hannah arendt y el gusto en la cultura de masas
DESCRIPTION
Hannah Arendt y el gusto en la cultura de masasTRANSCRIPT
Estética moderna y contemporánea
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
Isabel Conejo Feliu
Curso 2014-2015
Universidad Pompeu Fabra
INTRODUCCIÓN
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
Desde la aparición del concepto de ‘cultura de masa’ son
numerosos los autores que han realizado investigaciones acerca
de este fenómeno, así como sus causas, influencias y
consecuencias. Hannah Arendt, en su obra Entre el pasado y el
futuro (1954), dedica el capítulo VI a esta cuestión, el cual
titula “La crisis en la cultura: su significado político y social”.
El presente trabajo tiene como objetivo estudiar el fenómeno de
la cultura de masas a la luz de los escritos de Hannah Arendt, y
también con la ayuda del ensayo de Walter Benjamin titulado
“La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica”
(1936). Los dos ensayos, escritos en la primera mitad del siglo
XX, muestran una reflexión acerca de qué es la cultura de
masas y del cambio de uso del objeto cultural. Ciertamente,
cada uno presenta matices diferentes, no obstante, podemos
observar una cierta correspondencia. A raíz de las reflexiones
realizadas en la asignatura de Estética acerca del gusto,
también vamos a centrarnos en este trabajo en la transición del
gusto debido al cambio de uso y consumo del objeto cultural,
una transición en la que Arendt hace hincapié.
LA CULTURA DE MASAS Y SUS CRÍTICAS
Si nos preguntamos acerca de qué es la cultura de masas, a
priori podemos ver que se trata de un tipo de cultura que está 2
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
dirigida a una multitud de personas. A diferencia de la noción
tradicional de cultura en que ésta era una cuestión reservada
para las élites, la cultura de masas tiene capacidad para llegar
a un grandísimo número de personas. El medio empleado para
poder llegar a tan ingente cantidad de personas es la industria.
Por lo tanto, la revolución industrial constituye una pieza clave
para el desarrollo de la industria cultural cuyos productos se
dirigen a un público que, no siendo ya un mero espectador,
pasó a ser consumidor de los objetos culturales producidos por
la industria cultural.
El concepto de cultura de masas se desarrolla cuanto más en la
primera mitad del siglo XX, coincidiendo así con un fenómeno
social y político de gran envergadura: el surgimiento de los
grandes totalitarismos. Los diversos totalitarismos presentan
una característica ideológica similar, la pérdida de la
individualidad. Históricamente, la figura del solitario ha sido el
paradigma de la sabiduría y de la vida rica e intensa. Por
ejemplo, la figura del monje que se aparta del clamor de la
mundanidad para consagrarse a la formación de su
espiritualidad. O la figura del solitario romántico que se va a las
montañas a contemplar la belleza de la naturaleza. No
obstante, en el siglo XIX se derrumban las murallas y se hacen
nuevos planes urbanísticos que favorecen la concentración de 3
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
la población, surge la multitud en el marco de una nueva
sociedad de ocio, de vida en la plaza y de reuniones. Al llegar el
siglo XX, el individuo se convierte en masa y pierde lo más
importante que tiene, su humanidad, y se convierte en
animalidad.
Freud, en su obra Psicología de las masas, emprende un
análisis de la psicología de las masas que cristaliza en unas
afirmaciones que abren la puerta a aquella concepción que
sitúa a las masas como algo sospechoso. Así pues, Freud dirá
que es en la masa donde aflora en el individuo aquellas
tendencias inconscientes que la conciencia mantenía
reprimidas1, como por ejemplo, el mero hecho de romper un
cristal en una manifestación.
