goya. retrato del marqués de san adrián, una de las obras

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GOYA. Retrato del Marqués de San Adrián, una de las obras más relevantes de este museo.

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GOYA. Retrato del Marqués deSan Adrián, una de las obrasmás relevantes de este museo.

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MUSEO DE NAVARRA

Cuatro expertos nos prestan sus lúcidos ojos para observar al detalle algunasde las joyas custodiadas entre las paredes del Museo de Navarra, unainvitación inexcusable para disfrutar del rico patrimonio de nuestra tierra.

UNA MIRADADIFERENTE

TEXTOS: SARA SÁNCHEZ / FOTOS: JESÚS CASO

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Museode Navarra

Por la estrecha y empinada cuesta deSanto Domingo asciende un murmu-llo de voces femeninas. Juguetean, in-

visibles, entre el alborotado gentío que cadamañana transita por el corazón de Pam-plona. Sus nombres, casi olvidados por elroce del tiempo, nos trasladan a las antiguascreencias del mundo grecorromano. Calíope,Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Ta-lía, Terpsícore y Urania sobrevuelan la callecurioseando entre los pensamientos de los pa-seantes. Quizá se paren un instante frente ala pequeña hornacina de San Fermín, juntoa la que un grupo de turistas se hace una foto,atentas a sentir el ritmo acelerado de sus pul-saciones al describir el rito previo al encierro.O tal vez asciendan hasta la plaza del Ayun-tamiento, o más allá, hasta la del Castillo, re-buscando en un rincón el sonido delicado delas notas que algún músico ambulante dedi-ca a los paseantes de la urbe. Con un poco desuerte, puede que encuentren un pequeño res-quicio abierto, un pasadizo a la mente de al-guno de ellos, para susurrarles con un cos-quilleo el comienzo de un verso. Quizás al-guna, más atrevida, inicie el impulso creadorde la mano que sujeta –con brío renovado–un pincel impregnado de pintura.

Con el mismo ímpetu con el que ilumi-nan una idea, desaparecen, dejando sólo elrastro de una risa. Ellas, las Musas, son así,inconstantes. No atienden a una súplica, nise dejan engañar por falsas promesas de eter-nidad. Continúan con sus juegos, zigza-gueando ahora por el lienzo de las murallas,hasta regresar, agotadas, a su hogar: un co-queto edificio que, en otro tiempo, fue el an-tiguo Hospital de Nuestra Señora de la Mise-ricordia de Pamplona, de cuya construcciónprimitiva, del siglo XVI, se conserva laportada y la iglesia. Es la casa de las Musas;

el mouseion, según los griegos; el museum, enla gran Roma.

Dicen los entendidos que el primer granmuseo fue el templo dedicado a las Musas enla ciudad de Alejandría, dentro de un complejocultural que pasó a la historia por su espec-tacular biblioteca. Hoy, estas nueve hermanas,cual ricas potentadas, son dueñas de una in-terminable lista de templos a su nombre. Es-pacios que conservan un cierto aire de lugarsagrado. Y aunque es imposible tener una cer-teza absoluta sobre ello, podemos imaginarque esta casa particular, el Museo de Nava-rra, debe de ser uno de sus rincones predi-lectos. No en vano, además de ser hijas deZeus, dios de dioses, tienen por madre a Mne-mósine, diosa de la memoria. Y esta es unade las principales virtudes del museum na-varro: en él pueden encontrarse reunidas pie-zas que permiten a sus visitantes remontar-se desde la Prehistoria hasta nuestros días. Unrecorrido por la memoria del hombre, per-siguiendo las huellas de su afán creativo –decuyo primer impulso se vanaglorian nuestrasprotagonistas– entre las imaginarias líneasfronterizas del que fuera viejo Reyno.

UN ESPACIO PARA TODOSUn lugar concebido como templo no de-

biera tener puertas ni llaves que impidieranel paso. Pero como semejante propósito noresulta viable en estos tiempos, el Museo deNavarra cuenta con sus propios guardianes,que velan porque el legado de las Musas per-manezca, dentro de lo posible, inalterado. Unade esas llaves, de connotaciones casi mági-cas, debe de estar en el bolsillo de MercedesJover Hernando, directora del centro y nues-tra primera cicerone por las salas del museo.Nos ofrece, como introducción, una definiciónoficial: “Un museo es una institución perma-

nente, sin fines de lucro, al servicio de la so-ciedad y abierta al público, que adquiere, con-serva, estudia, expone y difunde el patrimoniomaterial e inmaterial de la Humanidad”. Unatarea que se antoja herculiana, con tantos ver-bos a los que rendir cuentas. Pero Mercedesno repara tanto en ello como en los propó-sitos de este esfuerzo: el estudio y la educa-ción, por supuesto, pero con mucho más én-fasis en el recreo. Y es en este último aspec-to donde la directora del centro amplía sus re-flexiones: “Tenemos un museo muy agradable,muy de disfrutar. Me gustaría romper con esacondición de santuario que permanece ennuestra memoria, porque hoy los museos sonelementos vivos de la cultura y de la sociedad”.

