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Boletín GR Boletín del Grupo Rivulus Nº1 – Año I ____________________________________________________________

ÍNDICE

Página 3___________________________Nace el Boletín del Grupo Rivulus (GR)

Páginas 4 a 7________________________________ “Charqueando” en bicicleta

Páginas 8 a 11_________________________Experiencias con Rivulus punctatus

Páginas 12 a 23_________________________________________Venezuela 2006

Publicación de formato electrónico del Grupo Rivulus. Edición y diseño: Jorge Stojan© Grupo Rivulus 2008 - Todos los derechos reservados.

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Nace el Boletín del Grupo Rivulus (GR)

Finalmente nace el Boletín GR, una publicación con formato digital para que los amantes del Género Rivulus y cualquier interesado puedan disfrutar del aporte de aquellas personas que han asumido la responsabilidad de difundir, estudiar, criar, y preservar a estos maravillosos peces. Inicialmente nos hemos propuesto publicar un nuevo número cada seis meses. Luego, dependiendo de la disponibilidad de material y el abnegado tiempo de los miembros del GR, intentaremos hacerlo en forma trimestral. Por ahora nos contentamos con el primer paso dado, un ejemplo de que las cosas pueden hacerse siempre que tengamos los objetivos claros, y las voluntades de todos mancomunadas y firmes. Este primer boletín llega a vuestro conocimiento gracias a dos personas que trabajaron incondicionalmente para esto fuera posible: Javier Rabanal, y Francisco Martínez. ¡Muchísimas gracias a ellos!

¡Que lo disfruten!

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“Charqueando” en bicicleta por Francisco Martínez

Mi lugar de residencia actual es la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, pero el noreste de la provincia de Santa Fe es mi lugar de nacimiento, y Tacuarendí1 es el pueblo donde está la casa de mis padres. El enclave del pueblo, justo en el borde del Valle de Inundación del Río Paraná, lo hace un lugar ideal como base de las expediciones de captura de killis, ya que apenas a 1/2 km. al este del pueblo comienza un gran humedal que forma parte del ya mencionado Valle de Inundación del Río Paraná. Este humedal es inmenso y se conecta con otros y a su vez con otros más para formar un "mega humedal" La expedición de abril del 2007 se vio retrazada debido a una gran inundación de todo el "litoral argentino" y, realizar una expedición en plena época de inundación no tiene sentido practico, ya que todos los charcos arroyos y lagunas están cubiertos por las aguas de la inundación, asomando solo las copas de los árboles allí donde otrora hubo tierra firme. Como la región húmeda solo tiene caminos precarios, sendas hechas por los animales, y esta recorrida en todas direcciones por alambradas, (es una región ganadera) el medio mas práctico es caminar o usar bicicletas para trasladarse. También se podría usar un vehículo motorizado tipo camioneta, aunque de esta manera se puede sólo acceder a lugares muy frecuentados por el hombre. Sin embargo, la bicicleta te da la posibilidad de llegar a rincones mas apartados con sólo seguir una senda de ganado vacuno ya que estas sendas las usan las vacas para llegar a los abrevaderos en épocas de poco agua. Estos abrevaderos pueden ser una simple charca, una laguna, un arroyo, o el recodo de un río, y como uno lo que busca son peces, mejor que mejor.

Bicicletas: un medio de transporte ideal para este tipo de expediciones

Llegar desde Buenos Aires hasta el lugar de charqueo insume alrededor de 12 horas de viaje en confortables ómnibus, generalmente durante la noche siendo el arribo temprano 1 Tacuarendí es un vocablo indígena castellanizado (para poder pronunciarlo) ,que significa: “caña dulce o de Azúcar”

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por la mañana. Después de un buen desayuno se prepara el equipo de captura, se arman las bicicletas, y mochila al hombro ponemos rumbo al objetivo de ese día, que generalmente es algún lugar cercano al pueblo, alguna charca, o arroyo ya explorado en años anteriores. Lamentablemente aquél año las condiciones después de la inundación no eran las propicias y no logramos capturar ni un solo killi en un arroyo que siempre era pródigo en Pterolebias bokermanni y Rivulus punctatus. Estaba infestado de pirañas en su estado juvenil, junto a una gran variedad de "mojarras" del género, Triporteus, Aphiocharax, Astyanax, Gimnocorymbus, Hiphessobrycon, Moenkhausia, y varios otros.

