gracia en scheeben

Upload: martinolsza

Post on 14-Jan-2016

19 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

trabajo práctico realizado en junio de 2015 sobre el concepto de gracia en M. Scheeben

TRANSCRIPT

UNSTA - CEOPTEOLOGA MORAL II - PECADO y GRACIAProfesor: Pbro. Dr. Luis AnayaAlumno: Martn Olszanowskijunio 2015

El tratamiento del concepto de gracia enMatthias J. Scheeben

Introduccin (sntesis de vida y obra)

Matthias Joseph Scheeben naci el 1/3/1835 en Meckenheim (pequea poblacin de la Prusia renana). Curs sus estudios eclesisticos en la Universidad Gregoriana de Roma (1852-1859) bajo la direccin de profesores eminentes como Perrone, Passaglia, Franzelin y Kleutgen; ordenado sacerdote en 1858, fue profesor de Religin en el instituto Mnstereifel (1859) y, durante 28 aos, de Dogmtica en el seminario de Colonia, hasta su muerte (21/7/1888).[footnoteRef:1] [1: Gran Enciclopedia Rialp, Tomo 21, ed. RIALP, Madrid, 1981, p. 40-41]

El tema central de su obra teolgica fue la doctrina del ser sobrenatural. Ya a los 26 aos de edad le dedica su Natur und Gnade (Naturaleza y Gracia). Continu luego el tema, dndole un complemento patrstico-positivo en la edicin que hizo A. Casinio, Quid est homo, sive de statu naturae purae (1862), y luego con su obra Die Herrlichkeiten der gttlichen Gnade (Las maravillas de la gracia divina) (1862). En 1865 public su obra ms conocida, Die Mysterien des Christentums (Los misterios del cristianismo), de tono mayormente divulgativo, en la que presenta las relaciones internas de los misterios de la fe, que se fundan ante todo en el misterio de la Trinidad. Finalmente (y adems de la publicacin de numerosos artculos cientficos, pastorales y de divulgacin) dio comienzo a la gran obra solicitada por su amigo B. Herder: Handbuch der katholischen Dogmatik (Manual de dogmtica catlica), en el que insiste en su propsito de combinar la especulacin teolgica con la vida espiritual. Planeado en cuatro volmenes, slo pudo publicar tres hasta su muerte a los 53 aos, mientras trabajaba en la parte de la gracia.

Contexto histrico-cientfico de su teologa de la gracia

La teologa tiene sus temas clsicos que se replantean peridicamente. Si el nervio de la Revelacin cristiana es la auto-comunicacin de Dios en Jesucristo, no tiene nada de extrao que los cristianos, saboreada la experiencia de ser hijos en el Hijo, se pregunten cmo es posible que una naturaleza creada como la suya participe de la naturaleza divina.[footnoteRef:2] [2: MERTENS, H., Nature and Grace in Twentieth-Century, Louvain Studies 16 (1991), p. 242]

Durante toda la poca del Barroco y la Contrarreforma la teologa estuvo marcada por el concepto de naturaleza pura y por la separacin entre el orden natural y el sobrenatural. El Renacimiento humanista es el contexto cultural en el que se perfila la concepcin del doble orden. La separacin de los dos rdenes y el concepto de naturaleza pura abren el camino a una antropologa y una tica natural, segn las cuales el orden natural posee su propio ideal de perfeccin, que el hombre puede alcanzar por s mismo. Pero el fin natural se distingue claramente de la visin beatfica, o contemplacin de Dios cara a cara, que es estrictamente sobrenatural. Segn esto, la gracia constituira como una planta superior, una superestructura, algo que se superpone. Aquello sirvi de punto de partida para la llamada teologa por pisos: habra una planta baja -la naturaleza pura- sobre la que se yergue el edificio de lo sobrenatural.

