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Didáctica Geográfica, 2." época l1 7, pp. 247-275 ISSN: 0210-492-X DL: MU 288-1977 Editado en 2005 LA INVENCI~N DE UN SABER METODOL~GICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN Y CONFIGURAN LA DIDACTICA DE LA GEOGRAFÍA Universidad de Barcelona A Charo Piñeiro y otros colegas con los que he compartido la ilusión de contribuir a mejorar la enseñanza de la geografía. La identidad de la didáctica de la geografía, el conjunto de inquietudes y saberes que actual- mente sostenemos acerca de la enseñanza y aprendizaje de la geografia, es un discurso creado, esencialmente, en el transcurso del siglo XX. Las primeras aportaciones corresponden a sus umbra- les y primeras décadas siguientes. Acusan dos anhelos: el deseo de ampliar su estudio, extendién- dolo a todos los niveles o grados educativos; y su mejora denunciando unas prácticas degradantes y animando a introducir otras. El carisma de sus protagonistas, el uso de argumentos muy emoti- vos y la reiterada apelación a los logros conseguidos en otros países son algunas de las señas de 1 identidad de esta primera etapa. El discurso se irá enriqueciendo y diversificando lentamente, durante las siguientes décadas, tal como acredita la literatura disponible. El configurado en las dos últimas décadas del siglo exhibe otras preocupaciones, expectativas, vocabulario y argumentos. Comparte compromisos precedentes, como el deseo de obtener mejores resultados de aprendizaje y difundir las últimas aportaciones de la geografía académica. La mayor novedad reside en su curiosidad por los complejos procesos que inspiran y guían la actividad educativa. Sus cultivado- res, de forma análoga a otros especialistas, contemplan la didáctica de la geografía como un saber intelectual, metodológico, dotado de un vocabulario técnico y conceptos abstractos. En el presente ensayo tratamos de esbozar algunas de las ideas más destacadas que configuran la producción de este saber y algunos de los actores y cambios que ha registrado durante el pasado siglo.

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La identidad de la didáctica de la geografía, el conjunto de inquietudes ysaberes que actualmente sostenemos acerca de la enseñanza y aprendizaje de la geografía, es un discurso creado,esencialmente, en el transcurso del sigloXX.

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  • Didctica Geogrfica, 2." poca l 1 7, pp. 247-275

    ISSN: 0210-492-X DL: MU 288-1977 Editado en 2005

    LA INVENCI~N DE UN SABER METODOL~GICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN

    Y CONFIGURAN LA DIDACTICA DE LA GEOGRAFA

    Universidad de Barcelona

    A Charo Pieiro y otros colegas con los que he compartido la ilusin de contribuir

    a mejorar la enseanza de la geografa.

    La identidad de la didctica de la geografa, el conjunto de inquietudes y saberes que actual- mente sostenemos acerca de la enseanza y aprendizaje de la geografia, es un discurso creado, esencialmente, en el transcurso del siglo XX. Las primeras aportaciones corresponden a sus umbra- les y primeras dcadas siguientes. Acusan dos anhelos: el deseo de ampliar su estudio, extendin- dolo a todos los niveles o grados educativos; y su mejora denunciando unas prcticas degradantes y animando a introducir otras. El carisma de sus protagonistas, el uso de argumentos muy emoti- vos y la reiterada apelacin a los logros conseguidos en otros pases son algunas de las seas de

    1 identidad de esta primera etapa. El discurso se ir enriqueciendo y diversificando lentamente, durante las siguientes dcadas, tal como acredita la literatura disponible. El configurado en las dos ltimas dcadas del siglo exhibe otras preocupaciones, expectativas, vocabulario y argumentos. Comparte compromisos precedentes, como el deseo de obtener mejores resultados de aprendizaje y difundir las ltimas aportaciones de la geografa acadmica. La mayor novedad reside en su curiosidad por los complejos procesos que inspiran y guan la actividad educativa. Sus cultivado- res, de forma anloga a otros especialistas, contemplan la didctica de la geografa como un saber intelectual, metodolgico, dotado de un vocabulario tcnico y conceptos abstractos. En el presente ensayo tratamos de esbozar algunas de las ideas ms destacadas que configuran la produccin de este saber y algunos de los actores y cambios que ha registrado durante el pasado siglo.

  • PALABRAS CLAVE: Didctica de la geografa, historia de la educacin geogrfica, construccin del conocimiento.

    ABSTRACT: 1 The identity of the subject didctica de la geografa was built up in a discourse that developed

    throughout the twentieth century. The earliest contributions corresponded to the early years and were marked by two aims: the desire to make its study more widespread and the improvement of teaching methods centred on the introduction of more attractive approaches. In the decades that followed, the discourse was gradually enriched and slowly diversified, as the literature indicates. The discourse that was established in the last two decades of the twentieth century introduced other concems, expectations, vocabulary and argurnents. In part, it shares earlier commitments, including the desire to obtain better leaming results and to disseminate the latest contributions of academic geography. The greatest innovation is its curiosity for the complex processes that inspire and guide educational activity. Its proponents, in parallel with other specialists, contemplate the subject of didctica de la geografa as an intellectual and methodological exercise, endowed with its own technical vocabulary and abstract concepts. In this essay, 1 seek to outline the main ideas underl- ying the production of this knowledge and to describe some of the main figures involved and the changes recorded during the last century.

    Geography education, the history of geography education, and the construction of knowledge. 1

    RsuM: L'identit de la didactique de la gographie est construite tout au long du siecle XX. Les pre-

    mieres contributions accusent deux aspirations: le dsir d'tendre son tude, en incluant tous les niveaux ou degrs ducatifs; et son amlioration en dnonqant des pratiques dgradantes et en 1 encourageant a introduire d'autres. Demierement sa proccupation tside en obtenir meilleurs rsults d'apprentissage et diffiser les demikes contributions de la gographie acadmique. Sa plus grande nouveaut est de dcouvrir les processus complexes qui inspirent et guident l'activit du- cative. Dans le prsent essai nous essayons d'baucher certaines des ides les plus importantes qui forment la production de ce savoir et certains des acteurs et changements qu'il a enregistrs pen- dant le siecle pass.

    Didactique de la gographie, histoire de l'ducation gographique, construction de la connais- ' sance.

  • 1. LA INVENCIN DE UN DISCURSO IMPULSADO POR EL DESEO DE INCREMENTAR LA PRESENCIA DE LA GEOGRAFA EN LA SOCIEDAD Y AMENIZAR SU ENSEANZA

    l . l . Gnesis de un saber, estmulos, circunstancias y actores impulsores: las pri- meras iniciativas

    El siglo XX constituye una etapa prdiga en iniciativas destinadas a mejorar la situacin de la educacin geogrfica en Espaa. Ya desde sus albores advertimos propuestas que permiten apreciar el descontento reinante, las reacciones suscita-

    ,

    das, las personas que las aportan, los crculos en los que se debaten y otros aspec- tos imaginativos que revelan la aparicin y devenir seguido por un singular empe- o o inquietud: la voluntad de mejorar la educacin geogrfica. Una ambiciosa aspiracin que es interpretada, desde sus inicios, como la necesidad de incremen- tar el nmero de cursos en los que se imparte y, esencialmente, adoptar otros pro- cedimientos de enseanza que sean novedosos, activos y ms ldicos. La meta per- seguida es lograr una sociedad ms atenta y sensible a las cuestiones geogrficas, dotada de un mayor conocimiento del escenario en el que reside y consciente de 1 las virtudes que atesora este saber. A esta tarea se consagran, sin escatimar esfber-

    l zo, un grupo de personas comprometidas con esta misin. A travs de la literatura producida podemos seguir la configuracin paulatina de

    un saber, las apremiantes preocupaciones que refleja, as como las aspiraciones que han contribuido a la invencin de una disciplina o especialidad que hoy se deno- mina didctica de la geografia. Su pausado examen revela la vitalidad que cobra y el creciente nmero de personas que se incorporan a esta labor. Y, leyendo tales trabajos, apreciar cules son sus ms significativas inquietudes y las respuestas que

    , proponen a la comunidad de estudiosos. 1

    Como ya adverta Rafael Ballester en los albores del siglo XX, 'la historia del naci- miento y evolucin de la ciencia geogrfica est hecha y aun divulgada en muy bue- nos y numerosos libros. Pero lo que est por hacer es la historia de su enseanza, la evolucin de su concepto, el desarrollo de su metodologa, en cuya formacin y per- feccionamiento han cooperado los principales pases de Europa en razn de su carc- ter nacional, de sus necesidades o de su tradiciones cientficas". Pese a disponer hoy

    l ' Rafael BALLESTER, Investigaciones sobre metodologa geogrfica, Boletn de la Real Sociedad Geogrfica, L, 1908, 1 113-186.

  • da de muy meritorios trabajos histricos, carecemos de ensayos que se ocupen de desentraar la identidad de la materia didctica de la geografa y los estmulos, prota- gonistas e ideales que han contribuido a su invencin y animado la configuracin.

    La gnesis y paulatina conformacin de unos saberes especializados en educa- cin geogrfica no se produce ex novo y exclusivamente en nuestro pas. Sus cono- cimientos brotan en el marco de unas circunstancias y son sugeridos por unos pro- tagonistas como respuesta a unas ansiedades y deseos. El estmulo intelectual de insatisfaccin o descontento que los genera, es decir, las circunstancias que con- ducen a juzgar la situacin espaola como deficiente se debe a la incesante admi- racin que despiertan las numerosas acciones emprendidas en otros lugares de nuestro entorno cultural y su adhesin a las convicciones que las impulsan. Unos logros educativos a los que atribuyen su poder poltico y prosperidad econmica.

