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INTRODUCCIÓN DE ESPECIES EXÓTICAS EN LA PROVINCIA DE
BUENOS AIRES – ARGENTINA
MÓNICA STADELMANN(1)
, ANTONIO ÁNGEL GONZÁLEZ
(1), GABRIEL
HAMMOUD(1)
, JORGE SPERONI(1)
, PABLO ZORZOLI (1)
, NANCY CORREA(1,2)
(1) Servicio de Hidrografía Naval (SHN)
(2) Escuela de Ciencias del Mar
Resumen
El trabajo expone consideraciones relacionadas con la prevención de la introducción de especies exóticas en la
Provincia de Buenos Aires, principalmente en el ámbito marino costero. Se incluye una reseña de las especies ya
introducidas y una descripción de aquellas que han causado un impacto más significativo. Se analiza información
sobre el marco jurídico (nacional e internacional) relacionado con la detección temprana de especies exógenas. Se
incluyen, además, antecedentes tanto nacionales como internacionales de especies introducidas y comentarios acerca
de los perjuicios causados y su remediación. Finalmente, se formula una serie de sugerencias fundamentadas en el
estudio de la legislación existente hasta el presente y en la falta de divulgación general de la problemática relacionada
con la introducción de especies exóticas.
Palabras clave: Especies introducidas, prevención, Argentina, Provincia de Buenos Aires, control, legislación.
Abstract
This paper presents considerations on the prevention of the introduction of exotic species in the Province of Buenos
Aires, especially in its coastal marine area. It briefly reviews the species already introduced and furnishes a
description of the ones that have caused more significant impacts. Information on the legal framework (national and
international) in relation to the early detection, control and eradication of alien species is analyzed. Domestic and
international background information on introduced species, impacts associated, and remediation options suggested is
discussed. Recommendations based on the analysis of existing legislation are put forward.
Keywords: Introduced species, prevention, Argentina, Province of Buenos Aires, control, legislation.
***
Introducción
El transporte de especies fuera de su área nativa de distribución por parte del hombre es tan
antiguo como la propia humanidad, ya que diversos tipos de plantas y animales han ido
acompañando a los humanos en sus rutas migratorias [1,2,3]. El ritmo en el movimiento de
[1] ELTON, C.S., 1958
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especies ha ido creciendo a lo largo de la historia junto con el incremento del comercio y la mayor
eficacia de los medios de transporte, hasta llegar a la era colonial y de las grandes exploraciones
que constituyen, sin duda, un momento clave en la historia de la introducción de especies.
Diversas disposiciones han sido desarrolladas como reacción ante la presencia de especies
exóticas invasoras particularmente problemáticas. Para el caso de la República Argentina, la
Constitución Nacional en su artículo 41 expresa con referencia a este tema:
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de
preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer,
según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho,
a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio
natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los
presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para
complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales”.
Por otra parte, la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, sancionada en septiembre de
1994, en su Artículo 28 expresa: “Los habitantes de la Provincia tienen derecho a gozar de un
ambiente sano y el deber de conservarlo y protegerlo en su provecho y en el de las generaciones
futuras”.
Existen, como podemos apreciar, los pilares jurídicos que sustentan el deber de mantener
intactos los ambientes naturales y la flora y fauna que los caracterizan, pero la realidad es más
compleja que la letra escrita y muchas de estas normas no se cumplen o se cumplen solo
parcialmente. Si bien en la Argentina la cantidad de invasiones biológicas y sus consecuencias han
sido comparativamente moderados, los numerosos casos documentados demuestran que el país no
es inmune a este problema [4].
¿Qué es una especie introducida?
Todas las especies de animales y plantas que conocemos hoy se originaron en un único lugar
de la tierra, y expandieron su distribución geográfica desde allí mediante mecanismos más o
menos complejos. En otras palabras, es imposible que un mismo animal o planta haya aparecido
simultáneamente en dos lugares diferentes: si es la misma especie entonces indefectiblemente
proviene de los mismos ancestros.
[2] RUIZ, G. AND J. T. CARLTON, 2003.
[3] COX, G. W., 2002.
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Actualmente el puma, por ejemplo, habita prácticamente en todo el continente americano,
desde la Patagonia hasta el norte de Canadá (Figura 1). Sin embargo, todas estas poblaciones
provienen de ancestros que inmigraron desde Asia a través del Estrecho de Bering unos 8 millones
de años atrás, y fueron avanzando lentamente hacia el sur poblando el continente americano.
La rata común también tiene una dispersión geográfica muy amplia (Figura 1), habitando las
Américas, Eurasia y Australia. Sin embargo, a diferencia del puma, que colonizó las áreas donde
vive lentamente y por medios propios, la rata lo hizo con la ayuda del hombre, viajando a nuevas
tierras como polizón en sus barcos y otros medios de transporte.
Esta es, básicamente, la diferencia entre una especie nativa y una introducida: la nativa llegó
al lugar que habita sin ayuda del hombre, normalmente miles o millones de años atrás (o, mucho
más raramente, evolucionó localmente), mientras que la introducida lo hizo con ayuda humana y
mucho más recientemente. Se denominan invasoras aquellas especies introducidas que en ese
nuevo lugar se reproducen descontroladamente, monopolizando espacio y/o recursos e impactando
de manera más o menos importante al ecosistema [5].
Existen muchas formas en las que una especie foránea puede trasladarse desde su lugar de
origen hasta el nuevo destino. Muchas pueden hacerlo a través del transporte (terrestre, acuático,
aéreo, de mercaderías, con los materiales de embalaje, en contenedores, camiones, autos, trenes,
etc.). Algunas lo hacen como parásitos o epibiontes de organismos mayores. En los últimos 20
años el incremento del intercambio comercial entre continentes ha provocado un crecimiento
exponencial de las introducciones biológicas permitiendo, de esta manera, una mayor
movilización de organismos de un lugar a otro [6,7].
Para los organismos acuáticos, una de las vías de entrada más comunes es a través del agua
de lastre de los barcos [8]. Las embarcaciones usan el agua de lastre para mantener la estabilidad
durante la navegación (Figura 2). El mecanismo consiste en cargar agua en el puerto de origen y
descargarla en el puerto de destino (donde se cargan las mercaderías) permitiendo, de esta manera,
la liberación de organismos ajenos al lugar.
Los organismos introducidos pueden producir cambios en los ecosistemas dulceacuícolas y
marinos, cambiando las proporciones entre especies, modificando las vías de intercambio de
[4] CORREA, N. AND D. BOLTOVSKOY, 1998: 4-14.
[5] PIMENTEL, D., 2002: 1-369.
[6] HULME, P. E., 2009: 10-18.
[7] KARATAYEV, A. Y., et al., 2006: 161-180.
[8] BOLTOVSKOY, D., et al., 2011: 578-583.
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energía y materia y, en casos extremos, desplazando a algunas especies nativas hasta el punto de
extirparlas totalmente del lugar [9,10].
