historia de roma - tomo i

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  • 7/29/2019 Historia de Roma - Tomo I

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    I

    HISTORIA

    D E R O M Adesde los orgenes itlicos hasta la cada del Imperio de Occidente

    ORIGINAL DE

    FRANCISCO BERTOLINI

    ------

    OBRA PREMIADA POR EL

    CONSEJO SUPERIOR DE INSTRUCCIN PBLICA DE ITALIA

    versin espaola de

    SALVADOR LPEZ GUIJARRO

    Correcciones, mapas, fotos, pinturas y dibujos, agregados por TIBERIVS.

    TOMO I

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    IV

    importante que sea: la historia de Roma es principalmente el gran tratado polticopara uso de todos los tiempos.

    Pues bien: la obra cuya traduccin ofrecemos es una Historia poltica de Roma,o mejor dicho, es la historia poltica de Roma, recomendada a su vez, y ante todo,

    por el importante privilegio de venir a ser tambin nica en su especie. Estahistoria, la mejor, la verdadera del romano podero, no se haba, en realidad,escrito hasta nuestros das. Porque no pueden llamarse as los anales de losantiguos escritores latinos y helnicos, a cuyos libros falta el sentido general deapreciacin de toda aquella gran poca, que no pudieron abarcar ni filosfica nicrticamente, cuyos relatos slo se inspiraron en la observacin de empresas yvicisitudes determinadas, y cuyas pginas, por notables y dignas de consulta quesean, nos ofrecen, adems del grave obstculo de las lenguas ya muertas en que seescribieron, el de no responder al criterio histrico, crtico y docente de nuestraactualidad. Los escritores modernos, comprendiendo en ellos desde las obras de lossiglos medios hasta las de nuestros tiempos, o hicieron meros compendios deaplicacin rudimental y especial, como ha pasado, en rigor, en Espaa, o al ofrecera su generacin verdaderos tesoros sobre la materia, como lo ha hecho, entre otros,el insigne alemn Mommsen, puesto ya merecidamente a la cabeza de todos,hicieron obras sintticas y generales, en las que no han podido, porque no handebido, dar la preferencia completa de sus lucubraciones, averiguaciones y relatos ala parte poltica, que es lo sustancia de la historia de Roma. Claro es que esteimportantsimo concepto resulta tambin en ellos historiado, por la fuerza mismade la ndole del asunto; pero historiado y todo, se ve forzosamente envuelto, y confrecuencia eclipsado por la legislacin, por el derecho, por el desarrollo artstico oeconmico, por la minuciosidad de la pintura de sitios y costumbres, por algo o pormucho que no es lo que fue el alma de la Roma que ms importa, e importarsiempre conocer; la poltica de todos y cada uno de sus grandes perodos.

    Nuestro autor, el ilustre italiano Bertolini, ha escrito, pues, con su Historia deRoma, esa obra, tan necesaria como deseada, que el mundo literario acaba deacoger con unnime aplauso, y que ha sido juzgada como un verdaderoacontecimiento. Las prensas de Alemania, Francia e Inglaterra producen hoymismo, o preparan sus traducciones: el Consejo Superior de Instruccin Pblica deItalia, premiando al laureado autor, se hace digno intrprete de la admiracingeneral, y todos los centros de ilustracin y todos los hombres de ciencia y deestudio se felicitan en presencia de esta primera historia poltica de la famosaciudad, cuya ausencia era un deplorable vaco en las regiones del saber. En ellarevive y palpita con toda su verdad y todo su inters moral, humano y dramtico, la

    Roma trascendental, la Roma-gobierno, la Roma, por decirlo as, permanente, encuyos hechos, transmitidos ahora por la pluma de un nuevo Tcito severo yelocuente, verificados por una erudicin profunda, ordenados y relacionados porun criterio claro y metdico, se ofrece amplia materia de sana instruccin a todaslas aficiones, a todas las clases, a todas las edades, a todos los que su profesin, opor su inclinacin la necesiten o la busquen.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Mommsenhttp://es.wikipedia.org/wiki/Mommsenhttp://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A1citohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mommsenhttp://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A1cito
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    V

    II

    Bertolini divide su obra en trece captulos, que ms propiamente deberemos

    llamar partes del vasto plan de su relato. El primero comprende, en clarsimoresumen, la historia parcial de los primitivos pueblos de Italia. Es la pocaprehistrica de la gran pennsula latina; son las estirpes itlicas, los yapigas, lositaliotas, los etruscos, los elementos que, una vez condensada y determinada labrillante nebulosa de Roma, sufrieron los primeros la influencia de su atraccinbenfica, y formaron con ella el gran ncleo, el gran centro luminoso de dondehaban de partir y de irradiarse los fulgores de una civilizacin nueva, destinados ailuminar los ms distantes y sombros rincones del antiguo mundo social. Elsegundo describe ya ms correcta y especialmente el movimiento de aquellainiciativa, de aquella preparacin civilizadora en el Lacio, en la regin italiana porexcelencia, cuna de sus tribus tnicas, patria de los Lceres, verdadero asiento de la

    que lleg a ser raza omnipotente. En el tercero se estudia con la Roma regia, con laidea de su unidad ya realizada y de su autoridad ya establecida, el primer perodode aquella grandeza prxima a desbordarse por continentes, mares y desiertos. LaRoma monrquica de Numa, de Hostilio, de Marcio, de los Tarquinos, con susprimeros cdigos civiles y militares, sus primeras luchas de partido, su primercarcter religioso, sus primeros grandiosos monumentos de utilidad pblica o desuntuosidad urbana, nos dispone a entrar en el magnfico perodo de la Roma de lalibertad. brese ste con el tercer captulo, en cuyas pginas desfilan ante nuestrosojos los hechos culminantes de la Roma Consular, con su prembulo dramtico enla revolucin famosa del ao 244. All funciona ya, en la plenitud de suimportancia, el gran Senado, que fue por tanto tiempo gobernador universal de lasnaciones, casa y patrimonio de una aristocracia tan patritica, tan inteligente, tanactiva. All nace luego su terrible rival, la plebe, el elemento poltico de abajo, elliberalismo que haba al cabo de vencer y de imponerse en nombre de los interesesdel mayor nmero. All surge su instrumento ms poderoso, el Tribunado plebeyo;all sus grandes representantes y mrtires, los Coriolanos, los Casios; all susoligarcas, all sus Fabios, sus Genucios, sus Publios; all el Decenvirato con susValerios y Horacios; all el Tribunado Consular, la Censura, la Pretura; all, en fin,las conquistas legislativas que coronaron toda aquella etapa de progreso con laigualdad poltica de las dos principales ramas sociales. El captulo V nos lleva a laRoma republicana, cuyo primer esfuerzo debi ser y fue el complemento de suhegemona en Italia: la Etruria primero, que le ofreci raudales de cultura; la Galialuego, que fue el primer verdadero teatro de sus operaciones militares en grandeescala; el Samnio despus, la mayor resistencia opuesta a su necesidad unificadora,sirven respectivamente de objeto a la gran revista conmemorativa. Y desde all, conla Roma verdadera, con la Roma seora de Italia, pasamos a la que haba de serRoma inmortal, a laRoma conquistadora del mundo.

    Trtase de esta Roma desde el siguiente captulo VI. La que fue su nica mulaterrible, la africana Cartago, con su coloso Anbal; la ltima guerra galo-romana,que le abri las puertas de Europa; las guerras de Oriente y de Hispania, aqul con

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    sus reyes y caudillos acabando por recibir con agradecimiento la merced de laciudadana latina, sta pidiendo en Numancia la breve tregua que necesitaron sushijos para morir libres; las ltimas guerras pnicas, y despus de ellas laorganizacin de los reinos y estados convertidos en departamentos, son el tema desus interesantes pginas. En el captulo VII aparece ya la Roma que empieza aexpiar su podero, la Roma de las guerras civiles, la sublime Roma de los Gracos ylos Marios, y a la vez la Roma suicida de los Sulpicios y los Silas; los grandes geniosy los grandes destructores, los vencedores de Yugurta y los infaustos caudillos de sudemagogia sanguinaria; los dictadores, los Pompeyos, los Catilinas, los triunviros;Cicern, Csar: todas las excelsitudes fecundas y todas las bajezas deletreas que secomprenden en el perodo cuyo trmino fue el entronizamiento del gobiernopersonal. Sostiene ste la ltima lucha de su advenimiento con la rivalidad de losduunviros, que dio al fin el triunfo a Octaviano sobre Antonio, y con aqul alestablecimiento de la monarqua, cuyos primeros engaadores pasos en el seno dela paz nos describe el captulo VIII. En el IX hace el docto narrador un interesantealto, aprovechando el que hizo entonces el mundo con su reposo, y nos da aconocer en su esencia trascendental las costumbres y la cultura romanas, la vidade sus familias, el decaimiento de aquellas austeridades privadas que tantas vecesse reflejaron en los actos solemnes del patriotismo, las leyes suntuarias quequisieron en vano ponerle tardo remedio, las Bacanales que fueron al cabo laexplosin de tanta acumulada impureza. Prosigue luego en el captulo X la Romapoltica su carrera: aquella gran contradiccin que se llam el Imperio republicano;Augusto, con su hbil pensamiento reparador, sus hombres ilustres y sus ingentesobras materiales; la crisis de la primera transmisin del poder al cruel Tiberio; elanuncio de la tempestad asoladora que se preparaba entre las razas brbaras delNorte; la pattica historia de Germnico; la demencia hecha gobierno en Calgula;el intil buen deseo de Claudio, hecho abortar por sus miserables debilidades; lahistoria de Nern el trgico, el incendiario, el parricida, el perseguidor del naciente

    Cristianismo; la guerra judaica, Galba, Otn, Vitelio: todas las figuras y todos loscomplejos acaecimientos de aquel perodo, palpitan all. En el subsiguiente captuloXI asistimos al desenvolvimiento del Imperio que quiso salvarse, del Imperioliberal de Vespasiano el estadista, de Tito el monumental, del mismo ferozDomiciano, de Nerva, del glorioso Trajano, del organizador Adriano, de Antonio elPiadoso, del pensador Marco Aurelio. En el XII est el Imperio militar, y con l latirana recrudecida de los Cmodos, Elvios y Didios, de los Severos batalladores, delos Caracallas fraticidas, de los Heliogbalos brutales, de los Alejandros y Domiciosadministradores; la anarqua militar con Maximino, las nuevas persecuciones delos cristianos con Decio, las nuevas guerras glicas y germnicas con Valeriano, laltima fase de la evolucin imperial con Probo. Y en el XIII, en fin, el Imperio

    moribundo de Diocleciano, los Tetrarcas, el gran Constantino, la nueva idearedentora que haba dejado entre los hombres el Nazareno divino, enseoreada yade las conciencias, y echando los cimientos del mundo moral del porvenir. Lamisin de Roma estaba cumplida; su espritu nada poda hacer ya en una sociedadcolocada sobre bases que no eran las suyas; y el perodo de su agona que cierranlos Julianos apstatas, los Valentinianos que luchan vanamente contra la barbariearmada, los Gracianos, Teodosios y Mximos, es el eplogo del inmenso drama.

