«hermoso», mon «bueno» y a verdadero» · y más tarde lajos zilahy, andré maurois y vicky...

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Los Cuadernos Inéditos «HERMOSO», «BUENO» Y « VERDADERO» Lourdes Orz «Guillermo, sin el amor, ¿qué sería el mundo para nuestro corazón? Lo que una linterna mágica sin luz. Apenas se introduce la lamparilla, cuando las imágenes más variadas aparecen en el lienzo diáfano. Y aunque el amor no era otra cosa que ntasmas pasajeros, esto bastaría para labrar nuestra dicha cuando, deteniéndonos a contem- plarnos como niños alegres, nos extasiamos con tan maravillosas ilusiones. » (Goethe, Werther) «Es hielo abrasador, es ego helado es herida que duele y no se siente es un soñado bien, un mal presente es un breve descanso, muy cansado Es un descuido, que nos da cuidado un cobarde, con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente un amar solamente ser amado Es una libertad encarcelada que dura hasta el postrero parasismo enrmedad que crece si es curada. » (Quevedo) «L'amoureux delire (il «déplace le sentiment des valeurs » ) mais son délire est bete. Quoi de plus bete qu'un amoureux? Si bete que nul n'ose tenir publiquement son discours sans une sérieuse mé- ditation: roman, théatre ou anyse (a bout de pincettes). Le daion de Socrate (celui quí parlait Goethe. Shakeeare. d'abord en lui) lui sout: non. Mon daion, c'est au contraire ma betise: tel l'ane nietzschéen, je dis oui a tout, dans le champ de mon amour. Je m'entete, rese l'apprentissage, répete les memes conduites; on ne peut m'eduquer -et moi meme ne le peux; mon discours est continument irréfléchi; je ne sais pas le retouer, l'echélonner, y dispo- ser des rends, des guillemets; je parle toours au premier degré; je me tiens a un délire sage, coorme, discret, apprivoisé, banalisé par la litte- rature. » (R. Barthes, Fragments d'un discours amoureux) Let no my love be called idolatry nor my beloved as an idol show since all alike my songs and priases be to one, of one, still such and ever so Kin is my love today, tomorrow kind, still constant in a wondrous excellence therere my verse, to constancy confined one thing expressing, leaves out difrence «Fair » , «kind» and «true» is all my argument «Fair » , «kind » and «true» varyng to other words; and in this change is my invention spent, three themes in one, which wondrous scope af- [rds. «Fair » , «kind» and «true » have oſten lived alone which three till now never kept seat in one. (Shakespeare, X Desmayse, atreverse, estar rioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso: no hallar era del bien centro y reposo mostrarse alegre, triste, humilde, altivo enojado, valiente, gitivo, satischo, ondido, receloso beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño creer que un cielo en un infierno cabe dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor, quien lo probó, lo sabe. (Lope de Vega) Huye del triste amor, amor pacato, sin peligro, sin venda ni aventura que espera del amor prenda segura, porque en amor locura es lo sensato. Ese que el pecho esquiva al niño ciego y blasmó del ego de la vida. de una brasa pensada y no encendida quiere ceniza que le guarde el ego. Y ceniza hallará, no de su alma, .� cuando descubra el triste desvarío __________________________ j que pendía sin flor, uto en la rama. 50

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Los Cuadernos Inéditos

«HERMOSO», «BUENO» Y « VERDADERO»

Lourdes Ortiz

«Guillermo, sin el amor, ¿qué sería el mundo para nuestro corazón? Lo que una linterna mágica sin luz. Apenas se introduce la lamparilla, cuando las imágenes más variadas aparecen en el lienzo diáfano. Y aunque el amor no fuera otra cosa que fantasmas pasajeros, esto bastaría para labrar nuestra dicha cuando, deteniéndonos a contem­plarnos como niños alegres, nos extasiamos con tan maravillosas ilusiones. »

(Goethe, Werther)

«Es hielo abrasador, es fuego helado es herida que duele y no se siente es un soñado bien, un mal presente es un breve descanso, muy cansado

Es un descuido, que nos da cuidado un cobarde, con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente un amar solamente ser amado

