huneeus. 2001. el régimen de pinochet. cap 1 y 2

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il :¡· i ;, ,. CAPÍTULO I EL RÉGIMEN DE PINOCHET, UNA DICTADURA DESARROLLISTA El régimen de Pinocbet y los "nuevos autoritarismos" en América Latina E1 régimen autoritario chileno no e el único en esos años en América Latina, pero e el que alcanzó mayor estabilidad e im- pacto internacional. Desde el golpe ele Estado de marzo de 1964 en Brasil, que puso fin al Gobierno del Presidente Joao Goulart, y el de marzo ele 1976 en Argentina, que terminó con el Gobierno presidido por Isabel Martínez -la viuda y compañera ele fórmula electoral del general Juan Domingo Perón-, los militares derriba- ron Gobiernos democráticos y establecieron regímenes autorita- rios en la mayoría ele los países de América del Sur.l El caso ele Chile presentó diversas singularidades que lo dis- tinguieron ele las demás experiencias autoritarias de la región. En primer lugar, e o fu�minado por el empleo ele la violencia, particularmente en los primeros años, aplicada por sus servicios ele seguridad, por efectivos militares y por la policía. La muerte, las torturas y el exilio fueron dramáticas realidades que afectaron a miles de personas. El régimen ele Pinochet conservó el carácter ele un Estado policial a lo largo de sus diecisiete aúos ele vida, con un estricto control ele la población y una sistemática persecución cle " las organizaciones opositoras. En segundo lugar, el orden político adquirió una considera- ble estabilidad y se caracterizó por un bajo niv_ �Ld�jgio- ..- -�N··�--� 35

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Page 1: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

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CAPÍTULO I

EL RÉGIMEN DE PINOCHET, UNA DICTADURA DESARROLLISTA

El régimen de Pinocbet y los "nuevos autoritarismos" en América Latina

E1 régimen autoritario chileno no fue el único en esos años en

América Latina, pero fue el que alcanzó mayor estabilidad e im­

pacto internacional. Desde el golpe ele Estado de marzo de 1964

en Brasil, que puso fin al Gobierno del Presidente Joao Goulart, y

el de marzo ele 1976 en Argentina, que terminó con el Gobierno

presidido por Isabel Martínez -la viuda y compañera ele fórmula

electoral del general Juan Domingo Perón-, los militares derriba­

ron Gobiernos democráticos y establecieron regímenes autorita­

rios en la mayoría ele los países de América del Sur.l

El caso ele Chile presentó diversas singularidades que lo dis­

tinguieron ele las demás experiencias autoritarias de la región. En

primer lugar, e�o fu<:�����l1�� �lgminado por el empleo ele la

violencia, particularmente en los primeros años, aplicada por sus

servicios ele seguridad, por efectivos militares y por la policía. La

muerte, las torturas y el exilio fueron dramáticas realidades que

afectaron a miles de personas. El régimen ele Pinochet conservó el

carácter ele un Estado policial a lo largo de sus diecisiete aúos ele

vida, con un estricto control ele la población y una sistemática

persecución cle"las organizaciones opositoras. tÍ

En segundo lugar, el orden político adquirió una considera-

ble estabilidad y se caracterizó por un bajo niv_�Ld�jg;¡Jil.1J.cio-.. --�N··�--�

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Page 2: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

El régimen de Pinochet

r-.,J· n.alización y una alta personalización del p._o� en la figura del �ral Pin�t_. Contó con la participación institucional de Tas Fuerzas Armadas a través de la Junta de Gobierno y de la presen­cia de centenares de oficiales en las principales posiciones de

t autoridad. Los militares fueron apoyados por los grupos de dere­cha, que les brindaron un valioso respaldo político y tecnocrático ocupando múltiples cargos de Gobierno, configurando una am­¡plia y �ida coalición cívico-militar, sin divisiones significativas ni ¡deserciones, a diferencia de lo ocurrido en el Brasil autoritario.

� En tercer lugar, la concentración de la autoridad y el poder en el general Pinochet convirtió a éste en la figura central del

--- � -- --régimen. Las principales decisiones fueron tomadas por él y la

'oriéñtadón general del proceso político se ajustó a sus objetivos '¡:le poder, pudiendo afirmar que "no se movía una hoja" sin su ·:,permiso o conocimiento. Una variedad de factores, analizados posteriormente (cap. III), explican la preeminencia de su figura y l'el poder hablar de régimen "de" Piriochet, así como se alude al Gobierno de Franco como régimen autoritario "del" general Fran­¡cisco Franco en España 0939-75).2 ,\ En cuarto lugar, este régimen autoritario concretó m:_ofll.!1das '..\transformaciones económicas impulsadas por un grupo de tecnó-�··1� ' -- • .....-¡ ¡eraras conocidos como los Q;J.jf;;_ggo boys, modificándose la estruc-l{tura -productiva del país, redefiniéndose las relaciones del Estado 'con la economía y con la sociedad y provocando el despegue de ffstas. No fue una experiencia no democrática que fracasó en su f�estión económica, sino que, por el contrario, obtuvo resultados !1positivos, con el consiguiente costo social y en medio de conside­�·�ables sombras de inhumanidad. �_r�gim!:_'.:___<_:l_�.F.ln.ochet �-la ��pica dictadura desarrollista en la segunda mitad del siglo XX:.3 �l �c�-����ioli6:��1�s!e.§[email protected]�q; �b..osibilitaron eLimpulso ele las reformas económicas de una mane-�,::"·..;:-::-..::: .·--, ........ ��--� ....... _ �···· ... -.. - -���·-·---.-· .. N·----...._. ____ ----e ...... --��----¡¡ra difícil o casi imposible ele implementar en democracia. Chile fftomenzó su modernización económica bajo un régimen autorita­¡;rio, ·10 que dejó profundas huellas en el sistema creado por ésta, �huellas aún manifiestas durante la democracia. �···. En quinto lugar, el régimen de Pinochet no terminó como !�onsecue�i:cle conflictos y divisiones entre los militares, por el

·i::ic:aso de su gestión económica o por una derrota bélica, como la '''e Argentina en 1982 con la Guerra de las Malvinas. Por el contra-

36 l

Capítulo !: El régimen de Pinochet, una dictadura desarro/listct

c., rio, l!e:Bó a su fin dentro de sus propias normas insti��s!gnales establecidas en la Constitución de 1980, después de la derrota del general Pinochet en la contienda electoral ele 1988, y este cambio de régimen siguió una estrategia de reforma y no una ruptura, a

. diferencia de lo ocurrido en Portugal en 1974.4 Esto permite e�li­car la prolongación de algunos de los componentes del auto,Li_ta­rismo durante la nueva democrili:'.ia, entre los que sobresale la

� conhñüíaad del general Pinochet como comandante en jefe del Ejército hasta 1998.

El régimen de Pinochet, surgido en un momento de retrai­miento de la democracia en el mundo y de auge ele los regímenes autoritarios en Europa, Asia y América Latina, se con���:.� .. ���-º l.� influencia de diversas corrienres de pensamiento político, tanto ñacionales como internacionales, como el c�mo . de la España franquista y la doctrina de la s� . 5 La deci­siva influencia de las elites civiles y la vigencia de las ideas políti­cas de diversas vertientes conservadoras permiten considerar el régimen de Pinochet como una ruptura parcial del desarrollo po­lítico, pues mostró una considerable continuidad con ciertas ten­dencias del mismo, especialmente ele áquel propio de la derecha, que retomó tendencias anteriores al golpe de Estado.

Una multiplicidad de factores -no sólo la coerción, el éxito económico y las condiciones personales de Pinochet-6 le propor­cionaron al autoritarismo los poderosos recursos de poder que le permitieron alcanzar una larga vida, por lo que Chile se incorporó recién en 1990 a la "tercera ola de las democratizaciones".7 Tam­bién contó con el respaldo de una considerable parte de la pobla­ción, dispuso de la colaboración de las cúpulas de los partidos tradicionales de la derecha, de los empresarios y ele sus organiza­ciones afines. A diez años de su término, aún es defendido por quienes fueron sus adherentes, sus consecuencias se han dejado sentir durante todos estos años y seguirán afectando al país por un largo tiempo, constituyendo significativos legaclos.8

La sorpresiva detención del general Pinochet en Londres el 16 de octubre de 1998, que duró dieciséis meses, demostró que su figura y su régimen continuaban ocupando la atención internacio­nal como símbolo o paradigma de los atropellos a los derechos humanos y originando divisiones que demuestran que el pasado mantiene su constante influencia.

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Page 3: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

El régünen de Pinochet

Las tres identidades del régimen de Pinochet

Las singularidades del régimen del general Pinochet en compara­ción a las demás dictaduras de América Latina están referidas a tres dimensiones estructurales que, aunque analíticamente distin­tas, están estrecha�ente ligadas entre sí. Enf>primer lugar, al em­pleo de la coerción y la violefl'cia, con la construcción de un .es�1-do policial en el que sobresale la acción de la Dirección de Iñteligeñcia Nacional (DINA), organizada y dirigida durante largos cuatro años por el coronel y luego general, Manuel Contreras. En

tJ'\ls�9.J!IB:ar, a las reformas económicas que transformaron la · estructura productiva, desmantelaron las organizaciones laborales,

debilitaron el nivel asociativo de los chilenos, provocaron un cam­bio de valores en éstos y modificaron las bases de la política.9 Y,

tercer término, a la figura del general PinQé>t, hombre fuerte del régimen que �mplió un rol 5'1��ón entre los compo­nentes anteriorment�-.

Su detención en Londres ha empañado las fronteras existen­tes entre las tres dimensiones, poniendo en primer plano el papel desempeñado por el hoy anciano general. Ello ha conducido a un reduccionismo analítico, que encubre la complejidad de la política de esos años. �!����n­secuencia la invisibilidad· de los componentes políticos del r_égi­rhen. Sus partidarios presentan el programa económico como si

t1 �¡;¡;;�üpün'rrcamente neutra , como algo separado de la e .• s-�:.1· ----- - - -·-· �I t�,; d� legiti�ac1on aer orde� autoritario. Sus detr�ctores, �or ª1 el contrano, consideran a los Chicc¡go boys como tecnocratas solo :¡¡ interesados en objetivos económicos y en servir al gran capital, IO �J. como si no hubieran tenido la voluntad ele alcanzar los objetivos ,,1 políticos definidos por los militares y sus colaboradores civiles, i� especialmente los "gremialistas". Li cgerción y el liderazg?-._.cle �f Pihochet impidieron que las reformas económicas tuvieran efec­�' tos favorables a una democratización del régimen, como ocurrió

· antes en España y Europa del E� __.

La identificación del régimen con la persona de Pinochet dificulta comprender el importante papel desempeñado por los civiles que colaboraron con él en la definición del discurso políti­co y en la arquitectura institucional, como parte de la elite guber­nativa. Es indispensable considerar el rol de sus ministros y más

38

H

Capítulo L El régimen .de Pinochet, una dictadura desttrrolilsta

cercanos colaboradores civiles, como Sergio Fernández, Sergio de

Castro, Hernán Büchi y Jaime Guzmán, y el de numerosos unifor­n1ados, entre los que destacan los generales Sergio Covarrubias, Julio Canessa, Santiago Sinclair y Manuel Contreras.

Estas tres dimensiones estuvieron integradas de manera co­

herente, porque se estableció un régimen político con un bajo nivel de institucionalización, que seprolÜn.&ría de;p-;:;é$·�.9lit: los militares abandonaran el oder or u�--�Lg�Q.�rnlT.i.no.chet �rció un e ectivo liderazgo en �ón. El orden político .:ia cJsn:nocracía nrotegida y autoritaria- fue consag.ra.k\Q�n.1ª".C.ons-

..--- -1

titución de 1980 y tuvo la Q�tensiqn de ser m�alter�������Ga d"ª'.i?_cracia occidental, descalificada por�9-�_l?.iQ.o.2-&u-in­capacidad para "defenderse" de "la amenaza comunista".

-�nemos brevemente cada una de estas identidades.

A . � El régimen ele Pinochet será recordado por su altísimo nivel de violencia. Ésta fue empleada no sólo en su fase inicial o de instau­ración, sino también a lo largo de tocio su desarrollo, especialmen­te o.1ando . consideró amenazada su estabilidad. La coerción se

puso de manifiesto en múltiples ámbitos de la vida cotidiana, dan­

do origen a un Estado policial. Durante mucho tiempo se busca- '

rán explicaciones a las preguntas: "¿por qué fue tan brutal el gol­

pe?";12 ¿por qué fue necesario aplicar la represión, incluso hasta

finales de los años '80?13

La violencia política era inédita en el Chile del siglo XX y se

hizo presente en forma espectacular la mañana del 11 de septiem­

bre de 19?�3. Al bombardeo del palacio presidencial de L.a Moneda

por dos aviones ele la Fuerza Aérea se unió la declaración de uno

de los miembros de la Junta de Gobierno, el comandante en jefe

de la Fuerza Aérea general Gustavo Leigh, de "extirpar el cáncer

marxista" y el establecimiento del "estado ele sitio" a consecuencia

del "estado de guerra interna". Se creó un clima político y .social

de abuso que estimuló el empleo ele la coerción como un compo­nente habitual del estilo de Gobierno.14

Miles ele personas fueron detenidas por las numerosas pa­

trullas militares que irrumpían violentamente en poblaciones, in-

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. El régimen de Pinochet

dustrias y universidades, . tanto en Santiago como en· otras ciuda­des del país , siendo recluidas en regimientos y lugares habilitados especialmente para esos efectos , como por ejemplo, el Estadio

Nacional. Buena parte de los detenidos , hombres y mujeres, fue­ron duramente torturados y muchos de ellos perdieron la vida. En pueblos y localidades rurales los Carabineros cometieron abusos , causando numerosos muertos . 1 5 Los ministros del Gobierno de la

Popular fueron detenidos én la Escuela Militar y luego a una isla en el extremo sur del país , donde funcionaba

campo de concentración controlado por la Marina, teniendo que vivir bajo difíciles condiciones por casi dos años . 16

Aproximadamente cinco mil personas, chilenos y extranje­inmediatamente después del golpe se refugiaron en las emba-

y en otros lugares de protección, o se pusieron bajo el amparo de diversos organismos internacionales . 18 Una cantidad estimada en unas 450.000 personas -incluyendo a los propios afec­tados y a sus familias- debieron exiliarse, ya sea por motivos polí­tieos o económicos. Esta cifra que consignamos se considera más

\ realista que el 10% del total de la población, a esos días, que ·' habría sido afectado por esta situación, de acuerdo a estimaciones ,de algunas organizaciones de derechos humanos . 19

La minuciosa investigación realizada por la Comisión de erdad y Reconciliación (conocida como Comisión Rettig), cons-

iWida por el presidente Patricio Aylwin inmediatamente después ·�iasumi( el cargo el 1 1 de marzo de 1 990 como el primer e IPprtante paso de su política de tratamiento a las violaciones :jlqs derechos humanos , demostró que hubo un total de 2.279

�rsonas nmertas por efectos de la represión o _acciones de vio-'.fftcl<\:.2º Empero , según lo estimado por la Corporación Nacional

i�paración y Reconciliación, creada por la misma Comisión · e'l,.húmero es mayor, llegando a 3 . 197 personas, la cifra

t�tadq a la realidad y sobre la cual trabaja el Est;;ldo en U:!·� las políticas de reivindicación política y económica . wl�Jnit:ld

.�� las muertes se produjeron en 1973, pero

:W1io '11\:imerb de personas que perdieron la vida en los . '™i�fü�§,,"di;:;minuyendo h.iego la cantidad como con­

. secu�.1{$i� cleLalejamiento del general Contreras de la dirección de la Dll'J.¡\.yeLreemplaio de este organismo por la CNI . A partir c!:.el983 s�.Pr()dujo una nueva ola represiva contra la oposición,

40

;..

Capítulo !: El régimen de Pinochet, una dictadura desarrollista

lu�gQ_.de . .gue . ésta ini<:i:lI'1�1:1D;;t. etapa . fle. movilizaciones en .. <=l

��ntexto.de-¡;-grave crisis económica desencadetiada eni982.2 1 ECtotaÍ-d�-��-��tol3perte�i;;-;1��-�las Fuerias-Afmádas, Carabi­neros y Policías ascendió a 173, cifra que 'representa el 5,4% del total de las víctimas .

Cuadro 1-1 Víctimas por violación d e derechos humanos y por violencia política, según año en que ocurrieron los hechos investigados (1973-1990)

Años Violación de Derechos Humanos Violencia Política Total

1973 1.522 301 U:l23 1974 406 15 421

1975 140 10 150 1976 159 5 164

1977 42 2 44

1978 20 1 21

1979 18 4 22 1980 26 1 27 1981 39 5 44 1982 11 3 14

1983 76 18 94

1984 73 17 90 1985 57 22 79 1986 61 6 67

1987 48 3 51

1988 42 6 48 1989 311 3 33

1990 4 1 5 TOTAL 2.774 423 3.197

Fuente: Informe sobre calfficación de víctimas de violaciones de derechos humemos y de violencia política. Santiago: Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, 19�6, cuadro 20.

El perfil sociodemográfico y político de las yíctimas, inclu­yendo a los uniformados muertos en acciones terroristas, demq�s­tra que fueron mayoritariamente jóvenes menores de treinta años, de género masculiqo, predominando entre ellos trabajadores, pe sinos y militantes de los partidos de izquierda y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Esta última agrupación sufrió

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Page 5: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

El régirnen de· Pinochet

·la pérdida de 440 militantes , superando la cifra de bajas del Parti­do Comunista ( 427) , bastante más poderoso en militancia y orga­

lo que da cuenta de la efectividad de la "guerra" en su contra (cuadro I-2). El Partido Socialista, con 482 víctimas, fue la colectividad más afectada, ya que los militares actuaron contra ella

especial energía debido a la política maximalista impulsada éste durante el Gobierno de Allende , que lo llevó incluso a

contactos con marinos proclives a sus postufados .

, Cuadro I-2 Características sociodemográficas y políticas de las JI' víclít�as de violaciones de derechos humanos y de violencia

po tlca Según sexo Femenino

Masculino Nonatos

'' Según edad Menores <le 16

Entre 16 y 30

Entre: 31 y 60

<6ly más

42

191

3.002

4

80

1.941

1.101

53

22

1.418

1.592

19

106 62

272

75

332

1.108

70

9 154 391

173

47

26

338

45

157

6,00%

93,90'X1

0,10%

2,50911

60,70%

34,40%

1!70(%.

0,70%1

44,40% 49,801%

0,60%

3,3()l}{¡

1!9()l}'h

8,509/ii

2,301Y.1

10,40%

34,7(VX1

3,70%

0,30%

4,80%i

12,2()í){¡

5,40%

1,50<X1

0,8()<%

10,60%

1,40%

4,90%

Continúa

Capítulo¡. El régimen de Pinochet, uncl dictadura desarrol/ista

Según vinculación política Partido Socialista 482 15,80%1

Movimiento <le Izquierda Revolucionaria (MIR) 440 13,76'Y.1

Pa1tido Cornunista 427 13,36%

Movimiento de Acción Popular Unitaria 36 1,13l}{¡ (MAPU y MOC)

Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) 22 0,69% Partido Radical 17 0,531X.·

Democracia Cristiana 1 2 0,38% Izquierda Cristiana 7 0,22%

Partido Nacional 4 0,1 3%

Partido ele Izquierda Radical 3 o,o9% Patria y Libe1tad 3 0,09% Paitido por la Democracia 2 o,o6•x, Paitido Socialdemócrata 1 0,03% Unión Demócrata Independiente 1 0,03%

Otros pattidos 16 0,50%

Sin antecedentes 1.724 53,93% TOTAL 3.197 100,00% Fuente: Infomte sobre caf!ficí:lción de. víctimas de violaciones de derechos humemos y de violencia polítfca. Santiago : Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, 1996, cuadro 24 y 25.

La coerción no fue aplicada sólo por iniciativa de los uniforc macias: En "el sector rural se produjeron venganzas llevadas a ca§o .. pordueños de fundos con la colaboración de la policía uni­formada . En Salamanca , Isla de Maipo, Paine , Mulchén, Laja y otros lugares, decenas de personas acusadas de ser agitadores cam�

pesinos o dirigentes sindicales agrarios fueron detenidas por gru­pos de civiles y policías, y posteriormente ejecutadas" . 22

La violencia fue justificada por los militares arguyendo que el país estaba en "guerra" contra el marxismo y denunciando la éxTst�ncia de un "ejército guerrillero" de aproximadamente 14.000 individuos. 23 Este clima se mantuvo no sólo durante la instaura­ción del autoritarismo, · sino también más tarde , especialmente durante la crisis económica de 1982-1984. En esta oportunidad la oposición movilizó a miles de chilenos en acciones de protesta que fueron severamente reprimidas por los militares y Carabine­ros , produciéndose decenas de muertos y centenares de heridos.24

Los partidarios del régimen también respaldaron la "guerra" contra el marxismo, sin prever las horrendas repercusiones ·que

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El régimen de Pinochet

tendría en la vida de muchas personas y en la determinación del perfil del nuevo régimen.

Una de las principales herramientas de esta violen.c:Las:oerci-" tiva fue ün organismo espeCializado en impulsar la "guerra": la púeZd6n de Inteligencia Nacional (DINA), organizada y dirigida hasfa 1977por el entonces coronel (después general) Manuel Contreras . La DINA nació con amplísimas facultades para actuar en el país y en el exterior, llegando incluso a realizar atentados en tres importantes capitales de países amigos, uno de ellos, el que costó la vida a destacadás personalidades chilenas y a una ciuda­dana norteamericana. 25 Volveremos sobre la DINA a lo largo del

. libro, especialmente en los dos capítulos siguientes.26

B. La identidad económica

EJ.régimen de Piµochet también está asociado a las reformas que contribuyeron a superarla gravísima crisis económica existente al mopento del golpe militar, producto de la política del Gobierno tle l:i.Unidad Popular. Las reformas impulsadas alcanzaron impor­t�;tes n:sultadosmacroeconómicos (caída de la inflación, creci­miento, exportaciones, equilibrio fiscal, etc.) y transformaron la estructura productiva del país.27 Estas políticas tuvieron alcances "revolucionarios"28 y produjeron un despegue económico sosteni­c.l?. a partir de 1985 que continuó durante la democracia, con una tasa de crecimiento anual de 7,9% hasta 1997.

Abarcaron un amplio abanico de medidas, desde la elimina­ción de los controles de precios, la apertura comercial a la compe­tencia internacional y el fomento a las exportaciones, hasta un radical proceso de privatización de las empresas públicas e inclu­so de los servicios de salud y previsión social, así como también de los centenares de empresas intervenidas y estatizadas durante el Gobierno de Salvador Allende.29 Estimu laron el surgimiento de . �

-'<?-::::����:·.�:·.:---·,<"'·:-��""""':"� u.f1ª numerosa dinámica clase empresarial,30 y una rÚ)tablé diver-sjfÍcadón d.tlas exportaciQ�S. a es po Itli:as beneficiaron hOSÓlo a Jos empresarios, sino también a amplios sectores de la población que habían sufrido estrecheces e inseguridades durante los últi­mos meses antes del golpe, por lo que además sirvieron para con­quistar su apoyo político.

44

•!

Capítulo L· El régimen de Pinochet, una dictadura desarrollista

Ladictadura de Pinochet fue la única experiencia desarrolii13ta::; del TercerMundo, sólo comparable en esto con el r�gimen 4�r. '.}� generárFranco en España,31 que transformó con mano de hierro :fl un país, predominantemente agrícola, en la décima potencia in�-, i[! dustrial del mundo.

. :·fi �as reformas económicas fueron impulsadas en un contexto . . '/¡r

autoritario que las imoreimó en °Qran medida especialmenr.e...dibi- . r•

o a �ciertos componentes de clientelismo y patronazgo, que se hicieron particularmente visibles en las privatizaciones. Ellas no fueron neutrales, sino que estuvieron guiadas por intereses políti­cos, de manera tal que _la economía estuvo snbordjnada a la p()lí� tica y no ésta a aql,lélla, como sostuvieron antes los partidarios de la teoría de la dependencia.32

§1 prqgrama económico se . inspiró en idea? neoli9erales ·y fue aplicado por un amplio grupo de profesionales conocidos. cgmo 19s G_hicago boys.33 ?u objetivo final era alca,nzar el desarrollo pa.ra legitimar mediante el rendimiento el orden político que se estaba

. . . -�---.,._..-�

construyepdo, la democracia protegida y autoritaria, impulsando el programa económico con persistencia y rigidez, exhibiéndolos con gran publicidad como exitoso, aunque manipulando a1gunos de sus indicadores.34

El pensamiento neoliberal influyó en la acción gubernativa, como una ideología, aplicándose a diversos sectores económicos del país.35 Todo fue explicado a través de sus ideas. La política fue sometida a las reglas del mercado, al que·se le atribuía una capa� ·

cidad ilimitada para asignar los recursos; el ciudadano fue reduci­do a la condición de un consumidor guiado por las apariencias; las instituciones políticas fueron consideradas entidades�mic ,--éas, en las que sólo contaba la "eficiencia" y la rentabilidad. Hubo .,...-- , un rechazo al papel del Estado, al que quiso. verse alejado de la_ economía en términos tales que esta filosofía neoliberal parecía confundirse con una especie de anarquismo, imaginando una so­ciedad sin Estado .

Esta visión i_deológica del neo liberalismo permitió· que sus

ideas se aplicaran en los más variados ámbitos, incluyendo la cul­tura, sirviendo de fundamento a una nueva política de educación

·superior. También inspiró el marco institucional de los grupos de interés, traducido en la afiliación voluntaria a los colegios profec sionales y en la eliminación del control ético de sus miembros por

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El régin:1en de Pinochet

parte del correspondiente colegio y se aplicó a la política urbana, eliminándose las normas que regulaban el uso del espacio territo­rial. Las reformas económicas y la coerción no eran dos mundos opuestos, sino caras de una misma moneda. Hubo un "estado dual",36 en que cada una de estas dos facetas respondió a distintas racionalidades: la racionalidad económica y la racionalidad políti­

ca. �a raci.?��Jiilll�ómica privilegió la eficiencia, el lucro �2-presariary la libertad económica, si'?ipreocuparse por sus costos süciaTes;Ii'.�acionalidac;I política canceló 1¡s;;rac1es�_yir-. tió los derechos humanos en bienes subordinados a los intereses pülii:ic';;Yj�stificó el em12leo de la violencia. ---

Las reformas económicas y la modernización parcial

No es ind iferente el contexto político en que se realiza la trans­formación económica, pues éste influye en su contenido, en la forma de implementación y en sus principales beneficiarios. No . es lo mismo una modernización en democracia, que aquella que se hace en un régimen autoritario, como fue la experiencia de Chile.37 Por este motivo, en términos conceptuales, corres­ponde a lo que se llama modelo prusiano al desarrollo, formu­lado a la luz de otras experiencias de modernización económi­ca realizadas en contextos no-democráticos, como el caso ele Alemania, con su tardía industrialización, "brusca y aceleracla"38 y el ele la España del régimen autoritario del general Francisco Franco.39

E�ste tipo de modernización económ�a, �!exJs? autoritariojmpone condiciones gue si bien es cierto favorecen er cam6io de-ciertas part� del sistema económico, determüí.m c-;nsiclerables limitaciones en otras áreas de éste. La concentra:-··.:. .

ción de la autoridad y el poder en el jefe de Estado, carácterístico ele este tipo de régimen -y que lo distingue de la democracia­también tiene consecuencias en el sistema económico, entre otras, provocar una �enor se12aración entre los i�ereses púb!J.;..­cos y privados. Esto trae como resultado que surjan espacios para �es d�ri.i;.!.,Lllator�s en favor de individuos y gru­pos participantes del poder o con acceso privilegiado a éste. Se

46

v

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··!.:: ·v

.,

. Capítulo L El régimen de Pinochet, una dictadura desarroliista

establecen condiciones muy favorables para que altos funci.o­narios y colaboradores ha an uso en su . ro io beMfi;.i.Q g_e i'ñiórmación privi egiada. La centralización del poder e)Cplica que en los reg1menes aÜtoritarios no exista en términos est�ic­tos la corrupción, pero sí abusos de enormes. dimensiones, que reciben el calificativo de corruptos cuando ocurren en una de­mocracia.40

Por estos motivos, las moderni�toritarias son p�r­ciales, sin afectar al conjunto de la economía y a la totalidad del sistema social; solamente cambian ciertas zonas de la instituci_o­nalidad económica y social i��nfieneñ Otras conserVándolas como lradici¿nales o semimodernas.41 Este tipo de modernización co1�1-� los c�,..,6..,.io-s'""·-y.,...· ;'"la-s-:--inseguridades provocadas por las refor� mas a través de un sistema político que restringe las libertades públicas y .utiliza componentes tradicionales en la est.r.lL<::t�s:!e autoridad, incentivando el nacionalismo y recurriendo incll!.§_Q.JLla

religión. Si los empresarios consiguen enormes ventajas, los traba--------

j�dores y los sindicatos son perjudicados, excluyéndoselos del sis-tema político, penalizándolos indirectamente a través de una inte­gración negativa, lo que beneficia aún más la situación de poder de los pr�meros.42

En el caso de Prusia, la modernización impúlsada por· Bismarck y las convulsiones producidas por la industrialización acelerada e intensa, favoreció el desarrollo de las grandes indus- ·

trias, las quy fueron neutralizadas gracias a la estabilidad propor­cionada por la conservación de la estructura latifundista de los junkers y la primacía de los sectores conservadores y aristocráti­cos en la administración pública y en el Ejército, y por el empleo de ciertas políticas económicas.43 Como resultado de ello, se dio la posibilidad de que "los medios modernos fueron empleados par- !

cial o plenamente para imponer los objetivos tradicionales y, a la. inversa, determinados elementos de la tradición fueron útiles para alcanzar objetivos modernos". 44

La modernización económica de los Chicago boys fue par-�---···-·-· cial, produciendo avances en algunas partes, mientras que en

orr·as hubo situaciones de atraso. Por ejemplo, la política laboral privilegió la posición de los empresarios"y perjudicó a los sindi-. catos con el propósito d e evitar que tuvieran un activo protagonismo en su campo y a nivel de la política nacional.45 El

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¡ ·.1

El régimen de Pinochet

fortalecimiento de los empresarios privilegió a los grandes, en desmedro de los medianos y pequeños y no consideró institucio­nes reguladoras que= hubieran protegido al consumidor. La es­tructura económica_ tendió hacia fa concentración en conglome­

. rn.clos que aún controlán los principales sectores de la economía, como los bancos, la prensa, las AFP, entre otros. Como se des­atendió el establecimiento de marcos regulatorios, el poder eco­nómico de éstos fue muy superior, complicando aún· más las relaciones entre el sistema económico y el político. Hubo una visión tradicional en el aprovechamiento de los recursos natura­les, por lo cual ns> estuvo presente la protecciqn al medio.am­�Q!�.11t�:. En términos sociales se descuido los estratos bajos, que vieron afectados sus niveles de vida porque las políticas de esta-b,.'"'".,, "'· - .. ,, '" ,.._ .

bilización se hicieron a costa de disminuir los recursos destina� qq�� educación, salud y vivienda. Una modernización mostrada como exitosa, como el sistema de pensiones, también tuvo im­portantes debilidades que requirieron considerables cambios . Estas flaquezas provinieron de algunas deficientias organizativas, como el alto costo de administración, 46 y también de limitaciones es­tructurales provenientes de su marcado sesgo hacia los trabaja­dores de ingresos medios y altos, su prejuicio en contra de las mujeres y el altísimo costo que representa para el Estado, que se hace cargo, entre otras responsabilidades, de las pensiones míni­mas. 47 Los com onen tradicionales de decisión tuvieron como ..,..._, __ �_ ... _

·--�---·----,,. � ...... consecuencia el establecimiento e relaciones de clientelismo y ,.,.--,... ..... patronazgo, que se hicieron especialmente visibles en las � privatizaciones, las que permitieron el beneficio personal de al.'." tos ejecutivos de las empresas públicas y de asesores o colabora­dores del Gobierno.