Es difícil predecir a priori qué especies pueden invadir o impactar sobre los ecosistemas, ni
qué ecosistemas son más vulnerables y sensibles a las especies invasoras. A pesar de la existencia
de medidas de control, en muchos lugares del mundo se siguen importando nuevas especies de
plantas para jardinería, peces para el acuarismo y la piscicultura, aves para la caza deportiva, etc.
En consecuencia, es fundamental optimizar las medidas de prevención y monitoreo. En algunos
casos, la detección temprana de introducciones biológicas indeseables puede ser subsanada
mediante programas de erradicación. Sin embargo, para que las medidas de control sean efectivas,
es imperativo que exista adecuada educación y conocimiento del tema por parte de la población en
general.
Figura Nº 1: Áreas de distribución actual del puma y de la rata marrón.
[9] PIMENTEL, D., 2002: 1-369.
[10] BYERS, J. E., et al., 2002: 630-640.
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Figura Nº 2: Esquema de la distribución típica de los tanques de agua de lastre (destacados en celeste)
en un buque granelero transoceánico (de [13]).
Descripción del área de trabajo
El área abarcada por este estudio corresponde al estuario del Río de la Plata y la costa
Atlántica bonaerense hasta la desembocadura del Río Negro. La zona se sitúa en la región centro-
este de la República Argentina, incluyendo el área metropolitana (con los partidos de Tigre, San
Fernando, San Isidro, Vicente López, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Avellaneda, Quilmes y
Berazategui). Más hacia el sur cubre las jurisdicciones de Ensenada, Berisso, Magdalena, Punta
Indio, Chascomús, Castelli, Tordillo, General Lavalle, Partido de La Costa, Pinamar, Villa Gesell,
Mar Chiquita, General Pueyrredón, General Alvarado, Lobería, Necochea, San Cayetano, Tres
Arroyos, Dorrego, Monte Hermoso, Coronel Rosales, Bahía Blanca, Villarino y Carmen de
Patagones (Figura 3).
Las problemáticas ambientales más acuciantes difieren entre jurisdicciones. Para los partidos
del área metropolitana los impactos más importantes están centrados en la actividad de las
industrias que vuelcan sus productos de desecho al medio acuático sin tratamiento previo. La costa
de zonas rurales, por otro lado, sufre principalmente por el vertido de fertilizantes y pesticidas
desde las explotaciones agropecuarias. Algunos sectores, con áreas costeras intensivamente
afectadas a la explotación turística, soportan la degradación asociada con este impacto (varios
partidos del Sudeste bonaerense) [11].
Dentro el punto de vista fisiográfico, la zona estudiada está caracterizada por la
desembocadura del Río Luján en el delta, en la parte norte. La costa en esta zona sigue una
dirección NNO-SSE (hasta Punta Piedras), es baja, con playas de arena fina, oscura, y con
afloramientos de tosca. En la costa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se destaca la Reserva
[11] BOLTOVSKOY, D., 2008.
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Natural Costanera Sur, declarada sitio Ramsar desde el año 2005, la cual actúa como banco de
semillas de las especies de flora que bajan por el Río de la Plata desde la Mesopotamia.
La costa continúa con la bahía de Samborombón, con tierras bajas e inundables. Estos
bañados y humedales, designados sitio Ramsar desde el año 1997, están colonizados por
vegetación talofítica, típica de estuarios, y están atravesados por importantes cursos de agua. Es
zona de desove de peces marinos migratorios de valor comercial y deportivo, tales como lisas,
corvinas, pejerrey de mar, etc. [12].
Figura Nº 3: Provincia de Buenos Aires (fuente: Instituto Geográfico Militar).
[12] BOLTOVSKOY, D., 2008.
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Figura Nº 4: Algunos ejemplos de especies introducidas en la Argentina por actividades humanas.
Los cuatro organismos de la fila inferior son introducciones de los últimos 20 años, muy probablemente todos por
agua de lastre (de varias fuentes).
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Siguiendo hacia el sur, nos encontramos con la albufera de Mar Chiquita, una laguna con
comunicación directa con el mar, de aproximadamente 25 km de largo y ancho variable, de 100 a
4500 m. Su superficie total es de 46 km², estrechándose de norte a sur hasta desembocar en el
océano. Entre la albufera y el mar se extienden más de 20 km de dunas costeras, tanto vivas, como
semifijas y colonizadas por vegetación.
El área entre los estuarios de Bahía Blanca y Bahía Anegada incluye grupos de islas, bancos
de arena, y canales de marea. El estuario de Bahía Blanca es el de mayor porte, con 2290 km2;
tiene un canal principal al cual desembocan numerosos canales secundarios entre amplias
planicies de marea, bancos de arena e islas. El aporte de agua dulce es muy bajo en comparación
al volumen de agua marina que lo penetra. En la zona interna del estuario la salinidad varía
estacionalmente entre 19‰ y 40‰ (es decir, desde aguas salobres hasta mucho más saladas que el
agua de mar pura). El escaso aporte de sedimentos, tanto de los ríos como de la plataforma
interior, estaría causando el retroceso del estuario de Bahía Blanca, tendencia que se manifiesta
también en Bahía Anegada, donde desemboca el Río Colorado. Las costas de la Bahía San Blas,
en la zona sur de la Bahía Anegada, marcan una transición entre las costas marinas bonaerenses y
las patagónicas [13].
El clima del área de estudio es templado. Presenta veranos templado-calurosos e inviernos
frescos, precipitaciones abundantes (sobre todo en la franja más oriental, con más de 1000 mm
anuales), y vientos predominantes del este y del noreste. Hacia el oeste el clima es más árido (400
a 500 mm de lluvia por año). La región pampeana bonaerense se ve afectada por vientos
característicos, como la Sudestada, que viene del océano (en los meses fríos), y el Pampero o
Viento Sur, que atraviesa la Patagonia (en los meses cálidos) y que proviene del Anticiclón
Antártico [14].
Antecedentes
La diversidad biológica enfrenta numerosas amenazas alrededor del mundo. Los científicos
y gobiernos reconocen que, actualmente, las invasiones ocasionadas por especies exóticas
invasoras son una de las mayores amenazas para la diversidad biológica nativa. Los impactos
pueden ser inmensos y generalmente son irreversibles. A escala global, las introducciones
biológicas pueden ser tan perjudiciales para las especies y los ecosistemas como la contaminación
y la pérdida y degradación de hábitats [15].
[13] BOLTOVSKOY, D., 2008.
[14] CAMILLONI, I., 2008.
[15] BEGON, M., C. R. TOWNSEND AND J. L. HARPER, 2006: 1-738.
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Barreras naturales como los océanos, las montañas, los ríos y los desiertos, representaron,
durante millones de años, límites entre ecosistemas vecinos, favoreciendo a que evolucionen con
un conjunto característico y único de especies interrelacionadas. En menos de 100 años, muchas
de estas barreras se han vuelto ineficaces para mantener a las especies separadas: el transporte por
parte del hombre permitió a algunas de ellas desplazarse y conquistar nuevos hábitats,
convirtiéndose muchas veces en especies invasoras. La globalización, fogoneada por el turismo
regional e intercontinental y el crecimiento del comercio mundial, favoreció un incremento sin
precedentes en los ritmos de transporte de especies de un lugar a otro. Las prácticas aduaneras y
de cuarentena que fueron desarrolladas tempranamente para prevenir enfermedades resultan
inadecuadas para salvaguardar la diversidad biológica nativa de las amenazas de las especies
exóticas.