Con las discusiones que tuvieron por objeto el agustinismo exagerado de los siglos XVI y XVII se aclararon puntos doctrinales importantes, pero tambin se mostraron inviables ciertos caminos de restauracin de antiguas doctrinas, sin atencin a los cambios histricos (nociones de gracia operante y cooperante, gracia eficaz y suficiente). La teologa posterior realiza consecuentemente una vuelta al estudio de los Padres latinos y griegos y de la gran escolstica; lo que trajo consigo una nueva insistencia en la gracia increada. Destaca en este sentido la figura de D. Ptau (1583-1652), que, con la vuelta a los Padres griegos, y especialmente a Cirilo de Alejandra, quiso recuperar el papel primordial de la presencia de Dios en el alma (la gracia increada) frente a la primaca comnmente otorgada al don creado. Algunas de estas intuiciones van a ser recogidas posteriormente por Kleutgen y, especialmente, por Scheeben,[footnoteRef:3] quien tambin reivindica la centralidad de la presencia de Dios en el hombre y su prioridad respecto de la gracia creada (que sin ser una nocin superflua, ha de ser considerada como secundaria). [3: LADARIA, L., Teologa del pecado original y de la gracia, BAC, Madrid, 1993, p. 178]

Considera que en el designio de Dios existe una unidad fundamental entre el orden de la naturaleza y el de la gracia. El aspecto ms significativo se concreta en la unin entre la teologa trinitaria y a teologa de la gracia. La doctrina de Scheeben es paradigmtica en este sentido: en su intento por relacionar los misterios del cristianismo, hace que su teologa trinitaria dirija su teologa de la gracia, poniendo el nfasis en la misin invisible del Espritu Santo.[footnoteRef:4] [4: Gran Enciclopedia Rialp, Tomo 11, ed. RIALP, Madrid, 1981, p. 152-153]

La doctrina de Scheeben tuvo gran importancia en la poca precedente y posterior al Concilio Vaticano I ante las tesis del semirracionalismo alemn de G. Hermes (1775-1831) y A. Gnter (1783-1863), as como frente a las teoras del sentimiento religioso de los discpulos de Schleiermacher. Sin embargo, la preponderancia del racionalismo creciente del siglo XIX se prest ms a la "teologa por pisos" que a la visin unitaria (entre la naturaleza y la gracia; y entre teologa dogmtica y teologa de la gracia). Por esto, no sorprende que la doctrina de Scheeben sobre la gracia encontrara cierta oposicin en su tiempo.

Doctrina

Sobrenaturaleza y participacin en la naturaleza divinaEs preciso comenzar a considerar la nocin de gracia en Scheeben a partir de pensarla en relacin con la naturaleza. En Naturaleza y gracia, su primer obra, analiza las nociones de natural y sobrenatural, as como los dos rdenes que constituyen; y las relaciones que se dan entre uno y lo otro. Comienza definiendo filosficamente las nociones fundamentales que luego utilizar[footnoteRef:5]: [5: SCHEEBEN, M. J., Nature et Grce (Naturaleza y gracia), Descle de B., Blgica, 1957, cap. I]

- naturaleza: designa la substancia de una cosa, as como tambin se refiere a su accionar, como principio de movimiento y razn fundante de toda su vida.- natural: designa lo que pertenece a la naturaleza, lo que procede de ella, lo que es conforme a ella.- sobrenatural: no se opone como contradictorio a lo natural (no-natural) sino que se refiere aquello que es superior a lo natural; un efecto que es superior a las fuerzas de la naturaleza; un bien es sobrenatural cuando pertenece por s mismo a una naturaleza superior.- sobrenaturaleza: es una suerte de naturaleza nueva y superior que se aade a la naturaleza inferior.

Se toman aqu naturaleza y sobrenaturaleza como dos realidades en el mismo ente, de alguna manera como dos naturalezas: la primera, el principio vital propio; la segunda, aquella por la cual la naturaleza inferior es elevada y participa de una naturaleza superior.

