hernán camarero - las concepciones de e. p. thompson acerca de las clases sociales y la conciencia...

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  • El objetivo que nos trazamos eneste artculo es el de explorar los apor-tes que el historiador socialista EdwardP. Thompson (1924-1993) realiz entorno a las nociones de clase social,conciencia de clase y lucha de clases.Estas cuestiones han suscitado polmi-cas y reelaboraciones permanentes. Enprimer lugar, dentro de la cultura y lateora marxista, en buena medida por-que el propio Marx haba dejado unaserie de reflexiones dispersas, dismileso ambiguas, y casi siempre aplicadas acasos histricos concretos. El conceptomismo de clase social fue expuestopor l, a veces como fruto de lamoderna sociedad burguesa, otrasveces como un fenmeno presente entoda la historia postribal; asimismo,desde algunos de sus textos, se la pue-de entender como una construccinanaltica para comprender fenmenosque sin ella seran inexplicables (en tr-minos puramente estructurales),mientras que desde otros se la puededescubrir como un conjunto humanoque lo es a partir de que demuestra

    tener conciencia de sus intereses,acta en tanto tal y es visto de esemodo por los otros. Pero, en verdad,estos debates acerca de las definicio-nes de clase y conciencia de claseabarcaron el amplio campo de lasciencias sociales. Por ello, volver a exa-minar estos tpicos resulta una tareatil y productiva para el desarrollo dela historiografa.

    En el recorrido detallado que hace-mos de las obras en las que Thompsontrat el problema de las clases, encon-tramos una condena a los planteoseconomicistas y estructuralistas queafectaron al marxismo, un rescate delolvido de facetas como las de la volun-tad, la cultura y la autoconstruccin enel momento de definir las clases, unacrtica de la concepcin de falsa con-ciencia y del sustituismo vanguardista,en suma, una revalorizacin plena delpapel de la subjetividad en el procesode conformacin o reconstitucin de lasclases. Pero esas apuestas, como vere-mos, no estuvieron exentas de ciertosriesgos y dificultades. Las concepciones

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    Las concepciones de E. P. Thompson acerca de las clases sociales y la conciencia de clase en la historia

    .0000Hernn Camarero

    Doctor en Historia, FFyL, UBA. Prof. Adj. Sem. Movimien-to obrero e izquierdas en la Argentina, 1890-1945. JTPde Historia Argentina III A, carrera de Historia, FFyL, UBA

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  • de Thompson se desarrollaron tras suruptura con el estalinismo en 1956,cuando comenz a orientar todos susesfuerzos al examen histrico de la claseobrera, fundamentalmente la de GranBretaa, a realizar una intensa experien-cia en talleres de enseanza e investiga-cin sobre y para las clases populares ya practicar una militancia independien-te en el movimiento socialista y antinu-clear. Veamos a continuacin cmo sedesplegaron estas posiciones.

    Clase como producto de la conciencia de clase

    El primer elemento fundamentalque observamos en el planteo thomp-soniano, expresado con claridad en elprefacio de su reconocida obra La for-macin de la clase obrera en Inglaterra,es su concepcin de que una clasesocial se define no previa o exclusiva-mente a partir de sus determinacionesobjetivas. El autor introduce en elmomento de la construccin del con-cepto de clase las dimensiones deaccin y subjetividad, en un plano ana-ltico mvil dado por la temporalidadhistrica: Por clase, entiendo un fen-meno histrico que unifica una seriede sucesos dispares y aparentementedesconectados, tanto por lo que serefiere a la materia prima de la expe-riencia, como a la conciencia.1

    En la definicin thompsoniana declase, la experiencia y la conciencia declase se hallan inextricablemente unidasy son, en ltima instancia, las verdaderasportadoras del concepto de clase. Lainterpretacin, en este punto, no aban-dona la perspectiva materialista, puesconcibe a dicha experiencia como algodeterminado por las relaciones socialesde produccin. En la que quizs sea sudefinicin ms conocida y explcita declase y conciencia de clase, Thompsondice: la clase cobra existencia cuandoalgunos hombres, de resultas de susexperiencias comunes (heredadas ocompartidas), sienten y articulan la

    identidad de sus intereses a la vezcomunes a ellos mismos y frente a otroshombres cuyos intereses son distintos (yhabitualmente opuestos a) los suyos. Laexperiencia de clase est ampliamentedeterminada por las relaciones de pro-duccin en las que los hombres nacen,o en las que entran de manera involun-taria. La conciencia de clase es la formaen que se expresan estas experienciasen trminos culturales: encarnadas entradiciones, sistemas de valores, ideas yformas institucionales. Si bien la expe-riencia aparece como algo determinado,la conciencia de clase no lo est. Pode-mos ver una cierta lgica en las respues-tas de grupos laborales similares quetienen experiencias similares, pero nopodemos formular ninguna ley. La con-ciencia de clase surge del mismo modoen distintos momentos y lugares, peronunca surge exactamente de la mismaforma.2

