Introducción

El siguiente texto diagnostica brevemente la problemática de la expresión escrita en el 5º C de la escuela Adolfo López Mateos desde la perspectiva del contexto parental, la teoría y las dificultades concretas de los niños del grupo. Así, se revisará cómo se relacionan los padres de familia con la escritura, qué problemas alrededor de la escritura experimentan los niños y la relación de la escritura con la lectura así como ámbitos más generales de la formación académica y personal. Como se verá, la escritura no es una mera cuestión de gramática y ortografía sino que es una de las formas fundamentales de la expresión y por ende es necesario darle la importancia correspondiente porque es como el hilo conductor que nos guía por el mundo y por nosotros mismos, es decir, tiene una importancia vital tanto para las relaciones interpersonales como para las relaciones intrapersonales, mismas que tienen consecuencias muy importantes para el desarrollo de nuestra identidad. A través del somero análisis hecho al contexto parental podremos darnos cuenta que la gente en general reconoce la importancia de la escritura para el desarrollo de las cosas que mencionamos anteriormente, sin embargo, tal reconocimiento no es suficiente para incitar a la gente a escribir porque la escritura ya está tamizada por el contexto laboral y escolar que la ancla a actividades obligatorias que resultan molestas o porque se reduce al contexto cotidiano de la comunicación simple. Aquí también notaremos cómo la escritura y la lectura suelen concebirse más separadamente o más diferenciadamente de lo que deberían y cómo englobar ambas dentro de un mismo proceso de lectoescritura sería más adecuado para trabajar y mejorar la expresión, pudiendo así abrir cierta rendija que permita sacar tanto a la escritura como a la lectura del fastidioso contexto escolar al que suele restringirse para comenzar a integrarla en ámbitos más individuales de nuestra vida.

Conclusiones

Titular este apartado como Conclusiones es mera formalidad puesto que su contenido no constituye un sumario de las páginas anteriores sino que sus reflexiones se ubican en el mismo núcleo del diagnóstico, cuyo fin último, al menos en esta etapa, es más bien una autorreflexión a través de la cual yo me defino o no como maestro. A lo largo de las observaciones realizadas en la escuela sentía que la profesora y los estudiantes conformaban una especie de sistema cerrado dentro del cual yo era un elemento extraño que era aislado tácitamente, por lo que si bien yo estaba dentro del salón estaba fuera de la dinámica de la clase y nunca llegué a notar ningún interés o iniciativa por parte de la maestra o yo (o incluso de los estudiantes) para que esto cambiara. Ante esta situación lejos de entristecerme o sentir lástima por mí mismo me agobiaba tener que madrugar para llegar puntual a sentarme toda la mañana aburrido y llevando en la libreta una descuidada transcripción de la clase mezclada con digresiones lelas. Yo sólo fui para cumplir con los deberes de la escuela y para confirmar cada vez más que el ambiente de la primaria es completamente ajeno a mí y que no siento ningún interés por integrarme a él ni por desarrollar la creatividad didáctica que noté en la maestra cuando a veces improvisaba dinámicas que a mí no se me hubieran ocurrido aunque hubiera tenido semanas de anticipación para planearlas. La última vez que fui llegué tarde y las puertas ya estaban cerradas, preferí regresarme a mi casa antes de tocar el timbre por segunda vez. Yo creo que si me interesara ser maestro buscaría cómo acoplarme a las condiciones más diversas porque recuerdo que el semestre pasado a mí me gustaba ir a las observaciones y la maestra, los alumnos y yo nos relacionábamos amigablemente y me parecía que dedicarse a la docencia no estaba tan mal pero en este semestre donde me sentí totalmente fuera de lugar me desencanté inmediatamente y no pretendí hacer nada para encajar en la comunidad escolar ni para mejorar la mala imagen de mí que se habían hecho los maestros ante mis expresas muestras de indiferencia y falsa cortesía. La docencia es algo que sólo me atrae por la alternativa laboral, por la seguridad y estabilidad que ese trabajo representa así como por el aparente tiempo libre que la profesión deja, que acaso sea mentira y ese tiempo libre se ocupe en otras actividades institucionales. Estas razones no son sinceras ni provienen de una auténtica vocación pero son razones de peso una vez que nos asomamos el panorama laboral y vemos que no está ahí para propiciar nuestras condiciones ideales de vida sino que por mucho nos permite conservar el patrimonio que ya tenemos. La disyuntiva no se resuelve tan fácilmente puntualizando cuál sería mi trabajo ideal y mandándome a dedicarme a eso en lugar de ser un conformista porque a pesar de todos los sermones motivacionales la encrucijada no se desenreda para volverse un despejado camino hacia la alegría. Las circunstancias siguen ahí y uno tiene que arreglárselas de algún modo. En la novela de William Faulkner Las palmeras salvajes podemos leer la frase: “Entre el dolor y la nada elijo el dolor”. Y lo mismo puedo afirmar yo respecto a mi situación.

