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Costo oculto privado y social del sistema productivo. La degradación del suelo pampeano .................................................... 2 Productividad y eficiencia en el uso de agua y nitrógeno en sistemas intensificados ........ 6 Alternativas de fertilización del doble cultivo trigo/soja. Efectos sobre la productividad y algunas propiedades del suelo ...................... 11 Los más recientes micronutrientes vege- tales ............................................................. 16 Criterios modernos para evaluación de la calidad del agua para riego (Segunda parte) ... 26 Reporte de Investigación Reciente ................ 34 Cursos y Simposios ....................................... 35 Publicaciones Disponibles ............................ 36 Editores : Dr. Fernando O. García Dr. Raúl Jaramillo Dr. Armando Tasistro International Plant Nutrition Institute (IPNI) Se permite copiar, citar o reimprimir los artículos de este boletín siempre y cuando no se altere el contenido y se citen la fuente y el autor. http://www.ipni.net Oficina para el Cono Sur de Lanoamérica • Av. Santa Fe 910 (B1641ABO) Acassuso • Buenos Aires - Argenna Telf/Fax.: 54 11 4798 9939 • Correo electrónico: [email protected] • hp://lacs.ipni.net Oficina para el Norte de Lanoamérica • Casilla Postal 17 17 980 • Quito - Ecuador Telf.: 593 2 2463 175 • Fax: 593 2 2464 104 • Correo electrónico: [email protected]hp://nla.ipni.net Oficina para México y Centroamérica • 3500 Parkway Lane, Suite 550 • Norcross, GA 30092 - EE.UU Telf.: 1 770 825 8079 • Fax: 1 770 448 0439 • Correo electrónico: [email protected]hp://mca.ipni.net Informaciones Agronómicas de Hispanoamérica En este número Costo oculto privado y social del sistema producvo Producvidad y eficiencia en sistemas intensificados Alternavas de ferlización del doble culvo trigo/soja Recientes micronutrientes vegetales Criterios modernos para evaluación de la calidad del agua para riego IAH 7 - Septiembre 2012

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Costo oculto privado y social del sistema productivo. La degradación del suelo pampeano .................................................... 2

Productividad y eficiencia en el uso de agua y nitrógeno en sistemas intensificados ........ 6

Alternativas de fertilización del doble cultivo trigo/soja. Efectos sobre la productividad y algunas propiedades del suelo ...................... 11

Los más recientes micronutrientes vege-tales ............................................................. 16

Criterios modernos para evaluación de la calidad del agua para riego (Segunda parte) ... 26

Reporte de Investigación Reciente ................ 34

Cursos y Simposios ....................................... 35

Publicaciones Disponibles ............................ 36

Editores : Dr. Fernando O. García Dr. Raúl Jaramillo Dr. Armando Tasistro

International Plant Nutrition Institute (IPNI)

Se permite copiar, citar o reimprimir los artículos de este boletín siempre y cuando no se altere el contenido y se citen la fuente y el autor.

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Informaciones Agronómicasde Hispanoamérica

En este número ■ Costo oculto privado y social del sistema productivo

■ Productividad y eficiencia en sistemas intensificados

■ Alternativas de fertilización del doble cultivo trigo/soja

■ Recientes micronutrientes vegetales

■ Criterios modernos para evaluación de la calidad del agua para riego

IAH 7 - Septiembre 2012

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1 INTA Casilda - Casilda, Santa Fe, Argentina. Correo electrónico: [email protected] 2 Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Austral - Rosario, Santa Fe, Argentina* Presentado en la Jornada Mundo Soja Maíz 2012, organizada por SEMA. Buenos Aires, 3-4 de Julio de 2012.

Costo oculto privado y social del sistema productivo. La degradación del suelo pampeano*

Graciela Cordone1 y Matías Trossero2

Actualmente las actividades productivas giran alrededor de la economía y sus ramas del conocimiento. Una de las críticas más acuciantes al sistema actual de cuentas nacionales deriva de que estas últimas definen la actividad productiva sin considerar los efectos indirectos de dicha producción. Deberían registrarse la disminución de las reservas y el costo ambiental de la contaminación, que tarde o temprano deberá remediarse. Así se acumula una suerte de “deuda ambiental oculta”, que se suma a la deuda inter-generacional a largo plazo condicionada por el envejecimiento (Deaglio, 2004).

Esto plantea la necesidad de valorar económicamente la calidad ambiental dentro del modelo económico preponderante. Hay que generar conciencia y para ello se necesita, además de los estudios clásicos, cuantificar el valor económico del recurso natural como instrumento para la toma de decisiones (Garizábal Carmona, 2004). Una aproximación a dicho valor es un primer paso, aunque no sea la única respuesta a los procesos de degradación y sobreexplotación de los recursos (Azqueta Oyarzun, 1994). Las decisiones políticas deberían tender al manejo sustentable de los recursos naturales, representando éstos ganancias económicas potenciales, que de ser mal manejadas se extinguirían con rapidez.

Para lograr la integración de los recursos naturales a las cuentas nacionales, primero habría que incluirlos dentro de las cuentas empresariales, de manera tal que las materias primas del medio natural no tenidas en cuenta, se internalizarán en sus sistemas de gestión económica. De este modo, el usuario de los recursos naturales tenderá a no tratarlos como un bien gratuito, su objetivo será el mantenimiento del flujo de beneficios provenientes de los bienes y servicios provistos por ellos. Este enfoque trae aparejados cambios en la evaluación de la eficiencia económica y social, y propone un análisis distinto de la rentabilidad, en el cual el recurso natural es considerado un activo económico y social (Garizábal Carmona, 2004).

Como se menciona en un documento de INTA (2003), “la asignación más eficiente de recursos, desde el punto de vista del productor individual, es aquella en la que se maximizan beneficios, considerando exclusivamente los costos privados. Este enfoque está estrechamente asociado con niveles superiores de producción. Dado que no hay señales de mercado asociadas con las dimensiones social y medioambiental, éstas son

generalmente ignoradas en el proceso decisorio, generándose distintos desequilibrios. El restablecimiento de los mismos requiere la incorporación de estos costos adicionales, de manera de garantizar la sustentabilidad, tanto de la base de recursos naturales, como la del tejido social que integra los sistemas de producción”.

Sin pretender abordar por ahora la dimensión social en forma global, si solo se enfoca el cambio de flujo del stock natural, surge entonces preguntarse: ¿la rentabilidad de los actuales sistemas de producción está correctamente calculada?, ¿el resultado económico-financiero del monocultivo de soja que se realiza en el 70% de la región pampeana argentina tiene verdaderamente saldo favorable?, y si lo fuera ¿cuál es su magnitud real?, ¿existen los datos necesarios para evaluar ese resultado con una metodología que incluya, por lo menos, el servicio del recurso natural suelo? (Cordone et al., 2006).

El suelo constituye el recurso económico escaso esencial de los sistemas productivos extensivos. La materia orgánica (MO) del suelo es un indicador de su calidad. La pérdida de MO en la región pampeana no es percibida como un hecho preocupante por el productor dado que la soja, principal cultivo, anualmente registra incrementos en el rendimiento. Tampoco constituye un parámetro que determine el valor comercial ni el de arrendamiento de un predio. Sin embargo, los investigadores presentan resultados de trabajos en los que se evidencia que la disminución de MO bajo el actual sistema productivo tiene magnitud significativa. Esta falta de comunicación entre investigadores y usuarios es una restricción para implementar alternativas de manejo conservacionista.

“Costos ocultos de producción”

Pérdida de:MO, nutrientes,

porosidad,agua, etc.

Costos que secomputan:

Semillas, labores,productos químicos,

comercialización,alquiler, etc.

Figura 1. Costos que se computan y costos “ocultos” del sistema de producción pampeano argentino.

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En este trabajo discutiremos sobre los “costos ocultos” del sistema productivo actual de la región pampeana, a algunos de ellos solo podemos mencionarlos, para otros disponemos de un valor aproximado, y hemos avanzado en la implicancia social de la pérdida de MO (Figura 1). La metodología utilizada para realizar éstos cálculos es “costo de reposición” y “pérdidas de producción, de industrialización y de derechos de exportación”. La zona a la que referiremos los resultados se caracteriza por tener 80% de ocupación del suelo con soja de primera y 70% de la tierra trabajada es “no propia” bajo diversas modalidades contractuales. Los suelos son Argiudoles típicos y vérticos.

Costo de la compactación y de la orientación de los poros del suelo y de la disminución de la actividad biológica

Los efectos negativos sobre el estado físico y biológico del suelo que produce el predominio de soja en la secuencia de cultivos se han mensurado, pero aún no tienen asignado un costo en dinero. Por lo tanto, esto constituye un ejemplo de costos no disponibles para ser considerados en las cuentas empresariales.

Determinaciones realizadas a campo nos muestran que el predominio de soja, combinado con siembra directa y con el material limoso original del suelo, produce compactación sub-superficial que se manifiesta a través de una continuidad de estados masivos sin porosidad interna. Estos se distribuyen en el perfil constituyendo un piso con un 70-80% de continuidad, interrumpido por sectores con terrones soldados sin porosidad interna de agregados. Se observan muy pocos signos de actividad biológica, el desarrollo de raíces secundarias es poco profuso y las primarias estaban acodadas o bifurcadas.

Por el contrario, los lotes rotados con gramíneas presentaron solo 40-45% de continuidad de piso con presencia de bloques aislados interrumpidos por sectores sueltos de excelente porosidad y abundantes signos de actividad biológica y presencia de raíces del cultivo. Estos bloques masivos aislados se corresponden con huellas visibles desde la superficie asociados al tránsito de equipos correspondientes a las labores habituales de la agricultura de la última campaña. Gerster et al. (2002) encontraron correlación entre la presencia de maíz en la rotación y la ausencia de pisos continuos. Por otro lado, Sasal et al. (2005) encontraron que en siembra directa había una tendencia de los macroporos a estar orientados paralelos a la superficie del suelo y que esto era crítico en la infiltración de agua. La susceptibilidad a esta estratificación de la estructura en los primeros centímetros de suelo fue atribuida a la predominancia de soja en la secuencia de cultivos.

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Soja 1ra Maíz a

95/96 96/97 97/98 98/99 99/00 00/01 01/02 02/03 03/04

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Campañas

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3433

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Soja 2daMaíz TrigoSoja 1ra b

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kg

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N P S Total

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Cost

o oc

ulto

, U$S

ha-1

Campañas

586

373

578

372

13588

b1299

833

Sojero Rotado

Figura 2. Rendimiento de cultivos para 10 campañas agrícolas según la secuencia de cultivos (a = sojero; b = rotado). Suelo: Argiudol típico, serie Hansen.

Figura 3. Balances acumulados de nutrientes (a) y su “costo oculto” (b), para un total de 10 campañas agrícolas (1995/96-2004/05) según la secuencia de cultivos. Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Azufre (S).

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Costo oculto de nutrientes

Este es un ejemplo en el que se puede aplicar el costo de reposición, pues existe un valor de mercado. Se realiza el balance por diferencia entre la cantidad de nutrientes que se exportan con los granos y lo aplicado por fertilización, asumiendo una eficiencia de utilización del fertilizante de 1:1. A este resultado lo denominamos “costo oculto”. Los rendimientos de 10 campañas agrícolas de un lote con predominancia de soja en la secuencia de cultivos, comparado los de su par bajo rotación con gramíneas, así como sus respectivos balances y “costos ocultos” de nutrientes se muestran en las Figuras 2 y 3. En las mismas se observa que el lote “sojero” tuvo balance más negativo de N, P, y S que el “rotado”, lo cual resultó en un “costo oculto” aproximado de U$S 1300 ha-1 año-1.

Costo de la materia orgánica

Este costo se calculó proyectando las pérdidas de producción, industrialización y de derechos de exportación ocasionadas por la disminución de MO. Esta metodología asignará distintos valores

al recurso según el potencial productivo de la zona y se modificará según el paradigma productivo del momento, los rendimientos, los precios de los productos y las políticas de comercialización. Los resultados se generan en un escenario con cierto nivel de incertidumbre por la existencia de factores con diferentes grados de predictibilidad.

Se proyectó la evolución 2010-2020 del carbono orgánico del suelo (COS) para el centro-sur de la provincia de Santa Fe y se determinó su impacto económico en el sistema productivo y social (Trossero et al., 2012). La superficie sembrada con los principales cultivos del área es cercana a 800 000 ha. La proyección 2010-2020 de superficie y rendimiento de los cultivos se tomó de Fundación Producir Conservando (Oliverio y López, 2010). La dinámica del COS se simuló con el modelo AMG (Andriulo et al., 1999). La pérdida de rendimiento de soja se calculó según Bacigaluppo et al. (2006). El impacto económico en la producción primaria se determinó multiplicando la pérdida de rendimiento por su precio. Solo se consideró a la soja ya que, entre primera y segunda fecha de siembra, ocupa casi el 90% del área. El impacto social

Etapa de la cadena--- Pérdida económica al 3.5% --- --- Pérdida económica al 10% ---

Pérdida relativa (%)(U$S ha-1) Total del área

(U$S) (U$S ha-1) Total del área (U$S)

Producción primaria 142 112 250 075 99 77 967 463 57

Industrial 34 .26 776 625 24 18 599 048 14

Estado 73 . 57 456 363 51 39 908 153 29

Total 249 196 490 964 173 136 474 664 100

* Se calculó en base a retenciones: soja: 35%; aceite y harina de soja: 32%; biodiesel: 14%.

Tabla 1. Pérdida económica acumulada 2010-2020 por etapa de la cadena agroindustrial, según tasa de actualización al 3.5% y 10%*.

Proyectos Valor total ($ argentinos)

Valor total (U$S)

Cantidad pérdida Descripción

Autopista Rosario - Córdoba 3 200 000 000 771 084 337 7.5%

Autopista de 312 km de extensión. La pérdida equivale a 23 km de autopista.

Módulo de 250 Viviendas para 5 personas cada una

34 000 000 8 192 771 7 módulos

Ubicadas en partido Pilar. 250 viviendas de 55 m2. Alberga a 1250 habitantes. La pérdida equivale a 1750 casas.

Programa “700 escuelas”, “Más escuelas” y “Más escuelas II”

4 200 000 000 1 012 048 193 5.7%

Proyecto a finalizar de 1816 escuelas. Valor promedio de la escuela U$S 560 000. La pérdida es equivalente a 103 escuelas.

Tabla 2. Pérdida del estado relacionada a proyectos nacionales (Secretaría de Obras Públicas, 2011).

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se definió como el valor de los productos industriales perdidos y del dióxido de C (CO2) emitido, valorado según el mercado de C.

La pérdida acumulada en 10 años fue 3.06 Mg COS ha-1. La pérdida económica total fue de 249 U$S ha-1 con tasa de descuento libre de riesgo de 3.5% (Tabla 1), resultando en 81 U$S Mg-1 COS. La producción primaria y el estado resultaron los sectores más afectados. La pérdida del estado argentino por menor recaudación de derechos de exportación se comparó con el costo de obras públicas (Tabla 2). Por otra parte, el costo derivado del cambio climático fue igual a 154 U$S ha-1 y 50 U$S Mg-1 COS por emisiones de CO2, considerando la tasa de actualización de 3.5%. La magnitud de la pérdida total en el área estudiada (menor al 3% de la superficie nacional con cultivos anuales), induce a gestionar el uso sustentable del recurso.

Conclusiones

■ Las exportaciones agroindustriales se hacen en gran parte a expensas del recurso natural suelo. Ello implica un costo oculto “no contabilizado” por las empresas agropecuarias y tampoco incluido en las cuentas nacionales.

■ El deterioro del suelo tiene costo privado y costo social. Se propone un análisis de la rentabilidad considerando al suelo como un activo económico y social.

■ El manejo nutricional observado determinó un balance más negativo de nutrientes en la secuencias con predominio de soja comparado con aquellas en rotación con gramíneas.