Piraña recién capturada

Lamentablemente luego de esa primera jornada apareció una vieja e inoportuna lesión que me tuvo tres días en cama con mucho dolor de espalda, fueron los tres días que tenia programados para una salida hacia las islas mas alejadas en busca de Rivulus pero principalmente plantas para acuarios, cabombas , Echinodorus varios , Eleocharis sp. etc.

Cuando me repuse lo suficiente, realizamos una salida a los alrededores del pueblo, a unas charcas prometedoras, sobre todo en Pterolebias y Austrolebias bellotti, pero para

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nuestra sorpresa ¡Rivulus! Los primeros Rivulus y en una charca donde antes no los habíamos capturado. No eran abundantes pero sí suficientes como para llevar algunos a Buenos Aires y distribuirlos entre los aficionados.

Colectando Rivulus punctatus Estas charcas están situadas en el humedal pero en una "lonja" de terreno alto que corre de Sur a Norte extendiéndose unos 6 km a lo largo. Hasta no hace muchos años ahí existía un bosque con grandes árboles y animales propios de este ecosistema, pero la tala indiscriminada lo borró del mapa. Es curioso, los mayores todavía le siguen llamando al lugar " El Monte Largo", aunque ya no exista un solo árbol, solamente quedaron unos arbustos espinosos y entre ellos están las charcas.

Cangrejo Rojo Flor de Utricularia foliosa Todos los otros días de captura fueron mas o menos iguales, yo con mi dolor a cuestas, capturando peces de lo más variado pero de los Rivulus ni noticias, hasta que un día antes del regreso y con una red de "arrastre" capturamos cuatro Rivulus en aguas abiertas:_“¿qué hacían en ese lugar?” _es lo que me pregunto_, en otras expediciones había capturado en aguas abiertas Pterolebias bokermanni pero nunca Rivulus. Las charcas donde capturamos los Rivulus tienen un fondo arcilloso, con agua turbia y se encuentran cubiertas de vegetación flotante, nimpheas, eichornias, hydrocleis sp. y una gramínea flotante que en este momento no recuerdo el nombre, la fauna, además de Rivulus estaba representada por Gimnotus carapo, Apistogramma sp., Cichlasoma dimerus, Rhamdia sapo, Hipostomus sp., Pterigoplichthys sp. , Hoplias malabaricus, Hoplosternun sp., Markiana nigripinnis, etc.

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Biotopo de Rivulus punctatus

Biotopo de Rivulus punctatus Concluyendo con esta pequeña reseña que acompañara a las fotografías, sólo me queda agradecer a las dos personas que me acompañaron, mi hijo Lucas y su novia Daniela que oficio de "fotógrafa" y gracias también al Grupo Rivulus por permitirme estar en su revista con esta humilde colaboración. ______________________________________________________________________

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Experiencias con Rivulus punctatus

