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INVESTIGACIN MEMORIA

LOS SOLDADOS DE LAINDIFERENCIA TRAS EL DA DEN EL BEAGLE25 octubre, 2014

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2Corra el ao 1978 y miles de soldados chilenos y argentinos eran movilizadoshaca distintos puntos de la frontera comn, una posible guerra se acercaba.Ambos pases estaban regidos por dictaduras y ninguno de los dos queraceder en la posesin de las islas del sur Picton, Nueva y Lennox. Aqualgunos de sus protagonistas annimos cuentan sus historias.

Por: Felipe Betancour, Camilo Calderara y Juan Vera

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Por: Felipe Betancour, Camilo Calderara y Juan Vera

Esa noche en la escuadra chilena no se escuch el zafarrancho de combate que fue reemplazado por unmensaje del almirante Ral Lpez, quien hoy recuerda que si bien el ao 78 nos exigi estar muy lejos denuestras familias y de nuestros amores, nos permiti el privilegio de estar muy cerca de la gloria. ste erael fin de una guerra que no alcanz a ser guerra, pero que s dej varias secuelas en el camino.

Dos aos antes, cuando an no amaneca en Argentina y el reloj marcaba las 6:45 de la maana del 24 demarzo de 1976, el pueblo argentino se despertaba con sus calles llenas de tanques, camiones y autosmilitares con la noticia que el ejrcito haba derrocado a la presidenta Isabel de Pern. De ah en adelante,comenzara el calvario para miles de jvenes y familias argentinas. 27 mil personas desaparecidas fue elcruel nmero que sigui al golpe.

El escenario de los ltimos das del marzo argentino era muy similar a lo vivido en Chile tres aos antes,cuando el presidente Salvador Allende era vctima de un golpe de Estado por parte de las fuerzas militaresdel pas, el da 11 de septiembre. As, en 1976 Chile y Argentina eran gobernadas por sus institucionesmilitares.

Desde aquel da solo transcurrieron tres meses para que la milicia argentina comenzara a reclutaradolescentes, quienes hasta entonces solo saban de jugar al ftbol con sus amigos y comidas con lafamilia. Ahora tenan que enviarlos a hacer entrenamiento militar, sin saber lo que vendra despus. Segnrecuerdan los Veteranos del Canal de Beagle, organizacin que se mantiene hasta hoy en Argentina, losmilitares pasaron casa por casa, revisaron cada rincn e incorporaron a sus filas a todos los jvenes queencontraron, quienes, en su mayora, tenan solo 16 aos.

El motivo de toda esta movilizacin era el plan de la nueva junta militar argentina, reconocida como elProceso de Reorganizacin Nacional, que buscaba la soberana en un grupo de islas ubicadas al sur deTierra del Fuego, que siempre haban estado en disputa, pero legalmente pertenecan a Chile: Picton,Nueva y Lennox.

En la inocencia de su juventud nunca pensaron en participar de un conflicto blico contra Chile. En el ao1976, los primeros jvenes fueron arrancados de sus casas, les informaron que estaban reclutados y lostrasladaron a San Salvador de Jujuy, al norte del pas, al regimiento nmero 20 de Infantera de Cazadoresde los Andes, que ahora era un centro de reclutamiento.

Desde ese momento la vida de los jvenes argentinos dio un cambio radical. El presidente de la asociacinde veteranos del conflicto del Canal de Beagle, Luis Acosta, quien solo tena 16 aos en ese entonces, loresume como una tortura constante. Dejaron de ser adolescentes y pasaron a ser soldados, mquinas


preparadas para matar. La preparacin fue terrible, sufrieron frio, hambre y jornadas enteras en el calabozode campaa. Adems soportaron distintos tipos de torturas por parte de sus propios coroneles. Una de lastantas torturas, conocida como el estaqueamiento, consista en que los jvenes eran amarrados aestacas de pies y manos con la mirada hacia el sol, aguantando todas las condiciones de un clima adverso.La idea era alistarlos psicolgicamente al tormento de bandos enemigos si es que eran capturados, y as noentregar ningn tipo de informacin.

