indignados con los impuestos

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Artículo de opinión de Cristina Berechet, Jefe de Investigación del think tank Civismo, publicado en Diario de Navarra - viernes, 20 de junio de 2011

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Page 1: Indignados con los impuestos

16 OPINIÓN Diario de Navarra Viernes, 10 de junio de 2011

EN CLAVE DE HUMOR RamónEL PERISCOPIOManuel Alcántara

ADMIRADORES

¿Cómo es posibleque en España notenga detractores untriunfador absoluto?

L OS deportistas sentadossolemos hacer un únicoejercicio: ponernos depie para aplaudir a los

que se mueven con rapidez yacierto. ¿Qué sería de los ídolosde la afición si no les pusiéramosen un altar? A poco que se refle-xione sobre la psicología del hin-cha se da uno cuenta de que losfuribundos partidarios lo sonporque se han atribuido una par-te alícuota del triunfo. Aunquesean muchos. Por lo menos ca-ben todas las discusiones en losbares: si Messi no solo es mejorque Cristiano Ronaldo, sino me-jor que Maradona. (Entre los dos,si me dieran a escoger, puesto adecir tonterías, mi elección esclara: elegiría a Di Stéfano). Poruna vez se ha dado la unanimi-dad. Rafa Nadal le cae bien a todoel mundo. ¿Cómo es posible queen España no tenga detractoresun triunfador absoluto? Algo es-tá fallando en el llamado espíritunacional. Este admirable mucha-cho es querido por todos, inclusopor los que no aguantamos un

partido de tenis en el sofá, no di-gamos sobre el terreno, aunquesea de tierra batida o como se lla-me. El espectador de tenis nuncasufrirá una tortícolis, pero sé dealguno que ha sufrido un infarto.

Hay que tomarse muy a pechoel deporte para correr esos ries-gos en absoluta inmovilidad. Ha-blo de los hinchas, no de los admi-radores más o menos apasiona-dos. Admirar es, según RamónPérez de Ayala, “uno de los gran-des placeres en esta vida transi-toria”.

No se lo pueden permitir losque desertan de los altares dondeestaban sus ídolos y los sustitu-yen en las hornacinas a las pri-meras de cambio, o sea, cuandocambia la suerte. La estimaciónpor algo o por alguien debe ser unsentimiento duradero. Aprendí,cuando era cronista de boxeo,más que de mis poetas favoritos,en cuanto a la soledad. Me bastóentrar en el vestuario de los ven-cidos. No había nadie.

[email protected]

REVISTADE PRENSABoston Globe(EE UU)

Modificación del Senado

Entre las últimas disposiciones, el Senado ha decidido modificarsu presupuesto y echar por tierra gran parte del esfuerzo hechopara dar a las ciudades y pueblos las herramientas que necesitana fin de controlar los gastos provocados por atender la salud de lostrabajadores municipales. Es un revés para la obra estelar de laCámara, que en principio iba a permitir que los municipios pudie-ran colocar a sus trabajadores con menor costes. [EDITORIAL]

La Vozde Galicia

La deuda

Habría que meter en la cárcel, tras un juicio justo, a todos los quecausaron y siguen causando esta ruina: casi medio millón de em-presas cerradas en tres años; deudas de organismos públicos aproveedores de 45.000 millones de euros. ¿Y quiénes son los cau-santes de esa catástrofe? Gran parte de la clase dirigente: alcaldesy corporaciones ; presidentes y consejeros de comunidades autó-nomas y ministros . Todos ellos. [FERNANDO ÓNEGA]

Indignadosconlosimpuestos

SE cumple ya un año de las medi-dasderecortespresupuestariosysubidas impositivas que marca-ron los primeros meses del añopasado. Tampoco esta primaveraparece salvarse, ya que no se des-

cartan nuevas alzas de impuestos si el déficitpúblico sigue fuera de control. Nuestra socie-dad está indignada con la gestión actual (15M,Sol..), pero revindica unos servicios públicosde calidad que sólo se pueden conseguir au-mentando el gasto público y, por tanto, conmás impuestos.

¿Todavía más? Nuestros impuestos, tras Is-landia, fueron los que más aumentaron en2010. El año pasado Zapatero utilizaba la bajapresión impositiva que soportamos los espa-ñoles como excusa para subir los impuestos.Sin embargo, los últimos datos de la OCDE, elclubdelospaísesmásdesarrollados,desmien-ten esa afirmación: el esfuerzo fiscal en Espa-ña está por encima de la media y sigue subien-do. De hecho, España fue el segundo país de laOCDEdondemásaumentólapresiónfiscalso-bre el trabajo en el último año, hasta alcanzarel 39,6% de los ingresos salariales. La OCDEanaliza dicha presión teniendo en cuenta, ade-másdelImpuestosobrelaRenta,lasdeduccio-nes fiscales y las cotizaciones a la SeguridadSocialporpartedelaempresaydeltrabajador.En el último año, la presión fiscal sobre el tra-bajo ha aumentado en 1,36 puntos porcentua-les, lo que amplía la diferencia con la media dela OCDE (34,9%) hasta casi 5 puntos.