Se dice comnmente que un hbito deviene en el hombre como una segunda naturaleza; ms la sobrenaturaleza supera a aquella segunda naturaleza habitual, propia del obrar natural humano. La sobrenaturaleza implica una total novedad en el ser, que se da en tanto que los dos rdenes de la naturaleza y sobrenaturaleza son conformes y anlogos. Los dos rdenes no estn en una conexin tal que el orden inferior contiene al orden superior, sino que el superior contiene al inferior y lo supone como fundamento y condicin [footnoteRef:6] Es as que Scheeben llama sobrenaturaleza (bernatur) a toda la vida de gracia que, bajo sus diversas formas, nos lleva a la unin con Dios. Aunque es necesario notar que no se trata aqu de una teologa por pisos, debido, por un lado, a las conformidades existentes entre gracia y naturaleza, y, por otro a la total dependencia que la naturaleza tiene respecto de lo sobrenatural. Conformidades y dependencia que se manifiestan eminentemente en la interioridad de los hombres, en la elevacin de lo propiamente humano a una nueva y superior forma de ser, que de alguna manera le es impropia y, sin embargo, le corresponde solo por voluntad divina con la necesaria disposicin humana. [6: ibd.]

En Naturaleza y gracia prosigue y rescata algunos corolarios[footnoteRef:7] que se desprenden del anlisis de la sobrenaturaleza: [7: ibd., cap. III]

- es un modo de existencia superior- brinda una nueva dignidad interior- determina un nueva relacin con Dios, como miembros de su familia- nos hace ser imagen sobrenatural de Dios y de la Trinidad- nos pone en comunin con cada una de las tres Personas divinas: hijos del Padre, hermanos del Hijo y templos del Espritu Santo.- brinda una verdadera espiritualidad y una santidad divina

La situacin del hombre sin la gracia de Cristo es de una total imposibilidad de redimirse y salvarse: no es posible la auto-redencin, porque no existe, de hecho, un orden puramente natural. Por otra parte, la salvacin es sobrenatural, y, por tanto, inalcanzable por las solas fuerzas naturales.

A partir del anlisis anterior, y en orden a la salvacin, Scheeben se pregunta -ya en Las maravillas de la gracia divina- qu se entiende por gracia?Ante todo, (es) el amor lleno de atenciones que un superior profesa a un inferior (por ejemplo, un seor a su servidor, un rey a su vasallo, en nuestro caso, Dios a su criatura racional), sobre todo si a este amor se junta la complacencia que el primero encuentra en las cualidades y buenas acciones del segundo. Aplicamos tambin la palabra gracia al efecto de este amor, al objeto o motivo de esta complacencia... Podemos ante todo gozar de una gracia por decirlo as general, ordenada, merecida, debida; podemos asimismo disfrutar de una gracia del todo especial, extraordinaria, no merecida, libre. A esta ltima llamamos gracia en sentido propio y estricto. Por la primera, Dios nos ama segn la medida de nuestros mritos, de acuerdo a nuestra naturaleza y a nuestras buenas obras naturales. En virtud de la segunda, nos ama de una manera sobrenatural, infinitamente ms de lo que merecemos por naturaleza. Libre y bondadosamente, desciende de su trono real hasta nuestra nada para elevarnos sobre nuestra naturaleza.[footnoteRef:8] [8: SCHEEBEN, M. J., Las maravillas de la gracia divina, Descle de B., Bs.As. 1945, Prlogo]

La gracia supera todas las cosas creadas como Dios mismo las supera, ya que no es otra cosa sino la luz sobrenatural que desde la profundidad de la divinidad se expande sobre la criatura racional.[footnoteRef:9] Excede tambin a los milagros obrados por Dios. Mediante el milagro, obrado de ordinario sobre la materia, Dios devuelve la salud o la vida. Por la gracia, su accin termina en el alma, por as decirlo la vuelve a crear, la eleva sobre su naturaleza, deposita en ella el germen de la vida sobrenatural, se reproduce en ella, le imprime la imagen de su propia naturaleza.[footnoteRef:10] La gracia no es visible, pues afecta al alma y no al cuerpo; no la podemos ver, como tampoco podemos ver a Dios, a quien ella nos une.[footnoteRef:11] [9: ibd., L.I, cap. II] [10: ibd., L.I, cap. III] [11: ibd.]

