hayden white y autoconciencia

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Walter Benjamin, Hayden White y las (re)escrituras del pasado: una apertura de lo político Mariela Zeitler Varela Universidad Nacional de Buenos Aires [email protected] Si pensamos en la relación íntima entre la historia y la política, el texto póstumo “Sobre el concepto de historia” de Walter Benjamin se vuelve esencial como posible disparador para el debate. A su vez, si pensamos en la relación entre la historia y su forma de escritura, el filósofo Hayden White se vuelve fundamental como quien incurrió, por primera vez de manera sistemática, en la materia. A lo largo de este trabajo intentaremos entonces recuperar a ambos autores para pensar en las dificultades que conlleva la escritura del pasado y su articulación con lo político, reflexionando sobre la importancia que parece tener para cualquier grupo que desea constituirse como tal dentro de una sociedad poseer una historia escrita sobre papel. Y cómo esa historia puede reescribirse en forma constante, generando consecuencias y movimientos dentro de la arena de lo político. En busca de clarificar la argumentación, nos abocaremos primero a desplegar algunos de los conceptos desarrollados por White en conexión con el discurso histórico, para luego recurrir a la original iniciativa de Benjamin sobre la historia -y también la memoria-, a fin de ponderar la posibilidad de reescritura del pasado; ello devendrá, sobre el final del trabajo, en la discusión en torno a la búsqueda o no 1

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Walter Benjamin, Hayden White y las (re)escrituras del pasado: una apertura de lo poltico

Walter Benjamin, Hayden White y las (re)escrituras del pasado: una apertura de lo poltico

Mariela Zeitler VarelaUniversidad Nacional de Buenos [email protected] pensamos en la relacin ntima entre la historia y la poltica, el texto pstumo Sobre el concepto de historia de Walter Benjamin se vuelve esencial como posible disparador para el debate. A su vez, si pensamos en la relacin entre la historia y su forma de escritura, el filsofo Hayden White se vuelve fundamental como quien incurri, por primera vez de manera sistemtica, en la materia. A lo largo de este trabajo intentaremos entonces recuperar a ambos autores para pensar en las dificultades que conlleva la escritura del pasado y su articulacin con lo poltico, reflexionando sobre la importancia que parece tener para cualquier grupo que desea constituirse como tal dentro de una sociedad poseer una historia escrita sobre papel. Y cmo esa historia puede reescribirse en forma constante, generando consecuencias y movimientos dentro de la arena de lo poltico.

En busca de clarificar la argumentacin, nos abocaremos primero a desplegar algunos de los conceptos desarrollados por White en conexin con el discurso histrico, para luego recurrir a la original iniciativa de Benjamin sobre la historia -y tambin la memoria-, a fin de ponderar la posibilidad de reescritura del pasado; ello devendr, sobre el final del trabajo, en la discusin en torno a la bsqueda o no de consenso en la disciplina histrica y de una representacin nica, la cual denota un significado o sentido del mismo carcter.

