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HERALDO DOMINGO Heraldo de Aragón I Número 413 30.01.11 Paolo Quinteros, en lo más alto de la CAI, con un palo de golf, una de sus pasiones deportivas. ESTHER CASAS 4-5 REPORTAJE La nuera de Gunilla es de Monzón (Huesca) 6-7 ANÁLISIS La hipnosis 10 ¿RECUERDAS? 10 años con Wikipedia 11 MONÓLOGO Luis Alegre y Joan Manuel Serrat ES UN HOMBRE TRANQUILO Y SENSATO QUE SE TRANSFORMA EN LA CANCHA Y QUE ACABA DE SER, DE NUEVO, EL MEJOR JUGADOR DE LA ACB. 2-3 PAOLO QUINTEROS

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HERALDODOMINGOHeraldo de Aragón I Número 413 30.01.11

ClasificadosLa mejor ofertade anuncios porpalabras en unsolo cuadernillo

EscaparateSe acercala cita de losenamorados,San Valentín

MotorEl próximofin de semana,el MSF invadiráFeria de Zaragoza

Paolo Quinteros, en lo más alto de la CAI, con un palo de golf, una de sus pasiones deportivas. ESTHER CASAS

4-5 REPORTAJE La nuera de Gunilla es deMonzón (Huesca)6-7 ANÁLISIS La hipnosis10 ¿RECUERDAS? 10 años con Wikipedia11 MONÓLOGO Luis Alegre y Joan ManuelSerrat

ES UN HOMBRE TRANQUILO Y SENSATOQUE SE TRANSFORMA EN LA CANCHA

Y QUE ACABA DE SER, DE NUEVO,EL MEJOR JUGADOR DE LA ACB. 2-3

PAOLOQUINTEROS

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2 HERALDODOMINGO 30 de enero de 2011

N

En portada

«SOY UN REBELDEY LUCHOPOR LO QUE CREO»

Es un hombre tranquilo, leal, disciplinado,que atraviesa en el CAI Zaragoza unode su mejores momentos profesionalesy que quiere seguir viviendo, siempre,de ese baloncesto que le quema dentrodesde que tenía 5 años

TextoPICOS LAGUNA

FotoESTHER CASAS

o tiene carisma, ni arrastra a lasmasas; no es un personaje mediá-tico,ni respondeaeseestereotipa-do patrón del argentino meloso.Paolo Quinteros (Colón, Argenti-na, 1979) es un tipo legal, dispues-toaagradarsiempre,conscientedequién es y de lo que tiene que ha-cer para seguir siendo. Cientoochenta y ocho centímetros (cal-zado)detranquilahumanidadfue-ra de la cancha que se conviertenen fuego con el balón en la mano,el mismo que sintió cuando con 5años lo cogió por primera vez, elque le hizo ver con 11 que su vidaiba a estar siempre ligada a él; elque le llevó a pelear contra todoslos que le dijeron que no haría ca-rrera, porque era bajito.Tengo muchas preguntas.Soy hombre de pocas palabras ycomo los argentinos diré ‘si’, ‘no’…¿Unargentinodepocaspalabras?Hay un libro que nos compara conlos españoles y cuenta que si a unargentino lepreguntas«¿estámaleltiempo?» te responde «sí» y el es-pañol «sí, está mal, pero el pronós-tico…» Somos de respuestas cortaso concretas, no nos enredamos.Me sorprendió saber que parti-cipó en el programa de televisión‘Baila Argentina’ como abande-rado de su ciudad, Colón.Es de un conductor muy famosoallí en el que participaban pueblosyciudadesdelpaísconfinesbené-ficos.Yoestabadevacacionesymicuñado, que es el alcalde de Co-lón, me convenció. No soy de esascosas, intento pasar siempre desa-percibido, pero me presté porquelo recaudado era para el hospital.Me pidieron que bailara, algo im-posible, así que fui el abanderado.Llevó la bandera argentina, en suciudad, de vacaciones, ¿se sien-te un emigrante?Últimamente sí porque solo voyde vacaciones y me voy olvidan-do un poco de mis raíces.¿Qué echa de menos?Mifamilia,misamigos, lascostum-bres, las comidas. No hay nada co-mo la comida de una madre ¿no?que además te mima. Allí desco-necto y hago cosas que me apasio-nan y que no puedo hacer aquí porestar sumergido en el baloncesto.Como pescar.Y jugar al golf, comer asado conamigos; hago una vida tranquila.Qué curioso, la pesca es una curadepacienciayelgolfdehumildad.Sí es raro, porque si me viera en lacanchamuchasvecesnotengopa-cienciaysoydesangremuycalien-te, buscando la perfección, al con-

