hermano jesus hoyos

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FALLECE EN VENEZUELA UN SANTO SABIO Y HUMILDE: 18 DE NOVIEMBRE DE 2012 El Hno. Jesús Hoyos Fernández Nació en España el 30 de enero de 1927, llegó a nuestro país en 1945 donde estudio biología en la Universidad Central de Venezuela formando parte de la primera promoción de biólogos de esta Universidad. Desde su llegada al país se dedicó a la docencia en especial a las ciencias naturales y a la enseñanza y divulgación de la botánica en Venezuela. Fue editor de la Revista Natura durante más de 40 años, miembro fundador de FLASA (Fundación La Salle de Ciencias Naturales) y más recientemente asesor botánico de los Jardines Ecológicos de Topotepuy. Recorrió todos los puntos cardinales de Venezuela en búsqueda del verdadero tesoro de El Dorado venezolano: sus maravillas naturales, las cuales divulgó en numerosas charlas, artículos y libros, entre los cuales destacan: Árboles de Caracas, Flora de la Isla de Margarita, Plantas Ornamentales de Venezuela, cuatro ediciones de Guía de los Árboles de Venezuela, Palmas de Venezuela y Frutales de Venezuela. Sus libros de texto de Biología para todos los años de bachillerato, así como las guías para las prácticas, de ediciones Natura, han sido utilizados por generaciones de bachilleres. Por su extraordinaria labor educativa en materia ambiental, recibió innumerables reconocimientos, entre los que se destacan: Orden Andrés Bello en Primera Clase, Orden Francisco de Miranda, Premio Nacional de Conservación Ambiental, Premio Nacional de Divulgación Científica y Reconocimiento como “Maestro de Botánica” por los asistentes al XV Congreso de Botánica, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Abierta y Orden Ciudadano Ejemplar de la Ciudad de Caracas otorgada por la Alcaldía del Área Metropolitana de Caracas 2010 Oficina Nacional La Salle – Distrito de Venezuela – [email protected] - Pág. 1 115 Mes noviembre 2012 20122012

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Page 1: Hermano Jesus Hoyos

FALLECE EN VENEZUELA UN SANTO SABIO Y HUMILDE: 18 DE NOVIEMBRE DE 2012

El Hno. Jesús Hoyos Fernández

Nació en España el 30 de enero de 1927, llegó a nuestro país en 1945 donde estudio biología en la Universidad Central de Venezuela formando parte de la primera promoción de biólogos de esta Universidad.

Desde su llegada al país se dedicó a la docencia en especial a las ciencias naturales y a la enseñanza y divulgación de la botánica en Venezuela. Fue editor de la Revista Natura durante más de 40 años, miembro fundador de FLASA (Fundación La Salle de Ciencias Naturales) y más recientemente asesor botánico de los Jardines Ecológicos de Topotepuy.

Recorrió todos los puntos cardinales de Venezuela en búsqueda del verdadero tesoro de El Dorado venezolano: sus maravillas naturales, las cuales divulgó en numerosas charlas, artículos y libros, entre los cuales destacan: Árboles de Caracas, Flora de la Isla de Margarita, Plantas Ornamentales de Venezuela, cuatro ediciones de Guía de los Árboles de Venezuela, Palmas de Venezuela y Frutales de Venezuela. Sus libros de texto de Biología para todos los años de bachillerato, así como las guías para las prácticas, de ediciones Natura, han sido utilizados por generaciones de bachilleres.

Por su extraordinaria labor educativa en materia ambiental, recibió innumerables reconocimientos, entre los que se destacan: Orden Andrés Bello en Primera Clase, Orden Francisco de Miranda, Premio Nacional de Conservación Ambiental, Premio Nacional de Divulgación Científica y Reconocimiento como “Maestro de Botánica” por los asistentes al XV Congreso de Botánica, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Abierta y Orden Ciudadano Ejemplar de la Ciudad de Caracas otorgada por la Alcaldía del Área Metropolitana de Caracas 2010

En los últimos tiempos asesoró en el área de arboricultura urbana a varias escuelas de Arquitectura, así como a varios municipios.