por Jorge Stojan

Dentro de los Rivulus que están mediana o ampliamente difundidos en la killifilia, el Rivulus punctatus ocupa un lugar dentro de las especies que podríamos definir como “fáciles”. Sin embargo, esto tiene que ver más con la casi constante aparición de peces salvajes (F0), que al mantenimiento de la especie por varias generaciones dentro del hobby. El Rivulus punctatus es una especie con una amplia distribución en Sudamérica, pudiendo encontrárselo en Brasil, Bolivia, Paraguay, y Argentina. Habita distintos tipos de biotopos, desde arroyos, ríos, lagunas, hasta canales construidos por el hombre. De esto deviene que su apropiado mantenimiento difiera según el origen de los peces. Ejemplares procedentes de São Paulo, Brasil, seguramente precisarán otras características de mantenimiento que aquellos procedente de Santa Fe, Argentina, esto sin contar que provengan de ríos, canales, o lagunas. Un común denominador en esta especie, sean de la región que sean, es que son peces que como la mayoría de los Rivulus tienen la capacidad de sobrevivir largos periodos fuera del agua, y con ello, una tendencia a saltar fuera del acuario o “pegarse” en las paredes si se encuentran incómodos (por la razón que fuere) en el medio que les ofrecemos. Por lo general son peces robustos que soportan un amplio margen de parámetros de agua, temperatura, alimento, etc., aunque el fracaso en una perpetuación generacional dentro de la afición tiene mucho que ver con un “abuso” de esta capacidad de adaptación de la especie, ya que en muchos casos los peces no dejan descendencia o se reproducen poco, haciendo que su paso por las manos de un determinado criador sea una cuestión ocasional. Otro factor por el que muchos criadores claudican con esta especie, es el lento crecimiento de los alevines, en este caso, mucho mayor a otros congéneres. Un Rivulus punctatus alcanzará su tamaño máximo recién pasado el año o el año y medio, y madurará sexualmente a los 9 meses aproximadamente.

Rivulus punctatus “GR 07/01, Tacuarendí” a los 7, 10, y 15 meses de edad

respectivamente (Fotos: J. Stojan)

La reproducción del Rivulus punctatus no presenta mayores problemas, y con el procedimiento y técnicas comunes para todos los Rivulus, podremos lograr buenos resultados. Sin embargo quiero comentar algunos métodos que me han sido de gran utilidad a la hora de lograr desoves más numerosos.

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En muchos casos en que los peces pasaban meses sin desovar, la solución fue hacer un rejunte de agua estacionada de distintos acuarios (de la que solemos tirar), comúnmente llamada “agua vieja” y agregarla a la del acuario donde se encontraba el plantel reproductor, y que para entonces debía tener el 20% de la capacidad total del acuario. Luego de la adición de agua vieja el término de un par de días, los peces estaban desovando a razón de 3 a 5 huevos diarios por pareja. En un acuario con agua vieja, he mantenido una docena de Rivulus punctatus durante un año sin que ninguno saltara fuera del agua. A este acuario (de 25 litros) sólo le he repuesto el agua pérdida por evaporación una vez al mes o cada dos meses.

Pareja de Rivulus punctatus “Canal Molina, KCA 24/06” (foto: P. Calviño)

Debo aclarar que esto me pasó con dos poblaciones de Rivulus punctatus: “GR 01/07, Tacuarendí” y “Canal Molina, KCA 24/06”, mientras que con ejemplares lacustres de “Laguna Santa Ana, KCA 45/06”, me sucedió exactamente lo contrario, con lo que podría deducirse que los ejemplares que provienen de biotopos con menos oxígeno se desenvuelven mejor con aguas viejas que aquellos que habitan masas de agua más grandes. Me ha sucedido que he logrado mejores resultados en la reproducción en tríos o parejas que en grupos de cría, y esto probablemente se deba a que las hembras que no han sido seleccionadas por el macho para desovar, tienden a comerse los huevos de la freza, tal y como sucede en otros killis no anuales. También en tríos, he observado en ocasiones que una pareja se vuelve intolerante con la hembra restante, la que por lo general permanece escondida y sólo sale a alimentarse rápidamente para luego refugiarse nuevamente ante las embestidas de la pareja dominante. Incluso en un caso (no he tenido oportunidad de comprobar otros) al morir la hembra de la pareja formada, el macho sigue sin aceptar a la segunda hembra, sin formar un nuevo casal. Otra forma de lograr buenos resultados en la reproducción de peces aletargados es dejar de suministrarles comida por 4 a 5 días, y luego alimentar dos al durante las siguientes semanas. Esto puede parecer cruel pero lo he llevado a cabo en parejas aletargadas siempre con el resultado esperado, y en beneficio de perpetuar la especie/población en nuestra afición.

