"inconformistas del conocimiento" (reportaje)

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Cuadernos de Pedagogía [ R EPORTAJE] 9 Diciembre 2006 Nº 720 Inconformistas del conocimiento En el madrileño instituto público Ramiro de Maeztu se imparte el Bachillerato Internacional, una formación integral y “sin frontera s ” para alumnos exigentes que quieren profundizar en los contenidos. A maranta se abre paso entre la chiquellería para alcan- zar la barra de “La Cantina” y pedir un té a gritos. Hay tanto ruido que tiene que insistir. Esta escena le resulta tan familiar… Todavía recuerda los bocadillos de tortilla que le permi- tían recuperar energías en los recreos. Apartando mochilas, con- sigue hacerse un hueco en una mesa para esperar a su amiga y antigua compañera de Bachillerato Internacional (BI), Andrea. Han quedado en la cafetería de alum- nos con la intención de reencon- trarse y visitar a sus antiguos pro- fesores. Actualmente, Amaranta Martínez y Andrea Ortiz, de 19 años de edad, cursan 2º de Filología Clásica y de Psicología en las Universidades Complutense y Autónoma de Madrid, respectivamente. A Amaranta le gusta salir con los amigos, leer, ir al teatro y viajar. Andrea prefiere el cine clásico y jugar al tenis y al baloncesto. A pesar de tomar caminos diferentes, las dos tienen en común el haber realizado el Bachillerato Internacional en el instituto Ramiro de Maeztu, el único centro público que, desde 1982 y hasta la actualidad, lo imparte en Madrid. El Diploma del BI lo otorga la Organización del Bachillerato Internacional (OBI) cuya sede Ramón Lois (abajo a la derecha), profesor y tutor del Bachillerato Internacional, posa con la promoción de estudiantes del año 2005 en la puerta del instituto Ramiro de Maeztu./ MARINA CALVO. Por Marina Calvo Brito.

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Reportaje realizado en Diciembre de 2006 sobre el Bachillerato Internacional para la asignatura de Relato Informativo de la carrera de Periodismo y Comunicación Audiovisual.

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Cuadernos de Pedagogía [REPORTAJE]

9Diciembre 2006 Nº 720

Inconformistas del conocimientoEn el madrileño instituto público Ramiro de Maeztu se imparte el

Bachillerato Internacional, una formación integral y “sin frontera s ”para alumnos exigentes que quieren profundizar en los contenidos.

Amaranta se abre paso entrela chiquellería para alcan-zar la barra de “La

Cantina” y pedir un té a gritos.Hay tanto ruido que tiene queinsistir. Esta escena le resulta tanfamiliar… Todavía recuerda losbocadillos de tortilla que le permi-tían recuperar energías en losrecreos. Apartando mochilas, con-sigue hacerse un hueco en unamesa para esperar a su amiga yantigua compañera de Bachillerato

Internacional (BI), Andrea. Hanquedado en la cafetería de alum-nos con la intención de reencon-trarse y visitar a sus antiguos pro-fesores.

Actualmente, AmarantaMartínez y Andrea Ortiz, de 19años de edad, cursan 2º deFilología Clásica y 2º dePsicología en las UniversidadesComplutense y Autónoma deMadrid, respectivamente. AAmaranta le gusta salir con los

amigos, leer, ir al teatro y viajar.Andrea prefiere el cine clásico yjugar al tenis y al baloncesto. Apesar de tomar caminos diferentes,las dos tienen en común el haberrea l i zado e l Bach i l l e r a toInternacional en el institutoRamiro de Maeztu, el único centropúblico que, desde 1982 y hasta laactualidad, lo imparte en Madrid.

El Diploma del BI lo otorgala Organización del BachilleratoInternacional (OBI) cuya sede

Ramón Lois (abajo a la derecha), profesor y tutor del Bachillerato Internacional, posa con la promoción de estudiantes del año 2005 enla puerta del instituto Ramiro de Maeztu./ MARINA CALVO.

Por Marina Calvo Brito.