    La copiosa literatura redactada, tanto extranjera como espaola, permite averi- , guar cules son los ideales o valores que impulsan estas aportaciones, as como identificar las cualidades formales y operativas que ostentan las respuestas. Como 1 no poda ser de otra manera, aqu nos limitamos a esbozar su estudio, apuntando algunos de los rasgos y cambios ms acusados. Hemos seleccionado aquellos tra- 1 bajos que nos parecen ms significativos, tanto de los albores de este siglo como de su crepsculo. La importancia de este estudio reside en apreciar el cambiante 1 curso de las motivaciones e ideas sostenidas y los argumentos que las amparan; y cmo las propuestas metodolgicas sugeridas han ido configurando la imaginacin de la mayor parte de la comunidad educativa, convirtindose en su protocolo cul- tural e ideal de conducta. Merced a su asuncin por un colectivo, legitima los prin- cipios que guan la preparacin del profesorado dedicado a la educacin geogrfi- ca. Un discurso que sirve para diagnosticar y ponderar el estado en que se halla la educacin geogrfica en Espaa, legitimar unas respuestas y alertar acerca de aquellos aspectos que precisan una mejora.

    2. LAS PRIMERAS CONTRlBUCIONES DEDICADAS A MEJORAR LA ENSEANZA DE LA GEOGRAFA: DESCONTENTO HACIA SU ESTADO E INTERS POR MODIFICAR SU METODOLOGA 1

    2.1. La toma de conciencia de una situacin y el afn de mejora como gnesis de unos saberes

    La historiografa consagrada a temas de educacin geogrfica revela la existen- cia, en las ltimas dcadas del siglo XIX, de una honda preocupacin por el esta-

  • do en que se encuentra la enseanza de la geografa en Espaa2. Las primeras reac- ciones se producen en el seno de la Sociedad Geogrfica de Madrid, al conocer los enormes esfuerzos desplegados en otros pases3. Algunos de sus ms distinguidos socios comienzan a prestar atencin al tema, advertir el lamentable estado en que se halla la educacin y contrastarla con el reconocimiento alcanzado en los dems pases de Europa. A travs de las pginas del Boletn y las memorias de los con- gresos a los que asisten algunos de sus socios, van presentando las novedosas acti- vidades que all se ejercitan y consignando, con tristeza y cierta amargura, las enor- mes carencias que acusa nuestra enseanza. Sus atentos redactores proclaman, como ejemplo a seguir, las decisiones adoptadas en algunos pases, singularmente Francia y Alemania. Con esta intencin resuelven emprender una campaa de mejora denunciando a la Administracin por su desidia y alertndola de las conse- cuencias nocivas que la ignorancia geogrfica produce. El panorama educativo lo dibujan con trazos negros, salpicado de argumentos impregnados de enorme poder persuasivo: la relacin existente entre una buena educacin geogrfica y una mayor prosperidad econmica y poder militar que logran los estados. Hay quien llega a afirmar que se perdieron las colonias 'por no saber geografa'; o que Fran- cia haba aprendido muy bien la leccin al reconocer las causas de su derrota mili- tar de 1870 y atribuir la victoria a la superior preparacin cartogrfica de los ofi- ciales prusianos4.

    Una prueba tangible del descontento reinante nos la brinda Odn de Buen, cate- drtico de Ciencias Naturales en la Universidad de Barcelona. En su discurso inau- gural del agitado curso acadmico de 1908, elige como leccin magistral el estado de la enseanza de la geografa en la universidad. Con ella pretende llamar la

    Aunque no contamos con un repertorio completo de trabajos dedicados a temas de educacin geogrfica, los pri- 1 meros escritos aparecen en el Boletn de la Sociedad Geogrfica de Madrid, la revista geogrfica ms antigua que dispone-

    mos; previamente, las ideas figuran en obras generales de pedagoga, en las que suele aparecer algn breve capitulo dedi- cado a la enseanza de la geografa; vanse L. CASASSAS, Ensayo de bibliografa espaola sobre ensefianza de la geografa, 1 Revista de CeograJa, V, 1971, 143-148; S. Mensua, Bibliografil sobre metodologa y enseanza geogrficas, Revista de Educacibn, XVI, 1956,91-95; S. TOVAR, M. RUIZ y P. PLANS, Bibliografa espafiola de didctica geogrfica, Didctica Geo- 1 grjica, 5, 1980,27-74.

    La alusin ms antigua la hemos encontrado en Memoria presentada por D. GARC~A IMARTN relativa a su proposi- cin sobre los medios de propagar el estudio de la Geografa en Espaa, Boletin de Sociedad Geogrfica, de Madrid, vol. IV, 1878, 374-387; represe en el trminopropagar el estudio de la Geografa.

    1 Vase la conferencia pronunciada en la Sociedad Geogrfica por lvarez Sereix y Pedreira Taibo en 1903, que cita- mos ms adelante.

  • 'atencin acerca de lo insuficientes que son y lo torcidos que andan los estudios geogrficos en Espaa; de nuestra notoria decadencia bajo este aspecto y de la necesidad imperiosa, urgente, de emprender una reforma amplsima, a fin de que desaparezca nuestra inferioridad en conocimientos que tienen importancia suma para la propia existencia de un puebloy5. Desgraciadamente, su llamada no tendr repercusin alguna, en parte, debido a la ideologa del autor y la reaccin desata- da hacia las propuestas progresistas.

    2.2. Un primer esbozo de programa: mayor nmero de cursos, un profesorado preparado y nuevos mtodos de enseanza

    Para todas aquellas personas que ansan la mejora de la geografa, la solucin ms eficaz consiste en incrementar el nmero de cursos en que se imparte esta materia. Una aspiracin consistente en lograr su presencia en los diversos niveles educativos, desde la educacin primaria a la universidad. Para contar con la com- plicidad de la sociedad, su enseanza debe estar dispensada por un profesorado conocedor de las corrientes acadmicas de esta ciencia y, sobre todo, capacitado para la aplicacin de procedimientos de aprendizaje relevantes, que gocen de la simpata y aprecio de los crticos de la educacin.

    Este programa es asumido por la mayor parte de los autores. Y el protocolo o conjunto de medidas explcitas a emprender son: 1) desterrar los mtodos de ense- anza que se vienen empleando y sustituirlos por otros ms atractivos; 2) contar con programas que exhiban contenidos acadmicos actualizados; 3) convencer al Gobierno para que apruebe las reformas administrativas necesarias; 4) contar con profesores formados en dicha especialidad y dotarlos de recursos de enseanza apropiados; y 5) la introduccin de experiencias de aprendizaje innovadoras, como son las que brinda el laboratorio y el contacto con la realidad.

    Asumiendo las recomendaciones emanadas de los congresos internacionales, el primer paso consiste en persuadir a la Administracin de una mayor presencia de la geografia en los planes de estudios vigentes. Con el propsito de alertarles del penoso estado en que se hallaba y animarles a que introduzcan las medidas correc- toras necesarias, elaboraron unos informes que remitieron a sus mximos respon-

    ODN DE BUEN, [Enseanza de la Geografla en Espaa], Discurso inaugural ledo en la solemne apertura del curso acadmico de 1909 a 1910 ante el claustro de la Universidad de Barcelona. Barcelona, 1909.

  • sables. Tambin efectuaron gestiones con las Cortes cuya eficacia no parece muy fructfera.

    El otro frente identificado corresponde a la formacin del profesorado encarga- do de su enseanza. Con el propsito de estimular el empleo de procedimientos ms relevantes y amenos, publican trabajos y recursos, pronuncian conferencias, difunden proyectos seguidos en el extranjero y se dan a conocer experiencias aplaudidas por la comunidad internacional. Estas actividades aparecen recogidas en la literatura disponible de la poca. Las iniciativas reflejan la ansiedad sentida por estos fervorosos apstoles de una nueva educacin geogrfica. Procedimientos activos, recursos idneos y programas actualizados son los credos a los que con- sagran su energa. Vamos a examinar algunas de las iniciativas surgidas eligiendo los autores y trabajos que consideramos ms relevantes. La voluntad y preocupa- cin reflejadas en sus escritos son las que inspiran y legitiman el embrionario dis- curso de didctica de la geografa.

    1 2.3. Torres Campos y la Sociedad Geogrfica de Madrid: las iniciativas ! metodolgicas

    Una de las personalidades ms emprendedoras y carismticas del panorama ' educativo espaol, abanderado de la campana de innovacin educativa, es Rafael Torres Campos (1853-1904). Merced a su reconocimiento humano y poltico fue comisionado por el Gobierno para representar a Espaa en los congresos interna- cionales de geografa. A su vez, gracias al cargo de Secretario general que desem- pea en la Sociedad Geogrfica de Madrid y su labor educativa en diversos cen- tros, entre ellos la Institucin Libre de Enseanza, es el autor que ms contribuye a difundir ideas y prcticas consideradas como propiciadoras de una excelente edu- cacin geogrfica. Lo hace, tras conocer las enseanzas y los mtodos que se apli- can en la Europa culta, como l la califica, y ejercitndolos en establecimientos en los que trabaja, tal como acreditan sus artculos6.

    Su asistencia a los primeros congresos internacionales de geografa le permiten entrar en contacto con el selecto grupo de especialistas comprometidos con la

    J. A. RODR~GUEZ ESTEBAN, RAFAEL TORRES CAMPOS (1853-1904), Geografa educadora y educacin geogrfica, Era, 16, 1988, 13 1-148; J. A. R o ~ R o w z ESTEBAN, RAFAEL TORRES CAMPOS (1853-1904). Life and Work, Geographers,

    , Biobibliographical Studies, 13, 1991, 101-107.

  • 254 AGUSTN HERNANDO

    mejora de la imagen de la geografia. Tuvo el privilegio de tratar a algunas de las personalidades ms emprendedoras del momento, visitar centros y observar expe- riencias innovadoras, y, en las exposiciones de mapas y libros que acompaan tales celebraciones, contemplar los ms novedosos recursos editados en los diversos pases. En las detalladas memorias que redacta puede apreciarse la ansiedad senti- da por la comunidad internacional y las respuestas ofrecidas para su mejora. En sus pginas aparecen descritas meticulosamente las discusiones acerca de los conteni- dos de los diversos programas, las dificultades de aplicacin y los acuerdos toma- dos en tales convocatorias. Sus recomendaciones las registra con enorme fidelidad y las traslada a las autoridades espaolas con diligencia. En sus escritos podemos advertir, igualmente, cules son las obras disponibles sobre el tema en toda Euro- pa, lo que da idea del panorama innovador experimentado fuera de nuestras fron- teras. En sus reflexiones podemos apreciar cules son los debates del momento, quines son los audaces de proyectos singulares e identificar aquellas propuestas que gozan de mayor consenso, las que son aplaudidas por la comuni- dad internacional7.

