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Page 1: Investigación - Departamento de Trabajo Social · y la búsqueda de la identidad Dra. Guadalupe Terán Ballesteros Mtra. Olivia Peralta Montoya ... Sandra Marcela Arito sarito@fts.uner.edu.ar
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Editorial 3

Análisis Escenarios del control social: saberes, discursos y prácticas. Dr. Miguel Arturo Morales [email protected] 4

Reflexiones sociológicas del entorno construido en relación a la segregación de los fraccionamientos cerrados. Dr. Ramón Leopoldo Moreno [email protected] 11

La educación:entre la pérdida del sentido y la búsqueda de la identidad Dra. Guadalupe Terán BallesterosMtra. Olivia Peralta MontoyaLic. Ma. Del Carmen Marmolejo Ló[email protected] 15

Educación y vejez Gustavo Rodolfo Mariluz [email protected] 19

Políticas públicas para cuidadores informales Natalia [email protected] 22

La concepción de asistencia del Banco Mundialy su relación con la política de Asistencia Social brasileña Gleny Terezinha Duro Guimarães1Ângela Maria Pereira da Silva, Karen Eidelwein, Wanda Hirai 27

Políticas sociales en las agendas municipales. Escenarios y arenas en la gestión de lo social. Estudio comparativo en municipios con diferente capacidad de inserción en el funcionamiento económico regional. Villa María.2003-2006. Córdova, argentina Mgter. Marían Elena [email protected] 32

Investigación PolÍticas sociales de promoción de auto-empleo ¿una via de construcción de la economÍa social? Malena Victoria [email protected] 36

Develando el fenómeno bulling en los colegios públicos de Porto Alegre, rs, Brasil.Patricia kringer [email protected]éia mendez dos [email protected] 44 Desde la intervenciónLa comunidad: experiencia que suma esfuerzos y produce logros.Mtra. Ma. Clarissa Arenas [email protected] 48

Familia formoseña Lic. Viviana Á[email protected], Lic. Daniela Ferná[email protected] 56

Miscelánea Emergencias, catástrofes, y desastres: algunos aportes desde el trabajo social.Sandra Marcela Arito [email protected]ía Mónica [email protected] 61

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Universidad de Sonora

RectorHeriberto Grijalva Monteverde

VicerrectorArminda Guadalupe García de León Peñúñuri

Secretario AcadémicoEnrique Fernando Velásquez Contreras

Directora de la División de Ciencias SocialesBlanca Aurelia Valenzuela

Dirección GeneralJefa del Departamento de Trabajo Social

Ma. Del Carmen Marmolejo López

Dirección Lucía Olivarez Celis

Corrección de EstiloFermín González Gaxiola, Laura Álvarez Salas

Consejo Editorial Ma. Del Carmen Marmolejo López, Lucía Álvarez Celis,

Victoria Ma. Núñez Navarro, Manuela Guillén Lugigo, Ma. Engracia Carrazco Valenzuela, Jaime Alonso Espinoza Muñiz, Graciela Ibarra López, Blanca I. Maldonado y

Jocabeth Rosas Yepes

Consejo Editorial externoEmilia Martínez Brawlet, Arizona State University

Paz M-B Zorita, Arizona State UniversityGustavo Lorenzana Durán, Universidad de Sonora

Ramón Leopoldo Moreno Murrieta, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

IlustracionesGrabados de alumnos de la Licenciatura en Artes

Plásticas de la Universidad de Sonora.Maestro Carlos Ríos Villegas.

PortadaEdificio de Museo y Biblioteca de la Universidad

de Sonora. Fotografía de Ramón Vidal.

Tiraje400 ejemplares,

La responsabilidad de los artículos publicados recaen de manera exclusiva

en sus autores.

Hermosillo, Sonora, MéxicoNoviembre de 2009.

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Editorial

Respetables lectores:

El próximo 11 de Noviembre de 2009, festejaremos el LXIV Aniversario del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora, por lo que deseamos compartir con ustedes esta celebración, motivo de orgullo y gran satisfacción. En este marco de celebración, oportuno es señalar que muchos son los logros alcanzados en el trayecto de estos 44 años, avances que sin duda son producto del trabajo, la tenacidad y el espíritu visionario de quienes han estado a cargo de la toma de decisiones, impulsando, dirigiendo y encausando proyectos que en su conjunto han contribuido al fortalecimiento y consolidación de este Departamento: compañeros maestros directivos a quienes con justicia brindamos hoy un merecido reconocimiento.

Así uno de esos proyectos que se ha visto cristalizado es el de la Revista Savia, que se constituye como un órgano de difusión, la cual desde su nacimiento ha pretendido ser el sitio abierto para el intercambio de ideas, compartir experiencias, expresar opiniones entre colegas del Trabajo Social, académicos, y otros profesionales del área de las Ciencias Sociales.

En el presente número Revista Savia No. 7, se refrenda así que esta publicación «constituye un espacio para la construcción y comunicación del saber especializado del campo y de otros saberes que en el campo de la interdisciplina nutren al Trabajo Social. Saber de todos que fluye como la savia, siempre nutritiva y generadora de vida, de impulso, de fuerza. El saber y la fuerza entrelazados en un proyecto editorial: la revista Savia» <<Revista Savia No. 0, ¿Por qué SAVIA? Dra. Manuela Guillen Lugigo., 2000>>.

Agradecemos a nuestros colaboradores en esta edición quienes con su participación han contribuido significativamente al logro de esta tarea, posibilitando así este producto que ahora ponemos a su disposición.

Seguramente el futuro próximo depara para nuestro Departamento nuevos retos a enfrentar, por ello, redoblamos esfuerzos que nos permitan superarnos día a día y mantenernos en esa búsqueda de la mejora continua.

Lic. Ma. del Carmen Marmolejo López

Jefa del Departamento de Trabajo Social

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Resumen- El presente reporte presenta la paradoja di-cotómica entre los conceptos de (sistemas de control» y (control de sistemas) como un rol aún no desarrollado con suficiencia por la disciplina científica del Trabajo Social. Se presenta esa reflexión en tanto escenario que hace posible reconcebir procesos institucionales que naturalmente irían tras el logro de máximos de satis-facción de expectativas y beneficios en efectividad de satisfacción a usuarios de las mismas, antes que de eficiencia y eficacia.

Se muestra un muy breve panorama teórico que lleva a mostrar hallazgos interesantes: es posible y pertinente impulsar la gestión social hacia el control de sistemas de instituciones gubernamentales, sobre todo asisten-ciales, a fin de multiplicar y resistematizar procesos que permitan primero monitorear y después reordenar los

Escenarios del control social, saberes, discursos y prácticas

Dr. Miguel Arturo Morales Zamorano

Ejercicio 3/ Paola López

Anális is

mecanismos de servicios públicos desde la ciudadanía.

Abstract.- This paper shows the dicotomic paradox among the concepts of (control systems) and (control of systems) as a function not yet developed with sufficien-cy by the scientific discipline of the Social Work. That reflection is presented as long as scenario that makes possible to re-understand institutional processes that naturally would go after the achievement of maxima of satisfaction of expectations and benefits to citizens, of effectiveness, before of efficiency and efficacy of the assistance institutions.

A very brief theoretical scenario is shown that takes to show interesting discoveries: it is possible and pertinent to impel the social management toward the

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control of systems of government institutions, mainly assistance, in order to multiply and to reorder processes that allow first to verify and later to reorder the mecha-nisms of public services from the citizenship.

IntroducciónEn el microcosmos de la comunidad de profesionistas especializados en el Trabajo Social como disciplina científico social, llama la atención la búsqueda y creación de conocimiento innovador, incluso apli-cable en torno a la temática de Escenarios sociales; nuevas prácticas, nuevos discursos, nuevos saberes en: derechos humanos, Procesos electorales, procesos migratorios y políticas Sociales, lo cual puede leerse como la preocupación de frontera en esa disciplina por adelantarse a la comprensión de las nuevas tendencias de la gestión social.

Ese prurito intelectual no resulta fortuito, sino producto de una seria manifestación del sistema de poderes de irse relajando, haciendo permisibles nuevas prácticas, no a partir sólo de nuevos discursos, sino de la comprensión, comunicación y acción colectiva de la ciudadanía, sobre todo de la población más desprote-gida, desorganizada y que requiere de apoyos en la gestión de los beneficios del progreso para unos, pero excluyente para otros.

El control en esta panorámica resulta central, ya que tradicionalmente se había concebido a esta disciplina desde la perspectiva de llevar a cabo acciones técnicas de gestión social intermitente y esporádica, pero no de orden sistémico (Morales, 2003:14), lo cual tornaba el trabajo profesional de actores especializados, en el ejercicio de tareas mecánicas que no tienen fin, que por su naturaleza humanística, generosa, altruista y hasta heroica, implica sacrificios, que para quienes controlan los sistemas de poder y por supuesto son beneficiarios del mismo, resulta cómodo y hasta plausible, ya que les resuelve problemas de omisión.

El Trabajo Social está tan íntimamente ligado a sis-temas de control, a los efectos del ejercicio del poder, como que la gestión social no es otra cosa que el estudio de procesos y mecanismos orientados a la resolución de esos problemas de marginación, migración, de abusos humanos, de pobreza, de ignorancia, de salud, de edu-cación, de escasez en los individuos y de la población en general desposeída, marginada, dominada, adminis-trada, gobernada, manipulada y en general controlada y empobrecida, que por la misma razón carece de co-

nocimiento y de poder como para llegar a resolver por sí mismos sus más apremiantes y básicas necesidades. Aquí es donde el repensar en la capacidad que tiene esta profesión de buscar controlar sistemas, hace álgida y promisoria esta discusión.

El Trabajo social, en tanto disciplina científica, no puede perder su objeto de estudio, el cual contribuye irremediablemente a resolver problemas en la vida coti-diana de anomias de marginados, no sólo por la praxis, invitando a la vez a resolver problemas de conocimiento como la comprensión en términos de definiciones, descripciones, explicaciones y hasta predicciones y ubicación de tendencias, tanto de las posibilidades y condiciones de control, así como sus efectos en la ciu-dadanía (aunque refiriéndose a esa desposeída), tratando de aportar conocimiento innovador aplicable para esos propósitos sociales.

Tampoco hay que perder de vista para los efectos de este análisis, el concepto teórico del Trabajo Social a fin de ver sus implicaciones con el control, siendo que, (l Trabajo Social es la actividad de ayuda técnica y organizada, ejercida sobre las personas, los grupos y las comunidades, con el fin de procurar su más plena realización y mejor funcionamiento social, y su mayor bienestar, mediante la activación de los recursos in-ternos y externos, principalmente los ofrecidos por los Servicios Sociales y por las instituciones y los sistemas del Bienestar Social. (Moix,2004:131-132)

A pesar de que ha sido discutido con mayor amplitud posteriormente por el mismo autor (Moix, 2006), no deja de llamar la atención ese ejercicio profesional (sobre las personas), en lugar de describir a la disciplina científica (y no simple actividad) (al lado de las personas), siendo necesario no perder de vista los planteamientos de David Howe, en el sentido de que …no hay que olvidarnos de la Teoría. (Howe,1999:28), ya que a través de ella podemos conceptual y pertinentemente no sólo descri-bir y explicar la realidad social, sino hasta detectar sus tendencias, o en términos del mismo autor, porque o hay nada mejor que sostener claramente una teoría para dar al trabajador social una idea acertada del lugar y un sentido a la dirección (1999,243).

II.- Perspectivas teóricasTeorías instrumental estructuralistas como las de Weber (1964), con sus formas de dominación y su racionalidad instrumental1, la de Parsons (1988) que inspirado en el anterior, generó aportaciones sobre la teoría general de

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Toco tu boca/ Alejandra Avilés Duarte

la acción en un sistema social, la de Giddens (1990) a través de la dualidad de su teoría de la estructuración, y ni siquiera las de Bordieu (1991) con el estructuralismo genético y el sentido práctico de internalización

inevitable de valores y expectativas del sujeto en su habitus, permiten explicar la riqueza de la dimensión de esta disciplina, ya que sitúan al profesional sólo como instrumento del sistema social destinado fatal e irremediablemente a ser fagocitado por instituciones de beneficencia, y a los ciudadanos a ser instrumentos dominados y empobrecidos, lo cual trataré de explicar.

Las tendencias de la fenomenología del control, asociado al ejercicio profesional del Trabajo Social, implican cambios permisibles de la acción no sólo profesional, sino de los individuos o comunidades sociales con respecto a su entorno. Refiriéndonos más a Tönnies (1947) que a Parsons, las comunidades marginadas (actores) han llegado a adquirir cada vez más conciencia político social de sus roles en tanto consumidores (desde la teoría marxista del capital), como en tanto colectivo (células) de interlocutores di-ferenciados con respecto al sistema social general. Esa conciencia colectiva adquirida gradualmente por virtud de los medios masivos de comunicación simbólicamente generalizados (Luhmann,2005), así como de la cada

vez más socializada adquisición de conocimientos por medio de su educación, les propicia su emancipación y acción colectiva orientada con finalidades claras, evitando la histórica operación de sistemas de control y dominación tradicionales.

Ello se puede palpar en la disminución gradual, aunque tal vez imperceptible, de la tortura, las desapa-riciones y encarcelamientos políticos, en la libertad creciente de expresión y en el acceso a la información gubernamental, entre muchas otras evidencias que muestran el debilitamiento del gigante, la disminución del autoritarismo dominante y el ejercicio creciente, aun-que también cuasi imperceptible, del poder ciudadano de vigilar y castigar sesgos en el manejo de recursos, en el logro de beneficios a las mayorías y en la oferta de servicios dignos.

Al hablar de una pérdida de dignidad y de posición social necesariamente se está hablando de una pérdida pública) (Scott, 2000:253) y no sólo de una explicación perversa acerca de la (acción racional) o más bien inconsciente de los individuos a irse adaptando a un status quo adverso para los desposeídos, lo cual los hace, necesariamente, voltear hacia profesionales que ayuden a encontrar mecanismos de resignificación para todas las partes, de control para quienes han debilitado las estructuras funcionales de gobierno.

Aunque Giddens plantea que el poder es inherente a la acción, dejando de ser una atribución exclusiva, dando pauta implícita a la emancipación, liberación y hasta empoderamiento de (los sin poder) 2, esa capaci-dad transformadora la matiza al escribir que esa acción de las personas estaría limitada por un futuro incierto, como si esos (sin poder) organizados socialmente fueran incapaces de pensar, de actuar partiendo de la confección de su propia visión de futuro y actuar desde ese futuro hacia el presente, de manera pro-activa o en prospectiva.

¿Tendencia al control de sistemas?Cuando se hace referencia a (Sistemas de Control) necesariamente podríamos cuestionar al mismo tiempo la expresión: (Control de Sistemas)… ¿Por qué? –Sen-cillamente porque el control puede concebirse para dos efectos:1. Sistemas de Control.- Formas de aseguramiento

de que lo previsto (conductas, acciones, políticas, costumbres, pautas, normas, etcétera, se están ha-ciendo o cumpliendo de acuerdo a lo previsto y que el status quo o el sistema objeto de control no falle

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y se mantenga estable.2. Control de Sistemas.- Se refiere a la necesidad de

que sean controladas las instituciones o los sistemas que se operan en ellas y por ellas.El control de sistemas, a diferencia de los sistemas

de control, permite desde abajo, desde la ciudadanía, la reconstitución del tejido social a través de la forma-ción, primero atomizada y luego sinérgica, de células ciudadanas, a través de las cuales podría ser plausible el rescate de la legitimidad de instituciones asistenciales y de servicios, sobre todo, en el ejercicio y práctica decisiones de la misma ciudadanía organizada.

Los casos de las Procuradurías de Justicia, las Con-tralorías y las Comisiones de Derechos Humanos dan cuenta de que realizan funciones que podemos calificar de descontroladas al constituirse en jueces y parte de un mismo sistema institucional gubernamental, cuan-do lo razonable es que sea otro poder, fuera del poder público el que controle a ese complejo de estructuras de gobierno.

A diferencia de lo anterior, a los ciudadanos se les puede concebir como grupos de gentes o comunidades en colaboración, orientadas a la auto-gestión y a un co-gobierno responsable, crítico, pensante y actuante, organizado en ONG’s y participando en sistemas de control gubernamental, pero sobre todo en el control de sistemas (CS). El CS se refiere a la acción natural de la ciudadanía de trabajar en el monitoreo y control de las instituciones de gobierno en tanto sistemas.

Podríamos por lo anterior referirnos a la reciente concepción del Estado Hueco (Milward,1998:411)3, donde ya organizaciones lucrativas y no lucrativas tienden a participar corresponsablemente en el control de los servicios públicos, considerando la figura de la subcontratación como forma de vida, donde el gobierno retiene las habilidades de operación de sistemas, y la participación del poder público resulta ser indirecta y muy limitada, siendo que Para mantenerse, este poder no cesa de impedir la emergencia de una inteligencia colectiva que llevaría a la comunidad a obviarlo. (Lévy,2004:53), a impedir la emergencia y el desarro-llo de un poder social o ciudadano que lo vigile y lo castigue (Foucault,2001), en su caso, y que se someta dócil-mente a las expectativas de la mayoría ciudadana sobre todo marginada, atendiendo sus más sentidas demandas con efectos de satisfacción.

La naturaleza del Trabajo Social como disciplina científico social no se constriñe a la labor que pudiera

realizar excluyente y aislado, sólo un profesionista en ese campo de estudios; pueden presentarse hechos sociales de orden altruista o de gestión y/o apoyo a ciudadanos y/o grupos sociales vulnerables por parte de personas que sin tener título o sin ser profesionistas de esta disciplina (sino de otras), no escaparía a su comprensión holista, objetiva y sistémica la idea de que se pudieran generar más efectos de satisfacción ciudadana marginada si se atiende el pensamiento pre-sentado de incidir en el estudio científico de sistemas de gestión social promoviendo su reconfección desde la base ciudadana.

La gestión social implica visiones que van desde lo lineal hasta lo complejo y sinérgico, desde la forma-ción para resolver problemas individuales, hasta para atender problemas comunitarios y sociales en general. No deja el Trabajo Social de ser una Ciencia Social, y así, a aquel intento, con una visión sistémica podemos encontrarle sentido; se trata de un reto de sumar actores y relaciones, ver la complejidad donde están involucrados una variedad de poderes, entre ellos el poder público, el cual busca, de acuerdo a una cultura más o menos internalizada, cierta (gobernabilidad), la cual podríamos entender como ...cualidad del gobierno que permite el equilibrio de los órganos políticos, económicos, jurí-dicos y sociales, y trata de adecuar los imperativos de la democracia y desarrollo que se exigen, llevándolos a cabo mediante la conducción de la sociedad a través de actos y actores de gobierno . (Alvarado,1998:12)

También y de otro modo, podríamos recurrir a un concepto emergente como el de (Gobernanza), en términos de que …la principal preocupación de la masa ciudadana no es, pues, la gobernabilidad, sino exactamente, su inversa: la gobernanza; o sea: el poder (y derecho) de mantener a los políticos, tecnócratas y militares sujetos al control cívico y a la razón histórica de la ciudadanía. (Santibáñez,2007:2)

. Ante ese panorama cabe rescatar un interesante cuestionamiento: ¿...de qu+e manera el mismo pueblo se torna capacitado para ejercer el poder?) (Sarto-ri,2001:108), un poder resolutorio al menos de sus más sentidas necesidades? ¿Para qué y cómo la ciudadanía estaría interesada en ejercer ese control de sistemas? –Seguramente una respuesta que haría relevante este análisis sería que ese (pueblo), auxiliado por facilitado-res (posibles profesionales del Trabajo Social), en una concepción de ciudadanía solidaria, organizada y res-ponsable, es capaz, y necesariamente ha de hacerlo, de pensar en sí mismos como (células sociales)4 colectiva-

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mente, hablar o comunicarse intensiva y colectivamente, para finalmente actuar o funcionar colectivamente. Eso les genera poder y capacidad de control.

Sólo así, y no antes, los ciudadanos colectivos podrán después integrarse a las estructuras del tejido social, cada vez más concientes de su diferenciación y de su gradual empoderamiento y consolidación identi-taria, a pesar de las aportaciones en contra de Adorno (1975:148), llegando a incidir en mejorar sus dignas condiciones de vida.

Una pregunta inmediata y subsecuente es: ¿pero cómo ejercer ese poder de control ya que se va dispo-niendo paulatinamente de él? –Cuya posible respuesta sería: ejerciendo el legítimo derecho de moni-torear y controlar con ello la operación o funcionamiento efec-tivo5 (no eficaz ni eficiente) de instituciones públicas.

Por ejemplo, cabe rescatar para una mejor compren-sión de esto, la advertencia de que Ejercer la Contralo-ría Social (...) es imposible si antes no se cumple con un requisito previo: la caracterización del sujeto llamado a ser protagonista.(Villafaña,2005:3). Esa caracterización puede iniciarse de manera por supuesto incluyente si logramos ubicar a los que podrían ser grupos, comuni-dades o (células sociales) bien definidas, y tal podría ser el caso de la participación de estudiantes universitarios en servicio social de todas las profesiones.

Lo anterior se refiere entonces a proponer que me-diante estudiantes en servicio social pudieran operarse servicios de monitoreo ciudadano para detectar fallas en los procesos que operan instituciones públicas que brindan servicios asistenciales directos a la población, buscando impactar en la calidad y mejora de los efectos que estos producen en la ciudadanía y llegando a gene-rarse la percepción de una (buena sociedad).

Cabe precisar que …las primeras generaciones de Sociólogos van a ligar esta imagen de la ‘buena so-ciedad’ con la idea de ‘comunidad’ (Félix,1996:88), que a diferencia de (asociación), se refiere a que su principio regulador central es la comunicación, mien-tras que para la segunda lo es el mercado. Grupos de estudiantes organizados en comunidades de apoyo y solidaridad mutua con otros ciudadanos, docentes e investigadores podrían entonces llegar a generar ese efecto de consolidación de redes coherentes orientadas a la acción social, al empowerment ciudadano, el cual a la vez podría permitir que los efectos devastadores de gobiernos sin control podrían estar generando sobre masas de población marginadas lleguen a reivindicarse,

a transformarse actuando ahora desde la visión y nece-sidades del ciudadano.

A manera de conclusionesEl monitoreo y hasta evaluación de la gestión guberna-mental desde células ciudadanas, como las señaladas de operación de ese sistema generalizado de servicio social desde instituciones de educación superior, podría permi-tir una gestión social o un trabajo social más profesional, de más alto impacto, de efectos más generalizados, más hecho desde el rediseño de la acción, desde el estudio de las causas de la marginación, de la pobreza, de la desatención gubernamental.

Las orientaciones y los resultados estadísticos y cua-litativos de esos monitoreos podrían permitir a todas las Ciencias Sociales, y no sólo al Trabajo Social (aunque sobre todo a ésta), estudiar las necesarias refuncionaliza-ciones institucionales para reconstituirlas, para hacerlas más legítimas, más efectivas.

BibliografíaAdorno, T.W., (1975), Dialéctica negativa, Edit. Taurus, Madrid, 512 p.

Alvarado Domínguez, Ofelia y Ramírez Zozaya, Mi-guel, (1998), La crisis de Gobernabilidad en México, Ediciones del Colegio de Ciencias Políticas y Adminis-tración Pública (CCPAP), México, 85 p.

Bordieu, Pierre, (1991), El sentido práctico, Siglo XXI, España, 453 p.

Félix Tezanos, José, (1996), Comunidad y sociedad como paradigmas políticos, Revista de Estudios Po-líticos, nueva época, No. 92, enero marzo, pp. 83-97

Foucault, Michel, (2001), Vigilar y castigar. Nacimien-to de la prisión, Editorial Siglo XXI, 31ª. edic, 320 p.

Guiddens, (2006), Teoría social hoy, Alianza Editorial, Madrid, 544 p.

Howe, David y Enrique E Raya Lozano (1999), Dando sentido a la práctica: Una introducción a la teoría del trabajo social, Tít. original: An introduction to social work theory: making sense to practice Ediciones Ma-ristán, 255 p.

Lévy, Pierre, (2004), Inteligencia Colectiva, por una antropología del ciberespacio, traducción del fran-

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cés por Felino Martínez Álvarez, de la obra original L’Intelligence collective. Pour une anthropologie du cy-berespace, (1956), OPS edics, Washington, D.C., 146 p.

Luhmann, Niklas, (2005), El derecho de la sociedad, Edit. Herder, 676 p.

Moix Martínez, Manuel, (2004), El Trabajo social y los servicios sociales, su concepto, en Cuadernos de Trabajo Social, Vol. 17, España, pp. 131-141

——————————— , (2006), Teoría del trabajo social, Editorial Síntesis, Madrid, 398 p.

Morales Zamorano, Miguel Arturo, (2003), Gestión de la innovación científica y tecnológica en la región Sonora (Mex.) Arizona (E.U.A.); realidades y potencial de trabajo conjunto 1997 – 1999, Tesis de doctorado, IPN, México, 254 p.

Parsons, Talcott, (1988), El sistema social, Alianza Ediorial, Madrid, 536 p.

