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La literatura infantil Portal Alipso.com: http://www.alipso.com/ Apuntes y Monografías > Literatura > URL original: http://www.alipso.com/monografias/literaturainfantil Fecha de inclusión en Alipso.com: 2000-04-12 Enviado por: Anónimo Contenido Monografía Sobre La Literatura Infantil Literatura infantil, término que engloba diferentes géneros literarios: ficción, poesía, biografía, historia y otras manifestaciones literarias, como fábulas, adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos de hadas y tradicionales de transmisión oral. La literatura infantil apareció como forma o género independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII y se ha desarrollado de forma espectacular en el siglo XX. Edad media y renacimiento. Inicios del libro y didactismo En esta época eran pocos los adultos y niños que tenían acceso a los libros y la lectura. Leer era un privilegio. La cultura se hallaba recluida en palacios y monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso estaban marcados por un gran didactismo que pretendía inculcar buenas costumbres y creencias religiosas. Es de suponer que en esta época los niños oirían con gusto poesías, cuentos y cuentos tradicionales que no estaban, en principio, pensados para el público infantil. En un estadio tan primitivo de la literatura no es de extrañar que niños y adultos escucharan las mismas cosas y tuvieran las mismas lecturas, como las Cantigas de Alfonso X el Sabio (1252-1284), o un siglo más tarde El Conde Lucanor o Libro de Patronio (1335), del infante don Juan Manuel, colección de cincuenta apólogos dirigida a niños y adultos. Este mismo autor escribió el Libro de los estados o libro del infante, también de tipo didáctico. Los escasos libros para niños que existían en esta época eran abecedarios, silabarios, bestiarios o catones (los libros llenos de sentencias que seguían a los abecedarios) que contenían normas de comportamiento social y religioso. La influencia del mundo antiguo oriental dominó gran parte de la edad media. Ramón Llull (1232-1316) compuso el Llibre de les besties, y, pensando en los niños, un Ars puerilis dedicado a la educación de la infancia. Como una muestra más de la preocupación por lo pedagógico y la intención moral que dominaba en esta época, se pueden citar los Proverbios del marqués de Santillana que escribió por encargo del rey Juan II para su hijo. La invención de la imprenta puso en manos de los niños libros que hasta ese momento sólo se conocían por versiones orales. Uno de los primeros que se editó en España fue el Isopete historiado, en el año 1489. Se trataba de una traducción al castellano de las fábulas de Esopo, con grabados en madera. En la misma Alipso.com - http://www.alipso.com Página 1/6

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La literatura infantil

Portal Alipso.com: http://www.alipso.com/Apuntes y Monografías > Literatura >URL original: http://www.alipso.com/monografias/literaturainfantil

Fecha de inclusión en Alipso.com: 2000-04-12Enviado por: Anónimo

Contenido

Monografía Sobre La Literatura Infantil

Literatura infantil, término que engloba diferentes géneros literarios: ficción, poesía, biografía, historia yotras manifestaciones literarias, como fábulas, adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos de hadas ytradicionales de transmisión oral. La literatura infantil apareció como forma o género independiente de laliteratura en la segunda mitad del siglo XVIII y se ha desarrollado de forma espectacular en el siglo XX.

Edad media y renacimiento. Inicios del libro y didactismo

En esta época eran pocos los adultos y niños que tenían acceso a los libros y la lectura. Leer era un privilegio.La cultura se hallaba recluida en palacios y monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso estabanmarcados por un gran didactismo que pretendía inculcar buenas costumbres y creencias religiosas. Es desuponer que en esta época los niños oirían con gusto poesías, cuentos y cuentos tradicionales que no estaban,en principio, pensados para el público infantil.

En un estadio tan primitivo de la literatura no es de extrañar que niños y adultos escucharan las mismas cosasy tuvieran las mismas lecturas, como las Cantigas de Alfonso X el Sabio (1252-1284), o un siglo más tarde ElConde Lucanor o Libro de Patronio (1335), del infante don Juan Manuel, colección de cincuenta apólogosdirigida a niños y adultos. Este mismo autor escribió el Libro de los estados o libro del infante, también de tipodidáctico.

Los escasos libros para niños que existían en esta época eran abecedarios, silabarios, bestiarios o catones (loslibros llenos de sentencias que seguían a los abecedarios) que contenían normas de comportamiento social yreligioso.

La influencia del mundo antiguo oriental dominó gran parte de la edad media. Ramón Llull (1232-1316)compuso el Llibre de les besties, y, pensando en los niños, un Ars puerilis dedicado a la educación de lainfancia.