También queda la masa equiparada a algo voluble, neurotizado
y fácilmente manipulable, tal y como fueron las masas nazis
bajo las manos de Hitler, donde la capacidad de juicio del
hombre queda reducida y desaparece su individualidad
consciente. Así pues, la transición desde la ausencia de las
masas hasta su aparición y la creciente desconfianza que las
1 Sigmund Freud, Psicología de las masas, Cap. “El alma colectiva según Le Bon”: “Este alma [alma colectiva] les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente. Ciertas ideas y ciertos sentimientos no surgen ni se transforman en actos, sino a los individuos constituidos en multitud. […] El individuo que etra a formar parte de una multitud se sitúa en condiciones que le permiten suprimir las represiones de sus tendencias inconsciente”
4
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
masas inspiran está latentemente asociada a los levantamientos
europeos por parte de la clase proletaria, los comunismos y
nazismos.
Debemos mencionar la presente creencia en el progreso
característica de la modernidad, es decir, la creencia en la idea
de cambio y avance constante con la convicción de que algún
día en el futuro se llegará al cumplimiento de todas las
aspiraciones, es la idea de que llegará el día de la gran era. Así
pues, el concepto del tiempo es fundamental, pues éste
engendra novedad y modernidad, a la vez que cabalga sobre la
promesa de progreso. En este marco, la industria cultural
mantiene una posición muy importante debido a su creación
continua de productos de consumo que ofrecen novedad a una
masa que ansia el mundo del espectáculo tras el duro día de
trabajo.
Al mismo tiempo que la sociedad moderna se cristaliza,
aparecen voces disidentes. Baudelaire compara el progreso con
un fanal obscur que, en contraposición a la luz de la razón,
complica la facilidad de ver las cosas, pues el progreso te deja
deslumbrado y sin visión2. También otros autores han criticado 2 Charles Baudelaire, Écrits sur l'art : extrait exposition universelle de 1855: Je veux parler de l’idée du progrès. Ce fanal obscur, invention du philosophisme actuel, breveté sans garantie de la Nature ou de la Divinité, cette lanterne moderne jette des ténèbres sur tous les objets de la connaissance ; la liberté s’évanouit, le châtiment disparaît. Qui veut y voir clair dans l’histoire doit avant tout éteindre ce fanal perfide. Cette idée grotesque, qui a fleuri sur le terrain pourri de la fatuité moderne, a déchargé chacun de son devoir, délivré toute âme
5
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
la modernidad, la idea de la multitud, el atontamiento, las
masas y el consumo compulsivo de cultura. Por ejemplo, Ortega
y Gasset, en La rebelión de las masas, diagnostica un proceso
evolutivo en la sociedad moderna: la irrupción del hombre masa
en el mundo público y político, es decir, la adhesión del hombre
a la masa, sin querer distinguirse de ella, para así ser ‘normal’.
Así pues, ahora será la masa quien imponga todo tipo de
criterio, el gusto, el ritmo, el color, la temperatura… es la masa
la que impone una identidad a la sociedad y al individuo. En
palabras de Ortega y Gasset: “El hombre-masa es el hombre
cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no
construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean
enormes”3.
HannaArendt, en Entre el pasado y el futuro, dedica el capítulo
VI (“La crisis en la cultura: su significado político y social”) a
explicar cómo actúa la cultura en la sociedad de masas y
muestra una transición en los patrones del gusto.
La autora distingue entre la ‘sociedad’ y la ‘sociedad de masas’.
Arendt nos dice, citando a Edward Shils, que “la sociedad de
masas nace cuando «la masa de la población se ha incorporado
de sa responsabilité, dégagé la volonté de tous les liens que lui imposait l’amour du beau : et les races amoindries, si cette navrante folie dure longtemps, s’endormiront sur l’oreiller de la fatalité dans le sommeil radoteur de la décrépitude. Cette infatuation est le diagnostic d’une décadence déjà trop visible. 3 Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Capítulo V, versión digital.
6
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
a la sociedad»”4. Este momento se asume cuando se le
reconocen unos derechos a la masa. Más que derechos políticos
o morales, se le reconoce su capacidad económica, es decir, de
consumo. La masa se convierte en una sociedad de clientes que
hay que satisfacer, en este punto aparece la cultura de masa.
