instrumentos musicales medievales

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INSTRUMENTOS MEDIEVALES Dulzaina. Instrumento músico de viento de carácter popular. Sus características son afines a las del óboe; tubo de madera de sección cónica con agujeros y provisto de lengüeta doble de caña. Es de la familia del oboe, pero con un sonido penetrante. Es de percusión no afinada. Rabel. Instrumento medieval cordófono de tres cuerdas, frotado con arco. Su caja de resonancia tiene forma de pera y en ocasiones alargada. El mástil es corto y el clavijero, a veces estaba inclinado hacia la derecha, hasta adoptar finalmente forma de hoz. La caja de resonancia es de madera y la tapa armónica puede ser de madera, hojalata o piel tensa. Es de percusión no afinada. Dulzimer. Era un instrumento similar al salterio, cuyas cuerdas solían aparecer en órdenes de dos a cuatro. Se tocaba percutiendo las cuerdas con unos macillos de madera. Es de percusión afinada.

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Instrumentos musicales medievales

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Page 1: Instrumentos musicales medievales

INSTRUMENTOS MEDIEVALES

Dulzaina. Instrumento músico de viento de carácter popular. Sus características son afines a las del óboe; tubo de madera de sección cónica con agujeros y provisto de lengüeta doble de caña. Es de la familia del oboe, pero con un sonido penetrante. Es de percusión no afinada.

Rabel. Instrumento medieval cordófono de tres cuerdas, frotado con arco. Su caja de resonancia tiene forma de pera y en ocasiones alargada. El mástil es corto y el clavijero, a veces estaba inclinado hacia la derecha, hasta adoptar finalmente forma de hoz. La caja de resonancia es de madera y la tapa armónica puede ser de madera, hojalata o piel tensa. Es de percusión no afinada.

Dulzimer. Era un instrumento similar al salterio, cuyas cuerdas solían aparecer en órdenes de dos a cuatro. Se tocaba percutiendo las cuerdas con unos macillos de madera. Es de percusión afinada.

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OrganistrumEs un instrumento medieval de gran tamaño de cuerda frotada, empleado como acompañamiento de la música sacra. Se caracteriza porque las cuerdas están en el interior y son frotadas por una rueda de madera impregnada de resina accionada por una manivela del extremo opuesto al clavijero. Las cuerdas se seleccionan gracias a unas teclas o clavijas. Dado su tamaño, era necesaria la intervención de dos músicos, que lo sujetaban sobre sus piernas, uno movía la rueda mediante una manivela, la segunda interpretaba la música activando unas teclas con tangentes que actuaban sobre las cuerdas melódicas. Esta complicada técnica hacía que el instrumento fuera adecuado sólo para melodías exageradamente lentas. Producía un sonido muy grave y de gran volumen, muy adecuado para el acompañamiento del coro y la polifonía.