inquisicion en españa

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Kalakorikos, 3. 1998, pp.: 49-57 1. Antecedentes Como interesado por el tema de la brujería me he encontrado en el transcurso de mis investigaciones sobre otros temas -literarios fundamentalmente- curiosas noticias, alguna que otra relación y he ido tomando breves notas de lo que, en principio ajeno a mi especialidad de Filólogo, sin embargo me ha parecido interesante y que hasta la fecha en líneas generales ha sido pobremente estudiado. No hemos de perder de vista la circunstancia de ser Calahorra sede del Tribunal de la Inquisición a partir de 1521. Aunque en realidad dicha fecha constituye tan sólo la de la asunción por parte de Calahorra del tribunal navarro, anteriormente itinerante y situado por breve tiempo - a partir de 1513, un año por tanto tras la unión al Reino de Castilla- en Estella y Tudela 1 . Como sede y centro de una extensísima diócesis, Calahorra contará con dicho Tribunal hasta el año de su traslado a Logroño, 1570. Durante medio siglo por lo tanto veremos dictarse numerosas condenas y ajusticiamientos a cargo del inquisidor y su pléyade de ayudantes en el más eficaz sistema coercitivo que ideó el antiguo régimen: la tortura, la penitencia e incluso la muerte. No obstante, con mis estudios he podido localizar la existencia de actuaciones del tribunal en fechas anteriores a la citada por varios investigadores como año fundacional - 1521-. De hecho la luz la ofrece el calahorrano del “lugar” de Rincón de Soto, antaño canónigo de la Catedral de Santa María, Juan Antonio Llorente, quien en su Historia crítica de la Inquisición en España 2 se refiere a más de treinta mujeres quemadas en Calahorra acusadas de brujería en las tempranas fechas de 1507. La gran cantidad de personas ejecutadas y la circunstancia de tratarse exclusivamente de mujeres da a la 49 KALAKORIKOS. — 3 * Dpto. Filología Hispánica Universidad de La Rioja. 1. Véanse a este respecto los trabajos de Florencio Idoate, que estudia las vicisutudes del Santo Oficio en Navarra. Y en cuanto al tema de las brujas, su interesante libro La brujería en Navarra y sus documentos,Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1978. 2. Historia crítica de la Inquisición en España, Madrid,Hiperión, 1980, 4 vols , tomo II, p. 59. EL RENACIMIENTO EN CALAHORRA: BRUJAS E INQUISICIÓN EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI por Jesús Fernando Cáseda Teresa*

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HistoriaInquisicion

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  • Kalakorikos, 3. 1998, pp.: 49-57

    1. Antecedentes

    Como interesado por el tema de la brujera me he encontrado en el transcurso demis investigaciones sobre otros temas -literarios fundamentalmente- curiosas noticias,alguna que otra relacin y he ido tomando breves notas de lo que, en principio ajeno ami especialidad de Fillogo, sin embargo me ha parecido interesante y que hasta la fechaen lneas generales ha sido pobremente estudiado.

    No hemos de perder de vista la circunstancia de ser Calahorra sede del Tribunal dela Inquisicin a partir de 1521. Aunque en realidad dicha fecha constituye tan slo la dela asuncin por parte de Calahorra del tribunal navarro, anteriormente itinerante y situadopor breve tiempo - a partir de 1513, un ao por tanto tras la unin al Reino de Castilla-en Estella y Tudela1. Como sede y centro de una extenssima dicesis, Calahorra contarcon dicho Tribunal hasta el ao de su traslado a Logroo, 1570. Durante medio siglo porlo tanto veremos dictarse numerosas condenas y ajusticiamientos a cargo del inquisidory su plyade de ayudantes en el ms eficaz sistema coercitivo que ide el antiguo rgimen:la tortura, la penitencia e incluso la muerte.

    No obstante, con mis estudios he podido localizar la existencia de actuaciones deltribunal en fechas anteriores a la citada por varios investigadores como ao fundacional- 1521-. De hecho la luz la ofrece el calahorrano del lugar de Rincn de Soto, antaocannigo de la Catedral de Santa Mara, Juan Antonio Llorente, quien en su Historiacrtica de la Inquisicin en Espaa2 se refiere a ms de treinta mujeres quemadas enCalahorra acusadas de brujera en las tempranas fechas de 1507. La gran cantidad depersonas ejecutadas y la circunstancia de tratarse exclusivamente de mujeres da a la

    49KALAKORIKOS. 3

    * Dpto. Filologa Hispnica Universidad de La Rioja.1. Vanse a este respecto los trabajos de Florencio Idoate, que estudia las vicisutudes del Santo

    Oficio en Navarra. Y en cuanto al tema de las brujas, su interesante libro La brujera en Navarra y susdocumentos,Pamplona, Diputacin Foral de Navarra, 1978.

