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INFORMACION Martes, 29 de agosto, 2000
Medpark:debate y decisiónFRANCISCO RUIZ
MARCODoctor en
Derecho yaboqado
HOyapenas se discute que vi-vimos en un nuevo sistemaeconómico caracterizado
por la llamada globalización; y casinadie cuestiona que la tecnología,en especial las tecnologías de la in-formación (micróelectrónica, in-formática, telecomunicaciones,TV-radio, optoelectrónica, etcétera)constituyen la base sobre la que seasienta esa nueva economía.
En el contexto acabado de apun-tar, la investigación, el desarrollo,la innovación y la creatividad sonlos factores críticos de la genera-ción de ríqueza y del progreso so-cial, lo que, en principio, debe lle-vamos de la mano a una valora-
ción altamente positiva de todapolítica dirigída a la promoción dela investigación y del desarrollotecnológico, al modo en que sepretende con el proyecto de Par-que Científico del Mediterráneo(Medpark).
Por este sencillo motivo (el sim-ule interés uúblico estraté!rico\ ua-
científico resulta especialmentebeneficiosa para la provincia deAlicante y para la Comunidad Va-lenciana, en la perspectiva de crearun centro, un entorno, de desarro-llo que mire al siglo XXI y que do-te a nuestros ciudadanos y a nues-tras empresas de las infraestructu-ras cientifico-técnicas idóneas paraoptimizar su formación profesio-nal y para competir en la sociedadde la información. La tesis de la
centralidad que los parques cientí-ficos tienen en el desarrollo de la
economía de vanguardia viene ava-lada por hechos incontrovertibles.
Los parques permiten concen-trar territorialmente los agentes dela innovación: personas, empresasy centros universitarios, con laconsiguiente maximización de losresultados, al pasar estructural-mente, del campo teórico (ciencia)al campo aplicativo (tecnología), enforma de programas y descubri-mientos con aplicación directa alos procesos de producción y dis-tribución de bienes y servicios.
Un parque científico generaríadinámicas de investigación y
desarrollo fácilmente orientables
hacia los sectores estratégicos denuestra economía provincial-auto-nómica. nontE'nci~niloh Ih tE'rno-
en los que operan. Al calor de esainteracción entre ciencia y empre-sa, entre descubrimiento y aplica-ción productiva, acuden nuevosinvestigadores, más capital y nue-vas empresas, que retroalimentanel proceso, y que son atraídos porun medio (el parque y, por exten-sión, la ciudad) que favorece, nosólo la investigación, sino tambiénla creación de riqueza, con el con-siguiente. progreso económico ysocial. (No abordo, por exceder loslímites de este articulo, la cuestiónclave relativa al «reparto» de esariqueza y en qué medida son to-dos los ciudadanos -o sólo un seg-mento de ellos- los beneficiarios
de ese progreso).
Por último, y como factor quepor sí solo justificaría todo el
proyecto, debe valorarse el incre-mento del capital humano quecomporta la formación de expertosy de trabajadores cualificados. Sólola variable consistente en crear una
plataforma que dote a los jóvenesde una formación altamente cuali-
ficada en las tecnologías y procesosllamados a vertebrar el futuro, jus-tifica llevar a cabo el proyecto; so-bre todo teniendo en cuenta que eldesempleo, y especialmente el de-"pmnlpo il1vpnil ron"tih,vp h nO!-
políticos, empresariales y universi-tarios, y que, en todo caso, merecela pena reproducir literalmente:«... el desarrollo de la revolución
de la tecnología de la informaciónfue tributario de la formación demedios de innovación donde inte-
ractuarían descubrimientos y apli-caciones, en un proceso recurrentede prueba y error, de aprender cre-ando; estos entornos requirieron (ysiguen haciéndolo en la década delos noventa, a pesar de la interco-nexión telefóniCa) la concentraciónespacial de los centros de investi-gación, las instituciones de educa-ción superior, las empresas de tec-nología avanzada, una red auxiliarde proveedores de bienes y servi-cios, y redes empresariales de capi-tales de ríesgo para financiar lasprimeras inv~rsiones. Una vezconsolidado el medio, como lo es-taba Silicon Valley en la década delos setenta: tiende a generar su di-námica propia y a atraer conoci-miento, investigación y talento detodo el mundo». El mencionado
autor -junto con Peter Hall- trasvisitar y estudiar los príncipalescentros científico-técnicos del pla-neta, desde California a París-Sur,pasando por Japón y por Hsinchu-Taiwan, concluye confirmando el#nO!n"'] rn,r;..] ..1",,,,,,,,,,,,,,,,ñ 1A "AY
zonablemente la implantación deMedpark en Alicante, a lo ante-rior cabe añadir el interés públicorelacionado con la instituciónuniversitaria.
