisusossonlosde todomipueblo?Quisiera decir demi patria; peronohaypatria paramíni paramisdesgraciados compañeros. Nome justificare a expensas de mi opresor, queestáoyendotodasesaspatrañasyficcionesenactitudmáspropiadevictimaquede tirano.Dios juzgara entreBrianyRebeca.Loque si aseguro es queantes sufriríamilmuertes, lasmás horrorosas que podáis imaginar, que daroídos a las solicitaciones de ese hombre perverso; solicitaciones dirigidas auna mujer abandonada de todo el mundo, cautiva suya y privada de todadefensa. Pero es vuestro compañero, y una sola palabra que pronuncie pesamásen labalanzadevuestra justiciaque lasprotestasmás solemnesdeunadesventurada judía. Estoy lejos de querer acusarle de los delitos que semeimputan;peroapelareasuhonoryasuconciencia.Di,BriandeBois.

—Guilbert: ¿ no son falsas esas acusaciones? ¿No son tan quiméricas ycalumniosascomoterriblesyfatales?

Aestaspalabrasdelajudíasiguióunsilenciouniversalyprofundo.Todas

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lasmiradassefijaronenBois-Guilbert,elcualpermanecióinmóvilycallado.

—Habla—continuolajudía—:sierescristiano,siereshombre,habla.Telo ruego por el hábito que vistes, por el nombre que has heredado, por laOrdendeCaballeríaquehasrecibido,porelhonordetumadre,porlatumbaen que reposan los huesos de tu padre. Di si son falsas o verdaderas esasacusaciones.

—Respóndele,hermano—exclamoelGranMaestre—,si te lopermiteelenemigoquetedomina.

En efecto; Bois-Guilbert estaba agitadísimo y trémulo a impulso de laspasionesquelidiabanensucorazón.Solopudopronunciar,mirandoaRebecayconvozahogada:

—¡Papel!,elpapel!

—¿Loveis?—dijoBeaumanoir—.Esepapeldequehabíaes,sinduda,elpactodiabólicoenvirtuddelcualestácondenadoalsilencio.

PeroRebecainterpretodeotramaneralaexclamaciónqueelGranMaestrehabíaarrancadoasuopresor,yaprovechándosedelaatenciónconquetodoelconcursolemiraba,echolavistasobreelpapelquelehabíanentregadodeunmodotanmisteriosoyleyóestaspalabrasescritasenlenguaarábiga:Pideuncampeón. Mientras todos los espectadores se ocupaban en comentar dediversosmodoslaextrañacuantoinesperadarespuestadeltemplario,Rebecahizomilpedazoselpapel,sinquenadie teobservara.Cuandocesoel rumorocasionadoporaquelincidente,elGranMaestrevolvióatomarlapalabra.

—Rebeca, de ningún provecho te sirve el testimonio de este caballero,puestoqueestaposeídoporelespíritudelastinieblas.¿Tienesalgomásquedecir?

—Sólopuedequedarmeunaesperanzadevida—dijolajudía—,yloquevoyaproponeresconformeavuestrasleyesyavuestrosusos.Mividahasidomiserable,sobretodolaúltimapartedeella;peroyodeboconservarencuantomesaposibleeldondemiCreador,yaprovecharmede todos losmediosdedefensa que su bondad me facilita. Niego los cargos que se me hacen,sostengomi inocencia,declaro falsay calumniosa la acusación;peropidoyreclamoelprivilegiodejuiciodeDios,ycompareceréenélpormediodeuncampeón.

—¿Yquién—objetóBeaumanoir—enristrará la lanzaendefensadeunajudía?

—Diosmesuscitarádefensor—replicóRebeca—.EnlanobleInglaterra,enestatierralibre,generosaybenéficadondehaytantosqueexponenlavidaporelhonor,nofaltaráquienquieraexponerlaporlajusticia.Bastaporahora

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queyoreclamealderechoquenopuedesermenegado:aquíestátúprenda.

Aldecirestotomóunguante,yloarrojódelantedelGranMaestreconunademán sencillo y majestuoso que excitó generalmente la admiración y lasorpresa.

LaconductadeRebecaduranteelprocesointeresóviva.menteatodoslosquelohabíanpresenciado,yhastaalmismoLucasdeBeaumanoir.Suíndoleno era naturalmente cruel ni severa; pero con pasiones frías y con una ideaexaltadadesusdeberes, sucorazónsehabíaendurecido lentamentea fuerzade combates y del hábito de ejercer un poder sin límites. Ablandósenotablemente la aspereza de su fisonomía al considerar aquella hermosacriatura,sola,desamparada,yque,sinembargo,sehabíadefendidocontantovalor y firmeza. Dos veces se levantó como para preservarse de aquellosimpulsos de ternura tan impropios de un corazón que en semejantescircunstanciassolíarevestirsedeladurezadelaroca.

—Mujer—dijo—,grandeestudesacatosilacompasiónquemeinspirases efecto de las artes que ejerces. Pero más bien quiero atribuirlo alsentimiento natural que debe producir la consideración de que sea vaso deperdiciónunapersona tan favorecidaporelHacedorSupremo.Arrepiéntete,hija mía, confiesa el delito que has cometido de pacto diabólico ynigromancia,abandonaloserroresdetusecta,abrazaestesantoemblemaquetengoenlasmanos,yserásfelizahoraysiempre.Enelasilodealgúnclaustroreligiosopodrásconsagrarsealaoraciónyalapenitencia,alarrepentimientoya la cienciadelverdaderoDios.Siguemisconsejosyvivirás. ¿Qué razóntienesparamorirporlaleydeMoisés?

—Es la leydemispadres—observóRebeca—;fuedadadelmonteSinaíentretruenosyrelámpagos,entrefuegoynubes.

—Vengaelcapellándelpreceptorio—ordenóBeaumanoir—,yhagaveraesaobstinadainfiel...

—Perdonad que os interrumpa—insinuóRebeca—Yo no argüir pormireligión;peropuedomorirporella.Respondedmealademandaquehehechodeuncampeón.

—¡Dadmeelguantedeesamujer!—dijoBeaumanoir—.Prendaesésta—añadió,considerandoladelicadezadesutejidoylapequeñezdelaforma—,prenda es ésta demasiado leve para negocio de tanta gravedad. Rebeca, tucausa,comparadaconladenuestraOrdenqueeslaquetúdesafías,escomoesteguantefrágilydelicadocomparadoconnuestrosguanteletesdeacero,quetan poderosas armas empuñan y a ratitos valientes enemigos confunden yaterran.

—Ponmiinocenciaenlabalanza—replicóRebeca—,yelguantedeseda

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pesarámásquetodoslosguanteletesdeunejércitoentero.

—¿Conquepersistesennegartuculpayenpedireljuicioporcombate?

—Persisto,nobleseñor—respondióRebeca.

—Hágase, pues, en nombre de Dios —mandó el Gran Maestre—, ydecláresesujusticiaenfavordelarazónydelaverdad.

—¡Asísea!—respondieronlospreceptores.

—¡Asísea!—respondierontodoslosoyentes.

—Hermanos—dijoBeaumanoir—,bienosconstaquehubiéramospodidonegaraesamujerelprivilegioquedemanda;peroaunqueincrédulajudía,esextranjera y está indefensa.No permitaDios que yo la prive de la benéficaproteccióndenuestras leyes.Además,quesomoscaballerosysoldados,a laparqueeclesiásticosyreligiosos,yseríadenuestodenuestrafamarehusarelcombatequesenosofrece.Ahorasepresentaunacuestiónquedebosometeravuestro juicio. Rebeca, hija de Isaac de York, en virtud de muchascircunstancias sospechosas parece culpable ante vuestros ojos por haberejercitado artes ilícitas y diabólicas en la persona de un noble caballero denuestraOrden;seofreceaprobarsu inocenciapormediodelcombate,cononuestras leyes se lo permiten. ¿A quién deberemos entregar, según vuestraopinión, la prenda de batalla? ¿Quién será el campeón de la Orden de lostemplariosenesteduelo?

—Estecargo—observóelpreceptordeGoodalricke—atañedederechoaBriandeBois-Guilbert.Además,queéleselúnicoquepuedesaberlaverdadenestamateria.

—¿Y si nuestro hermano Bois-Guilbert —repuso el Gran Maestre— sehalla sometido al influjo maligno de sus sortilegios? Digo esto por vía deprecaución; porque si no fuera por tan extraordinaria ocurrencia, a nadiepodría confiarse tan dignamente la defensa de nuestra Orden como a esevalienteyacreditadohermanonohaypacto,niensalmo,nibrujeríaquebasteaencadenarelbrazodeunguerreroquepeleaeneljuiciodeDios.Lapruebadelcombate,comotodas lasqueseejecutanensemejantescasos,noesmásque el medio de conocer la sentencia de la Sabiduría Divina, en materiascontenciosas que la débil razón del hombre no es parte a decidir; y laSabiduríaDivinanodependedelasdiablurasdeunamujersupersticiosa.

—Tienesrazón—contestóLucasdeBeaumanoir—.AlbertodeMalvoisin,entregalaprendadelretoaBriandeBois-Guilbert.—Ydirigiendolapalabraa éste—:Hermano—agregó—envirtudde la autoridadqueejerzo, aunqueindignamente, en nuestra Orden, os mando tomar las armas en este duelo,recomendándoos que peleéis con valor y confianza, y no dudéis que con el

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favor de Dios triunfará la buena causa. Y tú, Rebeca, ten entendido que eldueloseverificarádentrodetresdías,yparaentoncesdebeestarapercibidotucampeón.

—Eshartobreveese término—objetóRebeca—paraqueunaextranjerapuedaencontrarunguerrerodereligióncontrariaalasuyaquequieraexponervidayhonorensudefensa.

—NopodemosampliarlodijoelGranMaestreelduelohadeverificarseennuestrapresencia,ynegociosdelamayorimportancianosobliganasalirdeaquídentrodepocosdías.

—¡HágaselavoluntaddeDios!—respondiólajudía—.MiconfianzaestáenÉl,pueslomismosalvaensiglosqueeninstantes.

—Bien has dicho mujer —continuó el Gran Maestre Quédanos pordesignar el sitio del combate y quizás de la ejecución. ¿Dónde está elpreceptordeestacasa?

Alberto deMalvoisin, que aún tenía en lasmanos el guante de Rebeca,estabaalasazónhablandoconcaloryenvozbajaconBriandeBois-Guilbert.

—¡Qué!—preguntóLucasdeBeaumanoir—.¿Noquiereaceptarlaprendadelreto?

—Laacepta, reverendopadre—dijoMalvoisinocultandoelguanteen latúnica—; y por lo que hace al sitio del combate, paréceme que podríadisponerse el campo de San Jorge que pertenece a este preceptorio, y sirvecomúnmenteparalosejerciciosmilitaresdesusindividuos.

—Estábien—contestóelGranMaestre—.Rebeca,allídeberápresentarsetu campeón. Si así no lo efectúa, o si el que se presente en tu nombre esvencido en el juicio de Dios, morirás de muerte conforme a tu sentencia.Regístrese nuestro fallo, y léase en alta voz para que nadie pueda alegarignorancia.

UnodelosquehacíanlasfuncionesdesecretariodelCapítuloescribióLasentencia en un grueso volumen que contenía las actas de las reunionessolemnes de los caballeros templarios del preceptorio de Templestowe.Terminadaestaoperación,elotrosecretarioleyóenpúblicolasentencia,que,traducida fielmente de la lengua normando-francesa, dice así: "La judíaRebeca, hija de Isaac de York, es acusada de sortilegios, seducción y otrasartes criminales y perversas, ejecutadas con un caballero de la Orden delTemple;yniegaloscargoshechosenlacausa,ydicequelasdeposicionesdelostestigosqueleacusansonfalsasycalumniosas,yquenosiéndoleposiblepresentarse en persona al combate que reclama, mediante el privilegio deljuiciodeDios,compareceráensunombreydefensauncaballerocampeón,el

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cual peleará bien y lealmente, según las reglas de la Caballería, con armaslegales y permitidas y a su costa y riesgo. Y, por tanto, ha dado la prendacorrespondiente,lacualhasidoentregadaalnobleseñorycaballeroBriandeBois-Guilbert,delaordendelTemple,nombradoparaestedueloporsuperiorautoridad caballero campeón en defensa de la dicha Orden, y de sumismapersona, como ofendida y agraviada por las malas artes de la apelante. Envista de todo lo cual, el muy reverendo padre y poderoso señor Lucas,MarquésdeBeaumanoir, concede a la apelante el privilegiodel combate enJuiciodeDios,quereclama,ylafacultaddecomparecerenélpormediodeuncampeón; y señala para este acto el día tercero después de la fecha, y elcercado llamadodeSan Jorge, lindero con losmurosde estepreceptoriodeTemplestowe. Y el dicho Gran Maestre manda y requiere que la apelantecomparezcapormediodecampeón,sopenadesercondenadaalamuertequemerececomoconvictadesortilegioynigromancia,y tambiénaldemandadoquecomparezcaporsímismo,sopenadesertenidopormalsíncobardeymalcaballero;yelNobleSeñorymuyReverendoPadremandaqueelcombateseverifique en su presencia y en los términos legales y acostumbrados ensemejantesocasiones.Diosayudeyprotejalabuenacausa.»

—Amén—dijoelGranMaestreyrepitióelconcurso.

Rebecanodesplególoslabios:alzólosojosalcielo,cruzólosbrazosyenestaactitudsemantuvoalgunosminutos.DespuéspidiócongranmodestiaalGranMaestrequeselepermitieraescribirasusamigosafindeenterarlesdeloquepasaba,ydequeleproporcionasenalgúncampeón,segúnlostérminosdelasentencia.

ElGranMaestre,nopudiendonegarseapetición tan justay tan legal. lepermitiónombrarunmensajero,elcualpodríaentrarysalirdelaprisiónhastaeldíadelcombate.

—¿Hayalgunapersonaenesteconcurso—preguntóRebeca—queenbiende labuenacausa,opor elprecioquepida,quiera encargarsede llevarunacarta?

Nadie respondió a esta pregunta, porque cada cual temía que el GranMaestrelesospechasedejudaísmosimanifestabaelmenorinterésendefensadelaacusada.Niaunlaesperanzadeunabuenarecompensapudodisiparestetemor.

Después de haber aguardado con ansiosa inquietud que alguien seofrecieseaservirla,Rebecaexclamó:

—¿Seráposible?¿Nohabráenestatierradenoblezaygenerosidadquienseintereseenlasuertedeunadoncella¡nocenteyperseguida?¿Semenegaráloqueseconcedealpeordeloscriminales?

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Higg,hijodeSnell,alzóentonceslavoz.

—Estoyprivado—dijo—dellibreusodemismiembros;peroaelladebola salud, poca o mucha, de que gozo. Yo llevaré la carta —continuó,dirigiéndose aRebeca—, y haré cuanto puede hacer un cojo. ¡Ojalá tuvieraalasparareparareldañoocasionadoconmilengua!¡Lejosestabayodecreerquecuandohablabadesucaridadestabapreparandosuruina!

—Dios —respondió Rebeca— es el que dispone de nuestra suerte. Élpuederedimirmicautividadporlosmediosmáshumildes;yparallevarestemensajetanbuenoeselcaracolcornoeláguila.BuscaaIsaacdeYork,yaquítienesparahombresycaballos.Entrégaleestebillete.YonosésimeinspiraelespíritudeDios,peroconfíoennomorirderesultasdeestacausa,yquenofaltaráquientomeasucargomidefensa,¡Adiós;detidependemimuerteomivida!

Elsajóntomóelbilletequeconteníaalgunaslíneasparaelhebreo.Muchosde los presentes quisieron disuadirle de su propósito; pero el hijo de Snellestabaresueltoaservirasubienhechora.Lehabíadadolasaluddelcuerpo,yelbuenhombrequeríaservirdeinstrumentoparasalvarla.

—MivecinoButhan—decía—meprestarásuyegua,yestaréenYorkenmenosquecantaungallo.

Más no tuvo necesidad de ir tan lejos, porque a un cuarto de milla delpreceptoriodeTemplestoweencontródoshombresacaballo,queconocióserdelanaciónhebrea,porsutrajeyporsusgorrasamarillas.Seacercóaellos,ydistinguióasuantiguoamoIsaacdeYork.ElotroeraelrabinoBenSamuel.Los dos se encaminaban al preceptorio, por tener ya noticia de que elGranMaestrehabíaconvocadoelCapítuloparalacausadeunajudía.

—HermanoBenSamuel—suspiróIsaac—,mialmaestáinquieta,ynosépor qué. Estas acusaciones de nigromancia sirven para perseguirnos yhacernosodiosos.

—Ten ánimo, hermano —le respondió el rabino—; tú tienes con quécomprar el favor de esas gentes. El dinero es el que domeña los ánimos deesoshombres crueles.Pero ¿quién es esede lasmuletasque sedirigehacianosotros?Parecequequierehablarnos.Amigo—continuóelfísico,hablandoconHiggdeSnell—,noterehúsolossocorrosdemiarte;peroyonocuroavagabundosquevivendepedirlimosnaporloscaminos.Siestásparalíticodelaspiernas¿porquénotrabajasconlasmanos?Notodospuedenserpastores,ni correos, ni soldados:mil ocupaciones hay que no necesitan el uso de lospies.

ElrabinointerrumpiósuarengaviendoqueIsaac,despuésdehaberleídoapresuradamenteelbilletequecogiódemanosdelcojo,cayódelamulaabajo

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comosilehubieraprivadodelavidaunrayodelCielo.

El rabino desmontó con gran inquietud y precipitación, y aplicó a sucompañerolosremediosquecreyóoportunos.Yahabíasacadolalancetadelestucheysedisponíaaejecutarunaobramaestradeflebotomía,cuandoIsaacrecobróelusodelossentidos.Loprimeroquehizofuearrojarlagorraalsueloycubrirsedepolvolascanas.Elmédicoalprincipioatribuyóaquellaacciónalaturbaciónocasionadaporeldesmayooaunataquerepentinodedelirio,ycontinuando en su propósito disponía lo necesario para la operación; masprontoledesengañóeldesventuradoanciano.

—¡Hijademidolor!—exclamó—.¡BienpodríasllamarteBenonienlugardeRebeca!¿Porquémeobligatumuerteamaldecirlafedemipueblo?¿Porquénobajocontigoalsepulcro?

—Hermano—interrogó con lamayor sorpresa el rabinoBen Samuel—,¿erespadreen Israely teatrevesapronunciaresaspalabras?¿Hamuerto tuhija,lasabiayhermosaRebeca?

—¡Vive—dijo Isaac—; pero vive como Daniel, llamado Balthashazzar,cuando estaba en la cueva de los leones! ¡Es cautiva, y será víctima de lacrueldad!¡Eralacoronadepalmasdemifrente,yahoravaaperecer!¡Hijademiamor!¡Consuelodemivejez!¡OhRebeca!¡HijadeRaquel!¡Yaseacercanlastinieblasdelanocheeternaenquevasasumergirte!

—¡Vuelve a leer esa carta—observó el rabino—; quizás hallarás alunaesperanzadesalvación!

—¡Léela tú, hermanoBenSamuel—respondió Isaac—,porquemisojosestánhechosdosfuentesdelágrimas!

