historia de huelva

C.E.I.P. TARTESSOS (Huelva) SEMANA CULTURAL 08/09: HUELVA Historia de Huelva

Alumna/alumno: __________________________________________________ A.D.L. Nivel: 5º A

Los Tartessos Estuvo Huelva habitada por pueblos muy antiguos pero fueron los tartessos los primeros pobladores históricamente reconocido. Los tartessos fundaron algunas ciudades tanto en los estuarios de la costa como en las sierras del interior. Los barcos tartésicos no sólo navegaban por el lago Ligustino, cuyo lecho desecado constituye el actual Coto de Doñana, sino que costeando por el litoral subían hacia los pueblos del norte de Europa donde comerciaban con armas, estaños y otros productos. Marinos dedicados al tráfico metalúrgico, los tartessos se interesaron por las minas quizás ya descubiertas por otros buscadores de cobre y hierro.

Poseedores de cobre y estaño, los tartessos producían un tipo de bronce que sería muy estimado por los pueblos de mediterráneo. Es posible que los tartessos, levantasen alguna ciudad en la proximidad de los esteros que penetraban al interior, no muy lejos de la actual Huelva o quizás su mismo lugar. En esta ciudad se vendían o almacenaban las armas y los objetos fabricados con los metales obtenidos en las minas onubenses.



Los fenicios Hacia el año mil antes de Cristo los fenicios llegaron a las costas de Huelva, probablemente en busca de algún asentamiento. En la isla de saltes, desembarcaron, para edificar un templo en honor de su dios Hércules. Pronto los fenicios extenderían su comercio por los poblados del litoral. Posteriormente la actividad fenicia se extendería también a la explotación de los ricos yacimientos de las minas onubeses. Es probable que los fenicios construyeran una ciudad en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel a la que en su lengua llamaron Onoba.

Durante siglos las riquezas metalúrgicas de la zona fueron explotadas por los púnicos (La palabra "Púnico" proviene del griego "Phoinikoi", término que utilizaban los griegos para denominar a los fenicios. ) La Onoba fenicia, se hizo también marinera dedicandose a la pesca de atunes y a la industria del salazón.( La conservación del pescado tratándolo con sal )



Los cartagineses A finales del siglo III a.c., cartagineses y romanos se disputaban en Andalucía el dominio de la península y sus riquezas. En la desembocadura del Guadalquivir los buques de ambos ejércitos libraron varios combates.

Las tropas cartagineas que se habían dividido en varias partes tenían un fuerte ejercito en los alrededores de Onoba, mandadas por el general Magón. Después de diversos enfrentamientos, los púnicos fueron vencidos por el general Escisión el Africano, y Onoba como otras ciudades andaluzas pasó a ser gobernada por los romanos.



Los romanos Aunque la ciudad de Huelva conservó su primitivo nombre fenicio, los romanos la llamaron preferentemente la “Estuario” por su situación entre los brazos marinos que como aún hoy en día penetran hacia el interior con la marea. Con los romanos, Huelva adquiriría gran importancia por la exportación de los metales de Riotinto. En la comarca onubense los romanos construyeron varias urbes (Ciudades pequeñas), algunas tan importantes como Tejada donde nacería Platina, mujer del emperador Adriano

Durante las guerras entre lusitanos (Un pueblo prerromano,

de origen celta, asentado en lo que actualmente es Portugal) y romanos, la comarca onubense sufrió frecuentes saqueos por parte de las bandas de pastores célticos. Especialmente cuando los lusitanos del Régulo Kankan llegaron a destruir varias ciudades del sudoeste llevándose prácticamente todo el ganado de la región. Los romanos introdujeron en las minas curiosos ingenios y mecanismos de elevación de agua como las norias de Tharsis y Río Tinto

Los propietarios de las minas llegaron a formar poderosas sociedades sociales o “collegium” que extendían sus actividades a otros asuntos sociales.



Los bárbaros del norte A principio del siglo V los bárbaros germánicos que habían atravesado el Rhin invadieron España sumiéndose en el caos. Pese a su situación apartada, Huelva y las ciudades importantes de su provincia sufrieron las consecuencias de la invasión de los bárbaros Situación de caos y de inseguridad que se prolongaría durante muchos años, hasta el firme establecimiento del dominio visigodo. Aunque por toda la región onubense se fue asentado una aristocracia bárbara, fue en Niebla donde hubo un fuerte poder militar y religioso. Las minas abandonadas desde los últimos tiempos del imperio romano y a raiz de la invasión germánica,

apenas si eran explotadas por algunas familias de herreros y buscadores de metales.