Esta modernización parcial produjo un desarrollo institucional con profundos desequilibrios, con partes modernas y otras premodernas o tradicionales, que provocaron profundos desajus­tes que se pusieron de manifiesto en la democracia.48 La .continui-.... �-·-... � ......... ,.,, __ dad de las reformas económicas en el contexto democrático tuvo comoCOnSeéüeñclaünarartaáeCongrueñCia eñtie"l_íii"-�i;t��-;·;��­rfó� ae componentes autorfta¡¡¿;;��-;�;-��-;;��;.-

-·---� ---- �·--·..,-���--·---···-�·---,··��···"--··-... ---�� rio democrat1coqüé apunta a pertecc�<;?nar sus instituciones y pro-cesoS, lo . cual es la fuente de import<1;n.t_;¡·:limit�ciilli���=d; l.ii crem.ae:r��i-��-¡y----

-.._ ........ . _�--·

48

Capítulo !: El régimen de Pinochet, una dictadura desarro/lista

Efectos no buscados por la modernización económica. La tesis de la "revolución liberal" de Pinocbet

El éxito económico del régimen militar ha llevado a sus partidarios .

a tener una visión idealista de su pglítica.econópüca. Se arg1Jp:iéjn-.

ta que ésta tuvo desde un comienzo el propósito de establecer las ·

bases de la democracia, por lo que constituyó una "revolución '

. , I· i.·

liberal", de la cual surgió "un nuevo Chile, notoriamente más esta-

ble y democrático que el de las décadas anteriores a 1973".50 Ha­

bría sido una revolución pionera en el mundo, que habría servtdo

de impulso a las reformas· económicas que se implementaron 'en

los países desarrollados en los años '80, para superar las debilida­des del Estado benefactor establecido después de la II Guerra

Mundial, dominado por políticas "socialistas". Las políticas ecrnió­micas de Pinochet habrían contribuido a la implantación de "fór­mulas de libertad no discriminatorias, que parecían existir sólo en

los textos de estudio, en islas remotas como Hong Kong o en

naciones como Gran Bretaña y Estados Unidos, donde se fueron abandonando por la influencia del socialismo". 51

Esta visión del autoritarismo busca resaltar la cara racional del régimen y dejar en un segundo plano la irracionalidad coerci­

tiva. En primer lugar, incurre en una falacia retrospectiva , pues el ·

objetivo del régimen de f'.inochet no fue el restablecimiento de la '" ,.. ----:---''-:-":-·--::---'-'-o-·-'-------'-�-: dCmocraciapluralista, descalificada sistemáticamente por tener fallas estructurales para enfrentar la "amenaza comunista';:Siñüqüese

¡5fé)p'üSci la instauración de .. un orden político muy disÚ-;rt(),_Ía_d�­

fñocrac1a prote�át�: . Por este niotivo rio corresponde icÍentifiCar fiSi'.eformas éconórnicas del régimen de Pinochet con las refor­

mas políticas que se desarrollaron durante el siglo XIX, con la revolución industrial y que llevaron a la democratización del su­

fragio y al establecimiento de la democracia en Europa . 52

En segundo lugar, no se pueden poner en el mismo plano las reformas económicas �-;-err democracia con la;i�;.­das porcl--régimen autoritario. Las profundas diferencias instifliCíollafes y éticas existentes entre a111bas formas de Gobierno invalidan esta comparación. En las dictaduras, el principal compo� nente institucional, que impregna todo el orden político, es la centralización de la autoridad y el poder en el Jefe del Estado y sus principales colaboradores. Esto tiene importantes consecuen-

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i

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El régirn.en de Pinocbet

cias, ya que la autoridad económica ostenta un poder sin contra­peso que genera una espiral ele discriminaciones y beneficios en favor ele sus titulares y ele aquellos empresarios que están más cerca de ellos . Además, las separaciones institucionales existentes entre los intereses públicos y privados, permiten que los altos funcionarios públicos asignen beneficios discrecionalmente , dan­do espacio para el establecimiento de relaciones de· patronazgo y dientel ismo económico. Por este motivo, no existe -��':!,jg)glggd :_�����E-te��o autoritario--;:;-;; sus particlariqs tienen un acceso p rivilegiado a la autoridad que les permite dis­poner de información interna sobre decisiones económicas de _gran relevancia , mientras qut; otros son excluidos. En democracia, la

..___, _______ , ...... .,......,...--------autoncrao está distribuida entre distintos órganos de . poder y el ��reacio exige que haya igualdad de participación, existiendo fuer­

tes exigencias políticas y éticas para asegurar su cumplimiento, y mecanismos en contra de abusos o excesos cometidos por los funcionarios públicos.53

Qe ahí que en apariencia las reformas económicas del auto­ritarismo pueden ser similares a las impulsadas en democracias pluralistas como las del Gobierno conservador de Margaret Thatcher 'en Gran Bretaña'i4 o las que aplicó el Presidente Carlos Menem en

Argentina bajo la conducción del ministro ele Economía Domin­Cavallo,55 Sin embargo, ellas tienen profundas diferencias a raíz

de los distintos escenarios en que se efectúan, distintos estilos decisorios y una finalidad política diferente . %

E n tercer lugar, los partid�rios d e la tesis de la "revolució11 liberal" confunden los objetivos 'buscados por el equipo económi­co -l:i legitimación por el rendimiento de la democracia pmtegida

con los efectos no buscados; es decir, aquellos que se logran involuntariamente como consecuencia de -�us políticas y que pueden tener un carác�er enteramente distinto a los objetivos iniciales que se propuso la autoridad. Ev-��¿l régimen �het tuvo :orno efecto no. b1::1_�

:��J.-ª..��­

nom1ca que ayudo a Ja democratizac1_?E.-<;i�a1s . Existe una am­plia· bi 1ogra ia que analiza os efectos no buscados de las políti­cas impulsadas por las dictaduras que es conveniente recordar en esta oportunidad para poner en su debida dimensión la · gestión económica del régimen de Pinochet . 57 Los estudios más ilu¡ni­nadores se han hecho respecto al régimen ele Hitler. El historiador

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t.{

Capítulo L El régimen de Pinocbet, · una dictadura desan·ol/ista

británico David Schoenbaum argumentó que el régimen totalitario produjo una "revolución social" , que cambió para siempre la es­tructura social de Alemania, facilitando el establecimiento ele la democracia después de 1 945 . "8 Esta revolución social no fue he­cha con el fin de instaurar la democracia , sino precisamente para conseguir el objetivo contrario: construir un Estado totalitario;¡

Esta tesis fue ampliada por el sociólogo Ralf Dahrendqrf, en u n notable estudio sobre la democracia en Alemania , . en que sos­tuvo que Hitler, al buscar el poder total , tuvo que destruir ' las lealtades regionales, religiosas , políticas, sociales e incluso familiac res, y politizar la sociedad por la ideología y el partido totalitario, todo lo cual produjo una modernización social ele tal alcance qµe el "contenido ele la revolución fue la modernidad" .59 De ahí que el régimen nazi abrió nuevas oportunidades de movilidad social que permitieron a los hijos de obreros o de las clases medias llegar a

ser altos dirigentes del partido nazi, el NSDAP, sin tener que pertec necer a la aristocracia , la clase social que dominó la administra� ción pública y el Ejército durante _el Imperio y la República ele Weimar (1918-1933).

En cuarto lugar, las reformas económicas no tienen sólo efecc tos positivos , sino también consecuencias negativas , ignoradas por los partidarios de la "revolución liberal" . El contexto autoritario · prodl!ͺ importantes distorsiones institucionales que afectaron los valores y actitudes de las elites que lo apoyaban, especialmente las de los empresarios, hecho que se puso de manifiesto con toda su negatividad en la democracia . L�,.P.9F1�S?: .. �S9.!l.Ó111.is:.!ü!1flm:.Q. en la f9rmación de un estilo empre�arial acostumbrado . � Las. r.�..zl_ ?,S �-- .:_ ,, ·- - - ··-----·"·-·--" '"' ' ' - '"' ' " " ' '" ' "

- - · " ........ d�L�1::!.�ütaris.mo; es decir, ª -��n _plu���lli>_r_no limitado y_�:.,.J-ª._exc=luc , �9!:..E9lillsl, ��!;!_�ip��5?P c�.� .. �<.?-�E .. ª-º.\lüillgre�,SQ!1.Jlna a uJo!:i-dad económica abierta a atender. �emanclas corporativas. Esta fotrñáCión 19,s condµJo, en definitiva, a tener u na a.ctitud de iQ�<­modidqd y_ hasta de suspicacia respect'O' 'd�-¡;democracia . Los �....__.,.- . .

·- . . ' - � ..... -----.. .. ---...:.___...._..-�·�-empresarios estaban acostumbrados a actuar sin sindicatos; que ha marcado su comportamiento político hasta esta fecha. Este impacto negativo en el empresariado chileno también se dio otros casos de modernización económica bajo regímenes autorita­rios , como en la Alemania del Imperio, cuyo empresariado confió de la democracia cuando ésta se instauró en 19 18 , por una oposición permanente a su desarrollo.60

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El régimen de Pinochet

El éxito de las reformas económicas en Chile no se explica sin el contexto autoritario . Éste le permitió a los Chicago · boys impulsar el programa económico con decisión y coherencia , sin tener que enfrentar a una oposición que, en democracia , hubiese combatido sus medidas desde los sindicatos , el Parlamento y la prensa .61

C. · La identidad personal: el general Augusto Pinochet

El autoritarismo también está asociado a la persona del general A.:;Jgusto Pinocbetquien, como hemos dichó, ejerció la jefatura de Estadoyla dirección del Ejército . Esto constituye una singularidad dentro de las dictaduras latinoamericanas, pues en otros casos, como en el de Argentina y Brasil , el Presidente no mantuvo la dirección directa del Ejército .62 Pinochet, además, fue miempro de la Junta de Gobierno hasta 1980, de manera que ejerció una in­fluencia determinante en la formación de las leyes, ya que el po­'der legislativo estaba depositado en sus cuatro miembros , esto es, los comandantes en jefe de las FF.AA. y el general director de Carabineros . 63

El régimen autoritario no se explica sin tomar en cuenta el rol desempeñado por el general Pinochet . Su importancia se basa en el hecho de que .S.Y.m.J?lió"�d;ble función de carácter

64 F�ef<:: de Estado, de Gobierno ��l ejerc iendo cada uno de sus. cargos con celosa s imulta­

consciente de que- la principal base. de su autoridad era la legitimidad derivada de su condición de ser el superior jerár­quico de la rama más importante y poderosa de las Fuerzas · Armadas . También fue el QUS:.�ue unió las dos caras opues­tils del régimen auü;;itario esto es, la irracionalidad coercitiva y la racionalida económica, siendo al mismo tiempo e s pe­

' rTc;;' directo del generalContreras y de los Chicago boys. 65 P inochet fue el líder indiscutido de la coalición gobernante , cumpliendo un rol de integración de Jos distintos grupos de poder que participaron en cargos de Gobierno o lo apoyaron desde fuera de la administración, desde un Pablo Rodríguez , organ izador en 1970 del movimiento de extrema derecha Pa­tria y Libertad, responsable y ejecutor de graves actos de vio-

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Capítulo 1· El régimen de Pinochet, una dictadura desarrollista

!encía po lítica durante el Gobierno de la Unidad Popular, hasta distingu idos parlamentarios procedentes del Partido Conserva­dor, como Sergio Diez y Francisco Bulnes S. También se pre­ocupó de conseguir la adhesión de gran parte de la población, la que fue convencida por su discurso simple y directo, y qµe toleró el empleo de la violencia contra sus adversarios .66 Cuan­do los regímenes comunistas colapsaban en los años '80 debi� do a su fracaso económico y a su parálisis decisoria , el régimen autoritario en Chile gozaba de gran fortaleza y tenía suficie9te energía como para pretender prolongarse durante los '90 coü P inochet como candidato a la reelección como Presidente P?r un período de ocho años. Su sorpresiva derrota en el plebiscito de 1988 precipitó el fin del régimen autoritario y abrió paso al cambio de régimen .

�u lenguaje agresivo en contra de la oposición -"estamos en

guerra , señores"- fue determinante para mantener el dima béHco en el país durante esos años. Pinochet no fue capaz de cambiar su estilo político cuando eLrégimen estaba consolidado y se disponía a disfrutar de los logros de las reformas económicas . Siguió apega� do al estilo confrontacional y agresivo de los primeros días y res­paldó las a.cciones de lá bINA y la CNI, protegiendo al general Manuel Corttreras hasta su condena por la Corte Suprema en 1995 ,

por su responsabilidad e n el asesinato d e Orlando Letelier. Este apoyo le ha significado un altísimo costo político, poniéndolo como responsable de cada una de las atrocidades cometidas por los agentes de aquel organismo, lo que explica su detención en Lon� dres.

Sin embargo, no se puede reducir el análisis del régimen

autoritario al papel del general Pinochet. Hacer eso implica una simplificación de la complejidad de su sistema político, con · sus ·

múltiples órganos de poder e. influencia y su variedad de fuentes de legitimación. Significaría incurrir en un reduccionismo para ana- · lizar el sistema decisorio, el que éste sólo girara en torno a su persona , pues con ello el estudio del régimen se reduciría al exa­men del "pinochetismo" . Ésta es una opción metodológica equi- '

vacada, aplicada antes al estudio de otros regímenes no-democrá­ticos y abandonada en la actualidad precisamente porque no : permite conocer la complejidad institucional y de · intereses que tienen dichos regímenes .67

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Page 11: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

El régin1en de Pinochet

Dictaduras desarrollistas: el régimen de Fran.co ·en Espaiia y el de Pinochet en Chile

·

Decíamos que la excepcionalidad del régimen de Pinochet en su desempeño económico sólo es comparable ·ª la del régün'en de Franco en España,68 la única dictadura surgida en la época de los fascismos que alcanzó éxito económico y pudo sacar al país de su condición predominantemente agrícola y semi-industrial para con­vertirlo en la décima economía del mundo, modernizando al mis-mo tiempo SI..\ sociedad. También en España el (égimen autoritario está asociado al dictador, quien permaneció en el cargo durante toda su vida . En ambos países la modernización económica se hizo bajo el autoritarismo, constituyéndose en ejemplos de lo qu e se ha dado en llamar la modernización prusiana, un camino distin­to al transitado por ��·s en lo;que es�ceso ocurre en un contexto de libertades públicas y�tado de derecho. En la España de Franco y en el ChiJe·ne 'fii��chet también hubo un destacado nrotagonismo de, . .Jos tecnócratas del equipo económico, quienes !;;.·---� formularon un/programa alternativo e impulsaron su aplicación. Sin e.mbargo, hubo considerables diferencias que conviene consi­derar. A partir del cambio de gabinete de 1957, el régimen español impulsó un "plan de estabilización" bajo la dirección de un grupo ' de "tecnócratas" , que tuvo por objeto l iberalizar su economía .69 Si bien · es cierto que este programa está asociado a los ministros económicos ,70 fue el resultado del trabajo de un amplio grupo de economistas que consideraban que la apertura ele la economía era el único camino para romper el estancamiento producido por la política autárquica adoptada después del fin de la guerra civil . Esta nueva política promovió la libertad de comercio, la disciplina

· �onetaria, claridad financiera para las inversiones públicas y "pro­ponían una economía capitalista de mercado como alternativa a un inE,�rvencionismo que creían definitivamente agotado" .71 Hl!bo importantes diferencias políticas entre el equipo eco­nómico de la dictadura chilena y el de la española. En Chile, el . p rograma económico li�dor fue asumido desdé'T.íñ· Z�n-!P'*ir· · • · ' - , ;- • ,., - _ ........-... -·· ---

i_::>yor ��::_:_vos g��!}����s.2!:i�L:;1.p_oyo ��elido �el .. �E!!��ie.?o . Fue la única propuesta dominante , sin que existie­ran alternativas . La grave crisis económica que afectaba al país al

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Capítulo 1· El régimen de Pinocbet, una dictadum desarro!listt.t

momento del golpe de Estado creó un . consenso en los nuevos detentadores del poder en cuanto a impulsar una profunda refor­

. ma económica bajo la inspiración monetarista . En España , por el contrario, se trató de un programa que

tuvo qu�- imponerse en contra de la política oficial -que habí;1 promovido un activo rol del Estado en la economía-, y que ep­

Tréritó la oposición de sectores de la Falange72 y la crítica ele IÓ.s altos ejecutivos de las empresas públicas, principalmente clesc1e :e.l Institúto Nacfonal de industrias (INI) .73 Tampoco gozó ele coriserl.� so entre los empresarios , quienes reaccionaron con enormerece.lo y desconfianú, con excepción de los catalanes .74

Enseguida, la propuesta de los tecnócratas españoles no .tuvo el sesgo ideológico de losChicago boys, que llevó a estos últimos a un fuerte antiestatismo , descuidando el establecimiento de órga­nos regulatorios y disposiciones que evitaran los abusos del libre juego del mercado . �l}ik_ no se modernizó la a<j�ión �11?.!!�:�.,, !9 ... 9��j�g!sfilu¡ue se estruc_turara una instituciona1 idad sólida para apoyar la marcha de las reformas y prevenir los �Jk tuales problemas . Eri España, los "tecnócratas" impulsaron la ges-·------

tión reformista , con un fuerte sentido profesional, pudiendo con-

tar con el respaldo de la comunidad académica , que les hizo valorar la relevante función del Estado como apoyo a la gestión privada y como regulador de la actividad económica . De ahí que en la Espa­ña de Franco se buscó no sólo el fortalecimiento del sector priva e

do, sino también la modernización de la administración delEsta­do. Es por eso ql!.e la experiencia de la modernización económica de España está asociada tanto a los ministros de Hacienda e Indus­trias , Ullastres y Navarro Rubio, como a la labor desarrollada por el catedrático de derecho administrativo, Laureano López Rodó .75 Ésta fue otra de las expresiones de la parcialidad de la moderniza­ción económica del autoritarismo chileno, que ha sido el origen de importantes l imitaciones del sistema económico y político du­rante la' democracia .

En tercer lugar, los tecnócratas en España fueron un grupo , de profesionales políticamente heterogéneo, que se desempeñó en un espacio institucional definido -los ministerios económLcbs-, sin intervenir en otros ámbitos deja política pública, en los que otras "familias" o grupos de ,poder controlaban los ministerios o

agencias del Estado .76 El hecho de q\1e el régimen de Franco

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El régimen de Pinochet

ra un alto grado de institucionalización, con distintos órganos de poder, incluyendo un partido político , el Movimiento-Organiza­ción y un Parlamento -Las C<?rtes- , hizo que el equipo económico se concentrara en su propia esfera institucional. En Chile , por el contrario , se trató de un grupo técnica y políticamente homogé­neo, formado por partidarios del autoritarismo identificados políti­camente con los sectores de la derecha , espec ialmente "el gremialismo" . Además hubo un orden político con un bajo nivel de institucionalización que otorgó al equipo económico una enor­me libertad para actuar y para imponer sus decisiones sin interfe­

. rendas de otros órganos de poder.77 En Chile , los tecnócratas tu-vieron un considerable protagonismo político, como lo demuestra y ejemplifica la candidatura presidencial del ex ministro de Ha­cienda, Hernán Büchi en las primeras elecciones de 1�·

Distintas aproximaciones al análisis del régimen de Pinocbet

El régimen de Pinochet puede ser examinado a través de diferen- . tes estrategias de . investigación. El . primer lugar, puede ser · visto como un régimen militar, lo que es plausible debido al protagonismo '-'"'···�.----._..-del general Pinochet y a que los militares ocuparon num�rosas e importantes posiciones de autoridad .

También puéde ser examinado mediante un análisis . situado a nivel del Estado y de la economía , recurriendo a las ideas de Guillermo O'Donnell sobre el '.'..Estado burocrático-aut;gtil:ario", lo -----que se justificaría porque el régimen áutoritario impulsó una trans-formación radical económica , buscando redefinir las relaciones entre el Estado y la sociedad .78 Ésta es un estrategia de investiga­ción que consideramos poco adecuada para enfrentar el objeto de nuestro estudio, porque se preocupa preferentemente de conside­rar el impacto de los aspectos económicos, mientras que nosotros privilegiamos la influencia de los factores políticos, incluso en la economía.

Una tercera estrategia de investigación sería examinar el sis­tema político, analizando las estructuras de poder, las elites , la legitimación del orden político y sus policies, incluyendo la políti­ca económica . Siguiendo el concepto de régimen autoritario for­mulado por el sociólogo español Juan Linz, consideramos que

56

l

Capítulo !: El régimen de Pinocbet, uru1 dictadura desarrol/ista

éste es el enfoque más conveniente y es el que seguiremos eh este

libro. Hagamos un breve comentario sobre las otras dos alternati�

vas, para delinear con mayor precisión nuestra aproximación al análisis del régimen autoritario y a apreciar las ventajas del mode� lo desarrollado por Linz.

Antes de examinar el enfoque de Linz , creemos útil despejar nuestras críticas al enfoque centrado en el carácter militar deFrégi­men de P inochet .

Un régimen militar

,gl ªfi1plio componente castrerise del régimen de Pinochet justifica­ría emplear una estrategia de investigación que lo analice como

�Ún �aso de régimen militar. El poder legislativo radicó en la Junta de Gobierno , integrada por los comandantes en jefe de las tres

ramas de las FF.AA. y por el general director de Carabineros. Los militares ocuparon- numerosos mini:>t�xios, desck . .rl de_J2efu���' .

§�-carterª� muy gJejad1!$�d�: �y . actividad j?;clesional , _c:;�a-

1�.0bras PúhHcas. Además, estuvieron presentes en otros mi­nisterios a través de subsecretarios, como Hadenda y Economía . Los uniformados se hicieron cargo de la estructura vertical del Estado como intendentes de · las regiones y gobernadores · de las

provincias . Incluso fueron nombrados rectores de las universid;1-des y, en los primeros años� oficiales en retiro fueron embajadores en numerosos países , como .EE .UU. y Gran Bretaña .

El régimen instaurado e n Chile en 1973 n o fue l a excepción en la América Latina de esos años .79 La coreografía poFtica en la región había cambiado drasticamente en esa época . Los presiden­

. tes eran generales de Ejército , desde Castello Branca en el Brasil (1964) , Barrientos en Bolivia (1 964), Juan Carlos Onganía en Ar­gentina (1966) , Jorge Videla, una década después , y Velasco Alvarado en el Perú (1968) .8° Como lo destacó Rouquié, "en 1975, más de la mitad de la población total del continente vive en Esta­dos cuya administración se encuentra a cargo de regímenes milita�

res, o cori predominio militar. En América del Sur, seis naciones, que representan los cuatro quintos del territorio , tienen como pre­

sidentes a oficiales que lograron el poder merced a sus pares y a un "feliz" golpe de Estado" .81 El ejemplo más ilustrativo de esa

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El régitnen de Pinochet

tendencia lo constituyó Argentina, dominada por una hegemonía militar desde 1 930 hasta la derrota de sus Fuerzas Armadas en las Malvinas en abril de 1 982 :

Desde 1930, ningún Presidente constitucional, su1:r�ido efe. eleccio­nes libres, sin presión ni veto de! Ejército, y en el marco de una sucesión normal, completó su mandato de seis ai'ios. La duración media de las I"residencias, entre 1930 y 1971, es de dos afias y seis meses, y de dos años y cuatro meses desde 1955. Esta inestabilidad crónica es igualada solamente por la propensión de los militares a instalarse en la Casa Rosada, sede de la Presidencia: Sobre los dieciséis presidentes que conoció la Argentina desde 1930, once eran militares. Gobernaron el país veintiocho años sobre cuaren­ta y dos. Sólo dos Presidentes "electos " conservaron el poder hasta el término de su mandato legal de seis afias: ambos eran generales y probablemente jamás habrían sido llevados al poder sin que un , oportuno golpe de &tado no hubiera abierto un paréntesis que les · permitiera llegar a la más alta magistratura en forma legal, pero con apoyo decisivo del Ejército . Además, de los dieciséis presiden­tes, diez lo fueron defacto; alcanzaron el poder por decisión mili­tar sin co11sagración electoral alguna.82

Alfred Stepan explicó acertadamente las singularidades de los regímenes castrenses surgidos a partir del golpe de Estado de 1964 en Brasil , en que los militares tomaron el poder de otra for­ma , por . decisión corporativa , y lo ejercieron de una manera institucional , de acuerdo a una nueva visión de su rol profesional , que fue llamado por él como un "nuevo militarismQ" .83 Éste se diferenciaba del "viejo militarismo'' , surgido de golpes de Estado, pacíficos en su realización, en los que el Presidente era sacado en forma discreta del palacio presidencial y enviado a otro lugar del país o al extranjero, pudiendo continuar su carrera política que lo podría condÚcir nuevamente a la Presidencia , corno lo hizo]osé María Velasco !barra en el Ecuador en varias oportunidades . La intervención de los militares en política respondía más bien a ini­ciativas individuales de un general o coronel, quien era acompa­ñado por un puñado de militares, estableciendo una dictadura personalizada e inestable .84

El nuevo carácter de la participación 12olítica de los militares se tradtífü'e'ñ''que-sé-coñvíriTéró;-;;;;-·�mport�te eÚte gob�r­�-a�ie�'-F_lliroñ'-�D-ª�-rñSiciQ§.á.:;�Q�ª·-p;;-g-;;-;:;;Iti'Qlde 09bi�;�o, _.,..,,..fl,,,-·---ff ------ �-·M--..,. .......... ,�-··----

58

Capítulo 1: El régimen de Pinochet, una dictadura desarrollista ·

que incluy§ desde la eliminación de las raíces de los problemas �---�--- --··�---·,_ .... ______ .._ ___ ._ .. _ .. __ .............. �--..:

�s?.m!�os y 2olíticQ§,J1asta �-�1E:):>icui�J.Q.§.Ji_<!bi�g_s. . ..Y_va}gre� 9,���s!adarr..os._ Se consideraron como los auténticos deposita­rios de las mejores virtudes nacionales y como la única elite que estaba en condiciones de reconstruir el país .85

Inspirados en la doctrina de la seguridad nacional86 torµac:la de los programas de adiestramiento desarrollados por el Ejércitó de los Estados Unidos, que había priorizado la lucha contra lds movimientos guerrilleros , los nuevos gobernantes aplicaron sus principios al control del orden público, lo que los llevó al ejerc:i9iü de una represión con altísimos costos humanos.

No obstante , la importante presencia de los militare� en el sistema político no es razón suficiente para optar por esta estrate­gia-de ihvésúgac::ión para analizar el caso chileno . En primer lugar, gran pa-rte-d� la bibliografía sobre los militares se ha preocupado de estudiar las causas del golpe de Estado, sin examinar el orden político surgido de éste . Ensegu ida , este enfoque no permite co­nocer las estructurflS de autoridad y poder que se dio al orden político, ni su estrategia de legitimación, pues atiende al rol de un solo actor e institución. Debe tenerse en cuenta que en Chile, a

diferencia de Argentina, los militares no buscaron el poder en 1 973 , sino que éste les cayó encima porque la democracia colapsó. Esto conduce al tercer y más importante motivo para descartar este enfoque: el análisis desde los militares oscurece el relevante protagonismo que tuvieron los civiles , que fue decisivo no sólo en

el campo económico, sino también en el diseño e instauración de la arquitectura institucional . Los militares fueron acompañados .en el poder por decenas de profesionales de alto nivel y por centena­res de colaboradores y asesores civiles en múltiples posiciones de autoridad, desde los Chicago boys hasta los "gremialistas" , políti­cos del Partido Nacional e independientes. Las ideas económicas y. políticas provinieron de los civiles; los militares sólo aportaton la doctrina de la seguridad nacional , que sirvió de pretexto para el empleo de la coerción y para justificar algunos. elementos del delo de democracia protegida y autoritaria , como la

En consecuencia , el enfoque de los militares puede para comprender el comportamiento de algunos actos y de institución , pero · no sirve para explicar la vasta institucional del régimen.

59

Page 14: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

- ¡

'El régimen de Pino<;het

Un régimen autnritario

· Decíamos que la alternativa. más conveniente para nuestra investi­gación consiste en . situarse en un nivel de análisis alejado del protagonismo de los actores e instituciones y recurrir al · modelo · del régim(lf!· autoritario .. formulado por Juan . Linz. 87 En . su · cfasica .· · definidón, Linz Ot:scribió aJos regírpenes ·_ autoritarios como:

si§tqm.as..pg,fitiª1�.Jdlll....un.plumfis.m2.l!<?!ít.!�<? . . limjtc¡d!!J�.��pon­Sáble; sin unq, ideología elabor.ada y directora (pero con una meñ"':. taliaaiipkc11Jf,ar);- cqr�ñtes ·4e ·uni:ífrio�ilizadón pplítica:Intéñsao extensa (excepto en algunos puntos de su evolución), y en !Os que un' líder (o Si acaso un grupo reducido) ejerce elpod# q:¿ñtf'b' de tkmites}ormalrnente mal dé.fin�dos, 1pero en realidad bastante ' ·" · . , !!l!· t .· predecibles. · · .

· · .El componente más importante de esta definición es. el "plu­i'aUsmoJimitado" , que lo distingue nítidamente respecto de la de­�octada, en la que el pluralismo es "casi ilimitado" .89 Esto, pues , "tiéne una importante consecuencia analítica en la tipología · de los .i:egím.enes políticos democráticos y totalitarios existente en ese . momento, y Linz optó por explicitar _ las singularidade.s; ge este '"''·<· ' teFcer tipo a p�rtir de �us diferencias. c:on la democracia. Esto t\}vo. i:;omo consecµencia una menor atendón a ciertos elementos: del � · a\i:toritar�srpo, q11.e Jo Ó.istinguen . tleLrégimen totalitariq, s9mo las funcion�s de }a coerción y el rol .del dictador. ·· · ·

-·�·. · ·· ' Ef modelo d� Únz tuvo una enorme importancia en la com­prensión de los regímenes no democráticos . Hasta ese momento se les · había analizado como *dictaduras totalitarias,90 lo que sólo correspondía a los regímenes fascistas · de las entreguerras; y al régimen de Stalin, o bien como regímenes militares , manera gene­ralizada de estudiar las dictaduras en América Latina. Linz propor-. cionó un nuevo camino que permitió . comprender las estructuras de poder y las tensiones y c�nflictos de los regímenes no-demo­crát�cos, arrojando luz sobre aspectos no considerados por los otros enfoques .91 '> Linz ha sido criticado a partir de su análisis del régimen de Franco.92 Se le cuestiona su rechazo al papel de la ideología y el empleo del concepto de "mentalidad" con que lo reemplaza . Di­versos autores argumentan que la ideología fue importante en di-

60

.

Capítulo !: El régimen de Pir¡ocbet, una dictadura. desarrol/tsta.

versas etapas, especialmente en los años '40 y '50 ,93 aunque ac!mi­ten que más tarde perdió visibilidad. Van Beyme no comparte su visión sobre la importancia del pluralismo limitado, al que dera un elemento existente sólo a nivel de las elites, sin haberse constituido en una propiedad del sistema político.94

En tercer lugar, se le crítica fa escasa atención que rlf'fi1q,ó-papel de la coerción95 que Linz estimó habría sido en la fase inicial del régimeri.96 "El régimen autoritario puede llegar muy lejos en la supresión de instituciones o ya existentes, opuestos al nuevo orden social , en el control a mr.ns.;

grupos , y en cualquier caso la supresión o control es siempre presente. Pero debido a un cúmu lo de círcunstahci�i>; <¡ este proceso se detiene" .97

Diversos autores han argumentado que la coerción fue componente muy relevante en el ejercicio del poder del habiendo sido muy intensa después de la guerra civil .98 Esta ción se mantuvo en forma latente el resto del tiempo y se manifes�. tó abiertamente en los momentos en que la oposición se moviü±ó ·

en su contra , como ocurrió durante las protestas obreras y e�lik diantiles de 1956 y en las luchas nacionalistas del país Vasco de los :iños '60 y comienzos de los '70.99 En diversas oportunidades aplicaron d�rante meses los estados de excepción, que lirnitafol} los derechos civiles.10º

Estas críticas apuntan a aspectos que no son esenciales en el enfoque de Linz, que mantiene su gran capacidad analítica par� ei . estudio de los regímenes políticos distintos de la democracia y del totalitarismo en sociedades en vfas · de modernización. 10 1 Liñz .ha formu lado un tipo ideal, es decir, un instrumento metodológic0 ·

que no refleja fielmente la. realidad, sino que es una reconstruc-;

cióh de la misma, ton exageración de algunos de sus componen� tes con el fin de comprenderla mejor. 102 De ahí que sea necesario hacer algunos ajustes a su modelo para aplicarlo a un caso especí- .·

fico, que tome en cuenta sus singularidades más destacadas. : Hemos dicho que una de las especificidages .del régimeµ. de

Pinochet fue el empleo de ·la coérción en la toma del como· recurso estable para mantener el control del orden público . . S u magnitud debe ser inedida n o sólo por los resultac!os explícito$

-muertes, detenciones; torturas y e:itilio- sino también por sus con­secuencias más bien implícitas, constituidas por la sensación

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El régitnen de Pinochet

terror que se apoderó de amplios sectores de la población más poliÚzada y de los dirigentes de la oposición. 103 Esta sensación de miedo e inseguridad es más fuerte en países que carecían, como Chile, de una tradición de violencia política . Esta violencia generó una percepción de indefensión en quienes no apoyaban al régi­men, agravada por el comportamiento de los tribunales de justicia , que toleraron las arbitrariedades sin ejercer sus funciones de de­ferisa de los derechos civiles . Las acciones de los servicios de se­guridad, la pasividad de los tribunales, el silencio cómplice de los colaboradores civiles , etc . , son los factores que crearon una verda­dera "maquinaria del "terror"104 que afectó a una amplia mayoría de la población y que inhibió a los militantes y activistas de los partidos de oposición pára actuar en política .