Es una libertad encarcelada que dura hasta el postrero parasismo enfermedad que crece si es curada. »

(Quevedo)

«L'amoureux delire (il «déplace le sentiment des valeurs» ) mais son délire est bete. Quoi de plus bete qu'un amoureux? Si bete que nul n'ose tenir publiquement son discours sans une sérieuse mé­ditation: roman, théatre ou analyse (a bout de pincettes). Le daiinon de Socrate (celui quí parlait

Goethe. Shakespeare.

d'abord en lui) lui soufilait: non. Mon daiinon, c'est au contraire ma betise: tel l'ane nietzschéen, je dis oui a tout, dans le champ de mon amour. Je m'entete, refuse l'apprentissage, répete les memes conduites; on ne peut m'eduquer -et moi meme ne le peux; mon discours est continument irréfléchi; je ne sais pas le retourner, l'echélonner, y dispo­ser des refends, des guillemets; je parle toujours au premier degré; je me tiens a un délire sage, conforme, discret, apprivoisé, banalisé par la litte­rature. »

(R. Barthes, Fragments d'un discours amoureux)

Let no my love be called idolatry nor my beloved as an idol show since all alike my songs and priases be to one, of one, still such and ever so

Kin is my love today, tomorrow kind, still constant in a wondrous excellence therefore my verse, to constancy confined one thing expressing, leaves out difference

«Fair» , «kind» and «true» is all my argument «Fair» , «kind» and «true» varyng to other words; and in this change is my invention spent,

three themes in one, which wondrous scope af­[fords.

«Fair» , «kind» and «true» have often lived alone which three till now never kept seat in one.

(Shakespeare, XV)

Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso:

no hallar fuera del bien centro y reposo mostrarse alegre, triste, humilde, altivo enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso

beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño creer que un cielo en un infierno cabe dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor, quien lo probó, lo sabe.

(Lope de Vega)

Huye del triste amor, amor pacato, sin peligro, sin venda ni aventura que espera del amor prenda segura, porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego y blasfemó del fuego de la vida. de una brasa pensada y no encendida quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su alma, .� cuando descubra el triste desvarío

__________________________ j que pendía sin flor, fruto en la rama.

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Los Cuadernos Inéditos

Con negra llave el aposento frío de su tiempo abrirá. ¡ Desierta cama y turbio espejo y corazón vacío!

(Antonio Machado)

Amor, amor, un hábito vestí el cual de vuestro paño fue cortado el vestir ancho fue, mas· apretado y estrecho cuando estuvo sobre mí.

Después acá de lo que consentí tal arrepentimiento me ha tomado que pruebo alguna vez de congojado a romper esto en que yo me metí.

Mas ¿ quién' pudiera des te hábito librarse teniendo tan contraria su natura que con él ha venido a conformarse?

Si alguna parte queda, por ventura, de mi razón, por mí no osa mostrarse; que en tal contradicción no está segura.

(Garcilaso)

Mesmo ausencia dela é una coisa que está comigo. E eu gosto tanto dela que nao sei como a desejar. Se a nao veio, imagino-a sou forte como as

[arvores altas. Mas se a vejo tremo, nao sei o que é feito do que

[ sin to na ausencia dela. Todo eu sou qualquer forfa que me abandona. Toda a realidade olha para mim como un girassol con a cara dela no meio.

Love is a universal migraine A bright stain on the vision Blotting out reason

Symptoms of true love Are leanness, jealousy Laggard dawns;

Are omens and nightmares Listening for a Knock, Waiting for a sign:

For a touch of her fingers In a darkened room For a searching look

Take courage, lover! Could you endure such grief At any hand but hers?

(F. Pessoa)

(Robert Graves)

l. IMAGEN DE LA INFANCIA

Un barco con las velas desplegadas en un marmuy azul. El (Gregory Peck) dirige el timón y la abraza a ella (Anne Blyth). Seguramente los cabe­llos de ella ondeaban al viento y él era apuesto,

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solícito y vaiiente; seguramente ella tenía las meji­llas rojas y los ojos de él acariciaban. Todavía no se han besado ... quizá entonces ni siquiera llega­ban a besarse. Se oye una voz -un marinero pica­rón comenta a los otros- que dice: «Ahora nada puede importarle, porque tiene al mundo en sus manos».