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    VII

    III

    Cuando se acaba de leer este libro, esta historia de Roma, el nimo suspenso

    parece sentir los graves efectos de un sabrossimo cansancio; bien as como elviajero que vuelve de una interesante, larga travesa, siente el placer del reposo y lanecesidad de saborear en l sus inextinguibles recuerdos. Hllase la memoriaagobiada por un cmulo de emociones conmovedoras, de cuadros luminosos, deespectculos horribles, de enseanzas consoladoras, de tristes lecciones, depanoramas ya rientes, ya sombros. Todos los efectos ms poderosos, nobles y vivosdel espritu salen despiertos y agitados de la lectura de esas sublimes pginas.Dirase una historia de colosos, escrita por un Miguel ngel literario. Parece comoque venimos de asistir a un combate de gigantes, cuyos magnficos estrpitos,cuyos clamoreos atronadores, cuyos gritos triunfales y cuyos ayes amargusimoszumban an en nuestros odos. Qu teatro, qu escenas, qu caracteres, qu

    herosmos, qu crmenes, qu conquistas, qu cadas, qu progresos, qu pasiones,qu empresas, qu epopeya doce veces secular! La reflexin la resume rindindosefcilmente a la evidencia de que aquello ha sido el mayor esfuerzo vital hecho por laHumanidad en el tiempo.

    En efecto: ese carcter de lo grande, en todos sus mltiples sentidos positivos ynegativos, morales y materiales, constituye el aspecto sinttico de esa historia, deese gran perodo humano. Todo es grande en su movimiento: conjuntos y detalles,causas y resultados. Cuando el mundo inteligente ha visto luego, no puede sufrir lacomparacin sin acusar su pequeez relativa. Es imposible elegir en sus episodios,en sus pormenores, en sus aspectos y ramos parciales, uno solo en que no resalteese sello trascendental, ese alto nivel, producto de una gran fuerza igualmentepoderosa en sus hechuras buenas y malas, honrosas y vergonzosas, bienhechoras einicuas. El pensamiento discurre por ellas de sorpresa en sorpresa, de admiracinen admiracin, como a travs de un gran pas fantstico; y en vano pliega sus alasen sitio alguno, esperando dar en su seno tregua a su asombro: la excursin locondena a estupor perpetuo.

    Tal como la inteligencia de nuestros das comprende y analiza la Historia, eldesarrollo social, la marcha de gobierno y gobernados, el origen y advenimiento deinstituciones, mejoras, actos y cosas concurrentes a los triunfos ms o menostrabajosos del progreso como idea y verdad absoluta, el estudio de la grandezaromana responde siempre, en todas sus fases, en todos sus pormenores, a esa

    condicin de magnitud avasalladora. En la historia de Roma hay un pensamientopredominante: su ciudadana, su nacionalidad, su supremaca omnmoda. Sobreeste pensamiento gira toda ella; todas sus pocas lo guardan y lo sirven. La Romaprimitiva le obedece hasta en sus leyendas, hasta en sus mitos originarios. Apenasse ve constituida como ciudad, sale con l de sus muros y colinas a ser Italiaprimero, Europa luego, mundo ms tarde. Ese pensamiento llega con sus siglos deoro a constituir el mejor premio de su dominacin: desde el individuo a la ciudad, ydesde la familia a la provincia, el llegar a ser ciudadano romano constituye el fondo

    http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Angelhttp://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Angel
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    VIII

    de la ambicin universal. Roma no vena a ser una grandeza aislada y parcial:Roma vena a unificar los pueblos, a ser la grandeza de todos, y para estonecesitaba ser la primera en sentir la importancia d su misin, dar un valorinmenso a su contacto, a su idea matriz, a su protectora cultura. Y su cultura fuepara esto ayudada por el gran espritu de asimilacin que observa Montesquieu alestudiarla: todo lo bueno, todo lo til, todo lo bienhechor que aquella gran fuerzainnovadora encontr en sus expansiones, en su camino, fue por ella aceptado, ycomplementado: su podero se acreci con el concurso de cuantos hall a su paso,de cuantos fueron a su seno como van los ros al mar.

    Descendiendo de esa idea grande de la misin romana a cualquiera de suspocas y de sus aspectos de aplicacin, vemos siempre a stos fieles a su origen. Susreyes, sus Tarquinos le traen los refinamientos etruscos, realizan su unidadreligiosa vencedora del fetichismo, le alzan sus primeros monumentos, magnificanel arte oriental y griego con el arco y la bveda. Sus cnsules y su repblica lesometen el continente, el frica, el Asia, le dan sus leyes inmortales, sus grandescapitanes, sus patriotas modelos, su organizacin poltica, administrativa y militar.En la misma serie de sus emperadores, donde alternan los monstruos; en aquelltimo esfuerzo de una civilizacin ya sin alma, ya caduca y postrada, la grandezaromana irradia sus postreros fulgores: Vespasiano es la imitacin de Augusto; Titono se reconoce otra misin que la de hacer el bien; Nerva suea con un Imperiobenfico; Trajano, segn Plinio, da la espada al Prefecto del Pretorio, para que laesgrima contra l si llega a merecerlo; y Adriano el organizador, Marco Aurelio elestoico, Alejandro Severo con su divisa humanitaria y cristiana, son las ltimaspalpitaciones de la esencial aspiracin de Roma a fundir el mundo en su propioespritu: hasta que al fin muere con esa aspiracin misma, ya impotente y vencidacon Mayoriano, aquella Roma, aquella grandeza sin precedentes y sin herederos.

    Roma, pues, fue ante todo y sobre todo, una inmensa energa social: necesitserlo para cumplir sus destinos; no los hubiera cumplido de otro modo. Cmohubiera luchado no sindolo, con enemigos como Anbal, como Pirro, comoAntoco, como Viriato, como Vercingetorix, como Breno, como Marbod? De esesentimiento orgnico, por decirlo as, de su ndole nacional, se derivaron sus msfamosos caracteres individuales, sus ms notables episodios histricos de todognero. Ese sentimiento es el que vemos en aquel Senado primitivo que espera ensus asientos a los brbaros y a la muerte, o que hace confesar a los enviados de suscontrarios que tena la majestad de una reunin de reyes. Por ese sentimiento fue laRoma guerrera, la Roma de aquellas legiones que, como dice Duruy, arrebatarondurante siglos su nombre a la victoria. Sus conquistas acusan principalmente esa

    fortaleza de la raza, y relegan a segundo trmino la riqueza, el oro, ese otro nerviodel podero militar, cuya injusta apoteosis combate, con el ejemplo romano a lavista, el profundo Maquiavelo. De esa perdurable energa nos hablan hasta susprodigalidades administrativas, sus repartos gratuitos de trigo entre el pueblo, lassuspensiones de sus tributos sustituidos, por dcadas enteras, con los tesorosganados en la guerra, sus donativos en dinero, sus distribuciones de tierras, esdecir, de fortunas, entre aquella soldadesca, agente primero de sus glorias, y mstarde del pretorianismo que presidi a su decadencia. De ese vigor constitutivo en

    http://es.wikipedia.org/wiki/Montesquieuhttp://es.wikipedia.org/wiki/Plinio_el_Jovenhttp://es.wikipedia.org/wiki/Prefecto_del_pretoriohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mayorianohttp://en.wikipedia.org/wiki/Victor_Duruyhttp://es.wikipedia.org/wiki/Maquiavelohttp://es.wikipedia.org/wiki/Maquiavelohttp://es.wikipedia.org/wiki/Montesquieuhttp://es.wikipedia.org/wiki/Plinio_el_Jovenhttp://es.wikipedia.org/wiki/Prefecto_del_pretoriohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mayorianohttp://en.wikipedia.org/wiki/Victor_Duruyhttp://es.wikipedia.org/wiki/Maquiavelo
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    IX

    arranques y sentimientos, nos hablan hasta sus mismas tristezas: Escipin llorcon l las lgrimas de un vaticinio patritico ante las ruinas de Cartago. Nos hablanhasta sus mismos abusos centralizadores: la Roma de la gran propiedad tuvo alfrica poseda por seis nicos propietarios. Nos hablan hasta sus supersticiones:sus magistrados consultaban en ciertas crisis el aspecto del cielo, y disolvan suscomicios con auxilio de las amenazas atmosfricas. Nos hablan hasta las mismasastucias de su orgullo: -id, Quirites-, dijo Csar a los soldados al despedirlos al piedel trono imperial adonde se dispona a subir sin obstculo. Nos hablan hasta susmismas injusticias: los nombres de los arquitectos del Panten, de los acueductos,de los templos, quedaron sin constar: Roma no quiso delegar sus mritos de autora.Nos hablan hasta sus misma perfidias: sus infidelidades en los pactos, sus traidoresardides de guerra, sus crueldades hipcritas para con los vencidos, invocaban comosuprema disculpa la razn de Estado, la maiestatem populi, ante la cual haba quesacrificar, si era preciso, toda ley humana y divina. Cuando ya, en fin, no le quedconquista que hacer; cuando ya entreg sus entraas al buitre de la corrupcincuyos elementos haba recogido en todas partes, no fue ella sola la corrompida: elmundo entero lo estaba tanto o ms que ella; no fue ella sola la enervada; elOccidente cansado, el Oriente sibartico, el Asia silenciosa, el frica arrasada,presenciaron inmviles, durante dos centurias, las infamias y las vergenzas quepredominaron en la poca imperial. Su abyeccin tuvo tambin una fuerzauniversal; los cien millones de sbditos esparcidos en los continentes hechosprovincias, la sufrieron sin esperanza y sin deseo de curacin.

    Pues bien: el primer instrumento, el ms eficaz, el ms memorable, el msactivo, el invariable de aquella fuerza inmensa, de aquella energa histrica, fue, sindisputa, la poltica, creadora de sus creaciones, secreto de sus inmortalidades. Todaaquella dominacin, que ha dado al mundo la pauta de tantas grandezas, losprincipios diamantinos del derecho, las frmulas, en el fondo inmutables, de la

    organizacin social, fue regida y dirigida por la poltica. Todo aquel ambiente depatriotismo, de egosmo civilizador, de entusiasmo colectivo, de herosmosinsuperables y de faltas que no han de olvidarse, se form al calor de aquella ideagubernativa que romaniz al mundo. La historia poltica de Roma es la escuelaperpetua del hombre de Estado: y este libro es esa historia.

    S. LPEZ GUIJARRO.

    http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/secondary/SMIGRA*/Majestas.htmlhttp://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/secondary/SMIGRA*/Majestas.html
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    Banquete Etrusco

    CAPITULO PRIMERO

    P U E B L O S P R I M I T I V O S D E I T A L I A

    ------

    El nombre Italia.-poca prehistrica.-Razas itlicas.-Yapigas.-Italiotas.-Etruscos.

    I

    EL NOMBRE ITALIA

    Antes de que la pennsula del Apenino se llamase Italia, ya haba sido este nombreel apelativo de slo una pequea parte de aqulla. Llamse as, en efecto,originariamente, la tierra de los antiguos brucios, o calabreses modernos, cuyosconfines eran, aproximadamente, los de las dos provincias de Catanzaro y deReggio: al Occidente, el Golfo de Santa Eufemia; al Oriente, el de Squillace; alMedioda, elEstrecho de Messina.

    En el siglo V antes de Jesucristo, ya se extenda el lmite occidental de laprimitiva Italia a la embocadura del Lao, o sea el Golfo de Policastro. Ms tarde lovemos llegar hasta Posidonia, en la orilla meridional de Salerno.