�t;;ro,¡ili:.o._2_� l�; .f.CJE.fión c2ntra los disider:��J?J�.:_�-- la necesidad de precisar sus diferencias con el régimen totalitario, rns -------- -

, " •: .- - - - ---........ . _,,., .-en que el terror es un componente central que esé)erctctcfairecta-mente por los servicios de seguridad, ampliado por el partido úni­co y justificado por la "ideología directora" . Linz tiene presente los

<�contrastes existentes entre el régimen autoritario y el ._t,()lalüati() ci.1ando pone de relieve que �quél no busca provocar una "movi­lización política intensa y extensa'' , como ocurre en el segundo.106 El régimen totalitario implantado a partir de una democracia se caracteriza por una toma del poder que se realiza a través de la cancelación ( Gleichschaltung en la nomenclatura nazi , es decir, sincronización) de las instituciones políticas , sociales y culturales intermedias entre el Estado y el individuo, las cuales fueron con­troladas por el Estado o fueron eliminadas . 107 En el caso alemán, ello abarcó los Gobiernos regionales y comunales, se prohibieron los partidos y numerosos parlamentarios y dirigentes de partidos, especialmente comunistas y socialdemócratas , fueron detenidos , muertos o enviados a los campos de concentración; se cancelaron los sindicatos y sus dirigentes fueron perseguidos; las iglesias , es­

. pecialmente la Iglesia Católica , sufrieron las consecuencias de la sincronización y muchos sacerdotes fueron hostigados por los ser­vicios de seguridad. Esta sincronización no se efectuó en un breve plazo ; pues cuando Hitler fue designado Canciller del Reich por el Presidente de la República , el mariscal Hindenburg, el 30 de enero de 1 933 , no obtuvo el control de la total idad del Poder Ej��utivo, y las Fuerzas Armadas continuaron sometidas a la autoridad de l

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Capítulo 1: El régimen de Ptnochet, una dictadura desarrollista

jefe de Estado . Hitler debió esperar la muerte del anciano Presi­

dente , en agosto de 1 934, para asumir la jefatura del Estado y, en

esta calidad, conseguir el control de los militares. También destaca Linz la importancia de la estrategia de legi­

timación del orde� autQritario, que recurre a una de carácter mix­

to, en que se combinan justificaciones legales con recursos ]1istó­

ricos o carismáticos , como ocurrió en el caso de Hitler. La

legitimación marcha de la mano con renovaciones en la elite diri­

gente y de modificaciones en la arquitectura institucional con el

fin de enfrentar en mejores condiciones los desafíos nacionales · �

internacionales. Esto se puso de manifiesto en el régimen de

P inochet con el caso Letelier, que en 1978 condujo a un masi>;o

cambio de gabinete y a impulsar una débil institucionalización. 108

De ahí la necesidad de distinguir los cambios en el régimen para

apreciar su capacidad de adaptación ante nuevos problemas, que

da cuenta de una considerable habilidad política .

Sincronización limitada, con personalización del poder y baja

institucionalización

Hemos dicho que para aplicar el esquema de Linz al estudio de un .

caso específico como el de P inochet es necesario hacerle algu nas

adaptaciones con el fin de tomar en cuenta sus principales singu­

laridades. Una de éstas fue la coexistencia de un intenso uso de la

violencia durante la toma del poder y a lo largo de su vida , junto

a reformas económicas que buscaron superar el subdesarrollo . . La

dur�za empleada en el ejercicio _s!el poder justifica examim1?�1

ré.giffieñ(i;"Pjnod1et no a partir de las diferencias con la demacra; ------ ·-- --

- ____.....

cia , sino más bien con el régimen totalitario . El autoritarismo chi-- ------- L-.....,..N _____ _

l�g....§5;.�ejor cuando l o a�amqs en contraste con

el to!.ª-lit.arlsmo . ----··-·---·-··---...... _

•. . . -· Si Linz argumentó que el principal componente de su mode­

lo fue el "pluralismo limitado" , que lo distingue de la democracia

en que éste es pleno, podemos situar al régimen de_.!].D2.9'i�t=..J:l

tc:.:.:=:: .. �!._9:�º distintivo �tarisfii0,1_�=�.fo.92.!llJ:_�s;iQn

(Gleischschaltung) � institucjones. p.o.líti..cas...}é...S.Ociales .

� el autoritarismo la sincronizaci�n n�_:>_p,klli!.�!fio g�i�1-d�_dando espacio para un cierto grado �lY.!.?:.lli.!P.iL que

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Page 16: Huneeus. 2001. El Régimen de Pinochet. Cap 1 y 2

El régitnen de Pinochet

. de una débil oposición, que es tolerada mien-.tiene una actividad de bajo perfil . ��men d�!!.Q.diet ·

una .rá · sincronización limitada de las estructura;¡, pDií--· · ello se hizo mediañte el discurso d� guei:iá contra él m�r-l�y-eJ en:El�<l c:lt: �aie11�It; 109 F:li� ·;,e-expresó endcierre

� Congreso Nacional , la cancelación de los partidos de izquierda !"receso" de las colectividades que estaban en la oposición al

,)Óbierno de la Unidad Popular. También se manifestó en el estric­;tb control de los sindicatos y la supresión de su principal organi­

. zación, la Central Única de Trabajadores (CUT). El país fue sorne­. · tido a un clima de guerra que se propuso eliminar a la disidencia.

sincr9nizac::ic)n no abarcó la Iglesia Católica , que pudo mante­íier . sus escuelas y organizaciones para el trabajo con lps laicos, incluidas las radios, aunque perdió el control de las Universida-5;fes,

.�3: sincronización se consiguió no sólo a través de medidas impuestas por la autoridad, sino también por decisiones volunta­rias de quienes apoyaron a los nu�vos gobernantes. El Poder Judi­cia·l acató la . declaración del estado de guerra y toleró los atrope­llos a los derechos humanos. Los medios de comunicación incurrieron en una sincronización voluntaria, pues los que no fue­ron cerrados optaron por apoyar a las nuevas autoridades .

Desde un punto de vista histórico, la sincronizaciqn limitada ....... . '""'-i·�'-····� f1º se agota en los rimeros meses del nuevo régimen, sino ue s� ue e rofundizar más adelante , suprimien o or anizaciones u _

inicialmente no lo fueron. Así, por ejemp o, los partidos "suspen-� · ,..-didos" en 1973 fuerón prohibidos recién en marzo de 1977, cuan-do el régimen estimó que la acción opositora del . Partido Demó­crata Cristiano (PDC) excedía el margen tolerado.

Concluida la sincronización limitada, los nuevos gobernan­tes procedieron a construir un nuevo orden político que se carac­terizó por su bajo grado de institucionalización, expresado en un sistema decisorio altamente centralizado en el general Pinochet. Las comisiones legislativas que apoyaban el trabajo de la Juhta de Gobierno estaban integradas mayoritariamente por militares , sin que hubiera instancias formales de deliberación y resolución dis­tintas de la Junta y el gabinete . Esto favoreció la emergencia de arenas informales de deliberación y preparación de decisiones, que permitieron a ciertas personalidades influir en Pinochet sin

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Capítulo 1: El régimen de Pinochet, una dictadura descm·o/11'.,ta

necesidad de estar en el gabinete , como es el caso de "los duros" ·

y de Jaime Guzmán. . . El bajo nivel de institucionalización fue ventajoso para la

consot'iaación oel poder de PmÓChet, impidiendo que existier�m .

espaciOSéñTos que se apoyaran grupos de 12oder para presionar... por sus intereses, dejándole a él un amplio margen decisorio ., E$te rasgo le dio al reg11nen una enorme capacidad de integración de sus diversos grupos de apoyo y personalidades, lo que fue acoro� pañado de un gran pragmatismo para conciliar sus discrepancias y para las designaciones del personal burocrático y político, ejeF ciendo Pinochet un poder arbitral. Este carácter institucional. lo convirtió en un actor central del proceso político, haciéndose ih­d�spensable su permanencia en la jefatura del Estado para la con­tinu idad del régimen y de sus políticas.

El poder y la autoridad de Pinochet no fueron absolutos, pues el suyo no fue un régimen totalitario, en el que el dictador ostenta dichos atributos. É�s estuvieron limitados , en primerJu­gar, por la participación de las instituciones armadas en el poder, - . ·. . __.;_.-

cada l!:1ª de las cuales conservó su autonomía para administrarse y decidir sus ascensos y retiros, lo que también influyó para que las decisiones del régimen político se ciñeran a criterios burocr;íti­cos definidos. En segundo lugar, la Junta de Gobierno tomaba sus decisiones por u;animidad, lo que obligaba a cada miembro · � conciliar posiciones con sus colegas. En tercer lugar, el entramado institucional planteó ciertas limitacion��Ige­ñeral Pinochet, especialmente en cuanto a la regulación sucesoria contemplada en la Constitución de 1980, que puso un límite de

. tiempo a su permanencia en el poder y fijó un procedimiento -el plebiscito de 1 988- por medio del que debía renovar su autoridad presidencial . Esta gran construcción del régimen se convertiría en un boomerang al ser derrotado Pinochet en dicha instancia y tener ·

que entregar el poder a la oposición que él había combatido. �- bajo nivel de . institucionalizació��!�<?-1ma..de.las

p�es diferencias con otras experiencias mil�,-como fa � · donde fue considerablemente más alto . Los militares brasileños mantuvieron el sistema de partidos y el Congreso Na­cional, con parlamentarios elegidos a través de elecciones en las que competían candidatos designados por los mismos partidos ; 1 10 los gobiernos locales y estaduales estuvieron a cargo de políticos

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El régimen de . Pinochet

elegidos en elecciones semi-competitivas¡ los ministros fueron mayoritariamente civiles y el presidente era elegido en forma indi-

. fecta y no podía ser reelecto. Coineidimos con von Beyme en que el pluralismo limitado

es un recurso analítico para comprender la estmctura de la coali­

'ci<?.,1.} .8()Pen1ante , que en el caso chileno estuvo constituida por los militares y diversos gru pos de civiles, desde los de extrema dere­cha de Patria y Libertad, hasta sectores moderados. El grupo civil que alcanzó mayor notoriedad fue el de los Chicago boys, actuan-

• do con gran cohesión bajo el liderazgo del ministro Sergio de Castro durante los años '70 y del ingeniero Hernán Büchi en los '80, que se analiza en el Capítulo VIII . Con un breve paréntesis , en 1984-1 985 , en que se incorporó a Luis Escobar Cerda como minis­tro de Hacienda , quien logró cierta influencia con sus propuestas ."estructuralistas" , P inochet mantuvo la confianza en las personas y en el programa neoliberal promovido por aquéllos .

En segundo lugar estaban los "alessandristas" , entre los que 'se contaban algunos de los ex�ministros y colaboradores del Presi=··· \:lente Jorge AÍ��sa�dri (1958-1964) que lo acompañaron más tarde eft su fracasada campaña presidencial de 1970. Eran personas sin

filiación partidista , muy críticas de los partidos y del Parlamento , las que junto con colaborar a través de algunos cargos de Gobier-f:lb, proporcionaron una cierta legitimidad histórica al proyecto

':< p()lítico del régimen autorit,ario y que se examina en el Capítulo V. En tercer término se encuentran personalidades .que perte-

1fhécieron al Partido Nacional (PN) . 1 1 1 Como los militares tuvieron h''�,fl� posición contraria a los partidos , los dirigentes procedentes

·· �Ig�no fueron bien recibidos , porque compartían la responsa-iid'aél en la crisis de la democracia . Algunos ex parlamentarios

r?'.f1. alejados del país, siendo nombrados embajadores . 1 1 2 Este po tuvo su mejor oportunidad en 1 983 , cuando el ex-presi­�e · del PN, �¡ ex senador Sergio Onofre ]arpa, fue designado

iístr,3 del Interior, e impulsó la política de la apertura que ).1jq una profunda modificación en el sistema político a tra­�erirnportantes medidas de liberalización, que se analiza dn

... , �i·il(japít�lo X . . . . El cuarto grupo estuvo constituido por el "gremialismo" , �i-

�ig!\:lá porJaime . Guzmán, que es el objeto de análisis del Capítulo VII. Fue, junto con los Chicago boys, quien tuvo u na clara estra-

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Capítulo L· El régimen de Pinochet, una dictadura desarrollista

tegia de poder, que incluyó en la ocupación de una amplia dad de posiciones de autoridad e influencia en el sistema po11�1<-u; espedalmente en ODEPLAN, la Secretaría General de Gobierno las municipalidades. Alcanzó una alta cohesión entre sus tes, dispuso de un ideario con argumentos sustantivos para car su participación política y contó con el inteligente liderazgo un notable político como fue Guzmán.

El cuadro siguiente muestra la ubicación de estos grupos en la estructura de Gobierno.

Cuadro 1-3 Los grupos civiles de poder en el régimen de Pinochet

11Gremialismo11

Alessandristas

Ex-nacionales

T institucion;:ii 1 I.ídcres y figuras ¡Principal arena

j oDEP.LAN. ¡Jaime Guzmán 1 Secretarí;:¡ Miguel K::ist Nacional de !.a

¡Juventud

Co11scjo de Estado

Jorge :Alessan<lri

Scrgiq Onofre Jarpa

Sergio de Castro

i l --1 ¡ Grado de Grado de !I �r . t intlucncia cohesión ·' mis ros

Alto 1 Alto 1 Mig:.el iZ;ist 1 llDI \ ¡ s. Ferniindez · I ] M.A Poduje ' · 1

. . 1 1 Baj<:-�1 M. Scl1wci��---;.;-D-l- -

1 . Bajo l Bajo

Alto Alto

S.O. )arpa ) F.J . Cuadra

11Chicago hoys11 ! Ministerios de Haciemb, Economía, ODEPLAN

0 974,82), Herniin Büclli 0 985-89) 1 1 Sergio de Castro! Empresa '. Hema

.n Büchi y 1 privada y UDl

Carlos Cáceres

1 i 1

En este capítulo hemos sostenido la conveniencia de zar el régimen de Pinochet como un caso de régimen autoritario, siguiendo las propuestas de Juan Linz, que son ajustadas de acuer­do a las especificidades nacionales . 113 Estas particularidades nacio� nales podemos encontrarlas en el empleo de la violencia y en la coerción, no sólo durante la toma del poder, sino más tarde , cuan­do pasaron a ser componentes centrales del régimen, y la aplica­ción de políticas económicas que buscaban modernizar el país en

torno a la libertad de mercado . Estas singularidades, estrechamen­te vinculadas entre sí, hicieron posible un Estado dual , de coer­ción y libertad económica . Ello hace necesario analizar las policies, instrumentales a la consolidación del régimen.114 No se trató de un régimen fascista, como lo denunciaron sectores de izquierda en

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El régimen de Pinochet

los años '70 , ya que hubo una sincronización limitada y careció de instituciones del totalitarismo, como el partido único y una

ideología rectora. Sin embargo, los servicios de seguridad impu­sieron un clima del terror,· bastante más radical que en las demás experiencias autoritarias de América Latina. En el capítulo siguien­te se analizará la forma en que se produjo la toma del poder, y después se examinará el rol específico del general Pinochet .

NOTAS

l . Para un a nálisis sobre e l desplome d e l a democracia me remito a l chísico libro de Juan J. Linz y Alfred Stepan (eds .), The Breakdown qf Democratic Regimes Latin America, Baltimore, The John Hopkins University Press , 1978. Los regímenes que reemplazaron a los democráticos fueron conocidos como "los nuevos autoritarismos" , David Collier (comp.) , The New Authoritarianism in Latín America, Princeton, Princeton University Press , 1979, hay traducción al castellano por el Fondo ele Cultura Económica.

2. Así lo han llamado los analistas , por ejemplo, Javier Tusell, La dictadura de Frcmco, Madrid, Alianza Editorial, 1988; Stanley Payne, The Franco Regime 1936-19 75, Madison, The University of Wisconsin Press , 1994; Paul Preston (comp.) , EspaHa en crisis. Evolución y decadencia del régimen de Franco, México, Fondo de Cultura Económica , 1978.

3. U s a m o s e l c o n c e p t o de von K l a u s von B e ym e , Vo m Fas c h ismus zu r Entwick/ungsdiktatur - Machtelite und Opposition in Spcmien, München, Piper, 1971 .

4 . L a estrategia d e "reforma" y "ruptura" surgió para contrastar l o s casos ele España y Portugal, véase Juan ]. Linz, "Sorne Comparative Thoughts on the Transition to Democracy in Portugal ancl Spain" , en Jorge Braga ele Macedo y Simon Serfat (eds.) , Portugal since the Revolution: Economic and Política/ Perspectives, Boulder, Westview, 1981 , pp. 53-87. La bibliografía sobre la transición es amplísima . .Julián Santamaría (ed .) , Transiciones a la democracia en Europa del Sur. y América Lati­na, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1981 ; .John H. Herz (ed.) , From Dictatorship to Democracy: Coping with the Legacies q/ Authoritarianism mu! Totalitarianism, Westport, Conn . , Greenwood, 1982 ; Enrique Baloyra (ed . ) , Comparfng New Democracies, Boulder, Westview Press, 1987; Guillermo O 'Donnell, Philippe C. Schmitter y Laurence Whitehead (comps.), Transiciones desde un Go­bierno autoritario, Buenos Aires, Paidós, 1988; G iuseppe di Paltrn1, To Craft Democracies, Berkeley, University ofCalifornia Press , 1990; Samuel P. Huntington, The Third Wcwe. Democrcitization in the Late Twentieth Century, Londres, University of Oklahoma Press , 1991 ; Richard Gunther, P. Nikiforos Diamandouros y Hans­.Jürgen .Puhle (eds .), The Po/itics of Democratic Consolidatiim. Southerti Eitrope in Comparative Perspective, Baltimore, The John Hopkins University Press , 1995; Klaus von Beyme, Systemwechsel in Osteuropa, Frankfurt, Suhrkamp, 1994.

5. Sobre esta liltima, Mario Fernánclez, Nationale Sicherheit in Lateinamerikct, Heidelberg, Esprint Verlag, 1981 .

6. Esa posición defiende Gonzalo Rojas Sánchez, Chile escoge la /ibei1ad. Lct Presidencia de Augusto Pinochet Ugmte, 1 1 .IX. 1973-.11 .III.1990, tomo ! , Santiago, Zig'Zag, 1998.

7. Huntington, The Third Wave. 8. Los legados de los regímenes autoritarios a las democracias que les siguieron no

han sido analizados en amplitud. Existen algunas excepciones, como el libro edita­do por Herz Ffom Dictatorsh ip to Democracy: Coptng with tbe Legacies .of

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1 1 .

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Capítulo I: El régimen de Pinocbet, una dictadura desarrol!ista

Authoritarianism and Totalitarianisin; Juan J. Linz, "The Legacy of Franco and Democracy'', en Horst Baier, Hans . Mathias Kepplinger y Kurt Reumann (eds .) , Qffent/iche Meinung und sozialer Wandel, Opladen, Westdeutscher Verlag, 1981 y Frances Hagopia n, "After Regime Change . Authoritarian Legacies , . l�olitical Representation, and the Democratic Future of South America" , World Politics, vpl. 45 :3 , pp. 464-500. El concepto de transformación económica ha sido aplicado al cambiQ de . las economías socialistas a economías de mercado, pero es ütil usarla en el caso de Chile por la radicalidad de los cambios. Una de las primeras conceptualizaciones; la hizo Norbert Kloten, Die Tran�/ormatio11 von Wirtschaftsordnungen, . TÜbingen, J .C .Mohr (Paul Siebeck), 199 1 ; Lothar Brock, "Lateinamerikanisierung des Ostens? Zur Wechselwirkung zwischen Demokratisierung und wirtschaftlicher Transforp1a­tion" , en Lothar Brock y Ingomar Hauchler {comp.), Entwicklu.ng in M(tte!-1.úul Osteuropa. Über Chancen und Risiken der Tran�formation, Bonn, Eine Welt, Tdte der Stiftung Entwicklung und Frieden, 1993, pp. 165-198. Por ejemplo, Eduardo Silva , The State and Capital in Chile: Business E/i(e, Technocrats, and Market Economics, Boulder, Westview Press , 1996. Me remito al trabajo de Klaus von Beyme, "Authoritarian Regímes-Developing Open Societies?" , en: Dante Germino y Klaus von Beyme (eds.) , The Open Society in Theory ancl Practice, La Haya , Martius Nijhoff, 1974. Alan Angell, Chile de Alesscmdri a Pinochet: en busca de la utopía, Santiago, Edito­

rial Andrés Bello, 1993, p. 93. Consecuencias de ésta fueron, por ejemplo, el asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez en 1982, el degollamiento de tres militantes del Partido Comunista en 1985 y el asesinato de doce personas vinculadas a un movimiento terrorista, conocido como la "Operación Albania" , en 1 987 . Véase el muy buen análisis del terror que hace Tomás Moulián, Anatoinía de un mito, Santiago, ARCIS/FLACSO, 1997 , pp. 172-194. Uno de esos casos fue en Lonquén, en las afueras de Santiago, donde fue asesina­do un grupo de campesinos por efectivos de Carabineros: Máximo Pacheco, Lonquén, Santiago, ·Editorial Aconcagua, 1980. Véase el .relato de uno de los detenidos, Sergio Bitar, Isla 1 O, Santiago, Pehuén, 1987. Hay un interesante relato del .jefe de la misión de Italia en esos días, Tomasso de Vergottini, Miguel Claro 1359. Recúerdos de un diplomático italiano en Cbile (1973-1975), Santiago, Editorial Atena, 1991 . "Exilio y desexilio" , documento interno d e la Vicaría d e la Solidaridad, 1991 , p . 218 y 221 . "Exilio y desexilio'', p. 235 . h�forme de /et Comisión Nacional de Verdete/ y Reconciliación, Santiago, febrero ele 1991 , vol . I, tomo 2, p. 886. Esto se analiza en el capítulo X. Genaro Arriagada, Por la razón o /afuei-za. Chile bajo Pinochet, Santiago, Editorial Sudamericana, 1998, pp._ 25-26. Volveremos sobre esto en el capítulo siguiente. Esta cifra se refiere al númerp total ele extranjeros residentes en el país, que el régimen acusó de ser "subversivos", "Exilio y desexilio" , p . 224. Lo hemos analizado en otro lugar, Carlos Huneeus, "La política de la apertura y sus implicancias para la inauguración ·de la democracia en Chile" , Revista de Cfei·¡cfot Política, vol . Vll , N" 1 , 1985, pp . 25-84. El ex comandante en jefe del Ejército y ex ministro del Interior del Gobierno .del Presidente Allende, general ·Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974; Orlando Letelier, ex-embajador en los Estados Unidos y ex­ministro de Defensa del Presidente Allende, el 26 de septiembre de 1976; y el atentado fallido en Roma contra el dirigeÚte del PDC, Bernardo Leighton y su esposa, en septiembre de 1975.

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. . . ·El . régimt;!n de ·Pinoéhet.

' '.. Cuando terminábamos esta investigación el general Contreras publicó su anuncia­do> '.'librci'! con los antecedentes �le l a . "guerra" contra la subversión, que ·es una ·p�brl�ima reproducción de l istas de personas que reunió 'ta DINA, Manuel Contreras Sepúlveda, La verdad histórica. El ejército guerrillero. Primer periodo de la guerra subversiva: abril de 1967 al 1:0 de septiembre de 19 73, Santiago, Ediciones Encinas Ltda . , 2000. Hay una amplia bibliografta sobre la política económica durante el régimen militar.

. Véase el libro de su ministro de Hacienda en los años '80, Hernán Büchi, La traris­. formación económica de Chile. Del estatismo a la libei1ad económica, Bogotá , Edi-

torial Norma S .A. , .' 1993; Tarsicio Castañeda , Combating Poverty. lnnovative Social Re.form.s in Chile During the 1980s, San Francisco, Internatlonal Center for .Economic Growth, 1992. Una visión crítica ofrecen Patricio Meller, Un siglo de economía polí­tica chilena (1890-1990), Santiago, Editorial Andrés Bello, 1996; Alejandro Foxley, Experimentos neo/ibera/es erÍ América Latina, Colección Estudios CIEPLAN 7, 1982;

' Ricardo Ffrench-Davis, Entre el neoliberalismo y el crecimiento con equidad, San­tiago, Ediciones Dolmen, 1999. P. Meller, Un siglo de economía política chilena, p . 181 . Foxley, Experimentos neo/ibera/es; Ffrench-Davis, Eritre e l neolfberálismo y e l creci­miento con equidad; Meller, Un siglo de .econo1riía política chilena. Cecilia . M ontero, La revolución einpresartal chilena; Santiago , CIEPLAN-Dolmen Ediciones ; 1997. . · .

Algunos aútores han comparado las modernizaciones económicas de Franco' y Pitiochet. Véase "Tradition und Modernisierung in Ostmitteleuropa, Südostasien

. . utid Láteinamerika. Drei vergleichende Kommentare" , en: Transft 3 , 1991-2, Invierno, . · pp. 206-21 () . .

Fernando Henrique Cardozo y Enzo Faletto, Dependencia y desarrollo en América latina, santiago, Siglo . XXI Editores, 1969. · Para, una informativa historia del equipo económico veáse el libro del periodista y ex ·qlrector de El Mercurio, Arturo Fontaine A. , Los economista�� y el Presidente Pfnochet, Santiago, Zig-Zag, 1988; Juan Gabriel Valdés, La escuela de Chicago: Ope­ración · Chile, Buenos Aires, G rupo Editorial Zeta S . A . , 1989; Patricio Si lva , "Technocrats and politics in Chile: from the Chicago Boys to the CIEPLAN Monks'' ,

journal of Latin American Studies, vol . 23:2 , 1 992 , p p . 385-410; sobre el papel de Jorge Cauas, hay un interesante estudio de Sergio Undurraga Vergara, Jorge Cauas: una nuevafórmuia de desarrollo, Tesis de grado de Licenciado en Historia , Univer­sidad Finis Terrae, 1995 . El papel de la segunda generación lo hemos analizado en Carlos Huneeus , "Technocrats and Politicians in an Authoritarian Regime. The 'ODEPLAN boys' and the 'Gremialists' in Pinochet's Chile" , journal qfLatin Amerirnn Stítdies, vol . 32, Nº 2, 2000, pp. 461-S<l l . fue e l caso del Ítidice d e Precios al Consumidor, qúe .en los años ·70 fue subestimado en forma sistemática por el Instituto Nacional de Estadfatica (INE), como lo demostra­ron los · ecóno:ml�tas de CIEPLAN, René Cortázar y Jorge Marshall , "Índice de precios al consumidor en Chile", Colección Estudios CIEPLAN, N" 4, noviembre 1980. Fue una cosmovisión en el sentido que le da Ralf Dahrendorf, Ajier 1989. Morctls, Revolution and Civil Socie�y, Londres, MacMillan, 1997. Fraenkel, Der Doppe/staat, p. 40. Hemos desarrollado estits diferencias en relación a las· reformas económicas reali­zadas durante la democracia en Argentina, . Carlos Huneeus, "Technocrats and Politicians in the Democratic Pol itics of Argentina (1983-1995)" , en M iguel A. Cen-teno y Patricio Silva (eds .) , Tbe .Po/itics qf E:xpertise in Lattn America, . Londres, · MacMillan, 1998.

38. Ralf :óahrendorf, Gesellschqft und Demok1·atte in D6'utschland, Colonia, DTV, 1971 . 39. Analiza el caso de España de acuerdo al enfoque del modelo pmsiano al desarrollo

Jósé María Maravall; La política de la transición , Madrid, Tamus, 1982. Sobre la política económica del franquismo, Charles W. Anderson, The Polittcal Economy of Modern Spain, Madison, University ofWisconsin Press, 1970; Manuel-Jesús G onzález,

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Capítulo L· ·El 1-égimen de. Pttú>'chet, · una cliétadura desarro/lista

La economía política del franquismo, Madrid, Ternos, 1979 y Richa rd GunJ;her, • ·Pub/fe Policy in a N0-Party State, Berkeley, University of California Press , i980.­Emilio Lamo de Espinosa, "Corrupción política y ética económica" ,en: J. ·TuseÜ; .E. : ·

Lamo de Espinosa y R. Pardo (eds .), España entre dos siglos. Re.flexiones sobr6'Ja democracia. espaiioia, Madrid, Alianza Editorial , Fundación José Ortega y Gas.Se¡ y Fundación BBV, 1996.

·

Dietrich Rüschemeyer, "Partielle Modernisierung•, en: Wolfgang Zapf (ed.) , Theoridrt sozialer Wandel, Colonia, Kiepenheuer & Witsch, 1969.

·

El concepto de integraci6n negativa es aplicado en el sentido que le dio Dietcr, Roth, Social Democrats tn lmperial Germany. A Stucly in Workfng Cfass Isolatió1í and National Integration, Totowa, 1963.

·

Se promovió u na cierta autarquía para defender a los industriales a través ·-c;ie taiifas e impuestos, Rüschemeyer, "Partielle Modernisierung"; p. 387. ·

Rüschemeyer, "Pa1tielle Modernisierung" , p. 3.88. En esto me remito al documentado estudio de Guillermo Campero y . Jos';! A. Valenzuela, El movimi6'nto sindical en el régimen militar chileno 1973-1981 , San-: tiago, ILET, 1984. Una interpretación distinta, que prescinde de considerar los obj�­tivos políticos, hacen Fernando Coloma y Patricio Rojas R., "Evólución del mercad{)· laboral en Chile: reformas y resultados " , en: Felipe Larraín y Rodrigo Vergara (eds .. )¡ · '

La transformación económica de Chile, Santiago, Centrp de Estudios Públicos , 2.pO<L Véase, por ejemplo, José de G regorio, "Propuesta de flexibilización de las oomisió� nes de AFP " , Estudios Públicos, Nº 68, pp. ·97-1 10 ; Álvaro Donoso, "Los riesgos p>1i- a la economía .chilena del proyecto que rnodifica la estructura de las corriisiones de · ·

las AFP " , •Estudios Públicos, N" 68, 1997, pp. 1 1 1 - 126 y Salvador Valdés , "Llbe1tad de precios para las AFP: Aún insuficientes" ; Estudios Públicos, N" 68, 1997, Pfl' 127� 147. ) . . Me remitél a las investigaciones de Alberto Arenas , Learningfrom Prlvatizatior1 qf the Social Securi�y Pensiot1 syst<im in Cht/e: Macroeconomfc �ffects, Lessons, and Chal/enges, Tesis de doctorado University de P ittsburgh, . 1997 y "El Sistenfü. de Pensiones en Chile: Principales Resultados y Desaflos Pendientes" , trabajo presen­tado en f;'l Encuentro Latinoamericano y Caribeño s.obre las Personas de E;dad; CEPAL-PNUAP-OPS, septiembre 8-10, Santiago de Chile, 1999. .

· . .

Uso el concepto de institucionalización en el sentido clásico de Samuel P. )1unti11gtori, Political Order in Changing Socie�y, New Haven Yale University Press , 1968 . . La importancia de la congruencia en la estabil idad de la democracia fue resaltada por Harry Eckstein, "A Theory of $table Democracy" , Research Monograpb, N" 1 0 , Center of lnternational Studies, Princeton University, 1961 , reproducido en su Üb;-¡, Divtsion and Coheston · iri D6'niocracy. A Study of Norway, Princeton, Princeto¡i University Press, 1966. Hemos desarrollado estas ideas en Carlos Huneeus, "Males- :. tar y desencanto en Chile. Legados del autoritarismo y costos de la tt·ansicic;\Í1�, •

Papeles de Trabajo, N" 63, Corporación Tiempo 2000, 1998. "La revolución liberal de Pinochet'', La semana económica, El Mercurio, 13 de mar-zo de 1998, p. 3. . .

El Mercurio, "La revolución liberal de Pinochet" . El

. estudio clásico al respecto es el de Reinhard BendÍx, Nation-Butlding ánd

Citizenship, Nueva York, John Wiley & Sons !ne . , 1964. .

Hemos seguido en esto a . Vktor Pérez Díaz, Espatla puesta a prueba 19 76-1996, Madrid, Alianza Editorial , 1996.

. · .