Hacia el año 710 el bereber Tarif desembarcó en la península con un ejercito árabe-bereber ( Habitantes del

norte de África)que se enfrentaría al rey godo Don Rodrigo en los alrededores de Jerez Muza, el Wali de África tras ocupar Niebla se fue apoderando de las urbes importantes del suroeste de la península.



Los árabes En el reparto de tierras que hicieron los árabes conquistadores, la región de Huelva fue ocupada mayoritariamente por Kalbíes. Aunque estos grupos musulmanes conservaron su estructura de tribu. Los Kalbíes eran partidarios de la vida sedentaria, estableciéndose en las ciudades. La rivalidad entre las tribus bereberes instaladas en la sierra de Aracena y los jalbíes de las llanuras produjeron multitud de enfrentamientos armados. En las playas de Almuñecar desembarcó en 755 el Omeya ABD-Al-Rahman, que fundaría el emirato independiente de Córdoba. Gracía al apoyo de los árabes Yemenitas, logró entrar en Córdoba y proclamarse emir de Al-Andalus.

Pero pronto AbD-Al-rahman tendría que enfrentarse con varias revueltas. La más encarnizada la de los Kalbíes onubenses y sevillanos dirigidos por Al-Matari jeque de Niebla. Pero los rebeldes fueron derrotados por el emir junto a Alcalá de Guadaira. Al introducirse en Andalucía un cierto sistema de organización, se fundaron provincias dependiendo Huelva de la kora de Niebla



En Niebla la “Labla” musulmana existía una fuerte guarnición y un gobernador que junto con los jueces y funcionarios mantenía el orden y recaudaba los impuestos.

Aunque buena parte de la comarca estaba habitada por las tribus nómadas que aún vivían con sus costumbres y de la ganadería. Uno de los ocho distritos en que se dividía la provincia de Niebla era el de Awnuba o Huelva junto al Atlántico.

A mediados del siglo IX aparecieron en las costas atlánticas las naves vikingas y las poblaciones de la costa onubense sufrieron los despiadados saqueos y mantazas de los escandinavos. La isla de Saltés se tomó como base de operaciones de los viquingos que enviaron destacamentos hacia Niebla y Tejada. Desde entonces los habitantes de Saltés huían hacia el interior al oír el nombre de los “magos” Varios destacamentos vikingos lograron apoderarse de algunas fortalezas, siendo sitiados inmediatamente por las tropas del emir cordobés.

Después que la flota vikinga fuera rechazada, el emir Abderramán II decidió construir barcos y contratar tripulaciones en la costa onubense.



A mediado del siglo IX los hispanos que vivían entre los musulmanes se alzaron en rebeldía. En el occidente de Andalus surgió un jefe llamado Ben Marwan que se hizo tan famoso que llegó a desafiar al emir cordobés. El visir Haxim decidió trasladarse con un ejercito musulmán hasta Niebla para castigar al rebelde pero fue derrotado por el rebelde que le cogió prisionero. Conesta derrota los hispanovisigodos del Andalus comenzaron una gran rebelión que duraría 50 años. En esta guerra civil andaluza en la que lucharon dos razas, los árabes de Niebla junto con los del Aljarafe se apoderaron de Sevilla dando muerte a casi todos los habitantes de raza hispano-goda. En el año 930 el emir Abderramán III consiguió restaurar la autoridad de los Omeyas enviando a Niebla a Ben Mufadal como gobernador.

Trajo el califato bastantes años de paz, que pronto aliviaron los años terribles de las guerras. Aunque los musulmanes no bebían vino, en la comarca onubense se cultivaban muchas viñas de las que consumían la uva, las pasas y los vinos que se vendían fuera del país o a los cristianos. Famosos eran también los caballos de Niebla que junto a los que pastaban en las marismas eran los mejores del mundo. Pero sobre todo los halcones conocidos como “Neblies” por su procedencia, con los que se cazaba en las marismas repletas de magnificas presas.

Muy conocido fue durante el periódo islámico el pescado de las costas onubenses llamado “cazón” pero sobre todo sus marinos salían a la mar durante los 40 días en que los atunes se dirigían del Atlántico al Mediterráneo.



