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CRIOLLIS'MO y , POR EL DOCTOR IESUS- C. ROMERO TACA tura y el ejército; ejercían exclusivamen- te el comercio y eran dueños de grandes caudales consistentes en numerario, em- pleado en diversos giros y en toda clase de fincas y propiedades," (Op. cit., t. 1, p. 8.) "Aunque las leyes no establecían dife- rencia alguna entre estas dos clases de españoles. .. vino a haberla de hecho y con ella se fué creando una rivalidad de- clarada entre ellas. .. los europeos ejer- cían, como antes dije, casi todos los em- pleos ... porque así lo exigía la políti- ca . " los criollos lo obtenían rara vez, por alguna feliz combinación de circuns- tancias, o cuando iban a la corte a pre- tenderlos, y aunque tenían todas las pla- zas subalternas que eran en mayor nú- mero, esto antes excitaba su ambición de ocupar también las superiores que las sa- tisfacía." (Op. cit., t. 1, p. 12.) Cuando en marzo de 1792 el Ayunta- miento de México se dirigió al Rey Carlos IV reclamando contra esta injusta criminación, en.la Corte de Madrid "pre- Conmoau directas desde San }oeé. Costa' Rica. a Boltotá. MocIell¡n. Quito. 'Y otros puntos de Sud América valeció la insinuación del Arzobispo D. Alonso Núñez de Haro, que dió motivo a aquella exposición, para que sólo se les confiasen empleos inferiorc:s, " fin Jr que perm,,,eciertln sumisos " rendiJas". (Op. cit., t. J, p. 13.) "De los europeos, los que venían con empleos en la magistratura y en el clero, tenían la instrucción propia de sus pro- fesiones, sin exceder sino rara vez de los límites que prescribía el ejercicio de éstas, y lo mismo succdíai con los oficinistas; los que venían a buscar fortuna no te- nían instrucci6n alguna y adquirían a fuerza de práctica la necesaria para el comercio, las minas y la labranza. Entre los mexicanos había más y más profun- dos conocirnientc:;, y esta superioridad era una de las causas que, como he dicho, les hacía ver con desprecio i los europeos, y que no poco fomentaba. la rivalidad sus- citada contra ellos," (Op. cit., t. 1, p. 17.) Si tan aguda discriminación se estable- cía con el español nacido en América, DO obstante su mayor preparación intelectual· y más conocedor del medio, en del peninsular, ¿cómo sería la implantada contra los no españoles? He aquí la prue- ba de su enormidad. "Los mestizos, como descendientes de españoles, debían tener los mismos dere- chos de aquéllos, pero se confundían en la clase general de las castas ... estas cas- tas, por las leyes, condenadM por las' preocupizciones, eran, sin embargo, la parte más útil de la poblaci6n." (Op. cit., t. 1, p. 25.) Para que se deduzca la situació.n de los mestizos, transcribiré algunos párrafos co- rrespondientes al artículo CASTAS, consig- nado a páginas S34 del tomo 1 del Apén- dice al Diccionario Universal de Hislorúl " Geografia, octavo de la obra 1855). "La voz indios significó al principio ha- bitantes de las Indias; en este sentido DO era injuriosa. Pero los enemigos de los vencidos llegaron a negarles hasta la ra- cionalidad; el embrutecimiento en que fueron cayendo los hizo ver con más y más desprecio por sus señores, y al cabo, indio fué una palabra de desprecio, que llegó a contraponerse a la calificaci6n de gente de razón con que se distinguía a los conquistadores ... Los indios recibían muchos apodos: perros, macUllches, cua- tro orejas, etc. "De la mezcla de los españoles, los in- dios y los negros, nacieron las castas. "La sangre cruzada era vista como el último extremo de lo poco noble; en sentido, una raza valía sin comparacic?n más que una casta, y por eso el indio; y aun tal vez vez el negro, era superior a las mezclas. Las castas ocupaban en la so- c.iedad el ínfimo escalón." Estimo innecesario exhibir mayor nú- mero de testimonios, para que los términos criollo y mestizo sirvieron 3.30 Hrs. 9.45 " Guatemala Havano San Salvador 4.30 " Tegucigalpa 5.45 Managua 6.10 " Son Jose 7.40 " Panamo 