historias Éticas de la Ética. sánchez ortega, luis javier

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materiales Unamuno distinguía entre historia e intra- historia. La primera es una sucesión de suce- sos. La segunda constata hechos permanentes que informan y forman la cultura de un pue- blo. Con estas historias éticas nos adentramos en la intrahistoria de la ética. Una intrahisto- ria que informa y forma la ética de la huma- nidad. Es nuestra propuesta. 1 Una ética para navegantes Declaración de “buenas” intenciones Hoy todo el mundo habla de ética. Mejor dicho, de la falta de ética. Se echa de menos. Se escu- cha con mucha frecuencia: lo que el mundo y la historia necesita son hombres y mujeres con ética. Atribuimos los desmadres y abusos en todas las esferas del actuar humano a una falta de ética. Los ciudadanos reclaman ética a sus gobernantes. Los medios de comunica- ción social airean la falta de ética de los ricos y poderosos. Los olvidados filósofos recupe- ran su voz como consultores de ética. En las empresas se buscan estrategias éticas. Incluso los científicos calibran sus ensayos y progre- sos con baremos éticos. La ética es un discur- so saturado 1 . Hoy como ayer. La advertencia no es nueva. Ya desde los inicios de la huma- nidad se ha apelado a la ética como instancia necesaria para una vida individual y comunita- ria auténticamente humana y humanizadora. Hoy se le pide también ser ecológica. Estos “historias éticas de la historia” 2 que pre- sentamos a continuación pretenden simple- mente ofrecer pistas de reflexión, interpreta- ción y decisión para una vida más humana en el mundo de hoy. Ayudar a deliberar éticamente es el objetivo de estos “historias”. Son casos. No es la casuística sino la deliberación ética. 1 Véase el libro “Batallas éticas”, batallas dialécticas entre A. Badiou y R. Rorty. 2 El autor se siente deudor de Diego Gracia y su elaboración de la metodología deliberativa en los Comités de Bioética. Imprescindible nos parece su obra “Fundamentos de Bioética”. Historias éticas de la Ética Luis Javier Sánchez Ortega Salesiano, Salamanca Hablar de ética está de moda. Pero más importante que hablar es educar en ella. Ofrecemos unas reflexiones sugerentes, acompañadas de vídeos, para emplear en grupos, clases, tuto- rías… en varias sesiones. Hay que dialogar y debatir en cada caso, con calma y sin ningu- na prisa.

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Un recorrrido sencillo, didáctico e ilustrativo de las distintas concecpciones de los valores en la historia de la filosofía

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Page 1: Historias Éticas de La Ética. Sánchez Ortega, Luis Javier

materiales

Unamuno distinguía entre historia e intra-historia. La primera es una sucesión de suce-sos. La segunda constata hechos permanentes que informan y forman la cultura de un pue-blo. Con estas historias éticas nos adentramos en la intrahistoria de la ética. Una intrahisto-ria que informa y forma la ética de la huma-nidad. Es nuestra propuesta.

1 Una ética para navegantes

Declaración de “buenas” intenciones

Hoy todo el mundo habla de ética. Mejor dicho, de la falta de ética. Se echa de menos. Se escu-cha con mucha frecuencia: lo que el mundo y la historia necesita son hombres y mujeres con ética. Atribuimos los desmadres y abusos en todas las esferas del actuar humano a una falta de ética. Los ciudadanos reclaman ética a sus gobernantes. Los medios de comunica-ción social airean la falta de ética de los ricos y poderosos. Los olvidados filósofos recupe-

ran su voz como consultores de ética. En las empresas se buscan estrategias éticas. Incluso los científicos calibran sus ensayos y progre-sos con baremos éticos. La ética es un discur-so saturado1. Hoy como ayer. La advertencia no es nueva. Ya desde los inicios de la huma-nidad se ha apelado a la ética como instancia necesaria para una vida individual y comunita-ria auténticamente humana y humanizadora. Hoy se le pide también ser ecológica.

Estos “historias éticas de la historia”2 que pre-sentamos a continuación pretenden simple-mente ofrecer pistas de reflexión, interpreta-ción y decisión para una vida más humana en el mundo de hoy. Ayudar a deliberar éticamente es el objetivo de estos “historias”. Son casos. No es la casuística sino la deliberación ética.

1 Véase el libro “Batallas éticas”, batallas dialécticas entre A. Badiou y R. Rorty.

2 El autor se siente deudor de Diego Gracia y su elaboración de la metodología deliberativa en los Comités de Bioética. Imprescindible nos parece su obra “Fundamentos de Bioética”.

Historias éticas de la Ética

Luis Javier Sánchez OrtegaSalesiano, Salamanca

Hablar de ética está de moda. Pero más importante que hablar es educar en ella. Ofrecemos unas reflexiones sugerentes, acompañadas de vídeos, para emplear en grupos, clases, tuto-rías… en varias sesiones. Hay que dialogar y debatir en cada caso, con calma y sin ningu-na prisa.

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56Deliberar en una ética significa, por una parte,

alejarse de la Ética (con mayúsculas) y, por otra, entrar de lleno en el diálogo simétrico e inter-disciplinar con las demás “ciencias del espíritu”3 “en el mundo de la vida”4. En concreto, aquí nos inclinamos hacia una ética que delibera desde los hechos reales, en medio del conflicto de valo-res, hacia el curso óptimo de acción, que justi-fica y aprueba la decisión final y sus consecuen-cias. Deliberación sobre los hechos reales, deli-beración sobre los valores y deliberación sobre los deberes son las plataformas pedagógicas en las que sustentamos nuestro devenir ético.

Apostamos por una ética de la brújula5. El símil de la navegación ha inspirado a muchos autores en la comprensión, que no explicación, del actuar ético. La brújula, o las estrellas, han servido de guía en la orientación de los barcos y su tripulación en sus travesías marítimas. En su travesía vital, el “homo viator” “in fieri” se proyecta hacia un punto de llegada, sin olvi-dar ni su procedencia ni su situación actual. Una ética de la brújula señala, indica, orienta, dirige,…No hay que perder el Norte. Incluso los náufragos6 presuponen un Norte. Pero, el Norte ético no siempre se encuentra fácil-mente. De hecho el Norte magnético, siem-pre cambiante, no corresponde exactamente con el Norte geográfico. Y, además, hay que tener en cuenta a la tripulación, el estado de la embarcación, las circunstancias del tiem-po, la situación de la mar7,… Así como no es fácil navegar, tampoco es fácil hacer ética.