El príncipe de los cuentos de hadas era siempre rubio y tenía los cabellos lacios. La elegida era rubia también. El moreno tanto en el cine, como en los tebeos era el color de las malas. La rubia era siempre angelical, casi transparente, intangible como el Amor mismo. La Morena era ya la carne, el Deseo, la Envidia y el Egoísmo y era también la Muerte. Pero el Príncipe siempre terminaba con la dulce rubia.

Luego, las novelas «rosas»: peripecias, zancadi­llas y aquel momento en que El, al fin, podía coger su mano: un deshojar la margarita que casi siempre acababa en boda. Pero lo importante era el proceso, el sí-no, sí-no, que encendía los ojos c:n aquellas tardes, al regreso del colegio. Nos mordíamos 1as uñas y por las noches los lagartos rondaban nuestras camas. No sabíamos nada de anatomía y nos inquietaba la pregunta indiscreta del cura: «¿Con lengua o sin lengua, hija mía?»

Y más tarde Lajos Zilahy, André Maurois y Vicky Baum. Mucha Vicky Baum: amores madu­ros, imposibles, clandestinos, de hotel de lujo o fumadero decadente; desgarramiento de telas en habitaciones que nunca eran del todo sórdidas. « Volveré a verte». Primavera mortal donde flore­cían todos los himnos. En el cine: «Papaíto pier­nas largas» o «Siete novias para siete hermanos». «Mujercitas» tenía una segunda parte más dura, más desengañada, pero que también podía resultar apasionante ... Y los guateques, y aquel desparra­marse que nunca iba más allá del beso. Todavía no habíamos leído a Freud, ni a Bataille. Era el Amor con mayúscula, el mismo que nos aguar­daba a la salida del colegio con pantalón bomba­cho y un bigotito ridículo e incipiente. Luego, la llamada a la amiga, el demorarse en los detalles:

Fernando Pessoa. Robert Graves.

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Los Cuadernos Inéditos

Henry Mil/er. Stendhal.

«me dijo, le dije, parecía, estaba, podía ser». El casi siempre era tímido y de la JOC y hacía poe­mas que recordaban las Rimas. U na educación sentimental.

2. MUERAN LAS INSTITUCIONES

Y detrás el matrimonio como muerte del Amor.El mundo de los padres era cepo que había que evitar; era la represión -ni siquiera la «represión sobrante», como diríamos después, sino la repre­sión misma, la que imponía horarios y mostraba frustraciones. No, por tanto, al matrimonio, sí, todavía, a la pareja: pareja libremente elegida, desde luego, de «ahora te cojo, ahora te dejo» y canto a la pasión y al amor compartido casi siem­pre de compañeros, de iguales. El problema pare­cía residir en la cama: el matrimonio de los padres debía haber fallado porque la cama iba mal. Ahí radicaba todo: incomprensión, ideologías diferen­tes y poco entendimiento entre las sábanas. Con nosotros ya no podría suceder lo mismo: compa­ñero encantador y cama satisfactoria. Viento en popa a toda vela. El sexo, querida mía. Aunque todavía no la líbido, ni Lyotard, ni el sesenta y ocho. Debíamos andar por el sesenta y dos, más o menos. Pareja, al fin y al cabo, pero desde nuevos presupuestos. Y mucha racionalidad, y demasia­dos principios. No podía tratarse del amor ciego; eso quedaba para las revistas del corazón y las señoras que perdían su tiempo en la peluquería. No. Ni posesión, ni esclavitud. Tú y Yo autóno­mos e iguales. Y nada de represiones, ni dentro, ni fuera. No cada oveja con su pareja, sino yo con­tigo porque somos progres, sensatos y racionales y,, al mismo tiempo, con todos los demás, si me viene en gana. Y a habíamos leído a Simone de Beauvoir y sabíamos lo del Amor contingente y el Amor necesario y no cabían los celos, ni los arre­batos. Demasiado teníamos que hacer afuera. Era la Historia lo que importaba. La Historia y esa que todavía_ llamábamos Revolución. Oíamos a Brassens y a Yves Montand y algo de Brel... Neme quites pas, que la cosa comienza a ponerse fea y no entiendo qué coño nos pasa ...