    Y, en fin, al principiar la tercera centuria anterior a la era cristiana, fue cuando elnombre itlico comprendi entera a la pennsula hasta el Rubicn, hoy Pisciatello.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Apeninoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Brucioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Calabriahttp://es.wikipedia.org/wiki/Calabriahttp://es.wikipedia.org/wiki/Calabriahttp://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Catanzarohttp://es.wikipedia.org/wiki/Reggio_di_Calabria_(Provincia)http://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Santa_Eufemiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Squillacehttp://es.wikipedia.org/wiki/Estrecho_de_Messinahttp://es.wikipedia.org/wiki/Estrecho_de_Messinahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lao_Riverhttp://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Policastrohttp://es.wikipedia.org/wiki/Posidonia_(ciudad)http://es.wikipedia.org/wiki/Salernohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rubiconhttp://es.wikipedia.org/wiki/Apeninoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Brucioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Calabriahttp://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Catanzarohttp://es.wikipedia.org/wiki/Reggio_di_Calabria_(Provincia)http://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Santa_Eufemiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Squillacehttp://es.wikipedia.org/wiki/Estrecho_de_Messinahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lao_Riverhttp://es.wikipedia.org/wiki/Golfo_de_Policastrohttp://es.wikipedia.org/wiki/Posidonia_(ciudad)http://es.wikipedia.org/wiki/Salernohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rubicon
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    XI

    Pues aunque el historiador Polibio, anticipndose al porvenir, llama tambinitaliano al valle del Po, es indudable que la Galia Cisalpina no dej de ser provinciahasta los comienzos del Imperio.

    Bastan los anteriores datos para observar que el valor geogrfico del nombre"Italia" sigui en su desarrollo un orden inverso al de la inmigracin de loshabitantes que primitivamente ocuparon sus comarcas. Bajaron stos del Norte,esparcindose hacia el Sur; mientras que el nombre nacional, apareciendo por vezprimera en el extremo Medioda, fue desde l dilatando su significacin histrico-geogrfica, hasta que, al caer de la Repblica romana, vio en ella comprendidos losconfines naturales de la regin toda.

    Proviene ese nombre, en su origen, de la Mitologa. El Italo, que sta da por rey alos enotrios, nunca existi, como no existieron los otros hroes epnimos con

    quienes la fbula grecolatina trat de explicar el principio de estirpes y naciones.Pero si el nombre no es el de un personaje histrico, su significado da luz a laHistoria misma, demostrando desde luego el carcter agrcola del pueblo queprimeramente lo llevara. Italos significa en griego ternero, yEnotria, pas vincola.La misma forma griega del vocablo esclarece adems otro hecho comprobante aeste respecto, y que ha sido ya objeto de importantes demostraciones, a saber: quecuando italianos y griegos se separaron para ir a habitar definitivamente susrespectivas pennsulas, ambos pueblos practicaban la agricultura. As se explica la

    http://es.wikipedia.org/wiki/Polibiohttp://en.wikipedia.org/wiki/Pohttp://en.wikipedia.org/wiki/Italushttp://es.wikipedia.org/wiki/Enotrioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Polibiohttp://en.wikipedia.org/wiki/Pohttp://en.wikipedia.org/wiki/Italushttp://es.wikipedia.org/wiki/Enotrios
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    XII

    aparicin comn en ambos idiomas de las palabras referentes al arte agrcola,como, por ejemplo, ager, que corresponde al griego agros, aro a aroo, vinum avinos, etc.

    Ha sido, en fin, controvertido por la crtica si el nombre de nuestra pennsula fue

    primitivamente el deItalia o el de Viteli. Este ltimo aparece en algunas monedasde los oscos del tiempo de la guerra llamada de los Aliados, en el ltimo sigloanterior a Jesucristo. Pero como ya en esta poca se llamaba Italia a toda laextensin peninsular, es evidente que la diccin Viteli no es ms que la versinosca de aquella.

    II

    POCA PREHISTRICA

    La presencia del hombre en Italia no se hace constar fundadamente sino conposterioridad a la invasin de los arios en Europa. Las regiones continentales, quedespus fueron cuna de los pueblos clticosygermnicos, conservaron abundantesvestigios de un pueblo primitivo, que viva de la caza y de la pesca, fabricaba susutensilios con piedras y huesos, se adornaba con dientes y con mbar, y no conocala agricultura ni el uso de los metales. Pero los italianos no tenemos indicio segurode que los arios llegados a nuestra pennsula hayan encontrado en ella suspredecesores; lo que parece probar que la ocupacin de Italia fue una de las ltimaspor los mismos arios realizadas. A cuya presuncin prestan fuerza racional laposicin y la configuracin geogrfica del pas, el cual, separado del continente poruna larga cadena de altas montaas y circundado por el mar en sus otras partes, nopoda ser elegido como regin habitable sino despus que las comarcas abiertas yde fcil acceso lo estuvieran. Las primeras tradiciones histricas nos hablantambin de las revoluciones fsicas de que nuestro suelo fue teatro, y que debieronser asimismo otro obstculo a su poblacin. Esquilo presume que la Sicilia estuvoen su origen unida al Continente; otros escritores recuerdan la vorgine de Curcio,las ardientes llamas de Caco y Ceculo. Adems, los sucesivos descubrimientosgeolgicos han demostrado que los dos mares italianos, Superior e Inferior (elAdritico y el Tirreno), tuvieron largo tiempo invadida la regin apennica, cuyosterrenos bajos fueron viejas marismas. All, pues, donde la naturaleza est enconstante agitacin, el hombre, el morador, no acude gustoso; y si el instinto lehace huir del malestar y del peligro siempre que la necesidad no le obligue a

    afrontarlos, bien pudo esquivar los que el suelo italiano le ofreca entonces, ycontra los cuales hubiera sido vana su lucha, su resistencia intil. La invasin delmar explica a la vez la tarda entrada, por decirlo as, del valle del Po en el radiohistrico de la Italia antigua, y las tinieblas en que nos aparecen sus primitivosdestinos hasta la irrupcin gtica. Acaso la facilidad de su conquista fue naturalconsecuencia de la lenta formacin de su suelo pantanoso, como acaso la barbarie yla heterogeneidad de sus conquistadores fueron causa de que la antigua Italiaconceptuase como tierra extranjera, durante siglos, aquel mismo valle.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Oscanshttp://en.wikipedia.org/wiki/Oscanshttp://en.wikipedia.org/wiki/Oscanshttp://es.wikipedia.org/wiki/Arioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Celtashttp://es.wikipedia.org/wiki/Celtashttp://es.wikipedia.org/wiki/Germanoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Esquilohttp://es.wikipedia.org/wiki/Siciliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lacus_Curtiushttp://es.wikipedia.org/wiki/Cacohttp://en.wikipedia.org/wiki/Caeculushttp://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Adri%C3%A1ticohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Tirrenohttp://es.wikipedia.org/wiki/Godohttp://en.wikipedia.org/wiki/Oscanshttp://es.wikipedia.org/wiki/Arioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Celtashttp://es.wikipedia.org/wiki/Germanoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Esquilohttp://es.wikipedia.org/wiki/Siciliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lacus_Curtiushttp://es.wikipedia.org/wiki/Cacohttp://en.wikipedia.org/wiki/Caeculushttp://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Adri%C3%A1ticohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Tirrenohttp://es.wikipedia.org/wiki/Godo
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    XIII

    Hrcules y Caco

    IIIRAZAS ITLICAS

    La tradicin y la lingstica son las fuentes en que principalmente se busca yconsulta el gnesis etnolgico de las primitivas inmigraciones en Italia. Revlanosla primera, por medio de sus poticas ficciones, las semejanzas de italianos ygriegos antiguos: tal es el sentido histrico de la tradicin pelsgica. La segunda,por el contrario, nos patentiza con positivos argumentos las relaciones tnicas delos primeros pueblos de nuestra nacin entre s. Pues bien: las indagacioneslingsticas, obtenidas por el examen de las inscripciones, sealan tres primitivas

    estirpes itlicas: la yapiga, la italiota o itlica propiamente dicha, y la etrusca.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Pelasgohttp://es.wikipedia.org/wiki/Pelasgo
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    XIV

    IV

    LOS YAPIGAS

    El vasto territorio que, por la costa del Adritico, se extiende desde el Cabo de

    Santa Mara de Leuca hasta el promontorio del Grgano, y comprende hoy la tierrade Otranto, de Bariy la Puglia, llevaba antiguamente el nombre de Yapigia, ycomprenda cinco principales regiones, entre ellas la Mesapia, llamada luegoCalabria por los latinos, que nos ha transmitido muchas inscripciones, todavaindescifrables.

    Ofrecen, sin embargo, en su conjunto, datos bastantes para sealar al dialectoyapiga un puesto entre el nmero de los indoeuropeos. Otros datos depronunciacin y declinacin, revelan ms afinidad de este dialecto con la lenguagriega que con la italiana, lo que demuestra la gran facilidad con que los yapigas sehelenizaron. La Apulia(Yapigia), que Timeo, en el siglo IV de Jesucristo describecomo un pas brbaro, aparece en el siglo siguiente convertida en regin griega, sinque se tenga noticia de reciente colonizacin alguna. Confirma, pues, estaimpotencia de los yapigas para conservar su carcter nacional y propio, laconjetura, ya inspirada por el pas mismo que ocupasen, de haber sido ellos losprimeros habitadores de Italia, los autctonos histricos de la pennsula. Si es,adems, verdad reconocida que las primeras invasiones, como observa el

    http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_de_Leucahttp://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_de_Leucahttp://es.wikipedia.org/wiki/Garganohttp://es.wikipedia.org/wiki/Otrantohttp://es.wikipedia.org/wiki/Bari_(ciudad)http://es.wikipedia.org/wiki/Bari_(ciudad)http://es.wikipedia.org/wiki/Pugliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Messapiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Latinoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Indoeuropeoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Apuliahttp://es.wikipedia.org/wiki/Apuliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Timaeus_(historian)http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_de_Leucahttp://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_de_Leucahttp://es.wikipedia.org/wiki/Garganohttp://es.wikipedia.org/wiki/Otrantohttp://es.wikipedia.org/wiki/Bari_(ciudad)http://es.wikipedia.org/wiki/Pugliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Messapiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Latinoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Indoeuropeoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Apuliahttp://en.wikipedia.org/wiki/Timaeus_(historian)
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    XV

    historiador alemn Mommsen, debieron realizarse por tierra, tanto ms justo esadmitir que las de nuestro pas vinieron tambin por esta va, siendo en lo antiguonuestras costas de acceso tan dificultoso que, aun en los tiempos de Homero, erantotalmente desconocidas a los helenos. Y si los primeros pueblos de Italia bajaron aella por losAlpes, de este hecho puede igualmente deducirse, con la induccin delgelogo que, estudiando la base de la montaa, juzga y explica su formacin, quenuestros primeros habitantes fueron los que encontramos, al alborear de laHistoria, establecidos en nuestra extrema regin meridional.