    Perry Anderson, detenindose en laprimera oracin de este ltimo prrafo,ha caracterizado el planteo de Thomp-son como portador de un criterio deconciencia, en tanto la existencia de laclase pasa a depender de la presenciade una expresin colectiva (sentimien-to/articulacin) de intereses comunesen oposicin a los de una (o varias) cla-ses antagnicas.3 Efectivamente, paraThompson la conciencia de clase es laverdadera dadora de sentido y clave deentrada al propio concepto de clasesocial. De hecho, invalida al segundo sino se halla presente el primero. Esto fueremarcado por el intelectual marxistaingls en textos muy posteriores a Laformacin..., donde lleg a sostener:Una clase no puede existir sin unaespecie cualquiera de conciencia de s.De lo contrario, no es o no es todavauna clase; es decir, no es todava algo,no tiene todava ninguna especie deidentidad histrica.4 Acerca de reali-dades histricas de la clase obrera, hallegado a afirmar: si el proletariadoest verdaderamente privado de la

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    1. Thompson, E. P., La formacin de la clase obrera

    en Inglaterra (2 vols.), Barcelona, Crtica, 1989 (1

    ed. en ingls: 1963), p. XIII.

    2. bid., p. XIII-XIV, cursivas en el original.

    3. Anderson, Perry, Teora, poltica e historia. Un

    debate con E. P. Thompson, Madrid, Siglo XXI, 1985

    (1 ed. en ingls: 1980), p. 43.

    4. Thompson, E. P., Algunas observaciones sobre

    clase y falsa conciencia, versin mimeo, 1 ed. en

    ingls: 1977, p. 11.

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  • conciencia de s mismo como proleta-riado, entonces no se puede definircomo tal. Para un historiador, y esperodecir que vale sobre todo para un histo-riador marxista, atribuir el trmino declase a un grupo sin conciencia de claseo de cultura de clase y que no respondea una direccin de clase, es una afirma-cin sin significado.5

    Como veremos luego, la conse-cuencia de esta concepcin thompso-niana es el postulado que quita legiti-midad terica y poltica a los que sos-tienen que tal o cual clase en su con-junto tiene una conciencia verdaderao falsa, pues toda conciencia de unacolectividad tan amplia como una cla-se, es, simplemente, lo que es. En suobra de polmica con el intelectualmarxista francs Louis Althusser,Thompson sobredimension an msel papel de la conciencia como verda-dero arquitecto de la conformacin delas clases, al asegurar que estas surgenporque los hombres y las mujeres,bajo determinadas relaciones de pro-duccin, identifican sus intereses anta-gnicos y son llevados a luchar, a pen-sar y a valorar en trminos clasistas.6

    Uno de los aportes centrales deThompson es la relevancia que le con-cede a la voluntad de la clase. La librevolicin aparece como el atributodecisivo en el proceso de constitucinde una clase, junto a los elementosmateriales objetivos. Con precisin,Anderson lo denomin principio decodeterminacin, entre lo objetivo y losubjetivo. Principio que se extiendehasta la propia definicin de clase: Laclase la definen los hombres mientrasviven su propia historia y, al fin y alcabo, esta es su nica definicin.7

    La experiencia de la lucha de clasescomo determinante

    Entonces, Thompson lleg a la defi-nicin y a la existencia misma de la cla-se no a partir de una realidad objetivaindependiente de la voluntad, sino a

    travs de la evidencia de la accin his-trica. Crea que solo desde ella, o loque es lo mismo, desde la experiencia,podemos afirmar la existencia de laclase. Y la experiencia no es otra cosaque la lucha de clases. De all quelucha de clases, por un lado, y clase yconciencia de clase, por el otro, resul-ten conceptos inescindibles en elenfoque thompsoniano, pero que, endefinitiva, el primero tenga primacacausal sobre los segundos. Thompsonarrib a esta revalorizacin del con-cepto de lucha de clases a partir desus estudios sobre la sociedad inglesadel siglo XVIII, en donde encontr fac-tible usar el concepto de lucha de cla-ses a pesar de percibir que uno de lospolos de esta (el de los productoresprimarios), no solo evidenciaba unaconciencia de clase dbil, sino unadudosa existencia como clase.