Cada año, cerca de 40.000 personas acu-den a él, la mitad de ellos, dentro de las cam-pañas dirigidas a los centros educativos detoda la comunidad. El resto se reparte entreaquellos que visitan la ciudad en fechas fes-tivas, los que se acercan para ver exposicio-nes temporales o, simplemente, los que de-ciden pasar un rato diferente, paseando su mi-rada por las salas que componen el museo.Es este último tipo de visitante el que Mer-cedes Jover quiere potenciar. “Cuando uno vade vacaciones a otra ciudad, lo primero que hacees buscar a qué museos puede acudir. Pero, siestás en Pamplona, no se te ocurre visitar el Mu-seo de Navarra. Y hay que animar a ello, hayque decirle a la gente que este es un lugar parael deleite. Además, los que vivimos aquí tene-mos una ventaja, y es que podemos hacer la vi-sita en pequeños sorbos, no tenemos la nece-sidad de verlo de un tirón. Puedes acudir unamañana, por ejemplo, a ver la parte de Romá-nico, siguiendo las guías que tiene el propio mu-seo, leyendo, disfrutando…”.

¿Y qué merece la pena ver en el Museode Navarra? Una pregunta a la que Mercedes

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EL MUSEO se ubicajunto a la cuesta de

Santo Domingo,siguiendo el lienzo de las

murallas de Pamplona.

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nos responde con cierto tono de regañina:“Todo tiene importancia. Disponemos de unaserie de fondos muy ricos, que, además, van cre-ciendo. Los de Prehistoria son importantísimos.Ahora mismo hay dos piezas prestadas al mu-seo de Altamira, en Cantabria. De la época ro-mana, tenemos mosaicos muy relevantes, es-telas funerarias, miliarios… todo ello nos per-mite recrear en las vitrinas los modos de vidadel Imperio Romano. Y a partir de ahí: Romá-nico, Gótico, Renacimiento... en cada momen-to hay obras de gran valor e interés”. Y así, du-rante la conversación–paseo por los diferentes

espacios –organizados de forma cronológica–descubrimos una larguísima colección de te-soros legados por el tiempo y el genio delhombre: los relieves prerrománicos de Villa-tuerta, primera iconografía cristiana encon-trada en Navarra; los restos de la catedral ro-mánica de Pamplona, en la que participó elmaestro Esteban (el mismo de la seo com-postelana); la arqueta de Leire, una pieza ex-cepcional del arte hispano–musulmán; los res-tos de la mezquita de Tudela; la pintura mu-ral gótica de Juan Oliver del claustro de Pam-plona, así como la de muchas iglesias rura-

les de toda la geografía navarra; las grisallasde Óriz, con su representación de la batallade Mühlberg; los cobres con el ciclo del Gé-nesis, de la escuela flamenca; la sillería delcoro de la catedral pamplonesa, obra de Es-teban de Obray; el magnífico retrato del Mar-qués de San Adrián, de Goya; las pinturas yesculturas de los primeros artistas contem-poráneos navarros, como Inocencio GarcíaAsarta, Javier Ciga, Gustavo de Maeztu, JesúsBasiano, Julio Martín Caro y un largo etcéte-ra. Tantas posibilidades, que resultan impo-sibles de abarcar en un único reportaje.

SEGUNDA PLANTA. El museorecibe al año una cifra cercana alos 40.000 visitantes.

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Este mosaico romano, en el que se representan unas murallas, fue uno de los lugares en los que MercedesJover detuvo su paso durante la visita por el Museo de Navarra. “Me gusta especialmente esta pieza porsu carácter evocador. Es un mosaico encontrado en la calle Curia de la capital navarra y que representauna fortificación. Se interpretó que pudieran ser las antiguas murallas de Pamplona, aunque ahorasabemos que están relacionadas con el mosaico de Teseo y el Minotauro (s. II-III d.C.), por lo querepresentarían el recinto amurallado de Creta, donde estaba el famoso laberinto”. Para la directora delMuseo de Navarra, uno de los atractivos del centro es su ubicación en el entorno de las murallas (desdelas ventanas del edificio se observan magníficas vistas de estas, el Palacio de los Reyes de Navarra o lastorres de la catedral). “Me parece muy interesante que Pamplona, que conserva uno de los recintosamurallados más importantes de Europa, tenga un museo justo en su recorrido y que en la primera plantade ese edificio se pueda ver este mosaico. Se podría invitar a la gente a iniciar el circuito por las murallasde Pamplona con esta evocación de una muralla de la época romana”, señala. Este tipo de reflexiones, deinterpretación sobre las piezas que hay en este lugar son las que, tal y como expresa Mercedes Jover,“nos permiten ver el museo no como un panteón de obras de arte, sino como algo vivo”.