    2. Historia crtica de la Inquisicin en Espaa, Madrid,Hiperin, 1980, 4 vols , tomo II, p. 59.

    EL RENACIMIENTO EN CALAHORRA: BRUJAS EINQUISICIN EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI

    por

    Jess Fernando Cseda Teresa*

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  • noticia notable relevancia y, al menos en cuanto a nmero, supone si no el que ms , talvez uno de los mayores procesos, a la altura en crueldad a las ejecuciones masivas de losPases Bajos o la misma Alemania en aquellas fechas. A su lado, el conocido proceso delas brujas de Zugarramurdi un siglo ms tarde resulta apenas comparable. E incluso elconocido brote de brujas de la Pea de Amboto a primeros tambin del XVI, en elDuranguesado. Ms conocidos son sin embargo, estos procesos o el de 1525 seguidocontra las brujas de Roncesvalles, Valcarlos, Valle de Salazar y Valle del Roncal, seguidospor el mismo tribunal calahorrano aunque con la intervencin del licenciado Balanza,ministro del Real Consejo de Navarra que trataba de usurpar las funciones a aquellainstitucin encomendadas.

    La importancia de aquel hecho, la muerte en hoguera de ms de treinta mujeres, hasido anotada por el custodio del Archivo Histrico de Navarra , Florencio Idoate, enHispania Sacra3. Tambin H. CH. Lea, en su Historia de la Inquisicin en Espaa4 y elpropio Menndez Pelayo en el tomo II de su famosa Historia de los heterodoxos espaoles5

    repiten las palabras de Llorente convencidos de la veracidad de la noticia. Julio CaroBaroja se hace eco de aquellos hechos en su fundamental trabajo Las brujas y su mundo6.Y el revolucionario del XIX, republicano y diputado anticlerical Roberto Robert se quejaen su poco conocido librito Siervos, judos, brujos y diablos7 de que fueron 38 las brujasquemadas en Calahorra en aquel infausto ao de 1507. El investigador Michel Boucheren su trabajo Brujera y exorcismos8 sigue repitiendo lo ya conocido desde la publicacinde la Historia crtica de la Inquisicin. Yo mismo he escrito una novela titulada CiudadRoja que gira en torno a una recreacin histrico-literaria de aquel lamentable sucesoque por su gravedad convierte a la ciudad de Calahorra en la ciudad espaola msrelevante en su cruzada contra la brujera.

    Pero, qu datos concretos conocemos del proceso que sin duda debi seguirse, delos testimonios, requisitorias, traslado, confinamiento y posterior ejecucin?. La verdades que nada. Absolutamente nada. Y tal mutismo o inexistencia de fuentes es en buenamedida sospechoso. Nadie ha dudado de la certeza de lo contado por Llorente, una fuentede innegable reputacin y que adems accedi a los documentos originales de la Supremay de los Tribunales repartidos por el pas. Acaso entre los documentos que sabemos llevconsigo en su exilio francs, a primeros del XIX, se encontraban los relativos a aquellosaos, puesto que en el Archivo Histrico Nacional, donde he buscado, no se encuentran,ni tampoco en el Histrico de Navarra.Y la circunstancia no deja de ser sorprendente.

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    3. Brujera en la montaa de Navarra en el siglo XVI, Hispania Sacra, vol. IV (1951), (separata, 26pp.).

    4. A History of the Inquisition of Spain, Nueva York, 1907-1907,p. 211 del tomo IV.5. Historia de los heterodoxos espaoles, Madrid, CSIC, 1946-1948, 8 vols. ( pp. 662-663 del vol II).6. Las brujas y su mundo, Madrid, Alianza, 1966, p. 189.7. Siervos, judos, brujos y diablos, Madrid, Emiliano Escolar Editor, 1981, p.155.8. Pars, 1912.

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  • Tampoco son ms generosos los depsitos de la ciudad - Archivo del Cabildo Catedralo Municipal- o los que se hallan en Logroo.