PaoloQuinteros

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30 de enero de 2011 HERALDODOMINGO 3

«Con 17 años medijeron que notendría proyecciónporque era bajito»

«No me comprometoa nada que no veaclaro ni que me cortela libertad de elegir»

«Me gusta pescar yjugar al golf porqueson deportes demucho autocontrol»

En lo más alto. Paolo Quinte-ros no siente vértigo y posatranquilo en lo más alto dela sede de la CAI con un palode golf, una de sus pasiones.

poder anotador. Aunque, más alláde ser un anotador nato, no he si-do egoísta en la cancha.No era un ‘chupón’.No,no,aunquemuchosmelocon-sideraron, pero si lo fuera no po-dría estar jugando como lo estoyhaciendo, con tantas asistencias.Vas creciendo y uno acaba viendolascosasdeotramanera,noarries-gas tanto ni haces locuras.El deporte es cruel porque cuan-do se está en el mejor momentose tiene una edad y empuja gen-te muy joven, ambiciosa con muybuenas aptitudes físicas.Es difícil, a pesar de que somosconscientes de que atrás tenemosjugadores que nos están empujan-do, y porque yo también quise pi-sarle los talones al que tenía de-lante. Sabemos que tenemos com-petidores que intentan ocuparnuestro puesto y es también un te-ma que pasa por los entrenadores,porque te ven viejo con 30-32 añosy hay que valorar la experienciaque uno tiene. Quizá físicamenteno puedo compararme con un jo-ven de 22 o 23, porque están contoda su energía y yo tengo kilóme-tros y kilómetros en mis piernasde losañosque llevo jugandoyesoes un desgaste, pero mentalmenteles llevo una gran diferencia.¿Cómo se prepara uno para eso?No lo tengo asumido. Soy compe-titivo y creo que aún tengo muchoque pelear. No pienso que estégastando mis últimos cartuchos,aunque reconozco que hay veces,hay partidos que te sientes como…que piensas «¡pero, qué estoy ha-ciendo aquí!» Son sensaciones,igual que otras te sientes genial.Quizá le gustaría acabar su vidaprofesional en Argentina.Sí.Apartesoyrealista:estoy jugan-do en la segunda mejor liga delmundo de baloncesto, después dela NBA, que tiene un elevado nivelde exigencia deportiva, así que nomequedamuchopormiedad.Ob-viamentevoya intentarquedarmehastaquemedigan«vete,yanosir-ves más», por lo menos para estacompetencia ¿no? Y entonces sí,megustaría jugarmisúltimosañosen Argentina, porque es mi país.También llega una edad en la quenos cuesta entrenar y aquí se jue-ga una vez a la semana y en mi pa-ís dos, por lo que los entrenamien-tos se acortan, y como lo que másquieres es jugar uno espera conmuchas ganas el día del partido.¿Cómo se ve en el futuro?No me veo, mi objetivo sigue sien-do la cancha, el baloncesto, aun-quemegustaríapoderdisfrutardecosas que no puedo, porque llevocinco años sin saber lo que es unverano; mis sobrinos están cre-ciendo y me lo estoy perdiendo;llevo años sin pasar las navidadescon mi familia, mis cumpleaños…La vida del deportista es así, esalgo que ustedes asumen.Por supuesto y aún no me veo re-tirado como entrenador.¿Quiere ser entrenador?Estoy haciendo un curso en Ar-gentina porque uno nunca sabequé le deparará el futuro.

