ii certamen juan muñiz zapico. poesÍa · 2021. 2. 16. · arriesgo un poema, y voces masculinas,...
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II Certamen Juan Muñiz Zapico. POESÍA
II Certamen Juan Muñiz Zapico. POESÍA
Premio especial Afiliación
Víctor Filgueira Maseres
Poema 1
El recorde pels matins, sota l´olivera,
esmorzant pa i raïm,
envoltat dels gats famolencs i del meu gos,
que tenia un cabell negre i llis
com una nit d´alta mar.
Recorde la tendresa als seus ulls d´home bo,
d´aquell que s´ha embegut amb paciència
una vida amb regust a oli de ricí,
i les mans clavillades per la fusta de l´aixada
i les espardenyes enfangades de la séquia.
Mai no m´ho va dir ni jo ho vaig veure
però el recorde fugint del camp de concentració,
amb el blusó descosit i descals,
d´amagatall en amagatall,
sempre buscant l´ombra,
caminant tot sol a la nit,
defugint l´anònim covard,
l´enemic implacable de la fam,
la ferotge persecució dels morts.
Mai no m´ho va dir ni jo ho vaig veure
però me´n recorde del llastimós plor d´un home bo
en la meitat de la nit,
mentre somiava, i cridava sa mare.
Víctor Filgueira Maseres
Poema 2
Quan ja no siguem ací,
quan l´esquelet haja perdut la pell
i no li quede ni el record de la por
que ens persegueix arrapant les glàndules,
algú ens reclamarà el que no fórem,
allò que deixàrem a mig acabar.
L´home just que ara creguem ser
s´esvairà enmig del fum dels judicis sumaris
que d´altres cremaran
i sortirem en plana principal
amb les vergonyes despullades,
els cabells despentinats
i les vísceres enverinades per la sang.
En defense pròpia us he de dir que a penes vaig viure,
que mai no fou fugida un comiat
ni em vaig vendre el cor al pes.
Fins l´última hora vaig plorar,
coneguí el desig a la manera de l´amor,
mai no em vaig fotre un desengany per dormir millor.
Que mai no diguen que em van comprar,
que em debilitaren el fussellatge
a trompades
els especialistes del turment.
Només, quan sortim d´ací
i un breu ossari siga el resultat,
digueu, vosaltres que m´estimàreu,
que vos vaig estimar,
que encara mastegant parlen de mí,
que airegen les meues mancances i senituds,
les controvèrsies en què a hores d´ara me mantinc.
Que exposen les seues raons
que de segur no en mancaran,
que em traguen amb tenalles
fins l´últim dels detalls,
que em destrossen a puntellades
les petites aportacions del meu voler.
Encara que tant vos demane,
digueu que amb fidelitat de gos
vos vaig estimar.
Que no vaig ser prou per vosaltres
i em sap greu no tornar a ser,
tan sols, per poder redreçar allò torçut
que alguna vegada, companys, vos feu doblegar.
Víctor Filgueira Maseres
Poema 3
Hi ha pedres pesaroses
que no rellisquen a l´aigua
per ràbia en que siguen llençades,
en canvi, hi ha altres de cos pla
que boten com si d´espurnes es tractara.
Hi ha focs que cremen el ferro,
que llueixen com un residu d´estel,
que sobreviuen al rovell dels dies,
a la rosada caiguda pels segles.
Però d´altres que moren pel plugim,
que es fonen com un fanal públic
i ni per encendre el foguer donen.
Hi ha gent que es guareix sota el paraigua,
que es fica de cantó quan venen primes,
que es ceguen quan el camí alça pols.
En canvi, hi ha d´uns pocs que hi valen
tot el preu d´una vida,
que no s´entrevàren quan hi ha poc toll,
que fiquen l´empeny en que els seguim veient
malgrat allò més vell i ranci de l´oblit.
Víctor Filgueira Maseres
Poema 4
L´aldea global on hi viuen uns quants
i l´imperi lliberal i salvatge
i les grans corporacions internacionals
amb el seu marketing innapelable
i els directius mercenàris producte de la subasta
i el cap de departament de corbella afilada
i el moniato de l´encarregat cregut d´heretar la empresa
i l´oficial llepó inconscient de la seua desgràcia
i el peó absent de la realitat on l´han clavat.
Tots plegats, a l´ultim moment,
seuràn a la banqueta dels acusats
i hauràn de declarar
perquè ens sentenciaren a la mort
d´esmicolar-nos entre les dents ferotges
del seu impudic engranatge.
Concepción Belloso Martínez.
Ayer, hoy y mañana
Ayer, hoy y mañana.
Ayer, hoy y mañana.
Ayer, hoy y mañana.
AYER.
Abandona
inviernos de remolacha y sabañones
fuego bajo y calor de adobe,
potas con garbanzos y tocino escaso.
Abandona
sábanas blanqueadas en la artesa
cántaros y botijos,
pozos con agua
que cortan el jabón.
Abandona
muñecas con pelo de maíz
pelotas de trapo
canicas de barro y
tirachinas.
Mete en la maleta
el calor de madre
la caricia del pan
la risa de tus hermanas.
Imagina
capitales
calles adoquinadas
escaparates y tranvías.
Ayer, hoy y mañana.
Esconde
las palabras del miedo
Servir, Señora,
Soledad, Abuso.
Coge
el hatillo del almuerzo
las pesetas del billete
el abrigo de los domingos,
y apresúrate, niña,
que el coche de línea
no espera.
Ayer, hoy y mañana.
HOY
Aprobé 5º de EGB sin distinguir
un diptongo de un hiato.
Es el corrector de Word
el que coloca por mí las tildes
en poesías e hipocresías.
No sé contar sílabas.
Nunca recuerdo si los versos esdrújulos
suman o restan.
Digo treceava
donde debiera decir decimotercera.
Y prefiero el sexo a la tarde,
aunque los académicos de la real lengua
insistan en que lo correcto
es el sexo por la tarde.
Arriesgo un poema,
y voces masculinas,
de dilatada trayectoria
en esto de la lírica,
me presentan,
no sin ironía,
como poeta novel.
Ayer, hoy y mañana.
Me sonrojo
Recojo mi vergüenza
Y escribo sobre ella:
Mujer, 50 años, poeta en prácticas.
Me esfuerzo en aprender de las mejores.
Pongo atención en no juntar
poesía y alegría.
Indago sobre cuál es el canon.
Elijo cuidadosamente mis lecturas
y me llevo conmigo al baño
Delirium Tremens de Katty Parra.
Expurgo adjetivos innecesarios.
Evito versos de amor almibarado,
y escarbo en busca
del poema desnudo.
Desempolvo diccionarios,
busco sinónimos
y fantaseo
con ser invitada a encuentros poéticos
que lleven por nombre “Mujer y Poesía”,
con recitar mis versos
rodeada de invernaderos y fresas
en la Casa Natal de Juan Ramón Jiménez.
Ayer, hoy y mañana.
Despierto,
abro el periódico
y escucho la voz de
Mujeres que cruzan estrechos
para recoger fresa
y alimentar hijas.
Mujeres que quizá
no conocen a Zenobia Camprubí.
Mujeres que agotadas de abusos y amenazas
mal duermen cada noche en Moguer,
no muy lejos de la estatua de Platero.
Mujeres como Kalima
que un día cargan su miedo y huyen
del hombre que las viola,
del hombre que les paga.