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3. Y EL HOMBRE SE HIZO CARNE

Y es que a la Historia se le cayó la mayúscula yestábamos entrando en lo del Anti-Edipo y el cuerpo y Miller y Sade y lo demás. El sesenta y ocho estaba a la vuelta de la esquina y Marcuse nos había contado lo de la «sobrante». Del Amor no se hablaba pero sí del Deseo, de Reich, del orgasmo sin fin, de la cama redonda, de la sexua­lidad no reprimida, del aborto y las minorías mar­ginales. Experimentación, mucha experimentación y comunas que bailaban como en el Marat-Sade al , ritmo de la copulación universal. De nuevo el Kama-Sutra y ahora el Tantra. Cursillos acelera­dos y manuales en todas las estanterías: las mil posturas y los mil y un goces. La mujer pasaba a tener su clítoris y era una vez más la insaciable, la

, gran castradora. No tardaría mucho en convertirse en nueva Circe que agotaba, y para los más jóve­nes, debidamente adiestrados, el ligue o el en­cuentro amoroso pasaba a ser un modo de trabajo: «¿Satisfago o no satisfago? Esa es la cuestión». Me la tiro, te la tiras, me lo tiro, nos'la tiramos. Nuevos verbos por declinar. .. Los celos, senti­miento burgués y posesivo. Por un lado las tripas y por otro las ideologías. Parecía definitivamente demostrado: no existe el amor, existe el goce.

Consecuencia: de nuevo donjuanismo y misogi­nia y aumento considerable de la homosexualidad. Al fin y al cabo el igual es conocido y no plantea problemas: paja compartida donde no hay que preguntar ni «¿cómo?», ni si «¿ya?» y además con un poco de suerte volvía a darse la camaradería, la compenetración y algo parecido al enamora­miento.

Paradoja de una generación: ya que el amor era triquiñuela para viejas o lectoras de Hola y el deseo, la líbido tiene un objeto móvil y continua­mente cambiante, un objeto infinito, nunca apren­sible -Lacan sonreía desde el púlpito- la pareja misma se hacía sospechosa y el que la mantenía

, era impotente o tibio o castrado. Nueva obligación por tanto: cambiar constantemente de pareja o mostrar la propia como originalidad que encubría perversiones complejas. No al matrimonio, no a la pareja. El sexo nada más y sobre todo el erotismo y la invención ... ¡Querido maestro! Pero la chairest triste et j' ai lu taus les livres.

4. LO QUE IBA POR DENTRO

Y, sin embargo, uno/a de vez en cuando, comoel joven criado de Werther, languidecía y se con­sumía como quemada/o por un fuego: uno/a bebía los aires del otro, sufría por la ausencia, lloraba las infidelidades; uno/a soñaba con acaparar el tiempo del otro, buscaba el éstar juntos, el char­lar, el sentirlo en el cuarto de al lado; uno era posesivo y esclavo, mientras se declaraba libre y no controlador; tenía que resignarse a compartir y a jugar y a dar marcha. Yo paso, tu pasas,,el pasa. El verbo amar ·no podía ni debía conjugarse sin el hacer. Uno hacía el amor con más o menos for-

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tuna y, si la cosa resultaba más sólida, estaba con.«Ahora estoy con ... » «Ella está con ... ». El estares posición que puede modificarse, que indica dis­ponibilidad para el cambio; es situación y portanto transitoria. Estar enamorado es también es­tado, alteración, desequilibrio pero impone un dey el de enseguida implica dependencia.

