giorgio agamben_ _en europa asistimos a un vaciamiento de la democracia_ - 22.03.2013 - lanacion -...

5
30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 1/5 E l encuentro tuvo lugar una tarde de invierno soleado, en Roma. Dos días antes, Giorgio Agamben había dejado Venecia, donde vive habitualmente, para ir a Nápoles, donde sería homenajeado con un prestigioso premio a su carrera. Al regresar del sur, recibió a adncultura en su casa romana, situada en el antiguo Trastévere, frente al Jardín Botánico, uno de los lugares más sugestivos y exclusivos de la ciudad. Sorprende, al entrar, el contraste entre la magnificencia aristocrática del barrio, lejos del tumulto turístico, y la sobriedad de la decoración. Unos austeros sillones cubiertos por telas coloreadas y una mesa de madera, signada por el tiempo y por el uso cotidiano, se rinden frente al indiscutible triunfo de las bibliotecas que cubren todas las paredes. Apoyadas sobre los volúmenes, se alternan fotografías de filósofos y poetas. Mientras conversábamos, penetraban por las ventanas los últimos rayos del sol de Roma. En ningún momento Agamben encendió las luces, concentrado como estaba en sus palabras. Hacia el final, el ocaso ocre de la ciudad invadía la casa. En esa íntima penumbra, en que los lomos de los libros iban perdiendo toda reverberación, destellaban la inteligencia penetrante de su mirada y la armoniosa melodía de su voz. El coloquio se desarrolló en un clima de cortesía precisa, una suerte de gentileza antigua realmente inolvidable. En los últimos años, Agamben ha elaborado una vasta obra, Homo sacer, que comprende cuatro partes, divididas a su vez en diversos volúmenes, en los que el filósofo italiano analiza la relación entre el hombre y el derecho en la modernidad (ver recuadro). En la Argentina, Adriana Hidalgo publicó recientemente un nuevo volumen de esa obra (Opus Dei) y durante este año saldrán Altísima pobreza (en julio) y Categorías italianas (en diciembre). -En las primeras páginas de Altísima pobreza, usted anuncia la próxima conclusión de esa gran estructura que es Homo sacer. -En realidad, me gustaría anunciar a los lectores argentinos algo que saben muy pocos: en estos días estoy terminando la última parte de Homo sacer. Es una cuestión de semanas. El volumen se llamará El uso de los cuerpos. Acabo de decir que estoy "terminando". Naturalmente es impreciso decir que uno pueda "terminar" un libro o una obra de estas proporciones. Ninguna obra poética o de pensamiento se termina. En un cierto sentido se diría que uno la abandona. Alberto Giacometti afirmaba: "Yo nunca termino mis obras, las abandono". También Cézanne lo decía. Encuentro que esta afirmación es muy justa, porque no sabría muy bien qué significa sostener que un libro de esta entidad está terminado. -¿Y en qué sentido Homo sacer llega a su fin? -En general muchos esperan una parte construens, porque afirman que todo lo que he escrito hasta ahora sería una parte destruens, es decir, una arqueología crítica del pasado. Yo, por mi parte, creo que no es posible distinguir una parte destructiva de una parte constructiva, porque ambas coinciden perfectamente. Por otro lado, la parte construens consiste en el hecho de que aparecen cada vez menos las cosas criticadas, que se transforman en cosas naturalizadas, absorbidas por el conjunto. En estos días pensaba acerca de qué significa el fin de una obra. Tengo la impresión de que incluso en la literatura existe una escasa reflexión sobre el final. Habría que preguntarse por qué, en cierto momento, un autor decide poner fin a una obra. Muchas veces intervienen factores puramente contingentes. De cualquier manera, es un momento curioso de la creación. En el derecho romano, el auctor -de donde proviene la palabra actual autor- era el tutor que convalidaba un acto de una persona inválida o menor de edad. Como si el autor fuera quien convalida una obra inacabada y que, en el momento en que ese autor le pone fin, se vuelve autónoma. Es decir, mientras no está terminada una obra, es menor de edad. Terminada, ya es mayor y es abandonada. -¿La última parte, entonces, ya no se apoya en la investigación arqueológica? -Exactamente. Es una reflexión final acerca de una serie de conceptos con los que se cierra Homo Viernes 22 de marzo de 2013 | Publicado en edición impresa Entrevista en su casa de Roma Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" El filósofo italiano reflexiona sobre la crisis actual, habla del fin de Homo sacer, su proyecto filosófico más ambicioso, y de los dos libros que este año publicará en la Argentina, uno de ellos dedicado a la originalidad de la orden franciscana Por Alejandro Patat | LA NACION La basílica San Francesco, en Asís. El pensador italiano sostiene que la orden franciscana propone un modelo de pobreza que implica un regreso a la naturaleza previa a la caída. Foto: Jean Daniel Hemis / Corbis

