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Isla Negra 5/182 Casa de poesía y literaturas. 2004 – Mayo- 2009 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] - - http://isla_negra.zoomblog.com III Festival Palabra en el mundo Vorto en la mondo, Palavra no mundo, Parola nel Mondo, Worte in der Welt, Rimayninchi llapan llaqtapi, Paraulas in su Mundu, Cuvânt în Lume, Parole dans le Monde, Ordet i verden,Word in the world, Palabra no mundo, Ñe’ê arapýre 14 al 17 de mayo del 2009 La Paz, el pan y el agua de cada día / Participà en tu ciudad Roque Dalton El Salvador Hora de la ceniza ....Finaliza Septiembre. Es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir. ....Por ejemplo, esta tarde tengo en las manos grises libros hermosos que no entiendo, no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia y me cae sin motivo el recuerdo del primer perro a quien amé cuando niño. ....Desde ayer que te fuiste hay humedad y frío hasta en la música. ....Cuando yo muera, sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable, mi bandera sin derecho a cansarse, la concreta verdad que repartí desde el fuego, el puño que hice unánime con el clamor de piedra que eligió la esperanza. ....Hace frío sin ti. Cuando yo muera, cuando yo muera dirán con buenas intenciones que no supe llorar. ....Ahora llueve de nuevo. Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto como hoy. ....Siento unas ganas locas de reír o de matarme. Alvaro Mutis Bogotá, Colombia, 1923 Cada poema Cada poema un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga. Cada poema un traje de la muerte por las calles y plazas inundadas en la cera letal de los vencidos. Cada poema un paso hacia la muerte, una falsa moneda de rescate, un tiro al blanco en medio de la noche horadando los puentes sobre el río, cuyas dormidas aguas viajan de la vieja ciudad hacia los campos

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Isla Negra 5/182 Casa de poesía y literaturas.

2004 – Mayo- 2009

suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.

Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO

[email protected] - - http://isla_negra.zoomblog.com

III Festival Palabra en el mundo

Vorto en la mondo, Palavra no mundo, Parola nel Mondo, Worte in der Welt, Rimayninchi llapan llaqtapi, Paraulas in su Mundu, Cuvânt în Lume, Parole dans le Monde, Ordet i verden,Word in the world, Palabra no mundo, Ñe’ê arapýre

14 al 17 de mayo del 2009 La Paz, el pan y el agua de cada día / Participà en tu ciudad

Roque Dalton El Salvador

Hora de la ceniza

....Finaliza Septiembre. Es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir.

....Por ejemplo, esta tarde tengo en las manos grises

libros hermosos que no entiendo, no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia

y me cae sin motivo el recuerdo del primer perro a quien amé cuando niño.

....Desde ayer que te fuiste hay humedad y frío hasta en la música.

....Cuando yo muera, sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,

mi bandera sin derecho a cansarse, la concreta verdad que repartí desde el fuego,

el puño que hice unánime con el clamor de piedra que eligió la esperanza.

....Hace frío sin ti. Cuando yo muera, cuando yo muera

dirán con buenas intenciones que no supe llorar.

....Ahora llueve de nuevo. Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto

como hoy.

....Siento unas ganas locas de reír o de matarme.

Alvaro Mutis Bogotá, Colombia, 1923 Cada poema

Cada poema un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga. Cada poema un traje de la muerte por las calles y plazas inundadas en la cera letal de los vencidos. Cada poema un paso hacia la muerte, una falsa moneda de rescate, un tiro al blanco en medio de la noche horadando los puentes sobre el río, cuyas dormidas aguas viajan de la vieja ciudad hacia los campos

donde el día prepara sus hogueras. Cada poema un tacto yerto del que yace en la losa de las clínicas, un ávido anzuelo que recorre el limo blando de las sepulturas. Cada poema un lento naufragio del deseo, un crujir de los mástiles y jarcias que sostienen el peso de la vida. Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban sobre el rugir helado de las aguas el albo aparejo del velamen. Cada poema invadiendo y desgarrando la amarga telaraña del hastío. Cada poema nace de un ciego centinela que grita al hondo hueco de la noche el santo y seña de su desventura. Agua de sueño, fuente de ceniza, piedra porosa de los mataderos, madera en sombra de las siemprevivas, metal que dobla por los condenados, aceite funeral de doble filo, cotidiano sudario del poeta, cada poema esparce sobre el mundo el agrio cereal de la agonía. De Los trabajos perdidos

Daisy Zamora Nicaragua Espejismo

Siempre pensamos, ahora será distinto. Y volvemos a creer.

De nuevo es bello el mundo. El secreto oscuro del amor invade el cuerpo. Todos perciben

el resplandor del rostro.

Y la certeza de reposar —al fin— en algún pecho: besos, manos entrelazadas, brazos,

cuerpos que se confunden, roces húmedos.

Espejismo que nos impide salir de este desierto. Carlos Sánchez Argentina (reside en Italia) Esta gimnasia mía

Extraviado como un perro afónico como un lagarto con impermeable transito por la amplia avenida de esta vida sin frenos ni semáforos verdes. Soy un hombre moderno enterado de los percances de este mundo veo quemar los dioses de cartón y el rumiar inexorable de la historia. Pienso que la poesía no me justifica y no logro apagar esta gimnasia metafísica con ninguna ocasional alegría. A veces creo que estoy en el final: me pregunto: en el final de qué?

Alejandro Seta A. Korn, Buenos Aires, Argentina

II Baila, hija, baila. Los pies también saben.

De: La rosa invisible

Raùl Romero Auad Tarija, Bolivia - 1965 recetaria

Culinaria mi imaginación te desea ardiendo como brasa debajo de la carne cebollas, tomates, ajos y limones derramando su jugo en pleno vuelo abiertos los poros para el mate de la tarde.

¿Recuerdas la huminta que humea al desbocarme? Rojos, verdes y azulados tus ajíes me entorpecen.

Removamos las cacerolas del lecho juntemos nuestras salsas en vaivén de batidora saboreemos pronto y con impaciencia nuestro suculento encabritado minucioso plato.

Antonio Leal México Todo eso A Eleanora Fagan Gough, Lady Day, Billie Holyday, Angel of Harlem + New York, 17 de julio de 1959.

Torva mundaz tascando el freno trastierro de mis horas guardadas en el terciopelo audaz de la ternura deliberado gañote poblado de estrellas en el triste menù màs alto de la noche hueso sincero en el litoral de la quejumbre hilacho umbilical arùspice del pàlpito de mis entrañas mamba negra medusa cimarrona como adepto ( Billie Holyday) hago mìo el mal fario de tu blues prendiendo fuego ahora a todas mis naves may be i am just good for nothing como tù dices a todo eso. Del libro en preparaciòn Moridor.

Marìa Negroni Rosario, Argentina (reside en EEUU)

en un rincón lo que termina de morir en el otro lo que no termino de matar (porque esa rabia es todo lo que tengo)

el poema hila el silencio entre dos casas

Gioconda Belli Nicaragua Áspera textura del viento

Nacida de la selva me tomaste arisca yegua para estribos y albardas.

