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Manuscrito Insospechados best sellers científicos Por Nora Bär | LA NACION Siempre digo que debo a la literatura de popularización de la ciencia el deslumbramiento que me guió hacia "el mejor oficio del mundo". Todavía hoy, cuando entro en una librería, vetusta o lujosa, lo mismo da, un imán invisible me dirige hacia títulos que invitan a explorar territorios desconocidos e ideas provocativas con anteojos científicos. Me encanta que este placer esté cada vez más extendido, a pesar de la "mercadotecnia", usualmente dedicada a asuntos que se cree que tendrán más impacto, y a juzgar por los números de ventas en temas para los que no se prevé alto "rating". Quién sabe cuál habrá sido la difusión que alcanzó el Diálogo concerniente a los dos principales sistemas del mundo, de Galileo, que data de 1624 y algunos consideran el primer intento de divulgación de la ciencia. En su obra, el sabio ubica en Venecia a tres nobles, Salvinati, Sagredo y Simplicio, y los hace discutir en italiano (y no en el latín en el que se escribían los textos de la época, sólo para iniciados) sobre los modelos del cosmos de Ptolomeo y Copérnico. Pero en cuestión de éxitos de ventas, hay dos casos que resultan verdaderamente insólitos. Uno de ellos es el célebre El origen de las especies, la obra escrita en trece meses en la que Darwin expone sus ideas sobre la evolución desarrolladas a lo largo de décadas: que todas las especies derivan de un antepasado común y que la biodiversidad que hoy advertimos es resultado de la selección natural. La primera edición, de 155.000 palabras, que constituyen el resumen de sus ideas, dirigida a un público no especializado,

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ManuscritoInsospechados best sellers cientficosPorNora Br|LA NACIONSiempre digo que debo a la literatura de popularizacin de la ciencia el deslumbramiento que me gui hacia "el mejor oficio del mundo". Todava hoy, cuando entro en una librera, vetusta o lujosa, lo mismo da, un imn invisible me dirige hacia ttulos que invitan a explorar territorios desconocidos e ideas provocativas con anteojos cientficos. Me encanta que este placer est cada vez ms extendido, a pesar de la "mercadotecnia", usualmente dedicada a asuntos que se cree que tendrn ms impacto, y a juzgar por los nmeros de ventas en temas para los que no se prev alto "rating".Quin sabe cul habr sido la difusin que alcanz el Dilogo concerniente a los dos principales sistemas del mundo, de Galileo, que data de 1624 y algunos consideran el primer intento de divulgacin de la ciencia. En su obra, el sabio ubica en Venecia a tres nobles, Salvinati, Sagredo y Simplicio, y los hace discutir en italiano (y no en el latn en el que se escriban los textos de la poca, slo para iniciados) sobre los modelos del cosmos de Ptolomeo y Coprnico.Pero en cuestin de xitos de ventas, hay dos casos que resultan verdaderamente inslitos. Uno de ellos es el clebre El origen de las especies, la obra escrita en trece meses en la que Darwin expone sus ideas sobre la evolucin desarrolladas a lo largo de dcadas: que todas las especies derivan de un antepasado comn y que la biodiversidad que hoy advertimos es resultado de la seleccin natural.La primera edicin, de 155.000 palabras, que constituyen el resumen de sus ideas, dirigida a un pblico no especializado, qued terminada a mediados de marzo de 1859. Segn cuenta Tim Berra (Darwin, Tusquets, 2009), el editor John Murray accedi a publicarlo sin siquiera ver el manuscrito, y ya tena mil quinientos pedidos al salir a la venta, dos das antes de la fecha oficial de publicacin. Por eso suele decirse que se agot el mismo da en que empezaron a venderse los 1250 ejemplares a 15 chelines cada uno. Murray le pidi a Darwin que preparara una segunda edicin, y seis semanas ms tarde se vendieron 3000 ejemplares ms. Desde entonces, la obra nunca estuvo fuera de catlogo.El otro caso se debe a esa rockstar de la ciencia que fue Albert Einstein. Es conocida su amistosa controversia con otro de los pioneros de la mecnica cuntica, Niels Bohr, sobre la incertidumbre que gobierna el zoolgico de partculas subatmicas, pero lo que no es tan sabido es que en 1929, en su bsqueda de una teora unificada que reconciliara las vastedades del universo con el micromundo de las partculas, public un artculo de cinco pginas que desat un inesperado frenes.Segn cuenta Walter Isaacson en su biografa Einstein (Random House Mondadori, 2014), periodistas del mundo entero se agolparon frente su casa y el cientfico tuvo que refugiarse en la de su mdico, fuera de la ciudad.El artculo se conoci el 30 de enero, pero antes hubo filtraciones y especulaciones. El 12 de ese mes, The New York Times, por ejemplo, deca: "Einstein ampla la teora de la relatividad. Un nuevo trabajo pretende unificar las leyes de campo de la gravitacin y el electromagnetismo. Lo califica como su libro ms importante. El cientfico berlins necesit diez aos para prepararlo". El 19 de enero, insista: "Einstein, asombrado ante el revuelo provocado por su teora. Mantiene a raya a cien periodistas durante una semana". Y el 25 creca an ms el suspenso: "Einstein reduce toda la fsica a una ley (?) Una hiptesis suscita visiones de personas capaces de flotar en el aire, afirma un profesor de la Universidad de Nueva York".Finalmente, la Academia Prusiana hizo imprimir mil copias del misterioso artculo, "un nmero inusualmente elevado", dice Isaacson. Se vendieron todas de inmediato y hubo que encargar otras tres mil a la imprenta. Es ms: se colgaron todas las pginas del artculo en el escaparate de unos grandes almacenes londinenses, donde la multitud se agolpaba frente a las vidrieras tratando de entender las frmulas fsicas y "33 arcanas ecuaciones que no haban sido precisamente adaptadas para ser expuestas en una tienda a la vista de los clientes". A diferencia de la obra de Darwin, esta hiptesis de Einstein que tanto inters haba despertado no resultara vlida. La celebridad ayuda, pero la ciencia no perdona..