inta mantenimiento y tratamiento del agua en aljibes

"2014 - “AÑO DEL HOMENAJE AL ALMIRANTE GUILLERMO BROWN, EN EL BICENTENARIO DEL COMBATE NAVAL DE MONTEVIDEO”.

Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ______________________________________________________

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Mantenimiento y tratamiento del agua en aljibes

Destinado a productores, técnicos y público en general de aquellos aljibes que

constan de un sistema de filtrado compuesto por prefiltro, decantador y filtro

(http://inta.gob.ar/documentos/informe-tecnico-de-nuevo-sistema-de-filtrado-de-agua-para-aljibes/).

El agua de lluvia es un recurso estratégico para el consumo humano en

diversas zonas de la Argentina y de Sudamérica, donde se considera indispensable

la capacitación de técnicos y de las personas que van a hacer uso de estos

sistemas, especialmente en el mantenimiento de cada una de sus partes y en el

tratamiento complementario del agua almacenada, para garantizar que sea agua

segura.

Es deseable que en este tipo de obras se den las siguientes consideraciones:

• Designar a una o dos personas como personal responsable encargado/s de

controlar, operar y mantener en buen funcionamiento el sistema de cosecha,

almacenamiento y tratamiento del agua almacenada, ya sea de un sistema

familiar o uno comunitario de abastecimiento de agua.

• Antes de cada lluvia se debe controlar el buen estado y limpieza de área de

captación o cosecha del agua de lluvia (techos), canaletas y bajadas.

• En el sistema de filtrado, antes y después de cada lluvia, hay que limpiar la

rejilla que actúa como prefiltro. También se debe drenar el decantador

extrayendo la tapa del caño instalado para tal efecto y limpiar ese primer

compartimento. Una vez terminada la limpieza se debe colocar la tapa de

manera segura de ese drenaje para no perder agua durante la lluvia. En el

segundo compartimento hay que controlar la limpieza interior del caño

superior ranurado, si se encuentra sucio hay que desarmarlo y limpiarlo y

volverlo a armar, para que no sea una limitante de paso del agua hacia la zona

del filtro de arena. La superficie del filtro de arena debe estar limpia, sino

habrá que remover la arena sucia y realizar el recambio de este material.

• Se debe controlar la limpieza del depósito de agua, especialmente antes de la

época de lluvias, y si se encontrase con sedimentos en el fondo producto de un

mal funcionamiento del filtro, hay que vaciarlo y limpiarlo al aljibe para que el

agua se almacene limpia, sobre la base de tener agua de reposición hasta que



2

comiencen de nuevo las lluvias. También se debe estudiar por que el filtro deja

pasar sedimentos, solucionando ese inconveniente.

• Periódicamente hay que controlar el nivel de agua que se tenga en el aljibe.

Para ello se puede ocupar una regla graduada que se tenga para eso, con el

cuidado sanitario que ello implica de no provocar contaminación en el agua

almacenada cuando se la introduce. Si por alguna cuestión se llega a niveles

críticos (riesgo de quedar sin agua) hay que evaluar la posibilidad de

complementar con agua de otra fuente que no tenga excesos de sales ni de

elementos tóxicos ni tampoco mal olor por descomposición de vegetales o de

insectos muertos, para poder recargar el aljibe con agua de calidad antes de

que vuelva a llover. Si el agua no está totalmente clarificada, se puede efectuar

la recarga del aljibe a través del mecanismo de filtrado (como si lloviera) a

través de la rejilla o prefiltro.

• Siempre hay que mantener la tapa superior de acceso cerrada para no dar la

posibilidad de que se introduzcan insectos, roedores o cualquier otro

elemento que pueda contaminar el agua. Lo mismo rige para el sistema de

bombeo, éste debe ser hermético. Si éste último se descompusiera se puede

recurrir a extraer el agua con un balde y una soga, previendo que se encuentre

limpio y guardado en un lugar donde no se pueda ensuciar.

• El sector del aljibe se debe mantener lo más limpio posible, sin bolsas de

residuos, basura ni cualquier otra cosa que pueda contaminar la fuente de

agua, como por ejemplo animales domésticos (perros, gatos, etc.) o de

producción (gallinas, cerdos, etc.).

• Con el sistema de filtrado el agua se almacena limpia pero todavía no segura

para el consumo. Por eso es importante prevenir que no existan gérmenes

patógenos en el agua almacenada y así se evitan riesgos de enfermedades. Y

eso es lo que se detalla a continuación.

