hospitalizacion niño y adolescente

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I. ¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE PARA EL ESCOLAR Y ADOLESCENTE LA HOSPITALIZACION? La hospitalización, ya sea selectiva, planificada con antelación o resultado de una urgencia o traumatismo, es motivo de tensión para niños y adolescentes de cualquier edad y sus familias. La enfermedad supone una ruptura del equilibrio funcional del cuerpo. Durante ella se ponen en marcha una serie de mecanismos defensivos y compensadores para recuperar el equilibrio perdido. De la capacidad adaptativa del niño, así como de la naturaleza, duración y gravedad de la enfermedad, va a depender que se recobre ese estado de equilibrio. Los niños hospitalizados experimentan diversas emociones al encontrarse en un entorno desconocido, rodeados de extraños, expuesto a un equipamiento al que no están familiarizados y siendo testigos de visiones y sonidos intimidantes. Existe una aproximación a la comprensión de la salud y la enfermedad por parte de los niños, de acuerdo con su nivel de desarrollo: Niño en edad escolar: Entienden como se difunde los gérmenes. El concepto de las partes del cuerpo y su funcionamiento va madurando

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reacciones frente a la hospitalizacion de niños y adolescente

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Page 1: Hospitalizacion Niño y Adolescente

I. ¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE PARA EL ESCOLAR Y ADOLESCENTE LA

HOSPITALIZACION?

La hospitalización, ya sea selectiva, planificada con antelación o resultado de una

urgencia o traumatismo, es motivo de tensión para niños y adolescentes de

cualquier edad y sus familias.

La enfermedad supone una ruptura del equilibrio funcional del cuerpo. Durante

ella se ponen en marcha una serie de mecanismos defensivos y compensadores

para recuperar el equilibrio perdido. De la capacidad adaptativa del niño, así como

de la naturaleza, duración y gravedad de la enfermedad, va a depender que se

recobre ese estado de equilibrio.

Los niños hospitalizados experimentan diversas emociones al encontrarse en un

entorno desconocido, rodeados de extraños, expuesto a un equipamiento al que no

están familiarizados y siendo testigos de visiones y sonidos intimidantes.

Existe una aproximación a la comprensión de la salud y la enfermedad por parte de

los niños, de acuerdo con su nivel de desarrollo:

Niño en edad escolar:

Entienden como se difunde los gérmenes.

El concepto de las partes del cuerpo y su funcionamiento va madurando

Tiene una comprensión más realista de las razones de la enfermedad y es

capaz de entender mejor la enfermedad y como son afectados los órganos

del cuerpo.

Adolescente:

Conciencia progresiva de las causas fisiológicas, psicológicas y de conducta

de las enfermedades y lesiones

Comprenden la relación entre los síntomas y las funciones de determinados

órganos del cuerpo

Entienden que la enfermedad puede involucrar diferentes causas y efectos y

que múltiples órganos del cuerpo pueden verse afectados

Page 2: Hospitalizacion Niño y Adolescente

Le preocupa la apariencia y percibe la enfermedad o lesión en términos de

sus efectos sobre la imagen corporal.

II. FASES DEL PROCESO DE HOSPITALIZACION:

Cuando el niño ingresa en el hospital, traslada a este su medio de vida, allí se

alimenta, pasa su tiempo libre, siente, experimenta y se relaciona. Dentro del

proceso de adaptación del niño al hospital se pueden distinguir cuatro fases:

FASE DE PROTESTA:

Puede durar unas horas o extenderse durante varios días, según la energía del

niño. El niño llora intensamente, llama a su madre, se desespera porque ésta no

le responde y no se calma con nada. Ante él se presenta una situación

desconocida.

FASE DE DESESPERACION:

El llanto desaparece. El niño presenta mucho menos actividad, no le interesan

el juego o los alimentos y se aleja de las personas. Su aspecto puede ser de

tristeza, soledad, aislamiento, apatía y una necesidad creciente y continua de su

madre. La principal característica de la conducta es la depresión debida a un

aumento de la desesperación, tristeza y lamentación.

FASE DE NEGACION:

El niño se despreocupa e incluso ignora a su madre. Esta reacción se produce

como mecanismo de defensa contra la ansiedad que le crea la separación. Si no

llega a adaptarse a la hospitalización, puede experimentar regresión en su

conducta, con enuresis nocturna, succión del pulgar y movimientos de balance.

Protestar y expresar el desarraigo es un proceso más favorable para el

desarrollo que el aislamiento, el repliegue sobre sí mismo y la indiferencia

afectiva.