Como una muestra más de la preocupación por lo pedagógico y la intención moral que dominaba en estaépoca, se pueden citar los Proverbios del marqués de Santillana que escribió por encargo del rey Juan II parasu hijo.

La invención de la imprenta puso en manos de los niños libros que hasta ese momento sólo se conocían porversiones orales. Uno de los primeros que se editó en España fue el Isopete historiado, en el año 1489. Setrataba de una traducción al castellano de las fábulas de Esopo, con grabados en madera. En la misma

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imprenta, la de Juan Hurus en Zaragoza, se editó en 1493 una versión del Calila e Dimna, el Exemplariocontra los engaños y peligros del mundo, que avisa en su prólogo que se trata de un libro tanto para adultoscomo para los niños.

Numerosas cartillas y abecedarios debieron de imprimirse en esta época, así como adaptaciones de los librossagrados, como el Antiguo Testamento para los niños, de Hans Holbein (1549).

Siglos XVII y XVIII. Comienza la fantasía

El descubrimiento del mundo antiguo sacó a la luz numerosas fábulas de la Antigüedad, y junto atraducciones de Esopo aparecieron nuevos creadores: en España, Sebastián Mey, Fabulario de cuentosantiguos y nuevos (1613), que reúne una colección de 57 fábulas y cuentos que terminan con un dísticomoralizador, y en Francia Jean de la Fontaine, autor de las Fábulas (1688).

En Alemania se edita en 1658 el Orbis Sensualium Pictus, del monje y pedagogo Comenio. Este libro enimágenes se considera revolucionario dentro de la literatura infantil. Se publicó en cuatro idiomas, latín,alemán, italiano y francés y cada palabra llevaba su correspondiente dibujo. Se trata de un libro de concepciónmuy moderna que defiende la coeducación y el jardín de infancia.

Charles Perrault (1628-1703) publicó en Francia sus Cuentos del pasado (1697), en los que reúne algunosrelatos populares franceses. Estos cuentos, que subtitula Cuentos de mamá Oca, recogen relatos popularesfranceses y también la tradición de leyendas célticas y narraciones italianas. Piel de asno, Pulgarcito, El gatocon botas, La Cenicienta y Caperucita Roja aparecen en esta obra y al final de cada uno añade una moraleja.Con estos cuentos maravillosos Perrault introdujo y consagró “el mundo de las hadas” en la literatura infantil.

Siguiendo las huellas de Perrault, Madame D’Aulnoy (1650-1705) escribió cuentos como El pájaro azul o Elpríncipe jabalí.

Madame Leprince de Beaumont (1711-1780) escribió más tarde El almacén de los niños (1757), un volumencon diversos contenidos en el que se incluye una de las narraciones más hermosas de la literatura fantástica, Labella y la bestia.

Pero las narraciones que realmente triunfaron en toda Europa fueron las de Las mil y una noches, que setradujeron al francés en once tomos entre 1704 y 1717. En 1745, John Newbery abrió en Londres la primeralibrería y editorial para niños, La Biblia y el Sol, y editaron gran número de obras. En 1751 lanzó la primerarevista infantil del mundo: The Lilliputian Magazine. En España, la primera revista infantil se publicó en1798: La Gaceta de los Niños. En Inglaterra aparecieron dos libros de gran trascendencia: el Robinson Crusoe(1719) de Daniel Defoe (1679-1731) y Los viajes de Gulliver (1726), de Jonathan Swift (1667-1745). Laintensa actividad intelectual del siglo XVIII benefició también al niño, ya que a partir de este momento, ygracias al pensador francés Jean-Jacques Rousseau, se dejó bien claro en su Emilio (1762) que la mente de unniño no es como la de un adulto en miniatura, sino que debe ser considerada según características propias.

Los filósofos y pensadores de la época comenzaron a considerar que el niño necesitaba su propia literatura,por supuesto con fines didácticos, y en España Tomás de Iriarte (1750-1791) escribió unas Fábulas literarias(1782) por encargo del ministro Floridablanca, y Félix Mª Samaniego (1745-1801) publicó sus Fábulas (1781).

Siglo XIX. Descubrimiento del niño

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A comienzos del siglo XIX, el romanticismo y su exaltación del individuo favorecieron el auge de la fantasía.Numerosos autores buscaron en la literatura popular su fuente de inspiración y rastrearon en los lugares másremotos de sus respectivos países antiguas leyendas que recuperaron para los niños. Así surgieron a principiosde este siglo grandes escritores que se convertirían con el paso de los años en clásicos de la literatura infantil.