Algunos tratamientos complementarios al filtrado se detallan a continuación:

Hervir el agua vigorosamente durante de 3 a 5 minutos, luego dejarla enfriar y

depositarla en recipientes limpios y no contaminados hasta su consumo. Este

tratamiento destruye la mayoría de los patógenos, incluidos los del cólera. Las

desventajas principales de hervir el agua son las de tener que utilizar

combustible y es una labor que consume mucho tiempo.



3

Exponer botellas plásticas transparentes (sin color alguno) y en buen estado

llenas de agua limpia en lugares donde les de siempre el sol. Los techos o

alguna superficie preparada para exponerlas son lugares ideales (Ilustración

1). Son los rayos ultravioletas del sol los que se encargan de desinfectar el

agua. Con exponer las botellas durante un día con sol es suficiente, y en los

días nublados 2 días para asegurarnos. Este tratamiento comúnmente se lo

conoce como SODIS.

Ilustración 1. Agua sometida al tratamiento de los rayos ultravioletas del sol.

Es un método eficaz para tratar el agua donde el combustible o las

cocinas no están disponibles o son prohibitivamente caros. Incluso donde el

combustible no es un problema, es una opción económica y ambientalmente

menos agresiva. La aplicación del método es limitada si el agua es turbia.

La eficacia de este tratamiento depende del estado físico de las botellas

plásticas (Ilustración 2). Con rasguños y otros signos en las paredes reduce la



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eficacia de la desinfección. Esas botellas ya no tan transparentes o viejas

deben ser sustituidas por otras en mejor estado.

Ilustración 2. La botella de la derecha está en buen estado para realizar el tratamiento

con los rayos ultravioletas del sol. La botella de la izquierda debe ser descartada.

Agregar cloro o lavandina (hipoclorito de sodio) con la dosis correcta, de

manera tal que después de media hora de contacto el cloro o la lavandina con

el agua quede un cloro residual de al menos 0,2 mg/l, según recomienda la

Organización Mundial de la Salud.

Este es el único tratamiento de los tres expuestos que tiene poder

residual de desinfección del agua de manera tal que si el agua tratada se

volviese a contaminar por una determinada razón, tiene la capacidad de

volver a desinfectarla.



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Para que el cloro o la lavandina cumplan su cometido se deben dar 2

cosas:

o que el agua esté clarificada (de ahí la importancia de almacenar el agua limpia

en el aljibe y de utilizar un buen sistema de filtrado, lo mismo para el SODIS), y

o que el pH se encuentre con valores menores a 7,5, produciéndose así una

desinfección óptima, situación normal en el agua de lluvia. Cuando el pH

determina que el agua se va alcalinizando, en algunas aguas subterráneas por

ejemplo, es decir, que supera el valor de 7,5, se necesitará una dosis mayor de

cloro o lavandina para que se garantice la desinfección del agua.

Cuando se adquiere lavandina en los comercios hay que elegir

preferentemente aquella de una marca reconocida que sea de buena calidad.

La misma tiene fecha de vencimiento y debe almacenarse en lugares frescos y

obscuros para mantener su potencial de desinfección. En el mercado por lo

general viene con una concentración de 60 g de cloro por litro. El cloro tiene

aproximadamente el doble de concentración.

Es importante que el cloro o la lavandina se aplique en la dosis justa ya

que si hay excesos puede producir desde trastornos digestivos hasta graves

afecciones a la salud. Si se aplica de menos no va a garantizar un agua segura

para el consumo.

Según estudios realizados por el INTA EEA Santiago del Estero (Basán

Nickisch, 2008) se necesita una (1) gota de lavandina por cada litro de agua

almacenado en un aljibe, estando el agua clarificada. Con ello se logra una

correcta desinfección y un cloro residual de al menos 0,2 mg/l. En esos

estudios se comprobó también que la oscuridad y la temperatura que se

genera en el interior de un aljibe contribuyen a preservar la capacidad de

desinfección de este elemento, donde el cloro residual se mantuvo en el agua

almacenada entre 30 y 45 días.

Esto hace que se recomiende cada 30 días se controle el cloro residual

en un sistema de almacenamiento de este tipo.

Si hubiese llovido o se le hubiese agregado agua de otra fuente, este

chequeo se deberá hacer inmediatamente después de ocurrido el evento y,



6

de evaluar el faltante de cloro residual, se deberá dosificar la dosis de

lavandina necesaria para garantizar el agua segura para el consumo humano.