Luego de pasar jornadas bajo el sol argentino, en la noche el entrenamiento continuaba. Los regimientosaledaos se reunan para recrear una situacin de guerra. Con armamento de fogueo y vehculos patrullandola zona, combatan toda la noche. Aunque pareca solo un ejercicio, si algn soldado era capturado por unaunidad enemiga, sera torturado como si fuera un conflicto de verdad.

Listos para pelear

Lleg agosto de 1978 y el fingido servicio militar obligatorio haba concluido para los jvenes soldados,quienes con alegra regresaban a sus hogares luego de dos aos de instruccin militar. Dicen que despusde la tormenta viene la calma, pero esta calma duro solo 24 horas. Con la noche ya avanzada y de unmomento a otro, el silencio nocturno se vio interrumpido por camiones militares de los que descendieron uniformados,. Casa por casa buscaban a los recin llegados. La nica explicacin que les dieron fue que elpas estaba en guerra y ahora eran parte de la reserva nacional de las Fuerzas Armadas de Argentina. Consorpresa, solo les qued acatar la medida sin saber siquiera contra quin era la guerra, debido a que elcerco comunicacional que tena la dictadura argentina en esos tiempos no permita enterarse de nada.

Tan solo ocho horas despus se encontraron en un colegio que haba sido adaptado como regimiento, elnmero 144 Mecanizado de Jujuy. Para el transporte de soldados, armamentos y provisiones fueronsecuestrados todos los camiones que circulaban por el lugar. Miles de vehculos fueron puestos adisposicin de la milicia y todos salieron rumbo a San Antonio de Los Cobres, pequea provincia ubicada enSalta. All se quedaron hasta el 19 de diciembre.

De distinta forma lo vivi Jorge Mattiangeli, quien no fue reclutado en un principio como todos los jvenesde su edad, sino que fue recin alistado cuando el conflicto estaba a punto de estallar, y lo hizo en el surde Argentina, en el punto neurlgico del conflicto. Sin embargo, la situacin de todos los soldados fue igualdurante todos los aos y a lo largo de todo el pas.

Eran casi 200 mil los jvenes argentinos puestos a disposicin del gobierno y solo ellos, ni siquiera susfamilias, saban realmente lo que estaba sucediendo. Todo el resto de los ciudadanos segua celebrando la


consagracin argentina en el mundial de ftbol, donde se coron campen como se haba previsto, en uncampeonato organizado para desviar la atencin de la gente y ocultar todas las atrocidades hechas por elrgimen de Rafael Videla, bajo el amparo de la Federacin Internacional de Ftbol Asociado (FIFA).

Por el contrario, los soldados chilenos eran mucho menos en nmero que los argentinos y la situacinvivida desde el reclutamiento hasta la llegada a la frontera tambin fue muy distinta. Los chilenos quefueron a combatir, en su mayora, lo hicieron ms por un sentimiento de nacionalismo que por obligacin.As lo recuerda Juan Tapia, actual suboficial del Regimiento de Carabineros de Macul y soldado chileno en1978 en Tierra del Fuego. Lo nico que me motiv a ir a Tierra del Fuego a atrincherarme sin saber sivolvera algn da a mi casa, era el amor a la patria y a la bandera que me inculcaron los superiores.

Luis Acosta recuerda que la estrategia argentina era clara. Ellos se tomaran las islas en disputa y tambininvadiran la ciudad chilena de Valparaso como punto estratgico, ya que se crea que Chile, en su afn pordefenderse, invadira algunas ciudades argentinas. Adems, los argentinos contaban con ms de 200 milsoldados, contra los no ms de 50 mil chilenos movilizados. Sin embargo, Chile tambin tena unaestrategia, que consista en tomar posesin del norte argentino si Argentina invada las islas, para as poderiniciar negociaciones por las ciudades.

Intermediarios en el conflicto

Desde el siglo XIX que no exista un completo acuerdo por a quienes pertenecan las islas, pero siempre sele fueron otorgadas a Chile, incluso en el Laudo Arbitral en 1977. Sin embargo, Argentina nunca reconocieste fallo y poco a poco se acercaba la posibilidad de una guerra.