EL MUSEO Y LAS MURALLAS

Así que, bajo la tutela de nuestra anfi-triona en el museo, y tras pedir permiso a lasMusas, hemos solicitado ayuda a cuatro ex-pertos en historia del Arte. Ellos han selec-cionado varias de sus obras predilectas y nosprestan su mirada crítica y su saber en la ma-teria. Con ellos, disfrutaremos de algunas delas obras de talla internacional de la colección,con la intención de que, después de paladearsus lecciones, le quede al lector hambre su-ficiente para acercarse, por primera vez o denuevo, al que es, por antonomasia, templodel arte navarro. LA DIRECTORA DEL MUSEO junto a una de sus obras favoritas, la pintura mural gótica de Juan Oliver.

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1. EL MAPA DE ABAUNTZ Y EL MOSAI-CO DULCITIUS. Jesús Sesma Sesma, doc-tor arqueólogo y jefe de la Sección de Ar-queología del Servicio de Patrimonio His-tórico del Gobierno de Navarra.

El aula de Prehistoria es –curiosa con-tradicción– el más nuevo de los espacios delmuseo. Recientemente inaugurado con pie-zas rescatadas en las últimas y prolíficas ex-cavaciones, tiene entre sus muchos tesorosuna pieza especialmente sobresaliente: el co-nocido como mapa de Abauntz. Aunque estapiedra fue descubierta en 1996, su inter-pretación ha sido muy compleja. Finalmen-te, un equipo de investigadores de la Uni-versidad de Zaragoza ha ido descifrando lamaraña de grabados que adornaban esta rocapara darle un significado más que sorpren-dente. “Se trata de una representación de ca-rácter paisajístico, topográfico, de una zona deNavarra –del entorno de la cueva de Abauntzen el valle de Ultzama– en el que una persona,que hace 11.790 años se sentó en la boca de lacueva, dibujó lo que veía en el entorno, y aña-dió sus preocupaciones”, explica Jesús Sesma.Un panel informativo y una réplica fidedig-na ampliada –que puede palparse sin temor–

y en la que se han resaltado con colores di-ferentes los elementos más interesantes, per-miten al profano leer el citado mapa: la peñade San Jorge, el río Zandazabal con dosafluentes, una zona donde el agua se en-charca y otros añadidos como animales y se-res antropomorfos. “Es una pieza excepcional.Junto con otras tres encontradas en Ucrania, sepuede decir que es la representación de este tipomás antigua de la Humanidad, ni más ni me-nos”. Una pieza que, en sí misma, exige unavisita al museo. “Todavía se está estudiando,creemos que es una mezcla de mapa y escenade caza, y estoy seguro de que, en el futuro, nosdeparará nuevas sorpresas”, añade Sesma.

La segunda de las piezas que nos mues-tra este arqueólogo es el mosaico conocidocomo Dulcitius. “Uno de los elementos más im-portantes del Museo de Navarra es su colecciónde mosaicos y este, ahora mismo, es el más com-pleto, singular e interesante. Tiene una formageométrica perfectamente ejecutada, con unaserie de guirnaldas de laureles que se van en-trelazando y dejan en medio ocho rosetas de dis-tintos tipos. Pertenece al Bajo Imperio Roma-no (siglo IV d.C.) y es, probablemente, de la épo-ca del emperador Teodosio, momento en el queflorecen las villas. Estos asentamientos ruralesson las residencias de los señores que se hanmarchado de las ciudades, que han comenza-do su decadencia por las invasiones bárbaras.Son lugares decorados muy suntuosamente, la-tifundios en los que vuelcan sus posibilidadeseconómicas. Este mosaico estaba en la villa tu-delana del Ramalete, al lado del Ebro, y en subase tenía un sistema de aire caliente, lo que in-dica que el complejo tenía unas termas. Uno delos aspectos más singulares es que vemoscómo en el centro se representa al dueño de lavilla, que aparece con su nombre, Dulcitius, algopoco usual. En la Península son contados los ca-sos en los que, para empezar, aparecen letras,y además, se escribe el nombre del dueño. La

JESÚS SESMA junto almosaico romano Dulcitius

(arriba) y la réplica delmapa de Abauntz (abajo).

