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Gracias, Señor Cuaderno de oraciones Camilo Rodríguez Chaverri

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Gracias, Señor Cuaderno de oraciones Camilo Rodríguez Chaverri

En memoria de mi abuelo Joaquín Chaverri, quien me enseñó a orar con su ejemplo, frente a una imagen de la Santísima Trinidad

Gracias a Gabriela Salazar, Elieth Muñoz y Rocío Chaves, quienes ayudaron en la transcripción de este cuaderno de oraciones.

Gracias, Señor, porque tuyos son todos los paisajes que hacen míos estos ojos, y tuyos los colores que nacen para mí con la mañana. Gracias, Señor, por la magia de tus manos, gracias por la luz de tus ojos, gracias por ser tu primerísimo milagro. Gracias Señor, por el nombre de todas las cosas, por las palabras que inventan de nuevo todo lo que creaste, por el agua que se llama lago, por el agua que se llama río, gracias Señor.

Gracias, Señor, por las lecciones del mar que llega enfurecido a la playa y regreso calmo, como bajando la cabeza. Gracias, Señor, porque los ríos más profundos, los más caudalosos, andan los caminos en silencio. No saben hacer bulla. Gracias, Señor, por las lecciones de humildad de los más grandes.

Gracias, Señor, por el sol que viste de azul y de verde a las montañas de nuevo con cada amanecer. Gracias, Señor, por la niebla que extiende una sábana blanca, pulcra, aséptica, sobre tu creación. Gracias, Señor, por la diferencia que estableces entre un día y el otro, con tu imaginación que ya todo lo pudo.

Gracias, Señor, por la vida callada del agua, que salta en las cascadas y duerme en los ríos clavados en el fondo de los valles y la montanas, Gracias, Señor. Gracias, Señor, por la montañas más altas, las cumbres desde las que elevo los brazos hacia el cielo donde vives. Gracias, Señor, por mi pequeñez ante tu creación altísima. Gracias, Señor, por tu grandeza que no cabe en mis palabras más robustas y tiernas.

Gracias, Señor, por permitirme apreciar la diversidad en mi país, donde el mar y el cielo son uno, y la arena besa los pies de los árboles. Gracias, Señor

Gracias, Señor, por permitirme darte las gracias entre guarumos y quetzales, entre tucanes y confieras. Gracias, Señor Gracias, Señor, porque todos los bosques de Costa Rica son templos que caminan, erigidos por tu gusto divino para nuestra contemplación. Gracias, Señor, por el viento que derrama música en las hojas de los árboles, por las piedras que caen al lago y forman círculos de luz en su sabana plateada, por los pájaros que nos hablan de tus maravillas, desde sus diminutos cofres de sus picos y la miel intocable de sus cantos. Gracias, Señor

Gracias, Señor, por las maestras y maestros de mi vida. Gracias, Señor por mi abuelo Joaquín, quien me enseñó a orar y me inspira con su ejemplo. Gracias, Señor, por don Álvaro, don Miguel, don Beto… Gracias por todos los rostros en que te apareces para llegar con consejos y enseñanzas. Gracias, Señor, por las personas que me han inspirado, y por presentarte ante mí en la historia, la voz y la vida de muchas personas buenas. Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por la manta raya que vuela en el agua, que planea con sus alas escondidas; por el delfín que encarna el espíritu de los niños en cada salto sobre el océano, por los monos araña que dibujan un mapa entre los árboles en cada nuevo lanzamiento sobre la nada… Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por las nutrias, los perros de agua, que juegan en las orillas del río, como duendes, conscientes de su afán de hacer travesuras… Gracias, Señor, por las ardillas que inventan el asombro en cada fruto que llega a sus dientes en cada semilla, gracias señor por los cachorros que se sorprenden a l descubrir sus orejas y su rabo. Gracias, Señor, porque aprendo de todas tus criaturas.

