historia del dogma cristológico.ii constantinopla a ii const

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 1 Historia del dogma cristológico: II Concilio de Constantinopla (553) y III Concilio de Constantinopla (681) 1  Si Jesús tiene dos naturalezas, una humana y otra divina, en que el Verbo asume nuestra condición humana, entonces debe tener dos voluntades, dos decisiones, o ¿nuestra condición humana tiene que ser subsumida ante la condición divina? En el año 553, aun habiendo solucionado el problema del monofisismo con el Concilio de Calcedonia (año 451), quedaban resabios del Nestorianismo y de las discusiones políticas que emanaban de estos temas. Una de las principales discusiones, a nivel teológico era la siguiente: si Jesús tiene dos naturalezas, también tiene dos decisiones (0peraciones), dos voluntades ¿cómo se compatibilizan éstas? Pues el error que se empezó a difundir en esta época era que en Cristo, sí habían dos naturalezas, pero sólo una voluntad: La divina, que hacía las veces de la voluntad humana. Nuevamente se presenta un grave problema (o como diría San Ireneo: "lo que no es asumido no es salvado"), es gracias a la voluntad humana por la que el hombre decide apartarse de Dios (cayendo en el pecado), y también acercarse a Él. La primera parte del concilio condena los textos de Teodoro de Mopsuestia, que hablan de dos personas (voluntades y pensamientos propios) separadas, y que por tanto reciben una adoración y veneración distintas. Y que en la vida simulan ser uno solo, y en que la voluntad divina se complace de lo que hace la voluntad humana, esto es un anatema. Recuerda lo que se habló en el Nestorianismo, en que la persona que hace los milagros es el Verbo de Dios, pero la persona que sufre en la cruz es Jesús de Nazaret. Esta idea quedaría condenada, volviendo a afirmar que en Cristo, existe plenamente la naturaleza divina, y plenamente la naturaleza humana, unidas por la hipóstasis del Verbo que hace de alma humana. La otra idea (que es atribuida al Patriarca Sergio), es pensar que sí había dos voluntades en un principio, pero que la voluntad humana, ante la voluntad divina, es subsumida por la segunda. Quedando solamente el deseo de Dios, con esta idea el patriarca de Constantinopla pensaba atraer a los monofisistas  al alero de la Iglesia, salvando el problema de la unión de las naturalezas en la hipóstasis del Verbo. Pero se presenta la siguiente duda: si no está la voluntad humana en Jesús, teniendo como "sucedáneo" la voluntad divina, nuestra salvación no es completa. A esta herejía se le ha conocido con el nombre de monotelismo (la cual va a ser más desarrollada en el Concilio III de Constantinopla). 1  http://sensusfidelium.blogspot.com/2007/09/historia-del-dogma-cristolgico-ii.html [consultado: 05/06/2011]

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Historia del dogma cristológico: II Concilio de Constantinopla

(553) y III Concilio de Constantinopla (681)1 

Si Jesús tiene dos naturalezas, una humana y otra divina, en que el Verbo asume nuestra condición

humana, entonces debe tener dos voluntades, dos decisiones, o ¿nuestra condición humana tiene

que ser subsumida ante la condición divina?

En el año 553, aun habiendo solucionado el problema del monofisismo con el Concilio de Calcedonia

(año 451), quedaban resabios del Nestorianismo y de las discusiones políticas que emanaban de

estos temas. Una de las principales discusiones, a nivel teológico era la siguiente: si Jesús tiene dos

naturalezas, también tiene dos decisiones (0peraciones), dos voluntades ¿cómo se compatibilizan

éstas? Pues el error que se empezó a difundir en esta época era que en Cristo, sí habían dosnaturalezas, pero sólo una voluntad: La divina, que hacía las veces de la voluntad humana.