    Por otra parte es en la Historia del Emperador Carlos V9 donde el monje benedictinoy obispo, comisario de la Inquisicin, fray Prudencio de Sandoval nos ofrece el nicotestimonio de alguien que conoci de forma directa aquel proceso contra las brujas,puesto que el resto de fuentes apenas se refiere al cmputo de las ajusticiadas. Dice ensu relato que quiso l mismo convencerse de cmo podan volar las brujas y por ello leprometi el perdn a una de ellas si realizaba sus habilidades mgicas en su presencia.Ante tal promesa, la vieja pidi el bote de ungento que le haban quitado al prenderla,se unt la mano, la mueca, la axila, la ingle y el costado izquierdo y subi a una altatorre desde la que grit s, aqu estoy!. Entonces comenz la mujer a descender conla cabeza hacia abajo,pero luego se irgui elevndose en los aires y desapareci, huyendo-segn el curioso testimonio del Obispo- del fuerte brazo de la Inquisicin que de estemanera perdi a una segura candidata al fuego justiciero.

    2. Los tratados de la dicesis y del tribunal calahorrano contra las brujas.

    La actividad contra las brujas desplegada por el Tribunal calahorrano desde sufundacin fue debido en gran parte al origen vasco-navarro de aqullas. De hecho noconocemos que ninguna fuera de la ciudad o de sus cercanas y en todo caso apenasconocemos procesos contra naturales de la Rioja Alta o de Logroo. Tengamos en cuentaque Calahorra, en el periodo de mayor hostigamiento a la brujera en Espaa, es el centrodel pas en su persecucin, y por tanto, adquiere un notable poder su tribunal como centrode la actividad contra-reformista en el reinado de Carlos V y durante los primeros aosde Felipe II. A instancias del tribunal calahorrano sern juzgados sujetos acusados debigamia, amancebamiento, otros acusados de luteranos, de iluministas, por leer o difundirlibros considerados herticos, etc. De hecho nuestro Tribunal ser el ms activo contrael luteranismo, hasta el punto de procesar a 62 personas por dicho pecado tan slo enel periodo de 1538 a 155810.

    Por otra parte conocemos los nombres de los diversos inquisidores que ejercieronsu cargo en la ciudad y del conjunto de individuos que como ayudantes tenanencomendadas diversas funciones, entre otros un receptor, un fiscal, tres notarios desecreto, un escribano de secuestros, un nuncio, un alguacil un carcelero y un cartero, hastatotalizar el nmero de doce. Sabemos tambin que el nmero de inquisidores quesucesivamente tuvo la ciudad lleg a veinte, destacando entre ellos Sancho Carranza deMiranda, to del famoso Arzobispo Carranza. No tuvieron demasiada confidencialidad

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    9. Historia de la vida y hechos del Emperador Carlos V, Pars, 1614.V10. La mayor parte de las noticias de las actuaciones del tribunal calahorrano se hallan en el Archivo

    Histrico Nacional,Seccin de Inquisicin, Cartas originales del tribunal de Calahorra a la Suprema.Libros 785, 786, 787.

    El Renacimiento en Calahorra: Brujas e Inquisicin

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  • con los calahorranos de la poca y de hecho ni fueron bien acogidos cuando llegaron, nitampoco el pueblo se sinti humillado por perder tal institucin con el traslado a Logroo.Durante todo tiempo que permaneci la Inquisicin en Calahorra las relaciones fueronms bien fras e incluso tirantes. Conocemos que habiendo llegado de diversos puntosde Espaa en ningn caso se integraron con los naturales, a diferencia de lo que ocurrirluego en Logroo, segn ha estudiado ngeles Cristbal 11.

    La Inquisicin precisaba de medios para establecer el orden y sin embargo conocemoslas estrecheces del tribunal desde las primeras fechas de su establecimiento. La razn desu traslado es, al fin, el hallarse sin local apropiado para desarrollar sus funciones ni aunun espacio digno para servir de crcel.