Es muy amplia la bibliografla sobre las .refortnas económicas del Gobierno Thatcher . . :

Desde la perspectiva politológica , . a vía de ejemplo, nos remitimos a .M:iriusz .Mark · Dobek, "Privatization as a Political Primity: the British Experience" , Political Studies; vol . XLI : l , 1993, pp. 24-40 y The Logic of Privcllizatfon. Lessonsfmm Great Bi-¡tairi and Poland, Londres, Praeger, 1993; Dennis Kavanagh, Thatchertsm and British Po/itfcs, Oxford, Oxford University Press; 1987; Dennis Swann, The Retreat qf tbe State. Deregu/ation and Prtvatization in the UK aml US, Hertford,hire, Harvester" Wheatsheaf, 1988.

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thalizado las reformas económicas de la Argentina en Huneeus, "Technocrats .�qÜticians in the Democratic Politics of Argentina " . ·:comparación d e las reformas económicas en dictadura y democracia hace Ór E. Schamis, "Economía política conservadorn en América Latina y Europa ental: Los orígenes políticos de la privatización" , en: Óscar Mufü)Z (ed.) , Des­de las privatizaciones. Hacia el Estado regulador, Santiago, CIEPLAN, 1 993. las consecuencias modernizadoras de los. regímenes fascistas, Stanley G. _ :ne, A Hfstory <!{ Fascfsm, 1914- 1945, Madison, The University of Wisconsin T: Press, 1 995, cap .. 14.

David Schocnbaum; Hitler·s Social Revolution. Class and Status fn Nazi· Germany, Í933•1939, Nueva York, W.W. Norton, 1 966.

· ·: . . Dahreridorf, Gesellscbaft und Demacrado fn Deutscbland, p. 416 . Henry A. Jr. Turner, Gennan Bfg Business and tbe Rfse of Hitler, Oxford, O:xford · University Press, 1 985; La tesl� de la "revolución liberal" ha· sido asumida por antiguos opositores al régi­·men mil1tar, Eugenio Tironi, "Crisis, .violencia y revolución'' , Mensaje, Nº 472 , sep­tiembre, 1998, pp. 10-14 . . Desarrolfa sus ideas con más amplitud en su libro El .. régimen autoritario. Para una sociología de Pinocbet, Santiago, Dolmen Ediciones, 1998.

. Paf' ..l el caso dé Argentina, véase Rubén Perina, Onganía, Levingston, Lanusse. Los m.iiftares en la política argentina, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1 983; para el Brasil, Thomas Skidmore, Tbe Polftlcs of Military Rule tn Brazil 1964-85, Nueva York, Oxford University Press, 1 988. , De ahí en adelante Pinochet se hizo l'epresentar por sú principal colaborador en el Ejército, el vicecomandante en jefe. La distinción la tomamos de von Beyme, Vom Fachismus zur EntwicklungsdfktatUr, p . 19, La variedad de vías de legitimación de su autoridad, la mimetización del poder personal detrás de la institución militar y el apoyo de las elites civiles hacen que Pinochet no corresponda al dictador personalista de los años 50 descrito por Tad Szulc, Twilight oftbe '(yrants, Nueva. York, Henry Holt & Compariy, 1 959. Había un "pinochetisino sociológico", que hemos analizado en: Carlos Huneeus, Los chilenos y la política, Santiago, CERC-ICHEH, l987. Hace recordar el enfoque de estudios del régimen de Hitler después de la JI Guerra Mundia� que estaban obsesionados con el rol de éste, de tal manera que el régimen nacionalsocialista se redujo al "hitlerismo". Ese enfoque es criticado en Ian Kershaw, · Tbe Nazi Dictatorsbip. Problems and Perspecttves of lnterpretation, Londres, Arnold, 1993 , cap. 3. Un importante cambio de enfoque hacia el estudio 'ilel conjunto del sistema polftico hizo Martín Broszat, Tbe Hitler State, Ipndon, Longman, 1981 (original en alemán de 1 969). Un interesante análisis del rol de Hitler y del carácter del sistema político se encuentra en los trabajos recogidos en el libro compilado por Gerhard Hirschfeld y Lothar Kettenacker (ed.), Der Fübrerstaat: Mythos und Realitüt, Stuttgart, Klett-Cotta, 198 1 . La bibliografía del régimen d e Frnnco e s amplisima y sólo mencionamos los libros que hemos usado en este estudio. Una útil visión histórica hacen José Antonio Bíescas y Manuel Ttiñón de Lara, España bajo la dictadura franquista 0939-1975}, Barcelona, Editorial Labor, S.A. , 1 990, tomo X de la Hfsto1ia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara; Shlomo Ben-Amí, La 1·evo/ucfón desde arriba: Esparia 1936-i979, Barcelona, Riopiedras Ediciones, · 1 980 y Payn�, Tbe Franco Regime 1936-1975; Armando de M iguel, Sociología delfranquismo, Barcelona, Euros, 1 975 y La herencia del franqufsmo, Madrid, Editorial Cambio 16 , 1976. Véanse también los trJbajos recopilados por Prestan (ed.), Esparia en crlsts: la evolución y decadencia del régimen de Franco, los reunidos por Josep Fontana (ed . ) , Esparia bajo el

.franqufsmo, Barcelona, Editorial Critica, 1986 y en el número monográfico de Papers, Revista de Sociología, N° 8, 1 978, dedicado al "El régimen franquista" . Sobre el rol político de Franco, véase la biografía de Stanley Payne, Franco. El pe1:fil de la

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Capitulo 1· El régimen .de Pinocbet, una. dictadura desarrollista

bisto1ia, Madrid, Espasa-Calpe,. 1995, Juan Pablo Fusi, Franco. Autoritarisnio y poc der personal, Madrid, Ediciones El País, 1985 y Paul Preston, Franco. A Biogmpby, Londres, Fontana Press, 1 995, hay traducción al castellano.

·

A comienzos de 1958, España entró ·como miembro asociado a la OECD; meses más tarde entró al FMI y .al Banco Internacional de Reconstrucción y Fmnentci (hoy · - !,. • Banco Mundial), González, la economía política del.franquismo.

· · ·

Se ha destacado la posición reli&>io54 .de éstos, pues el ministro de Hacii:."lltla,,Mmia[l() , . ,e: Navarro Rubio, y el de Comercio, Alberto Ullastres, pertenecían al Opus· D�i,: al , !, : :

igual que el secretario técnico de la Presidencia, Laureano López Rodó . : . ' · ' . . :· · ··

González, La economía poiítica delfrani¡uismo, p. 33. . , , ,. . .! .,, Logf'..ln derribarlos en 1969 usando como pretexto el escándalo ele una empresa, ,cjue '> : ·¡ . ·.:: fue conocido como "el escándalo Matesa", Payne, Tbe Franco Regime, pp, 543-54S:, . . : ' ·· ' .·'..' En esto seb'll imos a González, La economía política del franquismo; · cap . L: ' \; · · ::\ '. ·

González, La economía política del ft:anquismo, p. 33 . : } ·

Véanse sus memorias, ·Laureano López Rodó, Memorias, Barcelona, ·Plaza & JaP.�s/ · · ' ::' Ca mhi() 16 , 1990 y Mem01ias. Añrni decisivos, Barcelona, Plaza & Jan és/CambiÓ :16 , ·. · ·:¡ '.

1 991 . Éste ern partidario de un "ideario eo;mómico sensiblemente más ·dirigL�ta" ' < :;_ que el de los ministros de Hacienda e Industria , G onzález, La economía política dcil' ' /

franqufsmo, p. 33. · · · · : ; . ·; Usamos el concepto de "familias" en el sentido que le da de Miguel , Sociología t,iel ,; , .;. franqufsmo. · · ·

Ninguna de las reformas económicas fue examinada previamente por el Consej(¡ de , ., Estado creado en enero de 1976. Hasta 1977 tuvieron la oposición del gener.il Leigh en alb'llnos puntos es·pecíficos. . Guillermo O'Donnell , Moderntzatton and Bureaucratic-Autboritarianism, Berkeley, .. University of California Press, 1973 (hay traducción al castellano); Conti"apuntos; Ensayos sobre autoritarismo y democratización, Buenos Aires, Paidós, 1997 y El Esta­do burocrático autoritario, Buenos Aires, Editorial Belgrano, 1 982. Sus ideas han ' sido aplicadas al régimen autoritario del Proceso en Argentina Cl 976�198�) por Gerardo L. Munck, Autborita1iantsm an4 Democrattzation. Soldiers and Workers in A111enti� na; 19 76•1983, Pennsylvania, The Pennsylvania State University Press, 1998. . .

Sobre las !COndiciones que explican el surgimiento en 1 973 del régimen miliú1r en el '

Uruguay y la forma . en que terminó, véase el excelente libro de Charles Gille�pie, Negotiattng Democracy: Polittcians and Geru,'t"al in Uruguay, Cambridge, Cambridge · University Press, 1990 y Luis E. G onzález; Political Structures and.Democracy In Uruguay, Notre Dame, University of Notre Dame Préss, 199 1 . -Hubo una .transitoria excepción en el caso de Uruguay, en que el Presidente. civil , · ·

José María Bordaberry, fue mantenido un tiempo en el cargo después de .que los militares tomaron el poder en julio tle 1973. Alain Rouquié, Poder militar.Y sociedad política en la.Argentina I hasta 1943 , Bue� . · nos Aires, Editorial Sudamericana, 1981 , p. 9. Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina I basta 1943, p. 1 2 .. Alfrecl Stepan, "The New P.rofessionalism of Interna! W;irfare and M ilitary Rde Expansion", en el libro por él compilado Autboritartan Bmzil, New Haven, )'ale, : Unlversity Press, 1973. Anterionnerite, Stepan escribió uno de los más impci1ta11tes estudios sobre los militares en el Ten.'Cr Mundo, en que . anticipó .su tesis; The Military in Polittcs: Cbanging Patterns in Brazil, Princeton, Princeton Univer�ity Press , 1 971 .

La bibliografía es amplísima. A vía de ejemplo ; John johnson (comp . ) , Tbe Ro/q qf" tbe Military in Underdeveloped Countries, Princeton, Princeton University Press, 1 962; Tbe Military and Socie�y in Latin America, Stanford, Stanford University Press, 1 964; Martín Needler, "Political Development and Military Intervention in Latjn . America'' , American Politicat Scierice Revtmv, vol. 60, 1966, pp. 616-626. Parn tm. análisis de la amplia bibliografü1 existente en los años 50 y 60, véase Lyle McAlister, "Recent Research and Writing on the Roie of the Military in Latín America" , Latin American Researcb Revfew, vol. 2, 1 966, pp. 5-36.

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El régimen ele Pinochet

Uno de los ejemplos más ilustrativos de este sueño mesiánico fue el régimen militar establecido en 1968 en el Perú por el generaJ Juan Velasen Alvarado, que se autoproclamó como el "Gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas" y que quiso impulsar u na tercera vía entre el capitalismo y el socialisú10. Ahraham F. Lowenthal (ed.), The Peruvian Experiment. Continui(y and Chtmge under Military Rule, Princeton, Princeton University Press, 1 975; Cynthia McClintock, Peasant Cooperatives and Po/itical Change in Perú, Princeton, Princeton Univcrsity Press , 1 98 1 ; Alfred Stepan, The State and Society. Perú in Comparative Perspective, Princeton, Princeton University Press, 1978. Fernández, Nationale Sicherheit in Lateinamerika; Genaro Arriagada y Manuel Antonio Garretón, "Doctrina de la Seguridad Nacional'' , Estudios Sociales Centro­americanos. l parte, vol.7, N" 20, pp. 1 29-153 y II parte, vol . 7, Nº 2 1 , pp. 53-82, 1 979. Linz publicó diversos trabajos sobre el régimen autoritario de Franco. Su más im­portante artículo es "An Authoritarian Regime: Spain" , en: E. Allardt & Y. Littunen (eds .) , Cleavages, Jdeologies and Pcmy Systems, Helsinski, Transactions of the Westetmarck Society, 1 964 , la versión en castellano fue 'publicada en Stanley G . Payne (comp.) , Política y sociedad en la Espmla del siglo XX , Madrid , Akal Editor, 1 978, versión que usamos en esta página; "From Falange to Movimiento-Organiza­ción: The Spanish Single Party and the Franco Regime, 1936-1968", en: S . Huntington & C. Moore (comp.) , Authoritarian Polttics in Modern Socie(y, Nueva York, Basic Books; 1 970; "Opposition to and under an Authoritarian Regime: Spain", en: Hobert A. Dahl (ed) , Regimes and Oppositions, New Haven, Yale University Press, 1973, pp . 171 -260. Escribió un largo ensayo sobre los regímenes totalitarios y autoritarios, "Totalitarian and Authoritarian Regimes" , en: F.! . Greenstein & N.W. Polsby (comp.) , Handbook C?f Political Science, Heading, Mass. , Addison-Wesley, 1975 . Fue reprodu­cido como libro por Lynne Hienner Publishers, Londres, 2000. Linz no incursionó en los regímenes militares latinoamericanos, con la excepción de un artículo sobre el Brasil , "The Future of an Authoritarian Situation or the Institutionalizat.ion of an Authoritarian Regime: The Case of Brazil" , en : Stepan (ed .) , Authoritarian Brazil. Linz, "Una teoría del régimen autoritario" , p. 2 1 2 . Linz, "Una teoría del régimen autoritario'', p . 2 1 3 . Car! J. Friedrich y Zbigniew Brzezinski, Tota/itarian Dictatorship & Autocracy, Nueva York, Frederick Praeger Publishers , 1957. La segunda edición revisada por Friedrich es de 1 965, y es la que usamos . Ha explicado el desarrollo de sus ideas sobre los regímenes no-democráticos : Juan Linz, "Totalitarianism and Authoritarianhm. My Recollections on the Development of Comparative Politics " , en: Alfons Siillner et. al. (ecls .) , Tota/itarianismus. Bine Jdeengescbichte des 20. jahrbunderts, Berlin, Akademie Verlag, 1997, pp. 1 4 1 - 1 57 . Por ejemplo, Eduardo Sevilla Guzmán, Salvador Giner y Manuel Pérez Yruela, "Des­potismo moderno y dominación ele clase : para una sociología del régimen fran­quista", Papers, Nº 8, 1 978, pp. 103-141 . Pese a la radicalidad de las críticas, Giner y Pérez no rompen con el enfoque de Linz . Por ejemplo, Benjamín Oltra y Amando de Miguel, ''Bonapartismo y catolicismo: una hipótesis sobre los orígenes ideológicos del franquismo" , Papers. Revista de Sociología, N" 8, 1 978, pp. 53-102 . Beyme, Vom Faschismus zur Entwicklungsdiktatur, p . 3 0 . No se trata de expli\::a r la instauración autoritaria por un reduccionismo del papel de la coerción, sino de reconocer su importancia en el régimen político según las condiciones de cada caso. Las funciones de la coerción tampoco son analizadas ·por Perlmutter, Modern Authoritarianism. Ha analizado recientemente el papel de la coerción: Juan Linz, "Types of Political Regimes and Respect for Human Hights: Historical and Cross-national Perspectives" , en: A. Eide y B. Hagtvet (eds.) , Conditions far Civilized Politics, Oslo, Scandinavian University Press , 1 997. Juan Martínez Alier, "Notas sobre el franquismo" , Papers. Revista de Sociología, N" 8, 1978, pp. 27-5 1 , especialmente pp. 30-3 1 . Sobre la función política de la coer-

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108.

Capítulo !: El régimen de Pinocbet, una dictadura desarrol/ista

ción véase la introducción de Fontana al l ibro Espm1a bajo elfi·anquismo, pp . 17-24. Hay un amplio análisis sobre la represión, especialmente después de la guerra civil , en Payne, The Fmnco Regime, pp. 208-238. Linz, "Una teoría del régimen autoritario" , p . 216 . Un autor lo ha resumido de la siguiente manera: "En los análisis de Linz no se hace hincapié en lo que es todavía el hecho básico de la vida política espaflola: la feroz matanza.de los aflos 1 936-1 944 y la memoria de esa matanza, cuyo máximo respon­sable, el general Franco, ha sido, lógicamente, símbolo de un régimen que ha inspirado mucho miedo por la crueldad que demostró en esos aflos" , Juan Martínez Alier, "Notas sobre el franquismo" , Papers. Revista de Sociología, N" 8, 1 978, pp. 27-5 1 , la cita es de p . 30. José María Maravall , Dicftldura y disentimiento político. Obreros y estudiantes bajo el franquismo, Madrid, Alfaguara, 1 978. Tusell , La oposición democrática .al fi·anquismo 1936-1962. Jorge de Esteban y Luis López Guerra , La crisis del Estado e;par1ol, ·Barcelona , Labor, 1 977. Franco no abandonó el empleo de la coerción, recurriendo a ésta algunas semanas antes de su muette. Además tuvo la energía para ratificar la sen­tenda de muerte contra cinco terroristas vascos , desoyendo las peticiones en fúvor de un indulto que le enviaron diversos jefes de Estado y de Gobierno europeos , incluyendo el Papa Paulo VI. Para las sociedades tradicionales Linz ha desarrollado el tipo de régimen sultanístico, H.E. Chehabi y Juan ] . Linz, "A Thcory of Sultanism l " y "A Theory of Sultanism 2 " , e n el libro editado por ambos Sultanistic Regimos, Baltimore, John Hopkins llniversity Press , 1 998. Seguimos en esto a Max Weber, VVi1tscbaft und Gese/llscbt¡ft, Ti.ibingen, J.C, Mohr (Paul Siebeck) , 1967.

El toque de queda durante la noche fue un recurso usado durante meses para imponer un clima de inseguridad en la población . Usamos los términos de Eberhard Kolb, ''Die Maschineric des · Terrors" , en: Karl D . Bracher, M:rnfred Funke y Hans-Adolf, Jacobsen (eds .) , Nationalsozia/iStische Diktatur 1933-1945. Bine Bilanz, Bcmn, Bundeszentrale für Politische Bildung, 1983, pp. 270-284 . Sus elementos centrales son la ideología , el partido único, el terror organizado, la movilización política, el dictador todopoderoso y la centralización de la economía , Friedrich y Brzezinski, Totalitarian Dictatorship & Autocracy. Fricdrich y Brzezinski, Totalitarian Dictatorship & Autocracy, p. 212 . El estudio m á s completo sobre esta materia e s el clásico libro de Karl D . llracher, Wolfgang Sauer y Gerhard Schulz, Die Nationalsozialistische Machtergreiji.mg, Opladen, Westeutscher Verlag, 1960. Un resumen de la estrategia de toma del po­der nazi hace Bracher en su trabajo "Die Technik der nationalsozia l istiscben Machtergreifung" en el libro Der W'eg ins Dritte Reich 1918-1933 , München, Piper & Co. Verlag, 1983, versión revisada y corregida de la edición original de 1962. La bibliografía sobre el régimen nazi es vastísima, a vía de ejemplo, Bracher, Funke y Jacobsen, Natlonalsozia listische Diktatur 1933- 1945, Kershaw, The Nazi Dictatorship, Karl D . Bracher, La dictadura alemana. Génesis, estructura y conse­cuencias, Madrid, Alianza Universidad, ·1973, 2 tomos , y Broszat , The Hitler State. Después de la 11 Guerra Mundial , Franco introduce cambios en la elite gobernante para adaptarse a los Gobiernos democráticos de Europa dominados por los demócratacristianos, irycorporando a católicos en el Gobierno , Payne, The Fráúco Reginie.

·

109 . Esta opción analítica no es descartada por Linz. El\ una versión posterior de su modelo, desarrollada en un trabajo muy extenso preparado para el Hcmdf?ook o( Political Science, "Totalitarian and Authoritarian Regimes" , Linz sostkne que el autoritaris1no tmnbién puede considerarse co1no una ".sincronización lirnitac.b" , aun­que no desarrolló esta idea porque habría significado introducir profundas mod ifi0 caciones a su modelo original .

75

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El régimen de Pinochet

i de 1965 se mantuvo el si>tema de partidos; a partir del Acta Institucional¡ en esos momentos se estableció un sistema bipartidista , con un parti-¡

Gobierno, la Acción Renovadora Nacional (ARENA) y un partido de oposi-' n, el Movimiento Democrático Brasilero (MDB), Skiclmore, Tbe Politics of Militmy le in Birazi/ 1964-85. '¡)Jace en 1966 por iniciativa de políticos de los partidos tradicionales, Conservador y Liberal, junto con Acción Nacional, fundado por Jorge Prat, que era heredero ele ideas políticas nacionalistas desarrolladas por éste en la revista Estanqi¡ero de

ele los años '40. Los ex senadores Sergio D iez, Sergio Onofre_Jarpa y Francisco I3ulnes fueron emba­jadores en los años '70 en Naciones Unidas, Colombia y Perú , respectivamente. El ))ajo nivel de institucionalización haría del caso de Pinochet más biell una "situa­ción autoritaria" , antes que un "régimen", distinción que hizo Linz en relación al Brasil, que tuvo un mayor grado ele institucionalización, Linz "The Future of a n Authóritarian Situation". ·

En esto vamos más allá del modelo ele Linz, que no examinó las po/ictes, pues ello habría reducido la amplitud ele su modelo.

76

CAPÍTULO II LA INSTAURACIÓN DEL RÉGIMEN AUTORITARIO

Toma del poder y definición del tipo de régimen político

Ls nuevos regímenes políticos est�n determinados no sólo por sus leyes y constituciones, sino también por decisiones adoptadas por las principales instituciones y actores durante su instauración. En esos momentos se da un escenario institucional mínimo, con un reducido número de protagonistas, destacando entre ellos los militares, quienes asumen Ja toma del poder.

Estas decisiones están influidas por las condiciones políti­cas, económicás y administrativas propias del momento en que nace el nuevo régimen.1 El nivel de desarrollo político alcanzado por el régimen anterior, la intensidad del conflicto, especialmente la polarización social , la magnitud de la crisis económica y política y otros factores arman el escenario en el cual a los actores se les presentan distintas alternativas. En momentos de crisis , se produ­ce una concentración de las decisiones ·en unos pocos quienes, con sus acciones, palabras y silencios establecen los primeros ras­gos del nuevo régimen. En esos momentos, los individuos no siem­pre actúan con la prudencia necesaria , no miden los alcances de sus decisiones ni imaginan las consecuencias posibles, directas e

indirectas. El · destino de la trágica República de Weimar (1918-1933)

quedó bastante definido en sus primeros días, por dos medidas tomadas por los nuevos gobernantes: la aprobación del Tratado

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El régitnen de Pinochet

de Versalles y la política de orden público . 2 El acuerdo de paz, qu� impuso enormes costos económicos por el pago de las reparacio� nes de guerra , fue considerado por la extrema derecha una severa limitación de la soberanía del país , negándole legitimidad a la nueva democracia .3 También se produjo un profundo descontento en la izquierda, pues el Gobierno reprimió violentamente las ac­ciones del grupo Espartaco, que costó la vida , entre otras , a la legendaria Rosa Luxemburgo.4

También el destino de la Segundá República en España 0931-

1936) quedó muy afectado en las primeras semanas por las nume­rosas acciones de violencia , toleradas por el Gobierno republica­no de centro-izquierda de Manuel Azaña. Los ataques a centenares de iglesias produjeron un impacto devastador en la población con­servadora , la que adoptó una actitud de desconfianza hacia el nuevo orden político, es decir, la República . Las reformas de Azaña , ·

incluida la militar, provocaron graves tensiones políticas y crearon profundos resentimientos en los grupos de interés afectados, los que se extendieron a la sociedad toda. El conflicto político inicial tuvo un· impacto prolongado en el tiempo y debe considerarse cqmo uno de los antecedentes que explican la incapacidad de la joven y débil democracia para superar la crisis de la primavera de 1936, que abrió paso a la guerra civil . 5

En el caso chileno, la p regunta sobre las causas que llevaron al empleo de tan alto nivel de violencia estará presente durante mucho tiempo.6 Su magnitud no está dada sólo por los altísimos costos humanos cobrados, especialmente en las primeras semanas posteriores al golpe , sino también por el hecho de que la violencia se constituyó en un rasgo distintivo del nuevo orden político.7 Fue asumida como un recurso legítimo y se mantuvo en estado latente hasta 1988, haciéndose manifiesta en diversas ocasiones, espe­cialmente cuando la oposición actuó ccmtra d Gobierno.8

Ninguno de los otros golpes de Estado de los afias '60 y '70 en América Latina fue tan violento como el chileno, con la excep­ción de Argentina en 1976, aunque en éste hubo un contexto dis­tinto, como se verá más adelante . Tampoco hubo violencia en el golpe de Estado de 1 968 en el Perú , iniciado a muy tempranas horas para evitar precisamente enfrentamientos y donde el Presi­dente Fernando Belaúnde Terry fue sacado del palacio de Gobier­no y enviado al exterior en un avión militar. 9

78

Capítulo ll· La itzstaumción del régimen auto1itario

En Chile esto se puede explicar por la grave crisis econó­mica y política que afectaba al país al momento del golpe de Estado . Sin embargo, ello no estableció condiciones suficientes

para el uso inevitable de tan alto grado ·de coerción. La violencia

no era ni justificable ni necesaria, y fue el resultado de las ins­

trucciones impartidas por los militares ese día , de aquellos que dieron el golpe de Estado en forma · institucional, bajo la coordic nación superior del Estado Mayor de la Defensa Nacional , sin

que hübiera fisuras entre ellos , a diferencia de lo ocurrido �m

España en 1 936 .

Tampoco existían grupos armados que pusieran en dl.-1da el monopolio de la fuerza que detentaron los militares. Esta sitüa­ción había sido fortalecida institucionalmente al momento de ins­

talarse el Gobierno de la Unidad Popular con la reforma constitu­cional del "estatuto de garantías" , suscrito con la oposición y luego por la ley de Control de Armas de 1972 . La retórica revolucionaria

venía siendo usada en forma sistemática por dirigentes maximalistas

de izquierda desde mediados de la década del '60, pero no se

había traducido en la creación de Organizaciones que llevaran a la práctica las ; ideas de un cambio revolucionario por medio de ac­

ciones de fuerza , como lo veremos más adelante . En este capítulo se analizará la forma en que se llevó a cabo ·

la instauración del régimen autoritario, a partir del estudio de las

condiciones existentes al momento del golpe de Estado. Este esti­

lo político marcárá d perfil del nuevo régimen, el cual no tendrá capacidad para romper con el uso de la coerción . Se analizarán

algunas decisiones de gran impacto imprimiendo el carácter coerc

citivo del nuevo régimen y se presentarán, asimismo, las etapas de la instauración autoritaria mediante el examen de la forma en que se fue dando la sincronización l imitada.

Las condiciones de la toma del poder: una situación pre-revolucionari�

El empleo de la violencia en la toma del poder se debe compren­

der en el contexto del grave conflicto político que dividió al país en dos bloques antagónicos y que generó un vacío de poder,

empujando a los militares a dar el golpe de Estado el 1 1 de sep­

tiembre de 1 973 . A diferencia de Argentina , los militares en Chile

79

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El régimen de Pinochet

no buscaron . el poder, sino que éste les cayó en sus brazos a corisecuc:;nc:iade la crisis política y económica .

, El Gobierno del Presidente Salvador Allende, integrado prin­cipáhnente por los partidos Socialista y Comunista , impulsó una política que intentaba constituir la segunda vía al socialismo, con �ITfasis en el cambio de la estructura económica y en una amplia ;participación popular. 10 Sus objetivos eran atractivos para un am-

., ' plip sector del país , pero llegó al Gobierno con sólo el 36% de los votos, lo que le dio un carácter minoritario a la coalición de iz­qµierda que gana las elecciones el 4 de septiembre de 1970. La construcción del socialismo fue concebida desde la economía , mediante el control estatal de numerosas empresas, grandes, me­dianas y pequeñas , con el empleo de procedimientos apartados del orden legal. Los sindicatos y los partidos impulsaron una ma­siva ocupación de empresas y propiedades agrícolas con el fin de 'Conseguir la intervención del Gobierno. 1 1 Estas intervenciones se

•• ;: . justífiq.ron jurídicamente mediante una interpretación que foria­: . ··

. ha el orden legal, los llamados "resquicios legales'' , lo que provo­co el rechazo de los empresarios afectados y el malestar del Poder Judicial. La coalición gobernante no controlaba el Congreso Na-

' . 'Ci()nal, donde la principal fuerza política era el Partido Demócrata . . C�fstíanp (PDC) , con quien mantuvo una postura confrontacional, U ' ·]· �i�edo ésta muy vehemente con el ex Presidente Eduardo Frei ¡; 1%()���.lv,a. Grupos de extrema izquierda comenzaron a realizar un

Bªl"l�gírico a favor de la construcción de un orden socialista como elde lós -existentes en Europa Oriental, no disimulando la pose­sión de •armas.

El Gobierno tuvo el antagonismo no sólo de los empresa­rios; sino también de una parte del movimiento sindical y del movimiento estudiantil . n Los gremios empresariales tradicionales, representantes de los grandes industriales -la Sociedad de Fornen- . toFabril-- y los grandes propietarios de la tier:ra -la Sociedad Na­cional de Agricultura-, encontraron oportunidades para hacer una alianza política con los grupos de interés de los pequeños y me­dianos propietarios, principalmente con la Confederación de Co­mercio Detallista y la Asociación de Propietarios de Camiones , todos muy afectados por las dificultades económicas . La crisis eco­nómica aceleró la radicalización de los sectores medios y de sus grupos afines, los que mostraron una gran capacidad de moviliza-

80

,L� '

Capítulo JI: La instauración del régimen autoritario

ción en contra del Gobierno, logrando importantes efectos políti­

cos al paralizar al país en octubre de 1972 , circunstancia que llevó

al Presidente Allende a incorporar a los militares al gabinete . 13 En el invierno de 1973, nuevamente se produjo un paro de los camio­

neros que agravó la situación económica y política.

La gravedad de la crisis de la democracia produjo .la politización de los poderes neutrales, los que se alinearon en c:pn­tra del Gobierno. 14 . Esto ocurrió con el Poder Judicial , particular­

mente con la Corte Suprema, la que acusó al Gobierno de no respetar las leyes y de infringir la Constitución, al no facilitar, la fuerza pública para hacer efectivo el cumplimiento de los fallos 'ele los tribunales. También la Contraloría General de la República , un

organismo de rango constitucional encargado del control de . la legalidad y constitucionalidad de los actos de la administración, fue perdiendo su carácter de poder neutral. Sus altos funcionarios adoptaron una postura contraria al Gobierno, como lo recuerda una de éstas:

Desde mi escritorio surgían las devoluciones de los decretos de re­anudación con designación de interventores laborales; informes que delimitaban y estrechaban el campo de acción de esos mismos interventores; ideas destinadas a fundamentar el rechazo de la decisión de Ejecutivo de promulgar parcialmente utia reforma constitucional destinada a dete.rminar las áreas de la economía, junto a tantas otras materias cm?flictivas que rondaban en el en� tornofiscalizador de ese entonces" . 1 5

La politización también penetró en las Fuerzas Armadas, vis­

tas · por los partidarios de la Unidad Popular como defensoras de los intereses del orden capitalista, mientras sectores de la derecha las consideraban como el actor político que resolvería la crisis

mediante un golpe de Estado . .Estas visiones antagónicas plantea�

ron una muy difícil situación a sus altos mandos, que se esforza­

ban por mantener el rol profesional. El comandante en jefe del Ejército, general Carlos Prats, lo recordó en sus Memorias:

Vivo la situación paradoja! de un alto ff.!fe militar que pregona la doctrina de la prescindencia política de las FF.AA . y que, a la vez, al apreciar el brusco vuelco de la situación interna en un mes de azic sencia, se ve violentado a moverse políticainente, actuando sin la

8 1

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�,,«,!'. ',

El régimen de Pinochet

experiencia necesaria en esas lides, entre profesionales de la política ' del Gobierno y de la oposición. Todo ello, en el anhelo supremo de evitar que su propia Institución fuese arrástrada a pronunciamien­tos fatales para la supervivencia del estado de Derec:ho . 16

Los altos oficiales del Ejército fueron gradualmente tomando posición política , la que se puso de manifiesto en las reuniones del cuerpo de generales convocadas por el general Prats . En estas ocasiones no se elu?ió considerar la posibilidad de que el desa­rrollo político creara condiciones que impusieran un golpe de Es­tado. 17

La polarización política p rovocó manifestaciones de violen­cia inéditas en el país . Después de la elección presidencial de 1970 surgió un grupo de extrema derecha, Patria y Libertad, diri­gido por el abogado Pablo Rodríguez, que se propuso impedir que Allende fuera elegido por.el Congreso Pleno. 18 Otro grupo de extrema derecha, con igual finalidad y con colaboración del ex­general Roberto Viaux, el 22 de octubre de 1970 intentó secuestrar al entonces comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, hiriéndolo gravemente , a consecuencia de lo cual murió tres días después.19 Éste fue el primer asesinato de una autoridad política desde. el. cometido contra el ministro Diego Portales en 1837.