Los alcances y costos de las invasiones biológicas son globales y enormes, tanto en términos
ecológicos como económicos. Se encuentran especies exóticas invasoras en todos los grupos
taxonómicos, incluyendo virus, hongos, algas, musgos, helechos, plantas superiores,
invertebrados, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
El costo económico directo ocasionado por las especies invasoras se calcula en millones de
dólares por año [16]. Por ejemplo, las malezas reducen el rendimiento de los cultivos agrícolas y
aumentan los costos de producción. Los patógenos y parásitos de plantas y animales domésticos
afectan la sanidad. Organismos introducidos compiten con la flora y fauna locales desplazándolos,
restándoles recursos, y -ocasionalmente- extirpándolas totalmente.
En los ecosistemas acuáticos, el agua de lastre es el vector más importante para el transporte
intra- e interoceánico de organismos costeros y de especies de agua dulce [17] (Figura 2). La
descarga de aguas de lastre ha provocado la introducción involuntaria de centenares de organismos
acuáticos, incluyendo bacterias y virus patógenos.
La degradación y transformación de hábitats naturales (por erosión, desertificación,
explotación, deforestación, contaminación), que ha venido ocurriendo en todo el mundo, a veces
favorece a que las especies exóticas se establezcan con mayor facilidad. A veces, estas especies
exóticas cuentan con ventajas adaptativas sobre las locales; por ejemplo, por no tener predadores o
competidores naturales en el nuevo lugar. El cambio climático también es un factor que puede
contribuir a la dispersión y el establecimiento de especies exóticas invasoras. Por ejemplo,
[16] PIMENTEL, D., 2002: 1-369.
[17] CORREA, N. AND P. ALMADA, 2013:59-64.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
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temperaturas más elevadas pueden permitir que mosquitos de zonas más cálidas, vectores de
enfermedades, expandan su distribución.
Si bien la información de importancia que podría alertar a las agencias de gestión sobre los
peligros potenciales de una nueva introducción no siempre está disponible, cuando sí lo está es
común que su divulgación sea limitada e insuficiente para permitir la toma de decisiones de
manera oportuna.
Algunos países han desarrollado sistemas legales e institucionales idóneos que permiten
responder de manera efectiva a estos nuevos flujos de visitantes. Otros tienen una apreciación más
limitada de la magnitud y del costo económico del problema. En consecuencia, las respuestas son
en su mayor parte fragmentarias, tardías e ineficaces. Es en este contexto que la UICN (Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza) ha identificado el problema de las especies
exóticas invasoras como una de sus iniciativas más importantes a nivel mundial.
El problema de las invasiones biológicas es particularmente grave en el caso de las islas, en
especial en pequeños países insulares. Por su condición de aislamiento, las comunidades insulares
han estado sometidas a tasas de invasión muy bajas; por esta razón, muchas de las especies de
estos ambientes no han desarrollado adaptaciones para convivir con extraños [18].
Antecedentes en la República Argentina
Antes de la adopción del Convenio sobre Diversidad Biológica, la Argentina se había
centrado en la protección de la producción de los sistemas, principalmente en el área de la
agricultura y la forestación. En consecuencia, la legislación sobre control sanitario y plagas está
más desarrollada que la relativa a especies invasoras, por lo que la legislación en la jurisdicción
marino costera aún es incipiente. Si bien la encargada de prevenir la introducción de especies
exóticas al país es la autoridad nacional, existen múltiples normativas y jurisdicciones con
injerencia en el tema, variando la competencia según el ámbito geográfico, el tipo de especies
(sean éstas silvestres o domésticas), y el tipo de control (sanitario o ambiental). La normativa en
esta materia tiende a acentuar las medidas de control sanitario y de plagas, más que a controlar
la invasión de especies exóticas. En consecuencia, no existe una norma marco que regule esta
cuestión en la Argentina, ni un desarrollo acorde en las provincias.
Teniendo en cuenta que la Argentina es un país federal y que, de acuerdo con la
Constitución Nacional, las provincias poseen el dominio de sus recursos naturales (art. 124), está
[18 ] BEGON, M., C. R. TOWNSEND AND J. L. HARPER, 2006: 1-738.
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siempre presente la posibilidad de que se produzcan conflictos y confusión entre el gobierno
nacional y las autoridades provinciales, agravados por la deficiente coordinación
interjurisdiccional.
En nuestro país existe una cantidad relativamente importante de especies introducidas [19,
20, 21, 22]. Dentro de éstas, los mamíferos, las aves y los peces son los más conspicuos, aunque
no necesariamente los de mayor impacto. Desde Tierra del Fuego hasta la selva misionera, los
bosques chaqueños y las yungas, encontramos numerosas especies exóticas, incluyendo ciervos
(varias especies), jabalíes, conejos, liebres, castores, ratas almizcleras, visones, antílopes, ardillas,
codornices, perdices, gorriones, faisanes, salmones, truchas, carpas, etc. (Figura 4). También hay
una infinidad de plantas traídas como recursos para la agricultura, como ornamentales, o que
arribaron accidentalmente [23].
Entre los animales, no sólo especies silvestres pueden convertirse en invasoras, también las
domésticas pueden ser una fuente de ‘contaminación biológica’ en las áreas naturales. El caballo
(en Estados Unidos, Venezuela y Argentina), el burro (en Estados Unidos, Australia y Argentina),
la vaca (en la Patagonia Andina, Noroeste Argentino y Australia), el perro, gato, conejo, cerdo,
camello, cabra, muflón, búfalo, cebú, son ejemplos de animales domesticados que pueden
independizarse del hombre, volverse silvestres y vivir en libertad en ambientes no controlados por
el hombre [24]. Las especies exóticas fueron identificadas como una seria amenaza global (a veces
la más importante) para la diversidad biológica y la economía.
Entre los casos más paradigmáticos en la Argentina están el del castor americano (Castor
canadensis) y su impacto sobre los bosques de Tierra del Fuego (Figura 4). Sus actividades
afectan más de 7 millones de hectáreas en la Patagonia y su erradicación, si bien no imposible,
requiere de un importante esfuerzo de coordinación y logística y de una inversión de alrededor de
35 millones de dólares [25, 26].
Otros ejemplos característicos son el ciervo colorado (Cervus elaphus), mamífero
introducido y ampliamente distribuido en gran parte del territorio nacional como resultado del
establecimiento de cotos de caza (Figura 4), y el chancho cimarrón (Sus scrofa), que afecta
gravemente a la población del venado de las pampas en la Bahía de Samborombón (Figura 4). La
[19] ORENSANZ, J. M., et al., 2002:115-143.