3 Cf. W. Dilthey, Introducción a las ciencias del espíritu, don-de realiza una excelente taxonomía de las ciencias. Para Ortega y Gasset fue el mayor de los filósofos de su tiempo.

4 Referencia a M. Heidegger y su obra Ser y tiempo, sin duda el filósofo más influyente del siglo XX.

5 El autor, en la línea de un realismo ético, toma de Aris-tóteles y su imprescindible obra Ética a Nicómaco, el símil del marino que navega para enmarcar su propuesta ética.

6 Véase el libro Ética para náufragos de J. A. Marina. Sin embargo, nuestra propuesta de ética va más allá de la mera supervivencia para mantenerse a flote.

7 Véase H. Blumenberg y su metáfora de la navegación en ética.

El término “navegar”, hoy en día, se utili-za para designar esa acción de entrar en la nube y las redes informáticas para recoger información, aclarar contenidos, intercam-biar datos,… En la red, junto a la basura, se pescan verdaderas joyas. Estos “ejercicios de deliberación ética” van a servirse del navegar por internet para hacer de la ética algo acce-sible, atractivo y práctico.

Levemos anclas y a navegar8. Para esta pri-mera travesía proponemos dos viajes. Uno a la clásica Atenas para encontrarnos con Sócrates.Y el segundo a Jerusalén, al encuen-tro de Adolf Eichmann. Un viaje en el tiempo.

1.1 Sócrates, el sabio del Bien

Sócrates (siglo V a.C.) es uno de los primeros filósofos. Griego y ateniense, para más señas. Hijo de una “partera”. Utilizaba la mayéutica. Alumbraba los espíritus. Hacía preguntas a sus jóvenes discípulos. También a los ciuda-danos de la “polis”. Hasta “dar a luz” a las ver-dades que ya están en el interior de cada uno. Sus conciudadanos le llamaban el “tábano”. Sus preguntas picaban al personal. Excitaban la curiosidad. Alentaban la reflexión. Y le lle-varon a su condena a muerte

Es el representante del intelectualismo éti-co9. Para Sócrates basta con saber qué es el Bien para ser bueno. Identifica el Bien con el Saber y el Mal con la Ignorancia. Sólo se pue-

8 Pompeyo había sido encargado del avituallamiento de Roma. Él mismo se embarcó para hacer la recogida y llevarlo a Roma. En el mismo momento de zarpar un viento fuerte se levanta. Los marineros, atenazados por el miedo, no se atreven a hacerse a la mar. La supervivencia de los ciudadanos de Roma está en peligro por falta de bienes. Entonces, Pompeyo grita a los marineros: “Navegar es necesario, vivir no es necesario”. Así lo narra Plutarco en su obra “Vida paralelas”, VII,50,13.

9 De tiempo en tiempo –en el texto– quedan resaltadas en negrita ciertas referencias a clasificaciones éticas tópicas y típicas. Entiéndase como simple ayuda académica. Una ética no puede simplificarse en un –ismo. Es un síntoma de pereza intelectual. Una ética domesticada.

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57de ser justo si se sabe qué es la justicia. Sólo se puede ser demócrata si se sabe lo que es la democracia. Nadie se equivoca queriendo. Si alguien obra mal es porque no sabe. No es por mala voluntad. Tampoco por egoísmo. Ni por ansía de poder. Ni por placer. Simplemente porque creerá que está haciendo bien.

v http://www.youtube.com/watch?v=gQrAsF5nyEI

Sus compatriotas le acusaron. Sembraba nuevas ideas y nuevos dioses entre su juve-nil auditorio. Fue condenado a muerte en el año 339 a. C. Sócrates no había escrito. Pensaba que las grandes verdades no se pueden escribir. El diálogo y la palabra eran más impactantes. Conocemos algunos de sus diálogos. Los cuenta Platón, otro de los primeros filósofos griegos Diálogos que entabla Sócrates antes de su muerte. Sus amigos y discípulos intentan convencerle de escapar. Sin embargo, Sócrates prefiere morir por la ley que huir en contra su conciencia. Él mismo se administra el veneno letal: la cicuta. ¿Qué os parece? Es el momento de deliberar juntos.

v http://www.youtube.com/watch?v=YIZb_4Om4Hg

1.2 Adolf Eichmann, el ignorante del Mal

Adolf Eichmann fue un teniente coronel ale-mán durante la Segunda Guerra Mundial. Eficiente funcionario de despacho de la SS nazi. Responsable directo de lo que se ha lla-mado “la solución final”. Responsable del tras-lado de cerca de seis millones de judíos a los campos de exterminio. También coordinó la deportación de diez mil gitanos. Al terminar la Guerra se buscó a los nazis responsables del exterminio judío. En un principio pasa desapercibido; pero su nombre salió varias veces en el proceso de Nuremberg. Escapa a Argentina con el nombre de Ricardo Klement. Gracias a los servicios de seguridad israelita finalmente es arrestado. El año 1961 se cele-bra su juicio en Jerusalén.

v http://www.youtube.com/watch?v=UwfH3FzSZM4

En aquel juicio estaba presente una perio-dista judía. Su nombre era Hannah Arendt. Filósofa alemana amante de Heidegger, tam-bién de su filosofía. De origen judío. Sufrió la persecución nazi. Emigró a Estados Unidos. Asistiendo al juicio en Jerusalén elaboró su teoría de la banalidad del mal: donde todos

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

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58son culpables, nadie es culpable. Eichmann no fue más que un buen y eficiente funcio-nario al servicio del poder.