Los partidos contaban con grupos de defensa que cometie­ron actos puntuales de violencia , hechos que no alcanzaron la envergadura de los enfrentamientos entre bandas armadas de los partidos de extrema izquierda y extrema derecha en la España de 1936, ni en Alemania en 1932- 1 933 . En Chile se produjeron actos de violencia política graves, como el atentado realizado por un grupo de extrema izquierda , que mató al ex-vicepresidente de la República, el DC Edmundo Pérez Zujovic en junio de 197 1 , y el cometido algunas semanas antes del golpe contra el edecán naval del Presidente Allende por individuos de extrema derecha .

Los esfuerzos de la directiva del PDC y del Presidente Allen­de en el invierno de 1973 por conseguir un acuerdo para la apro­bación de una reforma constitucional sobre las áreas de la econo­mía, fue obstruido por el PS .20 El aumento de la polarización debilitó las posibilidades de lograr un entendimiento entre Allende y el PDC y adquirieron más influencia los actores que buscaban crear las condiciones que hicieran inevitable la intervención de los mili-

82

IJ ·,(,'

11·¡, ,1 , . il

Capítulo IL· La instauración del régimen autoritario

tares . Una iniciativa muy importante en esta dirección fue la des­calificación de las elecciones parlamentarias del 3 de marzo de 1 973, debido a que los Registros Electorales estarían viciados . De

esta manera , el Congreso Nacional , con mayoría opositora, queda­

ba inhabilitado para impulsar una solución política a la crisis , fa­

voreciendo así la acción de las Fuerzas Armadas. Esta denuncia se basó en una investigación realizada en la Escuela de Derechq de la Universidad Católica por profesores "gremialistas" , que habría demostrado que miles de activistas de la coalición gobernante ten­

drían una doble inscripción, que les permitió votar varias veces. Los Registros Electorales se convirtieron en "una monstruosa ma­

quinaria para alterar la genuina expresión de las mayorías" .21

Nunca se publicaron los resultados de la " investigación" . Lo único que se conoce es un texto parcial en el Libro blanco, 22 un documento propagandístico preparado con posterioridad al golpe

militar por inteJectuales y periodistas de derecha inmediatamente

después del golpe de Estado con el objeto de defender la acción

de los militares .23 En este texto las conclusiones se apoyaron sólo en supuestos, sin entregar datos empíricos que las respaldatan�24

Afirmaban que los partidos de la UP deberían haber perdido apo­

yo electoral como consecuencia inevitable de la grave crisis eco­nómica . La investigación concluyó con un explícito llamado a los ·

militares : "Le corresponde al país , y en especial a las instituciones

capaces de enmendar una democracia formalmente quebrada por autoridades públicas, asumir la responsabilidad de corregir tales · errores" .25

Esta denuncia sirvió de base a la decisión del régimen mili-

tar de destruir los Registros Electorales , con el fin de manifestar

una ruptura final con el desarrollo democrático del país :

En el invierno de 1 973, los sectores que promovían el golpe

concentraron sus acciones en contra del comandante en jefe del

Ejército, general Carlos Prats . Éste había reiterado su postura favo­

rable a una solución pacífica, pero era considerado como un mili­

tar allendista por quienes buscaban el golpe de Estado.26 Dichos

sectores consiguieron que renuneiara a su cargo a fines de agosto de 1 973 , siendo nombrado como sucesor su segundo, el general

Augusto P inochet, quien había trabajado en estrecha cooperación

con Prats y subrogado por un largo tiempo en dos op01tu nidades,

como lo veremos en el capítulo siguiente .

83

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El régitnen de Pinochet

Pese a la intensidad del conflicto político, las instituciones continuaron ejerciendo sus funciones. Existió una cierta parálisis decisoria por parte del Gobierno de Allende para encarar la grave crisis política , pero los Tribunales y el Congreso Nacional no inte­rrumpieron sus labores . La Cámara de Diputados, el 22 de agosto de 1973, decidió denunciar las transgresiones a la Constitución y a las leyes en que habría incurrido el Gobierno, planteando que fuera transmitida al Presidente Allende y a los ministros militares con el propósito de que el jefe de Estado pudiera romper el inmo-

. vilismo en que se encontraba. Los partidarios del régímen militar interpretan ese acuerdo como un llamado al golpe , pero el objeti­vo de sus promotores , los diputados del PDC, era consegüir que el Presidente rectificara su política , para impedir que se provocara el quiebre de la democracia . 27

La crisis que condujo a la caída de la democracia no comen­zó con la elección de Salvador Allende como Presidente , sino que está contenida en las tensiones sociales y políticas de los años '60 , surgidas al calor de las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva (1964-19-;:0) y prin­cipalmente por el impacto de la reforma agraria y el crecimiento de. la organización sindical, con el consiguiente aumento de las demandas de los trabajadores a los propietarios agrícolas.28 La de­mocracia en los años '60 fue criticada no sólo por la izquierda, que la consideraba una expresión de los intereses de la burguesía , sino también por sectores de la derecha, que rechazaban la expansión del sufragio y las propuestas de cambio del PDC, como lo vere­mos en el Capítulo V.

La reforma agraria fue determinante en la acentuación del conflicto político.29 Fui;: condenada por los partidos de derecha · por constituir un camino a la revolución, logrando movilizar a los agricultores en su contra y convenciendo a los empresarios de que era el primer paso para la socialización de las empresas .3° Fue rechazada por los de izquierda, quienes la calificaron negativa­mente como reformista, por lo que movilizaron a sindicatos y or­ganizaciones sociales para cambiar el sentido de su aplicación .

El Presidente Frei,31 por su parte, descuidó la unidad de su partido, en el que se desarrolló un sector que cuestionó su política y promovió el entendimiento con los partidos de izquierda sobre la base de asumir nuevas propuestas programáticas e ideológicas ,

84

Capitulo 1.L' La instauración del régimen autoritario

que recogían planteamientos del marxismo.32 Este cambio debilitó la imagen del partido, contribuyendo a su deterioro electoral.. En esos años, sectores de la izquierda miraron con simpatía la revolu­ción cubana y la lucha guerrillera , apoyada desde Cuba en diver­sos países latinoamericanos . El Partido Socialista, en el congreso de Chillán de 1967, tomó una posición de simpatía hacia la :vía armada , simpatía que no se concretó en la práctica , continuando con el camino electoral que llevó a Allende a la Presidencia .

La tolerancia de los civiles al empleo de la violencia

El empleo de la violencia fue tolerado por vastos sectores de la sociedad, en un amplio clima nacional de odios y resentimientos .

Después del golpe de Estado fueron frecuentes las denuncias en

contra de los eventuales adversarios políticos , lo que condujo a la detención de personas .33 En algunos colegios , los padres de fami­lia denunciaron a profesores o sacerdotes por marxistas , lo que provocó su intervención por la autoridad militar. Así ocurrió con

el conocido establecimiento educacional St.George's College, con­trolado por los militares de manera similar a como se procedió en contra de las universidades.34

La principal justificación del empleo de la violencia fue im­

pedir la ejecución de un plan preparado por los dirigentes de los

partidos de izquierda para apoderarse en forma violenta del po­der, conocido como "el Plan Z" . De acuerdo a esta interpretación, los militares habían dado el golpe para salvar el país del comunis­mo, por lo que la ciudadanía debía estar agradecida de la acción

de los uniformados. Esta tesis quedó documentada en el Libro blanco.

La tesis de la "guerra civil" sostenía que miles de extranjeros

habrían entrado al país durante el Gobierno de la Unidad Popular con el propósito de integrarse a un movimiento guerrillero , el que

habría tenido la preparación y los recursos humanos para consti­tuir una amenaza a los militares. Además, poseerían una aprecia­ble cantidad de armamento, que permitiría apoyar la formación de un poderoso movimiento, un "ejército popular" , tal como los que existieron en otros países de América Latina .35 La existencia de canales institucionales de resolución de los conflictos políticos

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El régitnen de Pinochet

-partidos, elecciones, prensa, etc.-, no era un espacio propicio a la emergencia de un movimiento guerrillero urbano como estaba

1

ocurriendo en Uruguay y Argentina. Nunca se entregaron antecedentes serios para apoyar la exis­

tencia del "Plan Zeta" .36 La única información se encuentra en el Libro blanco antes mencionado. En sus páginas no se demuestra la' existencia d e antecedentes que hubieran permitido tomar e l

por l a fuerza . Las armas que s e denunciaron con gran des-µuc; ¡.: u e publicitario eran de menor cuantía, aludiéndose especial­

ª las que se encontraron en la residencia del Presidente Allende, que , si bien eran excesivas para un jefe de Estado que se

es defendido por las Fuerzas Armadas , eran irrelevantes para ser usadas en contra de FF.AA. profesionales . 37

Tampoco se demostró la presencia de miles de extranjeros in­. �1co::>ados en forma ilegal para incorporarse al ejército popular. El Li­

denunció la presencia de entre diez mil y quince mil entregar ninguna referencia que justificara la validez

estimación, limitándose a señalar de manera muy general que el porcentaje de éstos eran brasileños.39 El otro grupo importante

habría estado constituido por cubanos, pero tampoco entregaron datos específicos que respaldaran la validez de esta

afirrriación.40 Se trataba, en síntesis, de consideraciones exageradas la 'situación política en que se encontraba el país, que confir-

que su finalidad fue justificar el golpe de Estado. único ·g�po de extrema izquierda existente al momento

militar, ,el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) , contaba conun reducido número de militantes procedentes de la ciase media y del movimiento estudiantil . Este grupo, aunque ca­recía de una capacidad militar eficaz, usaba una retórica revolu­cionaria que justificaba la violencia contra las clases dominantes . I'{o fue una organización importante porque no logró insertarse más allá de :la .Universidad de Concepción, donde había surgido.41

· Durante el Gobierno de Allende , el MIR logró mayor visibi­lidad ya que algunos de sus planteamientos fueron asumidos por el sector maximalista del Partido Socialista , encabezado por su secretario general , el senador Carlos Altamirano. Ambas organiza­ciones lograron una importante influencia en el movimiento sindi­cal y especialmente en algunas industrias, las que se organizaron en los llamados "cordones industriales" , visualizados como un poder

86

Capítulo JI· La instauración del régimen autoritario

paralelo al orden institucional . Sin embargo, no lograron organizar un aparato militar propio, como quedó de manifiesto ton ei golpe de Estado, en el que no hubo prácticamente resistencia alg�na ia la acción de los militares .

La violencia fue aplicada por los militares , pero jus�ificada por los sectores de derecha, convencidos de la necesidad pe Mna actuación enérgica de los uniformados contra los marxistas. \ No hubo de parte de los grupos civiles de derecha que apoyarot{d golpe de Estado un llamado a la prudencia; por el contrari<;>, a¡gv­nos rechazaron la moderación en el estilo político, descirtaP.do tempranamente que se estableciera una "dictablanda " . Jaime Guzmán, partícipe activo en favor del golpe de Estado , planteó en

una minuta dirigida a la Junta de Gobierno, algunos días después del golpe, la conveniencia de mantener el empleo de la fuerza, advirtiendo de los peligros que correría si se moderaba el accionar empleado hasta ese momento:

(El) éxito de la junta está directamente ligado a su dureza y ener­gía, que el país espera y aplaude. Todo complejo o vacilación a este propósito será ne.fasto. El país sabe que afronta una dictadura y lo acepta . Sólo exige que ésta se ejerza con justicia y sin arbitrariedac des. Véase sino la increíble pasividad con que se ha recibido por el estudiantado la intervención de las Universidades, medida que en ..

todas partes ha suscitado violenta resistencia . Tran�formar la dicta-. dura en "dicta-blanda " sería un error de consecuencias imprevisic bles. Es justamente lo que el marxismo espera desde las sombras.42

Bastante más tarde, cuando los servicios de seguridad ha� bían adquirido una amplia autonomía y realizado gravísimos actos de violencia contraproducentes para la consolidación del régimen y dañinos para su imagen internacional, surgieron voces entre · los civiles llamando a controlar a la DINA. Sin embargo, éstas fueron débiles y no tuvieron mayor efecto . Volveremos sobre este punto más adelante .

Un caso de violencia política: la Argentina, 1969-1976

En Chile el uso de la violencia ha sido justificado tanto por civiles como por militares debido al estado de guerra existente , el cual no

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1

· · · El ¡régimen de Pinochet _ ., � : .):ilifüía terminado con la rápida toma del poder efectuada por los .,;i,Jiriff>nnados. Habrían existido guerrilleros con . gran cantidad de ';��#nas · en .su poder, quiene? se habrían replegado en forma táctica \i�spués del golpe para preparar un contraataque al nuevo Go­·l5Íerno. Este solo hecho hacía impostergable su eliminación. Esta _,#plícación, basada en una alta dosis de subjetividad, sigue siendo

11; .�tl.srenida por los inilitares desde los años del autoritarismo y aun i:@µtante la democracia . Tanto es así que el Ejército responde , en 1991 , al Informe de la Comisión Rettig sobre Verdad y Reconci­Ifación, que dio cuenta de los casos de muerte y desapariciones ;p'rovocados por la represión durante el régimen militar, soste­

<iite'ndo: · ·

· Afirmar que el país fue controlado eri pocos días no se ajusta a la verdad, puesto que para conjurar de.finitivamente el estado de

,. , P,uérrafue menester una larga tarea de neutralización de la posi­·; g ]Jle capácidad de reacción de los grupos paramilitares extremistas, ·;:<cuyo grado de preparación bélica, de organización política y de .�'pbffer annado no era dable medir con exactitud, mientras esos "(�'k,Titpgi nofueran militarmente anulados.43 f;·'í �;:!',,( ·, · . : · :,:·

: ·.

.;i'S:tttérminos similares opinó en esa oportunidad la Armada , J$il�kntan:dp que estos grupos guerrilleros recibían apoyo bélico

(i.4�sd� �el extranjero; aludiendo a Cuba y a los países de Europa ro����al:

'( . ;,;: EStamedida{el empleo de Ja violencia) se hizo indispensable ya '. · q}i� la accipn de los grupos subversivos y terroristas organizados ,: ''. f!rf cuadrosparamilitares y dotados de armamentos y eXplosivos,

'' .< grah cantidad de los cuales eran de origen extranjero, continua-" '.. ¡•; , , •: 'bqn :su a'ci:ion sediciosa y antinacional en todo el país. Especial

'. gtaveda/( . .t:tienía el hecho, público y notorio, de que la subversión .. contaba � sit lucha revolucionaria con el decidido apoyo de po­

. . ... ·. tencias l!XJfanjeras, lo que le daba, además, las características de .· · \ · . un fltaque forár:eo a la iiztegridad de nuestra patria y de sus ins-

. tituciones.fundamentales.44

Estas denuncias recogen las acusaciones del Libro blanco sobre un clinia de enfrentamiento previo al golpe de Estado y a la presencia de organizaciones guerrilleras que , como vimos antes, no se ajustaba a la realidad. Hubo una retórica revolucionaria que

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_ Capitulo D: l a tnstauraei6rÍi del régimen autoritario

legitimó el . uso de la violencia , pero ésta no se tradujo en acdo'­nes, con la excepción del MIR. Este movimiento armado foe prác- .

ticamente destruido después del golpe y logró resurgir a fines de· los años '70 desde el exterior. Se incorporaron al mismo miÜ�ant�s desencantados del Partido Comunista y realizaron acciones · ter�a� ristas entre 1 979 y 1 983 ;45 A comienzos de los '80 surgió el iPre�tb Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), también ejecutor de 4cd9:. nes violentas, especialmente en contra de Carabineros, sien:do tl� más espectacular el atentado contra el general Pinochet, en 1989: ; · · Tanto el MIR como el FPMR estaban constituidos por un. reducid� número de militantes con alguna preparación militar, sin UegalL � constituir una. verdadera amenaza para el régimen. Ambos grupos; además, no encontraron eco en la sociedad, y también ·. fueron .

rechazados por los dirigentes de la oposición democrática; qu� estimaban que la violencia no era el camino para terminar con el autoritarismo y, por el contrario, consideraban que su uso favoie� .

cía al general Pinochet, pues le daba pretextos para mantener·.la represión.

· Para apreciar la realidad de Chile .en 1 973 en relación :al terrorismo y la violencia es interesante · examinar, de manera muy · abreviada , la situación que vivió Argentina antes del golpe de Es­tado de 1976 contra el Gobierno peronista de Isabel Perón,4.�/En este país hubo organizaciones guerrilleras que alcanzaron una col1-siderable capacidad, se enfrentaron con los militares y la policía desde varios años antes del cambio de régimen y consiguieron :el apoyo de amplios sector.es de la población, especialmente de : la juventu d . D o s fueron las pr incipales organiza ciones : lo.s Montoneros,47 constituida por jóvenes provenientes de la derecha católica y nacionalista , identificados con el Peronismo, que lós apoyó en sus primeros años, especialmente a su Juventud; y, '.el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Pai:ti- ·

do Revolucionario de los Trabajadores (PRT) fundado en 1970 y constituido por jóvenes provenientes de la izquierda marxísta�48 En el caso de los Montoneros, · la principal figura · del Partido Justicialista , el ex Presidente Juan Domingo Perón, los respaldó desde su exilio en Madrid y hasta algunos meses después de vol� ver a Argentina en 1973. Las acciones de violencia desarrolladas por estas organizaciones · no fueron rechazadas por la ciudadanía sino que, por el contrario, contaron con simpatía . En efecto, una

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El régimen de Pinochet

encuesta mostró altísimos porcentajes de apoyo a las acciones de tipo terrorista , las que eran "justificadas" por el 53% de los habi­tantes de la ciudad de Córdoba y el 45 , 5% de los de Buenos Ai­res .49 En su mejor momento, en 1 974-1 975 , se estima que cada

,prganización contaba entre 3 .000 y 4 .000 guerrilleros, sin mayores · dificultades de · reclutamiento de nuevos combatientes. 50

La violencia política en Argentina no surgió durante la de­�ocracia, sino que fue producto de las condiciones políticas y

: económicas derivadas del régimen militar (1966-1 973). Un ejem­plo de este clima se hizo visible en Córdoba en 1969, donde se produjo la protesta estudiantil y obrera conocida como "e l ¡:ordobazo" , duramente reprimida por los militares. Éste no fue un

. hecho aislado; había malestar en amplios sectores del país por las

: : ; dificultades económicas y las restricciones a las libertades impues­tas poda dominación castrense . Durante el Gobierno del general :Alejandro Lanusse 0971-1973) se produjeron "verdaderos levanta-piientos populares que movilizaron a todas las clases sociales" ."1

.r¿,· > . . La represión impulsada por los militares contra las organiza­r. ; ·; ci9ne� de extrema izquierda después del golpe de Estado del 24

· · . . · . de marzo de 1976 no comenzó en ese nuevo escenario, sino que

y estaba . �n pleno desarrollo desde varios años antes. La violencia

· ·..•. �el ;Est4do se expandió y profundizó cuando volvieron a tomar el �o.cler; pues los uniformados habían asumido las técnicas de lucha antisubversiva desde fines de los años '60 y encararon con medi-

> (las represivas las manifestaciones de protesta protagonizadas por · éLmovirnierito sindical y estudiantil durante el régimen castrense

del géneral Juan Carlos Onganía (1 966-1 970) y en los dos que le siguieron. Esto contribuyó al desprestigio de las instituciones cas­trenses, acentuó las tensiones al interior de los grupos de poder y amplió la base social de la guerrilla . A partir de 197 1 , la represión

. . se enduteeió,c:onvirtiéndose en una "verdadera guerra secreta . . El Ejército y la policía nó se conformabán con utilizar un aparato legal de temibles posibilidades. La lucha antisubversiva no se pre­ocupaba por la 'legalidad. Las asociaciones de profesionales , el Colegio de Abogados y las más altas autoridades morales del país denunciaron los arrestos arbitrarios, la tortura de sospechosos, la

\iesaparición pura y simple de dirigentes de extrema izquierda" . "2 La violencia no decayó cuando los militares alejaron al ge­

neral Juan Carlos Onganía de la Presidencia en junio de 1 970 e

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Capítulo lL' La instauración del régimen aittoritario

impulsaron una política de liberalización que apuntaba a restable-. cer las elecciones competitivas para conseguir el regreso del gene'­

ral Juan Domingo Perón desde su exilio en España y terminar así la confrontación con el peronismo, situación que atraviesa la polí­tica argentina desde que éste fuera derribado del poder en 195.5 y desde entonces proscrito su partido, hasta 1 973 . Luego de u.na breve Presidencia del general Roberto Levingston, asumió la jefa.e tura del Estado el general Alejandro Lanusse , impulsor de la estra­tegia de liberalización.

La confrontación entre los uniformados y los movimientos de extrema izquierda se hizo patente con el secúestro en 1 970 del general en retiro Pedro Eugenio Aramburu , uno de los que había encabezado la sublevación militar que derribó al general Perón, a quien quitaron la vida tres días después . 53 El empleo de la violen­cia en esos años fue justificado por distintos motivos. Mientras los Montoneros estimaban que con ese método aceleraban el retorno de Perón y la constitución de un Gobierno encabezado por éste de orientación izquierdista, el ERP buscó radicalizar la situación política con el fin de crear las condiciones previas a una situación revolucionaria . 54 Montoneros interrumpe por un tiempo su accio­nar violento luego de las primeras elecciones, de marzo de 1973, en las que participa el peronismo, y que llevaran a la Presidencia ·

a Héctor Cámpora , delegado personal de Juan D. Perón .. Éste , desde el Gobierno va a impulsar algunas medidas favorables a las organizaciones de izquierda, tales como una amnistía a los presos políticos , reanudando con ellas una relación que luego Perón, al asumir como Presidente en octubre de 1 973 , rompe, expulsándo­las del Justicialismo el 1º de mayo de 1 974.

Las acciones terroristas de Montoneros no estuvieron . sólo dirigidas a los militares o sus representantes sino a dirigentes gre­miales del ala aerecha peronista, como Rucci, secretario general de la poderosa CGT. En 1974 asesinaron también al ex ministro del Interior del general Lanusse (1 971-1973) por su supuesta res­ponsabilidad en la matanza de Trelew. 55 Los militares reacciona­ron duramente en contra de la guerrilla en diversas provincias , resultando muertos numerosos cuadros Montoneros y del ERP.

Además de las organizaciones guerrilleras de extrema iz­quierda y peronistas existió la violencia de la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como "la triple A" , grupo de extrema dere-

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El régimen de Pinochet

'(:ha, responsable de numerosos atentados terroristas y de la elimi­.tlación de connotadas personalidades del ámbito religioso, inte�

· iedual , profesional y académico. Esta organización contó con el · · . ;l)eneplácito de las autoridades del Gobierno de Isabel Martínez

ije Perón (1974�1976), vicepresidente de la República quien asu­· , , mió la primera magistratura al morir Perón. Los Montoneros res­

;pOndieron al terrorismo de extrema derecha con nuevos actos de violencia, agravando así la confrontación con el Gobierno

,, .democrático . Las organizaciones guerrilleras dispusieron de una amplia y

(Compleja organización, con una infraestructura que incluía emiso-; ;'f:'as de radio, imprentas para sus propios órganos escritos , recursos

;hospitalarios para atender a sus heridos, armamentos y fondos [económicos más que suficientes obtenidos, por ejemplo, en ope­¿�aciones de secuestro de empresarios con los cuales podían finan-ciard trabajo de sus numerosos activistas .56 En el caso particular

¡�·ge los Montoneros, éstos poseían una amplia organización que · . . ;:luyó un "Servicio de Informaciones Montonero" , sustentado en

· >laboración de numerosos funcionarios públicos . Dispusieron i'fra ;;enorme cantidad de armamento, conseguido en nurnero-:f$alt<Ys, uno de los cuales fue el realizado a la fábrica de armas

'•· a finales de 1975 . 57 Para financiar sus múltiples operacio­" i.zaron espectaculares y sistemáticos secuestros de empre­

¡siendo d más importante el llevado a cabo en septiembre 4.'contra los hermanos Juan y Jorge Born, por cuyo rescate

· 61 millones de dólares . 58 /1975 los Montoneros se concentraron en el ataque a uni­Hit13.resde cada una de las tres ramas de las Fuerzas Arma­zs(?m::rm�os integrados por decenas de guerrilleros , alcan­·¡ ,�'Jl,j�tivos . con gran espectacularidad. La operación en �ii��td'JJ.� consistió en hacer estallar una moderna fraga­��'�rjrooad, de 3 . 500 toneladas y provista de misiles ,

·.•· . . . . , • ·Th�� ,��s equipos electrónicos . Después atentaron contra. un '5'ª�e;?ct�l¡,.�.1t� Mando de Ia Marina, usado por el jefe de la institució'l);; ·�lj�1�irante Massera . La ofensiva contra la Fuerza Aé-!

r� c�Tisist'ióc�n. un ataqu� �rmado . a la base d� , Tucu mán ,

d1tiart11tand0 su.pista. de aternza1e y destruyendo un av1on de trans­porte del tipo Hércules ·C-130. El ataque al Ejército no fue menos espectacular: asaltaron uno de los regimientos más poderosos de

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Capítulo JI: La instauración del régimen autoritario

Argentina, situado en la localidad de Formosa, con la participa­ción de 60 guerrilleros. En el enfrentamiento murieron 1 O guerri­lleros y un número similar de militares. Gillespie señala que fue "una espectacular demostración militar, proyectada y llevada a cabo con el fin de conseguir un buen número de armas, de humillar; al Ejército y de hacer ambas cosas con la mayor aparatosidad pdsi­ble" . 59 Este grupo también actuó contra la policía a través d<:: ,''la justicia Montonera" , asesinando a oficiales de esta organizacióµ en represalia por sus operaciones en contra del movimiento gtjie" rrillero.60

En consecuencia, en la Argentina de antes del golpe de Es­tado de 1 976 existió un enfrentamiento armado entre grupos gue­rrilleros, por un lado, y militares y fuerzas paramilitares, por el otro, que cobró numerosas víctimas. Una minuciosa ii;ivestigación de las actividades desarrolladas por las organizaciones guerrilleras sobre la base de la información reunida en la prensa de la época, entre 1969 y 1979, cuando los Montoneros desapareció, llegó a fa conclusión de que habrían sido aproximadamente 3 .860 los gue­rrilleros muertos. Sólo en los dos años previos al golpe de Estado 0 973-1975) hubo 1 .831 guerrilleros muertos, de los cuales el 15 ,29% pereció en · .enfrentamientos.61 Las víctimas de las acciones de las organizaciones terroristas han sido estimadas por otros autores en ·· 1 . 358 personas, .a las que "debían sumarse 445 militantes subversi­vos caídos en la lucha: aproximadamente 3 muertos cada dos días" .62

Este escenario de violencia política que afectó a la Argentina desde unos siete años antes del golpe de Estado de 1 976 permite comprender la naturaleza de la coerción ejercida por los militares después del mismo. En el hecho, no iniciaron, sino que acentua­ron fuertemente sus acciones represivas, las que provocaron una cantidad de muertos superior a la que hubo en Chile . La Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, constituida por el Pres�­dente Raúl Alfonsín 0983-1989) y que fuera presidida por el escri­tor Ernesto Sábato, documentó en 1984 la desaparición de 8.960 personas por acción del terrorismo de Estado, aunque estim;1ba que el núme.ro efectivo era superior.63

En Chile no existió un clima de enfrentamiento armado en­tre organizaciones guerrilleras y los militares. Los uniformados en Chile estaban actuando dentro de la institucionalidad democráti­ca, colaborando incluso con un Gobierno de izquierda . En Chile

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' 1

. ¡ · - · i

·· El régime� · de Pinochet 1 1

f , . · . ··· · l :O'q0:h��? nfoguna organización que pudiera compararse con los[ . J?.()4er9sos grupos que actuaron en Argentina, como los Montoneros¡ • ·>: ��m El MIR en Chile hasta 1973 no llegó a ser ni siquiera una,

b.ra. de alguna de éstas, teniendo , además, que enfrentar a 'rns cohesionados internamente y con una alta capacidad

·�li� rápida toma del poder

( ; Nuestro enfoque de análisis del régimen de Pinochet pone de ) ie:lieve la importancia que tiene la forma en que se prod!-lce la

< t01Ilª .del poder y su relación con la coyuntura . para definir su '\posterior perfil . Los militares realizaron con gran eficacia el gol-. ?J:)e de Estado, consiguiendo su objetivo en pocas horas, incluso

antes de que los aviones despegaran para atacar a l palacio de La f;M�neda> Las Fuerzas Armadas a ctuaron en forma cohesionada , · ¡;�fij:;:�isídentia interna , e liminando con energía los escasos focos

· ·���:i�$i.stencia :armada ofrecida por u n reducido número de acti­�i�t�§; �bi�ados en los alrededores del pala.do pr�sidencial y en �fg(i'frfl.�;,poBlaciOnes de la capital .64 El Presid�nte Allende llamó a l�;$�fü�;:á. ,sus partidarios y el Gobierno. No hubo una situación

, �iajil�Í;ala.;,<}c;!· España en 1 936, cuando el Gobierno entregó ar­\: {h:i�s.',� stis partidarios para defenderse de la rebelión de los mili-

. ·t.�fa:s::�� ,, t· .. ... _. ·

<Lf: .· '. �¡,.J,a 'Ciµd:i<l de Concepción, la tercera en importancia en el ';':p�f,ef¡1'fue controlada con una rapidez que sorprendió a los milita-

':?Fr�,s,:' quienes �o ' necesitaron · hacer uso de las armas para conse­\;.· ;· Btl\rlo . �e trat;,i.qa de una ciudad emblemática de la izquierda , en la . '. :'X:. qye h�pía \lná. gra11 zona industrial , con poderosos sindicatos Y:

�ib�; ü§:;�ir,fiR<:)t�l:it�:j.iniversidad privada donde el MIR tenía una signi- i ·· · · : Jicativa inftuc:;nda . . . Un analista, que tiene una visión muy positiva !

icl.eftégime'n rhilitar, relata el rápido control de esta ciudad, seña- 1 labdO qüe a las S.50 horas del 1 1 de septiembre de 1 973 el general j Washingtón Carrasco, comandante en jefe de esa división del Ejér- ¡ dto; pudo )nformar a sus superiores en Santiago que había cum- 1 plido su labor, concluyendo que "al mediodía , muchos de estos i altos dirigentes iban camino de la isla Quiriquina , en la Bahía de Concepción, al norte de la ciudad" .66

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También se ha reconocido la efectiva acción de la Marina para lograr el rápido control de la ciudad de Valparaíso; la segun� da en importancia en el país , cuyos efectivos, con el apoyo de las . ·

otras ramas de las Fuerzas Armadas, pudieron dominar con · rafü� dez y sin contratiempos las diversas industrias y las dos un¡yer$i-dades, habiendo silenciado a tempranas horas de la

.

las radios ubicadas en esa localidad. No se produjeron de protesta u oposición por parte de los partidarios de la w<1¡11ul,.{q de Gobierno. "Al final del día ---cosa que . Merino lamentó desbués� "sólo" se había apresado a 270 personas" . 67

El almirante Sergio Huidobró, un miembro del Alto J vianµu de la Marina al momento del golpe .de Estado, recuerda siguiente manera el éxito de la acción de los militares:

Cuando el operativo militar comenzó a actuar, Concepción fue controlado sin disparar un tiro y lo mismo Talcahuano. Igual cosa . ocurrió con los centros mineros en Lota, Coronel y Chuquicamatq . Sólo hubo brotes aislados de resistenCia en algunas ciudades. En la mayor parte del país, la población embanderó sus casas y se.fue acentu'ando rápidamente la normalidad. En -Santiago, el ám�rol de la ciudad se consigu ió en escasas horas. Hubo únicament e es­caramuzas ais/aqas en algunos recintos universitarios yfábricas estatizqdas y en las poblaciones periféricas. Sólo en el ce.ntro de . . Sa n tiag o se ofreció )a lucha en un reñido fueg o con los francotiradores apostados en los ed(ficios más destacados tales como la torre Entel, a ta cual se te disparó con artillería; la construcción nueva ;del diario "Clarín " y otros. Los servicios tel�fónicos, dgua, luz, gas, funcionaron normalmente gracias al control de lqs.Fuer-: ·

zas Armadas aplicado des4e la madrugada del mismo día · 1 1'!.i>ª

La efectiva acción de los militares se vio facilitada por la amplia información que tenían de las "organizaciones subversi� vas''., incluyendo su "fuerza, organización, medios logísticos dis­ponibles , principales líderes" . 69 · Contaban con planes de contip:.. gencia actualizados a la situación política del momento, incluyendo una cuidadosa apreciación sobre el poder político y armado cie los grupos de extre.ma izquierda, que desde fines de los años �60 fueron seguidos por los servicios de inteligencia , especialmente por la Dirección de Jnteligencia del Ejército (DINE) , que consiguió . infiltrar al Partido Socialista y al MIR. Desde el 1 6 de julio, el Ejér­cito preparaba en la Academia de Guerra un plan propio, con u n

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El régimen de Pinochet

de oficiales , el que estuvo concluido a finales de agosto 'y "llamaba al Ejército a tomar el poder el 14 de septiembre ,

u uu.wuuv ·ese día el ensayo de la parada anual del Día de las del Ejército, el 19 , como pretexto para movilizar tropas" . 7º

La ejecución de la sincronización limitada

Si el control del país fue muy rápido, también lo fue la definición de las principales orientaciones políticas . El mismo día del golpe

' de Estado se constituyó la Junta de Gobierno, formada por los comandantes en jefe de cada una de las tres ramas de las Fuerzas Armadas y el general dfrector de Carabineros. Esta Junta se atribu­yó el poder constituyente , legislativo y ejecutivo. El general Pinochet .fue designado presidente de la misma ; como un primus ínter pa-

< \ res . . La Junta actuó con celeridad, declarando de inmediato el cíe-. fre del (:ongreso Nacional.71 Los partidos que pertenecieron a la

· · · l:]'µid<id Popular fueron puestos fuera de la ley y considerados ,; '�<;}l;noé''asdciaciones ilícitas" ,72 decretándose su disolución y la con­

';;/ · ·· fjstilción de sus bienes, que pasaron al Estado.73 La fundamentación ·yrn,�l�ada para ordenar la disolución de los partidos de la Unidad

:· . :Pppulár t1.wo el componente de antimarxismo convertido en uno 1 • <. cie l9s principales elementos del discurso del nuevo régimen.74 Los

. .. ' B?rti99s,de la oposición al Gobierno de la Unidad Popular recibie­. · rqnpn �ratanüe1;1to diferente, siendo declarados en "receso" .75 Esta

... difer('!ncta·se hizo con el objetivo de promover la cooperación de lós profesionales y técnicos del Partido Nacional y del Partido Demócrata Cristiano (PDC).76 En el caso dd PN, los militares fue­l'onJavorecidos, ya que el partido se declaró voluntariamente di­suelto algunos días después del golpe , para dar libertad de acción. a sus dirigentes y militantes respecto a entrar a trabajar al Gobier­no. El PDCno se disolvió sino que siguió actuando.77 La directiva del PDC emitió una declaración al día siguiente del golpe milititr, explicando este desenlace como consecuencia de la grave criSis política. Al día siguiente, un grupo de trece destacadas personali­dades del PDC condenó el golpe de Estado, lo q�e irritó a lbs militares que esperaban el respaldo de los partidos que habían estado en la oposición al Gobierno depuesto.78 Entre los econo-mistas algunos entraron a participar en el Gobierno.