Comencemos entonces por Hayden White. Enmarcado dentro de la corriente denominada por Frank Ankersmit como Nueva Filosofa de la Historia, este filsofo, con la publicacin en 1973 de Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo xix , pone el foco en el anlisis del discurso propiamente histrico. Este estudio se produce a la luz del giro lingstico y de los desarrollos por l iniciados, generando cuestionamientos novedosos para la disciplina tanto filosfica como histrica. La intencin en este trabajo ser centrarnos en la exploracin whiteana sobre la relacin entre la forma y el contenido, lo cual derivar en pensar los compromisos adquiridos frente a la escritura del pasado y en la idea de constitucin misma de ese pasado. Recuperando el texto en donde Ankersmit incursiona en la exposicin de la recin mencionada Nueva Filosofa de la Historia, se seala: in historiography it is particularly difficult to distinguish between what is said and how it is said. Consequently, historiography is preeminently the discipline where the compulsion of language tends to be confused with the compulsion of experience and where that which seems to be a debate on reality is in fact a debate on the language we use. De esta manera, se comienza a indagar sobre el discurso histrico y el lenguaje en l utilizado, derivndose en la dificultad de distinguir aquello que se dice de la manera en que se lo dice, es decir, diferenciar entre el contenido y la forma.En el Prlogo de su referido libro, White introduce la idea de prefiguracin lingstica, considerando ese acto como esencialmente potico, a travs del cual el historiador elige los recursos lingsticos o discursivos a emplear en su representacin del pasado; para ese estudio, este filsofo estadounidense hace uso de la teora literaria, distinguiendo cuatro tipos de prefiguracin posibles segn el nombre de los cuatro tropos del lenguaje potico: metfora, metonimia, sincdoque e irona. Como puede observarse, el anlisis del lenguaje se vuelve clave, ya que, a diferencia de la historiografa tradicional o acadmica -preocupada por la correspondencia entre aquello que se afirmara sobre el pasado y la verdad de lo ocurrido, y discutiendo en trminos de explicacin histrica-, White desmantela la posibilidad de pensar lo relatado como un espejo llano del pasado, buscando mostrar que el lenguaje utilizado por el historiador no es transparente o ingenuo. Si tomamos esto en nuestro marco de debate sobre la reescritura de la historia, podemos observar cmo en efecto ya no se trata slo de acceder al pasado y relatar lo que efectivamente ocurri, sino que, en la misma forma de traer ese pretrito al presente, hay una constitucin del primero, advirtindose entonces los compromisos -ontolgicos, polticos, estticos- que subyacen a esa eleccin. En este sentido, White parece contraponerse a algunos de los presupuestos epistemolgicos postulados por la historiografa tradicional, como el erigir la historia como una ciencia o el sostener la posibilidad de alcanzar el relato verdadero acerca del pasado, relato obviamente nico y por lo tanto unisignificativo. Veremos en un instante cmo estas ideas pueden acercarse, ms all de ser postuladas en contextos diferentes e investigando problemticas distintas, con aquellas de Walter Benjamin en sus as llamadas tesis de filosofa de la historia.Hayden White pone entonces el foco en la autoconciencia lingstica o discursiva, dando cuenta de la naturaleza potica de la obra histrica. Al destacar la dificultad para separar aquello que se dice de la forma en que se lo dice, denotando compromisos estticos, morales, polticos, etc., la eleccin entre diversas interpretaciones histricas parecera ya no tener una base epistemolgica, lo cual hace reconsiderar la idea de una correspondencia directa entre lo sucedido y lo relatado, sosteniendo la imposibilidad de un lenguaje transparente que refleje sin ms el pasado. Esta reflexin en torno a la autoconciencia discursiva que conlleva constitucin de ontologa histrica va acompaada de la afirmacin de que la realidad como tal no nos indica la forma en que debemos representarla, por lo que, tal como recin advertimos, la eleccin entre diferentes obras histricas ya no depende de cuestiones epistemolgicas, sino extraepistemolgicas. Si nos remitimos a la propia disciplinacin de la historia, el mismo White seala que la exigencia de cientifizacin de la historia no representa ms que la afirmacin de una preferencia por una modalidad especfica de conceptualizacin histrica, cuya base es moral o bien esttica, pero cuya justificacin epistemolgica todava est por establecerse. A partir de estas observaciones, el pensar una reescritura constante del pasado y su articulacin con lo poltico parece volverse ms cercano, subrayndose la necesidad de atender a los recursos expresivos utilizados en el discurso histrico a fin de dejar en evidencia los compromisos polticos que subyacen.Antes de continuar, o mejor dicho empezar, con el anlisis de Benjamin, es importante hacer una aclaracin que suele ser una crtica comn a esta idea de constitucin de nuestro pasado en la obra histrica: esta propuesta no implica afirmar una mera construccin o invencin de ese pretrito, catalogndose muchas veces a White como ficcionalista y antirrealista, y abriendo supuestamente por ello la oportunidad para hacer cualquier tipo de afirmacin (o negacin) acerca de los acontecimientos pasados. Recordemos, tal como lo explica el propio White, que el utilizar la teora literaria como marco terico para el anlisis del discurso histrico no convierte su contenido en imaginario o ficcional, sino que remarca la dificultad de distinguir el discurso literal del figurado, o, tal como escribe Vernica Tozzi en su libro La historia segn la nueva filosofa de la historia, la informacin de su modo de procesamiento.Pasemos ahora al anlisis de algunas ideas benjaminianas desarrolladas en el texto pstumo Sobre el concepto de historia, comnmente conocido como las Tesis de filosofa de la historia. Muchas nociones polmicas y controvertidas han surgido de este escrito, generando mltiples interpretaciones y extensos debates, los cuales constantemente se reactualizan frente a distintas disciplinas y diversos contextos de discusin. En este caso, nos concentraremos en la relacin ntima que parece tejerse entre la historia y la poltica a lo largo del texto, retomando la preponderancia que este autor alemn le otorga al pasado -en donde encuentra la motivacin de la accin poltica-, y recuperando tambin, dentro de ese anlisis, algunas de las crticas que formula hacia el historicismo y positivismo. La forma particular en que Benjamin conecta el pretrito con el presente, y asimismo con el futuro, nos acercar a pensar una historia, ya no concebida como clausurante o cerrada, sino como inconclusa, abierta, generadora as de representaciones que, en lugar de buscar un consenso, abran el debate, propiciando nuevos cuestionamientos e investigaciones.