Nuevamente se presenta un grave problema (o como diría San Ireneo: "lo que no es asumido no es

salvado"), es gracias a la voluntad humana por la que el hombre decide apartarse de Dios (cayendo

en el pecado), y también acercarse a Él. La primera parte del concilio condena los textos de Teodoro

de Mopsuestia, que hablan de dos personas (voluntades y pensamientos propios) separadas, y que

por tanto reciben una adoración y veneración distintas. Y que en la vida simulan ser uno solo, y en

que la voluntad divina se complace de lo que hace la voluntad humana, esto es un anatema.

Recuerda lo que se habló en el Nestorianismo, en que la persona que hace los milagros es el Verbode Dios, pero la persona que sufre en la cruz es Jesús de Nazaret.

Esta idea quedaría condenada, volviendo a afirmar que en Cristo, existe plenamente la naturaleza

divina, y plenamente la naturaleza humana, unidas por la hipóstasis del Verbo que hace de alma

humana.

La otra idea (que es atribuida al Patriarca Sergio), es pensar que sí había dos voluntades en un

principio, pero que la voluntad humana, ante la voluntad divina, es subsumida por la segunda.

Quedando solamente el deseo de Dios, con esta idea el patriarca de Constantinopla pensaba atraer alos monofisistas al alero de la Iglesia, salvando el problema de la unión de las naturalezas en la

hipóstasis del Verbo. Pero se presenta la siguiente duda: si no está la voluntad humana en Jesús,

teniendo como "sucedáneo" la voluntad divina, nuestra salvación no es completa. A esta herejía se le

ha conocido con el nombre de monotelismo (la cual va a ser más desarrollada en el Concilio III de

Constantinopla).

1 http://sensusfidelium.blogspot.com/2007/09/historia-del-dogma-cristolgico-ii.html [consultado: 05/06/2011]

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Leamos dos cc. importantes:

Can. 4. Si alguno dice que la unión de Dios Verbo con el hombre se hizo según gracia o según

operación, o según igualdad de honor, o según autoridad, o relación, o hábito, o fuerza, o según buena

voluntad, como si Dios Verbo se hubiera complacido del hombre, por haberle parecido bien y

favorablemente de Él, como Teodoro locamente dice; o según homonimia, conforme a la cual losnestorianos llamando a Dios Verbo Jesús y Cristo, y al hombre separadamente dándole nombre de

Cristo y de Hijo, y hablando evidentemente de dos personas, fingen hablar de una sola persona y de un

solo Cristo según la sola denominación y honor y dignidad y admiración; mas no confiesa que la unión

de Dios Verbo con la carne animada de alma racional e inteligente se hizo según composición o según

hipóstasis, como enseñaron los santos Padres; y por esto, una sola persona de Él, que es el Señor

Jesucristo, uno de la Santa Trinidad; ese tal sea anatema. Porque, como quiera que la unión se

entiende de muchas maneras, los que siguen la impiedad de Apolinar y de Eutiques, inclinados a la

desaparición de los elementos que se juntan, predican una unión de confusión. Los que piensan como

Teodoro y Nestorio, gustando de la división, introducen una unión habitual. Pero la Santa Iglesia de

Dios, rechazando la impiedad de una y otra herejía, confiesa la unión de Dios Verbo con la carne según

composición, es decir, según hipóstasis. Porque la unión según composición en el misterio de Cristo,no sólo guarda inconfusos los elementos que se juntan, sino que tampoco admite la división. (DZ 216)

Can. 7. Si alguno, al decir "en dos naturalezas", no confiesa que un solo Señor nuestro Jesucristo es

conocido como en divinidad y humanidad, para indicar con ello la diferencia de las naturalezas, de las

que sin confusión se hizo la inefable unión; porque ni el Verbo se transformó en la naturaleza de la

carne, ni la carne pasó a la naturaleza del Verbo (pues permanece una y otro lo que es por naturaleza,

aun después de hecha la unión según hipóstasis), sino que toma en el sentido de una división en

partes tal expresión referente al misterio de Cristo; o bien, confesando el número de naturalezas en un

solo y mismo Señor nuestro Jesucristo, Dios Verbo encarnado, no toma en teoría solamente la

diferencia de las naturalezas de que se compuso, diferencia no suprimida por la unión (porque uno

solo resulta de ambas, y ambas son por uno solo), sino que se vale de este número como si [Cristo]tuviese las naturalezas separadas y con personalidad propia, ese tal sea anatema. (DZ 219)