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Capítulo JI:. La instauración del régimen autoi1Mrio

Los militares no miraban con simpatía al PDC ya desde antes .

de la crisis de 1 968-1 969 , que terminó con el "tacnazo'', cúandp general Roberto Viaux se acuarteló en el regimiento ñal de protesta por su destitución del Ejército, la irritación de los uniformados por la difícil situación que los aquejaba .79 Consideraban que el Gobierno de Frei responsable de los problemas económicos que habían debuuaµ<.J a la institución, mientras que otras organizaciones conseguían tajas corporativas . Los nuevos gobernantes actuaron en forma .gra� dual en contra del PDC, para no empujarlo a la oposición/lcJ comienzos de octubre de 1 974, la Junta de Gobierno prohibió el regreso al país de Bernardo Leighton, que se encontraba en Italia desde comienzos de año. Algunas semanas más tarde, expulsó del país al ex-senador Renán Fuentealba, que había sido cinco veces presidente81 de esa colectividad. La radio Balmaceda, propiedad del PDC, fue constantemente presionada por la autoridad, impo­niéndole sanciones que la obligarían a cerrar; también se actuó en contra de la revista, Política y Espíritu, que había sido en la prác­tica la voz oficial del Partido, siendo prohibida en 1 975 . En marzo de 1977, el Gobierno dio un paso decidido en contra del PDC, al decretar la disolución de todos los partidos .82

Las medidas en contra de la oposición fueron arbitrarias , ·

pero sustentadas en bases legales para impedir la actuación de los tribunales. Los nuevos gobernantes estuvieron preocupados de establecer u na legalidad que los legitimara para justificar sus me­didas coercitivas, como el exilio, que era una simple decisión ad­ministrativa . 83

Se adoptaron medidas para prevenir la acción opositora · en el exterior. El D.L. Nº 604 de 1 973 prohibió el ingreso al país de personas nacionales o extranjeras que "propaguen o fomenten doctrinas que tiendan a destruir o alterar por la violencia el orden social del país o su sistema de Gobierno; los que tengan reputa­ción de ser activistas de tales doctrinas, y en general, los que ejecuten hechos que las leyes chilenas califiquen de delito contra la seguridad exterior, la soberanía nacional, la seguridad interio� o el orden público del país o a juicio del Gobierno constituyan un peligro para el Estado" . 84

Los Gobiernos locales fueron sometídos al control de Ios nuevos gobernantes . 85 El D.L. Nº 25 , de 19 de septiembre de 1973,

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El régimen de Pinochet

declaró la "cesación de funciones de los alcaldes y regidores d� las municipalidades del país" , justificado en "la necesidad de ar+ monizar la organización s funciones de las municipalidades del territorio nacional con las disposiciones del D . L. Nº 1 " . Los alcal� des fueron designados por la Junta de Gobierno, recayendo los nombramientos en personalidades locales o en oficiales en retiro .

La sincronización limitada también afectó a la administra� ción pública . El D . L . Nº 6, de 1 1 de septiembre de 1 973 , declaró en "calidad de interino" todo el personal de los servicios , reparticio­nes , organismos, empresas y demás instituciones de la administra­ción del Estado, con excepción de los empleados del Poder Judi­cial y la Contraloría . Esta decisión permitía la destitución por razones políticas de los funcionarios pertenecientes a partidos de izquier­da, incluido el despido de profesores de la educación básica y media .86 El D.L . Nº 98, de 1973, declaró en reorganización a todo el sector público, con lo que se podían introducir las modificacio­nes que se requieren en la organización interna de las respectivas instituciones , tales como fijar plantas , trasladar fu ncionarios , desconcentrar, ampliar o suprimir servicios mediante un decreto supremo.

En consecuencia , los militares tomaron el control del país coil gran rapidez y sentaron las bases de un nuevo orden político, centralizando la autoridad en la Junta de Gobierno, que se convir­tió en el principal órgano decisorio.

La declaración de guerra al marxismo: "extirpar el cáncer marxista "

Hemos · dicho que el empleo de la violencia �n la toma del pod�r no fue inevitable . Los militares asumieron el control del país si­guiendo un plan de "guerra" , convencidos de que la Unidad Pd­pular era un movimiento que amparaba grupos armados y qu� preparaba una acción como "el golpe de Praga" , en Checoslov�-

'

' quia en 1 949 . En consecuencia ; actuaron como si estuvieran en �l frente de batalla .

Durante la instauración de un nuevo orden político, algun�s decisiones tienen un gran impacto en ese ámbito , afectando fa conducta de actores e instituciones . Tres fueron las decisiones que imprimieron un sello altamente coercitivo al régimen de Pinochet.

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Capítulo Il· La instauración del régimen autoritario

En primer lugar, la determinación del comandante en jefe de la Fuerza Aérea, general Gustavo Leigh, de bombardear el palacio de La Moneda con aviones de su institución, y su discurso de declarar la guerra al marxismo como una de las prioridades del nuevo régimen.

En segundo !Ugar, la decisión del comandante en jefe del Ejército, general Augusto Pinochet, de crear un servicio de seguri­dad especial destinado a llevar adelante el combate contra el mar­xismo -la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA)- y de nom­brar a su cargo al entonces coronel Manuel Contreras.

En tercer lugar, el desempeño del general Sergio Arellano Stark al hacer efectiva la orden del general Pinochet de acelerar los procesos de los tribunales militares en el norte del país , a consecuencia de lo cual fueron asesinadas 72 personas, en lo que se conoció como " la caravana de la muerte" .

Todas estas iniciativas tuvieron como resultado agudizar el clima de guerra entre los oficiales de las Fuerzas Armadas y los civiles que los apoyaban, generando un ambiente de temor en la población. Veamos cada una de estas acciones.

La predisposición de Pinochet en favor del uso de la violen­cia puede comprenderse como una manera de romper su imagen respecto a no haber participado desde un comienzo en la conspi­ración. Había trabajado estrechamente con el general Prats , man­teniéndose al margen de la preparación del golpe, y vacilando hasta el último momento .87 Sólo el sábado 8 de septiembre de 1 973 se plegó a tal instancia .88

El militar que tuvo la imagen de duro durante los primeros meses fue el general Leigh . A través de sus acciones y discursos quiso convertirse en el hombre fuerte del nuevo régimen. Habíá tenido una actuación muy importante en precipitar el golpe de Estado, y su decisión de ordenar el bombardeo del palacio de La Moneda buscó poner a su institución como la principal responsa­ble de la "liberación" del país .89

Tuvo otra iniciativa que apuntó a reafirmar su imagen de ·

dureza, cuando, con ocasión de la ceremonia de presentación de la Junta de Gobierno ante los medios de comunicación, lla­mó a extirpar el cáncer marxista "hasta las últimas consecuen'­cias " . El tono de sus palabras fue muy violento , en contraste con el discurso más bien prudente que pronunciaron los otros

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El réghnen de Pinochet

miembros de la Junta : el general Pinochet, el almirante Jdsé Toribio Merino, comandante en jefe de la Armada y el genetal director de C a rabinero s , César Me ndoza . . Leigh indu cía; a radicalizar las acciones en contra de los opositores , sin excluir la muerte de los marxistas :

Las instituciones armadas y de orden de Chile se habían colocado en un plano excepcional de prescindencia política. Pero, después de tres años de soportar el cdncer marxista, que nos llevó a un descalabro económico, moral y social que no se podía seguir tole­rando, por los sagrados intereses de la patria, nos hemos visto obli­gados a asumir la triste y dolorosa misión que hemos acometido . No tenemos miedo. Sabemos la responsabilidad enorme que car­gará sobre nuestros hombros, pero tenemos la certeza, la seguri"

· dad de que la enorme mayoría del pueblo chileno está con noso­tros, está dispuesto a luchar contra el marxismo, está dispuesto a extirparlo hasta las últimas consecuencias . Y gracias al apoyo de este noble pueblo chileno, sin distinción que no sea otra que la de ser marxista, llevaremos al país al resurgimiento económico, polí­tico, social y moral.9"

En diversas ocasiones el general Leigh reiteró su decisión de constituirse en el hombre fuerte del nuevo régimen. Los tribunales militares de la FACH, que sesionaron en Santiago, aplicaron con rigor la ley en contra de los detenidos, sin respetar las mínimas normas procesales . Oficiales y suboficiales de la FACH se integra­ron a la DINA y, cuando Leigh vio que ésta trabajaba para apoyar al general Pinochet, creó un servicio de seguridad propio de su institución, el Comando Conjunto, sin conocimiento de sus cole­gas de la ]unta . Este organismo actuó con energía contra los diri­gentesdel MIR y del Partido Comunista . Bastante más tarde , cu�n­do el carácter represivo había desbordado los objetivos que buscapa, el general Leigh moderó su discurso y su actuar, pero el impa�to radicalizador de sus palabras y acciones había dejado ya una piro­funda · huella en el nuevo régimen. Como otros revolucionarips , terminó siendo víctima de la ambición de poder de uno de �us colegas, el general Pinochet, quien lo destituyó de la dirección ¡ de la Fuerza Aérea y de la Junta de Gobierno en julio de 1978 una tez consolidada su autoridad y poder como jefe de Estado . Volvere­mos sobre el general Leigh y su conflicto con Pinochet en el tulo m .

100

Capítulo IL· .La instauración del régimen autoritario

"La caravana de la muerle"

La crisis que precipitó el golpe de Estado se había concentrado en gran medida en la capital, lo que es explicable debido a la centr�a­lización del sistema político. En Santiago se produjo el enfrenta­miento entre los poderes del Estado, la ocupación de industriasi y la constitución de los llamados "cordones industriales" , que bu:s� caban convertirse en el poder paralelo de la izquierda maximalista para presionar por la construcción del socialismo.

En las regiones · existía una relación menos antagónica entre los mandos militares y las autoridades provinciales , por lo cual hubo menos represión, y las sentencias de los tribunales militares impusieron penas menores a los condenados. Esto no fue del agrado del general Pinochet, empeñado . en expandir el clima de guerra. Encargó entonces al general Sergio Arellano Stark viajar a diversas ciudades del país en calidad de "su delegado", con el fin de acele­rar los procesos militares .91

Arellano era un oficial de Infantería que gozaba de amplio prestigio en la institución y cuya principal característica era su estrictez para concebir la disciplina militar, siendo apodado por ello "el lobo" . Tuvo un rol importante en la preparación del golpe de Estado, siendo uno de los cinco oficiales del Ejército que se integraron al "grupo de los 1 5" que elaboró el plan de contingen� cia para su realización. Al momento de recibir la misión, no estaba todavía consolidada la estructura de autoridad del nuevo régimen y Arellano se consideraba como un oficial con legítima autoridad · para llevar a cabo a su modo las órdenes de Pinochet, ya que en su fuero interno se autodefinía como el padre del golpe , que go­zaba de un mayor grado de legitimidad que su superior jerárqui­co.92

Eligió a un puñado de oficiales de su confianza para que lo acompañaran en esta . misión, todos los cuales serían posterior­mente destacados miembros de la DINA.93 Arellano se desplazó primeramente al sur del país, a ciudades tales como Cauquertes y Talca . Algunos días después viajó a cuatro localidades al norte de la capital : La Serena , Copiapó, Antofagasta y Calama . En todas estas ciudades no se produjeron incidentes el día mismo del golpe y los militares habían asumido rápidamente el control de la situa-

1 0 1

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El régimen de Pinüchet

La DINA fue creada por iniciativa del general Pinochet clo­cosdías después del golpe de Estado,99 para ser el principal instJu­mento en la guerra contra el marxismo. Inicialmente fue concebi­da como una organización que asesoraba a la Junta de Gobierno; sin embargo, pronto se convirtió en una entidad de a poyo a ; la consolidación del poder personal del general Pinochet. 100

Contreras, de 44 años, no era un oficial de Inteligencia , sino . . que pertenecía al arma de Ingenieros y era el coronel-director de

la Escuela de Ingenieros Militares , en Tejas Verdes, en las afueras · del puerto de San Antonio. Tenía una buena carrera militar; que le

proporcionó un prestigio en el Ejército. Después de egresar de la Escuela Militar fue instructor de ésta y más tarde un muy buen alumno de la Academia de Guerra, egresando en 1 963 con el pri­mer lugar de su promoción. Fue durante tres años uno de los profesores de la misma Academia . Con posterioridad, s igu ió un curso por dos años en los EE.UU. , recibiéndose como profesor de Táctica , explosivos y demoliciones.

La DINA se convirtió con gran rapidez en el principal instru­mento en la "guerra" contra el marxismo, reclutando un numeroso personal proveniente de las tres ramas de las FF.AA. y Carabine­

ros . Este organismo combatió a los grupos de izquierda, a las or­ganizaciones opositoras y a entidades de la Iglesia Católica . Sus efectivos actuaron no sólo en el país , sino también en el exterior, imponiendo un clima de terror en los grupos opos itores y de te­mor entre los colaboradores del régimen, convirtiéndose en el símbolo_del carácter represivo del régimen militar. 10 1 La DINA tam­bién controló a los altos funcionarios de Gobierno, recogiendo información · sobre su vida privada y su desempeño profesional.

Fue definida como "un organismo técnico profesional" 'al

que le correspondía "reunir toda la información de nivel nacio�al proveniente de los diferentes campos de acción <:;on el propós�to de producir la inteligencia que se requiere para la formulación he políticas, planificación y para la adopción de medidas que proc�­ren el resguardo de la seguridad nacional y el desárrollo del país" .�02 Para el cumplimiento de estas tareas, su director podía requerir 4le los servicios públicos de cualquier nivel " los informes o antec:e­dentes" que qu isiera . Junto a las tareas de inteligencia , la DINA fue . facultada para realizar allanamientos y detenciones, sin que fuera necesario para ello disponer de una orden judicial (Art. 10 ,

1 04

Capítulo JI· La instauración .del régimen autoritario

secreto) . Desde muy temprano dispuso de centros de detencipn en los que se aplicó la tortura, a consecuencia de la que murieron numerosas personas , que pasaron a integrar la larga lista de los detenidos-desaparecidos. Para combatir las organizaciones de iz­quierda , especialmente al PC y al MIR, dispuso de brigadas que� 9e convirtieron en temibles organizaciones de detención y desapari­ción de personas.

Es imposible determinar las dimensiones que alcanzó a t�­

ner la DINA, pues no se conoce el número de su personal militar y civil , así como tampoco la magnitud de su presupuesto, ya que esa información fue secreta. Se puede hacer una estimación incli­recta de sus vastos recursos humanos y económicos a través del examen del tamaño de la Central Nacional de Informaciones (CNI) ,

sucesora de ella , que sin duda debió ser considerablemente más débil. El D .L N° 2881, de 22 de septiembre de 1979, le concedió a

la CNI una planta muy numerosa, con 545 cargos. 1 03 La planta directiva constaba de 51 personas, siendo su superior jerárquico el director nacional , acompañado por un vicedirector nacional , un

contralor y un secretario general, dos directores y seis subdirectores,

además de 16 jefes de departamentos.104 La planta profesional y ·

técnica estaba conformada por 174 personas, casi todas ellas pro­

fesionales (168) y oficiales de las FF.AA. ; la complementaba un .

abundante contingente administrativo (222 personas) , compuesto , entre otros , por 30 jefes de secciones, 105 lo que es comprensible .a

la luz de la diversidad de cargos a nivel directivo. 106

La DINA estuvo formada inicialmente por personal de las tres ramas de las FF.AA., Carabineros e Investigaciones, reclutados cui­dadosamente. Un oficial de la Armada fue su subdirector, a fin de que pareciera ser una organización dependiente de las tres institu­

ciones. 107 Dispuso de numerosos colaboradores dviles, reclutados entre de los grupos de extrema derecha como Patria y Liberlad. Tuvo una vasta red de informantes en el sector público y en las empresas privadas que le entregaban información no sólo acerca de los opositores , sino también sobre los colaboradores del régimen, incluidos los ministros. Para abarcar tan amplios objetivos , Contreras contó con el apoyo presupuestario del Ejército y organizó la recau­dación de fondos personales a través de empresas que la Corpora­

ción de Fomento le· entregó en el contexto de reprivatiiación de las

entidades intervenidas por el Gobierno de Allende.

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El régitnen de Pinochet

La DINA consiguió desmantelar al PC, debilitó severamente ¡1a organización clandestina del Partido Socialista y destruyó al MIR. Es­tos resultados le permitieron alcanzar la confianza del general Pinoch�t, quien mantuvo a Contreras en la dirección por cuatro largos años, removiéndolo posteriormente debido a la presión del Gobierno de los EE.UU. , a raíz de la participación de agentes de la DINA en el atentado contra Orlando Letelier. El Ejército no se distanció de .las acciones de esta . institución represiva y no relegó a Contreras a un segundo plano, incluso después de que pasó a retim en 1979 y hasta su condena por la Corte Suprema en 1995, en que fue regularmente invitado a las numerosas ceremonias institucionales. 108

Las acciones de la DINA chocaron con las realizadas por la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) y la Policía de Inves­

. tigaciones . El DINE era el organismo especializado en tareas de Inteligencia , tanto a nivel nacional · como en el exterior, y desde los años. '60, cuando el PS mostró simpatía por la lucha armada, había · desarrollado un cuidadoso seguimiento de los partidos de izquierda, logrando infiltrar a esa colectividad y al MIR.

. Las diferencias con la Policía de Investigaciones comenza­ron tempranamente . El primer director de Investigaciones de la época, el general (R) Ernesto Baeza, 109 experto en Inteligencia que había participado en el seguimiento de los partidos de izquierda antes aludido, tuvo frecuentes conflictos con la DINA y Contreras. 1 1 º Éste también se enfrentó con el Comando Conjunto, grupo depen­diente de la FACH, situación que terminó con algunos muertos y obligó a. una negociación entre ambas organizaciones con el fin de eliminar nuevos conflictos . 1 1 1

Contreras no excluyó a la Iglesia Católica de las acciones rea­lizadas por sus colaboradores, porque consideraba que la defensfl de los derechos humanos en que ésta estaba empeñada era un� forma encubierta de colaborar con los marxistas. Sus agentes de�­plegaron una intensa labor de seguimiento de obispos, sacerdotes y colaboradores. laicos de la Iglesia, para neutralizar su labor y ad�­más encontrar antecedentes que demostraran que estaba infiltrad� por marxistas . Una de las acciones contra obispos fue realizada eih 1 1976, cuando centenares de agentes y colaboradores de la DINA realizaron una manifestación en el aeropuerto de Santiago en con­tra de obispos que regresaban de un seminario internacional sobre derechos humanos organizado por la Iglesia del Ecuador. 1 12

106

Capítulo JI· La tnstáumcion del régimen auton'tario

Dijimos que la DINA se propuso actuar no sólo en el país , sino también en desarrollar la guerra contra el marxismo en el exte­rior para lo que creó una unidad especial, el Departamento Exterior. Esta unidad llevó a cabo sus primeras operaciones a fines de 1973 en Buenos Aires, y su objetivo fue vigilar al ex comandante eh jefe del Ejército, general Carlos Prats, quien había abandonado elpaís algunos días después del golpe . La . observación se convirtió des- .

pués en la preparación de un atentado en su contra, que costó su vida y la de su esposa, siendo ejecutados el 30 de septiembre de 1 974. En junio de 1975 , la DINA participó en una operación eh Brasil y en Argentina para justificar la muerte de 1 19 personas que hasta ese momento estaban desaparecidas en el país, haciendo apa� recer sus nombres en un medio de prensa en cada país .

La DINA extendió sus acciones a Europa, buscando la. coh1-boración de grupos de extrema derecha italianos. Éstos tomaron parte en el atentado contra el ex vicep�esidente de la República y uno de los fundadores del PDC, Berna do Leighton y su esposa, . el 30 de septiembre de 1975 , quedando ambos gravemente heridos .

· La principal acción de la DINA en el exterior fue el atentado que costó la vida de Orlando Letelier y una ciudadana norteame­ricana, el 30 de septiembre de 1 976, realizado en el centro de la capital de los Estados Unidos, Washington DC. Ésta fue una opera e

ción de enormes proporciones, que tuvo un gran impacto al inte­rior del régimen, pues algunos colaboradores de Gobierno vieron la mano de la DINA en el atentado. El general P inochet se vio obligado a controlar a este organismo cuando la investigación rea­lizada por el FBI comprobó su participación en el atentado y el Gobierno de los EE.UU. presionó a su par chileno para identificar a los culpables y . castigarlos.1 13

Gracias al respaldo del general Pinochet, Contreras se atri� buyó una autoridad independiente del Ejército , por lo que dejó de respetar la .jerarquía de la institución y desatendió las críticas de algunos generales superiores a él . El general Óscar Bonilla , minis­tro del Interior hasta junio de 1 974 y luego de Defensa, se quejó de las acciones de Contreras ante un consejo de generales, sin que ello modificara el desempeño de la DINA. También se manifestó en contra de Contreras el general Augusto Lutz, jefe del DINE al momento del golpe y posteriormente secretario de la Junta de Gobierno. Ambos fallecieron en extrañas circunstancias , que dan

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El régimen de Pinochet

espacio para atribuirlas a la intervención de la DINA.114 El gen�ral Arellana fue otro que criticó las actuaciones de la esta institución, cosa que habría hecho presente directamente a Pinochet. 1 15 Más tarde, el principal adversario de Contreras fue el jefe del Estado Mayor Presidencial, general Sergio Covarrubias . Éste se empeñó infructuosamente en convencer a Pinochet de la necesi­dad de sacar a Contreras de la dirección de la DINA.116 Covarrubias rechazaba no sólo los excesos represivos, sino la autonomía de acción de Contreras , que estimaba con.traproducente para la cohe­sión y eficacia del régimen, sobre todo considerando el segui­miento al que estaba sometiendo a funcionarios de Gobierno, sin exclusión de los ministros. La DINA tuvo un desarrollo previsible para una organiza­ción todopoderosa, dirigida por una persona carente de límites éticos. Los miembros de la Junta optaron por el cómodo camino de retirar a sus oficiales de ella en señal de rechazo. La organiza -ción se fue pervirtiendo en sus fines y radicalizando en sus opera­ciones. Debemos a la investigación realizada por la periodista Mónica González el disponer de antecedentes sobre los procedi­mientos empleados por Contreras para financiar las actividades de su institución en el exterior: 117 Para ese fin, se apoderó de diversas empresas que estaban siendo privatizadas por la CORFO, 118 y más .tarde se embarcó en varios negocios comerciales , tanto en el país corno en el exterior, especialmente en Panamá. Con ella la DINA asumió componentes que pervirtieron aún más su carácter. Esta entidad fue en definitiva una organización que contri­buyó a consolídarel poder de Pinochet, pero que se volvió en su contra : provocó los mayores rechazos en el país y en el exterior, siendo causa fundamental de la condena internacional al régimen militar y de fa: mantención de la memoria histórica condenator\a de · ese período, que explica la detención del ex dictador en Lo�­dres en 1998.

La sincronización consentida ¡. la actitud del Poder judicial En el capítulo I afirmamos que la sincronización limitada no se logra únicamente mediante decisiones impuestas por los nuevos gobernantes, sino que también se consigue cuando las institucio-

1 08

Capítulo JI: .La instauración del régimen autoritario

nes abdican voluntariamente de · sus atribuciones y aceptan . las condiciones impuestas por las nuevas autoridades. Ésta fue la po­sición adoptada por el Poder Judicial y que se puso de manifiesto cuando la Corte Suprema , le. manifestó a la Junta de Gobierno su

respaldo político tan pronto ésta se constituyó. El presidente del máximo tribunal , Enrique Urrutia Manzano, no escondió su apoyo al nuevo régimen, encabezando la delegación que representó a la Junta de Gobierno e n la ceremonia en que Juan Domingo ; Perón

asumió la Presidencia en Argentina , el 12 de octubre de 1973 . Durapte gran parte del régimen militar, los tribunales s e desenten­dieron de los atropellos a los derechos humanos, sin mostrar en:Ia defensa de los principios jurídicos la misma energía de que hicie­

ron gala cuando defendieron la propiedad privada durante el Go­

bierno de la Unidad Popular. ¿Por qué el Poder Judicial mantuvo una postura de pasivi�

dad ante las denuncias de abusos cometidos por los servicios . de seguridad y por efectivos militares o de Carabineros? ¿Por qué no

protestó con la misma fuerza utilizada durante el Gobierno de la Unidad Popular, cuando reclamó enérgicamente contra diversos . actos que consideró ilegales o inconstitucionales , cuestionando 1 hasta las decisiones del P residente de la Re pública? 119 Estas · interrogantes siguen presentes en democracia y constituyen . um1· . 1 de las causas de la débil confianza pública en la justicia . i \ 1

Los nuevos gobernantes recurrieron a los estados de excep-1 ción para· neutralizar a la Justicia , lo que constituía una perversión\ . J de los mismos , pues su objetivo es resolver una situación de emer- \ ) gencia para restablecer e t estado de derecho .120 E l D . L . Nº 3 , dicta- ! i do el mismo día del golpe, declaró e n estado d e sitio todo e l ¡ ¡ territorio nacional. El D .L . Nº 5 , de 22 de septiembre de 1973, / ! interpretando el art . . 418 del Código de Justicia Militar, dispuso que / i el estado de sitio debía entenderse como "estado o tiempo de ! l guerra" . El estado de sitio fue prorrogado cada seis meses hasta[ [ marzo de 1978, en que se reemplazó por el estado de emergencia , ¡ J aunque buena parte de sus componentes fueron trasladados a \ este nueva cuerpo legal . E l estado d e sitio fue nuevamente im­plantado en noviembre de 1984 y se levantó en junio de 1985, volviendo a ser decretado en septiembre de 1986 debido al atenta-

do contra el general Pinochet, manteniéndose hasta enero de 1987. A partir de marzo de 1981 , rigió el "Estado de Peligro de Perturba-' i

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El régimen de Pinochet

ción de la Paz Interior'' , una institución prevista en los artícul<!>s transitorios de la Constitución de 1 980 y que combinaba eleme�­tos de los estados de siHo y de emergencia, entregando una mayor cuota de poder al general Pinochet. Esto quiere decir que el pa'ís vivió bajo algún tipo de estado de excepción, prácticamente has­ta el. comienzo de la campaña del plebiscito del 5 de octubre de 1988 , constituyéndose en un componente estable del orden po­lítico.

El Acta de constitución de la Junta de Gobierno" (D .L . Nº 1) reconoció la autonomía del Poder Judicial , aunque con ciertas restricciones producto de las condiciones políticas existentes : "(se) garantizará la plena eficacia de las atribuciones del Poder Judicial y .· se respetará la Constitución y las leyes de la República en la medida en que la actual situación del país lo permitan" . Estas restricciones fueron reiteradas dos meses más tarde, cuando se dictóuna norma que limitaba la independencia del Poder Judicial ,

·dinándola al estado de excepción vigente, lo que entregaba .-.r>ri<> .. es excepcionales al Gobierno.121

La. Corte Suprema toleró las limitaciones impuestas por el estado de sitio , abdicando de su facultad constitucional de

todos los tribunales del país incluyendo los militares, consagrada en la Carta Fundamental, e inhibiéndose de revisar las senteneias de la justicia militar, ratificando su posición en dos fa­llos: de noviembre de 1 973 y agosto de 1974. 122 Esta actitud fue cuestionada por los abogados de derechos humanos y por la Igle­sia Católica y no fue unánime dentro del máximo tribunal, pues hubo ministros que estaban de acuerdo con la interpretación de que este debía supervigilarlos , lo que hicieron saber privadamente al ministro de Justicia .

