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Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
Instituto Nacional de Pesca
Dirección General Adjunta de Investigación Pesquera en el Pacífico
Centro Regional de Investigación Pesquera Salina Cruz
PROYECTO
INTEGRACIÓN Y ASISTENCIA PARA LA ELABORACIÓN DE POLÍTICAS
PÚBLICAS PARA LOS RECURSOS PESQUEROS DEL PACÍFICO: CAMARÓN, EN
EL GOLFO DE TEHUANTEPEC Y NOROESTE, JAIBA, EXCLUYENDO A SONORA Y
SINALOA, LANGOSTA Y TIBURONES RAYAS.
Elaborado por
Martiniano Sebastián Ramos CruzAldrin Labastida Che
Oswaldo Morales Pacheco
Colaboradores
Salina Cruz, Oaxaca. Noviembre de 2012.
1
I. Índice
II. Índice de tablas y figuras
III. Resumen Ejecutivo
IV. Introducción
Los sistemas lagunares son considerados ecosistemas críticos para una amplia
variedad de organismos, pero al mismo tiempo son áreas ideales para otros (Yáñez-
Arancibia, 1978). Entre los organismos que requieren de estos ambientes salobres para
el desarrollo de una parte de su ciclo biológico, se encuentran algunas especies de
crustáceos (camarones, jaibas, langostinos), moluscos bivalvos (almejas, pectínidos,
ostiones, caracoles) y peces. Al respecto, Rivera-Velázquez et al., (2008), puntualizan
que los estuarios y lagunas costeras sirven como hábitats de crianza para una amplia
variedad de especies marinas, incluyendo peces e invertebrados de importancia
comercial. Además, señalan que estos hábitats proveen de alimento y protección a las
especies que dependen de estos sistemas estuarinos regulando su crecimiento y
supervivencia, y contribuyendo al sostenimiento de la producción de las pesquerías
artesanales que comúnmente se desarrollan en estos ecosistemas.
Una de las especies que requieren de estos ambientes como parte de las exigencias de
su ciclo biológico es la jaiba (Callinectes spp.), la cual se trata de un crustáceo que en
términos generales presenta un ciclo de vida semejante al de los camarones
(Peneidos), con reproducción en aguas marinas, postlarvas (megalopas) que ingresan a
los estuarios y sistemas lagunares en donde encuentran protección y alimento, así
como un ambiente adecuado para su desarrollo corporal (crecimiento), y cuando están
próximas a reproducirse emigran nuevamente hacia la zona costera en donde ocurre el
desove y el ciclo de vida se completa, iniciando uno nuevo. Durante el tiempo que estos
organismos tardan en abandonar estos ambientes son objeto de una intensa
explotación artesanal, dando lugar al desarrollo de pesquerías socioeconómicamente
importantes en el contexto regional y nacional (Ramos-Cruz, 2000).
2
En México, la pesca de la jaiba es de suma importancia, ya que aun cuando la
pesquería es típicamente artesanal por carecer de tecnología moderna y apoyo
organizativo, el producto es de amplia aceptación y gran demanda en el mercado
nacional, que genera fuentes de trabajo para los pescadores (Rocha-Ramírez et al.,
1992). A nivel nacional esta pesquería se ha desarrollado principalmente para satisfacer
las necesidades del mercado Estadounidense que se ha constituido en el consumidor
de pulpa de jaiba de mayor importancia (Molina et al., 2006).
Sin embargo, este recurso al igual que muchos otros está sometido a presiones
ambientales y pesqueras que ponen en riesgo su estabilidad biológica con
repercusiones sobre su abundancia poblacional y la actividad pesquera que depende
de su captura, por lo que es necesario ordenar y controlar su explotación. De tal
manera que el buen manejo de las pesquerías es importante no solo para la
sustentabilidad del recurso, sino también para la subsistencia, la seguridad alimentaria
y el crecimiento económico de las comunidades pesqueras (CAT. OPP/CAG/2010-01).
Al respecto FAO (1986), menciona que las estrategias de ordenación para las
pesquerías deben ocuparse no solo de conseguir o mantener un cierto nivel de
producción, sino también lograr que el mayor número posible de pescadores vivan
razonablemente con los recursos pesqueros.
En este contexto, los programas de ordenamiento pesquero y acuícola (POPyA)
contribuyen a generar información actual necesaria para la toma de decisiones. Su
objetivo es dar cumplimiento a lo establecido en la Ley General de Pesca y Acuacultura
Sustentables (LGPAS), que es la generación de instrumentos de política pública que
apoyen la regulación y administración de las actividades pesqueras y acuícolas,
induciendo el aprovechamiento sustentable de los recursos1. Por lo que la elaboración y
puesta en marcha de Planes de Manejo constituyen la vía más adecuada para la
ordenación, aprovechamiento, conservación y manejo de este recurso. Para ello, la
vinculación y fortaleza entre los tres poderes de gobierno, así como la vinculación con
el sector y otras instituciones interesadas e involucradas serán la columna vertebral y el
1 http://www.conapesca.sagarpa.gob.mx/wb/cona/reglas_operacion_ordenamiento_pesquero_y_acuicola
3
éxito de este Plan de Manejo para la Pesquería de Jaiba en las costas de Oaxaca y
Chiapas.
Importancia de la pesquería
Las jaibas del género Callinectes sostienen pesquerías importantes en varias partes del
mundo y tienen una alta demanda (Rosas-Correa y Jesús-Navarrete, 2008). En México
las especies pertenecientes a este género se distribuyen en ambas costas; en las
lagunas costeras del Golfo de México se encuentran la jaiba azul Callinectes sapidus
(Rathbun, 1896), la jaiba prieta Callinectes rathbunae (Contreras, 1930) y la jaiba enana
Callinectes similis (Williams, 1966) (PROYECTO JAIBA UJAT—SEDAFOP)2. Mientras
que en el litoral del Pacífico y sistemas lagunares asociados se encuentran las especies
Callinectes arcuatus (Ordway, 1863), Callinectes bellicosus (Stimpson, 1859) y
Callinectes toxotes (Ordway, 1863).
De acuerdo con los registros oficiales, entre 1991 y 2011 las capturas nacionales de
jaiba ascendieron hasta 42,178 toneladas, con una captura media de 21,087.7
toneladas. La derrama económica generada por la comercialización de estas capturas a
precio de playa varió entre 174.9 y 307.5 millones de pesos, con un valor promedio de
229.2 millones de pesos.
En el caso de las capturas registradas en el litoral del Pacífico, fluctuaron entre 2,356 y
18,337 toneladas, con una captura promedio de 9,417 toneladas. Estas capturas
generaron ingresos directos a los pescadores en el rango de 25.8 y 200.8 millones de
pesos y un ingreso promedio para el periodo de 103.1 millones de pesos.
A lo largo del periodo analizado las capturas anuales de jaiba en este litoral han
mostrado importantes fluctuaciones, aunque con una clara tendencia hacia el
crecimiento (Fig. 1).
2 http://www.campotabasco.gob.mx/paquete_basico/banners/ujat/informe_final_proyecto_jaiba.pdf
4
1Fig. 1. Tendencia histórica de las capturas anuales de jaiba (Callinectes spp.) en el litoral del Pacífico mexicano. fuente
En términos de abundancia, entre el 2005 y el 2011 la importancia pesquera de la jaiba
llegó a ubicarse entre los ocho primeros lugares (2007 y 2008) en la escala nacional,
colocándose sus capturas muy por encima de aquellas especies consideradas como de
gran demanda tales como huachinango, langosta, lisa y sierra, entre otras.
Los estados que más aportan a la captura nacional son en orden de importancia
Sinaloa, Sonora, Baja California Sur y Baja California Norte (Fig. 2). Mientras que en el
sureste, Chiapas ha aportado el 3.1 %.
2 Fig. 2. Participación de los estados del litoral del Pacífico en la captura nacional de jaiba (Callinectes spp.) en un periodo de 21 años. FUENTE
5
En las costas de Oaxaca y Chiapas, la captura y comercialización de estas especies
constituye una actividad alterna a la captura de camarón, principal pesquería, que ha
contribuido significativamente al fortalecimiento del ingreso familiar, principalmente
cuando la abundancia del camarón y otras especies de escama disminuye. Tal es el
caso de las comunidades Huave, en donde la pesca constituye una actividad
preponderante y la jaiba es parte del conjunto de especies que les permite obtener
pequeños ingresos por su comercialización.
El recurso es explotado por sociedades cooperativas, permisionarios y pescadores
libres. La especie predominante en las capturas es C. arcuatus en cantidades mayores
al 90% (Ramos-Cruz, 2008; Gil, 2009; Lorenzana, 2012), seguida por C. bellicosus y C.
toxotes.
Tendencias históricas de las capturas
En el caso particular de los estados de Oaxaca y Chiapas que comparten la franja
costera del Golfo de Tehuantepec, su contribución conjunta a la captura de jaiba
desembarcada en el litoral del Pacífico Mexicano ha sido del 4 %, con una mayor
participación de la entidad chiapaneca (Fig. 2).
En el caso específico de Oaxaca, las capturas comerciales de jaiba iniciaron en 1983
cuando se registraron cuatro toneladas (Anónimo, 1985), mostrando posteriormente
una discontinuidad en los registros. Es a partir de 1991 cuando los datos de captura
muestran una continuidad y se observa que hasta el 2011 las capturas han fluctuado
entre dos y 351 toneladas, con una captura promedio de 87.2 toneladas. La máxima
captura (351 toneladas) se registró en el año 2000. Posteriormente los registros
anuales entraron en una etapa descendente, haciéndose aun más notorio este
descenso a partir del 2003 con capturas menores a las 100 toneladas, aunque se ha
observado una ligera recuperación en los dos últimos años de la serie. En los últimos
años (2003-2011) las capturas anuales han promediado únicamente 54 toneladas, lo
que significa una diferencia de 33.2 toneladas respecto al promedio general del periodo
(Fig.3).
6
3 Fig. 3. Tendencia de las capturas anuales de jaiba en Oaxaca y Chiapas. FUENTE
En el gráfico anterior (Fig. 3), se observa que hasta el año 2000 las capturas en ambos
estados presentaron una tendencia semejante, con capturas oaxaqueñas que
superaron a las de Chiapas. Sin embargo a partir del año 2001 las capturas describen
una tendencia totalmente divergente, pues mientras que las capturas oaxaqueñas
describieron una acelerada tendencia decreciente las chiapanecas se incrementaron
con la misma rapidez, volviendo en 2010 y 2011 a estabilizarse a los niveles mostrados
al principio de la serie. En relación con este comportamiento pueden establecerse tres
principales supuestos:
Que las capturas oaxaqueñas del Mar Muerto se hayan estado registrando en
Chiapas, específicamente en la Oficina de Pesca de Arriaga, en donde los
pescadores oaxaqueños del Mar Muerto acudían a entregar las capturas a la
planta procesadora de jaiba que está instalada en esta localidad.
Pescadores chiapanecos capturan jaiba en áreas del Mar Muerto oaxaqueño y
las registran en Chiapas, hecho que continuamente se presenta en la captura de
camarón.
Las capturas de jaiba que son compradas por los intermediarios en las
localidades oaxaqueñas son registradas en Chiapas.
7
En el caso de las capturas mensuales, en la figura 4 se observa que el principal periodo
de captura para Oaxaca se ubica entre junio y octubre. Este patrón de abundancia es
coincidente con el periodo de lluvias, pero también lo es con el periodo de veda del
camarón, aun cuando en los sistemas lagunares la pesquería de este crustáceo se
realiza todo el año sin restricción alguna.
4Fig. 4. Capturas promedio mensuales de jaiba Callinectes spp. en la costa oaxaqueña.
En tanto que en Chiapas el primer registro oficial corresponde a 1981 (Anónimo, 1982),
año en el que se capturaron 31 toneladas de jaiba. Al igual que en Oaxaca, en años
subsecuentes las capturas de este crustáceo desapareció de los registros oficiales.
Entre 1991 y 2011 las capturas chiapanecas de jaiba han fluctuado entre 39 y 660
toneladas, situándose la captura media para el periodo en 288.5 toneladas (Anónimo,
1991-2011). De acuerdo con lo observado en la figura 3, a pesar de la presencia de
algunas fluctuaciones importantes, en términos generales los registros anuales
muestran una tendencia a la alza. Esta tendencia hacia el crecimiento en las capturas
ha sido factor preponderante para que en términos acumulativos representen el 3 %
respecto de las registradas en el Pacífico.
En el caso de las capturas mensuales, en la figura 5 puede advertirse la presencia de
dos picos de abundancia; el primero de menor intensidad ubicado en abril y el segundo
que va de agosto a diciembre con septiembre como el mes de mayor abundancia.
8
5Fig. 5. Capturas mensuales de jaiba en la costa chiapaneca.
Problemática Pesquera
En la región sureste del Pacífico mexicano la actividad pesquera se realiza todo el año
debido a que no existe ninguna ordenanza de carácter biológico o pesquero sobre las
especies que regule su explotación. En términos generales, la problemática pesquera
asociada a la captura de jaiba no es diferente a la que enfrenta el sector pesquero
artesanal en su conjunto respecto a la explotación de otras especies. Un aspecto que
caracteriza a las pesquerías artesanales es que concentran una alta población
pesquera que ocasiona que su acceso al recurso se efectúe con alto grado de
desorganización, en donde cada pescador utiliza los medios de producción que más le
convienen para obtener los máximos beneficios, sin considerar las disposiciones
normativas pesqueras vigentes, ni la conservación del recurso (Ramos-Cruz, 2011). La
única restricción que existe es la establecida en la Norma Oficial Mexicana (NOM-002-
PESC-1993) relativa al tipo de arte de pesca que debe utilizarse para la captura de
camarón en los sistemas lagunares y estuarinos, normatividad que no solamente no es
respetada por el sector pesquero regional, sino que además utilizan otros artes de
pesca no considerados en dicha normatividad.
Por otro lado, existe un conocimiento limitado del origen de las capturas, acentuándose
más en los registros del esfuerzo de pesca que se aplica, debido a que no hay un
mecanismo eficiente en el registro de estas variables por parte de la autoridad
9
correspondiente, lo que constituye un obstáculo para la evaluación del recurso y su
pesquería.
De acuerdo con los primeros resultados de las encuestas realizadas al sector pesquero
durante la elaboración del presente instrumento, existen coincidencias al señalar la
necesidad de ordenar y regular la explotación de este recurso mediante la implantación
de una veda y restringir la captura de hembras grávidas para favorecer la recuperación
de la abundancia poblacional y evitar un mayor deterioro del recurso.
Otro aspecto importante que ocasiona la captura y comercialización de organismos
pequeños o con masa ovígera, es la inoperancia de la normatividad en materia de
inspección y vigilancia, ya que si bien estas acciones se realizan con cierta regularidad
en algunas localidades pesqueras, en otras son muy esporádicas o se han dejado de
hacer.
Es posible que la problemática por la que atraviesa la pesquería de jaiba en la región
del Pacífico sur no esté asociada con los aspectos biológicos del recurso ni con
condiciones ambientales adversas que inhiban el crecimiento de las especies dentro de
los sistemas lagunares. Más bien podría relacionarse con una acentuada
desorganización de la actividad pesquera, auspiciada por una inoperancia de los
sectores (sociales y gubernamentales) involucrados en esta actividad.
Importancia de ordenar la pesquería
El ordenamiento de las pesquerías mundiales está inserto en el Código de Conducta
para la Pesca Responsable (CCPR), preparado por FAO en 1992 y del cual México es
signatario3. Este documento está basado en la necesidad de formular criterios de
ordenación pesquera cimentados sobre la conservación de los recursos y el medio
ambiente.
Algunos de los objetivos del CCPR que han sido retomados y modificados para su
aplicación en el presente plan de manejo de la jaiba son:
3 http://www.conapesca.sagarpa.gob.mx/wb/cona/cona_codigo_de_conductapescaresp
10
establecer principios para que la pesca y las actividades relacionadas con esta se
lleven a cabo de forma responsable, teniendo en cuenta todos los aspectos
biológicos, tecnológicos, económicos, sociales, ambientales y comerciales
pertinentes.
establecer principios y criterios para elaborar y aplicar políticas regionales y
nacionales encaminadas a la conservación de los recursos pesqueros y a la
ordenación y desarrollo de la pesca de forma responsable.
servir como instrumento de referencia para ayudar a los Estados a establecer o
mejorar el marco jurídico e institucional necesario para el ejercicio de la pesca
responsable y a formular y aplicar las medidas apropiadas
promover la contribución de la pesca a la seguridad alimentaria y a la calidad de la
alimentación otorgando prioridad a las necesidades nutricionales de las
comunidades locales
promover la protección de los recursos acuáticos vivos y sus ambientes acuáticos
así como de las áreas costeras
promover la investigación pesquera, así como de los ecosistemas asociados y
factores medioambientales pertinentes y
ofrecer normas de conducta para todas las personas involucradas en el sector
pesquero.