Durante muchas noches nada se oyó sino el chasquido del látigo el rumor del forcejeo las maldiciones y el roce de los cuerpos midiéndose la fuerza en el espacio.

Cabalgamos por días sin parar desbocados corceles del amor dando y quitando, riendo y llorando -el tiempo de la doma el celo de los tigres-

No pudimos con la áspera textura de los vientos. Nos rendimos ante el cansancio a pocos metros de la pradera donde hubiéramos realizado todos nuestros encendidos sueños.

Elsa Fenoglio Haedo, Argentina

Así: delirio y éxtasis, orgía y batalla. Algo parecido a la felicidad. Algo parecido a la muerte. De La fiesta de la piel Francisco de Asis Fernández Granada, Nicaragua Mis poemas son unas miserables bestezuelas

Mis poemas son unas miserables bestezuelas que han arruinado mi vida con una cadena perpetua. Me rompen y no puedo recoger mis pedazos. Hacen que mi corazón sea un pozo cavado con martillo, me ponen el viento a mi espalda, me obsequian su ojo sangre y el clavel de sus labios y riman lo que me dan y lo que me quitan. Mis poemas han hecho que mi corazón no sea confiable ni culpable y que mi ambición sea mas débil que mi esperanza, que mi razón sea una película velada que esta de acuerdo con no estar de acuerdo; que demonios imperfectos derramen sobre mí su sangre falsa y que busque respuestas y solo encuentre preguntas. Sin embargo, también por esas miserables bestezuelas no he amado a nadie que no mereciera ser amada y han empujado mi mano para lanzarles rosas, agua de lluvia, letras de molde y corcheas estrujadas. Pero creo que me quitan más de lo que me dan, porque cuando mi cabeza está bien mi corazón está mal y cuando mi corazón está bien me convierto en un viejo actor loco que defiende Camelót con una espada de cartón y me sale la Virgen en bicicleta y no duermo ni de día ni de noche haciendo flores de humo

como un adicto a la agonía. Entonces las miserables bestezuelas vienen como manchas de tinta de un espíritu agotado para meterme poemas ásperos en los bolsillos y encuentro que es fácil mentirme a mí mismo y se me borran las casitas de las estrellas en el cielo.

Moya Cannon Dunfanaghy,Donegal, Escocia- 1956. Manos Para Eamonn y Kathleen

Fue en algún lugar sobre la costa noreste de Brasil, sobre Fortaleza, una ciudad de la que nada sé, salvo que está llena de gente cuyas vidas son un misterio mayor que el río Amazonas; fue ahí, mientras el avión de juguete del monitor de vuelo se desplazaba al ecuador y viraba al este hacia Marruecos, cuando empecé de nuevo a pensar en las manos, en lo extraño que es que nuestras vidas –la vida de la francesita pelirroja a mi izquierda, la vida del niño argentino a mi derecha, mi vida y las vidas de todos los pasajeros dormidos que están siendo rápidamente transportados en la oscuridad sobre el oscurecido Atlántico–, todas esas vidas ahora estuvieran siendo sujetadas por las manos del piloto, y pienso en otras manos que pueden sostener nuestras vidas, las manos del cirujano a quien tendré que volver a ver cuando llegue a casa, las manos de la inteligente enfermera de cabello negro que desenrolló de mi cuello el cordón umbilical, las suaves manos de mi madre, las manos de esos otros que me quisieron hasta que parece casi como si esto fuera lo que es la vida humana: ser pasado de mano en mano, para ser, improbablemente, llevado sobre un océano. Traducción de Jorge Fondebrider- Tomado de Diagonal Converso.

Jorge Lemoine y Bosshardt Mendoza, Argentina- 1948 Poema 16

los hombres viscosos de sectas empujan atesonados de esquinas transportando himnos paganos y arrastrando sexos por las veredas y un mendigo ciego en el umbral de un templo pregunta por el oficio

Luz Stella Parra Soler Bogotá Colombia

El invierno no es amigo de las brujas se nos mojan las alas y no podemos volar nos volvemos terrestres y oscuras perdemos el azul de las estrellas en los senderos que conducen hacia la gente

sus casas de cemento pobladas de cruces y trampas para aprisionar nuestro espíritu libre el invierno nos obliga a caminar mancha de barro las botas y nos nacen raíces que quieren condenarnos a la tierra amarrarnos como a eucaliptos que deben aromar y espantar las plagas sin voz para la defensa o el conjuro el invierno se desliza gris por las paredes humedece los huesos y la leña no se puede encender la hoguera y el caldero muere de soledad en una esquina es el tiempo de los hombres de sus guerras sin sentido juegan a matar a no llorar endurecen el corazón con argumentos olvidaron los astros y el camino ya no nos queman ahora se castiga de forma más sutil la diferencia cuatro paredes sin ventanas nos dejan marchitar ahora nos niegan El invierno con sus tardes de lluvia, sus sombrillas y sus calles vacías es una vieja trampa que espera que la vida se doblegue y pida perdón por la libertad y la risa por las tardes de sol y las noches de luna llena por permitir que existan los dragones y la magia por que siempre vuelvan a pesar de la oscuridad Mario Rivero Colombia, 1935- 2009 La balada de los hombres hambrientos

Los hombres hambrientos tienen oro casas con retretes de mármol y vestidos suntuosos Pero no pueden matar el hambre y la sed del tigre de sus ojos

Los hombres hambrientos son en alguna forma hermosos Por una magia mortal y execrable sus oídos se han vuelto sordos Pero los hombres hambrientos simulan oír y pagan bien a los cantores

Pregonan una extraña desesperación han perdido el recuerdo de los humanos olores caminan para buscar un aroma imbuscable el de los tallos de las flores muertas y de los pétalos podridos

el olor que al mismo tiempo es el olor de la muerte y el olor del nacer

Se cubre de moho el corazón de estos hombres hambrientos Se entrecruzan a la deriva No se ven Son muchos en movimiento Sus mujeres lavadas en agua de caros perfumes sintéticos adustas acechan también aquel olor que alcanza los huesos Si levantan las cabezas hacia cosas más altas no distinguen otra cosa que el viento Remeros esclavos en un gran bajel de oro van los hombres y mujeres hambrientos… tomado de Confabulacion Nro 84

Leonor García Hernando Argentina

en la mesa familiar mi padre no tenía silla.

Él comía parado, erguido sobre el mármol como un monumento fúnebre; pero su voz era alegre y ronca y le gustaba relatar los condimentos usados al preparar el almuerzo porque mi padre era quien cocinaba en casa

Tiempo atrás él degollaba gallinas en la pileta del lavadero y tapaba los chillidos del animal con el ruido del agua Con mi madre compartían ese espacio. Allí donde mi madre golpeaba la ropa él golpeaba la cabeza de un pájaro feo y sin otra gracia que su entrega a una muerte cruenta.

Supe entonces que si era fea compartiría la suerte de unas plumas sangrientas y así fue cierto que mi garganta respira por el tajo. De "El cansancio de los materiales", 2001

Ronaldo Costa Fernandes Brasilia, Brasil

Poema sobre Arames

Há mãos farpadas que não ouso tocar

assim como algumas barbas que é o ódio

que escorre das comissuras da boca.