■ El costo del C resultó igual a 81 U$S Mg-1 COS por pérdida de producción y 50 U$S Mg-1 COS por cotización en el mercado internacional de C.

■ Este tipo de información permite incorporar el impacto del deterioro del suelo como herramienta de gestión para planificar el uso sustentable del mismo.

Bibliografía

Andriulo, A., B. Mary, y J. Gueriff. 1999. Modeling soil carbon dynamics with various cropping sequences on the rolling pampas. Agronomie 19:365-377.

Azqueta Oyarzum, D. 1994. Valoración Económica de la Calidad Ambiental. Editorial McGraw Hill. Madrid. 298 p.

Bacigaluppo, S., J. Dardanelli, G. Gerster, A. Quijano, y M. Balzarini. 2006. Variaciones del rendimiento de soja en el sur de Santa Fe. Factores limitantes de clima y suelo. IPNI. Informaciones Agronómicas 32:12-15.

Cordone, G., F. Martínez, y R. Pagani. 2006. ¿Son

correctos los balances de las empresas agropecuarias y las cuentas nacionales? Agromercado, 254: 9-11.

Deaglio, M. 2004. Postglobal. Sello Debate, Editorial Sudamericana S.A., Buenos Aires.

Garizábal Carmona, C. 2004. Necesidad de la valoración económica de la calidad ambiental en el modelo actual de desarrollo sustentable. Monografías. Universidad Nacional de Colombia, Medellín. http://www.monografias.com/trabajos16/valoracion-calidad-ambiental/valoracion-calidad-ambiental.shtml

Gerster, G., A. Gargicevich, G. Cordone, y C. González. 2002. Factores edáficos y prácticas culturales asociados al rendimiento de soja. Actas Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. AACS. Puerto Madryn, 2002.

INTA. 2003. Documento sobre Sostenibilidad, diciembre 2003. Disponible on-line en: http://www.produccion-animal.com.ar/sustentabilidad/07-inta_y_sustentabilidad.pdf

Oliverio, G., y G.M. López. 2010. Argentina 2020. La Agricultura argentina al 2020. Informe para Fundación Producir Conservando. Septiembre 2010. Disponible on-line en: http://www.producirconservando.org.ar/documentos/argentina_2020_final.pdf

Sasal, M.C., Andriulo A.E., y M.A. Taboada. 2005. Soil porosity characteristics and water movement under zero tillage in silty soils in Argentinian Pampas. Soil Till. Res. Article in Press, Corrected Proof, available on line 22 March 2005.

Secretaría de Obras Públicas. 2011. (http://www.obraspublicas.gov.ar/). Acceso 29 de julio de 2011.

Trossero, M., G. Cordone, y L. Donnet. 2012. ¿Cuánto vale la pérdida de carbono orgánico del suelo? Actas XIX Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo-XXIII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. Mar del Plata, 16-20 abril de 2012.a

Cosecha de Soja en Santa Fe, Argentina.

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1 INTA EEA Paraná - Ruta 11, km 12.5 (3100) Paraná - Argentina. Correo electrónico: [email protected] Unidad Integrada Balcarce INTA FCA-UNMDP - Argentina3 IPNI Cono Sur

Productividad y eficiencia en el uso de agua y nitrógeno en sistemasintensificados

Octavio P. Caviglia1, R.H. Rizzalli2, N.V. Van Opstal1, P. Barbieri2, R.J.M. Melchiori1, A. Cerrudo2, V.C. Gregorutti1, J.P. Monzón2, P.A. Barbagelata1, J.J. Martínez2, F.O. García3, y F.H. Andrade2

Introducción

La creciente población mundial y los cambios en sus ingresos y hábitos alimenticios demandarán, en el corto plazo, importantes aumentos en la producción de granos y otros productos agrícolas. Gran parte de las demandas mundiales deberán satisfacerse con la producción agrícola de Sudamérica (OECD-FAO, 2009). Este desafío debe ser logrado preservando los recursos naturales y la calidad de vida de la población rural y urbana (Lobell et al., 2009). Los actuales sistemas agrícolas de varios países de Sudamérica están fuertemente basados en cultivos estivales, principalmente soja, realizados como únicos cultivos en el año y manejados con prácticas agronómicas orientadas a lograr la mayor rentabilidad posible sin considerar el impacto sobre el deterioro potencial de los recursos naturales involucrados, especialmente el suelo, y el impacto sobre otros ecosistemas (Caviglia y Andrade, 2010). La utilización de prácticas mejoradas de producción que combinan todo el conocimiento agronómico disponible orientado a incrementar la producción de un cultivo individual con un mínimo impacto ambiental ha sido definida como intensificación ecológica (Cassman, 1999).

Por otra parte, la intensificación sustentable de la secuencia de cultivos (Caviglia y Andrade, 2010), a través del incremento de la cantidad de cultivos por unidad de tiempo, ha sido propuesta como una alternativa que permite incrementar la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos del ambiente, principalmente agua y radiación solar. Ambos conceptos se complementan en la necesidad de una mayor producción y un mínimo impacto ambiental. El desafío de mayores rendimientos de los sistemas de producción requiere de la mayor eficiencia productiva de los recursos nitrógeno (N), agua y tierra, con el menor impacto posible sobre los recursos naturales suelo, atmósfera y aguas superficiales y subsuperficiales (Lobell, 2007).

Como respuesta a una iniciativa del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas (IPNI) (http://www.globalmaize.com/Home/), en el año 2009 se iniciaron dos experimentos de largo plazo en Balcarce (Buenos Aires) y Paraná (Entre Ríos) con el objetivo de comparar, en el largo plazo, el manejo actual de los productores con sistemas intensificados de manejo de suelos y cultivos. La evaluación de los sistemas está basada en la productividad de los recursos y en

indicadores de impacto ambiental. En este trabajo se presentan indicadores de productividad y eficiencia de uso del agua y del N obtenidos en los primeros dos años de ambos experimentos.

Materiales y métodos

Cada experimento contempla la realización de una secuencia fija de 3 cultivos (trigo/soja de segunda – maíz) en 2 años, en las EEA INTA Paraná (32° S, 60° W) y Balcarce (38° S, 58° W). Se presentan los resultados correspondientes a las campañas 2009-10 y 2010-11. En ambos experimentos se incluyeron las dos fases de la rotación en cada año, es decir que el cultivo de maíz o el doble cultivo trigo/soja de segunda se realizaron todos los años. El objetivo de los experimentos es evaluar dos niveles del factor manejo agronómico, que se diferencian en los criterios para la toma de decisiones de manejo de cada cultivo:

1. Manejo intensificado sustentable (MIS): las decisiones se toman en base a conocimientos previos tendientes a mejorar la eficiencia del sistema, incrementar los rendimientos y la sustentabilidad en el largo plazo.

2. Manejo actual del productor medio de la zona (MAP): se utiliza el nivel promedio de manejo del productor de cada zona, basado en la opinión de asesores expertos.

Los componentes de manejo aplicados en cada tratamiento (MAP y MIS) fueron diferentes en Paraná y Balcarce (Tabla 1). En el año 2009 se desfasó la fecha de siembra de maíz en el tratamiento MAP, tanto en Paraná como en Balcarce. Las diferencias entre niveles de manejo del cultivo de soja en Paraná estuvieron sólo en la elección del genotipo (adaptado a la fecha de siembra vs. cultivar de grupo de madurez más difundido). En Balcarce no se diferenciaron los manejos para soja.

En Paraná se incluyó en el experimento el factor de intensificación de la secuencia (ISI), con dos niveles: Alto y Medio. En el nivel Alto se incluye un cultivo de cobertura invernal leguminoso (Melilotus, vicia o arveja), con el objetivo de incorporar N por vía de la fijación biológica para reducir los aportes inorgánicos del nutriente (fertilizantes) en la secuencia. El cultivo de cobertura, se incluye en el periodo más largo entre cultivos, luego de la cosecha de la soja y previo a la siembra de maíz.

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Tabla 1. Componentes del manejo actual del productor medio de la zona (MAP) y del manejo intensificado sustentable (MIS) en Paraná y Balcarce.

Sitio Cultivo Componente de manejo MIS MAP

Balcarce

Trigo

Cultivar Alto potencial(cv. tipo Baguette)

Alta calidad(cv. tradicional)

Densidad (sem m-2) 400 360

Fósforo FDA* en línea a la siembra Reposición**

FDA en línea a la siembra 30% < que reposición

Nitrógeno Urea en macollajeDosis según análisis de suelo y rendimiento objetivo

Fungicida e Insecticida Según monitoreo No

Maíz

Cultivar Alto potencial y estabilidad, RG***, Bt RG

Densidad (sem m-2) 8 6.5

Dist. e/ Hileras (m) 0.525 0.7

Fósforo FDA en línea a la siembra Reposición

FDA en línea a la siembra 30% < que reposición

NitrógenoDosis según análisis de suelo y

rendimiento objetivo,UAN en V6

Dosis según análisis de suelo y rendimiento objetivoUrea a la siembra

Paraná

Trigo

Cultivar Alto potencial Más sembrado

Densidad (sem m-2) 400 350

Fósforo FDA en línea a la siembra Suficiencia

FDA en línea a la siembra Dosis fija (70 kg ha-1)

NitrógenoUrea en macollaje

Dosis según análisis de suelo (135-x****)

Urea en macollaje,Dosis fija

(80 kg ha-1)

Fungicida e Insecticida Si Si

Maíz

Cultivar Alto potencial, RG Costo medio de semilla, RG

Densidad (sem m-2) 8 6

Dist. e/ Hileras (m) 0.525 0.525

Fósforo FDA en línea a la siembra Suficiencia

FDA en línea a la siembra Dosis fija (120 kg ha-1)

NitrógenoUrea en V6

Dosis según análisis de suelo (150-x****)

Urea en V6Dosis fija

(120 kg ha-1)

* FDA = Fosfato diamónico; ** Reposición implica la aplicación de cantidades de P equivalentes a la extracción en grano de cada cultivo; *** RG = Resistente a glifosato; **** Dosis de N a aplicar descontando x, la cantidad de N-NO3 en el suelo (0-0.60 m).

El ISI (número de cultivos por año), es de 2 y 1.5 para los niveles Alto y Medio, respectivamente.

■ Alto (ISI = 2, trigo/soja-melilotus/maíz)

■ Medio (ISI = 1.5, trigo/soja-barbecho/maíz)

A madurez fisiológica de los cultivos se evaluó la biomasa aérea (MS) y el rendimiento en granos. Se estimó la evapotranspiración (ET) de los cultivos en base a mediciones de humedad del suelo y a la utilización de balances hídricos por simulación. Se

determinó la acumulación de N en la biomasa aérea y la concentración de N en los granos.

La eficiencia en el uso del agua (EUA) se estimó como el cociente entre el rendimiento en granos (EUAg) total o materia seca total (EUAMS) y la ET total de los cultivos. La eficiencia de captura de agua (ECA) se estimó como el cociente entre la ET total de los cultivos y las lluvias en el periodo evaluado, mientras que la productividad del agua (PA) se estimó como el producto de la EUA y la ECA (Caviglia et al., 2004).

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La productividad parcial de N (PPN) se estimó como el rendimiento total de los cultivos sobre la dosis total de N aplicado con los fertilizantes (Dobermann, 2007). La eficiencia fisiológica de uso del N (EUNFis) se calculó como el cociente entre el rendimiento total y la cantidad total de N acumulado en la biomasa aérea (NAbs). Se estimó un balance parcial de N (BPN) como el cociente entre el N total aplicado con los fertilizantes y el N exportado en los granos (NExp) (Dobermann, 2007).

Los índices de productividad y eficiencia en el uso del N y del agua fueron determinados para la rotación completa (2 años de duración). Se calculó el promedio de los índices obtenidos para cada una de las dos fases y se realizó un análisis de la variancia y test de comparación de medias dentro de cada sitio.

Resultados y discusón

Rendimiento en granos y en materia seca

El rendimiento total en granos fue mayor (P<0.0001) con el MIS que con el MAP en ambos sitios (Figura 1). En Balcarce, el rendimiento total en granos fue un 18% y 29% mayor que en Paraná, en los tratamientos MIS y MAP, respectivamente. La contribución de cada cultivo al rendimiento total tuvo marcadas diferencias entre sitios y entre tratamientos. La contribución del maíz en el tratamiento de MAP en Paraná fue del 43%, mientras que en el resto de las situaciones estuvo en el 61-63% (Figura 2). En consecuencia, la contribución de la soja y del trigo fue más importante en el tratamiento de MAP en Paraná que en el resto de las situaciones.

El rendimiento de la soja fue muy poco afectado por los tratamientos (<11% de diferencia), así como el rendimiento del trigo en Paraná. El mayor efecto de los tratamientos se evidenció en el cultivo de maíz y en el cultivo de trigo en Balcarce (>20% de diferencia).

La producción de MS también fue significativamente afectada por los tratamientos de manejo en ambos sitios, aunque el impacto de los mismos fue menor que para el rendimiento en granos. La acumulación de MS fue de 35 277 y 33 019 kg ha-1 en Paraná, y de 36 574 y 32 772 kg ha-1 en Balcarce para los tratamientos MIS y MAP, respectivamente.

Uso del agua

La productividad del agua para granos (PAg) se incrementó significativamente (P<0.0001) en el tratamiento de MIS en comparación con el de MAP (Tabla 2), en mayor medida en Paraná (30%) que en Balcarce (19%). Un comportamiento similar se registró para la productividad del agua para materia seca (PAMS), aunque con menor impacto de los tratamientos.

Los valores de PAg obtenidos en el tratamiento de MIS son muy elevados comparados con los 3-4 kg ha-1 mm-1

actualmente obtenidos en la Argentina (estimado en base a estadísticas MAGyP, 2011), reflejando la potencialidad de la aplicación de estas estrategias de manejo para incrementar la eficiencia de los sistemas. Aunque la PAg de los tratamientos de MAP también fue superior a los valores medios del país, esto es atribuible a la composición de cultivos de este experimento (trigo/soja-maíz) en relación a la composición de la superficie cultivada a nivel nacional con alrededor del 60% de soja en su composición (estimado en base a estadísticas MAGyP, 2011).

Las mayores PAg y PAMS en los tratamientos de MIS estuvieron solamente asociadas con las mejoras en la EUAg y EUAMS, ya que no se registraron cambios en la ECA por efecto de los tratamientos de manejo. La mayor PA en Balcarce que en Paraná estuvo asociada con mayores ECA y EUA, tanto para grano como para materia seca. A su vez, la mayor EUA en Balcarce puede atribuirse al menor déficit de presión de vapor del sitio, tal como ha sido documentado previamente (Abbate et

Figura 1. Rendimiento de trigo, soja de segunda y maíz en tratamientos MAP y MIS en EEA Balcarce y EEA Paraná. Datos promedio de las campañas agrícolas 2009/10 y 2010/11. Rendimientos expresados a 0% de humedad en el grano. Para cada variable letras distintas indican diferencias significativas entre manejos, dentro de cada sitio, según test de Tukey (α=0.05).

Figura 2. Contribución porcentual de cada cultivo a la producción total en grano en Paraná y Balcarce.

Pro

ducc

ión

de g

rano

s, k

g ha

-1

0MIS MAP

Paraná

MIS MAP

Balcarce

16 000

12 000

8000

4000

20 000

8979 a 9053 b

1941 a

3635 b

10934 a

1822 a

4621 a

4918 b

2735 a

3720 a

2467 b

3333 b

Soja 2daMaíz Trigo

Con

tribu

ción

de

cada

cul

tivo,

%

0

10

20

30

40

50

60

MAP MIS

Paraná

MAP MIS

Balcarce

70Soja MaízTrigo

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al., 2004). La mayor ECA en Balcarce que en Paraná estaría asociada con la menor cantidad de precipitaciones registradas en Balcarce (21% menos) en los dos años de la experiencia aquí documentada.