    Cuando tienen lugar la quema de brujas de 1507 el nico libro que de alguna formasirve de pauta a los inquisidores es el famoso tratado Malleus maleficarum,de losdominicios alemanes Sprenger y Kramer publicado en 1486, un autntico martillo contrabrujas que tiene como sostn ideolgico la verdad absoluta de las artes demonacas ybrujeriles, publicado tan slo dos aos ms tarde de la Bula de Inocencio VIII, Summisdesiderantes affectibus que consider la brujera como una hereja perseguible. Tal lneade pensamiento supuso en Centro-Europa y los Pases Bajos, donde se sigui de formaimportante las enseanzas del curioso tratado, la muerte de miles de mujeres acusadaspor sus artes demonlatras. Cuando se pone en marcha el tribunal calahorrano slo existedicha gua y no es de extraar la determinacin tomada -la quema de ms de treintamujeres- conociendo los precedentes. Sin embargo la propia dicesis calahorrana toma su cargo la funcin de dulcificar en buena medida las determinaciones tan severas deltribunal y por ello los dos tratados que dieron a la luz sendos clrigos uno natural de ladicesis, Fray Martn de Andosilla, y el otro bajo el servicio del Obispo de Calahorra D.Alonso de Castilla, Fray Martn de Castaega, son claves para entender las razones delescaso nmero de ajusticiados por brujera en Espaa, frente a las elevadsimas cifrasque se manejan para la mayor parte de Europa. Que buena culpa la tuvieron ellos dos,sirviendo de sostn ideolgico para la Suprema y sus mandatos, es claro y lo hemos dever en adelante.

    El primero de ellos, el citado Fray Martn de Arles o de Andosilla, cannigo dePamplona y de la dicesis calahorrana naci en Peralta en 1452 y fue el pionero de laliteratura antisupersticiosa espaola segn Iaki Reguera. Su trabajo,Tractatus deSuperstitionibus se public en Francia, concretamente en Lyon en 1510, tan slo tres aostras la quema de brujas citada con anterioridad y como su propio ttulo indica, no encastellano sino en latn. En su trabajo Fray Martn de Andosilla habla de las brujas conbastante naturalidad, al punto de que admite la realidad de sus maleficios, daos enhombres y campos, ligazones, etc no sin ciertas prevenciones. Un punto de racionalismoes evidente en cuanto, por ejemplo, niega por falsos los famosos vuelos de brujas y afirma

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    11. Confianza, fidelidad y obediencia. Servidores inquisitoriales y dependencias personales en la ciudadde Logroo (Siglo XVII), Logroo, IER, 1994.

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  • sin rubor que hay mucho ms de fantstico en lo que sobre ellas se dice que de real,circunscribiendo en buena medida la realidad de los hechos a ellas atribuidos a la purasupersticin. A este respecto, la lnea de pensamiento del escritor de Peralta ser seguidode forma importante por la linea ms comn de la Inqusicin espaola, que mucho menosextremista que la centroeuropea reduce a aquellos lmites de la ignorancia y la locura,antes que a la hereja y la maldad12. De hecho fue tal el xito del trabajo del clrigo quetuvo cinco ediciones en el siglo XVI en Francia, Italia y Alemania sustituyendo en buenamedida en lo que a Espaa se refiere al ya citado Malleus maleficarum de los alemanesSprenger y Kramer.

    El segundo trabajo, del citado clrigo Fray Martn de Castaega, es el primero enlengua castellana dedicado al asunto de las brujas. Su ttulo completo es Tratado muysutil y bien fundado de las supersticiones y hechiceras y vanos conjuros y abusiones yotras cosas al caso tocantes y de la posibilidad y remedio de ellas y se public en 1529 enla logroesa imprenta de Miguel de Egua, importantsimo foco sta ltima de la difusindel pensamiento renacentista en nuestra tierra, estudiada en un trabajo fundamental. Noen vano el navarro Egua edita algunos trabajos de la Universidad de Alcal, el epicentrode los movimientos ms renovadores de nuestro Renacimiento, y el propio MarcelBataillon en su fundamental Erasmo y Espaa subraya la importancia de aqul comoimpresor de los libros de Erasmo en nuestro pas13. En la actualidad contamos con unaedicin actual , de 1994, de la obra, debida a Juan Robert Muro Abad a expensas delInstituto de Estudios Riojanos, que viene a sustituir la de 1946 de la Sociedad de BiblifilosEspaoles14, convertida ya en una rareza pues apenas se publicaron cuatrocientosejemplares, eso s, primorosamente editados.