Es un tipo serio a quien se lo ri-faban de crío los entrenadoresde baloncesto y fútbol. Un cha-val con facilidad para el deporteque acababa un partido debasket y se iba a jugar la segun-da parte de otro, pero de fútbol;a quien su padre, antiguo futbo-lista del River que no pudo so-portar las ausencias familiares,le dio plena libertad y apoyo pa-ra marcar su destino. «Comen-cé en el básquet con 5 años,cuando el hermano de mi mejoramigo me llevó a un club cercade casa, La Unión de Colón; alos 11 ya lo tenía claro y a los 17sentía ese fuego por dentro…»,y recuerda que sus padres solole pidieron que acabara los estu-dios, algo que pudo hacer gra-cias a sus profesores, «porqueme veían tan ciego con ese de-seo que me ayudaron mucho».

No conoce El Plata, apenas sa-le, «porque soy muy casero yconsciente de lo que somos ygeneramos y de la imagen quedebemos dar, aunque me tomomis cañas, claro. Mire, he toma-do como mío el barcito dondeiba Lucas Victoriano y que lla-maba su ‘oficina’». Este es Quin-teros, quien reconoce que eshormiguita «porque la otra vidaes tres veces más larga que lade deportista»; que guarda co-mo un tesoro los días de pescacon su padre, las comidas de sumadre, los juegos con sus sobri-nos y que sueña con enseñar ajugar al basket a sus (futuros)hijos. Por algo fue el MVP (mejorjugador) de la jornada 16 de laACB, por segunda vez en dosaños; por algo ha sido más de40 veces internacional con laselección blanquiceleste.

«Ese fuego por dentro...»

trario que la pesca, que es esperary esperar a que el pescado pique,ysondoscosasdistintas.Elgolfmegusta mucho porque es muy com-petitivo y me van los desafíos; erestú y nada más, tus errores son tu-yos, porque ni el campo ni los ho-yos se mueven.Son deportes, además, que ne-cesitan mucha autodisciplina.Y mucho autocontrol. Hay vecesque dan ganas de romper el paloo la caña, pero ayudan a centrar-se en lo que se está haciendo.Usted es emigrante argentinocon pasaporte italiano.Mi sueño cuando era chico era ju-gar en la Liga Nacional argentina,que es como la ACB. Nunca he so-ñado con cosas difíciles de alcan-zar,he idopasoapasoycuandolle-gué mi propósito fue hacerme unnombre, adquirir experiencia, ju-gar muchos minutos y hacerlo enequipos grandes; al lograrlo me di-je que por qué no probar Europa.¿No le tentaba la NBA?Digamos que nunca estuvo en mimente, porque, insisto, no mepongo objetivos a largo plazo queno pueda alcanzar y me afecten.Cuando comencé en la selecciónargentina mi ilusión era estar enlas Olimpiadas, en el mundial, ysabía que el camino era largo. Meplanteé Europa cuando me sentícapacitado, jugando en un grandecomo el Boca Junior, con protago-nismo y decidí hacerlo obtenien-do el pasaporte comunitario. Po-dría haber venido como extranje-ro pero era un riesgo tremendoporque las exigencias deportivasson mayores. Sabía que tenía queadaptarme a otro país y eso llevatiempo; tenía miedo a no rendir yregresar frustrado. Gracias a miabuela, logré el pasaporte.¿De dónde es?Es uruguaya, pero su padre, mi bi-sabuelo, era italiano. España solopermitía para solicitarlo relaciónde primera generación, mientrasque Italia hasta la tercera. El pro-ceso burocrático es muy lento ytardé tres años, aunque con algu-nas ‘influencias’ lo hubiera conse-guido en dos o tres meses, perono soy así. Ese tiempo me sirviópara seguir creciendo y venir conlas bases deportivas bien hechas.Y se viene a León.Voyporque intentamosveniraZa-ragoza pero tenía la plantilla com-pleta y no había posibilidades.¿Su primera opción fue el CAI?No, era un equipo grande, pero megustan los desafíos, equipos quepelean por algo y sabíamos que elCAI siempre estaba ahí, que sequedabaa laspuertasde lograrsusobjetivos; que había una institu-ción importante detrás, pero no sepudo. León también peleaba mu-cho y fue más firme en quererme.Quería jugar en la ACB y como nohabía otra posibilidad me dije quedaba igual que iría paso a paso.Pero cuando ascendió a la ACB sevino a Zaragoza.Yo estaba contento, pero ellos usa-ron el derecho de tanteo y a mí nome gustó. Con 19 años tuve unamuy mala experiencia cuando me