La intensificación de la secuencia en Paraná, incluyendo un cultivo de cobertura leguminoso invernal previo al maíz, mejoró significativamente la ECA pero no la EUAg, resultando en cambios poco importantes, pero significativos, en la PAg (Tabla 3).

Los resultados obtenidos sugieren que mediante el MIS serían esperables pocas mejoras de la PA por incrementos en la ECA y mejoras muy importantes en la EUA, mientras que la intensificación de la secuencia, i.e. incrementando la cantidad de cultivos por unidad de tiempo, lleva a mejoras importantes principalmente en la ECA. Así, combinando ambas estrategias de intensificación se pueden lograr mejoras en la PA, mejorando el componente de eficiencia de uso a través del MIS y el componente de eficiencia de captura a través de la intensificación de la secuencia.

Uso del Nitrógeno

El N total acumulado (NAbs) por los cultivos fue similar entre tratamientos de manejo en Paraná y mayor en el MIS en Balcarce (Tabla 4). La cantidad total del NAbs fue mucho mayor en Paraná en comparación con Balcarce, lo que es atribuible a la mayor contribución de la soja al rendimiento total (Figura 1). La misma causa explica la mayor cantidad de N exportado (NExp) en los granos en Paraná, la que no difirió entre tratamientos de manejo en ambos sitios (Tabla 4). Como era esperable la PPN fue mayor en los tratamientos de MAP que en los de MIS, debido a que las dosis aplicadas en este último fueron mayores en relación al incremento en los rendimientos logrados.

Sin embargo, la eficiencia fisiológica de uso del N (EUNFis), i.e. la habilidad de los cultivos de generar grano por unidad de NAbs, fue remarcablemente mejorada por los tratamiento de MIS en relación a los de MAP (11% en Balcarce, 30% en Paraná) (Tabla 4). La mayor EUNFis en Balcarce que en Paraná, se debería a la mayor contribución de maíz al rendimiento total, cultivo que tiene una alta eficiencia para transformar el NAbs en grano y materia seca (Sinclair y Horie, 1989).

Asimismo, el BPN fue mejorado por el MIS en un 35% y 51% en Balcarce y Paraná, respectivamente. Aunque en el MIS, el balance aparente se encuentra bastante alejado del óptimo de 1, debe tenerse en cuenta que no se consideró en este balance el aporte de N por fijación biológica de la soja.

Tabla 3. Productividad del agua para granos (PAg), eficiencia el uso del agua para granos (EUAg) y eficiencia de captura del agua (ECA) bajo diferentes manejos agronómicos (MIS y MAP), en el promedio de dos fases de rotación trigo/soja-maíz en Paraná (32° S; 60° W) durante las campañas agrícolas 2009/10 y 2010/11. Para cada variable letras distintas indican diferencias significativas entre menejos, dentro de cada sitio, según test de Tukey (α=0.05).

Tabla 2. Productividad del agua para granos (PAg), para materia seca (PAMS), eficiencia el uso del agua para granos (EUAg) y para materia seca (EUAMS) y eficiencia de captura del agua (ECA) en el promedio de dos fases de rotación trigo/soja-maíz en Paraná (32° S; 60° W) y Balcarce (38° S, 58° W) durante las campañas agrícolas 2009/10 y 2010/11. Para cada variable letras distintas indican diferencias significativas entre manejos, dentro de cada sitio, según test de Tukey (α=0.05).

Variable Unidades------ Paraná ----- ----- Balcarce -----

MIS MAP MIS MAP

PAg kg grano ha-1 mm-1 ..6.7 a 5.1 b ..9.9 a ..8.3 b

PAMS kg MS ha-1 mm-1 15.9 a 14.9 b 20.8 a 18.6 b

EUAg kg grano ha-1 mm-1 12.3 a .9.4 b 13.9 a 11.8 b

EUAMS kg MS ha-1 mm-1 27.4 a 25.3 b 29.4 a 26.5 b

ECA mmAbs mmPP-1 0.59 a 0.59 a 0.71 a 0.70 a

Variable UnidadesMIS MAP

------------------- (ISI = 1.5) -------------------

PAg kg ha-1 mm-1 6.2 a 5.6 b

EUAg kg ha-1 mm-1 11.2 a 10.6 a

ECA mmAbs mmPP-1 0.56 b 0.62 a

Tabla 4. Nitrógeno total absorbido por los cultivos (NAbs), productividad parcial del N (PPN), eficiencia fisiológica de uso del N (EUNFis), N exportado en los granos (NExp) y balance aparente de N en el promedio de dos fases de rotación trigo/soja-maíz en Paraná (32° S; 60° W) y Balcarce (38° S, 58° W) durante las campañas agrícolas 2009/10 y 2010/11. Para cada variable letras distintas indican diferencias significativas entre manejos, dentro de cada sitio, según test de Tukey (α=0.05).

Variable Unidades------ Paraná ----- ----- Balcarce -----

MIS MAP MIS MAP

NAbs kg ha-1 431 a 433 a 384 a 355 b

PPN kg grano kg Nfert-1 78 b 90 a 108 b 132 a

EUNFis kg grano kg NAbs-1 34.3 a 26.4 b 45.8 a 41.3 b

NExp kg N ha-1 311 a 312 a 311 a 287 a

BPN kg N ha-1 0.62 a 0.41 b 0.54 a 0.4 b

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Estos resultados demuestran que el MIS, combinando mejores prácticas de manejo, puede incrementar la eficiencia en el uso del N de manera considerable, mejorando los rendimientos, los aportes de residuos al suelo y el balance de N en el suelo. La mejora es atribuible principalmente a la utilización de genotipos más eficientes y al manejo ajustado de la nutrición de los cultivos, utilizando el conocimiento disponible en cada sitio.

Los resultados preliminares obtenidos en este trabajo son promisorios, ya que indican que la combinación de estrategias de manejo intensificado de los cultivos y de la secuencia pueden llevar a mejoras importantes en la eficiencia global de aprovechamiento de agua y N, lo que tendría su correlato en la reducción de la externalidades del sistema, ya que el N y el agua que no son aprovechados por el sistema agrícola intervienen en procesos degradativos del ambiente (Gregory et al., 2002).

Está previsto que la duración de esta experiencia sea, al menos, de 10 años y que se incorporen mediciones del impacto ambiental de cada uno de estos sistemas incluyendo la emisión de gases de efecto invernadero, impacto sobre el almacenaje de carbono y N en el suelo, y la pérdida de nutrientes y plaguicidas por lixiviación.

Conclusiones

■ En Balcarce y Paraná, el manejo intensificado sustentable (MIS) mejoró el rendimiento total en granos de sistema y el retorno de residuos de cosecha al suelo en comparación con el manejo del productor medio de la zona (MAP).

■ La PA fue mejorada por el MIS en comparación con el MAP, principalmente por incrementos importantes en la eficiencia en el uso del agua. La ECA fue mejorada en Paraná por la intensificación de la secuencia, pero dicho incremento no fue suficiente para mejorar la PA.

■ El MIS incrementó la EUNFis y el balance de N y redujo la PPN en comparación con el MAP.

Agradecimientos

A Andrea Irigoyen y Aida Della Maggiora de la UIB. A todos los participantes de la iniciativa de los sitios de Paraná y Balcarce. Este trabajo fue financiado por INTA, IPNI y FCA-UNMdP.

Bibliografía

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Gregory, P.J., J.S.I. Ingram, R. Andersson, R.A. Betts, V. Brovkin, T.N. Chase, P.R. Grace, A.J. Gray, N. Hamilton, T.B. Hardy, S. Howden, A. Jenkins, M. Meybeck, M. Olsson, I. Ortiz-Monasterio, C.A. Palm, T.W. Payn, M. Rummukainen, R.E. Schulze, M. Thiem, C. Valentin, y M.J. Wilkinson. 2002. Environmental consequences of alternative practices for intensifying crop production. Agriculture, Ecosystem and Environment, 88:279-290.

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Sinclair, T.R., y T. Horie. 1989. Leaf nitrogen, photosynthesis and crop radiation use efficiency: A review. Crop Science, 29:90-98. a

Grupo de investigadores visitando el ensayo de sistemas intensificados de Balcarce en Abril 2012.

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Introducción

La región central de la provincia de Santa Fe (Argentina), al igual que el resto de la región pampeana argentina, se caracteriza desde hace varias décadas por sistemas agrícolas continuos y bajo siembra directa, con incrementos importantes de rendimiento (MAGyP, 2012). En este sentido, contribuyeron los avances genéticos (Nisi et al., 2004; Santos et al., 2006), la tecnología de la fertilización (Salvagiotti y Miralles, 2008; Vivas et al., 2011), y el manejo de los cultivos (Caviglia et al., 2004; Villar y Cencig, 2008), entre otros. En este contexto, el trigo y la soja siempre formaron parte de las rotaciones agrícolas y constituyen una de las cosechas más demandantes en nutrientes, particularmente cuando integran el doble cultivo.

A medida que los ensayos experimentales específicos fueron constatando los beneficios productivos de los nutrientes en las cosechas, los productores y profesionales fueron y aún continúan siendo informados y convocados a observar los resultados a campo. El énfasis en la fertilización por parte de los profesionales e instituciones es constante, pero el proceso de adopción implica más tiempo, permaneciendo todavía, sujeto en gran parte, a las variaciones de los precios en los insumos, productos y de los mercados.

Se sostiene que la fertilización sin restricciones de agua en el suelo, no solo puede aumentar la producción de una determinada cosecha, sino también que las sucesivas aplicaciones en el tiempo, podría promover la población microbiana general y una progresiva construcción de “fertilidad”. Este concepto se refiere a la habilidad relativa del suelo de suministrar tanto agua como nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas (SSSA, 1997). Zhong y Cai (2007), en un ensayo de larga duración, señalaron al fósforo (P) y al nitrógeno (N) como promotores de la biomasa microbiana y su funcionalidad, permitiendo aumentar los rendimientos y la acumulación del carbono por la descomposición radicular y las rizodeposiciones. Los mismos autores, señalaron que los nutrientes mencionados no tuvieron un efecto directo sobre los parámetros biológicos sino indirectos, a través del carbono orgánico del suelo, que posteriormente podría implicar un aumento de la materia orgánica (MO).

El objetivo del presente trabajo fue determinar los efectos de manejos diferenciales de N, P y azufre (S) durante 10 años sobre la producción del doble cultivo trigo/soja de 2da, y evaluar las modificaciones de algunas propiedades químicas del suelo generadas por las alternativas de fertilización.

Materiales y métodos

La experiencia se llevó a cabo en la Unidad Demostrativa Agrícola propiedad de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Bernardo de Irigoyen en conjunto con la Agencia de Extensión Rural Gálvez y el Área de Investigación en Agronomía del INTA Rafaela (Santa Fe, Argentina). Durante 10 años (2000-2009) se evaluaron seis tratamientos de fertilización con N, P y S en parcelas de 80 m de largo por 12.60 m de ancho, sin repeticiones, sobre un suelo Argiudol típico de la serie Clason franco limosa. La secuencia de cultivos fue el doble cultivo trigo/soja de 2da. Luego de 10 años se evaluó la producción acumulada de los 10 años (2000-2009), y se realizó un muestreo de suelo (0-5 cm y 0-20 cm) en cada franja para la determinación de P extractable (Bray I), MO y pH. En la campaña 2010-11, el trigo y la soja fueron manejadas con una fertilización única y uniforme en todas las parcelas para determinar los efectos residuales de las alternativas de fertilización seguidas entre 2000 y 2009.

Al inicio de la experiencia, en el año 2000, las determinaciones de suelo (0-20 cm) para el área de trabajo fueron: MO 2.54%; P Bray 9.7 ppm y pH 6.0. Las variantes de fertilización establecidas durante 10 años (2000-2009), siempre sobre las mismas parcelas, se describen en la Tabla 1.

Alternativas de fertilización del doble cultivo trigo/soja.Efectos sobre la productividad y algunas propiedades del suelo

Hugo Vivas1, Ricardo Albrecht1, Luciano Martins1 y José L. Hotián2

1 INTA EEA Rafaela, Rafaela, Ruta 34, km 227 - CC 22 - 2300 Rafaela, Santa Fe, Argentina.2 Coopertiva Agrícola Bernardo de Irigoyen. Juan XXIII No. 128. (2248) Bernardo de Irigoyen, Santa Fe, Argentina. Correo electrónico:

[email protected]

Tabla 1. Dosis de nutrientes aplicados en trigo/soja durante 10 años consecutivos (2000-2009). Bernardo de Irigoyen, Santa Fe.

TratamientoN P S

------------------------------- kg ha-1 -------------------------------

Testigo (T) 0 0 0

P 0 15 0

N 63 0 0

NP 63 15 0

NS 63 0 20

NPS 63 15 20

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Los trabajos de siembra y fertilización fueron hechos con maquinaria comercial y la cosecha con trilladora de parcelas. Las fuentes de nutrientes utilizadas fueron: urea (46-0-0) en el caso de N, superfosfato triple de calcio (0-20-0) para P, y sulfato de amonio (21-0-0-24S) como fuente azufrada.

En el año 2010, toda la superficie del ensayo se fertilizó uniformemente al momento de la siembra de la gramínea con una mezcla de 87 kg ha-1 de N, 21 kg ha-1 de P y 13 kg ha-1 de S. El trigo, variedad Klein Gavilán, se sembró el 23-06-2010 y se cosechó el 06-12-2010. La soja de 2da, variedad RA 633, fue sembrada el 21-12-2010 y cosechada el 19-05-2011. Previo a la cosecha del trigo 2010 y de la soja de 2da en 2011 se volvieron a marcar las franjas originales y se evaluaron los rendimientos mecánicamente con trilladora de parcelas mediante muestreos compuestos en cada franja o tratamiento.

Las condiciones hídricas de la campaña 2010-11 fueron muy favorables para el crecimiento y desarrollo del trigo y no tanto para la soja (Figura 1). Para trigo se observó que las precipitaciones de febrero, marzo, abril y mayo permitieron un buen abastecimiento de

agua con eventos muy oportunos durante septiembre y octubre. No se detectaron enfermedades fúngicas y se registraron rendimientos máximos para la zona. En cambio sobre la soja de 2da , previo a la siembra y posterior a ella, hubieron periodos de sequía seguidos de abundantes precipitaciones que favorecieron el desarrollo de los hongos Macrophomina phaseolina (Tassi) Goid y Rhizoctonia solani Kühn, con incidencia negativa sobre el llenado del grano y la actividad foliar.

Resultados

Respuesta productiva

La producción acumulada del trigo y la soja de 2da en los primeros 10 años se puede apreciar en la Figura 2. El total acumulado de grano (trigo + soja) para cada uno de los tratamientos (T, P, N, NP, NS y NPS) fue de 38 371, 41 265, 37 945, 44 607, 48 266 y 54 748 kg ha-1, respectivamente.

A través de las sucesivas franjas fertilizadas, el trigo fue aumentando los rendimientos acumulados pero comenzó a sobresalir con la fertilización NP o NS y fue más notable en el tratamiento NPS. Se observaron

pocas diferencias entre NP y NS destacando un efecto aditivo e independiente de P y S. Sin duda la combinación NPS fue la superior. Con soja de 2da, los mayores incrementos en rendimiento sobre el Testigo, se observaron con P, NS o NPS pero las diferencias fueron menos notables que con trigo, posiblemente, entre otras causas, por ser una cosecha muy dependiente de las precipitaciones de estación (Lehrsch et al., 1994), de las variedades y su grupo de maduración y de las enfermedades propias del cultivo.

Del total de grano acumulado en 10 años, al trigo le correspondió el 51.5% y a la soja de 2da el 48.5%. Otro dato comparativo que surge de la Figura 2 es que para el trigo la diferencia acumulada por fertilización de NPS vs T fue 14 084 kg ha-1, mientras que para soja significó solo 2293 kg ha-1 de grano (NPS vs T). De la información surge que en la rotación l trigo/soja de 2da, el mayor beneficio es esperable en el trigo y el menor en soja. Las necesidades de fertilización deberían ser optimizadas para trigo y esperar efectos residuales en la soja de 2da.