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Museode Navarra

escena es muy típica de los mosaicos nortea-fricanos (Túnez, Libia, Argelia...) y representaal señor a caballo vestido con una túnica cor-ta, también al estilo africano, y en actitud de lan-zar el venablo para abatir a la cierva que el ca-ballo ya aprisiona con sus patas delanteras”,describe el arqueólogo. Otro de sus aspectosmás valiosos es el buen estado de conserva-ción: “Además, la restauración realizada es muybuena, ya que permite diferenciar cuáles son laspartes que se han añadido, pero sin desentonardel conjunto. Ha sido una suerte que no hayasufrido muchos daños, ya que durante la épo-ca cristiana se consideraba que estas imágeneseran paganas y se solían destruir”. Una obrade arte que ha resistido al tiempo y que nosespera, paciente, en el subsuelo del Museo deNavarra.

2. LA ARQUETA DE LEIRE Y LOS CAPI-TELES ROMÁNICOS DE LA CATEDRALDE PAMPLONA. Clara Fernández–Ladre-da Aguadé, doctora en Historia del Arte yespecialista en Arte medieval navarro.Profesora agregada del Departamento deHistoria de la Universidad de Navarra.

“Arquetas hispanomusulmanas de estetipo hay muy poquitas y esta es la mejor”. Asíde contundente se muestra Clara Fernán-dez–Ladreda cuando nos acercamos a la vi-trina en la que se expone esta joya tallada enmarfil. “Es la más importante de su género, porun lado, por ser la mayor, y por ello tiene unaiconografía más rica, más escenas y más temas.Pero es que, además, es la de más calidad en latalla, la más exquisita”. Destacan en la piezalas diferentes escenas que representan mo-mentos de la vida cortesana de la España mu-sulmana de la época. “Habría que mirarla dederecha a izquierda, tal y como se lee la escri-tura islámica. En primer lugar, podemos ver unhombre sentado sobre una tarima apoyada endos leones. Este personaje de mayor tamaño seha identificado con el califa del momento”. Re-domas con bebidas, espantamoscas, frascosde perfumes y abanicos permiten hacernosuna idea de la suntuosidad de aquellos ban-quetes. Otras escenas muestran a los invita-dos y al inevitable grupo de músicos, elementoimprescindible en toda fiesta hispanomu-

sulmana que se preciara. Una inscripción de-cora la caja y nos permite saber que fue re-alizada por orden de Abd El–Malik, hijo de Al-manzor, en el año 1005.

Al otro lado de la pieza, las escenas re-flejan torneos y cacerías, también parte de lavida cortesana de la época. “Es muy intere-sante la escena central, que representa a un gue-rrero a pie combatiendo leones, y que se ha sos-pechado que pueda tener un significado sim-bólico importante. Podría tratarse de una re-presentación de El–Malik, y a través de esta es-cena se conmemoraría su victoria sobre el rei-no de León”. Otra de las peculiaridades de estaarqueta es que en ella firma un taller com-pleto: hasta seis artistas. Uno de ellos, que dejósu firma en el interior de la tapa y en una delas escenas exteriores, es el maestro Farai. Losdiscípulos van firmando aquí y allá, sobre losanimales, los personajes, etc.

Aunque se desconoce cómo llegó a Lei-re, sí se sabe que se encuentra allí desde unafecha bastante antigua y que se empleó paraguardar las reliquias de las santas Nunila y Alo-dia. ¿Cómo una obra musulmana se empleópara guardar reliquias de santos? “Estas ar-quetas no tenían connotación religiosa, lo quese valoraba en ellas era lo precioso y raro de lamateria, el simbolismo. Incluso el hecho de quecustodiara reliquias puede significar, a la lar-ga, una victoria del Cristianismo sobre el Islam”,apunta la historiadora. Hacemos una segun-da parada en el camino para adentrarnos enlas salas dedicadas al Románico. Allí, eleva-das del suelo en columnas fabricadas de me-tal y luz, reposan algunos de los capiteles –queno todos– rescatados del antiguo claustro dela catedral pamplonesa. “Hay una teoría tra-dicional que dice que, en todo estilo, hay una fasede formación, otra de apogeo –la etapa clási-ca– y una última de disolución, que es la barroca,donde el estilo se lleva al exceso. Estos capite-les pertenecen a la fase de apogeo del Románico,la fase clásica. Se tiende a pensar que es un artemuy simple, incluso tosco, popular. Por supuestoque hay un Románico popular, como hay un artedel Renacimiento popular o un Barroco popu-lar. Pero también existe un Románico refinado,de gran calidad, del que son excelente ejemploestos capiteles”, explica esta especialista en artemedieval navarro.