Upload: helder-felix

Post on 08-Nov-2015

214 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

europa

TRANSCRIPT

  • 30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com

    www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 1/5

    El encuentro tuvo lugar una tarde de invierno soleado, en Roma. Dos das antes, Giorgio

    Agamben haba dejado Venecia, donde vive habitualmente, para ir a Npoles, donde sera

    homenajeado con un prestigioso premio a su carrera. Al regresar del sur, recibi a

    adncultura en su casa romana, situada en el antiguo Trastvere, frente al Jardn Botnico,

    uno de los lugares ms sugestivos y exclusivos de la ciudad. Sorprende, al entrar, el contraste entre

    la magnificencia aristocrtica del barrio, lejos del tumulto turstico, y la sobriedad de la decoracin.

    Unos austeros sillones cubiertos por telas coloreadas y una mesa de madera, signada por el tiempo y

    por el uso cotidiano, se rinden frente al indiscutible triunfo de las bibliotecas que cubren todas las

    paredes. Apoyadas sobre los volmenes, se alternan fotografas de filsofos y poetas. Mientras

    conversbamos, penetraban por las ventanas los ltimos rayos del sol de Roma. En ningn momento

    Agamben encendi las luces, concentrado como estaba en sus palabras. Hacia el final, el ocaso ocre

    de la ciudad invada la casa. En esa ntima penumbra, en que los lomos de los libros iban perdiendo

    toda reverberacin, destellaban la inteligencia penetrante de su mirada y la armoniosa meloda de su

    voz. El coloquio se desarroll en un clima de cortesa precisa, una suerte de gentileza antigua

    realmente inolvidable.

    En los ltimos aos, Agamben ha elaborado una vasta obra, Homo sacer, que comprende cuatro

    partes, divididas a su vez en diversos volmenes, en los que el filsofo italiano analiza la relacin

    entre el hombre y el derecho en la modernidad (ver recuadro). En la Argentina, Adriana Hidalgo

    public recientemente un nuevo volumen de esa obra (Opus Dei) y durante este ao saldrn Altsima

    pobreza (en julio) y Categoras italianas (en diciembre).

    -En las primeras pginas de Altsima pobreza, usted anuncia la prxima conclusin de esa

    gran estructura que es Homo sacer.

    -En realidad, me gustara anunciar a los lectores

    argentinos algo que saben muy pocos: en estos das

    estoy terminando la ltima parte de Homo sacer. Es

    una cuestin de semanas. El volumen se llamar El

    uso de los cuerpos. Acabo de decir que estoy

    "terminando". Naturalmente es impreciso decir que

    uno pueda "terminar" un libro o una obra de estas

    proporciones. Ninguna obra potica o de pensamiento

    se termina. En un cierto sentido se dira que uno la

    abandona. Alberto Giacometti afirmaba: "Yo nunca

    termino mis obras, las abandono". Tambin Czanne

    lo deca. Encuentro que esta afirmacin es muy justa,

    porque no sabra muy bien qu significa sostener que

    un libro de esta entidad est terminado.

    -Y en qu sentido Homo sacer llega a su fin?