Respecto del doble cultivo trigo/soja de 2da 2010-11, utilizado como “tester”, las óptimas condiciones meteorológicas y sanitarias de la campaña del trigo 2010 permitieron la expresión de altos rendimientos del

Figura 2. Producción acumulada de trigo y soja de 2da en 10 años de cosecha (2000-2009) sobre las diferentes franjas de fertilización. Bernardo de Irigoyen, Santa Fe.

T P N NP NS NPS

40 000

30 000

20 000

25 000

15 000

5000

10 000

0

Prod

ucció

n ac

umul

ada,

kg

ha-1

35 000

Soja 2daTrigo

17 8

57 20 5

14

18 6

38 22 6

27

18 9

6618

979

24 1

9320

414 25

003

23 2

63

31 9

4122

807

Figura 1. Distribución de las precipitaciones durante el ciclo del trigo y la soja de 2da. Campaña 2010-11. Bernardo de Irigoyen, Santa Fe.

Mar Ab

r

May Jun Jul

Oct

Nov

Dic

Mar Ab

r

MayFeb

Ene

Ago

Sep

Feb

300

250

200

71

7867

7 10 8.5

5033 29

88

134121

131140

88

268

150

50

100

0

Prec

ipita

cione

s, m

m

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cultivo. A pesar que el trigo tuvo una fertilización única y uniforme con dosis de N, P y S elevadas para la zona, los rendimientos fueron diferentes entre las franjas de fertilización observándose importantes y elevados efectos residuales (Figura 3).

La franja testigo T alcanzó una producción de 3610 kg ha-1 señalando las óptimas condiciones ambientales de la campaña. En contraste, la franja con fertilización balanceada NPS durante 10 años previos, permitió alcanzar un rendimiento de 4278 kg ha-1 : + 82 kg ha-1 respecto de la que no recibió P, + 533 kg ha-1 comparada con la que no recibió S, + 581 kg ha-1 respecto de la que no recibió P ni S, + 685 kg ha-1 comparada con la que no recibió N ni S, y + 668 kg ha-1 respecto de la franja que no recibió fertilización alguna, durante el mismo periodo. Esta comparación remarca la relevancia del manejo de la nutrición azufrada sobre el rendimiento de trigo en la secuencia trigo/soja de segunda. La baja respuesta “residual” a P posiblemente se debe a la buena provisión de azufre que en varios estudios y cultivos manifestó independencia del P y fue capaz por si mismo de aumentar los rendimientos, aún cuando el P extractable del suelo fue muy bajo (Vivas et al., 2010).

La producción del cultivo de soja de 2da en la campaña 2010-11 se puede observar en la Figura 4. Luego que el trigo alcanzó el estado fenológico de grano lechoso avanzado (Zadoks 77), las lluvias comenzaron a ser escasas (fines de octubre, noviembre y diciembre), por lo tanto la soja de 2da recién implantada dispuso de escasa humedad en el suelo provocando un establecimiento desuniforme del cultivo que posiblemente afectó la expresión del rendimiento en las franjas con mayor fertilidad. A partir del primer decanato de enero y hasta mediados de febrero de 2011 las lluvias fueron normales. Posteriormente sucedieron 17 días sin precipitaciones con el cultivo en R3-R4 donde comenzó a tener estrés hídrico manifestándose por rodeos enfermedades como Macrophomina phaseolina (Tassi) Goid y Rhizoctonia solani Kühn. A pesar de todo se alcanzó un promedio de 2036 kg ha-1. Los rendimientos fueron menores en los tratamientos P y NP, indicando la deficiencia de S del sistema. Los tratamientos T y N alcanzaron rendimientos similares a los tratamientos con S (NS y NPS), probablemente porque la extracción acumulada de S en los 10 años previos fue menor.

En las Figuras 5, 6 y 7 se muestran los valores de P Bray, MO y pH a la siembra del trigo 2010-11, posterior a las 10 cosechas trigo/soja de 2da. En todas las franjas donde se fertilizó con P, los valores P Bray de 0-20 cm superaron los 23 ppm y de 0-5 cm fueron superiores a 45 ppm. Evidentemente, la franja P alcanzó valores elevados de P Bray debido a la fertilización anual y la baja producción relativa de trigo y soja de 2da en los 10 años de evaluación y por la falta de los nutrientes complementarios N y S.

Se observó un aumento gradual del porcentaje de MO con las combinaciones de nutrientes NPS y los mayores rendimientos de trigo/soja entre 2000 y 2009 (Figura 6). Para la profundidad de 0-20 cm, la MO varió de 2.5% en el tratamiento T hasta 2.9% en el tratamiento NPS. Para 0-5 cm, la tendencia fue más pronunciada variando de 3.1% en T hasta 4.5% en NPS. En ambas profundidades, el mayor contenido de MO presenta efectos positivos sobre las propiedades químicas, físicas y biológicas del suelo, sirviendo como reservorio para N, P y S y fuente energética para los microorganismos (Stevenson, 1986). Para la experiencia que se discute, las franjas con valores superiores de MO se observaron en los tratamientos de mayores rendimientos, probablemente a partir de diferencias en el aporte de carbono a través una mayor producción de materia seca.

T P N NP NS NPS

2250

2500

1750

2000

1250

1500

1000

250

500

750

0

Rend

imie

nto

de s

oja

de 2

da, k

g ha

-1

2141

1937 20

68

1863

2107

2100

Figura 4. Rendimiento de soja de 2da sobre las diferentes franjas de fertilización 2000-09. Bernardo de Irigoyen, Campaña 2010-11.

T P N NP NS NPS

4000

4500

5000

3500

2500

3000

2000

500

1000

1500

0

Rend

imie

nto

de tr

igo,

kg

ha-1

3610

3593 3697

3745

4196 4278

Figura 3. Rendimiento de trigo 2010-11 sobre las diferentes franjas de fertilización 2000-09. Bernardo de Irigoyen, Campaña 2010-11.

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En todas las profundidades se observó una tendencia decreciente en el pH, más pronunciada a 0-5 cm que a 0-20 cm (Figura 7). A 0-20 cm de profundidad, la variación fue de 6.2 (T) a 5.8 (NPS), un rango muy frecuente en los actuales sistemas agrícolas. Por el contrario, a 0-5 cm, los valores para T fueron de 6.05 y para NPS de 5.35, pasando por NS con 5.4, registros considerados no deseables (Bohn et al., 1979). La mayor acidez superficial en NS y NPS, podría atribuirse tanto a la fertilización nitrogenada y azufrada como a la mayor extracción de bases (calcio y magnesio) y la mayor cantidad de MO (Figura 6) para esos tratamientos. A pesar de las diferencias entre las capas de suelo, para el espesor diagnóstico común (0-20 cm), no se registraron valores de pH considerados problemas, todos fueron iguales o superiores a 5.8.

Consideraciones finales

■ La producción acumulada de trigo/soja en 10 años de evaluación mostró los mayores rendimientos de trigo con el tratamiento NPS. En soja de 2da, los rendimientos más altos se lograron en los tratamientos con S.

■ Las franjas de fertilización de las 10 campañas previas generaron condiciones nutricionales residuales que contribuyeron a lograr incrementos en los rendimientos de trigo en el año 2010, destacándose la residualidad del S.

■ La MO tuvo una tendencia creciente en los tratamientos de fertilización NPS y se asoció con las franjas más productivas de trigo.

■ El pH mostró una tendencia decreciente en los tratamientos con fertilización NPS. Si bien los niveles actuales aun se ubican en valores aceptables, se debería continuar monitoreando la evolución de la acidez del suelo.

■ La fertilización combinada NPS durante 10 años, además de potenciar los rendimientos de trigo en 2010, permitió mejoras en la fertilidad del suelo, reflejadas en los valores de P y MO.

Agradecimientos

Se desea agradecer el análisis de las muestras de suelos al Laboratorio de la EEA INTA Rafaela en las personas de Susana Hoffman y Mara Boglione.

T P N NP NS NPS

55

35

40

45

50

25

30

20

5

10

15

0

P Br

ay I,

mg

kg-1

96

46

29

4 3

47

29

12

9

23

45

0-20 cm0-5 cm

Figura 5. Fósforo extractable (P Bray I) en las diferentes franjas de fertilización luego de 10 años de tratamientos, a dos profundidades (0-5 cm y 0-20 cm) y previo a la siembra del trigo 2010. Bernardo de Irigoyen, Campaña 2010-11.

T P N NP NS NPS

5

3

4

2

1

0

Cont

enid

o de

MO

, % 3.1

2.5

3.3

2.4

3.0

2.4

3.7

2.5

4.0

2.6

4.5

2.9

0-20 cm0-5 cm

Figura 6. Materia orgánica (MO), previo a la siembra del trigo 2010, a dos profundidades (0-5 cm y 0-20 cm) en las diferentes franjas de fertilización luego de 10 años de tratamientos. Bernardo de Irigoyen, Campaña 2010-11.

T P N NP NS NPS

6.4

5.8

6.0

6.2

5.6

5.4

5.0

5.2

4.8

pH

6.0

6.0

5.8 5.

9

5.8

6.0

5.8

5.4

5.8

5.35

6.05

6.2 0-20 cm0-5 cm

Figura 7. Acidez del suelo (pH) a dos profundidades (0-5 cm y 0-20 cm) en las diferentes franjas de fertilización luego de 10 años de tratamientos y previo a la siembra del trigo 2010. Bernardo de Irigoyen, Campaña 2010-11.

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El autor del articulo, Ing. Agr. M. Sc. Hugo Vivas, en las parcelas de soja del ensayo de alternativas de fertilizacion.

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Introducción

Los elementos que se encuentran en el sistema suelo-planta pueden ser: i) Esenciales: sin ellos la planta no vive; ii) Benéficos: con ellos aumenta el crecimiento y la producción en situaciones particulares o la tolerancia a condiciones desfavorables del medio (clima, plagas, enfermedades, compuestos tóxicos del suelo, del agua o del aire), pero la planta puede vivir sin ellos (i.e. Na, V).; y iii) Tóxicos: con ellos disminuye su crecimiento y producción, pudiendo llegar a provocar la muerte (por ej. Al, Pb, Cr, Cd, Hg). Cabe aclarar que todo elemento es potencialmente tóxico en altas concentraciones. Los elementos categorizados como tóxicos, lo son inclusive a muy bajos tenores (Malavolta et al., 1997).

Un elemento es considerado esencial cuando cumple con uno o con los dos criterios de esencialidad establecidos por Arnon y Stout (1939): i) Directo: el elemento participa de algún compuesto vital o de alguna reacción crucial para la vida de la planta; y ii) Indirecto: en ausencia del elemento la planta no completa su ciclo de vida, muestra síntomas de carencia y muere, ya que no puede ser sustituido por ningún otro elemento. En general, cada uno de los elementos esenciales confirma los dos criterios de esencialidad (Malavolta, 1994; Malavolta et al., 1997).

Hace medio siglo atrás (1954) se conocían los siguientes nutrientes esenciales: carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O), nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg), azufre (S), boro (B), cloro (Cl), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso (Mn), molibdeno (Mo) y zinc (Zn). Cobalto (Co), níquel (Ni), y selenio (Se) se han sumado a la lista recientemente. Por otra parte, hay indicios de que el silicio (Si) podría entrar en la lista de los micronutrientes, aunque sería más pertinente considerarlo como benéfico o cuasi-esencial (Epstein, 1999). El sodio (Na), como regla general, es considerado como benéfico, no obstante es esencial para algunas especies halófitas y posiblemente para plantas de metabolismo C4 (Tabla 1).

Los elementos esenciales se encuentran en distintas concentraciones en la materia seca, las cuales se reflejan en las cantidades exigidas, contenidas o agregadas de ellos. De acuerdo con esto, se los ha dividido en macronutrientes (N, P, K, Ca, Mg y S) y micronutrientes (B, Cl, Cu, Mn, Fe, Zn, Co, Mo, Ni y Se). Así, un cultivo de soja que produce 3000 kg de granos y un peso de materia seca total de 8000 kg ha-1, metaboliza 3500 kg de C, 450 kg de H, 3300 kg de O2, 600 kg de macronutrientes y 13 kg de micronutrientes (Malavolta et al., 1997).

Funciones de los nuevos micronutrientes

Al igual que otros nutrientes esenciales, esta serie de elementos más recientemente descrita, ejerce funciones específicas en la vida de las plantas (Tabla 2).

Cobalto (Co)

El Co era un elemento ampliamente reconocido como beneficioso y aplicado en agricultura en diversos cultivos, junto con el Mo. El Co es esencial para fijadores libres y simbióticos en el proceso de fijación biológica de N atmosférico. En la vida de las plantas superiores es considerado un nutrimento porque interviene en el metabolismo de los carbohidratos y de las proteínas por su participación en diversos sistemas enzimáticos (Malavolta et al., 1997, USDA 2001, FAO 2005). El Co es absorbido como Co2+ y es transportado por el flujo transpiratorio, por lo cual tiende a acumularse en los márgenes y puntas de las hojas. Cuando se absorbe vía foliar, es prácticamente inmóvil y tiende a formar quelatos de igual forma que sucede con Cu, Fe, Mn y Zn.

El tenor en la materia seca vegetal está normalmente entre 0.02 y 0.05 mg kg-1 (ppm). Algunas especies acumulan Co, sin manifestar toxicidad, hasta valores centenas de veces mayores: i.e. Niza sylvatica presenta hasta 1000 mg kg-1, Crotalaria cobalticola tiene entre

Los más recientes micronutrientes vegetalesAdriana Elina Ortega1 y Eurípedes Malavolta2

1 INTA EEA Salta, CC 228 - 4400 Salta, Argentina. Correo electrónico: [email protected] CENA, Piracicaba, Brasil

Elemento Referencia

Fe Sachs, 1860

Mn McHague, 1922

B Warington, 1923

Zn Sommer y Lipman, 1926

Cu Lipman y MacKinney, 1931

Mo Arnon y Scout, 1938

Cl Broyer et al., 1954

Co Delwiche et al., 1961

Ni Eskew et al., 1983

Se Wen y Chen, 1988

Na* Brownell, 1965

Si** Epstein, 1999

* Esencial para especies halófitas y, posiblemente, de metabolismo C4.** Benéfico o cuasi-esencial.

Tabla 1. Descubrimiento de la esencialidad de los micronutrientes en plantas superiores (Brownell, 1965; Delwiche et al., 1961; Epstein, 1999; Eskew et al., 1983; Marschner, 1986; Wen y Chen, 1988).

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500 y 800 mg kg-1. Tales plantas pueden servir como indicadoras de la presencia de minerales ricos en Co.

En el caso de los cultivos de leguminosas que forman nódulos con bacterias de los géneros Rhizobium o Bradyrhizobium, se lo aplica en dosis muy pequeñas del orden de g ha-1, principalmente junto con la inoculación de las semillas y/o en aspersiones foliares. En algunos lugares de Brasil, es posible que la respuesta a la aplicación de P se relacione a la presencia de Co y Mo como contaminantes de los fertilizantes fosfatados (Tabla 8). Experiencias en el cultivo de poroto (Phaseolus vulgaris), observaron respuestas en rendimiento similares agregando P, a razón de 200 kg P2O5 ha-1 como superfosfato simple (SPS; 0-23-0), ó agregando Co+Mo a razón 0.25g + 13 g ha-1: Testigo 583 kg ha-1, con P 1526 kg ha-1, y aplicando Co + Mo 1532 kg ha-1 (Malavolta, 1994).