Gracias, Señor, por los valles que le dan amplitud de vista a mis ojos sedientos de horizonte. Gracias, Señor, por permitirme construir con la mente un mundo donde puedo acabar con las fronteras. Gracias, Señor, porque no pusiste cercas entre el mar y el cielo, entre el bosque y la playa en medio de las estrellas… Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por las sonrisas donde asoma tu dulzura, por las miradas de los niños que tienen sorpresas tuyas todos los días, por las alegrías serenas y profundas que nos regalas con frecuencia. Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por el lenguaje que conoce mi piel. Gracias, Señor, por permitir que mi cuerpo se estremezca ante el amor, la compasión, la belleza y la miseria. Gracias, Señor, porque soy un árbol cuyo corazón late desde las hojas de la cumbre hasta las más remotas raíces de la noche eterna bajo el césped.

Gracias, Señor, por el brillo que pones en los ojos de las personas, como una pequeña luna en cada pupila. Gracias, Señor, por la magia que imprime en el aire una sonrisa, bosque de las hadas, puerto de embarcadero de las sirenas. Gracias, Señor, por las mil diferencias que ha hecho en mi vida un abrazo, porque los abrazos sinceros traen consigo unas alas invisibles que vienen de ti, Señor.

Gracias, Señor, por la fuerza de voluntad que se requiere para cualquier proyecto. Gracias, Señor, por ayudarme a preservar en mis luchas con entusiasmo. Gracias, Señor, por darme las pruebas y darme las energías para superarlas.

Gracias, Señor, por tu gran capacidad de síntesis en el naranja del cielo, en el paisaje que lleva el tigre en su pelaje, en las colas como alas que nadan en los corales, gracias Señor. Gracias, Señor, porque incendias el cielo sin quemarlo, porque enfurece el mar sólo para embellecer la tarde, porque canta el agua para convertirse en poesía en nuestra piel. Gracias, Señor, por la energía que siento en el campo, por la terapia del bosque en mis ojos, por el masaje del agua en mis hombros.

Gracias, Señor, por el empeño de mi madre, por el afán de estudio de mi padre. Gracias, Señor, por la voluntad de lucha de mi hermano David, por la alegría con que hasta respira, y por la rapidez de ingenio de mi hermano Andrés. Gracias, Señor, por la ilusión de Tita por ir a un centro diurno para ancianas; gracias, Señor, porque todos los viernes estrena un saquito de vestir, porque baila con sus amigos y está feliz de vivir. Gracias por el tesoro de mi familia más parte de todos mis colores.

Gracias, Señor, porque me das las fuerzas para superarme; gracias, Señor, porque me permites entender que toda competencia es contra mí mismo; y porque me ayudas a no ver a alguien como un enemigo.

Gracias, Señor, porque inventaste lo inefable lo que no oigo ni veo pero intuyo. Gracias, Señor, porque inventaste el misterio y la magia. Gracias, Señor, por los designios que no entendemos, y gracias por los milagros.

Gracias, Señor, porque me das fuerza para combatir la pereza. Gracias, Señor, porque me das la paciencia para esperar el momento oportuno para cada paso. Gracias, Señor, porque me ayudas a tener perseverancia para no desfallecer en mis esfuerzos ni en mis sueños.

Gracias, Señor, por llenar mis días con nuevas ilusiones y sorpresas. Gracias, Señor, porque con cada amanecer tengo una nueva oportunidad, y con la noche apagas mis temores y me dejas descansar de mis miedos. Gracias, Señor, por todas las personas diferentes que conocemos día a día y que nos ayudan a seguir con nuestras metas.

Gracias, Señor, porque veo a mi papá en mi cara, a mi mamá en mi cuerpo, a mis hermanos en mis gestos. Gracias, Señor, porque no nací de la nada. Soy un pedazo de universo con memoria. Gracias, Señor, porque el tiempo cumple su plazo en mí, y la vida sigue su destino en este organismo que construiste para mi disfrute y mi gozo.

Gracias, Señor, por mostrar lo benevolente que es tu criterio a pesar de que podrías ser furioso con nosotros. Gracias, Señor, por tener serenidad hasta cuando te desafiamos para que pierdas la calma. Gracias señor, por tenernos una inmensa paciencia.