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central se encuentra en Ginebra(Suiza) y el centro de desarrollocurricular y de evaluación enCardiff (Reino Unido). Da accesoa las principales universidades delmundo: Oxford, Cambridge, LaSorbonne, Harvard… Se fundó en1968 y, desde entonces, lo hanobtenido más de medio millón deestudiantes en 119 países. EnEspaña existen 36 colegios que loofrecen, 14 de ellos, públicos. Esun bachillerato muy especial, caside elite, con un currículum deexcelencia. En nuestro país no estáhomologado, pero sí reconocido,lo que supone que los alumnosdeben cursar el BachilleratoLOGSE y el BI a la vez.

Compromiso con la educación

Es época de evaluacionesen el instituto y ahora hay más tra-bajo que nunca. Trinidad Andrés,jefa de estudios, es capaz deencontrar tiempo, a pesar de suescasa disponibilidad, para hablarpausada, pero apasionadamente,del modelo educativo del BI, conel cual se identifica. La jovialidady la energía que transmite, ocultansu verdadera edad. “ElBachillerato Internacional surgióante la necesidad que tenían losdiplomáticos de poder homologarlos estudios de sus hijos para posi-bilitarles el acceso a cualquier uni-versidad, ya que, en los diferentespaíses a los que tenían que trasla-darse, se encontraban con sistemaseducativos muy variopintos”explica Trinidad, que ademásimparte Filosofía a los alumnosdel BI. “Después, se convirtió enuna ‘filosofía’ mucho más amplia,que tiene como base la solidaridad,el intercambio cultural y losDerechos Humanos. La enseñanzase concibe como algo abierto y

creativo. La intención es formarpersonas libres, independientes,con una visión más allá de su pro-pio país”.

Según especifica la OBI, elBachillerato Internacional preten-de “proporcionar una formaciónexigente, completa, y coherente”.El Programa del Diploma “capaci-ta a sus alumnos para profundizaren el estudio de temas específicos,manteniendo una visión amplia delas diversas áreas del conocimien-to, y poder, así, discutir cuestionesde actualidad desde una perspecti-va universal. Les prepara paraplantear interrogantes complejas,investigar un tema y expresar suopinión con claridad. Su objetivoúltimo es conseguir un desarrollocompleto de la personalidad, queles permita integrarse en la vidaadulta como ciudadanos conscien-tes, respetuosos, críticos y solida-rios con el mundo globalizado en

que les ha tocado vivir, y en espe-cial, con las personas y la diversi-dad cultural que supone su entornomás próximo”.

Andrea recuerda que, aloptar por el BI, le pareció sugeren-te la idea de adquirir una educa-ción integral, donde se tuviera encuenta tanto la formación acadé-mica como los planteamientoshumanísticos del programa.Valora, junto con Amaranta, algu-nos de los aspectos positivos queles ha aportado: “Hemos crecido anivel personal e intelectual.Nuestros compañeros eran muymaduros. Igual podíamos discutir

sobre Nietzsche, la filosofía dellenguaje, analizar problemassocioeconómicos y políticos deri-vados de la globalización, comoapreciar los últimos estrenos deteatro y cine de autor”. YAmaranta remarca: “Adquiríamoslos conocimientos y las habilida-des para abordar con criterio cual-quier tema”.

Humanidades y ciencias paratodos

Los estudios del BI se pro-longan durante dos años. Es unbachillerato de nivel superior ycon mayor carga lectiva y de con-tenidos, donde los alumnos tienenla oportunidad de acceder a lasgrandes áreas tradicionales delsaber: las humanidades y las cien-cias, aunque se especialicen en unade ellas. Estas características nofueron una barrera para Amaranta,

sino un aliciente en su decisión deestudiar el BI: “Era necesario teneruna o dos horas diarias más declase que en el BachilleratoLOGSE, porque son más asignatu-ras y un programa más denso. Aveces me parecía hasta poco tiem-po para abordar tantas materias. Eslo mínimo que se puede tener”. Yquizá condicionada por el hechode que su madre sea médico y supadre profesor de Historia enSecundaria, Amaranta añade:“Pienso que en España empeza-mos a elegir muy pronto. Es nece-saria una formación más amplia,que integre las ciencias y las letras,

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“Hemos crecido a nivel personal eintelectual. Nuestros compañeros

eran muy maduro s ”

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por lo menos hasta que cumplimoslos 18 años. Si no, yo, al optar porlas humanidades, no podría leer unmontón de cosas o informarme enla prensa de las últimas investiga-ciones científicas. Igual que meparece un crimen que “los del bio-sanitario y tecnológico” abando-nen la Historia cuando tienen 16años”.