Con base en lo anterior, resulta claro que el ordenamiento de la pesquería de jaiba
tiene como prioridad encausar la actividad pesquera para que se realice en un marco
de responsabilidad, haciendo uso adecuado de los recursos pesqueros, promoviendo
su protección y conservación, al igual que la del ambiente ecosistémico, para que
proporcione los beneficios que se derivan de su captura y comercialización.
Por lo tanto el Plan de Manejo para la Jaiba en la región sureste del Pacífico mexicano
es de gran importancia para las autoridades federales, estatales y para el sector
pesquero regional, pues contarán con un instrumento que contendrá el marco
11
regulatorio para hacer de la pesca una actividad sustentable a largo plazo, así como los
lineamientos para la protección y conservación de las especies y su entorno.
Objetivo general del Programa
El objetivo general de este Plan de Manejo Pesquero para la Jaiba es diseñar
estrategias de manejo y aprovechamiento pesquero a largo plazo que garanticen la
optimización de la explotación comercial, así como la protección y conservación de las
especies que integran el recurso, para conservar las fuentes de empleo y generar
beneficios económicos para las comunidades pesqueras en lo particular y para la
sociedad en general, contando con la participación activa de los sectores social, privado
y gubernamental involucrados en la actividad.
Lineamientos y estrategias
Las estrategias y líneas de acción en las que debe de sustentarse el ordenamiento de
la pesquería de jaiba en Oaxaca y Chiapas son:
Estrategia Línea de acción
Involucrar activamente en el ordenamiento a los actores
Fortalecer el entorno legal y administrativo
Utilizar la mejor información disponible para promover la pesca sustentable
Implementar herramientas de manejo ecosistémico, con apoyo comunitario que promuevan la certificación de la pesquería
Generar padrones de manejo, completos y transparentes
Actualizar y transparentar bases de datos de esfuerzo de pesca, permisos, plantas procesadoras y mercado
Monitoreo y evaluación participativo
Participación de los productores en el monitoreo y acopio de datos
Cumplimiento de las regulacionesCapacitación, organización y profesionalización de productores
Aprovechamiento óptimo Monitoreo y evaluaciones periódicas; estudios de
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mercado y consumo, bioeconómicos, de innovación y tecnología, y para mejorar el precio de playa de la jaiba
InfraestructuraCrear infraestructuras locales para el desembarque de los productos pesqueros y su procesamiento
Sanidad e inocuidadCapacitación, monitoreo y evaluación del ambiente y el proceso
Preservar la disponibilidad y abundancia del recurso
Evaluar periódicamente a la pesquería
Mejora de la cadena productivaCapacitar y concientizar al pescador en procesos de conservación y comercialización.
Protección de juveniles Regulación de tallas mínimas de captura.
Incrementar los niveles de reproducción
Restringir la captura de hembras con masa ovígera o disminuir su porcentaje en las capturas
Capacitar al pescador en temas de desarrollo organizacional, ambiental y pesquera
Realizar talleres de capacitación y fomento a la organización cooperativista, planeación a mediano y largo plazo y ejecutar prácticas organizativas.
Darle valor agregado a los productos de la pesca
Definir necesidades de transferencia e innovación tecnológica en la captura, conservación, procesamiento, transformación y comercialización.
Marco Legal
En México, la actividad pesquera representa una de las actividades primarias
fundamentales de alto valor económico, social y alimentario cuyos impactos regionales
han contribuido en la solución de problemas alimentarios y de generación de empleos
debido a su elevado potencial de producción. Esta actividad se realiza en tres grandes
áreas geográficas: El litoral del Pacífico; El litoral del Golfo de México y Mar Caribe y en
aguas continentales (Juárez y Escobar, 2007). Esta importancia social, económica y
13
alimentaria conlleva la necesidad de realizar estudios que permitan obtener un
conocimiento adecuado acerca del estado de salud de los recursos pesqueros,
principalmente de aquellos que ya se encuentran en alguna fase de explotación, con la
finalidad de proponer acciones de administración pesquera que garanticen su
aprovechamiento sustentable. Con base en esta premisa, el Gobierno Mexicano ha
implementado los programas de ordenamiento pesquero, los cuales contribuyen a la
generación de información actual necesaria para la toma de decisiones. Su objetivo es
dar cumplimiento a lo establecido en la Ley General de Pesca y Acuacultura
Sustentables (LGPAS), para disponer de instrumentos de política pesquera que
contemplen acciones continuas y dinámicas de regulación, control y promoción, para
obtener el máximo beneficio en el espacio-tiempo de cada pesquería estratégica o
aprovechamiento acuícola4. Además, con la finalidad de mejorar la toma de decisiones
por parte de la autoridad para el manejo de las pesquerías los programas de
ordenamiento pueden ser diferenciados geográficamente según convenga a los fines de
la administración pesquera o en función de los planes de manejo.
La LGPAS es de orden público e interés social, reglamentaria del artículo 27 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y tiene por objeto regular,
fomentar y administrar el aprovechamiento de los recursos pesqueros y acuícolas en el
territorio nacional y las zonas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción5.
En su articulo 4°, fracción XXV esta ley define al Ordenamiento pesquero como el
conjunto de instrumentos cuyo objeto es regular y administrar las actividades
pesqueras, induciendo el aprovechamiento sustentable de los recursos pesqueros y
acuícolas, basado en la disponibilidad de los recursos pesqueros, información histórica
de niveles de extracción, usos y potencialidades de desarrollo de actividades,
capacidad pesquera o acuícola, puntos de referencia para el manejo de las pesquerías
y en forma congruente con el ordenamiento ecológico del territorio. Mientras que en su
fracción XXXVI define al Plan de manejo pesquero como el conjunto de acciones
encaminadas al desarrollo de la actividad pesquera de forma equilibrada, integral y
sustentable; basadas en el conocimiento actualizado de los aspectos biológicos,
4 http://www.conapesca.sagarpa.gob.mx/wb/cona/1_ordenamiento_pesquero_general_20115 http://www.conapesca.gob.mx/wb/cona/cona_ley_de_pesca
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ecológicos, pesqueros, ambientales, económicos, culturales y sociales que se tengan
de ella.
Asimismo, la LGPAS confirió a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) por conducto del Instituto Nacional de Pesca
(INAPESCA) la elaboración y actualización de la Carta Nacional Pesquera (CNP). Esta
contiene la presentación cartográfica y escrita del resumen de la información necesaria
del diagnóstico y evaluación integral de la actividad pesquera, así como de los
indicadores sobre la disponibilidad y conservación de los recursos pesqueros y
acuícolas, en aguas de jurisdicción federal. El contenido de la CNP tendrá carácter
informativo para los sectores productivos y será vinculante en la toma de decisiones de
la autoridad pesquera en la adopción e implementación de instrumentos y medidas para
el control del esfuerzo pesquero, en la resolución de solicitudes de concesiones y
permisos para la realización de actividades pesqueras y acuícolas y en la
implementación y ejecución de acciones y medidas relacionadas con dichos actos
administrativos.
De acuerdo con las atribuciones establecidas en la LGPAS, la elaboración y publicación
del Plan de Manejo Pesquero le corresponde al INAPESCA y la sanción previa a su
publicación le corresponde a la CONAPESCA. Asimismo, a la CONAPESCA le
corresponde atender las recomendaciones del Plan de Manejo Pesquero, dentro de la
política pesquera, así como a través de los instrumentos regulatorios correspondientes.
Este Plan de Manejo Pesquero tiene un enfoque precautorio, acorde con el Código de
Conducta para la Pesca Responsable, del cual México es promotor y signatario, y es
congruente con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 y el
Programa Sectorial de Desarrollo Agropecuario y Pesquero 2007-2012.
Adicionalmente a la LGPAS, otras leyes concurrentes son: a) Ley Federal sobre
Metrología y Normalización, concerniente a la emisión de Normas reglamentarias de las
pesquerías; b) Ley General de Sociedades Cooperativas que rige la organización y
funcionamiento de las sociedades de producción pesquera (Diario Oficial de la
Federación, 3.08.94), y c) Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
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(LGEEPA), relativa a la preservación y restauración del equilibrio ecológico y protección
al ambiente y acervo biológico del País.
Área que abarca el programa
Localización y delimitación del área.
La zona de influencia del programa abarca las costas y sistemas lagunares de Oaxaca
y Chiapas, desde los límites con el estado de Guerrero (16°18’55.66’’N-98°33’07.19’’O)
hasta los límites con la República de Guatemala (14°32’04.31’’N-92°13’33.31’’), porción
en la que se extiende un cordón litoral de aproximadamente 834 kilómetros.
En el caso de la entidad oaxaqueña, posee un litoral de aproximadamente 368
kilómetros sobre los que se localiza una superficie aproximada de 170 000 has de
ecosistemas estuarinos (lagunas costeras, marismas, estuarios y esteros), de éstos la
mayoría son lagunas costeras, es decir, los cuerpos lagunares alcanzan 150,000 has
(88.2 %)6, sobresaliendo por sus dimensiones el complejo Corralero-Alotengo, complejo
Miniyoso-Monroyo-Miniyua, sistema Salina Grande, Chacahua-Pastoría, laguna del
Rosario, el macrosistema lagunar Huave integrado por las lagunas Superior, Inferior,
Oriental, Occidental, Mar Tileme y Quirio, y el sistema lagunar Mar Muerto (Sepesca,
1990).
Oaxaca es uno de los estados con una amplia extensión de territorio, en él se
encuentran ocho Regiones Hidrológicas. Una de ellas es la del Balsas localizada al
noroeste de la entidad con la Cuenca R. Tlapaneco y Cuenca R. Atoyac, en se ubica la
Presa Yosocuta. La Región Costa Chica-Río Verde ubicada al este-sureste de la
entidad comprende las Cuencas R. Atoyac -siendo la corriente que lleva el mismo
nombre, la más representativa para esta cuenca y los cuerpos de agua L. Miniyua y L.
Corralero-, y además como parte de esta región R. La Arena y otros y R. Ometepec o
Grande. También para Oaxaca se presenta la Región Costa de Oaxaca al sur de la
entidad con las Cuencas R. Astata, R. Copalita y R. Colotepec y otros, con los cuerpos
de agua L. Pastoría y L. Chacahua. La Región Tehuantepec se ubica al centro-este de
la entidad con dos cuencas, una de ellas R. Tehuantepec, refiere a la corriente del
6 http://www.ciesas-golfo.edu.mx/istmo/docs/ponencias/acuacultura01.htm
16
mismo nombre que sirve de afluente junto con la corriente del río Tequisistlán a la
Presa Benito Juárez -la segunda en importancia en el estado-; en la Cuenca L. Superior
e Inferior existen los cuerpos de agua denominados de igual forma, los cuales reciben
los aportes de las corrientes superficiales Los Perros y Espíritu Santo, en el caso del L.
Oriental recibe el cause del río Ostuta. La Región Costa de Chiapas se localiza en una
pequeña porción al sureste del estado en los límites con Chiapas y con el cual Oaxaca
comparte el cuerpo de agua llamado Mar Muerto. La Región Papaloapan que es la más
grande en Oaxaca, con una sola cuenca que lleva el mismo nombre, tiene el mayor
número de corrientes entre las que cabe resaltar el río Salado-Grande, Cajonos y
Puxmetacan-Trinidad; se presentan además las Presas Miguel Alemán y Miguel de la
Madrid, todas ellas al norte de la entidad. La Región Coatzacoalcos se presenta con
una sola cuenca con el mismo nombre al noreste de la entidad. Por último, la Región
Grijalva-Usumacinta tiene la Cuenca R. Grijalva-Tuxtla Gutiérrez al este-noreste del
estado, siendo la más pequeña representación hidrológica en la entidad7.
Por otro lado, la entidad chiapaneca cuenta con un cordón litoral de aproximadamente
260 km de longitud sobre los que se contabilizan 21 cuerpos lagunares que cubren una
superficie cercana a las 76, 238 has, sobresaliendo por sus dimensiones el Mar Muerto,
Cordón Estuárico, Cabeza de Toro-Joya-Buenavista, Carretas-Pereyra, Los Patos-Solo
Dios, Chantuto-Panzacola y el sistema de marismas San José-El Hueyate (Sepesca,
1990).
Cuenta con tres regiones hidrológicas8; la Región Costa de Chiapas, la Región de
Coatzacoalcos y la Región Grijalva-Usumacinta. La primera está integrada por cuatro
cuencas que son las del río Suchiate y otros. Presenta un río del mismo nombre,
además de la Coatán, Huixtla, Cacaluta y Novillero; la cuenca del río Huixtla y otros
está integrada por el río Cintalapa y el cuerpo de agua lagunar Chantuto-Panzacola;
también la cuenca del río Pijijiapan y otros, tiene sólo el río Pijijiapan y los cuerpos de
agua salobres La Joya y Buenavista; por último está la Cuenca Mar Muerto
representada en su totalidad por el cuerpo de agua lagunar del mismo nombre. Esta
7 http://mapserver.inegi.org.mx/geografia/espanol/estados/oax/rh.cfm?c=444&e=218 http://mapserver.inegi.org.mx/geografia/espanol/estados/chis/rh.cfm?c=444&e=07
17
Región Hidrológica de Mar Muerto está estrechamente vinculada con los cambios
hidrológicos, fisiológicos y ambientales que ocurren en la zona costera del Golfo de
Tehuantepec.
6Fig. 6. Delimitación de la zona de estudio que abarca el programa.
Condiciones oceanográficas
El Golfo de Tehuantepec se localiza en la región sureste del Pacífico mexicano. De
acuerdo con Sepesca (1990), se trata de un triángulo curvado cuyas aristas se ubican
en Puerto Ángel, Oaxaca (15º39’ N, 96º29’ W) y la barra del Río Suchiate en Puerto
Madero9, Chiapas (14º41’ N, 92º09’ W), donde comienza el Pacífico Tropical Oriental
Centroamericano, con una longitud de litoral de 420 km y una plataforma continental
que por lo extenso se asemeja a una llanura costera (Trasviña et al., 1999). Entre
ambos puntos el Golfo presenta una extensa entrada de la costa que se localiza a 250
millas aproximadamente en dirección este-sureste del Puerto de Salina Cruz, Oaxaca.
La parte más interna del Golfo es la Barra de San Francisco del complejo lagunar
Huave, localizada a 120 millas al Sur de la orilla meridional del Golfo de México. Sus
límites políticos y geográficos son: al Norte los estados de Veracruz y Puebla, al Este el
9 Actualmente esta localidad chiapaneca ha sido renombrada como Puerto Chiapas.
18
estado de Chiapas, al Sur el Océano Pacifico y al Norte el estado de Guerrero.
Políticamente, el Golfo de Tehuantepec pertenece a los estados de Oaxaca y Chiapas
(Fig. 1). A lo largo de su litoral costero se localizan una serie de cuerpos lagunares,
tanto primarios como secundarios de diferentes dimensiones, profundidades y
parámetros hidrográficos, los cuales en su conjunto cubren una superficie de 147, 810
hectáreas (Sepesca, 1990). Por sus características ecológicas, estos sistemas
constituyen las áreas en las que un gran número de organismos (peces, crustáceos y
otros) encuentran las condiciones ambientales adecuadas para su protección y
desarrollo (Ramos-Cruz, 2008).