La gracia se entiende, desde la perspectiva del orden natural, como participacin de la naturaleza divina: Cuando decimos que nuestra alma participa de la naturaleza divina afirmamos que recibe la condicin propia de Dios; en tal forma se vuelve semejante a su creador que puede decirse, con los Padres, que est verdaderamente divinizada. Escribe Pseudo Dionisio: La divinizacin es la asimilacin y la unin ms ntima posible con Dios (Eccles. hier., c.1, 2). Otro tanto nos ensea san Basilio: El Espritu Santo es fuente de un gozo sin fin que consiste en la asimilacin de Dios. Convertirse en Dios! Nada puede apetecerse ms bello (De Sp.Scto. cap.9, n.23). No se trata pues de una identificacin de nuestra sustancia con la sustancia divina, ni de una unin personal, hiposttica, como la de Cristo; sino de una transfiguracin de nuestra sustancia en la imagen de la naturaleza divina. De consiguiente para ello no hace falta que nos convirtamos en nuevos dioses, separados del verdadero Dios y por lo tanto en dioses falsos. Lo que Dios es por su naturaleza nos hacemos nosotros por la gracia: somos su imagen sobrenatural, un reflejo de la gloria propia de Dios."[footnoteRef:12] [12: ibd., L.I, cap. VI]

Cuando hablamos aqu de un cambio de nuestra naturaleza, no queremos decir que nuestra sustancia es destruida o que queda absorbida en la sustancia divina. Sera una afirmacin impa. Se trata nicamente de una transformacin por la que somos glorificados.[footnoteRef:13] La gloria de los bienaventurados no es otra cosa que el completo desarrollo de esta gracia. La gracia es la fuente que salta hasta la vida eterna[footnoteRef:14] [13: ibd., L.I, cap. X] [14: ibd.., L.I, cap. IV]

La vida de gracia cuya fuente y fin es la Trinidad divina mismaSolo Dios mismo puede dar por propia voluntad esta vida sobrenatural, eterna. As, las Personas divinas extienden ad-extra sus relaciones ntimas divinas, las continan en la Encarnacin y las imitan y reproducen en las almas adornadas con la gracia. Ambos misterios, encarnacin y santificacin por la gracia, solamente pueden ser comprendidos desde el misterio de la Trinidad. Por eso, como la Trinidad, son tambin sobrenaturales.[footnoteRef:15] Conforme a ello, as como objetivamente el dogma de la Trinidad es la raz del orden de la gracia, de un modo anlogo tambin subjetivamente es el foco de luz que lo ilumina y por el cual se ha de comprender La comunicacin de la naturaleza divina tiene una raz de dos fibras en la Santsima Trinidad: la procesin del Hijo es por excelencia ideal en que se funda el ser y la concebibilidad de la relacin con Dios en la cual hemos de entrar como hermanos del Hijo. La procesin del Espritu Santo es principalmente el motivo y la medida del modo como se realiza dicha comunicacin.[footnoteRef:16] [15: SCHEEBEN, M.J., Los misterios del cristianismo (compendio elaborado por Federico Fuchs SDV), edv, Navarra, 1967, 24] [16: ibd., 25]

Podemos realizar as una consideracin de la gracia desde las denominadas misiones divinas. Una operacin de Dios ad extra, que no introduzca a una Persona divina con su carcter divino y personal en la creatura, no puede llamarse misin Solamente en la gracia santificante es enviada la Persona divina a la creatura de tal modo que la Persona divina aparece en ella como un sello y queda impresa como una imagen.[footnoteRef:17] [17: ibd., 28]

Efectivamente, la re-creacin no es una mera restauracin. Esto est relacionado con el modo sorprendente que tom la obra de Cristo (Encarnacin, Pasin, Muerte, Resurreccin y Ascensin) y con la misteriosa participacin por la gracia en estos hechos salvficos, a la vez que la configuracin a Cristo. Esta gracia no es slo gratia Dei, sino gratia Christi, gratia capitis. La naturaleza humana no se trueca en divina, sino que, desprovista de subsistencia, se incorpora a la segunda persona de la divinidad.[footnoteRef:18] [18: SCHEEBEN, M. J., Las maravillas de la gracia divina, Descle de B., Bs.As. 1945, L.I, cap. XII]