    V

    LOS ITALIOTAS

    El centro peninsular se presenta desde los das ms remotos habitado por una

    estirpe a la que constantemente se ha llamado italiota, por servir ella de pedestal,digmoslo as, a la importancia histrica de nuestra nacionalidad. Esta estirpecomprende dos grandes familias o pueblos, los latinos y los umbros. A juzgar porlos sitios que respectivamente ocuparon en Italia, y por las huellas encontradas ensus residencias anteriores, debe inferirse que no llegaron a la pennsula en untiempo mismo. Vinieron primeramente los latinos y se extendieron a lo largo de lavertiente occidental, ocupando las regiones que de ellos recibieron los nombres deLacio, Campania, Lucaniay Brucio. All se dividieron en diversas ramas, que fueronlas de los latinos propiamente dichos, oscos, ausonios, auruncios, enotrios o italos,ysculos. stos ltimos, despus de ocupar por algn tiempo el Lacio, empujadospor otro pueblo itlico, a quien la tradicin llama aborigen, emigraron hacia elMedioda, y, pasando el estrecho de Messina, fueron a establecerse en la isla quepor ellos se nombr Sicilia.

    La suerte de estos pueblos fue bastante diversa. Aquellos que ocuparon lascomarcas meridionales, esto es, la Campania, la Lucania, el Brucio y la Sicilia,decayeron prestamente ante el podero y la mayor cultura de las colonias griegas, ose sometieron a la influencia ms viril de los sabinos. Pero los del Lacio, que selibraron de la colonizacin, supieron mantener pura y exenta de toda heterogneamezcla su individualidad tnica.

    Los umbros llegaron, como hemos dicho, a la pennsula despus que los latinos.Todava en tiempos de Herdoto (siglo V antes de Jesucristo) moraban al pie de losAlpes; y es probable que antes de la venida de los rasenna, dominaron todo elterritorio comprendido entre la cordillera y el Tber. Batidos junto al Po por losgalos y junto al Arno por los etruscos, los umbros fueron avanzando hacia el Sur,hasta llegar a situarse en el angosto suelo montuoso, limitado por los dos brazos delApenino, que tom de ellos su nombre.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Homerohttp://es.wikipedia.org/wiki/Alpeshttp://en.wikipedia.org/wiki/Umbrianshttp://es.wikipedia.org/wiki/Laciohttp://es.wikipedia.org/wiki/Campaniahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lucaniahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lucaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Ausonioshttp://en.wikipedia.org/wiki/Auruncihttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADculoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Sabinoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Herodotohttp://en.wikipedia.org/wiki/Rasennahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tiberhttp://es.wikipedia.org/wiki/Arnohttp://es.wikipedia.org/wiki/Homerohttp://es.wikipedia.org/wiki/Alpeshttp://en.wikipedia.org/wiki/Umbrianshttp://es.wikipedia.org/wiki/Laciohttp://es.wikipedia.org/wiki/Campaniahttp://en.wikipedia.org/wiki/Lucaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Ausonioshttp://en.wikipedia.org/wiki/Auruncihttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADculoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Sabinoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Herodotohttp://en.wikipedia.org/wiki/Rasennahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tiberhttp://es.wikipedia.org/wiki/Arno
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    Pero la rama principal de los umbros, la de los sabinos, esparcise por losmontesAbruzos, ocupando primero el Valle del Amiterno, que es tenido por cunade la gente sablica. Desde all fueron dilatndose, avanzando unos por Occidentehacia el valle del Tber, los otros por el Medioda hacia la Campania y la Apulia.Antes de que existiese Roma, ya este doble movimiento era un hecho, y los sabinosoccidentales se haban adelantado hasta la llanura del Tber, detenindose enCures, al Norte del Anio (moderno Aniene, afluente del Tber). Una nueva etapadeba ms tarde conducirlos al Lacio, donde les aguardaba un gran porvenir.

    Los sabinos del Medioda, con el nombre de samnitas, ocuparon tambin nuevascomarcas, y se constituyeron en una serie de federaciones, segn la vieja costumbrede su raza. Pero esta organizacin de las gentes sablicas, as las antiguas de losmarsosy de los pelignios, como las nuevas de los samnitas, les privaba de un centrode ciudadana capaz de mantenerlas unidas y sostenidas por un mismo espritu; y

    de aqu la relajacin del vnculo federal, que deba hacer sentir sus funestos efectosen el da del peligro.

    Aquel grande esparcimiento de la estirpe sablica por las comarcas apennicasdebise, en rigor, a una costumbre que, si bien era practicada igualmente por losotros itlicos y por los helenos, lo fue, sin embargo, con mayor constancia y medidapor los sabinos, a quienes a ello induca en cierto modo la naturaleza montuosa desu regin. Consista este uso en dedicar en tiempo de guerra desastrosa, de caresta

    http://es.wikipedia.org/wiki/Abruzoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Amiternumhttp://es.wikipedia.org/wiki/Amiternumhttp://es.wikipedia.org/wiki/Cureshttp://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Anienehttp://es.wikipedia.org/wiki/Samnitashttp://en.wikipedia.org/wiki/Marsihttp://en.wikipedia.org/wiki/Marsihttp://en.wikipedia.org/wiki/Pelignihttp://es.wikipedia.org/wiki/Abruzoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Amiternumhttp://es.wikipedia.org/wiki/Cureshttp://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Anienehttp://es.wikipedia.org/wiki/Samnitashttp://en.wikipedia.org/wiki/Marsihttp://en.wikipedia.org/wiki/Peligni
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    XVII

    o de peste, a los dioses infernales, y especialmente a Marte, todos los nacidos deambos sexos que vean la luz en la primavera ms prxima a tales plagas; y aquellaprimavera se llamaba Ver Sacrum. Andado el tiempo, y ms templado el rigorismode las leyes religiosas y civiles, el abominable rito fue abandonado y sustituido porel voto pblico de mandar los nacidos en la primavera sacra, apenas llegasen a lapubertad, a buscar tierra y albergue en otra parte. Y as fue como se crearon lasnumerosas colonias sabinas; y la del Quirinal, que fue entre todas de excepcionalimportancia, tuvo aquel mismo extrao origen.

    VI

    LOS ETRUSCOS

    A la historia del pueblo etrusco va unido un gran problema, que fatiga hace msde medio siglo a fillogos y arquelogos con el deseo de fijar y designar un puestoetnolgico a esta familia italiana. Son tambin indoeuropeos los etruscos, comolos griegos, itlicos, celtas, germanos yeslavos, o son semitas? Los sostenedores deesta ltima opinin fundaron, digmoslo as, el semitismo etrusco, ya apoyndoseen la tradicin de Herdoto, segn la cual los etruscos vinieron de la Lidia a Italia

    http://es.wikipedia.org/wiki/Marte_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Quirinalhttp://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_eslavohttp://es.wikipedia.org/wiki/Semitashttp://es.wikipedia.org/wiki/Lidiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Marte_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Quirinalhttp://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_eslavohttp://es.wikipedia.org/wiki/Semitashttp://es.wikipedia.org/wiki/Lidia
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    XVIII

    por la va martima, ya en las semejanzas notadas entre sus monumentos artsticosy los de Asia Menor y del Egipto. Hoy, sin embargo, esta opinin se halla casiabandonada, y la crtica restaura la tradicin de Herdoto, demostrando que debislo su fundamento a la casual analoga existente entre el nombre de un pueblo dela Lidia (el de Tyrrha) y el apelativo de tirrenos que se dio a los etruscos por sustorreadas ciudades.

    Fresco etrusco

    Pueblos navegantes, como eran entrambos, y famosos al par por sus hbitos depiratera, no dejaran seguramente de advertir aquella homonimia, ni espresumible que a la atencin de los primeros se escapasen los monumentosartsticos del Asia Menor, del Egipto y de la Grecia. Y esto explica bastantementelas semejanzas que aparecen entre sus obras y las de los pueblos semticos, sin quesea justo acudir a la afirmacin que les atribuye un mismo tronco histrico.

    En medio de la oscuridad que rodea los orgenes etruscos, aparece, no obstante,a manera de preciosa revelacin, el nombre de los rasenna, que as las inscripcionesepigrficas como el historiador Dionisio dan a este pueblo. Este nombre presta luza dos hechos importantes, como son el referente al camino verdadero que losetruscos siguieron para venir a Italia; y el de su constitucin u organizacin tnico-social. Una parte de los Alpes centrales lleva an hoy el nombre de Retia que los

    rasenna le dieron cuando, llevados por su emigracin a los valles del Po y del Arno,fijaron en esta regin alpestre su primera estancia. Y as como los Alpes rticoshaban servido de trmino a una etapa de la inmigracin de los itlicos, as lofueron tambin para aquellos etruscos establecidos en el valle del Po, cuando loinundaron las hordas glicas. Todos los que no quisieron sufrir el yugo de losbrbaros invasores, se refugiaron en aquellas gargantas donde an vivan lasmemorias de sus antepasados, que las habitaron. No faltan, ciertamente, en laHistoria ejemplos de estas huidas y refugios buscados por los pueblos en lugares

    http://es.wikipedia.org/wiki/Asia_menorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Asia_menorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Egiptohttp://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Greciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dionisio_de_Halicarnasohttp://es.wikipedia.org/wiki/Retiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Asia_menorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Egiptohttp://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Greciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dionisio_de_Halicarnasohttp://es.wikipedia.org/wiki/Retia
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    XIX

    hechos por la naturaleza a propsito para salvar su independencia y libertad.Recurdense los vnetos, que huyendo a su vez de una invasin brbara, seguarecieron en la isla de su cercana Laguna, y los visigodos, que buscaron en lasmontaas de los Pirineos asilo protector contra los rabes.

    El nombre de "rases" esclarece, repetimos, la constitucin tnico-social de aquelpueblo. Ntase, empero, que mientras las inscripciones epigrficas le dan esenombre, el histrico sigue siendo el de etruscos. De quin recibieron este ltimo?La respuesta que podemos dar a esta pregunta no es, por desgracia, ms quehipottica. Etimolgicamente, la palabra etrusco (turs con mettesis de la r yanteposicin de la c) quiere decir habitador de fuertes ciudades; y esto demostraraque los rases no adoptaron la nueva denominacin hasta que, pasado el perodo dela conquista, sentaron firmemente el pie en Italia. Y as admitido, el nombre deetruscos expresara una nueva condicin poltica de los antiguos rases. Pero stosno quedaron solos en Italia: junto a ellos, que fueron conquistadores, encontramosun pueblo vencido y reducido a condicin servil. Quines pueden ser, por tantoestos siervos, estos primeros sbditos de aquellos, sino los primitivos habitantesdel valle del Po y del Arno, sometidos por las armas a los nuevos invasores? Latradicin romana autoriza esta induccin al enumerar los trescientos castillos que,segn ella, fueron conquistados por los etruscos en la Umbra. Resumiendo, pues,diremos que el nombre de rases se refiere slo a una estirpe mientras que el deetruscos comprende y se refiere a dos, nacidas del tronco indoeuropeo, pero msdistintas entre s que lo fueron las umbrolatinas.

    De toda esa mezcla de tribus y pueblos cuya imperfecta homogeneidad salta a lavista, se deriv aquella lengua etrusca, cuyo hbrido organismo, as en sus reglasfnicas como en sus irregularidades, manifiesta haber sido el de un idioma mixto, yviene siendo trabajoso objeto de los que a su estudio se dedican.