Análisis curricular del programa de cuarto grado de la materia de Historia – Daniel Jiménez Martínez

Los objetivos centrales del curso de historia en cuarto grado son el desarrollo de

nociones que permitan comprender los hechos y los respectivos procesos

históricos de los cuales forman parte para así poder ubicar tanto espacial como

temporalmente los mismos, siendo que éstos tuvieron una realización bastante

concreta que debe poder ser entendida para posteriormente ser contextualizada a

través del manejo de fuentes históricas y que todo esto signifique un

reconocimiento propio al interior de la historia que se traduzca o se concrete en

una valoración y un cuidado del patrimonio histórico y cultural así como en una

participación pertinente democrática dentro de la comunidad y sus problemáticas.

Esto significa que el curso de historia quiere incidir en dos planos distintos. Uno

que refiere a la relación que tiene individualmente el estudiante consigo mismo y el

entorno cultural e histórico en el que se encuentra de manera que esta relación se

conforme como una relación de identidad y pertenencia, ahora bien, no se

pretende que esta identidad devenga en un nacionalismo fanático sino que con el

manejo de variadas fuentes históricas y con el estudio de la multicausalidad

responsable de los hechos históricos el estudiante tenga una perspectiva lo más

completa e imparcial posible que le permita relacionarse críticamente con su

pasado. El curso también pretende destacar las relaciones causales que hay entre

pasado, presente y futuro, por lo que también se espera que sepa trasladar esta

conciencia de la multicausalidad a las problemáticas actuales y tenga presentes

las mediaciones políticas, económicas, culturales y sociales que determinan un

hecho histórico y la dirección que toman los procesos históricos.

Los puntos anteriores corresponden con el afán de la UNESCO por fomentar la

paz a través del cuidado y valoración del patrimonio cultural de los países y su

defensa de la libertad de expresión así como el hincapié en su importante papel en

la resolución pacífica de conflictos, lo que también quiere dejar en claro el papel

que tienen todas las personas como agentes históricos puesto que el curso

también quiere destacar la vida cotidiana y el rol que jugaron las personas que no

son reconocidas como héroes históricos en los distintos movimientos que ha

llevado la sociedad, para que así la enseñanza de la historia no se vuelva la

entronización idealista de ciertos héroes ni tampoco se reduzca ésta a las guerras

acaecidas en el territorio nacional o en las que participó la nación, éstas deben

contextualizarse con las distintas variables económicas, culturales, etcétera para

entender sus relaciones de causa y consecuencia con el resto del panorama de la

época, asimismo es necesario entender que variables mencionadas no se mueven

con independencia de los sujetos, sino que ellas dependen de éstos, lo que debe

dar lugar a la conciencia

de que dependemos unos de otros, análogamente a como la UNESCO entiende la

cooperación internacional como vía para el mejoramiento de la sociedad, esto

mismo debe comenzar a cimentarse en la educación básica a través de la noción

de cambio que posteriormente ayudará a formar la noción de tiempo histórico,

sobre cómo se configura el mismo a través de nuestras acciones y dar cuenta de

las acciones con las se puede reforzar la justicia, la igualdad, de la democracia y

el cuidado del ambiente y la cultura.

El curso también quiere fomentar la autonomía del alumno en lo que concierne

a la creación de su postura respecto a los procesos históricos puesto que a través

del manejo de información se analizan, clasifican y critican diferentes puntos de

vista provenientes de variadas fuentes históricas para que así el estudiante esté

involucrado en la formación de su propia óptica histórica y no la reciba

acríticamente del maestro sino que por sus propios análisis de la sociedad vaya

articulando un comportamiento reflexivo en lo que atañe a su papel como parte

una sociedad, es decir que la materia de historia también es un espacio donde el

estudiante aprende a aprender.

Todo esto va encaminado a una comprensión de la historia opuesta a la

memorización de fechas y a la institución de una perspectiva mucho más amplia

del presente que no discrimine los muchos tipos de vida, tradiciones y expresiones

culturales que se dan al interior del país para dar cuenta de que el presente está

más caracterizado por su pluralidad concreta que por alguna unidad abstracta,

esto debe reforzarse al entrar en contacto con leyendas, mitos, creencias

expresiones artísticas y el testimonio oral de los mayores.

Para mostrar la presencia del pasado en el presente se sugiere la visita a

museos, monumentos, sitios arqueológicos, casas antiguas, etcétera, también hay

que mostrar a los niños objetos cotidianos pertenecientes a otras épocas para

que tengan idea de las condiciones de vida y las posibilidades tecnológicas de

antes, a todo esto también deben añadirse imágenes que representen los paisajes

sociales del pasado, mapas que muestren los cambios en las divisiones políticas y

textos antiguos como documentos oficiales, biografías, obras literarias, periódicos

y así sucesivamente, todo esto termina configurando una conciencia del cambio

pero también de la permanencia de tradiciones, valores y otros rasgos similares.

Todo lo anterior nos muestra que los conocimientos básicos de la historia se

articulan en afinidad con la práctica y privilegian el rol del estudiante como

principal responsable de sus procesos de aprendizaje, mismos que abarcan

dimensiones intelectuales, morales, sociales y culturales siendo así un modo de

aprender por competencias, lo que le permite generar herramientas propias que

en un futuro le servirán para fijarse itinerarios de aprendizaje que lo eximan de

depender de otras personas para aprender y para formarse un punto de vista

sobre los acontecimientos actuales así como las acciones que deben tomarse ante

ellos.