Gracias, Señor, por tantos ejemplos de superación que he tenido en mi vida. Gracias, Señor, porque me entero de las personas que surgen en medio de las dificultades. Gracias, Señor, por la adversidad que es una escuela en mi camino. Gracias, porque nada ha sido fácil para mí, y todo me sabe mejor por el esfuerzo.

Gracias, Señor, por la ternura del ternero con la vaca, por el instinto del bebé que se abraza a su madre, por la poesía sin palabras del pequeño oso panda que juega en una cuna. Gracias, Señor, por el perezoso que cruza la calle despacito, enterado de que detiene al mundo y cuestiona la locura de la prisa a cada paso; por el circo de la luz del pico del tucán, por el retrato del paraíso que pusiste en el abanico de plumas del Pavorreal, Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por el colibrí que engaña a mis ojos con su vuelo; por su pico, que escribe líneas en el aire, como si quisiera dibujar poemas… Gracias, Señor, porque cuando el colibrí se detiene en el espacio y chupa de la miel de una flor, toca tu cielo con sus alas mientras yo me detengo y te doy las gracias, Señor, por el espectáculo sublime que veo.

Gracias, Señor, por la música, que es un idioma universal que conocemos, como la sonrisa, el llanto, el abrazo... Gracias, Señor, porque le soplas los oídos a quienes tienen la maravilla creadora para aparear notas y ritmos. Gracias, Señor, por ese lenguaje total de armonía y lucidez, por ese concierto de preguntas y respuestas que hay en las canciones que me inundan. Gracias, Señor, porque con la música puedo imaginar el canto de tus ángeles.

Gracias, Señor, por la semilla en la que brota la vida, por la estrechez que se nota entre las ramas y las hojas de los árboles como si fueran conscientes de que son buenas hermanas. Gracias, Señor, por el atardecer que abres en cada flor, por el sol que se asoma en las yerberas, por tu sangre en cada rosa, gracias, Señor.

Gracias, Señor, por las palomas que regresan siempre al sitio donde nacieron. Gracias, Señor, por las tortugas que vuelven siempre a la playa en donde rompieron el globo blanco que los protegía del mundo. Gracias, Señor, porque yo siempre sé volver a mirar para atrás, sé recordar para reconstruirme y sé de donde vengo, Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por el gavilán que se desgaja del cielo para buscar comida, Gracias, por el basilisco, el cherepo, que camina sobre las aguas, y me recuerda a Jesús cuando caminó sobre el lago. Gracias, Señor, por el águila que vuela sola, como reina de aire, dueña de su destino, que pone su trono donde quiera, y que nunca anda por caminos antes recorridos, como si supiera que también te debe la vida. Gracias, Señor, por inventar tantas criaturas parecidas a tus mil rostros. Gracias, Señor, porque te veo en todo lo que creaste.

Gracias, Señor, porque mis manos se secan y se agrietan, como las manos de mamá. Entonces, me duele tocar todo lo que hiciste. Gracias, Señor, por la fiesta del tacto cuando me curas. Gracias, Señor, porque salta mi piel y se estremecen mis huesos cuando mis dedos recorren la ceda finísima de una rosa.

Gracias, Señor, porque mi cuerpo siente y celebra a cada instante. Gracias, Señor, por las terminales de mis nervios, por la estructura compleja de mis sentidos, porque me permites saltar de alegría ante el encuentro, siempre fresco, siempre intenso, con la belleza. Gracias, Señor

Gracias, Señor, porque los volcanes son pechos de la tierra y nos dan la miel del paisaje y la memoria del cielo. Gracias, Señor, porque todas tus criaturas vuelan en el azul que nos cobija, y se visten en el ropaje blanco y de algodón de las nubes. Gracias, Señor Gracias, Señor, porque no dejaste rendijas y no se escapan de mis ojos ni los astros ni las estrellas.

Gracias, Señor, porque me ayudas a construir con mi trabajo. Gracias, Señor, por poner una barrera entre un afán destructivo que puede tener mi profesión y mi labor de todos los días. Gracias, Señor, porque no me dejas denigrar, no me permites cuestionar, no me das espacio para hacer daño desde la palabra. Gracias, Señor, porque no tengo vocación para asistirte en el juicio final y te lo puedo decir con franqueza.