    Quimera etrusca

    http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%A9netoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Laguna_de_Veneciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Visigodoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Pirineoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_%C3%A1rabehttp://es.wikipedia.org/wiki/Umbr%C3%ADa_(Italia)http://es.wikipedia.org/wiki/Quimera_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%A9netoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Laguna_de_Veneciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Visigodoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Pirineoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_%C3%A1rabehttp://es.wikipedia.org/wiki/Umbr%C3%ADa_(Italia)http://es.wikipedia.org/wiki/Quimera_(mitolog%C3%ADa)
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    XX

    Pero no es este problema el nico que hoy ofrece a la crtica la historia de losetruscos. Despus de haber sido durante algunos siglos el pueblo ms poderoso deItalia y de haber emulado en la navegacin y el trfico a la propia Cartago, hasta elpunto de que se llam a sus hijos los fenicios de Occidente, vese sbitamentedesaparecer su grandeza y disiparse al primer choque un Imperio que se extendadesde los Alpes al Tber, y que posea, ms all del Lacio, la frtil regin de laCampania. Parece faltar a este pueblo por completo la virtud de la resistencia: susanales militares no contienen ms que desastres. Desde la toma de Melpo(modernaMiln), junto al Po, por los galos, y la de Veyes, junto al Tber, por losromanos, hasta la batalla en la orilla del Lago Vadimn, transcurri apenas un siglo(416-310 a.C.). Y en este siglo concluy el podero etrusco, y la misma Etruria, fuetambin conquista de Roma.

    Las causas principales de tan rpida decadencia deben buscarse en laconstitucin poltica y social de aquel Estado. Las ciudades etruscas estaban unidaspor el vnculo federativo. En el mejor perodo de aquella nacionalidad,componanla tres grandes grupos federales: el Circumpadano, el Toscano y elCampano. Y estas circunscripciones regionales fueron el primer paso separatista desus propios elementos; porque desde el da en que se formaron, qued rota parasiempre la unidad poltica del Estado. Y esa misma tendencia que rompiera launidad nacional, destruy asimismo, al fin, la regional: porque al cabo, en ningunade aquellas metrpolis existi un verdadero gobierno central, y mucho menoshegemona alguna, que haca imposible la celosa autonoma de cada poblacin: loque convirti poco a poco en nominal y vana la autoridad del centro federal, sin queel peligro comn fuese bastante para estrechar tan dbiles lazos. Y se diofrecuentemente el caso de que, declarada la guerra, algunas ciudades se negasen aconcurrir a ella, o de ella se retirasen antes de su trmino. En realidad, pues,aquellas confederaciones slo existan de nombre, y pueden compararse a las que,

    antes de su emigracin, constituyeron igualmente las razas germnicas, si bienexiste entre unas y otras la notable diferencia de que las germnicas se unan yvigorizaban en presencia de cualquier riesgo amenazador de su independencia,mientras que las etruscas no dan ante l muestra alguna de firmeza, ni elsentimiento patrio logra hacer vibrar las fibras del corazn de su pueblo. AparezcaBrenobajo los muros de Clusio, o Camilo bajo los de Veyes, la liga toscana no semover. El grito de Hannibal ante portas sonar allende el Tber como en eldesierto. De qu modo explicar esta falta de espritu nacional en un pueblo quehaba, sin embargo, sido capaz de fundar un vasto Imperio y dar un gran desarrolloa su navegacin y a su comercio? Repitmoslo: la explicacin est en laorganizacin social de los etruscos. Aquella nacin se compona de slo dos clases:

    los nobles y los siervos. No hay en sus anales la menor reliquia de una plebe libre,ni de una legislacin civil. Faltaba, pues, en ella la esencial ordenacin cuyo naturalobjeto es fundar la ciudadana con la libertad: faltaba la democracia, sin la cual noes posible la igualdad legal, porque no es posible la libertad misma. La posesin eraentre los etruscos, como el poder, privilegio del noble. Y de aqu tambin la falta deuna literatura nacional, que no puede nacer donde faltan espritus libres ygenerosos. Toda la actividad intelectual de los etruscos se reduca a la explicacinde los libros rituales y de las doctrinas de los arspices y del Templo, revelada por

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cartagohttp://es.wikipedia.org/wiki/Fenicioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Fenicioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Mil%C3%A1nhttp://es.wikipedia.org/wiki/Mil%C3%A1nhttp://es.wikipedia.org/wiki/Veyeshttp://es.wikipedia.org/wiki/Breno_(siglo_IV_a._C.)http://es.wikipedia.org/wiki/Breno_(siglo_IV_a._C.)http://es.wikipedia.org/wiki/Clusiumhttp://es.wikipedia.org/wiki/Ar%C3%BAspiceshttp://es.wikipedia.org/wiki/Cartagohttp://es.wikipedia.org/wiki/Fenicioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Mil%C3%A1nhttp://es.wikipedia.org/wiki/Veyeshttp://es.wikipedia.org/wiki/Breno_(siglo_IV_a._C.)http://es.wikipedia.org/wiki/Clusiumhttp://es.wikipedia.org/wiki/Ar%C3%BAspices
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    aquel divinoTges, que la leyenda simboliz en el caduco enano desenterrado enTarquinia por el arado de un labriego: mezquino empleo para una inteligenciapopular, que la oscureca en vez de iluminarla; mezquina supersticin para unespritu pblico, que lo atrofiaba en vez de inspirarle altos sentimientos.

    Pero si los anales literarios del pueblo etrusco nada nos dicen en su loor, hay, encambio, otro noble campo donde resplandece el genio de aquella misteriosa raza: elcampo del arte. Los museos vaticano, florentino ybolosabundan en productosdel arte etrusco. La orfebrera, el grabado a cincel, son deudores a la Etruria deobras maestras que, con los bronces y pinturas al encausto y al fresco, forman untesoro artstico digno de figurar al lado de los monumentos del arte griego. Nofaltaba, pues, el ingenio a los etruscos, ni el sentimiento de la civilizacin; y si estano se manifest poderosamente en otro orden de conceptos, fue, sin duda, porquehaba en aquel ingenio cierto desequilibrio, como haba en el espritu de aquel

    pueblo cierta falta de ideal.

    Algunos especiales ramos de aquel arte, son dignos de recordacin. Lossepulcros etruscos dan idea de ciertas reglas a que su arquitectura se subordinabaconstantemente; siendo una de ellas la sencillez de lo interior de las tumbas, quecontrasta con la esplendidez del ornato externo. Los hipogeos de Norchiay deCastel d'Asso, selanse principalmente por este contraste.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Tageshttp://en.wikipedia.org/wiki/Tageshttp://es.wikipedia.org/wiki/Tarquiniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tarquiniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Museos_Vaticanoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Arqueol%C3%B3gico_Nacional_de_Florenciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Museo_C%C3%ADvico_Arqueol%C3%B3gico_de_Boloniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Museo_C%C3%ADvico_Arqueol%C3%B3gico_de_Boloniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Hipogeohttp://es.wikipedia.org/wiki/Norchiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Norchiahttp://www.canino.info/inserti/monografie/etruschi/etruschi_tuscia/castel_d_asso/index.htmhttp://en.wikipedia.org/wiki/Tageshttp://es.wikipedia.org/wiki/Tarquiniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Museos_Vaticanoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Arqueol%C3%B3gico_Nacional_de_Florenciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Museo_C%C3%ADvico_Arqueol%C3%B3gico_de_Boloniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Hipogeohttp://es.wikipedia.org/wiki/Norchiahttp://www.canino.info/inserti/monografie/etruschi/etruschi_tuscia/castel_d_asso/index.htm
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    La arquitectura etrusca debi su complemento a la estatuaria. Era costumbreetrusca el poner en los frentes de sus templos estatuas de tierra cocida; y los frisosdescubiertos en Vulci en 1842, testifican la elegancia del estilo y de forma de tansingulares trabajos. La habilidad peculiar de los etruscos en la plstica, los llev aintentar la fusin de los metales; y en la del bronce supieron crearse granrenombre.

    Ornamento sacerdotal etrusco en oro

    Si las estatuas eran parte de la ornamentacin de los templos y monumento msconspicuos de la Etruria, los vasos pintados o arcillosos lo eran de sus sepulcros. Deestos vasos se ha descubierto y reunido tal nmero, que hoy pueden clasificarse

    cronolgicamente por la importancia de su originalidad.

    Otro ramo notable del arte etrusco fue el grabado sobre piedra. La pasin por ellujo y de la ostentacin, caracterstica del espritu aristocrtico de aquel pueblo, lehizo bien pronto estudiar y aceptar cuanto poda contribuir al adorno de laspersonas. As lo demuestran los anillos, collares, diademas y otros objetosanlogos, hallados en sus sepulturas. Aun los ms antiguos de estos objetos estnadornados de nices y gatas con grabados de smbolos sacros, al modo de losanillos babilnicos y fenicios. En este arte ganaron los etruscos la primaca sobretodas las naciones, como en todo lo que era opuesto al carcter de un pueblo viril yacusador del afeminamiento.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Vulcihttp://es.wikipedia.org/wiki/Vulcihttp://es.wikipedia.org/wiki/Vulci
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    Rmulo demarca el rea de Roma

    CAPTULO II

    O R G E N E S R O M A N O S

    ------

    El Lacio.-Origen de Roma.-Las tribus tnicas.-Los Lceres.

    I

    EL LACIO

    Entre las regiones itlicas, la que descuella y sobresale por su importancia histricaes el Lacio, que quiere decir tierra de costa. En l tuvo origen y nacimiento laciudad de Roma, que, constituida por su posicin geogrfica en baluarte respecto ala vecina Etruria, y en emporio a un tiempo de comercio fluvial y martimo, pusofcilmente bajo su hegemona las dems ciudades italianas, y form con ellas elncleo del Imperio latino, destinado a ser universal.

    Tuvo el antiguo Lacio bien marcados y fijos sus confines al Norte y al Oeste. Los

    del Este y Medioda aparecen con la oscilacin que les presta el movimiento de lagente sablica hacia la regin latina. Llena est, en efecto, la tradicin de Roma delas guerras por ella sostenidas desde sus primeros tiempos contra los volscos, queeran sus confinantes del Sur, y contra los sabinos y ecuos, sus vecinos orientales.Guerras durante las cuales estuvieron ambas fronteras sujetas a continuasvariaciones, hasta que cados aquellos pueblos en la dependencia romana, lleg elLacio por el Medioda hasta el Liri, y aun ms all de este ro hasta Sinuessa (cercade la moderna Sessa Aurunca). El nuevo territorio anexionado llev el nombre de

    http://es.wikipedia.org/wiki/Volscoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Ecuoshttp://en.wikipedia.org/wiki/Lirihttp://en.wikipedia.org/wiki/Sessa_Auruncahttp://es.wikipedia.org/wiki/Volscoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Ecuoshttp://en.wikipedia.org/wiki/Lirihttp://en.wikipedia.org/wiki/Sessa_Aurunca
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    XXIV

    Latium Novum. En cambio, el lmite septentrional qued inmutable. El Tber es ala vez confn geogrfico y poltico; y si bien los dos pueblos latino y etrusco setocan, y las dos regiones tienen sus respectivos baluartes en la orilla de supertenencia, el Lacio en el Janculoy la Etruria en Fidenas, ambos, sin embargo,permanecieron extranjeros entre s, como si una alta cadena de montaas, y no unpequeo ro los separase: Trans Tiberim vendere significa para los latinos venderen tierra extraa, ya fuese en Etruria, ya en Galia, o en cualquier otro pas.

    Fue asimismo el Lacio una de las ltimas regiones que, en medio de lasrevoluciones geolgicas por la antigua Italia sufridas, consigui ver formado elpropio suelo. A lo que, evidentemente, dio lugar la configuracin del valle del Tiber,casi paralelo al Apenino. Las aguas descendentes de la montaa, tuvieron por estacausa lento el curso, e interrumpido por las ondulaciones del terreno; y parte deellas, no pudiendo abrirse salida al mar, quedaron estancadas en la comarca, unas

    como lagos, como pantanos otras, para cuya extincin haban de realizarseesfuerzos y obras colosales.