v http://www.youtube.com/watch?v=TKcDzI3s4OA

Eichmann fue declarado culpable. Conde-nado a muerte por crímenes contra la Humani-dad. Alegó en su defensa que actuó por obe-diencia debida a sus superiores. Dice: Yo no masacré a los judíos, fue el gobierno. El jurado lo encuentra culpable de genocidio. Fue ahor-cado. Su cuerpo cremado. Sus cenizas espar-cidas en el mar, fuera de las aguas territoriales israelitas. La ejecución de Eichmann ha pasa-do a la historia como la única sentencia de muerte de Israel. ¿Qué pensáis? A deliberar.

v http://www.youtube.com/watch?v=UKH9yjHGYTQ

2 Ética basada en hechos reales

Declaración de “buenas” intenciones

Cuando encontramos que alguna película o libro está basado en hechos reales parece que el interés aumenta. Lo mismo ocurre con la ética. Nos interesa una ética decididamente realista, no puede ser de otro modo. Una ética que pone su mirada sobre la realidad, no sobre el ser ni sobre el conocer; ni siquiera sobre el “deber-ser”. El realismo ético no es una ingenuidad ni siquiera una obviedad. Partir del hecho es reto-mar el realismo moral como punto de partida y marco de referencia de toda reflexión ética deliberativa. Una deliberación que desembo-ca en los posibles cursos de acción. Y se deci-de por el curso óptimo de realización

Ahora bien, este enfoque realista no preten-de estancarse en lo concreto y circunstancial, sino entrar en el flujo de la vida y de la histo-ria. En el flujo del río de Heráclito (dejando en la orilla descansar al “ser” de Parménides, qui-zás estático, tumbado los lunes al sol como los personajes de la película de León de Aranoa),

navegar en el devenir de la Vida como histo-ria, en el proceso de una cultura y sociedad cambiante, en el deambular de un Sistema.

Apostar por una ética no lo es por la ética universal, sería pretencioso. Una ética basada no es una ética fundamentada, sería ilusorio. Y una ética basada en hechos reales no es una ética basada en hechos objetivos, sería falacia. Heidegger proclamó el “olvido del ser”, pero en realidad lo que ha acontecido, tanto a la filoso-fía como a la teología, se podía calificar como el “olvido de lo real”. De aquí que nuestra propues-ta sea un retorno a la realidad. Y la realidad no es el suceso ni el caso sino el proceso, el cami-no, el quehacer. Husserl invitó a una “vuelta la cosa”, pero lo que debemos entender es una “vuelta a la realidad”. Parafraseando a Toulmin10

creo necesario afirmar que el “hecho real” sal-vará a la ética. Volver a la realidad se impone como necesidad si se quiere navegar en una ética deliberativa.

Ha escrito Marina J.A.: «Un velero navega a barlovento, cara al aire encrespado. No conoz-co mejor metáfora de la inteligencia huma-na. Navegar contra el viento es un triunfo de la inteligencia humana contra el determinis-mo. Ese barco está sometido a legalidades fragmentarias, el viento, las olas, las velas, el timón. Pero el navegante las ha unificado todas al marcar un rumbo. Tiene que saber muchas cosas, porque la realidad impone sus exigencias, pero tiene además que saber lo que quiere hacer con ella”11.

Ahora una invitación a otras dos travesías. En esta ocasión de vacaciones hacia la Costa Brava. La primera nos acerca a Barcelona y la otra a Salou.

10 Se atribuye a S. Toulmin la frase: “La bioética salvará la éti-ca”, aunque en su escritos no se encuentra. En un artículo titulado: How Medicine saved the life of Ethics, sí dice que el salvador de la ética es la Medicina. No habla del futuro, sino que levanta acta de un hecho consumado: la muerte de la ética y su salvación ya realizada por la Medicina.

11 J. A. Marina, Contra el viento, en ABC Cultural 257 (996) 61.

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592.1 La mala imagen

En Barcelona hay un grupo de jóvenes soli-darios. Salen a las calles para ayudar a la gen-te sin ayuda. Les reparten alimentos, medi-cinas,….También algún que otro “rosario”. Rezan antes de la comida para dar gracias a Dios. Es una actividad solidaria y caritati-va de los Jóvenes de San José. Hasta aquí todo parece encomiable. Pues no opina así el Ayuntamiento

Resulta que estos jóvenes han “colgado” un video de propaganda. Quizás para conseguir mayor participación ciudadana. Y aquí surge el problema. El Ayuntamiento afirma que este video daña la reputación de la ciudad. Da una pésima imagen de Barcelona. La misma urbe que coloca una camiseta de un equipo de fut-bol al Gran Colón. Pues bien, según el alcalde las imágenes de la gente indigente “dan mala imagen” a la ciudad.

v http://www.youtube.com/watch?v=sl7bYKu7eSs

El Ayuntamiento de Barcelona envió a su “policía sanitaria” durante el reparto. Decía que venían a revisar la calidad de los alimentos. Por el bien de los “necesitados”. Quería impedir la obra solidaria y evangelizadora de los Jóvenes de San José. Gracias a la presión social la visi-ta fitosanitaria no se hizo. Posteriormente el mismo Sr. Alcalde de Barcelona, Xavier Trías, escribió una carta. Es de justicia leer su con-tenido. También, deliberar juntos.

v http://w1.bcn.cat/barcelonablog/tu-ayuntamiento/carta-del-alcalde-al-presidente-de-la-asociacion-jovenes-de-san-jose?lang=es

2.2 La buena imagen

A pocos kilómetros, en Salou, cada año se cele-bra el Saloufest. Durante unos días universita-rios del Reino Unido llegan para realizar activi-dades deportivas. En varias remesas desembar-can hasta 9.500 jóvenes. Algo sedientos, por lo que cuentan las crónicas. Además de las insta-laciones deportivas algunos visitan emergen-

cias sanitarias debido a la ingesta excesiva de alcohol. Parece ser que los organizadores del evento deportivo publicitaron también esta oferta en las facultades británicas.

v http://www.youtube.com/watch?v=6snr18tb3ZE

Los vecinos del lugar se quejan. Demasiado ruido y escándalo. Un turismo de la borrachera. Las asociaciones de comerciantes de la loca-lidad se frotan las manos. La pela es la pela. Se ingresa en cuatro días más que en toda la Semana Santa. El ayuntamiento sobrevuela el evento resaltando la importancia del sec-tor turístico al municipio. Es el único sector que deja dinerito. Entre 8 y 10 millones de euros. No es necesario alimentar una polé-mica innecesaria.