    Tales crnicas fueron examinadas en el seno de la Sociedad Geogrfica y las reco- mendaciones elevadas a las autoridades polticas responsables de la educacin. Es, como hemos adelantado, una de las negociaciones o estrategias emprendidas: infor- mar al Gobierno de la importancia ostentada por la geografa en los pases ms prs- peros y tratar de emular su sistema educativo. Otras iniciativas aprobadas por la Sociedad Geogrfica, como la redaccin de un libro de texto y el diseo de un atlas que puedan servir de ejemplos de una buena o correcta educacin geogrfica, no lle- garon a materializarse8. El mayor logro conseguido tras la creacin del nuevo minis- terio de Instruccin Pblica es la presencia de una asignatura universitaria, impartida desde 190 1, con el titulo de Geografia poltica y descriptiva para que contibuya a la mejor preparacin del profesorado de secundaria. Una respuesta gubernamental que fue estimada por la mayora como insuficiente.

    SUS publicaciones ms destacadas son La Geografia en 1895. Memoria sobre el VI Congreso Internacional de Cien- cias Geogrficas. Londres, Madrid, Fortanet, 1896 (los temas educativos los aborda entre las pgs. 212-267); Estudios Geo- grficos, Madrid, Fortanet, 1895, en donde, adems de incluir las reseas de dos congresos a los que asisti, figuran unos captulos de experiencias de aprendizaje al aire libre; tambin posee artculos en revistas, como La Institucion Libre de Ense- anza, institucin de la que fue profesor.

    V a persona a la que se le encomend el proyecto fue MART~N FERREIRO, distinguido cartgrafo y primer Secretario de la Sociedad Geogrfica; las discrepancias internas motivaron que tales recursos no llegaran a publicarse.

  • Otro testimonio revelador de la campaa emprendida es la conferencia pronun- ciada por Rafael lvarez Sereix y Leopoldo Pedreira en las dependencias de la Sociedad Geogrfica, en diciembre de 1903'. Sus primeras consideraciones reflejan el triste panorama que muestra la educacin geogrfica, aderezado con citas sarcs- 1 ticas extradas de autores muy diversos. La segunda parte la consagran a enumerar las potenciales mejoras: unos mtodos ms amenos o atractivos y el asiduo empleo de recursos literarios y grficos. Aunque est dirigida a una audiencia sensibilizada por el tema, las ediciones exentas de la conferencia ostentan la carta que adjuntaron sus autores con la misma a un miembro del Senado y antiguo ministro de Instruccin pblica y su respuesta. Las crticas vertidas en la exposicin acreditan los pobres resultados cosechados en el transcurso de las dcadas precedentes y las dbiles expectativas sostenidas. El panorama no parece muy prometedor.

    2.4. Beltrn y Rzpide y su labor en la Escuela de Estudios Superiores del

    ~ Magisterio: la institucionalizacin de una reivindicacin y las respuestas brindadas

    Quizs, el logro ms esperanzador del deseo de mejora es la presencia de la geografa en el programa docente de la nueva Escuela de Estudios Superiores del Magisterio''. Fundada en 1909, es la respuesta ofrecida por el Gobierno a la cre- ciente preocupacin educativa sentida por la sociedad espaola. Entre el claustro de profesores elegido para la misma figura Ricardo Beltrn y Rzpide (1852- 1928),11 Secretario de la Sociedad Geogrfica (cargo que ocup tras el prematuro fallecimiento de Torres Campos) y autor de numerosos trabajos, incluidos los de educacin geogrfica. La eficaz labor desempeada en este centro, en el que se preparan los alumnos que aspiran a desempear las ctedras de geografa en Escuelas Normales, ser la que estimule y conforme, con sus programas y ense-

    La enseanza de la geografa. Conferencia dada en la Real Sociedad Geogrfica de Madrid por Rafael LVAREZ, Ingeniero de los Cuerpos de Montes y de Gegrafos, Consejero de Agricultura y Leopoldo PEDRERA TAIBO, Catedrtico de Geografia e Historia, Madrid, Imprenta de Ricardo Rojas, 1904 (4" ed.)

    ' O C. FERRER y S. MAURA, La Escuela de Estudios Superiores del Magisterio (1909-1932), Madrid, Impre. Cedesa, 1973; la supresin de la Escuela se debe a su transformacin y la introduccin de los estudios de pedagoga en la universi- dad Complutense de Madrid.

    " R. BELTRN y R~ZPIDE, La Geografa y su enseanza. Estudio especial sobre reformas convenientes en la ensean- za de la GeograJa, presentado al Excmo. S>: Ministro de Instruccin Publica y Bellas Artes en cumplimiento de Real orden de 12 de Abril de 1913, Madrid, Impr. Patronato de Hurfanos de Intendencia e Intervencin Militares, 1913.

  • anzas, la primera respuesta coherente a los temas de educacin geogrficat2. Los trabajos publicados por personas vinculadas a esta institucin reflejan las inquie- tudes relacionadas con la preparacin del profesorado: un saber geogrfico inspi- rado en la concepcin acadmika de la geografia y unos programas cclicos adap- tados a los diversos niveles o grados educativosI3. Junto a la recepcin de unas enseanzas, el qu, el cmo y el con qu, tambin contraen en sus aulas el com- promiso de colaborar en la mejora de la educacin geogrfica en Espaa.

    El examen del programa que Beltrn imparte en la Escuela y los mensajes con- tenidos en algunos de sus escritos educativos nos desvelan las preocupaciones sen- tidas por este autor y transmitidas a sus alumnos. Sus mximas preocupaciones son: la concepcin actual de la geografia, calificada curiosamente como cientfica, frente a la descriptiva que desglosa en primer lugar; su contemplacin en el dise- o de los diversos programas; y la enumeracin de recursos y procedimientos ade- cuados. Tales ideas, singularmente la importancia dispensada a la preparacin geo- grfica del profesorado, constituyen el embrin de unas concepciones didcticas asumidas en la formacin del profesorado y que tendrn una dilatada vigencia. El dominio de un saber que refleje la concepcin cientfica de la geografia se con- vertir en el principio educativo ms importante en la formacin del profesorado. Y su asimilacin se materializa en unos programas y la enumeracin de recomen- daciones idneas para su aplicacin. En estas ltimas contempla la conveniencia de adoptar procedimientos activos, que no entra a detallar, as como el empleo de recursos diversos. Son las convicciones que asumirn y difundirn sus discpulos en el ejercicio de su labor profesional. La docencia de las materias de geografia en las Escuelas Normales, en el transcurso de las dcadas centrales del siglo, exhibi- rn este espritu o sensibilidad, tal como ilustran las publicaciones de los discpu- los formados por Beltrn. Unas publicaciones que constatan la fortaleza de estas inquietudes y, a su vez, la ausencia de alternativas.

    Mayor atencin merecen las contribuciones educativas brindadas por las personas formadas en sus aulas. En efecto, diversos profesores de magisterio,

    l2 El programa aparece en el apndice 111 de la obra J. MELCN, La enseanza de la Geografa y elprofsorado de las Escuelas Normales (1882-1915), Barcelona, Publicacions de la Universitat de Barcelona, 1989.

    l 3 Nos referimos a los libros de texto que publica, apremiado por diversas circunstancias, y los escasos artculos de educacin geogrfica que redacta; en cambio, supo despertar enorme aprecio hacia su persona y la labor que efecto en esta institucin, tal como revelan las diversas notas de homenaje a su labor.

  • LA INVENCIN DE UN SABER METODOLGICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN.. . 257

    contagiados de esta ansiedad, publican los primeros libros de texto sobre edu- cacin geogrfica. Editan, en primer lugar, manuales que constituyen interpre- taciones correctas y actualizadas de la geografa de los programas aprobados por la Administracin. Y en segundo lugar, trabajos ms reflexivos dedicados a los temas de educacin geogrfica. Los ms diligentes en esta tarea son Miquel Santal14, Pedro Chico15 e Isidoro Reverte16. Todos ellos llegaron a ser activos catedrticos de Escuelas Normales, ejerciendo su magisterio en distintas ciuda- des espaolas.

    Sin duda, la figura que ms contribuye a visualizar el rudimentario saber con- figurado en torno a didctica de la geografia es Pedro Chico. Su obra Metodo- loga de la Geografia acredita, tanto la laboriosidad y optimismo que le carac- terizan, como los temas que comienzan a formar parte de la cultura didctica del profesor de geografa de enseanza primaria y de los responsables de su forma- cinI7.

    Los dems colectivos implicados en la docencia geogrfica se mantendrn bastante al margen de estas inquietudes. Sern escasos los profesores de Institu- to, Enseanzas especiales y Universidad que muestren una leve preocupacin por el tema de la educacin geogrfica. El profesorado de enseanza secundara est ms atento a los temas cientficos, los vinculados a la marcha de su propia disciplina. Concibe su tarea educativa como una labor propedutica, de inicia- cin, y su mxima aspiracin consiste en despertar el gusto por los temas cient-

    '"Miguel SANTAL PARVORELL, Estado actual de la Enseanza de la Geografa en Espaa y convenientes reformas, Memoria premiada en publico concurso abierto con motivo del 50" aniversario de 1afUndacin de la Real Sociedad Geo- grjca, Madrid, Imprenta del Patronato de Hurfanos de Intendencia e Intervencin Militares, 1927; sobre este autor vase Agustn HERNANDO, Geografia y Regeneracionismo educativo, Miquel SANTAL (1887-1962), en Era, 52,2000, pgs. 205- 230.