Por lo tanto, la cultura de masa aparece para satisfacer al
cliente, el cual tiene mucho tiempo libre que dedicar a la
cultura.
Según Arendt, la diferencia principal entre sociedad y sociedad
de masas es que “la sociedad quería la cultura, valorizaba y
desvalorizaba los objetos culturales como bienes sociales,
usaba y abusaba de ellos para sus propios fines egoístas, pero
no los «consumía»”5. En cambio, “la sociedad de masas no
quiere cultura sino entretenimiento, y la sociedad consume los
objetos ofrecidos por la industria del entretenimiento como
consume cualquier otro bien de consumo”6. Así pues, Arendt
critica a la sociedad burguesa, nacida en la corte de Luís XIV en
Versalles, porque monopoliza la cultura para sus propios fines:
comprar una posición más alta en la sociedad, auto-educarse y
cultivarse. La autora designa este fenómeno como ‘filisteísmo’
en que el objeto cultural ya no interpela al receptor, pues
4 Hannah Arendt, Entre pasado y futuro, “La crisis de la cultura”, p. 305 5Ibidem, p. 3146Ibidem, p. 314
7
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
pierde la capacidad de “captar nuestra atención y
conmovernos”7. El filisteo es aquél que juzga el objeto cultural
en términos de valor de cambio, no ya de cultura o arte, sino
que, en este sentido, la cultura se torna un concepto asociado a
la riqueza y a la transmisión de valores, que te permite
ascender socialmente y por lo tanto, constituye también un
valor económico.
Con la aparición de la cultura de masas se produce una
transición en el uso del objeto cultural. Gracias a la
reproductibilidad del arte, mediante la revolución técnica, el
arte burgués desaparece. Es entonces cuando entra en juego la
cultura de masas capaz de llegar a todo el mundo, se trata de
una cultura superficial que excluye la dedicación de tiempo y
constancia, es vano entretenimiento.
Walter Benjamin, nacido en Berlín en el año 1892, amigo de la
Escuela de Frankfurt y la teoría crítica, mantiene una visión y
actitud crítica encaminada hacia la toma de conciencia. En su
ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad
técnica nos dice que “hacia el 1900, la reproducción técnica
había alcanzado un nivel que no sólo comenzaba a convertir en
su objeto el conjunto de las obras de arte tradicionales,
sometiendo su efecto a las transformaciones más profundas, 7Ibidem, P. 313
8
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
sino que conquistó su lugar propio entre los procedimientos
artísticos vigentes”8. Estas palabras benjaminianas muestran la
latente sustitución del objeto cultural tradicional por nuevos y
múltiples productos de la industria cultural. Luego, podemos
observar, en este proceso, una transición en el uso de los
objetos culturales. En el arte burgués la obra de arte se
encontraba dentro de una especie de circuito, para acceder a
ella había que traspasar una barrera cultural y acceder
mediante una serie de procedimientos ritualizados. En este
sentido, Benjamin nos habla del concepto del aura9, entendido
como aquél encuentro genuino del sujeto con la obra de arte,
un encuentro que requiere un tiempo y espacio concreto, se
trata de un encuentro profundo y original que genera
experiencia, en definitiva, el aura expresa la singularidad de
una experiencia irrepetible. Esta experiencia, descrita por
Benjamin, nos recuerda estrechamente al valor de auto-
trascendencia y auto-cultivarse del que también nos habla
Arendt en su escrito.