v http://www.youtube.com/watch?v=mT6KEQxbdCE

Un consejero declaró que debido a esta fal-ta de civismo público Salou perderá el certifi-cado de turismo familiar. Por su parte, el pre-sidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes replica criticando la hipocresía de los políticos. Los jóvenes británicos, ajenos a estas polémicas, siguen haciendo sus ejerci-cios de “codo”. Incluso baten records y amplían las disciplinas olímpicas. Todo está un poco confuso. Necesitamos deliberar.

v http://www.antena3.com/noticias/sociedad/miles-jovenes-britanicos-desfasan-emborrachan-salou_2011041100010.html

3 Una ética como la vida misma

Declaración de “buenas” intenciones

Dicen los viejos del lugar que la vida da muchas vueltas. Al traspasar la mitad de la vida reco-nocemos que tienen razón. La razón que les da la vida misma. Tienen la razón vital. Tarde o temprano la vida pone las cosas y las perso-nas en su sitio. La vida da vueltas. No es lineal. Es “el río de la vida”, película extraordinaria de Robert Redford. De la autobiografía de

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

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60Norman Maclean. Un padre enseña a sus dos hijos la pesca a la mosca. Mismo río, misma familia. Tres maneras de pescar. Tres mane-ras de vivir. Tres maneras de morir. Las aguas como la vida encierran misterios que se hay que desvelar. La vida nos desvela la verdad12.

El “Oscuro” Heráclito afirmaba: No pode-mos bañarnos dos veces en el mismo río. Argumentaba: «no es posible bajar dos veces al mismo río porque los que descienden se sumergen en aguas siempre distintas en su fluir incesante». Parece algo evidente. Aún cuando su simplista y rígido oponente Parménides no estuviera tan de acuerdo. Pero el filósofo llo-rón, Heráclito, nos lo pone más complicado cuando añade en otro fragmento: «bajamos y no bajamos al mismo río, somos y no somos». El agua se nos escapa entre los dedos y noso-tros mismos con ella. Somos y no somos. Es la dialéctica entre identidad y evolución. Que no se resuelve en una síntesis definitiva ni reso-lución final. Sino en un círculo de eterna vita-lidad. El río no es lo mismo, pero es el mismo. Nosotros no somos lo mismo, pero somos el mismo. El “fondo insobornable” de Ortega y Gasset13. La “mismidad” de Zubiri14.

Naveguemos un poco por la historia. Primera escala: La República platónica de Atenas y sus aristócratas de la virtud. Segunda esca-la: La República maquiavélica de Florencia y sus nobles del vicio. Tercera escala: La singu-lar República hobbesiana de Inglaterra y sus puritanos parlamentarios.

12 La palabra griega aletheya se traduce por descubrir o desvelar, y significa verdad. “Desvelamiento” desarrollado por M. Heidegger en su obra “De la esencia de la verdad”.

13 Filósofo español con más proyección internacional del siglo XX. El autor se declara deudor intelectual de un pensador “a la altura de nuestro tiempo”.

14 X. Zubiri es “el autor de una de las filosofías más importantes de nuestro tiempo”, según ha defendido Pintor-Ramos. En estas reflexiones lo consideramos como “el padre intelectual” de la mejor ética española contemporánea: Aranguren, Diego Gracia…

3.1 Platón y el “ideal” del tirano

Nació en Atenas. Es uno de de los primeros filó-sofos. Escuchó a Sócrates y paseó dialogando con Aristóteles. Nació en Atenas hacia el año 428 ó 428 a.C. A pesar de su estatura baja, es conside-rado el filósofo de las “altas ideas”. Hombre de “anchas espaldas” tuvo que aceptar cambiar su pensamiento a lo largo de su dilatada vida. Vivió unos 80 años. Su teoría idealista será cuestionada por la vida misma. Por la dura y cruda realidad.

Era de condición aristocrática. Como no podía ser menos para un verdadero filósofo. Su teo-ría queda perfectamente reflejada en el Mito de la Caverna. Los hombres, cavernícolas, sólo pueden contemplar “imágenes”. Prisioneros de su cuerpo, viven entre barrotes. Por la ventana de la prisión llegan sólo a vislumbrar sombras y reflejos.de lo real. Gracias al supremo copiador Demiurgo, en su interior (alma) ha sido graba-da la única Verdad: las ideas.

v https://www.youtube.com/watch?v=EPIivRDEszU

Su “idea” de la política y los políticos raya la utopía. Ciudades-Estado donde los ciudadanos son felices y virtuosos. Donde las autoridades buscan el bien común. Pero todo este anda-miaje idealista se va desmoronando con la rea-lidad. Su amigo Sócrates es condenado a muer-te. Quienes le condenan son también amigos, e incluso familiares del mismo Platón. Pasan a la historia como los Treinta Tiranos. Ante esta

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61situación el desengaño se apodera del idealista Platón. Los hechos acontecidos en Atenas pro-ducen el desencanto del filósofo. Decide cam-biar de ciudad. A los cuarenta años se instala en Siracusa. Otra ciudad-estado. Ahora de Sicilia. Allí entabla amistad con un bello e inteligente aprendiz de filósofo llamado Dion. Gracias a este joven amante, Platón entra en la corte de Dionisio I, el Viejo. Un tirano. Allí el filósofo ate-niense diserta sobre la virtud, el conocimiento y la justicia. Hasta ahí todo va bien. Pero a ren-glón seguido Platón invita al Tirano a ser vir-tuoso y justo en su gobierno. Otro fracaso. El tirano se enfada. El Viejo Tirano, realista y cal-culador, piensa que las “ideas” de Platón le lle-varán a perder su autoridad y su reino. Así que destierra al ateniense. Y le concede una canti-dad de dinero. Pero Platón lo rechaza. Nos ha llegado la escueta carta de renuncia del dine-ro y su explicación ética. ¡A deliberar!

v http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/documentos-historicos/1098-carta-de-platon-al-tirano-de-siracusa-.html