El 28 de septiembre de 1978, el Vaticano informaba el fallecimiento por causa de un ataque cardaco delPapa Juan Pablo l, por lo que tras una eleccin, el 16 de octubre del mismo ao el polaco Karol Wojtylaasumi como el Papa Juan Pablo ll. A la ceremonia, junto con los representantes de todo el mundo,acudieron el general Videla y el ministro de Relaciones Exteriores de la Junta Militar chilena, HernnCubillos, en un ambiente de tensin reconocido por ambos pases. Al nuevo Papa ya se le haba informadopor parte de estas autoridades y de la Iglesia Catlica, la disputa que exista. Ante esta eventualidad, elPapa de la Iglesia Catlica recin asumido, ofreci su mediacin en el conflicto a travs del cardenalitaliano Antonio Samor.

Segn recuerda Jaime Corio, portavoz de la Conferencia Episcopal en Chile, la intervencin del Papa JuanPablo era la ltima y la nica esperanza de evitar una conflagracin armada entre Chile y Argentina. Losregmenes autoritarios que gobernaban ambos pases sentan un profundo respeto por la fe catlica y laautoridad de la Iglesia, y a pesar de todo, al menos en Chile, la jerarqua eclesistica siempre tuvo un rol


autoridad de la Iglesia, y a pesar de todo, al menos en Chile, la jerarqua eclesistica siempre tuvo un rolactivo en la defensa de los derechos humanos conculcados por el rgimen militar. La inmediata y generosadisposicin del Papa y sus colaboradores para ayudar en la bsqueda de una solucin pacfica signific elretorno a la razn, en un escenario en que las acciones blicas eran inminentes. Quizs slo los directosinvolucrados y los habitantes de las zonas australes pudieron dimensionar el gravsimo riesgo quecorrieron nuestros pueblos entonces. Por eso la Iglesia no deja de agradecer la gestin del Papa Juan PabloII.

Si bien la Iglesia Catlica ya se haba pronunciado, tanto chilenos como argentinos no detenan sus tropas.Poco antes de partir del lugar de reclutamiento, se les ofreci una misa a todos los soldados argentinos,organizada por el capelln de la zona que les daba una despedida que se pareca ms a un funeral que a unhasta pronto.

Con la pena y la impotencia a cuestas, realizaron un viaje de un da hasta llegar al Paso de Jama,descendieron de los camiones y fueron recibidos con un temporal de lluvia y con la arena del desierto, quese haba convertido en un lodo que los cubra hasta las rodillas. Sin perder tiempo comenzaron a armar lascarpas y guardar bolsos y palas para hacer trincheras en caso de inicio del fuego.

Entre los compaeros haba llantos al momento de imaginarse lo que podra pasar, la tensin iba enaumento, la guerra era inminente. Seguan las torturas en la nueva base y la incomunicacin con la familia.Ya no haba vuelta atrs. A la familia se le menta; ellos, los oficiales, les decan que nosotros estbamosbien, nos hacan hacer cartas para nuestros familiares y esas cartas nunca llegaban, cuenta Luis Acosta.

Las familias de los soldados no podan ms con la incertidumbre. Norma Acosta, hermana mayor de Luis,no poda vivir tranquila sin saber dnde estaba su nico hermano y por qu no volva de la instruccinmilitar donde haba sido devuelto hace pocas semanas. Nosotras nos acercbamos a los regimientos y nosdecan que estaban en instruccin militar, era lo nico que nos decan, recuerda Norma.

Chile tambin se alista

Mientras tanto, en Chile el 16 de diciembre de 1978, 400 carabineros fueron enviados a la primera lnea decombate al sur de Chile a resguardar la frontera con Argentina, especficamente al paso fronterizo SanSebastin ubicado en Tierra del Fuego. En la madrugada del da anterior se empieza a comunicar a losuniformados que llegaba el momento de partir. Algunos, como Juan Tapia, tuvieron la suerte de despedirsede sus familias; a otros simplemente los subieron a los buses de la Institucin y los llevaron a la Escuelade Carabineros. Ah ya tenan todo preparado con antelacin.