Ahora se sonroja mi conciencia y
escribo sobre mi vergüenza:
Necesito aprender
de las Mejores
me queda mucho que aprender
de las Mujeres.
Ayer, hoy y mañana.
MAÑANA
En el periódico
un profesor de economía
escribe.
La desigualdad sigue aumentando.
La desigualdad trae equipaje:
un maletín de cuero negro italiano,
cargado de argumentos, de creencias.
El mercado es garantía de libertad.
Y María se siente libre
cuando acarrea sábanas y
limpia baños de hotel.
Dos euros treinta la habitación.
La empresa privada es más eficiente que la pública.
Y Adriana se descubre eficiente
de madrugada
abrillantando cristales
en la Torre Iberdrola.
Salario Mínimo Interprofesional.
Pero las estadísticas
y los informes internacionales
dibujan otros relatos.
El trabajo no remunerado
no sabe de cuero italiano.
Elije bolsas de rafia y manos de niña,
cestas de mimbre y hombros de mujer.
“La probabilidad de que una niña
nacida de madre pobre sea pobre”
-afirman estudios universitarios-
Ayer, hoy y mañana.
“es idéntica a la probabilidad de que
las niñas nacidas de madres altas
sean altas.”
¿En qué brazo,
del cromosoma X,
encontrarán
mañana,
el gen de la pobreza?
Concepción Belloso Martínez
Ismael González Sastre.
12 Escaleras
12 Escaleras
Sabe de memoria
el ruido que hace
al subir las 12 escaleras
hasta el descansillo,
su mano torpe
no acierta con la cerradura,
entra gritando: ¡ven, puta!
apoyando las manos pegajosas
a los lados del pasillo
sin ápice de dignidad.
Ella le ayuda temblorosa,
él la empuja contra el sofá,
el pequeño sale acobardado
por los gritos,
aunque es rutina,
otra noche más en el infierno,
otro día para olvidar
aunque por desgracia
recordará.
La empieza a pegar:
cualquier excusa es válida
cuando la frustración
de una vida de mierda
toma las riendas de un animal,
el pequeño se pone delante,
parando parte de los golpes
hasta quedar inmóvil
en una esquina
llorando de pena,
también de rabia,
ella aguanta como puede
como muchas otras noches;
sabe que resistir
es tentar a la suerte,
incluso firmar
la sentencia de muerte.
Sin razón, sin sentido,
sin juicio, sin un por qué:
siendo un secreto a voces
nadie movió un dedo,
en esa época las mataban
pero no salía en la tele.
Recuerdo cada día
que pisé aquella casa ,
recuerdo el verde y amarillo
de la botella de whisky
reflejados en el cristal de la mesa,
el olor a tabaco negro,
la oscuridad.
Cómo nos saludaba
y la vergüenza que pasábamos
con comentarios como
“¿qué, Isma, ya te la meneas?”
Recuerdo sus gritos
en los partidos de fútbol
borracho desde por la mañana,
cómo nos abrazaba si ganábamos,
ese aliento insoportable,
reprimendas a su hijo
por no jugar bien:
a su juicio nunca jugaba bien.
Y pasaron los años,
perdí el contacto,
mi amigo se hizo mayor,
siendo una buena persona
quizá una de las mejores que conozco.
Recibí una llamada:
su padre había muerto.
No sé muy bien por qué,
pero mi primera reacción
fue derramar algunas lágrimas,
y sé lo que vais a pensar, pero no,
no creo en el karma,
a día de hoy
ni siquiera creo en la justicia,
también se que nada
va a cambiar nada.
Ésta es la historia del niño
con manga larga en verano,
la historia de la mujer
con gafas de sol en invierno
y por desgracia
una historia real.
Ismael González Sastre
Esperanza Carretero Marugán.
Para ser…
PARA SER...
Para ser mujer y no morir en el intento
Seré todo lo que quise y no quise ser a veces
Seré terca como una mula
Que ara cada día el surco de su impotencia
Y apartaré la tierra de mis pies
Que siempre tiende a soterrarme
Para ser mujer y tener el orgullo como bandera
Me mirare en los ojos de mi madre... y mi abuela
Y en las manos que hicieron sus panes
En sus risas, su lucha, su fuerza
Y para andar el camino que a veces adorna la hierba
Prefiero la compañía del viento amigo
Que aparta el pelo de mi frente serena
El tiempo amable
Donde nadie me mira con mal semblante
No aguanto ya que nadie quiebre las costuras
De mi dignidad austera, que no se pavonea
Pero que nada ni nadie pisotea
Solo al que mira a la altura de la retina
Llamaré compañero o amigo
Y no me canso de sembrar en las piedras
Palabras de las que antes de mi supieron ser
Y no me canso, porque es mi aliento
Sabré nacer cada día ante el espejo
Y tararearé melodías desconocidas
Sabré trenzar mi pelo con vivos colores
Y adornar mis ojos de azules
Que serán el cielo claro
Miraré de frente lo cierto y lo incierto
Y la cobardía será una amiga incomoda
Que visita de tarde en tarde
A la que ofrecer un café frio
No se acomode en el sillón
Y no haya forma de despegar sus manos de mi espalda
Un hola y adiós para conocer mis debilidades
Que siguen pesando a la altura del tobillo
Y siempre hacen tomar impulso
Para dar la zancada
Mas alta cada vez
Cierta desventaja en la salida...
La costumbre de escribir en mi frente todos los pasos
Seguros y débiles... me visten cada día
Como cuando niña todo eran batallas
Desafíos donde alcanzar la aventura
Todo prometido por los cuentos
Cuentos que se volvieron cuentistas
Y prometían príncipes y princesas
En un mundo de gominola...
Para ser mujer, y seguir intentándolo
Llenare mi papelera de finales rosas
Y traicioneras perdices felices
No necesito que me adornen de tules la ventana
Cada mañana al despertar
Ni vendas en los ojos...laberintos
Precipicios y escalones
Hasta techos de cristales
¡Válgame! Hasta un techo de cristal...
¿Qué pretenden? Es que temen....
Si se rompe tal barrera tal o cual sea
Solo el miedo pone trabas
Solo el miedo engaña
Arquitecto de patrañas, tradiciones
Y santeros ...usureros
Solo el miedo miente a una mujer valiente
Para ser mujer y no rendirse
En este mundo...
Locamente injusto
Sin guion conocido, y mucha tinta por gastar
Se me escapa entre los dedos de las manos
Como si todo fuera fino polvo
Para estar entera y no quebrarme
Cuando un hijo llora
Y mis manos son muñones que baten el aire
Y ya no puedo perfumar este ruidoso decorado
Para ser mujer... solo me quedan las mañanas
Y no romper las entradas gratis para la noria
Las hallé en mi bolsillo
Y pienso estar arriba después de la bajada
Así que no te molestes en poner más palos en las ruedas
Ya aprendí a reconocer a todos los lobos
Y la verdad que aúllan mucho
Pero luego sus dientes son de cartón
No tienen tanto poder las cadenas que no se sienten
Cuando una mujer se pone a mover el mundo
Todos levantan la cabeza
Y llenan de asombro sus gestos
Y son todas, madres, hijas...
Quienes abren las puertas
Y allanan los caminos
II Certamen Juan Muñiz Zapico. POESÍA
Igualdad de género
Luz Cassino.