Gracias, Señor, por el arte que nos muestra varios mundos dentro de este mundo. Gracias, Señor, por los artistas, que sintetizan el espíritu rebelde de nuestra especie. Gracias, Señor, porque el arte cristaliza la belleza de todo lo que no vemos, concreta lo inefable, hace parir para nuestros sentidos aquello que sólo, Señor, entiendes y concibes para nosotros desde el inicio de todo. Gracias, Señor, porque los artistas son parecidos a ti, pero infinitamente pequeños, muy pequeños ante tu grandeza, pero embajadores tuyos, emisarios tuyos, diminutos espejos donde te miras.

Gracias, Señor, por todos los países que no conozco, por todos los idiomas que ni siquiera he escuchado, por el arte que no ha llegado a mis ojos o mis oídos. Gracias, Señor, porque mis sentidos no alcanzan a plenitud la abundancia de lo que crean tus manos. Gracias, Señor, porque hay mucho por andar, si se lo permites a mis pies. Gracias, Señor, por el mar, por el cielo, por el infinito que me espera…

Gracias, Señor, por contestar preguntas en el cielo y las estrellas. Gracias, Señor, por darme respuestas en la gente y en la historia. Gracias, Señor, por entrevistarme con tu generosidad expresada en el agua, en la luz, en el amor, en el abrazo, en el poema. Gracias, Señor, porque tu abundancia es infinitamente superior a mis aspiraciones.

Gracias, Señor, por la zonas buscan donde las nubes besan las cimas de los árboles y los animales se esconden en los diez mil verdes que nos inventaste. Gracias, Señor, porque el cielo se agacha y mete sus narices en las salas del trópico. Gracias, Señor, porque se nota que vives en lo parques nacionales de mi país. Gracias, Señor por dejar tan cerca tu paraíso. Gracias, Señor

Gracias, Señor, por las orquídeas, que son manualidades tuyas, delicadísimas, artesanías divinas. Gracias, Señor, porque encantas a la vida con tus fórmulas de agua en el bosque. Gracias, Señor, porque compartes con nosotros las joyas que riegas con esmero por la mañanas para regalárselas a tu madre. Gracias, Señor, por las orquídeas.

Gracias, Señor por ese panal de florecitas que es la hortensia; por los pedazos de cielo en los atardeceres que son las yerberas; gracias por arrancarle a la luna llena la blancura de las calas; gracias por pintar con tu sangre las rosas y por regar todas las mañanas los lirios que nos traen tu arma con el viento. Gracias, Señor.

Gracias Señor, por el esfuerzo y el sacrificio de tantas personas que entregaron su vida al progreso; Gracias, Señor, por la sangre derramada hasta nuestro tiempo por tantos seres humanos bien intencionados; Gracias, Señor, por la voluntad y el afán de bienestar y crecimiento de miles de gentes sin quienes no viviríamos tan bien ahora. Gracias, Señor, porque soy consciente del río de sueños de la historia humana que corre por mis venas.

Revisar Gracias, Señor, por tus yagas, gracias por tus heridas, por liberriba tu victoria, tu indescriptible dignidad hasta el último instante, por la fuerza de tu pasión en la cruz, Gracias, Señor, y eterna tu victoria.

Gracias, Señor, por que damos mil manera de asombrarnos. te las dan nuestros ojos, te la dan nuestras manos. Estamos a la espera de tus sorpresas señor, a la espera de tus nuevas incursiones en mis adentros.

Gracias, Señor, porque entras por mis ojos y anidas mi cabeza. Purifica mis pensamientos, aleja de mi la vanidad y la envidia, fuentes de la perdición; penetran en el fondo de mis razones. No dejes que se disminuye mi fé.

Gracias, señor por mis tropiezos, Gracias, Señor, por las espinas de mi camino. Gracias, Señor, por amanecer en mi después de mis largas noches. Gracias, Señor, por el agua de los ríos cuando he caminado bajo el sol, y por ese airecillo fresco que puebla mi cara después de la oración.