Elmédicoleyóenlenguahebreaelcontenidodelacarta,quedecíaasí:

"AIsaac,hijodeAdonikam,aquien loscristianos llamanIsaacdeYork:pazylasbendicionesmultiplicadasdelapromisión.Padre,estoycondenadaamorirporundelitocuyanaturalezaignoro;asaber:pormagiaonigromancia.Si encuentras un hombre fuerte y aguerrido que quiera enristrar lanza yesgrimir espada a mi favor, según las leyes y usos de los nazarenos, ypresentarse en el preceptorio de los templarios dentro de tercero día, quizásnuestro padre Dios le dará vigor para defender a la inocente y a ladesamparada. Si no puede ser así, lloren pormí las vírgenes demi pueblo,comociervoheridoporelcazadoryflorcortadaporlahozdeljardinero.Mirapues, lo que puedes hacer para rescatarme de esta tribulación. Quizás semovería a compasión de mi suerte el guerrero nazareno que tú y yoconocemos:Wilfrido, hijo de Cedric, que los gentiles llaman Ivanhoe; maspuede ser que a esta hora no le sea dado todavía soportar el peso de laarmadura.Sinembargo, escríbeleohazle saber loquepasa,porquegozade

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muchofavoryestimaentrelagentedesupueblo,ysiseacuerdadequefuenuestrocompañeroenlacautividad,acasoencontraráotroguerreroquequieratomararmasenmidefensa.Yentodocaso,ledirásalmismoWilfrido,hijodeCedric,que,muertaoviva,soyinocentedelcrimenquesemeimputa.YsieslavoluntaddeDiosqueseasprivadodetuhija,notedetengasenestatierradesangreydecrueldad,sinoveaCórdobadondetuhermanovivesegurobajoelamparodel tronosarraceno,porquemenoscruelessonlosmorosconlarazadeJacobquelosnazarenosdeInglaterra».

Isaac escuchó con toda la atención posible la carta que el rabino BenSamuel había leído, y después se entregó a todos los extremos de su dolor,desgarrándose los vestidos, cubriéndose de polvo la cabeza a guisa de losorientales,yexclamóconlamásamargaaflicción:

—¡Hijamía,carnedemiscarnesyhuesodemishuesos!

—¡Cobra ánimo, Isaac—replicó el rabino—, que de nada aprovecha ladesesperación!Date prisa, y busca a eseWilfrido, hijo deCedric.Quizás tedará consejo y apoyo, porque el joven goza de la privanza y del favor deRicardo,aquienlosnazarenosllamanCorazóndeLeón,ytodoelmundodicequeyahavueltodesusromerías.Puedeserqueconsigadelreyunacartaconsusellomandandoaesoshombressanguinariosqueseabstengandeprocederadelanteensuinhumanodesignio.

—Sí—afirmóIsaac—;voyabuscarlesinpérdidadetiempo,porqueesunbuenmanceboysecompadecedeldestierrode loshijosdeJacob.Peroestáherido y no puede usar la armadura, ¿y quién otro osará encargarse de ladefensadelahijadeSión?

—Hablas—objetóelrabino—comosinoconocierasaesasgentes.Coneloro comprarás su valor como compras tu seguridad. No desmayes ni tedetengas,queyo tambiénmeemplearéen tubien,pues seríapecadodejarteabandonado en tamaña calamidad. Voy a la ciudad de York, donde hayreunidos ahora con motivo de las presentes revueltas muchos guerreros ysoldados,ynodudoqueencontraréunoquequierapelearportuhija.EloroeselDiosdeestanación,yporeloroempeñarálavida,comoempeñalasalhajasyhaciendas.

Supongo que no tendrá inconveniente en cumplir el contrato que yocelebreentunombre.

—No lo dudes, hermano —afirmó Isaac de York—; y el Cielo quieradarme socorro en esta aflicción. Sin embargo, no prometas lo que te pidan,desdeluego,porqueyasabesqueestamalditagentepideporarrobas,yluego,siespreciso, tomaporadarmes.Perohazloquequieras,porqueyonoséloquedigoconestaatrozpesadumbre.¿Ydequémeserviríantodoslostesoros

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delmundosihedeperderalajoyademifamiliaydemipueblo?

—¡Adiós—dijoelrabino—,ysucedatodoamedidadetusdeseos!

Losdosamigosseabrazarontiernamenteysesepararon,tomandodistintoscaminos.ElcojoHiggestuvoalgúntiempocontemplándolos.

—¡Estos perros judíos! —decía Higg, hijo de Snell—. ¡El mismo casohacen de mí que si fuera un esclavo o un montón de estiércol! ¿Qué leshubiera costado echarme en la gorra algunos besantes? ¿Ni qué obligaciónteníayode traery llevar recados,exponiéndomeaotrohechizocomoeldeltemplario,segúntodosmehandicho?Esverdadqueladoncellamediounapiezadeoro;pero... ¡yaveremos! Ítemmás,que lagentedel lugardiráquesoycorreodejudíos,ymequedaréconelapodo.¿Simehabráechadolajudíaalgúnsortilegio,ocomosellame?Perocontodoslosqueseleacercansucedelo mismo, y, no obstante, creo que daría la tienda y las herramientas porsalvarlelavida.

XXX

Al anochecer del día en que se había celebrado el juicio, si así puedellamarse, de Rebeca, se oyeron algunos golpes pausados a la puerta de suprisión.Nopor eso interrumpió la doncella las oraciones de la tardeque sureligión prescribía, volvieron a sonar los golpes cautelosos que antes habíaoídoalapuerta.

—Entra—respondió—,sieresamigo;ysieresenemigo,¿porquéllamas?

—Soyyo—dijoentrandoenelaposentoBriandeBois-Guilbert—,amigooenemigo,segúnquierastúmisma,ysegúnresultedeestaentrevista.

Asustadaalveraaquelhombre,acuyalicenciosapasiónatribuíaRebeca,y con sobrados motivos, todos los infortunios que la rodeaban, la infelizdoncella dio algunos pasos atrás no aparentando miedo, sino recelo yprecaución,yseretiróalladoopuestodelapieza,resueltaahuirencuantoselo permitieran las circunstancias, y en todo caso a oponer una resistenciainflexiblealaosadíadesuperseguidor.Púsoseenactitudfirmeydecidida,nocomo quien provoca el ataque, sino como quien está dispuesto a recibir alenemigoapercibidoalaresistenciamásdesesperada.

—Notienesrazónpara temerme,Rebeca—afirmóelTemplario—oa lomenos,nolatienesparatemermeahora.

—Niahoraninunca—respondió lahebrea, aunque la agitaciónconquerespirabadesmentíaenparteelheroísmodesuresolución—.Confíoenquien

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esmásfuertequetú.¡No,nocreasquetetemo!

—Haces bien —siguió el Templario con gravedad y compostura—. Nicreasquepuedoentregarmeenlaocasiónpresentealosfrenéticosímpetusdemipasión.Apocadistanciadeaquíhayunaguardia,queseguramentenoharácasodemismandatos.Eslaquehadeconducirtealpatíbulo;masnoporesopermitiríaquese tehicieraelmenordaño,niaun respetaríamicarácter siatantollegasemilocura,queasípuedollamarla.

—¡Graciasalcielo—dijoRebeca—, lamuertees loquemenos temoenmediodetantasaflicciones!

—Sí—repuso el templario—; la idea de la muerte ni espanta al ánimovaleroso cuandoviene pronto y sin rodeosUn tajo, una estocada, son cosasdespreciablesparamí.Túpuedesprecipitartedeunatorreyaguardartranquilael golpe del puñal; pero ¿qué es eso comparado con la deshonra, con lainfamia, con un nombre envilecido? Oye atentamente lo que voy a decirte.Quizásmis ideas sobre el honor no seanmenos exaltadas que las tuyas; lociertoesquesabrémorirantesquedesmentirlas.

—¡Hombre infeliz! —exclamó Rebeca—. ¡Morir en defensa de unosprincipiosqueodiasenloíntimodetucorazón!Enajenasuntesoroacambiode una paja; mas no creas que yo pienso del mismo modo. Tu resoluciónfluctuaráenlasmudablesyagitadasolasdelasopinioneshumanas:lamíaseapoyaenlarocadelossiglos.

—De poco te aprovechan esas ideas y propósitos—dijo Brian de Bois-Guilbert—.Lamuertequeteaguardanoessuavenipronta,comolaquedeseaeldesgraciado,comolaqueprefiereladesesperación;sinolenta,amarguísima,prolongadaporlostormentos,cualcorrespondealcrimenqueloshombresteatribuyen.

—¿Yaquiénse ladebo—dijoRebeca—,sinoalquemecondujoaestaodiosamansiónparasatisfacerundeseovilybrutal,yahora,pormotivosquenocomprendo,estáexagerandolasuertequeélmismomehapreparado?

—Nocreas—dijoBois-Guilbert—queyosoyelautordetudesgracia.Yote hubiera servido de escudo contra ella, delmismomodo y con tanto celocomocuandoexpuselavidayrecibílostirosqueamenazabanlatuya.

—Situobjetohubierasidolaproteccióndeunamujerindefensaeinocente—dijo Rebeca—, yo hubiera sabidomostrarte mi gratitud; pero puesto quetantasvecesmehasechadoencaraesepatrocinio,debodecirtequeennadaestimolavidacompradaalprecioquehasqueridoexigirmeporella.

—¡Basta de jactancia! —dijo el templario—. ¡Hartas pesadumbres meabruman en este momento, y no necesito que las aumentes con tus

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reconvenciones!

—¿Quées,pues,loqueintentas?—dijoRebeca—.Dilo,yseapronto.Sivienes a contemplar las desgracias y miserias que me has ocasionado,compláceteenellasydéjameenpaz.Eltránsitodeltiempoalaeternidadescorto,peroterrible,yyonotengosobradoespacioparaprepararmeaél.

—Conozco —dijo el templario— que no cesarás de atribuirme tusdesventuras,quedetodomicorazónhubieraqueridoevitarte.

—Señorcaballero—dijoRebeca—,noesestaocasióndequejas;perolociertoesquemimuertesedebeatudesordenadapasión.

—¡Te engañas, te engañas! —dijo Brian con grandes muestras deimpaciencia—.Meimputasloquenohepodidoprevernievitar.¿QuiénhabíadepensarenlainesperadavenidadelGranMaestre,aquienalgunosrasgosdevalorhanelevadoalpuestoqueocupa?

—Y, sin embargo —dijo Rebeca—, tomas asiento entre mis jueces, yaunquesabesquesoyinocente,apruebascontusilenciomisentencia;ysinome engaño, vas a empuñar las armas para defendermi culpa y asegurarmipérdida.

—¡Ten paciencia! —dijo Brian—. Nadie mejor que el judío sabecontemporizarconlasuerteynavegaratodosvientos.

—¡Malhaya lahora—dijo lahebrea—enque la casade Israel aprendióesa ciencia de envilecimiento y de ignominia! Pero la adversidad dobla elcorazón, comoel fuegodobla losmetalesmásduros. ¿Yquéhadehacer elque no tiene suelo, ni patria, ni hogar? ¿Qué ha de hacer el que ha sidoarrojadodelamansiónpaterna,sinosometersealextranjeroacuyamercedseimpone? Sin duda, nuestros pecados y los de nuestros padres nos hanacarreadolamaldiciónquehoynosoprime;perotú,quetejactasdetulibertadydellustredetucuna,¡cuántomásvilnoestuhumillación,puestoquecedesalaspreocupacionesajenas,obrandocontraloquetuconviccióntedicta?

—Amargassontusacusaciones—dijoBrian—;masyonovengoareñirnia disputar. Sabe que Bois-Guilbert no cede a hombre alguno, aunque lascircunstancias le obliguen a veces a diferir la ejecución de sus planes. Suresoluciónescomoelarroyodelamontaña,quepuederodearaldescenderdeunapeña,peroque,pormásestorbosqueencuentre,vaapararalOcéano.¿Dequiénpiensasqueprocedíaaquelpapelenquese teaconsejabaquepidiesescampeón,sinoesdeBriandeBois-Guilbert?¿Dequiénpodríasesperartantointerésytansaludableconsejo?

—Parasuspenderunmomentounamuerteinevitable—dijoRebeca—.¿Esesotodoloquepodíashacerpormí,despuésdehabermesumidoenelabismo

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demiperdición?

—No—dijoeltemplario—,noesesotodoloquemepropongohacer.Sinohubierasidopor la intervencióndelGriMaestreydeGoodalrike,quesejactadepensarysentirsegúnLasreglasordinariasdelahumanidad,eloficiodecampeóndefensorcorrespondía,noaunpreceptor,sinoauncompañerodelaOrden.Enestecaso,yomismo(taleramipropósito)mehubierapresentadoenelpalenquealprimersonidodelatrompeta,disfrazadocomouncaballeroerrantequevaacaradeaventurasyaprobarconelprimeroquesepresentalafuerza de su espada y de su lanza.Y entonces, aunqueBeaumanoir hubieraescogidodos, tres, cuatrocaballerosde losmásvalientesde laOrden,yo teaseguroquenadahubieratenidoquetemer;entonceshubierasidodeclaradatuinocencia,yquedaríaacargode tugratitudelgalardónde tanto riesgoydetantosacrificio.

—Osestáisvanagloriando—dijoRebeca—deloquehubieraishechoanohaber tenido por más conveniente obrar de otro modo. Habéis recibido miguante,ymicampeón,siunacriaturatandesgraciadapuedeencontrarquienladefienda, tendrá que lidiar con vos cuerpo a cuerpo. ¡Aun os atrevéis allamarosmiprotectorymiamigo!

—Y lo seré —respondió el templario—, pero observa el riesgo, o, pormejor decir, la certeza del deshonor que me aguarda, y no extrañes queestipule algunas condiciones antes de exponer lo que siempre he apreciadomásquelavida.

—Habla—dijoRebeca—,quenoteentiendo.

—Te hablaré —dijo el templario— con la misma franqueza que elpenitente al confesor. Si no me presento en el combate, como se me hamandado,pierdoparasiemprelafamayLadignidadqueocupo,cosasquesonpara nosotros como el aliento que respiramos, pierdo la estimación de mishermanosylasesperanzas,bienfundadas,desubiralasupremaautoridadquehoy ocupa Lucas de Beaumanoir. Tal será mi suerte si no salgo armado acombatir por tu causa. ¡Maldito sea el preceptor que me armó este lazo, ymalditoAlbertodeMalvoisin,queme impidióarrojar tuguanteal rostrodeaquellasgentesquedanoídosaunaacusacióntanabsurdacontraunacriaturatanperfectacomotú!

—Depocosirvenahoraloscumplimientosylaslisonjas—dijolajudía—.Túhasescogidoentrelasangredeunainocenteytuvanidadytusesperanzasmundanas.¿Dequésirvehablarsobreloquenotieneremedio?Hastomadotupartido.

—No lo he tomado aún —dijo el templario en tono más suave yacercándose a Rebeca—. Tú eres quien debes decidirme. Sime presento al

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combate,debomantenerlareputaciónquehesabidogranjearmeenlacarrerade las armas; y en ese caso, tengas o no tengas campeón, mueres en lahoguera,porquehastaahoranohecedidoanadie,salvoaCorazóndeLeónya su favorito Ivanhoe. Ivanhoe, como sabes, no se halla en estado de vestirarmadura,Ricardo está preso en tierra extraña.No hay remedio: si salgo alpalenque,mueres,aunquetusgraciasexcitenaalgúnjovendeánimoatomarelcampoentufavor.

—¿Aquévienerepetirlomismotantasveces?—dijoRebeca.

—Sirvedemucho,porqueconvienequeconsiderestusuertebajotodossusaspectos.

—Entonces—repusolajudía—,vuelvelamedallayveamoselreverso.

—Sinomepresentoalcombate,medegradan,medeshonran,meacusande magia y de sortilegio. El nombre ilustre que llevo, y que he sabidoconservar,llegaráaserundictadodevilipendio.Todolopierdo:fama,honor,esperanzas,ambición;ymiambición,Rebeca,escomolasmontañasconquelos gigantes quisieron escalar elOlimpo.Y, sin embargo, esta grandeza quesacrifico,estafamaaquerenuncio,estepoderqueabandono,aunteniéndolecasiseguro,nosonnadaamisojossiRebecasedignadecir:¡Brian,tedoymicorazón!

—Nopiensesenesaslocuras,señorcaballero—dijoRebeca—.AcudealRegentey al príncipe Juan, los cuales, si en algo aprecian ladignidadde laCoronadeInglaterra,nopodránpermitiresaautoridadqueelGranMaestresearroga. De ese modo podrás protegerme sin hacer sacrificios y sin tenerpretextosquealegarparaexigírmelos.

—Nadatengoqueverconellos—dijoBrian—;atisolamedirijo,yentusmanospongotusuerteylamía: lamuerteesmirival,yencasodeescoger,másvalgoyoqueella.

—Yonohagoesacomparación—dijoRebeca,temerosadeexasperarmásalcaballero,peroresueltaanodaracogidaasupasión,yaunanofingirqueledaba—.Séhombreysécristiano.Sieresnobleygeneroso,sálvamedeestahorriblemuertesinexigirungalardónqueconvertiríatuheroísmomivillanía.

—¡No!—dijoeltemplario,volviendoasuacostumbradaactituddeorgulloy altanería—. ¡No es tan fácil abusar de n credulidad! Si pierdo toda miventura,portilapierdoycontigohededividirlasuertequemeaguarda.Mira,Rebeca—añadió suavizando la voz—: Inglaterra,Europa, no son elmundoentero.Regiones hay bastantes anchas parami ambición: en ellas podremosvivir y ser felices. Iremos a Palestina; allí está Conrado deMonserrate, miamigo íntimo. Allí sabe encontrar nuevos caminos al engrandecimiento. LaEuropa oirá los pasos del que ha arrojado de su seno. Los millones de

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cruzadosqueellaenvíanopuedenhacertantoendefensadePalestina,nilossablesdelosejércitossarracenospuedencimentartansólidamentesudominioen aquella tierra, objeto de tantos combates, como yo y algunos de mishermanosqueestánunidosconmigoparatodocuantoexijayodeellos.Serásreina;colocaréenaquellastierraseltronoquehabrésabidoconquistarparati,yenlugardeesebastónquetantotiempohedeseado,empuñaréuncetroqueharátemblaralmundoentero.

—Eso es soñar —dijo Rebeca—; pero aunque fueran realidades tusquimeras,nocreasquebastaríanaconmovermiresolución.Notengoentanpocoalapatriayalareligiónquepuedamirarconaprecioalquerompetansagrados vínculos y sacude el yugo de una Orden a la cual le ligan susjuramentos, para satisfacer la pasión que le ha inspirado una extraña. Nopongasprecioamilibertad;novendaslaprotección;defiendealoprimidoporcaridad,noenvistadeventajasperecederas. Imploraelamparodel tronodeInglaterra:Ricardoacogerámiapelacióncontraesoshombrescrueles.

—¡Esono,Rebeca!—dijoeltemplario—.SirenuncioamiOrden,portilarenuncio.Situamornomerecompensa,alomenosconservarémiambición;que locontrario seríaperderlo todoaun tiempo. ¡HumillarmeanteRicardo!¡Pedirgraciaaaquelmodelodesoberbiaydeorgullo!¡No,Rebeca;jamássehumillarátantolaOrdendelostemplariosenmipersona!¡Puedosalirdesuseno,peronocubrirladeignominia!

—PuesDios tengapiedaddemí—dijoRebeca—yaqueen loshombresnopuedohallarla.

—No,porcierto—dijoel templario—.Eresaltiva,yhasdadoconquiennoloesmenosquetú.Sillegoaentrarenelpalenqueconlalanzaenristre,nohay consideración humana que, me impida hacer todo lo que puedo ensemejantescasos:enelresultado.Sufrirásunamuertehorrorosa,comoelpeordeloscriminales;serásconsumidaporlasllamas:niunátomoquedarádeesaestructura preciosa, dotada ahora de vida, de movimiento, de genio, depasiones. ¡No; no hay mujer que pueda soportar la perspectiva de tanespantosoporvenir!¡Rebeca,cederásamissúplicas!

—Bois-Guilbert—respondiólajudía—noconoceslaíndoledelamujer,osólohastratadoconlasquehanperdidolosnoblessentimientosconquenoshadistinguidolaNaturaleza.Sabe,arrogantecaballero,quenohasostentadotútantovalorenlasmásencarnizadasbatallascomoelqueposeeunamujerresuelta a sufrir antesque sacrificar su afectoo suobligación.Soymujer, ycriadaconlamayorblandura,ynaturalmentetemerosadelpeligro.Nuncahevisto de cerca la desgracia, y, por consiguiente, no sé sufrirla; pero cuandoentremosenelcampodebatalla,túapelearyyoamorir,micorazónmedicequeteexcederéenvalor,enfirmezayenresolución.¡Adiós;noperdamosel

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tiempoenpalabrasvanas!ElpocodequepuedodisponerenlaTierradebeserempleadodemuydistintomodo.Voyabuscar alpadrede lasmisericordiasquenoniegasusconsuelosalquebuscaconsinceridadycandor.

