godo y su gente- feudalismo

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Feudalismo para 1er año

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1) Lean el siguiente texto con mucha atencin.

.RESPONDER EN LA CARPETAa. En qu siglo vivi Bodo? En Que continente te parece que viva?b. Qu actividades realizaba Bodo? c. Cmo se compona su familia y a qu se dedicaba cada uno de sus miembros?d. Que religin tiene Bodo?

e. Como ocupan su tiempo libre??

EL CAMPESINO BODO Y SU GENTE

A fines del reinado de Carlomagno, una hermosa maana de primavera, Bodo se levanta muy temprano porque es el da que le corresponde trabajar en las tierras del seor y no se atreve a llegar tarde por temor al administrador.

Como es el da que tiene que arar, se pone en marcha con su gran buey y con su pequeo hijo Wido, y se rene con vecinos de algunas tierras cercanas que tambin van a trabajar a la casa grande. Todos llegan -algunos provistos de caballos y bueyes, otros de picos, palas, hachas y guadaas- y luego se alejan para trabajar en los sembrados, los montes y los prados del seor.

Ermentrude, la mujer de Bodo, tambin est atareada, pues es el da sealado para pagar el tributo en aves de corral, que consiste en una gallina gorda y cinco huevos. Deja a su hijita al cuidado de su segundo hijo, de nueve aos de edad, y se encamina hacia la casa seorial junto a una vecina que tambin debe pagar el tributo, La vecina es una sierva y debe llevarle al administrador una pieza de lana, que ser enviada para confeccionar un hbito de un monje. Su marido estar trabajando todo el da en los viedos del seor, pues en esta finca los siervos generalmente cuidan las vides mientras que los hombres libres son los principales encargados de arar, Ermentrude y la esposa del siervo suben juntas a la casa grande. All todo es actividad.

En el taller de los hombres hay varios trabajadores diestros: un zapatero, un carpintero, un herrero y dos plateros () Pero Ermentrude no se detiene en el taller de los hombres. Ermentrude ubica al administrador, lo saluda con respeto, le entrega el ave y los huevos y luego se dirige al taller donde una docena de siervas se encuentran hilando o tiendo telas o cosiendo prendas de vestir. Luego de conversar con ellas, regresa apresuradamente a su tierra y comienza a trabajar en sus viedos. Tras una hora o dos se dirige a su casa para preparar la comida de sus hijos y luego pasa el resto del da tejindoles abrigadas prendas de lana a su familia. Todas sus amigas trabajan tambin. Algunas se ocupan del gallinero, otras cultivan legumbres, otras cosen.

Por fin, Bodo regresa, cenan y tan pronto como se pone el sol se acuestan pues sus velas, fabricadas a mano, apenas dan una luz vacilante y adems, ambos deben levantarse temprano por la maana.

Los sentimientos de Bodo son muchos y muy intensos. Cuando en las fras maanas se levanta para trabajar piensa, mientras sacude la escarcha de su barba, que desea que la casa del seor y todas sus tierras se vayan a pique el fondo del ocano (al que en realidad nunca ha visto y no puede imaginar). Desea tambin ser un monje y estar cantando melodiosamente en la iglesia, o un mercader y transportar telas a lo largo de los caminos que llegan a Pars. En una palabra, desea ser cualquier cosa excepto un pobre campesino que ara la tierra ajena mientras sus propias tierras reclaman trabajo.

Bodo era un campesino muy supersticioso. Ya haca mucho tiempo que los Francos son cristianos, pero los campesinos siguenn aferrados a sus viejas creencias. Es frecuente que clamen contra sus calamidades o elevaran plegarias a sus dioses: Oh, tierra, tierra, madre nuestra, quiera el seor del cielo otorgarte felicidad y que crezcan llenas de vigor legiones de espigas!

Bodo acostumbra, a veces, a visitar a un hombre del que se dice, que tiene poderes mgicos o reverencia algn rbol retorcido del que se cuentan viejas historias. La iglesia trata, a veces con prudencia y otras con severidad, que Bodo dejara de rezar al padre cielo y la madre tierra y que en su lugar lo hiciera por el Padre eterno y la Virgen Mara; y por ello, cuando el campesino acude a confesarse el sacerdote suele preguntarle: has consultado magos y hechiceros? Has hecho promesas solemnes a rboles y fuentes? Has bebido algn lquido mgico?

Es esta severa iglesia y al mismo tiempo bondadosa, la que concedi a Bodo su nico tiempo de descanso: Los domingos y las fiestas de guardar. Estos son los das en los que los campesinos deben quedar libres para asistir a la misa y dar gracias a Dios por todo lo bueno que ha hecho. Pero Bodo y su gente no se contentan con asistir a la iglesia, ms bien acostumbran a pasar los feriados bailando, cantando o visitando la feria de la ciudad.

Por ello Bodo y Ermentrude y sus tres hijos, algunos das al ao, engalanados con sus mejores ropas, prefieren acudir a la feria a comprar sal y otras especias y por sobre todo, desean deambular entre los puestos y deleitarse al contemplar los inslitos objetos que los comerciantes venecianos o sirios traen del Lejano Oriente. Adems, siempre hay otras diversiones, malabaristas, titiriteros, juglares y hombres con osos acrbatas, que arrancaban a los visitantes unas cuantas risotadas. Ms tarde, la familia, cansada y feliz, dando tumbos con el carro, regresa al hogar y se aprestaba a dormir para enfrentar una nueva jornada...

Relato adaptado de: El campesino Bodo y su gente, de Eillen Power: Gente de la Edad Media. Buenos Aires, EUDEBA, 1983