Há lençóis de arame farpado na cama de dois

que não são mais um.

Oh coleção de línguas que ao lamber a carne

abrem feridas.

Já o arame dos teus olhos são farpas que nada cercam.

Tuas cercas, até mesmo tuas cercas, são mais vivas que as minhas.

Farpada é minha mente que me fere quando penso o que pensar não deveria.

poesia.net. www.algumapoesia.com.br. Carlos Machado, 2009

Claudio Piermarini Buenos Aires, Argentina, 1956 Pecado original

Un dios al que nacemos debiendo no es un buen dios. Es un Banco Universal de la Desgracia. Tomado de: Antologia Virtual Conocer, Julio Carabelli.

Marithelma Costa Puerto Rico (reside en Estados Unidos) Latitud 30

Mar de los Sargazos En la punta de la proa

1. Uno se agarra a la cubierta de Nova para no caer Se agarra al cedro y levanta la cabeza del caballo alado mientras éste abreva

Uno besa suavemente como besa el cisne al águila de una ribera a la otra como se besan las olas frente a la valla del cementerio mientras el sanjuanero camina uno se agarra al cuello del caballo, abajo trébol se besa como besan sabicú y palosanto

2. Abrazo en diagonal una mano en la cintura la otra en el hombro beso contacto de sargazo caricia de ala de tórtola aroma de lirio

Beso como la luz besa las superficies cuando llueve en febrero blanco o hace sol en febrero oro

Uno se agarra a la que no va se sujeta al puente generoso junto al capitán mientras da la voz de alarma y comienzan los tiros uno besa al capitán, a veces con tacto de sargazo a veces con coces pasado el Trópico de Cáncer del año nuevo tomado de http://mardesnudo.atenas.cult.cu

Santiago Bao Villa Gesell, Argentina

Ojos de lechuza

Siempre acepté las propuestas de la oscuridad

porque hice de la búsqueda el motivo de mi existencia

aunque no me sometí a las órdenes

de las profundidades de suspender la postrera

curiosidad la última mirada con que mis ojos de lechuza

vulneran la prohibición definitiva.

Héctor Inchaústegui Cabral Rca Dominicana Canto triste a la patria bien amada

Patria... y en la amplia bandeja del recuerdo, dos o tres casi ciudades, luego, un paisaje movedizo, visto desde un auto veloz: empalizadas bajas y altos matorrales, las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria, la triste sonrisa de las flores que salpican de vivos carmesíes las diminutas sendas.

Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda, un hombre que exprime paciente su inutilidad, los asnos y los mulos, miserable coloquio del hueso y el pellejo; las aves del corral son pluma y canto apenas, el sembrado sombra, lo demás es ruina...

Patria, en mi corazón un acerico en donde el recuerdo va dejando lanzas de bien agudas puntas que una vez clavadas temblorosas quedarán por los siglos de los siglos.

Patria, sin ríos, los treinta mil que vio Las Casas están naciendo en mi corazón...

Patria, jaula de bambúes para un pájaro mudo que no tiene alas, Patria, palabra hueca y torpe para mí, mientras los hombres miren con desprecio las pies sucios y arrugados, y maldigan las proles largas, y en cada cruce de caminos claven una bandera para lucir sus colores nada más...

Mientras el hombre tenga que arrastrar enfermedades y hambre, y sus hijos se esparzan por el mundo como insectos dañinos, y rueden por montañas y sabanas, extraños en su tierra, no deberá haber sosiego, ni debera haber paz, ni es sagrado el ocio, y que sea la hartura castigada...

Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino y sólo se coma por las noches, a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados y llevarle por extraviadas sendas, por los ranchos, por las cuevas infectas y por las fiestas malditas de los hombres...

Patria, y en la amplia bandeja del recuerdo, dos o tres casi ciudades, luego, un paisaje movedizo, visto desde un auto veloz: empalizadas bajas y altos matorrales...

Nelson Merren La Ceiba, Atlántida, Honduras, 1931 Sabor a sombra

He tomado parte en sesudas discusiones sobre si la poesía política tiene derecho a llamarse poesía y comido ancas de rana y horrorosos percebes y panes con miel y toras ácimas y visto salir el sol y recordar en ese instante que los poetas lo han llamado el ojo del día y dorado emperador y leído deliciosas y cretinas novelas pornográficas

y dramas en que la virtud es recompensada y me he aburrido de tanto día soleado y añorado los de lluvia y tenido diez días seguidos de lluvia y añorado los soleados y he hecho cosas indecentes en ciertos parques y visto caer la noche y tratado de crear una frase nueva y viajado en auto y en ferrocarril y comido duraznos y humildes bananos y dicho: en cuanto lea todo lo del socialismo podré morirme en paz y olvidado de todo con unos vasos de vino y bañado desnudo en los ríos como un polinesio y dicho: en cuanto vea todas las películas de esa famosa actriz podré morirme en paz y viajado en distintos tipos de aviones y dicho: ¡La inventiva del hombre blanco! y he quebrado espejos grandes y tratado de olvidarme de los días amargos y dicho: en cuanto pruebe todos los cocteles podré morirme en paz y sostenido sin creerlo que los hombres fuertes tienen poco seso y lavado mi cuerpo con jabón perfumado y pisado inmundicias en callejones oscuros y comprobado que en China el blanco es color de luto y echado de mi cabeza a escobazos los días amargos y extasiado con los nombres de las estrellas Altair Vega Sirio Benatsnach Zubeneschamali Y dicho: ¡que vida tan rica la mía! y sonreído de niños descalzos y de vientre hincadas que se llaman César Augusto y visto que soy prácticamente igual a los chinos y a los negros y escrito con plumas de ganso sólo por curiosidad y examinado mi espalda y aun más abajo en un gran espejo y examinado mis ojos en un espejo y visto algo en ellos infinitamente doloroso y recordado toda mi vida y visto que no hay nada como el éxtasis negro de la muerte y sentado en parques, bajo el viento helado esperando que llegue y deseado siempre, con cada latido de mi corazón La paz que no termina.

Iván Yauri Cusco, Perù, 1963

Volvemos a jadear porque somos punto y además segmento

crepitando ahora mientras el subsuelo

yace vertebrado por nuestras córneas.

Más allá de graves y estridentes decibeles

a nueve metros por segundo al cuadrado

volvemos a redoblar a tañer las entrañas

haciendo jirones el óxido de las cucharas en los últimos arneses.

Porque agitamos el zorzal como chispa

en su zafra. El huracán como

musgo tenaz. Porque aún los anales resuellan zumbando

sin más fuero que sus gélidos galones

fruncimos el grito parpadeando

y frenéticos nos blanden ciegos neutrones.

Demasiadas almas les restan por salvar

sobre los campos donde siempre la mies surtió tan abundante

como las ratas.

Somos nuestro más exorbitante

mínimo común múltiplo.