A fin de intentar reconstruir brevemente la compleja propuesta benjaminiana sobre la historia, se vuelve indispensable remitirnos al principio de la tesis VI: Articular histricamente el pasado no significa conocerlo como verdaderamente ha sido. Significa apoderarse de un recuerdo tal como ste relampaguea en un instante de peligro. De esta manera, en primer lugar nos topamos con una negativa, con un rechazo al mtodo historicista, el cual caracteriza al historiador como quien debe describir el pasado tal como efectivamente ocurri. En la versin francesa de la tesis VI, hay de hecho una explcita mencin a Leopold von Ranke, considerado como uno de los padres de esta corriente, catalogndose a su mtodo de quimrico. La discusin con el historicismo se traslada ms adelante (tesis A del Apndice) a la pregunta sobre cundo un hecho es histrico, frente a la cual Benjamin lo critica por establecer una relacin de causaefecto entre los acontecimientos, volvindose histrico un hecho por ser causa de otro; en lugar de ello propone que un hecho se transforma en histrico mucho tiempo despus de haber sucedido. Es as que se desacredita el pensar la historia como una cadena de acontecimientos causales (postura en verdad ms cercana al positivismo), generando, tal como se afirma en la tesis XVII, un proceder aditivo, a partir del cual se llena de hechos aquel tiempo que Benjamin califica de homogneo y vaco.

Recordando su discusin con el positivismo aludida en una carta de 1940 a su amigo Max Horkheimer, Benjamin emparenta ambas corrientes partiendo de la empata, punto basal del historicismo:

La empata con lo sido sirve en ltimo trmino a su presentificacin. No es en vano que la tendencia a esta ltima se aviene muy bien con una representacin positivista de la historia (tal como se muestra en Eduard Meyer). En el dominio de la historia, la proyeccin de lo sido en el presente es anloga a la sustitucin de configuraciones idnticas por [sus] modificaciones en el mundo corpreo. Esta ltima ha sido demostrada por Meyerson como base de las ciencias naturales. (De lexplication dans les sciencies ). La primera es la quintaesencia de carcter propiamente cientfico de la historia, en el sentido del positivismo. Se la adquiere al precio de la completa extirpacin de todo aquello que recuerda, en cuanto remembranza, su determinacin originaria. La falsa vivacidad de la presentificacin, el hacer a un lado todo eco del lamento [que brota] de la historia, seala su definitiva sumisin al concepto moderno de la ciencia. Se observa entonces que Benjamin pretende alejarse de la idea de la historia como ciencia, como relato que tiene la capacidad de reflejar de manera transparente lo acontecido en el pasado. En esa lnea, podemos retomar una frase que este filsofo sostiene en el marco de una discusin con Horkheimer sobre la posibilidad de reparacin o no de las vctimas del pasado, esgrimiendo ambos posiciones encontradas en torno a la viabilidad de justicia frente a un pretrito supuestamente no cerrado: El correctivo que hay que aplicar a este tipo de razonamientos [de Horkheimer] surge de la reflexin siguiente: la historia no es slo una ciencia, sino tambin y no menos una forma de recordacin (Eingedenken). La recordacin puede modificar lo que la ciencia da por definitivamente establecido. La recordacin puede convertir lo no clausurado (la felicidad) en algo clausurado y lo clausurado (el sufrimiento) en algo no clausurado.