Santibáñez, Dimas, (2007), Gobernabilidad, pro-fundización de la democracia y reforma del Estado), artículo disponible en bibliografía de la Comunidad Virtual Gobernabilidad, tomado de la Internet http://www.gobernabilidad.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=34

Sartori, Giovani, (2001), Homo Videns, televisão e pós-pensamento, Taurus Editores, Madrid, 208 p.

Scott, James C. y Jorge Aguilar Mora, (2000), Los do-minados y el arte de la resistencia: Discursos ocultos, Ediciones Era, 314 páginas

Tonnies, Ferdinand, (1947), Comunidad y sociedad, Losada Editorial, trad. por José Rovira Armengol, tit original: (Community and Society: Gemeinschaft und Gesellschaft), 319 páginas

Villafaña Luis (2005), Los retos de la Democracia Bolivariana La Corrupción y el Papel de la Contraloría Social , junio 21, rebelión, Venezuela, en http://www.rebelion.org. Ponencia presentada en la sede de la Vice-presidencia de la República Bolivariana de Venezuela el día martes 21 de junio

Weber, Max, (1964), Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva, Editorial FCE, 2ª. edic., México, 1237 p.

Notas al pie1. Aunque rescatables posteriormente para el efecto de

este artículo, sus aportaciones sobre (lazos comuna-les y asociativos), así como los tipos de relaciones sociales de solidaridad.

2. (Los sin poder) es una expresión que Vaclav Havel acuñó y utilizó para adjetivar a quienes carecen sólidamente de algún tipo de poder, marginados, desposeídos o simplemente individuos no integrados a organizaciones ciudadanas activas, ello durante el resquebrajamiento del régimen soviético y la crisis independentista de la antigua Yugoslavia.

3. Le preceden concepciones tales como las de (Estado Sombra) (Wolch, 1990), la de (Gobierno por inter-pósita persona) (Kettl,1988 y Smith,1990) y la de (gobierno de una tercera parte) (Mosher,1980).

4. Esta concepción de (células sociales), influida por supuesto por la Biología, permite asociar la idea de que sin esas células sociales sanas, el tejido social tampoco estaría sano, esto es, si las células de un tejido son disfuncionales o no funcionan, el tejido social tampoco lo podrá hacer, aunque ese tejido presente una estructura que pareciera natural.

5. por (efectivo) se entiende a impactos de satisfacción o efectos favorables a las expectativas de los gober-nados, mientras que por eficiencia sólo se refiere a economías, a ganancias, y eficacia al cumplimiento de metas y objetivos lo cual no resulta interesante ya que ellas y ellos son diseñados y evaluados desde arriba, desde las mismas instituciones.

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Resumen. Entendidas como un complejo mundo de interacciones humanas, las ciudades se asientan en un espacio físico determinado y son objeto de diversos enfoques que permiten analizar el rol asumido por los seres humanos en las actividades que se edifican en el territorio urbano circundante.

Hablar entonces de lo que el individuo construye es sumergirnos a esa red que él mismo organiza, la cual da forma de manera significati-va al hábitat ahí resultante, donde la convivencia con los demás es parte importante de las conexiones que establece en su cotidianeidad.

Reflexiones sociológicos del entorno construido en relación con la segregación de los fraccionamientos cerrados

Ramón Leopoldo Moreno Murrieta

Ejercicio 9/ María Fernanda Valenzuela

Sociedad y territorio son dos elementos que se entrelazan para entender los discursos que se gene-ran en el interior de las ciudades. Colonias, fraccionamientos, incluso invasiones son parte de los asenta-mientos humanos que se edifican al interior de las mismas.

Ahí nacen y se desarrollan diver-sas acciones, pensamientos, convi-vencias, diálogos y otras formas de comunicación entre los habitantes y el medio físico donde se llevan a cabo, las cuales denotan ciertos significados y orientan su actuación de manera indirecta hacia otras ma-nifestaciones dentro y fuera de ese

espacio físico.El objetivo de este artículo es re-

lacionar los discursos que se generan en las ciudades, conside-rando la in-fluencia del entorno que el individuo elige para vivir, en la generación de actitudes y percep-ciones de ese mis-mo espacio. En particular se analizan los casos de Ciudad Juárez y Nogales.

El hombre es el arquitecto de su propio destino, reza una frase popular que orienta a pensar que es el indi-viduo quien decide cómo, cuándo y dónde habrá de diseñar y organizar su medio ambiente.

Tiempo y espacio van evolucio-nando de acuerdo a las acciones de

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intervención que realizan las personas en su entorno y los cuales pueden ser capaces de generar asentamientos humanos con características similares en algunas ciu-dades o totalmente diferentes en otras.

Los procesos de definición del marco construido en las ciudades implican factores económicos, morfo-lógicos, arquitectónicos, políticos, sociales, culturales e ideológicos que llevan a constituir regiones parti-culares y que a su vez crean conflictos internos en cada una de ellas. Tal es el caso que nos ocupa: Ciudad Juárez y Nogales, las cuales comparten un lazo en común: están situadas en el límite fronterizo de México y Esta-dos Unidos, pero al mismo tiempo mantienen grandes diferencias, ya que sus procesos de origen, desarrollo urbano y consolidación como localidades urbanas han seguido distintos patrones históricos, demográficos, sociales y culturales.

Para entender estos procesos de construcción del contexto urbano de las ciudades fronterizas en general, se proponen tres tipos de discursos: a) los procesos socio-territoriales explicados por Rodríguez Soares y Ueda Vanda1, b) el punto de vista de la antropología2 y c) la organización del espacio urbano, la segregación y espacio público desarrollados por Emilio Duhau3

Emilio Duhau (2005). Organización del espacio urbano, segregación y espacio público, en Ciudades No. 66. Red Nacional de Investigación Urbana

En los procesos socio-territoriales se destacan las siguientes particularidades:a) Los procesos de lo local a lo transnacional y en el

cual las ciudades son los puntos centrales de coordi-nación y prestación de servicios entre las empresas; ejemplo de ello son las ciudades fronterizas entre México y Estados Unidos que comparten estas dinámicas.

b) La aparición de fenómenos socio espaciales propios de las metrópolis mundiales: fragmentación espa-cial, desconcentración industrial, dispersión urbana, implantación de servicios avanzados y construcción de nuevas redes técnicas. El surgi-miento de urbani-zaciones cerradas en las ciudades fronterizas explica esta situación.

c) Los procesos de modernización urbana de las pri-meras décadas del siglo XX son un ejemplo del de-sarrollo urbano en las localidades de Ciudad Juárez y Nogales, con la implementación de actividades comerciales, hasta los procesos de integración local con los programas de desarrollo de industrialización fronteriza.

d) La construcción de nuevas periferias y el proceso de sub-urbanización producto de la influencia eu-ropea y norteamericana en las ciudades fronterizas configuran un nuevo modelo espacial, que respon-de a la integración de procesos de nuevas formas de segregación socio espacial que responden a la diversificación social en las periferias –migración de capas de mayores ingresos a zonas exclusivas– esto es, la aparición en las ciudades fronterizas de fraccionamientos cerrados.

e) Los procesos de uso del suelo cuyo destino es la ubicación de actividades consumidoras de espacio, como polígonos industriales, grandes infraestruc-turas de trasporte, de comunicaciones y medio ambientales, así como para el asentamiento de la población.

f) La gestación de desigualdades sociales mostrada en el tipo de vivienda que ofrece los modelos de las urbanizaciones cerradas en las localidades citadas, los usos y precios del suelo en la misma varían de acuerdo a su ubicación.

g) La fragmentación urbana en los espacios urbanos fronterizos marcan un nuevo tipo de configuración socio espacial, al igual que en Porto Alegre, los centros comerciales son otro elemento de dispersión de las configuraciones urbanas en Tijuana, Ciudad Juárez y en menor intensidad en Nogales.

h) La reubicación en el espacio citadino de los grupos de mayor ingreso, en busca de lugares de distinción y privilegio, refuerzan la segregación socio espacial al interior de la ciudad, ejemplos: La Isla en Tijuana, Residencial Kennedy y Kalitea en Nogales.

En el segundo caso, es decir, desde el punto de vista de la antropología, los discursos que se señalan se resu-men en las siguientes características:1. El desarrollo de las urbanizaciones cerradas en el

contexto de: Mercado del suelo y de vivienda, la creación de nuevas zonas para establecer diferencia-ción y segregación social.

2. La migración de nuevos sectores urbanos hacia las zonas de su periferia permiten la creación de nueva área de hábitat y, por tanto, la incorporación de pro-cesos individuales y colectivos de gestión, esto es, la intervención privada en asuntos públicos.

3. La interacción en la periferia urbana de nuevos actores de sectores bajos, medios y altos mediante el aislamiento y la segregación, permiten nuevas

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Florero / Griselda Benavides

formas de gestionar el ambiente y relación con el poder.

4. La combinación de espacios o ambientes rurales con el urbano para crear exclusividad y distinción social, forma parte del concepto (estilo de vida» que se señala en esta lectura y que será de valiosa utilidad en la formación del entorno de las urbanizaciones cerradas.

5. La aparición de nuevas formas de comportamiento humano: lo individual y colectivo, público y privado, la cohesión y desintegración social como forjadores de estas nuevas áreas urbanas que se construyen en las periferias.El tercer caso señalado se refiere a la organización

del espacio urbano y su relación con la segregación social y residencial, así como el surgimiento de las urbanizaciones cerradas en las localidades fronterizas, dichos aspectos se sintetizan en los siguientes puntos:1. El impacto de la crisis del modelo de desarrollo hacia

adentro, trayendo como resultado la interrupción del crecimiento económico y aumento del empleo formal por el informal.

2. La crisis en las finanzas públicas y la ausencia de inversión privada, lo que conduce a la inexistencia de grandes proyectos urbanos y el deterioro de los

niveles de mantenimiento de las infraestructuras, equipamiento y mobiliarios urbanos.Procesos que ocurrieron durante los ochenta y que se

manifestaron de manera significativa en la organización del territorio urbano fronterizo asociados con el incremento de violencia, crisis laboral, migración y una política de promoción de vivienda que transformaron los asentamientos humanos en el espacio de las ciudades.3. Los noventas trajeron como propuesta la trans-

formación y organización de los espacios urbanos, aparecen los grandes proyectos inmobiliarios dirigi-dos por el capital privado, producción de espa-cios de usos públicos cerrados y controlados por agentes privados.

4. Como respuesta a lo anterior, el surgimiento de ur-banizaciones cerradas en las localidades fronterizas produjo la generación de estilos de vida distintos y con ellos, la creación de un imaginario sobre la conformación del paisaje urbano con la introducción de viviendas destinadas a cierto grupo específico de la población, principalmente de sectores medios y altos, con las siguientes consideraciones:a). Nuevas modalidades de crecimiento periférico y

cambios en la división social del espacio.b). La polarización y fragmentación de la rees-

tructuración económica que produce situaciones de miedo, aspiraciones de distinción y distancia-miento social se dirigen a la construcción de dis-tintas formas de organización residencial y, por tanto, al surgimiento de una (aparente homo-geneidad) socio económica, pero dando paso a la diferenciación social entre los grupos.

c) La configuración de un nuevo escenario urbano marcado por la privatización de la vida cotidia-na.4.

El diseño del tipo de hábitat responde en gran me-dida a los promotores inmobiliarios quienes disponen de toda una estructura completa para organizar e intro-ducir equipamiento urbano y planificar estos espacios de manera que sigan una lógica de (a menor espacio mayor ganancia», y es aquí donde los residentes o consumi-dores construyen sus imaginarios; por ejemplo, el tipo que se refiere al placer y el cual se induce por medio de la publicidad que se maneja en ellos y que promueven ambientes de (distinción) y (exclusividad), manifes-tándose en un caso de segregación residencial. 5. La relación de las urbanizaciones cerradas con el

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Fig. 1 Relaciones de la segregación con el entorno construido8

comercio y servicios articulados por centros, plazas y grandes cadenas comerciales. Indicador que se re-laciona con la creación de un nuevo hábitat y además con la configuración de ciertos imaginarios como el caso de los placeres, postales, transpa-rencias de los residentes de los mismos.En este sentido, La construcción de los espacios

residenciales puede ser de una manera exclusiva o ma-siva. En ambos casos su expresión es la misma: sumar más espacios edificados (ya sea en forma horizontal o vertical) a la ciudad central y/o a sus centros urbanos o suburbanos).5

Los resultados son la creación en un micro territorio de pequeños mundos que privilegian cierta distinción y a su vez construyen entornos cuya función es aislar grupos sociales, en este sentido, (este tipo de áreas ce-rradas gozan de todos los servicios, y se encuentran en forma contigua en los centros comerciales y de servicios, donde la población de estos espacios encuentran todo para desarrollar sus actividades sociales: restaurantes, cines y centros comerciales, sin la necesidad aparente de buscar otras áreas de recreación)6

De acuerdo con Rubén Katzman7, tres conceptos claves nos ayudan a entender lo que sucede con el individuo como tal y su relación con el entorno que construye a su alrededor: Distinción, que designa dife-rencias en los atributos de dos o más categorías sociales. Segmentación, que agrega al anterior una referencia a la existencia de barreras para el paso de una categoría

a otra. Segregación, que agrega a las dos anteriores una referencia a la voluntad de los miembros de una u otra categoría de mantener o elevar las barreras que las separan entre sí.

La figura 1 relaciona los anteriores conceptos con la forma en que se combinan la segregación espacial y las acciones de los individuos en la construcción de su entorno.

A manera de reflexion finalPor otro lado, el acercarnos al marco construido de las ciudades permite observar las peculiaridades demo-gráficas, económicas, urbanísticas, sociales, políticas, culturales, ideológicas con las que el hombre construye su medio, los procesos en el tiempo que configuran los espacios urbanos significativamente, nos brindan otros elementos valiosos en las trans-formaciones que sufren individuos y grupos en el medio que organiza para cumplir sus objetivos y metas.

Marco construido significa que el hombre crea, diseña, planifica en medio de todo un conjunto de linea-mientos que siguen las líneas conducentes a esa acción, que se ve influenciada por formas de pensar, actuar y decidir. Lazos que finalmente se expresan en normas, instituciones, planes, programas destinados al beneficio de la comunidad en general.

Así se enlaza el individuo, lo que construye para dar paso a una sociedad con rasgos distintivos y en las cuales se expresa la naturaleza del ser humano como tal,

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con fortalezas, debilidades, aciertos, errores, virtudes, defectos, toda una serie de conjuntos de comportamiento dual que se reflejan en su diario vivir.

Las acciones de intervención del gobierno en la construcción de nuevos asentamientos producen nuevas articulaciones de los tejidos sociales en los que se inserta el individuo dentro de la sociedad y del territorio.

BibliografíaAguilar,Adrián Guillermo y Concepción Alvarado

(2004). La reestructuración del espacio urbano de la ciudad de México ¿Hacia una metrópoli multinodal? En Procesos metropolitanos y grandes ciudades. Ed. Miguel Ángel Porrúa. México, D.F.

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Hiernaux y Daniel Alicia Lindón (2004). (Repensar la periferia. De la voz a las visiones exo y egocéntri-cas» en Adrián Aguilar: procesos metropolitanos y grandes ciudades. Edit. Miguel Ángel Porrúa. México, D.F.

Katzman Ruben n (2001) Seducidos y Abandonados: el aislamiento social de los pobres urbanos. Revista de la CEPAL,75..

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Rodríguez, Soares Paulo Roberto y Vanda Ueda (2002) ¿Otra metropolización es posible? Porto Alegre: una metropolización entre lo local y global; en El desafío de las áreas metropolitanas

Rodríguez, Vignoli Jorge (2001). Segregación residen-cial socioeconómica: ¿Qué es?, ¿cómo se mide?, ¿Qué está pasando?, ¿importa). CEPAL/ECLAC. Serie Población y desarrollo. No. 16. Santiago de Chile

Notas al pie1 Paulo Robert Rodríguez Soares y Vanda Ueda (2002)

¿Otra metropolización es posible? Porto Alegre: una metropolización entre lo local y global ; en El desafío de las áreas metropolitanas

2 Eduardo Nivon Bolán. (2005). Hacia una antropo-logía de las periferias urbanas en, García Canclini, Néstor. La antropología urbana en México. Fondo de Cultura Económica. P.160-1

4 El concepto de comunitarismo defensivo de las clases medias, es una vertiente de interés en la construcción o explicación de las percepciones que adquieren los individuos de clases medias y altas en los fraccionamientos cerrados para responder a una situación que se comparte en la estructura de su asentamiento particularmente en la defensa del espacio, protección del valor de la propiedad, control de las externalidades urbanas y la exclusividad de los espacios residenciales , Emilio Duhau, Ibid, p.57

5 Adrián Guillermo Aguilar y Concepción Alvarado (2004). La reestructuración del espacio urbano de la ciudad de México ¿ Hacia una metrópoli multinodal? En Procesos metropolitanos y grandes ciudades. Ed. Miguel Ángel Porrúa. México, D.F. pp.282.

6 Adrián Guillermo Aguilar y Concepción Alvarado, Ídem. P. 282.

7 Rubén Kaftman (2001). Seducidos y abandonados: el asilamiento social de los pobres urbanos. Revista de la CEPAL No. 75. Buenos Aires, argentina, p.173

8 Este esquema fue diseñado en base a las lecturas de de Ruben Katzman (2001) Seducidos y Abando-nados: el aislamiento social de los pobres urbanos. Revista de la CEPAL ,75. Liliana López Levi /Isabel Rodríguez Chumillas (2005) Evidencias y discursos del miedo en la ciudad: casos mexicanos. Scripta Nova: revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Así como las discusiones de los amigos del área de Desarrollo Regional (Ramón, Juan José, Arturo, Leopoldo, María Elena) y el Dr. Francisco Lara Valencia.

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La educación:entre la pérdida del sentido y la búsqueda de la identidad

Dra. Gpe. Terán BallesterosMtra. Olivia Peralta Montoya

Lic. Ma. del Carmen Marmolejo López

Hay personas que hacen nacer floresdonde nadie pensaba que fuese posible

Freire P. Pedagogía de la esperanza

Resumen. En este ensayo se aborda la problemática que enfrenta la educación como una de las funciones centrales del Estado como formador de ciudadanos; se describe la dimensión de los cambios generados por el proceso de globalización y los impactos a los referentes simbólicos necesarios para la construcción de ciudada-nía y cohesión social, dando lugar a una crisis de la edu-cación y de la escuela que se manifiesta en el deterioro de su capacidad socializadora y de formación cultural básica, así como en la pérdida de identidad y sentido configurando el fenómeno conocido como pérdida de continuidad histórica, finalmente se establece la urgente necesidad de relacionar, en este momento histórico, la educación formal y las perspectivas críticas de la misma para resarcir los daños a la sociedad y reconstruir la identidad perdida.

Abstract. This essay deals with the problems that education faces as one of the main functions of the State: forming citizens. It describes the dimension of the changes generated by the process of globalization and the impact to the symbolic references needed for the construction of citizenship and social cohesion; situation that results in a crisis on education and school itself, which is manifested in the deterioration of its socializing and basic cultural forming capacity as well as in the loss of sense and identity; materialized this, in the phenomenon known as «loss of historic continuity». Finally, (it is stated) an urgent necessity to relate in this historic moment, formal education and its critical perspectives, to compensate the damages to society and to reconstruct the lost identity is stated.

En los tiempos en que nos ha tocado vivir, concu-rrimos a todo un profundo proceso de transformaciones

de carácter económico, social y cultural de una com-plejidad y dimensión sin precedentes donde todos los aspectos de la vida individual y social se han visto afectados por influencias de este acontecer mundial conocido como globalización. Resulta cada vez más evidente la disociación existente entre los que se be-nefician de un mundo único y global y una mayoría que debe resignarse a vivir en el espacio que le ha tocado y debe someterse a unas decisiones tomadas a miles de kilómetros en redes que conectan a personas y lugares por demás diversos.

No estamos, como lo señala Tedesco, ante una de las tantas crisis coyunturales del modelo capita-lista de desarrollo sino ante la aparición de nuevas formas de organización social, económica y política. Sociedad de la información, sociedad pos-capitalista, sociedad post-industrial, nueva edad media, tercera

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ola, son algunas de las expresiones que diversos auto-res como Jacques Delors, Peter Drucker, Alain Minc o Alvin Toffler han popularizado en los últimos años. (Tedesco,1996: 74-89)

En el año 2001, El Foro Económico de Nueva York sustenta la tesis de que la globalización es inevitable porque es consecuencia del progreso técnico y porque es la única vía para acabar con la pobreza. Sin embargo, el argumento sostenido en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, desarrollado también ese mismo año, admite que cuanto más avanza la globalización más se benefician los ricos y más se perjudican los pobres y que bastaría con orientar el progreso técnico hacia el interés social de todos para hacer surgir otra globa-lización y, como consecuencia, otro mundo mejor.

Evidentemente, la educación en tanto proceso con-tinuo y evolutivo también está inmersa en este cúmulo de transformaciones sociales. En este sentido, la glo-balización de la economía, la crisis del Estado-nación, la transición a la democracia, el impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la crisis de las identidades políticas tradicionales, entre otros, son fenómenos que obligan a redefinir el papel de la educación en la sociedad y, más específicamente, en la formación del ciudadano.

Hasta la segunda mitad de la década de los 80, los sistemas educativos latinoamericanos eran impactados por la crisis de la economía y la sociedad mostrando se-rias disfunciones; junto a este escenario existían también experiencias y conocimientos aptos para mejorarlos. A pesar de ello, la imposición de las reformas neoliberales ahondaron los viejos problemas, produciendo un quiebre de las estructuras educa-cionales. Con el objetivo de disminuir la inversión y reducir las estructuras estatales, se pusieron en marcha medidas que profundizaron la inequidad y exclusión educativas.

Las políticas educativas neoliberales sostienen como argumento central que los grandes sistemas escolares son ineficientes, inequitativos y sus productos de baja calidad. A partir de tal afirmación concluyen que la educación pública ha fracasado y se justifican políticas de reducción de la responsabilidad del Estado en la educación, presentadas como la única reforma posible.

Con ese objetivo, un conjunto de medidas son pre-sentadas a la sociedad como un discurso pedagógico cargado de atributos técnicos y de un lenguaje orga-nizacional. Las más importantes de aquellas medidas son la descentralización y privatización de los sistemas,

la flexibilización de la contratación, la reducción de la planta docente y un fuerte control por parte de los gobiernos nacionales mediante la imposición de conte-nidos y evaluaciones comunes.

Esas medidas fueron acompañadas de una gran operación mediática que presentó a las mencionadas reformas como una modernización educacional indis-pensable y, sobre todo, la única posible.

Las bondades de la educación pública del siglo anterior corren el gran riesgo de ser obscurecidas por las miserias de las políticas públicas que renuncian a su tradición democrático-liberal, con el consabido daño en la formación de los ciudadanos, una de las tareas centra-les del Estado en la educación. Por lo tanto, el estudio del funcionamiento de la economía, de sus discursos y del modo en el que ha colonizado el mundo de la vida (como diría Habermas), la política, el comportamiento social y la subjetividad de las personas, constituye un camino ineludible para comprender cualquier fenómeno social o individual en la actualidad.

En este sentido, Vila Merino afirma «la economía neoliberal tiene una finalidad auto referente a la que subordina el resto de objetivos sociales: el crecimiento económico en términos financieros, lo que implica entender la producción y el crecimiento como fines en sí mismos y ver, por tanto, la educación como un mero instrumento a su servicio». (Vila, 2006: 904)

El sistema educativo tradicional tuvo su origen a fines del siglo XIX y respondió a los requerimientos políticos de construcción de la democracia y de los Estados nacionales, transmitiendo la idea de un sistema educativo articulado en niveles primario, secundario, superior, correspondientes a las edades de las personas y al lugar que cada sector social ocuparía en la jerarquía social.

Este sistema educativo, sería responsable de la difu-sión de contenidos, valores y normas de conducta con el propósito de crear vínculos sociales cimentados en el respeto a las leyes y la lealtad a la nación, por encima de las pertenencias culturales o religiosas particulares. Por estos motivos los contenidos de la formación del ciudadano estaban fundamentados en las exigencias de la democracia y la nación, razón por la cual las asigna-turas más significativas fueron la historia nacional, la instrucción cívica y moral y la lengua. En este sentido la historia de la educación occidental está, íntimamente relacionada con la historia de la cons-trucción de la nación y de la democracia.

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Por su parte Tedesco acota La nación y la democracia son construcciones sociales y, por lo tanto, deben ser enseñadas y aprendidas. Pero a diferencia de los temas y disciplinas puramente cognitivos, el aprendizaje de las normas sociales y la adhesión a determinadas entidades socialmente construidas implica incorporar, explícitamente, la dimensión afectiva en el proceso de aprendizaje. (Tedesco, 1996: 78)

Por lo tanto, lo propio de la formación del ciudadano en el período de construcción y consolidación de los Estados nacionales y la democracia fue el énfasis en los aspectos simbólicos, en los rituales y en la autoridad con la cual fueron dotados los actores y las instituciones encargadas de difundir las pautas de cohesión social, es decir, de aceptación de las reglas de la disciplina social. (Tedesco, 1996: 78)

La cohesión social, en palabras de Tedesco, se expresa a través de dos dimensiones distintas, En tér-minos de contenidos, a través de la aceptación de una concepción común del mundo y de la sociedad. En términos institucionales, a través de la incorporación a un sistema que teóricamente sea capaz de incluir a todos. (Tedesco, 1996: 78)

Es importante señalar que la escuela, especialmente la escuela pública obligatoria, como institución social responsable de socializar al conjunto de la población dentro de determinados códigos culturales, fue diseñada y se expandió como una institución que reemplazaba a las agencias tradicionales de socialización: la familia y la Iglesia.