10.20 " v.. a .11 Asente de Viajes o a: Asien tos disponibles ¡nme-- diatamente, sin necesidad de esperar reservaciones o en diversos de la ruta. T A (A OE MEXI( O, S. A. A VENIDA JUAREZ y HUMBOLD¡r Te1s. 10-08-38, 10-08-48 10-02-15, 35-46·56 . iJf1Ji1'# tlAS p" MEXICO {( nial demandaría mayor .espacio del que dispongo, concretaré mis pruebas a Méxi- co solamente, sacándolas de los escritos de don Lucas Alamán, autor insospecha- ble de parcialidad por su reconocida fi- liación hispanófila: . "La conquista introdujo en la pobla- ci6n de Nueva España, y en general en todo el Continente de América, otros ele- mentos que es indispensable conocer ... Estos elementos fueron los españoles y los negros que ellos trajeron de Africa. Dis- tinguiéndosl! poco tiempo después los es- pañoles, en nacidos en Europa y en natu-_ rales de América, a quien por esta se les di6 el nombre de criollos, el que con el transcurso del tiempo vino a con- siderarse como voz insultante .. ," (His- toria de México, t. 1, pp. 7-8, México, 1849.) "Regulábase en sesenta mil el número de españoles nacidos en Europa que resi- dían en Nueva España en el año 1808. Ellos ocupaban casi todos los empleos en la administración, la iglesia, la magistra- Con el objeto de no usar términos equí- vocos, los cuales, por su propia ambigüe- dad, inducen a confusión, juzgo necesa- rio discutir el sentido que aquí habré de darle a los adjetivos criollo y mestizo, pa- ra dejar estas voces con significación unívoca dentro de la terminología folk.1ó- rica. Hasta la fecha, estas .dos palabras tie- nen acepción esencialmente política y por ello urge fijar su concepto científico, si han de utilizarse para expresar ideas cien- tíficas. Su actual significado, esencialmente po- li tico, tiende a la discriminación racial, ahora inútil en México y aun en Hispano- américa, dada nuestra evolución demo- crática, aunque necesaria en la época co- lonial. Para comprobarlo, veamos cómo define cada una de estas dos palabras el Diccio- nario de la Academia Española de la Len- gua, en su XVI edición, que es la última: "CRIOLLO, LLA (de criar). Adj. Dícese del hijo de padres europeos, nacidos en cualquier otra parte del mundo.-Aplí- case al negro nacido en América por opo- sición al traído de Africa.-Dícese de los americanos descendientes de europeos," . "MESTIZO, ZA (del latín misticius, de mixtus, mixto). Aplicase a la persona nacida de padre y madre de raza diferen- te y con especialidad al hijo de hombre blanco e india o indio y mujer blanca," Idénticas definiciones se encuentran consignadas en las ediciones xm, XIV y xv del propio diccionario, lo cual prueba que últimamente no han sufrido modifi- cación alguna. Primero, comprobaré que el significa- do de discriminación racial ya no tiene razón de ser, cuando menos, en los actua- les países hispanoamericanos, entre cuyos habitantes se continúan usando estas dos voces; después, demostraré que es impro- pio continuar utilizándolas con tal senti- do dentro de la terminología científica, por cuya causa es indispensable hallarles recto significado actual. España, por razones esencialmente po- líticas y no por el más remoto principio antropológico o etnográfico, distinguió a sus nacionales en originarios de la pen- ínsula, a quienes dió el nombre de fspaño- les, y en extrapeninsuJares, discriminando a éstos con el nombre de criollos, siempre que fueran hijos de peninsulares; hubo, así, criollos europeos, africanos, ameri- canos y asiáticos. Esta discriminación era políticamente necesaria, porque los peninsulares goza- ban de muchas prebendas extralegales y de todas las prerrogativas que la ley es- tablecía, mientras que los criollos no dis- frutaban de prebenda alguna y solamente aprovechaban las ventajas legales propias del español. Semejante discriminación, vi- tanda y abominable como todas ellas, lle- a engendrar en América odios irrefre- nables; como su comprobación testimo- UNIVERSIDAD DE MEXICO * s