Gracias, Señor, por la lluvia que me trae mensajes de lo alto. Gracias, Señor, por ayudarme a descifrar el idioma del agua. Gracias, Señor, por el silencio que responde cuando cantan las gotas en la tierra seca, Gracias, Señor, por la plegaria que se dibuja con un chorrito en los ventanales.

Gracias, Señor, porque dices que no todo esta escrito y yo te creo. Gracias, Señor, porque también jugaste con los dados y aprendistes a perder. Yo aprendo de tu ejemplo, como se puede aprender siempre de los padres.

Gracias, Señor, por permitirme caer. Gracias porque he tenido que besar el polvo, señor. Gracias por tu dulce manera de permitir que la vida me doblegue. Gracias, Señor, por regalarme el aplomo para ponerme de pie una y otra vez.

Gracias, Señor, por que no todo cabe en mi entendimiento. No comprendo señor, algunos de tus momentos difíciles. No entiendo las tormentas, las sequías, pero alabo la grandeza tuya, porque puedes abrirnos el cielo y mostrarnos tu rostro de colores, incluso después de que la muerte se anuncia en el firmamento.

Gracias, Señor, por estar aquí a mi lado, presente, como el otro conductor de mi vehículo el único que nunca se equivoca en las esquinas, el único infalible de mirar a través del manto de la noche. Gracias, Señor, por haberme salvado, por abrazarme en los accidentes, por sacarme con tus manos de los hierros retorcidos cuando le ví la cara a la muerte. Gracias, Señor, porque he vuelto a nacer al lado del precipicio.

Gracias, Señor, por multiplicar tu rostro en la risa de los niños, en cada recreo de una escuela; en las muchachas de los parques de los pueblos; por la pareja de los viejitos al bailar …. Gracias, Señor, por tu ternura, que noto en los abrazos de mamá, en el llanto de alegría de papá y los sueños pequeñitos de mi abuela, que son motivo por el que respira. Gracias, Señor, por la infinidad de formas que tienes para llegar hacia mí.

Gracias, Señor, por encenderle los ojos al sol todas las mañanas, gracias por abrirle la boca a la tierra para que brinque con serpientes locas los rios por la valles, gracias por soplar en el horizonte para que nazca de nuevo el viento … Gracias, Señor, por empezar de nuevo cada mañana, por destapar para nosotros la caja de sorpresas. Gracias, por tu oscuridad, también. Señor. A veces cierras los ojos, bostezas y te hechas un sueñito. Gracias, Señor, por permitirnos la noche al lado de tu descanso. Gracias, Señor, porque despertamos por tu santa voluntad.

Gracias, Señor, por pintar el arco iris con tu afán de balance, de equilibrio; por pintar atardeceres de rojo y naranja; gracias por pintar de turquesa del mar, y por llevar al cielo el color de las mareas. Gracias, Señor por darte todos los servicios, por abuzar de la combinaciones, por mezclar en las flores el rosado y el celeste. Gracias porque nunca te cansas de sorprenderme.

Gracias, Señor, por el abrazo de mis hermanos, la sangre de mi sangre, la otras derivaciones del ser que tienen mis padres. Gracias, Señor por darme hermanos que crecieran conmigo. Gracias, Señor, por aplacar nuestras diferencias, Gracias, Señor, por permitirnos compartir Gracias, Señor, porque veo mis facciones en las facciones de ellos.

Gracias, Señor, porque veo a mi papa en mi cara, a mi mama en mi cuerpo, a mis hermanos en mis gestos. Gracias, Señor, porque no nací de la nada, porque soy un pedazo de universo con memoria. Gracias, Señor, porque el tiempo cumple su plan en mi y la vida sigue su destino en este organismo que construiste para mi Rear

Gracias, Señor, por tu lucidez, para crear la ilusión y el amor Gracias, Señor, por tu generosidad para crear el sol y el día. Gracias, Señor, porque nos enseñas que en la abundancia y la diversidad de lo que crean tus manos se nota tu gran gusto por la vida.

Gracias, Señor, por tender el sol sobre los montes. Gracias, Señor, por darle descanso a la luz. Gracias, Señor, porque en la oscuridad tambien puedo escucharte.

