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Habilla Imprimir Enviar Para el cultivo de la habilla, se deben seleccionar parcelas con suelos de mediana a alta fertilidad, bien drenados, evitando parcelas procedentes de cultivos de leguminosas y próximos a cultivos con aparición de enfermedades conocidas como virosis. Un indicador interesante para la parcela seleccionada es que puede ser un lugar donde se haya cultivado maíz y obtenido 1.500 kilogramos por hectárea como mínimo. Para la preparación del terreno para el cultivo de la habilla, proponemos dos opciones. Preparación convencional: con este sistema debe evitarse indefectiblemente la quema de rastrojos, y debe procederse de la siguiente manera: Realizar carpidas y acondicionar los rastrojos cortados en cordones separando de 5 a 10 metros, dependiendo de la cantidad de rastrojos cortados. Realizar una arada bien profunda, posteriormente nivelar con rastras o trozos de madera. Por otro lado, se puede realizar el denominado sistema conservacionista, que puede hacerse de dos formas: Sobre rastrojos de algodón: proceder a realizar carpidas o rolar los rastrojos de algodón. Posteriormente utilizar herbicidas; después de 6 días de haber manejado los rastrojos, realizar carpidas selectivas. Sobre abonos verdes: para este caso, se debe disponer de cultivos de abonos verdes, que pueden ser sorgo forrajero o milheto, preferentemente este último. En este caso, rolar el milleto a partir de los 45 días hasta los 70 días. En caso necesario, utilizar herbicidas para desecar. SIEMBRA Y EPOCA Se recomienda la utilización de una variedad que pertenezca a grupos conocidos, como Preto, cuya principal característica son las semillas de color

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Para el cultivo de la habilla, se deben seleccionar parcelas con suelos

de mediana a alta fertilidad, bien drenados, evitando parcelas

procedentes de cultivos de leguminosas y próximos a cultivos con

aparición de enfermedades conocidas como virosis.

Un indicador interesante para la parcela seleccionada es que puede ser un lugar donde se haya cultivado maíz y obtenido 1.500 kilogramos por hectárea como mínimo. Para la preparación del terreno para el cultivo de la habilla, proponemos dos opciones. Preparación convencional: con este sistema debe evitarse indefectiblemente la quema de rastrojos, y debe procederse de la siguiente manera: Realizar carpidas y acondicionar los rastrojos cortados en cordones separando de 5 a 10 metros, dependiendo de la cantidad de rastrojos cortados. Realizar una arada bien profunda, posteriormente nivelar con rastras o trozos de madera. Por otro lado, se puede realizar el denominado sistema conservacionista, que puede hacerse de dos formas: Sobre rastrojos de algodón: proceder a realizar carpidas o rolar los rastrojos de algodón. Posteriormente utilizar herbicidas; después de 6 días de haber manejado los rastrojos, realizar carpidas selectivas. Sobre abonos verdes: para este caso, se debe disponer de cultivos de abonos verdes, que pueden ser sorgo forrajero o milheto, preferentemente este último. En este caso, rolar el milleto a partir de los 45 días hasta los 70 días. En caso necesario, utilizar herbicidas para desecar. 

SIEMBRA Y EPOCA Se recomienda la utilización de una variedad que pertenezca a grupos conocidos, como Preto, cuya principal característica son las semillas de color negro, y la Carioca por considerarse de mayor aceptación en el mercado. La época de siembra comprende los meses de marzo-abril. 

DENSIDAD La densidad de siembra varía de acuerdo al sistema que se utiliza. Para el sistema convencional, se debe emplear una distancia de 0,20 metros entre plantas y 0,60 metros entre hileras; en este caso se necesitarán 40 kilogramos de semillas por hectárea. 

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Para el sistema conservacionista, la distancia recomendada es de 0,20 metros entre plantas y 0,50 metros entre hileras, utilizando 50 kilogramos por hectárea. Para ambos sistemas, se deben sembrar entre 3 a 4 semillas por hoyo. Para siembra con sembradoras a tracción animal, se recomienda distribuir en surcos corridos, aproximadamente 18 semillas por metro lineal, y a una profundidad de 2 a 3 centímetros. 

TRATAMIENTOS CULTURALES A fin de evitar competencias con malezas, se recomienda realizar carpidas o aporque antes de la floración, aproximadamente a los 25 a 30 días después de la germinación. Para los cultivos con sistema conservacionista, se recomiendan las carpidas selectivas. Se debe procurar mantener limpias las parcelas, conforme a la necesidad, para permitir un desarrollo normal de las plantas. 

TRATAMIENTOS FITOSANITARIOS Existen plagas y enfermedades que pueden aparecer en los cultivos de habilla y que pueden ser controlados de las siguientes formas: Control químico: para evitar la aparición y la proliferación de enfermedades fungosas, se puede realizar tratamiento de semillas con fungicidas específicos. Para cultivos establecidos, si es necesario, para control de antracnosis en caso de aparición, se pueden utilizar fungicidas sistémicos. Para control de hormigas cortadoras, se pueden usar cebos tóxicos; en este caso, conviene recurrir a consultas técnicas para solicitar asesoramiento sobre su aplicación. Los insectos chupadores pueden ser controlados con productos específicos, evitando la utilización de insecticidas que pertenecen a la clase toxicológica I (franja roja). Otras alternativas de control: se puede recurrir a otras alternativas de control de plagas y enfermedades. Por ejemplo, para el tratamiento de semillas, se pueden utilizar cenizas, y orín de bovino. Para control de hormigas cortadoras, se pueden eliminar los hormigueros en forma manual. Opcionalmente, se recomienda utilizar insecticidas caseros; en este caso, recurrir a las informaciones disponibles para la preparación según recetarios, en lo posible, fuentes confiables. 

COSECHA Y MANEJO POSCOSECHA El momento ideal para realizar la cosecha es cuando las vainas empiezan a secarse, aproximadamente a los 120 días después de la germinación. Para el efecto, proceder al arranque y trillado. El trillado puede realizarse en forma manual, utilizando palos y también trilladoras estáticas, según disponibilidad. Posterior al trillado, a fin de disponer productos de buena calidad, se debe ventilar en forma manual y embolsar, luego almacenar en lugar seco o en silos. Para asegurar la calidad del producto, se recomienda comercializar lo antes posible. Si la comercialización no se va a realizar en forma inmediata, se recomienda almacenar en lugar adecuado; para ello se debe secar bien y tratar los granos con productos específicos, a fin de evitar ataques de plagas durante el almacenamiento. Selección de granos para semillas: en este caso, la selección se debe realizar en el campo, seleccionando las vainas sanas y libres de ataques de plagas. 

Fuente: GTZ – Manual de sistemas de producción para cultivos agrícolas.