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No ha vivido la discriminación legal o discriminación formal por ser mujer. En la escuela pública vasca nunca le habla- ron de la historia de la adquisición de los derechos de las mujeres. En su casa entraban dos sueldos, el de su padre y el de su madre, y las tareas del hogar se las repartían entre ambos. Tuvo acce- so a la universidad, está sobradamente preparada, como muchas otras jóvenes de su edad, a quienes les animaron a formarse para llegar lejos y a quienes el mercado laboral les cierra el paso. Está de acuerdo con Marcela Lagarde cuan- do dice que las mujeres contemporá- neas son sincréticas porque cada una posee atributos de género tradicionales y modernos de manera simultánea y se considera afortunada por poder hacer de bisagra integradora entre dos gene- raciones. ¿Cómo y cuándo entró en contacto con el feminismo activo? Durante mi adolescencia no tenía casi conciencia de las desigualdades de género pero al terminar la universidad empecé a percibir situaciones en mis propias amigas, sobre todo en cuestión de relaciones afectivas o con el maltra- to psicológico. Tenía mis conocimientos informales, había mujeres en mi entor- no que habían construido vidas desde el feminismo, pero no lo identificaba como algo necesario para mí. A través de un master que hice en la Universidad de Deusto sobre intervención en violencia contra las mujeres fui accediendo a ese feminismo del que nunca me habían hablado. Empecé a formarme, a parti- cipar en grupos, y cuando se te abren los ojos a las gafas lilas, ya no te las pue- des quitar. Una vez que has descubierto que situaciones que tú vivías como algo normalizado pueden tener un marco de Pertenece a la generación denominada X -nació en el 79- y a la del 2.0. Desde hace unos años, esta psicóloga bilbaína está tendiendo puentes entre las jóvenes que no son conscientes de ser feministas y las mujeres que han luchado por conseguir los derechos de igualdad. Ciberactivista y “muy tecno- lógica”, como ella se define, firma el blog “Mi novio me controla lo normal”, todo un referente para las chicas “confundidas por el amor que quieren desconfundirse”, en el que se fomenta la reflexión y la actitud crítica frente al mito del amor romántico que normaliza la desigualdad de género. EMAKUNDE 01 IANIRE ESTÉBAÑEZ CASTAÑO Psicóloga y blogera Texto Carmen Ruiz de Garibay · Fotos Karlos Corbella “Es importante que el feminismo se ciberactivice para atraer a las nuevas generaciones”

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Page 1: IANIRE ESTÉBAÑEZ CASTAÑO - Emakundeemakunde.blog.euskadi.eus/wp-content/uploads/2013/... · psicóloga bilbaína está tendiendo puentes entre las jóvenes que no son conscientes

No ha vivido la discriminación legal o discriminación formal por ser mujer. En la escuela pública vasca nunca le habla-ron de la historia de la adquisición de los derechos de las mujeres. En su casa entraban dos sueldos, el de su padre y el de su madre, y las tareas del hogar se las repartían entre ambos. Tuvo acce-so a la universidad, está sobradamente preparada, como muchas otras jóvenes de su edad, a quienes les animaron a formarse para llegar lejos y a quienes el mercado laboral les cierra el paso. Está de acuerdo con Marcela Lagarde cuan-do dice que las mujeres contemporá-

neas son sincréticas porque cada una posee atributos de género tradicionales y modernos de manera simultánea y se considera afortunada por poder hacer de bisagra integradora entre dos gene-raciones.

¿Cómo y cuándo entró en contacto con el feminismo activo?Durante mi adolescencia no tenía casi conciencia de las desigualdades de género pero al terminar la universidad empecé a percibir situaciones en mis propias amigas, sobre todo en cuestión de relaciones afectivas o con el maltra-

to psicológico. Tenía mis conocimientos informales, había mujeres en mi entor-no que habían construido vidas desde el feminismo, pero no lo identificaba como algo necesario para mí. A través de un master que hice en la Universidad de Deusto sobre intervención en violencia contra las mujeres fui accediendo a ese feminismo del que nunca me habían hablado. Empecé a formarme, a parti-cipar en grupos, y cuando se te abren los ojos a las gafas lilas, ya no te las pue-des quitar. Una vez que has descubierto que situaciones que tú vivías como algo normalizado pueden tener un marco de

Pertenece a la generación denominada X -nació en el 79- y a la del 2.0. Desde hace unos años, esta psicóloga bilbaína está tendiendo puentes entre las jóvenes que no son conscientes de ser feministas y las mujeres que han luchado por conseguir los derechos de igualdad. Ciberactivista y “muy tecno-lógica”, como ella se define, firma el blog “Mi novio me controla lo normal”, todo un referente para las chicas “confundidas por el amor que quieren desconfundirse”, en el que se fomenta la reflexión y la actitud crítica frente al mito del amor romántico que normaliza la desigualdad de género.

EMAKUNDE 01

IANIREESTÉBAÑEZCASTAÑOPsicóloga y blogeraTexto Carmen Ruiz de Garibay · Fotos Karlos Corbella

“Es importante que el feminismo se ciberactivice para atraer a las nuevas generaciones”

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desigualdad empiezas a seguir profun-dizando.