Floreció también la minería y la metalurgia que tanto en Huelva como en isla Saltés era muy activa en la construcción naval. A la muerte de Almanzor se produjo la desmembra-ción del califato, que dio origen a multitud de reinos taifas. Un árabe de Huelva llamado Al Bakri se proclamó señor de Huelva y de la isla de Saltés. Al Bakri se hizo querer por el pueblo onubense por su bondad y justicia, y reinó en Huelva durante 40 años, ganándose la estimación de sus súbditos, hasta que subió al reino de Sevilla un nuevo soberano llamado Al-Mutadid que lo desterró de Huelva. Huelva estuvo anexionada al reino de Sevilla hasta que los reyes Taifas fueron destronados por los almorávides que unificaron el Andalus. Los almorávides fueron expulsados del oeste del Andalus en 1144 por una secta mística llamada de los

“moridin”que llegaron desde el Algarbe para tomar Huelva y expulsar a los norteafricanos.



La reconquista y la Edad Media El 16 de julio de 1212 se dio la gran batalla de las Navas de Tolosa siendo las tropas almohades de Miramomolín totalmente derrotadas. Las milicias de los reyes cristianos y las órdenes militares empiezan a dominar militarmente las tierras de la baja Andalucía musulmana. En 1236, Córdoba, la capital del reino del califato, se rindió al monarca castellano, causando el pánico en todo el Andaluz. Fernando III El Santo inició el asedio de Sevilla y sus tropas devastaron las comarcas onubenses mientra sus naves bloqueaban los puertos del Atlántico y el Guadalquivir.

Tras la caída de Sevilla el rey de Niebla, Ibn Mahfuz, conservó su independencia declarándose vasallo del rey de Castilla. Al llegar al trono Alfonso X El Sabio se ocupó de consolidad el dominio cristiano en la región onubense. Para ello eliminó al rey de Tejada, Famet, y se dispuso a sitiar a Ibn Mahfuz señor de Niebla y Huelva. El rey Alfonso salió de Sevilla con un fuerte ejército y cercó la orgullosa ciudad de Niebla. Los castellanos empezaron a batir los muros con las antiguas máquinas de sitio, cuando desde las murallas los musulmanes onubenses empezaron a disparar con

artillería. Por primera vez en Europa se oían explosiones de pólvora y se veían cañones que disparaban balas o



proyectiles, pero después de un cerco de 9 meses IBN Mahfuz tuvo que rendirse. Los nuevos términos de Huelva, Niebla, Ayamonte y Gibraleón fueron repartidos y repobladas con gentes cristianas y desde Huelva salieron hacia África numerosas familias mudéjares. Las órdenes militares ocuparon parte de la comarca onubense edificando iglesias y fortalezas A la muerte de Alfonso X, Huelva, Niebla y Gibraleón pasó a su hija Beatriz, reina viuda de Portugal. En el año 1293 Sancho IV El Bravo cedió la villa de Huelva a su camarero mayor Don Juan Mate de Luna. En los astilleros de Huelva se construían galeras de guerra y buques mercantes.

En tiempo de Alfonso XI Huelva fue incorporada a la corona de Castilla, siendo cedida la villa al maestre de Santiago, hermano de la favorita del rey. La peste negra hizo su aparición en Huelva a mediado del siglo XIV causando una gran mortalidad.

Fue señora de Huelva, doña María de Padilla una de las mujeres más hermosas del país y de quien se enamoró el rey Don Pedro.

Después de la guerra civil entre Pedro y su hermanastro Enrique de Trastamara, la región onubense alcanzaría un claro protagonismo. Como premio a su ayuda, Enrique II le otorgó a Pérez de Guzmán el señorío de Huelva y el de Medinasidonia.



El Siglo XV Entrado el siglo XV dos importantes casas nobiliarias, los medinasidonia y los de la cerda litigan por la villa de Huelva. La Huelva marinera, luchó en numerosas ocasiones con los piratas musulmanes que vivían en las costas africanas. Los audaces marinos onubenses navegaban hasta las costas canarias. Uno de los pilotos más conocidos de Huelva, Alonso Sánchez, se vio sorprendido por un fuerte temporal en el Atlántico. Durante varios días la tormenta arrastró a los marineros onubenses hacia el centro del Atlántico, alejándoles de las islas Canarias. El piloto Alonso Sánchez desembarco en unas islas paradisíacas donde pudo organizar su regreso.