engañaron con un contrato que,además de darme poco dinero, mecortaba la libertad de poder elegirmi destino profesional. Me enga-ñaronmirepresentanteyeldueñodel equipo. Lo pasé fatal, era muyjoven, quería volar y no podía. Enmedio de aquella desgracia tuve lasuerte de encontrar a mi agente,Nino Burgan, con el que sigo y quelogró darle la vuelta. Después deaquello, no me comprometo a na-da que no vea claro, ni que no mede libertad para elegir dónde y có-mo quiero estar. En León jugaroncon mi deseo de estar en la ACB yespecularon hasta con que habíacomenzado a salir con una chicade allí; tiraron y tiraron de la cuer-da,e inclusodijeronquepodíavol-verme a mi país. Pero yo no teníaningúnproblemaconlaLEByapa-reció el CAI y me dije, vale, la ACBpuede esperar, ya llegaré.Llegó al CAI y subió a la ACB, bajó,subió… una paradoja para quienes bronce olímpico (Pekín 2008),bronce en el Campeonato de lasAméricas (Puerto Rico, 2009)…No soy de ir de un equipo a otro.En Argentina solo jugué en dos,(Estudiantes Olavarría, Boca Ju-nior) y aquí también, porque en elCAI me siento muy cómodo. Pudejugar en Caja Laboral, un equipogrande, pero yo tenía un compro-miso con el CAI y no me parecíacorrecto. El año que bajamos tam-

bién tuve muchas ofertas, perosiempredijequeparamovermete-níaquesermuyinteresante.NomeimportabaqueestuvieraenlaLEB.A usted le quiere la afición por-que juega por su camiseta.Yo me comprometo con el pro-yecto, con la institución que meda trabajo y estoy muy agradeci-do al CAI por confiar en mí, por-que a mí me gusta cumplir y queme cumplan, algo recíproco.Lleva en el hombro un tatuaje deMichael Jordan.En realidad no lo planeé. Era muyjoven y la idea era hacerme algosimilar al toro de los ChicagoBulls, donde estaba Jordan. Fuicon mi hermano sin llevar ningu-na referencia; como mi casa esta-ba lejos y yo llevaba una camisetacon el logo de Jordan pensé en él.Eso es tener un punto de locura...Jordan era mi máximo ídolo.... y es casi como el Cristo de losLegionarios.¡Ja, ja, ja…! Bueno, como había unafoto suya cerca del local del tatua-dor hice fotocopia y ahí quedó.Tiene usted una vena rebelde.Es cierto. Me pasó con el númerode mi camiseta. En Argentina, losmejores jugadoresdechicos llevanlos números del 4 al 10 y los su-plentes del 10 al 15. Yo jugaba conel 5 hasta que discutí con otro por-que también lo quería y entoncesme dije, «cuál es el más feo, el 13,puesese»,venga,el rebelde.Eraunbuen jugador y me gustó el reto.¿Era un ‘chulico’?No, soy rebelde, de ir en contra delas cosas que no me gustan o delas que creo que están mal. Me pa-só con 17 años, cuando me dijeronque no tendría proyección porqueera bajito, y jugué, y después queno podría estar en la selección ar-gentina por lo mismo, y ahí estoy.Usted es un jugador ya maduro,¿cómo se encuentra?Bien, aunque este deporte va mu-cho por sensaciones, donde la ca-beza es muy importante y yo sien-to que estoy en mi mejor momen-to físico y mental. Siempre se dicequellegamosanuestraplenituden-tre los 28 y los 32. Tengo una largaexperiencia,graciasaDioshe juga-do mucho con la selección argen-tina, he podido estar en una Olim-piada,unmundial, rodeadodemuybuenos jugadores.Tambiénescier-to que estoy cambiando mi juego;yo siempre fui un anotador, lo quemás me gustaba era meter puntosyenmisequiposmeteníanasíaun-que siempre me gustó ser base pe-ro, claro, si lo era me quitaban ese