La región es afectada por un clima cálido subhúmedo, siendo el más seco de los
subhúmedos, con una precipitación media anual de 99 mm (Secretaría de Marina,
1978). Se observan dos épocas climáticas bien marcadas correspondientes a la época
de secas (noviembre a abril) y a la época de lluvias (mayo a octubre). Durante la época
de secas las ondas frías denominadas vientos "nortes" en el Golfo de México pasan a
través del Istmo de Tehuantepec llegando a una atmósfera más cálida, lo que produce
vientos de descenso denominados "Tehuantepecanos" que afectan a una franja
aproximada de 2001 m ancho y 500 km de largo, con las mayores velocidades (Tapia-
García, 1997). Estos vientos fuerzan el desplazamiento de las capas superficiales de
agua, las que a su vez son remplazadas por aguas subsuperficiales frías que reducen
la temperatura de la capa superior del mar, en una medida comparable al enfriamiento
que resulta del afloramiento (Ballesteros y Coen, 2001). De acuerdo con estos autores,
uno de los efectos más espectaculares de estos sistemas es la generación en
Tehuantepec y Papagayo de grandes remolinos (100-450 km de diámetro) de agua
anticiclónicos (que rotan en sentido inverso a la rotación de la Tierra) que persisten
durante meses y se propagan hacia el oeste y hacia el ecuador, señalando que tales
remolinos favorecen la fertilización del agua por la introducción en la capa superior del
mar de aguas subsuperficiales ricas en nutrientes durante las etapas de generación
cerca de la costa. Señalando además, que el fitoplancton del máximo de clorofila
subsuperficial (una capa de alta concentración de algas que en condiciones de
estratificación normal se encuentra localizada a varios metros de profundidad) es
19
levantado por estos sistemas hacia la parte superior de la columna de agua, donde la
radiación solar estimula una intensa actividad fotosintética.
Mientras que Sánchez-Meraz y Martínez-Vega (2000), basándose en diferentes fuentes
bibliográficas describen las características ambientales y oceanográficas de la zona
costera localizada al sur de la entidad oaxaqueña, conocida comúnmente como Costa
Chica, la cual de acuerdo con estos autores presenta un tipo de clima del tipo A (w)
que corresponde a los cálidos subhúmedos con lluvias en verano. Esta región está
sujeta a una considerable variación por el sistema de vientos y por los movimientos
giratorios anticiclónicos en el Pacífico norte y sur. La variabilidad de la circulación
oceánica en la zona puede ser definida en base a su estacionalidad. De agosto a
diciembre, la Contracorriente de California adquiere mayor velocidad y casi fluye
paralela a la costa. Finalmente de julio a agosto, la corriente de California se debilita y
comienza a separarse de la costa, observándose un débil movimiento hacia el noroeste
a lo largo de esta.
De acuerdo con la CONANP (2003), las mareas en la costa de Oaxaca pueden
clasificarse de acuerdo a su número de forma como mixtas, con dominancia
semidiurna, ya que tienen valores de 0.77, 0.35 y 0.29 para las estaciones
mareográficas de Acapulco, Puerto Ángel y Salina Cruz, respectivamente. La estación
más cercana al PNH es Puerto Ángel. El oleaje predominante en la región es de
procedencia Oeste para el régimen anual, con un componente del Sur en verano. En
este caso, el 92.5 % de las olas incidentes llegan con alturas en el intervalo de 0.3 a 2.4
m siendo las alturas y los periodos significantes de 1.94 m y 8 s (invierno), de 1.33 m y
7 s (primavera), de 2.46 m y 10 s (verano) y de 1.68 m y 8 s (otoño).
Fenómenos que impactan a la pesquería
Avalos et al., (2005), mencionan que durante el fenómeno “El Niño” los parámetros
físicos, entre ellos la temperatura, de las costas pacíficas de Sudamérica pueden variar
drásticamente comparados con los valores “normales”, que provocan cambios
ecológicos en las comunidades costeras, tanto en diversidad como en distribución, que
afectan a su vez la economía de los países involucrados. De acuerdo con estos autores
20
los efectos pueden ser negativos y/o positivos, dependiendo de la especie de crustáceo
que se trate. En Anomuros se han observado altas mortalidades en adultos con índices
de reproducción y reclutamiento favorables; En Braquiuros se han presentado altas
mortandades en zonas rocosas, con migraciones hacia zonas de mayor profundidad;
En Dendrobranchiatas y Cirripedios se han observado desplazamientos que amplían su
rango de distribución.
Hernández et al. (2010), citando diversas fuentes bibliográficas mencionan que cuando
en el Pacífico oriental tropical la temperatura superficial del mar aumenta al menos 1°C
por encima del promedio anual del mes más cálido (agosto o septiembre, según la
localidad) se presenta un blanqueamiento en los arrecifes coralinos, lo que puede
provocar la degradación o incluso la muerte de las agregaciones de colonias, y debido a
que el coral brinda refugio y/o alimento a un gran número de peces e invertebrados, la
pérdida de los arrecifes tiene graves consecuencias ecológicas para estas
comunidades. De acuerdo con las fuentes consultadas, uno de los grupos más
afectados con la mortalidad coralina es el de los crustáceos decápodos, pues son los
invertebrados más abundantes entre las ramas de los corales y se han identificado
varias especies de camarones y cangrejos como simbiontes exclusivos en corales del
género Pocillopora Lamarck, 1816 en todo el mundo.
En el Golfo de Tehuantepec se han presentado mortandades masivas del cangrejo
portúnido Euphylax dovii Stimpson (1860), ocasionadas por los efectos de “La Niña”
documentado por Gracia et al. (1986). Asimismo, se ha observado que las poblaciones
de camarón café (Farfantepenaeus californiensis) y camarón cristal (F. brevirostris)
tienden a acercarse hacia la zona costera cuando la temperatura del mar desciende y
viceversa. También se han observado variaciones importantes en las capturas de
camarón blanco (Litopenaeus vannamei) en sistemas lagunares por efectos ENSO.
Ante estas evidencias es claro inferir que las poblaciones de jaiba en la región de
estudio no escapan a estas y otras influencias medio ambientales; sin embargo debido
a que no han sido observadas y documentadas se desconocen los efectos que
fenómenos meteorológicos tales como lluvias, ciclones y vientos, así como los
21
oceanográficos de gran escala como El Niño-La Niña (ENSO) puedan ocasionar sobre
las características biológicas y poblacionales del recurso. Por lo que esta carencia de
información de gran importancia para la especie y su pesquería deben de ser
abordados a través de líneas de investigación específicas.
Zonas de captura del recurso (Zonas de pesca)
En términos generales las capturas de jaiba se realizan en el interior de los cuerpos
lagunares, por lo que los pescadores no tienen necesidad de desplazarse a grandes
distancias de la línea de costa, lo que también les significa grandes ventajas en cuanto
a los costos de operación. Debido a esta cercanía de las zonas de captura los
pescadores no requieren comprar hielo para la conservación del producto a bordo, pues
con tan solo colocarles una sombra a las jaibas capturadas pueden entregarlas vivas al
comprador, lo que también les permite entrar y salir de acuerdo con la cantidad de
producto que deseen capturar.
Diagnóstico del recurso pesquero sujeto a aprovechamiento
Especies objetivo
Para fines del presente estudio de caso, las especies de jaiba de importancia comercial
que se encuentran en las costas del Pacífico mexicano, agrupadas en el género
Callinectes de la familia Portunidae; Callinectes bellicosus (Stimpson, 1859), conocida
comúnmente como jaiba guerrera, Callinectes arcuatus (Ordway, 1863) o jaiba azul y la
jaiba negra o guacho Callinectes toxotes (Ordway, 1863).
De acuerdo con Salazar-Navarro et al. (2002), C. bellicosus guarda una estrecha
relación con aguas más frías y de tipo marino, mientras que C. toxotes y C. arcuatus
son típicamente tropicales que habitan en aguas salobres y salen al mar a desovar
(Hendrickx 1984b). Tales especies quedan incluidas en la siguiente clasificación
taxonómica10:
Reino: Animalia Filo: Arthropoda
10 http://es.wikipedia.org/wiki/Callinectes_sapidus
22
Subfilo: Crustacea Clase: Malacostraca Orden: Decapoda Suborden: Pleocyemata Infraorden: Brachyura Superfamilia: Portunoidea
Familia: Portunidae Subfamilia: Portuninae Género: Callinectes Especies: C. bellicosus Stimpson, 1859
11
Callinectes arcuatus Ordway, 1863
Callinectes toxotes Ordway, 1863
Distribución geográfica
Los portúnidos presentan una amplia distribución geográfica, pues se les ha registrado
a lo largo de las costas tropicales y templadas del este de los Estados Unidos, las
costas oeste y este de América Central, occidente de África, islas del Pacífico Sur y
Occidental (Escamilla, 1998). En México las jaibas se encuentran en ambas costas en
donde sostienen importantes pesquerías. Las especies que habitan las costas del
Océano Pacífico mexicano son tres: Callinectes arcuatus, C. toxotes y C. bellicosus.
11 Imágenes tomadas de Lorenzana (2012)
23
Aun cuando las tres especies aquí tratadas son capturadas a lo largo de la costa
pacífica, su distribución geográfica no es la misma. C. bellicosus se distribuye desde el
sur de California, E.U.A., hasta el Golfo de Tehuantepec, incluido también el Golfo de
California, México, mientras que C. toxotes abarca desde el sur del Golfo de California,
México hasta Colombia (Hendrickx, 1995) y C. arcuatus se distribuye desde los
Angeles, California hasta Mollenda, Perú e Islas Galápagos (Hendrickx, 1984a). Al
respecto, Fischer y Wolf (2006), mencionan que excepcionalmente el rango de
distribución de C. arcuatus puede llegar a extenderse hasta la zona norte de las costas
chilenas en periodos de eventos “El Niño” (Ramos-Cruz, 2008).
Al respecto, Molina et al. (2006), citando diversas fuentes menciona que por su
distribución biogeográfica se ha sugerido que C. bellicosus es una especie de origen
boreal con intrusión al Golfo de California, mientras que C. arcuatus tiene afinidad de la
fauna panámica a pesar de que ambas son especies simpátricas en una parte de su
distribución geográfica.
Biología
Los crustáceos constituyen uno de los grupos de gran importancia para las
comunidades costeras desde el punto de vista alimenticio y económico. A este grupo
pertenecen las jaibas en el que también quedan incluidos los camarones, las langostas,
los langostinos y los cangrejos debido a que presentan una estructura y un ciclo de vida
semejantes.
En las lagunas costeras las jaibas constituyen el segundo grupo en importancia
después de los camarones. Estos organismos son considerados habitantes comunes
de las costas tropicales y templadas de aguas someras de esteros, bahías, lagunas
costeras y desembocaduras de los ríos (Ruíz-Durá, 1978).
Las jaibas son crustáceos del orden Decápoda. Una de las familias mejor
representadas en este orden es la Portunidae que se caracteriza por tener el
cefalotórax fuertemente fusionado y comprimido dorso-ventralmente y un abdomen
reducido en tamaño, recto y simétrico, además de presentar el último par de pleópodos
24
modificados para la natación, lo que les permite desplazarse en la columna de agua
(Hendrickx, 1995; Escamilla, 1998). Al respecto, Williams (1974), menciona que los
caracteres más importantes para la identificación sistemática de las especies de
Callinectes son desde el punto de vista dorsal; el numero, forma y arreglo de los dientes
frontales, la forma del área metagástrica, la forma y curvatura de los dientes
anterolaterales y la espina lateral, la granulación de la superficie dorsal. Desde el punto
de vista ventral; la forma del abdomen en el macho y en la hembra madura. Otras
características que también ayudan en la identificación taxonómica son la forma y color
de los quelípedos, el primer par de pleópodos en los machos y la forma del gonoporo
en las hembras.
Hendrickx (1984) (citado por Ramírez-Félix y Singh-Cabanillas et al., 2003) menciona
que en la costa del Pacífico de América se encuentran registrados seis géneros de la
familia Portunidae, cinco de los cules están presentes en el área del Golfo de California.
Las diferentes especies de Portunidae (jaibas, lato sensu) se encuentran en las lagunas
costeras, bahías y plataforma continental del pacífico mexicano. En el sur de Sinaloa,
pueden encontrarse 13 especies y subespecies. Estas son: Arenaeus mexicanus
(Gerstaecker, 1856), Callinectes arcuatus Ordway, 1863, Callinectes toxotes Ordway,
1863, Callinectes bellicosus (Stimpson, 1859), Cronius ruber (Lamarck, 1818), Euphylax
dovii (Stimpson, 1860), Euphylax robustus A. Milne Edwards, 1874, Portunus
acuminatus (Stimpson, 1871), Portunus asper (A. Milne Edwards, 1861), Portunus
iridescens (Rathbun, 1893), Portunus xantusii affinis (Faxon, 1893), Portunus xantusii
minimus Rathbun, 1898 y Portunus xantusii xantusii (Stimpson, 1860).
No obstante, a pesar de la importancia que como recurso pesquero ha venido
adquiriendo, las jaibas han sido poco estudiadas nivel nacional, concentrándose las
investigaciones en las especies del Golfo de México, especialmente en Callinectes
sapidus, dada su importancia comercial en el País y en los Estados Unidos de
Norteamérica, donde se aprovecha mediante la pesca y la acuicultura desde hace
varios decenios. Por la parte de la costa del Pacífico los estudios se han ido
incrementado gradualmente hacia la zona noroeste, siendo más escasos para la región
sur-sureste.
25
Hábitat y ecología
Arzola-González et al. (2010), basados en otras fuentes menciona que las jaibas son
habitantes comunes de los sistemas marinos y costeros, además que de que estos
crustáceos son considerados como reguladores ecológicos, ya que forman parte de la
dieta alimenticia de muchas especies de peces y otras especies de importancia
comercial.
Paul (1982a) y Hernández y Arreola-Lizárraga (2007), mencionan que investigaciones
realizadas sobre las jaibas en el Golfo de California mostraron que C. arcuatus es una
especie eurihalina que tolera un intervalo de salinidad de 1-65 psu, se encuentra en un
intervalo de temperatura de 17.5-34° C y puede llegar a habitar profundidades de hasta
40 m; mientras que C. bellicosus es una especie estenohalina que tolera salinidades en
el intervalo de 31-38 psu y temperaturas en el rango de 18-4°C, llegando a ser
capturada hasta los 30 m de profundidad. Sobre C. arcuatus, Hernández y Arreola-
Lizárraga (2007), puntualizan que aun cuando esta especie es eurihalina (1-65 psu), su
mejor desarrollo en las lagunas costeras se presenta cuando la salinidad disminuye por
debajo de los 30 psu. Al respecto Pantaleón-López et al. (2005), señalan que los
resultados obtenidos al estudiar la comunidad de zooplancton en las lagunas de
Chacahua y Pastoría, el mayor porcentaje estuvo integrado por larvas de braquiuros,
colectadas en el rango de temperaturas de 27.6-33 °C y salinidades de 1.2-8 psu. Por
su parte Molina (2006), señala que aun cuando las tres especies se han registrado a
profundidades y temperaturas del agua similar, C. arcuatus y C. toxotes se han
encontrado en un intervalo más amplio de salinidad (1-65 y 0-58, respectivamente) en
comparación con C. bellicosus (31-38). Finalmente, Dittel y Epifanio (1984), reportan
temperaturas para C. arcuatus de 25 a 30 ºC y 30 ± 0.5 ppm para el desove y el cultivo
de larvas, respectivamente.
Das y Stickle (1993), con base en diferentes fuentes mencionan que los juveniles y
adultos de C. sapidus pueden ocupar hábitats que van desde aguas completamente
dulces hasta aguas hipersalinas. Asimismo señalan que el crecimiento de las jaibas
puede ser afectado por los diferentes gradientes de salinidad y la temperatura del agua,
26
la disponibilidad de alimento, la depredación, el tipo de sustrato, disponibilidad de
hábitats y los contaminantes. Estos autores indican que la tolerancia a los diferentes
factores ambientales puede variar dependiendo del estadio de vida del organismo,
quien también se puede ver afectado por los niveles de oxigeno (hipoxia). Finalmente
indican que sus altas abundancias, sus diversos hábitos alimenticios y su importancia
como presas para una gran variedad de organismos las convierte en una parte integral
del ecosistema costero.
Gil (2009), citando diferentes fuentes menciona que las jaibas soportan grandes
intervalos de salinidad: C. arcuatus tolera cambios de entre 1 y 65 ppm, y C. bellicosus
en aguas con salinidades marinas de 30 a 38 ppm, en cambio C. toxotes se encuentra
en aguas con salinidades entre 0 y 55 ppm.
Reproducción SUGIERO HACER UN RESUMEN DE ESTA SECCIÓN, QUE EN OCASIONES ES REPETITIVA
En el aspecto reproductivo, las jaibas son organismos dioicos, esto es, presentan sexos
separados, con dimorfismo sexual externo cuya característica más notable es la forma
del abdomen (Olguín y Jerez, 2003). En el caso de los machos el abdomen se presenta
de forma alargada adoptando la figura de una “T” invertida, mientras que en las
hembras es de forma triangular con su porción terminal redondeada. Las diferencias
morfológicas de los órganos reproductivos se pueden observar en la figura 7.