Esta, tesis minoritaria fue compartida por el ministro de Jus,­ticia, Gonzalo Prieto Gándara , quien manifestó a la Junta de Go� bierno que la Corte Suprema debía ser la última instancia en lo� procesos seguidos . ante la justicia militar. Consideraba que la pos� tura que estaba siguiendo la Corte Suprema de inhibirse de revisar las sentencias de aquélla era perjudicial para el Gobierno, porque sencillamente le "estaba sacando el cuerpo al problema" . 123 Añat dió que a favor de esa posición había algunos ministros de la Corte y parte de la doctrina y la tradición del país, desde las sen­tencias militares dictadas después de la guerra civil de 1891 en

110

. Capítulo IL· La instauración del régimen autoritario

adelante , Con palabras que se demostrarían v1s1onarias , Prieto

Gándara advirtió que , de no existir esa supervigilancia , "cuando la

historia juzgue las culpas de las posibles injusticias" cometidas en

estos años, la responsabilidad recaerá sólo en las FF.AA. 124 Los tribunales militares estaban dirigidos por la autoridad

militar superior de la localidad, la que , por su parte , en casi la generalidad de los casos , actuó según los criterios de la institución

castrense . No se respetaron las normas mínimas del debido proce� so, se dictaba sentencia sin que los acusados tuvieran def�nsa, o no se consideraban los argumentos de los abogados , fallando como

si de antemano existiese una decisión definida . 125 El análisis de la Comisión Rettig sobre estos procesos mos­

tró que ellos adolecieron de múltiples defectos, tanto formales

como de fondo, sin que se acreditaran los delitos que se imputa­

ban a los acusados, "dejando ' así la duda sobre su existencia" . No se respetaron la.s normas del Código de Justicia Militar y se descar­

taron pruebas, recurriendo en cambio a apreciaciones . En nume�

rosos consejos de guerra no se nombró abogado defensor o , si se

hizo , se le impidió entrevistarse con el reo . 1 26 El apoyo de la Corte Suprema a las nuevas autoridades tuvo

su expresion más elocuente durante la presidencia de Enrique

Urrutia Manzano 0 973-1 976) . Después del golpe de Estado, el · máximo tribunal tomó medidas en contra de jueces y secretarios

de tribunales que fueron acusados de "marxistas" , siendo expulsa�

dos del Poder Judicial . 1 27 Urmtia hizo pública su posición de apo­

yo al régimen militar en cada uno de los discursos de inaugura­

ción del año judicial , en los que defendió la situación de los

derechos humanos y criticó a las organizaciones internacionales

que denunciaban los atropellos cometidos. En la primera ceremo­

nia bajo el nuevo régimen, el 1 de marzo de 1974, Urrutia expresó

que en Chile se respetaban los derechos humanos y denunció a

quienes criticaban el estado de cosas existentes en el país :

Los "derechos humanos " no son ocasionales ni son reconocidos

para ser citmplidos sólo en ciertos países; son derechos aceptados

universalmente, respetados en nuestra patria, siendo de advertir .

que les re_sta autoridad moral para convertirse en defensores de dichos derechos a aquellos que no han actuado . . . en países que, con sus excesos, han asonibrado al mundo civilizado. 128

1 1 1

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El . r('!günen de Pinochet

También defendió la política seguida por el Gobierno �n materia de libertades públicas, rechazando en forma categórica las críticas formuladas por algunos organismos internacionales , tales como el informe de Arrmesty International.129

Defendió la política de detenciones practicada por el Go­'-'"'-rn'-'.• dando una versión. idealizada del estado en que se encon­traba el país :

El Presidente que habla se ha podido .imponer de que gran parte de los detenidos, que lo fueron en vi11ud de las disposiciones legales que rigen el estado de sitio, han sido puestos en libertad. Otros se encuentran procesados en los juzgados ordinarios o militares, y con respecto a aquellos que se encuentran detenidos en virtud de las facultades legales del estado de sitio en vigencia, se hace un es.fuerzo para aliviar su situación de detenidos y clarificar cuanto antes su pai1icipación en actividades refíidas.con la ley. Es de de­sear que este e�fuerzo pueda terminar cuanto antes con la situa­ción eventual en que se encuentran las.familias afectadas Bº

En el discurso de 1 975, Urrutia nuevamente formuló una ?ecidida defensa de la política de derechos humanos del Gobier­no, argumentando que se ajustaba al marco de la Declaración Uhlversafsobre esta materia . Asimismo, denunció en duros térmi­iios a 16s ''malos patriotas" y a los " individuos extranjeros" que contradecían esta realidad. En palabras que podían esperarse de una autoridad de Gobierno, el presidente de la Corte Suprema dedaró:

Puedo qfirinar que aquí no existen paredones ni cortinas de hie­rro; y cualquiera q(irmación en contrario se debe a una prensa

proselitista de ideas que no pudieron ni podrán prosperar en nues­tra patria. 131

' . La Comisión Rettig fue muy crítica del desempeño del Pod�r Judicial. Concluyó que "no reaccionó con la suficiente energ\a frente · a las violaciones a los derechos humanos" , 132 lamentando la falta de una actitud resuelta para cumplir esta función que le e�­comendaba la Constitución y las leyes . Le reprochó la no utiliza­ción de los recursos existentes , como el recurso de amparo, los que "fueron invariablemente rechazados hasta muy avanzada la

1 1 2

, Capítulo Il· La instauración del régimen autoritan·o

década de los '80 , en que empezaron a producirse los primeros votos disidentes y a acogerse excepcionalmente algunos de · estos recurs.os " . 1 33 También criticó la ausencia de medidas contra los responsables de Ios atropellos a los derechos humanos, pues en la práctica los tribunales dieron "impunidad a los violadores" al ex­culpar de responsabilidad a los que aparecían como culpables'.1 34

La Corte Suprema se defendió ante las críticas del Informe Rettig con argumentos políticos que buscaban descalificar la serie­dad de su investigación, pero .sin desmentir las graves acusacio­nes. 135 En su respuesta al citado documento, enumeró las medidas que habría adoptado para "poner coto a las irregularidades que se

iban presentando " , insinuando que habían sido muchas,136 cuando en realidad fueron escasas y no tuvieron resultados. El primer ejemplo que se cita es una iniciativa tomada 18 meses después del golpe de Estado, el 10 marzó 1975, cuando "el Pleno de la Corte Suprema adoptó diversas disposiciones para evitar dilaciones. en

la tramitación de los recursos de amparo" . Sin embargo , el docu" mento no indica cuáles fueron las mencionadas medidas y tampo­co señala sus resultados. El segundo ejemplo es una visita del presidente del más alto tribunal, José María Eyzaguirre, efectuada el 10 de junio de 1976, a algunos centros de detención, "sin aviso previo, en diversas oportunidades y por varias horas , aun durante ·

la noche, en los establecimientos para detenidos por el estado de sitio, en esta capital y por una vez .en Puchuncaví" . El tercer ejem­plo es la designación de un ministro en visita el 6 de diciembre de 1978, a petición del obispo monseñor Enrique Alvear, "en un caso

de hallazgo de osamentas", aludiendo al caso _ Lonquén, que causó alarma pública . El :cuarto ejemplo es el discurso inaugural del pre­sidente del tribunal en 1979, en que critica ciertas reformas al Código de Procedimiento Penal.

Algunas iniciativas relevantes mencionadas en la defensa fue­ron muy tardías . En efecto, recién en 1982 la Corte Suprema exigió la comparecencia ante un tribunal de los detenidos por agentes de la CNI, cuando la peor etapa de la represión había concluido y el régimen mostraba una fisonomía de normalidad al disponer de una Constitución Política . Un año más tarde, la Corte Suprema pidió a una de las fiscalías militares de Santiago entregar la infor­mación sobre la tramitación de procesos iniciados por denuncias de torturas de la CNI.

1 1 3

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El régimen de Pinochet

En consecuencia , hubo una sincronización voluntaria y np splo forzada del Poder Judicial, que creó condiciones que favord­cieron, sin buscarlo, el empleo de la coerción por parte de los servicios de seguridad .

L a sincronización consentida JI- la actitud de los medios de

Las nuevas autoridades establecieron un rápido control de los medios de comunicación . Respecto de la televisión, el Gobierno

en principio, de un canal estatal , el Canal 7, el único que . alcance nacional . Logró el apoyo de los tres canales univer­

como consecuencia de la intervención de las universida­el nombramiento de rectores-delegados. 137 Respecto de la

escrita, se declaró el cierre de los diarios de izquierda e mca u Lv sus bienes . Entre los que corrieron esa suerte se incluyen

perteneciente al Partido Comunista; Puro Chile, surgido {_jobierno de la Unidad Popular y de postura muy militante

las Noticias de Última Hora, vespertino pertenecien-personalldades vinculadas al PS.

momento del golpe , había dos diarios pertenecientes a partidos de oposición al Gobierno de la Unidad Popular -Tri­

. buna, del Partido Nacional y La Prensa, de la Democracia Cristia­na--: fundados durante ese período y que no alcanzaron a contar

· .. · con . un amplio número de lectores. Tribuna dejó de aparecer de­bido a que el Partido Nacional decretó su autodisolución después qelgólpe; La Prensa continuó apareciendo por algunas semanas, pero las dificultades económicas, el acoso político del Gobierno que no le encargó publicidad y las restricciones a la libertad d�

1 prensa. terminaron por hacer inviable su continuidad y tuvo qu� cerrar en febrero de 1 974. ! . La prensa escrita se concentraba en las cadenas El Mercuri'p y La Tercera de la Hora, con sus diarios regionales, los que apoy�­ron de inmediato a los nuevos gobernantes. Una postura bastant� militante en favor del nuevo régimen adoptó el vespertino La sJ._ gunda, perteneciente a la empresa El Mercurio, con una constante condena a la defensa de los derechos humanos que realizaba la Iglesia y los abogados vinculados a la oposición.

1 1 4

Capítulo ll: La instaurr;¡ción del régimen autoritario

En cuanto a los semanarios informativos de carácter político, existían dos que aparecieron en forma regular, 138 Qué Pasa y Erci/la. El primero, de propiedad de empresarios e intelectuales de derecha que apoyaron el golpe de Estado; respaldó fuertemente a las hlÍe­vas autoridades . Sin embargo, a partir de mediados de 1975 comen­zó a hacerse eco, en forma cuidadosa, de las quejas contra la DINA, efectuando algunas propuestas para flexibilizar el estado ·de sitio y para terminar con el exilio . 139 Posteriormente, Qué Pasa se converc tiría en el vocero de "los blandos" y criticaría la política exterior del Gobierno. Su director fue nombrado ministro de Relaciones Exte­riores en el cambio de gabinete de abril de 1978. El semanario fµe un órgano en que se expresó tibiamente una "semi-oposición", en el concepto de Linz, es decir, disidencia respecto a políticas puntua­les del régimen, sin cuestionar sus principales orientaciones.140 Vol­veremos sobre Qué Pasa en el Capítulo V.

La revista Ercilla, cercana al PDC, logró mantener su activi­dad periodística hasta mediados de 1977, teniendo que enfrentar muy difíciles condiciones informativas y económicas . Cumplió un importante rol al entregar valiosa información sobre el desarrollo político, a pesar de las limitaciones impuestas por la censura de prensa . Pese a ser el único medio que actuaba con independencia , acogiendo en sus páginas las opiniones de algunas personalida­des de la oposición, fue tolerado debido a su limitada influencia en la opinión pública . El Gobierno no necesitó clausurarlo direc­tamente , pero logró ese objetivo cuando un grupo económico compró la empresa propietaria de la revista . Dicho grupo cambió la línea editorial del semanario, lo que trajo como consecuencia la renuncia indeclinable del equipo periodístico. 141

La sincronización impuesta por la autoridad afectó princi­palmente a las radios de izquierda, que fueron canceladas. Las emisoras pertenecientes a la Iglesia Católica pudieron seguir cum._ pliendo una relevante función informativa en el ámbito político, como fue el caso de radio Chilena. El PDC tenía la radio Balmaceda, la que siguió funcionando, a pesar de una constante censura por parte del Gobierno, hasta que fue prohibida su emisión en 1 975 . Más tarde, empresarios vinculados al PDC fundaron la radio Coo­perativa, que se convertiría en la principal emisora del país , cum­pliendo un importante papel en cuanto a información política en los años '80 .

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El régimen de Pinochet

El Gobierno creó un organismo público especial , la Direc­

ción Nacional de Comunicación Social (DINACOS) , dependiente de la Secretaría General de Gobierno, para controlar el cumpli­miento de las disposiciones de la censura de prensa. Esta entidad cumplió con rigor su labor, aunque vio facilitado su desempeño por el apoyo voluntario de los directores a la política oficial .

Con ocasión de la apertura, a partir del invierno de 1 983, hubo un cambio radical en la sincronización de los medios de ca­

. municación, como se analizará en el CapflLulo X. En este nuevo escenario, gatillado por la crisis económica, el Gobie1ilil'O debió con­ceder mayores espacios de acción a sus adversarios, flexibilizando la censura de prensa y tolerando la aparición de diversos semana­rios y radios. Éstos desarrollaron una amplia labor de información política que contribuyó a la politización . del país y a difundir los

. planteamientos de la oposición. DINACOS recuperó protagonismo cuando se canceló la política de apertura en 1985. Sin embargo, esto no pudo impedir que la prensa de oposición siguiera ocupan­do el amplio espacio político alcanzado, que obligaba a los diarios y semanarios que apoyaban al régimen a tener que abrirse a infor­mar de las acciones de los partidos y organismos de oposición.

La sincronización limitada en las universidades

La sincronización limitada también se aplicó a las universidades . Éstas alcanzaron un gran protagonismo político en los años '60, y durante el Gobierno de la Unidad Popular fueron afectadas por el conflicto social, especialmente la Universidad de Chile . 142 A través del rector de esta Universidad, Edgardo Boeninger, los rectores de las otras enviaron un memorándum a la Junta de Gobierno en el que expresaban su deseo de impulsar la normalización de las ins­tituciones de educación superior para evitar medidas radicales �n contra de éstas. 143 Esta petición fue rechazada, puesto que se qu�­ría realizar una profunda reestructuración del sistema universit�l­rio. 144 La Junta decretó la intervención de las universidades y d�­signó rectores-delegados, recurriendo a altos oficiales de las trés ramas de las Fuerzas Armadas, en servicio activo y en retiro . 145 Las nuevas autoridades recibieron amplias facultades para modificar la estructura interna de las instituciones, entre las que destacaba el

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Capítulo ll: La instauración del. régimen autoritario

despido de profesores, de personal administrativo y las medidas disciplinarias que se podían tomar contra los estudiantes, lo que buscaba neutralizar políticamente al movimiento estudiantil.14<1

Las medidas de "normalización" se aplicaron en la Universi­dad de Chile con relativa prudencia, puesto que el rector-delega­do, general (R) del Aire César Ruiz Danyau, mantuvo en sus car­

gos a los principales directivos de la universidad, sin aplicar una

política de persecución como la que hubo en otras entidades, especialmente en la Universidad Técnica del Estado. Los fiscales designados para investigar los presuntos delitos cometidos por el personal y los estudiantes tuvieron una actuación serena, eso1-

chando a los acusados, los que tuvieron la posibilidad de defen­derse. No existía en la principal Universidad del país un grupo político que buscara conseguir su control con el fin de impulsar un trabajo político de apoyo al Gobierno.

Un caso bastante especial lo constituyó la Universidad Cató­lica, que tuvo como rector-delegado a un vicealmirante en retiro, Jorge Swett,, quien se mantuvo en el cargo durante 13 años, a poya­do por un grupo político de derecha que logró gran influencia en

la dirección de la Universidad: el Movimiento Gremial.147 La Uni­versidad Católica fue uno de los lugares en que "el gremialismo" concentró sus esfuerzos para desarrollarse como el principal gru­po de poder al interior del nuevo régimen, como se examinará . en

el capítulo VII . Inicialmente, e l gran canciller de la Universidad, e l cardenal­

arzobispo de Santiago Raúl Silva Henríquez, tuvo una actitud abierta con el nuevo rector-delegado, ratificando su nombramiento. Sin embargo, su buena voluntad chocaría con la decisión de este últi­mo de cumplir fielmente los objetivos de fos nuevos gobernantes; para lo que se hizo asesorar por el Movimiento Gremial, encabe­zado por Jaime Guzmán, que era miembro de un Consejo Supe­rior. 148 Swett reestructuró la dirección de la Universidad, eliminan­do a los delegados académicos y estudiantiles del Consejo Superior y creando un "consejo asesor" y un "comité directivo" formados por profesores vinculados al gremialisrno, incluyendo a Guzmán.149 Enseguida, efectuó diversos nombramientos sin consultar al gran canciller: un ex decano de la escuela de Derecho fue designado prorrector,. y otro profesor se hizo cargo de la vicerrectoria acadé- , mica . Ambos eran de reconocida filiación "gremialista" .

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El régimen de Pinochet ¡

En agosto de 1974, el "gremialismo" presionó por tener uii control más directo de la Universidad, proponiendo la creación d� una Dirección de Personal que tuviera a su cargo las contratacio­nes. Para ello propuso al abogado Raúl Lecaros, quien era uno de los asesores de Swett, que fue en definitiva designado. 150

Algunas semanas más tarde , el cardenal suspendió el ejerci­cio de su cargo de gran canciller luego de tener un encuentro con el rector-delegado, en el que éste le confirmó su decisión de se­guir adelante con los criterios de desarrollo universitario que esta -ba impulsando. Al poco tiempo, el cardenal Silva Henríquez se alejó de la Universidad y propuso en su reemplazo al sacerdote Jorge Medina como Pro Gran Canciller, quien fue ratificado por las autoridades de la Santa Sede . La presión del Movimiento Gremial tuvo éxito, pues éste logró dirigir la Universidad de acuerdo a sus objetivos políticos , dentro de los que destacaba el despido de numerosos profesores en forma directa o indirecta a través de la fuerte reducción de su jornada de trabajo , lo que producía una disminución drástica de sus ingresos , que los obligaba a abando­narla. . Urüversidad para buscar otra ocupación. 15 1 El cardenal lo dejó expresado así en sus Memorias: "A comienzos del año 75 , el balance era desolador: 1 52 académicos fueron .echados , y a otros 165 se les redujo de tal manera sus jornadas , que prácticamente no tenían razones para que darse . Una segunda oleada de exoneraciones vino en marzo del 75 , con un sesgo político ya del todo indisimulable: se trataba, como diría una autoridad de aque­llos días, de 'una limpieza a fondo" . 152

En este capítulo hemos analizado la forma en que se produ­jo la toma del · poder, resaltando los motivos que llevaron al em­pleo de una alta violencia en el proceso. Se examinaron las condi­ciones en que ocurrió el golpe militar, demostrándose que no había antecedentes que justificaran aplicar el clima de guerra interna . Asimismo, se puso énfasis en los hechos que radicalizaron el est\i-

· lo coercitivo del régimen y se vio cómo se controlaron las princ�­pales instituciones políticas, incluido el Poder Judicial y los me­dios de comunicación. La decisiva intervención del general Pinochet en estos hechos l leva a que se examine su rol y liderazgo en �l siguiente capítulo.

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Capítulo IL La instauración del régimen autoritario

NOTAS

1 . Nos referimos a las "precursive conditions" de Richard Rose, "Dynamic Tendcncies in the Authority of Regimes", World Po/itics, vol . 21 , Nº 4, julio 1969, pp . 602,6()8 .

2 . Karl D . Bracher, Die Auf!Osung der Weimarer Republik, Villingen y Schwarzwald, Ring-Vcrlag, 1964.

3 . Ahí encontró Hitler una de las principales bases de apoyo para agitar una moviliza-ción nacionalista que logró la adhesión de millones de alemanes .

·

4 . Esto constituyó e l punto d e partida d e l a ruptura entre el Partido Comunista que surgiría de este movimiento y el Partido Social Demócrata . Cuando los nazis co­mienzan a perfilarse como una real amenaza a la democracia a comienzos de los años 30, los comunistas preferirán hacer huelgas junto �on los nazis para p1'esionar al Gobierno social demócrat,i, lo que debilitará la legitimidad del orden político, El estudio fundamental de la toma del poder por los nazis sigqe siendo el de Karl D. B ra cher, Wo lfgang S a u e r y G e rhard Schql z , Die nationalsozialistische Machtergre{fung, Düsseldorf, Droste Verlag, 1960. Hay numerosas historias sobre este período, destacando, por ejemplo, el libro de Hans Mommsen, Die verspielte Freiheit, Berlin, Vcrlag Ullstein, 1990.

5. La bibliografía sobre la II República Española es amplísima . Nos remitimos al im­portante libro de uno de los principales estudiosos de la historia política de Esp,\­ña, Stanley G. Payne, La primera democracia española. La segunda repúbliw, 1931-1936, Barcelona, Ediciones Paidós , 1995 .

6 . Alan Angell, Chile d e Alessandrt a Pinochet: e n busca de l a utopía, Santi4go, Edito­rial Andrés Bello, 1993, p. 93.

7. Tuvo razón Stepan en 1977, cuando afirmó que la altísima coerción empleada en la instauracÚ)n marcaría al régimen militar por el resto de su vicia , Alfred Stepan, , The State and Society. Peru in Comparative Perspectíve, Princeton, Princeton University Press, 1978, p. 106-108.

8. La distinción entre latente y manifiesto la hacemos siguiendo a Ralf Dahrendorf, Class and Class Conflict in Industrial Socie(y, Londres, Allen & Unwin, 1958.

9. Dirk Krnijt, Revolutíon by Decree: Peru 1968-1975, Amsterdam, Thela Publishers, 1994. 10. La bibliografía sobre el Gobierno de Allende es amplísima. Un muy buen libro es el

de Federico G. Gil, Ricardo Lagos E. y Henry Landsberger (eds .), Chile at the Tuming Point. Lessons ofthe Socialíst Years, 1970-1973, Philadelphia, Institute for the Study of Human Issues, 1979; el más completo sigue siendo el de Dieter Nohlen, Chile. Das sozia/istische Experiment, Hamburgo, Hoffmann & Campe, 1973. La visión des­de el Presidente Allende es entregada por uno de sus principales asesores , Joan Garcés, .Allende y la experiencia chilena. Las armas de la política, Barcelona, Editoc ria! Ariel , 1976. Entre las memorias de los actores, véase Carlos Altamirano, Dialé­ctica de una derrota, México , Siglo XXI Editores, 1977 y Sergio Bitar, Transición, socialismo y democracia: la experiencia chilena, México, Siglo XXI, 1979.

1 1 . L a lista s e encuentra e n Dominique Hachette y Rolf Lüders, L a privatización en Chile, Santiago, Centro Internacional para el Desarrollo Económico, CINDE, 1 992.

12 . También los alulflnos d e l a educación media tuvieron un activo protagonismo a traves de la Federación de Estudiantes Secundarios, FESES.

13 . E l comandante e n jefe del Ejército, general Carios Prats , asumió co1¡10 ministro del Interior; el contraalmirante Ismael Huerta fue nombrado ministro de Obras Públi­cas y el general de la Fuerza Aérea, Claudia Sepúlveda, juró como titular de Mine­ría . Sobre la radicalización de los ssectores medios en la república de Weimar, Larry Janes, "The dying middle: Weimar Republica ancl the fragmentation of bourgeois politics" , Central European History, vol. 5, 1972, pp. 23-54 .

14 . Juan ]. Linz, Crisis, Breakdown, a n d Reequilibration, Baltimore, The John Hopkins University Press, 1978.

1 5 . Véase l a entrevista a Mónica Madariaga, e n Sergio Marras, Co1·?fesiones, Santiago, Las ediciones del Ornitorrinco, 1988, p. 61 .

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El I'�gimen d� P1rmchet l

Carlos :Prats, Memorias. Testimonío . . de un soldado, Santiago , Pehuén, 1985, p. 39+ _ Prats, Memorias, p. 402 . Al regresar de un largo viaje por Europa, en la .reÚnión d�l <Cuei:po de Generales realizada el 11 de junio de 1973 , 1'rats expuso BU apreciación . sobre la :nueva realidad nacional encontrada a ·su .regreso: "Varios :generales expr4-· san sus .puntos ·de vista , Hay consenso en que ·el peor desenlace sería una interveri­eión rrííiitar. Pero hay Inquietud por la inacción del Gol)ierno ante el agudizamienfo ,de 'la •crisis económica, lo ·que puede .conducir al caos". Manuel Fuentes W., Memorias secretas de Patria y libertad; Santiago: Editorial Grijalbo S.A., 1 999. El general Schneider había asumido como comandante en ]efe -del Ejército en octubre de 1 969, a consecuencia de la crisis institucional que llevó a la toma del regimiento Tacna por el general Roberto Viaux. Con una destacada carrera profe­Bional, había 1ogrado restablecer la cohesión en ·esta rama de las Fuerzas Anna­·das, enfatizando su rol profesional. Antes de :la elección presidertclal de 1 970, ante la posib ilidad del triunfo de Allende, Schneider recali::ó que el Ejército respe­

. taña d orden institucional. 'Fue sucedido por la segunda antigüedad y gran aml­;go; d ,general Car-los Prats . Éste fue ·.a . su vez asesinado por agentes de la DINA en . Buenos ,'\ires , Argentina, el 30 de septiembre de 1974. Al conmemorarse los trein­. ta :años del atentado, sus familiares 'han recordado el hecho en una larga carta .publica, "Leceión ·de un sacrificio" , "Reportajes" , La Tercera , 22 octubre 2000 , pp. · S�9 .. Véase la entrevista a uno de sus hijos, "Mi padre , René Schneider", LaNación Semanal, pp. 10- 1 1 . Por primera vez en veintisiete años, el Ejercito recordó su

·amerte •en una ceremonia religiosa realizada el 25 de octubre .de 2000 en la Catédral Castrense.

'' Resolvía . el tema de la propiedad de las empresas requisadas .e intervenidas , que :'./_< '1 .•. 'fuer.on redia�as en forma enérgica por 1os empresarios afectados y fue condena­. • . <.,:. �. :porJos partidos de oposición.

:'2{;i:' i ' Qonferénclá de prensa del decano de Derecho, Jaim� del Valle, La Tercera de /ti · ·� · , " .flora; il:9 julio 1973. Del Valle será ministro de Reladones Exteriores del régimen

, ,,.� : , . ,fiiilitar. La "investigación" fue dirigida por el ex-presidente de la FEUC, Herná n , , , ,. .' . :: .).:irmiB. y .partic\paron además Gustavo Cuevas, jefe del Departamento de Derecho

· ::� . · ,, . . 'l.".olit!Co, . .y :Güillermo Bruna, profesor de Derecho Constitucional. '.. ; · :,�J . ·, iltbr,o :lilanao de/cambio de Gobierno en .Chile, 11 de septiembre de 1973, Santiago,

', ¿ ¡;e ' : ·:," .. '.Editpril iLord Cochrane S.A., 1973, pp. 220-230. ' · .'.i .$�: : :· .Basta'nt�s. iañqs después, cuando concluía el se&•1mdo Gobierno democrático, se

, . · ' " 1';�;:::: · ,c;0n(itjó ,ii¡ue este líbr.o fiie escrito por civiles que apoyaron el golpe con la .informa­. •'; . , , ,, ,< :\<ciifü:Ídé 'mteligencia que les proporcionó la Marina. Esto fue reconocido por uno de

' , ".' � ' ,,sus ,rédastoies;, el historiador Gonzalo Vial Correa , ex minL�tro de Educación del ',',:J· / . ,· ; ":regimej:l¡;•en 'SU •Cl!Jlumna en el vespertino La Segunda, 2 de febrero ,de 1999. "'24. t SÚ1pÍjjtici\plaLarguinemo fue que ,debió ·haberse producido una menor tasa de ins­·_;;: "" �; ·, , \::i"i,pCión éntre fos jóvenes de 18 a 21 años, lo que ·no tenía sentido , puesto que )a

.... · . , · . re'foima ccinstituciomd de 1 970 había 'bajado la edad mínima para inscribirse de 21 . , , , "a 18;¡iiio.s ; !lo .que JllOtivó·un gran :interés en los jóvenes por inscribirse. Afirman qt¡e

· ·· 'fa tasa ·dé.inscdpción debla ser la mitad de los que podían inscribirse en el caso c)e · las mujeres y 'pol'lría 'haber llegado sólo a dos tercios en el caso de los hombres, \o ,��e if1:1i;: :am:plía�nte superado ·en la realidad como consecuencia de la extrettja :pvlitjzación y .radicalización política, que desbordó los patrones tradicionales de

'' ·· insc(ipt16�s 'clectorales 'hasta entonces existentes en Chile. i 2'5. · ,UIJJro 'bklnco/p. 230. ' 26. '.!Esta .. ofens'.iva ·se hizo .a través .de la ;prensa y en ella participó el "alessandrismo". l'in

una de las re1.1niones regulares del día sábado en la parcela de Jorge Alessandrl , dn . fa «localidad de Ma110co, se discutió que "faltaba" un coronel o un general, pero uno

·de tlos particjpantes aclaró que "sobraba" un general y que "cuando saliera , brota­rían muchos" .. Esto me fue relatado por uno de los participantes.

27. Patricio Aylwin, El reencuentro de los demócratas, Santiago , Ediciones Grupo Zeta, 1998, pp. 28-29·. He analizado los factores .que condujeron a ·la caída de la democrn-

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Capítulb:If: J;a, tnsta'uiaci§n: del'Tégfmen autOritario.

cia en Carlos . Huneeus, Der:· Zusammenbruch der Demok1•atie: in Chile; vergletchende Ana�yse Heidelberg: Esprint Verlt1g, 1 980. Véase también, Arturo Valenzuela , The Breakdown of Democrattc Regimes: Cbtle, Baltimore, The Johns Hopkins University Press ,. 1978. ·

28. Sobre las reformas del Gobierno de Frei, véase Sergio Molina, El proceso, de caw� bio, Santiago , Editorial Universitaria, 1971 . . . · ·

29. La refon:i¡a agraria consideró la sindicalización campesina, que no se .daba! en: el campo . Éste fue un factor adicional de irritación de los agrkultores, pues. se impul;­saron demandas económicas y políticas que no eran del agrado de éstos. Spbri; este tema , · véase Henry Landsberger y Tim McDaniel, "A Hypermobili21ation in Clü\- · le, 1970-1973", World Polfties, vol . 28, N'' 4, 1976, pp. 502-54 1 .

. . ·. i

30. .La derecha no perdonó al PDC haber impuL�ado la reforma agraria, despti('!s d� haber apoyado a Ftei en las elecciones presidenciales de 1964. ' · . . · · '.

31 . Hay una biografía e n dos volúmenes d e los historiadores , . Cristián Gazmufi, i.:on: :r<it colaboración de Patricia Arancibia y Álvaro Góngora, Eduardo Frei Montalvi:i y s4 , ·

época, Santiago, Editorial Aguilar, 2000, . . · . . ¡ · 32. L a Juventud Demócrata Cristiana (PDC), bajo el liderazgo, de Rodrigo Ambrosio, se

dejó llevar p�r la atr.icción de la re:volución cubana, a.sumiendo el análbis marxisti ; y al&>Unos elementos del léninismo . Volveremos sobre esto· mas adelante eri. :el capítulo VII.

33. · La Comandancia de la. Guarnición cle Santiago abEió una oficina de "Irivestigaci�n · '

d e denuncias•·, con e l fi n d e "coordinar y controlar adecuadamente esta activic:lac.i. y " evitar superposiciones'',. Utas de l a Honorablejt1nta de Gobierno (AHJG)¡ sesión Nº 4, 17 septiembre de 1 973.

·· . ·

34. P(;!rtenece a. la Congregación de Santa Cruz , de los Estados Unidos. Algunos: apoqe­rados se -diiiigieron a la Junta de Gobierno denunciando a sacerdotes' que . habrían . hecho· proselitismo polltico. La Junta analizó "(la) situac;ión de cinco . sacerdotes que serían marxistas. Se acuerda declararlos personas no. gratas y ponerlos a disp(h sición de su embajada" , AHJG, sesión N" 7, 21: septiembre de 1973, punto 3. J\l!,�I" nas semanas: después se <lenunci6 a profesores: "El s.eñor· minL�tro de Eduqidón'. · informa (de la) actividad del delegado militar en colegio Saint George ante demin� , cia de ·apoderados sohFe la intervención marxista de al¡,>Unos sacerdotes y profeso­res, y reacción del secretario provincial USA del sectcir estudiantil-, quien ha e'stado realizando una acción delatorla", AHJG, N" 25;, 24 de octubre de 1973. Comq COfü secuencia el.e esto, el colegio fue intervenido y se nombró como rector-delegado a . un oficial de la Fuerza Aérea, que era la rama de las Fuerzas Armadas que aparecía como la más anticomunista. Éste impuso un estilo militar en las actividades dél establecimiento. Los alumnos de los cursos superiores debían formar cada mañana' frenre a la bandera nacional y en los exámenes cte fin de año fueron vigilados por soldados armados . La intervención terminó recién en los años '80, siendo entrega­do el colegio al Arzobispado de Santiago, el que a fines de esa década pudo traspasar su dirección a la Congregación de Santa Cruz .

35. La prensa•, en lcis primeros días del régimen militar, se hizo eco de la existencia de una abundante cantidad de armas y de la presencia de grupos guerrilleros , aunque la información se fundaba en hechos puntuales . Por ejempto, "Manual de segtiri� dad contemplaba el asesinato", El Mercurio, 4 de octubre de 1973, p. 17; "O.per.íti� vo militar en Viña del Mar. Detenidos 35 extremL�tas de un campo guerrillero" , El Mercurio, 6 de octubre· de 1 973 , p. i 1 .

36. Tampoco entrega antecedentes el general Contreras; or&""dnizador de la DINA, que ha publicado un anunciado "libro" que serían si.is memorias, donde justificaría cop.

. una amplia base de pruebas la necesidad de haber impulsadó una guerra cÓntra el marxismo. Se trata de una publicación muy pobre, con listas de personas y comen­tarios simplistas sobre diversas cuestiones . de Inteligencia: Manuel Contreta's Sepúlveda , La verdad histórica. El ejército guerrillero. Primer periodo de la guerra subvserstva, abril de 1967 al 1 0 de septfembrede 1973, Santiago, Ediciones Encinas Uda. , 2000.

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1 El régim¿n de · Pinóchet 1

1 • 1

. E n . la casa de la calle Tomás Moro Se habrían encontrado, entre otras armas! 47 fusiles automáticos; 10 ·carabinas semiautomáticas , 10 carabinas Mauser, 54 P 4�to­_ las-ametralladoras, 9 lanzacohetes, 2 cañones · sin retroceso, 1 mortero, y divetsos tipos de bombas y otros .recursos militares menores (22.000 metros ele mecha lenta, 3.600. metros ele cordón detonante, etc.) , Libro Blanco, p. 45 .

·

EJ;".t la canticlacl ele extranjeros registrados por la Policía ele Investigaciones y que . habían ingresado en forma legal al país, Vicaría de la Solidaridad, "Exilio y clesexilio" , Documento de trabajo interno, 1 991 . Se: indica el arribo ele 81 brasileros en enero de 197 1 , que fueron canjeados por el secuestrado embajador suizo en el Brasil, añacliénclose que "la mayor paite se mezcló activamente en política chilena" , Libro blanco, p. 70.