Lo que se discute aqu es la posibilidad de concebir la historia no slo en trminos cientficos, sino tambin de rememoracin, de recuerdo. Benjamin, en consonancia con sus crticas al historicismo y positivismo, se aleja del cientificismo de Horkheimer, de una historia que busca un nico relato verdadero del pasado, de una historia que se emparenta con la objetividad, de una historia que pretende un significado nico, acercndose, en su lugar, a una historia fragmentada, discontinua, abierta, a una historia que motive otras historias. Y dentro de ese concepto de historia creemos que la articulacin con la dimensin poltica se torna insoslayable. Lo original de la propuesta benjaminiana reside justamente en ello: en pensar que ese pasado, que en trminos estrictos est cerrado, puede seguir igualmente trunco, inconcluso, provocando una apertura de la historia en el presente. El problema del cientificismo de Horkheimer parece ser la prdida de esta perspectiva poltica que tiene el pasado inconcluso, es perder de vista que esas injusticias pretritas no estn cerradas, no porque los muertos no estn muertos, sino porque tienen la capacidad de despertar la accin poltica presente.

Frente a esta idea benjaminiana de historia como rememoracin y whiteana de historia como constitucin de nuestro pasado, podemos comenzar a acompaar la idea de reescritura del pasado y cmo ello se vincula con lo poltico. Hemos elegido el caso de los llamados nuevos sujetos para ejemplificar este entrecruzamiento entre lo epistmico y lo poltico. A partir de movimientos como el feminista, el multiculturalista o postcolonialista, han surgido reclamos en torno a la inclusin en los grandes relatos de otros sujetos histricos, de nuevos sujetos que demandaban voz propia. Empieza a cuestionarse entonces a la historiografa tradicional o acadmica en tanto nica voz autorizada y legtima para relatar lo acontecido, alzando los nuevos sujetos su propia voz en busca de contar su historia. Y all la crtica a la historiografa en tanto un relato nico se emparenta con la poltica, ya que el tener una historia legitima y vuelve reconocible al grupo como tal, otorgndole derechos probablemente antes negados. En este punto, el surgimiento de la historia oral acompa estos movimientos, siendo, en un principio, los relatos o testimonios de los excluidos y silenciados ingenuamente equiparados con la verdad histrica. De esta forma, el riesgo es caer en aquello mismo que se critica: incluir ciegamente, como si reflejaran sin ms la verdad de lo ocurrido, estas nuevas voces, pero generando otra vez un nico relato, cerrado y conclusivo. La propuesta en este trabajo ha sido la de discutir esta idea de representacin nica, representacin que pretende otorgarle un significado o sentido tambin nico al pasado, buscando en su lugar estimular representaciones del tipo no conclusivo, no definitivo, representaciones que, en vez de intentar legitimarse como la nica posible, propicien nuevas investigaciones y debates, dando paso a la reescritura constante de la historia.Para ello hemos recurrido a dos autores de pocas y corrientes diferentes. Es cierto que, en el caso de Benjamin, encontramos un compromiso ontolgico fuerte con cierto pasado, con una distincin tajante entre vencedor y vencido, victimario y vctima, dominador y dominado, pero nuestra recuperacin de sus tesis de filosofa de la historia ha intentado direccionarse a pensar algunas de sus nociones en trminos de apertura de la historia como posibilidad de rediscusin de lo supuestamente histricamente dado y cerrado. En una lnea similar podemos ubicar la afirmacin whiteana de que la realidad como tal no nos indica de qu forma debemos representarla, por lo que en verdad ningn modo discursivo es preferible a otro en trminos de representacin histrica; ello abre las puertas entonces a nuevos discursos, a nuevas formas de representacin, a nuevas reescrituras del pasado, lo cual no significa, como ya dijimos, la posibilidad de sostener cualquier cosa, sino que habilita a considerar que la informacin o el contenido que buscamos transmitir puede ser efectivamente transmitido de muchas maneras diferentes, denotando compromisos que no exceden lo poltico.

Referencia bibliogrfica Ankersmit, Frank, The Dilemma of Contemporary Anglo-Saxon Philosophy of History, en History and Theory, Vol. 25, N 4, Beiheft 25: Knowing and Telling History: The Anglo-Saxon Debate (Dec., 1986), pp. 1-27 Benjamin, Walter, Apuntes sobre el concepto de historia, en Benjamin, W., La dialctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, trad. de Pablo Oyarzn Robles, Santiago, Universidad Arcis y LOM Ediciones, s.d., pp. 69-115 Benjamin, W., Sobre el concepto de historia, en Benjamin, W., La dialctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, ed. cit., pp. 45-68 Hodgkin, Katherine y Radstone, Susannah, Introduction. Contested pasts, en Hodgkin, K. y Radstone, S. (editoras), Contested Pasts. The politics of memory, Londres, Routledge, 2003, pp. 1-21 Lwy, Michael, Walter Benjamin. Aviso de incendio, trad. de Horacio Pons, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2001