“Mi mensaje está orientado a recordar a todos, particularmente a los venezolanos, que en la nave espacial llamada Tierra, continuará la vida durante muchos siglos más, pero de nosotros dependerá que su calidad sea idónea para que la especie humana pueda desarrollar todas sus facultades. Al contaminar el ambiente estamos degradando la calidad de vida de la humanidad y corremos el riesgo de la propia destrucción del ser humano. Somos habitantes de esta delgada capa de la superficie terrestre y de la atmósfera que forman la llamada biosfera, a la cual debemos cuidar” Hermano Hoyos (Entrevista www.natura-digital.com Revista Natura Digital 2011).

Damos gracias a Dios por su existencia entre nosotros que deja un gran legado como educador ambiental, amigo y ejemplo a seguir para las futuras generaciones.

Leopoldo García Berrizbeitia

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Nº 115Mes noviembre 2012 20122012

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El Hermano Jesús Hoyos nos reúneHermano Antón Marquiegui.

19 de noviembre 2012.

En ocasión de la misa de cuerpo presente en la que despedimos al Hermano Jesús Hoyos (30 enero 1927 – 18 de noviembre 2012)

Estamos celebrando la vida. Agradezco la presencia de cada uno y de cada una de los personas asistentes. Invito a cada uno de los participantes para rememorar los momentos vividos y compartidos con el Hermano Jesús Hoyos.

Jesús estuvo comprometido con la vida, como buen seguidor del otro Jesús, el de Nazareth, quien nos decía que había venido para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia (Jn 10, 10b).

El Hermano Jesús supo vivir la vida. Llego a Venezuela con la fuerza y el entusiasmo de un joven de dieciocho años. Asumió su formación con tesón, se forma como maestro en la Normal La Salle que los Hermanos tenían en Sebucán – Los Dos caminos. Y mientras seguía culminando su bachillerato ya ejercía como maestro en La Salle de Tienda Honda, entonces Colegio La Salle de Caracas. Continúa su formación en la Universidad Central de Venezuela, y se gradúa como Biólogo. Realiza su misión educativa en Caracas y en Valencia, asume variadas responsabilidades y se hace cercano a los jóvenes que quieren conocer la naturaleza de su país, les acompaña en sus expediciones, va naciendo la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, al estilo de los primeros Hermanos Cristianos de Caracas y de Barquisimeto ya reseñados por Henri Pittier en el año 1931, que concebían la educación combinada con la vida, lo abstracto con lo concreto.

Así el hermano Jesús Hoyos se va sembrando en el país que lo recibe. El trópico, su luz, su color, su exuberancia le atrapan convirtiendo a Venezuela en su territorio.

También Jesús fue un hombre creyente, un hombre religioso. La presencia de Dios la encuentra en las maravillas de la naturaleza. Un hombre que hizo vida el lema de “Ad Deum per Naturam”. Su acercamiento a la flora, a la botánica después de su especialización en Lovaina y en París, era un acto contemplativo, al mejor estilo teilhardiano.

En sus labores pedagógicas descubrió que los textos de biología estaban realizados y editados fuera de nuestro país, ello le incentivó a escribir textos con ejemplos y con alusiones a lo que los alumnos estaban viviendo en

Venezuela. De ahí la saga de libros de texto y de las prácticas de Biología para todo el bachillerato, que han tenido múltiples ediciones.

En su humildad no había sino la tranquilidad de quien se sabe que ha realizado la labor encomendada. No se daba bomba cuando mostraba sus libros, quería compartir su satisfacción de quien deja un legado.