27
7Fig. 7.- Características morfológicas de los órganos reproductores de las jaibas: a) macho maduro, b) hembra madura, c) hembra inmadura y d) hembra ovígera (Tomado de Gil, 2009).
El ciclo de vida de la jaiba (Fig. 8) inicia con el apareamiento de machos y hembras,
proceso que se lleva a cabo en el océano (Molina et al., 2006). La fecundación es
interna. Mediante cópula los machos transfieren los espermatozoides en un saco
gelatinoso llamado espermatóforo. Las hembras transportan los huevos fecundados en
el abdomen durante siete a ocho meses; al cabo de este tiempo eclosionan larvas de
vida planctónica, las cuales metamorfosean pasando por distintas formas (zoea,
megalopa) antes de asentarse en el sustrato (Olguín y Jerez, 2003). Williams (1974),
señala que en especies de Callinectes el desarrollo larvario ha sido determinado por
medio de la incubación en laboratorio, habiendo sido descritos 11 estadios de zoeas y
uno de megalopa para C. sapidus. Esto es coincidente con lo descrito por diversos
autores citados por Molina et al. (2006), quienes mencionan que una vez llevada a cabo
la eclosión surge el primer estadio larvario llamado nauplio, posteriormente este se
transforma en zoea y cambia progresivamente a ocho sub fases distintas hasta que se
transforma en una terminal llamada megalopa. Esta transformación ocurre en el mar
abierto a los 30 días de la eclosión. Durante su vida planctónica, la megalopa no se
alimenta, sino que se ocupa de nadar activamente hacia la costa, guiada
aparentemente por señales vibrátiles detectadas por algunas estructuras especializadas
28
de sus antenas (Sánchez-Ortiz y Gómez-Gutiérrez 1992). La megalopa experimenta
una sola muda, que cambia radicalmente de forma y produce el primer estadio
bentónico, ya muy semejante al adulto (Molina et al., 2006).
8Fig. 8. Ciclo de vida de la jaiba (Tomado de http://www.pecera.cl/ciclos_jaiba.htm).
Basado en diferentes fuentes, Gil (2009) señala que el apareamiento de machos y
hembras se realiza mientras la hembra regenera el caparazón después de una muda.
Durante este proceso el macho se encuentra montado sobre la hembra realizando su
copulación y al mismo tiempo está protegiendo a la hembra de depredadores dado a
que su cuerpo se encuentra suave. Este proceso puede durar de entre 36 a 48 horas en
que se termina de endurecer su caparazón y al término del mismo el macho deja de
copular. Las hembras mantienen sus huevecillos en la región abdominal durante tres
semanas aproximadamente. Después se alejan de los sistemas lagunares para que los
huevecillos eclosionen en mar abierto. Así aparece la larva en estadio zoea y tiene un
proceso de cambios de siete a ocho mudas hasta el estadio de megalopa. Las larvas
megalopas se trasladan hacia las lagunas costeras en donde concluye su metamorfosis
y adquiere la forma definitiva de jaiba juvenil y se desarrolla en el ambiente bentónico.
Finalmente Gil (2009) menciona que aun cuando existen controversias sobre la
longevidad de las jaibas, se estima que estas pueden llegar a vivir hasta cuatro años y
se pueden reproducir desde el primer año.
29
Goldstein y Dupré (2010), señalan que el sistema reproductivo de los machos está
conformado por un par de testículos blanquecinos con un diámetro de 0,44 ± 0,1 mm,
ubicados en la región dorsal del cefalotórax, entre el hepatopáncreas y el caparazón,
conteniendo gran cantidad de túbulos seminíferos finamente enrollados que convergen
en un único vaso deferente (VD) para cada testículo. El VD en su porción proximal al
testículo tiene un diámetro de 1,42 ± 0,36 mm y está muy enrollado; la porción media
del VD está levemente enrollada, es más grueso que la porción anterior y tiene un
diámetro mayor de 2,27 ± 0,6 mm. La porción proximal al gonoporo o VD posterior es
recta y posee un diámetro de 3,93 ± 0,49 mm y termina en el gonoporo ubicado en la
coxa del quinto pereiópodo, la cual coincide con la base de los primeros apéndices
copuladores. Basados en otras investigaciones, estos autores señalan que el sistema
reproductivo en hembras presenta una conexión característica entre la espermateca y
el ovario, la cual permite determinar el tipo de fecundación de la especie. Así, según
estos autores la conexión ventral de la espermateca con el oviducto en algunas
especies sería un indicativo de que la fecundación es interna. Así mismo refiriendo los
resultados de otros autores, indican que en hembras con este tipo de conexión los
ovocitos son liberados a través del oviducto, desde la parte ventral de la espermateca
donde se encuentran los espermatozoides ocurriendo así la fecundación. Luego los
ovocitos ya fecundados son liberados a través de la “vagina” hacia el abdomen de la
hembra.
Al respecto, Bacab et al. (2002), al analizar el desarrollo larvario de C. sapidus
observaron que el tiempo que transcurre entre el estadio larval de zoea I al primer
juvenil fue entre 27 y 35 días en todos los experimentos realizados, el tiempo de
duración de cada estadio larval fue aproximadamente de 2-3 días de zoea I a zoea VI,
de 6-7 días en las megalopas y de 9 a 10 días en los primeros juveniles, dependiendo
fundamentalmente de la temperatura, salinidad, y alimentación. Así mismo indican que
excepcionalmente puede llegar a 11 días. En tanto que Epifanio y Dittel (1984) reportan
una duración de aproximadamente 5.9 a 7.3 días en zoeas y 18.7 días en megalopas
de C. arcuatus y una duración de 50.6 ± 3.8 días hasta que alcanzan la megalopa y
69.3 días hasta juvenil.
30
Una vez que los huevecillos eclosionan las zoeas penetran a los sistemas estuarinos y
lagunares, en donde se distribuyen de acuerdo con un gradiente de salinidad,
permaneciendo en ellos hasta la etapa en la que tienen que regresar nuevamente al
ambiente marino para reproducirse. Al respecto, Pardo et al., (2012), mencionan que el
asentamiento de crustáceos decápodos en ambientes estuarinos, es la última etapa de
un complejo proceso en el que las especies meroplanctónicas cierran la fase de vida
pelágica. De acuerdo con estos autores, este proceso tiene etapas sucesivas, que
comienza con la formación de parches larvales frente a la costa, su transporte hacia las
zonas de crianza, exploración de sustrato en busca de un lugar adecuado para el
asentamiento y la metamorfosis a juvenil. Así mismo comentan que las interacciones
entre los factores físicos y el comportamiento de las larvas competentes regulan las
diversas etapas de este proceso, determinando finalmente las tasas de asentamiento
locales.
Morales-Bojórquez (1993), al efectuar simulaciones de las fluctuaciones de la población
de Callinectes sapidus, observó que la fracción adulta manifestaba una mayor
respuesta a las bajas temperaturas del invierno, mientras que la porción de los reclutas
era mayormente afectada por el promedio de la energía radiante mensual, el flujo de la
corriente anual, la salinidad media anual y los cambios de la temperatura media anual
del agua, por lo que se puede concluir que los primeros estadios son afectados por una
mayor cantidad de variables ambientales con una influencia directa sobre las tasas de
mortalidad natural y supervivencia.
Bacab et al., (2002), mencionan que la coloración de la masa ovígera tiende a cambiar
de amarillo a marrón cuanto más se acerca el momento de la eclosión. De acuerdo con
estos autores, el cambio de coloración en las masas ovígeras de C. sapidus se debe a
cambios en el contenido de vitelo y el desarrollo del embrión, así un color anaranjado
de los huevos representa abundancia de vitelo, el cual va desapareciendo al ser
absorbido por el embrión tornando el color de los huevos a amarillo, pasando luego a
las coloraciones oscuras por la pigmentación y desarrollo de los ojos del embrión.
31
Fecundidad
Bacab et al. (2002), indican que la jaiba tiene un alto potencial reproductor que
garantiza la conservación de la especie a pesar de su alta mortalidad larval. Citando los
resultados de diversas investigaciones, estos autores señalan que el numero de
huevecillos contabilizados en C. sapidus ha variado entre 0.7 y 4 millones de huevos.
En tanto que García-Montes et al. (1987), al analizar la fecundidad en Callinectes similis
encontraron que la fecundidad varió de 125,734 huevos en un individuo de 62mm de
ancho del caparazón (19.9g) a 986,393 huevos en una hembra de 102mm (83.58).
En el caso específico de C. arcuatus, se han registrado valores de fecundidad en el
rango de 228, 862 huevecillos para una hembra de 7.2 cm de Ac, hasta 2, 522, 020
huevecillos para una hembra de 9.5 cm de Ac y promedio de 793, 798 huevecillos
(Estrada 1999). En tanto que Gil (2009), indica que la fecundidad de C. arcuatus varió
de 340,219 huevos en una hembra de 72 mm de Ac a 1’759,802 huevos en una de 108
mm de Ac, con un promedio global de 872,968 huevos por hembra. Mientras que para
C. bellicosus el numero de huevos contabilizados varió entre 1‘340,661 huevos en una
hembra de 130 mm de Ac a 2’582,208 huevos en una hembra de 140 mm de Ac. El
promedio total fue de 2‘142,116 huevos por hembra. Finalmente, en C. toxotes la
fecundidad estimada varió entre 1’450,272 huevos en una hembra de 138 mm de Ac y
3‘128,124 huevos en una de 162 mm de Ac, con un promedio global de 2’101,074
huevos por hembra.
En las costas de Oaxaca y Chiapas, las jaibas se reproducen todo el año, sin embargo
existe un periodo en el que los índices reproductivos se incrementan. Al respecto
Ramírez-Félix y Singh-Cabanillas et al. (2003), indican que en las costas de Oaxaca C.
arcuatus se reproduce de abril a julio, mientras que C. bellicosus lo hace en septiembre
y C. toxotes de mayo a julio.
Alimentación
En el plano trófico, las jaibas parecen ser uno de los eslabones mas importantes en las
redes tróficas de ciertos hábitats marinos someros y el estudio de su dieta y ecología
32
alimentaria es esencial para completar el conocimiento del papel funcional de estos
organismos en el ecosistema (Félix-Pico y García-Domínguez, 1993; Rodríguez, 2004).
Alvarez-León (2002), citando diversas fuentes indica que C. arcuatus y C. toxotes
prefieren hábitats fangosos y areno fangosos, y que su dieta está preferentemente
compuesta por crustáceos con una dominancia de camarones (21.46%), peces
(17.48%) y moluscos (15.93%). Por su parte Rodríguez (2004), señala que los
cangrejos Portúnidos conocidos comúnmente como jaibas, son clasificados
principalmente como carnívoros-oportunistas y son grandes depredadores de moluscos
y crustáceos regulando las poblaciones locales de sustratos suaves y desprotegidos.
De manera específica, este autor indica que la dieta alimenticia de C. bellicosus en
Bahía Magdalena, B.C.S., estuvo integrada por moluscos, gasterópodos, moluscos
bivalvos, crustáceos, peces y material vegetal, manteniéndose estos grupos como los
preferenciales, mientras que los incidentales fueron los anfípodos, isópodos, poliquetos,
balanos, quitones, sipuncúlidos, plumas de mar, esponjas, además de material de
desecho como hilo de nylon y trozos de plástico. En el caso de C. arcuatus, indica que
los principales grupos alimenticios estuvieron representados por crustáceos,
gasterópodos, peces, bivalvos y jaibas, y en menor proporción el sedimento y restos
vegetales.
Molina et al. (2006), destaca que el contenido alimenticio de los estómagos de jaibas
capturadas en Bahía Magdalena, B.C.S., estuvo integrado predominantemente por
materia orgánica, la cual puede ser de organismos en descomposición o del producto
de la captura de moluscos bivalvos y gasterópodos no identificados. Otros
componentes del espectro trofico son: Chione californiensis (almeja roñosa), Aminoea
sp. (caracol), Tagelus affinis (navaja), Orchestoidea sp. (anfipodo), Bryopsis sp. (alga
verde), Callinectes spp. (jaibas). Asimismo, retomando los resultados de otros autores,
comenta que al analizar los resultados del contenido estomacal de las diferentes clases
de talla, por sexo y el grado de madurez, se observa que no existe una tendencia a los
tipos alimentarios, por lo que se puede calificar a la especie como un organismo
omnívoro.
33
Paul (1981), analizó la dieta natural de C. arcuatus y C. toxotes en el sistema lagunar
de Hizache-Caimanero, Sinaloa, cuyos resultados indicaron que ambas especies
presentan similitudes en su dieta alimenticia, con una mayor variedad por parte de C.
arcuatus. Las jaibas menores a 60 mm de caparazón presentaron una dieta basada
principalmente en detritus y eran más excavadoras, mientras que los organismos
mayores eran principalmente excavadores y se alimentaban depredando. El periodo
alimenticio ocurrió principalmente durante la noche, especialmente al amanecer. En la
tabla 1 se concentran los resultados obtenidos por este autor.
Tabla. 1. Contenido estomacal en C. arcuatus y C. toxotes. (Tomado de Paul, 1981)
C. arcuatus C. toxotesNo. de estómagos analizados 533 8
% dieta en peso seco
Frecuencia por cada 100 estómagos
% dieta en peso seco
Frecuencia por cada 100 estómagos
Moluscos bivalvos 26.9 47.6 59.7Gasterópodos 1.0 10.2 - -Total 27.9CrustáceosCangrejos 15.2 42.9 29.1 62.5Decápodos no braquiuros
5.6 30.6 - -
Otros crustáceos 1.3 14.3 - -Total 22.1 29.1Peces 16.5 43.9 3.6 25.0Material vegetal 2.9 44.9 0.7 50.0Poliquetos 1.8 26.6 0.3 25.0Foraminíferos 0.1 10.2 0.1 37.5Briozoarios 0.1 15.3 0.1 12.5Esponjas 0.1 13.3 - -Hidrozoarios 0.1 40.8 <0.1 12.5Insectos <0.1 <0.1 - -Nemátodos - -Material orgánico no identificado
14.5 45.9 2.6 37.5
Arena 13.8 44.9 3.8 50.0
34
Estructura poblacional
Ramírez-Félix et al. (2003), mencionan que en el sistema lagunar Mar Muerto, Oaxaca
y Chiapas, la estructura de tallas para las tres especies estuvo integrada por unos
cuantos juveniles (<50 mm Ac) y por adultos (>50 mm Ac). La especie predominante
fue C. arcuatus, que presentó tallas en el intervalo de 26 a 140 mm Ac. La mayor
abundancia de ejemplares chicos ocurrió en febrero y marzo, aunque su presencia es
mínima, se capturó durante todo el año, los organismos grandes se detectaron también
durante todo el periodo de estudio, con mayor presencia de mayo a agosto. El intervalo
de tallas para C. bellicosus fue de 15 a 167 mm Ac, se capturaron pocos ejemplares
chicos (<50) en los meses de enero y febrero y en aguas muy someras y cercano a
encierros rústicos de camarón. Los ejemplares adultos se encuentran durante todo el
año con mayor abundancia de marzo a mayo. En cambio, para C. toxotes los rangos de
Ac se encontraron desde 35 hasta 193 mm, la presencia de organismos menores a 50
mm fue observada en el mes de enero y de los adultos en agosto y octubre.
En tanto que durante 2001, Ramos-Cruz (2008) realizó una serie de muestreos en el
sistema lagunar La Joya-Buenavista, Chiapas, el cual se encuentra intercomunicado
con el sistema lagunar Mar Muerto, en donde registró la estructura poblacional de las
tres especies de jaibas. La muestra acumulada estuvo integrada por 1,525 ejemplares,
de los cuales el 88.3% fue de C. arcuatus, el 6.0% de C. toxotes y el restante 5.7% de
C. bellicosus. Los resultados de esta investigación en cuanto a la estructura por tallas y
pesos de las poblaciones estudiadas se presentan en forma concisa en la tabla 2:
Tabla. 2. Resumen estadístico de la estructura por tallas y pesos de las especies de jaiba en el sistema lagunar La Joya-Buenavista Chiapas, durante el 2001.