    -En general muchos esperan una parte construens,

    porque afirman que todo lo que he escrito hasta

    ahora sera una parte destruens, es decir, una

    arqueologa crtica del pasado. Yo, por mi parte, creo

    que no es posible distinguir una parte destructiva de

    una parte constructiva, porque ambas coinciden

    perfectamente. Por otro lado, la parte construens

    consiste en el hecho de que aparecen cada vez

    menos las cosas criticadas, que se transforman en

    cosas naturalizadas, absorbidas por el conjunto. En

    estos das pensaba acerca de qu significa el fin de

    una obra. Tengo la impresin de que incluso en la

    literatura existe una escasa reflexin sobre el final.

    Habra que preguntarse por qu, en cierto momento,

    un autor decide poner fin a una obra. Muchas veces intervienen factores puramente contingentes. De

    cualquier manera, es un momento curioso de la creacin. En el derecho romano, el auctor -de donde

    proviene la palabra actual autor- era el tutor que convalidaba un acto de una persona invlida o

    menor de edad. Como si el autor fuera quien convalida una obra inacabada y que, en el momento en

    que ese autor le pone fin, se vuelve autnoma. Es decir, mientras no est terminada una obra, es

    menor de edad. Terminada, ya es mayor y es abandonada.

    -La ltima parte, entonces, ya no se apoya en la investigacin arqueolgica?

    -Exactamente. Es una reflexin final acerca de una serie de conceptos con los que se cierra Homo

    Viernes 22 de marzo de 2013 | Publicado en edicin impresa

    Entrevista en su casa de Roma

    Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la

    democracia"

    El filsofo italiano reflexiona sobre la crisis actual, habla del fin de Homo sacer, su proyecto filosfico

    ms ambicioso, y de los dos libros que este ao publicar en la Argentina, uno de ellos dedicado a la

    originalidad de la orden franciscana

    Por Alejandro Patat | LA NACION

    La baslica San Francesco, en Ass. El

    pensador italiano sostiene que la orden

    franciscana propone un modelo de

    pobreza que implica un regreso a la

    naturaleza previa a la cada. Foto: Jean

    Daniel Hemis / Corbis

  • 30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com

    www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 2/5

    sacer: uso, forma de vida, "inoperosidad", exigencia, moda, conceptos que ya estaban presentes en el

    conjunto, pero que aparecen analizados en este volumen final.

    -Justamente "uso" es uno de los conceptos en los que ms se detiene Altsima pobreza,

    libro en el que usted analiza la curiosa relacin entre derecho y creatura que se crea en el

    mbito de los monasterios franciscanos [ver recuadro]. Es ms, hacia el final del volumen

    hay una frase contundente: "La altsima pobreza, con su uso de las cosas, es la forma de

    vida que comienza cuando todas las formas de Occidente llegan a su consumacin

    histrica". Puede explicar esta conclusin?

    -Por empezar, la ltima frase del libro se centra en el concepto de uso. Como se sabe, los

    franciscanos emprendieron su lucha contra el derecho de propiedad, haciendo uso de las cosas, no

    slo sin ser propietarios, sino incluso sin ningn derecho de uso. Se trataba de reivindicar la

    posibilidad de una vida fuera del derecho. La modernidad ya no tiene siquiera una huella de este tipo

    de experiencias histricas. Estamos a tal punto condicionados por el derecho que nos hemos

    acostumbrado a formular nuestras reivindicaciones como reivindicaciones de derecho. Para entender

    esa frase, hay que tener en cuenta otra de Olivi, uno de los ms grandes lderes del movimiento

    franciscano, que dijo que la ltima edad del mundo es aqulla en que la vida de Cristo cumple y

    resume en s misma todas las formas de vida posibles. Se trata de una frase enigmtica. Lo que a m

    me fascina es que nosotros deberamos pensar un concepto de forma de vida distinto de todos los

    conceptos de forma de vida que hemos pensado hasta ahora.

    -se es casi el principio que da lugar a toda su obra, no es cierto?

    -S, desde ya, ah est el sentido de toda mi obra: no se olvide de que Homo sacer parte de la idea de

    poner en discusin el concepto de vida y su relacin con el derecho.