Ya en Canarias, Alonso Sánchez, contó en varias ocasiones su descubrimiento a otros marineros entre los que había algunos capitanes genoveses. Cristóbal Colón tuvo la idea de que era posible llegar hasta las indias después de navegar por el mar Atlántico hacia occidente, intentó interesar en su proyecto a los reyes de Portugal y posteriormente a los de Castilla. En 1486 Cristóbal Colón fue presentado a los Reyes Católicos quienes escucharon con atención y logró que se formarse una junta con los principales sabios de Salamanca para opinar sobre el proyecto. El renombrado teólogo fray Diego de Deza logró convencer a sus compañeros de que el proyecto de Colón no contradecía las enseñanzas de la iglesia. Pese al informe favorable, los Reyes Católicos no le dieron esperanzas cercanas de financiar la empresa ya



que se encontraban comprometidos en diversas empresas bélicas. Después de mucho s esfuerzos, Colón decidió embarcar hacía Francia y recorriendo desde Sevilla a pie el camino hacía Huelva, para dejar a su hijo Diego al cuidado de un familiar, llegó al Convento de La Rábida casi exhausto. Fue en La Rábida donde Colón conoció al fray Juan Pérez de Machena, guardián del monasterio, quien se interesó por sus proyectos y le presentó a varios marinos de la comarca. Cristóbal Colón explicó a varios personajes sus cálculos y teorías siendo apoyado por fray Juan y el físico de Palos, García Fernández. También trabó amistad con los pilotos Alonso Pinzón y Vicente Yañez. Fray Juan escribió una carta a la Reina pidiéndole una entrevista. Quince días después fue recibido.

Tras unas largas negociaciones en las que Colón presentó duras exigencias se concertó el viaje a las indias occidentales. Colón con los pilotos onubenes empezó a preparar la flotilla cuya tripulación estaría formada por unos ciento veinte hombres en su mayoría de Palos, Moguer, Huelva, Ayamonte, Cartaya, Lepe. Terminados los preparativos las tres naves, La Stª María, La Pinta y La Niña partieron del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. Tras unas semanas de navegación y pese a haber visto volar bandadas de aves, los tripulantes pidieron a Colón que regresaran a España.



La madrugada del 12 de octubre el marinero llamado Rodrígo de Triana (nacido en Lepe) desde lo alto de la nave grito:¡¡¡Tierra…!!! Cristóbal Colón con las insignias de su cargo de almirante y con el pendón de los Reyes Católicos, acompañado de su escribano y algunos marineros, desembarcó en las nuevas tierras. Durante el viaje de regreso los expedicionarios tuvieron que sufrir una tempestad, pero Colón llegó al puerto de Palos el 15 de marzo de 1493 donde fue recibido con gran entusiasmo. Los navegantes con sus remos, armas, productos exóticos y seguidos de un grupo de indios se dirigieron hacía la ermita de La Cinta.

Luego, colón viajó a Sevilla y desde allí marchó a Barcelona donde fue recibido por los Reyes Católicos. Martín Alonso, no fue tan afortunado ya que después de su regreso con La Pinta, falleció al poco tiempo.



El Siglo XVI Colón al mando de grandes expediciones volvió varias veces a la indias y se hicieron nuevos descubrimientos a los largo del continente y las islas.

Los españoles empezaron a levantar las primeras ciudades. El comportamiento de algunos españoles con los indios hizo que Colón mandarse ajusticiar a varios de

ellos, provocando duras criticas que llegaron a oído de los Reyes Católicos. Colón falleció en Valladolid en el año 1506. Huelva y su comarca no quedaron desvinculadas de América pues fueron millares de hombres y mujeres los que partieron para el nuevo mundo. Rodrigo de Jeréz, un marinero de Ayamonte, fue el primero europeo que fumo tabaco y difundió su uso por España. En 1527 desembarcó en Palos el conquistado de Méjico Hernán Cortes. Participaron los onubenses en la conquista de algunas plazas africanas y muy en especial de la de Larache donde el capitán de la flota Andrés de Vega Garrocho era natural de la comarca.



El humanista Arias Montano huyendo del mundanal ruido, se retiró a la sierra onubense, refugiándose en la ermita de la Peña que lleva hoy su nombre.