3.2 Maquiavelo y el príncipe realista.

Dejamos a un aristócrata griego y conocemos a un noble renacentista. Dejamos Atenas y pasea-mos por Florencia. Allí nace y muere Nicolás de Maquiavelo, en el siglo XVI. En territorio ita-liano. Prestigioso diplomático, escritor, políti-co y militar. Era hijo de un abogado. Su fami-lia pertenecía a la nobleza florentina. Ya a los25 años entra de lleno en política. Su cargo de embajador le permite viajar mucho en misiones diplomáticas. Siguiendo las huellas de su padre se arrima a los buenos árboles. Así vivía protegido, a su sombra. El problema surge cuando el gran árbol se cae y se acaba la sombra. El Gran árbol de los Medici caía y se levantaba en la corte florentina. Así también Maquiavelo caía y se levantaba. Fue acusado de conspiración y encarcelado. Gracias a la intervención del Papa León X recobrar la liber-tad. Se retira de la vida política. En este momen-to comienza a escribir. Redacta: El Príncipe. Libro de cabecera de Napoleón y Thomas Cronwell.v http://www.youtube.com/watch?v=XaZjp2C_3Tc

El Príncipe en un tratado realista del poder, dedicado a Lorenzo de Medici, producto de la experiencia, de la realidad. Quizás también del desánimo y el desencanto de una antigua visión de la política y del mundo. Estamos ya en el Renacimiento. Maquiavelo supo ver el cam-bio. Lo sufrió en sus carnes. Inaugura la idea de poder y política moderna. Se le ha atribui-do la frase: el fin justifica los medios. No nos consta su autoría literal. Sin embrago, es dig-no reflejo de su pensar práctico y pragmáti-co. Con el Príncipe se introduce la noción de razón de Estado. Todo es válido en aras de sal-vaguardar el poder. Se inspira en las vidas de César, Alejandro Magno, Escipión… Incluso de su contemporáneo: Fernando el Católico. Hoy podríamos incluir otros nombres. Guárdate de los “Idus de Marzo”15. El poder tiene un precio.

Ha quedado para la historia la expresión negativa: maquiavélicamente El gobernante/político debe ser león y, a la vez, zorro. Debe aparentar una imagen de bueno pero siendo malo. Sólo depende del momento. Una doble

15 Excelente película de G. Clooney sobre el arte (sic) hoy de lapolítica. Buenas reflexiones en: http://www.blogdecine.com/criticas/los-idus-de-marzo-calma-sobre-aguas-turbulentas http://www.blogdecine.com/criticas/los-idus-de-marzo-exis-ten-los-politicos-honrados

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

Page 8: Historias Éticas de La Ética. Sánchez Ortega, Luis Javier

62ética. Ninguna ética. Lo único que interesa es mantenerse en el poder. Lo demás y los demás no cuentan. Puro realismo político.

v http://phylosophy forlife.blogspot.com/2012/03/textos-un-fragmento-de-maquiavelo-sobre.html

En diciembre del año 1513 Maquiavelo se encuentra en el exilio. Está redactando El Príncipe. Tiene tiempo. Escribe una carta a su amigo Francisco Vettori. En ella describe una de sus jornadas. Los pormenores de cada día. Se levanta con el sol. Pasea por el bosque en donde se deleita con la lectura de Dante y de Petrarca. A la hora de comer oye las noticias de los viajeros Y al llegar la noche, entra en su escritorio y escribe: «Amo a mi patria más a que a mi alma”. No es el poder en sí mismo lo que le interesa, es la causa. Es ella y sólo ella la que justifica la mentira, la trampa, el crimen. El poder maquiavélico es, pues, un poder con sentido. Política es la palabra justa. Lealtad y fidelidad son sus máximas. ¡A deliberar!

v http://phylosophyforlife.blogspot.com/2011/10/texto-una-carta-de-maquiavelo-vettori.html

4 Una ética que cotiza en la bolsa de valores

Declaración de “buenas” intenciones

Es un intento de aproximación a una ética. Una ética que pretende puentear el abismo pro-fundo socavado entre el “ser” y el “deber-ser”. Una ética que intenta saltar el alto muro levan-tado entre lo universal y lo particular. Una éti-ca que aspira a superar la larga distancia esta-blecida entre los objetico y lo subjetivo. Una ética así, sólo es posible, si entra de lleno en el torbellino de los valores16. Los valores que suben y bajan. Los valores que son polares. Cotizados y cotizables. Valorados y desprecia-dos. Valores escondidos y ensalzados. Valores antiguos y modernos. También postmoder-

16 Véase M. Scheler y su obra “El formalismo ético y la éti-ca material de los valores”, autor que concede al valor su estatuto de contenido ético.

nos. Valores actuales y pasados. Valores que luchan por un lugar en el cóctel de la Vida.

Antes se hablaba mucho de contraste de pareceres. También de jerarquía de valores. De principios, de fines y de medios. Incluso de dobles efectos. Hoy, nos parece de más altu-ra ética adentrarse en el enfoque del conflicto de valores17. Lo primero a realizar es identificar si hay o no hay conflicto. Donde no se detec-ta conflicto no hay posibilidad de deliberación ética. La decisión está tomada. Después, clarifi-car los valores en conflicto. Los dos valorados como positivos. El campo propio de la ética es el conflicto de valores valorados. La indiferen-cia, la neutralidad no tienen cabida en la ética. Tampoco la indecisión ni el escaqueo. Decía Ortega: “El hombre advierte en todo momento que no le basta con elegir, sino que tiene que acertar, esto es, que su libertad tiene que coin-cidir con su fatalidad. Reúne, pues, todas las ventajas del astro y del olímpico, del puro ser libre y del puro ser necesario. Tiene que des-cubrir cuál es su propia, auténtica necesidad, tiene que acertar consigo mismo y resolverse a serlo. De aquí su consubstancial perplejidad. De ahí que sólo el hombre tenga “destino”18.

No podemos vivir sin valorar. Nos valoramos cada despertar delante del espejo. Valoramos al vecino y a su nueva compañera. Valoramos los postres del restaurante y las tapas del bar. No sabemos vivir sin valorar. La vida nos valora. El homo sapiens se justifica. Justifica su vida. Quizás el dinosaurio se ajusta a sus instintos. Sin embargo, el homo sapiens se auto-justifi-ca. O bien, se justifica delante de los demás. Puede ser esta una de las razones de la super-vivencia de unos y la desaparición de los otros.