    -De alguna manera, el "edificio" Homo sacer es deudor de la fuerza propulsora de las ideas

    de Foucault, que usted mismo complementa, contina o modifica, creando un sistema

    conceptual propio. Dado que Homo sacer es ampliamente discutido en todo debate actual

    acerca de la biopoltica o de la filosofa poltica, cmo imagina el futuro de su obra, su

    integracin o continuacin? Qu conceptos necesitan de un debate ulterior?

    -Como principio metodolgico que ha signado mi modo de trabajar, siempre he pensado en una cosa

    que dice Feuerbach. Para l, el elemento genuinamente filosfico de cualquier obra -ya sea literaria,

    econmica o religiosa- es su capacidad de ser continuada, su capacidad de desarrollo ulterior.

    Siempre trabaj as, buscando en los autores amados el punto que me pareca no dicho, no

    desarrollado y que, por lo tanto, contena el germen de una continuacin. A m me gustara que

    alguien continuara mi obra siguiendo mi mismo criterio, pero no soy yo el que puede sealar dnde.

    -En su libro acerca de las violencias del siglo XX,

    Enzo Traverso dedica un captulo entero a la

    biopoltica, analiza los conceptos que van de los

    libros fundacionales de Foucault a Homo sacer.

    Traverso reconoce la originalidad de sus

    reflexiones en Lo que queda de Auschwitz, pero

    se lamenta de que la interpretacin

    historiogrfica no dialoga con la interpretacin

    filosfica, a tal punto que la filosofa corre el

    riesgo de utilizar los conceptos de la biopoltica

    sin un verdadero anclaje histrico. Qu piensa

    de esta objecin?

    -Desde un punto de vista general, es justa la objecin

    de Traverso, pero en realidad, ms que una escisin

    entre filosofa e historia, yo pensara en cmo Foucault concibi sus investigaciones. Si bien se

    presentan como histricas, no son propiamente tales. Las concibi como arqueolgicas. Lo mismo

    sucede con mi libro sobre Auschwitz. En la introduccin he aclarado este punto y muchas veces no he

    sido comprendido. No tengo la intencin de continuar o completar las investigaciones histricas, yo

    hago otra cosa. En Lo que queda de Auschwitz emprend una investigacin arqueolgica, por la cual

    Auschwitz se transforma en un paradigma para comprender la modernidad. No pretendo haber

    enunciado verdades histricas sobre Auschwitz, sino haber analizado el campo de concentracin

    como paradigma de la modernidad.

    -A estas alturas, pensando en lo que usted escribi en Signatura rerum, se trata de

    comprender la relacin entre la arqueologa del saber, como la concibi Foucault, y la

    historia...

    -S, creo que esta relacin necesita de un debate, en el que participen los historiadores. Pero tengo la

    impresin de que son los historiadores quienes se sustraen al debate. Lo que distingue a ambas

    disciplinas es el mtodo. La arqueologa del saber consiste en la bsqueda de un arj (un origen, un

    principio) y es una investigacin histrica, porque la arqueologa del saber, si es seria, se debe valer

    de los criterios de la filologa histrica, del anlisis de los documentos. Ahora bien, la diferencia estriba

    en que la arj que se busca no es un origen metahistrico, es un hecho histrico. Pero no un evento

    histrico, sino lo que Foucault llama un "a priori histrico", es decir, aquel hecho histrico que posee

    la capacidad de condicionar y determinar el desarrollo y la inteligibilidad de una serie ms vasta de

    fenmenos. Ah est la diferencia. En el fondo, pienso que tambin los historiadores trabajan sobre

    Pier Paolo Pasolini, director de El

    evangelio segn San Mateo (1964).

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

    HELDERSticky NoteArqueologia como mtodo 'histrico'

  • 30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com

    www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 3/5

    esta idea, slo que en la arqueologa aparece explicitada. Un determinado hecho permite la

    inteligibilidad de una amplia red de hechos histricos. Los historiadores tambin lo hacen, slo que

    ellos temen que ese elemento arqueolgico sea un elemento extrahistrico. Para Foucault, en cambio,

    ese elemento es estrictamente histrico. Por ejemplo, el panptico de Foucault es un hecho histrico

    que sirve para comprender una larga serie de hechos derivados o conexos.