En el BachilleratoInternacional se cursan seis mate-rias obligatorias: Primera Lengua(que incluye el estudio de laLiteratura Universal), SegundaLengua (Alemán, Francés, Ingléso Italiano), Individuos ySociedades (Historia, Geografía,Economía, Filosofía…), CienciasExperimentales (Física, Química,Biología…), Matemáticas, y Artesy optativas. Tres de estas asignatu-ras se estudian a nivel superior

(250 horas) y las otras tres a nivelmedio (150 horas). Además, entodas ellas se deben realizar diver-sos trabajos de investigación.

Ramón Lois, de 56 años,catedrático y profesor de Lengua yLiteratura, recibe encantado lavisita de Amaranta y Andrea, susantiguas alumnas. Ha dedicado 18años de su trayectoria profesionala la enseñanza del BI y conocebien las diferencias que existenentre el Bachillerato LOGSE y elInternacional a la hora de impartirsu asignatura. “Lo que se da enLOGSE sirve poco para el alumno,es demasiado teórico, memorísticoy sintético. Sería más lógicoaprender a escribir y hablar concorrección, pero eso ni se plantea.Sin embargo, en el BI la LiteraturaMundial cobra mayor protagonis-mo. El comentario de texto es una

parte esencial. Profundizamos enlas obras: se analizan 15, no sóloespañolas, frente a las 4 que exi-gen para la Selectividad. Tambiénse estudian poemas, relatos cortos,obras de teatro breves… Por otrolado, se hace mucho hincapié en laexpresión oral, lo que no existe enla LOGSE”.

Ramón aprovecha elencuentro con sus discípulas pararecomendarles nuevas lecturas ylos últimos estrenos teatrales deinterés. La animada conversacióntranscurre entre risas y recuerdosanecdóticos del pasado.

Formación integral

Además del estudio de lasseis asignaturas, los alumnos aspi-rantes al Diploma, han de cumplircon otros tres requisitos: cursarTeoría del Conocimiento; desarro-

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Curriculum del Programa del Diploma del Bachillerato Internacional. / Fuente: Instituto Ramiro de Maeztu.

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llar una actividad creativa, deacción y servicio a la comunidad;y llevar a cabo una monografía otrabajo de investigación.

La Teoría del Conocimientoes un cursointerdiscipli-nario quepermite a losa l u m n o saprender ar a z o n a r ,e s t a b l e c e rhipótesis ytratar temasen profundi-dad. Estamateria seintegra en elBI desde laasignatura deFilosofía. “ElBachilleratoInternacionales concebidocomo unmodelo integral de formación, queva más allá de los contenidos. LaTeoría del Conocimiento abarca elresto de las disciplinas del sistemade estudios del BI. Lo que preten-de es la comprensión de las dife-rentes realidades a través del cono-cimiento”, explica TrinidadAndrés. “Elamor por elestudio, porla belleza, porlo que terodea, el inte-rés, la curiosidad, todo esto quefomenta el BI, debería ser promo-vido también en los demásBachilleratos. En este sentido, elpensamiento crítico es más pro-fundo quizá en el BI que en laLOGSE”. Apostilla Trinidad, queal igual que Ramón Lois, resalta ladicotomía existente a la hora de

impartir los contenidos y la meto-dología en el BachilleratoInternacional y en el LOGSE.

La actividad extracurricu-lar de Creatividad, Acción y

Servicio a la comunidad (CAS)ofrece a los alumnos la ocasión detener valiosas experiencias de vidafuera del aula. En el institutoRamiro de Maeztu se pueden rea-lizar, entre otros, talleres de teatro,poesía y narrativa, fotografía yvídeo; o participar en la ONG

“Ayuda Mutua”. Andrea, influidapor la vocación de psicóloga queya emergía en sus años de bachi-ller, optó por implicarse en laONG. “Considero interesante queel BI proporcione una formaciónintelectual y personal, y que ade-más exija un compromiso de tiposocial. Aunque en un primer

momento las 150 horas de CASme parecieron excesivas, disfrutémucho ayudando a los chavalessaharauis, conocí otra cultura.Aquello fue un aliciente para que

ahora continúe milabor como volun-taria. Te da unpequeño empujón.Muchas cosas seempiezan porobligación yluego te das cuen-ta de que te gus-tan. Creces comopersona partici-pando en activida-des que no sólosean académicas”