—¡Separémonos—dijoeltemplario—yojalánuncanoshubiéramosvisto,o a lo menos hubieras nacido noble y cristiana! ¡Por el Cielo santo, quecuandotecontemployconsiderolascircunstanciasenquehemosdevolveravernos,quisierahabernacidoen tudesgraciadopueblo,yentendermásbiende mercancías y de cequíes que de espadas y broqueles! Entonces estaríaacostumbrado a doblar la cabeza ante los nobles y poderosos, y sólo seríanterriblesmismiradasparamisdeudores.Sólopuedoformarsemejantesdeseospor estar más cerca de ti en la vida, y por evitar el golpe horrible quemepreparatumuerte.

—Hablas del judío según ahora estás contemplándole. El Cielo en sucóleralehaarrojadodelsuelonatal;perosuindustrialehaabiertoelcaminodelpoderydelariqueza,quehanqueridocerrarlelasnaciones.Leelahistoriaantigua del pueblo de Dios, y dime si aquellos en cuyo favor obró Jehovátantosprodigiosentre lasnacioneseranunacuadrillademíserosusureros.Ysabequepodemoscontarmuchosnombres, juntoaloscualeslosnoblesquetantoorgulloosinspiransonlomismoqueelhisopocomparadoconelcetro,nombres cuyo catálogo sube a los tiempos venturosos en que la presenciedivina se mostró en un trono de querubines; nombres que derivan suesplendor, no de una raza terrena, sino de aquella voz formidable quecongregóanuestrospadresparaque fueran testigosde lasvisionescelestes.TalesfueronlospríncipesdeLacasadeJacob.

Encendiéronse lasmejillas deRebeca al referir las glorias de su pueblo;peromuyenbrevesecubrierondepalidezalañadirdandounsuspiro:

—Tales eran los príncipes de Jacob; pero no son así en el día.Han sidoholladoscomolahierbamarchita,ymezcladoscon laarenadelcamino.Sinembargo, judíoshayquenoseavergüenzandetanaltagenealogía,ydeestenúmero es la hija de Isaac, hijo de Adonikam. ¡Adiós! No te envidio tussangrientoshonores,noteenvidiotubárbaroorigendelospaganosdelnorte;noteenvidioesafequesiempreestáentuslabiosynuncaentucorazónnientusobras.

—¡Por Dios, que estoy verdaderamente hechizado! —dijo Brian—. ¡ElGranMaestre tiene razón: y la repugnancia con queme separo de ti pareceobra de un poder sobrenatural! ¡Hermosa criatura!—dijo acercándose a lajudía—. ¡Tan joven, tan linda, tan impávida en presencia de la muerte, ycondenadaamorirconinfamiayenmediodehorriblestormentos!¿Quiénnollorará tu suerte?Veinteañoshacequenoseasoman lágrimasamisojos,yahorasehumedecenalcontemplarte.Perodebeser:nadaescapazdesalvartu

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vida.Túyyosomosciegos instrumentosdealguna fatalidad irresistiblequenos empuja y arrastra como a los barcos en la tormenta cuando las olas lossacuden y sepultan en el abismo de las aguas. Perdóname, y separémonosamigos. En vano he querido disuadirte de tu resolución, pero la mía esinapelablecomolosdecretosdelDestino.

—Asíes—dijoRebeca—cómoloshombresachacanalDestinoloqueesefectodesusindómitaspasiones.Yoteperdono,Bois-Guilbert,aunqueereselautordemimuerteterrena.Nopuedonegarquehaygérmenesnobleseneseánimoatrevido;peroescomoel jardíndelperezoso,enelcual las raíces sehan apoderado del terreno desfigurando su belleza y ahogando las plantasútiles.

—Asísoycomomehaspintado—dijoeltemplario—:áspero,indómitoyenvanecido con la independencia y con la fuerza que me han hecho tansuperior a esos necios casquivanos que me rodean. La guerra ha sido mieducación, y a ella debo la elevacióndemismiras y la inflexible tenacidadqueempleoenalcanzarlas.Talesmicarácter,ytalserásiempre.Loprobarécon hechos que causarán admiración al mundo. Pero ¿es cierto que meperdonas?

—Comolavíctimaalsacrificador—dijoRebeca.

—¡Adiós!—dijoeltemplario;ysaliódelaposento.

ElpreceptorAlbertoaguardabaconimpacienciaenunapiezainmediataelregresodeBois-Guilbert.

—Muchohastardado—ledijo—,yteaseguroqueyaestabasobreascuas.¿QuéhubierasidodenosotrossihubieravenidoelGranMaestreosuamigoConrado? ¡Carame hubiera costadomi condescendencia! Pero ¿qué tienes,hermano?¿Quésignificaeseceñoterrible?¡Apenaspuedessostenerte!

—Estoy—respondióBrian—comoelquesabequevaamorirdentrodeunahora,yquizáspeor,porquehaymuchosvanalcadalsocomosifueranamudarderopa.¡Malvoisin,esamuchachamehaceenrealidadperdereljuicio!PocomefaltóparairaveralGranMaestre,abjurardelaOrdenensusbarbas,ynegarmeaejecutarlacruelobligaciónquemehaimpuesto.

—¿Hasperdido el seso?—dijoMalvoisin—. ¿Yqué sacarías de tamañodislate?Perderteparasiempre,sinsalvarlavidadeesamujer,queesdetantoprecioatusojos.BeaumanoirnombraráotroindividuodelaOrdenquetomelas armas, y la judía perecerá como si tú hubieras hecho lo que se te hamandado.

—¡Puesbien;saldréasudefensa—dijoBrianconresoluciónyorgullo—,yveremossihayenlaOrdenquienresistaalempujedemilanza!¡Lajudíaes

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inocente:yoserésucampeón!

—Pero has olvidado que no tienes tiempo ni oportunidad de poner enejecucióntandesatinadoproyecto.DiaBeaumanoirquerenunciasalvotodeobediencia,yverás cuánto tardaenponerte entre cuatroparedes.Nohabránacabadodesalirlaspalabrasdetuboca,cuandotehallarásacienpiesdebajodetierra,enelcalabozodelpreceptorio.

—¡Huiré, amigo Malvoisim —dijo Brian de Bois Guilbert—; huiré apaísesremotos!¡Niunagotadesangredeesahermosacriaturaseráderramadapormiintervenciónniconmiconsentimiento!

—Nopodráshuir—dijoelPreceptor—,porqueyatuconductahaexcitadosospechas, y te será imposible salir del recinto de estas murallas. Haz laprueba:preséntatea lapuerta,mandaqueechenelpuente,yverás loque teresponden.Yaveoqueestanoticiatesorprendeyagravia;pero¿noesmuchomejor para ti que así sea? ¿Cuáles serían las consecuencias de tu fuga? Ladeshonra de tus armas, el envilecimiento de tu nombre y de tu familia, lapérdida de tu dignidad. ¿Dónde podrán ocultarse tus compañeros de armascuandoBrian deBois-Guilbert, lamejor lanza de laOrden, sea proclamadoinfielycobardeenmediodelescarnioydelasrisasdelpopulacho?

—Malvoisin,tedoylasgracias—dijoBrian—;hastocadolacuerdamássensible demi corazón. ¡Venga lo que viniere, el dictado de cobarde no seagregarájamásalnombredeBois-Guilbert!¡OjalásepresentaraalcombateelmismoRicardo o alguno de sus favoritos! ¡Lo peor es que nadie acudirá adefenderaesa infeliz;nadieseexpondráaromperuna lanzapor la inocenteabandonada!

—Mejor para ti si así sucede—dijo el Preceptor—. Si Rebeca no tienecampeón, no es culpa tuya, ni se te puede atribuir sumuerte, sino al GranMaestre.

—Sinohaycampeón—dijoBois-Guilbert—,todoelpapelquetengoquerepresentar es salir a caballo en medio del palenque; pero sin tener partealguna en lo que se hará después. Me mantengo en lo dicho: me hadespreciado,meharechazado,mehacubiertodedicterios.¿Yporquélehedesacrificarlaopiniónenquelosotrosmetienen?Alberto,acudiréalcombate;nolodudes.

Aldecirestosaliódelaposento,yMalvoisinlesiguióparaobservarledecercayconfirmarleensusresoluciones.Interesábaseenlasuertedesuamigo,nosólopor loquedeélesperaba, sinopor la recompensaqueaguardabaenvirtuddelaspromesasdeMont-FichetsicontribuíacelosamentealprocesodeRebeca.

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XXXI

Volvamos a tomar el hilo de las aventuras del caballero de La negraarmadura, el cual, habiéndose separado del generoso bandido, se dirigió enderechura a un pobre convento de las inmediaciones, al que había sidotrasladado Ivanhoe después de tomado el castillo por el fiel Gurth y elmagnánimoWamba.Esinútilporahoraentrarenpormenoresdeloquepasóentre Wilfrido y su libertador: baste decir que después de una larga einteresante conversación el prior de San Botolph despachó mensajeros adiferentes puntos, y que al día siguiente el caballero negro se dispuso acontinuarsumarcha,sirviéndoleelbufóndeguía.

—Nos veremos—dijo el de lo negro— en el castillo de Coningsburgh,puesto que tu padre va a celebrar en él las exequias de su noble parienteAthelstane.Allíveréatuparentelaynosconoceremosunosaotros.Nofaltesaestacita,yyomeencargodereconciliarteconCedric.

Dichoesto sedespidióafectuosamentedeWilfrido,el cualmanifestó losmás vivos deseos de acompañarle; mas el caballero no quiso dar oídos asemejanteproposición.

—Pasa aquí el día de hoy; y aunDios sabe si tendrásmañana bastantesfuerzas para ponerte en camino. No quiero tener más guía que el honradoWamba,elcualsabehacerelcuerdoyellocosegúnsepresentalaocasión.

—Yyoteacompañarédemilamores—dijoelbufón—;peronoquisierafaltaralconvitedeldíadelentierro,porquesitodonoestáenorden,escapazel muerto de salir de la tumba y armar una pelotera con el cocinero y elmayordomo;yciertoqueseríacosadever.Entodocaso,señorcaballero, tuvalormeservirádepadrinosiCedricdesapruebaestaromería.

—Ysituingenionobastaajustificarte,¿dequéservirámivalor?

—Elingenio—dijoelbufón—puedemucho.Esuntruhanastutoquesabeaprovecharsedelflancodelenemigoyponerseasotaventocuandomásfuertesoplansuspasiones.Peroelvaloresunacalaveraaturdidaquepartepormedioyhaceastillascuantoselepresenta.Navegacontravientoymarea,ysiemprevaadelante.Portanto,másseguroesconfiarentuvalorqueenmiingenio.

—SeñorCaballerodelCandado—dijoWilfredo—yaquenopermitesquesetedénombre,nosésiteacomodaunguíataninquietoyparlanchín;pero,alomenos,nohaycazadorquesepamejorqueéltodaslasveredasyatajosdeestasselvasymatorrales.Porlodemás,motivostienesparasaberqueesmásfielqueeloro.

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—Condúzcame él—dijo el caballero— por el caminomás corto ymásseguro, y diga, si quiere, cuantas locuras se le presenten a la imaginación.¡Adiós, buen Wilfrido; cuida de tu salud y no te pongas en camino hastamañana!

Dicho esto presentó la mano a Wilfrido, el cual se la besórespetuosamente;sedespidiódelPrior,montóacaballo,yempezóacaminarsiguiendo los pasos del bufón. Ivanhoe estuvo mirándolos hasta quedesaparecieronenlassombrasdelbosque.

PeropocodespuésdeltoquedemaitinesmandóllamaralPrior.Elancianoacudióinmediatamenteylepreguntóporelestadodesusalud.

—Muchomejor—respondióWilfrido—de loquehubierapodidoespera¿Olaheridanoestanconsiderablecomolodabaaentenderlagranefusióndesangre,oesebálsamohahechoenmíunefectoprodigioso?Semefiguraquepuedo armarme sin inconveniente; y creed que me alegro, porque estánpasándomeporlaimaginacióncosasquemehaceninsoportableslainacciónyelreposo.

—¡Nopermitanlossantosdelcielo—dijoelprior—queelhijodeCedricsalga de este convento sin estar perfectamente curado! Sería deshonra denuestraprofesión.

—Ni yo quisiera tampoco, reverendo padre— dijo Ivanhoe— dejar lahospitalidad que tan generosamente me habéis ofrecido, si no me sintieracapazdesoportarlajornadaysinomecreyeraobligadoaemprenderla.

—¿Y qué motivos podéis tener —dijo el prior— para tan repentinamarcha?

—¿Nohassentidonunca—dijoWilfrido—vagospresentimientosdeunacalamidadpróximaysincausaconocida?¿Nohastenidonuncaobscurecidoelespíritu,amaneradeloscamposcuandolasnubeslesanuncianlacercaníadela tempestad? ¿Yno creesque sondignosde atención semejantes impulsos,comoavisoscelestesdepeligroquenosamenaza?

—Nopuedonegar—dijoelprior—quesehanvistograndesejemplosdeesos testimonios de la protección divina; pero siempre tienen un finvisiblementeútilysaludable.Mas túestásheridoynopuedesdefendera tuamigoencasodeverseatacado.

—Prior—dijo Ivanhoe—, teengañas.Todavía tengosuficiente fuerzaenlospuñosparaajustarlacuentaatodoelquemeprovoque;peroaunqueasínofuera,nosólopuedeunoservirasuamigoconelvigordesusbrazos.Sabidoeselodioquelossajonestienenalosnormandos;¿yquiénsabeadóndepuedellevarlos la exasperación que ha producido la muerte de Athelstane, y más

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cuandohahechosuefectoelvinoquevaadistribuirseenelcastillodespuésdelasexequias?Laocasiónenqueesehombrevaapresentarseenmediodegentes que detestan a los de su raza es en extremo peligrosa, y yo estoyresueltoaevitarle todaespeciedemaloasufrirloconél.Proporciónameuncaballocuyopasoseamássuavequeeldelmío.

—Tedarémiyegua—dijoelprior—,eirásenellacomoenuncolchóndeplumas.¡EsmuchoanimalMalkin!¡Entuvidahasmontadobestiamásnoblenimássegura!

—Puesbien,reverendopadre—dijoIvanhoe—;mandaaparejaraMalkin,ydiaGurthquemepreparelasarmas.

—¡Esono,amigo!—dijoelPrior—.Malkinestanpacíficacomosuamo,y no sufrirá que la montes con todo ese aparato de peto y espaldar. Noconsienteencimamáspesoqueaquelaqueestáacostumbrada.Elotrodía,aldespedirmedelabaddeSanCanuto,meprestóuntomodeFructustemporum;peroMalkin no quisomoverse de la puerta hasta que devolví aquel gruesovolumenyquedésinotroequipajequeelBreviario.

—No creáis —dijo Wilfrido— que le molestará mi peso; y si quierehabérselasconmigodifícilseráquesalgaconlasuya.

IvanhoepronuncióestasúltimaspalabrasmientrasGurthlecalzabaunparde espuelas doradas capaz de convencer al caballo más rebelde de que elmejorpartidoquepodíaabrazarerasometersealavoluntaddeljinete.

Arrepentido el Prior de su corte oferta al ver las puntas enormes de lasespuelasdeIvanhoe,ledijoalgoconfusoyapesadumbrado:

—Buen caballero, Malkin no está acostumbrada a sufrir hierro en losijares.Mejorfueraenviarporelcaballocapóndelproveedordelconvento,quepuedeestaraquídentrodeunahorayesmuchomásmansoytratablepuesqueestáhechoatraercargasdeleñaynuncapruebagrano.

—Os doy gracias —dijo Ivanhoe—; pero vuestra primera oferta meacomodamuchomás.Malkin está ya a la puerta, según estoy viendo desdeaquí,ynoquierohacerleesedesaire.Gurthllevarámiarmadura,ynotengáisrecelo,quelayeguavolveráavuestropodersinmenoscabo.

Ivanhoe bajó la escalera más aprisa de lo que podía esperarse en susituación,ymontóenlayegua,deseandoverselibredelasinstanciasdelPrior.Elbuenviejosemantuvoasuladohastaelúltimomomento,oraponderandoelméritodeMalkinora recomendandoa Ivanhoeque lacuidasey la trataraconblandura.

—Estáenlosquinceaños—decíariéndosedesupropiochiste—,queesedadtanpeligrosaparayeguascomoparadoncellas.

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Ivanhoe, que tenía otras cosas en qué pensar que la yegua del Prior, noprestógranatenciónasusconsejosyprevenciones;ydispuestoamarchar,ymandandoasuescudero(queésteerael títuloqueGurthsedaba)quenoseseparasede su ladoechóaandarporelmismocaminoquehabía tomadoelcaballero Negro mientras el Prior se mantenía a la puerta del conventomirándoledehitoenhitoexclamando:

—¡Dios mío, qué aprisa caminan estos caballeros! Mucho siento haberpuestoensusmanosalpobreanimalitoporquesiquedainservible,¿quéhadeserdemíconestereumatismoqueDiosmehadado?Sinembargo,yoestoypronto a emplearmis pobres y débilesmiembros en defensa de la causa deInglaterra, y bueno es queMalkin emplee los suyos en lamisma.Quizás sigananlosnuestrosseacordarándeesteconvento,quebienlonecesita,oalomenos enviarán un buen caballo de regalo al Prior. Si así no lo hicieren,porquelosgrandessuelenolvidarlosfavoresdelospequeños,meserviráderecompensalasatisfaccióndehabercumplidoconmideber.¡Peroyaeshorademandartocararefectorioparaelalmuerzo!

El Prior pasó, en efecto, al refectorio, donde estaban sirviendo ya a lacomunidadelbacalaoylacervezaqueordinariamenteleservíadedesayuno.Sentósealatestera,ypronuncióalgunaspalabrassobrelosgrandesbeneficiosquepodríanresultaralconventodeciertoservicioimportantequeacababadehacerapersonadealtobordoyqueenotraépocahubierahechogranruidoenelmundo.

EntretantoelcaballeroNegroysuguíaatravesabanalegresycontentosloslaberintos del bosque, cuando éste dijo: —ya hace rato que estoy viendorelumbrarunmorriónentreaquellosárbolesdeenfrente.Sifueranhombresdebien, vendrían por el camino; pero aquella maleza es muy frecuentada deladrones.

—¡Votoatantos—dijoelcaballero—,quetienesrazón!

Y ya era tiempo de apercibirse, porque apenas había pronunciado estaspalabras,cuandosedispararondelsitiosospechosotresflechasquefueronadarensuyelmo;yunadeellaslehubieraatravesadolassienes,anohaberlarechazadoelfilodelavisera.Lasotrasdosdieronenlagolayenelescudoqueelpaladínllevabacolgadoalcuello.

—¡Gracias al armero! —dijo sin alterarse el del Candado—. ¡A ellos,amigoWamba!

Y al decir esto se dirigieron a todo escape al punto de la emboscada.Saliéronlesalencuentroseishombresarmados,conlanzaenristre,ytambiénacarreratendida.Lastresprimeraslanzasqueleatacaronsehicieronastillas,como si hubieran dado contra una torre de bronce. Los ojos del caballero

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despedíancentellasatravésdelasbarrasdelavisera.Alzósesobrelosestribosconnoblealtivez,yexclamó:

—¿Quésignificaesto,camaradas?

A lo cual los desconocidos respondieron sacando las espadas,acometiéndoletodosauntiempo,ygritando:

—¡Mueraeltirano!

—¡San Jorge! ¡San Eduardo! —exclamó el caballero derribando unhombreacadainvocación—.¡Traidoressois,quenobandidos!

Aunquedesesperadosyresueltos, losacometedorestuvieronalgúnmiedodeunbrazoqueacadagolpedespachabaunenemigo.Yaibaelterroradecidirla victoria cuando un caballero armado de azul que hasta entonces habíapermanecidodetrásde losotros, apretóespuelasydirigiendo la lanza,noaljinete,sinoalcaballo,hiriómortalmentealnobleanimal.