Jacob y Wilhelm Grimm, escribieron sus Cuentos para la infancia y el hogar (1812-1822), en los queaparecen personajes que se harían famosos en todo el mundo: Pulgarcito, Barba Azul, Blancanieves… oCenicienta y Caperucita, que ya se conocían en la versión de Perrault del siglo anterior.

Hans Christian Andersen fue el gran continuador de la labor de los hermanos Grimm. Sus Cuentos para niños(1835) gozaron de un éxito impresionante, y no dejó, durante toda su vida, de publicar cuentos en los queconjugaba su sensibilidad para tratar los sentimientos de los más variados personajes —La sirenita, El patitofeo, El soldadito de plomo, La vendedora de fósforos y tantos otros— con la más alta calidad literaria.

España se incorporó algo más tarde a esta corriente de literatura popular. Cecilia Böhl de Faber, másconocida por su seudónimo de Fernán Caballero (1796-1877), es una de las primeras personas que se preocupapor la literatura infantil en este país. Recogió el folclore infantil y leyendas y cuentos populares y los fuepublicando en un periódico para niños. En 1874 publicó la colección completa con el título Cuentos,oraciones, adivinanzas y refranes populares e infantiles. Alentado por Fernán Caballero, el padre Coloma(1851-1915) publicó la colección de cuentos para niños Lecturas recreativas (1884); entre ellos se encuentra elfamoso Ratón Pérez, que se inspira en la leyenda popular. También escribió una novela histórica muydidáctica e idealizada, dirigida a los niños, Jeromín, sobre la infancia de don Juan de Austria y que supuso unamanera nueva de contar la historia con fines claramente didácticos.

En 1876 se creó la editorial de Saturnino Calleja, de fundamental trascendencia para la literatura infantilespañola. Calleja editó casi todo lo que se escribía para los niños en el mundo: son los famosos Cuentos deCalleja, en colores, con ilustraciones y a precios muy asequibles. Divulgó los cuentos de Las mil y una noches,Los viajes de Gulliver o Las aventuras de Robinson Crusoe, entre otros muchos libros famosos. Además contócon los mejores ilustradores y autores de la época, como Salvador Bartolozzi.

La ávida respuesta de los niños a mitos y cuentos de hadas hizo suponer que sus mentes poseían una ilimitadacapacidad de imaginación y que podían pasar sin ninguna dificultad de la realidad a la fantasía. Edward Lear,el iniciador del nonsense o literatura del absurdo, fue uno de los primeros autores en apreciarlo. Pero lasuprema combinación de fantasía y humor la aportó Lewis Carrol en su Alicia en el país de las maravillas(1865). La popularidad de esta obra se debe a que bajo su fantasía late una profunda percepción psicológicaunida a una lógica que sólo un matemático como Carrol, que fuera a la vez un gran escritor, podría utilizar deforma tan atractiva.

Oscar Wilde continuó la tradición romántica de los cuentos de hadas con sus obras El príncipe feliz, Elgigante egoísta y El ruiseñor y la rosa, entre otros. En la segunda mitad del siglo XIX se afianzó la novela de

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viajes y aventuras al aparecer los grandes cultivadores de este género. Robert Louis Stevenson (1850-1887)escribe La isla del tesoro (1883), que se convertiría con el tiempo en un clásico de marinos y piratas. RudyardKipling (1865-1936) publicó El libro de la selva (1894), la historia de un niño indio criado en la selva entreanimales salvajes, que ha tenido un éxito inmenso. Jules Verne (1828-1905) inicia sus novelas científicas queadelantan el futuro: El viaje de la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino o Viaje al centro de laTierra.

De este modo, el siglo XIX, que había comenzado su andadura poniendo al alcance de los niños un mundomágico poblado de duendes, hadas, fantasmas y brujas, terminó ofreciéndoles una literatura que se beneficia eincluso anticipa los adelantos científicos de la época.

En los Estados Unidos Mark Twain  (1835-1910) publicó Las aventuras de Tom Sawyer (1876), que narra lastravesuras de un niño corriente, que se aleja mucho de la imagen de niño modelo que preconizaba la literaturainfantil hasta este momento.

E. T. A. Hoffmann (1776-1822) escribió Cuentos fantásticos en los que lo extraordinario se une a lomaravilloso como en El cascanueces o El cántaro de oro.

Otro de los grandes protagonistas de la literatura infantil universal aparece también por esas fechas, Pinocho(1883), del escritor italiano Carlo Collodi (1826-1890), un muñeco de madera que termina convirtiéndose enun niño de carne y hueso, como símbolo de la evolución hacia la toma de conciencia por parte del niño.Collodi consiguió un personaje atractivo y universal que adelantaba las nuevas tendencias de la literaturainfantil del siglo XX.