Mujeres de antes
1
I Concurso de Poesía “Juan Muñiz Zapico”
Categoría “Poesía sobre Igualdad de Género”
Mujeres de antes
Qué sabías vos mamá de Igualdad
Hija de campesinos
de madre italiana que prefirió
siempre a los varones
Para las hijas
el destino iba cosido a máquina
bordar
coser
prohibido estudiar
Qué sabían las tías
mamá
qué sabían
tus hermanas
de la Igualdad de Género
2
Y sin embargo todas
-pájaros de muselina
dedos de alfileres-
llevaban el ansia de libertad tatuado
en las entrañas
en los silencios
escondido en los dobladillos
puntada tras puntada
nudo con nudo
Porque
la libertad no tenía nombre de hombre
no anidaba en una libreta
ni en las sacristías
El cura del pueblo
pedía a la abuela que fueras
a ayudarlo vos mamá
no tus hermanas
vos mamá
la muchacha bonita
de largas trenzas negras
y una estrella por boca
3
Igualdad
Libertad
Señoras de
que firmaban las notas de la escuela
con esa letra redondita
de caligrafía de casadas
letra de Señoras de
Hacían trampas las Señoras
y fingían orgasmos
mientras soñaban con Cary Grant
Por fin
aprendieron a ser Señoras de Nadie
Lo aprendieron cuando muy jovencitas
cosían a máquina los pedidos
de las grandes tiendas
y sobre la falda oculto entre las telas
descansaba un libro
que iba de un regazo al otro
Pedalear y leer
4
con avidez
con disimulo
Obreras del Género
Todo lo supieron
cuando leían a escondidas
cuando se afiliaron a los partidos
cuando se sindicalizaron
cuando salieron a la calle por el voto femenino
cuando alumbraron
cuando celebraron la llegada de la píldora
cuando parieron la ronda de los jueves
en la Plaza de Mayo
Obreras del Género
Señoras de Nadie
Multiplicadas en panes
y en voces
fueron también
Dolores Ibárruri
Victoria Kent
Ida Vitale
María Teresa León
5
Doris Lessing
Maruja Mallo
Rosa Parks
Marcela Lagarde
Carolina María de Jesús
Idea Vilariño
y tantas otras…
Nos enseñaron a sangre y fuego
a preguntar
a cuestionar
a ser autónomas
independientes
A nosotras
que ahora nos creemos tanto…
©Luz Cassino
Adriana Bertrán.
Caza de grandes
Categoría: Igualdad de género
Caza de grandes
A Silvia Federici
Éramos más grandesporque aún no nos habían arrancadotantas partes.
Hay que dividir lo grandepara vencerlo.
Nos dijeron no eres el aguano eres el vientono eres la piedra caliente un día seconi la raíz que abraza la tierracomo si de ello su vida dependierano eres el pájaro que tiemblano eres la hoja que deja de ser hoja para ser, de nuevo, tierra,no, no eres la tierra,nos dijeron.
La tierra no eres tú. No somos tierra.Tenemos tierra.Algunos hombrestenemos tierra, nos dijeron.
Y, así,pequeñas, pequeñas, pequeñas.
Nos dijeron no ereslas estrellas,no eres tampoco el húmedo cántaro de la nochevolcado sobre el tiempo,no eres el tiempo,el sol y la luna no son de tu familia,nos dijeronqué magia ni qué niño muerto,
astros y satélites de materia obediente, como tú, sí, obedecenleyes repetidas, predecibles,sordas, mudas,sí, se miden,nos dijeron el sol y la luna no os escuchanno os escuchan los ríos ni las rocasni las montañas, solo lo que tiene orejas escucha,solo lo que tiene explicación existe, solo hay una explicación, la nuestra,y os la daremoscuando podáis entenderla, pequeñas,pequeñas, pequeñas.
Nos dijeron tampocoeres más de una, es decir, no erestus vecinas, tus primas, tus tíasni ninguna de tus compañeras.Nos dijeron: desconfíade las otras mujeres, quieren quedarse con lo tuyo, lo que no se espero sí se tiene. Lo tuyo. No de ellas.
Y, así,pequeñas, pequeñas, pequeñas.
Para ocupar menos espacionos dijeron no eres tu vientrey tampoco, cada treinta y dos días, su ofrenda.Nos dijeron no eres tus tobillos flexiblesni el blanco de dentro de los codosni el bello césped de las pantorrillas.No eres la médula que te ata a la vida.No eres el órgano muscular hueco a la izquierda de tu pecho.No eres tu cuerpo, pero te dejaremos tenerlocon la condición de que se parezca a... esto.
Cada vez teniendo mássiendo menos.Y, así,pequeñas, pequeñas, pequeñas.
No quemaron brujas en la hoguera:quemaron el ser cuerpo, el ser tribu, el ser tierra, el ser estrella.Quemaron la grandezade existir unidas y completas.
Llamaron Edad Modernaa los siglos en que centenares de milesde mujeres murieron en la hoguera;a los siglos en que continentes enterosfueron arrebatados de su tierra;lo llaman, aún, Edad Modernacapitalismo primigeniométodo científicoracionalismo cartesiano
pero recuerda, recuerdaque fuimos grandesantes de que nos arrancaranen la mal llamada Edad Modernatantaspartes.
Así que déjales que temany seámonos grandes.
Adriana Bertrán.
No te deseo
Categoría: Igualdad de género
No te deseo“What would happen if one woman told the truth about her life?
The world would split open.” Muriel Rukeyser, ‘Käthe Kollwitz’
No te deseoque “mal sexo”signifique
“dolor físico”en vez de
“aburrimiento”.
No te deseoque tu pareja solo cocine en barbacoasdespués de que tú pienses la lista de la compra.
No te deseo que tus hermanasconsideren que tu géneroestá mejor preparadopara cuidar de vuestros padres enfermos.
No te deseo las pinzas,no te deseo el láser,no te deseo que la cera arranquetrozos de tu cuerpo señaladoscomo “poco
higiénicos”.
No te deseo nueve veces másfibromialgia,el doble deansiedad,once veces másbulimia, cuatro vecesmás síndrome
de fatiga crónica,
y quién sabe cuánta más probabilidadde que los equipos médicos crean,con científica certeza,que exageras por histérico.
No te deseo un 23% menos de sueldo.
No te deseo aprender a desoírtepara ser
“bueno”.
No te deseo el miedoa que otros ocupen tu cuerpocon su derecho al deseo.
No te deseo espejos imposibles en los ojoscuando miran reflejos.
Deseo que te enseñen, también a ti, a amartey punto. A amary punto. A escuchary punto. A compartiry punto.
Deseo que aprendas el lenguaje del miedopara arrancártelo tú también del cuerpo.
Deseo que sepas que el aire que te quitancuando la vidala precarizanno lo ganas ocupando nuestros cuerpos,que no es estala batalla,que no hay batalla,ni hay fieras a la entrada de la cueva,ni yo recolecto, ni tú cazas.
Que si el mundo nos tiene perplejxsdando vueltas tan rápido quenos caemos,y te aferras a la certeza de este privilegio,que sepas que estás cayendo,que nosotras seguimos corriendo,corriendo para parar la abominablevelocidad contra la vida;reivindicando el innegable permisode ser enteras,de amar enteras,de caminar sin miedo por todas las aceras,de compartir los trabajos que la vida genera
y dirigir la rabia de un mundo cambio y corto y olvido
hacia lo alto,como quien teje
redesen el aire
parandoun suicidio
colectivo.