—¡Traidor, cobarde!—exclamó el delCandado cayendo al suelo con elgenerosocompañerodesushazañas.

EnaquelmomentoWambatocóelcuerno:nohabíapodidohacerloantes,por no haberle dado tiempo tan repentino ataque. Este incidente hizoretrocedera losasesinos,yWamba,aunquetanmalarmadocomoyahemosvisto,corrióhaciaelcaballero,yleayudóaponerseenpie.

—¡Cobardes! —dijo entonces el de las armas azules, que parecía elcaudillodelosotros—.¿Huisdelsonidodeuncuernotocadoporunbufón?

Animados por estas palabras, los desconocidos volvieron a atacar connuevo furor al caballero, el cual, apoyada la espalda contra una encina, sedefendíavalerosamenteconsuespada.Elde loazul,quehabía tomadootralanza,aprovechandoelmomentoenquesuenemigosehallabaenlosmayoresapuros,corrióhaciaélconeldesigniodeclavarlealárboldeunlanzazo;maselbufónsupofrustrarsuintento.Valiéndosedetodasuligerezaypresenciadeánimo,Wamba,enquiennohabíanreparadolosasesinos,que tenían toda laatención fija en el caballero, cortó la carrera al caudillo y tiró una terribleestocadaalcaballo,elcualdioentierraconeljinete.Sinembargo,lasituacióndelcaballerodelCandadoeracadainstantemáscríticaypeligrosaporqueselashabíaconhombresarmadosdepuntaenblanco,yyaempezabaacansarlela necesidad de parar continuamente los golpes que en todas direcciones leasestaban;perodeprontocayóunoatravesadoporunaflecha,yEnseguidasepresentó una cuadrilla de monteros capitaneados por Locksley y por elermitaño.Presentarseestosvalientesydejarmuertosomalheridosatodosloscontrarios fue obra de un momento. El caballero de las negras armas diogracias a sus libertadores con majestuosa dignidad, que hasta entonces no

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habían reparadoen su continente, el cualparecíamásbien eldeun soldadointrépidoqueeldeunapersonadealtonacimiento.

—Loquemás importa—dijo—,aunantesquemostrarosmigratitud,esaveriguarquiénes sonestosenemigosencubiertos.Wamba,abre laviseradeesedeloazul,quepareceserelcapitándeesosvillanos.

Elbufónseacercóalinstantealjefedelosasesinos,queentumidoporelgolpeyembarazadoponelpesodelcaballoherido,nopodíahuirnihacerlamenorresistencia.

—¡Vamos,valienteguerrero—díjoleWamba—;vuestroescuderohesido,yahoraserévuestroarmero!Osheayudadoadesmontar,yahoraosdespojarédevuestraarmadura.

Dichoestoarrancóytiróporelsueloconnomuchablanduranicortesíaelyelmo del de lo azul, y el caballero del Candado reconoció aWaldemar deFitzurse,aquienseguramentenoesperabaverenaquellaocasión.

—¡Waldemar!—dijoconespantoelcaballero—.¿Contuscanasycontusaltosempleos?¿Quiénhapodidoexcitarteatanlocodesignio?

—Ricardo—dijoelcautivoalzando lavistaalsoberano—,noconocesalos hombres si ignoras adónde pueden conducir a cada hijo de Adán laambiciónyeldeseodevenganza.

—¿Venganza?—dijoelcaballeroNegro—.¿Quédaño tehehecho,yporquédeseasvengartedemí?

—Despreciastelamanodemihija,ynuncapodráolvidarestaafrentaunnoblenormando,tanilustrecomotú.

—¡Tuhija!Ciertoquenoaguardabatantaenemistadportanlevemotivo.Amigos—dijoalosmonteros—,retiraosalgunospasosquequierohablarleasolas.WaldemarFitzurse,dimelaverdad:confiesaquiéntehainstigadoaestedesacato.

—Elhijodetupadre—respondióFitzurse—,quecastigadeestemodoloquetúhicisteconelquetediolavida.

LosojosdeRicardocentelleabande indignación;maséstacediómuyenbreve a impulsos de su bondad natural. Púsose la mano en la frente, ypermanecióalgúnratocontemplandoalvencidobarónencuyorostroluchabaelorgulloconlavergüenza.

—¿Nomepideslavida?—dijoelRey.

—Sería inútil—respondió Fitzurse—, puesto que está en las garras delleón.

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—Elleón—dijoRicardo—noensangrientasusuñasenbestiasrendidas.Vive;perosaldentrode tresdíasdeInglaterra:veaocultar tu infamiaentucastillodeNormandía,yguárdatededaraentenderlapartequehatenidomihermano en esta villanía. Si te detienes un momento después del términoconcedido, mueres; si pronuncias una palabra que manche el honor de mifamilia,nieltemplodeDioshadepreservartedemisiras.¡PorSanJorge,quehasdeestarcolgadodetusalmenashastaqueloscuervoshayandadofindeti!Locksley, proporciona a este hombre uno de los caballos de sus cómplices,desármaleydéjaleirenpaz.

—Yaveo—respondióelbandido—queestoyhablandoconunoaquiennopuedonidebodesobedecer;perosoydeopinióndeahorraraesevillanoeltrabajodehacerunalargajornada.

—Tienes un corazón inglés—dijo el caballero—, y élme ha dicho quedebessometerteamismandatos.YosoyRicardodeInglaterra.

Aestaspalabras,pronunciadasconmajestaddignadeunmonarcaydeloselevadossentimientosdeCorazóndeLeón,losmonterossearrodillaronauntiempo,reconociéndoleporsusoberanoypidiéndoleelperdóndesusdelitos.

—¡Alzaos,amigos!—dijoRicardoconlamayorafabilidad.

Notábaseyaensurostrolaexpresiónhabitualdebuenhumoryfranqueza;había desaparecido toda señal de resentimiento, y sólo en las sonrosadasmejillas se veían algunas huellas de los esfuerzos hechos durante tandesesperadoconflicto.

—¡Alzaos, amigos!—repitió—. Vuestros excesos y descarríos no valentanto como el leal servicio que habéis hecho a mi causa en el castillo de"Frente de buey" y el socorro que habéis dado este día a vuestro soberano.Alzaos,ysedbuenosvasallosdeahoraenadelante.Ytú,valienteLocksley...

—Nomedeisesenombre—dijoelcapitán—,sinoelmíoverdadero,quequizáslafamahabrállevadoavuestrosoídos.YosoyRobinHood,delbosquedeSherwood.

—¡Rey de los bandidos y príncipe de la gente de bronce!—exclamó elRey—.¿Quiénnohabráoídolafamadetusproezas,puestoquehanllegadoaPalestina?¡Peronadatemas!Elvelodelolvidocubrirátodoloquehapasadoenmiausenciaydurantelasrevueltasaqueellahadadolugar.

—Biendicelacopla—exclamóWamba—interrumpiendoalRey,aunquenoconsuacostumbradapetulancia:

FaltóZapirón,yalpuntoarmangrescalosratones.

—¡Qué!¿Estásaquí,Wamba?—dijoelRey—.Comohace tanto tiempoquenooigotuvoz,creíquehabíastomadolasafufas.

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—¿Cuándo se separó la locura del valor?—dijoWamba—.Aquí está eltrofeo de mi espada —añadió señalando al caballo de Fitzurse—; ¡y ojaláestuvieraelbuenanimalllenodevidaydesalud,contalqueelamoocuparasulugar!Estassontodasmishazañas,porqueelgabánnoresistealosgolpescomounpetodeacero.Massinoteheigualadoenelmanejodelaespada,nopodrásnegarquesémanejarelcuernodiestramente.

—¡Y muy a propósito! —dijo el Monarca—. ¡No olvidaré tus buenosservicios!

—¡Confiteor!— dijo entonces una voz trémula y compungida—.¡Confiteor,queestodoellatíndequemeacuerdo!¡Confiesomidelito,ypidolaabsoluciónantesdesubiralpalo!

Ricardovolvió lavistaydescubrióalermitaño,queestabade rodillas,yhabía tirado al suelo el garrote el cual no había estado ocioso durante laacción. Hacía cuanto podía por dar a sus facciones la expresión de lacontriciónmásprofunda:teníaclavadoslosojosenelCielo,einclinadashaciaabajolasextremidadesdeloslabioscomoloscordonesdeunabolsa,segúnlacomparacióndeWamba;pero enmediode este aparatode santidad,bien seechabadeversunaturaldesfachatezytruhanería.Enunapalabra,suaspectoeramásbieneldeunastutohipócritaqueeldeunverdaderoarrepentido.

—¿Por qué tanto abatimiento? —dijo Ricardo—. ¿Temes que llegue aoídosdetudiocesanolafamadelasvirtudesqueejercitasentuermitaydelmodo que tienes de servir a San Dustán? ¡No tengas miedo; Ricardo sabeguardarlossecretosquesesellanconeljarro!

—No, benigno soberano —respondió el anacoreta (el cual es muyconocidoenlashistoriasconelnombredehermanoTuck,yfuecompañeroyamigodeRobinHood)—.Notemoalbáculo,sinoalcetro.¿Cómonohedetemblar si considero que mi sacrílego puño ha osado tocar al ungido delSeñor?

—Ya se me había olvidado —dijo Ricardo—, aunque es cierto queestuvieronzumbándomelosoídostodoeldía.Perosielgolpefuebiendado,que digan todos los presentes si no fue bien devuelto. Y en cuanto apenitencia,sihededecirloquesiento,mejorseríaparatiqueentrarasaservirenlosmonterosdemiguardiacustodiandomipersona,comohastaahorahascustodiadoladeSanDustán.

—Señor—dijoTuck—.Perdonevuestraaltezasinoaceptosufavor.SanDustányyonosavenimosperfectamente.Granhonorseríasindudaparamívestir el uniforme de losmonteros de vuestra guardiamás sime entretengoacaso en consolar a una viuda o en tirar cuatro tiros en la selva, ¿qué deinjuriasnolloveránsobremí?

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—¡Ya entiendo!—respondió elmonarca—. Si quieres continuar tu vidapenitente en mi coto de Warncliffe, no te faltarán venados y diversión.Licenciatedoydematartrescadaotoño.Simatastreintaenlugardetres,noreñiremosporeso.

—Vuestraaltezacrea—dijoelermitaño—quesabrémultiplicarlosdonesdesugenerosidad.

—No lo dudo, hermano—dijo elRey—; y como la carne de venado escomidadura,mibodeguerotendráordendedartecadaañounabotadevinoseco,unpellejodemalvasíaytresbarrilesdecervezadelamejor.Siesonobastaparaapagartelased,venalacorteyhazteamigodelmayordomo.

—¿YparaSanDustán?—dijoTuck.

—Nochanceemosconlascosassantas—dijoelRey—,noseaqueDiosseofendadeverquepensamosmásennuestraslocurasqueensuservicio.

El anacoreta, temeroso de abusar de la paciencia del Rey con susjocosidades y burlas, riesgo a que se exponen los que conversan conpoderosos,hizounaprofundareverenciayseretiró.

Almismotiempoentraronenescenadosnuevospersonajes.

XXXII

EranWilfrido de Ivanhoe, montado en la yegua del prior de Botolph yGurth,enelcaballodebatalladesuamo.Nopuededescribirselasorpresadelcaballero al ver la armadura del Rey salpicada de sangre y los muertos ydespojos que cubrían el campo de batalla. Ni extrañómenos ver a Ricardocircundadodebandidosyladrones,quenosonporciertolaescoltamássegurapara un monarca perseguido. No sabía si dirigirle la palabra como a uncaballeroerranteocomoasuseñorymonarca legítimo.Ricardoconociósuperplejidad.

—Nada temas, Wilfrido —dijo el Rey—; háblame como a Ricardo dePlantagenet.Estoyrodeadodeverdaderosingleses,aquienesquizáselestadode la nación ha hecho cometer algunos pecados veniales que ya estánperdonados.

—SirWilfridodeIvanhoe—dijoeljefedelosbandidos—denadaserviríalo que yo dijera después de lo que habéis oído; séame lícito sin embargo,añadirque,aunquehemossufridomuchoyestamosprivadosdelaprotecciónde las leyes,el reyde Inglaterrano tienevasallosmás lealesque losqueenesteinstantelerodean.

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—No lo dudo, puesto que tú losmandas—dijoWilfrido de Ivanhoe—.¿Peroquésignificanestasseñalesdediscordiaydemuerte?¿Quésignificanesoscadáveresyesasmanchasdesangreenlaarmadurademipríncipe?

—Latraición,amigoIvanhoe—dijoelMonarca—acabadehacerunadelassuyas;peroharecibidolapenaquemerecía,graciasalceloyalafidelidadde estos valientes. ¡Pero ahora caigo —añadió sonriéndose— en que tútambién eres traidor y desobediente a las órdenes de tu monarca! ¿No temandé permanecer en el convento deBotolph hasta que estuviera curada tuherida?

—Loestá,señor—dijoIvanhoe—;yloquetengoescomoarañazodegatotravieso.Pero¿seráposiblequedeistantainquietudalosqueosamanysirvenexponiendovuestravidaenestascorreríasyaventuras,comosinofueramáspreciosaqueladeuncaballeroerrantesinmásdominiosnifamaquelosquelalanzaylaespadaleproporcionen?

—RicardodePlantagenetnoambicionamásglorianimásimperiosquelosqueconsuespadaysulanzasepaadquirir;yenmásaltopreciotienellevaracabounaaventuraconLafuerzadesubrazoqueganarunabatallaalacabezadecienmilhombresarmados.

—Peroseñor—dijoIvanhoe—,ladisoluciónylaguerracivilamenazanavuestro reino. ¿Qué será de vuestros vasallos si perecéis en uno de esospeligrosquecontinuamenteestáisarrostrando?Nohacemuchoqueoshabéisvistoexpuestoaperderlavidaenlasoledaddeunbosque.

—¡Mi reinoymis vasallos!—dijo elRey—.Sabequeningunode ellostienemás juicio que yo. Por ejemplo, mi fiel servidorWilfrido de Ivanhoeacabadefaltaramispreceptos,yahoramepredicaporquenoheseguidolossuyos.Peroporestavez,teperdono.Yatehedichoenelconventoquedebopermanecer oculto para dar tiempo a que los nobles que se hanmantenidofieles a mi causa reúnan sus fuerzas y se aperciban a la defensa de misderechos.Ricardonodebepresentarsealanacióninglesasinoesalacabezadeun ejércitonumerosoquebaste a frustrar losplanesde sus enemigos sinnecesidad de desenvainar el acero. Estoteville y Bohun necesitan todavíaveinticuatrohorasantesdepoderpresentarsedelantedeYork.Aúnnorecibínoticias de los progresos que hacenSalisbury,BeauchampyMulton.TengoquecontarconLondres,ydeestosehaencargadoelCanciller.Miapariciónrepentinameexpondríaapeligrosmayoresquelosquepuedovencerconmiespadayconmilanza,auncuandovinieranenmisocorroRobinconsuarco,TuckconsugarroteyWambaconsucuerno.

Ivanhoe se inclinó respetuosamente y no quiso persistir en susreconvenciones; sabía que era invencible la afición delRey a los peligros yaventuras caballerescas, aunque conocía cuán imperdonable era semejante

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arrojoeneljefedelEstado.Asípueslanzóunsuspiroynorompióelsilencio;mientrasRicardo,satisfechodehaberpuestotérminoasusobjeciones,sibienno podía menos de reconocer su justicia, entró en conversación con RobinHood.

—Reyde losmonteros—le dijo con lamayor afabilidad elMonarca—,¿notienesunpedazodecarnequeofreceraotratestacoronada?Porqueesosdesalmadosmecogieronenayunas,ylasestocadasmehanabiertoelapetito.

—Seríapecadoengañaravuestraalteza—respondióelbandido—;nuestradespensasehallasuficientementeprovistade...

—¿Devenado?—dijoRicardo—.ComounReynopuedeestartodoeldíaenelmontematandolacazaquehandeservirlealamesa,buenoesquehayaquienselatengamuertayguisada.

—Si vuestra alteza se digna honrar con su presencia uno de nuestrospuntosdereunión,nofaltarácarnedevenado;yaunquizásleofreceremosunbuentragodecervezayotrodevinoseco.

Robinsepusoencamino,seguidoporelalegreMonarca,mássatisfechocon el encuentro de aquel célebre bandido que si estuviera presidiendo unbanqueterealalacabezadelosnoblesyparesdeInglaterra.

LanovedadteníagrandesatractivosparaelcorazóndeRicardo,ymuchomás después de haber vencido y arrostrado peligros y contratiempos.Aquelmonarcarealizabaelidealdeloscaballerosandantes,héroesdetantasnovelasy romances. La gloria personal adquirida por su intrepidez y valor le eramucho más grata que la que hubiera podido granjearse por medio de unapolíticasabiayjuiciosa.Sureinadofuecomounodeesosbrillantesyrápidosmeteoros que cruzan la inmensidad de los cielos esparciendo portentosasráfagasdeluz,yquealinstanteseconfundenenlaobscuridaddelespacio.Susproezas sirvieron de texto inagotable a los trovadores de su siglo, sinproporcionar a su reino ninguno de aquellos beneficios que la Historiaperpetúaensusanalesparaejemplodelaposteridad.

En la ocasión presente, sin embargo, sirviómucho aRicardo su espírituarrojado y caballeresco, porque le granjeó el afecto de aquellos hombresindómitos y emprendedores, entre los cuales se mostró franco, alegre ybondadoso.El valor era a sus ojos la primera de las virtudes, y apreciaba atodoelqueloposeía,cualesquieraquefuesensuclaseycondición.

Se sentó el rey de Inglaterra debajo de una frondosa encina al rústicobanqueteque le habíanpreparado aquelloshombres, poco antesperseguidosporlasleyesdesureino,yquealasazóncomponíantodasucorteytodasuguardia.

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Amedida que daba vueltas el jarro, los bandidos empezaron a perder elterrorquealprincipioleshabíainspiradolapresenciadesuSoberano.Hubochanzasycanciones,ymientrascadacualreferíasushazañas,todosolvidabanque éstas eran otras tantas infracciones de las leyes, cuyo protector naturalestabaoyéndolos.ElMonarcareíaychanceabacomoellosprescindiendodesudignidadyponiéndosealniveldesushuéspedes.RobinHood,sinembargo,que era hombre de sana razón, temía que ocurriese algún disgusto y que seturbaralabuenaarmoníaquehastaentonceshabíareinadoenelbanquete.

Aumentaron sus recelos cuando observó la inquietud de Wilfrido deIvanhoe.LlamóapartealBarón,yledijo:

—GranhonoresparanosotroslapresenciadenuestroSoberano;perolosnegociosdesureinosonmuyurgentes,yeslástimaquepierdauntiempotanprecioso.

—Tienes razón, Robin—dijo Ivanhoe—; y sabe además que los que sefamiliarizancon lamajestad,auncuandoéstaolvide loquevale, jueganconunleónquesacalasgarrasydestrozacuandomenossepiensa.

—Habéis dado en la verdadera causa de mis recelos: esos hombres sonásperosdesuyoyviolentosporhábito,yelRey,aunquedebuenhumor,sueletener sus arranques.Lamenor cosa puede darmotivo a que se le ofenda, yDiossabeadóndellegaríanlasconsecuencias.Tiempoesdesepararnos.

—Procuratúhacerloconmañaydelicadeza—dijoIvanhoe—,porqueyohedichoalgunasindirectasytodashansidoinútiles.

—Señor—dijo RobinHood a Ricardo—, voy a exponerme al enojo devuestraalteza;pero,¡porSanCristóbalqueesporsubien,yquehedehacerloaunque nunca me perdone! Bernardo —dijo luego llamando aparte a unmontero—,correaesasmalezasdelaizquierdasinqueteobserveningunodelospresentesytocaelcuernoalamaneradelosnormandos:sitedetienesuninstante,tepartopormedio.

Bernardoseseparóconelmayordisimulodelaconcurrencia,yobedecióexactamente las órdenes de su capitán. Aquel inesperado sonido dejósuspensosatodoslosasistentes.