    De este modo, Thompson intentun replanteo de la teora marxista, alreordenar jerrquicamente y recombi-nar el lugar y la relacin de los concep-tos de clase, conciencia y lucha de cla-ses, cuestionando toda interpretacinestructuralista o economicista: En miopinin, se ha prestado una atencinterica excesiva (gran parte de la mismaclaramente ahistrica) a clase y dema-siado poca a lucha de clases. En reali-dad, lucha de clases es un conceptoprevio as como mucho ms universal.Para expresarlo claramente: las clases noexisten como entidades separadas, quemiran en derredor, encuentran una cla-se enemiga y empiezan luego a luchar.Por el contrario, las gentes se encuen-tran en una sociedad estructurada enmodos determinados (crucial, pero noexclusivamente, en relaciones de pro-duccin), experimentan la explotacin(o la necesidad de mantener el podersobre los explotados), identifican puntosde inters antagnico, comienzan aluchar por estas cuestiones y en el pro-ceso de lucha se descubren como clase,y llegan a conocer este descubrimiento

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    Las concepciones de E. P. Thompson acerca de las clases sociales....

    5. Thompson, E. P., Algunas observaciones..., p. 8.

    6. Thompson, E. P., Miseria de la Teora, Barcelona,

    Crtica, 1981 (1 ed. en ingls: 1978), p. 167.

    7. Thompson, E. P., La formacin..., p. XV.

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  • como conciencia de clase. La clase y laconciencia de clase son siempre las lti-mas, no las primeras fases del procesoreal histrico.8 Como parte de esta ope-racin argumentativa, el historiadoringls recusaba todo principio determi-nista: no hay examen de determinantesobjetivos (y desde luego, modelo teri-co obtenido de l) que pueda ofreceruna clase o conciencia de clase en unaecuacin simple. Las clases acaecen alvivir los hombres y las mujeres sus rela-ciones de produccin y al experimentarsus situaciones determinantes, dentrodel conjunto de relaciones sociales, conuna cultura y unas expectativas hereda-das, y al modelar estas experiencias enformas culturales (...). Las clases, en estesentido, no son ms que casos especia-les de las formaciones histricas quesurgen de la lucha de clases.9

    En la conformacin de las clasestambin hay un papel para los proce-sos de socializacin y educacin entrminos de cultura de clase, quepueden (y deben) acompaar la din-mica de la autoconstitucin: Una vezque una madura conciencia de claseha crecido, los jvenes pueden sersocializados en sentido clasista y lasinstituciones de clase pueden prolon-gar las condiciones para su formacin;adems, generarse tradiciones o cos-tumbres de antagonismo de clase queno corresponden ms a un antagonis-mo de intereses. Pero el autor nuncapierde de vista el rol de la experiencia:La cuestin es que no podemoshablar de clase hasta que la poblacin,a travs de un proceso de lucha (quecomprende una lucha a nivel cultural),entra en relacin o en oposicin conotros grupos bajo forma de clase omodifica las relaciones de clase here-dadas que ya existan.10

    Clase como categora histricaEn Thompson percibimos la convic-

    cin de que las clases pueden ser defini-das solo como fenmenos concretos.

    Es decir, las concibe como productosnecesariamente historizables. Cuandolas define como un fenmeno histrico,aclara: No veo a la clase como unaestructura, ni siquiera como una cate-gora, sino como algo que tiene lugarde hecho (y se puede demostrar que haocurrido) en las relaciones humanas.Todava ms, la nocin de clase entraala nocin de relacin histrica. Comocualquiera otra relacin es un procesofluido que elude el anlisis si intentamosdetenerlo en seco en un determinadomomento y analizar su estructura.11 Elintelectual ingls precis an ms, tiem-po despus, su nocin de clase, emple-ando el concepto de categora histrica:Clase, segn mi uso del trmino, es unacategora histrica; es decir, est deriva-da de la observacin del proceso sociala lo largo del tiempo. Sabemos que hayclases porque las gentes se han com-portado repetidamente de modo clasis-ta; estos sucesos histricos descubrenregularidades en las respuestas a situa-ciones similares, y en un momentodado (la formacin madura de la clase)observamos la creacin de institucionesy de una cultura con notaciones de cla-se, que admiten comparaciones trans-nacionales.12