Por otra parte, se ha estudiado que la aplicación foliar de una solución que contiene 1000 mg l-1 de sulfato de Co antes de la diferenciación de los botones florales del mango, reduce la malformación de flores entre 84 y 94%. También, los sulfatos de Cd y de Ni tienen efecto semejante pero menos acentuado. La mal formación floral es caracterizada por la deformación de las panículas, supresión de la dominancia apical, acortamiento de los ejes primarios y secundarios y preponderancia de flores grandes y estaminadas. El

tratamiento aumenta el tamaño y el peso de los frutos y la producción. En concentraciones muy bajas aumenta la duración de las rosas cortadas, reduciendo la formación de etileno que acelera la senescencia (Malavolta et al., 1997).

Níquel (Ni)

El Ni fue considerado comúnmente un elemento tóxico para las plantas superiores. Sin embargo, estimula la germinación y el crecimiento de varios cultivos, además de ser esencial para un gran número de bacterias, como componente metálico de las enzimas ureasa y de muchas hidrogenasas. Las aplicaciones foliares con sales de Ni son muy efectivas para combatir la roya de los cereales por su toxicidad para el patógeno y por la resistencia que otorga en el hospedero (Malavolta y Moraes, 2005). Actualmente, existe evidencia que el Ni sostiene la función de la enzima ureasa (cataliza la hidrólisis de la urea) de plantas superiores, y es requerido por leguminosas (Eskew et al., 1983; 1984) y no leguminosas (Brown et al., 1987; Hernández Gil, 2002). El Co puede remplazarlo en la ureasa de las hojas de pepino pero con una menor actividad específica. Por lo expresado anteriormente, Marschner (1995) considera al Ni un elemento esencial para las plantas superiores. Es absorbido como Ni++, y es transportado por el xilema como complejos o quelatos orgánicos

Elemento Función estructural Función enzimática Función metabólica Efectos

Co

Vitamina B12 y derivados importantes en la síntesis de la

Leghemoglobina

Deshidratasas Mutasas

Fosforilasas Transferasas

FBN Regulación hormonal

(ABA, Etileno) Metabolismo de carbohidratos y

proteínas Síntesis de clorofila

Favorece la FBNMayor formación de raíces

Ni - Ureasa Metabolismo del N Hidrólisis de la ureaFavorece el crecimiento

Se ARN mensajero Actividadhidrogenasa

Síntesis proteicaFBN

Favorece el crecimientoy la fructificación

Si Pared celular(SiO2 hidratada) - Síntesis de lignina

Disminuye la toxicidadpor Mn, Fe y Al.

Aumenta la resistencia a enfermedades.

Aumento de rendimiento y calidad

Na - -

Control hormonal(Citoquininas)

Síntesis de clorofila(en plantas C4)

Sustituye en parte al K(propiedades osmóticas)

Expansión celular Favorece la fotosíntesis

y el balance de agua. Aumento de

rendimiento y calidad

FBN: Fijación biológica del nitrógeno.

Tabla 2. Funciones y procesos en los que actúan los elementos Co, Ni, Se, Na, y Si, y su participación en la producción de cultivos (Ferreira et al., 2001; Malavolta, 1994; Malavolta et al., 1997; Marschner, 1986; Mengel y Kirkby, 2000; UC SAREP, 2003).

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aniónicos. Presenta una capacidad intermedia de redistribución en la planta; en el suelo su movilidad es media en condiciones de oxidación, elevada en ambiente ácido y muy baja en ambiente neutro a alcalino y reductor (Malavolta et al., 1997).

Fue descubierto recientemente que el síntoma de “oreja de ratón” del pecan se debía a la deficiencia de Ni. Su concentración en la hojas con carencia era de 0.4 - 0.5 mg Ni kg-1 (suelos con 0.4-1.4 kg Ni ha-1) y en hojas tratadas con ausencia de síntomas, de 7–26 mg Ni kg-1. Las deficiencias de Ni se revierten con 1-2 pulverizaciones foliares en primavera con fertilizantes (10-100 mg Ni l-1 + urea + surfactante) o con extracto acuoso de Alyssum murale, un hiperacumulador (Wood et al., 2004 a, b, c; Wood et al., 2006).

De un modo general, el tenor de Ni adecuado es de 1.5 mg kg-1. Los tenores generalmente encontrados están entre 0.05-5 mg kg-1, encontrándose las mayores concentraciones en flores y frutos. Los síntomas de toxicidad aparecen cuando están entre 25-50 mg kg-1 del peso seco en las plantas. Sin embargo, la vegetación nativa de suelos de serpentina (con altos contenidos de silicatos de Mg) acumula cantidades muy grandes de Ni, llegando a valores de 19 000 mg kg-1 (Malavolta et al., 1997; Malavolta y Moraes, 2005).

Selenio (Se)

El Se posee un efecto estimulante en bajas concentraciones, sustituye al S de la ferredoxina de algunas plantas y es necesario para la actividad de la nitrato reductasa de Escherichia coli. El Se fue encontrado en el ARN mensajero de muchas especies vegetales, lo que indica su participación en la síntesis de proteínas y lo convierte en esencial para plantas superiores (Wen et al., 1988). A partir de este trabajo, Malavolta (1994) lo considera un nutrimento vegetal. El Se ingresa al vegetal como seleniato (SeO4

-2) o selenito (SeO-2). Las propiedades químicas del Se son muy parecidas a las del S. El seleniato y el sulfato compiten por los mismos sitios de absorción en las raíces. Es incorporado en aminoácidos análogos a los que contienen S (selenocisteína, selenometionina).

Es más común encontrar referencias de toxicidad de Se que de deficiencia en vegetales. Hay mucha variación en la capacidad de las especies para absorber el elemento y se da en el siguiente orden creciente: crucíferas, forrajeras gramíneas, leguminosas, cereales. Se distinguen dos categorías: i) Plantas con tolerancia limitada, en las cuales el tenor no pasa de 5 mg kg-1 (gramíneas forrajeras, leguminosas); y ii) Plantas que acumulan hasta 10 veces más sin consecuencias negativas (cereales). Las seleníferas Astragalus bisulcatus y A. pectinatus acumulan millares de mg kg-1 sin mostrar efectos tóxicos (Malavolta et al., 1997).

Silicio (Si)

El carácter benéfico del Si es atribuido, principalmente, por el aumento en la resistencia de enfermedades en plantas acumuladoras de este elemento -se localiza en la pared celular o cerca de la misma dificultando la penetración del agente patógeno- y por la disminución del efecto tóxico del exceso de Mn, Fe y Al en suelos ácidos. La esencialidad del Si fue demostrada para algunos cultivos por el criterio indirecto: en su falta diversas especies (tomate, pepino) no completan su ciclo y antes de morir muestran síntomas de deficiencia (Takahashi y Miyake, 1977 citado en Marschner, 1986; y Malavolta, 1997). En general, parece más adecuado considerarlo benéfico o cuasi-esencial (Epstein, 1999).

Es absorbido como ácido monosilícico (H4SiO4) no disociado en un proceso activo, parecería que es sensible a la temperatura y a los inhibidores metabólicos. La savia bruta del arroz tiene una concentración cien veces mayor que la solución radical en forma de ácido monosilícico. La mayor proporción del Si en la planta se encuentra como sílice amorfa hidratada (SiO2

●nH2O). En ciertas especies, particularmente de gramíneas, es común la presencia de cuerpos silicosos insolubles. Después de solidificado se vuelve inmóvil en la planta: en las células epidérmicas del arroz, debajo de la cutícula, aparece una capa de sílica, que ayudaría a limitar la pérdida de agua por transpiración y dificultar la penetración de hifas de los hongos. En las dicotiledóneas esa capa no aparece (Malavolta, 1997).

Las plantas cultivadas difieren mucho en la capacidad de absorber el Si. Marschner (1986) las divide en tres grupos según su contenido de SiO2 en orden decreciente: i) Gramíneas de tierras inundadas como el arroz , ii) Gramíneas de tierra seca como caña de azúcar y la mayoría de los cereales, y iii) La mayoría de las dicotiledóneas, especialmente las leguminosas.

Los efectos reconcidos de Si incluyen (Malavolta et al., 1997; Ferreira, 2001; Fancelli, 2005; UC SAREP, 2006):

i) Resistencia a las enfermedades y plagas en hojas y raíces: La resistencia del arroz a los hongos Helminthosporium oryzae y Pyricularia oryzae se aumenta con una elevación del tenor de Si en la planta hasta un cierto punto. En suelos pobres en Si disponible (5 mg dm-3 de Si en ácido acético diluído), la adición de silicato disminuye la severidad de las enfermedades causadas por Bipolares oryzae y Pyricularia grises, y aumenta los rendimientos. La adición de silicato de K a la solución nutritiva aumentó la actividad de la quitinasa del pepino y aún más la de las peroxidasas y polifenoloxidasas, aumentando la resistencia a Pythium spp. Algunos fenoles extraídos de plantas tratadas con Si mostraron acción fungistática contra Pythium y Cladosporium cucumerinum. Mejora el uso del agua en el poroto y reduce la

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incidencia de Fusarium spp. La adición de silicato a la solución nutritiva en instalaciones comerciales para la producción de pepino en el Canadá es realizada rutinariamente para ayudar a controlar el mildiu.

ii) Elementos en solución edáfica: Hay un aumento en la disponibilidad de P en el suelo. Podría ser porque el silicato lo desorbe de los sitios de adsorción (o los ocupa preferencialmente) en la arcilla y en los sesquióxidos, o porque disminuye la actividad de los iones Al3+ en solución, evitando que estos precipiten el H2PO4

-. Disminuye la intoxicación con Al, Fe y Mn en suelos ácidos. Aumenta la disponibilidad de Zn en altas concentraciones de P y bajas de Zn. Aumenta el crecimiento de raíces de las plantas que crecen con bajas concentraciones de Ca.

iii) Aumento de rendimiento y/o calidad: El arroz, con la aplicación de Si en suelos orgánicos, manifiesta un aumento en la eficiencia del uso del agua y en la producción de granos, en la concentración de este elemento en hojas y en la resistencia a las enfermedades y al vuelco (Yoshita, 1980; Zinder et al., 1986; citados en Ferreira et al., 2001). En caña de azúcar, la aplicación de silicato en suelos pobres en Si disponible aumentó el rendimiento y la concentración de sacarosa, y en algunos casos, los aumentos de producción de azúcar fueron muy elevados (Fox et al., 1967; citado en Ferreira et al., 2001). En colza o canola (Brassica napus) fue observada una interacción positiva entre Si y B: la adición de Si aumentó la materia seca de la raíz y de la parte aérea cuando era bajo el contenido de B, pareciendo estimular la absorción y el transporte de B en esas condiciones y aumentando también la fotosíntesis.

Sodio (Na)

El Na es un elemento benéfico para las plantas superiores porque puede sustituir parcialmente al K en funciones no específicas, contribuyendo a la generación de potencial osmótico y turgencia celular, cuando el suelo es pobre en este elemento (Malavolta et al., 1997). Los cultivos poseen diferentes capacidades de sustitución de K por Na en la producción (Figura 1) y además, generalmente tienen una absorción preferencial para el K. Es un elemento esencial, por el criterio indirecto, para la halófita Atriplex vesicaria (familia Chenopodiaceae) y para especies, generalmente gramíneas, que hacen la fotosíntesis vía C4, pero no para las plantas C3 (Brownell, 1979). Es considerado un micronutriente, aún para halófitas extremas (Flowers et al., 1977; citado en Marschner, 1986).

El Na es absorbido activamente como ión Na+. Las plantas con síntomas severos de deficiencia se recuperan rápidamente, una semana después de recibir Na en solución nutritiva. La respuesta al Na depende del mayor o menor transporte del mismo hacia la

parte aérea. Maíz y poroto, en los cuales el transporte es mínimo, no responden a la fertilización con Na en la misma escala en que lo hacen plantas como la remolacha, en las cuales el movimiento es sustancial. Las plantas que no recibieron salitre de Chile (NaNO3) como fuente de N muestran 0.6 g Na kg-1 en las hojas, en cuanto las fertilizadas presentaron 0.9 g Na kg-1, un aumento de 50%, indicando transporte de Na hacia la parte aérea (Malavolta et al., 1997). Algunas especies que fijan el CO2 vía C4, responden positivamente al agregado de Na. Por ej., ciertas variedades de caña de azúcar (C4) cuentan con la capacidad de sustitución parcial del K por Na: la SP71-6163 y 70-1284, en cuanto otras variedades como SP 71-1406 no cuentan con esta capacidad (Malavolta et al., 1997).

Deficiencias y toxicidades

La planta selecciona limitadamente en cantidad y calidad los elementos que absorbe, es así que su composición refleja las condiciones medias. Que un elemento sea deficiente o excesivo depende de su disponibilidad y/o interferencias en el lugar de desarrollo (Tabla 3).

Existen, además, diferencias entre las plantas en cuanto a la sensibilidad a la escasez o exceso de un nutrimento (plantas indicadoras), a sus tolerancias a excesos o a la acumulación de los mismos. A modo de referencia, en la Tabla 4, se presentan concentraciones críticas en planta para el diagnóstico de deficiencia y toxicidad en los principales cultivos.

Las deficiencias de nutrientes ocasionan síntomas característicos en los vegetales (Tabla 5). Estos se deben a la imposibilidad de la planta de cumplir normalmente con funciones fisiológicas en la que interviene el elemento y que posteriormente afectan las características morfológicas. El diagnóstico por síntomas visuales facilita una rápida recomendación, pero se debe tener en cuenta que cuando los síntomas son visibles ya ha ocurrido en el vegetal una disminución considerable de la producción. Elementos diferentes

Mayor crecimiento estimulado por Na

Na facultativo

K insustituible

natrofílicas natrofóbicas

Crecimiento con óptimoabastecimiento de K

Proporción de K en las plantas

tolerantes a salinidad, sensible a salinidad

Quenopodiáceas:RemolachaRemolacha forrajeraNaboPasturas C4:Grama Rhodes

AlfalfaCentenoLechugaMaízPorotoSoja

AlgodónArvejaColesEspinacaLinoRábanoTrigo

ArrozAvenaCebadaMijoPapaRyegrassTomate

Figura 1. Esquema tentativo de clasificación de los cultivos de acuerdo con la capacidad de sustitución de K+ por Na+ (Ferreira et al., 2001; Malavolta, 1994; Malavolta et al., 1997; Marschner, 1986; Mengel y Kirkby, 2000; UC SAREP, 2003).

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pueden ocasionar síntomas similares y estos varían con el momento de aparición de la deficiencia, su severidad y la interacción con otras deficiencias.

Cuando se intenta diagnosticar la causa de una deficiencia o toxicidad nutricional es necesario complementar las observaciones con análisis de planta y suelo debido a la interacción que existe entre los nutrimentos. El exceso o deficiencia de un elemento puede interferir en la absorción en cantidades adecuadas de otros (Tabla 6).

Fuentes de los nuevos micronutrientes

Las deficiencias se pueden solucionar agregando estos nutrientes a través de fertilizantes y/o enmiendas (Tablas 7 y 8). Una o dos aplicaciones foliares pueden ser suficientes para corregir las deficiencias y lograr un desarrollo normal. Hay que tener en cuenta que, por las pequeñas cantidades requeridas de los micronutrientes, los tenores que se presentan en los fertilizantes o enmiendas de uso masivo, pueden ser suficientes. También existen algunas alternativas de utilización de desechos animales y residuos, que se encuentran en proceso de evaluación (Tabla 8).

Consideraciones Finales

■ La lista de elementos esenciales para las plantas superiores está constituida por: C, H, O, N, P, K, Ca, Mg, S, B, Cl, Cu, Fe, Mn, Mo, Zn, Co, Ni y Se. Ha sido incrementada en tres nutrimentos de los que se conocían hace medio siglo atrás: Co, Ni y Se.

■ El Si debería considerarse como benéfico. ■ El Na, como regla general, es considerado como

benéfico, no obstante es esencial para las halófitas y posiblemente para las plantas C4.

■ En general, los requerimientos de Co y Ni son del mismo orden que los de Mo que deben mantenerse

en una concentración alrededor de 0.05 mg kg-1 de materia seca; los de Se son similares a los del Cu de 5-20 mg kg-1 de materia seca; y los de Si y Na a los del S de 2-6 g kg-1 de materia seca.