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CRIOLLIS'MO y M~STICISMO,

POR EL DOCTOR IESUS- C. ROMERO

TACA AIRWAY~~

tura y el ejército; ejercían exclusivamen­te el comercio y eran dueños de grandescaudales consistentes en numerario, em­pleado en diversos giros y en toda clasede fincas y propiedades," (Op. cit., t. 1,

p. 8.)

"Aunque las leyes no establecían dife­rencia alguna entre estas dos clases deespañoles. .. vino a haberla de hecho ycon ella se fué creando una rivalidad de­clarada entre ellas. .. los europeos ejer­cían, como antes dije, casi todos los em­pleos ... porque así lo exigía la políti­ca . " los criollos lo obtenían rara vez,por alguna feliz combinación de circuns­tancias, o cuando iban a la corte a pre­tenderlos, y aunque tenían todas las pla­zas subalternas que eran en mayor nú­mero, esto antes excitaba su ambición deocupar también las superiores que las sa­tisfacía." (Op. cit., t. 1, p. 12.)

Cuando en marzo de 1792 el Ayunta­miento de México se dirigió al Rey CarlosIV reclamando contra esta injusta dis~

criminación, en.la Corte de Madrid "pre-

Conmoau directas desdeSan }oeé. Costa' Rica. aBoltotá. MocIell¡n. Quito. 'Yotros puntos de Sud América

valeció la insinuación del Arzobispo D.Alonso Núñez de Haro, que dió motivoa aquella exposición, para que sólo se lesconfiasen empleos inferiorc:s, " fin Jrque perm,,,eciertln sumisos " rendiJas".(Op. cit., t. J, p. 13.)

"De los europeos, los que venían conempleos en la magistratura y en el clero,tenían la instrucción propia de sus pro­fesiones, sin exceder sino rara vez de loslímites que prescribía el ejercicio de éstas,y lo mismo succdíai con los oficinistas;los que venían a buscar fortuna no te­nían instrucci6n alguna y adquirían afuerza de práctica la necesaria para elcomercio, las minas y la labranza. Entrelos mexicanos había más y más profun­dos conocirnientc:;, y esta superioridadera una de las causas que, como he dicho,les hacía ver con desprecio i los europeos,y que no poco fomentaba. la rivalidad sus­citada contra ellos," (Op. cit., t. 1, p.17.) •

Si tan aguda discriminación se estable­cía con el español nacido en América, DO

obstante su mayor preparación intelectual·y más conocedor del medio, en ben~ficio

del peninsular, ¿cómo sería la implantadacontra los no españoles? He aquí la prue­ba de su enormidad.

"Los mestizos, como descendientes deespañoles, debían tener los mismos dere­chos de aquéllos, pero se confundían enla clase general de las castas ... estas cas­tas, i~fam,das por las leyes, condenadMpor las' preocupizciones, eran, sin embargo,la parte más útil de la poblaci6n." (Op.cit., t. 1, p. 25.)

Para que se deduzca la situació.n de losmestizos, transcribiré algunos párrafos co­rrespondientes al artículo CASTAS, consig­nado a páginas S34 del tomo 1 del Apén­dice al Diccionario Universal de Hislorúl

" Geografia, octavo de la obra (Mé~co,

1855)."La voz indios significó al principio ha­

bitantes de las Indias; en este sentido DO

era injuriosa. Pero los enemigos de losvencidos llegaron a negarles hasta la ra­cionalidad; el embrutecimiento en quefueron cayendo los hizo ver con más ymás desprecio por sus señores, y al cabo,indio fué una palabra de desprecio, quellegó a contraponerse a la calificaci6n degente de razón con que se distinguía alos conquistadores ... Los indios recibíanmuchos apodos: perros, macUllches, cua­tro orejas, etc.

"De la mezcla de los españoles, los in­dios y los negros, nacieron las castas.

"La sangre cruzada era vista como elúltimo extremo de lo poco noble; en ~te

sentido, una raza valía sin comparacic?nmás que una casta, y por eso el indio; yaun tal vez vez el negro, era superior alas mezclas. Las castas ocupaban en la so­c.iedad el ínfimo escalón."

