hoja dominical - tono 3° domingo del juicio final
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EL JUICIO FINAL
(Domingo de abstinencia de carne)
El sábado de carnaval (el que precede este domingo) la iglesia
prescribe la conmemoración de todos sus hijos difuntos. La iglesia
es unidad y amor en Cristo. Dependemos todos unos de otros,
estamos unidos por el amor de Jesucristo. Nuestro arrepentimiento
quedaría incompleto sin acción de amor hacia todos los que antes
de nosotros han dormido en la fe. El arrepentimiento es sobre todo
la recuperación del espíritu del amor. “Por eso todos los hombres
sabrán que son mis discípulos si se aman los unos a los otros.” (Juan 13:35) litúrgicamente esta conmemoración incluye las
vísperas del viernes y los maitines y la liturgia del sábado.
El Evangelio dominical (Mateo 25:31-46) nos recuerda el tercer
tema del arrepentimiento: preparación para el juicio final. El
cristiano vive bajo el juicio de Cristo. Esto significa que debemos
referir nuestras acciones, actitudes, nuestros juicios al Señor, a su
presencia en el mundo, que debemos ver a Cristo en nuestros
prójimos. “Porque como han hecho al menor de estos mis
hermanos, lo han hecho a mí”. La parábola del juicio final nos da
los términos de referencia o la medida para nuestra auto-
evaluación como cristianos.
En la semana que sigue el domingo de carnaval, se prescribe un
ayuno limitado. Nos estamos entrenando y preparando para el gran
esfuerzo de cuaresma.
El miércoles y el viernes, no se permite celebrar la divina liturgia y
la forma del culto ya es de cuaresma.
El sábado de abstinencia del queso, la iglesia conmemora a todos
los que “han sido iluminados por medio del ayuno” – a los santos
ascetas y ayunadores. – Son los modelos que debemos seguir,
nuestros guías en el arte dificultoso de ayunar y de arrepentirnos.
Protopresbítero Alexander Schmemann.
Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América
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Catedral Ortodoxa La Ascensión del Señor
Sentencias de los padres del desierto
-Dijo el abad Pastor: «El hombre necesita esto: temer el juicio de Dios,
odiar el pecado, amar la virtud y orar continuamente a Dios».
-Un hermano rogó al abad Amonio: ¿cómo entender el juicio de Dios? El
anciano le dijo: Adopta la mentalidad de los malhechores que están en
prisión y preguntan: ¿Dónde está el juez? ¿Cuándo vendrá? y a la espera de
su castigo; lloran. También el monje (y todo el que desea seguir al Señor)
debe siempre mirar hacia arriba y exigir a su alma diciendo: ¡Ay de mí!
¿Cómo podré estar de pie ante el Tribunal de Cristo? ¿Cómo podré darle
cuenta de mis actos? Si meditas así continuamente, podrás salvarte.
-Dijo también el abad Amonio: El hombre necesita esto: “Temer el juicio
de Dios, odiar el pecado, amar la virtud y orar continuamente a Dios.”
-El anciano Pambo preguntó al abad Antonio: ¿Qué debo hacer para
salvarme? El anciano contestó: No confíes en tu justicia; no te lamentes del
pasado y domina tu lengua y también tu gula.
Sobre el Ayuno -San Isaac el Sirio-
-El hambre es una óptima manera para instruir los sentidos.
-En un estómago lleno de comida no habrá lugar para conocer los misterios
de Dios.
-Apenas el hombre inicia el ayuno, la mente anhela convivir con Dios.
DOMINGO DEL JUICIO FINAL
TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 3º
Coro: Regocíjense los celestiales, / y alégrense los terrestres, / porque el Señor
ha hecho valentía con su brazo / y ha hollado la muerte por la muerte. / Se ha
hecho el primogénito de los muertos. / Nos ha salvado de las entrañas del
infierno, / concediendo al mundo / grande misericordia. //
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos. Amén.
CONTAQUIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 3º
Coro: Este día, Tú, oh Compasivo, / te has levantado de la tumba, / y nos has
conducido fuera de las puertas de la muerte. / Este día Adán exulta / y Eva se
regocija; / Con ellos los Profetas y Patriarcas / alaban sin cesar / el Divino
Poder de Tú autoridad. //
Diácono: Atendamos.
Sacerdote: Paz a todos.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: PROQUÍMENO en el Tono 3º Lector: Cantad salmos, cantad salmos a Nuestro Dios; cantad salmos, cantad
salmos a nuestro Rey.
Coro: Cantad salmos, cantad salmos a Nuestro Dios; / cantad salmos,
cantad salmos a Nuestro Rey. //
Verso: Aplaudid todos juntos, pueblos todos; clamad a Dios con voz de júbilo.
Coro: Cantad salmos, cantad salmos a Nuestro Dios; / cantad salmos,
cantad salmos a Nuestro Rey. //
Verso: Cantad salmos, cantad salmos a Nuestro Dios.
Coro: Cantad salmos, cantad salmos a Nuestro Rey. //
Diácono: Sabiduría.
ECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS. (1ra. Corintios 8: 8 – 9: 2)
Diácono: Atendamos.
Hermanos: No es ciertamente la comida lo que nos acercará a Dios. Ni
somos menos porque no comamos, ni somos más porque comamos. Pero
tengan cuidado que esa su libertad no sea tropiezo para los débiles. En
efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en
un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es
débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por tu conocimiento se
pierde el débil: ¡El hermano por quien murió Cristo! Y pecando así contra
sus hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecan contra Cristo. Por
tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne
para no dar escándalo a mi hermano. Si para otros no soy yo apóstol, para
ustedes sí que lo soy; pues ¡ustedes son el sello de mi apostolado en el
Señor!
Sacerdote: Paz a ti.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: ALELUYA en el Tono 3º Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Lector: En Ti, Señor, he confiado; no permitas que sea yo confundido.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Verso: Sé Tú para mí un Dios Protector y una casa de refugio para salvarme.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Diacono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio.
Sacerdote: Paz a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (Mateo 25: 31 – 46).
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
Sacerdote: Atendamos.
En aquel tiempo, les dijo el Señor: Cuando el Hijo del hombre venga en su
gloria y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de
gloria. Serán reunidas delante de él todas las naciones, y Él separará a los
unos de los otros, como el pastor separa a las ovejas de los cabritos. Pondrá
las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a
los de su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, reciban la herencia del
Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve
hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero,
y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; estaba enfermo, y me
visitaron; estaba en la cárcel, y vinieron a verme." Entonces los justos le
responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o
sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te recibimos; o
desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a
verte? Y el Rey les dirá: En verdad les digo que cuanto hicieron a unos de
estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron. Entonces dirá
también a los de su izquierda: Apártense de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me dieron
de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me
recibieron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no
me visitaron. Entonces dirán también éstos: Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te
asistimos? Y Él entonces les responderá: En verdad les digo que cuanto
dejaron de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejaron
de hacerlo. E irán éstos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
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