Concepción Belloso Martínez.
Ayer, hoy y mañana
Ayer, hoy y mañana.
Ayer, hoy y mañana.
Ayer, hoy y mañana.
AYER.
Abandona
inviernos de remolacha y sabañones
fuego bajo y calor de adobe,
potas con garbanzos y tocino escaso.
Abandona
sábanas blanqueadas en la artesa
cántaros y botijos,
pozos con agua
que cortan el jabón.
Abandona
muñecas con pelo de maíz
pelotas de trapo
canicas de barro y
tirachinas.
Mete en la maleta
el calor de madre
la caricia del pan
la risa de tus hermanas.
Imagina
capitales
calles adoquinadas
escaparates y tranvías.
Ayer, hoy y mañana.
Esconde
las palabras del miedo
Servir, Señora,
Soledad, Abuso.
Coge
el hatillo del almuerzo
las pesetas del billete
el abrigo de los domingos,
y apresúrate, niña,
que el coche de línea
no espera.
Ayer, hoy y mañana.
HOY
Aprobé 5º de EGB sin distinguir
un diptongo de un hiato.
Es el corrector de Word
el que coloca por mí las tildes
en poesías e hipocresías.
No sé contar sílabas.
Nunca recuerdo si los versos esdrújulos
suman o restan.
Digo treceava
donde debiera decir decimotercera.
Y prefiero el sexo a la tarde,
aunque los académicos de la real lengua
insistan en que lo correcto
es el sexo por la tarde.
Arriesgo un poema,
y voces masculinas,
de dilatada trayectoria
en esto de la lírica,
me presentan,
no sin ironía,
como poeta novel.
Ayer, hoy y mañana.
Me sonrojo
Recojo mi vergüenza
Y escribo sobre ella:
Mujer, 50 años, poeta en prácticas.
Me esfuerzo en aprender de las mejores.
Pongo atención en no juntar
poesía y alegría.
Indago sobre cuál es el canon.
Elijo cuidadosamente mis lecturas
y me llevo conmigo al baño
Delirium Tremens de Katty Parra.
Expurgo adjetivos innecesarios.
Evito versos de amor almibarado,
y escarbo en busca
del poema desnudo.
Desempolvo diccionarios,
busco sinónimos
y fantaseo
con ser invitada a encuentros poéticos
que lleven por nombre “Mujer y Poesía”,
con recitar mis versos
rodeada de invernaderos y fresas
en la Casa Natal de Juan Ramón Jiménez.
Ayer, hoy y mañana.
Despierto,
abro el periódico
y escucho la voz de
Mujeres que cruzan estrechos
para recoger fresa
y alimentar hijas.
Mujeres que quizá
no conocen a Zenobia Camprubí.
Mujeres que agotadas de abusos y amenazas
mal duermen cada noche en Moguer,
no muy lejos de la estatua de Platero.
Mujeres como Kalima
que un día cargan su miedo y huyen
del hombre que las viola,
del hombre que les paga.
Ahora se sonroja mi conciencia y
escribo sobre mi vergüenza:
Necesito aprender
de las Mejores
me queda mucho que aprender
de las Mujeres.
Ayer, hoy y mañana.
MAÑANA
En el periódico
un profesor de economía
escribe.
La desigualdad sigue aumentando.
La desigualdad trae equipaje:
un maletín de cuero negro italiano,
cargado de argumentos, de creencias.
El mercado es garantía de libertad.
Y María se siente libre
cuando acarrea sábanas y
limpia baños de hotel.
Dos euros treinta la habitación.
La empresa privada es más eficiente que la pública.
Y Adriana se descubre eficiente
de madrugada
abrillantando cristales
en la Torre Iberdrola.
Salario Mínimo Interprofesional.
Pero las estadísticas
y los informes internacionales
dibujan otros relatos.
El trabajo no remunerado
no sabe de cuero italiano.
Elije bolsas de rafia y manos de niña,
cestas de mimbre y hombros de mujer.
“La probabilidad de que una niña
nacida de madre pobre sea pobre”
-afirman estudios universitarios-
Ayer, hoy y mañana.
“es idéntica a la probabilidad de que
las niñas nacidas de madres altas
sean altas.”
¿En qué brazo,
del cromosoma X,
encontrarán
mañana,
el gen de la pobreza?
Concepción Belloso Martínez
Ismael González Sastre.
12 Escaleras
12 Escaleras
Sabe de memoria
el ruido que hace
al subir las 12 escaleras
hasta el descansillo,
su mano torpe
no acierta con la cerradura,
entra gritando: ¡ven, puta!
apoyando las manos pegajosas
a los lados del pasillo
sin ápice de dignidad.
Ella le ayuda temblorosa,
él la empuja contra el sofá,
el pequeño sale acobardado
por los gritos,
aunque es rutina,
otra noche más en el infierno,
otro día para olvidar
aunque por desgracia
recordará.
La empieza a pegar:
cualquier excusa es válida
cuando la frustración
de una vida de mierda
toma las riendas de un animal,
el pequeño se pone delante,
parando parte de los golpes
hasta quedar inmóvil
en una esquina
llorando de pena,
también de rabia,
ella aguanta como puede
como muchas otras noches;
sabe que resistir
es tentar a la suerte,
incluso firmar
la sentencia de muerte.
Sin razón, sin sentido,
sin juicio, sin un por qué:
siendo un secreto a voces
nadie movió un dedo,
en esa época las mataban
pero no salía en la tele.
Recuerdo cada día
que pisé aquella casa ,
recuerdo el verde y amarillo
de la botella de whisky
reflejados en el cristal de la mesa,
el olor a tabaco negro,
la oscuridad.
Cómo nos saludaba
y la vergüenza que pasábamos
con comentarios como
“¿qué, Isma, ya te la meneas?”
Recuerdo sus gritos
en los partidos de fútbol
borracho desde por la mañana,
cómo nos abrazaba si ganábamos,
ese aliento insoportable,
reprimendas a su hijo
por no jugar bien:
a su juicio nunca jugaba bien.
Y pasaron los años,
perdí el contacto,
mi amigo se hizo mayor,
siendo una buena persona
quizá una de las mejores que conozco.
Recibí una llamada:
su padre había muerto.
No sé muy bien por qué,
pero mi primera reacción
fue derramar algunas lágrimas,
y sé lo que vais a pensar, pero no,
no creo en el karma,
a día de hoy
ni siquiera creo en la justicia,
también se que nada
va a cambiar nada.
Ésta es la historia del niño
con manga larga en verano,
la historia de la mujer
con gafas de sol en invierno
y por desgracia
una historia real.
Ismael González Sastre
II Certamen Juan Muñiz Zapico. POESÍA
Medio ambiente
Adriana Bertrán.
La Empatía es un microchip
Categoría: Medio ambiente
La empatía es un microchip
La empatía es un microchip que la Naturalezase inventó para que no nos matáramoscuando lxs humanxs matábamos de cerca.
Afortunadamente, se está acabando el petróleo.A principios del siglo veinte, en Los Ángeles,iba todo el mundo en bicicleta;igual que en China hace treinta años.