Estimo innecesario exhibir mayor nú­mero de testimonios, para compr~bar quelos términos criollo y mestizo sirvieron

3.30 Hrs.

9.45 "

Guatemala

Havano

San Salvador 4.30 "

Tegucigalpa 5.45I~

Managua 6.10"

Son Jose 7.40"

Panamo 10.20"v.. a .11 Asente de Viajes o a:

Asien tos disponibles ¡nme-­diatamente, sin necesidadde esperar reservaciones o~onexiones en diversospu~tos de la ruta.

TA(A OE MEXI( O, S. A.A VENIDA JUAREZ y HUMBOLD¡r

Te1s. 10-08-38, 10-08-4810-02-15, 35-46·56

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nial demandaría mayor .espacio del quedispongo, concretaré mis pruebas a Méxi­co solamente, sacándolas de los escritosde don Lucas Alamán, autor insospecha­ble de parcialidad por su reconocida fi-liación hispanófila: .

"La conquista introdujo en la pobla­ci6n de Nueva España, y en general entodo el Continente de América, otros ele­mentos que es indispensable conocer ...Estos elementos fueron los españoles y losnegros que ellos trajeron de Africa. Dis­tinguiéndosl! poco tiempo después los es­pañoles, en nacidos en Europa y en natu-_rales de América, a quien por esta r~z6n

se les di6 el nombre de criollos, el quecon el transcurso del tiempo vino a con­siderarse como voz insultante .. ," (His­toria de México, t. 1, pp. 7-8, México,1849.)

"Regulábase en sesenta mil el númerode españoles nacidos en Europa que resi­dían en Nueva España en el año 1808.Ellos ocupaban casi todos los empleos enla administración, la iglesia, la magistra-

Con el objeto de no usar términos equí­vocos, los cuales, por su propia ambigüe­dad, inducen a confusión, juzgo necesa­rio discutir el sentido que aquí habré dedarle a los adjetivos criollo y mestizo, pa­ra dejar estas voces con significaciónunívoca dentro de la terminología folk.1ó­

rica.Hasta la fecha, estas .dos palabras tie­

nen acepción esencialmente política y porello urge fijar su concepto científico, sihan de utilizarse para expresar ideas cien­

tíficas.Su actual significado, esencialmente po­

li tico, tiende a la discriminación racial,ahora inútil en México y aun en Hispano­américa, dada nuestra evolución demo­crática, aunque necesaria en la época co­

lonial.Para comprobarlo, veamos cómo define

cada una de estas dos palabras el Diccio­nario de la Academia Española de la Len­gua, en su XVI edición, que es la última:

"CRIOLLO, LLA (de criar). Adj. Dícesedel hijo de padres europeos, nacidos encualquier otra parte del mundo.-Aplí­case al negro nacido en América por opo­sición al traído de Africa.-Dícese de losamericanos descendientes de europeos," .

"MESTIZO, ZA (del latín misticius, demixtus, mixto). Aplicase a la personanacida de padre y madre de raza diferen­te y con especialidad al hijo de hombreblanco e india o indio y mujer blanca,"

Idénticas definiciones se encuentranconsignadas en las ediciones xm, XIV yxv del propio diccionario, lo cual pruebaque últimamente no han sufrido modifi­cación alguna.

Primero, comprobaré que el significa­do de discriminación racial ya no tienerazón de ser, cuando menos, en los actua­les países hispanoamericanos, entre cuyoshabitantes se continúan usando estas dosvoces; después, demostraré que es impro­pio continuar utilizándolas con tal senti­do dentro de la terminología científica,por cuya causa es indispensable hallarlesrecto significado actual.

España, por razones esencialmente po­líticas y no por el más remoto principioantropológico o etnográfico, distinguióa sus nacionales en originarios de la pen­ínsula, a quienes dió el nombre de fspaño­

les, y en extrapeninsuJares, discriminandoa éstos con el nombre de criollos, siempreque fueran hijos de peninsulares; hubo,así, criollos europeos, africanos, ameri­canos y asiáticos.