[20] SCHWINDT, E. 2008.
[21] CORREA, N. AND D. BOLTOVSKOY, 2003:55-60.
[22] InBiAr.
[23] InBiAr.
[24] NOGALES, M., et al., 2004: 310-319.
[25] PARKES, J. P., et al., 2008.
[26] MALMIERCA, L., et al., 2011: 87-90.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
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avispa chaqueta amarilla (Vespula germanica, Figura 4), originaria de la región del Mar
Mediterráneo, es una especie problemática a nivel mundial. En la Argentina fue observada por
primera vez en 1980, cerca de Chos Malal, Neuquén. Desde entonces ha invadido el norte de la
Patagonia hasta el norte de Santa Cruz, Mendoza y el sur de Buenos Aires. El gekko (Tarentola
mauritanica) es un reptil exótico con rango de distribución creciente en Argentina (Figura 4). La
rana toro (Lithobates catesbeianus) es un anfibio exótico distribuido en gran parte del país
(Figura 4).
Alrededor de 1990 se registró, en el Río de la Plata, la presencia de Limnoperna fortunei o
mejillón dorado, bivalvo dulceacuícola, oriundo de ríos y arroyos del sudeste asiático [27]. L.
fortunei (Figura 4) pertenece a la familia Mytilidae, que incluye también a las cholgas y
mejillones. A fines de 1994 y principios de 1995, comenzaron a observarse ejemplares en tomas
de agua de la localidad de Bernal (34°40'S; 58°14'W) y puerto de Buenos Aires (34°35'S;
58°22'W), y alrededor de la misma época aparece también en la ribera opuesta, en Colonia del
Sacramento, Uruguay (34°28'S; 57°50'W).
Desde que ingresó en Sudamérica, muy probablemente con el agua de lastre de buques
graneleros que operan con los puertos argentinos y uruguayos sobre los ríos Paraná y Uruguay,
Limnoperna fortunei se ha estado expandiendo hacia el norte. Actualmente ya está en toda la
cuenca del Río de la Plata, desde el Pantanal y el río Paranaíba, en Brasil, hasta los ríos Suquía y
Tercero, en Córdoba. Seguramente no falta mucho para que comience a colonizar las otras grandes
cuencas sudamericanas (Amazonas, Orinoco, Magdalena), y de allí cruce a América Central y
Norte [28].
Durante el año 2000, Limnoperna llegó por el río Paraguay hasta el santuario ecológico El
Pantanal (Bolivia-Brasil). Su avance aguas arriba a lo largo del río Paraná se ha calculado en unos
240 km por año, mientras que por el Uruguay, que no es navegable, ha sido unas 10 veces más
lento, pero también incontenible [29]. Este animal vive adherido a sustratos duros de cualquier
naturaleza (caños, ramas, troncos, tablas, piedras, etc.), pudiendo desarrollar densidades de más de
250,000 mejillones por metro cuadrado de superficie [30]. Desde el punto de vista morfológico y
funcional, presenta características similares al ‘mejillón cebra’, Dreissena polymorpha, oriundo
del Mar Caspio e introducido en gran parte de Europa (desde el siglo XIX) y en América del Norte
[27] PASTORINO, G., et al., 1993: 101-102.
[28] BOLTOVSKOY, D., et al., 2006: 947-963.
[29] BOLTOVSKOY, D., et al., 2006: 947-963.
[30] DARRIGRAN, G. A. AND M. C. DAMBORENEA, 2006: 1-221.
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(en 1984, fue por primera vez observado en el lago St. Clair, Canadá, y actualmente habita
prácticamente todos los Estados Unidos). Ambas especies ejercen fuertes impactos sobre los
cuerpos de agua colonizados ya que modifican las concentraciones y proporciones de nutrientes,
aclaran el agua (por filtración), fomentan el desarrollo de floraciones de algas tóxicas, etc. [31].
También causan serias molestias en instalaciones industriales, en particular los sistemas de
refrigeración de plantas energéticas e industriales por asentamiento en los filtros, válvulas,
tuberías, etc., provocando taponamientos y pérdidas de presión [32, 33, 34]. También en las
embarcaciones pueden ocasionar problemas en los sistemas de refrigeración, drenajes e
imbornales, mecanismos de timón y orza, etc. Desde su ingreso en el país, el mejillón dorado ha
tenido un muy fuerte impacto sobre las actividades humanas. La mayoría de las plantas
industriales ubicadas sobre ríos y lagos utilizan el agua de estos ambientes para sus procesos,
principalmente con fines de refrigeración. El agua es conducida por tuberías provistas en la
entrada de rejas, tamices, filtros, intercambiadores de calor, etc.; todas estas estructuras proveen a
Limnoperna fortunei de sitios ideales para asentarse y desarrollar sus colonias: abundante sustrato
duro para fijarse, un flujo continuo de agua, que garantiza alimento y oxígeno necesarios, y
ausencia de peces que puedan predar sobre los nuevos colonos. De esta manera, aún cuando en el
medio la presencia de Limnoperna fortunei puede pasar a veces desapercibida, en las instalaciones
de las plantas obstaculiza el paso del agua, entorpeciendo y dificultando -a veces muy
significativamente- su funcionamiento [35]. Los asentamientos de Limnoperna fortunei aumentan
los costos operativos al provocar la reducción en la eficiencia de las bombas y consiguiente
aumento en el consumo de energía para lograr un normal funcionamiento de las tomas de agua,
aumento en la corrosión de cañerías por la proliferación de otros agentes biológicos indeseables
(bacterias, hongos, etc.), paradas adicionales para llevar a cabo tareas de mantenimiento, etc. Poco
tiempo después de su ingreso al país, las bioincrustaciones de Limnoperna fortunei han
comenzado a causar problemas en la Central Nuclear Atucha I. Poco más tarde, lo hicieron en las
petroquímicas ubicadas en Dock Sud (Shell) y a lo largo del Paraná (Esso Campana), en plantas
potabilizadoras de agua, en las plantas hidroeléctricas (Yacyretá, Itaipú, Salto Grande), industrias
diversas, etc. La central nuclear Atucha I (en Lima, Prov. Bs. As.) y Embalse (Córdoba) han
tenido que interrumpir su operación en más de una oportunidad por causa de las obstrucciones
31 KARATAYEV, A. Y., et al, 2010: 975-984.
32 PEREPELIZIN, P. AND D. BOLTOVSKOY, 2011: 79-85.
33 MACKIE, G. L. AND R. CLAUDI, 2010: 1-508.
34 MANSUR, M. C. D., et al., 2012: 1-411.
35 CATALDO, D. et al., 2003: 66-78.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
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provocadas por Limnoperna fortunei en conductos de agua de refrigeración cruciales para el
funcionamiento de las plantas.