·. : Se mencionan dos hechos para demostrar Ja participación cubana en la política chilena destinada a la toma violenta del poder: el episodio ele u nos bultos que llegaron al aeropuerto de Santfago y que no pasaron por aduanas, y la visita en agosto de 1973 de dos importantes personeros del- régimen castrista, el viceprimer ministro Carlos Rafael Rodrib'llez y el jefe de la "policía secreta" Manuel Piñeiro, que habrían viajado para preparar la ayuda militar, Libro blanco, p. 73. El MIR enfrentó una decidida resistencia. en el PC, que lo combatió por conside­

. rarlos un movimiento dominado por un " infantilismo revolucionario" . Sufrió un severo golpe en 1971 cuando falleció en condiciones no aclaradas uno de sus principales líderes , Luciano Cruz, que había sido presidente de la Feden1ción de Estudiantes de Ja Universidad de Concepción y que estaba a cargo de expandir la presencia de esta organización en · las universidades , fábricas y poblaciones de Santiago .

. , "Memorándum, De: Comité Creativo. A: H. Junta de Gobierno" , nota 5, c/129, Fun­·;,:. da�iqn Jaitne Guzmán. El documento tiene 7 páginas y trata Jos siguientes temas: I ,

• ·· · · ··:· La Junta: y su opción como destino histórico. Implicanciás próximas; II . Alguna_s

·' ' · . ideas .sobre la imagen que debe proyectar la Junta; III. Apoyo a la política económi-. e�· del Gobierno; IV. Fonna de trabajo del Comité. El documento no tiene fecha,

· .:. ce. · probabl\!mente fue preparado a fines de septiembre de 1973. 43 ; .. El texto �e encuentra en: "Respuestas de las Fuerzas Armadas y de Orden al Infor­

.. . me' de la Comisión Nacional de Verdad y ·Reconcil iación" , Estudios Públicos, N" 4 1 , , verano 1991, pp. 456-458.

Estudid$ Públic0$, Nº 4 1 , pp. 480-481 . ··Estas acciones del MIR se analizan en el capítulo X. ·También se podría estudiar la influencia de los Ttipamaros en el Urub'tlay, un . movimiento guerrilÍero que en 1971 había conseguido una gran simpatí¡¡ en la izquierda, especialmente en el Partido Comunista . Sus acciones de violencia mos­traron que Ja policía era incapaz de controlarlo, justificando así Ja intervención de los. militares, que impulsaron una enérgica acción hasta destruirlo a comienzos ele 1973; .Luis E.'González, Polttical Structures and Democracy in Uruguay, Notre Dame ,

Unlversity of l:'lotre Dame P ress, 1991 , pp. 39-43 . 1

· Esta organización tuvo una considerable inserción entre los estudiantes, ol:>reros y ciertos sector�s de la Iglesia Católica. Para una historia de ésta, Richard Gillespie,

Soldados de Perón. Los Montoneros, Buenos Aires, Grijalbo, 1 998, segunda edicrión actualizada. . ·

l 48. En esto hemos seguido a Peter Waldmann, "Anomia social y violencia" , en: lan , -Rouquié (ed.), Argentina boy, México, Siglo XXI Editores, 1 982 . !

49 . Encuesta de IPSA S.A. , citada por Guillermo O 'Donnell, 1966-1973. El Estado lbu-rocrático autoritario, Buenos Aires, Editorial Belgrano, 1982, cuadro X-1 . I

50. Waldmann, "Anomia social y violencia" , p . 212. Otro autor hace una estimac¡ión superior, señalando que en 1975 tendría aproximadamente 5 .000 combatierites; Gillespie, Soldados de Perón. Los Montoneros, p. 21 1 .

5 1 . Alai'1 Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina JI 1943-1973, Bue­nos Aires, Emecé Editores, 1 982, p. 291 .

52 . Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina JI 1943-1973, p . 292 .

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53 .

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60 . .

6 1 .

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67. 68.

69.

70. 7 1 .

7 2 .

Fue secuestrado e l 2: 9 d e mayo de 1 970. Había sido Presidente del régbhe� 0 ÍlÍiJit!1 ' 0955-58), Gillespie, Soldados de Perón, p. 1 1 9ss. ; : · . ; r:,, :;· ·

Waldmann, "Anomia social y violencia" , p. 237. · ' : ·.¡ y ·, También fueron asesinados el director de un periódico y un diputado O:i¡cit5fi� Peronismo. · · · •

Waldmann , "Anomia social y violencia" , p . 2 1 2 . Esta operación fue facilitada p o r e l hecho de que e l jefe d e empresa pertenecía a los Montoneros. -¡': · Eran el gerente y director general del poderosn grupo Bunge y Botó. L'arsJfü pagada por este grupo fue considerada en ese tiempo como un verclac)ero ':"fécl'if1 mundial " , Gillespie, Soldados de Peron, pp. 223-224.

· · · ·

. , ; • ' . . , Guillespie indica que, pese a todo esto, el acto "políticamente sirvió potó tr)��1f''� Montoneros: casi. todos los partidos políticos condenaron la acción" , Sold/;ldós ·de"f;�I� Perón, p . 246-247. . > . : : · ·+ ¡� Fue el caso del asesinato en noviembre de 1 974 del jefe ele la Policía F�d��i;+:;� Alberto Villar, experto en la lucha antiguerrillera. También desplegaron viólenciii. J.c 4 política contra la extrema derecha , en represalia por las acciones dda "Triple A'!/l];�� Gillespie,

_ Soldados de Perón, �- 227. . · · ,· •· •i\} ·,:� Matía Jose Moyano, Argentina s Lost Patrol: ArmedStruggle 1969-1979, New: \-lavei;, ·¿�

Yale University Press , 1995, p. 105 y cuadro 7 . 1 . . : • . . ¡ ; : - �¡ Carlos A. Floria y <:;ésar A. García Belsunce, Historia política de la Argentina _cor�;}:'�� temporánea, Madrid, Alianza Editorial, 1988, p. 232 . ' · ; :_n:i¡ Carlos H. Acui\a, ''Transitional Justice in Argentina and Chile: A Neve!: Ending Sfocy�· 1·· ¡ Ú• trabajo preparado para Me/Ion Project on Transitional]ustice, Universidad. de C:o2 l:•Ü( lumbia, mayo de 2000, p . 3 . Las acciones represivas de los militares .en el lJrugt1:.¡'y;hc,t y en el Brasil tuvieron menos desaparecidos, 26 y 125 respectivamente: Alfi·e\:t \•:

.* ,

Stepan, Retbinking Mi/ftary Politics, . Princeton, Princeton Univetsity Pres$ , _ _ 198S,:['.�l,J ! cuadro 6. i . · · C.11� � Un número limitado ele oficiales que se opusieron al golpe renunció a ntes de éste; 1F!E como el general Guillermo Pickering y Mario Sepúlveda y otros lo hicierc)°n en ia é � mañana del 11 de septiembre, Mónica González, La cor¡fura. Los mi/ y un días 4,el¡ * golpe,: Santiago, Ediciones B, 2000, p. 251. . , ; · . ¡ ; Para una muy buena comparación. entre Chile y España en 1936, ·véase Juan: J Litj�: J E y Henry Landsberger, "Chile, 1 973/Spain, 1936: Similarities and Difference

_s in theJ l_'_

Breakdown ofDemocracy", en: Gil, Lagos y Landsberger (eds.) , Ch ile at the Titniing i : f: Potnt. . . . , l. ¡·:¡�� James R. Whelan , Desde las cenizas. Vida, muerte y transfiguración de la democrq� I (;.: cia en Chile, 1933-1988, Santiago, Zig-Zag, 1 993 , p. 450. Este libro entrega up:), ¡, minucioso relato de la preparación y realización del golpe de Estado, sobre_ la base ·;. • f; de una amplia cantidad de entrevistas con los principales jefes militares de las tres¡ �¡ ramas de las FF.AA. que intervinieron en éste.

. · · i J.;.1�(!

Whelan , Desde las cenizas, p . 450. · . :¡ Ji -�

Sergio Huidobro, Decisión naval, Valparaíso, Editorial Imprenta de la Arinada, 1989,J. :� p. 269. .

. . • . ; l' � Julio Canessa Robert, Quiebre y recuperación del orden institucional en Chile, Sarí",;c L: tiago , Emérida Ediciones, 199.5 , p. 183. Fue vicecomandante en jefe del Ejér!:itct;JJi miembro de la .Junta de Gobierno y designado senador vitalicio por el 1¡¡eneri1i:li·�� Pinochet en 1 997 en representación del Ejército. ' ;: ' d· Whelan , De5de las cenizas, p. 450.

. . · • h1n D.L . N" 27, de 24 de septiembre ele 1 973, y se declaró dL�uelto el Tribunal Corrstitu-;_¡. a�; cional por el D.L . Nº 50 de 1973 .

. < ,:; ' , f?�] D.L . N" 77 de 8 de octubre de 1973. Para no dejar ningún va<:ío, se men�ionai\ i : .�

. expresamente los partidos -Comunista , Socialista, Radical, Unión SocialjstirPop+;�i,' ¡i lar, MAPU, Izquierda Cristiana, Acción Popular Independiente, Pmtido de la .Uní- · ' · dad Popular- y s e añade una dL�posición general prohibiendo "todas aquellas : tln\ ticlades, agrupaciones (. . . ) que sustenten la cloctlina marxL�ta o ·que por sus

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El régimen de Pinochet

por la conducta de sus adherentes sean sustancialmente coincidentes con los prin­cipios y objetivos de dicha doctrina" (Art. 1 º). Esto último fue establecido por el D.L . Nº 145, de 26 ·de noviembre de 1973 . "La doctrina marxista enc;ierra un concepto del hombre y de la sociedad que le.sio­na la dignidad del ser humano y atenta en contra de los valores libertarios y cristia­nos que son parte de la tradición nacional" , su doctrina sobre el Estado y la lucha de clases 'ées incompatible con el concepto de unidad nacional " , pues se orienta "a la destrucción de elementos esenciales o constitutivos del ser nacional" , D.L. Nº 27, de 1 973. Esto les permitió conservar la propiedad de sus bienes, que eran administrados :por sus directivas, art. 2 del D .L. Nº 78, de 8 de octubre de 1 973. En las primeras semanas después del golpe, la Junta de Gobierno ruvo una actitud de prudencia hacia los partidos políticos de la oposición. al Gobierno de Allende, invitándolos formalmente a colaborar con el nuevo régimen: "La :Junta acuerda que el ministro del Interior .cite a los presidentes de los partidos políticos para clarific'\r­les lós postulados del nuevo Gobierno y sus reales obligaciones y l imitaciones, .pidiéndoles al niismo tiempo su colaboración más amplia en la reconstrucción del país" . AHJG, acta Nº 7, 21 de septiembre de 1973, punto 18.

El director de Presupuestos fue el economista Juan Villarzú, que había colaborado en la preparación del programa económico conocido como "El ladrillo" , al que haremos referencia en el cap. VIII . Estaban, entre otros, el ex vicepresidente de la Repúbllca y fundador de la Demo­cracia Cristiana, Bernardo Leighton y el ex senador y varias veces presidente del PDC, Renán Fuentealba. Las declaraciones del PDC se encuentran en Eugenio Or­tega Frei, Historia de una alianza, Santiago, CED-CESOC, 1992, pp. 42-49. Véase Florencia Varas, Conversaciones con Vfaux, Santiago, Talleres Impresores Eire, 1972. Volveremos sobre este incidente en el capítulo IV. En noviembre de 1 973 , el presidente del PDC calificaba la situación como "dictadu­ra militar en etapa de consolidación", Aylwin, El reencuentro de los demócratas, p . 39. El .pretexto fue tomar declaraciones a una agencia de noticias extranjera. Se repro­ducen en "Exclusivo: el cable que provocó la expulsión" , Qué Pasa, 3 de diciembre de 1975, pp. 10-11 . . El pretexto lo dieron las elecciones internas que realizaba el PDC para renovar su directiva, que desde abril de 1973 era encabezada por el ex-presidente del Senado, Patricio Aylwin. Las elecciones se hicieron en la clandestinidad y compitieron dos listas, encabezadas cada una de ellas por los ex senadores Tomás Reyes y Andrés Zaldívar, imponiéndose este último. Hay un recuento de éstas, "Gobierno: la línea dura", Qué Pasa, 17 de marzo de 1977 , pp. 4-6 y "Planes políticos OC y UP" , Qué Pasa, 24 de marzo de 1 977, pp. 27-3 1 .

· D,L. Nº 81 , d e 6 d e noviembre d e 1 973 . E n l a práctica, se ponía a los detenidos con gran rapidez en un avión, sin darles la oportunidad de recoger algunos a11ículos .personales. También se reformó la Constitución, añadiendo una nueva causal, ele pérdida de la nacionalidad por decreto supremo, previo acuerdo del Consejo; de Ministros, sin que procediera contra éste ningún recurso ante los tribunales \ ele justicia. Orlando Letelier fue privado de la nacionalidad por la Junta de Gobie�no algunas semanas antes del atentado que le costó la vida. '

"Art. 1º. Para itrÍpedir que los exiliados regresen al país sin tener previament� la autorización oficial, se establecen graves penas de hasta 10 años de presidio, � se dispone que serán juzgados por los tribunales militares". ' El concepto .de sincronización se desarrolla en el capítulo l . i Algunos días después, se ampliaron sus disposiciones para abarcar no sólo al Jer­sonal de planta, sino que también aquellos contratados a honorarios o por Ótra forma de pago, D.L. Nº 22, de 19 de septiembre de 1 973. Está ampliamente fundamentado en el documento libro de González, La conjura , especialmente capítulo XXII.

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Capítulo IL La instauración del régimen autoiitario

Este nuevo estilo de Pinochet en favor de la violencia contra los adversarios se puso de manifiesto al iniciarse el golpe de Estado, como dan cuenta las conversa­ciones que tuvo con el general Leigh y con el contralmirante Patricio Carvajal durante la mañana del 11 de septiembre, que fueron grabadas y luego reproduci­das en la revista Análisis, Nº 1 2 2 , 24-30 diciembre 1985 , pp. 8-1 3 . La reproducción sonora puede escucharse en el CD que viene adjunto al libro ele Patricia Verdugo, Interferencia secreta, Santiago, Editorial Sudamericana, 1998. La decisión de bombardear La Moneda con aviones se acordó entre los generales Pinochet y Leigh y el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, contralmirante Patricio Carvajal, el día antes del golpe, por si "Allende se resistía" , Whelan, Desde las cenizas, p . 439 . Huidobro, Decisión naval, p. 263, las negrillas son nuestras. El · texto de los otros discursos se reproduce en pp. 261-263 . Véase la minuciosa investigación d e l a periodista Patricia Verdugo, Los zmpazos del Puma , Santiago, Ediciones ChileAmérica-CESOC, 1989, La defensa de Arellano está a cargo de su hijo Sergio Arellano Jturriaga, Más allá del abismo, Santiago, Editorial "Proyección" , 1985 . Los generales Pinochet y Arellano han sido juzgados por'los tribunales por estos crímenes, llevando al desafuero del primero, senador vitalicio desde que abandonó la comandancia en jefe del Ejército en marzo de 1998. La investigación realizada por el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, juan Guzmán, ha permitido reunir documentos y declaraciones de testigos y protagonis­tas que los inculpan. Este proceso ha sido el resultado, en gran medida , de la perseverancia de la abogada Carmen Hertz, viuda de Carlos Berger, uno de los asesinados en Calama . Un buen resumen de la inforn1ación reunida en el proceso se reproduce en Jorge Escalante, La misión era matar. El juicio a /(1 caravana de la mueite, Santiago, LOM Ediciones, 2000 y Patricia Verdugo, Pruebas a la vista. La caravana de la muerte, Santiago, Editorial Sudamericana, 2000. En una ceremonia en la Academia de Guerra al¡,,'lmos días después Arellano preguntaba a viva voz, "dónde está P inochet" , dando cuenta de que no se consideraba un subordinado de éste. Agradezco a Gustavo Lagos Matus esta infor­mación, que era profesor de la Academia en esos momento y presenció . el" lwcho . Fue integrada por el coronel Sergio Arredondo, su jefe del Estado mayor, el tenien- . te coronel Pedro Espinoza Bravo, el mayor Marcelo Moren Brito y el teniente Ar' mando Fernández Larios. Por ejemplo, el mineral de Chuquicamata, situado en las afueras de la localidad de '

Calama, no vio interrumpida su labor el 11 de septiembre , trabajando su personal en fonna normal. Esto lo destaca el almirante Huidobro, Decisión naval, p. 269 . Los muertos se distribuyeron así: cuatro fueron ejecutados en Cauquenes ( 4 de octubre); quince en La Serena (16 de octubre); trece en Copiapó (17 de octubre); catorce en Antofagasta (19 de octubre) y veintiséis en Calama (19 de. octubre). En esto hemos seguido a Verdugo, Los zaipazos del Puma. La investigación del Juez Guzmán ha comprobado un mayor número de muettos en su viaje al SlJr. En Valdivia fueron aniquiladas doce personas; en Chihuío, diecisiete; en Liqu iñe, quince . Escalante, La misión era matar, pp. 77-90. En Antofagasta Eugenio Ruiz-Tagle, u n militante del MAPU y gerente de la empresa estatal Inacesa, se había entregado voluntariamente a las autoridades el 12 de sep­tiembre y fue duramente tortur-,ido. Pese a las gestiones de su madre , una distingui-' da señora de una familia tradicional chilena, y de su abogado, no fue posible salvarle la vida , Verdugo, Los zaipazos del Puma, pp. 183-186. Véase el relato que hace su amigo Tomás Moulián, Anatomía de un mito , Santiago , ARC!S/FLACSO, 1997 , p . 181-183. Ir¡forme de la Comision Nacional de Verdad y Reconciliación, Santiago, febrero de

199 1 , tomo !, p. 123 . ·

Verdugo, Los zaipazos del Puma , p. 250ss. En 1999 Arellano fue sometido a proce­so y detenido durante algún tiempo por el ministro que investiga una querella en su contra por estos homicidios. Las muertes producidas por su comitiva han provo,

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.. El régirpen de Pinochet ¡ 1

cado más de un centenar de querellas en contra del general P inochet por su r�s-ponsabilidad al designar a Arellano para acometer esa misión, siendo procesaro por el juez Juan Guzmán. El ex jefe de Estado perdió su inmunidad de senador

· . vitalicio en agosto de 2000 y fue interrogado por el juez el 23 de enero de 2ooi .

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Contr.eras actuó sin marco jurídico durante los primeros meses de existencia \}el org;mismo de Inteligencia, pues la formalización legal de la DINA fue basta�te posterior, por el D.L. N" 5 2 1 , de 18 .de junio de 1 974. Su creación fue aprobada flor la Junta de Gobierno en una sesión de noviembre de 1 973, AHJG, N" 33, 12 ;de noviembre de 1973, punto 8. Piriochet mantuvo una estrecha relación con Contreras, quien lo informaba diaria­mente. En su creación colaboraron oficiales brasileros, como afirma un estudioso del régi­men: "La DINA fue diseñada, en gran medida, según el modelo del servicio de Inteligencia que el régimen militar brasileño estableció después de tomar el poder,

. en . 1964. De acuerdo con una fuente bien situada, los brasileños -que habían traba­. jada en estrecha armonía con el Gobierno revolucionario desde el comienzo- acon-

sejaron . a los chilenos que la establecieran", Whelan, Desde las cenizas, p. 622 . Art: lº del D .L. Nº 521 , de 1 8 de junio de 1 974. Su planta más que duplicaba la de la Secretaría General de Gobierno y ODEPLAN, entidades que cumplían importantes funciones políticas . El D.L. agregaba 10 cargos adicionales que no . se individualizaban, es decir, secretos. El personal . era aún más numeroso, pues debe considerarse una cantidad indete1� mináda de personas contratadas a honorarios, procedimiento de normal uso en la administración pública debido a las estrecheces ele las platas ele los ministerios y

; .st;íVjcios. . 0H<1l?ía diferencias de grado en éstos, pues diez tenían grado 8 y veinte grado 1 1 . . Había tina planta d e servicios con 9 5 cargos, para mayordomos, conductores, maes­tros y auxiliares .

. : 101 primer subdirector fue el contraalmirante Rolando García Le Blahc. He entrevis�a.do a varios militares en retiro y cada uno repitió una a�gumentaci6n

.similar. en defensa de Contreras: habría sido una persona demasiado inteligente cómo.para organizar un atentado en la capital de los EE.UU . ; ¡éste fue preparado por.la CIA para dañar a P inochet! Véase :ia entrevista al General Baeza en Palabra de soldado. Entrevistas de Sergio

. Maltas, Santiago, Ediciones del Ornitorrinco, 1 989, especialmente pp. 29-36. Uno de los incidentes fue por la participación que tuvo la DINA en el asesinato del ciudadano esp�ñol y funcionario de la CEPAL, Carmelo Soria. Está .muy bien detallado por Ascanio Cavallo, Manuel Salazar y Óscar Sepúlveda, La historia ociilta del régimen militar, Santiago, Antártica, 1989, cap. 14 . Eran los obispos Enrique Alvear, auxiliar de Santiago, Carlos González, ele Talca y -Fernando Ariztía, de Copiap6, que se habían destacado en la defensa de los dere­chos humanos. Véase Cavallo, Salazar y Sepúlveda, Historia oculta, cap. 1 3 . L a presión del Gobierno norteamericano explica que el caso Letelier haya si\]o dejado. fuera de la ley de amnistía de 1978. j Esto es. relatado por Cavallo, Salazar y Sepúlveda, Historia oculta del régimen m�li­. tar, cap; 5. :Bonilla murió en un accidente aéreo, cuando era ministro de Defen�a,

. y Lutz, en el Hospital Militar, a cortsecuencia de una operación que no debi6 hat1er · tenido las complicaciones postoperatorias que lo llevaron a la muerte. i Le envi6 una carta .el 24 de noviembre de 1974 . Su texto se reproduce en: Gonzál4z, La conjura . . . , pp . 466-468: ! Covarrubias admite que el gran error del régimen fue haber dejado que Contretas actuara sin limitaciones, Centro de Documentación de Historia Contemporánea 4le Chile (CIDOH), Índice general de videos sobre historia contemporánea de ChÚe, 19 73-1990, Santiago, Universidad Finis Terrae, p . 3 5 . Véanse sus artículos, "Así s e financió l a represi6n de l a DINA", L a Nación, 10 de noviembre de 1992; "Los dineros que sirvieron para crear la red exterior", La Na-

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Capítulo 11: La instauractóri del régimen aútorltario

ción, 1l de noviembre de 1992; "Las platas que se usaron en la "Operación Lon- · dres" , La Nación, 12 de noviembre de 1992; "La DINA financió a grnpo de neofascistas italianos", La Nación, 13 de noviembre de 1 992; "Nace la conexi6n panameña" , La .

Nación, 15 de noviembre de 1992; "Manuel Contreras hipotec6 cinco barcc)s del Estado" , La Nación, 16 de noviembre de 1 992; "Los contactos de la DINA con )a Cosa Nostra" , La Nación, 17 de noviembre de 1992; "Michael Townley asume res­ponsabilidades comerciales" , La Nación, 22 de noviembre de' 1992. Adquiri6 dos empresas pesqueras en . San Antonio, que habían . sido intervenid�s ·

por el Gobierno de Allende . .

l . La postura de la Corte Suprema frente al Gobierno de Allende se expone , en ; el capítulo IV. ·

. : · Clinton Ro$siter, Constitucional Dlctatorship. Crisis Government in the Mode'n� ·

Democracies, Nueva York, Harcourt, Brace & World, Inc. , 1 963 (primera eclición. Ue ·

1 948) . �'El Poder Judicial ejercerá sus funciones en la . forma y con la independencia · y facultades que señale la Constitución Política del Estado, . Art. 1° , inc . 2º, D.L. N'.'. , 128, de 16 de noviembre de 1 973; que aclaró los alcances del D .L . Nº l .

·

La primera fue dictada en forma unánime el 13 de noviembre de 1973, .ei texto , se encuentra en Fallos del mes, Nº 180, noviembre 1973 , pp. 222-225; la segunda' es de 21 de agosto de 1 974, dictado por mayoría, con el voto en contra de José Marf.Í · : Eyzaguirre, que será presidente de la Corte Suprema en 1 976 , Fallos del mes, }{0 :

189, agosto, 1 974, pp. 56-57 . AHJG, sési6n Nº 1 1 1 , 1 1 de abril de 1974. . . . AHJG Nº 1 1 1 . En esta sesi6n de !ajunta, el ministro de Justicia defendió �li postúra con argumentos políticos c:jue no ·convencieron a los miembros de ésta: "Incluso significaría un. respaldo moral que la Corte Suprema, en este estado de guerra interior, ponga su visto bueno en una sentencia condenando a muerte en un nio­

mento determinado y no s6lo que lo deterinine un simple tribunal militar que rio tiene, diría yo, la misma competencia técnica y jurídica" . En las sem¡mas siguientes al golpe de Estado, hubo gran cantidad de · consejos dé

h'lier'ra -293-, en que se procesó a 1 .935 personas, de las cuales el 88% fue conde-nada.

· ·

It¡forme de la do¡nlsión Nadonal de Verdad y Reconciliación, -PP · 92-94 . Entre 1 973 y 1975;, más de 250 magistrados y funcionariüs fueron trasladados, rec movidos u obligados a renunciar por decisi6n del máximo tribuna), lo cual te1minÓ en que un total de 50 jueces y secretarios de tribunales, de un total de 340 funcio- .. narios, fueran alejados del Poder Judicial. Alejandra Matus, El libro negrp de la

justicia chilena, Santiago , Planeta, 1 999, pp. 232-237 . · ·

La Segunda, 1 de marzo de 1974. Recordó, al visitar Chile, que este organismo fue informado de que "la legislaci6n chilena se. ajustaba a los compromisos internacionáles sobre derechos . humanÓs" , reprochándole enseguida que, e n vez de atender a las explicaciones dadas por la Corte Suprema, hubiese fundamentado sus opiniones sobre la base de "rumon�s an6nimos o consignas interesadas en citar la opinión del Presidente <le la Ccirte Suprema", La Segunda, 1 de marzo de 1 974. La Segunda, 1 de marzo de 1974. El Mercurio, 2 de marzo de 1975, Tercer Ctierpü. Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, tomo 1 , p . 95.

Itiforme de la Comisión de Verdad y Reconciliación, p. 97 . Itiforme de la Comisión de Verdad y Reconciliación, p. 102 . Texto en El Mercurio, 1 6 d e mayo d e 1991 . También s e reproduce en Estudios

Públicos, N" 42, otoño de 1992, pp. '237-250. Argumenta que se trata de "ejemplos espigados de los archivos del Palacio de los Tribunales" . Las dos estaciones prineipales eran el canal 9 d e la Universidad de Chile y el caria! 13 de la Universidad Católica; el canal 5 de la Universidad Cat6lica de Valparaíso

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i El régimen de Pinochet 1

¡ ' transnl'Ítía solo en esa ciudad. El canal de la Universidad de· Chile füe tomado pdr

trabajadores de izquierda, sin que· pudiera transmitir durante varios meses, lb su audiencia-.

, referimos a las di"._ersas revistas o semanarios surgidos durante los 1 .oob

la Unidad Popular, con una clara militancia polít ica, a favor o en contra c1¿¡ Gobierno. Estas críticas provocaron Ja ira de Ja DINA, cuyos agentes intentaron secuestrar <il director del semanario en julio de 1977. Juan J. Linz, "Opposition to and under an Authoritarian Regime: Spain", en: Robcrt A. Dahl (ed.) , Regimes and Oppositions, New Haven, Yale University Press , 1 973 , pp. 171-260. Éstos, con ayuda internaciona l, crearon un nuevo semanario, Hoy, que apareció algunos meses más tarde y alcanzó gran influencia durante el resto del régimen militar. Dejó de aparecer en 1 998, por razones económicas . Con Ja excepción del rector de la Universidad Técnica del Estado, que era comunis­ta, los otros seis eran de oposición al gobierno de Allende y algunos eran DC o cercanos a este partido. Pertenecían a la DC el rector de Ja Universidad Católica , Fernando Castillo Velasen, el de la Universidad Católica de Valparaíso , Raúl Allard y el de la Universidad Austral de Chile , William Thayer. Edgardo Boeninger, rector de la Universidad de Chile ingresó al PDC después del golpe. Era Ja principal universidad del país , con presencia a nivel nacional y sedes regio­nales que impartían diversas carreras, teniendo su principal establecimiento en Santiago. Boeninger había sido elegido directamente por los profesores, el pers0-nal . administrativo y los estudiantes en 1968, y reelegido en 1 97 1 . Hemos analizado el desarrollo de esta u niversidad desde Jos años '60 hasta 1971 en nuestro libro Carlos Huneeus, La reforma de la Universidad de Chile, Santiago, Corporación de Promoción Universitaria, 1973. AHJG , Acta N"lO, ele 27 ele septiembre de 1973, indica que "se analiza el memorún­dum Relaciones Gobierno-Universidad entregado por el Rector de la Universidad de Chile en el día de ayer. Para darle un corte definitivo se acuerda citar al Consejo de Rectores a la mayor brevedad". Esta reunión se efectuó al día siguiente, asistien­do todos los rectores, con excepción de William Thayer, rector de la Universidad Austral. En ella, el M inistro de Educación expresa el rechazo de la Junta al memo­rándum. AHJG , Acta N" 1 1 . E l 1 ele octubre fue nombrado rector d e l a Universidad d e Chile e l general (R) César Ruiz Danyau, que había sido comandante en jefe de la FACH y, por algunas sema­nas en agosto, Ministro de Transporte. AHJG, sesión N" 12. Al día siguiente fue nombrado el rector de la Universidad Católica,- el almirante (R) Jorge Sweet, que había sido director de la Escuela Naval, AHJG, Acta N" 13 . D.L. N " 50, d e 2 ele octubre d e 1973.

El p;ipel del Moviiñiento Gremial y su apoyo en la Universidad Católica se analiz;1 en el capítulo VII .

sido elegido en junio ele 1 972 como uno de los seis representantes de lds profesores en el Consejo Superior. C;1rdenal Raúl Silva Henríquez, Memorias, Santiago, Ed iciones Copygraph, 199t tomo III, pp. 40-4 1 . :

nombramiento implicaba restringir fuertemente la esfera de competencia d�l vicerrector académico, Jorge Awad (DC), quien tenía como segundo a otro econcj­mista de la DC, Reinaldo Sapag. Awad y Sapag se negaron a suscribir esta decisión, pero Swett impuso la creación de la Dirección del Personal y designó a LecaroJ . Swett pidió la renuncia a Awacl y Sapag . i Hay un interesante relato del impacto de las decisiones ele las nuevas autoridade�' univefsitarias contra fos profesores, incluso sacerdotes, escrito por el sacerdot� Percival Cowley, SS.CC . , Una luz entre las sombras. Historia de la Parroquia Uni­versitaria, Santiago, Centro de Estudios del Desarrollo (CEO), 2000, capítulo l . Cardenal Silva Henríquez, Memorias, p. 47.

128

CAPÍTULO III

EL LIDERAZGO DEL GENERAL AUGUSTO PINOCHET:

BASES INSTITUCIONALES Y RECURSOS DE PODER

,_

La excepcionalidad del general Pinochet entre los dictadores

- latinoamericanos

\E.1 régimen autoritario chileno ha sido asociado íntimamente al general Augusto Pinochet, quien fue su hombre fuerte . Con un

discurso agresivo hacia sus opositores, graficado en la afirmación

"estamos en guerra , señores" , Pinochet desarrolló un estilo carac­

terizado por la dureza y la inflexibilidad, el que impregnó al con­

junto del orden político.\su relación confrontacional con la oposi­

ción estuvo apoyada en una sistemática arenga anticomunista y de ataque a los Gobiernos de los numerosos países que lo criticaban.

$imbolizó un sistema político observado y descrito principalmen'te

desde su cara ,coercitiva, concitando el rechazo internacional, que culmina con su humillante detención en Londres en 1 998 .

P inochet ha sido el primer dictador puesto en el banquillo

de los acusados por la justicia internacional por delitos cometidos por las violaciones a los derechos humanos. Ningún político euro­

peo, a excepción de Margaret Thatcher y un ex ministro de Finan­

zas británico, levantó su voz para defenderlo.

El general Augusto Pinochet fue la principal figura del régi­

men militar debido a la alta concentración de autoridad y de po­der en su persona.'t1a sido uno de los dictadores más atípicos de América Latina . Fue el único que permaneció durante los diecisie­

te años del régimen autoritario ?irigiéndolo, mediante el ejercicio

1 29