    Pedro CHICO, Metodologa de la Geografa, Madrid, Publicaciones de la Rev. de Pedagoga, 1932, reeditado en 1935; Metodologa de la Geografa. La Geografa y susproblemas. Investigacin y didctica, Madrid, Editorial Reus, 1934, reimpreso en 1946; Ampliacin y Metodologa de la Geografa, Madrid, Editorial Reus, 1947; Resumen de metodologa de la Geografa, Madrid, Editorial Reus, 1959; el discurso que nos ofiece en todas estas publicaciones es bastante similar y revelador de los ideales que animan su configuracin.

    l6 Isidoro REVERTE, La Geografa y su enseanza, Murcia, La Verdad, 1959, con reediciones en 1962 y 1966. " El concepto que identifica esta rea de conocimiento en esta etapa es metodologia; su origen se remonta al siglo

    XVIII con la aparicin de diversos manuales que ostentan este ttulo -mtodo para aprender geografa.. .-; dos de ellos se traducen al castellano, y un autor espaol edita dos obras que ostentan el ttulo de metodologa; a los dos primeros hemos aludido en nuestro reciente trabajo El Atlas Geogrjco de Espaa (1804) producido por Toms LPEZ, Madrid, instituto Geogrfico Nacional, 2005, nota 85.

  • ficos que cultiva. La geografa es contemplada en esta etapa educativa como un saber cultural, asociado al de la historia. Su prctica acadmica no cuenta con per- sonalidades reconocidas, o referentes ilustres, y su enseanza apenas gozar de prestigio entre este profesorado. Un profesorado que, adems y salvo alguna excepcin, carece de la preparacin acadmica adecuada. Se seguir concibiendo como la dispensacin de un aprendizaje verbal, memorstico, de escenarios regio- nales, contando con la ayuda de mapas. Una reaccin a este denostado panorama nos la ofrece Dantn Cereceda, autor que h e becado por la Junta de Ampliacin de Estudios y ejerci como profesor en diversos institutos y centros profesionales. Entre sus meritorias contribuciones contamos con manuales y algunas guas didc- ticas''.

    El profesorado universitario, salvo la excepcin apuntada del naturalista Odn de Buen", no se mostrar muy beligerante en mejorar la herencia recibida, pese al creciente reconocimiento que cobra la geografa en las universidades extranjeras. Las ideas innovadoras brindadas por este colectivo no son, ni relevantes, ni con- tundentes. Sirvan como ejemplo las aportaciones de Eloy Bulln, decano de los profesores de geografa de la Universidad Central de Madrid2'. Su produccin bibliogrfica sugiere que son otros intereses los que movilizan las energas de este colectivo, que, aunque no muy numeroso, s es influyente por su contribucin a despertar unas sensibilidades, unos criterios, unos gustos y procedimientos meto- dolgi~os~~.

    J. DANTN CERECEDA, Cmo se ensea la Geografa, Madrid, Publicaciones de la Rev. de Pedagoga, 1923 y nume- rosas ediciones posteriores.

    l9 Adems del discurso inaugural citado en la nota 5, Odn de BUEN es autor, entre otros trabajos, de un libro de Geo- graja Fsica, con prlogo de Eliseo RECLUS; se halla dentro de la coleccin de manuales de la Escuela Moderna, institu- cin a la que llev sus hijos, y es uno de los primeros en esta categora publicados en Espaa; en relacin a la singular situa- cin de la geografa en Catalua en esta poca vase nuestro trabajo Geografa e identidad nacional. Las primeras geografas de Catalua. Documents dilnalisi Geograjco. 38,2001,55-86.

    E. BULLN, Valor educativo de los estudios geogrjcos, Madrid, Imp. R. Velasco, 1930; Reformas urgentes en la enseanza de la Geografa, Estudios Geogrjcos, 5, 1941,661-678; mayor impacto posee su medida de desdoblar las cate- dras de geografa e historia de las Escuelas Normales, durante la etapa en que fue Director General de Primera Enseanza; vase J. Bosque, La geografa espaola moderna anterior a la Guerra Civil (1870-1940), Geografa y gegrafos en la Espa- a Contempornea, Granada, Universidad de Granada, 1992, 13-45.

    Esta indiferencia persiste y se manifiesta en la escasez de trabajos de investigacin efectuados; en efecto, si exami- namos la revista Estudios Geogrjcos, comprobaremos la dbil atencin prestada al tema y el ndice de los primeros cin- cuenta aos, publicado en 1990, no recoge esta categora.

  • 2.5. Otras alentadoras iniciativas surgidas durante estas dcadas: labor investi- gadora y traduccin de obras extranjeras

    Adems de las iniciativas que acabamos de enumerar contamos con otras con- tribuciones efectuadas de manera aislada y que no recibieron la atencin que mere- can. La primera de ellas tiene que ver con la tarea investigadora, una actividad que promueve un saber y se convierte en credencial para la ansiada credibilidad del discurso. Adems, la labor investigadora es la que dota de autoridad a unos men- sajes y prestigio a sus cultivadores. La segunda iniciativa corresponde a la versin castellana de obras sobre educacin geogrfica que gozan de reconocimiento social en sus respectivos pases. La paulatina asimilacin de las ideas condensadas en estas traducciones ser la promotora de los cambios de actitud y su adopcin entre un profesorado vido de recomendaciones tendentes a mejorar su labor.

    ~ La investigacin emprica ms antigua que disponemos h e publicada en 190lzZ. Consiste en el diseo de un modesto cuestionario destinado a averiguar el estado de salud de la enseanza de la geografa en los institutos de secundaria. Sus preguntas obedecen al deseo de conocer los recursos que poseen y los procedimientos que emplean en su enseanza. Pese a la pobreza de datos cosechados, de trece institutos a los que remiti el cuestionario slo contest uno, constituye una iniciativa muy enco- miable. El autor, mediante los' datos suministrados por una encuesta, pretende averi- guar el estado real de la enseanza de la geografa en Espaa. La encuesta est inspi- rada en la llevada a cabo, unos aos antes, por la Administracin francesa y la

    1 Sociedad Geogrfica de Londresz3. El trabajo permite reconocer el triste panorama que ofrecen los centros y comprender la desazn del promotor de este pionero estudio.

    Otra iniciativa emprendida por este mismo autor consiste es la realizacin de la , primera tesis doctoral sobre educacin geogrfica presentada en Espaaz4. Este

    U Rafael BALLESTER, Estudio sobre la enseanza de la Geografa, Palma, Tipogr. Guasp, 1901, prlogo de M. Obrador. 23 A. HIMLY y E. LEVASSEUR, Rapport general sur I'enseignement de I'histoire et de la gographie, Pars, Dupont, 1871;

    Roya1 Geographical Society, Report of the Proceedings of the Society in reference to the improvement of Geographical Edu- cation, London, John MURRAY, 1886; en su apndice figura la situacin de la enseanza de la geografa en Espaa, informe que hemos traducido en Agustn Hernando. La educacin de un Gegrafo. Propuestas histricas de planes de estudio de Geografa, Revista de Geografa, X X I X , no 1, 1995,37-67.

    24 A. J. COLOM, Un regeneracionista mallorqui: Rafe1 BALLESTER i I'ensenyament de la geografia, Trabajos de Geo- grafia, 1982,63-82; Ballester es autor de libros de geografia, los primeros que adoptan un estilo moderno, conteniendo, por ejemplo, imgenes fotogrficas; vase nuestro trabajo Geografa y regeneracionismo educativo: Miquel SANTALO (1887- 1962), Era, citado en nota 14.

  • activo mallorqun sigue atentamente los empeos innovadores que en materia de enseanza de la geografa estn desplegndose fuera de nuestras fronteras. Con el arsenal de datos reunidos, describe el estado que ofrece la geografia en los dife- rentes pases europeos, enumerando sus principales contribuciones. A lo largo de sus seis captulos menciona las obras, los autores y los ideales que estimulan su cultivo. Como buen regeneracionista, concluye con un amargo lamento del estado que ofrece en Espaa y expresa su reproche a la institucin responsable de su pro- mocin. Unas apreciaciones que no agradaron y, en nota aadida, son reprobadas por los mximos responsables de la Sociedad Geogrfica.

    Estas dos iniciativas investigadoras, ilustradoras de otra negociacin destinada a mejorar el panorama educativo, tardarn en fructificar. Las personas preocupa- das por la educacin geogrfica no advertirn la relevancia que encierra esta tarea, requisito indispensable para dotar de autoridad a unas ideas y legitimar unas aspi- raciones de reconocimiento acadmico. Una situacin que reclama reiteradamente los cultivadores de la misma. Quedarn como labores academicistas, especialmen- te la investigacin bibliogrfica desplegada en su tesis doctoral. La investigacin emprica que efecta unos aos antes, debido probablemente al lugar en el que se edita, tiene escaso impacto y apenas es conocidaz5. Ser, por tanto, una de las carencias ms notorias que arrastre la educacin geogrfca, retomndose bastan- tes dcadas despus. Dficit que todava acusa, pese a los significativos esfuerzos desplegadosz6.

    No queremos concluir este examen de la etapa en la que se configuran las pri- meras inquietudes dirigidas a forjar la educacin geogrfica sin aludir a otra alen- tadora aportacin. Nos referimos a la primera versin castellana de una obra sobre educacin geogrfica. El libro evoca una de las respuestas ofrecidas: la formacin del profesorado, en primer lugar; el diseo de programas adaptados a los diversos

    Rafael BALLESTER, Estudio sobre la enseanza de la Geografia, Palma, Imp. F. Guasp, 1901. " LOS ltimos informes efectuados sobre la investigacin geogrfica en Espaa apenas registran esta categora; vase

    E. CANOSA, M. FROCHOSO y J. MIJOZ, LOS departamentos universitarios de geografa y su produccin cientfica, Comit Espaol de la Unin Geogrfica Internacional, La Geografia espaola ante los retos de la Sociedad actual. Aportacin espaola al X X X Congreso de la Unin Geograjica Internacional. Glmgow 2004, Madrid, AGE, 2004; pese a ello conta- mos con sntomas esperanzadores, como los congresos y la revista.