Los duques de Medinasidonía tenían en Huelva una antigua casa y en ella había una pequeña corte. Los nobles de la casa de Niebla y sus invitados practicaban todas las artes de la caza en el que más tarde se denominaría Coto de Doñana, hoy Parque Natural. Como había sucedido en tiempos de los piratas normandos, el litoral de Huelva fue durante este

tiempo asolado por los no menos terribles piratas africanos. Fueron varios los marinos y capitanes de las familias de Vega y Garrocho quienes lucharon contra los piratas africanos que acechaban el paso de las naves que iban y venían de Europa a América.



El Siglo XVII En los primeros años del siglo varios galeones fueron asaltados a lo largo de la barra de Huelva. Para impedir nuevos asaltos se armó la célebre galeota de Huelva y se puso al mando al capitán Garrocho. En este siglo se dio la guerra de los treinta años, dramática para toda España, arruinaba económicamente a la región andaluza, provocando numerosos disturbios. Luisa francisca, hija de los Condes de Niebla nacida en Huelva estaba casada con un portugués de la casa de Braganza trató de convencer a su marido para que se alzarse contra el soberano y se proclamase rey de Portugal. En 1640 se rebeló Portugal, separándose del reino de España y aclamando por soberanos a los Duques de Braganza.

En 1673 la galeota de Huelva junto con otros buques de la ciudad, acometió al corsario turco Solimán El Negro que pirateaba la barra de Huelva.

Los barcos onubenses consiguieron una importante presa que llenó de asombro a la ciudad. A la muerte del rey de Portugal, Luisa Francisca, la animosa andaluza, tomó el cargo de regente, luchando contra los generales españoles que cercaban la ciudad de Olivenza. Aunque Huelva había sufrido severamente la peste de mediados de siglo, empezó a crecer con la llegada de gentes que se refugiaban de las guerras con Portugal.



El Siglo XVIII Al estallar la Guerra de Sucesión, Andalucía tomó partido mayoritariamente por el pretendiente francés Felipe de Borbón aunque Portugal era aliado del pretendiente austriaco y esto ocasionaría problemas a las fronteras onubenses. Huelva recibió instrucciones de la corte madrileña que levantarse dos regimientos de quinientos hombres para luchar contra los ejércitos angloholandeses. Desafortunadamente para la región onubense, los soldados fueron enviados a otras comarcas españolas dejando desguarnecidos sus propios pueblos; y algunos pueblos onubenses fueron saqueados, incendiadas las casas y los habitantes hechos prisioneros. El pánico cundió incluso por Huelva, a pesar de estar defendida la región por el río Guadiana de las inclusiones portuguesas

Al término de la Guerra de la Sucesión, Huelva sufrió como casi toda andalucía varios años de sequías, enfermedades y hambres. La iglesia de La Merced que se había fundado en 1605, sufrió en este siglo profundas modificaciones. En Huelva causó grandes desperfectos el terremoto de Lisboa (1755) que deshizo cientos de casas, y derribó las campanas de algunas iglesias. En 1797, Don Francisco de Goya viajo hasta el Coto de Doñana en Huelva y se alojó en el Palacio, pintando a su propietaria la Duquesa de Alba.



Siglo XIX El estallido de la Guerra de la Independencia llega a Huelva como a la mayoría de las ciudades andaluzas con un tono de indignación y sorpresa. Las Juntas Patrióticas empezaron a tomar las medidas temiendo a los destacamentos franceses que supuestamente pretendían pasar a Portugal. La batalla de Bailén alejó momentáneamente el peligro de invasión de la baja Andalucía. Pero la llegada de Napoleón Bonaparte a la península y la expedición hacía Andalucía de 1810 volverían a cambiar la situación. Aunque las principales ciudades de Andalucía hicieron un buen recibimiento a José Bonaparte, la dura realizad era que los pueblos empezaron a sentirse expoliados por los ejércitos bonapartistas. Varías

columnas francesas, como la de Muteau, saquearon la región de Huelva. En marzo de 1810, el general Ballestero, hizo frente en la comarca de Huelva al general francés Girad con muchas bajas por ambas partes. Las tropas imperiales tuvieron buen cuidado en ocupar la productividad minas de Riotinto, sobre las cuales librarían diversos empréstitos (letras del tesoro) para pagar la administración real. Huelva celebró con entusiasmo el fin de la guerra y el regreso del monarca Fernando VII. Los continuos cambios políticos de absolutistas y liberales pasaron por Huelva sin excesivas peleas. En 1833 Huelva se convirtió en provincia, estableciéndose en la ciudad onubense la capitalidad.