En suma, la formación del ciudadano basada en las categorías de democracia y nación tuvo un contenido específico, actores claves y un diseño institucional y curricular coherente. La capacidad socializadora de este proyecto radicaba en que era portador de un sentido, con un triple significado: fundamento, unidad y finalidad.

Con la crisis de la democracia y del Estado-nación, la idea de ciudadanía asociada a la nación, comienza a perder significado, la crisis de la función de homoge-neización cultural, función del Estado y de la escuela, se manifiesta en la deterioro de la capacidad sociali-zadora de las instituciones escolares y del conjunto de las instituciones clásicamente responsables de esta función. En este sentido, señala Tedesco, «uno de los problemas más serios que enfrenta actualmente la formación del ciudadano es lo que podría llamarse el déficit de socialización que caracteriza a la sociedad

actual. Vivimos un periodo en el cual las instituciones educativas tradicionales -la familia y la escuela- están perdiendo capacidad para transmitir valores y pautas culturales. (Tedesco, 1996: 81)

En otras palabras, asistimos a un proceso en el que los contenidos de la formación cultural básica, de la socialización primaria, comienzan a ser transmitidos sin tanta dimensión afectiva como en el pasado. Los adultos significativos para la transmisión de valores y pautas culturales, han dejado de serlo.

Este «déficit de socialización» producido por los cambios en la escuela y en la familia como resultado de las transformaciones en la estructura social no ha sido cubierto por los nuevos agentes de socialización entre los que destacan, los medios masivos de comu-nicación, particularmente la televisión, dado que estos no tienen como función la formación moral y cultural de las personas.

Los procesos de socialización actual y formación cultural básica, enfrentan un doble problema, por un lado el debilitamiento de los ejes básicos sobre los cuales se definían las identidades sociales y personales y, por el otro, la pérdida de ideales, la ausencia de utopía, la falta de sentido. Las transformaciones sociales han roto las bases de las identidades tradicionales en el ámbito profesional, espacial y político, el cambio ha sido tan acelerado y profundo que ha dado lugar a lo que algu-nos analistas de la sociedad actual describen como un fenómeno de «pérdida de la continuidad histórica».

Con la pérdida de sentido y finalidad desaparece la promesa social o política de un futuro mejor generando consecuencias muy importantes sobre la educación en-tendida como proceso de socialización y transmisión de valores y pautas culturales, ya que deja a los educadores sin puntos de referencia.

Esta situación es especialmente trágica para la educa-ción dado que se han perdido las fuentes tradicionales de identidad, y las nuevas carecen de puntos de referencia concretos. La identidad, por lo tanto, debe ser construi-da. Este es, de acuerdo con Tedesco, probablemente, el concepto más importante que caracteriza al proceso educativo que requieren los cambios sociales actuales. (Tedesco, 1996: 84)

Además, es éste sin duda el punto de articulación entre la educación conocida como formal»y las diversas perspectivas educativas no formales como la educación popular, la educación social y la pedagogía crítica. Dado

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que la educación no es una esfera desconectada del resto de la sociedad sino una modalidad de la vida social, un registro específico de los discursos sociales.

Estas pedagogías se nutren de las interpelaciones provenientes de la sociedad civil y del Estado pero su tarea es traducirlas, resignificarlas, en términos nece-sarios para producir enseñanzas y aprendizajes sociales y societales dirigidos no solamente a lo inmediato sino con vistas al mediano y largo plazo.

A pesar de estas crisis de pérdida de identidad, fina-lidad y sentido, la educación popular, ha mantenido la vigencia de sus contenidos metodológicos y axiológicos y paradójicamente, empieza a ser reconocido desde los ámbitos más diversos. Como lo indica Amaro Toledo, La Educación Popular debe jugar sus cartas al interior de la comunidad escolar, esto es, que más allá de tra-bajar metodológicamente con profesores y directivos, debe irradiarse hacia los padres y apoderados de los colegios, incorporando técnicas y motivando el análisis del quehacer de la comunidad en términos de una au-téntica preocupación por el tipo de educación que hoy se necesita. (Amaro, 1996:1-5).

Sin embargo acota Reconociendo que nuestras experiencias, con todo lo importante que son, siguen siendo experiencias en un ámbito muy reducido. Quizás el desafío actual sea pasar del reconocimiento de esta efectividad y validación de una estrategia metodológica, hacia procesos más amplios de construcción social de la realidad». (Amaro, 1996: 1-5).

Para ello, se debe insistir cada vez con mayor energía en la organización y fuerza de la constitución de redes sociales que potencien el quehacer educativo, aun con las limitaciones propias de los procesos, mostrando que estas experiencias educativas son parcialmente exitosas, por lo que su replicabilidad en espacios más amplios tienen complicaciones que exigen investigación y re-flexión acerca de esta práctica de manera permanente.

Podemos concluir señalando que este es el momento de las pedagogías críticas y de su articulación con las perspectivas formales en la construcción social de la realidad, por una parte porque, como lo señala Amaro Toledo este capitalismo salvaje empieza a preocupar-se por la falta de contenidos éticos y espirituales que conlleva el exceso por el consumo y la lucha denodada por el éxito. Podemos percibir desde ya algunos indi-cios de la modernidad que se cuestiona la constitución de sujeto sólo para la producción y el consumo y aun cuando no existe el cuestionamiento, podemos percibir

las crisis europeas o de Estados Unidos reflejadas en el incremento de las tasas de drogadicción, alcoholismo y suicidios. La tensión entre el ser y el tener es algo que hoy cruza a la sociedad en una suerte de círculo vicioso, que se mueve entre el consumir para ser y el de producir para tener con qué ser. Pero fundamentalmente porque:

existen evidentes indicios (de) que la búsqueda de espacios de sociabilidad, de mejora la calidad de vida, de promover relaciones más humanas entre las personas, de luchar efectivamente por romper la marginalidad, de construir caminos para hacer posible la sociedad que soñamos, sigue siendo nuestro camino. Corrigiendo los baches y las veredas, mirando atrás para poder empujar hacia adelante. Cuatro o cinco millones de pobres en nuestro país, ciento sesenta millo-nes de hombres en pobreza absoluta en nuestro continente y tres mil millones de personas en el mundo, que hoy sufren hambre, exigen a noso-tros, habitantes del planeta, una responsabilidad social con ellos. Una exigencia ética grabada a fuego en nuestras prácticas y la invitación a hacerla extensiva a la conciencia colectiva de toda la sociedad. El rigor y el compromiso son piezas claves de esta redimensión necesaria de la educación popular.

Bibliografía:Amaro, T. Jorge. (1996) PENSAR LA EDUCACIÓN

POPULAR HOY En Revista Última Década, número 004 Centro de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas Viña del Mar, Chile pp. 1-5. www.redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/195/19500403.pdf Consultada 18/ 05/07

Tedesco, Juan. La educación y los nuevos desafíos de la formación del ciudadano. En Revista Nueva Sociedad No. 146 Noviembre-Diciembre 1996, pp. 74-89

Vila, M. Eduardo. El laberinto de la educación públi-ca: globalización, participación, diferencia y exclusión social, en Revista de Educación, 339 (2006), pp. 903-920 Universidad de Málaga. http://www.revistaeduca-cion.mec.es/re339_38.htm Consultada 16/05/07.

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Presentación del problema. En la extensa bibliografía sobre los temas educativos encontramos que algunas se relacionan con la temática del envejecimiento y que, la mayoría de ellas, hacen mención a la didáctica y a la pedagogía a utilizar para la educación de los viejos1. En otro orden de cosas, generalmente, desde la perspectiva política, los temas educativos aparecen ligados a la construcción de la democracia y de los estados nacionales y a los requerimientos económicos de la construcción del mercado2. Ahora bien, si los sistemas educativos se han constituido a priori a partir de una necesidad política, no es de extrañar que no haya habido una consideración especial por la educación de las cohortes más antiguas toda vez que asistimos a un proceso de desjerarquización de la vejez, asentados en muchos de sus aspectos, en mitos y prejuicios. Esta desjerarquización terminará imponiendo concepciones viejistas3 que influirán fuertemente en la vida cotidiana de los Adultos Mayores (AM).

Educación y vejez

Gustavo Rodolfo Mariluz

Por otro lado, y en virtud de la incorporación de la temática gerontológica, no sólo en los temas educativos, sino también en las cuestiones sociales y políticas, la educación para AM comienza a cobrar mayor impor-tancia.

Una de las características a resaltar es la cons-trucción autogestionaria antes que la implementación de una política pública. Lo que quiero significar particular-mente es que la educación para los AM es una demanda propia de este grupo etáreo antes que el producto de una determinada política educativa. Esta demanda «desde abajo» encuentra su materialización en las organizacio-nes e instituciones que los mismos viejos construyen.

La educación de los AM se resiste a ser incluida en el campo de educación de adultos4. A tal efecto se pueden identificar tres posiciones:- Quienes abogan por su inclusión en el campo de la

educación para adultos o de educación permanente.

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- Los que postulan la creación de un campo pedagógico nuevo denominado geragología o geragogía.

- Los que proponen que la educación para los viejos debe ser un subcampo de la gerontología y que sería el de la gerontología educativa.En principio, se nos presentan algunas preguntas que

podemos formularnos y cuyo enunciado podría ser: ¿es real este debate? ¿La educación admite ser subdividida en campos? La educación para los AM se nos presenta como una rama particular ya sea de la pedagogía o de la gerontología y, también, como una actividad perma-nente en la vida de los seres humanos. Podríamos decir, colaborando con esta complejidad, que la educación para AM podría ser vista no sólo como un derecho ciudadano, en donde la edad sólo sería importante en cuanto a la didáctica a emplear, sino también como el uso con sentido del tiempo que nos quedaría después de la jubilación y el aflojamiento de las actividades domésticas reproductivas.

No obstante esta disgregación teórica, asistimos a un interés cada vez mayor, por parte de los viejos, a incorporarse a las ofertas educativas. Este interés denota la alta valoración que poseen estas personas por la edu-cación y tiene relación con el modelo de socialización vigente en sus edades tempranas. La consideración social de la educación cuando los viejos de hoy eran jóvenes era mucho más elevada que en la actualidad. La visión de que la educación era una de las estrategias para el ascenso social y que es buena intrínsecamente, se halla en la base de esta apreciación.

Los discursos que se articulan alrededor de la educación son múltiples. Ya hemos mencionado la ca-racterística política que pueden asumir éstos y que se relacionan con la idea de ciudadanía (educación como derecho) y en la formación de ciudadanos, obreros, per-sonas, etcétera. Dentro del tema que estamos tratando, aparecen tres orientaciones de referencia teleológicas: - La educación es un medio para que los AM

completen su proceso de personalización a través de la búsqueda del sentido existencial de la vida. La educación nos serviría no sólo para conocer más al mundo sino también para conocernos más a nosotros mismos y a nuestros semejantes. De raíz existen-cialista y de base cristiana esta orientación ubica a la educación como parte de un proceso social con sentido y que devela a los seres humanos las nociones existenciales y trascendentales de la vida.

- La educación es vista como un medio para la mejora de la salud entramándose con el discurso sanitario. El par salud-posibilidad de aprendizaje se estipula en una taxonomía pedagógica a partir de las condiciones de salud de la población. Los sujetos son incluidos en clasificaciones que se expresan por la competencia (sobre todo física) vs. el déficit.

- La educación es vista también como un medio al igual que la primera, pero se subraya la dimensión instrumental la que debe adaptarse a la situación particular de los AM. Esta orientación se articula con la visión de que, para mejorar la calidad de vida, lograr el envejecimiento exitoso, etcétera, la educación es uno de los medios que lo posibilitan.En otro orden y relacionado con estas orientaciones

se señalan5 cuatro áreas en las que es indispensable que los AM tengan acceso a un aprendizaje continuado para satisfacer tanto sus demandas económicas y materiales como sociales. Estas áreas son:

- El cuidado de la propia salud- el fortalecimiento de los mecanismos de apoyo y solidaridad familiar y comunitaria, la retención del empleo productivo y el desarrollo de actividades para el enriquecimiento personal.

En este sentido, nos dice el autor, es importante el movimiento de las llamadas Universidades de la Tercera Edad6 (UTE), originadas en Francia y que tienden a con-centrarse en conocimientos específicos que demandan los mismos viejos y que tienen un significado especial y personal para ellos y que proporcionan ... a un costo accesible, procesos de aprendizaje directos, prácticos e inmediatos bajo el control del beneficiario. 7

La emergencia de este tipo de organizaciones puede basarse en:

El factor demográfico; la población añosa está creciendo en todas las regiones del mundo, siendo Europa y Japón dos de las regiones que cuentan con mayor proporción de AM. En el caso latinoamericano Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Costa Rica, Puerto Rico y Cuba son los países que están más envejecidos que el resto. Los países del Cono Sur son aquellos que tienen un proceso de envejecimiento más antiguo en tanto que en los otros este es más reciente. No obstante estas apreciaciones, se puede verificar, según los Censos Nacionales que el porcentaje de las personas mayores de 60 años se está incrementando en toda la región. La emergencia del colectivo representado por los viejos y la

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Duschatzky. Silvia. (compiladora). Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas públicas y subjetividad. Paidos. Bs. As.

Notas al pie1. Utilizo la denominación viejo para designar a las

personas mayores de sesenta años.2. Tedesco, Juan Carlos: El nuevo pacto educativo.

Educación, competitividad y ciudadanía en la sociedad moderna. . La crisis del sistema tradicional. Pág 29. Grupo Anaya. 1995. Material de la Cátedra.

3. Entiendo por viejismo( ageims) a la sumatoria de conductas negativas y discriminatorias para con los viejos.

4. Entiendo por educación para adultos, educación a mayores de 18 o 21 años y que no contempla a los mayores de 60 o 65 años.

5. Engler, Tomas y Pelaéz Martha: Más vale por viejo. Lecciones de longevidad de un estudio en el Cono Sur. BID. OPS. Washington. 2002. Pág 46.

6. La primer Universidad de la Tercera Edad fue creada en 1973 en la Universidad de Toulouse, Francia, por el Profesor Pierre Vellas.

7. Engler Pelaéz, Op. Cit. Pág 46.8. Hago alusión al ingreso en la arena social de

organizaciones políticas de jubilados y pensionados con claros objetivos y que se patentizan en el caso de la Argentina, en las llamadas movilizaciones de jubilados y pensionados que se reúnen todos los días miércoles frente a la Cámara de Diputados de la Nación.

9. En este caso, hago mención a los clubes de jubilados y pensionados que registran un incremento en los últimos años.

Monotipo/Sandra Aviles Duarte

irrupción reciente de éstos, tanto en el ámbito político8 como social comunitario9 los ha hecho más visibles. Esta visibilidad posibilita una identificación personal no sólo con los requerimientos y demandas políticas sino también con las potencialidades que este modo de participación social produce. Ver en la TV que los viejos son capaces de movilizarse por sus derechos o que tejen y juegan a las cartas en un club de jubilados puede ser el puntapié inicial para incorporarse a estas actividades. Hay una ampliación de la conciencia per-sonal no sólo de que cada vez hay más viejos sino que también los no viejos van a llegar a serlo. Los cambios sociales e individuales contribuyen y fomentan la aparición de estas organizaciones toda vez que no sólo forman parte de derechos individuales sino que también hay ganas. En los postreros años de la vida, cuando las obligaciones familiares pueden acentuarse en virtud de una comodidad económica y, además se cuenta con una salud que lo posibilita, retomar los libros o ponerse a estudiar puede ser vista como una opción trascendental. Vuelvo a hacer mención de la consi-deración especial que dan los AM a la educación. No debemos olvidar que estos fueron socializados en la convicción que el estudio formal posibilitaba la movilidad social. La educación para los AM, entonces, no sólo se configura como un derecho ciudadano sino también fortalece su consideración social.

BibliografíaEngler, Tomas y Pelaéz Martha: Más vale por viejo.

Lecciones de longevidad de un estudio en el Cono Sur. BID. OPS. Washington. 2002

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Resumen. El artículo describe cuáles han sido las prin-cipales políticas sociales destinadas a las personas que proveen asistencia y cuidado a miembros de su familia. Profundiza en las concepciones implícitas que estas políticas tienen, básicamente en tres: 1) los cuidadores definidos por el sistema sanitario como simples recursos disponibles, 2) el cuidado entendido como una carga y 3) el cuidado ligado al género y al parentesco (la literatura académica coincide en este punto, se trata de mujeres y de esposas -o hijas- en quienes recae esta responsa-bilidad). Propone incorporar visiones dinámicas sobre la familia, como así también plantea que se detecten la pluralidad de reacciones, posiciones y visiones que estas personas tienen con respecto al cuidado.

Abstract. The article describes recent attempts of social policies to provide some kind of support for people engaged in care-giving activities. It discusses the term

«carers» and exposes the limitations that traditional perspectives and interventions had defined, basically three: 1) the carer limited to be consider just as a re-source (a pragmatic extension of the patient), 2) the carer considered overwhelmed and frustrated for their duties, emphasizing the «burden or the care» and 3) the caring role attach to gender and kinship (women, wives or daughters). It concludes that not all family care-givers identifies with term carers, nor the responsibilities that most of the times governments –and society in general- «push» them to assume in order to provide sustainable care, which implies to interrupt their own areas (such as work, study, personal care). Finally, the article remarks the need to recognize the diversity and plurality of ways in which families react when some of their members get sick. Thus, precise needs could be addressed instead of guessed (beforehand) based on pre-conceptions and prejudices.

Políticas públicas para cuidadores informales Natalia Luxardo

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IntroducciónLas tareas del cuidado del enfermo no se presentan como cuestiones extrañas ni sorprendentes en el imaginario colectivo y, como bien sugiere Lloyd (2006), la mitad de la población tiene posibilidades de convertirse en cuidador durante un determinado período de su vida. No obstante, sobre este universalismo que tendría el rol de cuidador, la literatura dedicada al tema coincide en indicar que es en un grupo específico en quienes recaen estas tareas: familiares cercanos, generalmente mujeres y co-residentes del paciente (Lloyd, 2006; Ellis-Hill, 2001; Lee, 2001).

El papel y las necesidades de los encargados de cuidar y atender a tales personas no fue considerado en la literatura científica hasta hace algunas décadas (Pa-yne & Ellis-Hill, 2001), como tampoco fue un tema de interés para las agendas de políticas públicas (Twigg & Atkin, 1994). Heaton (1999) sitúa en los estudios de los 70 la emergencia de los discursos sobre los cuidadores informales, que desde entonces empezaron a ser los cuidadores. En el mismo sentido, Nolan (2001) sugiere que la literatura sobre el cuidado informal/familiar se ha ido incrementando recién en los últimos 30 años, y que se caracterizó por la pre-concepción del cuidado entendido como una actividad negativa y deteriorante para el que la realiza. Como consecuencia, en el ám-bito de las políticas públicas las intervenciones que se hicieron tenían como único objetivo el alivio del peso que tendría la carga de las tareas del cuidado.

A partir de los años 80 otra visión empieza a surgir, que subraya el potencial del cuidado como fuente de identidad y de satisfacción (Davies, 1980). Esta mirada incorpora nuevos elementos a la hora de explicar la interacción cuidador-enfermo, tales como los conceptos de mutualidad, reciprocidad, el de compartir actividades placenteras, valores comunes, etcétera que permiten poner en escena dimensiones positivas que no estaban siendo tomadas en cuenta. De hecho, Nolan (2001) encontró en los estudios sobre el tema que entre el 50 y el 90% de los cuidadores habían manifestado que podían identificar elementos satisfactorios en las tareas de cuidar al enfermo. En tal sentido, la ausencia de sa-tisfacciones en dichas tareas era un predictor de nuevas situaciones estresantes, de modo que los cuidadores que no encontraban aspectos positivos en el cuidado eran más proclives a claudicar o quebrarse.

En este artículo nos proponemos caracterizar estas formas de intervención en la regulación del cuidado en el hogar a través de una revisión de las políticas sociales

que existen en relación con los cuidadores, profundi-zando los alcances, limitaciones y conno-taciones (tanto tácitas como explícitas) de las mismas.

Las políticas hacia los cuidadores Las políticas sociales para asistir a los cuidadores deben reconciliar la tensión entre la situación demográfica de una sociedad que envejece y un ambiente político que favorece la autogestión y la responsabilidad personal por sobre la intervención del gobierno. Lloyd (2006) menciona que las políticas hacia los cuidadores apuntan, fundamentalmente, al reconocimiento de los cuidadores como grupo social distinto al del paciente, evidenciado en la pionera formulación realizada en el Reino Unido1 en 1995 denominada Carers (Recognition and Services) Act. En dicha acta se intenta asegurarle a los cuidadores el derecho de recibir la asistencia de sus necesidades in-dependientemente de la satisfacción de las necesidades de la persona que cuidan (el paciente), hasta entonces único foco del sistema sanitario.

En 1999, el gobierno británico publica el Caring About Carers: A National Strategy for Carers, que introduce cambios a los que ya se venían realizando hasta ese momento y que incorpora algunos de los re-clamos realizados por las organizaciones voluntarias de cuidadores. En esta estrategia se establece como medida prioritaria que los cuidadores sean incorporados también en las intervenciones del equipo de salud como personas diferentes a los pacientes, con sus propias necesidades. Otro punto fue la posibilidad de que puedan realizar cortes regulares en las tareas del cuidado (Lloyd, 2000). A su vez, se interpela al resto de la comunidad para que colaboren con ellos; por ejemplo, promoviendo a los empleadores para que sean sensibles a las necesidades de los trabajadores que deben dedicarse a cuidar familiares a través del otorgamiento de días y de la flexibilización de horarios laborales. Otras resolu-ciones quedaron definidas en la Carers (Equal Oportunities) Act 2004, Carers UK (2005) y otras medidas que afectan a los cuidadores de manera menos directa.

Una estrategia central de las sucesivas políticas que ha habido sobre el tema fue la especificación de los cri-terios demarcatorios de las condiciones de pertenencia al grupo legítimo de los cuidadores. A partir de las mismas, se establecen tres requisitos para ser considerado cui-dador: el cuidado a otra persona de 18 años o mayor, la provisión sustancial de un cuidado regular (entendiendo por regular a 20 horas o más por semana dedicadas a la actividad de cuidar) y la no percepción de un salario por

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la realización de dicha tarea (Lloyd, 2006).Como puede apreciarse, vemos que un aspecto

constitutivo del análisis de las políticas dirigidas hacia el reconocimiento y la identificación de cuidadores in-formales es el relativo a la construcción de identidades sociales. Encontramos que muchas de las campañas para establecer quiénes serán los legítimos o auténticos portadores del título de cuidador terminan reforzando los estereotipos sobre las personas en las que recae tales tareas, generalmente una mujer, co-residente del pacien-te, familiar directo. De manera tal que estas campañas pueden terminar reforzando la carga que ya tienen estas mujeres cuidadoras, en lugar de permitir identificar la diversidad de relaciones de cuidado que existen.

Reconocerse como parte de este grupo puede ser algo problemático para algunos de los propios cuida-dores, sobre todo para aquellos que no quieren ser etiquetados como tales, porque sienten que se refuerza su separación del resto (Ungerson, 2005), mientras que ellos, por el contrario, quisieran mantener una identidad distinta a la de cuidador. Stalker (2002) también menciona que a algunas personas dedicadas al cuidado no se sienten cómodas con este término, otras personas lo rechazan abiertamente y otras lo encuentran culturalmente in-apropiado.

Otro de los problemas que se presentan cuando se adscribe a determinadas personas como pertenecientes al grupo de los cuidadores es, tal como señala Hobson (2003), la necesidad de tener que demostrarle a la socie-dad una identidad legítima de cuidador, distin-guiendo desde criterios arbitrarios los verdaderos cuidadores de otros que pueden estar cumpliendo ese papel sin ningún tipo de reconocimiento (un amigo de la fami-lia, por ejemplo). Asimismo, tener que distinguir a los cuidadores como un grupo específico se contradice con el argumento de que todas las personas tenemos probabilidades de serlo en algún momento o bien que constituye una actividad normal.

A pesar de tales observaciones, coincidimos con Phillips (2003) que se vuelve necesario esta lucha por el reconocimiento (como vienen realizando las organizaciones voluntarias de cuidadores), porque son una parte esencial para que la voz política de un grupo pueda ser escuchada, es decir, para su visibilidad social en la arena de la agenda pública. Así, podemos pensar en una identidad de cuidador, porque permite rescatar determinada singularidad, inclusive cuando se sabe que es contingente y provisoria que se articula en sus inte-racciones a otros actores sociales. Es decir, las demandas

de los cuidadores están inextricablemente ligadas a las preocupaciones de otros dentro del sistema comunitario de cuidado y, por lo tanto, en el abordaje de esta temática es clave no tratarlos como si fuera un grupo aislado, sino en relación a otros, ya que ser cuidador desde su misma definición incorpora –por lo menos– a un otro.