Tabúes del lenguaje que forman todo un estilode relación: «funciona de maravilla», «parece quela cosa funciona», «funcionamos bien» o sino el«por ahora marcha». La pareja -lo que quedabade ella- era concebida como maquinaria que pro­duce unos resultados: goce en la cama, ciertac?mprensión y posibilidad de compartir lugares,s!empre que quede claro que uno elige ir con, perotiene una Agenda de la que podría tirar en cuq,l­quier momento.5. EL REINO DE LA PRODUCCION

Y mientras tanto aquellos jóvenes de pancarta yponcho, de florecitas y slogans iban creciendo yun día, sin darse demasiada cuenta, terminaronpor «sentar cabeza». Profesionalidad, queridoWatson, profesionalidad ante todo: unos artistas yotros abogados o catedráticos y con los nuevostiempos, diputados e incluso ministros. Y el reinode la producción impuso/impone nuevas estructu­ras al amor y al deseo. Hijos del sesenta y ocho,mostrando las primeras canas. Había sido descar­tado el matrimonio y había sido descartada la pa­reja y, sin embargo, la comuna o el «aquí te pillo,aquí te cojo» requiere energías y, sobre todo re­quiere tiempo. Eso ya lo sabían los del siglo XIXy necesitaban hacer rentables sus fábricas, por esoles vino tan a mano la Santa Institución. Pero nose trataba de volver al XIX.

Solución: pareja estable, independiente, sólida,de «polvo» semanal asegurado, pero cada uno ensu nidito, sin ataduras, ya que no se puede renun­ciar a la tan querida y tan dificilmente alcanzadalibertad, ya que no se puede consentir en las ca­denas. Por eso compañera presentable y que«queda bien» para ser sacada en público y luegolo del ejecutivo de toda la vida: ligues en cadapuerto, canitas al aire de fin de semana, si losnegocios lo permiten y la producción no merma ...Sensatos y razonables una vez más: la mujer notiene porqué tener la pierna quebrada y estar en­cerrada en casa, porque es de buen tono que am­bos sigan teniendo historias para ser contadas,para que no parezca que la cosa decae, que uno seda por vencido, que aquello de la libertad erapamema y porque conviene conservar siemprevivo el juego de la oferta y la demanda.

U na conclusión no sentimental. Y ceniza ha­llará ... Desierta cama y corazón vacío.

6. VOL VERAN LAS OSCURAS GOLONDRINASY, mientras siguen los unos teorizando y la ma­

yoría «montándoselo» como puede, el niño ciego53

Simone de Beauvoir. Freud.

vuelve a disparar sus flechas y las canciones, lasmás elementales, cobran todo su sentido:

«que sólo a tu lado podía ser feliz»(póngale música de Nacha)porque Política, Líbido y Producción eran trescaras de lo mismo.

Y regresa el timón, el barco, la voz en off querecuerda lo del mundo en sus manos y hablan altiempo el corazón y los ojos, como cantara Sha­kespeare y se produce la «cristalización», aquellaque describiera con tanta sutileza el anticuadoStendhal. Y vuelve Amor, aquel que prendió enRomeo, el que arrastró a Fedra, conmovió aDante, hizo perder la razón a Otelo, el que sumíaa Werther en blandas languideces, encendía a Ma­dame Bovary y llevó a Clitemnestra a compartir elcrimen; amor que quiere la fusión y no la autono­mía, que se pone cadenas, que acepta esclavitud ytrae el goce a la yema de los dedos, sin que haganfalta manuales, ni ejercicios gimnásticos.

« Y ahora ya no puedo apartarle de mí»(ahora es Rocío Jurado la que canta)porque el Otro es siempre «bello», «bueno» y«verdadero», insustituible y único y es espejo quedevuelve hermosura y gracia porque: «por fuerzatú y yo tenemos que ser dos, y hasta tengo quereconocer la necesidad de separarnos; y sin em­bargo tú y yo somos el mismo, porque yo soy tú,y si acaso tú estás contra mí, eso sólo quiere decirque yo estoy contra mi mismo» (A. García Calvo,comentando los Sonetos de Shakespeare)

Ergue a mao, e encontra hera,E ve que ele mesmo eraA Princesa que dormia.

(Pessoa, Eros e Psique) Y Amor es cada vez para siempre y dura lo que

tiene que durar. Y no hay contradicción porqueAmor vence al Tiempo, como vence a Marte y a laNecesidad.

Lo dijo Lope: «quien lo probó lo sabe». Perosiempre hubo, hay y habrá Montescos indignadosque cambian de cara según las épocas, dispuestosa impedirlo y la Necesidad acaba por me- �ternos al Padre· dentro. ¡Que no nos co- �man más el coco! �