FASE DE ADAPTACION:

Page 3: Hospitalizacion Niño y Adolescente

Para lograr que el niño desarrolle con normalidad esta fase de adaptación

deben trabajar conjuntamente los padres y el personal sanitario. Esta conducta

es el resultado de la resignación y no un signo de que está contento con la

situación.

III. REACCIONES FRENTE A LA HOSPITALIZACION:

Las reacciones de los niños dependen de los siguientes aspectos:

La edad y la etapa de desarrollo en que se encuentren

El significado de la enfermedad para el niño y sus padres

La capacidad adaptativa previa y las destrezas adquiridas

La reacción psicológica a los procedimientos médicos o quirúrgicos

La separación de la familia

El tiempo que deba permanecer en el hospital

REACCIONES DE LOS ESCOLARES:

A esta edad los niños están más capacitados para hacer frente a la separación de

los padres. Luchan por su independencia y son especialmente vulnerables a

acontecimientos que reduzcan su sentimiento de control y poder. Les preocupa

mucho su aspecto físico. Tienen definido el sentido del bien y del mal, a través de

las normas fijadas por la familia y ocasionalmente por los amigos. En consecuencia

comprende mejor la enfermedad y las circunstancias referidas a ella, y están más

preparados para afrontar la separación de su entorno.

Reaccionan con miedo a lo desconocido y temen el dolor y los daños corporales,

porque demuestran su vulnerabilidad y alteran la percepción de su identidad.

Preguntan sobre la enfermedad y su cuerpo y aceptan fácilmente las explicaciones.

Siempre se les debe decir la verdad para asegurarnos su confianza.

Los tratamientos invasivos y las intervenciones quirúrgicas son amenazadores

porque asaltan su integridad corporal e implican la posibilidad de mutilación u de

muerte.

Page 4: Hospitalizacion Niño y Adolescente

En general, son cooperadores y necesitan participar en sus cuidados para

mantener cierta sensación de control. Se debe potenciar la independencia en sus

cuidados, respetar siempre su intimidad y tener especial cuidado en no

ridiculizarlos ni compararlos.

La competitividad que ya existe en esta edad hace que el niño sea más sensible a

las consecuencias negativas de la hospitalización prolongada sobre su rendimiento

académico y sus actividades de ocio y deporte, pues lo dejan en situación de

desventaja respecto a sus compañeros. Se le debe proporcionar juegos adecuados a

su edad potenciando los de su grupo. Los amigos son importantes y se debe

favorece el mayor contacto posible con ellos. Las actividades escolares, la escuela

dentro del hospital es muy útil para tener un ambiente estimulante.

REACCIONES DE LOS ADOLESCENTES:

Los adolescentes luchan para determinar su identidad, alcanzando una

independencia progresiva, mientras siguen dependiendo de sus padres. Sus

cuerpos cambian de forma rápida y misteriosa, sus nuevas sensaciones y

respuestas corporales, así como sus necesidades sexuales, coinciden con las

presiones escolares de trabajo y relación con sus compañeros. Pueden hacerse

introspectivos, confusos e hipercríticos.

Los miedos del adolescente durante la hospitalización se centran en los efectos que

puede provocar el tratamiento sobre su imagen física. Una simple cicatriz resulta

demoledora, ya que les hace diferentes a los demás compañeros. Toleran bien la

separación, pero es difícil combatir su aburrimiento. La mayoría de los

adolescentes se debaten entre dos polos: comportarse exactamente como quieren

o dar una imagen de persona adulta. Como consecuencia de la hospitalización, el

adolescente puede sentir la necesidad de depender de alguien y, por otra parte,

temer una dependencia continua.

Como resultado de todo ello, son muy frecuentes los cambios temperamentales.

Las restricciones que existen en un hospital en cuanto a la ropa permitida, el

tabaco, la hora de irse a la cama, las horas de visitas, las horas de las comidas, etc.,

paralizan la búsqueda de identidad, puede reaccionar, bien con hostilidad, o bien

con una absoluta pasividad. Por otra parte, la aceptación sin más de las rutinas y

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los reglamentos significan negación y represión. En su pugna por establecer la

independencia de sus padres, encuentra particularmente difícil tolerar esa

dependencia forzada con la ausencia de autonomía y pasividad.

IV. ALTERACIONES QUE OCURREN EN EL NIÑO DURANTE LA

HOSPITALIZACION:

La hospitalización, la enfermedad y las intervenciones quirúrgicas crean en el niño

sensaciones de peligro reales o imaginarias, pero previsibles. Esto da lugar a una

sensación de angustia en el niño que tiene consecuencias desde el punto de vista

físico, psíquico y social.