  • 1 LA INVENCI~N DE UN SABER METODOLGICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN.. . 26 1 niveles, despus; y el conocimiento de un conjunto de experiencias de enseanza de geografa que puedan servir de ejemplo al profesorado, en ltimo lugar. Esta relevante iniciativa, la traduccin de obras que difundan la labor efectuada por reconocidos autores extranjeros, tendr mayor protagonismo en el ltimo tercio del siglo XX. Se convertir en el ms eficaz estmulo para la adopcin de ciertas acti- tudes y la asimilacin de un nuevo vocabulario o jerga profesional.

    El primer manual dedicado a saciar las ansias de renovacin despertadas es el libro Cmo se debe estudiar la Geografia. Una obra escrita por el norteamericano Francis W. Parker en 1 896 y publicada en Madrid en 1 9 1 5. El autor, seguidor de los principios que inspiran una educacin progresiva, paidocntrica, haba llevado a cabo, junto a J. Dewey, una campaa destinada a combatir los mtodos tradicio- nales de enseanza basados en la memorizacin de una terminologa y el manejo de manuales dispensadores de datos como nica fuente de informacin. Como alternativa, sugiere integrar y diluir el protagonismo que poseen las diversas asig-

    I naturas, elegir reas de inters y estimular aprendizajes significativos basados en el estudio y familiarizacin con la realidad prxima del alumno. Fruto de su dila- tada experiencia es la publicacin de esta obra, con un evocador ttulo, How to

    1 study Geography. A practica1 exposition of methods and devices in Teaching Geo- graphy which apply the principies and plans of Ritter and Guyot (New York, 1896). De sus pginas fluye el entusiasmo y vitalidad que caracterizan la educa- cin americana del momento. Una nueva educacin, trasplantada del continente 1 Alemania y Suiza, que parte del principio de investigacin como actividad que 1 gua toda la enseanza, desterrando procedimientos legitimados en la importancia / tributada a la erudicin en crculos acadmicos.

    Habr que esperar hasta la dcada de 1980 para advertir, de nuevo, la presencia de obras extranjeras vertidas al castellano y una incesante asimilacin de nuevos conceptos y el empleo de una jerga tcnica o vocabulario, asociado a este novedo- so ideario educativo2'. Frente a la escasa receptividad dispensada a la primera obra, probablemente por falta de audiencia, las traducciones editadas en el ltimo tercio gozarn de enorme credibilidad y tendrn un acusado impacto. La autoridad que cobran sus ideas ser llamativa y, la fuerza persuasiva que ejercern, al comps con

    27 Existe otra obra traducida al castellano que corresponde a un conjunto de artculos; nos referimos a D. GIBBS, E. LEVASSEUR y A. SLUYS, La enseanza de la Geografa, Madrid, Libr. Gral. V. Surez, 1911 y Ediciones de la Lectura para la de 1928, con un articulo ms procedente de Vidal de la Blache.

  • otros estmulos, ser responsable de la asimilacin paulatina de complejos con- ceptos educativos, desplazando el inters hacia algunos de los temas que actual- mente poseen mayor protagonismo. El cambio registrado en el vocabulario ser la evidencia ms elocuente de la adopcin de un nuevo discurso y sensibilidad.

    2.6. La didctica de la geografia que va configurndose: del ansiado saber meto- dolgico, al dificil arte de educar

    Tras esbozar las ms significativas aportaciones surgidas en esta etapa, la pri- mera valoracin que podemos establecer es la presencia de un grupo de personas preocupadas por el estado de la educacin geogrfica en Espaa, la identificacin de unos deseos de mejora y los pasos dados para su logro. Sabedores del recono- cimiento social que la geografa alcanza en otros pases europeos, singularmente Francia y Alemania, juzgan la situacin como deplorable. Sealan a la Adminis- tracin como principal responsable de la situacin, y emprenden una campaa con- sistente en dar a conocer la envidiable situacin que goza la geografa en otros pa- ses, divulgando sus logros, experiencias y obras ms relevantes.

    Los artculos que redactan pretenden concienciar al pblico culto de la impor- tancia social de la educacin geogrfica. Tambin se dirigen a un profesorado for- mado en la experiencia y la rutina, con la intencin de que aplique otros procedi- mientos de enseanza, mostrndole las experiencias ms atractivas juzgadas por la comunidad internacional. Un precario saber emanado de la recepcin de acciones desplegadas fuera de nuestras fronteras que, dotadas de gran autoridad, se con- vierten en el estmulo y gua argumenta1 permanente en el transcurso de esta etapa.

    La retrica empleada por estos fervorosos innovadores es muy contundente y emotiva, singularmente la que esgrimen los ms apasionados y combativos. Trans- forman sus recomendaciones en verdaderos manifiestos o idearios educativos. Adems, son personas muy carismticas, dotadas de enorme prestigio acadmico y social, y muestran una enorme preocupacin por el bajo nivel educativo del pas, tal como reflejan sus influyentes publicaciones. Manejan un lenguaje afectivo, un recurso muy convincente, propio de la ideologa regeneracionista del momento, apelando a principios polticos nacionalistas y valores patriticos.

    Su aspiracin es lograr una mayor presencia de la geografa en la sociedad espaola, anloga a la que disfmta entre la sociedad europea. Una geografa cuya naturaleza y mbito de cultivo se est debatiendo en foros acadmicos. Seducidos por las ideas cientficas que exponen brillantes cultivadores de la

  • LA INVENCIN DE UN SABER METODOLGICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN.. . l

    misma en los congresos internacionales, el espritu acadmico ser el que ins- pirar las enseanzas que deben nutrir los diversos niveles, desde la universi- dad a la educacin obligatoria. Otros, en cambio, indiferentes al debate produ- cido en crculos acadmicos, sugieren la adopcin de programas alternativos.

    ' Lo harn amparndose en la experiencia diaria con los alumnos y las necesida- ~ des de una sociedad que reclama otra preparacin. Su discrepante voz ser mar- l ginada en los programas oficiales, aunque seguida en algunos centros. Es el / caso de las propuestas progresistas, centradas en la adopcin del mtodo topo-

    grfico o local y la provisin de experiencias adaptadas a las necesidades espe- cficas de los alumnos, aquellas que les aporten otra preparacin intelectual y, singularmente, una prctica.

    Sorprende la escasa presencia de captulos dedicados a ideas pedaggicas y debates educativos. Su evocacin aparece de manera implcita, mediante la des- cripcin de experiencias consideradas como ejemplares. Y su mximo protagonis-

    I mo consistir en principios que condensan un espritu pedaggico o ideario edu- cativo. Se trata de frases como proceder de la concreto a lo abstracto, de lo prximo a lo remoto. O hacer verpara comprender; aprender poco y bien; o seguir

    I en la enseanza el proceso ver-comprender-saber. Los idearios propuestos por Pestalozzi o Froebel sern desconocidos por estos profesores, aunque algunos invoquen y apliquen sus enseanzas ya que se advierte la propuesta de dos meto-

    1 dologa~: la deductiva y la inductiva. La personalidad y cualidades del alumno tar- darn en descubrirse y tenerse en cuenta. Para la mayora, la memoria seguir sien- ' do su mayor virtud y, el lenguaje, la mayor riqueza. De ah los esfuerzos para hacer ms eficaces y amenos los aprendizajes.

    Entre las diversas categoras informativas que configuran el discurso, adems de la preparacin geogrfica, especial atencin se presta a la disponibilidad de unos recursos, como libros y mapas. Tambin, la conveniencia de promover expe- riencias de aprendizaje ms amenas y enriquecedoras, como son las salidas, pase- os o excursiones. Los principios ldicos asumidos por un autor e institucin, pro- bablemente por su condicin confesional y su localizacin perifrica, apenas tendrn efectoz8.

    28 NOS referimos a la enseanza de la geografa practicada en las Escuelas del Ave-Mara, promovidas por el Padre Manjn en Granada.

  • 264 AGUSTN HERNANDO

    En definitiva, la acusada preocupacin sentida por dotar de un contenido aca- dmico a los programas de aprendizaje ge~grfico~~, los diversos mtodos de ense- anza y los potenciales recursos disponibles son, por este orden, las cuestiones que acaparan mayor atencin y los saberes que conforman las primeras respuestas a la mejora. Una aspiracin alimentada por la fe en la educacin geogrfica como ins- trumento de modernizacin y progreso del pas.

    3. LA DIDCTICA DE LA GEOGRAF~A A TRAVS DE LAS PUBLICACIONES DE LAS LTIMAS DCADAS DEL SIGLO XX: UN DISCURSO ABSTRACTO DESTINADO A MEJORAR LA PREPARACI~N INTELECTUAL DEL PROFESORADO

    Tras los significativos logros institucionales conseguidos previamente, las dcadas centrales del siglo no muestran la vitalidad de ideas e innovaciones que cabra espe- rar. Ms bien todo lo contrario. Como en tantos otros mbitos, la Guerra Civil supo- ne un freno a las aspiraciones de reforma y, el nuevo rgimen, el frreo control de la educacin y una vuelta a los valores proclamados en el pasado basados en un apren- dizaje memorstico y verbalista de la geografia. Adems, con consecuencias dramti- cas para protagonistas que se haban distinguido por su afn de introducir ideas inno- vadoras, ya que todo el profesorado sufre un proceso de depuracin, los que se quedan, y otros se ven obligados a exiliarse. La nueva situacin explica la reedicin de obras redactadas en la etapa anteriofO. Pese a un panorama educativo poco alenta- dor para emprender aventuras renovadoras, posteriormente aparecern esfuerzos reformistas que alertan del descontento con la situacin heredada, e inquietudes en niveles educativos que previamente no haban mostrado tal sensibilidad3'. Pero ten- dremos que esperar varias dcadas para advertir los primeros sntomas del cambio.

    N El protagonismo es tal que llegan a editarse libros con los programas de los diversos niveles comentados; vase F. MARn ALPERA, Geografa, Madrid, Publicaciones de la Revista de Pedagoga, 1925, con reediciones en 1931 y 1932; en parte, corresponde a la concepcin de la didctica aportada por BELTRN y seguida por SANTALO, CHICO y REVERTE.