Esta discriminación era políticamentenecesaria, porque los peninsulares goza­ban de muchas prebendas extralegales yde todas las prerrogativas que la ley es­tablecía, mientras que los criollos no dis­frutaban de prebenda alguna y solamenteaprovechaban las ventajas legales propiasdel español. Semejante discriminación, vi­tanda y abominable como todas ellas, lle­gó a engendrar en América odios irrefre­nables; como su comprobación testimo-

UNIVERSIDAD DE MEXICO * s

tan sólo a fines políticos de discrimina­ción racial, y aunque sus causas han des­aparecido ya, todavía les actualiza tal sig­nificado el Diccionario de la AcademiaEspañola de la Lengua; en consecuencia,es indispensable que se les precise unaacepción apropiada, dentro de la termi­nología folklórica.

Para los fines que aquí perseguimos,¿sería posible continuar utilizando el sen­tido que la Academia Española da a estasdos voces, conceptuándolas a la luz de laantropología o de la etnografía?

Demostraré que tampoco lo es; llamarmestiza a la descendencia del hijo de espa­ñol e india (en Nueva España, al decirde los historiadores más acuciosos, jamásse dió el caso con trario), para distinguirlaracialmente de sus progenitores, equivalea desconocer que todos los españoles, losque entonces vinieron a América y los quepermanecieron en la península, eran, a suvez, muy fuertemente mestizos, pues lasuya resultaba de la conjugación de cua­tro razas cuando menc~, ya que los an­tropólogos modernos la clasifican comoadantomediterránea-iberoinsular.

Veamos a gran.des rasgos, para compro­barlo, el desarrollo h;stóricodel mestizajeespañol:

En los tiempos prehistóricos, España es­tuvo habitada por gente mediterránea,probablemente bereber, con la cual semezclaron los iberos.

En los dempos protohistóricos" hacia elsiglo XVI anterior a nuestra era, llegaron aEspaña los celtas y se mezclaron con losmestizos provenientes del cruzamiento delas dos razas anteriores.

En los tiempos históricos, España su­frió siete invasiones: cuatro en la EdadAntigua y tres en la Edad Media. Lascuatro primeras las realizaron los feni:cios, de raza semita; los cartagineses, detronco semito-africano; y los griegos ylos romanos, de origen ario. Las tres últi­mas las efectuaron los judíos, de raza se­mita; los germanos (vándalos, alanos,suevos y visigodos), de raza aria, y losmoros, de ascendencia asiáticoafricana;estos últimos permanecieron por ocho si­glos en e! sur de España.

Después de la e~umeración históricaanterior, se ve claro que resulta imposibleconsiderar como "raza pura" a la espa­ñola, para que entonces fuera propio delos descendientes del hijo de español e in­dia el calificativo de mestizo.

No existiendo en el mundo raza puraalguna, hecho éste que reconocen los másserios antropólogos de todas las escuelas, 2

¿debemos considerar 'a la española comoraza mestiza?

Sí Y no, según sea la ciencia a cuyaluz se le considere. Claro que lo es juz­gándola desde el punto de vista antropo­lógico, pero no lo será si se le conceptúadentro de la etnografía; esta aparente dis­paridad de criterio se debe a que la primeraciencia funda sus clasificaciones en prin­cipios zoológicos, mientras que la segundautiliza determinados aspectos sociales.

Si, como afirma Antonio Caso en suSociología (4' ed., México, 19'45), "la

raza misma no puede conseguirse sinocomo resultado de la acción constante dela herencia biológica, actuando a través

de los siglos, sobre la adaptación de losseres humanos a medios geográficos rela­tivamente invariables", hay que conveniren que las diferentes razas que llegarona España en in~igraciones sucesivas sefusionaron entre sí, engendrando un mes­tizaje cada' vez más complejo, el cual sefué adaptando más y más al medio geo­gráfico hasta terminar dando nacimiento a1:1 raza española, puesto que, según opinaJuan Comas, "se ha llegado a la conclusiónde que las razas no son fijas más que tem­poralmente, que se modifican insensiblepero continuamente bajo el efecto combi­nado del medio y del cruzamiento y quepasan de una a otra sin mutaciones brus­cas, a través de los siglos" (Las razas hu­manas, México, 1946). Al doble factorantropológico, medio y cruzamiento, hayque agregar e! social, pues comparto latesis de Caso, que afirma que "\as razashumanas son obra social, siempre social,no puramente biológica y menos aún geo­gráfica". (Op. cit.)