—EseeseltoquedeMalvoisin—dijoelmolineroapoderándosedelarco.

Elermitañodejócaereljarroyempuñóelgarrote.Wambasuspendiósuscarcajadas y echó mano de la espada y del broquel. Todos los demás sepusieronenpieytomaronlasarmas.

Hombresdevidatanprecariayborrascosapasansinalterarsedelaalegríadelbanquetealpeligrodelabatalla.

Para Ricardo esta transición era un recreo. Pidió el yelmo y las piezas

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principales de la armadura, y mientras Gurth se Las ajustaba, mandóexpresamente aWilfrido de Ivanhoe, so pena de su perpetuo enojo, que notomaseparteenelencuentro.

—Hartas veces has peleado pormí—le dijo elMonarca—; ahora serásespectador,yveráscómosabepelearRicardoporsuvasalloyporsuamigo.

Entretanto Robin Hood había enviado algunos monteros en diferentesdireccionescomoparareconoceralenemigo,ycuandovioquetodosestabanenpieyseparados,yelReycompletamentearmadoydispuestoamarchar,seechóasuspiesylepidióperdón.

—¿Dequé,buenmontero?—dijoRicardo—.¿Nobastaelperdóngeneralqueyaosheconcedido?¿Piensasquemipalabraesunaplumaqueelvientollevaadiscreción?¿Ohascometidodesdeentoncesalgúnnuevodesaguisado?

—Sí,señor—respondióRobinHood—;hecometidounafalta,siasípuedellamarseunengañoqueredundaenbiendevuestraalteza.EltoquequehabéisoídonoesdeMalvoisin,Sinodadoporordenmía.Miobjetoha sidoponertérminoaestebanquete,enelcualseestáperdiendountiempoquepuedesermásútilmenteempleado.

Levantóse al concluir estas palabras, se cruzó de brazos, actitud másrespetuosa que sumisa aguardó la respuesta del Rey, como quien conoce lafalta que ha cometido y confía en la rectitud de los motivos que le hanimpulsado. Asomó la cólera a los ojos del Rey; pero este movimientoinstantáneocedióalajusticianaturaldesucarácter.

—Elreydelosbosques—dijo—tienemiedodequeRicardodéfindesuvenadoydesuvinoseco;yoteconvidaréacomerenLondres,ynoteecharétanprontodemimesa.Tienesrazón,Robin,¡Acaballo,ymarchemos!Haceunahoraque estoy leyendo la inquietud en los ojosdeWilfrido.Dime: ¿notienesentucuadrillaalgúnbuenamigoque,nocontentoconestarpredicandotodoeldía,observatusmovimientosyseponedemalhumorcuandohacesloqueseteantoja?

—Si,señor—respondióRobinHood—;esaesjustamentelacondicióndemitenienteJuanito,queestáahoradeexpediciónenlosconfinesdeEscocia;yaseguro a vuestra alteza que algunas veces me molestan las libertades quetoma.Pero,bienreflexionado,nopuedoenfadarmecontraquienseafligepormibienyseinquietapormispeligros.

—Bien has dicho —contestó Ricardo—: y si yo tuviera por un lado aIvanhoeparadirigirmeconsusgravesconsejosyamonestaciones,ya tiporotroparaquemeengañasesenloquecreesconvenienteamiservicio,prontome vería tan libre en mis acciones como el esclavo atado a una cadena.¡VamosgentehonradaaConingsburgh,ynohablemosmásdelasunto!

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Robin notició al Rey y a su amigo que había enviado una partida dedescubiertaalcamino,yque,sinduda,sihabíaalgunaemboscadaprontosetendríaaviso.Lesdijoqueporentoncesnotemíaelmenorpeligro;peroque,en todo caso, él y los suyos no se separarían de aquellos alrededores yacudirían,comoyalohabíanhecho,alamenornovedad.

Las prudentes y solícitas precauciones adoptadas por el bandido para suseguridadenternecieronelcorazóngenerosodeRicardoydisiparontodaslassospechasquehubierapodidoinspirarleelartificiodequehabíaechadomano.Lepresentóotravezlasuya,reiterándolesuperdónysuprotecciónydándolepalabra de suavizar las Ordenanzas de montes y otras leyes tiránicas yopresivas que tenían a muchos y buenos ingleses en perpetuo estado derebeldía.FrustrólasbuenasintencionesdelMonarcasumuertedesgraciadayprematura,ylasleyesdemonteríafueronabolidasdespuésadespechodeJuancuandoéstesucedióasuheroicohermano.EncuantoalasotrasaventurasdeRobin Hood que terminaron por una muerte traidora, los lectores podránconsultar las innumerables relaciones de la historia de este famoso bandidoquecorrenimpresasenInglaterra.

VolvamosaRicardoCorazóndeLeón,elcual,encompañíadeIvanhoe,deGurth y de Waniba, llegó sin obstáculo ni tropiezo, como Robin lo habíapredicho,avistadelcastillodeConingsburghantesqueelSolseocultaraenelOccidente.

XXXIII

La entrada de la torre principal del castillo de Coningsburgh era tansingularensuestructuracomocorrespondíaalatoscasencillezdelostiemposenquefueerigida.Porunosescalonestanestrechosyempinadosquemásbienmerecían el nombre de precipicio, se entraba a un portal bajo situado en lapartesurdelatorreporelcualelcuriosoanticuariopuedeaúnpasar,opodíaalomenoshacepocosaños,alaescaleraconstruidaenelespesordelmuroqueconducía al piso tercero del edificio. Los dos inferiores se componían depiezas abovedadas, sin otra luz ni ventilación que la que recibían por unagujero cuadrado, el cual, por medio de una escala de mano, servía decomunicación con los aposentos altos. Los pisos eran cuatro y la escaleraprincipalqueconducíadeunosaotrosseapoyabaenlosasperonesdequeyahemoshechomención.

ElreyRicardo,encompañíadeIvanhoe,pasóporestacomplicadaydifícilentrada,y fue introducidoenelaposentocircularqueocupaba todoel tercerpiso.Wilfridosesubiócuantopudoelembozodelacapaporquenojuzgaba

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oportunopresentarseasupadrehastaqueselomandaseelRey.

Enaquelaposentoyentornodeunagranmesadeencinaestabansentadosdocedelosmásdistinguidosrepresentantesdelasfamiliassajonasresidentesen los condados circunvecinos.Todos eran de edad avanzada, o a lomenosalgomásquemadura,porquelosjóveneshabíanseguidocongransentimientodesuspadreselejemplodeIvanhoeyrotolasbarrerasquepormásdemediosiglohabíanseparadoa losvencedoresde losvencidossajones.Lasmiradasgravesyabatidasdeaquelloshombresvenerablespresentabanunaescenaalgodiferente al bullicio y alegría de los huéspedes externos del castillo.Cualquiera hubiera dicho al ver aquellas cabelleras, aquellas barbas quellegaban hasta la cintura, juntamente con las túnicas antiguas y las anchascapas negras, que los personajes reunidos en tan singular y tosco aposentoeran sacerdotes del templo deWooden recién salidos de sus sepulcros paradeplorarlapérdidadesuglorianacional.

Cedric,aunquesentadosindistinciónenmediodesuscompañeros,parecíaejercerporconsentimientodeelloslasvecesdepresidentedeaquellareunión.SelevantóconademánmajestuosocuandovioentraraRicardo,aquiensóloconocía por el título de caballero del Candado, y le saludó con la fórmulaordinaria ¡Waeshael!, alzandoalmismo tiempounacopahasta la frente.ElRey,quenodesconocíalascostumbresdesusvasallos,devolvióelsaludoconlaspalabrasdeestilo,Drinchael,ybebiódelacopaquelepresentóelcopero.LamismaformalidadseusóconIvanhoe,elcualrespondióconunacortesía,temerosodequeledescubrieraelsonidodesuvoz.

Terminada esta ceremonia de introducción, Cedric se separó de suscompañeros,presentólamanoaRicardo,ylecondujoaunapequeñacapillalabradaapicoenunodelosasperonesquerodeabanexteriormentelacúpula.Una estrechísima claraboya era la única abertura que se notaba en la pared;mas a la rojiza y opaca luz de los dos cirios se distinguían la techumbreabovedada,losmurosdesnudosyuntoscoaltardepiedraconuncrucifijodelomismo.

Delante del altar estaba colocado el ataúd, entre dos frailes arrodilladosque rezaban en voz baja con aspecto devoto y compungido. La madre deldifunto pagaba una buena propina al convento de San Edmundo por laasistenciadeaquellosreligiosos,yafindedarmayoresplendoralaceremoniala comunidad entera se había trasladado a Coningsburgh. Seis sacerdotesestabanconstantementedeguardiaenlacapilla.Poníantodosuempeñoennointerrumpirunsolo instante susdevotasoraciones; tambiéncuidabandequeningún lego tocase el paño de tumba que había servido en igual ocasión albenditoSanEdmundo.

RicardoyWilfridoentraronenlacapillamortuoriaconducidosporCedric,

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elcuallesseñalócongestograveymelancólicoelataúddesuamigo.Lostresse santiguarondevotamenteydijeronunabreveoraciónpor el reposode sualma.

Concluidoesteactodepiadosacaridad,Cedrichizoasushuéspedesseñade que le siguiesen. Salió con pasos silenciosos de la capilla, y después desubiralgunosescalonesabrióconprecauciónlapuertadeunpequeñooratoriocontiguo.Eraunapiezadeochopiesencuadro,abiertacomolacapilla,enlamisma piedra del muro, y alumbrada también por una claraboya; mas éstadabaalOccidente,yestandoelsolalasazónenelocaso,unrayodesuluzqueenaquelmomentopenetróenelopacorecintodescubrióalosojosdelosdos extranjeros una dama de gravísimo aspecto, cuyo rostro conservabanotablesrestosdemajestuosahermosura.Supomposoyanchotrajedelutoylaguirnaldadefúnebreciprésquelesombreabalafrenterealzabanlablancuradesucomplexiónyelesplendordesurubiacabelleraqueondeabaesparcidaporelcuelloypor loshombrossinque losaños lahubiesenaúnplateadoydisminuido. La expresión de su fisonomía era la del más profundo dolor,comprimidopor la resignaciónypor lahumildad.En lamesadepiedraqueteníaenfrentehabíauncrucifijodemarfilyunmisalconprimorosasviñetasybrochesyplacasdeoro.

—NobleEdita—dijoCedricdespuésdehaberpermanecidoalgúnratoensilencio,comoparadartiempoalosextranjerosaqueexaminaranelaposentode ladama—,aquí estándosdignos caballerosquevienena tomarparte envuestraaflicción...éste,particularmente,eselvalienteguerreroquepeleócontantoarrojoporlalibertaddelquehoylloramos.

—Recibasuvaloreltributodemiagradecimiento—respondióladama—,aunque la voluntad divina dispuso que lo empleara tan infructuosamente.También agradezco su cortesía y la de su compañero, por haber venido aacompañaralaviudadeAdelingyalamadredeAthelstaneenlosdíasdesumayor pena y amargura. A vuestra amistad y vigilancia los encomiendo, yespero que no carecerán de la hospitalidad que esta triste mansión puedeofrecerles.Los dos caballeros la saludaron con una humilde reverencia y seretiraronencompañíadesuoficiosoconductor.

Estelosintrodujoporunaescaleraenunapiezadelasmismasdimensionesque la que acababan de visitar situada sobre ella, y de la cual salía unaarmoniosa melancólica y pausada. Cuando entraron en aquel aposento sehallaron en presencia de veinte matronas y doncellas de las más ilustresfamiliassajonas.Cuatrodelasúltimas,dirigidasporladyRowena,entonabanunacanciónfúnebre.

Despuésdehabersidointroducidosenlasdiferentespartesdeledificioenque se celebraban de diversos modos las exequias del noble sajón, los dos

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caballerosconducidossiempreporCedricpasaronaotroaposentodestinadoalos forasteros de distinción que por su conexión con la familia quisiera ir aacompañarlaenlafúnebresolemnidad.Cedriclesaseguróquepodríanresidirallícomoensuspropiasmoradas,yyaibaaretirarse,cuandoelcaballerodelasnegrasarmasledetuvoporlamano.

—Ahoraeslaocasiónderecordarte,nobleCedric—ledijo—,quecuandonos separamos después de la toma del castillo de "Frente de buey" meprometiste una gracia en galardón de los servicios que tuve la fortuna deemplearentudefensa.

—Estáconcedidadecontado—dijoCedric—;peroenestatristeocasión...

—Bien sé—dijo Ricardo— que no es la más oportuna; pero el tiempourge;ynocreotampocoqueseafueradepropósitocuandosecierralatumbadeunamigodepositarenellatodoresentimientoyenemistad.

—SeñorcaballerodelCandado—dijoCedricponiéndoseencendido—,lagraciaqueteheprometidoesparati,ynoparaotrapersona;nipuedopermitirqueunextranjerotomeparteenloconcernientealhonordemifamilia.

—Niyoquierotomarla—dijoelRey—sinoenloquepeculiarmentemeinteresa. Hasta ahora sólo he sido a tus ojos el caballero del Candado.¿ConocesaRicardoPlantagenet?

—¿Ricardo de Anjou?—exclamó Cedric dando un paso atrás atónito yconfuso.

—No, noble Cedric; Ricardo de Inglaterra, cuyomás vivo interés, cuyomásvehementedeseoesverunidosatodoslosquelaProvidenciahacolocadobajosuprotección.Yqué,¿nodoblaslarodillaatusoberano?

—¡Jamássedoblóantelasangrenormanda!—respondióCedric.

—Reserva, pues, tu homenaje—dijo elRey—para cuando veas quemiprotecciónabrazaigualmenteanormandosyaingleses.

—Príncipe—respondióCedric—,siemprehehechojusticiaatuvaloryatumagnanimidad,ynoignorolosderechosquealegasaladeInglaterraportudescendencia de Matilde, sobrina de Edgar Atheling e hija de Malconi deEscocia. Pero Matilde, aunque de sangre real sajona, no era la inmediataherederadeltrono.

—Novengoadisputarcontigomisderechos—dijoelMonarca—,sólotepidoqueveassiencuentrasotrosqueponerenlabalanza.

—¿Y has venido a este castillo para decírmelo, para amargarme con losrecuerdos de nuestra degradación y miseria, cuando aún no está cerrada latumbadelúltimovástagodelafamiliarealdeSajonia?

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—No,porcierto—dijoelRey—;tehabloconlaconfianzaqueunhombrede bien puede tener en otro, sin que ninguno de los dos deba temer lasconsecuencias.

—Tienesrazón,señorRey—dijoCedric—;porquereyeres,yreyserásadespechodemidébiloposición.Ycreequenosoycapazdeaprovecharmedela ocasión que túmismome ofreces de estorbártelo, por grande que sea latentación.

—Volvamos a la gracia que me has concedido —dijo el Rey—, y nopresumasqueconfíomenosen tupalabrapor larepugnanciaquemuestrasareconocermeportusoberano.Exijodeticomohombredehonorydepalabra,so pena de declararte desleal y villanomal nacido, que restituyas tu afectopaternalalbuencaballeroWilfridodeIvanhoe.Confiesoqueestoyinteresadoenestareconciliación,tantoporlaventurademiamigocomoporlaconcordiaquedeseoverestablecidaentretodosmisvasallos.

—¿YesésteWilfrido?—preguntóCedricseñalandoasuhijo.

—Yosoy—respondió Ivanhoeechándosea lospiesdeCedric—. ¡Padremío,perdóname!

—Te perdono—dijo Cedric alzando del suelo a Ivanhoe—. El hijo deHereward sabe cumplir su palabra, aunque haya sido empeñada a unnormando;perosiquieresqueestareconciliaciónseasólida,nohasdeusardeahoraenadelanteotrotrajenipracticarotrosusosnicostumbresqueladetusabuelos.¡Nomásropillascortas,nomásgorrasengalanadas,nomásplumajesni mojigangas! El hijo de Cedric ha de ser inglés, y no más que inglés.¡Detente; ya sé lo que vas a decir! Lady Rowena debe llevar el luto porespaciodedosaños,comoprometidaesposadelqueyanoexiste.¿Quédiríannuestrosabuelossitratásemosdenuevoenlaceantesdequeestuvierasecalatumba del que tan digno era de su mano por su nacimiento como por susvirtudes?LasombradeAthelstaneromperíasusensangrentadosligamentosyvendríaaimpedirquedeshonrásemossumemoria.

ComosilaspalabrasdeCedrictuvieranlavirtudqueseatribuyealasartesdiabólicas de evocar los muertos de sus sepulcros, apenas las hubopronunciado cuando se presentó a su vista el mismo Athelstane, pálido,desgreñadoyconelatavíosepulcralconquedebíairalamansióndesueternoreposo.

Noesposibledescribirlasensaciónqueprodujoestaapariciónenlosquela presenciaron. Cedric retrocedió precipitadamente hasta la pared, y quedóapoyadoenellacomosinobastaransuspropiasfuerzasparasostenerle,fijalamirada,entreabiertos los labios,e incapazderespirarydemoverse. Ivanhoesesantiguabatodolomásdeprisaquepodía,yrecitabacuantasoracionesse

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presentaron a sumemoria en sajón, en latín y en francés.Ricardo luchandoentre sus sentimientos religiosos y su imperturbable valor, empezó por unsalmoyacabóconunterriblejuramento.

Almismotiemposeoyóenlaspiezasinferioresunaconfusagritería.

—¡EnnombredeDios—dijoCedric al que creía espectrode sudifuntoamigo—,sieresmortal,habla,sieresespíritu,dinosporquécausavuelvesalaTierraoquepodemoshacerparaasegurartueternoreposo!¡Vivoomuerto,nobleAthelstane,hablaatuamigoCedric!

—Hablaré —dijo el espectro sin alterarse— cuando me dejes hablar ycuandocobrealiento.¿Quesiestoyvivo?Tantocomopuedeconsiderarseasíelquehaestadoenayunasporqueespaciodedosdías,quemehanparecidodos siglos. ¡Si, padreCedric; asíDiosme salve! ¡Yprovidencia deDios hasidoquepuedacontarlo!

—¿Cómo es posible? —dijo Ricardo—. Yo mismo te vi caer bajo laespadadel feroz templariopocodespuésdelasaltodelcastillo,ycreí,comoluegomeaseguróWamba,quetehabíapartidoelcráneohastalosdientes.

—Te engañaste, señor caballero —dijo Athelstane—, y Wamba mintiócomovillano:mis dientes están comoestabany esperoprobarlo cuandomedendecenar.Nofuelaculpadeltemplario,sinodesuespada,queseletorcióenlasmanosycayódeplanosobremicabeza.Anohaberestadosinmorrión,niaunhubierasentidoelgolpe,yel templariohubiera idoacontarloalotromundo.Peroestabadescubierto,ycaíaturdido,aunquesindañoconsiderable.Enseguidacayeronsobremícincooseisentremuertosyheridos,todolocualprolongómimuerteaparente.Cuandorecobrélossentidosmehallédentrodeunataúd,queporfortunaestabaabierto,enfrentedelaltardeSanEdmundo.Estornudérepetidasveces,mequejé,despertédeltodo,yyaibaalevantarme,cuando el sacristán y el Abad acudieron al ruido aterrado y confuso,tomándomeporunespectro.Asíqueecharonacorrerymequedésolo.Elsitioestabaenvueltoenlamásprofundaobscuridad.Era,sinduda,elcementeriodesuconvento.Ocurriéronmeextrañospensamientosacercade todo loquemehabíapasado.

—Cobradaliento,nobleAthelstane—dijoRicardo—,parareferirvuestrahistoria,¡queporlasbarbasdemipadretienealgodenovela!

—Nohaynovelaquevalga—replicóAthelstane.

—EnnombredelaVirgenSantísima—dijoCedrictomandolamanoasuamigo—;¿cómopudisteescapardetaninminentepeligro?

—Porquetuvelafortunadequeelsacristáncerraselapuertaenfalso.