CONSTANTINOPLA III (681)

Antecedente importante de este concilio fue el concilio de Letrán (649) donde la figura de S.

Máximo, el confesor2, fue fundamental.

2SAN MÁXIMO EL CONFESOR. Había nacido el 580 en Constantinopla, y después de ser secretario del

emperador Heraclio pasó a un monasterio situado en la costa frente a Constantinopla; de allí tuvo que huir enla época de las luchas con los persas, fue a Alejandría, estuvo quizá en Cartago, pasó dos años en la cárcel enConstantinopla, fue desterrado a Tracia y, de nuevo juzgado en el 662 en Constantinopla, se le volvió adesterrar después de cortarle la lengua y la mano derecha; murió al año siguiente.Toda esta persecución está relacionada con su lucha incesante en contra del monotelismo, lucha en la queempeñó tanto su agudeza intelectual como sus relaciones personales. Así, había conseguido hacer condenar elmonotelismo en Roma en el 649; había escrito con anterioridad contra el monofisismo, y había dadointerpretaciones ortodoxas a los escritos del Pseudo Dionisio. Sus argumentos filosóficos reflejan el influjo delneoplatonismo, pero también el de la filosofía de Aristóteles.

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El Concilio afirmará que están plenamente ambas voluntades, pero que la voluntad humana,

conociendo el bien último de la voluntad divina, sigue a ésta:

Y predicamos igualmente en Él dos voluntades naturales o: quereres y dos operaciones naturales, sin

división, sin conmutación, sin separación, sin confusión, según la enseñanza de los Santos Padres; ydos voluntades, no contrarias ¡Dios nos libre!, como dijeron los impíos herejes, sino que su voluntad 

humana sigue a su voluntad divina y omnipotente, sin oponérsele ni combatirla, antes bien,

enteramente sometida a ella. Era, en efecto, menester que la voluntad de la carne se moviera, pero

tenía que estar sujeta a la voluntad divina del mismo, según el sapientísimo Atanasio. Porque a la

manera que su carne se dice es carne de Dios Verbo, así la voluntad natural de su carne se dice y es

propia de Dios Verbo, como Él mismo dice: Porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino

la voluntad del Padre, que me ha enviado [Ioh, 6, 38], llamando suya la voluntad de la carne, puesto

que la carne fue también suya. Porque a la manera que su carne animada santísima e inmaculada, no

por estar divinizada quedó suprimida, sino que permaneció en su propio término y razón, así tampoco

su voluntad quedó suprimida por estar divinizada, como dice Gregorio el Teólogo: "Porque el querer

de Él, del Salvador decimos, no es contrario a Dios, como quiera que todo Él está divinizado". (DZ 291-

292)

Es la voluntad del hombre, que sin la corrupción del pecado original, la que sigue de forma cierta y

libre la voluntad del creador.

El monotelismo es un serio peligro hoy en día, porque si Jesús no hubiese tenido voluntad humana,

nosotros mismos podríamos negar algo que es esencial a nuestra naturaleza: La libertad, porque

Jesús es un hombre libre, él nos viene a hacer libres. Que haga la voluntad de su Padre, es porque esa

opción le hace más pleno y completo. Ser libre significa hacer lo bueno en mi vida, para llegar a lafelicidad. Es lo mismo que el amor verdadero: las opciones no desaparecen, sólo es que hay una

única fuente de felicidad frente a ti.