Poco después la capital de la provincia, con poco más de 7.000 habitantes, sufrió una terrible epidemia de cólera que hizo disminuir notablemente su población. Debido a la ley de exclaustraciones los franciscanos del monasterio de La Rábida abandonan el edificio que queda vacío. El marqués de Remisa, un rico catalán, que había arrendado el criadero de Riotinto dejó las minas en 1849, después de unos años de explotación. En 1851 se proyectó derribar lo que aún permanecía en pie de La Rábida, deshabitada por las exclaustraciones y la desamortización.

Afortunadamente la Diputación de Huelva se hace cargo en 1896 del convento de La Rábida, empezando las obras necesarias para su recuperación. El gobierno de la Primera Republica vende a los ingleses varias minas de cobre y se instala en Riotinto. Los minerales se amontonaban para someterles a combustión lenta, y estos prismas de 2 metros de altura, y 50 metros de superficie llamados “Teleras” ardían durante varios meses. La combustión de la pirita cobriza desprendía gases sulfurosos que producían una terrible destrucción en la fauna y la flora de los alrededores. En los pueblos cercanos empezaron a producirse manifestaciones de miles de personas, pese a la oposición y campaña de las compañías mineras. El malestar general desembocaría en una huelga que se congregó en la plaza de Riotinto adonde se



enviaron tropas del ejército. Algunas personas de Riotinto y Nerva, donde trabajaban como empleados de la compañía inglesa, no se solidarizaron con los mineros y obligaron al ejército a intervenir. Según las estadísticas oficiales hubo cuarenta y cinco muertos y numerosos heridos.(El año de los tiros-1888)

Aquel mismo mes, la Regenta Doña Cristina de Habsburgo publicaba un decreto prohibiendo las calcinaciones al aire libre. La Reina acompañada de su hijo, el futuro Alfonso XIII visitó La Rábida en la conmemoración del IV centenario del descubrimiento de América y se declaró el 12 de octubre como fiesta nacional por decreto. Se construyó un monumento a los descubridores en La Rábida.

La minería y la industria de los astilleros seguían ocupando buena parte de la mano de obra de la provincia. El ferrocarril con una espléndida estación había comunicado Huelva con el resto de las regiones andaluzas.

Sin embargo Huelva continúa siendo una sencilla población andaluza que conserva sus viejas costumbres, sus milenarias pesquerías y sus tradicionales fiestas como la popular Cruz de Mayo.



Siglo XX A principio de siglo aun queda en Huelva resto de su pasado: ruinas del acueducto y del castillo, el Palacio del Duque, pero sobre todo conserva hermosos parajes populares como el “Conquero”; conserva iglesias notables como la de San Pedro, que se había edificado sobre restos de una mezquita árabe; y el antiguo convento de La Merced convertido en catedral en el año 1953

El fútbol español, que se había iniciado en Huelva con los mineros deportistas que trabajaban en las compañías mineras inglesas, a finales del siglo XIX, daría lugar al Recreativo de Huelva, club que para

competir con otros equipos nacionales tendría que esperar hasta el torneo de 1906. Pese a su riqueza

minera, la economía de la provincia sigue siendo agrícola, ganadera y fundamentalmente pesquera. En Huelva, Isla Cristina, Ayamonte, Lepe se pesca la anchoa, la sardina y el atún. La sierra es abundantísima en agua, en árboles maderables o frutales y con blanquísimos pueblos que salpican el paisaje montañés como el de Almonaster, Fuenteheridos, Linares de la Sierra… Y una cabaña que no desmerece a la de otras comarcas andaluzas. Sin embargo la principal riqueza onubense es su subsuelo, donde se ocultan millones de toneladas de diferentes metales: oro, plata, cobre…



Como siglos antes los marinos, ahora los aviadores Franco, Ruíz de Alda, Durán y Rada oyen misa ante la Virgen de La Rábida dispuestos a cruzar el océano con el hidroavión “Plus Ultra”. El 22 de enero de 1926, efectúan el vuelo Palos – Buenos Aires que terminará con un inmenso éxito y una multitud delirante les aclama al poner pie en América. El general Primo de Rivera inaugura en 1929, el monumento a La Fe Descubridora (Colón), obra de la escultura Gertrudis Whitney que el pueblo norteamericano dona a España. En la villa de Moguer, a unos 20 kilómetros de Huelva, vivía un poeta llamado Juan Ramón Jiménez, que pronto será conocido en todo el país.