Para obte-ner el Diplomadel BachilleratoInternacional, losestudiantes han derealizar una inves-tigación de 4000

palabras especializada en algunade las seis áreas del programa.Consiste en una especie de tesina,cuyo objetivo es aprender a traba-jar con una metodología científicay universitaria. Cada alumno esco-ge el tema y un profesor-tutor quele oriente y asesore en el desarro-

llo de la monogra-fía. Los profesoresdel BI rememorancon orgullo la sor-prendente calidadde muchos de los

trabajos que han dirigido. Así, porejemplo, Paloma Sánchez, de 45años, profesora de Filosofía en elBI, evoca complacida cómo tutelóla monografía “mejor puntuada dela lengua española”: “La actuali-dad de las virtudes morales de laÉtica a Nicómaco de Aristótelesen relación con la película

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Amaranta Martinez, antigua alumna del BI, consulta el Programa del Diploma. /MARINA CALVO.

“ A veces tienes que dedicarle tiempoy mentalmente no puedes”

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Cuadernos de Pedagogía [REPORTAJE]

Ciudadano Kane de OrsonWelles”. En Literatura, RamónLois destaca que estudiantes dedistintas generaciones hayan pre-sentado monografías excepciona-les sobre Rayuela, una novela muycompleja de Julio Cortazar. “Aveces son muy ambiciosos en loque se proponen. Recuerdo una enla que tenía que decirle continua-mente al alumno que bajase elnivel. Resultaba tan excesivamen-te detallista y meticuloso, quepodía llegar a no ser entendido porel corrector de la OBI. Yo mismohe evaluado monografías externasy a veces te toca un tema que, o tepones a informarte bien, o ¿cómopuedes corregir eso?”

Aunque los profesores delinstituto aportan su valoracióninterna, es la Organización delBachillerato Internacional la queotorga las calificaciones a losalumnos después de realizar lacorrección de los trabajos y exá-menes. En mayo del segundo añose llevan a cabo los exámenesfinales.

Doble bachillerato, tripleesfuerzo

La mayor densidad de con-tenidos y exigencia que conlleva elBachillerato Internacional no es laúnica dificultad a la que tienen queenfrentarse los alumnos enEspaña. Al no estar homologado,los estudiantes se ven abocados arealizar dos bachilleratos a la vez.

Laura Salto, tras su trayec-toria profesional como profesorade Matemáticas en la UniversidadCarlos III de Madrid, desarrolla enla actualidad su labor educativa enel instituto Ramiro de Maeztu.Como coordinadora del BI desdehace año y medio, pone de relieve

el inconveniente que supone lafalta de reconocimiento oficial deesta formación en España. “LaComunidad de Madrid está inten-tando ampliar este bachillerato amás centros. Creo que su generali-zación no va a ser una tarea fácil sino se disminuye el exceso de cargalectiva que les supone a los alum-

nos cursar un doble bachillerato.El problema no es el mayor niveldel BI en sí mismo, cuyos criteriosme parecen razonables. Aunque seintenta presentar como un currícu-lo integrado, la mayoría de loscontenidos no coinciden. Seríainteresante reducir asignaturas deLOGSE. Los estudiantes se aho-rrarían muchas frustraciones.”Cumpliendo con uno de los aspec-tos de su tarea como coordinadoraque más le satisface, Laura inte-rrumpe sus valoraciones para ayu-dar a solucionar un conflicto a unalumno que necesita de su orienta-ción.