    Comprendida la clase como catego-ra histrica, esta puede ser empleadapor los marxistas en dos sentidos distin-tos, ambos pertinentes, segn Thomp-son, aunque proclives a generar confu-sin. En un primer sentido, se puedeutilizar el concepto de clase referido aun contenido histrico real, emprica-mente observable. Este sera el usomoderno de clase que surge a partir dela sociedad industrial capitalista delsiglo XIX. En este caso, el concepto declase no solo permitira organizar y ana-lizar la evidencia, sino que estara pre-sente en la evidencia misma (como ins-tituciones, partidos o culturas de cla-se). En un segundo sentido, este trmi-no puede resultar una herramienta tilpara organizar la evidencia histrica de

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    Hernn Camarero

    8. Thompson, E. P., La sociedad inglesa del siglo

    XVIII: Lucha de clases sin clases?, en Tradicin,

    revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la cri-

    sis de la sociedad preindustrial, Barcelona, Crtica,

    1984 (1 ed. en ingls: 1979), p. 37.

    9. Ibid., p. 39.

    10. Thompson, E. P., Algunas observaciones..., p. 7.

    11. Thompson, E. P., La formacin..., p. XIII, cursiva

    en el original.

    12. Thompson, E. P., La sociedad inglesa..., p. 34,

    cursiva en el original.

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  • sociedades anteriores a la revolucinindustrial, pero siempre teniendo encuenta que aqu la categora tiene unacorrespondencia mucho menos directacon la evidencia. Recordemos que clasey lucha de clases no eran conceptosasequibles dentro del propio sistemacognoscitivo de la gente de la pocapreindustrial, y que estos se considera-ban a s mismos y libraban sus batallasen trminos de estados, rdenes oestamentos. En este caso, se hacenecesario extremar el cuidado para noleer retrospectivamente nociones pos-teriores de clase y tener siempre pre-sente que si utilizamos el concepto declase con tanta amplitud histrica espor falta de otras categoras que permi-tan analizar el proceso histrico.13

    Thompson ejerci una crtica impla-cable contra todos las interpretacionesque construyeron categoras, conceptoso muestras de clase predeterminados yestticos, listos para operar sobre reali-dades humanas que, empero, son siem-pre dinmicas e histricas. Esas categor-as, que nos remitiran a una situacin deestasis ideal, pero no real, podan serusadas, segn Thompson, en dos senti-dos: sociolgico y heurstico. En el pri-mer caso, desde una perspectiva gene-ralmente positivista (y, a veces, tambinmarxista), la clase era reducida a unapura y simple medida cuantitativa, enfuncin del nmero de personas endeterminada relacin con los medios deproduccin. En el segundo caso, la clasees definida como aquello a lo que lagente cree pertenecer en su respuesta aun formulario; esta es la tendencia fre-cuentemente usada por los investigado-res funcionalistas yanquis para criticar lanocin marxista de clase, ya que nuncadejan de encontrar obreros que no secomportaran de acuerdo con su condi-cin proletaria o que al ser interrogadosdicen pertenecer a la clase media o nosaben definirse.14 Lo que permanecaausente en estas visiones era la observa-cin del comportamiento del grupo

    humano a travs del tiempo y en sucontexto real. En definitiva, para Thomp-son: Ni el entramado sociolgico mejorengarzado puede darnos una muestrapura de la clase, del mismo modo queno nos puede dar una de la deferenciao del amor. La relacin debe estar siem-pre encarnada en gente real y en uncontexto real.15

    La operacin terica de Thompsonimpugna la ecuacin lineal: a) existendeterminadas relaciones de produccin;b) instantneamente derivadas de ellas,se hallan las clases; c) se desarrolla lalucha de clases. En esta concepcin, quel denomina idealismo marxista-estruc-turalista, encuentra una concepcincompletamente errnea y antidialctica:que las clases existen, independiente-mente de relaciones y luchas histricas,y que luchan porque existen, en lugar desurgir su existencia de la lucha.16