Arendt define la cultura como la antítesis de la funcionalidad,
señala que su esencia es la perdurabilidad en el tiempo10. De un 8 Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, p. 53 [de ahora en adelante: La obra de arte]9 El concepto de aura lo encontramos explicado a lo largo del ensayo La obra de arte de Benjamin10 Arendt, Entre pasado y futuro, “La crisis de la cultura”: “un objeto es cultural en la medida en que puede perdurar; su durabilidad es la antítesis misma de la funcionalidad”, p.318
9
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
modo parecido, Benjamin dice que “la autenticidad de una cosa
es la suma de cuanto desde su origen nos resulta en ella
transmisible, desde su duración de material a lo que
históricamente testimonia”11. Por eso, el berlinés considera que
lo que queda dañado de la obra de arte, en la época de la
reproductibilidad técnica, es su aura12. Así pues, vemos que en
los dos autores el factor del tiempo y de la perdurabilidad es
importante. Ciertamente, no lo dicen en un sentido exacto, pues
Hannah Arendt lo hace con la intención de señalar cuál es la
característica esencial del objeto cultural, mientras que
Benjamin lo hace a la hora de describir qué es lo que da el
carácter aurático en la obra de arte.
Por lo tanto, la reproductibilidad técnica y la sociedad de masas
constituyen una amenaza para la perdurabilidad y originalidad
del objeto. La facilidad de reproducción provoca una constante
creación de objetos que se suceden los unos a los otros y sin
ningún tipo de filtro llegan a las masas, las cuales, sedientas de
sorpresas ansían la llegada de nuevos productos, aun sin haber
disfrutado los presentes y deseando que los venideros
satisfagan su necesidad de consumo. Concretamente, Arendt
señala dos amenazas para el mundo cultural: Por un lado, la
sociedad burguesa (filisteísmo) que hace un uso egoísta de la 11 Benjamin, La obra de arte, p. 5512 Ibidem
10
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
cultura, donde el juicio de gusto se realiza en base a su uso.
Nos referimos aquí a esa pretensión de snobismo, en la que
también vemos una “intelectualización de lo kitsch”13, pues con
la industria cultural, las réplicas llegan a todas partes y las
personas las poseen como si al hacerlo fuesen más cultos y
respetables. Por otro lado, la sociedad de masas que quiere
entretenimiento -no cultura- y que, por lo tanto, prefiere objetos
efímeros antes que duraderos, es entonces cuando “se
destruye la cultura para brindar entretenimiento”14.
A continuación pasaremos a hablar de cómo es este hombre
que vive inmerso en el colectivo de la masa. Explica Arendt que
el prototipo de hombre masa es una persona en la que destaca
su incomunicación, excitabilidad, carencia de normas,
capacidad de consumo, incapacidad para juzgar o distinguir,
además de su egocentrismo y alienación.
Kracauer es un filósofo, también amigo de la Escuela de
Frankfurt, que en los años 20 también da un diagnóstico
negativo de la modernidad, dice que el hombre de la cultura
moderna no conoce el amparo de una comunidad que le
transmita una tradición definida, sino que se siente parte de
una masa disgregada y solitaria, en definitiva, de una masa que
13Arendt, Entre pasado y futuro, “La crisis de la cultura”, p. 30314Ibidem, p. 318
11
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
es protagonista de un mundo alienado donde todo queda
reducido al valor económico y cuantitativo. En relación a este
reduccionismo de la cultura al uso, Arendt dice que “la cultura
corre peligro cuando todas las cosas y objetos mundanos,
producidos por el presente o por el pasado, se ven amenazados
como meras funciones para el proceso vital de la sociedad”15.
La crítica principal de Arendt a la sociedad de masas es que
ésta se queda sin identidad alguna y, consecuentemente, sin
criterios de elección. Por eso, como hemos visto, una de las
características que le atribuye al hombre masa es la
incapacidad para juzgar. Es decir, el hombre masa se ve
absorbido por sus necesidades de consumo y en base a esa
necesidad establece relaciones con los objetos culturales. Así
pues, el gusto en el hombre masa se ve coaccionado por una
serie de necesidades vitales que no le permiten realizar libres
elecciones de gusto. También hay que añadir el factor de la
homogeneidad, en tanto que el hombre masa tiende a desear lo
mismo que tienen los demás, pues éste siente la necesidad de
formar parte de la masa para así “ser uno más” y no sentirse
“un bicho raro”. El ser poseedor de los mismos objetos que los
demás significa entrar a formar parte del colectivo ‘masa’.