De Viento de fuego. Hipocampo Editores Carlos Aldazabal Salta, Argentina Profesión de fe

En Salta creemos que no hay nada mejor que escribir un poema, destapar un buen vino o fornicar con morenas de esas que te muerden cuando se suelta el orgasmo. Creemos que en la tierra se esconde un terremoto y que la esterilidad es un problema ajeno, propio de los peces. Creemos en el sol, en el folklore, en la virginidad porfiada de las niñas del centro, de las que van a misa.

Hay algo, sin embargo, en lo que no creemos..

Sabemos que la angustia es un suspiro de los gorriones que se sientan a contemplar los muros encima de la cruz del San Bernardo. de La soberbia del monje, 1996-. Tambien en:"Heredarás la tierra" y "El caserío" Dantas Mota (José Franklin Massena de Dantas Mota -1913-1974) Carvalhos, Minas Gerais, Brasil. Noturno de Belo Horizonte

O chope não me traz o desejado esquecimento Os insetos morrem de encontro à lâmpada Ou se açoitam no sofrimento destas rosas secas. Vem do Montanhês este ar de farra oculta, Bem mineira, e um trombone, atravessando A pensão "Wankie", próxima à Empresa Funerária, Acorda os mortos desolados na Rua Varginha. Uma lua muito calma desce do Rola-Moça E se deita, magoada, sobre os jardins da Praça, O telhado do Mercado Novo, o bairro da Lagoinha. Tísicos bóiam que nem defuntos na solidão Dos Guaicurus. O próprio noturno de Belo Horizonte Tem lá suas virtudes: nas pensões mais imorais Há sempre um Cristo manso falando à Samaritana. As mulheres do Norte de Minas, uma de Guanhães, Duas de Grão-Mogol e três da cidade do Serro Mandam ao ar esta canção intolerável Que aborrece até mesmo o poeta Evágrio. Pobre Evágrio, perdido na estação de Austin. Triste e duro como uma garrafa sobre a mesa. Entanto nada indica haja tiros, facadas, brigas De amantes na Rua São Paulo, calma e sem epístolas. O Arrudas desce tranqüilo, grosso e pesado, Carregando cervejas, fetos guardados, rótulos de Farmácia, águas tristes refletindo estrelas. Tudo, ao depois, continuará irremediavelmente Como no princípio. Somente, ao longe, Na solidão de um poste, num fim de rua, O vento agita o capote do guarda. De Planície dos Mortos (1945)- Tomado de: poesia.net- www.algumapoesia.com.br - Carlos Machado,2009 Leticia Luna México VI

Por qué, desconocido llegas y levantas mi falda abres mi blusa y besas mis senos claros con una furia tan sólo imaginada por el ciclón que arrasa nuestros campos

VII Pasan los días y comienzas a decirme cómo debo llevar el pelo los labios naturales las flores por perfume

sigues lamiéndome el cuerpo de espuma que provoca tu deseo

VIII Cuando el manto de la noche besa los labios de la arena un aliento de mar

de nubes de tus manos

surge como navío nuevo

mis labios son una playa y un verano que germina

tu cuerpo un dios donde se acuesta el alba

Marlene Denis Cuba (reside en España) A cada paso me crece la distancia (VI)

he dejado mi cicatriz en un libro que nadie leyó en algún parque de La Habana. sé que la diáspora a veces asesina que la historia se repite muchas veces y nada queda ni siquiera el verso con su edificación de trampa jamás escrito como querían. a veces duelen los recuerdos sólo a veces… que me perdonen aquellos que amé quienes fueron mis compinches en las juergas o los que simplemente nunca conocí… que me perdonen todos. Dios marchita en el madero como yo en una hoja de papel… la distancia termina con nosotros. Del poemario “Donde termina el infinito”

Jorge Cadavid Colombia

Discurso del pescador

Pescar desde muy alto un cuerpo de escritura escamada

Las letras componen un cardumen la lectura ondula los renglones

La palabra ahogada flota entre dos aguas

Tomado de Con-fabulación 80

Carlos Ernesto Garcia El Salvador La mágica Florencia

Entre el añejo rojo de los tejados surge con su magia la cúpula del Duomo. La lluvia que no cesa me conduce hasta el ponte veccio donde las jóvenes quieren ser Beatrice.

Recorro las calles y plazas. Imagino a los mercaderes. A los soldados conduciéndose a la guerra con sus armaduras de lata. A Rafaelo y a Brunelleschi camino del trabajo. Florencia en otro tiempo capital. Ciudad de los ricos banqueros del renacimiento.

Lo que daría yo por echarme un trago de chaparro en un vaso precioso de los Medici. de ’La maleta en el desván’

Agustín Elías Jijena Sánchez España Que se haga anécdota (Madrid)

El hambre de esta boca seca, la suciedad de este cansancio.

El frío de los pies ensangrentados, la indiferencia ante la soledad de mi lágrima.

El sueño interrumpido en el hartazgo, la última moneda rueda en huida.

El traidor que ha quedado gobernando, la demagogia dictatorial que me dio el exilio.

El destino que me arroja en el mapa de Europa, la infancia que se ha quedado apátrida.

El amor que ha sido manoseado, la voluntad de la esperanza porque Dios sepa todo esto.

Eduardo Hurtado Montalvo Mèxico Árboles

Crecen hacia la lluvia, y en un impulso simultáneo regulan su caída. De la tierra sensible toman el resudor copioso que han dejado escurrir. Muy de mañana, entre las hojas danzan los últimos resabios del chubasco. Remontan por filones radicales la solución acuosa destilada en quietud, y la resguardan, previsores, en las vejigas generosas que ellos mismos fabrican. Higos, manzanas, cocos. Paralíticos, se retuercen en busca de un avance, un gesto traslativo, un pasito adelante. Y sin embargo, una velocidad anómala circula por su cuerpo como aceite de luz. “Árboles”: el plural se corrige a la vista de un roble singular: alguien viene a leer en los anillos de su cuerpo la cifra de una edad. Pero el tiempo del árbol es más hondo. Sobre la piel inerte lleva inscrita una fecha, las huellas de un adiós. del libro Casi nada

Andonis Fostieris Grecia- 1953 El poema

Las cosas se empaparon e luz Se impregnaron hasta el fondo de la médula Se hincharon En su muerte más espléndida

Mi dulce criatura ¿Qué quiere decir "dulce" Y qué quiere decir "decir" Y qué "y qué"

En este mundo que se hunde en la luz ¿Qué es la luz Qué es perro qué gusano qué un poema Que avanza con pitadas y estrépito?

Atraviesa estepas quemando palabras -¿Y después?

Humo y tulipanes celestes en el aire -¿Y entonces?

Mi dulce poema que lloras y te empapas Te amo y te traiciono Y te detesto Eres la oscuridad insomne que me anima Soy el equivalente De tu verso más secreto. Transcripción de Poesía Griega Moderna , Selección y traducción directa del griego: Horacio Castillo -Buenos

Aires, Editorial Vinciguerra, 1997- Envio Patricia Damiano

Pierre Bernet Guantánamo, Cuba, 1950 Días estériles

Si hoy plural asomo mi perplejo rostro frente al espejo no me miro Paso por días sotaneros de ómnibus absurdos con horas frente a un buró y una computadora para matar un tiempo que mejor utilizado pudo ser un cuadro más en mi catálogo o una ventana rota de menos en mi casa Preferiría y quiero mejor cuando incisivos se paralizan mis ojos porque es de sueños la mujer que descubro entre la gente y de inmediato convierto en los versos de un poema Si sucediera me vuelvo satisfecho hacia el espejo que me guiña como quien asiente Bien adentro de mí guardo su complicidad.