Juan ramón escribiría en la casa de campo de Fuentepiña en su obra “Platero y yo”, inmortalizando la figura del borriquillo. Juan Ramón Jiménez recibió en 1956 el Premio Nobel de Literatura y en su casa natal del poeta se conserva aun muchos de sus libros y recuerdos que junto a la tranquila paz del pueblo onubense mantienen vivo el encanto de su presencia.

Huelva vive durante los años de crisis republicanos los conflictos derivados de la angustiosa situación social. Tensiones sociales que desembocan en 1936 en la guerra civil española. Las turbas anarquistas destrozan y queman diversas imágenes en los templos.



Huelva, la única ciudad de Andalucía Occidental en poder del gobierno republicano, enviaría algunas tropas para reducir al general Queipo de Llano, pero estas se pasan al bando nacional. Y Huelva es tomada por los nacionales pese a la expedición de mineros de Riotinto, que fue aniquilada, siendo fusilados algunos supervivientes de la refriega. Una expedición científica internacional, entre la que se encuentra algún Premio Nobel, visita el Coto de Doña Ana, dispuesta a colaborar en la preservación de aquel rincón privilegiado donde especies como el linces, amenazadas de extinción quizás por su belleza de su pie, sobreviven en el coto. En 1969 se crea el Parque Nacional de Doñana con una superficie protegida de 37.000 hectáreas, cuya finalidad principal es velar por las especies de la estación biológica.

Desde antes del siglo XVI se realizaban peregrinaciones a la Virgen de El Rocío, en el interior de las marismas… Es quizás esta peregrinación la más andaluza de las romerías, no porque acudan hermandades de Cádiz y Sevilla, sino porque recorren los caminos en carretas, a caballo, a pie, siempre en contacto con la naturaleza, y con un sabor popular, que el modernismo no ha podido apagar. Y millares de peregrinos forman un mar de cuerpos en una ola de fe, cuyo espectáculo es imposible olvidar. Después de los grises años de la postguerra, Huelva se planteó como otras ciudades de bajo nivel de renta, el aprovechamiento de sus recursos creando uno de los Polos de Desarrollo más importantes del país.



Las posibilidades mineras, ahora transferidas a sociedades españolas, así como la creación de varias industrias, el acondicionamiento del su puerto, con una situación geográfica inmejorable, sería las bases para su futuro económico. Huelva que a finales del siglo XIX tenía poco más de 12.000 habitantes, multiplicó esta cifra casi por diez, transformándose en una ciudad moderna. El litoral onubense, que desde el Guadalquivir hasta la frontera portuguesa es una franja atlántica que recibe numerosas horas de sol, posee hermosas playas y un clima privilegiado, no podía por menos que ejercer una gran atracción turística.

A este paraíso que en el lenguaje turístico se conoce como la Costa de la Luz, con playas tan amplias como la de Punta Umbría, se une otros atractivos naturales: paisajes, folclore y gastronomía y las bellas comarcas del interior con sus rutas de castillos y pueblos serranos. Lugares como la gruta de Las Maravillas en Aracena, que esconde en sus entrañas salas misteriosas hechas de estalactitas y lagos tan cristalinos que parecen surgidos del mundo de la fantasía.

No es de extrañar que rincones tan privilegiados reciban diariamente miles de viajeros, entre los que se encuentran algunas visitas de recuerdo imborrable como la de los Reyes de España Don Juan Carlos I y Doña Sofía, en marzo de 1976 o la visita del Papa Juan Pablo II,

en junio de 1993



En 1993 se funda la Universidad de Huelva.

Los nuevos acontecimientos políticos y sociales que desembocaron en la autonomía de Andalucía (1980), han tenido sin duda especial importancia en esta ciudad, que espera mucho de su futuro. Huelva, la hermosa ciudad protegida y a la vez acariciada por los ríos Tinto y Odiel, cuenta con el entusiasmo de sus habitantes para conseguir este futuro, pero sin dejar de mirar con su historia, a ese mar del descubrimiento que cambió el destino del mundo. Documentación y texto: Jorge Alonso Historia de Huelva.



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