■ En Argentina, el Co se ha trabajado mucho con las leguminosas en rizobiología y ya lo poseen incorporado muchos inoculantes. Hay grupos de trabajo (Ratto, 2005; Vázquez, 2006) que ya están realizando determinaciones de Co y Ni en suelos y vegetales.

■ Con respecto al Na, se han utilizado fertilizaciones en tomate en cultivos de primicia de noroeste argentino con relativo éxito para incrementar el sabor y rendimiento.

■ En Si, en la EEA Salta se realizan actualmente estudios en fertilización de almácigos flotantes de tabaco como prevención al ataque de Phytium.

■ No se encuentra en el país, oferta de fertilizantes comerciales con Si, Se o Ni, aunque han aparecido las tierras de diatomeas con composición principalmente alta de Si y que contiene a los otros elementos en más bajas concentraciones. Para el Na, se dispone del uso de sal común (NaCl).

■ La ciencia ha avanzado y puso en evidencia que existen otros micronutrimentos, con estudios de difusión inicial en Argentina y en el mundo, que cobran importancia para los cultivos e indirectamente para la salud de los animales y humanos. Ponerlos en consideración a estudiosos de nutrición vegetal hace que estemos atentos para pensar en soluciones a diversos problemas, presentes o que se pudieran presentar, que todavía no han tenido respuesta.

■ ¿Podrían los cultivos responder a los agregados de los elementos esenciales descubiertos más recientemente? Hay mucho por hacer todavía.

Factores Co Ni Se Si Na

Textura Arenosa - - - -

pH Neutro, alcalino o muy ácido > 6.5 Ácido y neutro > 7 Muy ácido

Materia orgánica Alta - Alta Alta -

Régimen de humedad Alta humedad Sequía Anegamiento - Alta

Otros factores

Libre de CaCO3Alto Fe y Mn

Suelos excesivamente cultivados

Encalado excesivo,alto Zn, Mg, P y Cu,dosis altas o tardías

N. Ataque de nemátodos

Alto óxidos deFe y SO4

=Encalado

Alto Fe y Al -

Valores críticos ensuelos (mg kg-1) 0.02-0.3 0.10-0.40 0.04 5.00 (pobre) -

Cultivos con respuesta más

frecuente

Legumbres, mango, rosa

Cereales, haba, papa, nuez pecán, soja - Arroz, caña de azúcar,

pepino, tomateAtriplex vesicaria,

Plantas C4

Tabla 3. Factores que contribuyen a la deficiencia de micronutrientes (Mengel y Kirkby, 2000; Malavolta y Moraes, 2005).

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Cultivo (Nombre científico) Parte analizada

Co Ni Se Si Na

------------------------ mg kg-1 ------------------------ ---------------- g kg-1 ----------------

Alfalfa(Medico sativa)

Parte aérea madura 0.02-0.24 1.0-4.0 - - 2.42Brotes superiores en

prefloración 0.04-0.29 - - - -

Parte aérea con toxicidad - - - - > 8

Algodón(Gossypium spp.)

Hojas - - - - 1.61-2.3

Hojas toxicidad - - - - 9.4-27.1

Arroz (Oryza sativa)

Hojas + rastrojo - - - 40-125 -

Cáscara - - - 80 -

Granos 0.006 0.02 - 1 -

Hojas con toxicidad - - - - 3.22

Arveja (Pisum sativum) Granos maduros - 2.0 - -

Avena (Avena sativa)

Parte aérea prefloración 0.03 - - - -

Tallos maduros 0.05 - - - -

Granos 0.02 0.45 - - -

Parte aérea prematura 0.04-0.45 7.0 - - -

Lamina foliar - - - - 0.23-3

Lamina foliar toxicidad - - - - 11.5-25Banano

(Musa spp.)Brotes superiores en

maduración 0.50 - - - -

Bromus (Bromus spp.) Parte aérea prefloración 0.08 - - - -

Café (Coffea spp.) Cerezas maduras 0.002 0.40 - -

Caña de azúcar(Saccharum officinarum)

Parte aérea - - - 10-30 -

Bagazo - - - 4.1 -

Hojas 0.50-1.75 - - 15.5 1.30-1.40*

Cebada (Hordeum vulgare)

Hojas inmaduras 0.20-0.30 - - - 0.9-1.6

Parte aérea 0.24 - - - -

Hojas toxicidad - - - - > 8Centeno

(Secale cereale) Parte aérea forrajera 0.7 - - - -

Durazno (Prunus persica)

Hojas - - - - 0.70-1.70*

Frutos - - - - 0.30-0.80*

Hojas toxicidad - - - - 6.2-10

Raíces - - - 0.023-1.2

Raíces toxicidad - - - - 9.43

Espinaca (Spinacea oleracea) Parte aérea comestible 0.07-0.67 2.4 3.15 - -

Festuca (Festuca elatior) Parte aérea prefloración 0.09 - - - -

Frutilla (Fragaria spp.)Hojas - - - - 0.04-1.15

Hojas toxicidad - - - - > 4.5

Lechuga (Lactuca sativa)

Parte aérea comestible 0.20-0.21 - - - -

Parte aérea madura 6.25 - - - -

Cabeza madura 0.07 - - - -

Limón(Citrus limon)

Hojas - - - - 0.46

Hojas toxicidad - - - - 2.3

Maíz(Zea mays)

Muestreo foliar - 0.45-2.00 23 - 0.10-0.90*

Mazorcas 0.01 - - - -

Hojas + rastrojo - - - 6.7 -

Planta - - - 2.8 0.20-0.30*

Granos 0.01 0.14-2.0 - 1.0-5.14 -

Raíces - - - - 0.360-0.70*

Parte aérea 0.04 - - - 0.50-1.00*

Tabla 4. Concentraciones de suficiencia y toxicidad en planta de los nuevos micronutrientes para diferentes cultivos (Chapman, 1966; Malavolta, 1994; Marschner, 1986; Malavolta et al., 1997; Ratto, 2005).

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Cultivo (Nombre científico) Parte analizada

Co Ni Se Si Na

------------------------ mg kg-1 ------------------------ ---------------- g kg-1 ----------------

Naranjo(Citrus sinensis)

Frutos 0.003 - - - 0.043

Hojas - - - - 1.61-3

Hojas toxicidad - - - - 2.5-5.75

Raíces activas de 6 a 12 meses - - - - 2.3-3.5

Raíces activas de 6 a 12 meses toxicidad - - - - 6.67

Papa (Solanum tuberosum) Tubérculos maduros 0.06-2.00 0.08-0.37 - - -

Peral (Pyrus communis) Frutos maduros 0.18 1.3 - - -

Pomelo (Citrus paradisi)

Hojas de 4 a 12 meses sin fruto - - - - 1.38-1.61

Hojas , toxicidas - - - - 2.76-4.83

Poroto (Phaseolus spp.)

Planta - - 5 0.45 -

Parte aérea - - - - 0.2-0.3

Raíz - - - - 0.3-0.7

Granos 0.10 0.59 - - -

Chaucha 0.02-0.26 - - - -

Brotes superiores 1.12 - - - -

Hojas - - - - 0.2

Hojas, toxicidad - - - - > 0.4

Rye grass(Lolium multiflorum)

Parte aérea madura 0.07 - - - -

Parte aérea prefloración 0.03-0.07 - - - -

Soja (Glycine max)

Brotes superiores 0.12 - - - -

Granos 0.20 3.9 - - -

Muestreo foliar - - - - 1.40-1.70*

Parte Aérea 0.12 - - - 0.7-1.70*

Sorgo (Sorghum vulgare) Parte aérea toxicidad - - 130 - -

Tabaco (Nicotiana tabacum)

Hojas - - - - 0.20-0.50* a 1.74-3.20

Tallo - - - - 0.50-1.20*a 1.2-3.30

Raiz - - - - 0.80-1.70*a 1.2-2.80

Parte aérea - - - - 2.90-3.30*

Raíz - - - - 2.50-4.20*

Muestreo foliar - - - - 2.20-2.60*

Tomate(Lycopersicon esculentum)

Frutos 0.005-0.25 0.01-0.15 - - -

Brote superios 4 - - - 0.13-4.7

Hojas toxicidad - - 191 - 3.8-34.5

Trébol blanco(Trifolium repens)

Parte aérea madura 4.6 - - - -

Parte aérea floración 0.17-0.20 - - - -

Trébol rojo(Trifolium pratense)

Parte aérea maduros 0.19 1.9 - - -

Parte aérea floración 0.13-0.21 - - - -

Trigo(Triticum aestivum)

Hojas inmaduras 0.13-1.40 - - - -

Hojas tóxicidad - 14-46 - - 17

Granos 0.01 0.35-4.0 - - -

Parte aérea forrajera 0.14 - < 15 - -

Parte aérea prefloración 0.03 - - - -

Parte aérea toxicidad - - 450-1350 - -

Vicia (Vicia spp.)* Parte aérea en plena floración 0.13 - - - -

* Ortega (inédito).

Tabla 4. Continuación... Concentraciones de suficiencia y toxicidad en planta de los nuevos micronutrientes para diferentes cultivos.

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Elemento Deficiencia Toxicidad

Co Leguminosas: Deficiencia de N y/o poca nodulación. Deformidad de flores de mango.

Hojas con clorosis internerval, cloróticas enteras, después se secan y necrosan (deficiencia de Fe y Mn). Puntas de las raíces dañadas.

Ni

Soja: Necrosis en la punta de los folíolos (acumulación de urea 25 g kg-1).

Centeno, trigo y avena: Acumulación de urea en las hojas, deficiencia de N y atraso en la maduración.

Nuez Pecan: Punta de las hojas nuevas quedan redondeados y con puntos oscuros y el limbo se encorva hacia abajo.

(“oreja de ratón”) (acumulación de urea).Tomate: Clorosis de hojas jóvenes y necrosis de meristemas.

Disminución del crecimiento de parte aérea y raíces. Deformaciones de varias parte de las plantas y manchas en hojas y frutos.

Dicotiledóneas: Clorosis internerval parecida a la deficiencia de Fe/Mn

Gramíneas: Clorosis a lo largo de las nervaduras, pudiendo toda la hoja quedar blanquecida y mostrar necrosis en los márgenes. Raíces pardas y cortas.

Se -Atraso en el crecimiento, disminución en el tamaño,

clorosis blanca en los márgenes de las hojas.Forrajeras: Huelen a ajo.

Si

Tomate y pepino: Después de floración hay crecimiento retardado, malformación en hojas nuevas, clorosis internerval de las hojas maduras, polinización despareja. Las hojas y la la planta se marchitan con tasas transpiratorias altas.

Arroz: Menor resistencia a enfermedades y vuelco, menor producción y crecimiento vegetativo. Necrosis en hojas maduras y marchitamiento de la planta.

Caña de azúcar: Menor concentración de azúcar y manchas pardas en las hojas (“freckling”) y en las partes más iluminadas del limbo hay manchas color plata (tal vez por exceso de Mn), senescencia prematura y escasa bortación.

-

Na

Atriplez vesicaria (halófita chenopodiaceae): Hojas cloróticas y después muestran manchas necróticas en las puntas y a lo largo de los márgenes; el crecimiento cesa y las plantas mueren. Clorosis leve por menor contendio de clorofila en algunas plantas C4.

Manchas necróticas en los márgenes, puntas o zonas intervernales de las hojas.

Tabla 5. Síntomas de deficiencia y toxicidad de Co, Ni, Se, Si y Na (Chapman, 1966; Marschner, 1986; Malavolta, 1994; Malavolta et al., 1997; Ferreira et al., 2001; Valdiviezo Freire et al., 2005).

En la rizósfera

Dent

ro d

e la

pla

nta

NO3- NH4

+ P K Ca Mg S Cu Zn B Mo Mn Fe Cl Co Ni Se Si Na

NO3- S S S S S S S S A

NH4+ S A A +/- A

P A A A A S A A A +/-

K A A

Ca A A A A A A A A

Mg A S

S A A A

Cu +/- +/- +/- A A A A A

Zn A +/- +/- A A A A

B +/- +/- A A A +/-

Mo S +/- A A A A +/- A A

Mn +/- A +/- A +/- A +/- +/- A A A A

Fe S +/- A +/- A A +/- A A A +/- A

Cl

Co A A A

Ni A +/- +/- PA R

Se R A A A

Si +/- S +/-

Na R

S = Sinergismo; A = Antagonismo; R = Reemplazo; +/- = Sinergismo/antagonismo; PA = Posible antagonismo.

Tabla 6. Interacción de nutrimentos en la zona radical y dentro de la planta (Kabata-Pendías y Pendías, 1985; Marschner,

1986; Malvolta, 1994; Malavolta et al., 1997; Ortega, 2002).

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FuenteCo Ni Se Si Na

------------------------ mg kg-1 ------------------------ ----------------- % -----------------

Fert

iliza

ntes

y e

nmie

ndas

Ácido fosfórico - 0-18 - - -

Cal 1-2 10-70 - - -

Dolomita 5 1-5 - - -

Cloruro de potasio 8-9 < 1 - - -

Fosfato diamónico 1.6-11 - 0.1-0.5 - -

Fosfato monoamónico 1.6-3.1 - 0.1-0.6 - -

Fosfoyeso 2 2 - - -

Nitrato de amonio 9 34 - - 18

Nitrato de calcio 7-10 19-27 - - -

Nitrato de potasio - 5 - - -

Nitrato de sodio 2-7 0.1 - - 26

Nitrocalcio 5 30 - - -

Roca fosfórica 6-104 1-61 0.2-11.0 - -

Salitre potásico 5 5 - - -

Silicato de calcio 5 200 - 8.16 -

Sulfato de amonio 0-110 6-32 - - -

Sulfato de potasio 6-8 0-5 - - -

Superfosfato simple 0-13 0-38 - - -

Superfosfato triple 1-4 24 0.5-13.8 - -

Urea 0-5 - - - -

Abon

os o

rgán

icos

Cama de Pollo 2.0 - 0.38 - -

Estiércol de ganado 5.9 29 2.4 - -

Estiércol de vicuña* - - - - 0.27

Torta de filtro de caña de azúcar 1.4 - - 6.66 -

Barr

os c

loac

ales EE.UU. 9.6 235 311 - -

Reino Unido 24 510 - - -

Suecia 15 121 - - -

Canadá 19 380 - - -

Nueva Zelanda 21 350 - - -

*Ortega, (inédito).

Elemento Producto Fórmula química Concentración (%)

Co Cloruro de cobaltoSulfato de cobalto

CoCl2●2H2OCoSO4●7H2O

3522

NaCloruro de sodioSalitre de ChileSalitre potásico

NaClNaNO3

NaNO3●KNO3

392618

Ni Sulfato de níquel NiSO4●7H2O 20

Se Seleniato de sodio Na2SeO4 25

SiTermofosfato de magnesio o magnesiano

Silicato de potasioSilicato de sodio

--K2Si2O5-K2Si2O2

Na2SiO3

25 SiO211.65

16.4-17.8(6% Na)

Tabla 7. Principales fuentes de micronutrientes (Malavolta, 1994; UC SAREP 2003).

Tabla 8. Tenores internacionales de micronutrientes en los fertilizantes, enmiendas y abonos orgánicos (Adriano, 1986; Malavolta, 1994; Orlando Filho et al. en Malavolta, 1994).

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Efecto de iones específicos

Aunque la mayoría de las plantas responden a la salinidad como una función del potencial osmótico total, hay otras que son susceptibles a ciertos iones en forma específica. Un problema de toxicidad difiere de uno de salinidad en que su efecto ocurre dentro de la planta misma y no se debe a un déficit de agua. Generalmente las plantas absorben los iones y los acumulan en los tejidos foliares; cuando esta acumulación excede ciertos niveles se presenta el daño, la magnitud del cual depende de la concentración, del tiempo, de la sensibilidad del cultivo y de uso del agua por la planta (Bingham,1984; Ayers y Westcot, 1985; Maas y Hoffman, 1977).