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Para una pareja suelo poner una mopa larga, que llegue al fondo del acuario, o una mopa corta, sin que haya encontrado diferencia en cuanto a la cantidad o periodicidad de la puesta. La incubación puede hacerse en la misma mopa si es que tenemos suficientes plantas para que los alevines encuentren refugio y el agua sea vieja, y con una colonia permanente de infusorios. En general los Rivulus no comen a su prole a menos que estén mal alimentados, y también he visto a padres comerse a sus alevines y luego escupirlos, lo que podría darnos la pauta que esta acción se deba más a un reflejo que canibalismo en sí. De todas formas prefiero retirar los huevos de la mopa o musgo de java (si preferimos este medio de puesta), e incubarlos en turba semi-seca dentro de una caja o disco de petri. A una temperatura promedio de 25ºC los alevines nacerán en 12 días con su saco vitelino absorbido y listos para alimentarse de artemia, microgusanos, o anguilillas.

Rivulus punctatus “Canal Molina, KCA 24/06” (foto: P. Calviño)

En cuanto a la alimentación de los adultos, he alimentado con grindall, enquitreas, larvas de gorgojos, lombrices, tubifex, larvas de drosóphilas y mosquito, y tubifex y y krill iofilizados, en todos los casos con buenos resultados. Sin duda los Rivulus punctatus son voraces y activos a la hora de la comer, y es probable que luego de alimentarse permanezcan quietos durante algunas horas del día. Son peces que pueden asustarse con facilidad y si esto sucede es probable que pierdan la confianza ante nuestra presencia y por ende, no se alimenten o apareen frente a nuestros ojos hasta que tomen confianza nuevamente. Por esta razón recomiendo movimientos suaves cuando estemos frente al acuario ya sea para observarlos, alimentarlos, o limpiar su acuario. Una técnica que me da resultado con Rivulus estresados por susto, es hacerlos relacionar la vibración de la tapa del acuario con comida abundante y mejor si ésta es de las de su mayor agrado. De esta manera levantamos la tapa del acuario y ellos se apresurarán a esconderse, entonces soltamos en al agua una buena cantidad de larvas de mosquito vivas, luego tapamos el acuario de manera que la vibración del contacto de la tapa con el borde del acuario sea percibida por los peces, y retrocedemos algunos pasos sin dejar de mirarlos. En algunos segundos algunas larvas pasarán cerca de los peces ocultos y estos sucumbirán a cazarlas, y así irán por más, obligados a salir de sus

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escondites y ante nuestra presencia. Si a esta acción la llevamos a cabo estrictamente durante una semana, luego los peces acudirán a nuestro encuentro cada vez que nos acerquemos, incluso puede que mordisqueen nuestras manos cuando limpiemos el acuario. Ya habremos recuperado su confianza. Algo muy distintivo de los Rivulus punctatus es la variedad en el patrón de coloración, pudiéndose encontrar peces de una misma población e incluso hermanos, con colores y distribución de puntos totalmente diferentes, desde ejemplares con cuerpo azulado a otros con cuerpo rosados o verdes y múltiples combinaciones cromáticas entre tonos verdes, azules, rosados, rojos, amarillos, violáceos, anaranjados, y el negro. Esta peculiaridad hace que un grupo de cría de unos 12 ejemplares de ambos sexos pueda ser un verdadero deleite para el ojo acuariófilo, y aun más, para los amantes de los Rivulus.