Pero ¿de dónde surgen estos valores? ¿De dónde vienen? Los encontramos. Nos encuen- tran. Los construimos. Nos construyen. Pregun- tas y respuestas diádicas. Miremos lo relacio-

17 Véase N. Hartmann y su obra “Ética”, autor que supera la casuística moral asumiendo el conflicto ético de valores y deberes.

18 Cf. J. Ortega y Gasset, Obras completas VI, 350.

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63nal y sistémico. Su origen no es tan interesan-te. Están en tierra de nadie y en tierra de todos. Están siempre relacionados con un momen-to histórico y un lugar concreto. Pero tam-bién están relacionados entre sí. Están en una constelación19. Un sistema complejo20 Son sis-témicos21.

Las estrellas y los astros brillan en el cielo. ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van? Son pregun-tas espacio-temporales. Sin embargo, algunas estrellas brillan y ya no están. Otras no brillan y están. Las hay visibles e invisibles. Nuestros telescopios (espacio-temporales), a veces, las aprecian. Otras veces se les escapan. No las apre-cian. Los valores giran, van y vienen en la cons-telación. Se aprecian de forma diversa según la posición. Efecto de perspectiva. Las estrellas, las hay dobles y triples. Se interponen en el espacio. Se interpolan en el tiempo. Una reali-dad corporativa y sistémica. Como los valores.

Las primeras estrellas identificadas tie-nen nombres griegos. También los valores. Después, gracias al avance técnico de los teles-copios, hubo que aumentar el censo. Se les ponen nombres más actuales. Incluso digita-les. También a los valores.

Nos situamos más allá de discusiones diádi-cas. Y proponemos: respecto a la constelación de valores, no se deben adoptar posiciones extremas. Por un lado, aunque hubiera valo-res absolutos, independientes del ser huma-no, nadie tendría derecho a imponerlos a los demás. Igualmente, aunque solo hubiera rela-tividad de valores, dependiendo de cada ser humano, no todo vale ni todo es defendible.

19 Es interesante y sugerente advertir que tanto si miramos a los altas y lejanas macroconstelaciones como si miramos a la microscópica física cuántica encontramos los mismo, sistemas complejos.

20 E. Morin ha ampliado nuestras estrechas miradas con una “Introducción al Pensamiento Complejo”. Véase: http://www.multiversidadreal.edu.mx/

21 Interesante el libro “Historia como sistema” del autor de la afirmación «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo», aparecida en sus Meditaciones del Quijote.

Trazamos otro periplo. Ahora en aguas dul-ces. Por los meandros de la condición humana. A las profundidades insondables de lo huma-no. El río de la vida. Un río en Inglaterra. El otro en Escocia. Y otro más en Polonia.

4.1 La conciencia de Thomas Moro

Nace en Londres. Año 1.478. Su formación intelectual la realiza en Oxford. Estamos en los años 1.500. Provienen de una familia bien. Tiene posibilidades. También cabeza. Es un noble. Estudia abogacía. En 1504 es elegido miembro del Parlamento. Se opone al abso-lutismo de Enrique VII. Tiene que pagar una multa. No le importa. Después es encarcela-do. Con la llegada al trono de Enrique VIII se ve rehabilitado en la política. Llega a ser nom-brado alguacil de Londres. Goza de la simpa-tía del monarca. Realiza con exactitud algu-nas misiones diplomáticas. Conoce el éxito. Es nombrado Lord Canciller de Inglaterra. En 1505 se casó con su querida Jane Colt. Tuvo un hijo y tres hijas. Su mujer muere joven. Tomás contrae nuevamente nupcias con una viuda, Alice Middleton.

v https://www.youtube.com/watch?v=pF8FxjTUnvc

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

Page 10: Historias Éticas de La Ética. Sánchez Ortega, Luis Javier

64Hombre de gran sabiduría, reformador. Amigo

de varios obispos. En 1516 escribió su famoso libro «Utopía». Atrajo la atención del rey Enrique VIII quién le promovió a varios puestos impor-tantes. Sin embargo, pronto cae en desgracia. No está de acuerdo con los planes de Enrique VIII. Renunció a su carrera política. El rey preten-de ampliar su poder absoluto. Ampliar su des-cendencia. Repudiar a su esposa para casarse de nuevo. Varias veces. El rey necesita la apro-bación de Roma. Pero el Papa no está mucho por la labor. Pues, fuera el Papa y su iglesia. Se forma una nueva iglesia. La iglesia anglicana, ahora bajo la autoridad del rey. Asunto arre-glado. Sin embargo, Moro y su conciencia no lo aceptan. Se puede estar por encima del mismo Papa. Pero por encima de la propia conciencia, nunca. El antiguo canciller rehúsa rendir obe-diencia al rey como cabeza de la iglesia. Ante su oposición, el rey manda encarcelarlo en la Torre de Londres. Junto a su amigo el obispo católi-co Fisher. Después de la ejecución del obispo, el ex canciller fue juzgado y condenado como traidor. En el juicio defendió que no podía ir en contra de su conciencia. Deseaba a los jue-ces poderlos ver después en el cielo: “feliz-

mente todos reunirnos para la salvación eter-na”. Ya subido en la tarima de ejecución dijo a la gente allí congregada que él moría como «El buen servidor del rey, pero primero Dios». Se lo dijo en inglés: "the King’s good servant-but God’s first". Fue decapitado en Julio de 1535. Su legado y su ejemplo perduran. Un hombre para la eternidad.

v https://www.youtube.com/watch?v=0tq4mNtYGoA

Leamos la carta que el canciller Moro escribe a su hija Margarita. Después de leer, deliberar.