C. arcuatus C. toxotes C. bellicosus
Estadístico Lt (mm) Pt (gr) Lt (mm) Pt (gr) Lt (mm) Pt (gr)
Mínimo 33 11 74 25.6 57 13.7
Máximo 130 137.1 145 223.8 105 85.4
Media 86.0 52.1 115.6 110.6 81.7 42.9
Mediana 87 49.7 124 115.9 83 43.7
35
Moda 85 40 130 160.3 89 25.9
N 1349 1349 91 91 87 87
En términos generales puede observarse que C. toxotes presenta tallas y pesos
mayores que las otras dos especies, y que de las tres especies registradas C.
bellicosus presenta las tallas y pesos menores, lo cual puede estar relacionado con una
menor tolerancia de los adultos a las condiciones ambientales del sistema lagunar. Los
histogramas de frecuencia de tallas respectivos se muestran en la figura 9.
9Fig. 9. Histogramas de frecuencia de tallas de C. arcuatus, C. toxotes y C. bellicosus en el sistema lagunar La Joya-Buenavista, Chiapas, durante 2001.
Durante el 2012 la población de jaibas del sistema lagunar Mar Muerto, Chiapas, estuvo
integrada por organismos con tallas distribuidas en el intervalo de 2.9 cm a 19.9 cm,
con un valor promedio de 9.9 cm con una desviación estándar de 1.41 cm, es decir que
la talla más representada (moda) en todos los muestreos va de 10 cm a 11 cm. Con
respecto a la captura comercial la talla mínima de entrega es de 8 cm y la talla máxima
es de 19.9 cm es decir que estas tallas son aceptadas para la comercialización dentro
la pesquería de jaiba del Sistema lagunar Mar Muerto (Lorenzana, 2012).
Crecimiento
Una de las características biológicas que diferencian a los crustáceos del resto de los
organismos es que su cuerpo se encuentra encerrado en un caparazón o exoesqueleto
rígido. De tal manera que para que el organismo pueda crecer en tamaño es necesario
que el caparazón sea periódicamente remplazado por otro nuevo. Este proceso de
digerir y sintetizar una nueva cubierta se llama muda y culmina con el desprendimiento
de la vieja cutícula, proceso conocido como ecdisis. Molina et al. (2006), indican que el
crecimiento de los crustáceos decápodos es un proceso discontinuo consistente de una
36
sucesión de mudas (ecdisis) separadas de un periodo entre mudas. La muda es un
proceso continuo en la vida del crustáceo. Durante el periodo intermudas el
integumento es duro y se retrasa el crecimiento. En cada muda el crustáceo se despoja
del integumento y crece rápidamente en un periodo muy corto antes de que el nuevo
integumento se endurezca. De tal manera que el crecimiento puede describirse en dos
componentes: el incremento de las mudas o el incremento en tamaño que ocurre en
una muda, y otro es el intervalo de las mudas (ecdisis) o la duración entre dos mudas
sucesivas. De acuerdo con estos autores, el mecanismo que controla la ecdisis es una
interacción antagónica entre una hormona que inhibe la muda producida en la glándula
del seno-órgano X localizada en el pedúnculo del ojo y la hormona de la muda ecdisona
producida en el órgano Y localizado ventralmente en el pedúnculo del ojo. Previo a la
muda, el exoesqueleto retira sales inorgánicas y las almacena en los gastrolitos y otros
sitios. El exoesqueleto antiguo es roto por las enzimas del fluido de muda, y se secreta
una nueva cutícula. La jaiba rápidamente absorbe agua, rompe el viejo exoesqueleto
junto con las suturas entre el carapacho y el esternón, y se sale por la parte posterior
del viejo exoesqueleto. Posteriormente se presenta una rápida depositación al haber
recuperado sales inorgánicas para endurecer la nueva cutícula (Barnes op. cit. 1975).
Con base en diferentes autores, Casillas-Hernández et al. (2002), señalan que los
fenómenos como la muda parecen estar basados en los ritmos endógenos de
crecimiento, sensibilidad a la luz y en los ritmos circadianos. Este proceso junto con el
de la reproducción, son los dos eventos fundamentales en la vida de los crustáceos.
Los cambios estructurales y morfológicos que operan durante el ciclo de muda se
reflejan en variaciones bioquímicas y fisiológicas en diferentes tejidos, especialmente
en la hemolinfa y el hepatopáncreas. En el momento de la ecdisis, el agua es un
constituyente necesario para el aumento de volumen del organismo antes de empezar
el proceso de mineralización del nuevo exoesqueleto; asimismo durante el ciclo de
muda, las reservas orgánicas se guardan y se transportan, entre otras cosas, para ser
usadas en este proceso de formación del nuevo exoesqueleto.
Derivado de lo anterior, resulta claro entender que conforme estos organismos crecen
en tamaño no se les forman marcas duras permanentes que puedan ser interpretadas
37
como marcas que indiquen un cambio de longitud del organismo respecto al tiempo, tal
como ocurre en otras especies que presentan estructuras óseas. Al respecto Petriella y
Boschi (1997), indican que en el caso particular de los crustáceos el crecimiento se
observa como un proceso discontinuo que ocurre por saltos, debido a que el
exoesqueleto o caparazón rígido que lo recubre no permite que el aumento en largo o
peso se manifieste en forma continua. Así, el crecimiento de los crustáceos se advierte,
entonces, como un incremento de talla, peso y forma casi instantáneos y ocurre cuando
se produce la muda, exuviación o ecdisis, que implica el abandono y degradación del
viejo exoesqueleto y síntesis de nuevos tejidos.
De tal manera que el sistema usual para estudiar el crecimiento absoluto en crustáceos
decápodos, es emplear una única dimensión del exoesqueleto, como la longitud del
caparazón o longitud total, que suma la del caparazón a la del pleon, o el peso, como
índice de crecimiento. Cuando se trata de determinar el crecimiento relativo se suele
medir el largo y ancho de los quelípedos, largo y ancho del caparazón o cualquier otra
estructura que refleje mejor los cambios morfológicos relacionados con el crecimiento y
la edad (Petriella y Boschi, 1997). Bajo este criterio metodológico los estudios
relacionados con el crecimiento de los crustáceos tales como jaibas, camarones y
langostas han estado basados en el análisis de los datos de la talla o el ancho del
caparazón mediante el método de la progresión modal o Método de Petersen (Sparre y
Venema, 1995).
Estrada (1999), indica que en la laguna de Coyutlán, Colima, C. arcuatus exhibió
incrementos de 1.80 cm en el primer mes, alcanzando el máximo incremento en peso a
los 10 meses de edad. Las ecuaciones de la relación peso-talla establecidas para la
población en general y para sexos independientes fueron:
Sexos combinados Hembras Machos
W=0.074 Ac3.028 W=0.073 Ac3.024 W=0.0774 Ac3.015
Mientras que las ecuaciones que definen el crecimiento en longitud y peso,
respectivamente quedaron estructuradas de la siguiente forma:
38
Para el crecimiento en longitud Para el crecimiento en peso
¿=16.09 [1−exp(−1.43(t+0.119))] pt=331.38 [1−exp(−1.43 (t+0.119 ))]3.028
En tanto que Ramos-Cruz (2008), estableció las siguientes relaciones biométricas para
C. arcuatus del sistema lagunar La Joya-Buenavista, Chiapas: ¿QUÉ ES Pt?
Sexo Ecuación R2 N
Machos Pt = 0,00011Ac2.92±0,072 0.8
3
302
Hembras Pt = 0,00033Ac2.66±0,078 0.9
5
1043
Sexos
combinados
Pt = 0,00019Ac2.79±0,052 0.8
9
1345
La ecuación que define el crecimiento en longitud y peso de la especie dentro de este
sistema lagunar quedó estructurada de la forma siguiente: ESTANDARIZAR pt Y Pt
Crecimiento en longitud Crecimiento en peso
¿=140.3 [1−exp(−0.3524 (t+0.307)) ] pt=186 [1−exp(−0.3524 (t+0.307 ) ) ]2.8
Por su parte, Sarmiento y Gil (2001) establecieron las siguientes relaciones para las
poblaciones de C. arcuatus, C. bellicosus y C. toxotes en el sistema lagunar Mar
Muerto, Oaxaca-Chiapas:
Especie Ecuación R2 N
C. arcuatus Pt = 0.00004Ac3.1284 0.94 1,379
C. bellicosus Pt = 0.00008Ac3.007 0.98 681
C. toxotes Pt = 0.0003Ac2.7112 0.97 874
39
Mientras que las ecuaciones que definen el crecimiento en longitud y peso de las
especies respectivas son:
Especie Crecimiento en longitud Crecimiento en peso
C. arcuatus ¿=136.2 [1−exp(−0.77 (t+0.137)) ] pt=226.5 [1−exp(−0.77 (t+0.137 ))]3.2
C.
bellicosus
¿=177.2 [1−exp(−0.84 (t+0.116 ))] pt=450.4 [1−exp(−0.84 (t+0.116 ))]3
C. toxotes ¿=195.9 [1−exp(−0.61 (t+0.158)) ] pt=606.3 [1−exp(−0.61 (t+0.158 )) ]2.4
De acuerdo con estos autores, la edad relativa en que C. arcuatus y C. bellicosus
alcanzan el crecimiento máximo asintótico en el sistema lagunar Mar Muerto, Oaxaca-
Chiapas, se ubica entre los 4 y 5 años, mientras que C. toxotes lo alcanza entre los 5 y
6 años.
Ramos-Cruz (2008) estimó una tasa de crecimiento promedio diario para C. arcuatus de
1.2 mm/día, observando que las mayores tasas de crecimiento corresponden a las
primeras etapas del desarrollo individual y decrecen conforme los organismos en cada
cohorte incrementan en longitud. Al respecto, Anónimo (1994), menciona tasas de
incremento de la anchura del caparazón de 8 mm/mes en hembras y de 10 mm/mes en
machos, para el sistema lagunar Huizache-Caimanero, Sinaloa, México. En tanto que
Estrada (1999), refiere que en la laguna de Cuyutlán, Colima, México, los juveniles de
C. arcuatus exhiben tasas promedio de crecimiento de 18 mm/mes, mientras que en los
adultos el crecimiento se reduce a 9 mm/mes.
La talla de primera captura se estimó en 87 mm de ancho de caparazón. Un aspecto
importante a considerar en toda talla de primera captura, es que esta no debe ser
menor a la talla de primera reproducción, ya que se busca que al momento de capturar
al organismo este haya aportado descendencia al menos una vez para garantizar la
reposición de los desaparecidos por causas naturales y la pesca, proporcionándole
estabilidad y continuidad a la población. En este sentido Estrada (1999) señala que en
C. arcuatus pueden encontrarse organismos sexualmente maduros a partir de los 58
40
mm. Fischer y Wolff (2006), estimaron en 94.6 mm la talla de primera madurez en
machos de C. arcuatus para las costas de Costa Rica, valor que lo alcanza al año,
aproximadamente. Ramos-Cruz (2008), registró a un organismo hembra en condiciones
de madurez a una Ac = 41 mm y estimó una talla media de primera maduración en los
85 mm, valor relativamente cercano al de primera captura (Ac50 = 87 mm). En tanto que
Nevárez-Martínez et al. (2003), estimaron para esta especie una Ac50 = 70.5 mm y para
C. bellicosus fue de Ac50 = 80 mm, para las costas de Sonora, México. Al respecto, Gil
& Sarmiento (2001), proponen con base en el ajuste a la curva logística que la l50 para
las especies de C. arcuatus, C. toxotes y C. bellicosus debería de establecerse en 100
mm de ancho de caparazón, argumentando que las tallas de primera reproducción
observadas para las respectivas especies se ubicaron en 90, 96 y 92 mm. El valor
correspondiente a la especie aquí tratada no difiere significativamente del obtenido por
Ramos-Cruz (2008) para C. arcuatus en un sistema lagunar adjunto, por lo que para
fines de manejo el establecimiento de una talla de primera captura de Ac 50 = 100 mm
resultaría adecuada para esta especie, toda vez que se estaría protegiendo al 89 % de
la población. Utilizando este mecanismo, Loran et al. (1993) decidieron proteger al 68 %
de las hembras de C. rathbunae y al 55 % de C. sapidus, para la región del Golfo de
México.
Usuarios
En la fase de captura, procesamiento y comercialización intervienen sociedades cooperativas, pescadores libres y permisionarios, que en el caso de Oaxaca se agrupan de la siguiente manera:
Tabla 3. Sector pesquero que se dedica a la captura y comercialización de la jaiba en Oaxaca.
Municipio Comunidad Organización o permisionario Zona de pesca
Santiago Pinotepa Nacional
Corralero SCPP y Acuac. "Alotengo"
El Mapache, Los Bajos de la Tuza, Monroy, Las
Ventanas, Palo Seco, Las Palmitas y San Pancho
SCPP y Servicios Turísticos Mar de
Corralero
41
Agustina Moreno VargasSan Pancho, Palo Seco, La Palmita, Las 5 mil, Bajos de
Enmedio y Monroy
Villa de Tututepec
Zapotalito
Donaciano Magallón Ramírez
De Roca Blanca a Punta Galera
Apolinar Reyes Martínez
Leonor Vázquez Reyes
SCPP "La Gaviota"
SCPP "Zapotalito"
SCPP "Paraíso Escondido"
Chacahua Pablo Luis Marín Torres
Villa de Tututepec Balbina Bello Bernal
Juchitán Santa María del Mar
SC Fuerza del Pueblo S de RL de CV
Laguna Superior y Mar Tileme
San Francisco del Mar
San Francisco del Mar
SC La Santa Rosa de San Francisco S de RL de CV Lagunas Inferior y Oriental
San Dionisio del Mar
San Dionisio del Mar
SC Pescadores de la Bahía de Guamúchil, S de
RL de CV Laguna SuperiorSC Playa Conchalito, S
de RL de CVPesquería Guamúchil
SCPP Mi Grop Ykjoos, SC de RL Laguna Inferior
San Pedro Tapanatepec
San Pedro Tapanatepe
c
SCPP Ribereña Los Límites Oaxaqueños, SC
de RL de CV
Sistema Lagunar Mar Muerto; Punta Conchal, La Cubacha de San Andrés,
Frente de Conchalito y Punta Paloma, Tular, Frente
a Guadalupe y Rincón Juárez, Berlín, El Tablón de
Timocón, Las Playas de San Martín y Caballar.
En el caso de Chiapas, el sector pesquero de jaiba está integrado de la siguiente manera:
42
Tabla 4. Sector pesquero que se dedica a la captura y comercialización de la jaiba en Chiapas.
Municipio Localidad Organización o Permisionario Zonas de Pesca
Arriaga Pesquería La Gloria
GRSM. Aníbal Rincón Villatorio
Sistema Lagunar Mar Muerto
Tonalá Pesquería Paredón
SCA Camaroneros de la Costa, S.C. de R.L.
Litoral del Océano Pacífico del Estado de Chiapas.
SCPP de Bienes y Servicios Bahía de Mar Muerto, SC de
RL de CVSCPP de Bienes y Servicios Pescadores de la Bahía SC
de RL de CVGPRS y M. San José, SC de
RL Bahía de Mar Muerto
GP de RS y M Corales del Pacífico SC de RL
Litoral del Océano Pacífico del Estado de Chiapas
Artes de pesca
De acuerdo con lo observado anteriormente, la jaiba se captura todo el año en los
sistemas lagunares de la región sureste debido a que no existe ningún esquema
restrictivo de tipo biológico o pesquero que regule su explotación. Estrada (1999),
menciona que en la laguna de Coyutlán, Col., los artes de pesca comúnmente utilizados
en la captura de la jaiba es el aro jaibero y en menor proporción la atarraya y el gancho.
Por su parte Lorenzana (2012), señala que el único arte de pesca que se utiliza en el
sistema lagunar Mar Muerto para la captura de la jaiba es el aro jaibero. Sin embargo,
Gil (2009) menciona que en este sistema lagunar la jaiba es capturada con atarrayas,
sacadores, trampas y aros jaiberos (Fig. 10). Este autor indica que el porcentaje de uso
de cada uno de estos artes de pesca es el siguiente: el 74 % de la pesca se realiza con
aro jaibero, el 15 % con atarraya, el 8 % con sacador y el 3 % con trampas,
puntualizando que según sus resultados los artes de pesca con mayor eficiencia fueron
el sacador y el aro. La atarraya es un arte de pesca de forma cónica de 2.10 m de altura
y 3.23 m de diámetro, de hilo nylon monofilamento de 0.25 mm de diámetro, con
tamaño de malla de 25.4 mm operada por una sola persona. Al lanzarla para capturar
43
organismos toma una forma circular y su área de operación es en aguas someras
principalmente. El sacador es un arte de pesca en forma de cuchara. Se construye con
alambre de 4 mm de diámetro en forma ovoide de 35 mm ancho x 45 mm de largo, con
una red de 50.8 mm de tamaño de malla, de hilo de polietileno de 2.5 mm de diámetro,
sostenida con un palo de 2.5 m de longitud. También es operado por un solo pescador,
algunas veces desde el cayuco o a pie. La trampa es un arte de pesca de forma cúbica,
construida con dos compartimentos de alambre forrado de hule, con una altura de 36
cm, 55.5 de largo y 57.7 cm de ancho, con malla tipo diamante de tamaño de 60 mm de
largo x 35 mm de ancho, con una entrada a la altura de 27.5 cm de lo alto de la trampa.