Ejemplares macho de Rivulus punctatus “Tacuarendí, KCA 31/07” (foto: P. Calviño)

Ejemplares hembra de Rivulus punctatus “Tacuarendí, KCA 31/07” (foto: P. Calviño)

La relativa sencillez en de mantenimiento y reproducción del Rivulus punctatus, hacen que el lento crecimiento de los alevines y su tardío sexado se vean compensados con singulares características y exótica belleza. El Rivulus punctatus es sin duda una especie que nos llenará de satisfacciones en la medida que observemos atentamente sus preferencias y así, poder disfrutar de ellos durante años. ______________________________________________________________________ Agradecimientos: a Pablo Calviño (KCA) por sus excelentes fotografías y a Francisco Martínez (KCA) por los ejemplares obsequiados.

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Venezuela 2006 por Javier Rabanal

21 de Septiembre 2006, comenzaba un viaje de pesca y una gran amistad. El recorrido que habíamos planteado durante 22 días se presentaba como un reto ya que nuestra intención era recorrer el mayor número de puntos de pesca basándonos en anteriores expediciones y con la inestimable colaboración del Dr. Jean Huber. Nuestra llegada al aeropuerto Internacional de La Guaira estuvo lleno de un montón de anécdotas. Se hacía complicado todo, desde los alquileres de coches, hasta el cambio de moneda. Muchas personas buscándose la vida, unido al cansancio y el cambio horario, nos hacía un objetivo difícil, y pronto nos dimos cuenta que la selva comenzaba en las grandes ciudades… Nuestro primer recorrido fue la zona costera entre Caracas y Barcelona. Tacarigua de la Laguna, una pequeña población cercana a un Manglar que le da su nombre, nos pareció el lugar ideal para movernos radialmente y conseguir nuestro primer objetivo: Rivulus hartii. En este primer intento y después de mirar en muchos de sus caños2, no conseguimos nada. Muchos de los puntos de anteriores localizaciones se encontraban sin agua y otros estaban en lugares aislados donde pequeñas barriadas de una mucha pobreza hacían que peligrase nuestra vida, o en el mejor de los casos, nuestras pertenencias. No todo fue malo, Tacarigua y su manglar curó nuestra primera derrota Tanto tiempo viendo fotografías y documentales, y lo teníamos delante, espectacular, una gran superficie de un metro y medio de profundidad con gran biodiversidad y rincones de una belleza difícil de describir, donde la pesca con caña se hace muy atractiva, así que mi compañero y amigo José Ramón García Gil, gran virtuoso de la pesca, nos proporcionó veladas gastronómicas inolvidables

Tacarigua - manglar

2 termino utilizado en Venezuela para referirse a un pequeño arroyo

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Tacarigua – manglar

Nuestro siguiente destino: Puerto Ayacucho, por fin el Estado de Amazonas. El trabajo comenzaba en serio, el primer día y sin apenas descansar, recorrimos las poblaciones de Garcitas, Coromoto, y Porvenir, comunidades indígenas llenas de pequeños Caños con aguas cristalinas…, sin éxito. Al día siguiente nos centramos en la zona del Parque El Tobogán, allí conseguimos nuestros primeros ejemplares de Rivulus sp. Tobogán, casi todos de pequeña talla, y no más de treinta, sin apenas coloración y todos ellos con ocelo en el pedúnculo caudal. El hábitat donde los encontramos carecía de vegetación acuática, el lecho del caño se componía de lastras de piedra, pequeñas rocas y pozas un poco separadas del cauce principal, donde parecía se filtraba el agua durante la época lluviosa.

Hábitat de Rivulus sp. Tobogán

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Rivulus sp. Tobogán ‘GR 06/1’

Un dato importante fue la ausencia de otro tipo de peces, cosa que no ocurría en los caños cercanos. Las características del agua: Ph 7 - Gh 0,18 Ms - Temperatura: 27,6ºC. Después de un desgaste físico considerable y no conformes con los resultados obtenidos, buscamos en numerosos lugares, siempre con la ilusión de encontrar alguna cosa más, pero sin éxito, por lo que decidimos seguir a por nuestro siguiente objetivo: Isla Ratón. Desde Samariapo, pequeño puerto en el Orinoco, lugar de tránsito para llegar a Isla Ratón, y después de tener que esperar más de dos horas, pudimos por fin navegar hacia una pequeña comunidad indígena llamada Sabanita, centrada en la Isla.