Para mitigar estos problemas se recurre a diferentes métodos, incluyendo el añadido de
sustancias tóxicas al agua para matar a los adultos incrustantes o a sus larvas, tratamientos con luz
ultravioleta, tratamientos térmicos, eliminación del oxígeno disuelto en el agua, métodos
ultrasónicos, etc. [36]. Si bien las tecnologías indispensables para paliar el problema existen, su
implementación implica costos adicionales, a veces muy importantes, y frecuentemente impactos
negativos sobre los cuerpos de agua (por ejemplo, al usar sustancias químicas que son vertidas al
ambiente).
Sin embargo, se conocen también efectos probablemente beneficiosos de este molusco sobre
el ecosistema, como el aumento de la biomasa y la diversidad de los organismos bentónicos, y la
provisión de alimento a larvas y adultos de peces [37].
Otro ejemplo interesante de invertebrado acuático introducido en la Argentina es Corbicula
fluminea, (Figura 5). Este bivalvo llegó, presumiblemente, a principios de la década del 70 desde
China, dispersándose en gran parte de los ríos de Argentina, Uruguay y Brasil [38]. La
introducción de Corbicula fluminea en los Estados Unidos ha ocasionado la obstrucción de
tuberías de toma de agua, afectando represas hidroeléctricas, plantas potabilizadoras y de
tratamiento de agua, servicios para sistemas nucleares, sistemas de enfriamiento, y otros. El costo
de la mitigación de estos problemas fue estimado en millones de dólares anuales [39]. En
Argentina, Corbicula fluminea también ha provocado trastornos, como la obstrucción mecánica de
los sistemas de riego por goteo o aspersión en el Valle Inferior del Río Colorado, acumulación de
valvas vacías en tanques, oclusión de filtros, aceleración del relleno de canales de riego (por
mayor sedimentación y deposición de valvas vacías), y contaminación de materiales de
construcción (arena, grava).
Sin embargo, la fauna local frecuentemente se adapta a las nuevas especies e interactúa con
ellas, a veces de manera eficiente y provechosa. Por ejemplo, el armado (Pterodoras granulosus)
es un activo predador de Corbicula fluminea. Analizando el contenido de su aparato digestivo, se
ha comprobado que hasta el 75% de estos peces se alimentan con Corbicula fluminea, mientras
que en el 42 por ciento de los armados estudiados aparecía este bivalvo exclusivamente [40].
[36] MACKIE, G. L. AND R. CLAUDI, 2010: 1-508.
[37] PAOLUCCI et al., 2012: 40-45.
[38] BOLTOVSKOY, D. et al., 1999: 7-9.
[39] CHERRY, D., C. J. JR., AND G. RL, 1980: 18-24.
[40] FERRIZ, R. A. et al., 2000: 151-156.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
113
Otros depredadores de Corbicula fluminea y Limnoperna fortunei son las corvinas y las bogas
[41,42].
Figura Nº 5. El bivalvo asiático Corbicula fluminea, introducido en muchos países del mundo (fuente:
http://www.jaxshells.org/ascl.htm).
Otro molusco que invadió nuestras aguas recientemente es el caracol asiático Rapana
venosa. A miles de kilómetros de su hábitat natural, este voraz predador de bivalvos parece haber
encontrado entre nosotros un nuevo hogar en el mundo. Rapana venosa (Figura 4) amenaza con
producir fuertes cambios en el ecosistema del Río de la Plata exterior, según alertan biólogos del
Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) [43]. Su distribución es
mundial, encontrándose en el Mar del Japón, Mar Amarillo y Mar de la China Oriental. También
se ha establecido en el Mar Negro, el Adriático y el Egeo, el Atlántico Norte (Bahía de
Chesapeake) y sur. Al igual que en los casos anteriores, es muy probable que haya ingresado a
través del agua de lastre de los buques comerciales provenientes de Asia o del Mar Negro. Rapana
venosa invadió las aguas del Río de la Plata afectando la biodiversidad de las costas tanto
bonaerenses como uruguayas. Este visitante ‘indeseado’ se alimenta de almejas, que constituyen el
alimento primordial de varias especies de peces de importancia comercial, entre ellos la corvina
rubia, uno de los principales recursos económicos de la región. En las zonas marinas adyacentes
incorpora también en su dieta mejillones. En Uruguay se ha evaluado la posibilidad de desarrollar
una pesquería artesanal de este caracol para su exportación a Asia, donde es consumido, con el fin
de controlar sus poblaciones. En Japón, es vendido como marisco en los mercados de pescado. El
[41] LÓPEZ ARMENGOL, M. F. AND J. R. CASCIOTTA, 1998: 105-108.
[42] PENCHASZADEH, P. E. et al., 2000: 229-231.
[43] GIBERTO, D. A., et al., 2006:p. 1-6.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
114
tamaño de los especímenes del Lejano Oriente llega hasta los 180 mm, mientas que en el
Mediterráneo y Mar Negro los especímenes normalmente son inferiores a 120 mm. El crecimiento
es rápido, pudiendo llegar a 20-40 mm durante el primer año de vida. Su hábitat preferido son los
lechos submareales entre 12 y 14 m de profundidad y los fondos arenosos compactos. Tiene
mucha flexibilidad trófica y una amplia tolerancia ecológica. La presencia de Rapana venosa en
los sedimentos de barro junto con el hallazgo de huevos y los bajos valores de salinidad, como los
que se encuentran en el Río de la Plata, confirmaron la alta plasticidad de esta especie y la
capacidad potencial de invadir con éxito nuevos ambientes.
Nuestra tan conocida carpa común Cyprinus carpio (Figura 4) es un pez de agua dulce
originario de Asia que ha sido introducido en todos los continentes a excepción de la Antártida. A
la Argentina llegó en la década del 40, fue sembrada en varios cuerpos de agua dulce con fines
deportivos y sin saber que su introducción sería perjudicial para el ambiente, no solamente porque
devora las plantas acuáticas, sino también porque se alimenta de los huevos de peces nativos,
incluyendo bagres, pejerreyes y bogas. Según estadísticas de la FAO es la especie de mayor
cultivo en el mundo con aproximadamente 17 millones de toneladas (FAO, 2003).
Marco legal
La problemática de la introducción de especies exóticas ha motivado un replanteo sobre la
relación costo ambiental-beneficio económico [44]. La magnitud de este tema ha llevado a su
tratamiento en el Convenio sobre Diversidad Biológica y en este marco se llevó a cabo la primera
reunión internacional centrada en esta cuestión. Esta reunión, a la que asistieron científicos,
administradores y asesores de política ambiental de ochenta países, se llevó a cabo en Trondheim
(Noruega) del 1 al 5 de junio de 1996. Sus principales conclusiones fueron:
Se necesita urgentemente una estrategia global y un plan de acción para encarar el problema
de las especies exóticas. Los problemas ambientales provocados por especies exóticas necesitan
ser abordados a nivel genético, de especies y de ecosistemas. Áreas importantes para llevar a cabo
el manejo de las mismas incluyen: infraestructura organizativa, medidas de cuarentena,
evaluaciones y análisis de riesgo y desarrollo de instrumentos legales y económicos. Es necesario
resaltar con mayor énfasis las pérdidas económicas producidas por especies exóticas. Urge la
implementación de estrategias de información y educación sobre especies exóticas. Todos los
sectores involucrados en actividades relacionadas con especies exóticas deben tener un rol en la
implementación de acciones preventivas y correctivas; esto incluye al sector privado, tales como
[44] SHINE, C., N. WILLIAMS, AND L. GÜNDLING, 2000.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
115
industrias, y la producción primaria (agricultura, forestación y pesquerías). Es necesaria la
cooperación técnica y práctica, tanto nacional como internacional entre autoridades en
administración de recursos, salud pública, fitosanitarios, ambientales, etc., que trabajen con
especies exóticas, de manera tal que se puedan tomar acciones apropiadas y rápidas cuando sea
necesario.