El claustro románico de la catedral de Pam-plona desaparece a partir de fines del siglo XIIIy es sustituido por el actual, de excelentehechura gótica. “Sin embargo, lo que de-muestra que los humanos a veces tienen ungusto artístico muy señalado, el cabildo de laépoca debía apreciar tanto estos capiteles quedecidió reemplearlos en una especie de pe-queño claustro secundario, así se salvaron yllegaron hasta nuestros días”.

Clara Fernández–Ladreda pasea entre loscapiteles mostrando las claves que delatan lamaestría en la talla de cada uno de ellos, des-de los que están adornados con motivos ve-getales y animales hasta los figurativos. De-talles aquí y allá que permiten diferenciar la

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mano del maestro escultor –que armoniza fi-guras y espacios– y la del discípulo, que debeinvadir las diferentes caras del capitel para fi-nalizar sus tallas. Detiene sus pasos junto auno en especial y con una sonrisa asegura:“Este es el que yo robaría, porque me parece deuna delicadeza y preciosismo excepcional. Seha comparado con obras islámicas de marfil,como la arqueta de Leire, aunque esta es unaafirmación en desuso, que se tiende a corregir.Desde luego, es una obra plenamente cristiana,y si está influida por algo es por el arte del surde Francia, pues se cree que el maestro de es-tas obras pudo llegar de Toulouse. Pero en cuan-to a la delicadeza y el preciosismo, la compa-ración con los musulmanes está bien traída”.

CLARA FERNÁNDEZ-LADREDAposa junto a uno de los

capiteles románicos (arriba) ydetalla las virtudes de laarqueta de Leire (abajo).

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El siguiente que merece una observación másdetenida es el que cuenta la vida de Job: eldiálogo entre Dios y el demonio sobre la bon-dad de Job, la pérdida de los rebaños, la muer-te de sus hijos, la enfermedad y la recupera-ción por parte del santo de todo lo perdidoson narrados con maestría en un capitel quenos deja curiosos detalles, como la imagen deJob mesándose las barbas y rasgándose lasvestiduras con una tijera, o la del demonioque, con un fuelle, ayuda al viento a derribarla casa en la que estaban reunidos los hijosde Job. También resulta asombrosa la imagendel santo cubierto de pústulas. Un estudio re-ciente, publicado en una revista científica so-bre virología, ha determinado que se trata delas heridas propias de la viruela, siendo estala primera representación existente sobre talenfermedad.

Por último, otros dos capiteles narran laPasión de Cristo, por un lado, y la resurrec-ción, por otro. “El capitel dedicado a la resu-rrección comienza con el entierro, una escenaen la que llama la atención la sábana que cu-bre el cuerpo, que se puede comparar con la fa-mosa técnica de los paños mojados de la es-

cultura griega. El prendimiento debe estar ta-llado por el maestro, porque distribuye muy bienlas figuras en el espacio, pero en la crucifixión,siendo casi el mismo número de figuras, la Vir-gen se queda sin espacio y el autor tuvo que vol-carla a la otra cara y girar la cabeza artificial-mente. Con San Juan pasa lo mismo. En la úl-tima escena, la Magdalena –que se identifica porel frasco de perfume– comunica a los discípu-los que Cristo ha resucitado, y entre ellos se iden-tifica a Pedro por la gran llave que porta”. Li-bros tallados en piedra que nos hablan de lahistoria bíblica, pero que también nos per-miten conocer el modo de vida de las gen-tes que habitaron en la Edad Media.

3. COLECCIÓN DE COBRES DE LA ES-CUELA FLAMENCA SOBRE EL CICLODEL GÉNESIS. Emilio Quintanilla Martí-nez. Doctor en Historia del Arte, especia-lista en los orígenes del Museo de Navarray presidente de la Asociación de Amigos delMuseo de Navarra.

Emilio Quintanilla muestra un especial ca-riño por esta serie de doce cobres (s. XVII),procedentes del antiguo convento de la Mer-

ced de Pamplona, por su relación directa conel nacimiento de este centro. “El Museo de Na-varra tiene un origen similar al de la mayoríade los museos provinciales españoles, dentro delproceso de desamortización que se dio en Es-paña en el siglo XIX. El intento definitivo, el deMendizábal, se llevó a cabo entre 1835 y 1836y consistió en disolver las comunidades reli-giosas. Frailes y monjas tuvieron que irsecada uno a su casa, y los edificios vacíos y suspropiedades se nacionalizaron. Fue una au-téntica revolución, cambió la estructura de lapropiedad agraria, de la propiedad urbana, etc.Estas congregaciones tenían grandes coleccio-nes de arte que quedaron sin dueño. Y el Esta-do se preguntó: ¿Qué hacemos con todo eso? Es-taba claro que era un patrimonio que había queproteger y la Administración creó los meca-nismos para ello. Aunque el país, inmerso en unaguerra y con un grave problema de deuda pú-blica, también solucionó algunos problemas conestas colecciones artísticas. Por eso, los muse-os extranjeros están llenos de obras españolas”,explica este doctor en Historia del Arte. Perotambién fue en ese momento cuando se co-menzaron a construir los archivos provinciales,

EMILIO QUINTANILLA ofrecesu punto de vista sobre laserie de cobres del Génesis.