De las consideraciones anteriormenteexpuestas, resulta que el calificativo demestizo, en el recto significado de! voca­blo, sólo es aplicable al hijo de padres deraza diferente, causa por la cual presentapor mitad las características antropoló­gicas y psicológicas de sus progenitores;en e! caso de México, el procreado por es­pañol, ya sea gallego, vasco, andaluz, as­turiano, etc., e india, lo mismo yucatecaque totonaca, purépecha, azteca, etc.

Una vez que los mestizos de México sefusionaron entre sí, les aconteció lo mis­mo que a los mestizos de la penínsulaibérica: afirmaron sus características et­nográficas -pero en grado superior y conresultados unitaristas mayores que los es­pañoles- merced a la influencia constan­te del habitáculo geográfico y al de lasfuerzas sociales, y originaron una nuevaraza, más próxima a la indígena por eldoble impulso etnográfico y geográfico,según lo evidenció Edward B. T aylor ensu obra Anahuac or Mexicans Ancien!and Modern (London, 1861); cada vezmás alejada de la española, porque suconcurso se debilita más cada día quetranscurre; cada vez más afín a la indí­gena, por obra del continuo ascendientede sus videncias inhistóricas, por su cons­tante aportación sanguínea y por la fuer­za del medio, cuyo valimiento es recono­cido por <\ntropólogos modernos tan pres­tigiados como J. Deniker (Les Raceset les Peuples de la Terre, París, 1926)

y como CauIlery (Le probleme de l'Evo­lution, París, 1931; Les ConceptionsModemes de I'Heredité, París, 1935);

Y cada vez menos análoga a la espa­ñola, por la menor energía etnográ­fica de ésta, debida a la fuerza disgre­gante de la multiplicidad de los localis­mos peninsulares, que restaron potenciay capacidad al influjo unitario de la Es­paña de los siglos XVI, XVII Y XVIII.

Esta nueva raza de México, productode la fusión del mestizaje hispano-indio,

rápidamente adquirió "personalidad étnica

definida", porllue en breve alen'tó los

cinco aspectos sociales que señala Gustavo

Le Bon como características sociológicas

de una raza: "sentimientos, necesidades,

costumbres y aspiraciones propias".

Por todas estas razones resulta impro­

pio calificar de mestiza a la raza mexi­cana, producto del primitivo mestizajehispano-indio (no me refiero al mestizajemismo, que sí lo es y lo seguirá siendo),ya fusionada entre sí y adaptada al mediogeográfico y social, como impropio seríacalificar en igual forma a la española;una y otra son mestizas consideradas a laluz de la antropología, pero ninguna delas dos lo es, si se les estima etnográfica

o sociológicamente.

Si por razón de la necesidad nos vernosforzados a usar términos convencionalespara expresar nuestras ideas; si estamosen la imposibilidad de emplear expresionesunívocas porque "los términos de! len­guaje corriente carecen totalmente de/pre­cisión y no constituyen instrumentos uti­lizables en la investigación cientí~ica", aldecir de G. H. Bousquet (Compendio deSociología según Wilfrido Pareto, trad.autorizada por el autor y hecha por e!Lic. Carlos A. Echánove Trujillo, México,1940), desechemos en buena hora aque­llas palabras que sean notoriamente equí­vocas y sustituyámoslas por otras que seacerq,uen más a la expresión de nuestrasideas.

"Sin meditar --dice Roque Barcia- noes posible entender la razón de las co­sas ... La palabra no es, como se ha dichomaquinalmente, un mero signo de nuestrainteligencia, la palabra no es signo; elsigno pinta y la palabra es más que una

pintura: .la palabra es e! espíritu~xpre­sado, es la razón cumplida. No s6lo essigno, no sólo es carácter: es e! comple­mento de! ser inteligente. Hablar es pen­sar y sentir, y pensar y sentir es ser hom­bre. La palabra es el hombre, y e! hombreno puede llegar a la perfección que leestá prometida, sin perfeccionar la pala­bra; sin perfeccionar los idiomas ..•" (Si­nónimos castellanos, arto PLACER.)