    Pas de tal naturaleza no poda ser asiento de un pueblo inerte o perezoso.Porque, si bien dispona de aquel suelo feraz, estaba a la vez obligado a bonificarlocon el trabajo. Deban, pues, sus habitantes llegar a formar un pueblo agrcola; ycomo tal aparecen los latinos, en efecto, desde que figuran en la Historia. Aquellasprimitivas aldeas, precursoras de los recintos murados que fueron a un tiempo

    http://es.wikipedia.org/wiki/Jan%C3%ADculohttp://es.wikipedia.org/wiki/Jan%C3%ADculohttp://es.wikipedia.org/wiki/Fidenashttp://es.wikipedia.org/wiki/Jan%C3%ADculohttp://es.wikipedia.org/wiki/Fidenas
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    XXV

    iglesia y mercado, sitio de recreo y refugio; aquellos cantones, que fueron ms tardelazo urbano y social de familias aristocrticas, y que sirvieron de origen a lacircunscripcin romana y al apelativo de sus tribus rsticas (Galeria, Papiria,Veturia, etctera); aquellas juntas o asambleas anuales de todo el pueblo sobre elmonteAlbano (feriae latinae) donde estaban la metrpoli (Alba Longa) y el templonacional del Lacio (Jpiter Latiaris); los holocaustos que all se ofrecan al dios dela patria, sacrificando un toro u ofreciendo otras reses, leche y queso: todo esoatestigua que los antiguos habitantes del Lacio fueron agricultores.

    Hemos dicho que la llanura del Lacio presenta ciertas ondulaciones, que seagrupan aqu y all, en colinas. No tienen estas, sin embargo, relacin alguna conlos montes calcreos subapeninos, pues estn formadas de materia volcnica ycubiertas de tierra vegetal. La ms elevada de ellas es el monte Albano (MonteCavo), el cual, por ser la montaa natural del Lacio, deba llegar a ser el centropoltico de la nacin, apenas esta se organizase. Y tambin deba ser el monteAlbano el primer sitio ocupado por los nuevos colonizadores; porque si la anteriorformacin del territorio lo destinaba a servir, como sirvi, de estancia a losprimeros; su aire puro, sus frescos manantiales y, sobre todo, su feracidad ycondiciones productivas, determinaban, confirmndola, la eleccin y preferencia delos segundos. Y la tradicin nos transmite el recuerdo de esta comn preferenciadada al monte Albano por unos y otros, presentndonos la ciudad de Alba Longacomo capital y centro nacionales. Qu prerrogativas tuviese sucesivamente estaciudad: si sus privilegios fueron puramente honorficos, o si ejerci una verdaderahegemona en el Lacio: sobre estas y otras cuestiones que se refieren al gnesis dela federacin latina, no se pueden asentar ms que meras conjeturas oprobabilidades, que los documentos histricos han dejado sin corroborar. El msantiguo de que se haga memoria entre estos, es el tratado que Roma y laConfederacin estipularon en el ao 261 (493 a.C. ). l nos ensea que en aquel

    tiempo la nacin latina comprenda treinta ciudades, y que era un cuerpo polticoindependiente. Independencia que es, por esto, de presumir existiese tambin en eltiempo de la capitalidad de Alba Longa, a quien Roma sucedi en sus antiguosderechos. Y en este caso, el nombre metropolitano de aquella slo fue un ttulo dehonor, que no le confera privilegio hegemnico alguno.

    II

    ORIGEN DE ROMA

    Pero no es verdaderamente sobre las risueas alturas del monte Albano, ni enlos verdes llanos que le rodean, donde tiene origen la importancia histrica delLacio. Ya la poblaban, mucho tiempo haca, sus primeras villas, cuando a laextremidad Noroeste de la regin latina, sobre las alturas que acompaan el cursodel Tber, a la orilla izquierda de este y breve distancia del mar, llegaron aestablecerse otros pueblos que deban ser los fundadores de la futura metrpoli delmundo. Los antiguos inmigrantes no haban podido fijarse en sus pantanos; y si

    http://es.wikipedia.org/wiki/Tribu_(Roma)http://es.wikipedia.org/wiki/Tribu_(Roma)http://en.wikipedia.org/wiki/Alban_Hillshttp://es.wikipedia.org/wiki/Alba_Longahttp://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%BApiter_(mitolog%C3%ADa)http://en.wikipedia.org/wiki/Monte_Cavohttp://en.wikipedia.org/wiki/Monte_Cavohttp://es.wikipedia.org/wiki/Liga_Latinahttp://es.wikipedia.org/wiki/Liga_Latinahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tribu_(Roma)http://en.wikipedia.org/wiki/Alban_Hillshttp://es.wikipedia.org/wiki/Alba_Longahttp://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%BApiter_(mitolog%C3%ADa)http://en.wikipedia.org/wiki/Monte_Cavohttp://en.wikipedia.org/wiki/Monte_Cavohttp://es.wikipedia.org/wiki/Liga_Latina
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    XXVI

    por acaso alguna tribu lo hubiera accidentalmente ocupado, su atmsfera insalubrele habra hecho alejarse. De aqu el tardo origen de Roma. Una ciudad que noofreca a sus habitantes ni un suelo feraz, ni un aire puro, no poda ser asiento deun pueblo agrcola. Y slo cuando las ventajas de su posicin geogrfica fueron porlos latinos notadas y apreciadas, volvieron estos de su antigua indiferencia y de suexplicable descuido. El comercio martimo no llega a ser objetivo de la actividad deun pueblo, sino con el perodo que podemos llamar reflexivo de su vida. Lasconveniencias del cultivo terrestre se ofrecen desde luego a su comprensin; perolas del trfico de mar no se le revelan con igual espontaneidad y prontitud. Necesitaantes crearse las materias que han de ser objeto de sus transacciones; despusnecesita el conocimiento del arte nutico, sin el cual es impotente para navegar ypara vencer el natural terror que la sola vista de las olas inspira a la infancia de sucivilizacin.

    Estatua de Marte en bronce del Museo Etrusco del Vaticano

    Roma, pues, seala con su nacimiento una nueva fase en la vida civil del pueblolatino. Ya este ha obtenido de la agricultura las materias de su comercio; ya hareconocido la importancia de una posicin que domina el Tber y al mar; y la

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    XXVII

    conciencia de los bienes que podr depararle su fijacin en aquellas alturas, venceen l la repugnancia que de aquellos malsanos e infecundos lugares lo habaalejado. Por esto dio a su nueva estancia el nombre de Roma (de rumm, popa), quequiere decir ciudad fluvial. Pero el Tber no era el slo vehculo natural de susriquezas, sino que era a la vez, desde la ms remota edad, el confn entre el Lacio ysus vecinos. Una ciudad, por tanto, levantada sobre la orilla izquierda del ro, erapara el Lacio, a la vez que su emporio comercial, su baluarte estratgico respecto ala Etruria. Y que a estas relaciones comerciales y estratgicas deben referirse losorgenes de Roma, lo prueban, a la vez que su antiqusima correspondencia conCaere, emporio del comercio etrusco, y con la propia Cartago, la importancia dadapor los romanos a los puentes sobre el Tber, y hasta la galera que sirvi de insigniaa la ciudad.

    Y esta misin de Roma, ciertamente nica, explica el hecho de aparecer siempresola, sin formar parte de ninguna confederacin latina, ni siquiera de la albana; y elporqu fue la primera que acu moneda y celebr pactos internacionales; y elporqu, al contrario de las otras ciudades, hizo de s el centro de toda su poblacin,desarrollando rpida y potentemente la vida del ciudadano.; y el porqu, en fin, dela extraordinaria importancia que adquiri en el Lacio, cuyo recuerdo nos hallegado con el de la cada y destruccin de Alba Longa. Patente as la razn a quedebiera Roma su existencia y sus rpidos progresos, poco importa saber si fuefundada por decreto de la confederacin latina, o por acto voluntario y personal deun fundador, o por consecuencia del movimiento comercial de su regin.

    La tradicin romana ignor este gnesis de la gran Ciudad. Antes de que elorgullo despertado en ella por su podero, introdujese al troyano Eneas en susorgenes, la fundacin de Roma era explicada por aquel sencillo modo con que laantigedad explic la de todas las ciudades greco-itlicas: por un fundador

    epnimo. Por el mismo sistema era revelado entonces el origen de las naciones: sila fbula griega invent el nombre de los hroes que lo dieron a pelasgos, helenos,dorios yjonios, la romana invent a Sculo, Enotrio, Sabino y Latino, comoprogenitores de los pueblos que llevaron los suyos.

    Una ciudad que se llamaba Roma deba, pues, en concepto de antigedad, habertenido por fundador a Romo, de progenie divina como el que ms de losfundadores epnimos. Y esta es, sin duda, la ms antigua tradicin romana 1. Laromlea, la que inventa a Rmulo, dndole por hermano a Remo, y derivando aentrambos de la dinasta de los Silvios, que reinaba en Alba Longa y presumaprovenir de Eneas, era tambin desconocida por completo a los antiguos. El propio

    poeta Ennio, que vivi en el siglo VI de Roma (239-169 a.C.), no demuestraconocerla sino oscuramente cuando da a Ilia, madre de Rmulo, por padre a Eneasmismo. El hecho es, sin embargo, que la tradicin de Rmulo, fuese o no hija delorgullo romano, adquiri incontestable y grande importancia. Estudimosla en suorigen, para ver por su estudio confirmada su falsedad.

    1Antigonus, Italicae historice scriptor, ait, Romum quemdam nomine, Iove conceptum, urbemcondidisse in Palatio, Romae eique dedisse nomen.-Festo.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Caerehttp://es.wikipedia.org/wiki/Eneashttp://es.wikipedia.org/wiki/Dorioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Jonioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Enniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rea_Silviahttp://en.wikipedia.org/wiki/Sextus_Pompeius_Festushttp://en.wikipedia.org/wiki/Sextus_Pompeius_Festushttp://es.wikipedia.org/wiki/Caerehttp://es.wikipedia.org/wiki/Eneashttp://es.wikipedia.org/wiki/Dorioshttp://es.wikipedia.org/wiki/Jonioshttp://en.wikipedia.org/wiki/Sextus_Pompeius_Festushttp://es.wikipedia.org/wiki/Enniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rea_Silvia
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    XXVIII

    Las colonias helenas de la Magna Grecia

    La leyenda de Eneas tuvo diversos autores. Por una parte, concurri a crearlaaquella ocasin misma de la guerra troyana (que invent el origen de muchasciudades itlicas, como Tsculo yPadua, a las cuales se dic por fundadoresTelgono yAntenor2), esto es, la alta fama por aquella guerra adquirida en lospoema de Homero, y la aparicin del Occidente en el ciclo troyano con el relato delos viajes de Ulises. Por otra parte, sirvieron de auxiliares a esa leyenda,divulgndola, las numerosas colonias griegas de la Italia meridional, y entre ellas lade Cumas, que era la ms antigua y provena directamente del Asia Menor. Y comotodas aquellas colonias llegaron a ser otros tantos centros propagadores del cultodeVenus Afrodita (Aienias), diosa de los navegantes, a quien la leyenda de Eneas

    est ntimamente unida, el orculo de la sibilacumana propag a su vez los faustosvaticinios con que la religin de la dardnicaAfrodita confortaba en su destierro ala descendencia del semidis. La Ilada alude a estos vaticinios, asegurando que lafamilia de aquel hroe est llamada a un nuevo y esplendoroso porvenir, yanunciando la perdicin de la de Pramo. En la promesa, pues, de aquel futuroglorioso, descansa y nace la leyenda troyana de Roma.