En su primer trimestre enCiencias Sociales del BI, algunosalumnos aprovechan el recreo paraintercambiar impresiones. La sen-sación de los que empiezan a estu-diar el Bachillerato Internacionales de que les falta tiempo o que nose saben organizar. “A veces tienesque dedicarte a ello y mentalmen-te no puedes”, comenta RaquelRuiz. “La mayoría de nosotrosvivimos lejos del instituto y tarda-mos mucho en trasladarnos. Televantas a las seis, permanecessiete u ocho horas concentrada en

clase. Llegas a casa a comer, comopronto, a las cuatro y media, por loque después no hay energía niganas de estudiar cuando te tienesque poner”. Javier Zamora, com-pañero de Raquel, señala: “El pocotiempo que tengo libre lo utilizopara salir”. A lo que Julia Ferreroañade: “Pues yo lo empleo en dor-

mir. Así que… me quedo sin tiem-po”. Para Álvaro Vadelo, “en elprimer trimestre te pegas el golpe.Te cambia todo. He estado muymal organizado, todavía tengo losapuntes por ahí, por los suelos”.Marta Echávez opina que “aunquete cueste, es más importante sertrabajador que inteligente. Si eresvago, aquí no puedes hacer nada”.Suena la sirena que avisa el finaldel descanso. Con un respingo, losalumnos abandonan la conversa-ción para volver rápidamente aclase.

Ramón Lois, desde su largaexperiencia como tutor de gruposde BI, aporta una visión más pró-xima de las problemáticas a lasque se enfrentan los estudiantes:“Realizan mucho esfuerzo.Además, al principio, lo pasanmal. Vienen con una media supe-rior al notable alto, no han suspen-dido nunca y en la primera evalua-ción se encuentran tres o cuatrosuspensos. Algunos se agobianporque no llegan”. Ramón justifi-ca esta situación al considerar que“hay profesores que no lo hacenfácil, mandan estudiar demasiadoy eso desnivela una barbaridad. A

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“Se encuentran con una dificultad enor-me a una edad que tiene mucho mérito.

Por ello, en la universidad no habrá obstáculo que no puedan vencer”

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veces se olvidan de que los alum-nos afrontan un doble bachilleratocon muchas materias y conteni-dos”. Sin embargo, prepondera ellado positivo: “Aun así creo queles compensa. Se encuentran conuna dificultad enorme, que puedenvencer, a una edad que tienemucho mérito. Por ello, en rarasocasiones se toparán en la univer-sidad con un obstáculo que nopuedan superar”.

Los alumnos también tienen con-ciencia de estas circunstancias:“Ahora mismo no veo mi esfuerzorecompensado, pero en un futuroseguro que sí”, corrobora Álvarodel Portillo, estudiante de 1º de BIde Ciencias de la Naturaleza y laSalud, mientras realiza una prácti-ca en el laboratorio. “A cortoplazo, conseguiría mayor notamedia si no estuviera aquí, perocuando llegue a la Selectividad y ala universidad, tendré más nivel”.

Exigencia recompensada

Andrea y Amaranta com-parten una etapa marcada por elesfuerzo y el afán de superación,que es difícil de comprender poralguien que no lo haya vivido. “Eldesgaste es mayor al que uno seplantea en principio, sobre todo aesas edades. Me quejaba de estardesperdiciando mi juventud”.Desde la perspectiva que ofrece ladistancia, Amaranta valora suexperiencia. “Aunque ya en 1º laexigencia es superior en el BI queen el LOGSE, para mí, el mayor

problema comenzó en 2º.Estábamos hasta arriba de trabajosque se nos acumulaban y juntabancon los exámenes de LOGSE, deBI y de Selectividad. Era naturalsaltarse las primeras horas de claseporque la noche anterior te habíasquedado hasta las tantas terminan-do “el maldito trabajo”. Todo elmundo con ojeras, agotado, crisisnerviosas a montones. Una com-pañera llegó a estar tan sensible

que, cuando recibía un comentarionegativo o una mala nota, se hun-día y se ponía a llorar sin más. Yoiba con mi botellita de tila todoslos días. Los últimos meses adel-gacé varios kilos”.

Andrea sonríe irónicamen-te al verse reflejada en el testimo-nio de su amiga. “En nuestra claseadoptamos una mascota que nosrepresentaba: “el pingüino ojerosodel BI,” encadenado con un grille-te en la pata y sosteniendo monto-nes de libros debajo de las alas”.La carga del recuerdo se hace pre-sente cuando comenta: “Mi vidacultural y social desapareció. Meperdí todas las películas, todas lasexposiciones, millones de cosas.Para mis amigos de LOGSE yo eraun bicho raro. Sólo quedaba conmis compañeros para estudiar,¡qué triste! En su momento dudabade si me había equivocado al esco-ger esta opción”.