Cada uno deba tener su saco de ropa y cosas bsicas listas ya que cada cierto tiempo nos revisaban paraUse our professional PDF creation service at http://www.htm2pdf.co.uk!

no hacer los bolsos a ltimo momento, recuerda Tapia, quien llevaba dos jilos de chocolate para sobrevivirsi no haba comida.

Al momento de dirigirse al Aeropuerto de Pudahuel para embarcar, lo hicieron por calles y poblacionesinteriores para no alarmar a la gente, ya que si transitaban por las principales calles de Santiago causaranrevuelo entre los habitante que an no saban nada de los alcances de este conflicto con el pas vecino.

Segn la profesora de Derecho Internacional y autora de distintos escritos sobre este tema, Mara TeresaInfante, la gente no poda saber lo que estaba ocurriendo. Quizs se conoca levemente el conflicto, peronunca se pens que de verdad el ataque se iba a producir, lo que estuvo a minutos de ocurrir, seal laescritora del libro Argentina y Chile: percepciones del conflicto de la zona del Beagle.

En aviones Hrcules, vehculo areo para transportar carga militar, fueron transportados desde Santiagohasta Punta Arenas. Estos aviones no contaban con asientos ni tenan las comodidades para embarcar talcantidad de pasajeros. Adems, no podan realizar la clsica ruta aeronutica hacia el sur que es porespacio argentino, sino que tuvieron que viajar por pleno Ocano Pacifico, volando bajo el peligro de notener dnde aterrizar en caso de emergencia.

Cuando llegamos a Punta Arenas, tomamos nuestras barcazas y lanchones para cruzar el Estrecho deMagallanes. Ah avanzamos en camiones de ganado y despus caminando, rodeados de ovejas, mar y unhermoso paisaje que a ratos haca olvidar lo que estbamos viviendo. Nos dejaron en la frontera, nosdijeron que nos separramos cada cien metros y que cavramos nuestras trincheras. Sabamos queestbamos muy cerca de los argentinos, pero no los podamos ver, solo veamos mar a nuestro lado. Asrecuerda Juan Tapia uno de los momentos ms trascendentes de su vida.

Todos listos

El 19 de diciembre de 1978 y con la recordada frase del general Luciano Menndez jefe del tercer cuerpodel ejrcito argentino, declarada la guerra estar a media maana del primer da de la ofensiva almorzandoen Los Andes y al atardecer tomndome un whisky en el hotel Miramar de Via del Mar, se dio la seal depreparar todos los camiones y los instrumentos militares para salir rpidamente al Paso de Jama, donde seestableceran definitivamente. Ubicado a 4.200 metros sobre el nivel del mar, este desierto en el norte dela frontera se presentaba como un lugar hostil para los jvenes, de ahora 18 aos, que an poco entendande la situacin en la que se encontraban.

Si la tortura de sus superiores no los destrozaba por completo, uno de los momentos que ms recuerdaLuis Acosta fue el instante en que el Tren de las Nubes, que une ambos pases, lleg con un cargamento


especial. Miles de atades de tamao de casi dos metros de largos fueron descargados con los nombres decada uno de los soldados para que, en caso que murieran en combate, los restos de los soldados fuerandevueltos a los familiares rpidamente.

Los chilenos, en tanto, esperando el ataque para comenzar a combatir mataban el tiempo escuchando laradio argentina que podan sintonizar y de vez en cuando intercambiaban palabras con arrieros que pasabanpor el lugar, despreocupados por el inminente enfrentamiento. A travs de estos trabajadores se enteraronde la llegada de navos con atades al puerto argentino, lo que no cay nada bien entre los chilenos. Ahasumimos que ramos la carne de can; bamos a ser los primeros en morir, no tenamos nada quehacer, recuerda Tapia.