¿Qué fue lo que más le sorprendió en el trabajo de campo que emprendió du-rante el máster y en la redacción de su tesis sobre la violencia de género en el noviazgo? Me encontré con jóvenes con muchí-simo desconocimiento del feminismo y también sobre la percepción de si-tuaciones de desigualdad. En muchos casos estaban viviendo vidas que quizás podían tener conflictos pero que no los identificaban con una problemática de género. Lo que más me he encontrado es esa negación. A la hora de elaborar mi tesis, también constaté la gran nor-malización de conductas que las jóve-

nes personalizan en sí mismas, que se autoculpan o que intentan justificar en función de características personales: ‘es que él es así, qué le vamos a ha-cer’. También desde la naturalización: ‘me pasa con todos los chicos, todos los chicos son así’, y sobre todo, desde esa confusión con el amor romántico.

Ese gran responsable de desigualdades en la pareja ...Sí, por eso empecé a trabajar especial-mente con el amor romántico en la red, porque yo veía que era un tema que les generaba muchísima confusión pero que nos iba a permitir desmontar mu-chos mitos sobre qué es y qué no es el amor: sacrificio, olvidarlo absolutamen-te todo, no te cuides tú, lo que tienes que cuidar es la relación… son los mensajes que reciben de la sociedad. Por eso se siguen viendo las mismas desigualda-des que en las mujeres mayores pero de otra forma, más sutil, con esa espe-cificidad del cuidado de la relación y de mi chico por encima de cualquier otra cosa, incluso de mi propio bienestar. Al investigar en Internet me encontré con un montón de mensajes muy desqui-ciantes en la línea de las revistas juve-

niles: aguanta lo que sea, consigue todo lo que quiere él, cambia para gustarle, tienes que ser la mujer más perfecta…Y eran mensajes que procedían tanto de aquí como de Norteamérica y de Lati-noamérica. Hay que tener en cuenta que esos referentes y esos modelos es-tán en la televisión, en las películas de Hollywood, y que los medios audiovi-suales han ejercido una gran influencia en las nuevas generaciones de chicas y chicos. Mi generación nació con la tele y el cine y las de ahora están constru-yendo su identidad a través de Internet.

O sea, que las jóvenes buscan informa-ción en las nuevas tecnologías pero si-guen estando confusas...Actualmente las desigualdades son tan

sutiles o están tan integradas dentro de lo normal que ni siquiera las perci-bimos, se nos pasan, y las integramos dentro de la cotidianidad. Esto es tre-mendo, porque si ya lo tienes integrado en tu cotidianidad no lo identificas como algo que tiene que cambiar. Que no se me malinterprete, pero quizás es más fácil defenderse de una violencia agre-siva, clara, que de una desigualdad. Mu-chas de las dificultades de las jóvenes para percibir desigualdades y violencias están en que no las han vivido directa-mente de forma explícita sino solamen-te de forma velada. El lobo ya no lleva los colmillos sacados ni te dice: te voy a pegar, te voy a agredir, no puedes entrar aquí porque eres mujer, pero te lo dice de una forma más sutil. Ade-más, a las jóvenes, toda esa historia de construcción de la igualdad que se ha ido haciendo a través de los años no les ha llegado y en cierto modo no piensan que esos derechos se han conquistado. En el blog he ido desarrollan-do todas esas áreas en las que existían confusión, negaciones o dificultades para percibir desigualdades. Lo he ido nutriendo de todas las experiencias de formación que hago con adolescentes y

he comprobado que si en una actividad formativa encuentras discurso al que poder darle la vuelta, ¿por qué no lo vas a transformar y llevarlo a la red?.

¿Cómo se realiza ese proceso?Tender puentes es difícil, no hay que ha-cerlo desde lo teórico, porque a las chi-cas les queda excesivamente lejos. Hay que tener en cuenta que las más jóve-nes no han vivido esas discriminaciones fuertes, esas desigualdades claras, sino otras más sutiles, y que están constru-yendo su identidad. Para ellas es un pe-riodo de crisis, no son niñas ni adultas. Es importante empezar con unas pocas áreas de trabajo que luego nos permi-tirán ir más allá, y que son: las relacio-nadas con la violencia, las relaciones

afectivas y sexuales, la presión de los medios de comunicación en relación a una belleza ideal y un cuerpo estu-pendo, y el amor. La igualdad la podrás trabajar cuando ya hayas generado una actitud crítica y luego es mucho más fá-cil ir integrando otras áreas de igualdad que ellas no habían advertido como una necesidad y que también con la edad las van a percibir. Estas mujeres jóvenes, mientras se mantienen en la educación formal están en un espacio protegido, estudian las mismas asignaturas que sus compañeros, con el mismo profesorado y no tienen la sensación de discrimina-ción. ¿Cuándo empiezan a apreciarla? cuando se hacen un poco más mayores y tienen que buscar trabajo, o después de encontrarlo, cuando deciden tener criaturas, si lo deciden. Hasta entonces no van a ver la desigualdad. Quizás lo que podemos hacer las feministas de esta generación de intervalo entre las que lucharon y las que no luchan nada es acercarnos a las necesidades de esas jóvenes para luego hacerles ver de dónde viene todo esto. Hasta que no le dices a una chica joven que lo que le pasa tiene que ver con su rol de género, con una historia estable-

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“En el blog he ido desarrollando todas esas áreas en las que existían confusión, negaciones o dificultades

para percibir desigualdades.”