    El trabajo de Castaega se dedica, como ya he dicho con anterioridad, al Obispo deCalahorra al que sirve, D. Alonso de Castilla presentndose como su orador y mstarde el propio Obispo lo califica de telogo y filsofo predicador para el dicho santooficio. En efecto, de lo poco que de l conocemos parece desprenderse que deba deestar relacionado con la Inquisicin y no de otro modo pudo escribir su tratado que dabuena muestra de conocer a la perfeccin el funcionamiento institucional. De sus notaspodemos deducir que conoci al famoso cura de Bargota, brujo ya citado con anterioridad,y reconoce haber asistido a la quema de algunos de ellos. Parece, segn dicen MenndezPelayo, Caro Baroja y Llorente que pudo intervenir en la campaa que a lo largo de 1527llev a cabo el Inquisidor de Calahorra Avellaneda por el valle de Salazar navarro. Seacomo fuere no nos lo podemos imaginar en ningn caso como un servidor sumiso yobediente de la Inquisicin y mucho menos como un sanguinario personaje sin escrpulos

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    12. Un interesante estudio sobre la obra es el de J. Goi Gaztambide, El Tratado De Superstitionibusde Martn de Andosilla, Pamplona, 1971.

    13. Erasmo y Espaa. Estudio sobre la historia espiritual del siglo XVI, Mxico, 1966.14. Reedicin a cargo de Agustn Gonzlez Ameza, Madrid, Sociedad de Biblifilos Espaoles,

    1946.

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  • segn la leyenda negra que existe sobre la Inquisicin. No voy a ser yo a este respectoquien reivindique semejante invencin represiva al servicio del antiguo rgimen; peropersonas ms autorizadas y los ltimos estudios ms serios tienden a desdramatizar lalabor inquisitorial. A lo que parece no fueron tantos los perseguidos y muchos menoslos ajusticiados por la Inquisicin. En todo caso parece que cada vez hubo mayoresgarantas en los procesos y en todo caso, segn esos mismos investigadores de reputadafama, la creacin de una institucin como la inquisitorial evit enormes arbitrariedadesy atrocidades como las que se cometieron indiscriminadamente en el resto de Europadonde la mquina represiva se extendi a mltiples poderes -el municipio, la provincia,etc.-.

    Sabemos, segn ha expresado Juan Robert Muro Abad, que Fray Martn deCastaega se solidariz junto a un clrigo franciscano, llamado Pedro de Gran, conotro , mercedario ste y condenado por la Inquisicin, afirmando pblicamente que lasconclusiones de aqul haban sido injustamente censuradas por la Inquisicin. Elenfrentamiento se sald con la prisin de los dos - fray Martn y fray Pedro-. Pero elpropio Len X tuvo que ponerlos en libertad puesto que la Bula de Inocencio VIIIimpeda a cualquier inquisidor proceder contra los franciscanos. He aqu pues cmo, enlo poco que conocemos, fray Martn no es un ser sumiso y obediente, sino que a pesarde servir l mismo a la Inquisicin, se rebela contra ella y expresa sus divergencias.

    Hay razones para pensar que el espritu de fray Martn est muy cerca de la lneaerasmista que encontramos en nuestros ms importantes escritores y pensadores del XVIespaol y europeo. El pensamiento de Erasmo de Rotterdam est presente en loshermanos Valds, en el autor del Crtalon, en el del Viaje de Turqua, en el propioCervantes como seal Amrico Castro en sus trabajos y en muchos otros seguidoresdel autor del Elogio de la locura, el Enchiridion o los Colloquia. No olvidemos a esterespecto que Erasmo busca una religiosidad ntima y personal achacando los males dela religin catlica a sus propios abusos, la ostentacin, la simona, las excentricidades,etc.A su vez existe una lectura pseudo-poltica y social de Erasmo en su defensa de lo populary de las clases ms bajas. Pero del mismo modo Erasmo, abanderado de un racionalismoque marcar el siglo y prepara el camino de Descartes, es el luchador contra la ignoranciay la supersticin que entonces inunda una Europa iletrada. Como consecuencia lgicalas fuerzas vivas del Renacimiento abrazaron las ideas erasmistas, a pesar de parecersospechosas en muchas ocasiones frente al poder establecido y a pesar de sufrirpersecucin.

    A este respecto Castaega cita en su trabajo en varias ocasiones a Erasmo deRotterdam con reverencia. Por otra parte el Tratado es informado favorablemente porSancho Carranza de Miranda, el citado inquisidor de Calahorra, declarado simpatizantedel erasmismo en los aos finales de su vida al decir de Marcel Bataillon en el trabajo yacitado. Pero lo ms importante, del contenido de su trabajo se desprende la comunincon las ms importantes ideas de Erasmo sobre el tema de las supersticiones osupercheras.