Tres das ms tarde, el 22 de diciembre se les inform a los soldados argentinos que la guerra empezara alas 22 horas. En ese momento se termin cualquier esperanza que podra quedar entre los jvenes. Esaspequeas sonrisas que se vean de vez en cuando con la ilusin de regresar, desaparecieron. Solo treskilmetros los separaban de la frontera y la instruccin era tomar las ciudades chilenas para neutralizar laavanzada de las fuerzas enemigas, el avance hacia a Chile estaba condicionado por los campos minadosque podan mutilar en cualquier momento a un hombre.

21:45 horas y el campamento se paraliza, las luces se apagan. As ocurra a lo largo de toda la frontera. Los200 mil soldados argentinos movilizados de norte a sur esperaban atacar las ciudades chilenas y,principalmente, tomarse las Islas Picton, Nueva y Lennox. Quince minutos despus, se dio la orden deataque. Camiones cargados de misiles estn listos para cruzar la frontera. De un momento a otro, yaestaban enfilados, listos para la guerra.

De la misma manera, el dbil ejrcito chileno se desplazaba a lo largo de todo el pas, asegurando puntosfrgiles con la movilizacin de ocho tanques M-41 Walker/Bulldog, desplegados en la zona austral de Chile,entre el sector de Punta Arenas y Puerto Natales. El resto de los cincuenta M-41, que en ese tiempo tenael ejrcito chileno en su inventario, estaba desplegado entre las reas de Antofagasta y Calama en el nortedel pas, pero nunca se imaginaron que el ataque argentino ya estaba en marcha.

Sin embargo el combate nunca se inici. Vientos de 100 kilmetros por hora levantaron la arena deldesierto en el norte y a los argentinos sin proteccin adecuada no les quedo ms que sentarse uno conotros de espalda a la ventisca. Para Luis Acosta sa fue la nica razn de no morir probablemente esamisma noche y regresar a su tierra en el cajn con su nombre.

Mientras, Mattiengeli recuerda permanecer todo el tiempo en las trincheras en el sur, muy cerca de lossoldados chilenos, esperando la orden de atacar que nunca lleg. Incluso hoy reconoce haber vivido


soldados chilenos, esperando la orden de atacar que nunca lleg. Incluso hoy reconoce haber vividoenfrentamientos y contacto muy cercano y de solidaridad con los chilenos. Esto se dio casi sobre el final,nos enteramos de la mediacin y ah hubo un alto al fuego, todos sabamos que estbamos secuestradosah.

Tropas chilenas y argentinas que sobrevivan a las inclemencias del clima tanto en la Patagonia, como en lacordillera de Los Andes, se mantenan a la espera de alguna orden o seal para que comenzara lo peor.

La mediacin de la Iglesia Catlica segua su curso, el obispo de Punta Arenas de esa poca, TomsGonzlez, haca espordicos viajes a Santiago tanto para informarse de la situacin como para informar delo que ocurra en la zona austral chilena.

El sol de la maana apareca en las islas Picton, Nueva y Lenox, las tropas chilenas y argentinascomenzaban a darse cuenta que durante la noche y hasta ese momento no se haba generado conflictoalguno.

Durante la tarde del 22 de diciembre la junta militar argentina, comanda por el general Videla, recibi lamisiva desde el Vaticano, la que a las 18:30 horas fue aceptada cuando Videla emiti la orden de detener elasalto de las tropas argentinas en territorio chileno. El avance durante la noche se haba hecho complicadosobre todo para el contingente martimo de los trasandinos que se encontraron con las aguas del canalBeagle en un estado de turbulencias, lo que provoco que quienes tripulaban los cruceros y embarcacionesargentinas sufrieran mareos y vmitos, retrasando de todas maneras el ataque.

Segn Mara Teresa Infante, la presin internacional, adems del respeto hacia la figura del Papa, fue laprincipal responsable de la solucin del conflicto. Chile tena todas las de ganar legalmente, todos losorganismos internacionales condenaban el actuar de Argentina, el gobierno argentino no poda seguirsosteniendo esa presin, recuerda la profesora de Derecho Internacional.