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CONOCERNAVARRA COLECCIÓN ESPACIOS NATURALESI I

En tulibreríahabitual

Emilio Quintanilla es el presidente de la Asociación de Amigos, que agrupa a aquellas personasinteresadas en el museo y que, principalmente, apoya las labores de esta institución. En sus estatutosse definen los fines de este colectivo: fomentar el conocimiento del museo, sus colecciones y lasdiversas actividades sociales y culturales que lleve a cabo, tanto entre los asociados como entre elpúblico en general; colaborar con las actividades y funciones de carácter social y cultural del museo;promover, en la medida de lo posible, el conocimiento, la defensa y el incremento de los fondos delMuseo de Navarra, así como las actividades científicas y culturales que son propias del museo; eimpulsar en Navarra el conocimiento del patrimonio en general de las artes plásticas y del artecontemporáneo en particular. “Somos cerca de doscientas personas y hacemos actividades culturales siempre relacionadas con elmuseo. Ahora, en estos tiempos complicados, también nos queremos implicar en la restauración depiezas. Con nuestros fondos, las cuotas de los asociados, queremos llegar donde la institución, que esuna estructura más rígida en cuestiones presupuestarias, no llega. En este momento, por ejemplo, seestá restaurando una virgen medieval “, puntualiza el presidente de este colectivo.

LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL MUSEOy el nacional, así como sus respectivas bi-bliotecas y, a un tiempo, los museos. “En cadaprovincia se creó una Comisión de Monumen-to, formada por los eruditos de la época, en nues-tro caso personalidades como Ansoleaga, Al-tadill, Campión, Iturralde y Suit… Al carecer deuna sede, este grupo se reunía en el despachodel gobernador, en el que estaban colgados es-tos cobres. Uno de ellos preguntó por el origende las obras, que no era otro que el convento dela Merced, con lo cual fueron inmediatamentedesamortizadas. Así, esta serie de doce cuadrosformaron ya parte del primer Museo de Nava-rra, que se ubicó en la Cámara de Comptos, don-de se mantuvo hasta la Guerra Civil”.

Centrándose ya en la obra concreta,Emilio Quintanilla explica la técnica em-pleada para realizar estas pinturas: “Se hacensobre cobre –con lo que son más fáciles de trans-portar y no tan frágiles como un lienzo– con unatécnica relativamente rápida. Estas obras eranpropias de Flandes, donde se hacían en formade series y se comerciaba con ellas, motivo porel que llegaron a España”. Están concebidas conun claro fin didáctico. “Se podría decir que esuna clase de doctrina cristiana. Es de suponerque, delante de cada cuadro, los monjes de laMerced irían narrando la historia del Génesis

a las gentes de la época”. Entre las caracterís-ticas estilísticas de la obra, este especialistaen Historia del Arte destaca la armonía de lastonalidades: “Tiene unos colores claros real-mente bonitos y también una serie de anima-les, que van apareciendo en los diferentes co-bres y que son muy originales. Los niños se ríenmucho con ellos: el pavo, los bichos, el puer-coespín, la ballena a la que le salen dos chorrosde agua, etc.”. Las diferentes escenas narranla separación de la luz y las tinieblas, de la tie-

rra y los mares; la creación de los peces, lasaves, los animales y Adán y Eva; la instalaciónen el Paraíso; el precepto divino; el pecado ori-ginal y la expulsión; el trabajo de la tierra, conCaín y Abel como protagonistas; las ofrendasde los hermanos a Dios, una escena espe-cialmente conseguida, y el enfrentamiento en-tre ambos; y, finalmente, la vida cotidiana delos descendientes de Adán, en la que resul-ta evidente su procedencia flamenca, sobretodo en la estructura de la vivienda.

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4. RETRATO DEL MARQUÉS DE SANADRIÁN, DE GOYA. Francisco Calvo Se-rraller, catedrático de Arte de la Univer-sidad Complutense de Madrid y directorde la Cátedra Oteiza (UPNA).