Pablo Cassi Chile

Mirada de Impaciencia

Apoyado en una pena la impaciencia posa su mirada

en el calendario.

A veces temo que el silencio retroceda con el océano,

colapse de misterio la tarde la triste intemperie buscan tus ojos.

Pasa a destiempo la historia más antigua, sólo el peso de la humedad sobrevivirá al aire

a la inercia que se refugia en el pasado.

Jamás podremos darle alcance a la soledad ni a la distancia que huye.

Acostúmbrate a la breve idea de la muerte. De, El Amor se Declara Culpable

Carlos Esquivel Guerra Elia, Las Tunas,Cuba- 1968 Islas, cuerpos

A veces llegan cartas de Miami, hijos bárbaros. Preguntan si no sabremos las confirmaciones o si hay naranjas por encima de los fatrasic. Responde La Habana, se apacentan las épocas y es posible que llueva para siempre. Cartas, lentos suburbios que yacen en paz y escriben a los camaradas de heráclitos acumulados. Hijos que nos mandan arquílocos de otoño y algunas flores, hijos bárbaros que escriben cartas con antorchas de ayudar a empalarnos, con voces que enternecen. Calles que me arrastran y siento miedo, me desdibujo a trazos y huelo pegatinas infantiles, trucos de la patria y germinaciones. A veces llegan cartas de Miami, contienen arlequines plásticos, fragmentos de mar, hombres viscosos que andan sin traslación el agua nueva y permanecen en fragilidad, acodados por los kabukis y las burbujas de la seda blanca. Las leemos junto a los otros hijos, y corroen, nos hacen dormir como niños dormidos y nunca despertamos. A veces escribimos cartas a Miami, nos dejan el corazón duro, ondean adentro y regresamos los equipajes.

Joaquín O. Giannuzzi Argentina, 1924-2004 A haste caída

Uma rajada de vento quebrou a haste do gladíolo vermelho. Tombado junto à cerca de arame é como um braço vencido por um súbito cansaço. Em volta a paisagem observa o seu próprio esplendor verde depois da chuva. A flor vermelha esmorece sob a intensidade do sol e o caule extingue-se de volta à terra. Sabemos vagamente como tudo isto acontece, ébrios de identidade e permanência: em poucos dias completar-se-á a dissolução. Mas lenta é a morte por dentro deste fim que acabaremos por esquecer. Tradução: Rui Amaral

Jorge Ariel Madrazo Buenos Aires, Argentina, 1931 (al poeta Eugenio Montejo)

Si estallara algún día arboladura o diapasón espejismo de ávido clima? ¿Si un encendimiento de cielos en ésos los tus pechos y tu pasión susurrando allí donde lumbres de ayer iluminan aeropuertos parrales glicinas?

¿Si Emily Dickinson desvélase en océanica tumba? ¿Si huesecillos trasegando la cíclica descomposición? ¿Si es musical la fuerza que hace girar al mundo? ¿Si sólo fuera cierto ese zumbar de moscas sobre la cinta engomada y una humana hembra que platica su acidulado cavilar? de: "Carne de tiempo"

Liu Yuxi China – 772- 842

A su gran amigo Bay Juyi

Un barco ha naufragado, pero mil velas le pasan cerca,

más allá de un matorral enfermo, decenas de millares de árboles

verdecen a la primavera.

Amélia Alves Campos dos Goytacazes, Rio de Janeiro, Brasil Fogo- fátuo

A vida que se pariu força da natureza se dando naturalmente não constrói uma apologia ao mito morto após as guerras. É antes epígrafe, dedicatória e lápide (ao herói anônimo) inscrita no mapa–documento (adubo) da terra por onde prensou seus ossos. Envio: poesia.net- www.algumapoesia.com.br- Carlos Machado, 2009

Lourdes Sarmento Recife, Brasil

Últimas ovejas

Camino por la calle donde vivo

con la hoja de ruta del sol en las manos.

Las bombas explotan hacen sangrar

el sentimiento de la paz mientras toco la flauta

llamando a las últimas ovejas que pastan por las veredas de los barrios de Recife. *

* Recife, en el Brasil, es la ciudad natal de la autora.

Otoniel Guevara El Salvador Fábula del nacimiento

Nacías y era como descubrir un poema suspendido en los tejados

Ahí estabas a mitad de la sombra

Llegabas y por un monedero roto te sangraba el amor

Me hiciste recordar el pavoroso silbido de las casuarinas recordé a mi perro moribundo recordé a la lluvia bebiéndose mis lágrimas

y quise llevarte a conocer el abrazo de mi destartalada bicicleta el pozo indescriptible de mis sueños el ánfora gozosa de mis juegos las frías cartas de amor de mi maleza

El poeta vislumbraba en tu entrecejo la ardorosa penumbra de su tierra prometida De: Canción Enferma

Anabel Torres Colombia, 1948 Temendo ler

São tempos diferentes. Penélope, gasta e de óculos escuros para que não a reconheçam os chulos dos jornais da tarde

revê todas as tardes a lista colocada nos muros da Câmara

temendo ler o nome de Ulisses entre os caídos trad. de alberto augusto miranda – envio Amelia Pais

Maria Chapp Argentina

Goce

necesito mi ración de mar olas

rugiendo bajo mis rodillas hasta verme molusco plancton pez

arena donde el pie se reconozca

estoy tan abierta puedo albergar todos mis mundos

mis cuerpos en su extensión natural

la piel no es el confín y las palabras no pueden nombrar

el aleteo el fosforescente goce

de mi más allá Carlos Pellicer Villahermosa, Tabasco, México- 1897 -1977 Sembrador

El sembrador sembró la aurora; su brazo abarcaba el mar. En su mirada las montañas podían entrar.

La tierra pautada de surcos oía los granos caer. De aquel ritmo sencillo y profundo melódicamente los árboles pusieron su danza a mecer.

Sembrador silencioso: el sol ha crecido por tus mágicas manos. El campo ha escogido otro tono y el cielo ha volado más alto.

Sembraba la tierra. Su paso era bello: ni corto ni largo. En sus ojos cabían los montes y todo el paisaje en sus brazos.

Pedro Du Bois Brasil funções Nascer crescer e se transformar longe dos olhos

desaparecer como quem se oferece ao esquecimento

lembrar exige repetir o esforço de manter os olhos sobre o instante

repetir o momento decomposto em funções momentâneas.

John Berger Londres, Inglaterra- 1926

El pueblo

te digo que …… todas las casas

son agujeros en un culo de piedra

devoramos las tapas de los ataúdes

entre la estrella de la tarde …… y la leche en el cubo

no hay nada

vacíamos la lechera …… dos veces al día

abandonadnos …… humeantes en los prados.

de: Páginas de la herida. Pablo Mora Venezuela Agustina In memoriam: Agustina Rosales Vivas, q.e.p.d.