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cida, no tienen una percepción clara. Estoy hablando de chicas jóvenes en general, que no tienen esa conciencia de todo lo que se ha ido construyendo. Hasta que tú no le planteas que eso que le pasa tiene que ver con lo mismo que le pasa a otra mujer de 60 años, no lo identifican como formar parte de su ser mujer.

Pero ese acercamiento requiere utilizar su propio lenguaje y sus herramientas...Si lo hacemos desde el marco de “yo te digo lo que tienes que pensar, lo que tienes que hacer”, se puede, pero quizás no tenga el mismo resultado. Si previamente analizamos qué cana-les de comunicación utilizan, ya nos estamos acercando. Emplean las re-des sociales, pues utilicémoslas ¿Un lenguaje informal?, pues utilicemos también, añadiendo sus propias formas de entender, sus propias palabras. Es acercarse desde su propio marco, re-bajando el lenguaje a cotidianidad. Yo les hablo desde la práctica y luego in-tegramos los contenidos y las prácticas del feminismo. Son feministas porque viven pensando que son iguales a los hombres y que tienen los mismos de-rechos que ellos, pero están con sus contradicciones. Hay quien dice, ¿yo feminista? no, yo quiero ser igualita-ria, porque tienen una idea demoniza-da del feminismo, no entendido como un movimiento social con una historia importante por detrás, sino como una actitud contraria al machismo: yo soy mejor por ser mujer. Afortunadamente somos muchas las que estamos ahí, en Internet, con conciencia para ser el eje de cambio de las más jovencitas que todavía no han llegado a percibir las situaciones de desigualdad. Lo que me pregunto es si cuando hablamos de la situación de las jóvenes las escuchamos a ellas o tende-mos a hacerlo desde nuestro marco de interpretación de la realidad. Podemos analizar los temas que les interesan, las películas que ven, lo que hacen, y ha-cerles participar. Si yo no organizara grupos para encontrarnos, o si no hicie-ra preguntas en las redes sociales para recibir sus opiniones, no conocería cuá-les son sus realidades, sabría las mías, las de mi generación.

En los foros feministas suele haber una pregunta latente: ¿qué pasa con las jó-venes que no se acercan, que no par-ticipan? A no ser que hayan tenido una concien-cia que se ha ido trabajando o una pro-blemática, no se van a acercar a un foro o a una conferencia. Las chicas no se sienten en general representadas por el asociacionismo, ni por el feminismo, no tienen una cultura de participación

arraigada y al mismo tiempo, cuando participan en asociaciones juveniles tampoco participan al mismo nivel que los jóvenes. Quizás no se identifican como feministas, y no están participan-do, no están en el lema ni en la pancar-ta pero han integrado cambios en sus propias vidas, que es algo que a veces se nos olvida. Aún no lo saben pero en muchas ocasiones son feministas your self: tú te lo haces a ti misma. Constru-yen la igualdad desde la individualidad, no desde la institución ni desde lo legal pero sí en su vida cotidiana y habitual. Participan desde el 2.0, lo que significa que comparten la información y no se limitan a enviar un mensaje unidireccio-nal. Hablando en términos informáticos, están en una página en construcción, se están construyendo a ellas mismas, se están definiendo, están eligiendo la versión, nuevos medios y quizás nuevos fines. Por eso creo que estar cada vez más en las nuevas tecnologías va a ser una necesidad, porque esas ge-neraciones se van a ir haciendo mayo-res y van a integrar todas esas nuevas tecnologías y esas redes de comunica-ción en su vida absoluta. Estamos en ese periodo de transición y la forma de motivar la participación, de comunicar-nos con los y las jóvenes tiene que ser también muy virtual. Es importante que el feminismo se ciberactivice, porque si no, no llegaremos a la gente joven. En Internet, cantidad de mujeres feminis-tas o no alzan su voz desde sus propios espacios web. Eso parece una tontería pero es enorme en esta nueva gene-ración, en la que nos estamos constru-yendo como nuevas, porque significa que mi voz propia se puede difundir. Creo que es importante que identifi-quemos lo que el ciberfeminismo está generando. Si hace 10 años escribía-mos “mujeres jóvenes” en Google, que es el diccionario que lo sabe todo, to-das las imágenes eran de pornografía o de mujeres objeto. Hoy en día segui-mos encontrando muchos contenidos sexistas pero también hay otros mu-chos construidos por mujeres jóvenes y no tan jóvenes. Estamos generando redes, construyendo, creando, practi-cando igualdad desde la red y empo-derándonos.