Volviendo a las estrategias legislativas destinadas a cuidadores informales, a pesar de los alcances que pue-den significar en términos de beneficios para los cuida-dores, más que medidas que permitan el planteamiento de alternativas concretas para aquellos, en realidad sólo intentan aliviar o incidir en un reconocimiento simbólico de los que las realizan, como por ejemplo, apelando a nociones de orgullo moral por el cumplimiento del deber filial. En este sentido, compartimos la idea de Silvers-tein & Parrot (2001) de la percepción que parecieran tener tomadores de decisión y planificadores, que si el gobierno asiste a las familias cuidadoras proveyendo más servicios para el cuidado, las familias empezarán a sustituir esta labor informal que venían realizando por esta nueva formal, instancia que los costes de estos sistemas sanitarios no podrían afrontar.

Al respecto, también señalan críticamente Ellis-Hill & Payne (2001: 166) que las agencias gubernamentales y los empleadores visualizan al cuidado y sus conflictos como un problema de índole privado y de mujeres, que no es relevante para las condiciones de empleo o para la provisión de los servicios sociales y de salud. De hecho, Salvage (1995) menciona diversos países en Europa en los que el pago a los cuidadores por el trabajo que realizaban constituía una de las rutas más seguras para su inclusión social.

Como puede apreciarse, es una cuestión que presenta controversias, no sólo entre los tomadores de decisión sino también entre la población a la que va dirigido. Silverstein & Parrot (2001) señalan que dentro del paquete de medidas destinadas hacia los cuidadores, el pago a los mismos por las tareas que realizan es una de las medidas más resistidas, porque muy a menudo es interpretada como una resolución que estaría violando las normas de la familia de responsabilidad filial, los valores y las expectativas que las personas tienen sobre lo que deben hacer para atender a los miembros de su familia en momentos de enfermedad.

Tales políticas que promueven la realización del trabajo de cuidado no remunerativo no pueden ser ajenas a una lectura global sobre cuál es el panorama macro en el que estas temáticas se inscriben, nos referimos al contexto demográfico y epidemiológico. En este aspec-

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to, las proyecciones coinciden en que se pronun-ciará la tendencia hacia el aumento de la necesidad de cuida-dores, estimándola en un incremento del 400% para el 2050 (Lloyd, 2006). Posturas más radicales sostienen que se trata de decisiones gubernamentales tendientes a mantener los costos de los sistemas sanitarios bajo control, estimulando la responsabilidad familiar y la auto-gestión en las tareas de asistencia y de cuidado de los enfermos. Los estudios sobre el cuidado en el hogar también coinciden que es una cuestión común entre las políticas de salud de los países desarrollados desalentar el uso de recursos caros como las camas de hospitales, viendo al cuidado en el hogar como una manera para contener el aumento en los costos del sistema de salud (Mac Adam, 2004).

Compromisos y deudas en abordajes conceptuales de los cuidadoresLas discusiones sobre los alcances y las definiciones teóricas que tienen como foco de atención a cuidadores deben anclarse en dos escenarios: uno macro-global, que incluye rasgos propios del sistema de salud, de la sociedad y de las políticas y otro micro, que nos per-mita poder dar cuenta de las múltiples y heterogéneas expresiones que tiene el cuidado, evitando así enfoques monolíticos y simplistas del fenómeno.

En relación con el primer escenario, debemos destacar que el creciente interés que existe sobre los cuidadores no puede descontextualizarse del escenario socio-político de estas últimas décadas, en el que tuvo un papel decisivo las críticas presentadas por el femi-nismo del cuidado ligado al género, y segundo, por un interés en el rol de los cuidadores informales por su contribución al cuidado comunitario. Desde esta mira-da, es necesario no asumir que la familia como fuente de soporte social del enfermo será una entidad estable sino que, por el contrario, deberá analizarse dentro de las características que tiene en las sociedades contem-poráneas: cambios demográficos con un incremento en las tasas de divorcios y separaciones, aumento en la expectativa de vida (envejecimiento poblacional), mo-vilidad geográfica entre la población económicamente activa, etcétera.

Sobre el segundo escenario, el cuidado debe ser entendido como algo temporal, una trayectoria -tal como sugiere Wilson (1989)- compuesta por múltiples momentos, no necesariamente lineales ni cerrados. Estos momentos implican tensión, rutinas alteradas, miedos, incertidumbre, como dimensiones posibles y comunes

entre las vivencias de los cuidadores, agravado por la situación de que todos los recursos para enfrentar esta situación están enfocados a otra persona, el enfermo. Por eso es clave reconocer que la existencia de estas personas que se encargan de las tareas del cuidado es diferente a la del enfermo, y hasta pueden estar en conflicto con los intereses de aquél (Sheldon, Turner & Wee, 2001; Luxardo, 2008).

Insertarse en el mundo de la pluralidad de los micro-cuidados posibles, implica también poder identificar cómo impactan en la situación de cuidado los proble-mas que van surgiendo cada día, la percepción que los cuidadores tienen sobre su propio rol, entendiendo que cada cuidador tiene una forma única, derivada de su historia y de sus circunstancias actuales de enfrentar la situación. De hecho, Lee (2001) menciona que los cui-dadores generan los propios recursos de enfrentamiento, apoyándose en otros grupos sociales, en el resto de la familia, en los hobbies, en sus creencias religiosas y espirituales, aspectos que deberán ser tenidos en cuenta para comprender mejor la situación que atraviesan.

En definitiva, consideramos que el término cuidador puede ser utilizado si se señala con precisión cuáles serán sus implicancias, para que así determinados as-pectos a los que inscribe la calificación de «cuidador» no sigan pasando desapercibidos. Dice Ellis-Hill (2001: 56): Cuando una persona es definida como ´cuidador/a`, sólo existe en relación con la persona cuidada. No existen como una persona en su propio derecho, con sus propias necesidades. Esta distinción no siempre se realiza, lo vemos en numerosos estudios que describen cómo la historia del que cuida va quedando subsumida a la del paciente, mezclándose inclusive para ellos mismos, y en ocasiones se llega a un extremo en el que ya no es posible diferenciar de qué voz se trata, ni de quién es la necesidad que plantean. Por lo tanto, indagar más explícitamente sobre este rol y sus alcances, evitará que algunos familiares del paciente se encuentren iden-tificados en un rol concebido y asignado absolutamente desde afuera, cuando puede no ser lo que ellos desean. Finalmente, ambos escenarios deben ser conjugados tanto para el análisis como para los aportes y propues-tas que se inserten en la agenda de políticas para los cuidadores. Como bien señala Lee (2001: 122): La carga de brindar cuidado no es insignificante, y existe una necesidad para el análisis y las intervenciones que pongan el acento en políticas públicas más que en la mujer individual y su habilidad personal para enfrentar la situación de cuidado.

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Notas al pie1 Entre las medidas más populares de las políticas de

asistencia a los cuidadores –tanto en Canadá como en Estados Unidos– figuran: la flexibilización de los horarios laborales, la libertad para tomarse días sin goce de sueldo, el tiempo libre de trabajo sin pago, facilidad en el acceso a los créditos fiscales para gastos extras producidos por cuidado en el hogar y el pago directo a los cuidadores (Silverstein & Parrot, 2001).

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Resumen. El presente texto desenvuelve una reflexión al respecto de las repercusiones de las «imposiciones» del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario In-ternacional (FMI), a cerca de la Política Nacional de Asistencia Social Brasileña. El BM y el FMI son insti-tuciones financieras internacionales que realizan prés-tamos financieros sólo a los países que a ellos recurren, mediante algunas condicionalidades que repercuten en las posibilidades y calidad de las acciones de asisten-cia social desarrolladas. Ante la creciente desigualdad social, mundial y nacional,la Política Nacional de

La concepción de asistencia del Banco Mundial y su relación con la política de Asistencia Social brasileña

Gleny Terezinha Duro Guimarães1

Ângela Maria Pereira da Silva2

Karen Eidelwein3

Wanda Hirai4

Asistencia Social Brasileña, enfrenta diversos desafíos para su realización, sobretodo en lo que se refiere al presupuesto que le es destinado y a la implantación del Sistema Único de Asistencia Social.

Ante tal panorama, hay que reflexionar a cerca de la potencialidad de ésta Política Pública de operacio-nar, como forma de resistencia y enfrentamiento a las desigualdades sociales sin limitarse a un control de la pobreza.

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Asistencia para el Banco mundial y Asistencia Social brasileñaEl Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Interna-cional (FMI) son organizaciones financieras internacio-nales. El principal compromiso del FMI es garantizar la estabilidad económica mundial. El apoyo financiero acontece tan solo se los países se dispusieren a atender sus condicionalidades, como por ejemplo: corte de los gastos, aumento de impuestos y elevación de las tarifas de ajuste, por fin, medidas generadoras de retracción en las economías. El compromiso del Banco Mundial5 es la erradicación de la pobreza, ofreciendo recursos a los países que buscan realizar proyectos de orden estructu-ral. A pesar de que ambas instituciones sean distintas, también con objetivos distintos, desde la década de 1980 sus acciones pasaron a estar cada vez más entrelazadas, a tal punto de que el BM presta dinero a los países tan solo mediante aval del FMI.

Considerando que todos los países contribuyen para el Fondo y, entre ellos el EUA es el más grande cuotita, y por lo tanto, es el único país con poder de veto, se puede decir que, a través de los objetivos de equilibrio de la economía mundial y reducción de la pobreza, las referidas instituciones se encuentran a servicio de los países desarrollados, visando garantizar sus intereses y la imposición de su visión ideológica, económica, política y social6.

A pesar que, las condiciones de vida hayan mejorado de modo significativo en gran parte de los continentes, esto comparado a las condiciones vigentes en el siglo XVIII y XIX, infelizmente estas mejorías todavía no alcanzan proporcionalmente a todos los pueblos. En la América Latina, por ejemplo, la tasa de pobreza extrema y moderada se han mantenido constantes desde 1981, donde cerca de 10% viven en situación de pobreza extrema y 15% en situación de pobreza moderada7. (Sachs, 2005, p. 48).

La cuestión social, en el caso latinoamericano, pre-senta como destaque la cuestión nacional: el mundo indí-gena, la situación de los negros, de la mujer, del mundo rural, de los operarios, el narcotráfico, la violencia, las epidemias (SIDA), el trabajo infantil, las políticas so-ciales del Estado. Todas estas realidades se encuentran balizadas a partir de tres estrategias conservadoras de ajustes económicos: la focalización, la privatización y la descentralización (Wanderley, 1997, p.122-123).

Dentro de un proceso de colonización contem-porá-neo, un conjunto de compromisos han sido formalizados

dentro de las Metas del Desenvolvimiento del Milenio (MDMS), a través de ocho objetivos, con el cual, en 2002, todos los 191 Estados miembros de la ONU han concordado, al firmar la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, [...] se buscará reducir la pobreza por la mitad hasta 2015, tomando por base los datos de 1990. [...] Y los países ricos prometieron repetidamente que ayudarían a los países pobres para que éstos pudieran alcanzar tal objetivo a través del aumento de la ayuda al desarrollo y mejores reglas globales del conjunto (Sachs, 2005, p.51).

Ante todo, surge el cuestionamiento si de hecho las naciones ricas, a través de sus representantes instituidos FMI y BM tendrán condiciones de revertir la situación, considerando la política de préstamos y inversiones de las referidas instituciones, y la pobreza como una cuestión estructural, es decir, ¿está incrustada en la con-formación del sistema capitalista, siendo repro-ducida en escala progresiva? Si la intención es disminuir la pobreza extrema, ¿esto significa que los otros niveles de pobreza pueden ser tolerados? ¿Ser moderadamente o relativamente pobre significa ascensión social, si lo comparamos a la condición de pobreza absoluta?

Al respecto al Brasil, cabe resaltar que el Banco Mundial actúa en el país desde 1949 habiendo ya apo-yado el Gobierno Brasileño en más 380 operaciones de crédito que suman más de US$ 36 billones. Actualmente, las estrategias del BM buscan partir de una visión del propio país: de un Brasil más justo, sostenible y competitivo. Sin embargo, es necesario tener claro que todas las acciones propuestas exigen contrapartidas que nos llevan a realzar la cuestión presente en el documento de asistencia del BM al Brasil: ¿qué políticas deben ser empleadas para realizar esta visión común8? Somos llamados a reflexionar a cerca de la potencialidad de la Política Nacional de Asistencia Social en configurarse como una estrategia de resis-tencia y superación de las desigualdades contemporá-neas oriundas de la relación capital-trabajo, ante el agravio de la miseria y el debili-tamiento del contexto social brasileño.

El documento: Objetivos y Metas del Milenio9 está dividido en ocho objetivos que se despliegan en die-ciocho metas, donde cada una posee varios indicativos que suman el total de cuarenta y ocho. El primer gran objetivo es erradicar la pobreza extrema y el hambre10. Las dos metas correspondientes a este objetivo son: disminuir por la mitad el índice de la población que vive con menos de un dólar y la población que sufre con el hambre.

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En el año 2004, a través de los datos del Instituto Brasileño de Geografía e Estadística (IBGE), la pobla-ción brasileña superaba a los 180 millones de habitantes. De los cuales 20 millones viven en pobreza extrema, lo que corresponde a 11,6% de la población (éstos son también llamados de indigentes), y 30% de la pobla-ción sobrevive con menos de un dólar al día, lo que corresponde a 52,3 millones de habitantes (clasi-ficados como pobres). Sin embargo, los datos de la realidad vivenciada por millones de brasileños, demuestran que hay un aumento significativo de la pobreza y miseria (IBGE, 2006, p.02)11.

El documento Estrategia de Asistencia al País12 (EAP) estimula que el Brasil vuélvase un país más justo, sostenible y competitivo. Para que esto pueda suceder, son establecidas varias condiciones y metas, como por ejemplo, en relación a la reforma de la previdencia so-cial, la unificación y el mejor direccionamiento de los programas sociales y la continuidad del ajuste fiscal, es decir, una preocupación en mejorar las finanzas publicas y aumentar la inclusión social (Documento EAP, 2003, p.02). Al analizarse el referido documento, constatase que el discurso social, en nombre de la mejoría de la calidad de vida de los brasileños en ayudar al país en el combate de la miseria, es justificado por el discurso económico, para el cual el real interés es garantizar las condiciones necesarias para que el país pueda continuar pagando la deuda externa. La nueva administración federal se comprometió con la austeridad fiscal, con im-plantación de metas de inflación y con el cumplimiento de los contratos de la deuda. (EAP, 2003, p.17)

El BM justifica la necesidad de apoyar todas las re-formas gubernamentales a fin de garantizar y posibilitar el bien estar de la población brasileña. Bienestar éste que visa producir capital social en la medida en que, Estado, sociedad civil y mercado, compactan de una ideología para el combate de la miseria y la pobreza. Uno de los modos de contribución por parte del BM a fin de que los objetivos y metas del milenio sean atendidos es el asesoramiento evaluación y el control de la economía brasileña, de forma que pueda asegurar que el país tendrá condiciones de pagar parcelas de la deuda (con cuota muy elevada). El discurso ideológico del BM está centrado en el aspecto moralizante de la preocupación con la pobreza y la miseria. Un discurso que oscila entre el apelo moral y la mercantilización y la expansión de las directrices neoliberales. De este modo, se justifica el siguiente slogan: Nuestro mundo es un mundo en donde no existe miseria (Stiglitz, 2002, p.51).

Ante tal coyuntura, abordar la cuestión de la asistencia social como política social, embasada en la responsabilidad estatal y la universalización del acceso a los derechos sociales, es el grande desafío que van siendo enfrentado en el Brasil, desde el decreto de la Constitución Federal de 1988 que ascendió la política da asistencia para el status de política pública, incluyéndola en el campo de la Seguridad Social, junto con la política de la Salud y la Previdencia Social.

En 1988, la población brasileña conquistó algunos espacios de participación política a través de la lucha entre aquellos que exigían los derechos y aquellos que los deberían consolidar, es decir, en el enfrentamiento entre sociedad civil y Estado. La Constitución Federal de 1988, en el capítulo de la Seguridad Social, dedica una sección específica a la Asistencia Social, alertando a los destinatarios de esta política e indicando la fuente primaria de los recursos que costearon estas acciones, así como, las directrices que serian adoptadas en la política de asistencia social, incluyendo la descentra-lización político-administrativa y la participación po-pular (Brasil, 1988).

En la década de 90, decurrentes de estas novas di-rectrices, hubo el surgimiento de Consejos de Asistencia Social en las tres esferas gubernamentales (municipios, estados y federación). Estos Consejos se constituyen en mecanismos de participación demo-crática de la población en las decisiones políticas, pues viabilizan el ejercicio del control social a través de una esfera púublica no-estatal, considerando que su composición paritária (50% de representantes gubernamentales o 50% no-gubernamentales) permite la elección de per-sonas de organizaciones de la sociedad civil para que puedan acompañar, fiscalizar y proponer acciones para la política asistencial.

Con la promulgación de la Ley Orgánica de Asisten-cia Social (LOAS) en 1993, la Asistencia Social pasa a ser comprendida como política pública, derecho del ciudadano y deber del Estado, así como, presupone un conjunto de acciones por parte de éste, visando la garan-tía de padrones de protección social y de satisfacción de las necesidades sociales de la población. Es importante mencionar, aún, a las Conferencias de Asistencia Social para las tres esferas de poder, una vez que se constituyen en mecanismos definidores de las directrices globales de los planos de acción.

Actualmente, después de13 años de la implantación del LOAS, se constata que a pesar de la ecualización de

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la asistencia social como derecho social, la reducción de las inversiones en la área social, resultante de la perspectiva neoliberal adoptada pero gobierno brasileño, parece obscurecer la aparente conquista de este derecho. En este sentido, la consolidación de la asistencia social como política publica y derecho social, exige aún, el enfrentamiento de importantes desafíos, como por ejemplo: el presupuesto destinado y la construcción e implementación del Sistema Único de Asistencia Social (SUAS), aprobado en 2004. No se puede olvidar que la operacionalización de esta política publica depende del presupuesto previsto realmente destinado à área social. Se sabe que, históricamente, este montante todavía es muy reducido para atender las necesidades de la po-blación brasileña una vez que la parte más grande del presupuesto está destinado al pago de la deuda externa.

En lo que se refiere a las inversiones necesarias para el desencadenamiento de acciones políticas de protec-ción social pública, se puede observar la contradicción relativa a las condiciones establecidas por el FMI.Ante tal realidad se hace necesario cuestionar cómo, de he-cho, se podrá operacionalizar un molde que conteste a las necesidades sociales de la población vulnerabilizada, a través de medidas de Política Nacional de Asistencia Social (PNAS).

Los conflictos permanentes entre las condiciones concretas de articulación de derechos en un Estado mínimo, ante las restricciones permanentes de los mis-mos, exige una fuerte movilización de los diferentes segmentos sociales, en el sentido de informar a los usuarios de sus derechos, así como, mantener en alerta los segmentos intelectuales para la compleja cuestión que envuelve la gestión de programas y proyectos vin-culados al Ministerio del Desenvolvimiento Social y Combate al hambre13.

Las reformas impuestas al Brasil, aseguran el acceso al mercado internacional, el cual significa aceptar y compactar con la lógica del imperio capitalista en un contexto de globalización, es decir, en una dimensión de globalización de la pobreza. Al considerarse la coyuntu-ra internacional y sus intereses económicos y políticos son necesarias cierta desconfianza y visión critica, en la medida en que el discurso neoliberal pode ser con-fundido con el discurso de resistencia en nombre del desenvolvimiento social. Los programas de acción de la PNAS brasileña, como por ejemplo: el programa de Bolsa Familia y el Beneficio de Prestación Continuada (BPC), pueden favorecer que millones de brasileños ten-gan acceso a sus derechos, sin embargo, pueden también

funcionar como estrategias de manutención y control de la pobreza, presentándose como discursos que acaban por reforzar la ideología hegemónica del capitalismo.

De este modo, el debate sobre la relación del BM y FMI con los países que a ellos recurren en busca de recursos financieros es siempre un tema a ser explo-rado y acompañado en la agenda política, económica y principalmente en lo que se refiere a la Política Nacional de Asistencia Social. Las políticas públicas brasileñas están íntimamente relacionadas con las determinacio-nes de la coyuntura internacional. En este sentido, se puede cuestionar la autonomía de las mismas en pro del bienestar social, en la medida en que éstas no siempre son orientadas por los intereses nacionales, pero acaban convirtiéndose en una consecuencia (in)directa de las decisiones económicas del contexto internacional. Cap-tar esta relación es desvelar la trama (in)visible de donde se origina las determinaciones que afectan directamente el cotidiano de los ciudadanos brasileños.

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Notas al pie1. Doctora en Servicio Social, con Post -Doctorado en

la Universidad Católica Portuguesa. Coordinadora del Núcleo de Estudios y Pesquisas en Políticas Sociales y Procesos de Trabajo del Asistente Social (NEPsTAS) junto al Programa de Post-Graduación en Servicio Social de la PUCRS [email protected].

2. Asistente Social. Especialista en Gestión del Capital Humano/FAPA. estranda en Servicio Social junto al PPG en Servicio Social de la PUCRS. Integrante NEPsTAS. [email protected].

3. Psicóloga. Mestre en Psicologia Social e Institucional/UFRGS. Doctoranda en Servicio Social/Bolsista CAPES junto al PPG en Servicio Social de la PUCRS. integrante del NEPsTAS. [email protected].

4. Asistente Social. Doctoranda en Servicio Social junto al PPG en Servicio Social de la PUCRS. Integrante del NEPsTAS. Docente del cursode Servicio Social de la UCPEL/RS [email protected].

5. Actualmente existen 184 países miembros. Recuperado en marzo de 2007 de http://www.bancomundial.org.br/index.php/content/view/6.html 007.

6 . A parte del poder norte-americano cabe destacar el poder de otros países que componen el grupo del G8 - Japan, Alemania, Franza, Reino Unido, Itália, Canadá y Rúsia.

7. Sachs (2005) define como pobreza extrema (absoluta), la condición en que las personas no pueden satisfacer las necesidades básicas de sobrevivencia; sufren el hambre crónica; no poseen acceso a la salud; no disponen de agua potable y servicio de desagüe; no pueden ofrecer educación para sus hijos y no poseen vivienda. Situaciones que ocurren en países en desarrollo. La pobreza relativa y moderada se refiere a la situación en que el rendimiento familiar esta abajo de una determinada

proporción de la rienda mediana nacional. En países de alto rendimiento financiero las personas que encuéntranse en la condición referida no tienen acceso a bienes culturales, entretenimiento, recreación salud y educación de calidad, ni a privilegios de movilidad social ascendente. (p.46-47).

8. Óptica común entre el Banco Mundial y el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

9. Recuperado en marzo de 2007 de Objetivos e Metas do Milênio www.finasa.gov.br/web%20Funasa/fbs/PDF/Metas.pdf.

10. Recuperado en marzo de 2007 de www.finasa.gov.br/web%20Funasa/fbs/PDF/Metas.pdf.

11 Recuperado en abril de 2007 de http://www.ibge.gov.br/home/presidencia/noticias/30082004projecaopopulação.shtm.

12. Documento elaborado en 2003 donde las estrategias son para el período de 2004-2007, y fundamentase en el Plan Plurianual elaborado por el gobierno federal. Recuperado en marzo de 2007 de www.bancomundial.org.br/index.php/content/view-folder/1792.html.

13. Las informaciones pueden ser adquiridas en http://www.mds.gov.br/,

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Resumen. La presente investigación tiene como ob-jetivos realizar un estudio comparativo, analizando semejanzas y diferencias en la implementación de pro-yectos políticos municipales, analizando el despliegue de estrategias de articulación con diferentes actores sociales involucrados en la cuestión social.

El proyecto de investigacion está encaminado a reconocer los Programas Sociales descentralizados y los autónomos, implementados y en vigencia por los entes municipales, distinguiendo la capacidad jurídico-adminsitrativa que permite aplicar o no Programas Sociales, señalando la capacidad política de los entes bajo estudio y las concepciones sobre la cuestión social subyacente en los gestores de aquéllas.

Además se analizará el impacto de los Programas Sociales en las condiciones de vida de la población beneficiaria y se realizará una descrripción de los meca-nismos de monitoreo y evaluación de las políticas sociales en vigencia.

Políticas sociales en las agendas municipales. escenarios y arenas en la gestión de lo social. Estudio comparativo en municipios con diferente

capacidad de inserción en el funcionamiento económico regional. Villa María.2003-2006. Córdova, Argentina

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La investigacón se centra en cinco ejes:1. Políticas Sociales Municipales: Gestión Social- Agen-

das Sociales Municipales.2. Reforma Política y municipalización de lo social:

Desentralización-Programas Sociales.3. Modelos de Gestión Municipal: Estilos políticos

de gobiero- Participación de la sociedad civil-Intervención profesional del Trabajador social, su posicionamieto.