Sonriendo al infinito en dulce tarde, lumbrera que se yergue vespertina, contigo van los luminosos días con su asombro fugaz y sus arreos.

Contigo van las límpidas hazañas, el vaivén en atónitos desvelos, el ocaso en la noche trajinera, el tiempo que donaste al alba amiga.

Contigo dulcemente la alegría alza luceros ante el sol dormidos, eternidades, lirios, rosas, cirios.

Contigo irá el diamante esclarecido en un aire triunfal donde eterniza abril al pie de un mayo sin estribos. San Cristóbal, 30 de abril de 2009

Roberto Glorioso Azul, Argentina

Una tropilla patea los muros

..... donde la madre dice

........................ hijo mío y se lleva al pecho

la llamarada ............. de esos cascos.

Janitzio Villamar México, 1969 Desintegración del ser, de la palabra

¿Dónde quedó la desintegración del ser? Los ladrillos se desmoronaban, la palabra se volvía cada día menos palabra. ¿Dónde quedó la desintegración de la palabra?

Soy palabra desintegrada: Pala que se sacrifica en la orilla bra Del mari sintagma no. Soy palarina que se maribra, y arbalap y aniram y otnac: maricanto, libertad recuperada, libertanto, marinertad. Soy palabra desintegradora. Libertad, litadber, bertadli, li-ber-tad, en sílaba o en letra, libertad: l-i-b-e-r-t-a-d: biletrad, talerdib, ertadibl, libertad.

La desintegración domina el cosmos. La desintegración no persuade. ¿Qué veloz palabra descompone los horizontes y los lleva a confundirse con su isla? Amos Bar Israel En mi anterior encarnaciòn

En mi anterior encarnación fuí hombre tuve esposa y tres hijos que me enterraron después de haberme cortado las venas. Era el año ´71, hubo escasez en la tierra

y yo, un obrero borracho me pasaba dos horas por día haciendo cola para volver con papel higiénico a los brazos de mi rechoncha eslava que me engañaba con un atleta para poder creer que ella aún valía algo. La menor coge desde hace ya bastante y el mayor tiene un diente de oro, maneja un auto blindado y nos cobra una cuota para protegernos.

El del medio odia a Pushkin. Está en la onda anti, en general. No la envidio a mi mujer: se ve que soy homosexual latente y quizás yo la traicione a ella con algún atleta.

Vomito. Necesito un poco de estímulo. El inodoro se tapó. Me apodero de una oxidada hojita de afeitar.

Luego de las concurridas exequias en las que fui enterrado, débil, seco, vuelvo a la vida como una fémina anodina en el moderno medio oriente.

En mi anterior encarnación fuí hombre. Y parece que ésa es la razón por la que yo soy gato y vos sos rata. Sé hombre. En tu próxima encarnación. Traducción: Gerardo Lewin

María Teresa Andruetto Arroyo Cabral, Córdoba, Argentina- 1954. Carta

En la feria, cuando elegía alcauciles (estaban algo oscuros), un muchacho que no tenía más de trece años (lo vi correr, por La Cañada, hacia El Pocito), me arrancó la cartera (quedaron las tiras colgando).

¿Tenía dinero, señora?

Nadie preguntó por tu carta (yo la llevaba conmigo, tu última carta, doblada en cuatro).

Era sólo un papel y ese muchacho lo habrá tirado al agua.

Rómulo Castro Panamá, 1983

A Omar Torrijos Herrera- ¡Omar vive!

En lo que costó, pero se fue haciendo, en lo que quedó tan sólo en proyecto,

lo que aguardará por mejores tiempos: ¡Allí vive Omar! ¡Allí está su ejemplo!

En el surco que espera la simiente, en la mano que la ha plantado siempre,

mano campesina que ahora es diferente: ¡Allí vive Omar! ¡Vivirá por siempre!

En el Ancón, la bandera al viento; en la vigilia frente al imperio,

en la certeza de que el mañana nos fue señalado y ahora hay que hacerlo.

En el marginado que ahora opina y piensa, que hoy no engañarán con mentiras viejas.

Ese ser modesto, que calla y espera: ¡Allí vive Omar! ¡Está su madera!

En el paisaje de vida y contrastes,

en el camino que entró en tantas partes, en lo que no dijo, pero hizo y hace:

¡Allí vive Omar! ¡Cada día nace! Del álbum: Palabra decantada (2006)

Ana istaru Costa Rica Nos acordaremos todos

lo que duele es aquí y es de maíz cascado pienso en mi madre que tenía una banderita pasó por esta casa

—es preciso explicarlo: la casa ya no existo—

pasó por esta casa fulgurante pasó por esta espléndida casa fulgurante flamante refulgente con maldita sea los ramos de heliotropo la pascuita árboles bordados pájaros varios peces pericos los pájaros frutales

el gato sucumbiendo a la pasión

(a las pasiones varias: pájaros peces)

un amor de veraneras mal disimulado mi primer ramo de novios aromosos ese beso del cual nunca pienso sanar pasó pues por esta casa y hacía de carrusel de servilleta de pajarito blanco de puñetero Niño Dios era de azúcar tocaba el té con la falange pequeñita

yo sí me acuerdo me parece refulgirme refulgente todavía remojando el corazón en los granitios yo sí me acuerdo aunque todos se olviden e insistan cortésmente en que total ya se murió

—nadie se ofenda me refiero únicamente a sus seres más queridos—

yo sí me acuerdo y si es necesario yo por siempre jamás me acordaremos todos pasó por esta casa

y yo soy el testigo:

toque este hueco que dejó mi corazón en su tumba se agolpa un éxtasis de abejas me acordaremos todos aquí es lo que me duele y un carrusel de azúcar siempre nunca jamás

Nélida Martinelli Lanùs, Argentina

8

Deliberadamente Utiliza el fuego

Para escribir sus llamas su sed de nubes pezones y agua

que calmen los ojos de niño de hombre hundido en la arena

lejos del oasis. Francisco Jesus Muñoz Soler Málaga, España, 1957 Llegar a ese punto difuso donde poder Los dioses saben lo venidero, los hombres lo acontecido, y los sabios lo que se cierne. FILÓSTRATO Llegar a ese punto difuso donde poder tomar distancia sobre uno mismo observando al sustentador incardinado transitando encrucijadas de meandros… Ser receptor de las vibraciones de lo que se cierne.

Recibir el misterioso zumbido y trasladarlo al depositario de mi inherente legado para que cuide mis emociones y pasos eligiendo el curso adecuado para el devenir de mis futuros años.

Que al dejar mi incorpóreo estado ya surcando el longevo camino deseado

la despensa de mi galera se colme de los más nutritivos conocimientos afluentes de gozo y tersura para mi espíritu.

En esos parajes de acontecimientos hallar lo hermoso, lo noble, lo magnífico saborearlo sin premura, tomándome mi tiempo, y al llegar a puerto se elevasen las riquezas que mi alma ansía sobre los silos de Ítaca. A Mariana Bernárdez.