Parece evidente que el modeloclásico (europeo) de Universi-
dad demanda una profunda y ur-gente reestructuración. Entreotras, una de las vías por las quedebe discurrir ese cambio cualita-
tivo es la que conduce a una inte-gración estructural del «campus»en el medio social, cultural y eco-nómico sobre el que se asienta. Larelación entre la Universidad y lasociedad -a la que sirve y de la quese «nutre»- tiene que dejar de seruna relación de vecindad. Respe-tando la acumulación y transmi-sión de los saberes clásicos -y bá-sicos- la Universidad tiene queimplementar un gran esfuerzo,proyectado a todas sus estructuras,para generar -y transrnitir- el co-nocimiento específico que deman-dan las nuevas necesidades econó-
micas y sociales, orientando el tra-bajo docente e investigador a suentorno más próximo, si bien conla vista puesta en el mercado glo-bal. La Universidad de Alicante,
sus enseñanzas, su investigación,~A "..a..1a "ay .,;a~., ., lA" "ar+AyaC
.-logía incrementa la productividad,facilita la distribución, etcétera) yabriéndole las puertas del merca-do global.
La concentración de infraestruc-
turas de investigación dirigidas alos sectores emergentes (diseño,informática, ingeniería genética,etcétera) atrae financiación y pro-mueve la implantación de las em-presas interesadas en todo avanceo descubrimiento en-los campos
recería razonable que toaós lossectores implicados en Medparkse afanaran en dejar de lado lasdiscrepancias político-personalesque puedan dificultar su implan-tación efectivay que amenazan se-riamente con el arrumbamientodefinitivodel parque.
Basta distanciarse un poco delas miserias personalespara perci-bir con nitidez que la puesta enfuncionamiento de un parque
- -r,.,.-- , ,..,.." , - - r-tología estructural más grave del«nuevocapitalismo».
Manuel Castell -una de las vo-ces más autorizadasdel mundo en-sociologíade la información y delconocimiento- en su análisis so-bre la revolución tecnológica, co-mo factor clavede la sociedad in.formacional, subraya la trascen-dencia de los parques científicos,con palabras que debieran hacerreflexionar a nuestros dirigentes
-r-r r r--los medios de innovación en el de-sarrollo de la Revolución de la tec-
nología de la información: aglome-raciones de conocimiento científi-
co~écnico,instituciones,empresasy trabajo cualificado, constituyenlas calderas de la innovación en laEra de la Información».
Por si la perspectiva -funda-mentalmente económica- quehasta ahora vengo adoptando, nofuera bastante para justificar ra-
--- r --- -,--- - --- ___L_>_-productivos de nuestra provincia(turismo, calzado, juguete, már-mol, etcétera)y debe dirigir partede su energía innovadoraa poten-ciar esos sectores y a generar lasbases del conocimientoimprescin- :
1dible para abrir fronteras a otros.segmentos productivos, comple-mentarios, y alternativos, que en-sanchen las posibilidades del pro-greso social de nuestra Comuni-
(Sigue en la página 16) ~
e pardad. A su vez, los agentes econó-micos locales deben poder acudira la Universidad en busca de cono-
cimiento específico, de solución alos problemas y a los retos queplantea la nueva economía.
Ese proceso de doble direcciónrequiere un catalizador, un espa-cio, en el que cristalice; de un lado,el conocimiento (acumulado en laUniversidad); y del otro, las necesi-dades y problemas surgidos de lasociedad, a cuya solución' orienta-ran sus esfuerzos, los profesores,los investigadores, las empresas ylos trabajadores. La Historia de laciencia demuestra que a partir de1960 un catalizador decisivo en sudesarrollo ha sido el modelo de los
«Technology Parks».
Los anteriores apuntes, y otrasreflexiones más profundas y
documentadas que afloren al deba-te público de la socie!iad alicanti-na, constituyen un camino idóneopara fundamentar (y adoptar) ladecisión (política) en lo relativo a ladefinitiva implantación y desarro-llo del Parque Científico del Medi-terráneo.Es el convencimiento pú-blico, racional y justificado, en laconveniencia de su funcionamien-
to, lo que debe llevar a todos losagentes sociales y a los poderes pú-blicos a resolver la actual situación
de bloqueo político-legal.El interés público inherente al
proyecto es, por encima de cual-quier otra consideración, lo quedebe constituir el punto de partidasobre el que se articule todo el dis-
. e ey.curso, sea a favor, o sea en contradel parque. Al final, la pregunta aresponder es sencilla en su formu-lación: ¿conviene o no al interéspúblico de Alicante la instalaciónde un Parque Científico? Desdeque, a finales de julio, se manifes-tó la crisis con toda su crudeza, sevienen esgrimiendo obstáculos le-gales (urbanísticos, competencia-les, etcétera) y se apuntan errores«en la metodología», o trato inade-cuado en la presentación del pro-yecto al poder político legítimo dela Comunidad Valenciana. Sin du-
da, debe corregirse inmediatamen-te lo uno y lo otro. Pero es lo ciertoque todavía nadie, ni desde el go-bierno valenciano, ni desde lasasociaciones de empresarios, nidesde los sindicatos, ha cuestiona-do la bondad del proyecto. Nadieha argumentado públicamentecontra la idea de fondo (compatibi-lización de la actividad científica yempresarial orientada a la innova-ción rentable) que pretende hacerefectiva Medpark. Nadie sostieneque el Parque Científico perjudi-que a la Universidad o a los ciuda-danos de Alicante o a sus empre-sas y trabajadores. No se han ela-borado -o, al menos, no los conoz-co- estudios que demuestren lainviabilidad del parque, por erro-res en su concepción, por falta deespacio fisico, por déficit de finan-ciación o, en suma, por resultarinútil -o inadecuado- para la con-secución de los fines públicos es-tratégicos que están en la génesisde todo parque científico. Nadie
eClsl nsustenta la inviabilidad, o inade-cuación, científica, técnica, medio-ambiental, académica, o económi-ca del parque. Nadie se opone pú-blicamente al proyecto, ni los par-tidos políticos, ni la industria hos-telera, ni la juguetera, ni los pe-queños comerciantes, ni los médi-cos, ni los arquitectos, ni los «me-dia», ni los bancos, ni la Iglesia, nilos conservacionistas, ni los ecolo-gistas, ni tan siquiera, los gruposcontrarios a la globalización y aluso de las nuevas tecnologías ¿Quién, de los que tiene algo quedecir en la sociedad alicantina, seopone públicamente a la instala-ción de Medpark? Nadie.