    " Adems de la reedicin de la obra de Pedro CHICO, la ltima con el ttulo Resumen de Metodologa de la Geografa, Madrid, Reus, 1959, aparece el libro de Isidoro REVERTE, La Geografa y su enseanza, Murcia, La Verdad, 1959, con reedi- ciones en 1962 y 1966; mayor singularidad ofrece la obra de P. Plans, Orientaciones sobre Didctica de la Geografa, Madrid, Magisterio Espaol, 1967, reeditada en 1970; adems de concebir su aportacin wmo Didctica en lugar de Metodologa, rene un conjunto de artculos publicados por el autor en diversas revistas; por otro lado, si los precedentes manuales estn des- tinados al futuro profesor de enseanza primaria, ste es el primero diigido al profesorado de instituto o bachillerato.

    " Nos referimos a la sucesin de artculos que aparecen en revistas de pedagoga durante estas dcadas, as como en publicaciones editadas por cuerpos de la administracin; sirva de ejemplo R. Ezquerra, Didctica de la Geografa, Madrid, Direccin General de Enseanza Media, 1962.

  • Un requisito legislativo novedoso, asociado a los espectaculares cambios socia- les y culturales experimentados en Espaa y que alumbran la Ley de Educacin de 1970, es la obligacin de disponer del Certificado de Aptitud Pedaggica (CAP) aquellos licenciados universitarios que aspiren a ejercer la docencia en el bachille- rato. Una exigencia legal que se ha mantenido hasta la fecha y que justific, en parte, la creacin de los Institutos de Ciencias de la Educacin (ICE). Esta tras- cendental medida se ha reforzado recientemente, con la aprobacin del ttulo de Especializacin Didctica, estudios de posgrado que contemplan una mayor exi- gencia formativa3'. Entre las materias que deban cursarse para obtener este Certi- ficado figuran aquellas relacionadas con las didcticas especficas. Para satisfacer la demanda, surgieron cursos de didctica de la geografia impartidos en las diver- sas universidades del pas33. No contamos con testimonios documentales que nos permitan conocer cules fueron las diversas respuestas ofrecidas, pero s sabemos que dicho requisito supuso la aparicin de esta inquietud, por primera vez y de manera ms o menos incipiente, en la ~niversidad~~. Desde entonces, el profesora- do de algunas universidades muestra un cierto inters hacia esta especialidad y, en los planes de estudios, cursos que reciben el ttulo de Didctica de la Geografid5.

    La heterogeneidad de saberes que actualmente configuran la didctica de la geografia aparecen dispersos en multitud de manifestaciones cuya crnica est por hacer. Adems de figurar condensados en obras que exhiben este ttulo, u otros anlogos, contamos con aportaciones que, sin duda, revelan la importancia alcan- zada por este saber. Nos referimos a testimonios tan elocuentes como la profusin de artculos en revistas acadmicas, la existencia de asociaciones profesionales, los encuentros celebrados, los grupos de trabajo formados, los contactos establecidos

    " El desarrollo de sus estudios figura en el BOE del 4-11-2004; contempla el rea de Ciencias Sociales como una de las especialidades didctica y le asigna 12 crditos de docencia.

    " El autor de estas lneas tuvo la oportunidad de entrar en contacto, por primera vez, en el curso impartido con este titulo por el Dr. VILA VALENTI, en 1969-1970; el curso corresponda a una materia del nuevo plan de estudios introducido en la Universidad de Barcelona, ese mismo ao, y era convalidada por la asignatura del CAP.

    J. M" ROZADA, Didctica de la Geografa: Notas para un programa de la asignatura, Eria, 5, 1983, 159-169; P. Bene- jam, La formacin inicial del profesorado de BUP, Cuadernos de Pedagoga, 97, 1983,44-48; R. Ascn et al., La Geogra- fia a l'ensenyament secundari, Documents dSAnalisi Geograjca, 5,1984,141-148.

    Vase A. TULLA, coord. Libro Blanco del Titulo de Grado de Geografa y Ordenacin del Territorio, Barcelona, 2004, con toda la informacin presentado a la Agencia Nacional de Evaluacin de la Calidad y Acreditacin (ANECA); con- tamos con otros estudios que ofrecen el inventario de asignaturas ofrecidas por los diversos Departamentos universitarios de Espaa, promovidos por la AGE y por iniciativa individual.

  • 266 AGUSTN HERNANDO

    con el extranjero, etc. Pese a la relevancia de todos estos datos, credenciales del admirable cambio producido y de su magnitud, persisten unas carencias, algunas muy acusadas, como son el escaso protagonismo concedido a una rigurosa labor investigadora, anloga a la desempeada en otras especialidades de la geografa, o la inexistencia de un mayor nmero de datos empricos sobre el estado de su ense- anza y aprendizaje. A estas limitaciones hay que aadir el desafo de una identi- dad debilitada recientemente, al compartir su presencia con otras ciencias sociales que son asumidas como ms relevantes por algunos de sus seguidores, con la con- siguiente dispersin de sus trabajos. La ausencia de asociaciones profesionales consolidadas y canales de difusin que gocen del reconocimiento y apoyo de todos los especialistas de este mbito del conocimiento explica la presencia de diversos foros de discusin y la conformacin de opiniones y su defensa, en ocasiones, en torno a intereses corporativos, ms que acadmicos. Tambin acusa el carcter estanco en que se hallan atrapados los profesionales de la enseanza y la inexis- tencia de estmulos que alienten la mejora y promocin del profesorado. El lide- razgo, aunque no sea tan carismtico como en el pasado, sigue ejerciendo una fuer- za argumenta1 que se concreta y visualiza en la configuracin de grupos y la propagacin de ideas en el seno de los mismos.

    Como todas las manifestaciones educativas heredadas, los saberes que confor- man la didctica de la geografia estn sometidos a un profundo proceso de cam- bio, similar al que afecta a cualquier otra actividad cultural. Este dinamismo entra- a el eclipse o abandono de algunas preocupaciones del pasado, como la importancia dispensada al contenido o geografia acadmica, y la entusiasta adhe- sin a otros saberes, educativos, psicolgicos, sociolgicos y polticos especial- mente. Resulta muy elocuente el rechazo producido a ciertas convicciones hereda- das del pasado, pese a que, tradicionalmente, la educacin ha sido uno de los referentes ms estables de la sociedad y en el que han encontrado refugio la iner- cia o la rutina. Sin duda, uno de los rasgos ms apreciables de la situacin actual es la ausencia de unos idearios educativos alternativos asumidos como relevantes por la mayora, con el desconcierto que esto genera. Son los valores defendidos por la ideologa dominante los que inspiran y legitiman unas decisiones y proyectos educativo^^^. Las cualidades humanas que debe ostentar el perfil de la persona son

    Esto explica la sucesin de leyes educativas que se han aprobado en el transcurso de las dos ltimas dcadas pre- sentadas por los dos grupos polticos que se han alternado en el gobierno.

  • LA INVENCI~N DE UN SABER METODOL~GICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN.. . 267

    las que movilizan el inters de los diversos proyectos de aprendizaje, frente a la cultura geogrfica que ha sido la preocupacin hegemnica hasta el presente. Por otro lado, el protagonismo cobrado por las nuevas tecnologas constituye otro de los retos e incertidumbres que gravitan sobre su configuracin, as como los valo-

    1

    res aportados por los movimientos migratorios experimentados recientemente y que estn desbordando las expectativas e ilusiones puestas en la educacin.

    En definitiva, el contexto educativo y social en el que se desenvuelven los pro- tagonistas comprometidos con la mejora de la educacin geogrfica en el creps- culo del siglo XX es muy diferente al de sus albores. Y, lo ms preocupante, exis-

    te una conciencia clara del proceso de cambio vertiginoso en el que est sumida la l , sociedad y el creciente impacto de sus decisiones y desafos en la educacin.

    1 3.1. Cambios de sensibilidad y principios que inspiran la configuracin del nuevo discurso: los mensajes aportados por las obras extranjeras La autarqua que caracteriza la cultura y sociedad espaola de la posguerra afec-

    ta igualmente a la educacin. Ser, por tanto, la reedicin de obras lo que ayude a alimentar las escasas ansias renovadoras despertadas. Las nicas referencias nove- dosas vendrn de obras publicadas en pases de Amrica, como Mjico o Argenti- na3'. Sin embargo, los mensajes que encierran son muy similares a los difiindidos por las escritas en Espaa. Mayor inters poseen ciertas obras pedaggicas, las cuales despertarn inquietudes e invitarn al profesorado a dotarse de nuevos gus- tos. Sern las causantes de algunos de los cambios desatados posteriormente en la ordenacin de la educacin y, por tanto, afectarn a la geografa38.

    La principal fuente de renovacin conceptual que experimentar la didcti- ca de la geografia ser debida, esencialmente, a la presencia y reconocimiento de la literatura anglosajona traducida al castellano. Son obras cuyo contenido evoca otra sensibilidad y transmiten mensajes muy seductores, Su lectura y asi- milacin generar la paulatina asuncin de otras inquietudes, anlogas a las que

    ' Sirvan, a modo de ejemplo, E. KOLEVZON y R. MALOFF, Cmo hacer interesante una clase de Geografa, Mxico, UTEHA, 1968; J. LEIF y G. RUSTIN, Didctica de la historia y de la geografa, Buenos Aires, KAPELUSZ, 1961; M. Zamora- no, La enseanza de la geografa en la escuela secundaria, Buenos Aires, EUDEBA, 1965.

    38 B. S. BLOOM et al, Evaluacin del aprendizaje, Buenos Aires, Troquel, 1975; B. S. BLOOM et al. Taionoma de los objetivos de la educacin, Alcoy, Marfil, 1975; R. TITONE, Metodologa Didctica, Madrid, Rialp, 1974; R. M. GAG& y L. J. BRIGGS, Laplanificacin de la enseanza, Mxico, Trillas, 1977.