    En Thompson podemos encontrarel anlisis de una puja dentro de la tra-dicin marxista entre dos concepcio-nes en torno a las clases. Una, la quereivindicaba como propia y de unageneracin de historiadores socialistasbritnicos (Rodney Hilton, CristopherHill, Eric J. Hobsbawm, RaphaelSamuel), era la que se inspiraba en lostextos histrico-polticos escritos porMarx hasta mediados del siglo XIX(como El dieciocho brumario de LuisBonaparte), en los que la clase emergecomo un concepto dinmico, dialcti-co, plenamente histrico (en donde lateora no aplastaba a la Historia, sinoque ambas se interpelaban y enrique-can dialcticamente). La otra, la quehaba alcanzado su sofisticacin en elpensamiento althusseriano, en la queclase se revela como una categoraesttica, que solo halla su definicindentro de una totalidad estructuralaltamente teorizada, que desestima elverdadero proceso experimental hist-rico de la formacin de las clases.17

    Precisamente, una de las mayoresdistorsiones que el historiador marxista

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    Las concepciones de E. P. Thompson acerca de las clases sociales....

    13. Thompson, E. P., La sociedad inglesa..., pp. 36-37.

    14. Thompson, E. P., Algunas observaciones..., p. 4.

    15. Thompson, E. P., La formacin..., p. XIII.

    16. Thompson, E. P., La sociedad inglesa..., p. 38,

    cursiva en el original

    17. Ibid., p. 36, cursiva en el original.

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  • ingls encontraba para examinar lacuestin de las clases y su concienciaestaba originada en la utilizacin de larelacin base/superestructura, verdade-ro pilar terico del anlisis althusseriano.Segn esta analoga de la realidad, lasfuerzas productivas y las relaciones deproduccin supondran la base real yobjetiva, y de all la conciencia de clasesurgira como una sobreestructura deri-vada. Thompson atac desde siempreesta metfora procedente del campode la construccin, pues la considera-ba inadecuada para describir el flujodel conflicto, la dialctica de un proce-so social cambiante.18 A Thompson larelacin base/superestructura le resul-taba desafortunada al poseer unaintrnseca tendencia reduccionista y lle-var a lo que, en su afn polmico,caracteriz irnicamente como leninis-mo platnico. En sus palabras: Estaanaloga nos presenta una clase o unaclase en s a nivel de base, que luegose traduce en conciencia de clase oclase para s si es que desemboca anivel de sobreestructura. Si ella nodesemboca en una direccin suya pro-pia, entonces debemos introducir elconcepto de falsa conciencia: la claseest all, pero est mistificada, ella no seconoce a s misma ni a sus propiosintereses. Para decirlo en forma mselaborada, esto puede dar lugar a unateora de las clases que recuerda a Pla-tn: ofrece un modelo de desarrollopor grados de la formacin de clasecon la cual la historia debiera confor-marse, y si la evidencia es contraria, ose quita la parte vlida o se introducela falsa conciencia.19 Estas observacio-nes nos sirven para introducirnos en elltimo tpico a tratar, el de la falsaconciencia.

    Acerca de la falsa conciencia y elsustituismo

    Thompson crea que a partir de con-ceptualizaciones marxistas ahistricas yestticas de clase se llegaba a violentas

    distorsiones acerca de la conciencia declase, la ms nociva de las cuales era lade la falsa conciencia; y que a estaidea se arribaba a partir de una equivo-cada concepcin de la clase como unacosa, preexistente y observable analti-camente cuando, en verdad, no es sinouna relacin histrica: Se supone queella, la clase obrera, tiene una existenciareal, que se puede definir de una formacasi matemtica: tantos hombres quese encuentran en una determinadarelacin con los medios de produccin.Una vez asumido esto, es posible dedu-cir qu conciencia de clase deberatener ella (pero raras veces tiene) si fue-se debidamente conciente de su propiaposicin y de sus intereses reales.20