Las dimensiones de la entrada son de 24 cm de ancho, 11 cm de alto y 9.5 cm de largo.
En el centro de la trampa se le coloca un compartimento vertical de 11 cm de largo, en
donde se deposita la carnada. La trampa se deposita en el fondo con una boya de
señalamiento, por periodos de 12 a 24 horas. Los aros jaiberos se construyen con
acero inoxidable de 6 mm de grueso y 50 cm de diámetro, cabo de polietileno de 4 mm
de diámetro para la hechura de los tirantes y paño de red (Gil, 2009). Estos aros llevan
un cabo de aproximadamente 4 o 5 metros que lleva amarrado en la punta un bote de
plástico para que flote y señale su posición (Lorenzana, 2012).
10Fig. 10. Artes de pesca utilizados en el sistema lagunar Mar Muerto para la captura de jaiba (Tomado de Gil, 2009).
44
Embarcaciones
Las embarcaciones que se utilizan se pueden dividir en tres tipos: los cayucos
construidos rústicamente de madera, propulsados con varas o remo, los cayucos de
madera o fibra de vidrio propulsados con motores fuera de borda chicos, desde 5 hasta
25 HP, y las lanchas de fibra de vidrio tipo W23, W24 y W25 propulsadas con motores
fuera de borda desde 45 hasta 115 HP. El total de embarcaciones de estos tres tipos se
estima en 1943 unidades (Alvarez-López et al., 2002).
Selectividad y eficiencia de los artes de pesca
Giménez y Delgado (2010), señalan que en diversas investigaciones se manifiesta la
necesidad de disminuir la cantidad de tallas pequeñas y su manejo a bordo, reduciendo
los tiempos de operación, así como los daños y mortalidades de los individuos, sin
interés comercial. Además, señalan que la disminución de la captura y mortalidad de
ejemplares pequeños tiene especial interés en la conservación de la especie, ya que se
disminuye el impacto negativo de la pesca sobre la población.
Al respecto, Ramos-Cruz (2011), con base en diferentes fuentes bibliográficas señala
que el estudio de la selectividad de los artes de pesca constituye una tarea prioritaria
por desarrollar en todas las pesquerías. Debe tenerse en cuenta que la selectividad de
dichos artes es una herramienta de gran importancia para la gestión de la pesca tanto
artesanal como de arrastre, no sólo con el propósito de minimizar el efecto de esta
actividad sobre los ecosistemas sino también para mejorar el patrón de explotación de
las especies objetivo. Por lo tanto, la determinación de la selectividad se convierte en
un componente clave de la evaluación pesquera y representa una forma de control de
la explotación del recurso para obtener los máximos rendimientos. Por tal motivo el
estudio de la selectividad y la determinación de la talla media de selección ( l50)
constituyen objetivos cruciales para el manejo de la pesquería, ya que se busca que las
capturas estén integradas principalmente por organismos de tallas grandes,
maximizando los rendimientos y protegiendo los ejemplares de menor talla.
De los trabajos realizados en esta región en donde se han puesto a prueba los
diferentes artes de pesca para la captura de la jaiba, Gil (2009) evaluó la eficiencia a
45
través del uso de la captura por unidad de esfuerzo (CPUE), observando que los
valores más altos le correspondieron al sacador (4.5 kg/h) y el aro de 76 mm de tamaño
de malla con 4.3 kg/h. Los resultados obtenidos con los demás artes de pesca se
muestran en la tabla 3.
Tabla 5. Eficiencia de los artes de pesca utilizados en la captura de la jaiba en el sistema lagunar Mar Muerto (Tomado de Gil, 2009).
Arte de pesca No. organismos Pt (g) f /h) CPUE (org/h) CPUE (kg/h)
Atarraya de 25.4 mm 250 16.98 12 21 1.4
Aro de 45 mm 245 20.6 12 20 1.7
Sacador de 50.8 mm 319 54.73 12 26 4.6
Trampa de 60 mm 219 21.2 12 18 1.8
Aro de 76 mm 331 51.17 12 27 4.3
Aro de 101.6 mm 133 17.58 12 11 1.5
Aro de 127 mm 114 20.61 12 9 1.7
Respecto a la selectividad, los resultados obtenidos por Gil (2009) demuestran que las
longitudes de selectividad (L50) de cada arte están sobre los 100 mm de ancho de
caparazón en la especie de mayor abundancia, con excepción de la atarraya y el aro de
tamaño de malla de 45 mm. Las tallas de primera captura fueron de 92 mm de Ac para
C. arcuatus, 133.8 mm para C. bellicosus y 146.5 mm para C. toxotes, por lo que se
considera que la talla mínima de captura puede ser desde los 100 mm para C. arcuatus,
140 mm para C. bellicosus y 150 mm para C. toxotes, propuesta que debe ser
rectificada o ratificada mediante evaluaciones posteriores. Por lo tanto los artes de
pesca considerados que se pueden utilizar en esta pesquería en el sistema lagunar Mar
Muerto Oaxaca-Chiapas, son los aros de 76 mm, de 101.5 mm, de 127 mm, la trampa
de 60 mm y el sacador de 50.8 mm de tamaños de mallas. Deben evitarse las atarrayas
y el aro con malla de 4.5 mm.
46
Las principales características de los artes de pesca y los parámetros involucrados en
la selectividad de los mismos se presentan en la tabla 4, mientras que en la figura 11 se
presentan las curvas de selectividad respectivas.
Tabla 6. Artes de pesca y parámetros de la selectividad.
Arte de pesca S1 S2 n Ls25 Ls50 Ls75 Lm fs
Atarraya 25.4 mm 4.2 0.048 250 65 87.5 110 110 34
Sacador de 50.8 mm 8.7 0.066 320 115 131.5 148 130 2.5
Trampa de 60 mm 9.7 0.091 219 95 107 119 115 1.7
Aro de 45 mm 6.1 0.062 245 81 98.5 116 110 2.1
Aro de 76 mm 8.6 0.070 331 100 115.5 131 110 1.5
Aro de 101.6 mm 9.2 0.075 133 107 121.5 136 125 1.1
Aro de 127 mm 7.7 0.058 114 115 133.8 152.7 150 1.0
Lm = longitud promedio, fs= factor de selección, n = número de individuos, S1 y S2 = constantes de la relación lineal, Ls 25 = longitud de selección 25% de individuos retenidos, Ls 75= longitud de selección 75% de individuos retenidos
y Ls 50= longitud de selectividad
47
11Fig. 11.- Curvas de selectividad: a) sacador de 50.8 mm, b) atarraya de 24.5 mm, C) aro de 45 mm de tamaño de malla, y d) aro de 76 mm (Tomado de Gil, 2009).
Unidad de pesquería
La unidad de pesquería para la captura comercial de jaiba pudiera describirse como la
integrada por un pescador, una embarcación menor movida a motor o remo, los aros
jaiberos y la carnada. Sin embargo la jaiba es un recurso que por su fácil accesibilidad
puede ser pescada por una persona desde la playa, sin necesidad de utilizar una
embarcación. Por otro lado, en las actividades de pesca de escama los pescadores
levantan buenas capturas de jaiba, así como los que capturan camarón con atarraya,
de tal manera que no es posible establecer sensu stricto una unidad de pesquería para
este recurso.
Infraestructura de procesamiento o industrialización (incompleto)
En Oaxaca no existe una infraestructura creada para la conservación y el
procesamiento de las capturas de jaiba, por lo que generalmente los pescadores y los
intermediarios han utilizado hielo para mantener en buen estado las capturas, mientras
las comercializan. Debido a que las zonas de pesca no se encuentran alejadas de los
sitios de desembarque el pescador puede entrar a capturar sin necesidad de llevar
algún tipo de conservador, que generalmente es hielo en trozos y salir a entregar el
producto a los que lo acaparan.
En cambio en Chiapas si se cuenta con una planta para el procesamiento de este
crustáceo.
Destino de la producción de jaiba (incompleto)
La entrega de la captura de jaiba se divide en tres: poco más de la mitad es entregada
a la cooperativa, un porcentaje menor es entregado directamente al comercializador y
en menor medida el pescador se queda (ya sea para venta o autoconsumo).
Regularmente el producto es entregado en su mayoría entero; una proporción baja se
entrega fresco y en menor medida vivo (relativamente muy poco). Por otro lado, los
precios de venta de las cooperativas es de $15.47 (± 7.34 ¿SIGNIFICAN INTERVALOS
48
DE CONFIANZA DE 95%?) pesos por kg, al comercializador se lo venden en $16.53 (±
9.08) y cuando ellos se quedan con el producto y lo comercializan lo venden a un precio
promedio de $14.69 (± 5.12), esto refleja que cuando lo venden directamente acceden a
precios más bajos.
Por otro lado, también existe una proporción que es entregado a la planta procesadora
de jaiba instalada en la ciudad de Arriaga, Chiapas, la cual la comercializa en diferentes
presentaciones que pueden ir desde frescas, cocidas, congeladas, pulpa y manitas.
Pescador
Consumidor local
Intermediario
Planta procesadora
Centro de acopio
Mercadeo
Pescaderías
Consumidor final
12Fig. 12. Diagrama de distribución y consumo que sigue la jaiba en Oaxaca y Chiapas. FIGURA NO CITADA
Grupos de interés
Los esfuerzos encaminados hacia el conocimiento de los diferentes aspectos que
involucran la biología, dinámica poblacional y pesquería del recurso han sido
desarrollados en gran parte por el Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA). Los
sectores vinculados directamente con el recurso en la región son productores afiliados a
la Confederación Nacional de Cooperativas Pesqueras (CONACOOP), Cámara
Nacional de la Industria Pesquera (CANAINPESCA), Comisión Nacional de Pesca
(CONAPESCA), Gobiernos de los estados de Oaxaca y Chiapas. Universidades e
instituciones de investigación; Universidad del Mar (UMAR), Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Universidad Autónoma de Chiapas (UACH), Centro
49
Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR),
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) e instituciones crediticias. Sin embargo no
existe una coordinación que permita formular propuestas de solución a la problemática
pesquera del recurso, por lo que es necesario abrir espacios de discusión y
concertación, tales como foros y talleres en donde se presenten proyectos y propuestas
para para garantizar el mejor aprovechamiento del recurso.
Estado actual de la pesquería
Molina et al. (2006), mencionan que en México la pesquería de jaiba y sus
aprovechamientos pesqueros y comerciales no están regulados de manera oficial, sino
que existen medidas de carácter voluntario para tal efecto. También señala que la jaiba
se explota generalmente durante todo el año en todos los Estados, excepto en Sonora
donde existen acuerdos que determinan suspensiones temporales de captura, talla
mínima y se prohíbe capturar hembras ovígeras.
Con la finalidad de dejar establecidos los lineamientos bajo los cuales debe de
realizarse la explotación del recurso, en el año 2006 fue aprobada y publicada la Norma
Oficial Mexicana NOM‐039‐PESC‐2003, Pesca responsable de jaiba en aguas de
jurisdicción federal del litoral del Océano Pacífico12. Sin duda que este instrumento
jurídico le proporciona una mayor solidez a las políticas de regulación pesquera, aun
cuando también haga falta eficientar el proceso de administración pesquera a través del
cumplimiento irrestricto del reglamento contenido en dicha Ley. Algunas de las
ordenanzas establecidas por esta Norma y que deben de ser de obligatoria observancia
por el sector pesquero son:
Utilizar aros con paño de red con tamaño de malla igual o superior a 76 mm (3
pulgadas) en todo el litoral del Océano Pacífico.
Utilizar sacadores con tamaño de malla mínimo de 76 mm, en todo el litoral del
Océano Pacífico.
12 DOF. Miércoles 26 de julio de 2006
50
Se prohíbe capturar, poseer, transportar, comercializar o procesar hembras
ovígeras y “rasuradas” (liberadas de la masa ovígera).
Las tallas mínimas de captura autorizadas en el Océano Pacífico, incluido el
Golfo de California son:
De 115 mm de ancho de caparazón (Ac) para la jaiba café, guerrera,
verde o jaibón (Callinectes bellicosus).
De 95 mm de ancho de caparazón (Ac) para la jaiba azul o cuata
(Callinectes arcuatus).
De 120 mm de ancho de caparazón (Ac) para la jaiba gigante, negra o
guacho (Callinectes toxotes).
Sin embargo, en el caso particular de la pesquería de jaiba que se desarrolla en el
litoral del Pacífico sur, en donde quedan incluidas las costas de Oaxaca y Chiapas, la
explotación de este recurso se efectúa todo el año sin ningún control de orden
biológico-pesquero, siendo el permiso de pesca el único mecanismo de regulación de
acceso al recurso que es otorgado a las Sociedades Cooperativas de Producción
Pesquera (SCPP) y no a los pescadores, lo que no impide para que el estatus de la
pesquería sea de acceso abierto, ya que el numero de permisos otorgados no
concuerda con el numero de SCPP que usufructúan el recurso y es superado en
exceso por el numero de pescadores que se dedican a la explotación y
comercialización de la jaiba.
Al respecto, González-Cano (2007) señala que para hacer cumplir el actual esquema
de manejo es necesario revertir los problemas que se presentan; es decir, llevar a la
pesquería con características de acceso libre a una en donde realmente exista un
control del acceso y que el mecanismo que lo controla (las cooperativas pesqueras y
las autoridades) funcionen adecuadamente. Esto último también significa que la
inspección y vigilancia deben de realizarse adecuadamente, lo que motivará a los
usuarios a cumplir con las medidas regulatorias y con toda la estrategia establecida.
Para que esta alternativa permita reducir el exceso de esfuerzo y rehabilitar la
51
pesquería, es indispensable que el esquema se cumpla totalmente. RESUMIR LOS
PÁRRAFOS EN GRIS, YA QUE NO HABLAN DEL ESTADO ACTUAL DE LA
PESQUERÍA
Es necesario mencionar que los estudios realizados sobre el recurso en esta región en
la última década son muy escasos y abordan de manera ligera algunas de las
características biológicas, poblacionales y pesqueras de la especie en lo particular y del
recurso en general, pero que no son suficientes para establecer de manera definitiva un
esquema de explotación y manejo basado en tales resultados. Por tal razón es
necesario llevar a cabo un mayor número de investigaciones que aborden la
problemática pesquera del recurso y su pesquería para conocer y evaluar sus atributos
biológicos y poblacionales que permitan realizar las evaluaciones necesarias para su
correcta administración.
De acuerdo con los comentarios vertidos por el sector pesquero durante el desarrollo
del presente instrumento, actualmente existe una alta disponibilidad del recurso que le
confiere buenas expectativas desde el punto de vista pesquero. Sin embargo deben de
subsanarse algunos problemas de acceso a la pesquería a través de la regularización
del estatus pesquero de los pescadores, proporcionándoles los permisos de pesca de
jaiba necesarios con el fin de poder acopiar las estadísticas pesqueras que faciliten un
mejor control de su explotación.
Cabe resaltar que algunas de las conclusiones de las Reuniones de Socialización con
el sector pesquero de jaiba, apuntaron hacia la falta de disposición de la Autoridad en
materia de pesca para atender y resolver la problemática relacionada con la explotación
del recurso, lo que contribuye al mantenimiento de una actividad pesquera
desordenada.
Evaluación socioeconómica
Comunidades ribereñas próximas
La jaiba es un recurso que es aprovechado de diferentes maneras por las comunidades
asentadas en las márgenes de los sistemas lagunares. En algunas localidades ya se ha
52
constituido como una pesca alternativa o complementaria a la pesca del camarón, lo
que les permite obtener recursos económicos por su comercialización.
Las principales comunidades que se dedican al aprovechamiento de la jaiba en Oaxaca
son:
Tabla 7. Localidades pesqueras en Oaxaca.
No Comunidad No Comunidad
1. Corralero
1.2.3.4.5.6.7.8.9.10.11.12.13.14.15.16.17.18.19.20.21.22.23.