v http://blogs.ua.es/thomasmore/cartas-de-y-para-thomas-moro/

4.2 El llanto de Schlinder

Se trata de un empresario de origen alemán. Se llama Oskar Schindler. Miembro del Partido nazi. Su olfato para hacer dinero le lleva a Cracovia. Allí hay mano de obra barata. Levanta una fábrica de artículos de cocina. Los obre-ros se los proporcionan los nazis. Mercado negro. Mercado judío. Llega a un acuerdo con el director de un campo de trabajos forzados. Los judíos son eficientes y muy baratos. Esta economía y la guerra le hace rico. Más de 300 obreros que trabajan todos los días con el úni-

Misión Joven • N.º 454 • Noviembre 2014

Page 11: Historias Éticas de La Ética. Sánchez Ortega, Luis Javier

65co propósito de hacer dinero para él. Compra fábricas en quiebra. Compra la mejor mansión. Compra amores. Compra obreros.

v http://www.youtube.com/watch?v=mYSMCO4_Ivc

Pero pronto Oskar cambia. El negocio de latas por el negocio de vidas. Intenta ayudar a sus trabajadores impidiendo que los lle-ven a los campos de exterminio. Los alema-nes empiezan a enviar judíos a la muerte. Es la solución final. Pero no todos deben morir. Todavía son aprovechables. Oskar tiene que comprar a sus obreros judíos para salvarlos del cruel destino. Algunos de sus obreros reciben una carta de salvamento. Una tarje-ta azul. Un carnet de vida. Son los “trabaja-dores esenciales”. A guardar. Los otros no interesan. Sobre Cracovia comienza a llover cenizas humanas. El holocausto. No se pue-de tener todo. Ni a todos. Su mujer también le había abandonado.

v http://www.youtube.com/watch?v=TQ_Y7F1sb6M

Tiene un plan. Una lista. Quiere ampliar su negocio en otros países. Convence a los ale-manes de sus buenas intenciones. Fabricar para la guerra. Pero no puede prescindir de su fuente de riquezas, sus trabajadores judíos. Las autoridades alemanas se tragan la astu-cia. Oskar quiere llevarse a sus mejores obre-ros. Sólo así las demandas nazis serán cubier-tas. Se lo conceden. Haz una lista de los obre-ros que quieres llevarte. La lista de pasajeros del tren de la vida. Comienza con 450. Añade 200 más. Aumenta por la noche. Doce pági-nas repletas. 1.200 nombres. Todos hebreos. La lista de Schindler.

A pesar de algunas contrariedades el tren llega a su destino: la vida. Y la vida continúa. También para Oskar. Tiene que cerrar la fábrica. Pero los judíos ya están a salvo. En la despedi-da las lágrimas asoman a sus ojos. Podía haber hecho más. El Talmud le responde: “Aquel que salva una vida, salva al mundo entero”.

v http://www.youtube.com/watch?v=bVj0OvNXDN8

5 Una ética que navega entre los hechos y los valores

Declaración de “buenas” intenciones

Ha pasado a la historia como la “guillotina de Hume”. Lo cuenta él mismo con su flemático y lacónico humor inglés: Estamos en un recinto sagrado. Un joven clérigo advierte a un eminen-te cardenal que estaba fumando: “Eminencia, aquí no se puede fumar”. A lo que el cardenal responde: “No se debe hijo, no se debe”. Y es que no es lo mismo. En un defecto de fábrica ética confundir el “ser” con el “deber”. Es una falacia. Moore, más tarde, la llamaría la fala-cia naturalista. Asombra comprobar que en muchos escritos pseudo-éticos se pasa obliga-toriamente del “es” al “debe”. También del “no es” al “no debe ser”. Por eso hay que utilizar la “guillotina” de Hume. Cortar por lo sano. Dejar a un lado lo descriptivo y en otro lo prescriptivo. Por una parte están las cosas, los hechos, la rea-lidad. Por otra parte, los valores, la estimación, la axiología. Hay relación pero no derivación. Se acabaron las tautologías en ética. También las pretensiones en ética. Se ha abierto una brecha entre los hechos y los valores22. Habrá que aceptarla y contar con ella. Lidiar con ella.

David Hume es un filósofo escocés del siglo XVIII. Desde unos años para atrás las lenguas “clásicas” se quedan en las estanterías. Para con-sultas. Ahora la ética ya no se escribe ni en grie-go ni en latín, ni siquiera en alemán. Se impo-ne otra declinación. Se ha dado el paso al inglés. De una ética grecolatina se ha pasado a una éti-ca anglosajona. De una ética continental a una ética portuaria. Ahora lo que mola es hablar de “to be” y de “ought to”. Esta variación lingüísti-ca va a traer grandes variaciones también para la ética. Algunos teóricos de la ética comienzan a adjetivarla de utilitarista. Es el pragmatismo británico que sucede al formalismo europeo.

22 En una espléndida y práctica página web encontramos ejercicios que ayudan a diferenciar hechos de valores: http://www.xtec.cat/~lvallmaj/passeig/etica/fetvalo2.htm?

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

Page 12: Historias Éticas de La Ética. Sánchez Ortega, Luis Javier

66En su libro «Investigación sobre los principios

de la moral» Hume llega a la conclusión de que lo que mueve al hombre son los sentimientos. Es el emotivismo ético. Ya lo decían en mi pue-blo: Pueden más dos piruletas, que dos carre-tas. Más o menos. Se abandona la ética deon-tológica. Los sentimientos naturales y sociales despiertan en el hombre aquello que es útil a la sociedad. Nace el utilitarismo ético. Será Stuart Mill, un economista, quien le otorgue carnet de identidad ética. Hay una frase que se ha hecho famosa: Prefiero ser un Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho. Mill con-fía en los miembros de la sociedad. Saben ele-gir lo que es más útil para la comunidad. Hay algunas condiciones. Se requiere una buena y completa información. También el respeto, la libertad y la responsabilidad. Demasiadas con-diciones para ser real. Pero, al menos, es útil.

Como la ética, también los navegantes via-jamos. Ahora ya con el pasaporte en inglés. Del mediterráneo al atlántico. Surcamos los mares del Sur y del Norte. Con un bagaje multicultural. De la Edad Moderna a la Edad Contemporánea. La historia es cultural. La ética también es cultural. Hunde sus raíces en una cultura en continuo cambio y mejo-ra. Aunque, a veces, tenemos la impresión que se retrocede.