Loscontribuyentesmásdesfavorecidospornuestro sistema fiscal siguen siendo las fami-liasconbajosingresosehijosylossolterosconhijos, cuya fiscalidad llega casi a duplicar lamedia de la OCDE. Si en la mayoría de los paí-ses de la OCDE hay una notable diferencia en-

tre los impuestos que se aplican a las familiascon hijos y sin hijos, en el régimen tributarioespañol apenas se notan las diferencias. Unabuena política de natalidad debe centrarse endeducciones a las familias con rentas más ba-jas y no en cheques bebés para todos.

Además, más allá de un determinado nivelde ingresos, el sistema impositivo español so-bre las rentas del trabajo es regresivo. Estosignifica que quienes ganan más, pagan unmenor porcentaje de sus ingresos, a pesar deque la mayor parte de la sociedad y los gober-nantes opinan que debería ser al revés. Las di-ferenciasconlospaísesdelaOCDEresidenenlas cotizaciones a la Seguridad Social. Comolas cotizaciones se basan en un tipo único y noen un sistema por tramos, distorsionan la pro-gresividad. Además, al tener un tope máximo,las rentas que sobrepasan los 3.200 euros almes se ven beneficiadas haciendo que el siste-ma impositivo sea regresivo si se sobrepasaun determinado nivel de renta. A su vez, la

existencia de este techo, ha-ce que para el empresariosea más barato subir el suel-do a los trabajadores quemás ganan que a las rentasmás bajas, fomentando asíel mileurismo y agudizandocada vez más las diferenciasentre las clases sociales.

Probablemente en el mo-mentoactuallaúnicaposibi-lidad que tenemos para me-jorar el saldo de la Seguri-

dad Social y reactivar la economía sea bajarlos impuestos. Reducir los tipos impositivosde las rentas del trabajo, así como las cotiza-ciones a la Seguridad Social, abarataría loscostes laborales, haciendo más atractiva lacontratación y la creación de empleo. Todo es-to se traduciría en un aumento del número co-tizantes y, por tanto, en un aumento de la re-caudación. La pregunta es quién se atreverá aimplementar unos cambios tan radicales pe-ro tan necesarios. Desde luego que cuantomás convencida esté la sociedad civil de que laúnica manera de salir de la crisis y mantenerlos servicios públicos es la bajada de tipos im-positivos, más fácil será para los políticos lle-varlo a cabo.

Cristina Berechet es jefe de Investigación del thinktank Civismo

CristinaBerechet

PERSONALIDADESDIFÍCILES

M I amigo Ricardo es uneconomista histéricoen paro. El otro día vioen el periódico un

anuncio que rezaba: “Se necesitaeconomista, imprescindible perso-nalidad obsesiva, para director decontabilidad en empresa ligada alsector servicios”. Aclaremos que élsabe de sí mismo que es histéricoporque se ha psicoanalizado y por-que ha leído literatura sobre el te-ma. Dado que no hay estructuraspsicológicaspuras, lahisteriademiamigo está contaminada por algúnrasgo leve de carácter paranoico.Sincaereneldeliriodequelepersi-guen, está convencido de que la his-teriaestámuymalvistaenloshom-bres, lo que limita notablementesusposibilidadeslaborales.Alpocode leer el anuncio citado más arri-ba, me telefoneó:

-¿Llevaba o no llevaba yo razón?–preguntó.

-¿En qué? -dije yo.-En que los economistas histéri-

cos lo tenemos peor que los econo-mistas obsesivos.

-No sé -dije-. A un jefe de contabi-lidad le viene bien la obsesión, paraquenoseleescapeningúnnúmero.

-¿Y qué me viene bien a mí?-Quizállevarlosnúmerosdeuna

cadena de peluquerías.Le dije esto porque he asociado

desde siempre la actividad pelu-queraconlahisteria.Aunsinpoderdemostrarlo científicamente, estoyconvencido de que la gente dedica-daalcuidadodelcabellotienetodoslosrasgoscaracterísticosdeesapa-tología. Lo sé porque, siendo obse-sivo, reconozco a un histérico a me-dio quilómetro. Además, en mi pe-luquería habitual sólo hayhistéricos e histéricas. Me gustanpara salir de mi ambiente, pero suconversación me agota, como la demi amigo Ricardo.

El caso es que a los pocos días deesta charla telefónica, recibí unallamadadeRicardo.Porlovisto,ha-bía enviado su currículo histérico auna cadena muy importante de pe-luquerías, de donde le acababan deconvocar para la realización de unaentrevistapersonal.Supánico,aho-ra,eranoresultarlosuficientemen-te histérico. De hecho, me parecióobservar en él rasgos obsesivosinéditos en su personalidad. Era unhistérico que devenía en obsesivoal asustarse. Por supuesto, perdióel trabajo y ahora vive entregadopor completo a la paranoia.

[email protected]

LA VENTANAJuan José Millás