Palizada
2. La Tuza 24. Xocotepec
3. Miniyua 25. Chicapa de Castro
4. Chacahua 26. Santa Teresa
5. La Pastoría 27. Huamuchil
53
6. Punta Galera 28. Unión Hidalgo
7. Cacalotepec 29. Cabestrada
8. Manialtepec 30. Rincón Juárez
9. El Coyote 31. Colonia Guadalupe
10. Santiago Astata 32. Corazones
11. Rincón Bamba 33. Pesquería Trejo
12. Salinas del Marqués 34. Pesquería Rancho Salinas
13. San Mateo del Mar 35. Rancho Piñón
14. Santa María del Mar 36. Rancho Trejo
15. San Fco. del Mar Pueblo Viejo 37. Agua Dulce
16. San Fco. del Mar Pueblo Nuevo
38. Rancho El Camarón
17. Santa María Xadani 39. Pesquería Puerto Paloma
18. Playa San Vicente 40. El Zapote
19. San Dionisio 41. Piedra Blanca
20. Alvaro Obregón 42. Las Plamas
21. San Francisco Ixhuatán 43. Conchalito
22. Huajapan 44. Bernal
Mientras que en el caso de Chiapas, las comunidades que están asentadas cerca de
los sistemas lagunares y que son aprovechantes de la jaiba son:
Tabla 8. Principales localidades pesqueras en Chiapas.
No Comunidad N Comunidad
54
o
1. Colonia Emiliano Zapata 28. La Esperanza
2. La Gloria 29. Tutuán
3. Santa Brígida 30. El Fortín
4. La Línea 31. Francisco I. Madero
5. El Pleito 32. Tamaulipas (Joaquín Amaro)
6. El Arenal 33. Isla San José
7. Paredón 34. Santa Virginia
8. San Luqueño 35. Chocohuital
9. General Lázaro Cárdenas (Vuelta Rica)
36. El Castaño
10. Miguel Hidalgo Número Dos (Veinte de Noviembre)
37. Unión Santa Isabel
11. El Paraíso 38. Benito Juárez
12. Veinte de Noviembre 39. Juan Escutia (Las Salinas)
13. Cabeza de Toro 40. Las Garzas
14. Puerto Arista 41. Barra de Zacapulco
15. Medio Monte 42. La Lupe
16. Dr. Belisario Domínguez 43. La Palma
17. Boca del Cielo 44. Brisas del Suchiate
18. La Polka 45. Miguel Alemán
19. San Cayetano 46. El Gancho
20. Morelos (Mojarras) 47. Tierra y Libertad
21. Manuel Avila Camacho (Ponte Duro)
48. El Sajío
55
22. Buenavista 49. La Cigüeña
23. El Palmarcito 50. Brisas del Mar
24. El Rión 51. Barra de Cahuacán
25. Las Brisas 52. Barra de Cahuacán (Las gaviotas)
26. Las Cuaches 53. Playa Linda
27. Isla Morelos
Una de las características de los sistemas lagunares es que congregan una gran
cantidad de pequeñas rancherías que con el paso del tiempo tienden a crecer en el
numero de sus habitantes hasta convertirse en comunidades que se van consolidando
por el numero de personas que las habitan (Fig. 13). Generalmente inician con el
establecimiento de rancherías temporales construidas por los pescadores en época de
pesca y que son habitadas por periodos de tiempo muy cortos. Posteriormente, el
tiempo de permanencia se va haciendo más largo hasta que finalmente se establecen
en ese lugar, incrementándose el número de habitantes por la llegada de nuevas
familias de pescadores. Como puede verse en la figura 13, el sistema de marismas
conocido como Cordón Estuárico y el sistema lagunar La Joya, Chiapas, están
rodeados por una buena cantidad de núcleos poblacionales cuyo numero de habitantes
es menor a 10 personas.
56
13Fig. 13. Localidades pesqueras en Chiapas.
Principales actividades económicas
En lo que se refiere a si los pescadores tienen otra actividad remunerada, solo el 33%
de ellos cuenta con algún tipo de actividad alterna a la pesca de jaiba y reciben una
remuneración por ello, siendo la agricultura, el comercio, la albañilería, el turismo y la
artesanía como las principales actividades. Producto de las actividades alternas, los
pescadores tienen una percepción promedio de $951.61 (± 1,418.13) pesos semanales,
la percepción de ingresos se concentran en menos de $1,000 pesos semanales, un
15% percibe entre $1,000 y menos de $2,000 pesos a la semana y el resto gana más
de $2,000 pesos; sin embargo el 95% de los pescadores consideran como su principal
actividad a la pesca, un 3.3% a la artesanía y el resto una combinación entre pesca y
comercio.
En lo que se refiere a si los pescadores tienen otra actividad remunerada, solo el 33%
de ellos cuenta con algún tipo de actividad alterna a la pesca de jaiba y reciben una
remuneración por ello, en la figura…a se muestran estas actividades, siendo la
agricultura, el comercio, la albañilería, el turismo y la artesanía como las principales
57
actividades. Producto de las actividades alternas, los pescadores tienen una percepción
promedio de $951.61 (± 1,418.13) pesos semanales, la percepción de ingresos se
concentran en menos de $1,000 pesos semanales, un 15% percibe entre $1,000 y
menos de $2,000 pesos a la semana y el resto gana más de $2,000 pesos; sin embargo
el 95% de los pescadores consideran como su principal actividad a la pesca, un 3.3% a
la artesanía y el resto una combinación entre pesca y comercio.
Composición de la población
De acuerdo al censo de población y vivienda de INEGI (2010), el estado de Oaxaca
cuenta con una población total de 3, 801,962, de la cual el 52.16% es del sexo
femenino y el 47.84% al sexo masculino. El estado cuenta con 29 localidades
pesqueras principales agrupadas en 14 municipios (Anexo 9.2), el 55.17% concentra a
las localidades con menos de 1,000 habitantes, el 37.93% agrupa a las localidades con
entre 1,000 y menos de 10,000 habitantes, y solo el 6.90% concentra a las localidades
con más de 10,000 habitantes.
Las cabeceras municipales del estado de Oaxaca representadas por Salina Cruz, San
Dionisio del Mar, San Francisco (Pueblo Nuevo), San Francisco Ixhuatán, San Mateo
del Mar, San Pedro Tepanatepec y Santiago Astata concentran un porcentaje mayor de
la población pesquera, agrupando el 77.94% del total de las 29 localidades pesqueras.
El 50.69% de los 135,038 habitantes de las 29 localidades pesqueras son hombres y el
resto mujeres, el 5.03% de la población son menores de 2 años, excepto en la localidad
de Garrapatero que no cuenta con infantes en este grupo de edad, el 6.34%
corresponde al siguiente grupo de edad, los individuos de 6 a 11 años de edad
concentran al 12.71% de la población, el 7.19% corresponde a individuos de 12 a 14
años, la población de 15 a 64 años concentra al 60.97% y los individuos mayores a 65
años representan el 7.69% de la población.
El estado de Chiapas tiene una población de 4, 796,580 habitantes (INEGI, 2010), de
la cual el mayor porcentaje corresponde al sexo femenino (50.95%), el resto al sexo
masculino (49.05%). En Chiapas existen 40 localidades pesqueras principales
58
agrupadas en 8 municipios, de las cuales el 45% corresponde a las localidades con
menos de 500 habitantes, un porcentaje similar (45%) corresponde a las localidades
con entre 500 y menos de 2,500 habitantes, el 7.14% restante corresponde a las
localidades con más de 2,500 habitantes.
A diferencia del estado de Oaxaca, que concentra el 78.96% de la población en las
cabeceras municipales, en el estado de Chiapas ninguna de las localidades pesqueras
es cabecera municipal y las localidades con menos de 2,500 habitantes representan el
90% de la población. El número de localidades pesqueras en Chiapas es mayor que en
Oaxaca pero son más pequeñas.
El 50.30% de los 47,268 habitantes registrados en estas 40 localidades son hombres y
el 49.69% mujeres, el 6.26% corresponde a infantes menores de 2 años de edad, el
grupo de edad de 3 a 5 años de edad concentra el 6.64%, los individuos de 6 a 11 años
de edad representan el 13.59%, el 7% corresponde a individuos de 12 a 14 años, el
mayor porcentaje (60.31%) corresponde a individuos de 15 a 64 años de edad y la
población mayor de 65 años de edad concentra al 5.99% de la población.
Indicadores de sustentabilidad de la pesquería
Cuando un recurso pesquero ha entrado en una fase de explotación sus características
poblacionales tienden a cambiar en razón del esfuerzo de pesca aplicado y a la
intensidad de pesca de que es objeto, lo que ocasiona un incremento de los niveles de
mortalidad Natural (M) y por pesca (F). De tal manera que con la finalidad de monitorear
dichos cambios respecto al tiempo es necesario establecer los indicadores que
permitan evaluar la situación del recurso ante los efectos de la pesca y la toma de
decisiones para disminuir los impactos. De acuerdo con FAO (2000), la finalidad de los
indicadores es mejorar la comunicación, transparencia, eficacia y rendición de cuentas
en la ordenación de los recursos naturales. Además, señala que los indicadores
proporcionan un instrumento de fácil comprensión para describir la situación de los
recursos y la actividad pesquera y para evaluar las tendencias con relación a objetivos
del desarrollo sostenible, describiendo en términos sencillos la medida en que se están
consiguiendo los objetivos fijados para el desarrollo sostenible.
59
Al respecto, algunos de los indicadores que comúnmente son utilizados para monitorear
el desarrollo de una pesquería son los indicadores biológicos (talla de primera madurez
sexual y porcentaje de hembras grávidas en las capturas), poblacionales (variación de
la talla media en las capturas, talla media de captura o l50) y pesqueros (capturas
mensuales o anuales, esfuerzo y captura por unidad de esfuerzo).
Puntos de referencia
De acuerdo con Caddy y Mahon (1996), un punto de referencia (PR) es aquel que
puede ser determinado como un valor convencional, derivado del análisis técnico, que
representa (refleja) el estado de la pesquería o de la población y cuyas características
se cree que puedan ser de utilidad para la ordenación de la unidad poblacional. De
acuerdo con estos autores los PR’s pueden ser separados en dos grandes categorías
dependiendo del uso que se les dé; puntos de referencia objetivo (PRO) y puntos de
referencia límites (PRL). Así, un PRO indica un estado de una pesquería y/o un recurso,
que se considera deseable y en el cual debe adoptarse una acción de ordenación, ya
sea durante el desarrollo o la recuperación de la población. Mientras que un PRL indica
un estado de una pesquería y/o un recurso, que se considera indeseable y que la
acción de ordenación debe evitar.
Por otro lado, González-Garcés (2006) menciona que el concepto general del desarrollo
sostenible sigue siendo de total actualidad, y pretende que las actividades económicas
se realicen con el impacto más reducido posible sobre los ecosistemas en los que se
asienta la biodiversidad, incluyendo los recursos pesqueros, de manera que puedan
tener un carácter duradero. Además, se considera que es necesario conseguir un
desarrollo sostenible tanto de los aspectos biológicos como económicos y sociales. Y
es necesario lograrlo para conservar a largo plazo los recursos marinos vivos a través
de una pesca responsable, aplicando ampliamente el criterio de precaución y el criterio
o enfoque basado en el ecosistema.
De acuerdo con estos conceptos y considerando que la pesquería de jaiba en esta
región es relativamente “joven” comparada con la del noroeste del País, el punto de
referencia objetivo que propicie su sustentabilidad será mantener a la pesquería en
60
niveles de explotación que produzcan las mayores capturas en peso (rendimiento
máximo sostenible) que a su vez maximicen los rendimientos económicos, manteniendo
los porcentajes actuales de reproducción (se considera que el recurso se encuentra
sano desde el punto de vista pesquero, por lo que también se deduce que
reproductivamente no tiene problemas) para asegurar la conservación de los stocks.
Con base en el esquema anterior, se procurará mantener una explotación sostenible a
largo plazo para conservar las fuentes de empleo que dependen de su explotación y
comercialización, y su repercusión sobre el desarrollo social, minimizando el impacto
sobre el ecosistema y los efectos colaterales sobre las comunidades de otras especies.
Stocks como manejo activo
El objetivo central del manejo es mantener a la pesquería de jaiba en niveles de
sustentabilidad aceptables. Sin embargo, a pesar de que en la norma ya se han
establecido algunos de los criterios para el aprovechamiento del recurso a nivel
nacional, en esta región la explotación se realiza al libre albedrío, lo que implica un alto
riesgo para el recurso, pues se pueden presentar problemas de sobrepesca que
pongan en riesgo la capacidad auto renovadora del recurso en caso de mantenerse
esta estrategia de explotación en el mediano y largo plazo.
En este sentido, se considera que el manejo activo de los stocks de jaiba constituyen la
mejor estrategia para el cumplimiento de los objetivos del plan de manejo, pues
permitirá a través del seguimiento de los indicadores biológicos (talla de primera
madurez sexual y porcentaje de hembras grávidas en las capturas), poblacionales
(variación de la talla media en las capturas, talla media de captura o l50) y pesqueros
(capturas mensuales o anuales, esfuerzo y captura por unidad de esfuerzo), establecer
un control sobre las características de la biomasa extraída, de tal manera que no
solamente proporcione el rendimiento máximo en equilibrio, sino que también permita
conservar una fracción de la misma para reponer la biomasa extraída y que estará
disponible para la próxima temporada de pesca.
61
De acuerdo con Cisneros-Mata et al., (2011), la regla de control que permitirá que una
fracción de la biomasa de jaiba escape de la pesca, será aquella que solo produzca la
mortalidad pesquera requerida para obtener el rendimiento máximo en equilibrio (FRME),
subrayando que la condición de sobrepesca ocurrirá cuando la presión de pesca
reduzca en 40% la probabilidad de que las abundancias de las poblaciones de jaiba se
restablezcan para estar en posibilidad de generar el RME en un plazo no mayor a
cuatro años. En ausencia de estimaciones actualizadas del RME, se considerará que
existe sobrepesca de una población de jaiba cuando las capturas observadas de esa
población excedan al más reciente estimado del RME durante dos años consecutivos, o
bien en un periodo de un año y una fracción del año subsecuente.
Actualmente el promedio de las capturas de jaiba registradas en los últimos cinco años
(2007-2011) en Oaxaca y Chiapas representan el 14.6 % y 50.7 %, respectivamente, de
las capturas máximas obtenidas en cada entidad. Desde el punto de vista pesquero, la
disminución de las capturas no responde a una condición de sobrepesca de la
población, aun cuando pueda existir una estrategia de pesca sustentada en la
explotación de un amplio rango de tallas y con organismos con diferentes estadios de
desarrollo gonádico, sino más bien se debe a que la pesquería no ha sido considerada
de alto valor económico, como lo es la de camarón, razón por la cual no se le ha dado
la atención debida, incluyendo las investigaciones sobre el recurso.
Con el nuevo esquema de explotación, en donde la observancia de la normatividad
pesquera (NOM‐039‐PESC‐2003) deberá ser absoluta, se espera de gran interés
observar el comportamiento de las capturas y medir el tiempo en que se alcanzan los
máximos históricos registrado en cada entidad, a la par que se deberán de realizar los
estudios respectivos para obtener la información necesaria que permita reajustar los
indicadores pesqueros para el control y manejo de la pesquería.
Stocks como manejo precautorio
Se considera que un recurso se encuentra en riesgo de sobrexplotación cuando la tasa
de explotación es mayor al 60 %. Esta situación está estrechamente relacionada con
los puntos de referencia límites. Al respecto, Caddy y Mahon (1996), mencionan que un
62
PRL puede corresponderse ya sea con alguna condición mínima (e.g. una biomasa de
desove peligrosamente baja) o con alguna condición máxima (una alta tasa de
declinación del tamaño de la población o una alta tasa de mortalidad). Al alcanzar tales
puntos se activa una respuesta de ordenación que ya ha sido previamente negociada
con los participantes en la pesquería. Para pesquerías nuevas, o para aquellas de
países en desarrollo donde la información que se requiere utilizar en los modelos
matemáticos de pesquerías a menudo no está disponible, se pueden utilizar
directamente criterios cualitativos o semi-cuantitativos como PRL’s. Incluso cuando
existe una información adecuada para la definición de PRL’s sofisticados, pero existe
una preocupación ecológica sobre la sustentabilidad de los beneficios debido a los
posibles impactos de la explotación sobre el ecosistema, puede ser deseable definir los
PRL’s utilizando el enfoque precautorio.