Samariapo – Puerto

Ante nosotros de nuevo volvía a aparecer el “Gran Río” con su máximo caudal. Hacía poco de la temporada de lluvias y era impresionante; las lanchas lo recorrían a gran velocidad moviendo personas y mercancías.

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Isla Ratón no se nos mostraba con grandes posibilidades para la captura de sus especies: Fluv. obscurus, Micromoema xiphopora , Renova. oscari , Terrenatos dolichopterus, ya que con tanto agua su captura podría resultar muy difícil. El recibimiento por parte de la etnia Giwi fue muy correcto. Se ofrecieron a acompañarnos por la isla, ya que sus dimensiones podían dar lugar a alguna complicada situación, y así comenzó la búsqueda. Durante dos días recorrimos la zona de selva y la sabana interior, donde encontramos biotopos que habíamos visto en la literatura consultada y seguramente estuvimos en los hábitats de las especies mencionadas allí, pero los niveles de agua tanto en su laguna interior, como en los caños adyacentes y las grandes charcas temporales que visitamos, las hacían imposibles para conseguir algún resultado. No habíamos llegado en la época apropiada. Siempre hay cosas que hacen que merezca el haber estado allí aunque los objetivos fallen…

Isla Ratón – Sabana – Zona inundanda

Isla Ratón – Baño en el Orinoco

El siguiente punto de pesca fue San Fernando de Atabapo. Más al sur, y sin dejar el Orinoco, llegamos a esta población, en donde con dos días en busca de Rivulus podríamos dar el gran salto San Carlos de Río Negro.

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No tuvimos mayor problema en encontrar los Rivulus tecminae. Su localización tan temprana abría muchas posibilidades de poder mirar concienzudamente una zona de selva importante y así lo hicimos. La posibilidad de nuevas especies era todo un reto, pero no hubo suerte. En el biotopo del Rivulus tecminae encontrado nos llamó la atención que, en las orillas de un pequeño río y no muy alejado del mismo, con gran cantidad de hojas tapizando el suelo, había pequeñas charcas de posibles inundaciones. Su aspecto era ocasional, y allí se encontraban ejemplares en pocas cantidades, de pequeña y mediana talla y al igual que el Riv. sp. Tobogán, imposibles de distinguir machos de hembras. El fondo era de arena fina y total ausencia de plantas a su alrededor. Características del agua: Ph 4,5 - Gh 0,25 Ms - Temperatura: 28,2ºC

Hábitat de Rivulus tecminae ‘Atabapo GR 06/2’

Rivulus tecminae ‘Atabapo GR 06/2’