Hay mil trescientos setenta y cuatro millones de chinxs(lo digo sin entenderlo),pero sí entiendoque quieran un cochey una nevera, una lavadora, una secadora, un lavaplatos, una vitrocerámica,horno, microondas, calentador, calefacción, aire acondicionado,smart TV, macbook, smartphone, ipad,面霜,除臭剂,橱柜,衣架,皮带,衬衫,裤子,袜子
y veintiséispares de zapatos.
¿Qué pasará con el airecuando el sueño americanosea alegre pesadilla en Indonesia,
Brasil,India,
o Nigeria?
¿Qué pasará cuando el aceite de palma que hacetan cremosa mi Nutellahaya terminado de comerse la selva?
Lo confieso: yo no siento compasión por las hormigas.Hay bajo mis pies demasiados hormigueros.Y por eso mismo entiendo que a esas 8 personasque poseen lo mismo que los 3 mil millones y mediode personas más pobresno les alcanceel microchip.
Porque la Naturaleza no había previstoesto.
A mí no me preocupa que se derrita el Árticoporque me den pena las osas polares,
sino porque la Naturaleza va demasiado despacioen reequilibrarse tras un sobresalto.
Su idioma, si es idioma, debe de hablarsey escucharse a un ritmoque no alcanzamos como generaciónporque no alcanzamos como especie;hay zonas donde no ha llovido en añosy solía llover,y no crecen los campos;
y cuando mi abuela me pregunta:“¿por qué no quieres tener hijos, tontuela?”
no sé cómo decirle que no lxs tengoporque, sin haber nacido, ellxs sí entranen mi microchip, y de qué manera,y sé demasiado poco del mundoque les espera,porque somos demasiadxspara la vida que demasiadxs quieren,o queremos.
Porque a menudo oigola pregunta retórica:“¿Cómo puede ser tan barato?”. La vanagloriade la ganga como unméritopropio.
Tu nacimiento te dio la entradaa esta orgía de abundancia, no tu mérito.
Te han invitado a la gangalos ríos, el aire, los impuestos evadidos, los veinticincomillones de esclavxs allí, (y aquí el salario mínimo).
El mérito es un cuentopara dormir tranquilxs con la ilusión de un mundoque premia a los justos, los trabajadores, los listos.Mark Zuckerberg es un crápula.
La empatía es un microchip que la Naturalezase inventó para que no nos matáramoscuando lxs humanxs matábamos de cerca.
Es ingenuo pensar que llora el planetaporque lo estemos destruyendo,cuando lo único que este parásito interesante y molestoque ha aparecido últimamenteestá haciendoes destruirse a sí mismo,matándose de lejos.
Alfonso Sergio Barragán.
Malversación de la naturaleza
1
MALVERSACIÓN DE LA NATURALEZA
Considérate vino y ponte en cura, lo restante no importa. Luis Rosales
I Sírvanse de los bosques ennegrecidos como jaspes cenizas y muñones y una posible prebenda bancaria. No es el fulgor de las llamas ni los vivos ojos de las brasas los que espantan hacia un cielo vedijoso de grises y pardos, ni la verdura mancillada será esquela innombrable. Sucede lejos. Más allá de la última línea del asfalto de los aleros grises donde cuelgan las medianías de cualquier hora. Sírvanse de sus caídos maderos más dadivosos que las monedas de aquel Judas. Lo que es de todos es de nadie :eso lo sabemos y olvidamos.
2
Del árbol caído cualquiera hace leña y esas garras crecen ya sin brazos y su función es raer dónde, pues ya nadie vendrá a hacernos daño olvidados de todo cuanto no esperamos. Sírvanse pues, de los yertos troncos. : ¿Pero dónde nos comemos la tortilla el próximo domingo?
II Caminar por las arenas cuando la mar es una azogue pespunteado de luminiscencias investidas del pellizco de las espumas. Son como dédalos que enhebran crenchas de sentimientos presentes y pasados aunándose al vaivén de las olas al precipitarse contra la orilla. Despierta la mar tantas plegarias -encuentros cenitales de los golpes de la vida que su linfa absorbe y restaña-, el deseo impenitente de buscar la magia del mensaje que subrepticio alberga sus aguas, ese arcano significado de las horas que suele navegar perdido entre las olas
3
en alguna azarosa botella buscando en su caprichosa deriva aquella playa que un día nuestras pisadas retuvo.
Otras manos siempre anónimas
y algas marinas desgajadas
ante cualquier sol de cristal.
Unas llaves oxidadas
con las que abrir el cofre de las olas
ahondando en sus tesoros
para arrancar a manos llenas
de inconsciencia aquellos frutos,
las dádivas generosas
que prosperan en su seno
y la gaviota herida
blanco alquitranado
sobre su fingida indolencia
aguardando impertérrita
sobre un fragmento de playa
percudida de miserias y despojos.
A lo lejos,
un horizonte ubicuo
se desgarra ante mis ojos
y pienso en estas
y cualesquiera otras horas
de cuántas
huellas sin retorno
se compone la vida,
4
perdidos pasos por parajes
que la mano del hombre
malversó entre desidias
y ambiciones
bajo un legado de negras sombras
y ausencias irreparables
:tanto nos queda aún por ver…
Luis Miguel Postigo Padilla.
Androgénico
ANTROPOGÉNICO
Corre el viento en el verano de febrero
oradando las alopecias del suelo,
ovillos de matorrales enrollados en polvo,
y un vapor transparente difumina la distancia.
La sinfonia del aire adormece a las muchas piedras
con baladas de un sabor amargo,
que cuesta tragar.
Nada camina por este bosque de soledad,
el sol implacable marca su territorio
derritiendo las veredas desnudas.
Término de una via muerta
el ser humano lleva el yugo
que alimenta la desolación.
Las flores huelen a un perfume liquado
de rancias semillas volando entre las nubes
que las chimeneas colorean de blanco.
Andropogénico futuro
los mares se ahogan en vómitos de plásticos
los delfines viajan sin rumbo a las arenas
y una tortuga boba cambia su coraza
por unos trozos de redes a la deriva.
Boreal de marrones apagados
inquietantes trincheras que los glaciares
vacian con el humo que queman las cosechas,
desbordando las corrientes submarinas...
Pero nada acontece, la inmortalidad
vestidad de moral,yunque de platero
y coronas de amianto para investir
el reinado de los leones.
Andropogénico es el tiempo recortado con ansia
por una era que fallece en secuencias,
sin tiempo para escapar.
Hielos que se derriten en enero
rios que navegan por los supermercados
sequia que arrastra a los desiertos,
entre plazas y catedrales
vientos enfadados que escupen neurotoxinas de serpientes
y una escalopendra nadando en la bañera.
Andropogénico cansancio de la hidrosfera
que contiene su lacrimosa.
Las abejas danzan entre los neumaticos quemados
fabricando nectar de queroseno
y un ruiseñor ahoga su canto dentro
de una lata de cerveza.
¡Andropogénico!¡funebre lectura!
¡desmedida proporcion de consumo!
He visto a la flor de la nieve
desnuda en el lodo,
he visto a los ciervos correr en el metro
y a los lobos comprando carne en un crematorio.
He visto a las ballenas zizagueando en una piscina
y mientras el gran androgénico
desenfunda su pistola disparando balas de oro
a todo lo que representa.