4. Actores sociales: Municipio- Entidades de organiza-ción civil-ciudadanos

5. Monitoreo e evaluaión de Programas Sociales.

IntroducciónLa municipalización, como uno de los procesos de re-versión del sistema de políticas sociales, se materializa vinculada a otros que estructuran la reconversión neo-liberal del sistema de políticas sociales. Es decir, toma forma y contenido a partir de la connivencia con los

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siguientes elementos: la privatiza-ción, la focalización, el desdibujamiento de la secto-rialidad bajo el nombre de integralidad.

En Argentina, diferentes investigaciones han abor-dado algunos aspectos de estos procesos ocurridos en los gobiernos locales, particularmente lo ocurrido luego del retorno democrático en los 80 y más recientemente en relación al proceso de reforma del estado de los 90s.

Entre estos estudios podemos citar el de Smulovitz y Clemente (2004) que analiza si el proceso de descen-tralización que tuvo lugar en la Argentina de los años ’90 dio lugar al desarrollo de nuevas habilidades y capacidades municipales para la provisión de políticas públicas más acordes a las necesidades locales; la inves-tigación realizada por Pírez (1994) se detiene en estudiar el gobierno local en capitales provinciales en Argentina: Resistencia y la Rioja; también el trabajo efectuado por Rodríguez y Velásquez (1994), centra el núcleo analítico en la gestión local en ciudades intermedias de América Latina; y la investigación de Fernández Soto (2001) que estudia los aspectos políticos sociales contenidos en las formas específicas de concreción del núcleo duro de las políticas sociales en el municipio de Tandil.

El trabajo de investigación que el equipo realiza, intenta demostrar que la gestión de lo social implica un mix de programas sociales nacionales, provinciales y propios de los municipios desde una política social focalizada que no fortalece los grupos sociales, las organizaciones de la sociedad civil y no articula dichas políticas en el marco del desarrollo regional sostenido.

Además buscará demostrar que en los municipios de mayor tamaño sobresalen las dificultades para la articulación con áreas municipales y con sectores de la sociedad civil donde coexisten funcionarios políticos con funcionarios de carrera, técnicos y profesionales, los cuales responden a distintas lógicas y diferentes inte-reses que pueden o no, tener representación organizada en la sociedad civil. Mientras que en los municipios de menor tamaño y comunas, la alta clientelización de las demandas y cierto deposito de las decisiones en la per-sona del intendente o presidente de comuna, desdibujan y recortan las acciones técnicas de otros profesionales.

A modo de hallazgosEl municipio constituye la organización política estatal más cercana al ciudadano. Muchas veces, las comunas deben atender demandas con escasos recursos y capa-cidades institucionales limitadas. Es en este contexto que los líderes locales y el espacio municipal adquieren

singular relevancia, no sólo porque deben atender múl-tiples reclamos sino porque constituyen el vínculo más directo entre los ciudadanos y la cosa pública.

La realidad municipal de nuestro país es muy com-pleja y presenta características diferenciadas en cada lugar. Las funciones municipales actuales exigen mayor conocimiento técnico, creatividad e incorpo-ración de herramientas modernas de gestión. Por eso, el ámbito municipal se presenta como un buen espacio para la articulación del gobierno con las organizaciones de la sociedad civil y las entidades privadas en pos del bienestar local.

Por otra parte, si bien las cuestiones locales han ad-quirido gran relevancia en la última década, en el contex-to de descentralización de funciones, este escenario no se conduce con un tratamiento profundo de la temática de la gestión municipal en la agenda pública. Por ello se considera importante abordar la cuestión municipal a partir de la evaluación de las gestiones locales y de la construcción de índices objetivos para su análisis, lo que tendrá mayor impacto sobre funcionarios de los distintos niveles de gobierno, académicos y representantes de la sociedad civil.

En el modelo actual, la justicia social se quedó en el tiempo y la equidad suena a una utopía inalcanzable. Y el que no tiene un trabajo digno ni la seguridad de que podrá alimentar, vestir y educar a sus hijos encuentra muchas, demasiadas dificultades para pensar en el tema de sus propios derechos.

El municipio, al tener un contacto más directo con el ciudadano, con su problemática, tiene la posibilidad de intervenir positivamente mediante la implementa-ción de políticas sociales, la canalización de recursos, la atención personalizada, sobre aquellos aspectos más relevantes que los afectan cotidianamente.

En este contexto ¿es posible la participación política del Trabajo Social en los niveles de decisión?

Es sabido que el ejercicio profesional en el ámbito público ubica al Trabajador Social bajo condiciones de asalariado, no obstante las tareas atribuidas y el man-dato conferido no pueden ser enteramente definidos ni codificados, lo cual deja a los profesionales una relativa autonomía e iniciativa en la producción de lo que de ellos se espera.1

Desde el ámbito municipal, al Trabajador Social le es posible diagramar y ofrecer alternativas que posibiliten la participación y el protagonismo de los vecinos en la resolución de dificultades, dificultades que atraviesan especialmente a los sectores más desprotegidos de la

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comunidad; coordinar recursos y políticas sociales a nivel local significa crear un espacio indispensable donde canalizar las demandas, implementar proyectos, brindar atención personalizada y llevar adelante una tarea orientada firmemente a mejorar la calidad de vida de cada uno de los vecinos en particular y de la comunidad en general.

Esto implica encontrar el espacio que permita al profesional coordinar con las autoridades acciones concretas, estableciendo prioridades en la atención de las demandas y en la asignación de recursos; generar propuestas para la participación comunitaria; promover la creación de redes sociales vecinales e institucionales.

Algunas de las funciones más frecuentes del Trabaja-dor Social en el ámbito municipal que encontramos son:· Función Organizativa: propicia el diálogo con los

sectores involucrados, incluidas las autoridades municipales, realizando una priorización de las actividades a desarrollar.

· Función Asistencial: hace hincapié en el logro de mayores niveles de equidad social, teniendo en cuenta las dificultades que este campo de intervención profesional presenta; sustancialmente por los criterios de asignación de recursos que en general se ponen en práctica.

· Función Educativa: en la Participación Comunitaria, en la creación de redes Sociales en la comunidad.

· Función Técnica: aunque con menor frecuencia, asesoramiento técnico en el diseño de políticas sociales y de acciones de gobierno, negociando, aportando saberes que hacen a la especificidad profesional.Esta descripción de las funciones y actividades de

los profesionales dentro del municipio nos plantean interrogantes que atraviesan nuestra investigación:

¿Cómo afectan al trabajador social las tensiones éti-cas que atraviesan el ejercicio profesional en el ámbito intitucional municipal?

¿Qué relación hay entre la condición de asalariado y la condición profesional?

¿Cómo hacer más atractivo el municipio como espa-cio de jerarquización para los profesionales?

¿Es posible llevar adelante un proyecto profesional desde una perspectiva critíca frente a un mandato ins-titucional que a veces sólo requiere de intervenciones lineales y unívocas que reduce a los profesionales a permanecer como parte de una lógica formal, a-crítica?

¿Cómo sensibilizar a la clase política del orden muni-cipal, respecto de la importancia de la real participación

de la sociedad civil? ¿Qué elementos son rescatables de las experiencias

existentes?¿En qué medida debe participar la sociedad en la

problemática municipal? ¿Qué experiencias de cogestión ciudadana pueden

ser analizadas como modelos exitosos? ¿Qué tipo de estructuras facilitan o bloquean la

participación ciudadana? ¿Cómo fomentar una cultura de participación res-

ponsable?¿Cómo puede combatirse, o por lo menos neutrali-

zarse, la cultura del clientelismo?¿Cuáles tareas y condiciones pueden calificarse

como inherentes al Trabajador Social, más próximos a la proyección que a la quietud?

Resultados esperadosEl proyecto busca establecer vinculación entre la Uni-versidad pública y los municipios de su zona de influen-cia, aportando acciones que permitan generar nuevas posibilidades de articulación entre Estado y Sociedad Civil, posibilitando la construcción de prácticas en polí-ticas sociales desde el consenso que legitimen la acción de gobierno, construyan ciudadanía y se enmar-quen en los procesos de desarrollo regional. · Lograr que los resultados de la investigación

sean incorporados a las agendas municipales en los espacios de implementación de políticas: Intendencia, Secretarias de Gobierno, Consejos deliberantes.

· Crear redes entre los entes municipales regionales tendientes a la firma de convenios o protocolos de trabajo para implementar políticas sociales sustentables.

· Aportar a la generación de indicadores de monitoreo y evaluación en el diseño e implementación de políticas sociales en el marco del desarrollo económico-social.A nivel académico, el presente proyecto posibilitará

la vinculación de dos funciones básicas de la univer-sidad, como son docencia e investigación, en el sentido en que el conocimiento producido se convertirá en insumo teórico-práctico para la actividad docente de grado que los integrantes del equipo desarrollamos en nuestra unidad académica.

Aportará información, para seguir profundizando con nuevas investigaciones, acerca de qué y cuánto de estos discursos, prácticas y representaciones sobre-

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viven e impregnan las prácticas profesionales en las instituciones.

Se propone extender los resultados de la investiga-ción hacia profesionales que desarrollan sus funciones en el ámbito municipal, a través de cursos de formación y capacitación que muestren los resultados y la meto-dología de investigación utilizada.

Por ultimo, el producto de la investigación será uti-lizado como insumo para generar otras investigaciones que contribuyan a estudiar el campo de la temática planteada y sus derivaciones.

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Resumen. En el marco de una transformación de los discursos y prácticas sociales, económicas y políticas, tanto por parte del Estado como de la sociedad civil, en la Argentina se vienen desarrollando diversas ex-periencias de economía social o solidaria. En el año 2003 comenzó a implementarse el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra, poniendo en el centro de la discusión la economía social como estrategia de inclusión social. En este marco, el objetivo de este artículo es analizar las tensiones de la construcción de la economía social como política social a partir de la experiencia del Plan Manos a la Obra y su rol en el actual modelo de desarrollo. Se trata de un estudio empírico en base a fuentes secundarias. Primero se presentan los objetivos del Plan y se señalan algunas

Políticas sociales de promoción de auto-empleo: ¿una vía de construcción de la economía social?

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Investigación

cuestiones significativas respecto de los mismos. Luego se analiza la implementación y los sistemas de apoyo estatales que se construyeron en torno a esta política. Por último, se plantean reflexiones finales e interrogantes para pensar las políticas sociales en relación con las políticas económicas y de empleo.

Abstract. In a context of transformation of the speeches and social, economic and political practices of the State and the civil society, in Argentina are being developed diverse experiences from social or solidarity economy. In 2003 it has been implemented the National Plan of Local Development and Social Economy Hands to Work, putting in center of the discussion the social

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economy as a strategy of social inclusion. The objective of this article is to analyze the tensions of the construc-tion of the social economy as a social policy, taking the experience of the Plan Hands to Work, and analyzing its roll in the development model. This is an empirical study on the basis of secondary sources. First, I present the objectives of the Plan and underline some signifi-cant questions with respect to the design of the policy. Then I analyze the implementation and the actions of support that were constructed around this policy. Finally I make some questions to think about the social policies in relation to the economy and employment policies.

IntroducciónEn el marco de una transformación de los discursos y prácticas sociales, económicas y políticas, tanto por parte del Estado como de la Sociedad civil, en la Ar-gentina se vienen desarrollando diversas experiencias de economía social o solidaria. Más allá de la variedad de las prácticas de construcción de formas económicas no capitalistas1, todas ellas intentan resolver el acuciante problema del sustento cotidiano inmediato y, al mismo tiempo, buscan la institucionalización de valores de solidaridad colectivos (Coraggio, 2008).

En el año 2003 comenzó un proceso de reestruc-turación de la política social en nuestro país, cuyo objetivo fue integrar los programas sociales que venían implementándose de manera dispersa desde la década de 19902. Una de las propuestas más novedosas fue el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra. A partir de este Plan la economía social co-mienza a tener un rol más relevante en tanto estrategia de inclusión social, a través de la promoción del desarrollo local y el auto empleo. Si bien anteriormente existieron algunos programas destinados a fomentar la actividad asociada, el desarrollo o empleo local3, ninguno tuvo la relevancia ni la magnitud que en la actualidad tiene el Plan Manos a la Obra.

El objetivo de este artículo es analizar las tensiones de la construcción de la economía social como política social a partir de la experiencia del Plan Manos a la Obra. ¿Cuenta la economía social en la Argentina con políticas públicas de apoyo? ¿Cuál es su rol e impor-tancia en el actual modelo de desarrollo? Parto de la hipótesis de que la política social para la promoción del auto-empleo desarrollada al margen de un marco legal adecuado y de una regulación eficiente de los mercados y de las protecciones para el trabajo asociado genera

formas de trabajo precarias. Por lo tanto las posibilida-des de impacto en el bienestar (en términos de calidad del trabajo y protecciones sociales) de los destinatarios están fuertemente limitadas.

En cuanto a la metodología utilizada, se trata de un estudio empírico en base a fuentes secundarias, tales como informes de gestión, evaluación y auditorías, la normativa que regula el Plan, así como datos cuantitati-vos respecto de la ejecución presupuestaria del mismo.

Primero presentaré brevemente los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra y señalaré algunas cuestiones significativas respecto de los mismos. Luego me centraré en analizar su implementación y los sistemas de apoyo estatales que se construyeron en torno a esta política, por último plantearé algunas reflexiones finales e interrogantes que quedan abiertos para pensar las políticas sociales en relación con las políticas económicas y de empleo.

Las tensiones en la construcción de la economía social como política socialLas políticas sociales son constitutivas del régimen social de acumulación y se orientan específicamente a las condiciones de vida y de reproducción de distintos sectores y grupos sociales, operando especialmente en la distribución secundaria del ingreso (Danani, 1996: 22). Históricamente han cumplido una función regu-ladora de las condiciones de venta y uso de la fuerza de trabajo (Cortés y Marshall, 1993 en Danani, 1996: 23). Pero no son las únicas intervenciones sociales del Estado, por ejemplo las políticas laborales también lo son, aunque operen directamente en la regulación de la relación capital-trabajo (ibid.). A diferencia de la política económica, las políticas sociales, reitero, operan en la distribución secundaria del ingreso. Partiendo de esta conceptualización analizaré las tensiones presentes en la construcción de la economía social como política social.

Características generales del Plan Manos a la ObraLa Resolución Nº 1.375/04 del Ministerio de Desa-rrollo Social estipula la creación del Plan Nacional de Desarrollo Local Manos a la Obra, cuyo propósito es constituirse como un sistema de apoyo a las iniciativas de desarrollo socioeconómico local, destinado particu-larmente a los sectores de bajos recursos. Para ello se plantean tres objetivos generales: 1. Contribuir a la mejora del ingreso de la población en

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situación de vulnerabilidad social en todo el país. 2. Promover la economía social mediante el apoyo téc-

nico y financiero a emprendimientos productivos de inclusión social generados en el marco de procesos de desarrollo local.

3. Fortalecer a organizaciones públicas y privadas, así como espacios asociativos y redes, a fin de mejorar los procesos de desarrollo local e incrementar el ca-pital social, mejorar su efectividad y generar mayores capacidades y opciones a las personas, promoviendo la descentralización de los diversos actores sociales de cada localidad (Res. MDS Nº 1.375/04).Los destinatarios del programa son personas, fami-

lias o grupos de personas desocupadas o subocupadas que se encuentren en situación de pobreza y/o vulnera-bilidad social y que estén desarrollando alguna actividad produc-tiva y/o comunitaria o necesiten apoyo para co-menzar.El mismo está compuesto por tres componentes:1, Apoyo económico y financiero de emprendimientos

productivos y de servicios. 2, Fortalecimiento institucional, cuyo objetivo es

fortalecer espacios de concertación local, tales como Consejos Consultivos Locales y Provinciales de Políticas Sociales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, espacios de intercambio de la economía social, etcétera.

3. Asistencia técnica y capacitación.La implementación del Plan se realizará a través de

procesos participativos e intersectoriales de nivel local, partiendo de las potencialidades del territorio. La estra-tegia de intervención busca promover la producción y comercialización de bienes y servicios y el desarrollo de capacidades que permitan mejorar los ingresos y la cali-dad de vida de su población de manera sostenible y con niveles crecientes de equidad (Res. MDS Nº 1.375/04).

La primera tensión que se presenta tiene que ver con el mismo diseño del Programa y la población objetivo. Si el Plan Manos a la Obra está destinado únicamente a personas en situación de vulnerabilidad social, ¿Es posible construir una economía alternativa? Considero que esta forma de focalización puede promover una economía aislada de pobres para pobres, limitando la posibilidad de constituirse en una solución integral que promueva la inclusión social y económica de los sujetos, tal como se explicita en el diseño del programa. Esta primera limitación se reproduce y refuerza en la instan-cia de la implementación. A continuación me referiré al alcance del Plan y el problema de la sustentabilidad

de los emprendimientos como dos indicadores del al-cance y rol de esta política social en el actual modelo de desarrollo de la Argentina.

El alcance del PlanDesde el comienzo de la implementación hasta la ac-tualidad se ha ampliado la cobertura del Programa. En el año 2003 se financiaron 7000 unidades productivas, alcanzando a 141 mil emprendedores. Para la segun-da etapa, a partir del 2004, se apoyaron financiera y técnicamente 26.900 emprendimientos productivos, alcanzando a 284 mil beneficiarios (La construcción pública del Desarrollo Local, 2006: 61). El informe de ejecución presupuestaria del año 2006 del Ministerio de Desarrollo social refiere que los emprendimientos productivos financiados fueron 34.950, alcanzando a 109.501 pequeños productores.

Si bien los informes del Ministerio de Desarrollo So-cial muestran una significativa ampliación del alcance, no se tienen en cuenta otros factores, como por ejemplo los altos niveles de inflación en nuestro país4, que dismi-nuyen el poder de compra real de los recursos otorgados. En este sentido, los montos máximos de financiamiento no han aumentado. Tampoco tiene relación el alcance del Programa con el número de personas en situación de vulnerabilidad social o de pobreza5. A pesar de la masi-vidad que intenta tener el programa, no alcanza a cubrir la totalidad de los potenciales beneficiarios. Tampoco alcanzan los recursos destinados para promover el desa-rrollo local, si no se complementa la estrategia «social» con otras medidas económicas y de política laboral. Tal como señalan Barbeito, Goldber, Lo Vuolo, Zuazúa y Rodríguez Enríquez (2007: 9), en la distribución de los ingresos en la Argentina sigue primando una estructura tributaria regresiva y un gasto social que se orienta por los mismos criterios de la década anterior: programas asistenciales condicionados y baja calidad de las polí-ticas más universales y de seguro social.La sustentabilidad de los emprendimientosRespecto del problema de la sustentabilidad de los emprendimientos generados a partir de esta política social, el mismo es abordado a través de las líneas de financiamiento para redes, tales como el Proyecto Integral para el Desarrollo Territorial Socioproductivo, el apoyo financiero a encadenamientos productivos, el servicio de apoyo a la producción y a la comercia-lización, y el componente de fortalecimiento de actores de la economía social, cuyo fin es la planificación de

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acciones coordinadas de apoyo más amplias que con-tribuyan a la sustentabilidad de los mismos. A pesar de estos componentes, se observa una fuerte limitación en la cantidad de recursos monetarios destinados a la promoción del auto-empleo. El porcentaje del presu-puesto del Ministerio de Desarrollo Social para este Plan es considerablemente inferior al de otros progra-mas asistenciales. En el año 2005 se invirtieron 110 millones de pesos en el Plan Manos a la Obra, esto es un 4% del presupuesto (Hintze, 2007). Para este año se destinarán 336 mil millones de pesos para el Plan Familias, 930 para Seguridad Alimentaria y solamente 142 millones para el Manos a la Obra (La Nación 24-8-2008). Ante estos datos surge una pregunta: ¿es posible generar empleo y emprendimientos sustentables de esta forma? La economía social no puede ser abordada simplemente a través de políticas sociales focalizadas débilmente financiadas. Es fundamental problematizar los altos niveles de regresividad en la distribución del ingreso que persisten; la informalidad laboral; la ma-triz tributaria regresiva y pro-cíclica de nuestro país y el patrón productivo que se está implementando, cuya competitividad está basada en recursos naturales y bajos ingresos laborales (Barbeito, Goldber, Lo Vuolo, Zuazúa Y Rodríguez Enríquez, 2007).

Sistemas de apoyo al Plan Manos a la Obra Microcrédito: ¿una herramienta de la economía social?

Uno de los puntos centrales del diagnóstico de la situa-ción de la economía social realizado por el Gobierno, plantea las dificultades de acceso al sistema financiero por parte de las personas en situación de vulnerabilidad social. Por ello el Programa intenta brindar acceso al crédito y a subsidios para financiar las actividades pro-ductivas de esta población que por su situación econó-mica son excluidos de los sistemas de crédito bancario. Se parte del supuesto de que generar oportunidades de acceso al financiamiento permitirá el desarrollo de las capacidades productivas de los destinatarios de la política social, al mismo tiempo que se asocia directa-mente la obtención de un microcrédito o de un subsidio con la posibilidad de acceder a ingresos. Con base en este diagnóstico, el 21 de julio de 2006 se sancionó la Ley de Promoción de Microcrédito (Ley 26.117), cuyo objetivo es estimular el desarrollo de grupos y personas de escasos recursos y fortalecer a entidades sin fines de lucro que colaboran con el desarrollo de políticas sociales (Diario Página 12 21-7-2006)6.

Sin embargo la oportunidad de acceso al financia-miento que se intenta alcanzar en la implementación del Plan Manos a la Obra encuentra dos limitaciones fundamentales. Por un lado, el acceso al microcrédito per se no genera necesaria ni directamente oportuni-dades de acceso a ingresos suficientes para cubrir las necesidades de los emprendedores y de sus familias7. La segunda limitación que observamos tiene que ver con

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los montos de los subsidios (hasta 10 salarios mínimos por integrante del emprendimiento) o el microcrédito (12 salarios mínimos según Ley 26.117) otorgados. El financiamiento es limitado y muchas veces insuficiente para poner en marcha un emprendimiento productivo si el mismo no cuenta ya con alguna capacidad insta-lada, capacitación u otros recursos que complementen los otorgados por el Plan Manos a la Obra. Aquí cabe preguntarnos si el microcrédito en tanto sistema de fi-nanciamiento puede constituirse en una herramienta que potencie el desarrollo de la economía social, dadas las limitaciones señaladas. El microcrédito parece reforzar la lógica de una economía de subsistencia focaliza en los pobres.

La regularización de los emprendimientos La mayoría de los emprendimientos promovidos por el Plan Manos a la Obra son informales, por ello no cuentan con un sistema de protección de salud, tampoco realizan aportes para la jubilación, ni tienen acceso a los derechos laborales consagrados en la Constitución Nacional. A fin de enfrentar este problema, se creó el Registro Nacional de Efectores de Desarrollo Local y Economía Social8. El Efector Social, en condiciones de inscribirse en el Registro, es aquella persona que está realizando una única actividad productiva y ve dificulta-da su inserción en la economía por estar en una situación de vulnerabilidad social. El Registro fue creado para facilitar al Efector Social el desarrollo de su actividad económica y el incremento de sus ingresos, a partir de la posibilidad de facturar y de ese modo incorporar nuevos compradores o clientes9. Los inscritos en este registro se encuentran bajo la figura del monotributo social10 que permite facturar legalmente, pero no alcanza a garantizar las protecciones sociales y de salud necesarias. Por otro lado, el número de inscritos en el Registro Nacional de Efectores es muy pequeño (24.800 monotributistas según el informe de gestión 2006) en relación con el total de destinatarios del programa11.

Otras acciones de apoyo a la economía social En el año 2008 se creó a través de la Ley 26.355/08 la marca colectiva MARCA COLECTIVA es todo signo que distingue los productos y/o servicios elaborados o prestados por las formas asociativas destinadas al desa-rrollo de la economía social (Ley 26355/08) y sólo los inscritos en el Registro Nacional de Efectores pueden solicitarla. Si bien esta medida puede resultar positiva

y favorecer la posibilidad de comercialización de los productos, aún no podemos evaluar el alcance que está teniendo, debido a su novedad.

En cuanto a la articulación con otros actores, desde el Ministerio de Desarrollo Social se busca fortalecer la articulación con las Universidades Nacionales que tra-bajen en proyectos referidos a la economía social, para ello se organizan los Encuentros del Foro Federal de In-vestigadores y Docentes: La Universidad y la Economía Social en el Desarrollo Local. También se han realizado reuniones para abordar el tema de la responsabilidad social empresaria, convocando a grandes empresas nacionales y extranjeras, a fin de concientizar y buscar apoyo para los emprendimientos, ya sea a través de la compra de productos, la tercerización de actividades o la capacitación. Profundizar este tipo de articulaciones es fundamental para potenciar el desarrollo de este sector de la economía.

El rol de la economía social en el actual modelo de desarrollo: algunas reflexiones finalesEl objetivo de este artículo fue analizar las tensiones presentes en la construcción de la economía social como política social, partiendo de la experiencia de un Plan de auto-empleo implementado en la Argentina a partir del año 2003. Intenté describir las herramientas estatales de apoyo a la economía social, a fin de indagar acerca de su rol e importancia en el actual modelo de desarrollo.