Athelstanesesintiócansadodehablaryconlalenguaseca.Pidiódebeber,

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yquisoquesushuéspedes lehiciesen la razón.EntretantoEdita,despuésdehaber dado ciertas disposiciones que le parecieron prudentes en tanextraordinariaocurrencia,siguiólospasosdelresucitadoyentróenelcuartodelosextranjerosAcudieroninmediatamentecuantoshuéspedescabíanentanreducida pieza.Otros se agolparon a la escalera, y la historia deAthelstanecorriódebocaenboca,contantasalteracionesycomentariosquecuandollegóalosqueestabanfueradelcastilloennadaseparecíaalarealidad.

El muerto entretanto continuó del modo siguiente la relación de susaventuras:

—Pocos esfuerzos bastaron para levantarme demi embarazosa posición.Libreya,subílasescalerasconlaligerezaquemepermitíaelpesoquellevabaencima,ysinsaberadóndedirigirmeseguíelsonidodeunalegreromancequellegóamisoídos.Bajéalascuadras,yencontréenunadeellasamipropiocaballo, que, sin duda, el Abad se había reservado para su uso particular.Púseme en camino aguijoneándole cuanto más podía, y asustando con misepulcralpresenciaacuantosalcanzabanavermeaunamilladedistancia.Niaun enmi propio castillo hubiera hallado entrada, a no ser porque los de lapuertametomaronporunodelosbufonesqueestándivirtiendoahífueraalosquehanvenidoamisexequias;yexequiasmásalegresenmividalashevisto.Fuime en derechura a ver a mi madre, y he venido Enseguida a buscaros,nobleamigo.

—Yaquímeencuentras—dijoCedric—,prontoasostenerteenelcaminodelagloriaydelalibertad.Lascircunstanciasnopuedensermásfavorables,ynuncahallarásmejordispuestoelterrenoparaliberaralailustrerazadelossajones.

—Nomehablesde libertar a nadie—repusoAthelstane—,quehartohehechoconlibertarmeamímismo.

—¿Es posible —dijo Cedric— que pienses de ese modo cuando tienesabierta la carrera de la gloria? Ve aquí al príncipe normando Ricardo deAnjou: dile que aunque tieneun corazónde león en el pecho, trabajohadecostarle subir al trono de Alfredo ínterin exista un descendiente del santoconfesorqueselodispute.

—¡Qué!—exclamóAthelstane—.¿EsteeselnoblereyRicardo?

—Este es Ricardo de Plantagenet—dijo Cedric—, cuya vida y libertadestánsegurasennuestrasmanos,puestoquehavenidoporsupropiavoluntadasernuestrohuésped.ElnobleAthelstanedeConingsburghsabrárespetarlosderechosdelahospitalidad.

—Y también los de la soberanía —agregó Athelstane—: como rey lereconozcoconmanoypalabra.

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—¡Hijo mío!—exclamó Edita indignada—. ¿Así olvidas la sangre quetienesenlasvenas?

—¡Príncipedegenerado!—añadióCedric—.¿AsíabandonaslalibertaddeInglaterra?

—¡Madre, amigo, —dijo Athelstane—, no más reconvenciones! Uncementerio y dos días de ayuno son poderosos agentes para humillar laambición.Elsepulcromehadadoeljuicioylasensatezquemefaltaban.Estaocurrenciahadisipadolaslocurasquemecalentabanelcerebro.Mehadadounabuena lección,yno laecharéensaco roto.Desdequeandoen todaesabaraúnda de planes y proyectos de restablecimiento, y de libertad, y depatriotismo, sólo he sacado en limpio indigestiones, golpes y porrazos,cautiverioyhambre. ¿Enquévendríanaparar todosnuestros castillos enelaire?Enlamuertedealgunosmillaresdeinocentesquesecuranmuypocodenuestroengrandecimientoydenuestradignidad.No,señor;reyseré,peronomásalládemisestados:yelprimeractodemisoberaníaseráapoderarmedelsepulturerodelconventoyretorcerleelgaznate.

—¿YmipupilaRowena?—preguntóCedric.

—PadreCedric—continuóel sajón—,hablemosclaro.LadyRowenanopiensaenmí,nihapensadonunca.MásapreciaellaundedodelpianodemiprimoWilfridoquetodamipersona.Aquíestáella,quenomedejarámentir.No te avergüences, parienta: todos sabemosqueun caballero cortesanovalemásqueunhidalgodestripaterrones.¿Teríes,Rowena?¡Yesciertoqueunamortajayunrostrodefantasmacomoelmíosoncosasderisa!Puessiestásde humor de divertirte yo te proporcionaré diversión.Dame tumano, o pormejordecirpréstamelaporalgunosinstantes,quesólotelapidocomoamigo.¡Hola, primo Wilfrido de Ivanhoe! En tu favor renuncio y abjura ¿Dóndediablossehaescabullido?Oelayunomehapuestotelarañasenlavista,onohaceunminutoqueestabaaquíamilado.

WilfridodeIvanhoehabíadesaparecidoenefecto.

Buscáronlepor todaspartes,yal finsesupoquehabía idoabuscarleunjudío,quedespuésdeunabreveconversaciónmandóllamaraGurth,pidiólaarmadura,montóacaballo,ysefueatodoescapedelcastillo.

—Hermosa prima —dijo Athelstane—, si no creyera que esa salidarepentina ha sido ocasionada por motivos urgentes y poderosos, con tupermisoretractaría...

Nopudoacabarlafrase,puesechódeverquetambiénhabíadesaparecidoRowena,lacual,valiéndosedeunasituacióntanextrañaydelicada,saliódelaposentosinquenadielonotase.

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—¡Lo que son las mujeres! —exclamó Athelstane—. ¡No hay peoresbichos en la Tierra! ¡Cuando esperaba que me diera las gracias por migenerosidad,yquizás...quizásunbesodegratitud,desaparecetambiéncomouna sombra! ¡Esta mortaja tiene, sin duda la virtud de hacer huir de mipresenciaatodoelgénerohumano!Perotú,noblereyRicardo,aquienrepitomihomenaje...

Alzó los ojos y se encontró sin el Rey. Este había bajado al patio delcastillo cuando supo lasnuevasde lapartidadeWilfridode Ivanhoe.Hablóconeljudío,pidióatodaprisauncaballo,obligóalisraelitaamontarenotro,ylosdostomaroneltrote.

—Zernebock—dijoAtheistane—sehaapoderadodemíydemicastillo.Cosas se han visto en estos pocos días que podían llenarmuchas historias.Muertos resucitados, reyes, damas, caballeros que se hunden como porescotillón.Peropensemosenloprincipal.Amigosmíos,losquetodavíanosehayan convertido en humo, que me sigan al comedor. Allí estaréis todosseguros.Algunosrestoshabránquedadode lacomilonafúnebredeunnoblesajón.Nonosdetengamos,porque¿quiénsabesinohabrácargadoeldiabloconlacena?

XXXIV

FigúrensenuestroslectoresqueestánalavistadelcastilloopreceptoriodeTemplestowe una hora poco más o menos antes de librarse el sangrientocombatedelcualdependíalavidaolamuertedelainteresanteydesgraciadaRebeca.Habíaseagolpadoapresenciar tan terribleescena,comoadivertirseen una feria o romería, un numeroso concurso de habitantes de los puebloscircunvecinos.Mas la curiosidad que excitan los espectáculos crueles no especuliar de los siglos bárbaros. Los duelos solemnes y legales en que unguerrero perdía la vida a manos de otro en presencia de una granmuchedumbreycontantasformalidadesreligiosasyjurídicascomosifueraellance más inocente, eran entonces comunísimos y formaban parte de lascostumbrespúblicas.Peroennuestrosdías,contodoslosprogresosquehemoshecho en la civilización, con todas las teorías que ilustran y fortifican losprincipios morales, ¿no vemos acorrer hombres y mujeres a millares apresenciarlaejecucióndeunasentenciademuerte?¿NohaytodavíacorridasdetorosenEspañaycombatesapuñetazosenInglaterra?

El tropel que rodeaba el preceptorio se había dividido en dos porciones.Losunosestabanenfrentedelapuertaaguardandolaprocesiónquedebíadarprincipioalassolemnidadesdeldía;losotros,enmayornúmero,habíanidoa

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tomar puesto alrededor del campo de batalla. Era éste un vasto cercadoinmediatoaledificioyniveladoconelmayoresmeroparaquesirviesea losejerciciosmilitaresdeloscaballerosdelTemple.Ocupabaelpiedeunasuaveeminencia, y estaba rodeado de fuertes empalizadas y barreras; y como lostemplarios gustaban de lucir su destreza en elmanejo de armas y caballos,habíadispuestasentornosuficientesgaleríasparaadmitirungrannúmerodeespectadores.

En laocasiónpresente sehabía erigidoun tronoenunode los ladosdelpalenqueparaelGranMaestredelostemplarios,ypuestosdedistinciónparalos caballeros y preceptores de la Orden. Tremolaba sobre este aparato elestandartesagradollamadoLeBausean,queeralainsignia,comosunombreeraelgritodeguerra,deaquellaOrdenmilitar.

Enfrente del trono se alzaba la pira fúnebre, dispuesta alrededor de unaestacada,demodoquequedabaenmediounespaciovacíoparalavíctimaquelas llamasdebíanconsumir.De laestacadapendían lascadenasdestinadasasujetarla.Custodiaban esta horrible armazón cuatro esclavos africanos, cuyocoloryfacciones,quealasazónnoeranmuycomunesenInglaterra,llenabande terror a la muchedumbre. Miraban los espectadores como demoniosverdaderos y dignos ejecutores del infernal ministerio que se les habíaencargado.Aquelloshombresestabaninmóvilescomoestatuas,ysólodabanseñales de vida cuando el que hacía de jefe les mandaba echar leña en lahoguera. Parecían insensibles a todo lo que les rodeaba y sólo atentos aldesempeño de su odiosa obligación. Cuando hablaban entre sí, losmovimientos de sus prominentes labios y la blancura de los dientes quedescubrían aumentaban la extrañeza y el horror de los que los observaban.Huboquiendijoqueeranlosespíritusfamiliaresdelahebrea,convocadosporella con sus ensalmos y brujerías para asistirla en el lance terrible que laaguardaba.EstaopinióndiolugaragrandescomentariossobrelashechurasdeLuzbelenaquellostiemposdecrímenesyderevueltas;yporciertoqueseleatribuyeroncosasenquenotuvolamenorparte.

—¿Has oído decir, tíoDionisio—preguntó un patán a otro avanzado enaños—, que el diablo ha cargado con Athelstane, el señor del castillo deConingsburgh?

—Si—respondióDionisio—;peroya le hadevuelto, gracias aDios y aSanDustán.

—¿Cómoeseso?—preguntóunjovendegallardapresencia,vestidocongabánverdebordadoenoro,yacompañadoporunmuchachoquellevabaelarpa,símbolodesuprofesión.

Este maestro de la gaya ciencia parecía hombre de alguna distinción,porqueademásdelesplendordesutrajellevabaalcuellounacadenadeplata

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delaquependíalallavequeleservíaparatemplarelinstrumento.Teníaenelbrazoderechounaplacadelmismometal,enlacual,enlugardeladivisaoescudodelseñorfeudalaquienpertenecía,sólosenotabagrabadaderealcelapalabraSherwood.

—¿Cómoeseso?—volvióapreguntarelalegrearpistatomandoparteenlaconversaciónde losdoscampesinos—.Justamentevengoabuscarasuntoparaunromance,¡ypor laVirgenquemealegrodehallarmecondos!¡Unajudíaquemadaporlostemplariosyunbarónarrebatadoporlosdemonios!

—Es bien sabido —dijo el viejo Dionisio— que Athelstane deConingsburgh,despuésdehaberestadomuertocuatrosemanas...

—¡Nopuedeser!—exclamóeltrovador—.PorqueyolevillenodevidaysaludenelpasodearmasdeAshbydelaZouche.

—Muertoestaba—dijoelcampesinoJoven—oenpoderdeSatanás,queeslomismoparaelcaso.YomismooíalosfrailesdeSanEdmundocuandolecantaban el responso.Y, además, que el castillo deConingsburgh ha estadollenodegenteestosdías,yhahabidopernilporbarba,comoeraregular.Yonohubierafaltadosinofueraporquelediountorozónalmulo.

—Muerto estaba—repitió el tíoDionisio—, y es lástima, porque era elúltimodelos...

—¡Vamosalcaso!—interrumpióelmúsicoconalgunaimpaciencia.

—¡Acabadcondosmilsantoselcuento!—dijouncorpulentofrailotequesehabíaacercadoa la sazón,yque seapoyabaenunpalogrueso, capazdedesempeñar, en caso necesario, las funciones de garrote y de bordón deperegrino—.Acabadelcuento,quenotenemosmuchotiempoqueperder.

—Conperdóndevuestrareverencia—continuóDionisio—,diréquevinounmonje,borracho,avisitaralsacristándeSanEdmundo...

—¡Nogustamireverencia—respondióelreligioso—dequehayamonjesborrachosenelmundo!¡Sedcomedidoybienhablado,hermano,ynodigáisqueestababorracho,sinoarrobadoenalgúnéxtasis,queaveceshaceflaquearlas piernas como si estuviera el estómago lleno de vino nuevo! ¡Lo sé porexperiencia!

—Puedeserasí—dijoellabrador—;perolociertoesqueeltal,quecomoiba diciendo vino a visitar un sacristán de SanEdmundo, es el quemata lamitadde losvenadosqueserobanenesoscotos;hombrequegustamásdeljarroquedelacampanilla,ymásdeunalonjadejamónquedelBreviario.Porlodemás,esunbuenhombre(mispalabrasnoleofendan),capazdemanejarelpalocomoelmejormonterodeestosalrededores.

—Tusúltimaspalabras—dijoel trovador—tehanlibertadodetenerdos

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costillashundidas.Alcuento,ydejémonosdefloreos.

—Pues,comodigo—continuóDionisio—,cuandoenterraronaAthelstanedeConingsburghenelconventodeSanEdmundo...

—¡Quélehabíandeenterrar—dijoelotro—siyoleviencuerpoyalmacaminarhaciasucastillo!

—Busca quien te dé más noticias —gruñó el viejo—, cansado de tanrepetidas interrupciones. Pero cedió a las instancias de su compañero y deltrovador,yvolvióatomarelhilodesuhistoria.

—Losdossantosvarones,yaqueestereverendopadrenoquierequeselesdéotrotítulo,estabanpiadosamenteocupadosenvaciarunabotadecerveza,cuando oyeron cadenas y gemidos y vieron entrar por la puerta el alma enpenadeAtheistane,quelesdijoconvozterribleyechandofuegoporlosojos:¡EnnombredeDios!

—¡Nodijotalcosa!—repusoelfraile.

—¡Tuck de Barrabás! —dijo el músico llamando aparte al ermitaño—.¿Cómoquieresquecompongaelromancesiacadapasoestásquitandoaesehombrelaspalabrasdelaboca?

—Dígote, Allan-a-Dale— contestó Tuck—, que yo vi con mis ojos aAthelstane deConingsburgh, como estoy viéndote a ti.Estaba amortajado yapestaba a difunto. Una arroba de vino seco no bastará a borrarle de mimemoria.

—¡Quéganastienesdechancearte!—dijoAllan-a-Dale.

—Por más señas —continuó Tuck—, que le di un garrotazo capaz dederribarauntorodeochoaños;peroelmismoefectolehizoenelcuerpoquesihubierasidodehumo.

—¡PorSanHuberto—interrumpióelarpista—,queescosamaravillosaydignadeponerseenromance!

—¡Si yo lo canto —dijo el fraile—, que me ahorquen de una encina!¿Quieresqueseaparezcaelmuertoymedéotrosustocomoelpasado?¡No,hijomío;esassonchanzaspesadas!

Al decir esto, la poderosa campana de la iglesia de San Miguel deTemplestowe,venerableedificiosituadoenunaaldeainmediataalpreceptorio,interrumpiósuconversación.Unoaunollegaronasusoídosaquellosrepiquesmajestuosos dejando apenas tiempo a que uno se desvaneciese en los ecosdistantes cuando el bronce conmovía de nuevo los aires. Era la señal delprincipiodelaceremonia.Losespectadoresquedaronsuspensosyansiosos,ytodaslasmiradassefijaronenlapuertadelpreceptorioaguardandolasalida

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delGranMaestre,delajudíaydesucampeón.

Echaron el puente levadizo, abrióse la puerta y se presentó un caballeroconelgranguiondelaOrden,precedidoporseistrompetasyseguidoporlospreceptores,quemarchabandosados,yaquienesprecedíaelGranMaestre,montadoenunsoberbiocaballoenjaezadoconlamayorsencillez.

Detrás iba Brian de Bois-Guilbert, brillantemente armado de punta enblanco.Dos escuderos llevaban su escudo, su lanza y su espada.Aunque elpomposoplumerodelmorriónleocultabapartedelrostro,bienseechabadeverensusfaccionesalteradasydescompuestasqueelorgulloylairresoluciónluchaban obstinadamente en su alma. La palidez de su rostro indicaba quehabía pasado muchas noches sin gozar de sueño ni de reposo; mas, sinembargo, manejaba el caballo con la destreza y gracia propias de la mejorlanzadelTemple.Sucontinenteera,comosiempre,nobleymajestuoso;peroelque leobservabaconatención leíaensusojossentimientosypasionesenquenoqueremosfijarnos.

A los dos lados del campeón de los templarios iban Conrado deMont-Fichet y Alberto de Malvoisin, que hacían de padrinos en el duelo, y quevestíaneltrajedepazomantoblancodelaOrden.Seguíanlesloscaballeroscompañeros y una gran comitiva de pajes y escuderos que aspiraban a losmismosgrados.

Detrásdeestosneófitosmarchabaunaguardiadealabarderos,entrecuyasaceradaspuntas sedivisabaelpálido rostrodeRebeca.Suaspectodenotabaaflicción,peronoabatimiento.Lahabíandespojadodetodossusadornos,pormiedodequehubieseentreellosalgúntalismánuotraprendadiabólicadadapor el enemigo de las almas para privarla de la facultad de confesar suspecados,aunenmediodelasagoníasydeloshorroresdelamuerte.

Enlugardesuvistosoyespléndidotrajeoriental, llevabaunodegroseratelablancayde sencillísima forma;pero tan irresistible era la expresióndelvaloryresignaciónqueseleíaensusmiradasque,aunenaqueltoscoatavíoysinotragalaquelaslargastrenzasdesusnegroscabellos,inspirólamástiernacompasión a cuantos la veían. Hasta los hombres más empedernidosdeploraban su muerte, lamentando que criatura tan favorecida por laProvidencia hubiese caído en las redes del ángel de las tinieblas y fueradestinadaaservasodereprobación.

Seguían a la víctima todos los dependientes del preceptorio, quemarchabanenbuenordenconlosbrazoscruzadosylavistaenelsuelo.

Subiólaprocesiónalaalturapróximaalaescenadelcombate;entróenelpalenque;diounavueltaporéldederechaaizquierdayconcluida,hizoalto.ElGranMaestrey todos losque leacompañaban,exceptoelcampeóny los

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dospadrinos,desmontarondesuscaballos,yéstossalieroninmediatamentedelasbarreras,conducidosporlospajesqueconesteobjetolesseguían.

Una desgraciada Rebeca pasó en medio de la guardia a un banquillocubiertodenegroypróximoalsitiodelaejecución.Alecharunaojeadaaloshorrorosospreparativosdelamuertequeleestabadestinada,tanespantosaporlosagudostormentosquedebíanacompañarlaseestremeció,cerrólosojos,yel movimiento de sus labios denotó que sus primeros pensamientos en tanamargotrancesedirigíanalPadredelasmisericordias.Abriósinembargolosojos después de algunos instantes, miró atentamente a la pira como parafamiliarizarseconsuaspecto,yvolviósinafectaciónlacabezaaotrolado.

EntretantoelGranMaestreocupósusitio;ycuandotodos los individuosde la Orden se acomodaron en los que correspondían a sus grados ydignidades,lastrompetasanunciaronlaaperturasolemnedeljuicio.Malvoisinentonces,comopadrinodelcampeón,tomóelguantedelajudíayloarrojóalospiesdelGranMaestre.