La gracia nos hace hijos adoptivos de Dios, propiedad de la gracia que encierra en s todas sus maravillas y que arroja una claridad muy peculiar acerca de su esencia y de su significado.[footnoteRef:19] Esta adopcin se asemeja a la que se da entre los hombres. Estos adoptan a un hijo ajeno, a veces a falta de propio, y le rodean del mismo afecto y le confieren los mismos derechos que si se tratara de un hijo propio.[footnoteRef:20] Sin embargo, si un padre adopta a alguien, slo le puede dar el nombre y los derechos de un hijo; no lo puede engendrar de nuevo, ni comunicarle su propia vida, ni imprimirle sus propios rasgos, ni hacerlo semejante a s mismo. Por el contrario, el Padre celestial, por el amor que nos tiene, no solamente nos concede el poder llamarnos hijos de Dios, sino tambin el serlo.[footnoteRef:21] [19: ibd., L.II, cap. IV] [20: ibd.] [21: ibd., L.II, cap. V]

Como se dijo anteriormente, la procesin del Espritu Santo -dentro de la vida intratrinitaria- es principalmente el motivo y la medida del modo como se realiza la comunicacin de la gracia y la santificacin del ser humano, conformndose como hijo adoptivo de Dios, a imagen de la filiacin que posee perfectamente el Hijo por naturaleza. Se habla entonces de la misin por inhabitacin del Espritu Santo, gracia increada, presencia sobrenatural de Dios en el alma del hombre.

Si bien, la presencia sobrenatural de Dios en el alma es de las tres Personas, se atribuye propiamente al Espritu Santo. Aprovechamos este ltimo punto para resumir cmo se relacionan gracia creada y gracia increada a la vez que se explica la unin ntima entre el alma y Dios, que se apropia al Espritu Santo:

El Espritu Santo no nos da su gracia sin que se nos d El mismo. Como dice el Apstol: La caridad de Dios (su mayor don con la gracia) ha sido derramada en nuestros corazones por el Espritu Santo que se nos dio (Rm 5,5). As como el Espritu Santo debe venir a nosotros para traernos la gracia, del mismo modo pero inversamente, la gracia nos lleva al Espritu Santo, nos une a l. En ella y por ella poseemos al Espritu Santo.Por lo tanto la gracia nos une al Espritu Santo de dos maneras y por un doble motivo; en primer lugar viene el Espritu Santo a nosotros como autor de la gracia y con ella; luego, la gracia nos lleva y nos une a l. Se nos aproxima el Espritu Santo en forma inefablemente ntima, para comunicarnos la gracia y la caridad, participacin de la naturaleza y de la santidad divinas, efusin del seno de la divinidad. Asimismo por la gracia nos acercamos a El de un modo maravilloso; en su carcter de participacin de la naturaleza divina, la gracia nos pone en la posesin y en el gozo inmediatos de la naturaleza y de las Personas divinas.[footnoteRef:22] [22: ibd., L.II, cap. I ]

Finalmente, como el amor divino se hace eficaz en nosotros por la gracia, y Dios est realmente en nosotros por ella, es menester que dicha gracia encierre tambin la hermosura que nos comunica Se habla entonces de una doble belleza del alma. Pues es bella en primer lugar con la hermosura que le da el esplendor de la gracia de que est revestida, que adorna todo el ruedo del precioso vestido bordado de oro de las virtudes sobrenaturales. En segundo lugar es doblemente bella, a causa de una belleza increada: es la que el Espritu Santo le comunica al colocar en ella su trono.[footnoteRef:23] [23: ibd., L.II, cap. IX]

Adquisicin de la graciaNo merecemos la gracia ni la podemos producir por nosotros mismos; no obstante est en nuestra mano el prepararnos y hacernos aptos para recibida. Podemos y debemos buscarla cerca de Dios, es deber nuestro el alejar los obstculos que la detengan y adornar nuestra voluntad con disposiciones tales que la gracia encuentre abierta la entrada. La preparacin a la gracia santificante, es pues, en cierto modo, su comienzo y una anticipacin de sus efectos. Es el primer soplo del Espritu Santo, que todava no habita en nosotros, es cierto, pero que obra y se mueve ya de una manera sobrenatural en nosotros. [footnoteRef:24] [24: ibd., L.V, cap. I]

Scheeben enuncia (en los caps. II-V del libro V de Las maravillas de la gracia divina) aquellas preparaciones necesarias para recibir la gracia santificante, el don increado del Espritu Santo. La primera preparacin a la gracia es la fe sobrenatural, pues slo ella nos la hace buscar y hallar. El temor de Dios, segunda preparacin a la recepcin de la gracia. Le siguen, y a modo de escala mstica espiritual, la esperanza sobrenatural en Dios, y cuarta y ltima, la contricin.

