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\ \ I I I I peras italianas. También es un juego, creo yo, porque las vecinas son italia- nas y los gritos y pleitos se dan en ita- liano para encanto de los comensa- les. Pero, ¿es posible que Gigí haya alquilado departamentos frente a su restaurante sólo para que se armen estos líos que van romanizando este viejo trozo de Barrio latino? Parece increíble. Pero todo parece increíble y resulta de pronto cierto en el in- comprensible mundo de Gigí en Pa- rís. Hay un mozo (el único francés), por ejemplo, que no participa para nada en los juegos, gritos y pleitos de los demás mozos. Es un hombre alto, delgado, de pelo blanco, extremada- mente fino y silencioso. Muy serio. Está como fuera de lugar Chez Gigí. Tiene aspecto de millonario y, para atender a lasmesas, se viste de negro, decimonónicamente, yse ata a lacin- tura un mandil blanco que le llega hasta los pies. lo observé detenida- mente muchas veces, hasta conven- cerme de que en efecto se trataba de un gran señor cuya ruina lo había lle- vado de mozo nada menos que al in- comprensible mundo de Chez Gigí, el que nunca quebrará, el que por fin había logrado librarme de l maldito pesimismo que pesó sobre mi familia desde ellejanísimo día en que la dura tía Herminia, sin ocultar una pérfida sonrisa, le anunció a lasgeneraciones venideras (aun a aquellas que mar- charon al extranjero) laquiebra de La do re mi fá. Pero el mundo de Chez Gigí habría de darme todavía otra sorpresa (y es- toy seguro de que con el tiempo ven- drán más). Hace un par de días, al cruzar la calle, vi estacionarse el au- tomóvil más caro, lujoso y elegante que he vistoeste año en París. Un mi- llonario me hizo un saludo atento desde el interior. No podía ser: era el gran señor cuya ruina lo había lleva- do de mozo nada menos que al in- comprensible mundo de Chez Gigí. Decidí entonces escribir estas pági- nas, a ver si así, poniéndolo en blan- : co y negro, lograba entender algo... París, agosto 1979 DISPARA- TA 'RIO .' POR CARLOS ILLESCAS EN BUSCA DEL TEXTO PEROl DO " Po rq ue esa luzescreadora, asiinismo de soledad." El Defe nsor . Pedro Salinas la pintora ludith Gutiérrez me pidió un texto de presentación en el catá- logo a la exposición que montaría. Con el terror que impone una tarea de tal naturaleza, puse manos a la obra; después de incontables esfuer- zos pude terminarla . El fruto fue un escrito no mayor (pero tampoco me- nor) de una cuartilla y media. El texto muestra cómo las palabras al parecer nacieron bajo signos dife- rentes porque todas, puestas de uñas las unas contra las otras, van de la dis- Texto un o

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peras italianas. También es un juego,creo yo, porque lasvecinas son italia­nas y los gritos y pleitos se dan en ita­liano para encanto de los comensa­les. Pero, ¿es posible que Gigí hayaalquilado departamentos frente a surestaurante sólo para que se armenestos líos que van romanizando esteviejo trozo de Barrio latino? Pareceincreíble. Pero todo parece increíbley resulta de pronto cierto en el in­comprensible mundo de Gigí en Pa­rís. Hay un mozo (el único francés),por ejemplo, que no participa paranada en losjuegos, gritos y pleitos delos demás mozos. Es un hombre alto,delgado, de pelo blanco, extremada­mente fino y silencioso. Muy serio.Está como fuera de lugar Chez Gigí.Tiene aspecto de millonario y, paraatender a lasmesas, se viste de negro,decimonónicamente, yse ata a lacin­tura un mandil blanco que le llegahasta los pies. lo observé detenida­mente muchas veces, hasta conven­cerme de que en efecto se trataba deun gran señor cuya ruina lo había lle­vado de mozo nada menos que al in­comprensible mundo de Chez Gigí,el que nunca quebrará, el que por finhabía logrado librarme de l malditopesimismo que pesó sobre mi familiadesde ellejanísimo día en que la duratía Herminia, sin ocultar una pérfidasonrisa, le anunció a lasgeneracionesvenideras (aun a aquellas que mar­charon al extranjero) laquiebra de Lado re mi fá.

Pero el mundo de Chez Gigí habríade darme todavía otra sorpresa (y es­toy seguro de que con el tiempo ven­drán más). Hace un par de días, alcruzar la calle, vi estacionarse el au­tomóvil más caro, lujoso y eleganteque he vistoeste año en París. Un mi­llonario me hizo un saludo atentodesde el interior. No podía ser: era elgran señor cuya ruina lo había lleva­do de mozo nada menos que al in-

comprensible mundo de Chez Gigí.Decidí entonces escribir estas pági­nas, a ver si así, poniéndolo en blan- :co y negro, lograba entender algo...

París, agosto 1979

DISPARA­TA'RIO

.'

PORCARLOS ILLESCAS

EN BUSCA DELTEXTO PEROl DO

" Porque esa luzescreadora,asiinismo de soledad."