Recién aterrizado desde Madrid, y pocoantes de una conferencia, el que fuera en sudía director del Museo del Prado nos dedi-ca un momento para hablar de su obra pre-dilecta del centro navarro: el retrato del Mar-qués de San Adrián, no sin antes elogiar unmuseo al que le unen unos lazos especiales:“Siempre comento que el Museo de Navarra esexcepcional, porque ya quedan pocos como él.Es uno de los escasos museos españoles en elque se pueden recorrer todas las épocas. Measombró, la primera vez que lo conocí, por suriqueza arqueológica, por su maravilloso artemedieval y por cómo iba continuando hastahoy”. Al ser cuestionado por su obra prefe-rida, se decanta por este retrato, que ha cum-plido hace poco 200 años, y que Franciscode Goya pintó como parte de un doble re-trato para el matrimonio formado por el Mar-qués de San Adrián y su señora, conocidacomo la Marquesa de Santiago. Dos cuadrosahora separados por miles de kilómetros, ya

que el de ella se exhibe en un museo de Es-tados Unidos. Esta obra es, sin duda, una delas joyas del museo navarro.

“Quizá, al estar yo más escorado hacia elarte contemporáneo, me decanto por figurasde esa época y, claro, Goya deja a todo el mun-do ensombrecido. No hay ninguna duda de queeste es uno de los grandes retratos de este pin-tor. Es 1804, el artista está ya al borde de los60 años, en plena madurez, en pleno dominiode sus facultades. Ha superado los problemasde su enfermedad: la sordera, el aislamiento,etc. Ha conquistado todo y empieza a produ-cir de una manera muy libre, madura”, expresaeste catedrático de Arte. Para Francisco Cal-vo Serraller, resulta evidente que entre Goyay el retratado existían unos lazos muy es-peciales, que se reflejan en este extraordi-nario cuadro. “Goya demuestra en él su genio,porque sabe reflejar todo lo que hay alrededor.Se ve que conocía los retratos británicos, don-de los personajes estaban ubicados en la na-turaleza. Aquí, el personaje, de cuerpo entero,está en un paisaje. Además vemos dos atributosmuy típicamente británicos: sus botas decaña alta con espuelas y su fusta. Es decir, esun caballero. Pero, por otro lado, en la mano

izquierda tiene un libro abierto. Esto es, nosencontramos ante un caballero ilustrado. Lafigura está maravillosamente pintada, con unaire moderno de desenfado. Es un personajeelegante, un dandy, alguien seguro de sí mis-mo, al que no le intimida la sociedad. Hay quetener en cuenta que la época en la que vivió fueun momento de cambio, con la caída del An-tiguo Régimen, y se puede observar en él quees un hombre muy libre, no sujeto a las con-venciones sociales”, detalla Calvo Serraller.

Una de las características que con másfrecuencia se destaca de esta obra es la ves-timenta del retratado, conseguida a la per-fección por medio de pinceladas gruesas.“Está elegantemente vestido, a la moda, conesos increíbles pantalones de ante, de un ama-rillo brillante. También asombra la postura,como si fuera una Venus. Goya se esmeró mu-chísimo en hacer este retrato y esto se refle-ja en los cromatismos. El pantalón es un ad-mirable punto de luz, la casaca es elegante, lacorbata, la piel blanca... Un maravilloso jue-go de luces que resalta en el paisaje, que pa-rece crepuscular, con una degradación que con-sigue realzar la figura. Es, en definitiva, unaobra maestra”, concluye el catedrático.

FRANCISCO CALVO SERRALLER junto a su obra predilecta, el retrato del Marqués de San Adrián, realizado por Goya en 1804.

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DATOS DE CONTACTODirección: C/ Santo Domingo, 47

(Pamplona).Teléfono: 848 428 882e-mail: [email protected]

HORARIOSApertura al público: martes a sá-

bado de 9:30 a 14 y de 17 a 19 h. Do-mingos y festivos de 11 a 14 h. Lunes,cerrado.

Oficinas: lunes a viernes de 8 a 15 h.Biblioteca: lunes a viernes de 9 a 14 h.

TARIFASOrdinaria: 2 euros.Reducción del 50%: carnet joven;

carnet de estudiante; grupos vincula-dos a instituciones de carácter educa-tivo o cultural, previa solicitud de visita.

Gratuita: niños, mayores de 65 años,jubilados, miembros de ICOM, parados,peregrinos, profesorado con acredita-ción de la dirección del centro y Ami-gos del Museo de Navarra.

Días de entrada gratuita para todoel público: sábados por la tarde y do-mingos por la mañana. Día Internacio-nal de los Museos (18 de mayo), Día In-ternacional del Turismo (27 deseptiembre), Día Nacional de España(12 de octubre), Día de Navarra (3 dediciembre) y Día de la Constitución (6de diciembre).

VISITAS GUIADASLas visitas guiadas son gratuitas y seadaptan a la demanda e intereses es-pecíficos de cada grupo. Para concer-tar una visita guiada es necesario lla-mar, con una semana de antelacióncomo mínimo, al 848 426 493.