La conferencia de Trondheim urgió a los gobiernos nacionales y a las organizaciones e
instituciones internacionales a tomar seriamente en cuenta el tema de las especies exóticas y sus
invasiones, en las deliberaciones que se lleven a cabo relacionadas con la diversidad biológica.
A nivel nacional, y con respecto a la fauna silvestre, la Ley 22.421 de Conservación de la
Fauna (1981), en su Artículo 5º, establece que “La autoridad nacional de aplicación podrá
prohibir la importación, introducción y radicación de ejemplares vivos, semen, embriones, huevos
para incubar y larvas de cualquier especie que pueden alterar el equilibrio ecológico, afectar
actividades económicas o perturbar el cumplimiento de los fines de esta ley”.
Varias provincias argentinas poseen algún tipo de normativa que regula temas relacionados
con la introducción de especies exóticas, sobre todo en la Patagonia. Durante los días 9-11 de abril
de 1996, se realizó en Bariloche el Primer Taller sobre Especies Exóticas a nivel nacional,
organizado por el Consejo Asesor Regional Patagónico de la Fauna Silvestre. Motivó la
realización de este taller la creciente preocupación por este tema en la región patagónica, en cuyo
ámbito numerosas especies traídas de otros países, fundamentalmente a principios y mediados del
siglo XX, han causado y causan graves modificaciones ambientales. A manera de resumen de
dicho taller surgió la preocupación del CARPFS por la creciente cantidad de casos de introducción
de especies exóticas para su cría en cautiverio o su liberación, sin la imprescindible evaluación de
riesgo e impacto ambiental. La cría en cautiverio conlleva innumerables riesgos de fuga accidental
o intencional, no existiendo medidas de seguridad que los eliminen totalmente. A partir de las
conclusiones de este taller se elaboró y sancionó la Resolución 376/97 que establece la
obligatoriedad de la elaboración de una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) para introducir
especies exóticas nuevas al país.
La República Argentina ratificó mediante la Ley 24.375 el Convenio sobre la Diversidad
Biológica, adoptado y abierto a la firma en Río de Janeiro el 5 de junio de 1992. Los objetivos de
este convenio, según se indica en el Articulo 1º, son la conservación de la diversidad biológica, la
utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios
que se deriven de la utilización de los recursos genéticos, mediante un adecuado acceso a los
recursos y a las tecnologías apropiadas. Más específicamente, y dentro del tema que nos ocupa, el
Artículo 8º (‘Conservación in situ’) menciona que las Partes deberán impedir que se introduzcan
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
116
especies exóticas, y controlarán o erradicarán las que sean una amenaza para la biodiversidad
local, y establecerán las normativas necesarias para la protección de los recursos.
La República Argentina también es parte del Convenio de Conservación de Especies
Migratorias Silvestres, que establece que se concederá especial atención a las especies migratorias
cuyo estado de conservación sea desfavorable. Asimismo, se reconoce la necesidad de adoptar
medidas a fin de evitar que una especie migratoria pase a ser especie amenazada. Para ello, las
partes promoverán las investigaciones sobre especies migratorias; se esforzarán por conceder una
protección más inmediata a las especies amenazadas y procurarán la conclusión de acuerdos sobre
conservación, cuidado y aprovechamiento de especies. Para el caso particular de los cetáceos, se
prohibirá cualquier acto que implique la salida de su ambiente natural, cuando esté vedado en
algún Convenio internacional.
Los acuerdos deberán contemplar, además, exámenes periódicos sobre el estado de
conservación de la especie y de factores nocivos para la misma; planes coordinados de
conservación; investigaciones sobre dinámica de la población y su migración; conservación y
restauración de hábitats, controlando el ingreso de especies exóticas; mantenimiento de una red de
hábitats apropiados a la especie en cuestión; eliminación de obstáculos que dificulten o impidan la
migración; procedimientos de urgencia que permitan reforzar las medidas de conservación de una
especie, en caso de que se vea seriamente afectada, etc.
Se indica el criterio para determinar cuándo una especie podrá ser incluida o eliminada del
listado de especies migratorias amenazadas. Las partes tienen la obligación de conservar y, cuando
sea posible, restaurar los hábitats que sean importantes para preservar las especies del peligro de
extinción; prevenir, eliminar, compensar o minimizar los efectos negativos de actividades u
obstáculos que dificulten o impidan la migración; prevenir y limitar los factores que amenazan a
una especie, ya sea controlando la introducción de especies exóticas, o vigilando o eliminando las
que ya han sido introducidas. Además, prohibirán la salida de una especie amenazada de su
ambiente natural, excepto cuando la captura tenga fines científicos, esté destinada a mejorar la
propagación o supervivencia de la especie o cuando sea indispensable.
En cuanto a la pesca, la Autoridad de Aplicación de Buenos Aires establecerá límites
máximos periódicos de captura por especie, así como las artes de pesca, métodos y sistemas de
pesca utilizables. Podrá, además, establecer épocas y zonas de veda, de reserva, cupos de
apropiación, delimitación de las pesquerías y condiciones para las actividades de explotación.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
117
En cuanto a la legislación doméstica, existen numerosas normas sobre conservación de flora
y fauna, tanto en el nivel nacional como en el provincial [45]. Por un lado, se implementan
medidas de protección de la fauna silvestre, sobre creación de reservas y santuarios, regulando su
caza deportiva y el comercio de productos y derivados. También se instrumentan medidas para
importación de fauna y otras específicas para actividades relacionadas con las especies
amenazadas o en peligro de extinción.
La Argentina ratificó el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la que establece que para la introducción procedente del mar
de cualquier espécimen se requiere la concesión previa de un certificado expedido por una
autoridad administrativa del Estado de introducción. Para la obtención del certificado se exigirá: la
verificación científica por el Estado de introducción de que la misma no atentará contra la
supervivencia de la especie; la verificación de que el ejemplar será albergado adecuadamente y
que no será empleado para fines fundamentalmente comerciales. Con respecto a la sanidad vegetal
se exigen rigurosos requisitos para el ingreso de vegetales, entre ellos el certificado de sanidad.
También existen normas sobre uso y manejo de plaguicidas para la actividad agrícola.