Gracias, Señor, por mis flaquezas y mis defectos. Gracias, Señor, porque me das la fuerza para no quedar vencido en el trayecto. Gracias, Señor, porque me puedo vencer a mi mismo. Gracias, Señor, porque se que hay luz y hay sombra dentro de mi, pero siempre ganara la luz si dejo que me habites.

Gracias, Señor, porque se que mi mama es capaz de lo casi imposible par ayudarnos. Gracias, Señor, porque ella es una escuela de generosidad y entrega para mi. Gracias, Señor, porque tener una madre así es como tener un mundo entero a nuestros pies.

Gracias, Señor, por tu gran capacidad de sintieses en el naranja del cielo, en el paisaje que lleva el tigre sobre el cuero, en los colores que nadan con aletas, en los corales… Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por el Empeño incansable de mi madre, por el afán de conocimiento y sed de lectura de mi padre, por la voluntad de lucha de mi hermano David, por la rapidez de ingenio y la chispa creadora de mi hermano Andrés. Gracias, Señor, por el tesoro de mi familia, más fuerte que todos mis dolores, mas sólida que todas las pruebas.

Gracias, Señor, por la energía que siento en el campo, por la terapia del bosque en mis ojos, por el masaje del agua en mis ojos. Gracias, Señor, porque la naturaleza que creaste me abriga, me nutre y me conforta.

Gracias, Señor, por la ilusión de Tita con el centro diurno para ancianos donde baila, juega, reza y sueña. Gracias, Señor, porque todos los viernes estrena un saquito de una tela que ella escogió, porque quiere que le celebren el cumpleaños con sus amigos, y con mas de ochenta años, y después de velar por veintinueve criaturas sigue feliz de vivir y esperando tus sorpresa de todos los días

Gracias, Señor, por la fuerza de voluntad que se requiere para cualquier proyecto, para concretar sueños. Gracias, Señor, por ayudarme a perseverar en mis luchas, para conservar el entusiasmo. Gracias, Señor, por darme las pruebas y por regalarme la energía para superarlas

Gracias, Señor, por todas las bellas oportunidades para surgir y ser feliz que me has dado. Gracias, Señor, porque se nota tu presencia en mi vida y en mi familia.

Gracias, Señor por darme discernimiento espiritual para entender que fui elegido para luchar, para sobreponerme a las derrotas, para servir, para ser feliz.

Gracias, Señor, porque es superior el espíritu que la materia, que el misterio, que ………….., que la fe, que la fuerza. Gracias, Señor, porque es más grande lo que no veo y apenas intuyo. Gracias, Señor, por que hay magia en todo lo que veo y en todo lo que creaste para que no vea, lo respira mi alma, Señor.

Gracias, Señor, por los momentos de inquietud en medio de la vorágine, del frenesí. Gracias, Señor, por el silencio en medio de la bulla y el desconcierto. Gracias, Señor, por los momentos de soledad en medio de la multitud, por los momentos en los que estoy frente a tu presencia, a solas, para escucharte mejor.

Gracias, Señor, por ese sistema complejo que es el pensamiento. Gracias, Señor, por esa capacidad que me diste para discernir. Gracias, Señor, ……….aunque ni siquiera sé cómo hiciste para ponerme a pensar si estoy seguro de tu generosidad, por que el pensamiento me pone en encima de las criaturas del mar y del bosque, por tu gusto y tu santo capricho, Señor.

Gracias, Señor, porque me das el mal y me regalas el remedio. Gracias, Señor, porque creas puentes sobre todos mis abismos.

Gracias, Señor, porque me das abrigo en las tempestades, agua en las sequías, luz en los túneles en los que me metido. Gracias, Señor, porque me dejas embarcar y me llevas al puerto seguro a pesar de la tormenta.