Los iones tóxicos más comunes en las aguas de riego son los cloruros, el sodio (Na) y el boro (B). En algunos casos se presentan en menor extensión toxicidades por magnesio (Mg), litio (Li), sulfatos y elementos traza, residuos de pesticidas y contaminantes provenientes de desechos industriales. El daño puede ser causado por un ión individualmente o en combinación con otros.

En muchos casos la salinidad o la presencia de determinados iones en el agua de riego induce desbalances nutricionales o deficiencias causando reducción en los rendimientos o daños a la planta. Así por ejemplo, altos niveles de sulfatos en el agua de riego pueden inducir deficiencias de Mg en uva (Ehlig, 1960), el corazón negro del apio en suelos salinos se debe a deficiencia de Ca causada por altos niveles de sulfatos y bajo contenido de Ca (Geraldson, 1954).

Cloruros

Es la más común de las toxicidades específicas de iones. Este ión, que permanece libre en la solución del suelo, es absorbido por las plantas y se mueve con la corriente transpiratoria hasta las hojas en donde se acumula. Si en ellas la concentración excede la tolerancia de las plantas se presentan síntomas de toxicidad, los cuales incluyen quemazón o secamiento de los tejidos foliares que se inicia por los ápices y se extiende a lo largo de los márgenes a medida que la severidad de la toxicidad aumenta. En casos de toxicidad excesiva se produce necrosis a menudo acompañada por defoliación. Para plantas muy sensibles los síntomas aparecen cuando las hojas acumulan entre 0.3 y 1.0% de cloruros en base seca. La susceptibilidad varía entre especies y los

síntomas aparecen a concentraciones diversas en el tejido (Bingham, 1984; Ayers y Westcot, 1985).

Aunque no existe información copiosa acerca de la toxicidad de los cloruros y la tolerancia de la plantas, la Tabla 6 presenta una recopilación hecha por Maas (1984) en el Laboratorio de Salinidad. Estos criterios no se deben usar en una forma rígida sino que se deben considerar las situaciones particulares para cada especie y localidad. Es el caso del cultivo de tabaco, cuya calidad se reduce notablemente al acumular cloruros en los tejidos los cuales afectan las propiedades de combustión de la hoja.

Sodio

Los síntomas de toxicidad incluyen quemazones, encrespamiento de la hoja y muerte de tejidos lo cual ocurre inicialmente en los bordes externos y, a medida que la severidad de la toxicidad aumenta, progresa en los tejidos intervenales. Los síntomas aparecen primero en las hojas más viejas y se diferencian de la toxicidad por cloruros en que esta se inicia en el ápice de la hoja. Algunos resultados experimentales han demostrado que la toxicidad del Na se puede modificar o reducir si se encuentra suficiente Ca disponible en el suelo. La fertilización con yeso o con nitrato de Ca puede contribuir a solucionar el problema (Ayers y Westcot, 1985). En la Tabla 7 aparece la toxicidad relativa de algunos cultivos a la saturación de Na (PSI) del suelo.

Boro

El B es requerido por las plantas en cantidades relativa-mente pequeñas, sin embargo cuando se encuentra presente en cantidades apreciablemente mayores que las necesarias puede ser tóxico. Las toxicidades son comunes en algunas áreas en donde las aguas subterráneas que se usan para riego atraviesan depósitos ricos en este nutrimento. En el suelo los problemas de toxicidades son menos corrientes.

Para la mayoría de los cultivos los síntomas de toxicidad de B aparecen cuando las concentraciones en los tejidos foliares exceden de 250 - 350 mg kg-1 (base seca). Incluyen amarillamiento inicial de las hojas más viejas, moteados necróticos o secamiento de los tejidos foliares en los ápices y en los bordes. El secamiento y la clorosis a menudo progresan intervenalmente hacia el centro de la hoja a medida que el B se acumula con

* Ing. Agr., M.Sc., Ph.D. Chair Person Soil Fertility and Plant Nutrition Commission, International Union of Soil Sciences (IUSS). Correo electrónico: [email protected]

Criterios modernos para evaluación de la calidad del agua para riego

Álvaro García O.*

(Segunda parte)

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Cultivo Patrones

------------- Concentración permisible de cloruros -------------Extracto de saturación

(Cle)Agua de riego

(Cla)---------------------------------- me l-1 -----------------------------------

Aguacate

Indias Occidentales 7.5 5.0

Guatemalteco 6.0 4.0

Mexicano 5.0 3.3

Cítricos

Mandarina Sunki 25 16.6

Toronja

Mandarina Cleopatra

Lima Rangpur

Tangelo

Limón Rugoso

Naranja Agria

Mandarina Ponkan 15.0 10.0

Citromelo 4475

Naranja Trifoliada

Naranja Dulce 10.0 6.7

Calamondín

Uva

Salt Creek 1613-3 40.0 27.0

Dog Ridge 30.0 20.0

Thompson sin semilla 20.0 13.3

Perlete 20.0 13.3

Cardenal 10.0 6.7

Rosa Negra 10.0 6.7

FresaLassen 7.5 5.0

Shasta 5.0 3.3

Tabla 6. Tolerancia de algunos cultivos a los cloruros en el extracto de saturación en agua de riego (Adaptado de Maas, 1984).

Sensible PSI < 15

Semitolerantes PSI = 15 - 40

Tolerantes PSI > 40

Aguacate Zanahoria Alfalfa

Frutales deciduos Trebol Ladina Algodón

Nueces Festuca Alta Cebada

Habichuela Lechuga Pasto Bermuda

Algodón (germinación) Caña de Azúcar Pasto Rhodes

Maíz Avena Pasto Pará

Arveja Cebolla Remolacha

Toronja Rábano Remolacha Azucarera

Fríjol Arroz Sorgo

Lenteja Mango

Maní Espinaca

Caupí Trigo

Tabla 7. Tolerancia relativa de ciertos cultivos a la saturación de sodio intercambiable en el suelo [Ayers y Westcot, 1985. Adaptado de FAO UNESCO (1973); Pearson (1960) y Abrol (1982)].

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el tiempo. En algunos árboles seriamente afectados los síntomas típicos no aparecen, y en lugar se presenta una goma o exudado en el tronco o en las ramas. Algunas plantas no acumulan suficiente B en los tejidos para ser detectado en un análisis foliar, pero sufren daños a muy bajas concentraciones (Ayers y Westcot, 1985).

Bingham (1984), demostró que el efecto del boro sobre las plantas sigue la misma tendencia que el efecto salino debido al potencial osmótico, por lo cual se puede utilizar una ecuación similar a la propuesta para las sales solubles.

En la Tabla 8 se presenta la tolerancia relativa al B por parte de algunos cultivos (Maas, 1984), la cual es

una recopilación de los resultados experimentales de algunas décadas en varios lugares del mundo.

Efectos del riego por aspersión

Se pueden presentar toxicidades debido a la presencia del Na y cloruros en el agua de riego, los cuales pueden ser absorbidos por los tejidos foliares. También la evaporación del agua entre rotaciones de los aspersores puede producir concentración de la sales en el agua que se deposita sobre el follaje.

En cultivos susceptibles al Na o al Cl se pueden producir efectos tóxicos a concentraciones relativamente bajas (3 me l-1). La absorción y toxicidad ocurre preferiblemente

Muy sensibles (< 0.5 mg l-1) Moderadamente sensibles (1.0 - 2.0 mg l-1)Limón Arveja

Zanahoria Rábano

Papa

Sensibles (0.5 - 0.75 mg l-1) Pimienta

Aguacate Pepino

Tomate

Naranja Moderadamente tolerantes (2.0 - 4.0 mg l-1)

Ciruela Lechuga

Cereza Repollo

Durazno Apio

Albaricoque Nabo

Higos Avena

Uva Maíz

Caupí Tabaco

Cebolla Moataza

Nogal Trébol

Calabaza

Sensibles (0.75 - 1.00 mg l-1)

Ajo Tolerantes (4.0 - 6.0 mg l-1)

Patata Sorgo

Trigo Tomate

Cebada Alfalfa

Girasol Remolacha

Fríjov l Remolacha Azucarera

Ajonjolí Perejil

Lupino

Fresa Muy tolerantes (6.0 - 15.0 mg l-1)

Alcachofa Algodón

Maní Espárrago

Tabla 8. Tolerancia relativa de algunos cultivos al B contenido en las aguas de riego (Maas, 1984).

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en condiciones de alta temperatura y baja humedad y es agravada por el viento. En la Tabla 9 se presenta la tolerancia relativa de algunos cultivos a sales cuando se usa riego por aspersión.

Problemas misceláneos

Alta saturación de magnesio (Mg2+)

La acumulación de Mg2+ en el complejo de cambio bajo ciertas condiciones es un fenómeno bien conocido. El uso de aguas de riego que contienen altas cantidades de Mg2+ puede traer como consecuencia el aumento en el complejo de saturación de Mg intercambiable del suelo (PMgI). También suelos derivados de materiales parentales ricos en Mg, o materiales serpentínicos, comunes en algunas áreas como el Valle del Cauca o en Distrito de la Doctrina en Córdoba, tienen un alto contenido de Mg2+ intercambiable. En este tipo de suelos se producen problemas de infiltración similares a los que produce el Na.

Aunque actualmente existe mucha información que soporta el punto de vista de que el Mg actúa en el suelo de forma semejante al Ca, también es cierto que muchos investigadores han encontrado que el Mg2+ tiene la capacidad de ayudar a desarrollar niveles mayores de PSI en suelos y en materiales arcillosos. Hay un efecto específico del Mg intercambiable sobre las propiedades físicas de los suelos causando disminución en la

conductividad hidráulica por que tiene características dispersivas. El grado de dispersión aumenta a medida que aumenta la relación Mg:Ca en el suelo (García y Pratt, 1988; García y González, 2000; García, 2002).

El Mg2+ intercambiable puede reducir el crecimiento de las plantas debido a un efecto directo de toxicidad. La disminución en la producción puede atribuirse a una deficiencia de Ca causada por altos niveles de Mg en el suelo. Debido a la existencia de información contradictoria y a la carencia de un parámetro preciso que permita determinar la peligrosidad del peligro potencial para el suelo o los cultivos al usar un agua con una concentración dada de Mg, se recomienda una evaluación cuidadosa de la misma cuando la relación Ca:Mg del agua sea menor que 1. En este caso, la determinación del contenido de Ca disponible en el suelo es necesaria para determinar si debe añadirse una enmienda cálcica.

Reacción (pH)

El pH en las aguas de riego fluctúa normalmente entre 6.5 y 8.4. Un valor anormal por encima o (por debajo de este rango) da indicación de que el agua necesita análisis más detallados. Un agua con un contenido bajo de sales (CEa < 0.2 dS m-1) a veces tiene un pH por fuera del rango, como sucede en el valle del Río Cauca, lo cual indica la necesidad de conocer su composición.

Cultivos ----------------- Concentración de Na+ o Cl- (me l-1) que puede causar daño foliar -----------------

5 - 10 10 - 20 > 20

Almendro Vid Alfalfa Coliflor

Albaricoque Pimienta Cebada Algodón

Cítricos Papa Maíz Remolacha

Ciruelo Tomate Pepino Girasol

Ajonjolí

Sorgo

* Daño causado por acumulación directa sobre las hojas.

Tabla 9. Tolerancia relativa de algunos cultivos a sales cuando se usa riego por aspersión* (Maas, 1984).

Agua aplicada --------------------------------- Concentración de HCO3- en el agua de riego (mg l-1) ---------------------------------

m3 ha-1 100 200 400 800 1200

1000 100 200 400 800 1200

2000 200 400 800 1600 2400

4000 400 800 1600 3200 4800

8000 800 1600 3200 6400 9600

* Bicarbonatos de Ca, Mg, Na y K.

Tabla 10. Bicarbonatos* adicionados con el agua de riego ciclo de cultivo de caña (kg ha-1).

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Aunque un agua baja en sales es adecuada para la agricultura, debido a que no causa problemas a los suelos o a los cultivos, puede causar daños (corrosión) a los equipos de riego siendo este el principal peligro que ofrece.

Bicarbonatos

Las aguas corrientes y, especialmente, las subterráneas de algunas regiones presentan concentraciones elevadas de HCO3

-. Es el caso de los valles de los Ríos Cauca, Magdalena, Sinú, Ariguaní y Cesar, también sucede en la Sabana de Bogotá y en la Guajira en Colombia. El riego con ellas implica acumulación de carbonatos sobre las capas superficiales del suelo con la consecuente alcalinización y disminución de su fertilidad, hasta el punto de hacerlos improductivos.

En el valle del Río Cauca (Colombia) se han encontrado aguas con concentraciones de HCO3

- tan altas como 1365 mg l-1 cerca a Palmira, lo cual para un riego promedio en caña de azúcar de 8000 m3 ha-1 ciclo-1 de cultivo implica la aplicación casi 11 t ha-1 de bicarbonatos en poco más de un año. Un agua con alrededor de 200 mg l-1 implica la adición de casi 2 t ha-1 ciclo-1 de bicarbonatos para el mismo cultivo. En la Tabla 10 se presentan las cantidades adicionados por hectárea para el cultivo de la caña de azúcar en función de la cantidad de agua aplicada por ciclo de cultivo.

En áreas con agricultura intensiva bajo riego, como en el caso del valle del Río Cauca, las aguas profundas progresiva y periódicamente aumentan en alcalinidad y dureza. Los bicarbonatos y sus cationes acompañantes son responsables en alto grado por dichos fenómenos.

Elemento Máxima concentraciónpermisible (mg l-1) Observaciones

Al 5.00 Causa restricción en el crecimiento en suelos ácidos (pH 5.5).

As 0.10 Toxicidad para plantas variables, ej. 12 mg l-1 para Pasto Sudán, 0 - 05 mg l-1

para arroz.

Cd 0.01Tóxico para fríjoles, remolacha y nabos a concentraciones tan bajas como 0.1 mg l-1 en soluciones nutritivas. Debido a su acumulación potencial en plantas se recomienda límites conservadores pues puede ser tóxico para humanos.

Co 0.05 Tóxico para tomate en soluciones nutritivas en concentraciones de 0.1 mg l-1. Tiende a inactivarse en suelos neutros y alcalinos.

Cr 0.10 Puede causar toxicidad en algunas plantas. Debido a desconocimiento de sus efectos se recomiendan límites conservadores.

Cu 0.20 Tóxico para muchas especies de plantas en soluciones nutritivas ente 0.1 y 1.0 mg l-1.

F 1.00 Se inactiva en suelos neutros y alcalinos.

Fe 5.00No es tóxico para plantas en suelos bien aireados, pero puede contribuir a la acidificación del suelo, causando disminución del P y Mo aprovechables. En el agua de riego puede causar depósitos en las hojas y equipos.

Li 2.50Tolerable por la mayoría de los cultivos hasta 5 mg l-1 excepto de los cítricos para los cuales es tóxico a bajas conecentraciones (0.075 mg l-1); actúa en forma similar al B.

Mn 0.20 Tóxico para muchos cultivos a muy concentraciones. Su toxicidad es común en suelos ácidos.

Mo 0.01No tóxico para plantas en las concentraciones en los suelos y aguas. Puede ser tóxico para animales que se alimentan con forrajes cultivados en suelos altos en este elemento.

Ni 0.20 Para muchas plantas es tóxico a concentraciones entre 0.5 y 1.0 mg l-1. La toxicidad se reduce en suelos alcalinos y neutros.

Pb 5.00 Puede inhibir el crecimiento celular a altas concentraciones.

Se 0.02Concentraciones tan bajas como 0.025 mg l-1 pueden causar toxicidad en las plantas. En animales se puede presentar seleniosis cuando se alimenta con forrajes altos en este elemento.