    -En todos sus trabajos es llamativo el hecho de que su propia investigacin arqueolgica

    sobre la contemporaneidad busque las races no tanto en el mundo antiguo, como hizo

    Foucault con la historia de la locura, o en los albores del pensamiento moderno, como en el

    pensamiento de la Antigedad tarda o, a lo sumo, altomedieval, como en el caso de Opus

    Dei y Altsima pobreza. No es ste un elemento original de su modo de proceder?

    -Yo siempre cito una imagen de Foucault: "Mis

    investigaciones del pasado son la sombra de mis

    interrogaciones sobre el presente". En mi caso, la

    sombra retrocede. Por ejemplo, en los ltimos aos

    trabaj mucho sobre la teologa, acerca de la cual

    Foucault trabaj menos. Estoy convencido de que la

    modernidad no se puede comprender sin los

    conceptos teolgicos. La secularizacin moderna del

    pensamiento ha removido la teologa. Pero para m la

    modernidad se inicia con el pensamiento de la

    Antigedad tarda. Lo mismo vale para el

    Renacimiento: la cuna no est en la Antigedad

    clsica sino en la Antigedad tarda. Basta pensar en

    el neoplatonismo. No podemos entender nada acerca

    de la modernidad si no indagamos en los

    presupuestos teolgicos que se hallan escondidos en

    ella. En El reino y la Gloria, la parte de Homo sacer

    que yo dediqu al estudio de la economa, este

    principio es clarsimo.

    -En el prlogo a la primera edicin de Categoras

    italianas, usted recuerda cmo de algunas

    conversaciones con Claudio Rugafiori e Italo

    Calvino naci la idea de crear una nueva revista,

    que en cada nmero analizase, entre otras

    cosas, una categora fundacional de la cultura

    italiana. Estas categoras deban enunciarse a

    travs de binomios: comedia/tragedia,

    derecho/creatura, biografa/fbula, a las que usted agrega, en ltima instancia, lengua

    viva/lengua muerta. Puede decirnos algo ms de cmo naci ese proyecto?

    -Si no recuerdo mal, fue Italo el que por primera vez habl de "categoras". Las llamamos "italianas"

    porque nos proponamos hacer una nueva lectura, anlisis e interpretacin de la cultura italiana. Hoy

    no usara ms la idea de "categora", sino que, como le deca antes, usara el trmino foucaultiano de

    a priori histrico. No lo quise corregir en las nuevas ediciones porque el trmino original refleja

    claramente la discusin con Italo y Claudio. Estas categoras seran los conceptos que estn

    presentes en la historia de la cultura italiana, condicionndola y determinndola, y hacindola a la vez

    inteligible. El primero que pens en ejes binmicos fue Italo. Rugafiori, en cambio, propuso el binomio

    arquitectura/vaguedad. La cultura italiana ha tenido, efectivamente, una fuerte vocacin por los

    elementos arquitectnicos, matemticos, prospectivos, y a la vez, como usted sabe, en italiano clsico

    para decir bello se deca vago, que conserva la acepcin de indeterminado, incierto, informe.

    Lamentablemente esta categora no la desarroll, porque deba ser la contribucin de Claudio. El

    proyecto, de alguna manera, qued incompleto. Por lo tanto, mi libro no es ms que un itinerario por

    aquellos conceptos, que revelan una visin absolutamente personal de la cultura italiana.

    -Categoras italianas se ocupa, en primer lugar, del sentido que a partir de Dante adquiere

    en Italia la palabra "comedia". Ahora bien, mientras la mayor parte de la crtica entendi la

    palabra "comedia" como una eleccin de gnero (en palabras pobres, una historia que

    empieza mal y termina bien) o como una marca estilstica (la mezcla de lo alto, lo medio y lo

    bajo), usted propone una tercera interpretacin y sostiene que la comedia es un recorrido

    que va de la culpa a la inocencia. En su libro, inocencia, sera la "justificacin del culpable",

    como si en Dante existiera la voluntad de imponer hacia el final "la inocencia natural de la

    criatura". Eso, nada menos, sera lo primero que los italianos han dejado a la cultura

    occidental...