Gracias, Señor, porque hay lunares en mi piel, hay estrellas en manto el oscuro, hay huevos en una sopa negra. Gracias, Señor, porque hay en tu diversidad, piedras muy grandes en tus ríos y en tus potreros. Gracias, Señor, porque hay nubes en medio de la inmensidad azul y vuelan formas de conejos y de perros, ahí en las nubes, al lado de la diminuta mariposa que abre y cierra las puertas de la belleza con sus alas. … El águila sobervia…………

Gracias, Señor, por los árboles verdes e intensos en medio de la sequía. Gracias, Señor, por la fuerza del viento que los pone a moverse como si quisieran bailar boleros. Gracias, Señor, porque me iluminas los ojos.

Gracias, Señor, porque a veces siento que transito por la incertidumbre. Gracias, Señor, porque en medio de la zozobra solo tu presencia me alienta.

Gracias, Señor, por que me tienes a tus pies, feliz de mi posición………….. tu grandeza.

Gracias, Señor, porque a veces tengo hambre. Gracias, Señor, porque me das ratos de sed.

Gracias, Señor, porque hay momentos de frío que no aplacan las cobijas. Gracias, Señor, porque me das conciencia para entender que mi cuerpo te necesita tanto como mi espíritu.

Gracias, Señor, por los pájaros que firman el cielo con sus alas. Gracias, Señor, por el pez por que parece tiene alas y vuela bajo la lámina mágica de la superficie marina. Gracias, Señor, por el espejo del horizonte en la marea, el reflejo de la ola en la nube.

Gracias, Señor, por el ministerio del amanecer. Gracias, Señor, por permitir que renazcan los montes con la luz. Gracias, Señor, por dibujar manchones azules y verdes a lo lejos cuando despierta el sol y con él resurgen todos los colores que se mueven ante mis ojos.

Gracias, Señor, por el milagro de la luz sobre los rojos de las flores. Gracias, Señor, por el barniz que establecen las nubes cuando pasan. Gracias, Señor, por las mil maneras de decir colores que has tenido.

Gracias, Señor, por los montes de algodón que son las nubes. Gracias, Señor, por los animales que caminan en el cielo con el viento. Gracias, Señor, por las criaturas que inventa la luz en el horizonte antes de la lluvia.

Gracias, Señor, por que soplas las hojas de papel que son los pájaros sobre la playa. Gracias, Señor, por escribir poemas en su vuelo.

Gracias, Señor, por la furia hermosa del agua cuando llueve. Gracias, Señor, por esconderte en cada gota que golpea al mundo. Gracias, Señor, por el olor de la tierra recién mojada.

Gracias, Señor, por suspender el vuelo del pájaro entre la nube y el barco. Gracias, Señor, por detener el tiempo en las……. de la fraganta. Gracias, Señor, por la gaviota que………. a mi lado como si quisiera decirme algo.

Gracias, Señor, por el río que parte en dos la montaña ……………. por el cascabel de las piedras y por las pozas calladas y profundas. Gracias, Señor, por hacer del agua una serpiente plateada que camina cuando ando a su lado.

Gracias, Señor, por la señora de setenta y ocho años que coge café en el pueblo de Palmares. Gracias, Señor, porque coge café, cajuelas y hay quien se las pague. Gracias, Señor, porque…………………………………..aquí la ……………………

Gracias, Señor, por regalarme el don del baile. Gracias, Señor, porque bailar es una gran………del cuerpo. Gracias, Señor, porque un espíritu brillo blanco, en mi boca ……………………………………….

Gracias, Señor, por …………………….. a mi vida circunstancias especiales, que yo conozco como casualidades y que no son otro ……. que pequeñas…….. tuyas en mi camino. Gracias, Señor, por que nunca me he sentido solo y sé que no me desamparas por más que caiga una y otra vez. Gracias, Señor, por levantarme cada vez que me haz encontrado al borde del camino. Gracias, Señor, por ser mi compañero en todas las batallas y mi confidente de todos mis sueños.

Gracias, Señor, por los ojos de quienes hacen pinturas, porque muestran que hay otros paisajes que no todos vemos. Gracias, Señor, hay ……… …………….. que solo pueden inventar a través de nuestros ojos. Gracias, Señor, porque tus poetas y artistas son ……….. …………. tuyas en todas las latitudes.