Si nadie discute,la convenienciay la oportunidad de la iniciativa y,además, las perspectivas económi-ca y universitaria aconsejan su im-plantación -como más arriba hetratado de argumentar- cabe con-cluir, pues, que nos encontramosexclusivamente ante obstáculos
formales para el efectivo desplie-gue de Medpark; pero tales óbices,partiendo de la necesidad para Ali-cante del parque -de la legitimidaddel fin propuesto- deben ser supe-rados, mediante la voluntad políti-ca, las mutuas concesiones y re-nuncias y, en suma, a través delacuerdo entre las partes, aun cuan-do el mismo se circunscriba, únicay exclusivamente, a Medpark.
Lo que no puede ser, de ningu-na manera, es que un proyectofundamental para la ciudad frenteal que, en el fondo, nadie semuestra refractario, no pueda lle-
varse a cabo por haberse detectadoerrores formales; a los cuales -si-tuándome, ahora, en el plano jurí-dico- siempre cabría aplicar ladoctrina de la subsanación.
Con ello no propongo -nadie lopropone- que se desprecien, ososlayen, las formalidades legales.Las formas y procedimientos sonirrenunciable s en un Estado de
Derecho. Y, es sabido, que en unsistema democrático el fin -por le-gítimo que sea- nunca puede jus-tificar los medios.
Tan sólo me atrevo a sugerir,que la superación de los óbices
formales que obstaculizan el desa-rrollo del proyecto debiera pasarpor una reflexión serena respecto ala utilidad, a las ventajas, al benefi-cio, y al coste que el Parque Cientí-fico supone para Alicante. Si de laconclusión derivada de ese análisis
resulta que el parque ofrece, entérminos sociales, más beneficiosque costes para la provincia; si, alcabo, se concluye que Medparkpuede aportar a Alicante algo másque el sol y la playa,4ue ya nos diola naturaleza, el camino de la solu-
ción habrá sido franqueado.Si todos convienen -mediante el
debate argumental, sin descalifica-ciones mutuas y sin victimismo-en la bondad racional del proyecto,resultará sencillo corregir pasadoserrores y, superándolos, hacerefectivo el interés público inheren-te al parque, dentro del más abso-luto respeto a la legalidad.
En los proyectos de ciudad -y
éste puede ser uno de ellos- aligual que en los proyectos o cues-tiones de Estado, los poderes im-plicados deben realizar un sobreesfuerzo de comprensión, de ge-nerosidad y de renuncia (esfuerzoexigible a todos los poderes, no so-lo al político). Procede aparcar, silas hubieran, las políticas partidis-tas -legítimas en otros temas- ylos personalismos, la puntual ani-madversión, inevitable en las rela-ciones humanas, pero superablecuando se enfrentan retos de ma-
yor calado. Cumple orillar cuantoexista de confrontación y lucha,desplazándola en aras a un objeti-vo superior, que no es otro, que elsimple servicio al interés generalde los ciudadanos de Alicante y, I
con ello, a los de la Comunidad
Valenciana. No digo yo -no tengopruebas- que sean, los que acabode apuntar, los únicos o los verda-deros obstáculos que oponen re-sistencia a la implantación deMedpark en Alicante; pero si lofueran, si algo hubiera de rivalidadpartidista o pen¡onal, conviene de-sactivar tales causas, siquiera seacoyunturalmente; y, nunca mejordicho, dar paso al parque. La solaidea de que Alicante tenga el pri-mer Parque Científico del mundodebe ser suficiente para alcanzarel consenso necesario que permitasu instalación y el desarrollo de to-das sus potencialidades de futuro.Como advirtiera J. Adams en 1789«La esencia de un Gobierno libre
consiste en saber poner un frenoeficaz a todas las rivalidades».