A. FÍSICAS A. PSIQUICAS A. PSICOSOCIALES

La privación de un entorno, con la consecuente alteración emocional que ello implica, afecta a la secreción de la hormona pituitaria y del crecimiento. Se sabe que los niños que carecen de un entorno familiar adecuado, donde no existe lazos entre padre/madre/hijo, tardan más en alcanzar la madurez física.

Las alteraciones del sueño también reducen la secreción de la hormona pituitaria y del crecimiento.

Parece lógico afirmar que la madurez física del niño refleja el entorno afectivo de su

Los niños aprenden investigando su entorno a través del juego. Cuando un niño esta angustiado, no puede jugar, no dispone de energía para aprender nuevas destrezas o para perfeccionar lo que ya sabe.

Si el niño no juega, no puede crecer mentalmente.

La hospitalización en esta etapa provoca un desequilibrio entre confianza y desconfianza, por la falta de continuidad con que la persona querida se ocupa del niño, lo cual interrumpe el desarrollo de una relación confiada.

En el hospital, cada persona que cuida niños lo hace de forma distinta, lo que genera inquietud y una desconfianza importantes. De ahí que la separación de sus padres deba ser lo más corta posible.

Una separación duradera de los padres puede causar problemas en el posterior desarrollo de la personalidad del niño.

Page 6: Hospitalizacion Niño y Adolescente

hogar.V. ESTRATEGIAS QUE DEBE OPTAR LA ENFERMERA EN EL PROCESO DE LA

HOSPITALIZACION:

Preparación previa a la hospitalización:

La preparación psicológica de los padres y el niño antes de la hospitalización es

importante para reducir el miedo.

Para reducir el estrés y la ansiedad, se les debe proporcionar información, pues

así se les ayuda a entender lo que está pasando. Procurar que la separación sea

mínima es otro de los aspectos que reduce el estrés de la hospitalización y la

ansiedad.

El miedo es una parte normal en el desarrollo del niño. Puede ser un elemento

adaptativo cuando se le enseña ante posibles peligros, pero cuando el niño está

expuesto a situaciones de miedo serias y prolongadas, existe un riesgo muy alto

de no desarrollar reacciones emocionales adaptativas.

Las enfermeras pueden y deben transformar los miedos de los niños en

actividades constructivas, ayudar al niño manteniendo conversaciones sobre

sus miedos y sus sentimientos. Los métodos para animar al niño a expresar el

miedo pueden ser: el dibujo, las pinturas, contar historias y cuentos, organizar

teatros, jugar con vendas, jeringas, etc. Es importante que las enfermeras

reconozcan los miedos de los niños y se los tomen en serio. Los padres

necesitan ser animados por las enfermeras a apoyar la expresión de sus hijos

de modo que lleguen a transforma los miedos en experiencias positivas.

Las enfermeras deben comprender el punto de vista del niño sobre el hospital,

para lo cual deben ser capaces de ponerse en su lugar. Cuando las enfermeras

pueden percibir lo que significa para los niños sentirse abandonados, estarán

listas para dar apoyo emocional, minimizar la ansiedad y fortalecer el

sentimiento de identidad.

Page 7: Hospitalizacion Niño y Adolescente

Las enfermera que trabajan con niños hospitalizados deben rechazar la fácil

argumentación de que si un niño tiene historia de anteriores hospitalizaciones,

tendrá menos miedo en todo lo relativo a la nueva enfermedad y a otros

tratamientos posteriores. La enfermera necesita aprender que mecanismos de

afrontamiento pueden ayudar al niño. Los miedos manifestados por los padres

provocan miedos a los niños, por lo que es importante reducir la preocupación

de los primeros en beneficio de los segundos.

Ingreso en la unidad:

Uno de los objetivos más importantes es el de desarrollar una relación de

confianza con el niño y con sus padres. Para lograrlo, la enfermera debe llevar a

cabo el siguiente procedimiento:

Acogida e ingreso del niño:

Presentarse al niño y a su familia

Utilizarse el nombre familiar del niño, si él lo acepta.

Iniciar el acercamiento hacia el niño, dependiendo de la edad, la etapa de

desarrollo, de la situación de su salud y de las experiencias anteriores.

Es conveniente identificar el significado y la percepción que la

hospitalización y la situación de su salud tienen para el niño.

Orientación a la familia y al niño en la unidad:

Ubicar al niño y a su familia en la habitación (timbre, iluminación, baño,

control de cama, etc.)

Presentar a los compañeros de habitación y a sus familiares.

Dar a conocer el reglamento del hospital, destacando los aspectos positivos

y tranquilizadores, como la existencia de la sala de juegos, sala de lectura y

colegio, Juguetes, televisión y todas las posibilidades lúdicas que tenga el

hospital.

Valoración del niño y familia:

Llevar a cabo la valoración del niño a través de la entrevista y de la

exploración.