En cuanto a los logros del programa, podemos señalar la introducción en la agenda pública del tema del desarrollo socio productivo y la implementación de proyectos productivos locales. El Plan intenta vincular la asistencia social con el desarrollo productivo y el fortalecimiento de espacios asociativos; la generación de espacios multisectoriales en una intervención terri-torial, a través de diversas herramientas y sistemas de apoyo. Éstos han tenido distintos niveles de alcance y desarrollo hasta el momento. Sin embargo se observan algunas limitaciones que ponen en cuestión la eficacia de este Plan y lo novedoso del enfoque que se pretende mostrar desde el discurso oficial.

Por un lado, pudimos observar que el diseño del programa focaliza la intervención en personas en situación de vulnerabilidad social. Esto plantea una primera tensión si entendemos el desarrollo local como un proceso basando en componentes económicos, socia-les, culturales y políticos (Coraggio, 2004), destinado a garantizar la reproducción ampliada de la vida, es

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decir la reproducción sin limites de la calidad de vida de todos (Coraggio, 1996). No es posible alcanzar el desarrollo local si las acciones tendientes a alcanzarlo son focalizadas, al mismo tiempo que existe un riesgo de generar una economía segmentada en un sector de calidad y competitivo y otro precario y con pocas posi-bilidades de sustentabilidad para los pobres. Es evidente que tal economía de subsistencia es incapaz de resolver el problema del desempleo y mucho menos de fomentar la inclusión social y económica de los sujetos, tal como se explicita en el diseño del programa.

Esta primera limitación se combina y refuerza con los escasos recursos asignados al Programa, tanto en comparación con los otros programas asistenciales ejecutados desde el Ministerio de Desarrollo Social, como por la incongruencia entre los montos asignados y los objetivos. Si no se complementa la estrategia «social» de promoción del auto-empleo con otras me-didas económicas que reviertan la estructura tributaria regresiva y el carácter pro cíclico del gasto social en nuestro país, difícilmente puedan alcanzarse los ob-jetivos planteados. El rol de la economía social como estrategia de desarrollo en el marco del actual modelo implementado en la Argentina es claramente secundario. A pesar del discurso oficial que intenta presentar el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social como una propuesta superadora de la división entre políticas sociales y económicas, esta integración no se constata en la práctica, ya que el Plan continúa siendo una política focalizada y compensatoria, destinada a aquellos que no pueden insertarse en el mercado de empleo.

Por último, pudimos problematizar el uso de algu-nos sistemas estatales de apoyo a la economía social, tales como el microcrédito o el Registro Nacional de Efectores. En este sentido podemos señalar las fuertes limitaciones que éstos presentan. El primero debido a la dificultad para el desarrollo de emprendimientos sostenibles con un financiamiento tan limitado. El segundo por el débil alcance que hasta el momento ha tenido, pero fundamentalmente, porque no resuelve el problema de la falta de acceso a derechos laborales y protecciones sociales.

Este trabajo proveyó algunos elementos para comen-zar a reflexionar acerca de las potencialidades y limita-ciones de una propuesta de promoción del auto-empleo desde la política social y de su rol en el actual modelo de desarrollo. Sin embargo, aún quedan preguntas abiertas respecto de la percepción que tienen los destinatarios de esta política y las formas de trabajo que está promo-

viendo. ¿Se trata de nuevas formas de organización del trabajo o nos encontramos ante la reproducción de viejas formas de explotación? La disputa por la definición y la consecución de la igualdad social, así como la discusión acerca de qué modelo de sociedad y qué desarrollo queremos siguen abiertas y es claro que no se trata de un problema meramente técnico, sino que implica una decisión ética, política y moral acerca de qué, cómo y para quiénes definimos el bienestar.

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Notas al pie1. Entre ellas se encuentran las Cooperativas de trabajo,

emprendimientos productivos asociativos, empresas recuperadas, redes de comercio justo, asociaciones por un hábitat saludable, etcétera.

2. Desde el discurso oficial se criticaba el modelo neoliberal y el asistencialismo que caracterizaban a dichas políticas. En este marco se diseñaron desde el Ministerio de Desarrollo Social tres Planes Nacionales orientados a: a) atender la problemática alimentaria de familias en situación de vulnerabilidad nutricional (Plan de Seguridad Alimentaria), b) promover los valores que cohesionan, articulan y hacen posible una vida armoniosa en familia y en sociedad (Plan Familias) y c) abordar el problema del desempleo desde la propuesta del desarrollo local y la economía social (Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social).

3. Algunos ejemplos son los micro programas implementados desde la Secretaría de Desarrollo Social, como el Programa de Apoyo al Desarrollo Productivo,destinado a «población con NBI con requerimientos laborales» (Guía de Programas Sociales Nacionales 1995: 55.). Otro programa implementado desde la mencionada Secretaría fue el Programa de Desarrollo Local que se propone «Fortalecer la capacidad institucional de los municipios para inducir y gestionar procesos de desarrollo económico sustentables, orientado a la inversión social hacia la creación y consolidación de emprendimientos productivos generadores de

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empleo» (Guía de Programas Sociales Nacionales 1998: 41).

4. En el trimestre mayo-julio, la canasta básica de alimentos, valuada con los precios reales aumentó casi 27% respecto del mismo período del año pasado (SEL 2007: 1).

5. Para mayo de 2003 la EPH muestra que se encontraban por debajo de la línea de pobreza 2.960.000 hogares, los que incluyen 13.002.000 personas. Del total de los 28 Aglomerados urbanos en el primer semestre de 2006, se encuentran por debajo de la línea de pobreza 1.636.000 hogares, los que incluyen 7.390.000 personas (INDEC 2006). Si bien las cifras muestran una mejora significativa, los niveles de pobreza siguen siendo elevados. Actualmente los datos respecto de la pobreza que proporciona el INDEC no son confiables. Mientras el Gobierno admite que hay 7 millones de pobres y 1,4 millones de indigentes, según un estudio de la consultora SEL, en realidad, hay 11 millones de personas pobres y 3,1 millones de indigentes. Sean 7 u 11 millones, la cantidad de pobres sigue siendo alta», dijo Fabián Repetto, especialista en desarrollo social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento […] (Diario La Nación 24-8-2008).

6. Se trata de «un proyecto con valor social y no mensurable en términos económicos, explicó el ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Nadalich, durante un acto desarrollado en Casa de Gobierno. El funcionario anunció que se creará un fondo nacional de 100 millones de pesos para estimular los microcréditos. En tanto, el secretario de Políticas Sociales Daniel Arroyo, explicó que los destinatarios serán personas que están por debajo de la línea de pobreza o que no son sujetos de crédito bancario e instituciones que tienen mucho vínculo con los vecinos y conocen claramente la realidad del lugar y saben a dónde apuntar los recursos. En el mundo operan cerca de 7 mil instituciones de microfinanzas que asisten a 80 millones de personas (Diario Página 12 21-7-2006). URL http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-70276-2006-07-21.html.

7. Las auditorías del Programa realizadas por la SIGEN muestran que para el caso de la Provincia de Jujuy, (tomando una muestra de 42 emprendimientos), la mitad se encuentra con una producción mínima o precaria y afirman que todos los emprendimientos

tienen dificultades en la comercialización de la producción, lo cual incide negativamente en los ingresos que los emprendedores pueden llegar a percibir. Así también lo muestra el informe de la encuesta de emprendimientos asociativos mercan-tiles realizada por la Universidad Nacional de General Sarmiento (2006): Del total encuestado 623 emprendimientos asociativos mercantiles), un conjunto mayoritario de Emprendimientos Asociativos Mercantiles no llega a generar ingresos equivalentes al monto de un plan de empleo (50 dólares) por integrante. Un segundo gran grupo (casi 1 de cada 3) genera ingresos individuales mayores que un plan pero menores que lo que un Jefe de hogar debería aportar para cubrir la canasta básica de alimentos que define la indigencia para una familia tipo (aprox. 130 dólares). Son pocos (menos del 15%) los que logran superar los 130 dólares mensuales por trabajador.

8. Creado por Decreto 189/04. 9. http://www.desarrollosocial.gov.ar/Efectores/

efectores.asp,10. Creado por la Ley 25.865.11. Ver el punto El alcance del Plan.

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Resumen. Bullying es una palabra inglesa que fue adop-tada en diversos países para referirse a intimida-ción. Peleas, ofensas, comentarios malosos, agresiones físicas y sicológicas, represión son tipos de violencia general-mente asociados a infancia. Estudios indican que juegos de mal gusto pueden generar consecuencias serias como baja auto-estima, nuevas fuentes de violencia e, incluso, casos de suicidio. Este estudio viene siendo desarrollado desde julio de 2007 en cuatro colegios públicos de la ciudad de Porto Alegre – RS, totalizando 192 alumnos participantes. A través de cuestionario y grupos focales se observó que más de 70% de los alumnos perciben la existencia de perjurios en el ambiente escolar y casi 40% consideran regular/ malo/ pésimo las relaciones en la colegio, reflejando el malestar del estudiante en relación a la colegio. Esta dinámica viene llevando cada vez más jóvenes al aislamiento y a la exclusión.

Abstract. Bullying is an English expression which was adopted in several countries to refer to intimidation. Fights, offenses, mean commentaries, physical and psy-chological aggressions, and repression are types of vio-lence generally associated to childhood. Studies indicate that bad manners childhood play could generate serious consequences such as low self-esteem, new sources of violence, and, inclusively, suicide matters. This study is developed since July 2007 in four public schools in the city of Porto Alegre, RS, with 192 student’s parti-cipants. Through questionnaire and focal groups, it was observed that more than 70% of the students perceive the existence of prejudice in the school environment and almost 40% consider it regular/bad or horrible the relations in schools, reflecting the discomfort of students concerning the school. This dynamic is leading to more exclusion and isolation among teenagers.

Develando el fenómeno bulling en los colegios públicos de Porto Alegre, rs, Brasil

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A pesar de la ocurrencia diaria de casos, pero consi-derada nada normal, la violencia viene siendo abordada en programas de televisión y reportajes en revistas y diarios que además de relatar en hechos, proponen discu-siones sobre el asunto. Más reciente-mente los colegios vienen participando de esta lucha abordando situaciones que ocurren fuera y dentro del ambiente de aprendizaje. Son identificados diversos tipos de violencia, como la física, la doméstica, la sicológica, la sexual, el bullying, entre otros; y ni siempre este es practicado por personas extrañas a la víctima. En el caso de los niños y jóvenes, el hecho de ser más vulnerables que los adultos, contri-buyen para las cifras de casos, que en la gran mayoría de las veces no es denunciado. La violencia puede ser velada, casi sutil, pero no menos traumática. Peleas, ofensas, intimidaciones, comentarios malosos, agresio-nes físicas y sicológicas, represión son tipos de violencia generalmente asociados a la infancia. Estudios indican que juegos de mal gusto pueden generar consecuencias serias, incluyéndose casos de suicidio, baja autoestima y nuevas fuentes de violencia (Beadoun, 2006).

Bullying es una palabra inglesa que fue adoptada en otros países que se refiere a intimidación. Es definido como el deseo conciente y deliberado de maltratar una persona y colocarla bajo tensión (TATTUM E HERBERT, 1993 apud DEBARBIEUX E BLAYA, 2002:72). En Brasil, la ABRAPIA, Asociación Multi-profesional de Protección a la Infancia, en conjunto con el Programa Petrobrás Social, está desarrollando desde septiembre de 2002, un proyecto piloto destinado a la identificación y existencia de bullying entre estudiantes e implantación de políticas anti bullying en 11 colegios de 1º grado en Rio de Janeiro, siendo 9 municipales y dos particulares. Bullying es definido por Nancy Day (1996:44-45) como abuso físico o psicológico contra alguien que no es capaz de defen-derse. Ella comenta que cuatro factores contribuyen para el desarrollo de un comportamiento de bullying:1. una actitud negativa por los padres o por quien cuida

del niño o adolescente; 2. una actitud tolerante o permisiva en relación

al comportamiento agresivo de del niño o del adolescente;

3. un estilo de paternidad que utiliza el poder y la violencia para controlar al niño o al adolescente; y

4. una tendencia natural del niño o del adolescente a ser arrogante.El bullying, como es denominado el fenómeno, es

un problema mundial, y viene ocurriendo en todos los extractos sociales, asumiendo proporciones en la con-temporaneidad y expresándose en las refracciones y agudización de la cuestión social. Por lo tanto se hace necesario buscar comprender este momento, marcado por las repercusiones para la vida de todos. Partién-dose de la premisa de que el Servicio Social actúa en la perspectiva del cumplimiento de los derechos de la población en segmentos como infancia y juventud, jus-tifica la posibilidad de un estudio profundo en relación al bullying. La adopción de la doctrina de protección integral a la infancia y a la juventud, a través del ECA, Estatuto del Niño y del Adolescente, es la base legal que fundamenta y estimula estudios que pueden contribuir para la garantía de la atención integral al niño y al ado-lescente. El articulo 7º? del capítulo I de este Estatuto diserta sobre el derecho a la vida y a la salud, cumplidos a través de políticas sociales públicas que permiten un desarrollo en condiciones dignas de existencia.

De esta manera, los objetivos de esta encuesta fueron : a) Conocer y analizar el fenómeno bullying entre los jóvenes en los colegios públicos de Porto Alegre, a partir de los tipos de perjurio, intimidaciones, sentimientos y consecuencias de la experiencia; b) Identificar la preva-lecía del bullying en las colegios públicos de POA; c) Analizar los mecanismos utilizados por los niños y sus familias para prevenir y enfrentar el fenómeno bullying en los colegios ; d) Verificar las estrategias de prevención adoptadas por los colegios en relación al bullying; e) Identificar el perfil de la víctima y del autor del bullying, considerándose género, rango de edad entre otros; f) Mapeo de las situaciones que viene generando el fenó-meno bullying y los motivos de las discriminaciones; g) Identificar las consecuencias físicas, sicológicas y sociales del bullying en las personas afectadas.

Este estudio viene siendo desarrollado desde julio de 2007 en los colegios públicos de la ciudad de Porto Ale-gre - RS. Según la Secretaría de Educación del Estado, la red de enseñanza pública corresponde a 49.9% de las instituciones disponibles, atendiendo cerca de 263.430 alumnos, de acuerdo con el sitio de la Secretaría (http://www.educacao.rs.gov.br). Sumadas, colegios municipa-les y estaduales atingen 350 unidades distribuidas por las diversas regiones de la ciudad.

La investigación tuvo abrangencia de 1, 14% en las colegios de la red. Fueron seleccionados cursos de la enseñanza fundamental (4ª y 7ª serie) y de la enseñanza media (1º ano) para contestaren al cuestionario padrón. Solamente participaron del estudio aquellos alumnos

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FIGURA 01 - Tipos de perjurios identificados en las colegios de la muestra de Porto Alegre, 2007.

que concordaron y cuyos padres autorizaron tal proce-dimiento. También fueron utilizados grupos focales para identificar la vivencia de los conflictos en los colegios y formas de enfrentamiento por los alumnos. Los relatos fueron grabados y transcritos posteriormente y enviados a análisis de contenido de Bardin (1979).

El Proceso de la Investigación Participaron de la investigación 04 colegios de la red estadual de la enseñanza de la ciudad de Porto Alegre - RS, obteniendo 192 cuestionarios. De estos colegios, 80% poseen cursos de 4ª básico, 60% atendían al 7ª básico y 40% ofrecían el 1º ano de la enseñanza media a la población.

La primera cuestión del cuestionario indagaba sobre la opinión de los alumnos en relación a la convivencia en el colegio. De los 192 encuestados, 108 (56,3%) consideraban óptima o buena la convivencia. De los demás, (39,6%) 55 contestaron regular, 12 juzgaron malo y nueve consideraban pésimo. Apenas una persona no quiso contestar la respuesta. Se destaca que 39,6% indican dificultades en los colegios. La existencia de perjurios en los colegios fue percibida por 76% de los entrevistados. Abajo presenta la figura 01, corres-pondiente a los tipos de perjurios identificados en los colegios estudiados:

Se destaca que estos datos referente a la observación de los jóvenes, no correspondiendo a las situaciones vivenciadas por los mismos, pero suministrando in-dicativos en relación al clima escolar. Otros perjurios que fueron adicionados por los alumnos, 64 informa-

ciones, corresponden a sobrenombres, apariencia física, inteligencia, en relación a enferme-dades, estilo musical, peso, altura, educación, hambre y religión.

Actitudes de bullying fueron identificadas en los colegios. Es normal que en todo colegio ocurran peleas en amistad, conflictos, etcétera. Por esto, la repetición de estos actos apunta la elección de una víctima que podrá sufrir consecuencias emocionales de su vida escolar. En este estudio, apenas 30% de los alumnos acreditan no haberse envueltos en situaciones de bullying (en la condición de autor o víctima). Se observó que la gran mayoría de las situaciones envuelve insultos, discu-siones, copuches, amenazas, sobrenombres malosos y otras situaciones orales. Peleas, robos, destrucción de materiales, ocurren en más de 40% de los conflictos, pero siempre precedidos de discusiones. A pesar de los alumnos consideraren la sala de aula un ambiente mejor que el restante de la colegio, cerca de 35% de los hechos de bullying ocurren en este espacio menor.

Simmons (2004) presenta, en un libro dirigido espe-cíficamente al bullying entre niñas, la preocupación en relación al silencio y la disimulación que envuelve los conflictos del tipo bullying. Siendo así, la sala de aula configurase en el espacio de mayor intimidad del grupo y, por esto, más propenso al reconocimiento de las diferencias entre las personas. Confundir hechos del tipo bullying con juegos es muy usual. Esto mascara la intervención del colegio y de la familia en relación entre los involucrados y acaba por agravar las cicatrices del fenómeno. El sujeto víctima desarrolla un proceso de rabia (cerca de 56,6% de los entrevistados víctimas se refieren a este sentimiento), siente miedo y queda asustado (37,9%), queda preocupado con lo que los otros van a pensar en relación a él (24%) y cerca de 12% se refieren no querer más frecuentar al colegio. Los colegios y las familias tienen dificultad en identificar este proceso entre sus jóvenes. Aquél que es tratado como juguete posee una connotación agresiva por parte de quien hace o, también toma el sujeto a quien recibe derribando su autoestima, favoreciendo el surgimiento de las características frágiles y vulnerables.

Violencia genera violencia! Cerca de 48% de los jóvenes que interpretan ya fueron víctimas de bullying en el colegio defendieron se a los golpes, patadas y peleas. El fenómeno es un acto solitario, silencioso. En más de 50% de los casos, los profesores no tenían conocimiento de lo que sus alumnos estaban enfren-tando en el colegio. Cabe resaltar que fue observado el intento de intervención de los profesores en situaciones

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bullying cuando estas llegan a su conocimiento, Cerca de 8% de los alumnos dicen que los profesores sabían y nada hicieron para terminar la violencia. La dificultad apuntada se refiere a la acción del profesor, que muchas veces (14%) acentúa las actitudes bullying, empeorando la situación.

Más de 40% de los encuestados que se envolvieron en situaciones del tipo bullying no conversaron con nadie en relación al lo que estaban vivenciando.

El bullying es, en la mayoría de las veces, practi-cado por compañeros del colegio (70,5%). Según la percepción de los jóvenes, los funcionarios también tienen actitudes del tipo bullying (15,2%) y en la propia familia esta violencia – a veces velada– ya se desarrolla (18,2%). La mayor justificativa intenta huir de la agre-sión y aparece mascarada en la forma de juego. Pero lastima, fragiliza y deja secuelas permanentes para toda la vida. También, los jóvenes de los colegios públicos de Porto Alegre no identificaron diferencia entre los sexos para la incidencia de las agresiones, pero admiten que la formación de grupos facilitan las acciones de este tipo.

Consideraciones FinalesLa encuesta sobre bullying escolar en colegios públicos de Porto Alegre demostró que el problema es frecuente en nuestros colegios. El primero indicativo aparece cuando casi 40% de los alumnos consideran regular/ malo/ pésimo las relaciones en el colegio. Acá no se tratar de gustar o no del colegio o de estudiar, pero de sentirse bien este ambiente. El contexto escolar está cargado de perjurios –bien como la vida cotidiana– e esta dinámica viene llevando cada vez más jóvenes al aislamiento y a la exclusión. Las razones para ser banido del grupo social se justifican por cualquier disgusto.

Autores, víctimas, testigos y todo ambiente escolar sufren con la práctica de bullying. La convivencia en un ambiente de ansiedad, miedo y agresividad, afecta a los procesos de aprendizaje; incentiva comportamientos agresivos e/o depresivos, provoca la enfermedad de los involucrados y aumenta los riesgos para comporta-mientos delincuentes, violentos y de abuso de drogas en el futuro (diganãoaobullying.com.br).

Ciertas actitudes de los jóvenes en relación al colegio deben ser observados. Entre ellas, merecen destaque: sentirse mal cerca de la hora de irse al colegio; revelar miedo de ir o volver del colegio, aislarse del grupo o quedar próximo del profesor o de un adulto, durante los intervalos; manifestar síntomas como: dolor de cabeza,

mareos, vómitos, dolor de estomago, etcétera; presentar moretones inexplicables y/o ropas y materiales dani-ficados; «perder» repetidamente pertenencias y plata; demostrar cambio de comportamiento/ansioso, esqui-vándose y deprimido, baja auto-estima; evitar hablar sobre lo que le pasa o dar disculpas poco convincentes; presentar bajo rendimiento escolar, faltas excesivas y pedidos de cambio de colegio.

El hecho merece intervención inmediata del colegio y de la familia. No será rápido el proceso de cambio en este tipo de comportamiento que hace mucho ocurre en los colegios. Reafirmamos que peleas, discusiones y des-acuerdos soncomunes, pero que el constrangi-miento, de carácter agresivo y rutinero llevando al aislamiento debe ser banido. De esta manera, se sugiere a los colegios la capacitación continuada a los profesores y empleados a fin de cultivaren actitudes de respeto y tolerancia entre los alumnos; estar preparados para escuchar los reclamos de los niños y jóvenes y ayudarles a buscar soluciones no violentas a fin de estimular la convivencia con otros grupos.

BibliografíaBardin, Lawrence. (1979). Análise de Conteúdo.

Lisboa-Portugal: Edições 70.Beaudoin, Marie-Natalie.(2006). Bullying e Desres-

peito: como acabar con esta cultura en la colegio. Trad. Sandra Regina Netz. Porto Alegre: Artmed.

Day, Nancy. (1996). Violence in schools – learning in fear. Berkeley Heights, NJ: Enslow Publishers.

Debarbiex, Eric. e BlayaA, Catherine. (2002) Violência nas Colegios e Políticas Públicas. Brasília: UNESCO.

Simmons, Rachel. (2004) Garota fora do jogo: a cultura da agressão nas meninas. Trad: RODRIGUES, TM. Rio de Janeiro: Rocco.

Direcciones electrónicas consultadas1. Sitio oficial de la Secretaría de la Educación del

Rio Grande do Sul.

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SíntesisLa construcción de proyectos de in-tervención en una comunidad requie-re, para su mejor proyección de un diagnóstico que filtre las necesidades mayormente percibidas y sentidas por sus habitantes. Un adecuado pro-ceso de intervención que involucre directamente a los sujetos sociales genera una actitud de protagonismo cuya pertinencia es precisamente la capacidad de logro de las acciones a realizar. En ese sentido se describe, en apretada síntesis el proceso de in-vestigación acción realizado durante los ciclos escolares 2008/1 y 2008/2

La Comunidad: Experiencia que suma esfuerzos y produce logros

Clarissa Arenas Hinojosa

Bodegón/ Rocío Berenice Raya Cárdenas

Desde la intervención

en la comunidad el Tazajal del Muni-cipio de Hermosillo, Sonora.

Abstract: Scholar practice allows the Social Work student to apply and develop her own abilities. A clear example of this is the result obtained from the experiences Turing the academic process implemented in the El Tazajal community, located in the suburban zone of the Hermosillo municipality in the state of Sonora.

The community was encouraged to participate in the student’s activities because the credibility, acceptance and involvement placed in these activities that had as a goal the resolution of the comunitie’s needs.

The trust of the 21 parents to allow the translation of their children to the dolphinarium in San Carlos Nuevo Guaymas, Sonora, consolidated the students tutoring work.

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Sobre el terreno de la práctica escolar Caso: El Tazajal.Una de las experiencias que permiten un aprendizaje significativo, es sin lugar a dudas, el espacio que se construye, de manera cotidiana, en el ejercicio de la práctica escolar; en nuestro caso, la intervención desde la perspectiva del ámbito comunitario.

Con un grupo conformado por 21 alumnas del IX semestre de la Licenciatura en Trabajo Social, se in-cursiona en el fascinante campo de la comunidad. En un primer momento se inician los trabajos a partir de la aplicación de la guía de observación propuesta por Silvia Galeana de la O (1999, 43)

Y en un segundo momento se adopta la metodología de Ezequiel Ander Egg, en lo que tiene que ver con la in-vestigación general de corte cuantitativo, bajo el modelo des-criptivo, que presentamos en los siguientes párrafos: Planteamiento del problemaCon base en el levantamiento de datos vía aplicación de guía de observación participante, estudio cartográfico, informes de recorridos y cédula de entrevista, se logra determinar las necesidades que presenta la comunidad.