Juliàn del Campo Argentina, 1946 Restos

Hubo una vez un mar, donde languidece hoy un vientre en la suave línea de silencio. Junto al miedo, que no atrevíamos confesar, hubo cielo, mareas, Nereidas, Fuimos jóvenes Jugamos a ser dioses en la espuma. Nadie nos recuerda. Pero hubo una vez un mar; hoy el vacío, esta cubierto de palabras. Tomado de revista Poemanìa – febrero 2009

Josè Francisco Ramos Lima, Perù Pizarnik

Lo vamos a hacer mi amor Por eso te adoro tanto Desde las uñas hasta la parte más blanda de tu cabecita

Abrázame mi amor Córtame los dedos lentamente Ponme una venda en los ojos Arráncame las orejas Haz de mi tu mejor mamotreto Con papeles rotos de un poema fallido

Por la mañana Serás un vestido azul Gótica historia romántica derramándose en tu vaso Y cantarás un chillido dentro de una maleta Enterrada bajo un cementerio de mantarrayas

Ven amor Ahora que la soledad nos escupe sus memorias Y la única salida Es esa línea continua Delgada Infinita Que se deshace en el aire Carlos Calero Costa Rica Mesa con poetas I De todo se habla o desoye cuando dialogan poetas: se atisba la insaciable posibilidad del universo. II Una mesa con poetas, una mesa con fragores; casonas que expulsan fantasmas y afrodisíacos horrores, calendarios sin alarma, clerecía de la calle o pasadizos que pregonan tropeles: derriban los últimos escombros, levantan ciudades; se pulsa el oído para conocer el mundo, que se oyó o desoímos. III

Los poetas de la retórica nocturna, espina o remanso para el prototipo psíquico, iluminación o cúspide en la espuma. Poetas con infierno sin bañadera ni grifos, o pajarito cantor del socavón urbano. IV Los poetas no siempre ponen las cartas sobre la mesa; se conduelen de su propia nostalgia, y en oficios derrotan cada intento por perturbar la palabra. De: Paradojas de la mandíbula-2007

Rolando Revagliatti Argentina Nimbo

Era enorme y bueno. Trabajaba y residía en un taller mecánico. Entre sus pertenencias figuraban un colchoncito con cotín engrasado como él y unas frazadas asquerosas. Dos gatos dormían a su lado. Cocinaba huevos y sopa y se calentaba mate cocido con una garrafa. A los chicos del barrio les producía curiosidad. Un día, ese hombre que se trasladaba bamboleándose, que sonreía y silbaba, que apretaba con los dientes un toscano, ese hombre de paz, muerto, apareció nimbado, semi-empotrado en un pilar, inapacible, limpio, con alígero nimbo de barniz selenita.

Rosina Valcarcel Perú Al abrir la puerta

Martes, seis de la tarde el mar está sereno En la TV no se oye el Concierto de Aranjuez Ni El Pibe del gran Chaplín. Me siento a leer las páginas de mis alumnos Mientras fumo un cigarrillo Inca -que le expropié a papá-. A lo lejos un silbo extraño, ¿alguien llama a la puerta de la vieja casa? ¿Anadi das, el que adora la India y la bella Amaranta que volvió de largo viaje? Aguardo hojeando una laboriosa caligrafía.

Siete de la noche el mar está movido, Sube el aroma de sus olas cansadas y su arena humilde, Termino de aprobar las hojas de mis estudiantes Mientras se acaba el último pucho negro. Cerca, un sonido raro como si alguien se acercara Al umbral de la casona de Billinghurst. ¿Es Francisco que decidió hablar Y Scherezade, la vivaz hija pródiga? Espero silbando la tonada Para Elisa.

Diez de la noche el mar se ha embravecido Crecen sus olas grises hasta el borde de mi ventana, Ya no tengo qué corregir ni qué libar Sólo una tacita de café que espera. Desde Barranco un trueno llega a mi puerta ¿Es el Moro que cambió de parecer Y Agueda volviendo de las aguas? Camino hacia el pórtico, veo un perfil oscuro. Abro suavemente, es un búho quien me dice: "La sabiduría lega tarde, a la hora de Atenea, la que heredó mis ojos". En: la Revista La Manzana Mordida, Lima, # 65, p. 3.

Roberto Daniel Malatesta Santa Fe, Argentina Cinta de colores

De mis cintas de colores se ríen los pájaros,

entran y salen, vienen y van, de la cebolla

a la espinaca.

Se ríen, y yo los dejo, los dejo reír mientras prosigo colocando mis cintas de colores

para espantar pájaros. - Del cuidado de la altura del níspero -ediciones delanada, santa fe, 1992. tomado de:

http://www.animalesenmasa.blogger.com.br/index.html

Enrique Mena Vicuña, Chile Tautología

ves lo que eres; eres lo que ves lo que no acelera retrasa si no retrocedes, ¡avanzas! el futuro es hoy

la perfecta consciencia de los errores y defectos sólo engendra la ira hija de la soberbia de creer que el Universo tiene su centro en ti tu mayor defecto es tu mejor virtud

el humor es aquo emoción que recorre las venas de la Madre Tierra vivificando todo lo que toca si no te ha tocado sólo puedo derramar lágrimas por ti hermano extraviado de la cordura en manos de la locura más insana la de creerse en la razón

pero no importa mi maestro no se cansaba de repetir que nuestro trágico destino y nuestro más preciado privilegio es perdernos y encontrarnos una y otra y otra y otra vez como el círculo pierde y recupera su punto de partida sin que lo sepamos a simple vista amén

lo que no suma, divide lo que callas importa más que lo que digas las limitaciones importan más que los poderes yo que nada soy te lo digo

César Bisso Argentina

El don invisible

Asestado por el bien y el mal,

cautivo en desacierto y asombro,

libre de bastardía, inmoral y sagrado,

por el camino del don asciendo la vida.

César Dávila Andrade Ecuador - 1939 Vecindario

A veces, miro la blanca ropa de llorar tendida en el balcón de la Virgen María.

Ella, iría al pueblo por aceite o por harina, o por pasar el tiempo que le falta estar a estribor del Paraíso.

Siempre, en la tarde escucho un clavicordio, en el que aprende música una niña. Y, parece una ciega que en la Luna, cada cien años recogiera la mano cercenada de otra niña, muerta antes del Génesis.

Y, cada día miro mi cadena, enroscada en el fondo de un cajón. Le digo: “Madre, madre, te quiero". Ella mueve la cola con afecto, y de ternura le rechina la serpiente.

Neuza Ladeira Brasil

Idade Madura

Idade madura Chegada apertada Alma extravasada Corpo adormecido

Nervos de plásticos elásticos.

Sentimentos múltiplos Humilhações guardadas

Na alma furada Luis Fernández Roces España Hallazgo

Las sombras son de piedra, dicen muerte, y son las piedras sombra, todo calla. ¿Dónde están las palabras? Habla sola la tierra sin el hombre, sin voz, con su decir pero con miedo. Sola, y aguarda, y en derribo y sola.