    2 Las ciudades de la Magna Grecia fueron, segn la leyenda, fundadas en gran parte por loscompaeros de Ulises: as se llam fundador deMetaponto aNstor, de Tarento aDiomedes.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Troyahttp://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%BAsculohttp://es.wikipedia.org/wiki/Paduahttp://es.wikipedia.org/wiki/Paduahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tel%C3%A9gonohttp://es.wikipedia.org/wiki/Antenorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Antenorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Odiseohttp://es.wikipedia.org/wiki/Cumashttp://es.wikipedia.org/wiki/Venus_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Venus_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Sibilahttp://es.wikipedia.org/wiki/Sibilahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dardania_(Anatolia)http://es.wikipedia.org/wiki/Dardania_(Anatolia)http://es.wikipedia.org/wiki/Il%C3%ADadahttp://es.wikipedia.org/wiki/Pr%C3%ADamohttp://es.wikipedia.org/wiki/Magna_greciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Metapontohttp://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%A9stor_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Tarentohttp://es.wikipedia.org/wiki/Diomedeshttp://es.wikipedia.org/wiki/Magna_greciahttp://es.wikipedia.org/wiki/Metapontohttp://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%A9stor_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Tarentohttp://es.wikipedia.org/wiki/Diomedeshttp://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Troyahttp://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%BAsculohttp://es.wikipedia.org/wiki/Paduahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tel%C3%A9gonohttp://es.wikipedia.org/wiki/Antenorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Odiseohttp://es.wikipedia.org/wiki/Cumashttp://es.wikipedia.org/wiki/Venus_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Sibilahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dardania_(Anatolia)http://es.wikipedia.org/wiki/Il%C3%ADadahttp://es.wikipedia.org/wiki/Pr%C3%ADamo
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    XXIX

    Eneas

    Cuando Roma, ya seora de Italia, comenz su gran lucha con la reina delMediterrneo, Cartago, que deba abrirle el camino para dominar el mundo, su yaexplicable altivez no poda resignarse a sus propios oscuros orgenes, faltos de todomonumento histrico que los iluminase, y de los que slo conservaba pobres einciertos recuerdos. Una ciudad, un pueblo que haba llegado a tan alto poder,quera estar orgulloso de su pasado como de su presente. En aquel tiempo, lasproezas de Eneas corran divulgadas por la Italia toda, y el nombre del hijo deAfrodita era venerado en los pueblos griegos como el de un hroe nacional.Llevbanlo ciudades e islas; de l estaban llenos los libros sibilinos que habanconsignado los presagios de las venideras glorias reservadas a su familia. Estoslibros, propiedad secular de Roma, fueron por ella venerados y guardados conespecial custodia de sacerdotes3. A sus pginas, a sus indelebles consejos acuda la

    Repblica en sus peligros y calamidades, para guiarse en sus resoluciones. En ellos,en fin, buscaba la salvacin de la patria. Causar, pues, maravilla el ver a Roma,que guardaba estos orculos como cosa preciosa y propia, acudir tambin a ellospara extraer de su depsito divino la materia con que deba rehacer la tradicinoriginaria de la gran ciudad, que quera hacer digna de un pueblo a quiensoberanos y naciones pagaban tributo de obediencia y vasallaje? Por qu la luz quealumbraba la amenazada patria en el camino de su salvacin, no haba de poderesclarecer las misteriosas sombras de su origen? El orculo haba prometido a ladescendencia de Eneas gran porvenir, y la grandeza por Roma adquirida era, sinduda, la realizacin de tal promesa. Troya cay para siempre: Pramo, que habausurpado su sitio al hijo de Venus, pag con patria y familia la culpa de su

    ambicin. Roma era la nueva Ilin, la tierra prometida al hroe despojado: en ellacumplan los dioses el glorioso ofrecimiento. La tradicin romlea an no exista,puesto que, como hemos visto, el poeta hace a Rmulo sobrino de Eneas. El3 Estos sacerdotes se llamaban duoviri sacrum, y eran carminum sibyllae ac factorum populiromani interpretes; y como tales eran tambin antistites Apollinaris sa cris caeremoniarumquealiarum (Livio, Ab Urbe Condita, X, 8). En el ao 387 de Roma (367 a.C.), por peticin de lostribunos Cayo Licinio Stolon y L. Sixtio Laterano (autores de las leyes Licinio-Sextias), los plebeyosfueron admitidos en el sacerdocio de los libros sibilinos, en nmero de diez miembros, cincopatricios y cinco de la plebe, llamndose Decemviri Sacrarum.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Mar_mediterr%C3%A1neohttp://es.wikipedia.org/wiki/Libros_sibilinoshttp://es.wikipedia.org/wiki/Tito_Liviohttp://es.wikipedia.org/wiki/Tito_Liviohttp://es.wikipedia.org/wiki/Mar_mediterr%C3%A1neohttp://es.wikipedia.org/wiki/Libros_sibilinos
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    XXX

    cmputo cronolgico de las dos eras troyana y romana no estaba an hecho 4. Nohaba, pues, necesidad de llenar el vaco, que ms tarde se advirtiera, entre la cadade Troya y la fundacin de Roma. Pero ya el vate cantaba que aquella revivi enesta. (In Troia Roma revixsti).

    Vemos asimismo en aquel tiempo elevado por la Repblica a dogma nacional elorigen troyano de Roma. Cuando, hacia el fin de la primera guerra pnica, losacarnanios, en guerra con los etolios, pidieron la ayuda romana, el Senado se laacord, declarando que lo haca por acto de gratitud respecto a un pueblo entrecuyos antecesores haban estado los nicos griegos que no tomaron parte en laguerra contra Troya, madre patria de Roma. Desde este momento se hacencontinuas las demostraciones de benevolencia y proteccin dispensadas por Romaa su pretendida antecesora.

    El Senado acepta tambin la amistad del rey Seleuco, con la condicin de quehaga a los troyanos libres de todo tributo, y Flaminio, despus de haber declarado asu vez libres las ciudades de la Grecia, ofrece en nombre de los eneadios, esto es, delos romanos, donativos a los Dioscuros y aApolo.

    Roma, pues, haba encontrado orgenes dignos de su grandeza. Y as como ladescendencia de Eneas fue creada para satisfacer el orgulloso anhelo de un puebloconquistador, as ms tarde fue esa misma tradicin astutamente explotada poruna familia romana, en provecho de su propia usurpacin. El sobrino de Eneas,Giulo, hijo de Ascanio5, sirvi a Julio Csar para atribuir tambin a su estirpeprocedencia divina, y para dar a su poder el carcter de reivindicador de underecho concedido por los dioses a su familia. Virgilio consagr su musa a estaficcin, y Roma expi al cabo, con su libertad perdida, la vanidad inventora de sufastuoso origen.

    4 La cronologa romana no tuvo base slida hasta despus del incendio de Roma por los galos. Antesde este tiempo, se consignaban en conjunto dos siglos de 120 aos: uno a la monarqua y otro a larepblica (240 y 120, o sea 360 a.C.). Cuando los romanos conocieron las Tablas Cronolgicas de

    Eratstenes, que fijaban la guerra de Troya en siglo XII (1193-1183 a.C.),coordinaron sus cmputoscon esta fecha, colocando entre Eneas y Rmulo una serie de reyes albanos. La era tradicional de

    Roma, o capitolina, comienza el ao 354 a.C.5 Advirtase que este Giulo no fue sino tardamente introducido en la genealoga de la familia Eneas,tal vez alterando el nombre Ilo, con que fue llamado un hijo del hroe, en memoria de Ilin, laantigua patria. Cambiado Ilo en Iulo, sus descendientes conquistaban un progenitor divino, y seunan a los orgenes mitolgicos de Roma. De aqu el elogio que de ellos hizo Julio Csar con suoracin fnebre en honor de su ta, viuda de C. Mario. Amitae meae Juliae maternum genus abregibus ortum, paternum cum divis inmortalibus conjunctum est. Nam ab Anco Marcio sunt

    Marcii reges, quo nomine fuit mater: a venere Julii, cujus gentis familia est nostra. Est ergo ingenere et sactitas regum qui plurimum, inter homines pollent, et caerimonias deorum, quorumipsi in potestate sunt reges.Suetonio,La vida de los doce csares,Julio Csar, captulo 6.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Vateshttp://es.wikipedia.org/wiki/Acarnaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Etoliahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dioscuroshttp://es.wikipedia.org/wiki/Apolohttp://es.wikipedia.org/wiki/Ascaniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Virgiliohttp://es.wikipedia.org/wiki/Musashttp://es.wikipedia.org/wiki/Eratosteneshttp://es.wikipedia.org/wiki/Eratosteneshttp://es.wikipedia.org/wiki/Suetoniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Suetoniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Suetoniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Eratosteneshttp://en.wikipedia.org/wiki/Vateshttp://es.wikipedia.org/wiki/Acarnaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Etoliahttp://es.wikipedia.org/wiki/Dioscuroshttp://es.wikipedia.org/wiki/Apolohttp://es.wikipedia.org/wiki/Suetoniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Ascaniohttp://es.wikipedia.org/wiki/Virgiliohttp://es.wikipedia.org/wiki/Musas
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    XXXI

    III

    LAS TRIBUS TNICAS

    Pero no fue slo Roma una creacin latina. Si creemos por completo a la

    tradicin, no slo no fueron los latinos sus nicos fundadores, sino que tuvieron lamenor parte en la obra y en la fundacin del primer pueblo romano. Componan,segn ella, este pueblo las tribus latina, sabina y etrusca, o sean las de los Ramnes,la de los Ticios y la de los Lceres. Pdese en vano a estos nombres luz alguna sobrela composicin tnica de sus tribus. Los nombres propios que sobrevivieron a laextincin de los idiomas primitivos, han quedado como enigmas histricos yfilolgicos. La filologa, la historia y la lingstica se auxilian en vano para disiparsus tinieblas. La interpretacin moderna los concepta como adjetivossustantivados, ms bien que como nombres propios, puesto que traduce Ramnespor rpidos o violentos, Ticios por nobles y Lceres por ilustres.

    IV

    LOS LCERES

    Nada, pues, se obtiene de la significacin de los nombres propios de esas tribusen favor del conocimiento de su organizacin tnica. Parece, no obstante, ms fciladmitir el origen latino y sabino de las dos primeras, que no el etrusco de losLceres. Prescindiendo de la poca fijeza de la tradicin que se lo atribuye, y quebastara para desacreditarla, consideremos slo la hiptesis que presenta a esepueblo llevando su contingente proporcional a la formacin del romano. Si esto fueas, la lengua latina debera ofrecernos la clave para descifrar las inscripcionesetruscas, y contener copia bastante de sus vocablos para ser calificada de idiomamixto, o formado de diversos organismos. Pero ni el latino ayuda a explicar eletrusco, ni en su constitucin aparece vestigio alguno de mezcla heterognea;siendo, por el contrario, lo ms caracterstico de la lengua del Lacio laextraordinaria uniformidad de su estructura, testimonio de la homogeneidad de suformacin.