Para una dosificación correcta de lavandina en un aljibe se pueden

utilizar reactivos colorimétricos. Algunos de ellos sirven tanto para evaluar el

cloro residual como el pH. Los reactivos del cloro generalmente se basan en la

utilización de la ortotolidina, que es un elemento barato, y que hay que

manipular sin que esté en contacto con la piel de las personas porque

estudios revelan La posibilidad de que pueda ser cancerígeno.

Es probablemente el método más sencillo para medir cloro libre

residual. Con un sencillo equipo compuesto por dos tubitos (Ilustración 3), al

agregar ortotolidina (llamada también ortotoluidina y aminotolueno) el agua

se tiñe de un color amarillo más claro o más oscuro según la concentración de

cloro en el agua. Tiene una escala de colores donde está explicitado la

concentración de cloro residual presente. Por esto, es ampliamente usado y

es fácil de encontrar en comercios.

Ilustración 3. Equipo o kit de reactivos colorimétricos para obtener cloro residual y

pH.



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También se pueden utilizar medidores de cloro residual digitales, de

mayor precisión que los anteriores, con costos accesibles (Ilustración 4).

Ilustración 4. Medidor portátil y económico de cloro libre residual de buena precisión.

Secuencia de pasos o protocolo para determinar la dosis correcta de lavandina

en un aljibe con un equipo o kit de reactivos colorimétricos:

1. Previendo la posibilidad que el agua pudo haber tenido una dosificación previa

con cloro o lavandina, por lo cual primero se chequea si esa agua tiene cloro

residual, por lo tanto a la probeta del kit se le agrega agua del aljibe sin

agregarle lavandina, y a la misma se le agregan la cantidad de gotas de

ortotolidina que indica ese prospecto del kit utilizado (esto varía según las

distintas ofertas de marcas de juegos de reactivos). Se tapa la probeta y se

agita lo necesario y se visualiza el color del líquido almacenado con la escala de

colores que proporciona el equipo. Si el color del agua de la probeta no

evidencia color alguno o es amarillento muy claro (prácticamente

imperceptible) no llegando a los valores recomendados, indica que a esa agua

no se le ha agregado cloro o lavandina, o si se hizo, ya se ha consumido y es

necesario realizar una dosificación de lavandina.



8

A la probeta del equipo hay que enjuagarla con agua del aljibe o agua

destilada después de cada determinación del cloro residual para que quede

lista para la próxima determinación.

2. En una botella plástica, preferentemente de agua mineral, convenientemente

enjuagada con agua del aljibe, se agrega 1 l de agua de esa misma fuente (ese

volumen debe ser lo más preciso posible). A esa botella se le agrega 1 gota de

lavandina y se la deja reposar durante ½ hora para que tenga el tiempo

suficiente para actuar.

3. Entonces se repite el paso 1., pero esta vez utilizando el agua de la botella con

una gota de lavandina para el llenado de la probeta del kit. Se le colocan las

gotas de ortotolidina que indica el prospecto y se tapa y se agita la probeta lo

necesario y se visualiza el color del líquido almacenado comparando con la

escala de colores que proporciona el kit. Si no se aprecia el color amarillo más

tenue o directamente no tiene color quiere decir que la dosis no es suficiente y

entonces se hace el mismo procedimiento, incrementando una segunda gota

de lavandina a la botella de un litro, dejando reposar nuevamente ½ hora.

Luego se realiza el paso de agregar a la probeta (enjuagada

convenientemente) con agua de la botella donde se han agregado las 2 gotas

de lavandina, comparando con la escala de colores, hasta que el color en el

comparador sea el adecuado según la escala de referencia, con un amarillo

tenue que indique que la dosis de lavandina para brindar un cloro residual de

al menos 0,2 mg/l es la correcta.

Si el color en la probeta es amarillento fuerte quiere decir que la dosis de

lavandina es excesiva, por lo cual hay que disminuir la misma hasta que el

color sea amarillo tenue que coincida con lo estipulado para un cloro residual

de 0,2 a 0,3 mg/l.

Normalmente, si el agua del aljibe está clarificada y la lavandina es de

buena calidad, con una gota de lavandina por litro de agua del aljibe es

suficiente.

4. Una vez obtenidas las gotas necesarias de lavandina por litro de agua se

agrega la cantidad de lavandina según el volumen de agua en el aljibe.



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Lo conveniente en cada almacenamiento es relacionar el volumen del aljibe

con la altura del agua almacenada, cualquiera sea la forma de éste. Eso facilita

la dosificación de la lavandina.