Amaranta, con su optimis-mo habitual, valora lo positivo:“El esfuerzo tiene su recompensa.El estrés al que nos veíamos some-tidos ante tanta presión por la exá-

menes del BI, permitió que afron-táramos con total calma los deSelectividad. A diferencia de nues-tros compañeros de LOGSE, nosparecieron muy sencillos. Dehecho, todos sacamos muy buenasnotas. En mi caso un 9,88. El cam-bio a la universidad no me costónada. Los conocimientos de Latíny Griego que adquirí me permitie-ron ir “sobrada”. Comprendo yrelaciono con facilidad todos loscontenidos de las asignaturas. Séredactar comentarios de texto enprofundidad, llevar a cabo enfo-ques de investigación en los traba-jos y asumir los estudios con auto-nomía y madurez”.

Andrea asiente satisfechaal comparar su situación actualcon su experiencia como bachiller.“Ahora salgo entre semana, porejemplo, el lunes al cine. Acudo aconciertos, hago deporte, quedocon los amigos. Es como... ¡lonunca visto!, ¡impensable cuandoestudiaba el BI!”

Unidos por la motivación

Tanto profesores comoalumnos coinciden en que la clavedel éxito ante el exceso de trabajo,consiste en saber organizarse, noperder la motivación y aportargrandes dosis de esfuerzo. Perotambién son conscientes de queesto no es una labor individual.Depende, en gran medida, del inte-rés, la participación, el buen climay el compañerismo. Todos señalanque el perfil de los estudiantes delBachillerato Internacional influyeen el nivel de comunicación que seestablece en los grupos y con losprofesores, sirviendo como reacti-vo para enfrentarse a las tareasdiarias.

“En el BI se da una selec-

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“ Para mis amigos de LOGSE yo era un bicho raro. Sólo quedaba con mis

compañeros para estudiar, ¡qué triste ! ”

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ción natural en el tipo de alumnos,porque ellos mismos son los quevoluntariamente se comprometencon el conocimiento y el esfuerzo.Tienen inquietudes, visiones dife-rentes, ganas de dialogar y, portanto, algo que ofrecer a losdemás. La dinámica que se generaen los grupos es muy enriquecedo-ra. Creo que lo más interesante quelos chavales encuentran, son loscompañeros. Si yo tuviera que ele-gir entre el Bachillerato LOGSE yel Internacional, lo elegiría funda-mentalmente por con quién voy aestar en clase”, explica con entu-siasmo Trinidad Andrés, que nodisimula su empatía por el perfilde los estudiantes del BI. “Para losprofesores también es duro impar-tir el Bachillerato Internacional,pero les compensa tener alumnosfantásticos, intuitivos y creativos”.

Amaranta revela cuál fue elprincipal motivo que le llevó adecidirse por esta formación.“Cuando escogí el BI, supe quetendría muchas asignaturas, traba-jos, más responsabilidades. Perotambién intuí que los compañeros

iban a ser de “mi misma cuerda”,con una predisposición por estu-diar, aficiones similares, interéspor la cultura y que les gustaríatratar temas que normalmente a losjóvenes no les sugieren nada. Y miinstinto no me defraudó. Hablabasde músicos, poetas o escritores ynadie te miraba con cara de…¿quién? Se mezclaba gente muy

variada, igual venían de colegiosprivados de La Moraleja como depúblicos de Vallecas, Moratalaz oSanta Eugenia. Te aportan nuevasperspectivas que te mejoran comopersona”. Haciendo un guiño aAndrea, comenta: “Mantengo muybuenos amigos del Internacional”.

Esta relación es patentetambién para Andrea cuando con-firma que “se establecían vínculos

muy fuertes entre los compañeros.A pesar de la competitividad, quetambién existía, te sientes muysolidaria y eres capaz de ponertefácilmente en el lugar del otro, yaque compartíamos el mismo“sufrimiento”. Y amplía la impor-tancia que otorga al buen ambien-te, apreciando que “con los profe-

sores se mantenía una relaciónmuy estrecha, casi familiar, quetranscendía el marco habitual: “yoestoy aquí, tú ahí y cuando terminala clase, no sé nada de ti”. Engeneral, nos valoraban y compren-dían. Este vínculo permanece. Sinir más lejos, hoy mismo hemosvuelto al instituto para saludar anuestros antiguos profesores”.