5.1 La dignidad en China

Antes de adentrarnos en la Edad Moderna, volvamos la vista atrás. Estamos en el Egipto faraónico del siglo XIII a. C. Los esclavos hebreos empiezan a ser numerosos. Más que los egipcios. Hay que hacer algo. Cortar por lo sano. No salen las cuentas. Cálculos utili-taristas. Otra vez la guillotina. Los primogéni-tos hebreos tienen que morir.

Las cosas, los hechos no han cambiado tan-to. Siglo XX. Comunismo. En China las autori-dades han obligado a sus ciudadanos camara-das a no tener demasiados hijos. Demasiados, no. Sólo uno. Y a ser posible varón. Otra vez la

guillotina. Es cuestión de cálculos. No hay arroz para todos. En el año 1953 ya eran 583 millo-nes. Planificación familiar. Control de natalidad. La guillotina de Malthus23. A veces la naturale-za selecciona. Una gran hambruna en los años 60. De 20 a 30 millones de muertos (menu-da manera de contabilizar personas). Pero los que quedan son más fecundos. Campañas de esterilización. Matrimonios en edades avanza-das. Distribución de anticonceptivos. Imposible pararlo. La vida busca vida. En el año 2000 ya llegan a los 1.200 millones. Última oportuni-dad. Implantar la política del hijo único. Es un programa radical y sin precedentes. Se hizo la propaganda. Sensibilización. Necesaria tam-bién la presión social. Establecimiento de bene-ficios al que cumple. Penalizaciones al que no. Sin embargo, la vida se impone. Feng Jianmey es una mujer china. Su historia de madre por segunda vez es drama y dolor.

v https://www.youtube.com/watch?v=rFXPTMbQRyw

Feng estaba embarazada de su segundo hijo. Un delito. Fue detenida durante tres días. No tenía dinero para pagar la multa. Forzada a abortar. También a firmar un documento de consentimiento. Un segundo hijo es multado con casi 40.000 yuanes (5.000 euros). Ante la dramática resolución estatal, la familia intentó poner una demanda. Sufrieron presiones. Más tarde se llegó a un acuerdo. Feng y su familia recibieron 9.000 euros. La familia asegura que ha aceptado esa cantidad para “poder volver a la vida normal”. El abogado opina que la suma recibida no es ni mucho ni suficiente. En todo caso, ha querido dejar muy claro que se trata

23 R. Malthus era un pastor anglicano y un profesor de economía. Siglo XIX. Afirma que la pobreza no está tanto en la escasez de bienes, cuanto en el exceso de población entre quienes repartir dichos bienes. En consecuencia, no pudiendo aumentar los bienes en la debida proporción, disminúyase la población para así remediar la pobreza. Además de este silogismo de perogrullada, también afirmó: «Creo que puedo con justicia formular dos postulados: Primero, que la comida es necesaria para la existencia del hombre. Segundo, que la pasión entre los sexos es necesaria y seguirá así».

Misión Joven • N.º 454 • Noviembre 2014

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67de un acuerdo extraoficial. Con este acuerdo económico la familia ha retirado la demanda. Las autoridades salieron a la palestra pidiendo perdón a Feng. También se tomó la decisión de destituir a los funcionarios involucrados. Parece que los abortos forzados en China van a disminuir. Al menos, nos serán tan públicos.

Desde Kant, e incluso desde antes, el hom-bre es un fin en sí mismo. No es un medio. Tiene dignidad. Merece un trato especial y dig-no como persona. Nunca es un medio para usos de otros individuos. Tampoco una cosa. Toda persona humana es un valor absoluto. Algo se va consiguiendo. Incluso se puede algo más. Deliberamos.

v https://www.youtube.com/watch?v=iWnSx7sVDjE

5.2 La utilidad de unos navajos

Los navajos, un código andante. Ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. Los japoneses habían descifrado los códigos utilizados por los ame-ricanos. Era imposible una estrategia militar. Se necesitaba un código indescifrable. Había que conquistar las zonas estratégicas. Una solución. Utilizar el lenguaje inédito. El nava-jo. Y qué mejor que los navajos para este tra-bajo. El ejercito reclutó ciudadanos america-nos de origen navajo para “utilizarlos” como transmisores. Todo iba a la perfección. Los japoneses no se jalaban una rosca.

v https://www.youtube.com/watch?v=LN2oKqa1o04

La idea de utilizar a los Navajos como mensa-jeros fue de Phillip Johnston. Hijo de un misio-nero protestante. Había crecido en la reserva de los Navajo. Allí aprendió el lenguaje de los nativos. Fuera de los Navajo no había más de 30 personas –incluyéndolo a él– que conocie-ran el idioma. Ideal para la guerra y sus objeti-vos. No se sabe si tan bueno para los navajos. Se creó una unidad de élite, los Navajo Code Talkers. Los llamados “29 originales”. Alguno de ellos adolescentes. Muchos no contaban con acta de nacimiento. Cosas de indios.

En todo caso, los navajos elegidos estaban muy orgullosos de servir a la Nación. Su labor fue reconocida. Gracias a ellos se ganó la gue-rra. Este código andante no era posible descífra-lo. El único código militar de la época moderna que fue imposible descifrar. Fue clave para la derrota del ejército japonés. Pero estaba cata-logado como secreto de guerra. Héroes sin honores. Sólo hasta la llegada de Clinton no hubo reconocimiento oficial, En el año 2000.

v https://www.youtube.com/watch?v=ihu2fBE36rg

Pero había un pequeño detalle. Era impres-cindible que ningún navajo cayera en poder del enemigo. En todo caso, que no cayera vivo. Así que el ejército americano asignó a cada navajo un guardián. Su misión era “proteger el códi-go a toda costa”. Era clave para ganar la gue-rra y salvar al mundo. Todo muy americano.

v https://www.youtube.com/watch?v=UXtU2iUUGJE

Con el avance de la guerra se fraguan amis-tades entre guardianes y protegidos. Vínculos afectivos. Conflicto de valores. Es el momen-to de deliberar.

Luis Javier Sánchez Ortega

Luis Javier Sánchez Ortega • Historias éticas de la Ética

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