Se desmorona se parte se hunde
fallece el arcoiris pintado de gris
en una lluvia ácida
que pinta las aceras
en un computo de un reloj
que va frenando su hora
hacia un mundo que llora
su androgénico desconsuelo.
l
Francisco Saura Pérez.
En el cielo
Título: En el cielo
Estoy en el cielo.
He desnudado los sueños antes de hacerlos
Palabras,
He abierto las palabras para que en ellas entrara luz,
Y ahora comprendo que todo lo que abarca la mirada
(El cielo, las nubes, el mar, las montañas y acantilados,
El viento que beso con los labios, la sonrisa de la alborada)
Están y seguirán sin mí.
I
¿Qué importa lo que se desnuda y se hace carne
En los labios de la nieve derretida?,
¿Qué importa la noche, el día, la órbita de los planetas
Si las luciérnagas señalan la tumba abierta.
Somos ese momento que dejó vacío y muerte,
Navegando sin rumbo, abriendo las golas
A las corrientes marinas,
Llenando de tinieblas el corazón del coral.
II
Allí hubo un mar.
Las leyendas lo recuerdan amortajado de sal y de luz,
Y ahora que solo es pasado,
Lo sentimos como lugar de encuentro
De un futuro de dignidad serena.
Y si los poetas no mienten
Y por la hierba alta suena la música
(Acaso un piano o un violín o una orquesta
Dibujando susurros en el baile de los flamencos),
Y si unos niños pasean en bicicleta y recogen caracolas,
Y escuchan el plañir del Universo
Contemplando el nacimiento de la luna,
Veremos el día vestido con sus mejores galas,
Caballos trotando sobre las crestas de las olas,
Y a los bucaneros enterrando tesoros
En la dorada arena de una bahía danzante.
III
En otro tiempo recogimos chapinas esparcidas como estrellas al azar,
Entreabrimos una senda en el carrizal,
Construimos un refugio para protegernos del viento y de la lluvia,
Columpios y helechos, una barcaza vuelta del revés,
Cigarrillos y la seguridad de un mundo que nunca cambiaría
Porque era inabarcable de tanto amor que desdeñaba.
De aquello nada queda,
Sólo la madera podrida flotando en la muerte
Que se nos anuncia como el mar que fue,
¿De qué más podemos mentir?:
Para eso están las leyes que hablan de la resurrección.
IV
Recuerda las palabras en las que la luz entró,
No olvides, amor, que hay luz en las palabras,
Que la naturaleza nos modeló antes de enviarnos a dialogar
Con las nubes, con las velas,
y que el timonel siempre nos llevó a buen puerto.
Solo teníamos que creer en él y en su promesa
De ver la serenidad en las fauces de la tempestad.
A cambio nos estaba permitido contemplar su hermoso rostro,
Admirar sin tocar sus cabellos de posidonia,
Hacer de la arena objeto de juego
Y de las olas un lienzo de azules infinitos.
Éramos parte del todo,
Risas escarchadas detrás del molino,
Caricias furtivas
Con los tamarindos doblados por el viento.
V
Ahora ya sabes lo que nunca seré.
No seré mar
Ni charca en la que chapotear en los días de lluvia.
No seré la sed que te enloquece
Ni la sal que se asienta en el erial,
No seré los sarmientos que sobresalen del fondo del pantano,
Ni la torre fantasma de la iglesia sobre el agua calma.
Soy una idea que te atormenta
Cuando pasa el fuego y solo deja ceniza venteada,
Que se yergue sobre el acantilado
Contemplando el vuelo de los cormoranes,
Que viste de negro y lleva guadaña,
Que arriesga la vida de los demás en los despachos
Y abre las calles para que la simiente de la enfermedad
Arraigue en los pulmones de los halcones.
VI
No somos distintos a los que allanan el paisaje,
Arrancan almendros en flor, observan las nubes,
Blasfeman sin dios.
No lo somos.
Acaso contemplemos con mirada distinta
La tempestad que se acerca,
Porque no tenemos nada más que nuestras manos
Para beber del cáliz del plástico venteado,
O los brazos para cruzar a nado la bahía
Y la muerte que la presiente.
Y, a veces (solo a veces), hacemos un gesto como de hastío
Y nos damos golpes de pecho al pensar
Que no somos mejores que ellos.
No es diferente el volver la mirada y callar
Que arrancar sin pudor la hierba en la que duermen
Las luciérnagas.
VII
Es verdad que ayer te soñé.
No fue una pesadilla (ya perdí el miedo),
Fue una fuente de frutas en la oscuridad,
Fue una mano cálida,
La brisa nocturna cimbreando en las sábanas.
Y no puedo sino sentir nostalgia al mirar por la ventana:
El manzano con la fruta madura ya,
La mano separando la fruta del árbol,
El mordisco y la luz que salió de su carne
ensombreciendo la luna.
Y ahora, cuando miro apartando los visillos,
La frialdad del metal me hiela el corazón.
Hojas de aluminio, troncos de aluminio,
La savia recorre el interior de los objetos sin vida
Y delante solo contemplo
el rescoldo del sueño que dejó de ser.
II Certamen Juan Muñiz Zapico. POESÍA
Precariedad laboral
Adriana Bertrán.
Érase una vez un mundo
Categoría: precariedad laboral
Érase una vez un mundo
“Usted lo que necesita no es ir al psicólogo; es afiliarse a un sindicato.”Ramón Nogueras
(entrevista en 'Público' el 03/09/2018)
Érase una vezun mundo líquido.
Cada 3 añostenía lugar la descongelaciónde los alquileres.
Los contratos laboralesde 7 días aumentaron un 98,5%en una década.
“Temporalidad estructural”, lo llamaban.
Como si pudieras edificar tu vidasobre una columna de agua.
Los surferos de los tsunamis endémicoseran celebrados como'emprendedores',y querías parecerte a ellos.
Érase una vezun mundo líquido.Desde sus sólidas burbujasel 1%nos recordaba que las raíces pesan,sus sirenas cantaban las bondadesde la piscina prometida:¡sé libre! ¡emprende!
El adjetivo latino uber, uberissignificó copioso,abundante, fecundo,fértil.
Pero aunque al app-patróntu vida le resbala;hey, 'rider'suena tanto más coolque 'proletario'...La movida en los 80 nos había enseñadoque era “de cutres” militaren cualquier sindicato.Lo guayera ser líquido:ponerte hasta el culo,follary que las olas borren sus nombres de tu almohada.¡Sé libre! ¡viaja!¡Sé libre! ¡comparte tu casa!¡Sé libre! ¡cambia de co-working!¡Sé libre! Pero libre, tú; no tu tiempo. Tu tiempo libre dedícalo a algo productivo,mejora la fuerza de trabajo del 1%.
El cansancio es una enfermedad. Sólo existe el entusiasmo.
Be water, my friend.
¡Sé libre! ¿Te pesan esas sólidas cajas? Alquila tu trastero con Bluespace.Porque este azul es azul como el mar ¡azul...!No te cabe nada sólido en casaporque no tienes casa,pero ¡sé libre! ¡vete a vivir a Australia!Estudia un máster con dinero a crédito y que rindaen Alemania,porque los vínculos largos son el tema perfectopara emotivas campañas navideñas,pero resecan el 'progreso'.
Así queacumula experiencias como quien achica aguade una balsa de maderas separadas.