De ahí el incansable trabajo de la elaboración de casi un libro por año. Unos libros magníficos, objetos de ciencia y de arte que cuidaba hasta el extremo siguiendo al detalle la impresión y la edición y la consecución de financiamiento. “Yo con esto estoy abriendo caminos, vendrán otros detrás haciendo autopistas”, decía. Efectivamente Jesús fue un pionero. Se aventuró a desbrozar muchos caminos, con su cámara fotográfica, capaz de esperar de la una de la tarde hasta las cinco porque “es cuando la luz va a iluminar mejor el fruto”, detallista y tenaz en la sistematización. Escuchaba a la gente sencilla para saber de los usos tradicionales a esta mata, a estas hojas, o las flores o a sus frutos. Cuando en comunidad compartíamos una sala con computadores me mostraba, este mismo año, sus descubrimientos. “Mira el

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árbol emblemático de Belice, o el de Barbados”, y así seguía. Eran los adelantos de su nuevo libro “La flora emblemática de toda la América”. Espero que alguien pueda completarlo y hacerle ver la luz de la publicación.

“Desde hoy tenemos un nuevo santo en el cielo. Y estoy seguro seguirá trabajando por Venezuela como la hizo durante toda su vida”, y así lo creo. Tanta amistad, tanta bondad y tanta entrega no han sido en vano.

Jesús fue un hombre de fe que se dejó querer. Como miembro de una comunidad de Hermanos, en la que aprendemos a querernos entre

nosotros, Jesús se dejaba querer y era muy cariñoso. Atendía siempre al que venía de otra comunidad, a quienes llegaban a deshora acompañaba a la mesa. Así somos los Hermanos de La Salle, hermanos de fraternidad.

Supo combinar la vida religiosa con la ocupación científica y académica. Un religioso cabal que supo entusiasmar a otras personas e instituciones en la responsabilidad de la ecología, de cuidar entre todos esta nave espacial, la única en la que vivimos.

Con qué gusto acudía a asesorar a urbanistas, emprendedores de parques, responsables comunitarios para que se cuidara una plaza, o se colocaran los árboles precisos para que no dañaran los edificios o las aceras. Con razón la ciudad de Caracas lo nombró “Ciudadano ejemplar”, porque con gente así una ciudad no puede sino prosperar, sino convivir sanamente.

Se nos fue con las botas puestas, soñando con otros proyectos, contento porque iba apareciendo gente comprometida con la naturaleza.

En sus últimos tres meses de enfermedad ha recibido muchas visitas, que le han hecho feliz, le han dado oportunidad a recoger parte del cariño que sembró en los corazones de la gente. Cómo disfrutaba con una heliconia, o

una sterlizia, o una cayena, o simplemente la contemplación del Ávila, su montaña de referencia. Nos ha demostrado su gran confianza en las manos del Padre, la fortaleza que recibía de Jesús el Maestro de Nazareth.

No puedo concluir sino con estas palabras: Vivir así, con el Hermano Jesús Hoyos, bien vale la pena.

Sigamos sus pasos y continuemos su legado.

Hermano Antón Marquiegui, Visitador. En despedida del Hno. Jesús Hoyos

Las Ciencias Naturales venezolanas están de duelo. El 18 de los corrientes se fue el Hno. Jesús Hoyos Fernández, religioso lasallista por quien los venezolanos aprendimos a conocer, plantar, valorar y conservar nuestras especies arbóreas frutales, ornamentales y exóticas… Algunos libros del Hno. Hoyos, en ediciones artísticas de Ernesto Armitano, embellecen bibliotecas y salones.

El Hno. Jesús Hoyos llega a Venezuela y se forma en las aulas de la escuela normal La Salle. Prosigue estudios en el Colegio La Salle de Tienda Honda; y se gradúa de Licenciado en Ciencias Bilógicas en la UCV. Prosigue cursos en la Universidad de Lovaina y en el Museo de Ciencias Naturales de París. El Hno.Hoyos perteneció a la generación intermedia de educadores religiosos que desarrollaron una labor formadora encomiable.

Carlos Maldonado-Bourgoin. CORREO DEL CARONÍ – Puerto Ordaz. Edo. Bolívar

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