Nombra que el ejercicio propio de la gracia, una vez que se posee y que nos posee, es la caridad misma. En el ejercicio de la caridad sobrenatural para con Dios consiste la obra ms particular, ms natural y al mismo tiempo ms noble del hombre renovado y regenerado por la gracia divina. Esta caridad debe ser el soplo que anima al hijo de Dios, el latido que mueve su corazn y el resorte de todas sus acciones. El amor de Dios, adems de ser la actividad y la ocupacin ms natural y apropiada, viene a ser tambin la actividad ms alta de un alma en gracia; o ms bien, es la ms apropiada y la ms natural del hijo de Dios por su dignidad altsima, por ser muy especialmente divina. Ni el mismo Dios tiene ocupacin ms noble y ms elevada que la contemplacin de su propio amor [footnoteRef:25] Adems de amar a Dios debemos tambin amar sobrenaturalmente a nuestro prjimo, o ms bien, la caridad para con Dios debe ejercitarse en la caridad para con el prjimo. Porque la caridad sobrenatural para con el prjimo y la que se refiere a Dios son una sola virtud, es la misma virtud; la primera est encerrada en la segunda y procede de ella.[footnoteRef:26] [25: ibd., L.V, cap. VII] [26: ibd., L.V, cap. VIII]

Eleccin de las gracias para cada unoPuede apreciarse que a unos Dios concede ms gracias, a otros menos; a unos una gracia eficaz, a otros una gracia con la que prev que no van a cooperar. El proceder diverso que la divina voluntad de salvar sigue en la distribucin de las gracias internas y externas -de las que depende la cooperacin del hombre y la consecucin del fin- se llama con acierto eleccin de la gracia, la cual debe distinguirse de la eleccin efectiva de las personas. Esta eleccin no se opone a la voluntad general de salvar, antes bien, le da a sta la forma determinada en que acta frente al individuo La diferente eleccin de la gracia no est en contradiccin ni con la justicia ni con la misericordia de Dios sino que esta eleccin, lo mismo que la predestinacin, es inmerecida e infalible. De nosotros, sin embargo, depende responder a su llamamiento.[footnoteRef:27] [27: SCHEEBEN, M.J., Los misterios del cristianismo (compendio elaborado por Federico Fuchs SDV), edv, Navarra, 1967, 103]

Crecimiento de la graciaLa vida de la gracia nunca puede agotarse; no es posible que la vida que ha echado sus races en el seno de Dios se marchite por falta de alimento, sino que va creciendo de continuo, como reflejo de la naturaleza divina, hasta el momento de salir de la sucesin del tiempo y entrar en el reposo de la eternidad.[footnoteRef:28] [28: SCHEEBEN, M. J., Las maravillas de la gracia divina, Descle de B., Bs.As. 1945, L.V, cap. XI]

La gracia es una fuerza viva, que ha de desplegarse y desarrollarse, por s misma ha de dar frutos y mediante sus frutos ha de crecer a su vez en s misma Sin embargo, la gracia no puede ser acrecentada por la actividad del alma as como en el campo de la naturaleza las fuerzas naturales son aumentadas por el ejercicio de. La gracia en todos sus grados ha de ser siempre infundida directamente por Dios con la afluencia de una luz nueva y una nueva fuerza de vida. La actividad del hombre, dotado de gracia, solamente sirve para merecer la comunicacin de mayor abundancia de gracia y abrir as la fuente de la gracia.

As, si el crecimiento de la gracia requiere las buenas obras, y si la plegaria es indispensable para las mismas, se desprende que la oracin es una condicin esencial y, en cierto modo, la condicin ms importante del crecimiento de la gracia. [footnoteRef:29] Adems, el aumento de la gracia se da en la vida sacramental infundida desde la Iglesia y, entre todos los sacramentos, la santa comunin ha sido instituida expresamente para que aumente en nosotros la gracia y la vida de la gracia. En los otros sacramentos slo hallamos canales de la gracia; la gracia circula as con mayor abundancia en nosotros, cual savia divina que nutre y desarrolla la vida sobrenatural. [footnoteRef:30] [29: ibd.] [30: ibd.]