Benjamin dice: “la liberación del objeto de su envoltorio, la
15Arendt, Entre pasado y futuro, “La crisis de la cultura”, p. 31812
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
destrucción del aura, es distintivo de una percepción cuya
«sensibilidad para lo homogéneo en el mundo» ha crecido tanto
que […]”16. Con estas palabras vemos que también Benjamin
establece una relación entre el momento de la destrucción del
aura, la reproductibilidad del arte y el auge de las masas con el
momento del surgimiento de una sensibilidad común, la
sensibilidad hacia lo igual y lo homogéneo, en definitiva, hacia
lo anónimo.
Sin embargo, frente a esta situación, los dos autores son
capaces de señalar un aspecto positivo de todo este proceso, se
trata de algo que salva a todo lo anterior y que da un giro
completo a la crítica negativa expuesta hasta el momento.
Por un lado, Walter Benjamin muestra que la reproductibilidad
de la obra de arte le permite a ésta ser despojada de su aura,
ser liberada de los cánones de la tradición, de lo ritual y de la
antigua contemplación. Gracias a la técnica, la obra de arte
podrá tener una acción liberadora, emancipadora y
transformadora de la sociedad ya que ahora podrá llegar a todo
el mundo. Benjamín aboga por una nueva recepción del arte,
según la cual los objetos no deben ser contemplados y gozados
de manera servil y absorbida, sino de una manera distante.
16Benjamin, La obra de arte, p. 5713
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
Por otro lado, Hannah Arendt señala que al no haber en la
cultura de masas un canon del gusto establecido, se nos abre
una puerta ventajosa. Es decir, ya no hay un estándar social
que te marque qué es lo que debe gustarte o no, al igual que ya
no es necesario que te gusten las grandes obras para ser una
persona culta o crítica. En consecuencia, se abre una gran
puerta liberadora que permite la salida de ese mundo burgués
para entrar en el mundo del criterio propio. El mundo de la
cultura de masas es un mundo de mil estímulos, pero a la vez,
es un mundo que te permite optar por un juicio libre. Así pues,
vemos que se abre una posibilidad para el propio gusto. En
referencia a esto, muy acertadamente, Hanna Arendt concluye
el capítulo citando a Cicerón: En lo que se refiere a mi
asociación con los hombres y los objetos me niego a ser
coaccionado incluso por la verdad o por la belleza”17.
CONCLUSIÓN
Tras la lectura y el análisis de los diversos textos escogidos
para la realización de este trabajo, podemos concluir que
Benjamin (y en general los miembros de la teoría crítica) aboga
por una cultura -cine, fotografía, espectáculo- que sea capaz de
despertar a las masas y a las conciencias. Mantienen una visión
y actitud crítica, y comparten la idea de que todo puede ser 17 Arendt, Entre pasado y futuro, “La crisis de la cultura”, p. 344
14
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
iluminador si se dirige hacia la emancipación y la toma de
conciencia. Por otro lado, Hannah Arendt defiende que la
amenaza para el mundo cultural provocado por la necesidad de
entretenimiento de la masa, abre y permite la capacidad de
juzgar por uno mismo qué es lo que te gusta, pues ya no te ves
coaccionado por esos “grandes clásicos imprescindibles” a la
hora de realizar un juicio de gusto sobre los objetos culturales.
BIBLIOGRAFÍA
15
EL GUSTO EN LA CULTURA DE MASAS
ARENDT, HANNAH. Entre pasado y futuro, “VI. La crisis en
la cultura: su significado político y social”, Trad. Ana Poljak,
Ed.Península, Barcelona, 1954
BENJAMIN, WALTER. La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica, <Tercera redacción>, 1936
FREUD, SIGMUND. La psicología de la masas y análisis del
yo [1921], FV Éditions, 2013, Versión on-line (Google Books)
16