Ese aliento de vida entre las muertes sueña otra vez saberse, y asomarse, y gritarle al silencio certidumbres, ser el mundo de nuevo, volver a ser y ser forma la piedra, hoguera no ceniza, regresar, hallar consuelo por vivir su hallazgo y así en la eternidad de la palabra salvarse, dios, salvarnos de esta nada, de tanta nada en tierra y sin sentido. de su libro Letras de cambio,Gijón, Trea, 2009.Envio Portal de poesia.

Ana María Oviedo Palomares Valera, Trujillo, Venezuela, 1964

Expresivo y desprotegido -como una mano- descubro ante ti mi rostro, en un gesto único que no seré capaz de repetir -ni recordar- más tarde. José Cedrón Argentina Mujer con murmullo

Ese buen amor de manos transparentes y ese gusto tan especial que tenía ese buen amor por robar vino blanco en los supermercados si una planta escapada de la reja o un trofeo de losas cascadas atrás del vidrio deshacía los nudos de corbatas con labios apoyados alrededor del cuello y la audición vibrosa de Nat Cole en castellano perpetuaba los besos en la piel. Buen amor tumultuoso por épocas suicida desordenado y tibio. Buen amor como viene debajo de julio y el agua con el vestido pegado al cuerpo prolongando las venas del otoño en el rostro los hábitos, las flores, el tiempo en los jarrones. Buen amor cuando llega con su voz para el perro (y la cartera a cuadros detenida un instante para alzar los zapatos) pone berro en el agua enciende fuego

Carlos Conde Puebla, México, 1982

Habría que limar los versos y despojarlos de frases hechas de metáforas inaprensibles Pasar encima el filo del cuchillo y rasurar el texto palabra por palabra Purgarlo de adverbios y adjetivos Deshacerse luego de núcleos nominales podar estas líneas hasta abstraer en los trazos de las letras alguna forma vaga de caléndula y tal vez entonces Ninfa tu belleza vendrá para habitar la página

Pepe Sànchez Cuba Pacto de fiebre y estupor ¿Quién provoca ese encuentro frente a frente? ¿El grito de la sangre por la espada o el elegido para la estocada? ¿Quién embiste la arena cual demente?

En los ojos del toro canta el rojo hechizo que no mata el matador. Hay un pacto de fiebre y estupor en cada ¡Ole! y silencio hecho despojo.

¿Cuál pedazo de muerte la memoria subasta en los balcones de la euforia? ¿Quién cuelga algún trofeo en su portal?

Las manos del torero se reparten silencio y grito, cuando todos parten, y frente a él la gloria ya es mortal.

Anibal Beça Brasil Pulsar

As cortesãs não beijam pagantes não querem o teste da fraqueza a pulsão desvelada do desejo

Querem as moedas para o vinho e o beijo reservado ao amante

O que é real na floração do desejo ampara-se em mãos insurrectas a deslizar por todo corpo pernas subindo pelas coxas o centro do umbigo mamilos o queixo se alonga prognata até a escalada da boca onde o beijo acontece poroso

Arfante e úmido o calor investe boca contra boca eletrizadas faíscas riscando o céu ricochete e estalo chicote de luz clareia a clareira do sonho e ela se abre lânguida ao mormaço.

O beijo pulsa em todo corpo como um rio e suas nervuras Quintín Cabrera Uruguay Yo vengo de un país que ya no existe

Yo vengo de un país que ya no existe. Del verdeclaro tiempo de la lluvia que un barrio de baldosas milongueras metió por las ventanas de mi casa descubriendo mis rincones y mis libros y los sueños escondidos en mi almohada.

Y me siento compatriota de los barcos porque invento banderas que ponerles. Ellos son como yo, van a los puertos queriéndose quedar y no les dejan aunque hablen el idioma de los muelles y queden amarrados cuando llegan.

Lleno de mariposas mis bolsillos para llevar conmigo primaveras y aunque me hagan cosquillas con las alas y peligren de quebrarse las antenas las salvo de que se las lleve el viento a posarse en flores que no deban.

Por eso caducó mi pasaporte. Tengo tantos países para no tener nada por ir dándome sin pensar en fronteras: a nadie le importa en las aduanas que llene de cielos mis bolsillos, de mares y lunas mi guitarra. Henry Dumas Sweet Home, Arkansas, USA-1934 América

Si enjaulas un águila en la parte de atrás de una moneda.

Luego la lanzas al aire la moneda rotará y vibrará pujante, mas el águila nunca alzará el vuelo. Traducción de Daniel Montoly

Walter Mondragón Colombia Irredimibles "Se redime el que puede" H.L. Pérez Los más han de tener como yo inconfesables secretos, pequeñas villanías en su haber de bondades una lista abultada de sucias triquiñuelas de vueltas trapaceras de intriguillas cobardes (suma de mezquindades...que se olvidan!) ascos broncas manías sórdidos sueños que la luna atestigua deseos execrables que ya serlo avergüenzan las íntimas razones que nos mueven al éxito insondables pulsiones que llevan hasta el crimen; somos irredimibles (irremediablemente) No nos salva que seamos ángeles impecables (o demonios vencidos) ...No nos hace mejores no haber matado a nadie! María Montserrat Bertrán

Haedo. Argentina La Boda

Abro el cuerpo a la tierra con besos dulcísimos de un río de vida

lavo bordes heridos de mí

la lluvia inseparable bendice las orillas, ve por los oasis,

siembra gota a gota, y como un labrador

hace de la espera, una fiesta sobre los campos infértiles y desolados

Los ríos que corren, son anfitriones

la boda, en el mar, espera delfines y nereidas de todos los confines del mundo

vamos hacia allí, a bailar la danza del agua

del agua de amar. Tomado de La Bodega del Diablo- año 9, edic.87

Idea Vilariño Uruguay, 1920- 2009 Buscamos

Buscamos cada noche con esfuerzo entre tierras pesadas y asfixiantes ese liviano pájaro de luz que arde y se nos escapa en un gemido.

Roberto Aguirre Molina Santa Fe, Argentina Divina

Este es mi sueño. Sueño. Barca solar, isla sagrada.

Quien navega te contiene. Cómo.

Como la espuma detiene el mar.

Como tan cerca de ti que llueve cuando me bañas. del libro "Pisada" UNL, Santa Fe, 2006,

Mariana Bernárdez Mèxico

De nada sirvieron las plegarias

los dioses fueron sordos ante las inmolaciones

He de regresar al vientre y cuando seas en luz

volveremos a las caracolas al viento

espuma en el canto sacrílego del desencuentro.

Ítaca todavía se vislumbra lejos.

Federico García Lorca Granada, España Romance de la pena negra (A José Navarro Pardo.) Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad : ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas ? Pregunte por quien pregunte, dime, ¿a ti qué te importa ? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentras la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las tierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes ! ¿Qué pena tan lastimosa ! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande ! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena ! Me estoy poniendo de azabache, carne y ropa. ¡Ay, mis camisas de hilo ! ¡Ay, mis muslos de amapola ! Soledad : lava tu cuerpo con agua de las alondras,

y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. Por abajo canta el río : volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza la nueva luz se corona. ¡Oh, pena de los gitanos ! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota !

Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla

Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma

cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura

universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía.

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