    La proximidad de Etruria al Lacio ha sido causa de una serie de conjeturasacerca de la influencia ejercida por los etruscos sobre Roma. Y de su pretendidaparticipacin en el origen popular, se han querido deducir las pruebas de aquella

    influencia en el culto, en las instituciones y en las costumbres de la Gran Ciudad.Que la proximidad crease, hasta cierto punto, y relativamente, esa influencia de loetrusco en lo romano, est tanto ms en el orden natural de las cosas, cuanto que,cuando todava Roma no exista, los etruscos eran ya un pueblo grande y poderoso.Pero lo que falta por determinar y establecer es la medida de aquel influjo, para elque no basta el hecho aislado de la vecindad. Y he aqu el momento de recordar lasprofundas diferencias que existieron entre las dos naciones limtrofes. Roma tuvopor tierra extranjera a Etruria, hasta su conquista, y todava Cicern la tena por

    http://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Tulio_Cicer%C3%B3nhttp://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Tulio_Cicer%C3%B3n
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    XXXII

    brbara6. De manera que los romanos, no slo sentan su superioridad sobre losetruscos, sino que los miraban con cierto desdn; disposicin nacional que nofavorece por cierto a la influencia sensible del vecino. En suma: fuera de losarspices, del templo y de los espectculos o ceremonias oficiales 7, en los queresaltaba la superioridad de la organizacin etrusca, aquella influencia no apareceen concepto alguno.

    Negada la procedencia etrusca de los Lceres, preciso es admitir que esta tribufue latina; y el aparecer como la ltima de las tres citadas, demuestra que fuetambin la postrera en llegar al consorcio romano. Ya se haba realizado la fusinde los Ramnes, que ocupaban el collado Palatino, con los Ticios del Quirinal y delCapitolino, cuando los Lceres se establecieron sobre el Celio; y esa condicinmisma de inferioridad en que aparecen respecto de las otras dos tribus, demuestraque su advenimiento, como el de estas, no fue el resultado de la propia iniciativa.Un pueblo conquistador no entra en tales consorcios con derechos inferiores ymenores que los otros concertados, si no le obliga a ello fuerza mayor; luego los

    Lceres, que ni siquiera obtuvieron participacin en el oficio senatorial, noaceptaron voluntariamente su inferior participacin. Y evidenciado que su origen

    6An vos Tusci et barbari auspiciorum populi romani jus tentetis?Cicern,De Natura Deorum, II,7, 11.7 Los arspices romanos fueron constantemente imitadores de los de Etruria. Se les destinaba aexaminar las entraas de las vctimas y a interpretar los prodigios. La manera etrusca era tambinseguida en la construccin de templos y ciudades, medicin de terrenos y formacin de loscampamentos. Los romanos, en fin, tomaron de los etruscos las insignias de los magistrados,especialmente de los docelictores, latoga, lasilla curuly la diadema aurfera.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Palatinohttp://es.wikipedia.org/wiki/Capitolinohttp://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Celiohttp://es.wikipedia.org/wiki/Lictorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Lictorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Toga_(vestimenta)http://es.wikipedia.org/wiki/Toga_(vestimenta)http://es.wikipedia.org/wiki/Silla_curulhttp://es.wikipedia.org/wiki/Silla_curulhttp://es.wikipedia.org/wiki/Lictorhttp://es.wikipedia.org/wiki/Toga_(vestimenta)http://es.wikipedia.org/wiki/Silla_curulhttp://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Palatinohttp://es.wikipedia.org/wiki/Capitolinohttp://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Celio
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    XXXIII

    fue producto de la violencia, no queda otra explicacin de la existencia de estatercera tribu que la de hacerla derivar de los vencidos albanos.

    Livio autoriza esta induccin al afirmar que los ciudadanos de Alba Longa setrasladaron al monte Celio cuando su ciudad fue por Roma destruida 8; y aquellos

    ciudadanos deban ser nobles, o ilustres, como ellos mismos se llamaban, cuandoRoma les conserv sus privilegios para unirlos a sus intereses y al desarrollo de supoder. En este tratamiento generoso de los vencidos hallamos la primera prueba deaquella prudencia poltica del pueblo romano que, ms todava que sus armas,deba contribuir a su futura grandeza. Era aquella tambin la vez primera que elmundo antiguo asista al espectculo de un pueblo conquistador que sacrificaba enel altar de la patria su legtimo orgullo, hasta el punto de olvidar los derechos de lavictoria. Y este acto de admirable benevolencia para con los albanos, llegar a seruna regla de conducta poltica del gran Senado, y dar en adelante la clave pararesolver el arduo problema, hasta Roma sin solucin, de como se puede conservarpacficamente lo adquirido por la guerra.

    Manifiesta la latinidad de los Lceres, queda ahora por esclarecer el fundamentocon que los historiadores romanos atribuyen a esta tribu origen etrusco. Doselementos concurrieron a esta induccin: es el uno la analoga del nombre de esatribu con el deLucumon, que aplicaban stos a sus prncipes. Y as como el nombredel collado Celio se ha explicado derivndolo de un jefe etrusco llamado CeleVibenna, que, segn unos, en tiempo de Rmulo, y, segn otros, en el de TarquinoPrisco, se estableci con numerosos secuaces y compatriotas en l; as el nombre deLceres, que llevaban los habitantes del Celio, se explic por el ttulo de Lucumonque llevaba Vibenna. Otros tambin, y entre ellos Cicern (De Repblica II, 8.),formaron deLucumon un nombre propio, y compusieron con el sabino Tito Tacio ycon el latino Rmulo una trinidad de la cual salieron los nombres de las primitivas

    tribus del pueblo romano. Mas sobre esto debe observarse que si, lingsticamente,no hay obstculos que rechazan la derivacin de los nombres de Ticios y Lceres,no es, por cierto, tan admisible la de los Ramnes respecto a Romo, o Rmulo, porvenir estos de races totalmente distintas.

    8Quum Caelium montem Albani implessent: Liv., I, 33.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Titus_Tatiushttp://en.wikipedia.org/wiki/Titus_Tatius
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    XXXIV

    Espejo etrusco

    El otro elemento que concurri a suponer etrusco el origen de los Lceres, es elcarcter que informa el gnesis de su tradicin. No pudo a su inventor ocultarse elhecho de estar Roma dominada por tres estirpes enemigas entre s; y el recuerdo deeste hecho engendr, sin duda, el concepto de que estas tribus dieron suscontingentes a la formacin de un Estado libre, que les fue legado sin pertenecerexclusivamente a ninguna de ellas. Los Ramnes y los Ticios son, pues, los solosverdaderos progenitores del pueblo romano. Latinos los primeros, establecidossobre el Palatino, cuna de la Roma futura, a los que luego se anexiona el Celio con

    el patriciado de la destruida Alba Longa. Sabinos los segundos, llenos con losmonumentos de su religin, entre los que deban contarse los templos de Quirino ySemo Sanco, el de Flora, de la Salud y el del Sol, el Capitolium Vetus, que darestancia digna de su majestad al culto trino de Jpiter, JunoyMinerva, mientras alpie de su propia colina se alzar el de Jano Gemino, para simbolizar msticamentela fusin de las tribus latina y sabina en un solo pueblo. Estas dos tribus habansido formadas para completarse. El pueblo romano recibir del elemento sabino lafrugalidad, el espritu religioso, la severidad de las costumbres, el principio de lapatria potestas, que fueron las bases granticas llevadas por l al edificio comn9. Sila aristocracia romana refleja el carcter sabino, la plebe refleja el latino. Hay entreellos diferencias, pero no antinomias. En el sabino prevalece el espritu deconservacin; en el latino el del progreso; pero ni aquel es inflexible, ni este radical.Y del contraste entre la movilidad latina y la estabilidad sabina, naci aquel lento,pero seguro desarrollo de la constitucin romana, que fue la ms grande obrapoltica de la antigua civilizacin10.

    9 No ignoraban los antiguos la preciosa herencia que Roma recibiera de los sabinos. Sabinorummores populum romanum secutum Cato dicit.Servio , ad Aeneida, VIII, 638.10 Vase Schwegler, Rmische Geschichte, I, 245-248; yP. Devaux, tudes politiques sur les

    principaux evenements de lhistorie romaine. Paris, 1880, vol. I, pginas 21 y siguientes. Duruy, enel prefacio de suHistoria de los romanos, observa que: en la constitucin romana, se obtuvo con el

    http://en.wikipedia.org/wiki/Quirinushttp://en.wikipedia.org/wiki/Sancushttp://es.wikipedia.org/wiki/Flora_(mitolog%C3%ADa)http://en.wikipedia.org/wiki/Salushttp://en.wikipedia.org/wiki/Capitoline_Triad#Later_Triadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Juno_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Juno_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Minervahttp://es.wikipedia.org/wiki/Minervahttp://es.wikipedia.org/wiki/Janohttp://es.wikipedia.org/wiki/Patria_potestadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Servio_Honoratohttp://en.wikipedia.org/wiki/Albert_Schweglerhttp://en.wikipedia.org/wiki/Albert_Schweglerhttp://fr.wikipedia.org/wiki/Paul_Devauxhttp://fr.wikipedia.org/wiki/Paul_Devauxhttp://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Servio_Honoratohttp://en.wikipedia.org/wiki/Albert_Schweglerhttp://fr.wikipedia.org/wiki/Paul_Devauxhttp://en.wikipedia.org/wiki/Quirinushttp://en.wikipedia.org/wiki/Sancushttp://es.wikipedia.org/wiki/Flora_(mitolog%C3%ADa)http://en.wikipedia.org/wiki/Salushttp://en.wikipedia.org/wiki/Capitoline_Triad#Later_Triadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Juno_(mitolog%C3%ADa)http://es.wikipedia.org/wiki/Minervahttp://es.wikipedia.org/wiki/Janohttp://es.wikipedia.org/wiki/Patria_potestad
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    XXXV

    Los Dioscuros

    Consulado la unidad de mando, con el Senado la experiencia del gobierno, con el pueblo la fuerzapara la accin. Merced al equilibrio y refrenamiento mutuo de estos tres poderes, todas las fuerzasdel Estado, despus de luchas entre s mismas, encontraron la saludable ponderacin que las hizoconcurrir ardorosamente al objeto comn, la grandeza de la Repblica.

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    XXXVI

    El sacrificio

    CAPTULO IIIR O M A R E G I A

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    El mito de Rmulo.-Numa Pompilio.-Tulio Hostilio.-Anco Marcio.-Los Tarquinos.

    I

    EL MITO DE RMULO

    La tradicin hace preceder a la era republicana de Roma un perodo monrquico dedos siglos11, perodo mtico, ms que histrico, cuyos hechos revisten aquel grancarcter subjetivo que nos presenta a todo lo romano naciendo, por decirlo as, des mismo. Las instituciones polticas y religiosas, las costumbres, la nacionalidad,parecen surgir de sus entraas: todos sus elementos constitutivos tuvieron unfundador propio. Rmulo, Tito Tacio, Tulio Hostilio y Anco Marcio fueron losfundadores del patriciado, dividido entre sus tribus, y de la plebe. Rmulo lo fue delImperium, y el sabino Numa, su sucesor, del pontificado. La antelacin delImperium descansa histricamente en el concepto de qu