—Valerososeñoryreverendopadre—dijo—,aquíestáelbuencaballeroBriandeBois-Guilbert, preceptor de laOrdendelTemple, que al aceptar laprendadebatallaquepresentoalospiesdevuestrareverenciasehaobligadoahacer su deber en el combate de este día y a mantener que la mujer judíallamadaRebecamerecelasentenciapronunciadacontraellaporelCapítulodeestasantaordendelTemple,condenándolacomohechicera.Aquíestá,vuelvoadecir,elcaballerocampeóndelaOrdenparapelearcomotalycomohombredehonor,sitalesvuestranobleysantavoluntad.

—¿Ha hecho juramento —preguntó el Gran Maestre— de ser justa yhonrosalacausaquedefiende?Traedelcálizylapatena.

—Señorymuyreverendopadre—dijoMalvoisin—,nuestrohermano,queestá presente, ha jurado ya la verdad de su acusación en manos del buencaballeroConradodeMont-Fichet,ynopuedecelebrarsedeotromodoestaformalidad,envistadequelapartecontrarianopuedejurarporserinfiel.Elastuto Alberto había imaginado este subterfugio por estar convencido de lagran dificultad o, pormejor decir, de la imposibilidad absoluta de reducir aBois-Guilbertapronunciardelantedeaquelvastoconcursounjuramentotancontrarioasussentimientosyopiniones.ElGranMaestrequedósatisfecho,yMalvoisinlibredeaquellaverdaderadificultad.Beaumanoirmandóentoncesalos heraldos que hicieran su deber. Tocáronse de nuevo las trompetas, y unheraldo,presentándoseenmediodelcampodebatalla,proclamóeldueloenlossiguientestérminos:

—¡Oíd, oíd, oíd!Aquí está el buen caballero sirBriandeBois-Guilbert,pronto y apercibido a pelear cuerpo a cuerpo con todo caballero de sangreilustrequesalgaaladefensadelajudíaRebeca,envirtuddelafacultadquese

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le ha concedido de presentarse pormedio de otra persona en este juicio deDiosenquedebeserjuzgada;yalcaballeroquesalgaalduelocomocampeónde la dicha Rebeca, el reverendo y valerosoGranMaestre de lamuy santaOrdendelostemplarios,queestáaquípresente,concedecampolibreeigualparticióndesolyaire,ytodoslosdemásrequisitosdeuncombatelegal.

Volvieron a sonar las trompetas, y siguieron algunos minutos desuspensiónysilencio.

—Ningúncampeónsepresentaporlaapelante—dijoelGranMaestre—.Heraldo,preguntaalajudíaRebecasiaguardaquesepresentealgúncaballeroquetomelasarmasensudefensa.

El heraldo se encaminó hacia la judía, y Bois-Guilbert, volviendo deprontolasriendasdesucaballo,adespechodeLasamonestacionesdesusdospadrinos,sedirigióalmismopunto,yllegóaélcasialmismotiempoqueelheraldo.

—¿Esestoconformealasreglasdelcombatejudicial?—preguntóAlbertodeMalvoisinalGranMaestre.

—Sí, hermano —respondió Lucas de Beaumanoir—, porque en estaapelación al juicio deDios no debemos impedir que las partes comuniquenentresí,afindenodificultarningunodelosmediosquepuedanconducirnosaldescubrimientodelaverdadydelajusticia.

EntretantoelheraldohablóaRebecaenestostérminos:

—Doncella, el honorable y reverendoGranMaestre te pregunta si estásadvertidadealgúncampeónquesostengatuparteenlapelea,osireconoceslajusticiadelasentenciaytesometesalapenaqueteimpone.

—DialGranMaestre—respondióRebeca—quepersistoendeclararmiinocencia;yprotestoydeboprotestarcontraelfallopronunciado,sopenadeserhomicidademímisma.Dile ademásque lepidoy requieromeconcedatodo el término que las formalidades del juicio permitan, a ver si Dios quesocorrealhombreenlasúltimasextremidades,mesuscitaunlibertador;ysiesetérminopasa,hágasesusantavoluntad.

ElheraldoseretiróallevarestarespuestaalGranMaestre.

—¡No permita Dios —dijo Lucas de Beaumanoir— que falte yo a lajusticia,aunqueseajudíoopaganoquienlademande!HastaqueLassombrasseanarrojadasdePonienteaLevante,aguardaremosaversisepresentaalgúncampeónenfavordeestacuitada.

El heraldo comunicó la resolución del gran Maestre a Rebeca, la cualinclinórespetuosamentelacabeza,cruzólosbrazosymiróaloscielos,comosiesperasedesubondadel favorqueyanopodíaaguardarde loshombres.

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Durante este terrible intervalo llegó a sus oídos la voz de Bois-Guilbert.Aunque apenas podía entender sus palabras, aquel sonido le hizo másimpresiónquesifueraeldeuntruenoespantoso.

—¿Meoyes,Rebeca?—ledijoeltemplario.

—¡Nadatienesquedecirme,hombrecruelyempedernido!—respondióladesgraciada.

—Dimesientiendesmispalabras—dijoBrian—,porqueyomismonomeentiendo.Apenassédóndeestoyniconquéobjetomehan traídoaquí.Esasbarreras,eseasientoenlutado,esoshacesdeleña,¿quésignifican?¡Ah,yasé,ya conozco la triste realidad!Pero ¿es realidado ilusión? ¡Ilusión tenebrosaqueespantamifantasíaynoconvencemirazón!

—Mirazónymifantasía—contestóRebeca—nosonparteadesvanecerla realidad de mi suerte. Esos haces de leña van a consumir mi existenciaterrena;vanaabrirmeuntránsitodoloroso,perobreve,alaeternidad.

—¡Óyeme, Rebeca! —continuó con extraño anhelo. Más esperanzas devidaylibertadpuedestenerquelasqueesosinsensatossefiguran.Montaenlagrupademicaballo,demivalienteZamor,quenuncaabandonaasujinete.Despojo es del soldán de Trebizonda, a quien vencí en singular combate.¡Monta, digo; y dentro de pocas horas te burlarás de esos encarnizadosperseguidores;unnuevomundodeplaceresseabriráatuvista,yamí,nuevacarrera de ambición y fama! ¡Pronuncien contra mí sus anatemas; y losdesprecio!¡BorrenelnombredeBois-Guilbertdelcatálogode lossuyos;yoborraréconsangredeelloscualquieramanchaqueosenecharenmiescudo!

—¡Huye de mí, tentador! —dijo Rebeca—. Tus ofertas no bastan aconmovermi resolución, aun estando comoestoy al bordedel sepulcro.Meveorodeadadeenemigos;perotúereselpeoryelmásimplacable.¡ApártateennombredeDios!

AlbertodeMalvoisin,aquien inquietabasobremaneraestaconversación,lainterrumpióacercándoseasuamigo.

—¿Haconfesadosuculpa—lepreguntó—,oestáresueltaanegarla?

—Estáresuelta—respondióenfáticamenteBois-Guilbert.

—Pues,entonces—dijoMalvoisin—,debesvolveratupuestoyesperaratu enemigo, si es que alguno se presenta. El término señalado se aproxima.BriandeBois-Guilbert,túereslaesperanzadelaOrdendelTemple,yprontoperassucaudillo.

Dijoestaspalabrascontonosuaveyamistoso;peroalmismotiempoechomanoalfrenodelcaballodesuamigo,comoparaguiarlealpuestoquedebíaocupar.

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—¡Villano, falso amigo!—exclamoBois-Guilbert— ¿Como te atreves aapoderartedelabridademicaballo?

Y enseguida, arrancándose de lasmanos de su compañero echo a correrhaciaelladoopuestodelpalenque.

—Todavía—dijoAlbertoaConrado—haybríoensucorazón.¡Lástimaesqueloempleetandesacordadamente!

Ya hacía dos horas que los jueces aguardaban en vano al campeón deRebeca.

—¿Quien ha de querer esgrimir la espada en favor de una judía?—dijoTuck a su amigo el cantor—. Sin embargo, ¡por las barbas demi padre, eslástima que tan joven y tan hermosa vaya a perecer en las llamas sin haberquien de ungolpe en su favor! ¡Aunque fuera diez veces bruja, con tal quetuvieraalgodecristianoensucuerpo,porDios santoqueel templarioyyonosveríamoslascaras!¡Yyoleaseguroqueungarrotazodescargadopormíensugorradeacerohabíadequitarlelasganasdellevarelasuntoadelante!

Laopinióngeneraldelosespectadoresera,enefecto,queningúncristianose decidiría a montar a caballo por una hechicera judía. Los templarios,excitadosporMalvoisin,hablabanyaentresídedarporfinadalacausaydepasar a la ejecuciónde la sentencia cuando sevioveniruncaballeroa todoescapeporlallanurainmediataalcampodebatalla.

—¡Un campeón, un campeón!—gritaron a un mismo tiempo todos losespectadores.

Yadespechodelapreocupacióngeneralydeloserroresquedominabanenaquellaépocadetinieblas,lapresenciadeldesconocidoexcitolosaplausosdelamuchedumbre.Sinembargo,prontoperdierontodaesperanzalosqueseinteresabanenlasuertedeRebeca.Elcaballodelforasteroquesindudahabíahechouna larga jornadaparecía fatigadísimo, y el jinete, sea por cansancio,pordebilidadoporambascosasjuntas,apenaspodíamantenersesobrelasilla.

Alaspreguntasde losheraldosacercadesunombreyclaseydelobjetoqueallílellevaba,elcaballerorespondióconfirmezayprontitud:

—Soyunnobleybuencaballeroquevengoasostenerconlalanzayconlaespada la justa causa de Rebeca, hija de Isaac deYork, contra la sentenciapronunciadaensujuicio,laquedeclarofalsaeinicua,yadesafiarasirBriandeBois-Guilbert como traidor, homicida y embustero.Y lo probare en estecampodebatallaconmisarmasyconlaayudadeDios,delaVirgenydeSanJorgeelbuencaballero.

—El forastero debe probar ante todo —dijo Malvoisin —que ha sidoarmado caballero y que es de noble linaje. Los campeones del Temple no

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peleancondesconocidos.

—Minombre—replicoelcaballeroizandolavisera—esmásnobleymilinajemáspuroqueeltuyo,Malvoisin.YosoyWilfridodeIvanhoe.

—¡Noseréyoquienpeleecontigo!—observoBriandemudadoytrémulo—.Cúratelasheridas,tomamejorcaballo,ypuedeserquerecibasunaleccióndemimanoporesapuerilfanfarronada.

—Bienpodíastenerpresente—dijoIvanhoe—quedosveceshascedidoalimpulsodemilanza.¡Orgullosotemplario,acuérdatedeltorneodeSanJuande Acre; acuérdate del paso de armas de Ashhy; acuérdate de tu insensatajactancia en el salón de Cedric, cuando diste tu cadena de oro contra mirelicarioenprendadequepelearíasconIvanhoeyquerecobraríaselhonordequetedespojosubrazo!¡Poraquelbenditorelicario,porlasantareliquiaquecontiene,juroquetedeclararécobardeentodaslascortesdeEuropa,entodoslospreceptoriosdetuOrden,sinotomaslasarmasinmediatamente!

Bois-Guilbert volvió la vista hacia Rebeca con todas las señales de lairresolución;despuésechóunamiradaferozaIvanhoe,yexclamo:

—¡Perrosajón,tomalalanzayprepáratealamuertequetehasacarreado!

—GranMaestre—preguntóIvanhoe—,¿meconcedéiselcampo?

—No puedo negarlo—dijo Lucas de Beaumanoir—, con tal de que laacusada te acepte por campeón. Duéleme, sin embargo, que vengas a estecombate con tan mala salud y con tan pocas fuerzas. Siempre has sidoenemigodenuestraOrden;masnoquisieraquepelearascondesventaja.

—Asíhedepelear—insistióIvanhoe—,ynodeotromodo.EseljuiciodeDios.Asusantaguardiameencomiendo.Rebeca—dijodespuésdehaberseaproximadoalajudía—¿meaceptasportucampeón?

—Te acepto—contestó con turbación que el miedo de la muerte no lehabíaocasionado—.TeaceptoporelcampeónquelosCielosmehanenviado.¡Pero no! ¡Tus heridas están abiertas! ¡No te expongas al furor de esemalvado!¿Hasdeperecertútambién?

Ivanhoe no oyó estas últimas palabras, porque ya estaba en su puesto,visera calada y lanza en ristre. Brian de Bois-Guilbert hizo lo mismo y suescuderoobservóaltiempodedarleelescudoquesurostro,aunquesehabíamantenidopálidocomoeldeuncadáverdurantetodaslasagitacionesdeldía,seencendióextraordinariamenteenaquelmomentocrítico.

El heraldo entonces, viendo a los dos combatientes en sus puestosrespectivos, pronunció tres veces en alta voz: ¡Faites votre devoir, preuxchevaliers!Después del tercer grito se acercó a las barreras, y pregonó queningunoseatreviese,sopenadelavida,ainterrumpirelcombatedeobrani

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depalabra.ElGranMaestre,queteníaenlamanoelguantedeRebeca,prendadeldesafío, lo arrojó al campodebatallaypronunció laspalabras: ¡Laissezaller!

Sonaron las trompetas, y los dos adalides partieron uno contra otro acarreratendida.ElcaballodeIvanhoeysujinetecayeronalsuelo,comotodostemían, ante la formidable lanza y el vigoroso trotero del templario; peroaunque la lanza del primero no hizomás que tocar el broquel del segundo,Bois Guilbert, con asombro general de los concurrentes, después de habertitubeadoenlasillaperdiólosestribosycayódelcaballo.

Ivanhoe,desembarazándosedelsuyo,sepuso inmediatamenteenpiecondesignio de reparar sumala suerte con la espada; pero su antagonista no selevantó.Wilfrido, plantándole el pie en el pechoy colocando la puntade laespadaenlagarganta,legritó.

—¡Ríndete,omueres!

Bois-Guilhertnodiorespuestaalguna.

—¡Nolemates,señorcaballero!—dijoBeaumanoir—.¡Estasinconfesión;tenpiedaddesualma!¡Ledamosporvencido;tuyaeslavictoria!

ElGranMaestrebajó al campo,ymandódescubrir al campeónvencido.Sus ojos estaban cerrados, sus mejillas encendidas. Mientras todos leobservaban con espanto, abrió los ojos; pero estaban helados y fijos. Lapalidezdelamuerteseesparcióalinstanteporsurostro.Nolehabíatocadolalanzadesuenemigo:murióvíctimadelaviolenciadesuspasiones.

—¡EsteeseljuiciodeDios!—exclamóLucasdeBeaumanoiralzandolosojosalCielo—.¡Fiatvoluntastua!

Cuando pasaron los primeros momentos de sorpresa y de agitación queesteinesperadosucesohabíaproducido,WilfridodeIvanhoepreguntóalGranMaestre,comojuezdecampo,sihabíacumplidobienylegalmentesudeberenelcombate.

—Bien y legalmente lo has hecho—respondióLucas deBeaumanoir—.Declaro a la doncella absuelta y libre. Las armas y el cuerpo del caballerovencidoquedanalarbitriodelvencedor.

—Noledespojarédesusarmas—dijoWilfridodeIvanhoe—,niprivaréde sepultura aquien tantasveces seexpusoendefensade la cristiandad.Lamano de Dios le ha vencido, nomi lanza. Lo único que exijo es que seanprivadassusexequias,puestoqueenestaocasiónpeleóporunacausainjusta;yencuantoaladoncella...

InterrumpiólavozdelcaballeroelestrépitodegrannúmerodecaballosloscualesseaproximabancontantarapidezquehacíantemblarlaTierra.

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XXXV

En efecto; no tardó en presentarse en el campo de batalla el caballeroNegrocapitaneandounagrancuadrilladeguerrerosycaballerosencompletaarmadura.

—¡Vengo tarde!—dijo el de lonegromirandoa todaspartes—.Venía atomar posesión de la persona de Bois-Guilbert y a excusarle el trabajo demorirporahora.¿Esregular,sirWilfrido,queosmetáisenaventurascuandoapenaspodéissostenerosacaballo?

—ElCielo, señor,—repuso Ivanhoe—, lohadispuestoasí, señalandosujusticia con lamuerte de este hombre; ni aun siquiera era digno de vuestroenojo.

—¡Diostengapiedaddesualma!—exclamóelReymirandoatentamenteel cadáver—. Era valiente, y hamuerto vestido de acero, comomueren loshombresdepro.Peronoperdamoseltiempo.¡Bohun,haztuoficio!

AlmandatodelReysaliódesucomitivauncaballero,yponiendolamanoenelhombrodeMalvoisin,ledijo:

—AlbertodeMalvoisin,datepresocomoreodealtatraición.

ElGranMaestrehabíamiradoconsumaextrañeza la repentinaaparicióndeaquellagentearmada.Entoncesrompióelsilencio.

—¿Quiénseatreve—dijo—aprenderauncaballerodelTempledentrodelajurisdiccióndesupreceptorioydelantedelGranMaestredelaOrden?¿Pormandatodequiensecometeeseatentado?

—Yo me apodero de su persona —replico el caballero—, yo, EnriqueBohun,condedeEssex,lordGranCondestabledeInglaterra.

—Yquienlohamandado—dijoelReyalzándoselavisera—esRicardode Plantagenet, que está presente. ¡Conrado Mont-Fichet, válgate no habernacidoenmisEstados!¡Ytú,Malvoisin,morirásantesdeunasemanacontúhermanoFelipe!

—¡Protesto contra esa violencia!—gritoLucas deBeaumanoir—.Es envano, orgulloso templario—dijo elRey—.Alza los ojos a losmuros de túpreceptorio y veras tremolando en ellos el estandarte real de Inglaterra.Tenprudencia,ynohagasunaresistenciainfructuosa.Estasenlabocadelleón.

—¡Apelare a la cristiandad —insistió el Gran Maestre— contra esausurpacióndelosprivilegiosdemiOrden!

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—Haz loquequieras—dijoelRey—;peronohablesdeusurpaciónporahora, si no quieres pasarlo mal. Disuelve tú Capitulo y retírate con túcomitiva al primer preceptorio que encuentres, si acaso hay alguno que nohaya sido teatrode traidoras conspiraciones contra el reyde Inglaterra.O siquieresquedarteencasa,gozarasdemihospitalidadypresenciarasmijusticia.

—¿Ser huésped donde he sido amo?—replico el templario—. ¡Nunca!¡Hermanos, entonad el salmo Quare fremuerunt gentes! ¡Caballeros,escuderos, dependientes de la santa Orden de los caballeros del Temple,preparaosaseguirlabanderadeBausean!

ElGranMaestrehablóconunadignidadquesorprendióaRicardoyexcitólas esperanzas y el valor de los templarios. Todos acudieron cerca de supersona como las ovejas al perro que las guarda cuando oyen el aullido dellobo.Masno imitaron la timidezdel rebaño indefenso:susgestosymiradasindicabanlosdeseosqueteníandeveniralasmanosconunenemigoaquien,sinembargo,noosabanprovocardeotromodo.Formaronenbreveunespesobosquedelanzasenquesobresalíanlosmantosblancosdeloscaballerosporentre el negro conjunto de sus subalternos, como los bordes de una nubetenebrosa cuando reflejan los rayos del sol. Lamuchedumbre, que desde elprincipiodeestaescenahabíaalzadoelgritocontralostemplarios,miróconalgúnterroraquelformidablecuerpodeguerrerosexperimentados,aquieneshabía insultado tan temerariamente. El tropel enmudeció y se retiró a ciertadistancia.

Cuando el conde de Essex los vio formados con tanto orden y en tanconsiderable número, apretó espuelas al caballo y corrió por todas partesdandolasórdenesquecreyónecesariasafindeevitarunasorpresa.Ricardo,solo,comosi secomplacieraenelpeligroquehabíaprovocado,seadelantóhacialostemplarios,gritándoles:

—¿Quéeseso,señorestemplarios?¿NohayunoentrevosotrosquequieraromperunalanzaconRicardodeInglaterra?¡Enpocotenéisavuestrasdamassirehusáispelearconmigoporsuhonor!