ACTIVIDADES TEMPORALESExposición temporal

Figuraciones. Arte contemporáneoen los fondos del Museo de NavarraEsta exposición reúne a 77 artistascon un total de 83 obras con distintosprocedimientos, soportes y puntos devista en el acercamiento a la natura-leza, a la que tratan de objetivar, de-formar, intensificar, contrastar, inte-rrogar, fantasear…, poniéndose de

PARA NO PERDERSE GUÍA PRÁCTICA

Acudir al Museo de Navarra de la mano de un niño puede ser una experiencia más que satisfactoria. El centrocuenta con materiales específicos dedicados a ellos, como la serie Veo-Veo, que se entrega de forma gratuita y enla que se propone a los niños que busquen en los cuadros caballos, toros o instrumentos musicales. Además, a lolargo del año, se organizan diferentes talleres infantiles y también es posible reservar una visita guiada para todala familia. Pero muy probablemente, el primer acercamiento de muchos niños al museo es a través de los centrosescolares. El Museo de Navarra cuenta con un amplísimo material que pone a disposición de los colegios y queconsigue atrapar a escolares de edades muy diferentes: visitas guiadas o teatralizadas, talleres, recorridos concuadernillos como “Soy detective en el museo” o “Aventura en el museo” u otros más académicos para losestudiantes de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Además, dispone de dos maletas, una dePrehistoria y otra de sellos medievales, que pueden ser solicitadas por los centros, y que se prestan por espacio dedos semanas. Por último, también los profesores pueden acceder a actividades de formación específicas para ellos.Estos recursos están disponibles en la página web, que ofrece prestaciones como archivos en formato PDF de losmateriales didácticos, folletos de mano, catálogos de exposiciones, etc.

EL MUSEO DE NAVARRA Y LOS NIÑOS

manifiesto que la figuración dista mu-cho de ser homogénea, puesto que ca-ben en ella grandes diferencias y dis-pares intenciones que cuestionan laidea generalizada de que “figuración”equivale a academicismo y “abstrac-ción” es sinónimo de modernidad. Hasta abril de 2012- Entrada libre

Ciclo de conciertos de la Coral deCámara de Pamplona en el Museo deNavarraSerie de actuaciones musicales en laSala de Arte Sacro del Museo de Nava-

rra que se realizarán, siempre en jue-ves, en las siguientes fechas de 2012:26 de enero, 23 de febrero, 26 de abrily 24 de mayo. Todos los eventos co-menzarán a las 19:30 h. La entrada esgratuita. Los conciertos serán ofreci-dos por dos grupos vocales: Coral deCámara de Pamplona y Nova Lux.

Talleres infantiles de Navidad "Fi-guraciones"Dirigido a: niños a partir de los 4 años.Días: 1ª tanda 27, 28, 29 y 30, diciembre2011. 2ª tanda 2, 3, 4 y 5, enero de 2012.

Horario: de 11:00 h a 12:30 h.Monitoras: Ana Redín - Nerea GonzálezContenido: los participantes en el ta-ller visitarán la exposición "Figuracio-nes", estudiarán algunas obras y pre-pararán una muestra con sus propioscuadros.Tasas: 10 euros por los cuatro días.Recomendaciones: conviene traer ropacómoda y lavable.Inscripción: Museo de Navarra, hastacompletar plazas. Cada adulto podráinscribir un máximo de tres niños.Información: 848 428 882

Page 14: GOYA. Retrato del Marqués de San Adrián, una de las obras

(1) VESTÍBULO. La hermosa escultura Post Nubila Phoebus, de Fructuoso Orduña,recibe a los visitantes del Museo de Navarra. (2) ROMA. Mosaicos extraídos de las

excavaciones realizadas en Liédena y aras votivas procedentes de diferenteslocalidades navarras. (3) SALA DE PINTURA MURAL GÓTICA en la que destaca laobra de Juan Oliver “Pasión de Cristo”, que procede del claustro de la catedral de

Pamplona. A su lado, el “Juicio Final”, pintura mural rescatada de la iglesia delCerco de Artajona. (4) RENACIMIENTO Y BARROCO. A lo largo de la 2ª y 3ª planta

se distribuyen las obras pertenecientes a este periodo, en el que predomina laimaginería de tradición cristiana. (5) TIEMPOS MODERNOS. En las salas de la 3ª y4ª planta se puede disfrutar de la pintura navarra de los siglos XIX y XX, así como

de otras cedidas en su momento por los fondos del Museo del Prado.(6) FIGURACIONES. Cartel de entrada a la exposición temporal que puede visitarse

en el Museo de Navarra durante este final de año y el primer trimestre de 2012.

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