  • 268 AGUSTN HERNANDO

    poseen colegas establecidos en otros pases. Asociado a la asimilacin de los nuevos conocimientos aparece la adopcin de un nuevo lenguaje o vocabulario. Una terminologa formado por conceptos abstractos, de procedencia muy varia- da, que se convertir en la jerga de los especialistas en esta rea del conoci- miento.

    Pese a situarse en el inicio del proceso de cambio y no revelar todava las nuevas inquietudes, el precedente ms remoto corresponde al libro Mtodo para la enseanza de la ge~gra f i a~~ , un manual patrocinado por la UNESCO para contribuir a la mejora de la educacin geogrfica en el mundo. Refleja, en gran parte, las preocupaciones del pasado. Como indica el ttulo, su contenido est dedicado a temas de metodologa ilustrados con abundantes ejemplos. Su exa- men delata igualmente la importancia tributada al tema de los recursos. Son, por tanto, las cuestiones sobre las que se plantea la innovacin. Una perseverante aspiracin dirigida a modificar el comportamiento rutinario que preside la acti- vidad del aula e informar de la diversidad de recursos disponibles para ameni- zar su labor.

    Pronto, el cambio conceptual que experimenta la didctica de la geografa, especialmente en institutos de educacin anglosajones que desempean una fun- cin similar a los ICES de nuestro pas, anim a publicar un nuevo manual que difundiera las propuestas renovadoras ofrecidas por el mundo de la educacin, as como de los profundos cambios experimentados por el saber geogrfico. El nuevo manual, por diversas circunstancias, ver la luz con bastante retraso y ser igual- mente traducido al castellano. Pese a su heterogeneidad temtica, su examen reve- la que nos hallamos ante un discurso ms complejo, geogrfico y educativo, con reflexiones y aportaciones que previamente no se haban producido, diferente, por tanto, al editado con anterioridad40.

    El cambio de sensibilidad al que responden estos nuevos saberes se advierte con mucha mayor claridad en otros libros traducidos. Se debe, probablemente, al hecho de estar redactados por un solo autor y condensar el rigor y dilatada experiencia en

    39 UNESCO, Mtodo para la enseanza de la Geografa, Barcelona, Teide, 1966; aunque su versin castellana fue motivada por el deseo de satisfacer las demandas del mercado latinoamericano, constituy una referencia importante duran- te estos aos.

    m N. GRAVES, coord., Nuevo mtodo para la enseanza de la geografa, Barcelona, Teide, 1989; la edicin en ingles es de 1982.

  • cursos impartidos de esta materia. Nos referimos a los libros de P. Bailepl y, espe- cialmente, el de N. Graves4', autor que cuenta con una slida experiencia investi- gadora y goza de reconocimiento al haber desempeado diversos cargos en la Unin Geogrfica Internacional.

    Cules son los mensajes ms novedosos y atrayentes que ofrecen estas obras. Si reparamos en los ndices, comprobaremos la presencia de categoras temticas in- ditas como la relacin entre geografia y educacin, la evolucin de su enseanza, los objetivos educativos, los problemas de aprendizaje y la evaluacin de los mis- mos, interrogantes que no contemplaban las obras precedentes. Asimismo, en con- sonancia con la personalidad del autor, se presta atencin a los cambios acaecidos recientemente a la geografia acadmica, a prcticas obligatorias legisladas en el sis- tema educativo ingls, como los trabajos de campo y, en el caso de Bailey, al hechi- zo despertado por las nuevas tecnologas. Pero lo ms importante es el estilo. De una presentacin normativa o prescriptiva de la materia, se ha pasado a otra expo- sitiva, ms reflexiva y con argumentos apoyados en datos y citas bibliogrficas.

    En definitiva, su lectura contribuy a asimilar la profunda renovacin legislati- va introducida en Espaa con la aprobacin de la Ley de Educacin de 1970 y puesta en marcha en el transcurso de esta trascendental dcada de nuestra historia. La aparicin de los sucesivos decretos, los que disean el nuevo bachillerato, publicado ya en la etapa democrtica, aluden a categoras novedosas como los objetivos educativos, expuestos de manera muy pormenorizada, y la contempla- cin de aprendizajes a alcanzar clasificados en tres categoras. Sern aspectos innovadores que tardarn en asumirse, as como la propuesta metodolgica ms revolucionaria: la adopcin del mtodo indagatorio. El ideario educativo progresi- vo que inspira esta innovadora Ley explica, entre otros aspectos revolucionarios, la presencia, por primera vez, de las reas de conocimiento o aprendizaje, entre ellas la social, mbito en el que colocan la geografa, con los problemas que ello acarrea, al contemplarse una parte de la misma.

    " P. BAILEY, Didctica de la Geografa, Madrid, Cincel, 1981; este autor tiene otros trabajos traducidos al castellano y, tras la difusin de su obra en Espaa, fue invitado para pronunciar diversas conferencias.

    " Norman J. GRAVES, La enseanza de la geografla, Barcelona, Visor, 1985; este autor dispone de una copiosa litera- tura dedicada a temas de educacin geogrfica, habiendo sido invitado en diversas ocasiones a presidir congresos y reunio- nes en nuestro pas; su primera visita fue con motivo de la reunin Educacihn geogrPca y mundo actual, celebrada en Bar- celona en abril de 1975.

  • 270 A G U S T ~ HERNANDO

    3.2. Profesionalizacin y concienciacin de unas responsabilidades Uno de los cambios ms espectaculares, producido en el transcurso de estas

    dcadas, ha sido el incremento del nmero de profesores de geografa dedicado a los temas educativos. Si con anterioridad la inquietud se limitaba al escaso nme- ro de profesores de Escuelas Normales, en la actualidad el inters se ha contagia- do a los dems niveles educativos, incluida la Universidad. La vitalidad cobrada por esta sensibilidad explica la aparicin de manuales, revistas, reuniones, grupos de trabajo, asociaciones y otras experiencias que ponen de manifiesto el dinamis- mo que actualmente posee este mbito del conocimiento.

    El inters dispensado a los temas de educacin geogrfica anim a dos cole- gas a editar un primer manual redactado por autores espaoles43. El libro refleja ya las nuevas preocupaciones del profesorado y se public con la finalidad de servir de estmulo, lectura y orientacin a las personas interesadas. Gracias a la colaboracin prestada por diversos colegas, rene un conjunto de ensayos que ilustran la heterogeneidad temtica y conceptual alcanzada por la didctica de la geografa del momento. En sus pginas encontramos, desde reflexiones tericas, a contribuciones bibliogrficas, as como otras derivadas de la especulacin y experiencia personal. El resultado es una obra de referencia, que acredita el rigor, el inters y los procedimientos de investigacin empleados. Est escrita con un lenguaje ms tcnico que las precedentes, propio del estilo o retrica adoptado por los especialistas con los que se intenta parangonar. Y pretende des- pertar ansias renovadoras en el comportamiento, describiendo ejemplos y ape- lando a la autoridad de fuentes bibliogrficas, en su mayor parte, extranjeras. Son atributos de una oferta informativa que contrasta acusadamente con la de sus antecesores, reveladores igualmente del cambio producido en los gustos de los cultivadores en Espaa.

    3.3. Una obra que ostenta el ttulo de Didctica de la Geografia: evocacin de las inquietudes actuales

    Otro de los testimonios que condensa el protagonismo cobrado por las ideas que caracterizan actualmente la didctica de la geografia es el libro escrito por

    " A. MORENO JIMNEZ y Ma. J. MARRN GAITE, Eds., Ensear Geografia. De la teora a laprctica, Madrid, Ed. Sn- tesis, 1995.

  • LA INVENCIN DE UN SABER METODOLGICO: LAS IDEAS QUE INSPIRAN.. . 27 1

    X. M. S o ~ t o ~ ~ . Exhibiendo este mismo ttulo, en el lenguaje y contenido de sus sucesivos captulos podemos advertir el cambio operado en las preocupaciones del profesorado, experimentado en el transcurso de las dcadas precedentes. Unos cambios impulsados por el espritu positivista y funcional que anima la investigacin geogrfica de los pases occidentales. De ah la terminologa tc- nica empleada, el reiterado uso de conceptos abstractos e ideas para describir la actividad educativa y el rigor documental de su creacin, edificado sobre una profusin de citas, especialmente anglosajonas, que aderezan y amparan los argumentos. La racionalidad en la sistematizacin de unos saberes, la novedad conceptual que acusan, el lenguaje especializado y el recurso a fuentes extran- jeras, constituyen las principales seas de identidad de este novedoso conoci- miento. Unos atributos que ostentan, con mayor o menor profusin, multitud de trabajos publicados en revistas y otros canales difusores de la labor investiga- dora.

    La obra comprende cuatro partes, algo diversas entre s. La primera presen- ta las principales innovaciones acaecidas en el transcurso del ltimo tercio del siglo XX. Elige como hito de este proceso la fecha de 1960, aunque, como no poda ser de otra manera, alude al ultimo medio siglo. Acusa el inters surgido por la dimensin histrica, una contribucin aportada por el libro de Graves que ayuda a comprender el dinamismo que afecta al mundo de la educacin y la geografa. A l sigue, sin duda, el apartado ms convencional, el que se ocupa de los conceptos esenciales aportados por la teora curricular: objetivos, contenidos, mtodos y evaluacin. El dominio de tales temas, con la descrip- cin tcnica correspondiente, constituyen la cultura imprescindible de cual- quier profesor actual. Otro de los apartados est dedicado a un tema clsico: el diseo de los diversos programas que inspiran el aprendizaje correspondiente a las sucesivas etapas educativas. Y concluye con el repaso a algunas de las propuestas renovadoras producidas en otros pases y las asumidas por ciertos grupos de renovacin aparecidos en Espaa. En definitiva, la obra constituye un claro ejemplo de las inquietudes, intereses, cultura, lenguaje y dems atri- butos que caracterizan los saberes sostenidos sobre educacin geogrfica actual.