Siglo XX. Esplendor del libro infantil

La literatura infantil adquirió, por fin, su autonomía en este siglo. La psicología del niño, sus intereses y susvivencias son tenidas en cuenta por los escritores que elaboran mucho más sus personajes, les dotan de vidainterior y les hacen crecer a lo largo de la obra.

En 1904, James M. Barrie publicó en Londres uno de los cuentos más famosos del mundo, Peter Pan, lahistoria del niño eterno, que no quiere crecer, habla con los animales, escucha a los elfos que viven en elparque y conoce el mundo secreto que se esconde tras la realidad.

A principios de siglo, en Inglaterra, se publicaron tres libros interesantes: Winnie, the Pooh (El mundo dePuff o Winnie de Pooh, 1927), de A. A. Milne, que trata la relación tradicional entre un niño y su osito defelpa de una forma ingeniosa y llena de sensibilidad. El viento en los sauces (1908), de Kenneth Grahame, esun espléndido libro sobre la naturaleza, que describe la vida de algunos animales a la orilla de un río. El doctorDolittle y sus animales, de Hugh Lofting, consiste en una serie protagonizada por un doctor que cura a losanimales mientras vive las más disparatadas y emocionantes aventuras.

A lo largo de este siglo han ido surgiendo personajes literarios que han conectado rápidamente con el públicoinfantil y se convertirán en protagonistas de largas series de libros, como Los mumins, de la finlandesa ToveJansson, seres fantásticos y minúsculos que actúan de forma alegre y alocada; Pippa Mediaslargas (1945), deAstrid Lindgren, uno de los héroes modernos de la literatura infantil: la niña libre, generosa y que nunca se

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aburre. Mary Poppins (1935), de Pamela Travers, narra las experiencias de una familia con cinco hijos alcuidado de una peculiar institutriz.

Algunos libros han significado un punto de referencia fundamental, tanto para los niños como para losadultos, como El principito (1943), de Antoine de Saint-Exupéry, el piloto francés que murió en accióndurante la IIGuerra Mundial y que supo crear un personaje fascinante y poético, así como Marcelino pan yvino (1952), del escritor español José María Sánchez Silva, un cuento de raíces religiosas y características muyespañolas, que se tradujo a muchas lenguas. Su autor mereció el Premio Andersen en 1968. Este premio,considerado como el Nobel de la literatura infantil, se creó en 1956 y supone un reconocimiento mundial paraescritores e ilustradores.

Escritores como Gianni Rodari, premio Andersen de 1970, autor de Cuentos por teléfono (1960) y Lagramática de la fantasía (1973); Michael Ende, Momo (1973) y La historia interminable (1979), o ErichKästner, El 35 de Mayo (1931), han revolucionado la literatura infantil con su creatividad y su fantasía.

En época más reciente, numerosos escritores de todo el mundo han sabido conectar con los gustos del públicoinfantil y juvenil y han llegado a crear auténticos éxitos universales, como Selma Lagerlöf, premio Nobel deLiteratura, con El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia (1906); Enid Blyton (1900-1968),una prolífica autora que ha publicado más de cuatrocientos libros apreciados por niños de todo el mundo;María Gripe, con ¡Elvis! ¡Elvis! (1973); J.J. Sempé, con El pequeño Nicolás, una serie de cinco libros con undelicioso protagonista que gusta a niños y adultos, y otra serie de único protagonista que ha alcanzado famamundial, El pequeño vampiro, de A. Sommer-Bodenburg.

En el gran mosaico de tendencias de la literatura infantil y juvenil también hay escritores que se han acercadocon realismo a los problemas de los adolescentes, como Judy Blume en ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret(1970); Susan E. Hinton en Rebeldes y La ley de la calle, de las que hizo unas famosas películas Francis FordCoppola en 1983, a pesar de que en algunos estados de Estados Unidos están prohibidas las obras de la autora;y Christine Nöstlinger,, la gran intérprete de la tendencia antiautoritaria de la década de 1970, con muchasobras en su haber, entre las que destaca su novela Konrad, o el niño que salió de una lata de conservas (1977).

Literatura infantil en el siglo XX en España

España se incorpora tarde al gran auge de la literatura infantil en este siglo. Es cierto que hay autores deprestigio que dedicaron algunas obras a los niños, como Valle-Inclán, con La cabeza del dragón; JacintoBenavente, autor de El príncipe que todo lo aprendió en los libros, o Eduardo Marquina, que escribió Lamuñeca irrompible.