Ramón Lois, desde su rolde profesor, refuerza esta idea:“Me encanta la Literatura y quelos alumnos se interesen por lamateria. A mí siempre me sorpren-dieron las películas americanas enlas que los estudiantes preguntan yse establecen debates. Me gustaque en mis clases haya una buenarelación, un ambiente relajadodonde poder participar activamen-te, y que no tenga que establecerseun modelo de autoridad fuerte, conel que los chavales estén temblan-do o callados”.

Dejando huella

El proceso de aprendizajees lento y difícil. La exigencia es

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Fachada del instituto Ramiro de Maeztu. / MARINA CALVO.

“El porcentaje de aprobados en selectividad es del cien por cien, con una

media de notable-sobresaliente, por loque eligen la carrera que quiere n ”

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alta, pero se compensa con unabuena metodología de investiga-ción. Los beneficios se apreciandía a día: se adquieren los conoci-mientos, las estrategias y las capa-cidades de trabajo. “Lo importanteno es memorizar. Yo siento queaprendo empleando los procedi-mientos adecuados, no comoantes, que estudiaba y borraba.Voy avanzando, se me quedan losconceptos”, reflexiona satisfechoÁlvaro del Portillo tras terminar lapráctica de laboratorio que des-arrollaba. “Pero en este proceso,los profesores cumplen un papelfundamental: nos enseñan a pensarde forma científica y crítica”.

La coordinadora del BI,Laura Salto, aprecia la labor edu-cativa de sus compañeros: “Otrofactor de calidad de este bachille-rato reside en el perfil de losdocentes, a los que no les importael reto de afrontar un trabajo extra.Disfrutan impartiendo su asignatu-ra en profundidad, compartiendosu saber con unos alumnos recep-

tivos y motivados”. Por otro lado,no duda en recomendar que“aquellos estudiantes que partande un buen expediente académicoy se sientan motivados, realicen elBachillerato Internacional, puesobtendrán una formación mucho

más completa que con el LOGSE.Además, el porcentaje de aproba-dos en la Selectividad es del cienpor cien, con una media de nota-ble-sobresaliente, por lo que eli-gen la carrera que quieren”.

Para Trinidad Andrés, laincidencia positiva del BI se perci-be a través del tiempo. Como jefade estudios aporta el dato de que“existe una asociación de antiguosalumnos del instituto Ramiro deMaeztu, a través de la cual se con-

tacta con los del Internacional.Estamos muy orgullosos y conten-tos porque detectamos que el éxitoes muy alto. Son gente a la que elpaso por el BI les ha sido útil tantoa nivel personal como profesio-nal”. Trinidad concluye valorandola esencia de esta formación “inte-gral”: “En la vida han demostradoque están donde mejor se puedeestar, que es a la altura de las cir-cunstancias”.

Amaranta y Andrea se handespedido con nostalgia de susantiguos profesores y en especialde Ramón, su entrañable tutor, conel que tantos debates sobre cine yliteratura habían compartido. Elrecuerdo del tiempo pasado llega asu final. A pesar de sentir un nudoen el estómago, no han perdido elapetito. Regresan a “La Cantina”para saborear el último bocadillode tortilla antes de retomar su rea-lidad cotidiana. Amaranta, rom-piendo el silencio, comenta con laboca llena: “Si tuviera que cursar

de nuevo el Bachillerato LOGSE oel Internacional, volvería a esco-ger el BI. Aunque, si me hubieranpreguntado cuando lo estabahaciendo, me habría costado másplanteármelo. Tiene sus pros y suscontras, pero a la hora de ponerloen la balanza, pesan más lospros”. Asintiendo risueña, Andreasentencia: “Una vez superado, yapuedes opinar: ¡qué estupendo erael BI!”

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Alumnos del Instituto Ramiro de Maeztu que acuden a clase. / MARINA CALVO.

“ Para los profesores también es duroimpartir el Bachillerato Internacional,

pero les compensa tener alumnos fantásticos, intuitivos y creativo s ”