El 26 de diciembre, el cardenal Samor lleg a Argentina para cumplir con la mediacin entre ambospases. As la relacin comenzaba a mejorar y las tropas dispersas por todo el territorio chileno y argentinocomenzaban a enterarse del acuerdo de paz que se estaba suscitando entre las partes. Se estabacumpliendo la peticin de Len Gieco, quien se manifestaba en la cancin publicada meses antes,convirtindose en banda sonora de esta mediacin: Solo le pido a dios que la guerra no me seaindiferente.

A pesar que la postura argentina cedi, las tropas no se retiraron enseguida de la frontera, y no fue hastadespus de un mutuo acuerdo, el 19 de enero de 1979, en una maana soleada como muchas, pero felizcomo pocas, los soldados recibieron la noticia que volveran a sus casas.


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Al da siguiente, todos los jvenes volvieron a sus ciudades donde nadie los esperaba. Luis Acosta cuentaque tuvo que esperar semanas para volver a caminar: las calcetas pegadas a la piel le dej enormes daos,un ao estar alejado de sus seres queridos lo hizo sentir peor an. Juan Tapia, que solo estuvo 34 dasreclutado para la guerra tuvo que trabajar al da siguiente de su regreso, fue a cumplir su labor deCarabinero como uno ms. Sin embargo, ambos confiesan que todos esperaban un recibimiento diferente;ellos queran ser recibidos con gloria, como hroes de guerra, algo que nunca se les reconoci. Todosvolvieron a sus casas, a sus vidas, sin honor, sin gloria, solo con el recuerdo de la tierra, el sudor y elsufrimiento. A todos los esperaba la indiferencia.

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Guillermo Rodrigo Barrera 246 seguidoresA mi me preocupa que el Pases Bajos y el mundo aun no se entera las intenciones de rearme militar en argentina. Y desconfio mucho de los avancesnucleares con fines pasificos de argentina, china pone basea militares en el sur, y Rusia con intenciones de brindar claras posibilidades de rearmemilitar para Argentina. Estratgica mente china y Rusia quieren controlar el punto entre los dos ocanos, Argentina quiere las malvimas, y nosotroshermanos chilenos y argentinos tendramos que estar unidos por la paz, tierra es tierra, nada como ver a nuestros hijos crecer en bendita paz!Responder Me gusta 13 de abril a la(s) 19:521

Leonardo Antonio Pizarro Valdes Mejor comentarista NAITExiste falta a la verdad y veracidad de los echos , la cantidad regular de chilenos en armas a la fecha era de 120.000 , posteriormente fueronincrementados a 250.000 con la primera llamada a la reserva , existia ignorancia supina de argentinos respecto a Chile , Chile a pesar del bloqueologro adquirir lanzacohetes chinos en gran cantidad , 80, carros de combate antitanques de Brasil , fusiles FAL de Brasil, morteros pesados y bombasde Israel,municion de Sudafrica o Portugal aparte de las fabricaciones nacionales que iban desde bombas de racimo de todo tipo , el problema para nosotros no era Argentina,ya que se conocia la escasa calidad de combate de argentinos , sino la adherencia y ataquede Peru y Bolivia, si eso sucedia USA e Inglaterra apoyarian con armamento a Chile y no tendriamos gran problema en derrotar a adversarios, lasFalklands nos dieron la razon.Responder Me gusta 22 de noviembre de 2014 a la(s) 11:33

Guillermo Rodrigo Barrera 246 seguidoresComo sea hermano! Lo que si se es que si entrabamos en guerra nuestros Pases Bajos no serian como lo son ahora, la cantidad de muertesdebastaria nuestros paises, imagina tu si tomaban nuestras ciudades ejercitos enemigos, la cantidad de prisioneros, la devastacineconomica. Que nuestros pueblos sufriran, y al terminar todo. Que nos queda? El mismo error cometi Argentina al enfrentarse contra elmundo en 1982. No nos quedo nada! Saludos y respetos hermano! Viva la paz por sobre todas las cosas, la vida esta primero.Responder Me gusta 13 de abril a la(s) 19:58

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