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GRUPOS CLÍNICOS DE BUENOS AIRESSEMINARIO ANUAL 2011
“OPERADORES EN LA CLÍNICA”LA RESPONSABILIDAD
1 DE JUNIO DE 2011Dra. Ana María Gómez
"...el contenido del sueño es parte de mi ser"
Sigmund Freud
Todo humano es capaz de hacerse responsable, de dar respuesta a la
pregunta del otro (que luego veremos que también es del Gran Otro) y las
más de las veces elude esa responsabilidad.
Elude: evita y con astucia una dificultad o una obligación. Esquiva el encuentro con alguien o con algo que
en este caso se trata de un “algo” fundamental: la verdad.
Responsabilidad:Etimología: Del latín respondeo – dere, responder, contestar de palabra o por escrito. Estar colocado en frente o en
la parte opuesta. Reclamar, comparecer
Concepto de responsabilidad: Es la calidad o condición de
responsable y la obligación de reparar y satisfacer por si mismo o por otro,
toda pérdida, daño o perjuicio que se hubiera ocasionado; ello implica
aceptar las consecuencias de un acto realizado con capacidad
(discernimiento), voluntad (intención) y dentro de un marco de libertad
Responsabilidad profesional:Se es irresponsable cuando el
profesional por dolo, imprudencia, negligencia, etc. ocasiona un daño en
la persona que ha requerido sus servicios.
Responsabilidad como psicoanalistas:debemos responder a nuestro
compromiso e implicancia de intentar o, directamente, proporcionar alivio a
quien padece.
¿Con qué nos confrontamos humanamente, en el territorio de los síntomas en sus más diversas formas?
Con la responsabilidad o la implicación, que es la acción de implicar ,o con su negativa que
denominamos a-responsabilidad
Mientras el neurótico es recurrido y recurre a la culpabilidad, que en nada
colabora per se con la cura, la responsabilidad allana los caminos
para la misma.
Los neuróticos se consideran culpables de mucho y responsables de casi nada
y/o nada.
Desde el sentimiento inconsciente de culpabilidad a la archiremanida culpa
declarada por cualquier cosa, el neurótico o se estrella contra la roca
de la castración o se instala en el pseudo confort de la queja gozosa por considerarse culpable de no importa
qué.
La queja, decimos nosotros, es el óxido, la herrumbe de la neurosis
La modalidad de la neurosis es ir por la vía de la coartada para eludir la
responsabilidad y recurrir a la culpa que, vía expiación por el síntoma,
persistirá sentando sus reales en el goce.
Las formaciones del inconsciente son aseveraciones y aciertos de la verdad.
La responsabilidad, ¿es siempre consciente o hay un territorio de la
responsabilidad que le cabe al inconsciente?
Y este sujeto de las acciones inconscientes, ¿sería inimputable?
O sea, ¿queda eximido de responsabilidad por no poder
comprender la ilicitud de un hecho punible o por actuar conforme a dicha
comprensión?
Si siguiéramos por el camino de la inimputabilidad, estaríamos chocando con lo que llamamos “recurso al Otro”.
Ergo, si alguien actúa siguiendo los dictados del Otro inconsciente, en
tanto persona, porque sólo las personas pueden ser inimputables, nos refugiaríamos en el Otro como
una coartada que nos permite hacer lo que nos antoje.
Se trata de dos personas diferentes, A y B, ligadas entre sí por una relación de
identificación. La persona A se transformará progresivamente por
identificación en B. Conclusión: A adopta los rasgos de B, se identifica con B. En el
caso, valga de A, se identificará no precisamente con B – su madre – en su
totalidad, sino con un particular matiz de la historia de su madre: el sufrimiento.
“La identificación, lejos de unir a dos individuos distintos, transformándolo
uno en otro, se produce por el contario, en el espacio psíquico de un
solo y mismo individuo”
La identificación solo tiene lugar entre dos polos inconscientes, el Yo y
el objeto. Se reemplaza la relación intersubjetiva, por la relación intra-
psíquica.
Identificación a la emoción:Se trata de una de las modalidades de
la identificación parcial y sería una variante de la relación de la histeria
con los objetos de deseo
El yo histérico se identifica con el goce de la pareja.
El goce no tiene representación en el inconsciente, su representación falta.
Entonces la identificación del yo es con una ausencia de representación, una
falta de representación. El yo va a ocupar el lugar de un agujero en la
trama de las representaciones psíquicas inconscientes.
El objeto central del deseo de la histeria no es un objeto preciso sino el lazo, el intervalo que elija a uno y otro
de los partenaires de la pareja fantasmatizada.”
Ello, como en el caso de la resistencia en y de transferencia, espesa el eje
imaginario y va por el no recurso, en tanto recurrir, al Gran Otro, para que
Sujeto del Inconsciente pueda tener el necesario, pero las más de las veces,
hurtado, su tiempo y su lugar.
Para aparecer yoicamente como no responsables, negamos el ser. Y el ser de la responsabilidad se sostiene en
el inconsciente.
“…es preciso asumir la responsabilidad de sus impulsos oníricos malvados. ¿Qué otra cosa podría hacerse con
ellos? Si el contenido onírico -correctamente comprendido- no ha
sido inspirado por espíritus extraños, entonces no puede ser sino una parte
de mi propio ser”
He de experimentar entonces que esto, negado por mí, no sólo «está» en
mí, sino que también «actúa» ocasionalmente desde mi interior.”
“La responsabilidad moral por el contenido de los sueños”
Sigmund Freud 1925