    -Mire, tragedia y comedia no se refieren a los gneros literarios. Dante lee estas categoras, no slo

    en sentido estilstico, sino tambin en sentido teolgico. En la epstola a Cangrande della Scala, Dante

    dice "inicio triste, final feliz", pero sus palabras tienen un claro sentido teolgico, porque se refieren a

    la cada y a la redencin. Este hecho condiciona toda la cultura italiana, que tiene una inmensa

    vocacin antitrgica. Toda la cultura italiana es antitrgica si se la compara con la cultura alemana o

    francesa. No slo desde el punto de vista literario, sino incluso como modo de ver la historia. Los

    alemanes siempre miraron trgicamente su propia historia. Los italianos no.

    -Pero no le parece que el famoso prlogo de Guicciardini a su Historia de Italia, escrita en

    pleno Renacimiento, contiene fuertes elementos trgicos?

    El escritor argentino Juan RodolfoWilcock, al que Agamben frecuent.

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

  • 30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com

    www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 4/5

    -S, claro, existen excepciones. No es una vocacin

    monoltica. Pero mire que yo he analizado sobre todo

    la literatura, que permanece fiel a Dante. Hay que

    pensar en esa imagen bellsima de Dante en el

    Convivio, donde escribe "es mejor volar bajo como la

    golondrina, que como el azor dar altsimas vueltas

    sobre las cosas vilsimas". Esta vocacin "cmica" de

    los italianos ha determinado, entre otras cosas,

    nuestra poesa del siglo XX. Para m, sta es una

    clave de lectura tambin en sentido negativo. Cul

    ha sido la mayor contribucin de los italianos al

    teatro? La comedia del arte. Pero tampoco pierdo de

    vista el aspecto positivo. Yo pienso que lo cmico es

    ms profundo que lo trgico. Cuando al final de El

    banquete, Platn hace salir a Scrates rodeado por

    Agatn, poeta trgico, y por Aristfanes, poeta

    cmico, nos quiere decir que la filosofa est entre lo trgico y lo cmico. Sabemos, igualmente, que

    Platn nutra una cierta preferencia por lo cmico y tena bajo la almohada una copia de los Mimos de

    Sofn. Nada menos que una pantomima.

    -En su libro sorprende que la mayor parte de los autores analizados son poetas. A

    excepcin de Elsa Morante, Carlo Emilio Gadda y Giorgio Manganelli, no hay menciones de

    otros narradores. No le parece una operacin selectiva excluyente?

    -Aqu el canon y la visin personal convergen. Yo tengo una visin de la literatura italiana en la que

    prevalece el polo dantesco y, por lo tanto, profundamente antipetraquista. Y en lo moderno, a favor de

    la prosa de Leopardi y categricamente antimanzoniana. Manganelli es para m el mayor narrador

    italiano de la segunda mitad del siglo XX. Elsa Morante est presente tambin por razones ntimas.

    Ella, ms que una amiga (yo tena veintids aos cuando Juan Rodolfo Wilcock me la present), me

    inici no slo en la literatura sino tambin en la vida.

    -Y qu recuerda de Wilcock?

    -Conoc a Wilcock en Roma en 1962 o 1963. Yo tena veinte aos y l era el primer escritor que

    conoca de cerca. El encuentro no fue fcil, porque Johnny -como lo llamaban los amigos- era el

    individuo ms extravagante que conoc en mi vida. Te paralizaba tanto por su esnobismo como por

    sus silencios. Cuando lo conoc, estudiaba Wittgenstein (me cont que le haba dado unas clases a

    Moravia) y se senta a gusto con la literatura y con la filosofa. Su anticonformismo es significativo ya

    en el ttulo de la revista que escriba casi solo: L'Intelligenza. Era un cuerpo ajeno al ambiente romano,

    pero conoca y frecuentaba a los escritores ms importantes.