Sobre reservas naturales existe legislación específica que procura minimizar la interferencia
humana sobre las especies y el ecosistema, a fin de que se desarrollen del modo más natural
posible. Se vedan ciertas actividades, como por ejemplo, la recolección de flora, la exploración
minera, la pesca, caza, o cualquier otra acción que pueda perturbar a los especímenes, salvo
cuando medie autorización de la Autoridad de Aplicación. Se prohíbe, además, la introducción de
especies exóticas, el uso de sustancias contaminantes y los asentamientos humanos.
Para prevenir la introducción de especies acuáticas, tanto marinas como de agua dulce, la
principal medida recomendada es realizar un recambio del agua de lastre en alta mar, con el objeto
de evitar el traslado de especies costeras o de agua dulce de los puertos de origen a los de destino.
La justificación del procedimiento reside en que los organismos que habitan el océano abierto no
sobreviven en aguas costeras o dulces, y viceversa. Por ende los organismos costeros y de agua
dulce no representan un peligro para el océano abierto, mientras que las especies del océano
abierto no son riesgosas para los ambientes costeros y de agua dulce [46]. En concordancia con
estas recomendaciones, la Prefectura Naval Argentina emitió un par de ordenanzas (7/98 y 12/98)
que, entre otras cosas, regulan la descarga de agua de lastre en los puertos de la cuenca del Plata y
en trece áreas protegidas a lo largo de la costa marítima argentina. Como cualquier otra regla, para
[45] DI PAOLA, M. E. AND D. G. KRAVETZ, 2004: 71-87.
[46] BOLTOVSKOY, D. et al., 2011: 578-583.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
118
garantizar su cumplimiento estas normas requieren que exista fiscalización. En la actualidad, esta
normativa está cambiando y se tiende a implementar medidas más efectivas basadas sobre límites
de concentración de organismos en el agua de lastre, que son más restrictivas y más fáciles de
fiscalizar (Figura 6).
Figura Nº 6: Lineamientos generales de las pautas de manejo de agua de lastre establecidas en el
Convenio Internacional de Control y Gestión del Agua de Lastre y los Sedimentos
(Organización Marítima Internacional)
Control de especies introducidas
En la mayoría de los casos, una vez que una especie exótica se introdujo y logró arraigarse,
su erradicación es imposible [47, 48]. Hay, sin embargo, algunos casos en que se ha logrado, o que
el proceso es factible. Los pocos casos exitosos normalmente involucran organismos de porte
importante, de dispersión espacial baja o moderada, de tasas reproductivas limitadas, y con
densidades iniciales también moderadas [49].
[47] ANÓNIMO, 2007: 1-45.
[48] WITTENBERG, R. AND M. J. W. COCK, 2001: 1-228.
[49] MYERS, J. H. et al., Eradication ,2000: 316-320.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
119
Para lograr la erradicación de una especie exótica es necesario tener un buen conocimiento
de la especie, su reproducción, y su ciclo de vida [50]. Cuando la erradicación de una especie falla
o no es posible, se procede al control de sus poblaciones para mantenerla en niveles aceptables,
compatibles con impactos ecológicos y socioeconómicos tolerables. Existen varios métodos de
control que se usan a menudo, de forma individual o combinados, entre los cuales se destacan el
químico, el mecánico y el biológico.
El control químico es probablemente el más difundido en el control de pestes en agricultura.
Los pesticidas controlan exitosamente una enorme variedad de plantas y animales (principalmente
insectos) perjudiciales para los cultivos, pero invariablemente son sustancias tóxicas también para
organismos que no constituyen un peligro para las plantaciones, así como para el ser humano.
El control físico o mecánico es aplicable a ciertas especies que únicamente se pueden tratar
de forma directa, extrayéndolas mecánicamente (con trampas o cebos, o mediante caza o pesca).
Este método puede ser efectivo si el área invadida es pequeña, en particular en islas, y la especie a
erradicar es un animal grande. Los casos exitosos mejor conocidos son los de erradicación de
gatos asilvestrados en numerosas islas del mundo [51].
El control biológico consiste en la introducción de enemigos naturales de la especie
indeseada. En el caso de las malezas podrían ser organismos herbívoros o patógenos de las
plantas. Si bien en este campo ha habido algunos casos exitosos, fueron mucho más numerosos los
fracasos. Estas estrategias son muy peligrosas porque es común que no se puedan anticipar todos
los efectos del enemigo natural que se introduce, y el resultado final sea muy diferente a lo
estimado en la teoría [52].
Conclusiones
Cualquier especie que se introduzca en una nueva región puede tener efectos adversos sobre
las comunidades locales y el ser humano. Se estima que de todos los animales introducidos en
Estados Unidos, el 25% resultaron claramente beneficiosos para el hombre (pero no
necesariamente para el resto de los seres vivos), el 20% económicamente ‘neutros’, y el 55%
claramente perjudiciales. Países como Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Estados Unidos, la
Comunidad Económica Europea y Australia han tomado medidas muy estrictas de control en
cuanto a la importación de especies foráneas.
[50] WITTENBERG, R. AND M. J. W. COCK, 2001: 1-228.
[51] NOGALES, M. et al., 2004: 310-319.
[52] MESSING, R. H. AND M. G. WRIGHT, 2006: 132-140.
M. Stadelmann, A. González, G. Hammoud, J. Speroni, P. Zorzoli, N. Correa
120
En la Argentina hay numerosos ejemplos de especies introducidas intencionalmente que han
causado un marcado impacto sobre el ambiente y las actividades productivas, sin que se hayan
materializado los beneficios esperados. Los ejemplos más paradigmáticos son los de los impactos
del castor sobre los bosques de Tierra del Fuego, y la liebre europea, que fue declarada plaga
nacional y no hay restricciones sobre su caza deportiva y comercial.
La introducción de especies foráneas no siempre es perjudicial para el ambiente, y cuando lo
es normal que haya efectos tanto negativos como positivos. Sin embargo, los riesgos asociados
con las introducciones biológicas son muy altos y obviamente no hay justificativo alguno para no
extremar las precauciones tendientes a evitar estas introducciones. En este sentido, hay una serie
de pautas de utilidad que deben tenerse en cuenta:
1) Partir del principio de precaución según el cual toda introducción se presupone
potencialmente perjudicial para el ambiente, la diversidad biológica, la calidad de vida y las
distintas actividades humanas.
2) Reforzar y extender las medidas de prevención y fiscalización fito y zoosanitarias en los
puntos de ingreso al país, para reducir al máximo la introducción accidental o deliberada de
especies foráneas.
3) Revisar y optimizar la exigua legislación vigente tendiendo a generar normas más
restrictivas (tanto nacionales como provinciales), que restrinjan la introducción de nuevas especies
exóticas, así como los trasplantes de especies exóticas ya presentes en el país a áreas donde no
existían.
4) Restringir la instalación de criaderos de especies exóticas actualmente presentes en el país
a áreas donde la especie se encuentra en forma asilvestrada, con poblaciones establecidas de
probada antigüedad.
5) Para solicitudes de nuevas introducciones, el peso de la prueba recaerá sobre la
demostración de que la misma no provocará perjuicios. En este sentido, la mera ausencia de
antecedentes no deberá tomarse como prueba suficiente. Dicha demostración deberá ser
solventada por el interesado.