Acortatus raíces. No pisesla tierra, o descubrirás que es playa,y no es sólo el árticoque se deshiela, que también;es que olvidan que ¡no tenemos branquias!
Las mareas son inevitables,
no así el sistema.
Primero, nos quitaron la tierra.Después, nos quitaron el tiempo.
Y ahora, ahogadxsde libertad de náufragx, destejen las redesque han de salvarnos.
Mis amigxs: tierra.Mi familia: tierra.Mi pareja: tierra.Mi trabajo: tierra.Mis compañerxs: tierra.
Respiramos vínculos.
Sólo juntxs nos temen.
Cuidémonos lxs unxs a lxs otrxscomo nunca nos ha cuidadoel narrador de este cuento macabro;seamos horma en su zapato de tormenta;que llueva tierra,
es hora de reconocernosanimales sociales y terrestres:
competirera un hábitat impuesto, no un gen de la especie.
Érase una vezun mundo
nuestro.
Javier Bermúdez Valencia.
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata
DOS
POEMAS
PRECARIOS
Y
UNO
SOCIALDEMÓCRATA
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 1
Uno
Martes, 3 de noviembre
Hoy ha vuelto a llover.
Han llegado hombres oscuros desde el interior,
nos han reunido en el sitio sin luz
y hemos coleccionado silencio,
algún proyecto de tejado a dos aguas.
No lo han entendido:
es otro el idioma con el que cuentan el dinero:
vacían la riqueza que se encuentran
y de sus heces hacen macros de datos
en las hojas excel
que se enseñan unos a otros,
a la vuelta,
en el avión desencallado.
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 2
Dos
«La libertad no es tener un buen amo
sino no tener ninguno.»
GLORIA FUERTES
En este paseo de domingo —nunca ocioso,
nunca impensado— hay varias estaciones juntas,
ahora un verano viejo que no hace por irse
y se arrima a los árboles y escapa de las sombras,
ahora un otoño confundido
sin sitio donde estar en esa duda del que no sabe
si alegrarse o ponerse triste,
ahora un invierno pendenciero y malencarado
que abruma de niebla las copas de los árboles
horas después de su marcha y gotea de pena
el débil sol que nos acompaña,
ahora el ladrido de un perro que aviva
el paso inconsciente del que marcha a la compra
del pan para el almuerzo y descubre
que la estación no es lo importante:
es el eco de la voz del amo tras el silencio
del perro que dice, ven, buen chico, toma
y calla.
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 3
Tres
UN POEMA SOCIALDEMÓCRATA
A la mañana, temprano, con el tubo de dentífrico
en la mano, marca blanca de un supermercado,
pienso en el equilibrio entre la oferta y la demanda
que dicen los clásicos empuja a la sana competencia
entre empresas que producen bienes y servicios,
unas que crecen al adecentarnos la vida, otras
que desaparecen heridas por la ineficacia.
La misma pregunta, ¿qué empresa se hundió, qué
patrón arruinado cerró la puerta y malvendió el local,
para que se quedara el café que desayuno, la refinería
del gasoil del coche que conduzco, camino del trabajo
afilada mi productividad a punto de la jornada, qué
fábrica cerró por culpa de la que fabricó mis zapatos viejos,
qué editorial quebró por no vender el libro que guardo
en la mesilla para recuperar la noche.
Hermosa competencia que limpia el horizonte del mal
y nos deja la luz de la abundancia que deslumbra
mis gafas de sol de cadena óptica franquiciada.
En la oficina pregunto a la silla donde me siento,
a la mesa que llegó de una multinacional sueca
respetuosa con el medio ambiente y los derechos
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 4
de los trabajadores de Indonesia, a la alfombra
que recogen quincenalmente para lavarla a doscientos
kilómetros de distancia y volverla a traer para pisarla
con descuido después del aguacero.
Entonces hago una llamada, y alguien dice con la voz baja
que vuelven a despedir a otro alguien cuando el trabajo
es el mismo, y telefonean para quejarse de que la tarea
terminada no era la acordada, no lo era.
Está saliendo un poema socialdemócrata.
No. Las empresas no compiten entre ellas como dicen
los libros dominantes, compiten con sus trabajadores,
repartiendo el mismo más trabajo entre menos y por menos,
sólo en las películas,
el cliente tiene siempre la razón,
una suerte de frase hecha que deja de tener sentido,
salvo en el manual de atención al mismo,
pero alguien dice en una reunión valor añadido y pensamos
en cobrar más por lo menos, o servicio premium
y sabemos que en los próximos meses se facturará algo
por algo que nadie puede hacerlo.
Nos miramos en esa verdad incómoda, esperamos
aliviados que tarden en darse cuenta: nadie compite
con quién puede ganarte, es más barato hacerlo con el débil.
Por eso cuando al otro lado del mostrador
percibo ese gesto leve de culpa en la mirada,
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 5
unos ojos que bajan acompañando a la palabra excelente,
del vendedor que hoy atiende, sé que hay
tanta vergüenza como miedo, y pago sin rechistar
el producto anunciado sin competencia.
Al darme la vuelta el empleado suspirará aliviado,
a muchos pisos de distancia alguien gruñirá codicioso,
un sonido metálico le hará girar la cabeza del ordenador
encendido y un nombre o dos se librarán de acabar
en el listado nocturno de los perdedores del día.
Javier Bermúdez Valencia (Pablo Müller)
Dos poemas precarios y uno socialdemócrata 6
Victor Filgueira Maseres.
Poema 1
El recorde pels matins, sota l´olivera,
esmorzant pa i raïm,
envoltat dels gats famolencs i del meu gos,
que tenia un cabell negre i llis
com una nit d´alta mar.
Recorde la tendresa als seus ulls d´home bo,
d´aquell que s´ha embegut amb paciència
una vida amb regust a oli de ricí,
i les mans clavillades per la fusta de l´aixada
i les espardenyes enfangades de la séquia.
Mai no m´ho va dir ni jo ho vaig veure
però el recorde fugint del camp de concentració,
amb el blusó descosit i descals,
d´amagatall en amagatall,
sempre buscant l´ombra,
caminant tot sol a la nit,
defugint l´anònim covard,
l´enemic implacable de la fam,
la ferotge persecució dels morts.
Mai no m´ho va dir ni jo ho vaig veure
però me´n recorde del llastimós plor d´un home bo
en la meitat de la nit,
mentre somiava, i cridava sa mare.
Victor Filgueira Maseres.
Poema 2
Quan ja no siguem ací,
quan l´esquelet haja perdut la pell
i no li quede ni el record de la por
que ens persegueix arrapant les glàndules,
algú ens reclamarà el que no fórem,
allò que deixàrem a mig acabar.
L´home just que ara creguem ser
s´esvairà enmig del fum dels judicis sumaris
que d´altres cremaran
i sortirem en plana principal
amb les vergonyes despullades,
els cabells despentinats
i les vísceres enverinades per la sang.
En defense pròpia us he de dir que a penes vaig viure,
que mai no fou fugida un comiat
ni em vaig vendre el cor al pes.
Fins l´última hora vaig plorar,
coneguí el desig a la manera de l´amor,
mai no em vaig fotre un desengany per dormir millor.
Que mai no diguen que em van comprar,
que em debilitaren el fussellatge
a trompades
els especialistes del turment.