Gracias, Señor Jesús, porque tuyo es el paisaje, tuyos los colores, Señor y me los das a cambio de nada. Gracias, Señor, por la magia de tus manos, gracias por la luz de tus ojos, gracias por ser tú mi primer milagro.

Gracias, Señor, por tus …..por la belleza de tus heridas, por la fuerza de tu pasión y la cruz porque…….. tu lucha.

Jesús te damos…………………………………………… te lo dan nuestros ojos, te lo dan nuestras manos….. Estamos a la espera de tu asombro, Señor, a la espera de que nos………… por dentro

Gracias, Señor, por tu lucidez para crear la ilusión y el amor. Gracias, Señor, por tu generosidad para crear el sol y el día. Gracias, Señor, porque…….. nos que en tu abundancia está el mejor gusto.

Gracias, Señor, por tener el sol en los montes. Gracias, Señor, por darle descanso a la luz. Gracias, Señor, porque en la oscuridad también te puedo escuchar.

Gracias, Señor, por mis flaquezas y mis defectos. Gracias, Señor, por darme la fuerza para no deprimirme vencido en el trayecto, vencido por mi mismo. Gracias, Señor, por la luz y la sombra dentro de mi interior.

Gracias, Señor, porque sé que mi mamá es capaz de cualquier………………. Gracias, Señor, porque es ella una escuela de…… y de entrega. Gracias, Señor, por que tener una madre así es como tener un mundo entero a nuestros pies. Gracias, Señor, por mis tropiezos. Gracias, Señor, por las espinas del camino. Gracias, Señor, por las………… después de los……………………………por el agua de los ríos cuando………………

Gracias señor, porque el azul cielo parece que no tiene fin; gracias; porque estas el fondo del mar de nubes. Gracias señor, porque me miras desde el altísimo espreson celeste y en cada respiro tuyo llega el viento fresco hasta mi. Gracias señor, porque en los árboles escondes muchos caminos para llegar al cielo. Gracias señor, porque no hay ningún solo árbol que llegue directo hacia arriba, las ramas dan giros, se equivocan buscan nuevas direcciones; si perseveran las puntas encuentran la luz, en lo altísimo, en el dosel, el bosque es un montón de brazos extendidos hacia ti. Gracias señor, porque el árbol pude ser una metáfora de mi camino. Gracias señor, porque cuando camino entre los árboles me siento abrazado por ti; parecen que los árboles fueran dedos tuyos y de pronto me abrigas desde el cielo con solo la huellas de tus manos y la complejísima belleza de sus estructuras ambientales. Gracias señor, porque en cada árbol encuentro un retrato artístico, en versión libre de tu belleza. Gracias señor, porque me ayudas a enterarme de que todos los árboles del bosque tienen sus ojos abiertos hacia ti; por las noches los cierran y entonces es la luna quien te mira de su parte. Es un espejo donde reflejas tu luz que cae como agua, que silva y se desliza por el lomo de la arboleda. Gracias señor, porque los árboles con su belleza de hojas, flores y frutos me enseñan a quererte.

Gracias señor, porque te comunicas conmigo a través del agua, me mandas a decir canciones en los riachuelos donde aplauden las piedras. Me envías discurso de luz por las cataratas, llegan hasta mi los conciertos con la música del mar. Me escuchas en silencio desde los lagos y las lagunas; gracias señor, por el lenguaje que nos une, tu grandeza y yo en la misma sintonía, en el agua. Gracias señor, porque las sabanas secas crece el pasto rubio y con el viento parece cabello que peinas con tus manos invisibles. Gracias señor, porque pienso que la tierra es una gran cabeza y que vivimos sobre tus pensamientos. Gracias señor, porque tengo más de mil maneras de ilustrarme tu presencia alrededor de mi. Gracias señor, porque usas tus manos de manera fina para hacer bodoquitos de papel que luego soplas y lo conviertes en las flores de los árboles; las que tienen el color del sol, son de corteza amarilla, las que tienen el color del fuego son las llamas del bosque, los que tienen el color del violetas, y también los hay rosados como las mejillas de tu madre, asoleaditas en el paraíso, y blancas como si fueran pedacitos de la luna que arrancaras con tus uñas.