El aumento de la gracia es una regeneracin continuada del hombre ex sinu Dei; es el intercambio de los frutos de la gracia por parte del hombre y de los dones de la gracia por parte de Dios.[footnoteRef:31] En este intercambio se da la felicidad del hombre, porque se une y es alcanzado por su fin; fuera de la gracia no se da en este mundo verdadera felicidad[footnoteRef:32] [31: SCHEEBEN, M.J., Los misterios del cristianismo (compendio elaborado por Federico Fuchs SDV), edv, Navarra, 1967, 91] [32: SCHEEBEN, M. J., Las maravillas de la gracia divina, Descle de B., Bs.As. 1945, L.IV, cap. III]

Conclusin

La doctrina de Scheeben pone de relieve la divinizacin de la creacin por el Espritu de Cristo y atribuye la obra de nuestra justificacin a la Trinidad, de la que viene Cristo y hacia la cual conduce a su Iglesia, vivificada por su Espritu. Su gran mrito puede referirse a que, dentro de una sistematicidad clsica basada en nociones y recorridos patrsticos y escolsticos, propone una novedosa interrelacin de los misterios de la fe, teniendo en cuenta a la gracia o sobrenaturaleza como nocin central desde la cual enlaza las relaciones entre Dios y su creacin.

Scheeben posee a maravilla el arte de profundizar las nociones y las doctrinas filosficas que pueden servir a las especulaciones teolgicas, y de desarrollarlas en todas sus virtualidades. (Adems) en numerosos lugares la teologa afectiva ofrece en l rasgos de una beldad conmovedora; ella confiere a sus obras un altsimo valor de vida.[footnoteRef:33] [33: Mons. Grabmann, en la Introduccin a Nature und Gnade, p. 28.]

Puede lograr ms plenamente dicha teologa afectiva haciendo hincapi continuamente a lo largo de toda su obra en la centralidad de la caridad -que es la naturaleza divina misma y su comunicacin a los hombres que respondiendo se disponen caritativamente a recibirla- caridad que es simultneamente la causa y el efecto propios de la gracia. Se enfoca siempre Scheeben entonces en los ntimos vnculos que existen entre la teologa trinitaria y la teologa de la gracia (y no meramente vnculos extrnsecos, ni de razn).

Las consecuencias de esta unin entre la teologa trinitaria y a teologa de la gracia se han hecho sentir en el desarrollo teolgico del s. XX, y es evidente en la investigacin del aspecto personal de una gracia ms cristocntrica, a la manera de R. Guardini (1885-1963); en la reflexin sobre la filiacin adoptiva; en las perspectivas eclesiolgicas, en cuanto consideren la accin e inhabitacin del Espritu Santo en la Iglesia de Cristo; tambin, por tanto, en materia sacramental, profundizando en los sacramentos como fuentes de la gracia. H. de Lubac (1896-1991) en su famosa obra Surnaturel, tudes historiques (1946) profundiza los temas planteados por Scheeben. Asimismo, K. Rahner (1904-1984) rechaz la teologa por pisos y consider el orden de la gracia como el nico histricamente existente. En su estudio Naturaleza y gracia, publicado en 1957, en el que, en lnea con Scheeben, hace hincapi en la gracia increada.

A modo de comentario final, hay que decir que no se han tratado aqu las relaciones entre gracia e Iglesia (incluyendo en ella a la sacramentalidad), fundamentales en el pensamiento de Scheeben, como as tampoco la centralidad con la que estudia a nuestra Madre Mara en funcin de las gracias por ella recibidas y las que por intercesin de ella podemos recibir. El motivo de dichas ausencias es, sin ms, la breve extensin prevista para este trabajo monogrfico, en el que se prefiri enfocar la cuestin de la gracia divina en funcin de la doctrina de sobrenaturaleza en Scheeben, y posteriormente referir sus fundamentos al misterio de la Trinidad, la Encarnacin del Verbo y la misin invisible del Espritu Santo.- 7 -