Només, quan sortim d´ací
i un breu ossari siga el resultat,
digueu, vosaltres que m´estimàreu,
que vos vaig estimar,
que encara mastegant parlen de mí,
que airegen les meues mancances i senituds,
les controvèrsies en què a hores d´ara me mantinc.
Que exposen les seues raons
que de segur no en mancaran,
que em traguen amb tenalles
fins l´últim dels detalls,
que em destrossen a puntellades
les petites aportacions del meu voler.
Encara que tant vos demane,
digueu que amb fidelitat de gos
vos vaig estimar.
Que no vaig ser prou per vosaltres
i em sap greu no tornar a ser,
tan sols, per poder redreçar allò torçut
que alguna vegada, companys, vos feu doblegar.
Victor Filgueira Maseres.
Poema 3
Hi ha pedres pesaroses
que no rellisquen a l´aigua
per ràbia en que siguen llençades,
en canvi, hi ha altres de cos pla
que boten com si d´espurnes es tractara.
Hi ha focs que cremen el ferro,
que llueixen com un residu d´estel,
que sobreviuen al rovell dels dies,
a la rosada caiguda pels segles.
Però d´altres que moren pel plugim,
que es fonen com un fanal públic
i ni per encendre el foguer donen.
Hi ha gent que es guareix sota el paraigua,
que es fica de cantó quan venen primes,
que es ceguen quan el camí alça pols.
En canvi, hi ha d´uns pocs que hi valen
tot el preu d´una vida,
que no s´entrevàren quan hi ha poc toll,
que fiquen l´empeny en que els seguim veient
malgrat allò més vell i ranci de l´oblit.
Victor Filgueira Maseres.
Poema 4
L´aldea global on hi viuen uns quants
i l´imperi lliberal i salvatge
i les grans corporacions internacionals
amb el seu marketing innapelable
i els directius mercenàris producte de la subasta
i el cap de departament de corbella afilada
i el moniato de l´encarregat cregut d´heretar la empresa
i l´oficial llepó inconscient de la seua desgràcia
i el peó absent de la realitat on l´han clavat.
Tots plegats, a l´ultim moment,
seuràn a la banqueta dels acusats
i hauràn de declarar
perquè ens sentenciaren a la mort
d´esmicolar-nos entre les dents ferotges
del seu impudic engranatge.
Ana Vega.
Ley de vida
LEY DE VIDA
Ana Vega
(Poemas del libro Herencia editado por Canalla Ediciones)
Correo: [email protected]
DNI 09441132T
Web: www.anavegaescritora.com
La bicicleta
Agradeceré siempre haber conocido el triángulo laboral
desde sus tres vértices: la parte superior, inferior e intermedia.
Mi madre utilizaba la bicicleta como vehículo para trasladar
miles de peces muertos que luego vendía
tras kilómetros y kilómetros de carretera
y bosque y tierra y zapatos rotos.
Mi padre siempre recuerda la dureza de los dientes al comer maíz.
“Hoy no volváis a casa porque no hay nada para comer”, decía mi abuelo,
y todos sus hijos buscaban una casa donde ofrecer sus servicios
a quienes ofrecían alimento como pago a niños por la agilidad de sus manos.
Mi madre tiene siempre presente el lugar en el que te coloca apenas saber
colocar letra tras letra, y la impotencia que eso te provoca en el pecho
ante una simple carta. Y la impunidad que sigue a ese hecho.
A mi tía le hubiera gustado estudiar y por eso devora libros aún hoy,
como si de algún modo lograse recuperar el tiempo arrancado de sus manos.
Aprendí el significado de poseer cosas muy pronto
y todo lo que significa no tenerlas.
También que a las señoras de bien les gusta escoger a niñas de familia humilde
pero que sin embargo son “finas” y “educadas”
-dieron por hecho que la cultura de los libros sólo alcanzó a los que pudieron comprar
dicha cultura y dichos libros-
puesto que la cultura viene de cuna, de cuna y ornamentos, dicen,
pero no de la pureza del alma que surge de modo natural,
seguimos malinterpretando el mundo…
Veo en este tejido familiar la raíz de quien soy ahora y muchas de las alteraciones
que sufro al contemplar cómo la escena se repite
y negarme a tragar mentira alguna
pues en mi piel y en mi llevo la experiencia,
conciencia e instinto de más de una generación entera,
como para que alguien venga a decirme ahora
que las cosas han cambiado o que a alguien le interesa dicho cambio.
Mi madre utilizaba una bicicleta prestada como instrumento de trabajo,
mi padre no llegó a tenerla,
años y años entregados a otros, otras, digamos los de arriba, digamos,
digamos los que pueden y las que pueden con absoluta impunidad,
que ahora siguen jugando con los mismos elementos.
La bicicleta sigue siendo en nuestra familia un objeto de deseo
que no hemos conseguido rozar siquiera.
Hay cosas que no cambian nunca.
Miseria
Tres veces en un mismo día a la oficina del banco.
Diez llamadas para pedir un poco de liquidez.
Volver corriendo para ingresar lo que sobra
y pagar facturas
y vida
y seguir aunque sea absurdo.
Ese dolor en el pecho o ridículo extremo
por avanzar, por seguir viva,
porque tu vida depende de quien puede adelantarte dinero,
porque tu vida depende de quienes se ríen en tu cara,
porque pueden hacerlo,
porque tu vida depende de un trabajo que dura una vida entera,
donde otros se enriquecen con tu sudor, con tus lágrimas,
con el empeoramiento claro e irremediable de tu salud,
porque tú cobras la mitad de lo que ellos se introducen en el bolsillo
y te llaman chasqueando los dedos como un animal,
(cualquier día sacaran el rifle pero no para matarte, tan
sólo a modo de lanza para que trabajes bien, mejor, sigas la
línea)
porque tu vida ha dejado de ser tuya,
porque conoces la sensación
de llegar al supermercado y que este hecho se convierta en algo insoportable,
pasar hambre, sí, también, pero y deseo,
y que cualquier producto que un niño alcanza con el brazo suponga un reto insólito:
por mucho que estires los dos brazos no llegas a pagar el importe exacto
de cualquier sección de las de elementos prescindibles.
Saber que el dolor insoportable tiene precio.
Y que luego te digan los sabios que el dinero no importa
y que otros se atrevan a preguntarte si comes dinero mientras siguen comerciando.
Que alguien, por favor, que conozca la diferencia exacta entre un medicamento cuyo
precio no alcanzas,
-como en cualquier otro supermercado-
diga algo, cualquier cosa,
algo sobre la distancia entre la dignidad de poder respirar
-inhalar y exhalar-
con un mínimo de humanidad
y no aullar por la impotencia.
Que alguien que conozca el dolor a modo de marca o cicatriz,
el de verdad,
señale por favor la importancia que posee eso de tener dinero
o no tener ya no liquidez
sino nada,
ni dignidad
ni humanidad siquiera
pues ésta también tiene su precio.
Qué bueno dar lecciones desde el otro lado de la alambrada.
Quizá yo misma, desde ese lado, también
me habría atrevido…
Maíz
Mi padre luce
una dentadura perfecta,
cuestión de herencia,
dicen.
O de apretar los dientes.
Mi padre recuerda aún hoy
la ferocidad con la que sus dientes
devoraban el maíz crudo
para quebrar el hambre.
Dicha herencia
nos impide
aflojar la mandíbula
en esta casa.