6) Determinar las responsabilidades y la aplicación de sanciones ante un impacto social,
económico y/o ambiental negativo producido por la introducción de especies exóticas.
7) Las eventuales autorizaciones de introducción de especies exóticas deberán contar con la
conformidad de las jurisdicciones vecinas que puedan verse afectadas por una eventual fuga y/o
dispersión de la especie en cuestión.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
121
8) Establecer en la legislación el principio por el cual, en el caso de especies introducidas
que resultan perjudiciales, el resarcimiento por daños y los gastos de restitución recaigan sobre
la(s) persona(s) física(s) o jurídica(s) responsables de la introducción.
9) Realizar monitoreos regulares para la detección temprana de focos iniciales de nuevas
colonizaciones. Ante su detección se procurará por todos los medios disponibles para lograr la
erradicación inmediata de los mismos.
10) Alentar la formulación de planes de manejo de especies exóticas ya establecidas,
teniendo en cuenta a todos los sectores involucrados.
Finalmente, y dada la importancia potencial del impacto que involucra la introducción de
especies exóticas, se considera imprescindible adoptar mecanismos para lograr acuerdos
regionales sobre esta temática. Existen ‘lagunas’ de distinta naturaleza en el tratamiento de las
especies exóticas invasoras entre las que podemos enunciar la dificultad de predecir el riesgo
asociado a especies, vías de entrada no controladas, escasez o dispersión de datos e información, y
sobre todo la escasa conciencia de la población y de las entidades gubernamentales responsables
del control de este problema.
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Internacional), pp. 1-228.
***
Mónica A. Stadelmann. Es Técnica en Medio Ambiente Marino Costero, graduada en la Universidad Tecnológica en
2011. Ha realizado su carrera profesional en el Servicio de Hidrografía Naval, Departamento Oceanografía, Sección
Mareas desde el año 1978, formando parte de los grupos de investigación del Servicio de Hidrografía Naval
relacionados con la Marea en el Litoral Argentino y en el Continente Antártico. Es jefa técnica de la Sección Mareas,
en el régimen RPIDFA del Ministerio de Defensa. Intervino en numerosos proyectos de investigación financiados por
instituciones nacionales (UBA, ANPCyT, CONICET, Ministerio de Defensa) y además participa de los siguientes
programas internacionales brindando apoyo a la investigación: Global Sea Level Observing System (GLOSS, Global
Position System Tide Gauge Benchmark Monitoring Pilot Project (TIGA)
Ángel A. González. Es Técnico Oceanógrafo y Técnico Superior en Medio Ambiente Marino Costero graduado en la
Universidad Tecnológica Nacional. Ha realizado su carrera profesional en el Servicio de Hidrografía Naval desde
1983 participando en distintos campañas Oceanográficas con grupos de investigadores de distintos organismos, tanto
nacionales como internacionales. Dentro del Servicio de Hidrografía Naval se ha desempeñado como Encargado en
distintas secciones. Actualmente es Encargado del Dpto. Oceanografía del Servicio de Hidrografía Naval dependiente
del Ministerio de Defensa. Se desempeña como profesor en la Escuela de Ciencias del Mar (INUN). Fue coautor de
una presentación en las VIII jornadas nacionales de Ciencias del Mar, XVI Coloquio de Oceanografía del 3 al 7 de
diciembre de 2012 en Comodoro Rivadavia.
Gabriel A.C Hammoud. Es Hidrógrafo y Técnico Superior en Medio Ambiente Marino Costero, graduado en la
Universidad Tecnológica Nacional (2011), actualmente (octubre 2013) cursa el último cuatrimestre de la Licenciatura
en enseñanza de Ciencias del Ambiente en la Universidad Tecnológica Nacional. Desde 1994 se desempeña en el
SHN. Por su amplia experiencia en operación y manejo de instrumental topográfico participó en numerables trabajos
desempeñando funciones en distintos departamentos. Actualmente trabaja en el Departamento Seguridad Náutica.
Realizó el Curso de Prevención de la Contaminación de las aguas por hidrocarburos provenientes de buques.
Convenio Internacional MARPOL (Organización Marítima Internacional) Escuela nacional de Náutica (2012). Fue
coautor de una presentación en las VIII jornadas nacionales de Ciencias del Mar, XVI Coloquio de Oceanografía del 3
al 7 de diciembre de 2012 en Comodoro Rivadavia.
Jorge O. Speroni. Es Técnico en Medio Ambiente Marino Costero, UTN, 2011. Ha realizado su carrera profesional
en el SHN, Departamento Oceanografía, Sección Dinámica Costera desde el año 1976, formando parte de los grupos
de investigación en dicho servicio. Es jefe técnico de la Sección Dinámica Costera, en el régimen RPIDFA del
Ministerio de Defensa desde el año 2006. Autor y coautor trabajos publicados en revistas nacionales e internacionales,
así como presentaciones en congresos nacionales e internacionales. Intervino en diversos proyectos de investigación
financiados por instituciones nacionales e internacionales. Creador de la “Estación de Observaciones Costeras Mar del
Plata” y Coordinador del “Programa del Servicio de Hidrografía Naval para la Investigación y Gestión Costera en la
Costa Atlántica Bonaerense”.
Introducción de especies exóticas en la Provincia de Buenos Aires - Argentina
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Pablo Zorzoli. Es Técnico Superior en medio ambiente Marino Costero graduado en la Universidad Tecnológica
Nacional de Mar del Plata en el año 2011. Realiza actualmente su carrera profesional en el SHN. Es analista ambiental
de la Sección Química Marina y Contaminación desde el año 2005.
Participa en distintos proyectos nacionales e internacionales: En el marco de estos proyectos, supervisa los trabajos de
la Sección Química Marina y Contaminación que se llevan a cabo en los buques Además realiza las siguientes tareas:
Ejercicios de intercalibración de laboratorios de la red mundial GEMS Water International, organizado por el
Programa Ambiental de las Naciones Unidas. Ejercicios de intercalibración de nutrientes en agua de mar, organizado
por el Meteorological Research Institute de Japón.
Nancy M. Correa. Es Licenciada en Ciencias Biológicas (Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBA). Es
proyectista asociado en RPIDFA. Se desempeña como investigadora con dedicación exclusiva en el Depto. de
Oceanografía del SHN y es Jefe de la Sección Biología en dicho servicio desde el año 1991. Actualmente también se
desempeña como Secretaria de Investigación en la Escuela de Ciencias del Mar del Instituto Universitario Naval. Su
investigación científica, se enmarcan en dos líneas principales: (1) La ecología, distribución y biogeografía de
organismos planctónicos marinos, y (2) La biología y el impacto de especies introducidas de agua dulce. Tiene
numerosos trabajos científicos publicados en revistas nacionales e internacionales. Ha realizado tareas de extensión y
divulgación en numerosos medios nacionales. Ha participado en la formación de recursos humanos en el ámbito de las
FFAA, UBA y Universidad Tecnológica Nacional.
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