Se puede conformar una planilla para cada aljibe donde figure en la primera

columna la altura de agua almacenada, en la segunda columna el volumen de

agua que tiene el aljibe, en la tercera columna la dosis necesaria de lavandina

para la desinfección en cm3, y en la cuarta columna la dosis de lavandina en

litros.

Altura de agua

(m)

Volumen

(litros)

lavandina de 60 g de Cl/l

(cm3)

lavandina de 60 g de Cl/l

(litros)

Tabla 1. Planilla de dosificación de lavandina en un aljibe y su correspondiente control

de volumen de agua almacenado.

Se mide la altura de agua en el aljibe con la regla y con este dato se calcula

el volumen de agua que tiene el aljibe y en base a eso se obtiene la cantidad

de lavandina que hay que colocar, de ser necesario.

En el ANEXO se da un ejemplo de la Tabla 1 para un aljibe cilíndrico, de 1,50

m de diámetro interior y de 2,00 m de altura.

5. El cloro, después de un cierto tiempo, va perdiendo su efecto desinfectante

por combinaciones químicas, donde la luz y la temperatura contribuyen a su

deterioro, incluso afectando su vida útil dentro de la fecha de vencimiento.

Es por ello que se recomienda que cada 30 días chequear con el

comparador si todavía hay cloro residual. Para esto se coloca en la probeta el

agua del aljibe y ‘sin agregar lavandina’, se aplica el reactivo para evaluar

visualmente si todavía tiene capacidad para contrarrestar cualquier elemento

que pueda afectar la calidad bacteriológica del agua. Si hiciese falta el

agregado de lavandina, uno mide la altura del agua y con ese dato va a la

tabla 1 y sabe con precisión que cantidad de lavandina debe agregar al aljibe.



10

Después de ½ hora de agregada la misma con su dosis correcta, el agua estará

apta para el consumo humano.

Si se producen lluvias o si se recarga el depósito con una fuente externa, se

debe seguir la secuencia de pasos desde un principio, y de hacer falta el

agregado de lavandina, se mide la profundidad del agua en el aljibe y se

dosifica tal como indica la Tabla 1.

6. Es importante tener un stock suficiente de lavandina, guardada

preferentemente en un lugar fresco y oscuro, para que no disminuya su poder

desinfectante, y prever la reposición de suficiente cantidad para no quedarse

sin desinfectante. Cuando se compra el producto fijarse en la fecha de

elaboración y cuando se produce el vencimiento.

Nota: Los tres (3) tratamientos nombrados no sirven para extraer sales en exceso

de una fuente de agua ni tampoco elementos tóxicos, como por ejemplo el

arsénico. Solo sirven para desinfectar bacteriológicamente el agua de lluvia

almacenada en el aljibe o de cualquier otra fuente (subterránea, superficial, etc.)

Toma de muestra para realizar análisis bacteriológico al agua de los aljibes:

Para un control de la calidad del agua que se consume se recomienda

efectuar periódicamente toma de muestras para análisis bacteriológicos.

La secuencia de los muestreos va a depender del objetivo, si es para

investigar, o si es para controlar la calidad del agua que se consume, donde cada

caso se deberá analizar en función del contexto.

Se deben utilizar recipientes esterilizados que se adquieren en farmacias.

Las muestras deben tomarse directamente del aljibe sumergiendo el

recipiente y llenándolo casi por completo (dejando vacío 1 centímetro de la parte

superior del mismo) y se lo debe tapar bien, corroborando su cierre hermético.

Para hacer esta operación hay que lavarse las manos con jabón y nunca tocar los

bordes con los dedos, sino tomar externamente el envase por el medio.



11

Las muestras deben mantenerse frías a una temperatura de

aproximadamente 6 ºC, lo que equivale a la parte de abajo de una heladera. Eso

se puede lograr también con una conservadora con hielo bien limpia para poder

mantener las muestras sin alterarse, y se las debe llevar al Laboratorio en el

menor tiempo posible, ideal en el mismo día.

Esto es porque se están manipulando seres vivos, y con la temperatura y la

luz se reproducen y pueden proporcionar datos que no corresponden con la

realidad. Por ello la necesidad de transportarlos en una conservadora y sin luz,

para mantenerlos “adormecidos”, tampoco congelados o frezados, porque se los

puede matar y en Laboratorio nos va a dar un dato que tampoco va a condecir

con la realidad.

Los recipientes comprados en farmacias vienen por lo general en una caja

de cartón: podemos guardarlos allí o cubrirlos con papel.