    -Los dos participaron como actores en el El evangelio segn San Mateo de Pasolini...

    -Fue Elsa Morante quien me present a Pasolini. Cuando empez la filmacin del Evangelio, me pidi

    hacer el rol del apstol Felipe. Wilcock hizo el rol de Caifs. Ninguno de los actores era profesional: la

    mitad eran intelectuales; la otra mitad, gente del pueblo romano o campesinos. Fue una experiencia

    curiosa, pero tambin irritante. Yo no toleraba las esperas y los tiempos muertos durante las tomas.

    -Italia vive uno de sus perodos polticos y

    culturales ms oscuros. Qu anlisis hace del

    presente italiano?

    -El perodo oscuro no es exclusivo de Italia, es un

    problema europeo en general. Hay un texto de Walter

    Benjamin que se llama "El capitalismo como religin".

    Se trata de una definicin extraordinaria. Porque no

    es religin tal como la concibi Max Weber, sino en

    sentido tcnico. No es una religin basada en la culpa

    y la redencin, los dos pilares del cristianismo, sino

    slo sobre la culpa. No existe una racionalidad

    capitalista, que puede ser contrastada con los

    instrumentos del pensamiento. Cuando uno abra los

    diarios en Italia hasta poco tiempo atrs, lea que el

    entonces primer ministro Monti deca que hay que

    salvar el euro "a cualquier costo". Ms all de que

    "salvar" es un concepto religioso, qu significa esa

    afirmacin? Que debemos morir por el euro? El

    capitalismo es una religin, y los bancos son sus

    templos, pero no metafricamente, porque el dinero

    no es ms un instrumento destinado a ciertos fines,

    sino un dios. La secularizacin de Occidente dio lugar

    paradjicamente a una religiosidad parasitaria. Yo he

    estudiado por aos la cuestin de la secularizacin, que dio lugar a una nueva religin monstruosa,

    totalmente irracional. La nica solucin europea es salir de este templo bancario.

    -Y su visin de Amrica Latina? Y de la Argentina en particular?

    Comedia y tragedia, extremos opuestos

    de la identidad italiana.

    HELDERHighlight

    HELDERSticky NotePlato preferia a comdia...a filosofia se d entre o trgico e o cmico.

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

    HELDERSticky Notedinheiro um Deus.

    HELDERHighlight

    HELDERHighlight

  • 30/03/13 Giorgio Agamben: "En Europa asistimos a un vaciamiento de la democracia" - 22.03.2013 - lanacion.com

    www.lanacion.com.ar/1565417-giorgio-agamben-en-europa-asistimos-a-un-vaciamiento-de-la-democracia 5/5

    -Del todo positiva. Se respira un aire distinto. Cuando fui a Buenos Aires, me sorprendi que, a pesar

    de la catastrfica crisis econmica de 2001, exista una sociedad en movimiento. En Europa, asistimos

    a un vaciamiento de la democracia que es slo estadstica y clculo. En Amrica Latina se vislumbra

    una alternativa a esta visin cansada del mundo.

    ESTADO DE EXCEPCIN

    Giorgio Agamben

    Adriana Hidalgo

    Las relaciones entre hombre y derecho que desmenuza la serie Homo sacer adquieren mxima

    actualidad en este breve estudio. La hiptesis del pensador es que el "estado de excepcin" se est

    convirtiendo en regla -y no en un hecho singular- para la mayora de los gobiernos, lo cual tiende a

    borrar la frontera entre democracia y absolutismo.

    LO QUE QUEDA DE AUSCHWITZ

    Giorgio Agamben

    Pre-Textos

    En Lo que queda de Auschwitz, uno de sus libros

    capitales y tal vez el ms controvertido, el filsofo

    analiza lo que considera el modelo ltimo de la lgica

    biopoltica moderna: el campo de concentracin. Lo

    hace por medio de testimonios de personas que

    sobrevivieron al holocausto. .