Por todas estas causas es preferible de­

signar con e! nombre de criolla a la raza

del México postcortesiano, la cual tiene en

su abono poseer no'~ólo "conciencia de su

especie", como lo pide Echánove Trujillo

en su Diccionario Abreviado de Sociología

(Publicaciones de la Universidad de La

Habana, 1944), sino también por carac­

terizar la, sensibilidad de, su pueblo, por

expresar su ideología y por dar fisono­

mía y nombre a su patria.

Designamos, pues, con el adjetivo decriollos, a los individuos del conglome­rado principal que cría e! país, con tantamayor razón, cuanto que es ése e! rectosignificado de la palabra, según lo de­muestran los eje~plos consignados en e!famoso l)iccionario de Autoridades, del

cual tomo el siguiente que correspondea Tirso de Molina:

Criollo soy de México, que es nombreque dan las Indias al que en ellas nace.

De esta manera la palabra criollo de­notará, cuando menos en terminologíafolklórica, al individuo perteneciente ala raza americana resultante del primitivomestizaje hispano-indígena y no, comoahora acontece, que lo mismo rotula alfrancés nacido en Marruecos, al italianooriundo de Trípoli, al inglés de Austra­lia, al holandés de Sudáfrica, al vasco deFilipinas, al gallego de Río de Oro, alcastellano de México, al aragonés de Cer­deña o al negro norteamericano, segú~ loacepta en su Diccionario la AcademiaEspañola de la Lengua.

Un distinguido escritor mexicano, eldoctor Samue! Ramos, en su libro Elperfi( del hombre y la cultura de México(México, 1938), dedica el capítulo IV

al estudio de la cultura criolla, la cualdefine así:

Los conceptos de la clase media "esjusto considerarlos como una cultura me­dia, asimilada a nuestra ubicación geográ­fica, _que denominaremos cultura criolla.Este criollismo es pronunciado sobre todoen los centros provincianos, menos pro­pensos a desnaturalizarse con las modasextranjeras" (p. 104).

"Sobre este humus de cultura genéricaha crecido una forma de selección, criollatambién, que se ha realizado en una mi­noría de individualidades" (p. 105).

"Sin embargo, desde el punto de vistadel criollismo, todas esas figuras hetero­géneas podrán acomodarse dentro de unconjunto articulado. No se ha definidohasta hoy la cultura criolla, por teneruna existencia atmosférica presente en to­das partes, pero invisible por su tras­parencia" (p. 106).

En cuanto al adjetivo mestizo, reservé­moslo para los seres casi híbridos por laheterogeneidad racial de s';s progenitores,descendientes inmediatos de europeos eindia americana, que fueron muchos enel siglo ,XVI, pero que actualmente for­man reducidísima minoría en la pobla­ción mexicana, y que, no siendo indíge­nas, ni europeos, ni criollos, no puedensentir ni pensar como los unos ni comolos otros.

Espero haber demostrado que me asistela razón al tachar de impropios para lasdisciplinas folklóricas el significado aca­démico de las voces criollo y mestizo, yestimo que es más justo calificar de crio­llas y no de mestizas, como se hace ahora,las manifestaciones artísticas y culturalesdel pueblo. mexicano, resultante del pri­mitivo mestizaje hispano-indio.

I Capítulo del libro en preparación ElFolklore en México, que se publicará comoaportación de nuestro país en el primer cen­tenario de esta palabra,

2 Herbert Spencer. en su DescriptiveSociology, encuentra que la raza bretonaes el producto de la mezcla de anglos, jus­tos, sajones. kimris, morsas. escoceses. pig­tos y normandos. siendo estos últimos. segúnAgustín Thierry, el resultado de la maclade wikings con elementos étnicos de tocaFrancia.

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6 * UNIVERSIDAD DE MEXICO