Las muestras deben ser correctamente identificadas, preferentemente en

el mismo recipiente a través de un código, donde quede perfectamente claro a

quien pertenece (nombre del propietario/s), la fuente de agua que se analiza, la

fecha y hora que se llevó a cabo el muestreo (Basán Nickisch et al, 2011,

‘Protocolo de muestreo, transporte y conservación de muestras de agua con fines

múltiples’)

A las muestras para análisis bacteriológicos hay que llevarlas al Laboratorio

entre los días lunes, martes y miércoles, y esto es porque estas muestras

necesitan procesos de cultivos que requieren entre 2 y 3 días.

Registros de datos: Para un adecuado control y seguimiento del sistema de

manejo del agua de lluvia, se deben llevar registros cronológicos de:

Precipitaciones.

Medición de la altura del agua en el aljibe antes y después de las lluvias.

Medición de la altura del agua en el aljibe antes y después del agregado con

una fuente externa.

Limpieza del sistema de canaletas y del sistema de filtrado (prefiltro,

decantador y filtro de arena).

Dosificaciones con lavandina y la concentración necesaria.



12

Toma de muestras para análisis bacteriológicos-

Otros datos que se consideren relevantes de sistematizar.

Autores: Basán Nickisch, Mario ([email protected]); Tejerina Díaz, Fabián

([email protected]); Sánchez, Luciano ([email protected]); Tosolini, Rubén

([email protected]); Sanz, Patricio ([email protected]), Jordán Patricia

([email protected]); Vera, Héctor ([email protected]).

Bibliografía:

− Basán Nickisch, M. H. (2008) “Uso y mantenimiento de los aljibes.

Capacitación en agua potable”. INTA-EEA Santiago del Estero.

− Basán Nickisch, M. H. (2008) “Abastecimiento con agua de lluvia para

consumo humano en ambientes rurales”. INTA-EEA Santiago del Estero.

− Basán Nickisch, M. H. (2010) “Manejo de los recursos hídricos en áreas de

secano. 2da. Edición” INTA EEA Reconquista.

− Basán Nickisch, M. H.; Gallo Mendoza, L.; Zamar, S.; Rosas, D. (2011)

“Protocolo de muestreo, transporte y conservación de muestras de agua

con fines múltiples” INTA EEA Reconquista.

− Basán Nickisch, M. H. (2012) Calidad del agua para usos múltiples INTA EEA

Reconquista.

− Sanz P., Fontana M. L., Cavallero M. I.; Ramos P. (2012). Cartilla para

pequeños productores ganaderos “Toma de muestra e interpretación de un

análisis de agua”.



13

ANEXO



14

Ejemplo de aplicación de la tabla 1 para dosificar lavandina en función de la

altura del agua almacenada:

La fórmula de cubicación de un aljibe cilíndrico es:

Volumen = (Π x diámetro2/4) x altura de agua

En este ejemplo el diámetro interior del aljibe es de 1,50 m y la altura de 2,00 m.

Se asume que por cada cm3 aproximadamente entran 20 gotas, para poder dosificar la

lavandina en volumen.

altura del

agua

(m)

agua

almacenada

(litros)

lavandina

(cm3)

lavandina

(litros)

0,05 88 4 0,004

0,10 177 9 0,009

0,15 265 13 0,013

0,20 353 18 0,018

0,25 442 22 0,022

0,30 530 27 0,027

0,35 619 31 0,031

0,40 707 35 0,035

0,45 795 40 0,040

0,50 884 44 0,044

0,55 972 49 0,049

0,60 1060 53 0,053

0,65 1149 57 0,057

0,70 1237 62 0,062

0,75 1325 66 0,066

0,80 1414 71 0,071

0,85 1502 75 0,075

0,90 1590 80 0,080

0,95 1679 84 0,084

1,00 1767 88 0,088

1,05 1856 93 0,093

1,10 1944 97 0,097

1,15 2032 102 0,102

1,20 2121 106 0,106

1,25 2209 110 0,110

1,30 2297 115 0,115

1,35 2386 119 0,119



15

1,40 2474 124 0,124

1,45 2562 128 0,128

1,50 2651 133 0,133

1,55 2739 137 0,137

1,60 2827 141 0,141

1,65 2916 146 0,146

1,70 3004 150 0,150

1,75 3093 155 0,155

1,80 3181 159 0,159

1,85 3269 163 0,163

1,90 3358 168 0,168

1,95 3446 172 0,172

2,00 3534 177 0,177

inta mantenimiento y tratamiento del agua en aljibes

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