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Quedaba mucho camino por hacer y los días pasaban mas rápido de lo previsto. Cambios de agua a nuestras capturas, curar heridas y picaduras de un montón de insectos, y algo de descanso. Ya estábamos listos para seguir. San Carlos de Río Negro, lo teníamos como zona estrella de nuestro viaje desde que comenzamos los preparativos de ese recorrido. Allí nos encontraríamos con muchas dificultades. Lo mejor para llegar a la zona era en avioneta, un salto rápido, ya que navegar por el Orinoco hasta allí, suponía mucho riesgo. Los habitantes estaban pasando por un momento difícil para conseguir gasolina en esta zona, y en Atabapo, en lo que respecta a la corriente eléctrica, empleaban grupos electrógenos en las viviendas, ya que su central llevaba seis meses parada. Podíamos llegar ¿pero cuándo volveríamos? Preguntamos por los vuelos interiores que hasta hacía poco funcionaban, y nos informaron que ya no era así, y que en menos de dos años se habían caído seis avionetas de un solo motor. Las indicaciones de los lugareños nos llevaron hasta un cuartel del ejército en Puerto Ayacucho desde donde era posible viajar en uno de sus transportes pero con lista de espera de varios días. Nos entrevistamos con un Comandante de la Fuerzas Aérea, y después de explicarle nuestras andanzas y el motivo de tanta prisa, nos dijo que no, lamentablemente. Habíamos perdido la posibilidad de colectar unos cuantos Rivulus sp. y quién sabe qué más. Un nuevo recorrido tantas veces hablado nos estaba esperando, esta vez tres días de viaje en coche. Contratamos conductor y un ayudante y pusimos rumbo hacia Santa Elena de Uairén, en el estado de Bolívar, frontera con Brasil. Durante el recorrido desde Puerto Ayacucho a Caicara del Orinoco, paramos en busca de Gnatolebias zonatus, Rachovia maculipinnis, pero sin éxito. Hasta Ciudad Bolívar más de lo mismo, pero un poco más adelante pescamos Rivulus deltaphilus. Fue casual, ya que habíamos mirado en muchos lugares cercanos, y cuando nos disponíamos a recoger, en unas pequeñísimas charcas de un caño casi seco, aparecieron. En los caños anteriores, encontramos Carácidos y Cíclidos, pero los deltaphilus sobrevivían allí sin nada mas a su alrededor, en aguas blanquecinas y lechosas de mal aspecto. El fondo del caño era de caolín3, numerosas lastras de este material lo recorrían. No se pudieron sacar fotos del biotopo. Características del agua: Ph 7,4 - Gh 0,57 Ms - Temperatura: 30,5ºC.

Riv. deltaphilus ‘Callao - Chaco Pk 40 GR 06/3’

3 El caolín o caolinita, es una arcilla blanca muy pura que se utiliza para la fabricación de porcelanas y de aprestos para almidonar. También es utilizada en ciertos medicamentos y como agente adsorbente.

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Proseguimos el viaje Puerto Ordaz, San Félix, y comenzaron los problemas serios, aunque ya habíamos tenido pequeños altercados. Aquellas dos personas que contratamos para hacer el viaje, viendo nuestra alegría cada vez que conseguíamos alguna captura, y nuestro propósito de seguir parando en muchos lugares, como así estaba contratado, decidieron pedirnos má dinero, con la amenaza de dejarnos allí en tierra de nadie. Pronto vieron que las cosas podrían ir mal también para ellos y proseguimos camino hacia Santa Elena en un viaje frenético sin parar para nada durante la noche y con un alto grado de tensión . Llegando a Nuestro destino, donde encontramos numerosos controles de la Guardia Nacional, casualidades de la vida, más problemas… Santa Elena de Uaíren estaba sitiada a espera de resolver un conflicto de los mineros, que no dejaban entrar ni salir a nadie de esta población. Nos deshicimos de las malas compañías, y cargados al límite de nuestras fuerzas comenzamos a andar en busca de alguien que nos dejase pasar y así poder descansar. Lo conseguimos, pero atrás habíamos dejado más de una docena de puntos de pesca, y especies como Rivulus immaculatus y Rivulus gransabanae. Habíamos entrado y no podíamos movernos hasta que no terminase el conflicto. Durante dos días nos dedicamos a pasear, recuperarnos, y por supuesto mimar a nuestros Killis. Pensando en mejores momentos tomamos un vuelo a nuestro próximo destino: Canaima, población en el medio de la selva, un paraíso lleno de vegetación exuberante, donde aparte de la selva, su punto fuerte es el agua. En el Camp.4 Canaima confluyen tres grandes ríos: el Caroni, el Cárrao, y el Charrua, formando una laguna de una belleza difícil de explicar. A toda esta belleza se le une unos grandes saltos de agua de unas dimensiones increíbles, su caudal, y la fuerza con la que rompe en su caída envuelve las zonas cercanas a estos saltos, en una neblina que impresiona.