ElGranMaestreseseparódelossuyos,salióalencuentroaRicardoyledijo:

—Los hermanos del temple no pelean por tan profanosmotivos. Enmipresencia no peleará contigo ninguno de mis súbditos. Los príncipes deEuropadecidiránentretúyyo,yellosteharánsabersiconvieneaunmonarcacristianoadoptarlacausaporlacualhasqueridopronunciarte.Nosretiramossinofenderanadie,sinosomosofendidos.Atuhonorconfíolasarmasyotrosefectos que dejamos en el preceptorio, y a tu conciencia el encargo deresponderdelescándaloalacristiandad.

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Aldeciresto,ysinesperarcontestación,elGranMaestrediolaordendemarchar, y las trompetas tocaron una marcha oriental, que era la señal deataquedequeusabanordinariamentelostemplarios.Cambiaronlaformacióndelíneaencolumnaysepusieronenmovimientoconsumalentitud,comosidieran a entender que se retiraban sólo por obedecer a su superior y no portemordesusenemigos.

—¡PorlaVirgennuestraseñora—dijoRicardo—,queeslástimaqueesostemplariosnoseantanlealescomodisciplinadosyvalientes!

Elconcurso,aguisadegozquetímidoycautelosoquesóloladracuandosealeja el objetode su terror, prorrumpió endenuestos e injurias apenashabíavueltolaespaldaelaguerridoescuadrón.

Duranteelalborotoaquediolugarlaretiradadelostemplarios,Rebecanooyó ni vio nada de lo que ocurría. Estaba aprisionada en los brazos de supadre,aturdidayenajenadaporefectodelasviolentassensacionesquehabíaexperimentadoentanrápidamudanzadecircunstancias.LaspalabrasdeIsaaclahicieronvolverensí.

—¡Vamos, hija mía, —le decía el viejo—, tesoro restituido; vamos aecharnosalospiesdeesevalientejoven!

—¡No, no! —respondió su hija—. ¡No tengo bastantes fuerzas parahablarle en este momento! Quizás diría más. ¡No, padre mío; alejémonoscuantoantesdeestehorrorosositio!

—Pero,hijamía—replicóIsaac—,¿hemosdesalirdeaquísinmanifestarnuestragratitudalquehaexpuestosuvidaporsalvarlatuya,siendohijadeunpuebloextraño?Eseserviciomerecealgúnagradecimiento.

—Merecetodoelagradecimientoquepuedecaberenelcorazónhumano:merecemástodavía;peroahorameesimposible.¡Padremío,tenpiedaddelahijadetuamor!

—¿Qué dirán de nosotros? —observó Isaac—. ¡Dirán que somos unosperrosingratos!

—¡EnpresenciadeRicardo!—exclamóRebeca.

—Tienes razón —dijo Isaac—, y eres más prudente que tu padre,¡Vámonos,vámonospronto!Ricardoestáfaltodedinero;¡comoquevienedePalestina, y aun dicen que ha sufrido un penoso cautiverio! No le faltaránpretextosparaarrancarmehastaelúltimomaravedísisabemisnegociosconsuhermanoJuan.¡Salgamosdeaquícuantoantes!

Isaac yRebeca salieron inmediatamente del palenque, y en las acémilasqueelhebreoteníapreparadaspasaronacasadelrabinoNathán.

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Lajudía,cuyasuertehabíasidoobjetodelinterésgeneralenlosdiferentessucesosdeaqueldía,pudoretirarsesinquenadieloechasedever,porquelaatencióndetodoslosespectadoressehabíafijadoenlallegadarepentinayelbelicoso acompañamiento del caballero de las negras armas.Reconocido yaporelpueblo,oyéronseportodaspartesruidosasaclamaciones.

—¡VivaRicardodeInglaterra,CorazóndeLeón!¡Mueranlosusurpadorestemplarios!

—Apesardetodasestasdemostracionesdeafectoylealtad—dijoIvanhoealcondedeEssex—,bienhahechoelReyenvenirentucompañíayenladetusfielesyvalientespartidarios.

ElCondesesonrió,comosiconvinieraenlaobservacióndeWilfrido;sinembargo,noquisoconfesarquefueranjustossusrecelos.

—Conociendo tan a fondo a nuestro señor—le respondió—, ¿le juzgascapazde tomaresasprecauciones?LacasualidadhaqueridoquecuandomedirigíaaYorkportenernoticiasdelarmamentodelpríncipeJuanencontraseaRicardosolocomouncaballeroandante;ycreoquesuintencióneraacometerestaaventuradelajudíadeltemplario.

—¿Y qué noticias tenemos de York?—pregunto Ivanhoe—. ¿Crees tú,nobleconde,quenosresistiránlostraidores?

—Como la nieve resiste al fuego —respondió Essex—. Ya se estándispersando como bandada de aviones. ¿Sabes quién ha venido en posta atraernoslanoticia?ElmismopríncipeJuan.

—¡Felón,desagradecido,insolentetraidor!—exclamóWilfrido—.¿NolemandóecharRicardounacadenadeveintearrobas?

—No,porcierto—dijoelConde—.Lomismolerecibióquesilehubieradadocitaparacorrerliebres.

—¿Yno hubomás?—preguntó Ivanhoe—.No parece sino queRicardoconvidaalosrebeldesconsuclemencia.

—Comoelhombre—respondióEssex—convidaalamuertecuandopeleateniendoabiertassusheridas.

—Yateentiendo,señorconde—dijoIvanhoe—;peroyonoexpongomásquemivida,yRicardoexponelaseguridaddesureino.

—Los que desprecian su vida—objetó el conde de Essex— no suelentenerenmucholasdelosotros.Perovamosalcastillo.Ricardopiensacastigaramuchos de los que han tomado parte en la conspiración, aunque ya estánperdonadosalgunosdelosjefesprincipales.

Elmanuscritodequehemossacadolossucesosdeestahistoriarefieremuy

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pormenorlosprocedimientosjudicialesaquediolugarelplantramadocontralos derechos legítimosdeRicardoPlantagenet.Nos limitaremospor ahora aponerennoticiadenuestroslectoresqueBracyhuyóaFranciaysealistóalserviciodel reyFelipe;queAlbertoMalvoisin,preceptordeTemplestown,ysu hermano el Barónmurieron en el cadalso; queWaldemar de Fitzurse, apesardehabersido resorteprincipalde laconspiración, fue tratadoconmásblandura,ysaliódesterradodelreino;yqueelpríncipeJuan,cuyaambiciónhabía dado lugar a tantos crímenes y trastornos, no recibió la menorreconvencióndesubondadosohermano.NohubouninglésqueseapiadaradelosdoshermanosMalvoisin:todosconfesabanquehabíanmerecidolamuerteporsusinnumerablesperfidias,tiraníasycrueldades.

Poco después de terminado el combate judicial, Cedric el Sajón fuellamado a presencia de Ricardo, el cual, con el objeto de apaciguar loscondadosmás turbulentos, había establecido su corte en la ciudad deYork.Cedric hizo mil aspavientos al recibir este mensaje; más no se atrevió adesobedecer al Monarca. En efecto; el regreso de este príncipe habíadesbaratadoenteramentelasesperanzasyproyectosderestablecerladinastíasajonaeneltronodeInglaterra.

Porotraparte,Cedricconocíaapesarsuyoquelaunióndelpartidosajónpor medio del casamiento de lady Rowena con Athelstane no podía tenerefecto en virtud de la repugnancia de las partes interesadas. El buen viejo,lleno siempre de entusiasmo en favor de la causa que defendía, no habíaprevisto esta ocurrencia, y aun después de desengañado, le costaba muchotrabajocomprenderquedossajonesdesangrerealrenunciasenaunaalianzatannecesariaalbiengeneraldesunación.Maseraprecisocederalarealidad;lady Rowena se había manifestado opuesta al proyectado consorcio, yAthelstane,desdelaaventuradelentierro,nohabíacesadodedeclararenlostérminos más positivos que renunciaba para siempre a sus antiguaspretensiones.

Quedaban,sinembargo,quevencerdosgrandesobstáculosenelánimodeCedric para realizar los deseos de los dos amantes; a saber: su tenacidadcaracterísticayelodioconquemirabaaladinastíanormanda.ElprimerofuecediendopocoapocoalasinstanciasdeRowenayalorgulloqueleinspirabalafamadesuhijo.Cedricteníaademásamuchahonralaalianzadesufamiliacon la de aquella ilustre dama, a pesar de todo el empeño que habíamanifestado en unirla con el único descendiente de Eduardo el Confesor,También se enfrió considerablemente su aversión a los conquistadores deInglaterra.Considerabaqueeraimposibledespojarlosdeltronoenquehabíansabido cimentarse, y contribuyó a suavizarle la bondad que le manifestabaRicardo,elcualsedivertíaconsusfrancasynaturalesocurrencias.Lociertoes que a los siete días de su permanencia en la corte delMonarca, el noble

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sajóndiosuconsentimientoalenlacedeRowenayWilfrido.

Obtenidalaveniadesupadre,lasbodasdenuestrohéroesecelebraronenla augusta y magnífica catedral de York. Las honró aquel príncipe con suasistencia,ylaafabilidadconqueentoncesyenotrasmuchasocasionestratóalos abatidos y desgraciados compatriotas de Cedric le granjeó mayoresauxiliosparaladefensadesuslegítimosderechosquelosquehubierapodidoesperar de las vicisitudes de la guerra civil. La iglesia se hermoseó paraaquellasolemnidadcontodalapompayesplendordelcultocatólico.

Gurth, vistosamente engalanado, acompañó a su amo en calidad deescudero, y tuvo en gran precio este galardón de sus fieles servicios. ElmagnánimoWamba concurrió también a la ceremonia luciendo un ruidosoatavío de campanillas de plata. Habían sido compañeros de Ivanhoe en susinfortunios,ydesdeentoncesfueron,comodebíanesperarlo,partícipesdesuprosperidad.

LasbodasdeWilfridoyRowenadieronlugaraunnumerosoconcursodefamilias normandas y sajonas de todas clases y jerarquías. Unas y otrasmiraronaquelenlacecomoprendadelaíntimaunióndelosdospueblos,loscuales desde aquella época han ido mezclándose y confundiéndose entérminosqueyano losseparaningunadistinción.Cedricvivióbastanteparaalcanzarlosúltimosanunciosdelacompletaunióndeambospueblos,porqueyaensutiempoempezabanaligarsesajonesynormandosconlosvínculosdelmatrimonio: los unos perdían sus modales altivos, y los otros su naturalgrosería y aspereza; pero hasta el reinado de Eduardo III no se habló en lacorte de Londres la lengua mixta llamada inglesa, y entonces fue tambiéncuandosajonesynormandosllegaronaformarunasolafamilia.

DosdíasdespuésdesucasamientoRowenasupoporsucamareraElgithaque una doncella extranjera y bien parecida deseaba hablarle a solas. Laesposa de Wilfrido recibió con sorpresa este mensaje, vaciló acerca de larespuestaquehabíadedary,cediendoporfina lacuriosidad,mandóque lediesenentrada.

Presentóse a suvista unapersonadenobleymajestuoso talante cubiertaconungranveloblancoque,lejosdeocultarla,realzabalagraciadesutalle.Suaspectoindicabarespetuosocomedimiento,conalgunosvisosdetemor,omás bien de deseos de conciliarse indulgencia y buena voluntad. Rowenaestaba siempre naturalmente dispuesta a compadecer y aliviar los malesajenos.Selevantóeibaadarasientoalahermosaextranjera,peroreparóenElgitha,aquienhizoseñaderetirarse.Cuandoéstalahuboobedecido,nosinalgunarepugnancia,ladesconocidahincóunarodillaentierra,sepusolasdosmanosenlafrente,lainclinóhastaelsuelo,yapesardelaresistenciadeladyIvanhoe,lebesólaguarnicióndelvestido.

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—¿Quésignificaesto'?—preguntóladamaconlamayorsorpresa—.¿Quésignificatanextraordinariademostracióndehomenaje?

—Lady Rowena —dijo Rebeca levantándose y volviendo a tomar sumodesta y grave actitud—, vengo a pagaros la deuda que he contraído convuestro esposo.Perdonadme si os ha ofendido la expresiónde veneraciónyagradecimientousadaenmipueblo.Yosoyladesgraciadajudíaporquienelcaballerode Ivanhoearrostró tan inminentespeligrosenelcampodebatalladeTemplestowe.

—Doncella—siguióRowena—,WilfridodeIvanhoenohizomásniauntanto como debía por quien con tanta caridad le asistió en sus heridas einfortunios.Decidmesitodavíapodemosmiesposoyyohaceralgoenvuestroobsequio.

—Nada—respondiólajudía—.Sóloospidoqueledeisenminombreelúltimoadiós.

—¿Os vais de Inglaterra? —dijo Rowena, aun no bien repuesta de lasorpresaquelecausabaaquellavisita.

—SaldrédeInglaterraantesqueestalunaterminesugiro.Mipadretieneun hermano que goza favor de Mohammed Boabdil, rey de Granada. Allípodemosgozardepazyprotecciónencambiodeltributoqueaquelmonarcaexigedenuestropueblo.

—¿NoestáisbastanteprotegidosenInglaterra?—interrogóRowena—.MiesposomerecemuchofavordeRicardo,elcualesademástangenerosocomojusto.

—No lo dudo —repuso Rebeca—; pero los ingleses son hombresturbulentos y arrojados, discordes entre sí y con sus vecinos, dispuestossiempre a esgrimir las armas unos contra otros. Los hijos demi pueblo nopuedenvivirentaninquietoasilo.Durantesuperegrinación,Israelnopuedefijar sus tiendas en una mansión de sangre y de disturbios, rodeada deenemigosydivididaenfaccionesencarnizadas.

—¿Qué tienesque temer?—prosiguió ladyRowena—.LaqueconsolóaIvanhoeensudesventura,laquecurósusheridas—añadióconentusiasmo—,puedevivir tranquilaenInglaterra,dondesajonesynormandosseesmeraránenprotegerlayhonrarla.

—Dulces son tus palabras —contestó Rebeca— y más dulces tussentimientos;peronopuedeser.Sobradoprofundoeselgolfoquenossepara.La educación y la fe no nos permiten atravesarlo a unos ni a otros. ¡Adiós!Peroantesdeirmequieropedirteunagracia.Alzaelvelonupcialquetecubre,ydéjamecontemplaresahermosuradequetantodicelafama.

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—La fama pondera como acostumbra —respondió Rowena—; peroconsientoloquemepides,contalquemeconcedaselmismofavor.

Descubrióse la dama, y sea por modestia y timidez, sea por vanidad,enrojeciódetalmanera,queelpechoyelrostroselecubrierondeuncarmínsubidísimo.

Tambiénenrojeciólajudíaaldespojarsedesuvelo;massólodurósuruboruninstante,pasandoligeramenteporsufisonomía,comolostintesencendidosdelanubequemudadecolorcuandoelsolsehundeenelhorizonte.

—Noble dama —dijo Rebeca—, las facciones que os habéis dignadomostrarmeviviránlargotiempoenmimemoria.Enellasreinanlagentilezayla bondad; y si no está exenta su amable expresión del orgullo que traenconsigo las vanidades mundanas, ¿qué extraño es que lo que es de tierraconservasucolororiginal?Nuncaolvidaréloqueahorahevisto.YgraciasaDiosquemigenerosolibertadorhaconseguidoya...

Detúvose al decir estas palabras, vertió algunas lágrimas, lanzó unprofundo suspiro y viendo que lady Rowena se inquietaba creyéndolaindispuesta,prosiguió.

—¡No os asustéis! Estoy buena; pero me estremezco al recordar lossucesosdelcastillodeFrentedebueyydelpreceptoriodelostemplarios.Sólomequedaquemolestaronconotrapequeñasúplica.Aceptadestecofrecito,ynoossorprendáisalverloquecontiene.

EntoncespresentóuncofredeébanoguarnecidodeplataaladyRowena,lacualloabrió,yvioenéluncollardediamantesyotraspiedraspreciosasqueparecíandegranvalor.

—¡Esimposible!—objetóladyRowenadevolviendoelcofrealajudía—.¡Meesimposibleaceptarundondeestaespecie!

—Nomeneguéisestapruebadebenevolencia—dijoRebeca—.Vosotroslosnazarenostenéiselpoder,lasdignidades,laautoridadyelinflujo;nosotroslos hebreos tenemos la riqueza, que es el origen de nuestra fuerza y denuestrosmales.Aunqueelvalordeesasfriolerasfueramilvecesmássubido,nopodríatantoenInglaterracomoelmásfugazdetusdeseos.Loquetedoyesdepocoprecioparati:paramí,demuchomenos.Nopiensestanbajamentedeminacióncomolamayorpartedetuscompatriotas.¿Creesqueestimomásesosbrillantes,fragmentosdepiedra,quemilibertad?¿Creesquenipadrelostieneenmásquemihonorymivida?¡Acéptalos!Inútilessonparamí,puestoquenuncaadornaréconjoyasmipersona.

—¡Muy desgraciada debes de ser!—exclamó Rowena a quien hicieronextraña impresión lasúltimaspalabrasde la judía—.¡Quédateconnosotros!

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Losconsejosdeloshombressabiosypiadososteapartarándeloserroresdetucreencia,yyoserétuhermana.

—No.señora,—repusolajudíacontonodevozyexpresióndemelancolíayabatimiento—.¡Esimposible!Yonopuedoabandonarmifecomosifueraun ropaje que no se usa en la tierra en que vivo. Seré desgraciada, pero notanto.Aquelaquienheconsagradomividaseráquienmeconsuele¡Hágasesuvoluntad!`

—¿Tenéis conventos en vuestra religión? ¿Piensas retirarte a alguno deellos?

—No,señora,—dijoRebeca—;perodesdelostiemposdeAbrahamhastalospresenteshahabidoenlanaciónhebreamujeresdesengañadasypiadosasquehandedicadosuspensamientosalasverdadeseternasyalejerciciodelacaridadocupándoseencuraralenfermo,endardecomeralhambrientoyensocorreraldesvalido: talserámidestinodeahoraenadelante.Decidloasíavuestro esposo, si alguna vez se digna preguntar por aquella desgraciada aquiensalvólavida.

El temblor involuntario que se apoderó de Rebeca al pronunciar estaspalabras,yeltonosuaveyafectuosodesuvozexpresabanmásdeloqueellaquería.Dióseprisaaretirarsediciendo:

—¡Adiós,nobledama!¡Elquediolavidaajudíosyacristianosderramesobrevoslaplenituddesusbendiciones!

Rebecadesapareciódelaposento,dejandotansorprendidaaRowenacomosi hubiera pasado ante sus ojos una visión sobrenatural. La hermosa sajonarefirióestaextrañaconferenciaasuesposo,aquiendiomuchoquepensar.

Rowena e Ivanhoe vivieron largos y felices años, porque los ligabanvínculos que se estrecharon en su infancia, y porque nunca olvidaron losobstáculosquesehabíanopuestoasuunión.Noseríaprudente,sinembargo,averiguarsielrecuerdodelahermosuraydelamagnanimidaddeRebecasepresentabaalaimaginacióndeIvanhoeconmásfrecuenciadelaqueconveníaalatranquilidaddelabellanietadeAlfredo.

IvanhoesedistinguióenelserviciodeRicardoymereciónuevasprendasde su favor.Mayor hubiera sido su elevación, a no haberla interrumpido lamuerte prematura del heroico Corazón de León ocurrida en el asedio delCastillo de Chaluz, cerca de Ligomes. Con la vida de sumagnánimo, perotemerario y novelesco protector, perecieron todos los proyectos que sugenerosa ambiciónhabía formado.Pueden aplicársele con alguna alteración,estosversos,compuestosporunpoetainglésaCarlosXII,reydeSuecia:

Destinofuedelhéroequecantamoscogerlaurelesenremotastierras.

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Tuvo humilde castillo y pecho audaz, y un vate obscuro celebró susprendas.

Sunombrefueterrordelenemigoydioasuntomoralaestanovela.

FIN

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