Reyes Mate, Manuel, Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin Sobre el concepto de historia, Madrid, Trotta, 2009

Tozzi, Vernica, La historia segn la nueva filosofa de la historia, Buenos Aires, Prometeo, 2009

White, Hayden, Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo xix, trad. de Stella Mastrngelo, Mxico D.F., Fondo de Cultura Econmica, 1992, Prefacio e Introduccin: la potica de la historia, pp. 09-50 White, H., Teora literaria y escrito histrico, en White, H., El texto histrico como artefacto literario y otros escritos, trad. de Vernica Tozzi y Nicols Lavagnino, Barcelona, Paids, 2003, pp. 141-188 Vase Ankersmit, F., The Dilemma of Contemporary Anglo-Saxon Philosophy of History, en History and Theory, Vol. 25, N 4, Beiheft 25: Knowing and Telling History: The Anglo-Saxon Debate (Dec., 1986), pp. 01-27

White, H., Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo xix, trad. de Stella Mastrngelo, Mxico D.F., Fondo de Cultura Econmica, 1992

Ankersmit, F., op. cit., p. 16

En realidad parece haber un componente ideolgico irreductible en toda descripcin histrica de la realidad. Es decir, simplemente porque la historia no es una ciencia, o es en el mejor de los casos una protociencia con elementos no cientficos especficamente determinables en su constitucin, la pretensin misma de haber discernido algn tipo de coherencia formal en el registro histrico trae consigo teoras de la naturaleza del mundo histrico y del propio conocimiento histrico que tienen implicancias ideolgicas para intentos de entender el presente, como quiera que se defina ese presente. (White, H., op. cit.., p. 31)

Ibdem, p. 11

Vase Tozzi, V., La historia segn la nueva filosofa de la historia, Buenos Aires, Prometeo, 2009, p. 115

La divergencia en torno al ttulo del texto se debe a que en verdad es un escrito que el propio Benjamin pareca no tener pensado publicar; tomando una carta a Gretel Adorno, all menciona que en caso de publicarlo, se abriran de par en par las puertas a la incomprensin entusiasta (Carta de abril de 1940, en Gesammelte Schriften, I, 3, pp. 1226-7 cita extrada de Lwy, Michael, Walter Benjamin. Aviso de incendio, trad. de Horacio Pons, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2001, p. 39). Guindonos por lo explicado por Pablo Oyarzn Robles en su traduccin del texto, segn los editores R. Tiedemann y H. Schweppenhuser, el ttulo elegido por Benjamin hubiera sido Sobre el concepto de historia, pero en la edicin de Adorno de Schriften (Escritos), publicada por Suhrkamp en 1955, el texto es presentado como Tesis de filosofa de la historia, y desde ese momento as ha circulado fundamentalmente, tambin en el caso de las traducciones al espaol.

Benjamin, W., Sobre el concepto de historia, en Benjamin, W., La dialctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, trad. de Pablo Oyarzn Robles, Santiago, Universidad Arcis y LOM Ediciones, s.d., p. 51

Benjamin, W., Apuntes sobre el concepto de historia, en Benjamin, W., op. cit., pp. 73-4

Benjamin, W., Gesammelte Schriften V/1, p. 589 cita extrada de Reyes Mate, Manuel, Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin Sobre el concepto de historia, Madrid, Trotta, 2009, p. 75

In its origin, however, oral historys view of memory was less complex. It laid claim precisely to an authentic truth excluded from the historical record. It solicited the voices of those who have been silent and ignored throughout the centuries () And it found in the memories evoked a counter-narrative, a corrective to the simplifying and patronising assumptions of the traditional makers of history. (Hodgkin, Katherine y Radstone, Susannah, Introduction. Contested pasts, en Hodgkin, K. y Radstone, S. (editoras), Contested Pasts. The politics of memory, Londres, Routledge, 2003, p. 4)

Esta demarcacin tan tajante debe pensarse en trminos histricos y del compromiso poltico adoptado por Benjamin en los aos de escritura de las tesis, pero eso no debe hacernos perder de vista que esas posiciones, la de vctima-victimario, u oprimido-opresor, no estn exentas de ser intercambiables o modificadas a lo largo del devenir histrico. Un ejemplo adems de lo difcil de fijar este tipo de distinciones es la llamada zona gris por Primo Levi, haciendo referencia mayormente a los colaboradores judos en los campos de concentracin nazis.

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