El Defe nsor . Pedro Salinas

la pintora ludith Gutiérrez me pidióun texto de presentación en el catá­logo a la exposición que montaría.Con el terror que impone una tareade tal naturaleza, puse manos a laobra; después de incontables esfuer­zos pude terminarla . El fruto fue unescrito no mayor (pero tampoco me­nor) de una cuartilla y media.

El texto muestra cómo las palabrasal parecer nacieron bajo signos dife­rentes porque todas, puestas de uñaslas unas contra lasotras, van de ladis-

Texto uno

quio plástico, más aún que p.alabras,I manera secreta de repetir colo­r~ándolo algún sueño perdido e~ ~I

rimer paraíso bajo árboles de tibiafronda, a la orilla de arroyos todo de­cidores.

"Y es que la literatura frente a lapintura es menos estricta. Por dicharazón debe aludírsele. Aquí, comoquedó dicho, el oído mira en ella. Envirtud de magias reverdecidas losojos están hechos al tacto que preca­ve tentalear los motivos de una pin­tura en la cual no falta nada. Son díasdomingo de fiestas coloreadas p~r lacomparación de la fiebre. Descritospor el furor dilatado y pungente deabrazarlos, producimos amor y en­cantamiento mediante los trazos bre­ves los sucesivos; las olas. Y tantaspu~tuaciones de telégrafo emocio­nal. Día domingo y camino llamean­te rútilo hasta agotar el aliento dequienes observamos la pintura de Ju­dith Gutiérrez.

"Canciones tradicionales, frag­mentos de romances, cantilenas quediluyen su energía en el manch~smo.Todo afirmación de las narracionesen las cuales San Jorge y el Dragón,pero asimismo San Mig.uel Arcángelson dilatación de la pupila de Alman­zar observando a la mujer de caderasgenerosas, con la que disputará mi­nutos después -todo será esperar elhecho- la carrera del goce perpe­tuado hasta la embriaguez de mun­dos fornicantes.

" Poesía, eso es. Claro. No literatu­ra. Poesía y transformación, extermi­nio de la letra y exaltación de la pala­bra . Extracción del alma yacente enlas cosas representadas mediante laoración profesada después de apurarjugos benéficos; yerbas maceradas,raíces en profundos despabiladoscercanos a los indios, al mestizo, alcriollo. A la homofagia. Poesía quereitera princesas incaicas y huríesexóticas sometidas a las caricias desanguinarios reyes de Las mil y unanoches.

"Podría, ¿de hecho no ocurre lametamorfosis? el último convertirseen el primero de los paraísos de queguardamos memoria? Amor apre­hendido en la infinitud de la superfi­cie del cuadro en donde matiz y for­mas nombran a los ojos lo que la len­gua modula y enumera como palabrainmensa en la sensualidad dolorosade regresar al mundo."

Continúa el alegato

Después de leído no conforta saber

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que el escrito~ advenedizo .vi~e des­poseído de Ideas y sentlmle~tos,

pero no así de palabras que se dispu­tan unas y otras la primacía de averi­guar a gritos cuál de todas puede os­curecer más el sentido de las cosasque nombra.

A la vista de lo anterior se imponía,pues, la elaboración de o~ro tex~o

que por lo menos se aproximara Sin

torturarse tanto a la pintura de lamagnífica pintora. Entonces imaginéun discurso que sin ser didáctico ca­yese tampoco en el romanticismo.De tal manera sería concebido queno tendría de qué avergonzar al au­tor si incurría en el impresionismo,vale decir en un vanguardismo técni­co como solemos ejecutarlo quienesdesconfiamos de nuestras potenciasde Creación literaria y por dicho mo­tivo nos refugiamos en la factura dearduos versos con objeto de trazarun autorretrato tan ajustado al mo­delo que después nadie y menos no­sotros mismos pueda repetir.

El discurso antididáctico pero in­ducido hacia el impresionismo es elsiguiente.

Texto dos

"la complicidad considerada comonecesidad en la aprehensión del co­lor aplicado en toda su pleni.tud,convida a recuperar la sensualidadperdida en la escritura cromática dela pintora ludith Gutiérrez.

"En efecto, todo conduce al gocepleno en ella porque las ins~ancias

temáticas, más aún recurrencras ob­sesivas terminan después de largorecorrido adentrándose (adentrán­donos) en la sensación de perpetuarun mundo que se insta a sí mismo aser orden de formas magnificadaspor la pasión.

"Todo se produce alejado de la in­terpretación ingenua (naif) de la rea­lidad. Por lo contrario, las metáforasse producen a manera de conjuntos

suscritos por la búsqueda inte lectual;de aquí, pues, que tanto pensa~ie~­

to como vida enlacen el equilibrioperseguido. Puestos en esta vía, elcolor es lenguaje de la luz aprisiona­da y evitada, todo a un tiempo; segúnlos casos. El cromatismo destinado anarrar las medidas de la sensualidadrecobrada, requiere, exige, nuestracomplicidad; más bien totalidad dela simpatía amorosa. Se efectúa elmatrimonio de cuanto poseemoscomo espectadores y asimismo decreadores en continentes recién ini­ciados por la felicidad creadora deJudith.