En cuanto el rubro de infraestructura y equipamiento, El Tazajal cuenta con 22 calles, de las cuales ninguna está pavimentada y sólo 18 de ellas cuentan con no-menclatura.

El material de construcción de las viviendas varía entre ladrillo, adobe, block, lámina, y algunas de ma-terial mixto. Algunos techos son de concreto, otros de lámina negra o aluminio y en algunos casos de madera. Los habitantes cuentan con todos los servicios básicos,

a excepción del drenaje. Aunque existe una cobertura de agua, este servicio se percibe en algunas de las vi-viendas, como muy deficiente. En la actualidad no es suficiente para que las familias se abastezcan del vital líquido, para todas sus necesidades y se requiere utilizar diversos recipientes para almacenar el agua, tales como: tinacos, cubetas, galones, pilas, y garrafones.

El servicio de energía eléctrica no cubre a toda la comunidad, ya que se encuentran sectores como el de-nominado «Fajancha» en donde no existe. La población carece del servicio de drenaje conectado a la red pública, por lo que se utiliza letrinas y fosas sépticas.

Referente al rubro educativo, solamente se ubica instancias que corresponden a la educación básica, mientras que en el área de salud, no existe médico con especialidad alguna.

En referencia a seguridad pública, se cuenta con presencia policíaca en recorridos por la localidad. A pesar de esto, no existe una base policíaca en donde los habitantes pudieran acudir a denunciar delitos o a solicitar la intervención de la fuerza pública.

Su economía se basa en pequeños comercios. Igual-mente se localiza una granja porcícola, así como molinos que procesan alimento para el ganado bovino.

En materia de medio ambiente, las casas, lotes baldíos y las calles son las más afectadas por la conta-minación de basura, maleza, escombro y aguas estan-cadas. Éstos son algunos de los principales problemas. Lo anterior nos lleva a plantear como pregunta central

¿Cuál es la percepción que tienen los habitantes de la comunidad del Tazajal, de su problemática familiar y social?

Objetivo de la investigaciónEl objetivo de investigación lo hemos planteadote de la siguiente manera: Identificar las necesidades y carencias de la población que habita en la comunidad el «Tazajal» a fin de jerarquizarlas para una posible intervención.

Elaborar un diagnóstico señalando las fortalezas y debilidades al interior de la comunidad de El Tazajal.

Diseñar en el corto plazo, un programa de interven-ción con sus respectivos proyectos, desde la perspectiva de trabajo social

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Marco historico e infraestruscturas físicas fundamentales El Estado de Sonora es una entidad federativa que cuenta con distintos municipios, que se subdividen en locali-dades (comunidades). Teniendo la siguiente seriación: Sonora es la entidad federal No. 26, Hermosillo recibe el número 30 dentro de los municipios sono-renses. El Tazajal es la comunidad número 0630.

La dinámica expansiva de la ciudad de Hermosillo correspondiente a una urbe con proyecciones de ciudad-región ha requerido de tierras ejidales para cumplir con este objetivo. El inminente cambio de uso del suelo de la periferia responde a necesidades de reserva territorial para vivienda y equipamiento fundamentalmente.1 De ahí la necesidad de regularizar terrenos ejidales, caso concreto el referido al ejido El Tazajal.

El clima en el Centro de la Población Hermosillo es de tipo cálido-seco a desértico con temperaturas altas en verano, mientras que el invierno tiende a ser menos extremoso. En la ciudad de Hermosillo el mes más frío es diciembre con una temperatura mínima promedio de 3.5 ºC y el más caluroso es junio con una temperatura máxima promedio de 45 ºC. Por otra parte, el mes en el cual se presenta la mayor humedad relativa es diciembre con un máximo promedio de 62% y con menos humedad relativa es abril con un porcentaje mínimo promedio de 24.6%. En cuanto a la insolación máxima, mayo es el que presenta mayor tiempo con un promedio máximo de 326 horas luz.2

En cuanto a su suelo y vegetación, la superficie es forraje perenne, se siembra zacate raigrás, zacate pusa y hortalizas, la siembra es para sustento de la ganadería, por lo cual se siembra generalmente, alfalfa, avena, trigo para ganado porcino, entre otros alimentos para los ani-males. En ese mismo orden de ideas existe escasa-mente en la localidad3 procesadoras de leche. La hidrología del Tazajal se puede sintetizar en la presencia de dos arro-yos principales. El primero al norte donde los vecinos construyeron un bordo para evitar inunda-ciones en sus casas. Al sur se localiza el segundo arroyo que proviene de los excedentes de un pequeño represo, sumándosele en el transcurso corrientes locales.MuestraBajo el modelo probabilístico, aleatorio, y con la fi-nalidad de tener representatividad y confiabilidad en la definición de la población a estudiar, se establece trabajar con un 27.42% de unidades familiares que representan a las 445 del total de la población asentada

en esta comunidad. Una vez analizados los datos obtenidos se procede

al diseño de estrategias de intervención a través del siguiente proyecto:Denominación del proyecto: Vamos por mejorasPromover la participación de los distintos sectores del colectivo en la prevención y atención de la problemá-tica más significativa, considerando, recursos reales y potenciales con los que cuenta la comunidad a través de la gestión y coordinación de instancias de los sectores público, privado y social de la entidad bajo la dirección de los propios estudiantes de la Licenciatura de Trabajo Social de la Universidad de Sonora, quienes realizan su práctica en El Tazajal.Naturaleza del proyectoConstruir, en la comunidad «El Tazajal», un espacio en donde se ejecuten y evalúen una serie de acciones ten-dientes a mejorar las condiciones de vida del colectivo. Descripción del proyecto La identificación de las necesidades más sentidas en la comunidad a través de la investigación diagnóstica, permite jerarquizar la problemática por la que ésta atra-viesa, en este caso, la que se ubica dentro de El Tazajal. En ese sentido, cobran especial interés las acciones en materia jurídica, de salud, educación y medio ambiente entre otros.

La pertinencia de promover el protagonismo en las acciones planteadas en el Proyecto Vamos pór mejoras, sin lugar a dudas busca incidir de manera eficaz, en la solución de la problemática detectada.

La aplicación de estrategias y herramientas propias de la metodología del trabajo social busca optimizar los recursos propios de la comunidad y del medio institu-cional del municipio y del estado.

Fundamentación o justificaciónLa falta de documentos que garanticen la posesión de la casa o terreno donde se habita, la carencia de actas que regularicen la unión de las parejas y legitime el nacimiento de los hijos, entre otros aspectos jurídicos. La promoción de campañas antirrábicas, de prevención y atención primaria a la salud, adicciones, y violencia doméstica, son algunos de los aspectos que mayormente la población distingue.

Estamos ciertos que, a través de la pertinente inter-vención del profesional del trabajo social, convocando

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y promoviendo acciones del interés particular de los beneficiarios del programa Vamos por Mejoras, y dado el corto plazo de la presencia de los alumnos en esta comunidad, los trabajos giraran en torno a tareas muy concretas de gestión y coordinación Inter-institucional a fin de lograr la credibilidad y confianza de la población, para que se coloquen en mejores condiciones de vida. Finalidad del proyecto: Una prioridad esencial es lograr la participación del colectivo en las distintas acciones que se plantean en el proyecto.

En ese sentido, buscamos dar respuesta a las ne-cesidades expresadas por la comunidad y que puedan atenderse en el corto plazo, es decir, no se debe perder de vista que en este espacio se cuenta con cuatro meses para la ejecución del programa, de ahí que se plantea una acción contundente por mes, y el cierre con una activi-dad fuerte en la que se le otorgue a la comunidad una serie de servicios en materia de asesoría legal y atención primaria a la salud. Lo anterior en el propio marco de la ejecución y evaluación de proyectos de intervención desde la perspectiva del trabajo social.ObjetivoConstruir un vínculo de participación ciudadana bajo la dirección y ejecución de un proyecto de intervención del equipo de practicantes de trabajo social del IX semestre de la Licenciatura de Trabajo Social de la Universidad de Sonora, en la atención a la problemática más sentida por la comunidad de El Tazajal.MetaLograr que por lo menos el 20% de la población de El Tazajal participe en la realización de estas actividades.

Beneficiarios habitantes de la comunidad El Tazajal. Jornada comunitaria El Tazajal Estudio de campo

Registro civil

El TazajalServicios que prestará el proyectoSe espera que este proyecto cubra las necesidades al máximo en beneficio de la entidad El Tazajal, tales como las áreas jurídica, de salud, medio ambiente e infraestructura; a través de la implementación de di-versos Proyectos: Comunidad con Identidad, Jornadas Comunitarias, Campaña de la Mujer, Promoción de ecoturismo con la puesta en marcha del proyecto Una estrella en el mar, campañas de limpieza, Prevención de Adicciones, Violencia domestica, entre otros. LocalizaciónSonora es la entidad federativa No. 26. Hermosillo recibe el número 30 dentro del municipio de Sonora, y corresponde a El Tazajal el número 0630. Su ubicación se localiza al Nororiente de la ciudad capital.

Determinacion de programas:I Comunidad con Identidad a) Regularización de los terrenos. b) Tramites legales c) Realizar la semana testamentaria. d) Tramite de CURP Objetivo Proporcionar gratuitamente a la comunidad El Tazajal, los servicios de Registro Civil, asesorias legales, así como orientación en trámites testamentarios, CURP y credencial de elector, con la finalidad de garantizar certidumbre legal en sus relaciones conyugales e identidad oficial a los menores de edad.MetaParticipación de un 25% de la población

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II Una estrella en el mar Objetivo general Contribuir al desarrollo integral del menor a través de actividades eco-turísticas con la implementación del recorrido El Tazajal-Hermosillo-San Carlos y, con la participación en la conferencia sobre delfinoterapia que ofrece el centro de rehabilitación, ubicado en el Delfi-nario, Sonora, de San Carlos, Nuevo Guaymas, Sonora.Objetivos específicos· Que el menor socialice con su tutor una experiencia

eco turística.· Que el menor obtenga conocimientos básicos sobre

la delfinoterapia.· Crear un espacio de integración entre tutor y tutora-

do.MetaTrasladar a 22 menores al Delfinario, Sonora, en San

Carlos nuevo Guaymas, Sonora.

III Tianguis de la saludObjetivo

Promover entre los miembros de la comunidad el autocuidado de la salud, para la prevención de enfer-medades y brindar atención médica gratuita a través de la gestión y coordinación inter-institucional poniendo a disposición del colectivo de El Tazajal, los servicios médico sanitarios que promueven los sectores público y social en sus distintos niveles de actuación.

IV Jornadas comunitariasObjetivoCoordinar esfuerzos del H. Ayuntamiento de Hermo-sillo y las instancias de gobierno estatal para realizar limpieza de escuelas, parques y jardines, así como la

recolección de basura acumulada, descacharre y vacu-nación antirrábica.

V Campaña para la mujerObjetivoConcienciar y empoderar a las mujeres de la comuni-dad sobre su situación de vulnerabilidad frente a la problemática de violencia de género y doméstica que actualmente enfrenta la sociedad, con la finalidad de lograr un mejor estadio de equidad de género y en las relaciones familiares, reduciendo los índices de violen-cia en cualquiera de sus manifestaciones.

VI Módulo del adulto mayorObjetivo GeneralInformar y motivar a las personas adultas mayores de 50 y 60 años para que acudan a la jornada de salud, del día 15 de noviembre del 2008 en la comunidad de Fl Tazajal con la participación de INAPAM y el Instituto de abuelos trabajando, para dar a conocer los servicios que brindan a los adultos mayores; los beneficios de tra-mitar su credencial de INAPAM y el de otros servicios como: descuentos en distintos servicios y que acudan a solicitar apoyo en la bolsa de trabajo o tomar algún curso en el Instituto de abuelos trabajando.Objetivos EspecíficosPromover la incorporación de los abuelos al programa de becas de computación.

Brindar información sobre requisitos para tramitar credencial de INAPAM y pertenecer al grupo «Abuelos Trabajando por Sonora.»MetaMontar módulo de registro de adultos mayores y en-trega de cinco becas.

Entregar 60 folletos donde se indica los beneficios de pertenecer a estas instituciones.EvaluaciónComunidad con identidad Regularización de los terrenos, dicha a actividad queda inconclusa por problemas jurídicos no resueltos entre el Ayuntamiento y particulares.

Trámites legales en donde se obtuvieron los siguien-tes resultados:

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55%36%

5%

3%

1%

NacimientoCURPMatrimonioTestamentoReconociiento

De un total de 312 personas que acudieron a la Jor-nada de Comunidad con Identidad, 169 personas que equivalen al 55% tramitaron su Acta de Nacimiento, el 36% tramitaron su CURP que son 112 personas, hubo 17 Matrimonios (5%,), 10 testamentos que equivalen el 3% y 4 reconocimientos de hijos (1%.) Por lo que la meta propuesta del 25% de participación fue alcanzada.

Una estrella en el mar

Se realizó viaje al acuario Delfinario, Sonora, en San Carlos, Nuevo Guaymas cumpliendo con el com-promiso entre tutorada, estudiante de la Licenciatura en Trabajo Social, y un menor de la escuela primaria Vicente Guerrero de la comunidad El Tazajal.

De acuerdo a los objetivos planteados, estos se alcan-zaron satisfactoriamente ya que el niño logró socializar con su tutor y obtuvo una experiencia eco-turística así como conocimiento sobre la delfinoterapia.

Debilidades del programa - El transporte no fue el pertinente (tres menores iban

sentados en un sólo asiento), además no se contaba con cinturón de seguridad.

- El abastecimiento de agua fue insuficienteImprevisto: El cambio de toma de decisiones de un

padre que obstaculizó de última hora la salida del menor.Se aplicó un formato de evaluación a los niños que

asistieron al viaje, el cual arrojó como resultado que a los menores les pareció muy divertido (95%), les agradó el trato que recibieron por parte de su tutora (100%) y les gustaría volver a participar en este tipo de activi-dades(100%). También aprendieron sobre los delfines y lobos marinos.

Campaña para la mujerCon la participación directa de estudiantes que

cuentan con habilidades y destrezas para promover y organizar un grupo, se impartió un seminario-taller en la comunidad dirigidas a la población en general, en la que se abordaron las temáticas de autoestima y violencia, aquí su evaluación en graficas:

75%

25%

FemeninoMasculino

De los asistentes a la plática sobre violencia domés-tica, el 62% son del sexo femenino y el 38%, del sexo masculino.

Del 100%, el 37% se ubican en el rango de los 30 a 40 años de edad, el 25% cuenta con una edad de 40 a 50 años, otro 25% con una edad de 50 a 60 años y el 13% restante fue de 70 a 80 años de edad.

¿Usted ha asistido a algunaplática de violencia?

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Dado que los jóvenes adolescentes de El Tazajal se trasladan a la comunidad La Victoria para continuar con su instrucción de educación básica, se optó por trabajar en este espacio a fin de prevenir y concienciar a los jóvenes acerca de la problemática identificada en la investigación general. Para lo cual se abordan temas de mayor relevancia como: violencia en el noviazgo, adicciones y en particular se proyectó el documental de la oscuridad del cristal. En esta actividad se involucró de manera entusiasta la planta docente, quienes sea dicho de paso, refieren la necesidad de trabajar juntos para el desarrollo integral de los menores.

Resumiendo, la audiencia en cada sesión fue de por lo menos 136 alumnos con un rango de edades que oscilan entre los 12-16 años, divididos en tres sesiones las cuales fueron organizadas por grados obteniendo los siguientes resultados.

(Gráficas que por cuestión de espacio no se presentan en su totalidad

Se concluye que los jóvenes adolescentes sufren de violencia emocional por parte de su novio (a), debido a que son personas controladoras y dentro de las res-puestas otorgadas por los alumnos hacen mención de haber recibido gritos, empujones e inclusive bofetadas por parte de sus parejas.

Las siguientes gráficas muestran, por un lado, el total de personas por grupo que asistieron a la plática de la oscuridad del cristal y cuál es su percepción respecto al tema:

ASISTENCIA

02468

101214

3A 3B 3C NOCONTESTÓ

GRUPOS

ALUM

NOS

Serie1

0

5

10

15

20

25

30

ALUMNOS

SI NO

¿CONSIDERAS QUE EL TEMA VISTO ES DE UTILIDAD?

Serie1

Tianguis de la saludLas acciones planteadas en los sub proyectos de

Jornada Comunitaria, Modulo de Adulto Mayor y el Tianguis de la Salud, se decide operarlas dentro del

15 14 15

32

15

31

0

10

20

30

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1. Has expresado celos de amigas, compañeras.

Si Si Si

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2. Has insistido en saber con quien estabas

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4. Se ha quedado en silencio por enojo

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5. Te ha presionado para hacer dietas o ejercicio

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último, lo anterior debido a la movilización de la po-blación en torno a una tarea integradora

Bajo la coordinación inter-institucional del H. Ayun-tamiento y el Departamento de Trabajo Social de la UniSon, se trabajó el 15 de noviembre en la Comunidad de El Tazajal, ofertando los siguientes servicios:

A manera de conclusión general, queremos dejar asentado que, si bien es cierto, las funciones propias del trabajador social como la investigación, promoción y la coordinación estuvieron presentes en todo el desarrollo de la práctica escolar, también es cierto el hecho de que el éxito de los trabajos radicó en: I. Ubicar y partir de las necesidades reales de la pobla-

ción, a fin de promover y estimular su protagonismo,

II. Planear las actividades directamente con los or-ganismos que tienen las instancias de los distintos ordenes de gobierno, potenciando de alguna manera la eficiencia terminal de los proyectos previstos; y

III. En el mismo orden de ideas se contó con el apoyo de las instancias tanto federales, estatales y munici-pales, así como el de la propia Universidad, a través del otorgamiento de recursos financieros, técnicos y humanos.

IV. Otro aspecto significativamente revelador de este trabajo, es la capacidad de gestión y liderazgo de los integrantes del grupo de estudiantes a quienes agra-dezco su puntual y decidida participación. Ya que finalmente una de las aportaciones más importantes del presente documento es justamente el confirmar que la comunidad ofrece muchas oportunidades de desarrollo y crecimiento personal, lo que te permite identificar, planear, coordinar y ejecutar acciones para un colectivo ávido de respuestas sin el corte asistencial de las políticas sociales.

BibliografíaAguilar Idáñez José y Ezequiel Ander-Egg, grupo

editorial Lumen HB manitas Buenos Aires – México. Diagnostico social conceptos y metodología.

Ander-Egg. Ezequiel 10ª. Edición corregida y au-mentada, editorial el Ateneo S.A. México. Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad

Galeana de la O Silvia. Promoción Social. Ed. Plaza Valles 1999

Hernández Sampieri Roberto, et al. Metodología de la Investigación. Ed. McGraw Hill III Edition.

INEGI 2006 Instituto Nacional de Estadística Geo-grafía e Informática

Practicantes de Trabajo Social, Rocío Saucedo, Griselda Gonzáles, Paloma Fernández y Ariadna Gál-vezMaría

Rojas Soriano Raúl, Métodos de la Investigación Social. Una proposición Dialéctica. Ed. Plaza y Valdés 2002

SAGARPA. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. Ing. Elías Torres

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Entendemos que la elaboración teórica sobre migración, conflicto familiar y fuga, nace de la necesidad de la acción y vuelve a ella. Es una mediación cultural entre el nivel de la práctica y otro nivel de ella, para una mejor comprensión de la situación sociocultural generadora de problemas sociales y de la cual somos parte.

El momento de planificar la acción nos ha servido para operar orgánica y sistemáticamente.

Equipo interviniente: A.S Viviana Alvarez y A.S Daniela Fernández

Motivo de consulta: Derivación del Tribunal N° 1 de Menores

Causa: Fuga del hogar de hijas adolescentesObjetivos para la intervención: Facilitar un espacio

para revisar la organización familiar y la dinámica vincular de sus integrantes.

Familia formoseña Lic. Viviana Álvarez

Lic. Daniela Fernández G

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Desde la intervención

Actividades realizadas:1. Entrevista con Asistente Social del Tribunal2. Entrevistas familiares (madre-hijas)3. Visita domiciliaria4. Entrevista individual con la madre5. Se eleva un informe al Tribunal, detallando la tarea

realizadaHipótesis sobre las que se fue trabajando:

1. La problemática de la familia surge como síntoma del movimiento migratorio.

2. El matriarcado como modelo influye en la dificultad de la incorporación de la figura masculina en la familia.

3. La intervención solicitada por la madre, al Tribunal de Menores, refiere a un pedido de «introducir la

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ley» simbolizando la figura masculina ausente en la estructura familiar.

Desarrollo del Caso y Modelos de Intervención Síntoma manifiesto: Fuga del hogar de las hijas en

el ingreso a la adolescenciaConstitución Familiar:Se trata de una familia monoparental integrada por la

madre de 40 años de edad, sus tres hijas de 17, 14, y 12 años. La mayor tiene un bebé de 10 meses. El padre vive en la provincia de Formosa y no mantienen un vínculo. La madre formó una nueva pareja con quien convive, relación al margen de la que mantiene con sus hijas.1. Primera entrevista familiarConcurren la madre, sus tres hijas y la nieta de 10 meses. La pareja de la madre no participa de la entrevista, permanece esperando en el auto. Frases significativas para la construcción de

hipótesis:Sobre la fuga: quiero descubrir que hay más allá.Sobre la intervención del tribunal como incorporación

de la ley: tratar de ordenar la familiaSobre lo relacional: en mi casa decide mi mamá»... no se puede decir nada

Temas trabajados: 1. Síntoma: poder manifestar en palabras el conflicto

familiar, hablar de la fuga.2. Necesidad de normatizar. 3. Obstáculos en la comunicación.4. Relación madre-hijas, temores y dificultades para la

integración de lo nuevo con lo antiguo.Modos de Intervención:

En primer momento se trata de crear un espacio de confianza y escucha.En un segundo momento se realiza una actividad

como dispositivo que permita trabajar uno de los temas surgidos, la dificultad en la comunicación madre hijas, que se observa en el hablar y al escucharse.

En el cierre se plantea como señalamiento la necesidad de integración de lo nuevo y lo antiguo. Se pide una pequeña evaluación de cómo se sintieron y si están dispuestas a recontratar próximas entrevistas.

Consulta interdisciplinaria con el equipo de una institución pública provincial.

Construcción de Hipótesis a partir de los datos obtenidos.2. Segunda entrevista:Concurren la madre y la hija de 14 años

Frases significativas para la confirmación de hipótesis:

Nosotras queremos ordenar la familia y no podemos.Si mi palabra valiese un poquito habría más

organización.las chicas van a un colegio de monjas, privado, no

es mixto.siempre manejé yo a los chicos, él no estaba en todo

el día (refiriéndose al padre de las menores que vive en Formosa).

Él no puede opinar en mi casa sobre su actual pareja.mi hermano me trajo engañada (sobre el acto de

migrar, el engaño se refiere a la promesa de bienestar y trabajo en Buenos Aires)

Mi intención es volver, siempre quise volver. Por eso no quise comprar nada... Para que me estoy matando acá si allá la vida es más tranquila

Temas surgidos:Origen de la familiaMigración- Vida en Buenos AiresDeseo de la madre de retornar al lugar de origen.Límites y permisos.Articulación de la ciudad (cultural)Dificultad para establecer vínculos (amistad)Ausencia del hombre en la estructura familiarModo de abordaje:En la segunda entrevista nos proponemos indagar

sobre los temas directrices de las hipótesis construidas.Las preguntas formuladas son del tipo: ¿cómo es

un día en la casa? ¿Por qué vino a Buenos Aires? ¿Su pareja que opina?

Los señalamientos giran alrededor de los temas trabajados como ratificando la necesidad de revisar la organización y la dinámica vincular de la familia.

Se evalúa la segunda entrevista con el equipo interdisciplinario.

Del material obtenido durante esta entrevista se produce la confirmación de las hipótesis y se plantean nuevas pautas de trabajo.

3. Entrevista con la madre:Se realiza esta entrevista con el objetivo de evaluar la situación familiar. La madre plantea que se observan modificaciones en la red vincular de la familia y en la organización.

Como por ejemplo, el consenso en la división de tareas domésticas y la posibilidad de aplicar límites.

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Modalidad operativa:Se trabaja una entrevista individual como espacio

de evaluación y escucha.El equipo técnico respeta la decisión tomada por la

madre de no continuar con las entrevistas familiares, quedando abierto el espacio para nuevas consultas en caso que la familia lo requiera.

Los movimientos que se marcan como significativos en la familia son los acuerdos en las tareas domésticas, división de actividades, organización de horarios, permisos y pautas de funcionamiento familiar.

Procesos de búsqueda laboral de las adolescentes y buen rendimiento escolar.

¿Por qué tratamos la fuga cómo síntoma del movimiento migratorio?

Porque creemos que el movimiento migratorio inscribe en cada caso un drama que se manifiesta como conflicto en la familia. En las relaciones que aquí nos incumben tomaremos estas variables con los siguientes componentes:

Las costumbres del nuevo hogarLa gente, redes y vínculosSituación de residencia (alquiler o estar de prestado)Las costumbres del nuevo hogar: contempla el pasaje

de la vida rural a la urbana, lo que implica un cambio de hábitos y costumbres que van desde el paisaje hasta los valores, medios de comunicación, maneras de relacionarse y ritmos diferentes.