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  • En el libro de Fray Martn podemos encontrar, no obstante, el perfecto resumendel pensamiento ms comn de la Espaa de la poca, y por tanto muy distante del restode Europa. Segn ello, no hay duda de la existencia del demonio y de la capacidad deste para fingir ciertas figuras. Incluso si el famoso y antiqusimo Canon o CapitulumEpiscopi del siglo IV ya consideraba una hereja creer en la existencia de brujas, el buenode Fray Martn, con una parte de su mente vuelta todava a la Edad Media, se ocupa derebatir dichas ideas en la lnea de la citada Bula de Inocencio VIII: la hereja consiste enno creer en su existencia. La doble cara del clrigo es evidente. De un lado ataca lassupersticiones de la brujera sin que , de otro, deje de creer en la existencia de brujas yencantamientos. Del mismo modo el envs medieval lo encontramos en su trabajo cuandoaparece como un declarado misgino, al punto de que considera a las mujeres mentirosasy lascivas por naturaleza. Adems parece creer en la influencia de los astros sobre la vidade los hombres, el efecto de los amuletos y hasta el vuelo de las brujas, frente a su antecesorFray Martn de Andosilla que se opona a esto ltimo.

    Pero lo que realmente prevalece en Castaega es ese decir las cosas casi sincreerlas,como ha dicho su editor Juan Robert Muro:

    Es ms, a menudo frases, afirmaciones, reflexiones que deja caer sobre la marcha,nos presentan a un tratadista de las supersticiones escptico, materialista, cargado de loque podramos denominar pensamiento lgico y deseoso de reducir lo esotrico a cnonesde naturalidad. A modo de ejemplo, se da el caso cuando nos presneta la adopcin deloficio de conjuradores, hechiceros o adivinos,por mujeres o clrigos, basndolo en susituacin socioeconmica. La pobreza o la incultura pasan a ser explicaciones sociolgicasimpropias, aparentemente, de un manual como que el que comentamos15.

    Sobre el libro de Fray Martn de Castaega escribi algunas reflexiones Juan AntonioLlorente en su Historia Crtica de la Inquisicin en Espaa calificndolo de juicioso alpunto de que incluso en tiempos del escritor de Rincn, segn su propia opinin, resultaradifcil escribir otro con ms moderacin, tino y prudencia. Menndez Pelayo en su yacitada Historia de los heterodoxos espaoles encuentra una evidente relacin de la obrade Castaega con la de Pedre Ciruelo, la Reprobacin de las supersticiones y hechiceras,posterior no obstante en dos aos. Ms extensamente, en su trabajo Las brujas y sumundo, Caro Baroja le dedica extenso espacio y subraya ante todo la visin humanistay racionalista del autor, considerando importante su idea de que los brujos y los hechizadosson sin duda personas enfermas que han de ser tratadas con remedios naturales y noperseguidos hasta la muerte.

    Con el Tratado de Castaega los visitadores, curas y clrigos en general de la dicesis- idea para la que se escribi- y por extensin de toda Espaa contaban con un tilinstrumento para - segn cuenta en el Prlogo su autor- aprovechar a los simples yapartarlos de sus errores y engaos diablicos. Reparar, por tanto, antes que destruir.Idea central que tambin subraya el propio Obispo de Calahorra, el sealado D. Alonso

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    15. Introduccin a su edic. del Tratado de las supersticiones, op.cit.,p. XXX.

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  • de Castilla, en la Provisin al principio del libro que firma ste ltimo. En ella subrayaque la intencin del libro es servir a los curas y eclesisticos de la dicesis a vencer laignorancia de las gentes. En el libro incluso se amonesta a muchos clrigos incultos eiletrados, cuya nica ocupacin es comer abundosamente, algo en lo que ya insistiel propio Berceo en alguno de los Milagros de Nuestra Seora y har de nuevo el PadreIsla, en el XVIII, en su conocido Fray Gerundio de Campazas.

    El editor actual de la obra, Juan Robert Muro, insiste en que la obra de Castanegano es un manual de inquisicin,sino que es un manual que pretende todo lo contrario,evitarla.Y sa es la gran aportacin de la dicesis calahorrana en pleno siglo XVI, justoen la dcada en que parece se escribe el Lazarillo: la apuesta por la formacin antes quepor la represin. El tribunal inquisitorial de Calahorra, en el centro mismo de la luchacontra la brujera, tendr por tanto sus conocidas sombras, pero tambin otras luces comolas que he intentado traer aqu mostrando la figura de Castaega y el propio ObispoAlonso de Castilla.