    M X. M. SOUTO GONZLEZ, Didctica de la Geografa. Problemas sociales y conocimiento del medio, Barcelona, Edi- ciones del Serbal, 1998.

  • 3.4. Las convocatorias peridicas de profesores de geografia: los congresos cele- brados

    Contamos asimismo con otros destacados testimonios, reveladores igualmente de las ansias informativas que muestra la comunidad de personas interesadas por la geografa. Sirvan como ejemplo de esta sensibilidad los congresos celebrados recientemente y los volmenes publicados que contienen las comunicaciones pre- sentada~~~. Dichas manifestaciones reflejan la existencia de un colectivo, bastante numeroso, animado por el deseo de contribuir a la mejora de la educacin geo- grfica. Est compuesto por personas pertenecientes a distintos niveles educativos, amparados por una asociacin dedicada a los interesados en esta especialidad geo- grfica. Se trata, en concreto, de la Asociacin de Gegrafos Espaoles, una insti- tucin que ha tomado el relevo de las actividades que a comienzos de siglo impul- saba la Sociedad Geogrfica de Madrid; y el Grupo de Didctica de la Geografa, que acoge a las personas preocupadas por los temas de educacin geogrfica, en sus diferentes niveles, y canaliza algunas de sus aspiraciones.

    Al examinar las investigaciones presentadas en cualquiera de sus convocatorias, uno de los aspectos que ms llama la atencin es la profusin de estudios de casos. Se trata de experiencias personales, desplegadas en los diversos mbitos de traba- jo, tanto primario como secundario. Son ensayos que describen minuciosamente una actividad educativa, sus motivaciones, los recursos empleados, as como otros aspectos relevantes asociados a dicha experiencia. Adems de desvelar rasgos sig- nificativos, como cules son las preocupaciones que acusa el profesorado del momento, o el contexto laboral en el que se insertan sus promotores, delatan un acusado voluntarismo y espontanesmo, as como la ausencia de valoraciones vin- culadas a experiencias si mil are^^^, pese a que respondan a anloga inquietud. Gran

    La creacin del Grupo de Didctica de la Geograjia en el seno de la Asociacin de Gegrafos Espaoles supone un hito importante en su configuracin y reconocimiento; desde diciembre de 1988 se vienen celebrando reuniones peri- dicas a las que concurren las personas interesadas en este campo; hasta la fecha se han celebrado en 1991, 1996,1998,2000 y 2003; previamente, el tema de la educacin geogrfica era contemplado en los coloquios de la AGE en mesas redondas; debemos mencionar la existencia de otras convocatorias lanzadas por colectivos prximos, como son las del profesorado interesado en la didctica de las Ciencias Sociales, una identidad introducida a raz de la aplicacin de la Ley de Educacin de 1970.

    " Sorprende al ojear las comunicaciones y examinar las fuentes consultadas la ausencia de bibliografa y la escasa referencia a comunicaciones presentadas en los coloquios previos; tambin, la heterogeneidad y dispersin de la literatura empleada, lo que acredita la inexistencia de una cultura comn, unos lderes carismaticos y unas obras reconocidas.

  • parte de ellas estn exentas de una reflexin profunda sobre el contexto en el que surge y el valor contrastado de la misma. Denota el dficit investigador y reflexi- vo que estimamos caracteriza la educacin geogrfica actual y que advertamos previamente.

    Para cualquier investigador futuro, o presente, tales volmenes constatan de manera muy elocuente las personas, sus contextos, los afanes, el nivel de prepara- cin, el rigor investigador, la importancia prestada a unos determinados temas o cuestiones, las respuestas ofrecidas y dems aspectos equiparables a cualquier otro colectivo que aspira a mejorar la especialidad cultivada y dotarse del reconoci- miento debido.

    3.5. El discurso construido: una invitacin a la reflexin y concienciacin de unos valores

    Qu consideraciones sugieren el examen de todas estas obras, y otras simila- res, existentes en el mercado? En primer lugar la consolidacin de este mbito del conocimiento y la perseverancia de la inquietud de mejorar la educacin geogrfi- ca. Fruto de esa aspiracin es la invencin de organizaciones establecidas para pro- mover sus intereses, la realizacin peridica de reuniones o congresos, la partici- pacin de un gran nmero de personas interesadas pertenecientes a los diversos niveles educativos y la aportacin de trabajos que denotan una preparacin y cua- lidades investigadoras. Pese al persistente inters tributado a lograr atrapar la con- cepcin actual de la geografa y el conocimiento derivado de la investigacin aca- dmica, todava presente, se advierte un cierto cansancio y el protagonismo creciente cobrado por otras sensibilidades, ya sean ambientales o sociales. Y, sin duda, el aspecto ms relevante es la hegemona disfi-utada por las cuestiones peda- ggicas y psicolgicas que afectan a nuestra tarea, preocupaciones que aparecan de manera sutil en precedentes momentos. Se trata de la innovacin ms acusada que registra: la importancia dispensada a las ideas derivadas de la actividad de ensear y aprender.

    Curiosamente, el modelo sobre el que descansan todos estos saberes sigue sien- do el modelo comunicativo, conducticta, en el que el nfasis se pone en los diver- sos componentes que articulan y facilitan la eficacia transmisiva. Responde a una concepcin racional de la educacin, la lgica de un sistema comunicativo, resul- tado de la contemplacin de la actividad educativa como un proceso productivo, de transmisin de saberes o informacin. Se legitima, por tanto, en el anlisis de los procesos comunicativos que se producen. Dentro de esta manera de contemplar

  • la educacin geogrfica, el protagonismo descansa en unos factores o elementos, ms que otros, pero, en definitiva, observa y pormenoriza la actividad de ensear, ms que la de aprendeF7.

    El protagonismo disfmtado por los mtodos y los recursos, principales respon- sables de la mejora en anteriores esquemas intelectuales, aqu aparecen supedita- dos a las intenciones o finalidades educativas. Sigue recibiendo atencin el conte- nido acadmico, aunque distorsionado por principios polticos y propuestas progresivas. Vemos igualmente la importancia que siguen teniendo otros temas, aunque con otro enfoque y terminologa, como el diseo de unidades de aprendi- zaje, actividad en la que se condensa la mayor parte de las ideas expuestas.

    Y como hemos avanzado, las actitudes de la persona y sus cualidades, inspira- das en los valores de la sociedad liberal, comienzan a cobrar protagonismo. Des- plazan a los aprendizajes ponderados en trminos culturales o calidades de infor- macin.

    Resulta muy relevante descubrir las inquietudes que promueven y configuran un saber y las diversas iniciativas desplegadas en el transcurso del pasado siglo. Trminos como metodologia y didctica, aquellos con los que se ha identificado este saber, son bastante reveladores del cambio de sensibilidad operado en sus cul- tivadores en el transcurso de estos aos. La literatura disponible constata igual- mente quines son sus protagonistas, los contextos en los que ejercen su actividad, las ansiedades que les animan y la retrica que emplean para propagar sus convic- ciones. El examen de todos estos testimonios nos brinda la oportunidad de descu- brir las preocupaciones surgidas en el transcurso de este siglo, escenificadas en la importancia dispensada a unos temas y el empleo de un vocabulario.

    Cada generacin, sensible a unas carencias o necesidades, ha tratado de afron- tar la situacin, identificar unas metas, desplegar unas estrategias y conseguir unos resultados. Son ideales o principios que, una vez debatidos y seleccionados, apa-

    47 Vase Agustin HERNANLIO, La naturaleza de la Didctica de la Geografa, Didctica Geogrfica, 14, 1985-86,99- 107.

  • l recen expuestos en publicaciones especializadas que son ledas por las personas

    1 interesadas en estos temas. Como todo saber, el propuesto para impulsar la mejora de la educacin geogr-

    fica, es un saber cambiante. Unos conocimientos que han sido aportados fruto de la contemplacin de la experiencia, el contacto establecido con programas y per- sonalidades extranjeras, la especulacin creativa y el examen crtico de unas situa- ciones. En consonancia con el dinamismo que caracteriza a la sociedad en la que se inserta la educacin, resulta enriquecedor descubrir la aparicin de unas ideas metodolgicas, conocer el devenir de las mismas y asistir a su crepsculo. Junto a ellas, se aprecia la persistencia que acusan unos ideales y aspiraciones, vinculados con la asuncin de una responsabilidad profesional y el deseo de contribuir a su eficacia social. Y unos nuevos, la preocupacin por la fuente de algunos de los principios que inspiran y legitiman la actividad educativa.

    El balance, en trminos cuantitativos, resulta muy esclarecedor. En el transcur- so del ltimo siglo se ha producido un notable incremento en el nmero de apor- taciones, personas dedicadas a su cultivo, experiencias innovadoras de enseanza y aprendizaje, proyectos singulares que aspiran responder a unas necesidades y situaciones especficas, recursos tecnolgicos de muy distinta naturaleza, etc. Esta tradicin o especialidad se enfrenta, en estos momentos, a grandes desafios o resis- tencias que frenan y debilitan algunos de los xitos alcanzados. Elegimos dos, uno estructural y otro coyuntural. El primero consiste en la conciencia de la distancia existente entre las ideas que gobiernan la educacin geogrfica y la realidad del aula, las sensaciones que experimenta el alumnado y la huella dejada por su apren- dizaje. El carcter normativo que preside la enseanza, ms prescriptivo que en el pasado, se enfrenta a la fuerza persuasiva que poseen unos ejemplos que son repro- ducidos mimticamente e impulsados por unas inercias o rutinas. El otro desafo es el contexto poltico en el que se inserta la educacin y las fuerzas desatadas. Aqu percibimos dos tensiones que son contradictorias. Por un lado, la fragmenta- cin de este poder y su manifestacin en las enseanzas o programas de las comu- nidades respectivas. Por otro, la creciente integracin con el resto de Europa y la adopcin de ideales que pueden suponer un debilitamiento de algunos de los logros sociales conseguidos, como son los valores liberales que inspiran ciertos planes de estudio y enseanzas, desde los obligatorios a los de la universidad.