V 0.10Tóxico para muchas plantas a concentraciones relativamente bajas. Es tóxico para muchas plantas a concentraciones variables. A pH 6 y en suelos orgánicos se reduce su toxicidad.

Sn, Ti, W - Son excluidos efectivamente por las plantas.

Tabla 11. Máximas concentraciones permisibles de elementos traza en el agua de riego (FAO, 1985).

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Esto hace imprescindible recurrir al conocimiento periódico de la calidad de agua para riego, a una interpretación cuidadosa del análisis, al uso de fracciones de lavado acordes con la calidad de la misma y de enmiendas cuando las aguas son muy duras.

En el caso de aguas con alta concentración de iones alcalinos se requiere su tratamiento ya sea mediante plantas de tratamiento, ultrafiltración osmosis reversa o mediante el uso de materiales acidificantes como ácidos sulfúrico, fosfórico o la vinaza resultante de la producción de alcohol, la cual presenta ventajas por ser un producto de origen orgánico carente de sustancias químicas adicionadas.

Contenido de nitratos

Un exceso de nitratos en el agua de riego puede causar daños a los cultivos debido a que induce crecimiento vegetativo en exceso, demorando la madurez y demeritando la calidad. Algunos cultivos son sensibles a concentraciones de N superiores a 5 mg l-1 y algunos otros toleran concentraciones superiores a 30 mg l-1. La sensibilidad varía con la edad del cultivo ya que, altos

niveles de N pueden ser benéficos durante las primeras etapas de crecimiento pero pueden demorar la floración y reducir los rendimientos. Algunos cultivos pueden acumular nitratos en concentraciones excesivas, lo cual puede causar peligro a la salud de animales y humanos, especialmente a los niños.

Un análisis de un agua alta en nitratos indica que debe reprogramarse la fertilización nitrogenada, reduciendo las cantidades a aplicar y procurando balancear los otros nutrimentos. También debe pensarse en el uso de variedades o especies menos susceptibles al efecto mencionado o en reducir las cantidades de agua a aplicar. Adicionalmente da indicación de los posibles problemas a los equipos de riego por oclusión de tuberías y aspersores en el mantenimiento de los canales por exceso de crecimiento de vegetación en ellos. (Ayers y Westcot, 1985).

Toxicidad de elementos traza

No todos los elementos traza son tóxicos y de hecho algunos de ellos son esenciales para el crecimiento de la plantas (Fe, Cu, Mo, Zn). Cuando están presentes en

Físicos sólidos en suspensión Químicos (Precipitación) Biológicos (Bacterias y algas)

Arenas Carbonos de Ca ó Mg Filamentos

Limo CaSO4 Descomposición microbial

Arcilla Óxidos, hidróxidos a - Fe

Materia orgánica Carbonatos, silicatossulfuros de metales pesados

b - S

c - Mn

Bacteria

Pequeños organismos acuáticos

a - Huevos de caracoles

b - Larvas

Tabla 12. Agentes físicos, químicos y biológicos relacionados con la calidad del agua para riego que contribuye a la oclusión de sistemas de riego por goteo (Adaptado por FAO, 1985; Bucks et al., 1979).

Problema potencial Unidades------------------------- Grado de restricción en el uso -------------------------

Ninguno Ligero ó Severo Moderado

Físico

Sólido en suspensión mg l-1 < 5.0 50 - 100 > 100

Químico

pH mg l-1 < 7.0 7.0 - 8.0 > 8.0

Sólidos disueltos mg l-1 < 500 500 - 2000 > 2000

Manganeso mg l-1 < 0.1 0.1 - 1.5 > 1.5

Hierro mg l-1 < 0.1 0.1 - 1.5 > 1.5

Sulfuro de Hierro mg l-1 < 0.5 0.5 - 20.0 > 2.0

Biológico

Poblaciones bacteriales # Máx ml-1 < 10 000 10 000 - 50 000 > 50 000

Tabla 13. Influencia de la calidad del agua como peligro potencial de oclusión a sistemas de riego por goteo (Adaptado por FAO, 1985 de Nakayama, 1982).

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cantidades que exceden ciertos límites, se presentan acumulaciones en los tejidos y reducciones en el crecimiento. Muchos de ellos se fijan y acumulan en los suelos y los llegan a contaminar cuando se usan repetidamente aguas con concentraciones altas o que exceden las concentraciones de los cultivos, llegando en algunos casos a hacerlos improductivos.

Investigaciones citadas por Ayers y Westcot (1985) indican que la gran mayoría de los elementos traza (85%), se acumulan en los primeros centímetros superficiales del suelo. Las plantas varían en su capacidad para absorberlos siendo algunos de ellos excluidos activamente pero otros son absorbidos pasivamente. Algunas plantas los acumulan, siendo un peligro potencial para animales y humanos (seleniosis en vacunos por ejemplo), otras plantas sufren directamente sus toxicidades. En la Tabla 11 aparecen las toxicidades máximas permisibles de elementos traza en el agua de riego y sus posibles efectos.

Daños a equipos y estructuras

La calidad del agua está directamente relacionada con los problemas de oclusión de equipos de riego por aspersión y goteo, ya sea total o parcialmente. Este efecto trae como consecuencia desuniformidad en la aplicación y mayores costos operacionales.

En la Tabla 12 aparecen las causas de problemas físicos químicos y biológicos a los equipos de riego por goteo. A menudo esos factores actúan interrelacionados, haciendo que el problema adquiera características más graves. En la Tabla 13 se presenta el grado de restricción en el uso de un agua de acuerdo al problema potencial que pueda causar. El reconocimiento de los problemas posibles es una herramienta valiosa para la planeación e instalación de un equipo apropiado. En la Tabla 14 aparecen los tipos de análisis necesarios para diseñar y operar un equipo de riego por goteo.

El concreto puede ser afectado de varias formas por las aguas de riego. El efecto es el de corrosión causado por intercambio iónico y por expansión debido a reacciones químicas que dan como resultado la formación de compuestos que ocupan un volumen mayor que los componentes originales, un ejemplo característico es el de los sulfatos los cuales al combinarse con el Ca y el Al forman un sulfo-aluminato de calcio que hace que el concreto se expanda y rompa.

Algunos sulfatos son potencialmente más agresivos que otros; es el caso de los sulfatos de magnesio y amonio, los cuales actúan descomponiendo los silicatos hidratados de Ca y reaccionan con el Al y el hidróxido de calcio en el concreto (Ayers y Westcot, 1985). En la Tabla 15 se presentan los valores límites para evaluar agresividad de aguas y suelos al concreto.

1. Principales sales orgánicas 7. Materia orgánica

2. Dureza 8. Hierro

3. Sólidos en suspensión 9. Oxígeno disuelto

4. Total de sólidos disueltos (TDS) 10. Sulfato de hierro

5. Demanda biológica de oxígeno (BOD) 11. Bacterias "férricas"

6. Demanda química de oxígeno (COD) 12. Bacterias reductoras de sulfatos

Tabla 14. Análisis necesario para evaluar la calidad de agua para riego por goteo (FAO, 1985).

Análisis----------------------------------- Intensidad del ataque -----------------------------------

Ninguno Ligero Fuerte Muy fuerte

Agua

pH > 6.5 6.5 - 5.5 5.5 - 4.5 < 4.5

Ácido carbónico disolvente

De carboantos, mg l-1 < 15 15 - 30 30 - 60 > 60

Amonio (NH4), mg l-1 < 15 15 - 30 30 - 60 > 60

Magnesio (Mg), mg l-1 < 100 100 - 300 300 - 1500 > 1500

Sulfato (SO4), mg l-1 < 200 200 - 600 600 - 3000 > 3000

Suelo

Sulfato (SO4), mg l-1 < 2000 2000 - 5000 < 5000

Tabla 15. Valores límites para evaluar la agresividad de aguas y suelos al concreto (Tomado de Biczok, 1972).

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Reporte de Investigación Reciente

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Potencial hidrógeno en la rizósfera y formas de fósforo asociadas en un Oxisol cultivado con soya, brachiaria, mijo y sorgo

Shoninger, E.L., L.C. Gatiboni, y P.R. Ernani. 2012. Rhizosphere pH and phosphorus forms in an Oxisol cultivated with soybean, brachiaria grass, millet and sorghum. Sci. agric. (Piracicaba, Braz.) [online]. , 69(4):259-264. ISSN 0103-9016. http://dx.doi.org/10.1590/S0103-90162012000400004.

Las plantas tienen distintas respuestas a la fertilización con roca fosfórica, incluyendo respuestas a través de la alteración de atributos del suelo en la rizósfera. El objetivo de este estudio fue evaluar las alteraciones en el pH y los cambios en el contenido y formas del fósforo en la rizósfera de suelo fertilizado con roca fosfórica como resultado de la especie cultivada. Se desarrolló un experimento en invernadero para evaluar el pH y las formas de fósforo de un Oxisol fertilizado con roca fosfórica y sembrado con cuatro especies. Los tratamientos consistieron de siembras con soya [Glycine max (L.) Merrill], brachiaria (Brachiaria brizantha Hochst Stapf), mijo [Pennisetum glaucum (L.) R. Brown] y sorgo [Sorghum bicolor (L.) Moench] realizadas en columnas de PVC llenas de suelo y divididas con una malla de nylon (malla de 25 µm) para impedir el crecimiento del suelo

en parte de la columna. Luego de 45 días de crecimiento, el suelo fue dividido en capas de 0-1, 1-2, 2-3, 3-4, 4-5, 5-7, 7-9, y 9-14 mm fuera del plano de la raíz. Se secó al aire para determinar pH y contenido de P de acuerdo al fraccionamiento de Hedley. En las capas de 1-2 y 2-3 mm, el cultivo de soya produjo un incremento del pH en comparación con el control (sin plantas). En las otras capas, no existieron alteraciones en el pH debido a la presencia de cultivos. El cultivo del mijo, brachiaria y sorgo redujo el contenido de P inorgánico en la mayoría de las formas más lábiles, solamente en la capa de 0-1 mm desde el rizoplano.a

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Cursos y Simposios1. Herramientas de Teledetección y SIG en el Estudio

del Balance de Carbono en los Agroecosistemas

Organiza : EPG. FAUBA Lugar : Buenos Aires, Argentina Fecha : Octubre 20, 2012 : Noviembre 2-3, 2012 Información : EPG. FAUBA [email protected] www.agro.uba.ar

2. Reunión Anual de ASA-CSSA-SSSA - “Visiones para un Planeta Sustentable

Organiza : ASA-CSSA-SSSA Lugar : Ohio, EE.UU Fecha : Octubre 21-24, 2012 Información : ASA-CSSA-SSSA [email protected] www.acsmeetings.org

3. Jornada de Agricultura de Precisión

Organiza : CEI INTA Barrow Lugar : Buenos Aires, Argentina Fecha : Octubre 21-25, 2012 Información : CEI INTA Barrow [email protected]

www.inta.gob.ar/barrow

4. III Reunión Internacional de Riego

Organiza : EEA INTA Manfredi Lugar : Córdoba, Argentina Fecha : Octubre 30-31, 2012 Información : EEA INTA Manfredi [email protected] www.inta.gob.ar

5. II Seminario Internacional de Riego en Cultivos y Pasturas

Organiza : Grupo de Desarrollo de Riego (GDR), la Facultad de Agronomía,

el INIA y FONTAGRO Lugar : Salto, Uruguay Fecha : Noviembre, 6-8, 2012 Información : Grupo de Desarrollo de Riego [email protected] www.seminarioriego.com.uy

6. VI Jornadas de Actualización en Riego y Fertirriego

Organiza : Centro Regional Andino INA Lugar : Mendoza, Argentina Fecha : Noviembre, 7-9 , 2012 Información : Centro Regional Andino INA

[email protected] www.riegoyfertirriego.com

7. XIII Congreso Ecuatoriano de la Ciencia del Suelo

Organiza : SECS Lugar : Cuenca, Ecuador Fecha : Noviembre 7-9, 2012 Información : SECS [email protected] www.secsuelo.org

8. VI Congreso Nacional de la Sociedad Boliviana de la Ciencia del Suelo - SBCS

Organiza : SBCS Lugar : Sucre, Bolivia Fecha : Noviembre 8-10, 2012 Información : SBCS [email protected] www.sbcs.com.bo

9. XXXVII Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo

Organiza : SMCS Lugar : Zacatecas, México Fecha : Noviembre 11-16, 2012 Información : SMCS [email protected] www.smcs.org.mx

10. XVII Conferencia Internacional de Conservación de Suelos

Organiza : ISCO Lugar : Medellín, Colombia Fecha : Julio 8-12, 2013 Información : ISCO [email protected] www.unalmed.edu.co

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Publicaciones Disponibles IPNI-Norte de Latinoamérica

Titulo de la PublicaciónCosto (U$S)

PALMA DE ACEITE. Manejo para Rendimientos Altos y Sostenidos. En el 2003, la oficina para el Sureste de Asia del International Plant Nutrition Institute, logró producir una de las publicaciones de mayor calidad sobre el manejo del cultivo. Es un orgullo para el IPNI presentar ahora una versión del libro en español con el título: “Palma de Aceite: Manejo para Rendimientos Altos y Sostenibles”. El libro cuenta con 15 capítulos del original en inglés y además un nuevo capítulo introductorio con algunas puntualizaciones sobre las particularidades de la producción de palma en América Tropical.

45.00

Uso Eficiente de Nutrientes. Esta publicación resume el estado del conocimiento con respecto a la eficiencia de uso de nutrientes en las Américas y discute el contexto contemporáneo dentro del cual se deben manejar los nutrientes.

15.00

Nutrición y Fertilización del Mango. Esta publicación ofrece información básica para el manejo de la nutrición y fertilización del mango tomando en cuenta las particulares características de desarrollo de este cultivo en el trópico.

15.00

Manual Internacional de Fertilidad de Suelos. Publicación didáctica sobre uso y manejo de suelos y fertilizantes con datos y ejemplos de diferentes partes del mundo 15.00

Guía de Campo, Serie en Palma Aceitera, Volumen 1: Vivero. Guía de campo preparada específicamente para uso práctico en el manejo diario de la palma aceitera. El volumen 1 cubre el manejo del vivero para producir plántas de calidad que deben estar disponibles para la siembra en el campo en el momento requerido.

15.00

Guía de Campo, Serie en Palma Aceitera, Volumen 2: Fase Inmadura. Guía de campo preparada específicamente para uso práctico en el manejo diario de la palma aceitera. El volumen 2 cubre el manejo de la fase inmadura de la plantación para lograr una población uniforme de palmas productivas en cada bloque del campo.

15.00

Guía de Campo, Serie en Palma Aceitera, Volumen 3: Fase Madura. Guía de campo preparada específicamente para uso práctico en el manejo diario de la palma aceitera. El volumen 3 cubre el manejo de la fase madura de la plantación para lograr rendimientos sostenidos de racimos de fruta fresca a través de toda la etapa productiva del cultivo.

15.00

Manual de Nutrición y Fertilización del Café. Este manual presenta conceptos modernos del manejo de la nutrición y fertilización del cafeto como herramienta para lograr rendimientos altos sostenidos. 10.00

Manual de Nutrición y Fertilización de Pastos. Esta publicación ofrece a las personas envueltas en la producción ganadera una visión amplia del potencial productivo, de los requerimientos nutricionales y de los factores limitantes impuestos por el ambiente tropical a la producción de forrajes.

10.00

Nutrición de la Caña de Azúcar. Este manual de campo es una guía completa para la identificación y corrección de los desórdenes y desbalances nutricionales de la caña de azúcar. El tratamiento completo de la materia y las excelentes ilustraciones hacen de este manual una importante herramienta de trabajo en la producción de caña.

8.00

Estadística en la Investigación del Uso de Fertilizantes. Publicación que presenta conceptos actuales de diseño experimental e interpretación estadística de los datos de investigación de campo en el uso de fertilizantes.

6.00

Vea el catálogo completo de publicaciones del IPNI en http//nla.ipni.net

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