Pero antes de la Guerra Civil española sólo tres nombres de prestigio destacaban en el panorama español:Salvador Bartolozzi, Elena Fortún y Antoniorrobles.

Bartolozzi creó las famosas aventuras de Pinocho y Chapete y las de Pipo y Pipa. Aunque Pinocho toma elnombre del personaje italiano, tiene características propias que no coinciden con las de Collodi. El Pinocho deBartolozzi es un muñeco idealista y aventurero que necesita un contrapunto, por lo que su autor crea otropersonaje que le acompaña, el realista y enredador Chapete. Estos dos personajes se convirtieron en la lecturapopular de los niños españoles e hispanoamericanos de los años treinta.

Elena Fortún fue la autora que abrió las puertas de la realidad en la literatura infantil. En sus libros aparecíanpersonajes y situaciones que los jóvenes lectores podían reconocer fácilmente en su vida cotidiana. Su formade escribir amena y ágil, en la que no falta la ironía hacia el comportamiento de los adultos, logró crear un

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personaje, Celia, que sigue gozando del favor de los lectores de hoy.

Antoniorrobles es un autor preocupado por transmitir un mensaje de bondad a los niños y que cree en el valorpedagógico de la literatura infantil. Su dedicación a este género fue total. Tanto mientras vivió en Españacomo cuando tuvo que exiliarse en México, escribió cuentos y fue profesor de Literatura infantil en unaEscuela Normal de la ciudad de México.

La Guerra Civil española (1936-39) truncó el camino iniciado por estos autores y hasta los años cuarenta noaparecieron nuevas plumas, como Borita Casas, que creó un personaje que se hizo famoso en su época,Antoñita la Fantástica; a través de esta niña de fuerte imaginación, la autora denuncia los defectos de lasociedad y los adultos de la época. En una línea más cercana a la literatura tradicional destaca María LuisaGefaell, premio Nacional de Literatura en 1950, que realizó descripciones de la vida de los niños en las tierrasde Castilla a través de su personaje Antón Retaco.

Entre las escritoras y escritores que gozan actualmente de un reconocimiento merecido, figuran Montserratdel Amo, premio Lazarillo en 1960 por su obra Rastro de Dios; Carmen Vázquez Vigo, Mambrú no fue a laguerra (1970); Ana María Matute, una escritora de adultos que ha escrito libros de gran calidad para los niños,en los que combina una rica fantasía con un tono poético y la excelente construcción de sus obras, Elsaltamontes verde o El polizón del Ulises, premio Lazarillo 1965; Carmen Kurtz, creadora de un personaje,Oscar, un simpático chico de 12 años, y que en 1964 ganó el Premio CCEI con Oscar, cosmonauta, y elPremio Lazarillo en 1964 por Color de fuego. Otros autores significativos son: el poeta Jaime Ferrán, MartaOssorio, María Isabel Molina y su hermana Pilar Molina, así como Gloria Fuertes con sus personales versospara los niños.

En la década de 1975 a 1985 se produjo en España el llamado boom de la literatura infantil y juvenil, en elcurso del cual surgen los nombres más significativos de la actualidad:

Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris (1978); Consuelo Armijo, creadora de unos personajesfantásticos, Los Batautos, Premio Lazarillo 1974, que representan el “nonsense” español; Joan ManuelGisbert, uno de los autores de más prestigio en la actualidad, dedicado a la novela fantástica de ciencia ficción,autor de El misterio de la isla de Tokland, premio Lazarillo en 1980, un libro que no deja de reeditarse, oEscenarios fantásticos; Jordi Sierra i Fabra, un autor muy prolífico que ha escrito en todos los géneros —en laciencia ficción destaca su trilogía “El ciclo de las Tierras”— y que en los últimos años se inclina hacia lanovela realista con una excelente novela, Noche de viernes (1994), o Juan Farias, una de las voces máspersonales y prestigiosas de la actual edición infantil, premio Nacional de Literatura Infantil en 1980 conAlgunos niños, tres perros y más cosas.

El mayor cuidado en la edición y un afán de llevar los libros a los lectores más jóvenes e incluso a losprelectores, originó también en la década de 1980 un magnífico auge de la ilustración española, consideradacomo una de las mejores del mundo. Destacan entre otros los nombres de Miguel Calatayud, Alfonso Ruano,Carme Solé, Asun Balzola, Arcadio Lobato, Alicia Cañas o Javier Serrano.

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