Page 8: Hospitalizacion Niño y Adolescente

Tomar las medidas somatométricas y las constantes vitales

Preparar al niño para los procedimientos. La preparación más eficaz

consiste en informar sobre lo que va a sentir y ayudarle a desarrollar

estrategias, como la relajación.

Utilizar el juego como instrumento de aprendizaje y de control de estrés

Hacer participar a los padres en el cuidado del niño

Acercarse a los padres para establecer una relación de confianza.

Utilización del juego y la creatividad:

Cierto tipo de actividades y de juegos pueden promover la evolución intelectual

y afectiva, tanto en periodos de salud como de enfermedad. Se pueden agrupar

estas actividades en juegos evolutivos, sociales, expresivos y simbólicos y

juegos clínicos.

Juegos evolutivos: apoyan y promueven la motricidad general, la

capacidad lingüística, la motricidad especifica de adaptación y las relaciones

sociopersonales.

Juegos sociales: fomentan el aprendizaje sobre otras personas y culturas.

Aumentan la capacidad de relación interpersonal

Juegos expresivos y simbólicos: permiten la expresión simbólica de los

sentimientos del niño. Ceden el paso a la fantasía y al pensamiento

abstracto, al tiempo que se adaptan a la realidad.

Juegos clínicos: Sirven de puente entre la experiencia real y la imaginación,

en relación con los procedimientos y tratamientos médicos. Fomentan una

imagen positiva del propio cuerpo.

VI. AFRONTAMIENTO DE LOS PADRES FRENTE A LA HOSPITALIZACION DE SU

HIJO:

Ingresar un niño al hospital a menudo puede deprimir más a los padres que al

propio niño, provocándoles sensaciones de ansiedad, de culpabilidad, temor y

miedo.

Page 9: Hospitalizacion Niño y Adolescente

La hospitalización es una experiencia estresante para el niño y para los padres,

pues altera la vida familiar normal. La forma en que los padres se adaptan a ese

estrés tiene como efecto consecuente el modo en que el niño se adapta a la

experiencia.

Las manifestaciones psicológicas del estrés incluyen la ansiedad, el miedo, la

cólera, la depresión, los comportamientos cognitivos, las respuestas verbales y

motoras y los mecanismos inconscientes del ego.

Las reacciones más frecuentes de los padres suelen ser las siguientes:

Incredulidad, si la enfermedad es grave y aparece de forma brusca

Culpa, aunque no exista motivo alguno

Impotencia ante la nueva situación en la que se encuentra su hijo.

Ansiedad y temor ante la enfermedad y sus consecuencias.

Una de las reacciones más universales de los padres hacia la enfermedad de sus

hijos es la culpa de los padres y sus expectativas sobre sí mismos. Esto lleva a una

reducción de su capacidad de adaptación y aptitud para combatir la angustia del

niño.

Los factores que influyen en la adaptación de los padres son los siguientes:

La gravedad y el riesgo de amenaza a que está expuesto el niño

Las situaciones restrictivas

Los recursos psicológicos de cada padre

Las experiencias previas de la enfermedad y la hospitalización

Los estilos o tendencias individuales hacia un método particular de enfrentar la

amenaza

Las creencias y los valores individuales

Algunos autores consideran que el mayor factor de estrés de los padres es

reconocer que deben compartir el cuidado de sus hijos con otros cuidadores.

Muchos padres al sentir que la relacion con su hijo esta en peligro, pueden

considerar a la enfermera como una rival y temer que su hijo pueda trasferir el

afecto hacia ella. Algunos se angustian porque la hospitalización puede dar lugar a

Page 10: Hospitalizacion Niño y Adolescente

sentimientos de hostilidad hacia ellos, por sentirse abandonado. Estos

sentimientos conflictivos son lo que causan ansiedad.

Algunos padres tienen problemas para afrontar sus propios miedos y ansiedades

en todo lo relacionado con la hospitalización del niño, lo que significa que tienen

dificultad para apoyar emocionalmente a su hijo. Langford afirma que la mayor

ansiedad y preocupación de los adultos en lo que refiere al niño, es la dificultad

que éste tiene para afrontar la enfermedad y la hospitalización.

Tiedeman (1997), llevo a cabo un estudio donde analizo las reacciones de ansiedad

de los padres, y muestran que la falta de preparación ante la hospitalización o la

intervención quirúrgica contribuye a producir altos niveles de ansiedad en los

padre.

Por eso es necesario aumentar el apoyo a los padres durante la hospitalización de

su hijo. Las intervenciones de enfermería estarían dirigidas a facilitar el

afrontamiento y la adaptación. Deben incluir información para que los padres

comprendan la situación.