"Sus islas-continentes devienencomo si fuesen producto de sucesi­vos recuerdos; en planos multiplica­torios y alucinantes los veremos (nosveremos). En efecto, aquí los habi­tantes del Edén nombrando las cosas,allá datos de una infancia avariciosa­mente acumulada; en otro extremo,el amor y su mitología de oniriasis ca­nibalesca. En fin.

"Cabría reconocer en ella quetodo es alimento y síntesis. lo prime­ro expresado por la desnudez, lo se­gundo por tropos de sugestión de lasformas animadas: historias dichasmediante la pormenorización de lominiaturesco compulsivo. Mares, tie­rras, árboles, animales, cosas huma­nas, conllevan el destino de saberevocar evocándose.

"las sugestivas obras adquierencalidad de testimonio. Son orbes enmovimiento, preñados de coloracio­nes rituales mientras traducen lacon­cepción musical de la armonía de laspartes.

"Arte juglaresco, a ratos productode viejas memorias provenientes delsubmundo indígena americano en elmarco de conflictos politeístas. Valgala comparación, redes colmadas a re­ventar con peces vivos mientras laVerde Tierra anima viejos espíritus,testigos de la obra del Sol.

"Manos del Sol sobre la piel de se­res revelados en actitudes oferenteshacia el infinito amor. Pero tambiénel pensamiento se desborda; inferi­do por la brujería deja su improntaen santos colosales en lucha con bes­tias más colosales aún. Aquí se en­frentan el bien y el mal. Afortunada­mente ambos triunfan, por la graciaterrenal de ludith Gutiérrez. Pintoracenital."

Autoabso/ución a fin del alegato

Una vez terminado de redactarlo meabstuve, prudentemente, de leerlo afin de conservar la ilusión de que ha­bía hallado en él la plenitud y la efi­cacia buscadas. Y sin más considera­ciones que podrían despeñarme enla redacción de un nuevo texto: el

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tercero o cuarto o vigésimo, (*), lotomé humildemente, confié sobretodo en los dioses del Popol-Vuh y lohice llegar a manos de Judith Gutié­rrez quien, a estas horas, gozará ya delos elogios merecidos de todos cuan­tos admiran sus dotes de gran artista.

• Que ser ía disparador de muchos, much ísi­mos más, y tantos que sin esfue rzo darían lavue lta al Mundo, no terminando más que en lalocu ra.

LECTURAS

NUEVE TESIS DE LAFILOSOFíA POLÍTICA YSOCIAL EN RECASENSSICHES

POR LUIS J. MOLlNAPINEIRO

Las nueve tesis que presento no pre­tenden ser una acumulación de ideasfilosófico-políticas o sociales entresa­cadas de la obra escrita de Luis Reca­sens Siches, sino la explicación de al­gunos puntos a los cuales dio espe­cial importancia en sus cátedras, con­ferencias y pláticas privadas, duranteel período de 1964-1968, años degran actividad docente y cultural deRecasens Siches, y durante los cualesfui su Asistente en la Facultad de De­recho de la Universidad NacionalAutónoma de México y acompañan­te fraterno en las Universidades deEspaña y Alemania Federal.

Recasens Siches afirma que la liber­tad ha sido y será, mientras la personaesté consciente de su dignidad, e lprincipio rector en la creación de lasconductas y los modos colectivos devida .

Ahora bien, la libertad al igual quetodos los valores, al concretizarse enrealidades sociales, puede presentarconflictos ideológicos y políticosprácticos. Todos somos solidarios enlo relacionado a que la libertad es in­herente a la calidad humana de lapersona individual, sin embargo, notodos pensamos ni sentimos de ma­nera semejante cuando nos propo­nemos aplicar los principios axiológi ­cos a realidades sociales concretas.

En la actualidad parece mentira,señala Recasens Siches, que entre al­gunos grupos el concepto de libertadse encuentre en descrédito, conside­rándose como algo intrascendente ala vida comunitaria, generador deprejuicios ind ividualistas contrarios ala realidad y a los conceptos teóricoscontemporáneos. Por ello, los filóso­fos sociales y políticos deben mostrarque el dilema no está en escoger en ­tre un régimen económico liberal,sino entre un régimen que respete lad ignidad de la persona o uno que laniegue so pretexto de defender valo­res independientes al individuo.

O se acepta que el hombre debeserv ir a las instituciones, tesis totalita­ria; o por el conu ario se considera alhombre como el único ser con finali­dades propias, tesis humanista.

Cada hombre es incanjeable, dife­rente a todos los demás porque tie­ne conciencia de su dignidad, estaunicidad obliga al hombre a hacer supropia vida, a tejer su existencia.Pensamiento que, llevado al planopolítico, genera regímenes que con ­sideran los objetos culturales, uno delos cuales es el Estado, como mediosal servicio del ser humano en el cum-

s u d stino singu] r in-