    Para Thompson, las consecuenciasde esta operacin analtica erandevastadoras, no solo para el anlisishistoriogrfico, sino sobre todo parala accin poltica presente de los tra-bajadores. Especialmente, condenabatoda prctica sustituista que conspi-rara contra la autoactividad libre ydemocrtica de la clase obrera, puesElla no existe, ni para tener un interso una conciencia ideal, ni para yacercomo paciente en la mesa de opera-ciones del ajustador.21 Thompsonrealiz frecuentes crticas a las con-cepciones sustituistas y vanguardistas.En 1963, sostuvo: Estos atrasos cultu-rales y esas distorsiones son un fasti-dio, de modo que es fcil pasar desdeesta a alguna teora de la sustitucin:el partido, la secta o el terico quedesvela la conciencia de clase, no taly como es, sino como debera ser.22

    En 1977, afirm: los intelectuales amenudo suean una clase que seacomo una motocicleta con el asientovaco, a la cual ellos suben y guanporque poseen la verdadera teora.Esta es una caracterstica ilusin, es lafalsa conciencia de la burguesa inte-lectual.23 Un ao despus expres lamisma idea de otro modo, pero ahoracondenando explcitamente ciertas

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    Hernn Camarero

    18. Thompson, E. P., The peculiarities of the

    english, en R. Miliband y J. Saville (comps.), The

    Socialist Register: 1965, Londres, 1965, p. 351.

    19. Thompson, E. P., Algunas observaciones..., p. 10.

    20. Thompson, E. P., La formacin..., p. XIV.

    21. Ibid., p. XV.

    22. Ibid., p. XIV.

    23. Thompson, E. P., Algunas observaciones..., p. 12.

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  • concepciones leninistas: es decir, lavanguardia que sabe mejor que laclase misma cules deben ser los ver-daderos intereses (y conciencia) deesta. Si ocurriera que esta no tuvieraconciencia alguna, sea lo que fuere loque tenga, es una falsa conciencia.24

    Una reapropiacin crtica del enfoque thompsoniano

    Cules son las crticas que puedenformularse a estos planteos acerca delos conceptos de clase, conciencia ylucha de clases? Solo apuntamos algu-nos elementos. Hay una amenazageneral que afecta a todo el proyectohistoriogrfico thompsoniano, sobretodo, tal como fue formulado en susltimos aos: transitar desde la consi-deracin de la complejidad de la vidacon sus mltiples determinaciones,hasta la negacin de cualquier deter-minacin, poniendo en peligro elprincipio mismo de la causalidad ydeslizando su visin hacia el terrenodel subjetivismo, el empirismo y elculturalismo. El propio historiadoringls se refiri a esta impugnacin:Espero que nada de lo escrito ante-riormente haya dado pbulo a lanocin de que yo creo que la

    formacin de clases es independientede determinantes objetivos, que clasepuede definirse simplemente comouna formacin cultural.25

    Sin embargo, son muchos lossealamientos que permiten discutiresta ltima afirmacin. Veamos unejemplo de ello: consideremos el cap-tulo ms estructuralista de La forma-cin de la clase obrera en Inglaterra, elnmero seis, llamado sugestivamenteExplotacin. Lo que hay all es, preci-samente, una evaporacin de los fac-tores estructurales: la explotacin apa-rece en escena en trminos subjetivos,entendida ms como la percepcin dela misma por los obreros que como laextraccin de plusvala (concepto cla-ve del universo terico marxista queni siquiera aparece mencionado en laobra). Entonces, podra decirse que elexceso de celo antieconomicista yantiestructuralista le dificulta aThompson reconocer el fundamentoeconmico de las clases y de lassociedades clasistas que se halla enla base de la interpretacin de Marx yque constituye un fundamento slidopara abordar la historia desde unaposicin materialista. Frente a la pos-tura thompsoniana que, para oponer-se a una imagen antropomrfica de laclase con una voluntad y una concien-cia definidas, afirma que la lucha declases tiene primaca analtica, existen-cial y terica sobre las clases, es posi-ble argumentar que si no se reconocela base material ltima de la explota-cin econmica de donde surge lalucha de clases, se disuelven los crite-rios sobre los que elaborar la historiasocial. Se corre el riesgo de identificaruna voluntad humana libre de deter-minacin, lo que disuelve en ltimainstancia tanto a las clases como a lalucha de clases. Algunas de estas crti-cas y de ciertos planteos alternativos alos de Thompson merecen un estudiodetenido, que podr ensayarse enotro artculo.

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    Las concepciones de E. P. Thompson acerca de las clases sociales....

    24. Thompson, E. P., La sociedad inglesa..., pp. 35-36.

    25. Ibid., p. 38.

    Edward Palmer Thompson.

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