    3. Los otros procesos: Medio siglo de persecuciones.

    No es ste lugar ni dispongo de espacio para extenderme en un estudio que todavaest por hacer. Me refiero al de los procesos seguidos por el tribunal calahorrano hasta1570 segn la documentacin que conservamos, especialmente en la seccincorrespondiente del Archivo Histrico Nacional en Madrid. Algo de ello se ha hechopor el citado Iaki Reguera en su trabajo La Inquisicin espaola en el Pas Vasco16. Laverdad es que el proceso mejor conocido de aquellos aos es el llevado contra Antoniode Medrano acusado de iluminado y seguido en Calahorra y Logroo. Pero en sumomento, y sobre el asunto de la brujera, fueron muy conocidos los que se iniciaron apartir de 1526. Entre otros las persecuciones de 1527 en las Encartaciones de Vizcaya,ordenadas por el propio Emperador Carlos I y seguidas por el Inquisidor Miranda. Enlos aos 30 la persecucin se dirige a los valles navarros, especialmente del Roncal dirigidapor el Inquisidor Valdeolivas. Cul fue en todo caso la postura de la Inqusicin deCalahorra?. La respuesta la ofrece el citado Iaki Reguera:

    La Inquisicin tom claramente postura ante la hechicera mostrndose crtica,escptica, experimentalista y negando toda posibilidad de que la bruejera como tal fuesealgo real. Esto se puede constatar a lo largo de toda la trayectoria del tribunal deCalahorra. Si hay algn tema en el que el Santo Oficio muestra una poltica clara,continuada, segura, convencida e inflexible, es el de la brujera. Se puede afirmar, incluso,para mayor mrito suyo, que en esta materia su actitud es aislada dentro de un mediohostil. Es como un grito solitario en favor de la bruja, acosada por el clamor popular, lajusticia civil y los tratados antidemonacos.17

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    16. O. cit.,p.189 y ss.17. Ibidem, p. 205.

    Jess Fernando Cseda Teresa

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  • De hecho lo cierto es que en gran parte de los casos que tuvo que analizar laInquisicin calahorrana se decant antes por calificar los hechos de supercheras y encontadas ocasiones habla de pacto demonaco o satnico. Es por otra parte monedacomn de la poca acusar de brujos a los gitanos intentando la poblacin obtener medidaspara impedir su entrada en las poblaciones de la dicesis. E incluso el nmero de clrigosque estando muy cercanos a las artes de curanderismo popular y tradicional de los pueblosque son acusados de brujera es extraordinariamente elevado respecto a otras profesiones.

    En ocasiones resultan ms de cien penitenciados en una sola redada, como larealizada por Valdeolivas en 1538 en Vizcaya, y de ellos ms de ciencuenta acusados debrujera. La solucin que se encuentra suele ser reconciliacin, abjuracin de vehementi,abujaracin de levi y slo unos pocos resultar penitenciados, pero en ningn casocondenados a la hoguera.

    A partir de 1550 desciende de forma importante el nmero de acusados de brujera.Son en todo caso ms las mujeres que los hombres, e incluso abundan los nios y loscitados clrigos. Todos los estudios conceden al tribunal calahorrano el primer lugar encuanto a nmero de perseguidos por brujera en toda Espaa a larga distancia del resto.

    Como ya se ha repetido, en 1570 se produjo el traslado del tribunal a Logroocelebrndose en esta ltima el 18 de octubre de aquel ao el primer auto de fe. No obstanteen Calahorra sigui funcionando una suerte de delegacin o sucursal durante el XVII,situada a lo que parece en la actual calle de la Estrella. Tras el fracaso del trienio liberal,en 1823, se hizo solicitud por la corporacin municipal ante el repuesto Fernando VIIpara su reinstauracin, lo que finalmente no sucedi. Conocemos el nombre de algunospenitenciados cuyos procesos daran de s para interesantes estudios, entre otros el deDiego Gayangos, curioso viajero y antiguo soldado introductor de libros prohibidos ennuestro pas. O Juan de Villagarca, profesor de teologa en xford. Curiosos personajeshijos de su tiempo que han esperado durante siglos la atencin de algn investigadorcurioso y atento.

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    El Renacimiento en Calahorra: Brujas e Inquisicin

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