Laguna – Camp. Canaima

4 Campamento.

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Salto del Hacha

Teníamos la oportunidad de conseguir una joya para dos aficionados a los Rivulus que no les había acompañado la suerte en muchos puntos de pesca del recorrido. ¡Y allí estaban los Rivulus lyricauda! Las primeras capturas las hicimos en el mismo Camp. Canaima, casi sin meternos en la selva, y en un biotopo fuera de lo corriente en lo que respecta a Rivulus. Los Rivulus lyricauda se encontraban rodeados de mucha vegetación, y en un claro no muy grande que inundaba un caño, al abrigo de hierbas que parecían campos de cereal, con tierra grisácea en el fondo (posiblemente Caolin molido en parte de su composición), y aguas cristalinas.

Biotopo de Rivulus lyricauda – Camp. Canaima

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Biotopo de Rivulus lyricauda – Camp. Canaima

Características del agua: Ph 7,8 - Gh 0,21 Ms – Temperatura: 27,5ºC Con tiempo por delante seguimos buscando por los alrededores hasta cruzar a un lugar rodeado por la laguna en uno de sus extremos y dos grandes saltos de agua: el Salto del Sapo y el Salto del Hacha en el sitio llamado Isla Anatoly, en una zona de selva entre árboles de gran tamaño y una vegetación muy frondosa. Allí encontramos otro biotopo de Rivulus lyricauda totalmente distinto al anterior.

Biotopo de Rivulus lyricauda – Isla Anatoly

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En un caño en el que al fondo aparecía un pequeño salto de agua, no dentro de él, sino en sus márgenes, con el suelo cubierto de una alfombra de hojas casi en descomposición y asentado sobre una lámina de agua de no mas de 1 cm, aparecieron ejemplares de muy poco tamaño, que no llegaban a juveniles en el mejor de los casos. Características del agua: Ph 7,8 - Gh 0,21 Ms – Temperatura: 28,6ºC

. Biotopo de Rivulus lyricauda – Isla Anatoly

Rivulus lyricauda

El tiempo se terminaba. Volamos hasta Caracas con intención de pasar unos días, preparar los peces, descansar, y volver a casa. Sin embargo, teníamos una asignatura pendiente: los Rivulus hartii. En unas horas salimos en su búsqueda. Complicados lugares los barrios que rodean Caracas… Por allí pasamos después de ojear algunos de los sitios donde otras expediciones tuvieron suerte, y confirmando con tristeza que esos biotopos estaban desaparecidos o contaminados.

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En el recorrido por la autopista Caracas Sucre, salimos en varios puntos. En uno de ellos tuvimos éxito: Izcaragua, que nos proporciono los anhelados Riv. hartii. El biotopo se componía de un pequeño río con un cauce muy fluido y de poca profundidad en algunos lugares, donde se producían remansos en sus orillas. Abundaba el bambú en la zona donde los encontramos, y de hecho sus hojas cubrían el fondo además de piedras de distintos tamaños y lodo. Los ejemplares eran de un tamaño considerable, las hembras superaban en tamaño a los machos, y capturamos algunas de 11 cm. Características del agua: Ph 7 - Gh 145 Ms – Temperatura: 27ºC

Biotopo de Rivulus hartii

Rivulus hartii ‘Izcaragua GR 06/6’

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Inolvidable viaje a Venezuela. Siempre he valorado los Killis que han pasado por mis manos, pero cuando haces un viaje de pesca te das cuenta realmente del valor que tienen, mucho más de lo que imaginas. Tantas situaciones al límite hacen valorar a tus compañeros de camino, terminas conociéndote y conociéndolos. La palabra amistad se escribe con mayúsculas.

Izquierda: Javier Rabanal – Derecha: José Ramón García Gil