En torno a la “identidad”1, y algunos grupos identitarios de la U. Nacional.

Hans Rojas Valencia Código: 25361067.

Antes de comenzar el análisis, quiero señalar que no me fue posible observar tribus urbanas en el sentido más pleno de la palabra, en un parque tal cual como lo estipulaba la observación, debido a mi falta de conocimiento sobre Bogotá, por mi procedencia de otra región, por mi condición inmigrante (Bauman 2005:27). No obstante, considero que los grupos descritos a continuación, poseen muchas de las características que hacen a un grupo, una tribu urbana. En la plaza Ché, entre la perola y la biblioteca Gabriel García Márquez, se encuentra un grupo de jóvenes vestidos con turbantes y túnicas de colores, que inclusive visten así a sus hijos de corta edad. La gente acostumbra a llamarlos los árabes por su vestimenta, pese a que no se ven diferentes en otros rasgos de un colombiano, y venden hamburguesas de quinua y almuerzos vegetarianos todos los días a medio día, toda la gente los “identifica” por estas características. Si una persona que no está vestida como ellos, se sienta allí, será inevitable que los demás transeúntes le excluyan del grupo de árabes, diferenciándolo de los que son de ese lugar, dejándolo afuera de ese grupo, sin que necesariamente sea ese grupo quien le excluya.

También, en la playita o jardín del jaguar, se reúne la llamada batucada feminista, los miércoles por la noche. Son mujeres jóvenes, que tocan tambores y forman una banda de batucada brasileña. Su comunidad es una comunidad soldada por ideas (Bauman 2005:31), en este caso la ideología feminista. Ellas se unieron de manera consciente a este grupo, reflexionando entorno a sus ideas, y cuestionando otras, situación que en cualquier momento podría volver a ocurrir, pero ya poniendo en juicio las propias ideas feministas de la batucada, cuestionando su deseo de pertenencia, tal que esa persona sufriría una “pérdida de identidad” (Bauman 2005:42). Estamos en un “mundo policultural” (Bauman 2005:29) y en una “modernidad liquida” (Bauman 2005:33), que genera una ruptura de identidad constante, una dislocación de mundos de vida y comunidades efímeras, que hacen que el individuo no logre una identidad colectiva, como la que caracterizaba al hombre de la modernidad sólida en la división social del trabajo.

Pero aunque es una elección consciente, no siempre el individuo elige la adscripción a un grupo identitario, por criterios individuales y de libertad absoluta de mercado, como dice Bauman “existen [identidades] infladas y lanzadas por quienes nos rodean” (Bauman 2005:36), tal que muchos miembros de la Batucada feminista o de los “árabes” de la ché, posiblemente ingresaron a estos grupos por influencia de amigos, parejas o compañeros. Si hubiese una mujer que estuviera en ambos grupos, de día con los árabes, vestida con turbante y pashmina de colores negro, sin hablar con hombres sin permiso de su novio, pero de noche tocara con la batucada feminista, sin cubrir su cabello corto, usando ropas más cortas y ceñidas al cuerpo, sufriría entonces la llamada “ruptura de identidad” (Bauman 2005:32). En la modernidad liquida, y en la ciudad de hoy, llena de virtualidades, es prácticamente imposible mantener una “sociedad de conocimiento mutuo” (Bauman 2005:47), o almenos en mis observaciones, no logre identificar un grupo de este tipo.

1 Ver: Bauman, Z. (2005). Identidad. Buenos Aires: Losada.