La madre continuaba con el hábito de levantarse a las cinco de la mañana comenzando a esa hora con sus actividades, pero al mismo tiempo se quejaba de que sus hijas no colaboraban con ella, marcando otro ritmo el del nuevo lugar, porque dormían hasta las siete de la mañana para ir a la escuela.

Las redes: Cuando un grupo familiar migra adopta estrategias para oponerse a la hostilidad del medio para subsistir, explotando al máximo los escasos recursos disponibles.

Puede observarse el acercamiento a parientes, la cooperación económica de los integrantes como mecanismos internos.

La integración a redes barriales o algún tipo de organización comunitaria que contribuyan a la satisfacción de algunas necesidades como mecanismo externo.

En esta familia se evidencian dificultades en relación al intercambio vinculado al campo social.

Dificultad de organización de conectarse con vecinos

e institución escolar.En cuanto a los mecanismos internos el conflicto

aparece en la dificultad de organizar el trabajo doméstico, sumado a la sensación de la madre de haber sido engañada por el hermano.

Etapas del movimiento migratorioLa continuidad del proceso de migración puede ser

dividida en las siguientes etapas:1. Etapa de preparación: a pesar de que comúnmente

se la considera como una decisión colectiva, alguna gente tiende a ser marcada como responsable o motivadora de la migración. Aquellos miembros familiares a cargo del «arrepentimiento» tienen la mayor oportunidad de ser víctimas que el resto.

En este caso, la madre es quien plantea una doble decisión, la ruptura con su pareja y el deseo de estar mejor al trasladarse a Buenos Aires.

2. El acto de migrar: donde en la mayoría de los migrantes son abandonados a arreglarse con el doloroso acto de migrar únicamente a sus rituales privados

3. Periodo de sobre compensación: puede ser notada una elevada eficiencia de la tarea, un incremento en la división de roles instrumentales y afectivos de la familia, en la prestación de necesidades básicas para vivir y en la adaptación a un medio que en mayor o menor grado es ajeno a esa familia.

La concurrencia de circunstancias ajenas y la falencia de mecanismos de incorporación pueden ser causa de crisis masivas, desorganización familiar o múltiples síntomas.

Aunque en la mayoría de las familias se las arreglan para establecer y mantener una relativa moratoria en el proceso de acomodación, pero los síntomas y conflictos tienden a permanecer latentes.

4. Período de descompensación y crisis: En esta etapa la familia constituye en su tarea central en dar una nueva forma a su realidad intensificando la continuidad familiar. La crisis se desliza en la familia hacia los hijos, los niños tienden a alcanzar más rápidamente que los padres la nueva cultura, el lenguaje y las costumbres lo que libera un conflicto de valores que ataca al núcleo familiar.

En este periodo la familia hace síntoma. Intentamos definir que implica la fuga: F. Doltó plantea que la verdadera fuga es impulsiva,

corta el nudo de la crisis sin resolver nada, sin otro

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objeto que escapa de los que se ha vuelto insoportable de afrontar por parte del adolescente. La fuga como acto solitario se presenta como consecuencia de una reivindicación afectiva insatisfecha.

Pueden intervenir varios factores: el ambiente familiar, la constitución de la pareja parental, la hiperprotección, la falta de autoridad, el rechazo, entre otros.

Como medida preventiva y de tratamiento nos propone la tarea de desdramatizar las situaciones conflictivas que podrían conducir a una ruptura irreversible, y en la medida de lo posible reconciliar las partes.

Pensamos que la construcción de redes barriales es fundamental para la familia que ha migrado.

Santillán Guemes plantea que el barrio, en tanto espacio cultural, es donde se da la dialéctica entre los espacios cerrados (la casa, la intimidad) con los espacios abiertos (integradores, lúdicos y comunicativos) la cultura del pueblo en el que se recrea y se retroalimenta. Este ámbito se encuentra en permanente intercambio y fusión de códigos culturales de distinto origen y de argentinización.

Para concluirEn este caso sistematizado del trabajo con una familia emigrante, podemos decir que las pautas culturales influyen generando un conflicto:1. La estructura es matriarcal, ya que no aparecen los

hombres dentro de la organización familiar. Cuando se indaga sobre los roles de los hombres quedan desdibujados. (no estaba nunca, él no opina, yo tengo que ser el hombre de la familia)

2. El desarraigo basado en la afirmación de no comprar nada y en el deseo permanente de volver al lugar de origen (referido a la situación de la propiedad) podría pensarse como la negación de un lugar propio donde echar raíces en la ciudad.

3. En lo temporal se conjugan dos coordenadas: el antes y el ahora refiriéndonos a las diferencias sociales entre la adolescencia de la madre en el ámbito rural y la adolescencia de las hijas en la ciudad, en donde se juega una doble confrontación generacional.

4. La organización laboral en la ciudad presenta actividades y recursos con relación a un «mercado» que introduce sus propias reglas del juego.

5. El síntoma manifiesto de Fuga: se provoca como

transgresión y a la vez como necesidad de la ley, en una familia donde se ve obstaculizada la figura de autoridad masculina.Nos preguntamos ante este caso trabajado: ¿Quiénes

instauran un nuevo orden? ¿Con qué pautas? ¿Cómo se logra una síntesis entre el antes de la madre y el ahora de la familia? ¿Con qué herramientas metodológicas contamos para operar sobre esta realidad? ¿Cómo desocultar los síntomas latentes y mecanismos defensivos de esta familia?

La intervención desde un espacio de reajuste de roles, participación y diálogo, si bien breve, sirvió sobre todo para desdramatizar la escena familiar y poder hablar, sobre todo de sus miedos guardados y sus afectos, darle voz a la palabra vedada.

Creemos que lo cultural es determinante a partir de la experiencia integradora de la reflexión y la acción, donde comprobamos que la cultura se constituye desde lo cotidiano, desde el afirmarse, en la identidad de lo conocido.

Los migrantes se integran con otras pautas y en ese acto los dejamos desintegrados. Por este motivo no resulta llamativo que los hijos incorporen las nuevas pautas a fuerza de repetición.

El espacio generado entre la familia y el equipo interviniente se produce a través de la palabra, surgiendo la posibilidad de abordar los conflictos emergentes pero también la revisión y reflexión de nuestra tarea, no como mera categoría abstracta sino como una realidad vital, social y dinámica, donde los valores adquieren su real sentido en tanto se los realiza en la acción.

BibliografíaDoltó, Francoise, La Causa de los Adolescentes. Seix

Barral, Bs. As. 1994.Barbieri, Mirta, Mujer y estrategias familiares en un

contexto de pobreza urbana, Trabajo de investigación. Antropología. UBA 1986.

Jelin, Elizabeth. Familia y Unidad doméstica: Mundo público y vida privadam Estudios CEDES Bs As 1994

Santillán Guemes, Ricardom, Cultura Creación del Pueblo. Ed. Guadalupe. Bs. As.1985.

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Resumen El presente trabajo propone referir concep-tualmente a emergencia, catástrofe y desastre para luego introducir algunos aportes desde los cuales pensar el abordaje profesional frente a este tipo de situaciones. Finalmente particulariza el lugar de la intervención de trabajo social.

El modo en que se define la situación es de vital importancia, ya que el declarar un suceso como desastre o accidente condiciona el modo de intervención y puede implicar una mayor o menor movilización de recursos.

Una vez producido el desastre, el eje central de la intervención social pasa por intentar «organizar», revincular, y en ello Trabajo Social tiene mucho que aportar ya que su intervención se da en abordajes que vinculan los sujetos con otros sujetos, con grupos, en comunidades.

Entendemos que Trabajo Social, a partir de las nece-sidades psicosociales, puede planificar la intervención profesional en lo social, tendiendo a generar condiciones

Emergencias, catástrofes, y desastres: algunos aportes desde el trabajo social

Sandra Marcela Arito María Mónica Jacquet

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de prevención, capacitación, y reducción de los pade-cimientos y consecuencias adversas generadas por este tipo de situaciones.

Todo lo dicho se encuadra dentro de un marco de reflexión acerca del accionar cotidiano del trabajador social, no sólo en situaciones que como éstas irrumpen abruptamente, sino también en aquellas, que de modos más sutiles pero constantes, afectan la calidad de vida de miles de personas.

Summary. The present work proposes to refer conceptually to emergency, catastrophe and disaster for then introduce some contributions to think about the professional boarding to face whit this type of situations. Finally it emphasizes the place of the intervention of Social Work.

The way in which the situation is defined performs vital importance, to declare an event as disaster or accident determines the way of intervention and can

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imply a major or minor mobilization of resources.Once produced the disaster, the backbone of the

social intervention happens for trying «to organize», «to re-link», and in that, Social Work has much to contribute, its intervention occurs in boardings that link the subjects with other subjects, with groups, in communities.

We understand that Social Work, from the psycho-social needs can plan the professional intervention in the social thing, tending to generate conditions of prevention, training , and reduction of the sufferings and adverse consequences generated by this type of situations.

All that has been said, is fitted inside a frame of reflection about daily action of the Social Worker, not only in situations like these ones, that brust in abruptlely, but also in those, that in subtler but constant ways, affect the quality of life of thousands of people.

El presente trabajo surge de la experiencia que como trabajadoras sociales, docentes e investigadoras de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Argentina), fue propuesta en el marco de otras iniciativas luego de haber trabajado con profesionales y voluntarios que intervi-nieron en dos situaciones de desastre,: inunda-ción e incendio.

Propone en principio referir conceptualmente a emergencia, catástrofe y desastre para luego introducir algunos aportes desde los cuales pensar el abordaje profesional frente a este tipo de situaciones. Finalmente particulariza el lugar de la intervención de trabajo social.

A lo largo de la historia se han utilizado indis-tinta-mente los conceptos de desastre, catástrofe, emergencia o accidente para aludir a acontecimientos destructivos. Sin embargo, si bien para los afectados directos que padecen desastres, en la propia vivencia e impacto subjetivo no caben disquisiciones del orden de lo con-ceptual, para quienes debemos operar profesionalmente es importante tener en claro que el modo en que se define la situación, el carácter que se le otorga a partir de las instituciones gubernamentales, implica consecuencias y alcances que condicionan el modo de intervención y la movilización de recursos. Define, entre otras cues-tiones, si participan ayuda huma-nitaria internacional y organismos extranjeros.

Es importante distinguir los desastres de otro tipo de eventos.

Cuando un gobierno declara un suceso como desastre o catástrofe implica de por sí una mayor movilización de recursos humanos y materiales. Para las propias víctimas

y el público en general conlleva impactos emocionales, políticos y económicos diferentes.

A diferencia de los accidentes y las emergencias, frente a una situación de desastre las nuevas demandas no pueden ser cubiertas por los recursos habituales, por lo que se requerirá ayuda adicional. De este modo, el declarar un suceso como desastre o accidente puede implicar una mayor o menor movilización de recursos tanto para la propia gestión del desastre como para las víctimas.

Emergencia etimológicamente presupone emerger, salir; es decir, transitar desde un estado a otro. Ana P. de Quiroga (1992, p. 233) caracteriza a la emergencia social como:

la modificación súbita y significativa de las con-diciones materiales y sociales de existencia de una comunidad, y al impacto que dicha modificación provoca en sus miembros. Esta transformación radical de condiciones de vida puede tener su origen en fenó-menos naturales: inundaciones, terremotos, entre otros; o surgir por causas socio-económicas y políticas como tumultos, guerras.

Etimológicamente la palabra desastre proviene del latín des (negativo, desafortunado) y astre (astro, estrella), desgracia derivada de los astros o dioses, más allá del control humano. El desastre conjuga al menos dos dimensiones: una comunidad vulnerable y el impacto del evento en esa comunidad. El concepto de vulne-rabilidad es clave para entender el impacto de cualquier desastre, así como lo es si se trabaja en planes de prevención.

La calificación de social puesta tanto en emergencia social como en desastre social se asocia al fracaso de las estructuras sociales, a la afectación familiar-social y comunitaria que trasciende la presencia de riesgos mas allá de los propios derivados de la vida diaria.

Estos eventos traumáticos colectivos son caracte-rizados por irrumpir repentina e imprevistamente, y siempre requieren de acción inmediata ya que amenazan la supervivencia natural.

Adherimos a lo que plantean algunos autores, entre ellos Alicia Stolkiner, al trabajar los conceptos de de-sastre y catástrofe indistintamente como un acto de la naturaleza o del hombre cuya amenaza es de suficiente gravedad y magnitud para justificar asistencia de emer-gencia. Es decir, se rebasa la capacidad de respuesta que tiene una comunidad determinada (1998). Por su parte, David Green define desastre como un evento cala-mitoso, generalmente inesperado, que causa gran daño

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en vidas humanas y propiedades, destruye parcialmente o totalmente la estructura social a través de la cual se interrumpe o cesa el estilo de vida y la rutina, tanto del individuo como del grupo , y menciona que uno de los fenómenos que acompaña a las personas que sufren un desastre es la sensación interna de destrucción, no únicamente la destrucción externa de lo que sucedió, la sensación de pérdida y por supuesto a través de ella el duelo; situación que tal vez pueda manejarse en el tiempo, y en alguno de los individuos una memoria voluntaria o involuntaria del evento, que los puede acompañar generalmente durante la vida según sea la intensidad y prolongación del desastre. (1994, p. 4).

La Organización Mundial de la Salud –OMS- (Arcos González, 1994, p. 574), considera al desastre como una situación que implica amenazas imprevistas graves e inmediatas para la Salud Pública y la Organización Panamericana de la Salud –OPS- lo define como una situación que sobrepasa la capacidad de respuesta del sector salud.

Kingston y Roser (Informe Mundial sobre Desas-tres 1998) lo describen como: una situación de estrés colectivo que afecta a toda una comunidad o segmento considerable de ella. Se visionaría la posibilidad que tienen entonces estos individuos de sufrir consecuencias físicas y mentales potencialmente dañinas.

Si bien desde la etimología griega cata significa des-moronamiento, y se alude a catástrofe como un estado de crisis de mayor intensidad que la emergencia o el de-sastre, desde nuestro planteo tomaremos la concepción del diccionario que la define como un evento inesperado, súbito, brusco, agudo, amenazante y destructor, con peligro de muerte, dado que, como hemos expresado, asimilamos los términos desastre y catástrofe.

La intensidad de la crisis depende, entre otros aspec-tos, de la habilidad de enfrentamiento y de manejo de ese estado, tanto a nivel individual como comunitario, grupal o familiar.

Resulta necesario posicionarnos respecto a la impor-tancia que tiene, desde el ejercicio profesional, lo que entendemos por intervenir en situaciones de emergencia o desastre.

En este sentido, la construcción conceptual común del problema sobre el cual intervenimos, y en conse-cuencia cómo lo abordamos, independientemente del rol que ejercemos, es un aspecto central a tener en cuenta. El término problema está utilizado en el sentido original de la palabra, de problematización.

Proponerse trabajar con otras disciplinas, con otros

saberes, conlleva la idea que Stolkiner (2005, p. 5) plantea con claridad:

a una epistemología que no homologa el objeto del conocimiento al objeto real, que reconoce la historici-dad y por lo tanto la relatividad de la construcción de los saberes disciplinarios, que no supone relaciones lineales de causalidad y que antepone la comprensión de la complejidad a la búsqueda de las partículas aisladas.

Profesionalmente, tratamos de acordar sobre lo que vamos a hacer, cómo entendemos esa problemática, desde qué encuadre teórico, epistemológico, conceptual la abordaremos. Esto es lo que hacen muchos grupos y organizaciones cuando pretenden trabajar intersecto-rialmente, y los profesionales cuando pretenden hacerlo interdisciplinariamente.

Es muy claro que frente a las problemáticas socio-ambientales actuales no es posible imaginar su abordaje sólo desde una posición disciplinar o desde un sector particular. La necesidad de un abordaje inter-sectorial e interdisciplinario surge a partir de la idea de multi-determinación de las situaciones y fenómenos socio-ambientales-familiares, atravesados por múltiples condicionamientos políticos, económicos, y culturales, entre otros.

Cuando Rolando García refiere a esto, habla de la necesidad de entenderlos como sistemas complejos, en los que se da un permanente movimiento en el que cada parte se vincula con el todo.

Cabe aclarar que el enfoque puede ser interdis-ciplinario, podemos proponer lo intersectorial e interins-titucional, pero el instrumento para llevarlo adelante es la constitución de un Equipo de trabajo.

Es importante incorporar aquí la idea de nego-ciación, entendida como gestión en la que ambas partes ceden para ganar algo. Desde este enfoque, formar parte de un equipo implica el ejercicio de una actitud democrática, en la que se cruzan libertades compartidas y poderes relativamente equivalentes.

La negociación supone definir claramente cual es el núcleo duro -a decir de Elena de la Aldea- que no se está dispuesto a negociar, y establecer los bordes de ese núcleo en los que se pueden definir zonas blandas que sí pueden ser redefinidas (según los casos: formas, tiempos, modalidades de realización de la tarea, otros).

Todas estas cuestiones a las cuales estamos aludien-do tienen que ver con la actitud profesional que nos interese desarrollar en nuestro campo de intervención. Esto incluye ineludiblemente la construcción de marcos teórico-referenciales y operativos con los cuales traba-

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jamos, y tiene consecuencias a nivel epistemo-lógico, ontológico, metodológico y ético.

Desde nuestra experiencia, estamos convencidas que la intervención frente a situaciones de desastre o catás-trofe es necesariamente psicosocial dada la complejidad de este tipo de fenómenos. En este sentido planteamos compartir algunas premisas básicas a considerar para el trabajo con las comunidades afectadas:

Las consecuencias de un desastre están directamente relacionadas con el tipo, magnitud y carácter repentino del mismo. A menor grado de desarrollo de una comu-nidad, mayores serán las consecuencias psicoso-ciales de éste.

El nivel de educación, capacitación y entrenamiento en resoluciones de crisis y afrontamiento de desastres, así como las experiencias previas, aumentan la capa-cidad de promover la unión, el trabajo en equipo y la pronta resolución de los problemas.

Una premisa elemental es acercar los servicios a la población afectada, no es la población la que debe acomodarse al dispositivo asistencial sino que éste es el que debe modificarse en función de la situación.

Desde el punto de vista comunitario, una propuesta operativa destinada a superar la parálisis inicial y tra-bajar sobre las necesidades de los grupos y las organi-zaciones, es habilitar espacios destinados a apuntalar la orga-nización grupal e institucional, espacios que darán lugar también a la elaboración colectiva de las ansie-dades o miedos propios de toda situación de desastre.

Es importante trabajar sobre un dispositivo, enten-dido como conjunto de procedimientos, que contenga el lazo social -ese marco de ideas compartidas que nos asegura intercambios y acciones comunes en un determinado espacio-. Ese dispositivo, que denomi-namos red, es un tejido de nudos e hilos que producen fuerza por su forma de entramado y resistencia por la combinación adecuada de cohesión y libertad que se da en ese entramado. Esta idea de red, entendida como herramienta, posibilita implicar a todos los actores en la situación, sosteniendo las particularidades, aprove-chando de cada uno lo que está dispuesto a dar. Estas redes pueden deshacerse una vez resuelta la situación y regenerarse o no frente a otras situaciones.

Es indispensable implicar a la comunidad en su pro-pio proceso de recuperación, a través de proyectos que le permitan resolver por sí misma sus necesidades más acuciantes y disminuir el sentimiento de dependencia externa.

En toda emergencia está afectado el proyecto vital

de las personas, el sentido de futuro; por ello la organi-zación de espacios grupales que viabilicen el trabajo colectivo posibilita que las personas y los grupos afec-tados le otorguen al presente un sentido que no sea solo de resignación y dolor sino también de protago-nismo que implique trascendencia y crecimiento para ellos.

Esto significa correrse del lugar de víctimas que im-potentiza, no negando que se es víctima de un desastre, sino, aún desde ese rasgo de identidad, potenciar otros vinculados a lo posibilitador. En términos de Enrique Pichon Rivière, generar condiciones para promover una adaptación activa a la realidad, lo que implica intentar desempeñar un rol activo de gestión de sus propias vidas, aún desde lo más elemental como puede ser la auto-organización del espacio asignado en el centro de evacuación.

Una vez producido el desastre, frente a la desorga-nización, que es subjetiva, familiar, social, comunitaria, el eje central de la intervención social pasa por intentar organizar, ligar, revincular. Trabajo Social en ello tiene mucho que aportar ya que permanentemente su inter-vención se da en abordajes que vinculan los sujetos con otros sujetos, con grupos, en comunidades. Queremos destacar la necesidad de respetar las costumbres, hábitos y tradiciones culturales, sociales y religiosas propias de la comunidad o grupo de que se trate.

Entendemos que Trabajo Social, a partir de las nece-sidades psicosociales1, puede planificar la intervención profesional en lo social, tendiendo a generar condiciones de prevención, capacitación y, desde un trabajo organi-zado e inmediato ante la situación de emergencia, lograr reducir los padecimientos y conse-cuencias adversas generadas por este tipo de situaciones.

En la situación de emergencia ya ocurrida, Trabajo Social interviene reforzando líneas organizativas:- Participa para trabajar en la generación de espacios

o se incluye en los ya creados, en los que aporta su modo de ver, comprender e intervenir, con el fin de arribar a decisiones consensuadas.

- Favorece en el trabajo con los afectados la ligazón con sus propios proyectos previos al desastre y la situación emergente posdesastre.

- Estimula la posibilidad de recuperar conductas que eran habituales antes del desastre.

- Apoya la reorganización comunitaria, acompañando a las personas afectadas para que organicen por ellas mismas los esfuerzos de reconstrucción.

- Favorece el trabajo y estimula la participación activa en la elaboración y ejecución de acciones,

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propuestas, proyectos y planes.- Colabora en el desarrollo de las destrezas necesarias

para gestionar con las entidades públicas y/o privadas de asistencia y trabajo comunitario.

- Interviene en el desarrollo de recursos psico-ociales para aliviar tensiones y promover la resolución de crisis.

- Participa en la capacitación de la población para su autoprotección y prevención de riesgos.Hemos expresado, coincidiendo con autores y

equipos que trabajan en situaciones de desastre, que el abordaje psicosocial es el más pertinente en estos casos, por lo tanto trabajar sobre la idea de pasar de una situación individual, serial, a una de trabajo grupal, que puede estar vinculada a la idea de equipo, constituye una estrategia elemental. En términos de intervención profesional, la médica sanitaria y psicológica son muy importantes pero no suficientes; es necesario intervenir fundadamente también desde Trabajo Social.

Una cuestión medular es trabajar sobre la posibilidad de recomponer vínculos, que incluirán pérdidas, sobre la construcción y/o reconstrucción de redes socio-comunitarias.

Hemos pretendido en estas escasas páginas volcar nuestro aporte acerca del tema. Para ir finalizando queremos expresar que como trabajadoras sociales no podemos ni queremos eludir la siguiente reflexión: convivimos con el desastre progresivo, con la pobreza extrema, con la miseria -que también arrastran miles de personas a la muerte-; sólo que como se desencadenan progresivamente (aunque sin pausas) y se materializan a través de diferentes problemáticas, no se «visibilizan» masivamente, como en el caso de los desastres que irrumpen en la cotidianidad y modifican radicalmente las condiciones de vida de un sector poblacional. Sin embargo el suceso que irrumpe y produce en un mismo momento gran cantidad de muertes y heridos impacta subjetiva, social y comunitariamente con mayor cru-deza.

Palpamos la pobreza y la miseria y está suficien-temente demostrado que conducen a la muerte, y que por cierto provocan muchas más muertes que un hecho o emergencia puntual.

Las condiciones de vida a las que está sometida la mayoría de la población en nuestros países también son un desastre, la pobreza también es una catástrofe, sólo que se construye progresivamente.

Sería interesante empezar a desmitificar que el de-sastre y la catástrofe sólo se vinculan con la irrupción

de una abrupta emergencia.

Referencias bibliográficasArcos, González, P. González Carril, F.; Huerta Gon-

zález, M. y Cueto Espinar, A. (1994). El concepto de desastre y su aplicación en Asturias. Rev San Hig Púb, 68(5-6), 573-578. Disponible en URL http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/ recursos_propios/resp/revista_cdrom/VOL68/68_5_573.pdf.

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Quiroga, A. (1992). Una experiencia interdiscipli-naria de trabajo en comunidad ante una situación de emergencia social (Guerra de Malvinas). En Quiroga, A. Enfoques y Perspectivas en Psicología Social. (pp.233-262). Buenos Aires: Ediciones Cinco.

Stolkiner, A. (2005, Octubre). Interdisciplina y Sa-lud Mental. IX Jornadas Nacionales de Salud Mental Mundialización y Salud Mental: estrategias posibles en la Argentina de hoy. Posadas, Misiones, Argentina.

Stolkiner, A. (1998, Mayo 16 y 17). Situaciones de catástrofes y Salud Mental. Clase dictada en la Maestría en Salud Mental. Facultad de Trabajo Social. UNER.

Notas al pie1 Lo psicosocial entiende al sujeto en interacción con

otros, con y a partir de grupos, en organizaciones institucionales y en el ámbito comunitario. Estos ámbitos, si bien pueden ser focalizados para su estudio, intervención e investigación, se integran entre sí. La vida de los sujetos la incluye.

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