Con base en lo anterior, una vez que el sector pesquero conjuntamente con la autoridad
pesquera determinen el o los puntos de referencia objetivo (s), se deberá de poner
especial atención para que estos puntos de referencia no sean rebasados, y en caso de
que lleguen a ser superados se deberán tomar las medidas necesarias para disminuir el
esfuerzo de pesca y consecuentemente la mortalidad por pesca, buscando devolver a
la pesquería a los niveles de sustentabilidad en el menor tiempo posible.
Al respecto Cisneros-Mata et al., (2011) mencionan que otras reglas de control
complementarias que pueden ser aplicadas a las especies monitoreadas son:
Indicador: Tasas de captura.
Punto de referencia: Cuando la captura por unidad de esfuerzo anual de un stock sea
menor al 80% del mínimo registrado en los últimos tres años.
Indicador: Captura total.
Punto de referencia: Cuando la captura anual de un stock esté fuera del rango (sea
menor o mayor) de captura de los últimos tres años.
Indicador: Ambiente.
Punto de referencia: Cuando se presente un evento ambiental con efectos sobre la
distribución y abundancia de los stocks de jaiba u otros recursos de ecosistemas
63
costeros: ENSO (El Niño, La Niña), Oscilación Decadal del Pacífico, Mid latitudinal
Warming Event, o cambio de régimen climático.
Propuestas y recomendaciones de manejo
Con la finalidad de ordenar la actividad pesquera en torno al aprovechamiento de la
jaiba en los sistemas lagunares costeros de Oaxaca y Chiapas, incluyendo las capturas
incidentales de este crustáceo por las actividades pesqueras sobre otras especies se
propone la implementación de un conjunto de acciones que integradas en un esquema
de propuesta de plan de manejo, se tiene la certeza que conducirán hacia la
sustentabilidad de la pesquería en esta región del País. Tales acciones son:
La reorganización de las Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera. Actualmente las organizaciones pesqueras se encuentran en un
estado de descomposición, producto de la acción individual y no colectiva en el
aprovechamiento de los recursos pesqueros. Por lo que es necesario iniciar a la
brevedad posible un programa de reorganización Es necesario
corresponsabilizar a los usuarios en la conservación y buen aprovechamiento de
los recursos pesqueros que están a su disposición.
Implementación de un programa eficiente de inspección y vigilancia. Se
hace necesario contar con un programa de esta naturaleza que permita no
solamente monitorear la actividad pesquera, sino también encausarla para que
se realice de acuerdo con los ordenamientos establecidos en la normatividad
vigente.
Establecer un esquema regionalizado de regulación pesquera para la jaiba. Aun cuando algunas medidas regulatorias de esta pesquería están
contempladas en la NOM‐039‐PESC‐2003 que regula la explotación del recurso
a nivel nacional y que por su naturaleza puedan ser aplicadas de manera
generalizada al recurso en su rango de distribución nacional, existen otras que
deberán ser consideradas de ámbito regional en su aplicación, por lo que es
necesario realizar los estudios correspondientes y suficientes para establecer
los puntos de referencia biológicos y pesqueros bajo los cuales se normen los
64
criterios específicos para el aprovechamiento del recurso en cada una de las
regiones del país o en su caso, por sistema lagunar.
Veda. Evaluar la posibilidad del establecimiento de una veda temporal que
abarque el principal periodo reproductivo de las especies.
Establecimiento de zonas criticas a la pesca. Debido a que la actividad
pesquera se realiza de manera generalizada en todo el sistema lagunar, es
necesario establecer zonas de reserva a la pesca con la finalidad de proteger la
fracción juvenil y garantizar su crecimiento. Además esta medida también
permitirá proteger al ecosistema de la degradación que ocasiona el uso de artes
de pesca no amigables con el ambiente, así como evitar la alteración de la
biodiversidad marina, manteniendo el equilibrio de las redes tróficas.
Establecer programas de divulgación, educación ambiental y protección de los recursos naturales a los pescadores. Con el objetivo de que la población
pesquera y las comunidades adyacentes a los sistemas lagunares contribuyan a
la protección, preservación y conservación de estos ecosistemas y su fauna y
flora asociadas, es necesario fomentar en los ciudadanos la toma de conciencia
y su capacidad para comprometerse con decisiones que afectan sus vidas.
Mejorar los mecanismos de comercialización y valor agregado de los productos de la pesca. Es indudable que los actuales canales de
comercialización de los productos de la pesca son limitados, ya que en su gran
parte son comercializados en estado fresco a los intermediarios que se los
compran a precios que mejor les conviene. Por lo que es necesario desarrollar
nuevos esquemas de comercialización, a través de nuevas presentaciones, que
le permitan al pescador obtener mejores ingresos por la venta de su producto y
así mejorar su calidad de vida.
Integración de los comités de manejo por sistema lagunar. Sin duda que el
éxito del plan de manejo estará cimentado sobre la participación activa del sector
social a través de la conformación de los diferentes comités para el
65
aprovechamiento de la jaiba, pues será en el seno de los mismos en donde se
decida la forma en como se hará uso del recurso y las estrategias para su
protección y conservación, al igual que la del ambiente. El objetivo es que pasen
a ser corresponsables en el manejo y aprovechamiento del recurso y no sean
simples espectadores de su deterioro.
Mejoramiento de los sistemas de captación de las estadísticas pesqueras. Mediante esta acción, se espera revertir la deficiente captación de los registros
pesqueros que los propios usuarios realizan ante las instancias
correspondientes, de tal manera que la información captada tenga una mayor
veracidad y permita efectuar evaluaciones cualitativas y cuantitativas para
continuar integrando propuestas de manejo bajo la mayor evidencia científica. Es
necesario que la autoridad en materia de pesca desarrolle programas de
orientación al sector pesquero en donde se resalte la importancia de registrar las
capturas en tiempo y forma.
Implementación de líneas de investigación que aborden esquemas de aprovechamiento del recurso, de acuerdo con sus características poblacionales. Deben de abordarse líneas de investigación para proponer
esquemas de aprovechamiento del recurso con base en las características que
la población tiene en las diferentes regiones de pesca (Salina Cruz – Corralero y
Salina Cruz- Chiapas), por lo que las propuestas de manejo deben de atender
tales diferencias, incluyendo a la población marina.
Acciones emergentes de manejo
Conforme la pesquería de jaiba se vaya fortaleciendo será necesario prever algunas
acciones de manejo emergentes para que puedan ser aplicadas en caso de que los
puntos de referencia sean rebasados. Algunas de las acciones que pueden ser
aplicadas son:
Disminución del esfuerzo de pesca.
Disminución del porcentaje de hembras grávidas en las capturas.
66
Vedar determinadas áreas a la pesca para proteger a una fracción
poblacional en etapa crítica
Prohibir la pesca en determinadas horas del día
Prohibir la actividad pesquera los fines de semana
Suspender la actividad pesquera sobre alguna especie en particular o sobre
el recurso en general cuando se observe una disminución de la talla media en
las capturas.
Programa de investigación.
La jaiba es un recurso biológico que al igual que otras especies del ambiente marino
experimentan variaciones importantes en sus abundancias, en respuesta a los efectos
producidos por las variaciones del ambiente y la actividad pesquera a que están
sometidos. De tal manera que con la finalidad de mejorar los esquemas de manejo es
necesario realizar una investigación orientada hacia la generación de nuevos
conocimientos en los diferentes aspectos contemplados en la tabla 9:
Tabla 9. Líneas de investigación sugeridas para el fortalecimiento del plan de manejo
de la jaiba en la región sur del Pacífico mexicano.
Línea de investigación Descripción Plazo
Dinámica poblacional.
El reclutamiento, la migración y la mortalidad
son elementos de gran importancia en la
evaluación de los recursos pesqueros, por lo
que es necesario profundizar en su
conocimiento y debe ser considerado como
una prioridad.
Cor
to p
lazo
.
67
Aspectos socioeconómicos.
La realización de estudios o evaluaciones
que contemplen la parte social y económica
de la actividad pesquera es una tarea
necesaria para evaluar el impacto de la
pesquería en la generación de fuentes de
empleo y la estabilidad económica de las
comunidades que dependen del
aprovechamiento de este recurso pesquero.
Cor
to p
lazo
.
Evaluaciones periódicas de la estructura poblacional en
cuanto a tallas y sexo, abundancia, reproducción, reclutamiento y biomasa.
El conocimiento de la estructura de las
poblaciones, la dinámica reproductiva en
tiempo y espacio, y la estimación periódica
del stock disponible a la pesca permitirá
reorientar el esquema de manejo, haciéndolo
más congruente con las características
biológicas del recurso y su disponibilidad.
Cor
to p
lazo
.
Fenómenos climáticos (El Niño, La Niña, Huracanes,
etc.).
Entender la manera en como estos
fenómenos climáticos afectan al recurso es
de gran interés, para incluir este
conocimiento en el esquema de manejo del
mismo. Med
iano
pla
zo.
Distribución espacial y temporal del esfuerzo
pesquero.
Analizar el efecto que ejerce el esfuerzo
pesquero sobre el recurso permitirá definir
cuanto esfuerzo debe aplicarse para evitar
una sobrexplotación.
Cor
to
plaz
o.
Aspectos tecnológicos.
Es necesario efectuar trabajos de
investigación sobre los sistemas de captura,
evaluando no solamente el efecto que tienen
sobre las poblaciones sino también el
impacto sobre el entorno ambiental donde
operan
Cor
to p
lazo
68
Seguimiento y evaluación del Plan de Manejo Pesquero de Jaiba.
Para que este plan de manejo tenga futuro será necesario darle seguimiento a su
funcionamiento y para que en el momento requerido pueda ser actualizado o
complementado. Se considera que dos años debe ser un tiempo perentorio para su
revisión con fines de actualización. Sin duda que en el seguimiento, funcionamiento y
actualización del plan de manejo serán los sectores directamente involucrados con la
explotación de este recurso quienes deberán tener una participación preponderante en
su evaluación.
Al respecto, Cisneros-Mata, et al., (2011), desarrollaron dos tipos de indicadores con la
finalidad de monitorear el éxito de los Objetivos, los cuales son: de Cumplimiento y de
Desempeño. De acuerdo con estos autores los primeros objetivos permiten medir cómo
se está aplicando el Plan de Manejo, más no el cumplimiento de los objetivos. En tanto
que los segundos permiten realizar una evaluación cuantitativa o cualitativa de los
avances, lo cual facilita el proceso de adaptación. Tales indicadores son descritos en la
tabla 10, en donde también se especifica como medirlos. Cabe mencionar que estos
indicadores son retomados para el actual plan de manejo, toda vez que se consideran
los más adecuados para el funcionamiento del mismo en la región de influencia del
estudio.
69
Tabla. 10. Indicadores de cumplimiento y desempeño para medir el éxito de los objetivos del plan de manejo de jaiba en las costas de Oaxaca y Chiapas (Tomado y modificado de Cisneros-Mata et al., 2011).
Objetivo Metas Cumplimiento DesempeñoFrecuenci
aResponsabl
eVerificació
n
Involucrar a los diferentes actores de la pesquería para implementar el plan de manejo pesquero de la Jaiba.
Consejos Estatales operando
Acta de instalación
(Número de sesiones en que se tratan asuntos de jaiba/número de sesiones celebradas) * 100
BianualComité Regional de Manejo
Minutas
Comité Regional y Grupos Técnicos conformados
Actas de instalación
(Asuntos inherentes al Plan de Manejo tratados por reunión/Asuntos de las minutas) * 100
La requerida por el Comité Regional
Comité Regional de Manejo
Minutas
Subcomités locales instalados
Número de Subcomités conformados
(Subcomités formados/ localidades jaiberas)*100
La requerida por el Comité Regional
Comité Regional de Manejo
Minutas
El Comité Estatal del Sistema Producto Jaiba de Oaxaca-Chiapas (CESPOCh) se ha instalado
Acta de instalación
1) (Número de productores que participan en el CESPJ/Total productores de jaiba)*1002) Programa Maestro
1) La requerida por el CESPJOCh2) Una vez
1) Comité Regional de Manejo2) CESPJOCh
1) Acta2) Docto.
Establecer con la mejor información disponible las
Implementación de un programa zonas de reserva
Acuerdo para la implementación de zonas
1) (Reclutamiento post implementación-
1) Bianual
2) Bianual
INAPESCA,
Comité
Dictámenes; Libro Rojo; CNP
70
medidas de manejo necesarias para promover una pesca sustentable.
a la pesca con acuerdo de los productores
críticasreclutamiento antes) * 1002) (CPUE post – CPUE pre) *1003) (Ingreso económico medio anual del pescador post-Ingreso económico medio anual del pescador pre)*100
3) Cada 5 años
Regional de Manejo
Se implementa una veda anual de jaiba acordada con los productores
Decreto de veda
Se ha iniciado un programa de monitoreo
Certificación de la jaiba
(Número de unidades de producción certificada/número de unidades totales) * 100
AnualConsultor independiente
Reporte de consultoría
Existe un padrón integral de la pesquería de jaiba
Existe en CONAPESCA un padrón actualizado e integral de la pesquería de jaiba
1) Frecuencia con la que se actualiza dicho padrón2) Encuestas de percepción a los distintos usuarios: Investigadores, pescadores, Comités, Consejos, CONAPESCA, INAPESCA
AnualComité Regional de Manejo
Reportes
Implementar un sistema de monitoreo y evaluación de la jaiba y su medio ambiente, con participación
Monitoreo integral con participación comunitaria implementado (pesquero, ambiental,
Número de monitoreos
1) Número de sitios
donde está
monitoreando la
comunidad
2) % del cumplimiento del
De acuerdo al programa
Comité Regional de Manejo
Minutas
71
comunitaria sanidad e inocuidad)
monitoreo por la comunidad respecto al plan establecido
Existe un centro de acopio de información (INAPESCA responsable, coadyuvan productores y otros organismos académicos)
% de informes técnicos generados con base en el programa
Impulsar el cumplimiento de las regulaciones existentes o concientizar a los actores involucrados sobre las regulaciones existentes mediante la capacitación
Implementar un programa de capacitación
Materiales de comunicación en todas las comunidades y campos pesqueros
Número de capacitaciones realizadas
1) % de aplicación del programa de capacitación respecto al total de actores relacionados2) % de pescadores certificados de jaiba en aspectos normativos y de procesamiento, respecto al total3) % de hembras ovígeras del total de la captura4)% de tallas por encima de la mínima
Anual CONAPESCA Reportes
Asegurar el óptimo aprovechamiento de las especies de
Implementar un programa de evaluaciones
1) Número de evaluaciones y estudios
1) Encuestas sobre el estado de la pesquería
Trianual INAPESCA Dictámenes; Libro Rojo; CNP
72
jaiba
periódicas de abundancia de jaiba, y de estudios bioeconómicos y socioeconómicos
2) Número de modelos predictivos
2) Evaluación del estatus de la población de jaiba3) Estudio sobre el bienestar en las comunidades
Establecer y mantener permanentemente niveles sanitarios y de inocuidad de las poblaciones de jaiba
Se implementa un programa de monitoreo de sanidad e inocuidad
Se difunden las buenas practicas durante el proceso de captura, acopio y manejo
1) (No. de campos pesqueros donde se difunden / campos pesqueros totales) * 1002) Evaluación de buenas prácticas por entidad independiente
Bianual
Comités Estatales del Sistema-Producto Jaiba
Reportes
73
Implementación del plan de manejo.
Dentro de las facultades que la Ley le ha conferido al Instituto Nacional de Pesca
(INAPESCA) están la elaboración de planes de manejo pesqueros y acuícolas, emitir
opiniones y dictámenes de carácter técnico y científico para la administración y
conservación de los recursos, así como formular estudios para el ordenamiento de la
actividad pesquera y acuícola, entre otras. De tal manera que si a esta Institución le
corresponde cumplir con estas funciones, es a la Comisión Nacional de Pesca y
Acuacultura (CONAPESCA) a quien también por Ley le corresponde decidir si pone o
no en práctica las recomendaciones del INAPESCA, y en este caso no es la excepción.
Por lo tanto la implementación del plan de manejo de la jaiba en esta región del País
estará bajo la decisión de la CONAPESCA.
Costos de manejo.
Los costos de manejo estarán en función de la implementación o no del plan de
manejo, y será la CONAPESCA la instancia que deberá desarrollar este concepto, con
base en los programas de inspección y vigilancia, los proyectos de investigación que
deban desarrollarse y los costos asociados al mismo.
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