gesto diocesano 2010

15

Upload: caritas-diocesana-zgz

Post on 26-Jan-2015

117 views

Category:

News & Politics


4 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: Gesto diocesano 2010
Page 2: Gesto diocesano 2010

PROGRAMA PARA EL GESTO

SOLIDARIO CONTRA LA CRISIS

SALÓN DE ACTOS DE LA CASA DE LA IGLESIA

19.00.- Presentación del acto

19.15.- Testimonios de experiencias positivas en medio de la crisis

20.00.- Lectura del Manifiesto y del Decálogo ante la crisis.

20.15.- Palabras del Señor Arzobispo de la Diócesis.

PLAZA DE LA SEO:

21.00 a 23.00.- Fiesta en la calle con actuaciones musicales y lectura del Manifiesto y el decálogo ante la crisis.

ENTIDADES CONVOCANTES DEL GESTO:

Delegación Diocesana de Pastoral Juvenil

Delegación Diocesana de Pastoral Obrera

Delegación Diocesana de Pastoral Penitencia-ria

Delegación Diocesana de Apostolado Seglar

Delegación Diocesana de Migraciones

Cáritas Diocesana

Manos Unidas

Consejo Diocesano de Acción Católica

Colabora:

Page 3: Gesto diocesano 2010

INVITAMOS A TODA LA COMUNIDAD CRISTIANA A

UN ACTO EN EL QUE NOS PROPONEMOS COMPAR-

TIR NUESTRAS EXPERIENCIAS EN TORNO A UNA

CRISIS QUE:

ESTÁ GOLPEANDO CON DUREZA A SECTORES IM‐PORTANTES DE LA POBLACIÓN 

 ES CONSECUENCIA DE LA EXISTENCIA DE UN PE‐

CADO ESTRCUTURAL, DE UN SISTEMA  INCA‐PAZ  DE  GARANTIZAR  LA  DIGNIDAD  DE  TO‐DAS Y CADA UNA DE  LAS PERSONAS, DE  LA NATURALEZA, … 

 NOS  ESTÁ  DESCUBRIENDO  TESTIMONIOS  Y  PE‐

QUEÑOS SIGNOS DE ESPERANZA, DE QUE ES POSIBLE  OTRO  MUNDO  BASADO  EN  EL AMOR Y NO EN EL EGOISMO. 

 QUE COMO CRISTIANOS LA VIVIMOS COMO UNA 

LLAMADA A  LA CONVERSIÓN, QUE  IMPLICA PLANTEARNOS QUÉ SIGNIFICA SER PERSONA Y SER CRISTIANOS EN ESTE MUNDO GLOBA‐LIZADO  Y  COMPLEJO,  Y  CÓMO  PODEMOS VIVIRLO. 

  Y HACERLO SIN RENUNCIAR A  LA DENUNCIA DE 

LAS INJUSTICIAS Y AL COMPROMISO POR UN MUNDO MEJOR. 

ESTAMOS APRENDIENDO A:

VER LA CRISIS DE UNA MANERA NUEVA: Desde  el Encuentro  del  Evangelio  con  la  vida  de  los  pobres, que nos muestras que tras de los mecanismos finan‐cieros, económicos, comerciales, … hay una crisis de sufrimiento  humano,  cuya  raíz más  profunda  es  la idolatría, especialmente del dinero. 

 VALORAR LAS MEDIDAS ADOPTADAS: destinadas a mantener el orden injusto que ha provocado la cri‐sis;  hacen  recaer  su  peso  sobre  los  trabajadores  y sectores  más  desfavorecidos.  Se  trata  de  medidas paliativas, que no abordan las causas profundas de la enfermedad social. 

RECONOCER  Y ACOGER A  LAS VÍCTIMAS DE  LA CRISIS: Más allá de la frialdad de las cifras encontra‐

mos personas concretas, con necesidades concretas, (Señor cuando te vimos hambriento, desnudo, preso, …);  también  descubrimos  que  estas  personas  nos aportan  su  riqueza  en  orden  a  construir  un mundo mejor (“Los pobres nos evangelizan”, “Gracias Padre porque has revelado estas cosas a los pobres, …”) 

NOSOTROS Y NUESTRA COMUNIDAD.  La  crisis  se convierte en  llamada a  la conversión personal y co‐munitaria, al Dios cristiano, muerto y resucitado, que se  nos  sigue  haciendo  presente  en  los  pobres  de nuestro  tiempo,  llamándonos  a  ser  discípulos  y  a continuar su tarea de construcción del Reino 

TESTIMONIOS QUE CONTRIBUYEN A ESE OTRO MUNDO POSIBLE:

COMERCIO JUSTO  

Iniciativas  con esperanza de  cambiar algunas  co‐sas de este mundo, favoreciendo el comercio jus‐to, no sólo en el tercer mundo, también en la pro‐ducción  local. a través de productos de agricultu‐ra  ecológica,  comercio  justo,  etc.  que  apuestan por  otro  tipo  de  relaciones  comerciales  más humanas y justas. 

 

UN ESTILO DE VIDA AUSTERA PARA ACOGER A LOS OTROS. 

hombres y mujeres que quieren vivir el Evangelio de Jesús a través de una presencia fraterna y soli‐daria entre los jóvenes y los pobres. Viven comu‐nidades en  las que, desde diversos compromisos, ministerios, estados de vida y profesiones, partici‐pan de un mismo proyecto de comunión y servi‐cio, compartiendo casa y vida, bienes y necesida‐des, entre nosotros y con otros. 

 

USO DEL DINERO Y FINANZAS SOLIDARIAS. 

Plantearnos qué uso hacemos de nuestro dinero, a qué intereses sirve, y ver si existen otras formas de  usarlo  que  contribuyan  a  la  construcción  de una economía de comunión y solidaridad 

Page 4: Gesto diocesano 2010

 

 

Delegacione

s y organism

os diocesano

s qu

e colabo

ran: Apo

stolado Seglar, Cárita

s, Con

sejo Diocesano

 de Acción Ca

tólica, M

anos Unidas, 

Migracion

es, M

isione

s, Pastoral Juven

il, Pastoral O

brera, Pastoral Pen

itenciaria y Pastoral Universita

ria, 

Page 5: Gesto diocesano 2010

- Que no se trata fundamentalmente de una crisis finan-ciera y económica sino, ante todo, de una crisis de su-frimiento del ser humano, especialmente de los máspobres. Un sufrimiento que no es fruto del azar, de leyesnaturales,… sino de decisiones y responsabilidades hu-manas.

- Que el problema de fondo de la actual crisis es de tipoespiritual: divinización del dinero, al que todo está so-metido.

- Que este ídolo ha creado un modelo de persona a suimagen y semejanza: productor-consumidor, materia-lista, individualista-hedonista, de deseos ilimitados,...Un tipo de persona alienada en su ser, porque confundeel ser con el tener, un ser que vive en el engaño y en lamentira.

- Que, en coherencia con ese modelo de persona, ha cre-ado un sistema basado en la primacía de la producciónsobre la persona del dinero sobre el trabajo y del bene-ficio monetario sobre cualquier consideración.

- Un sistema basado en la explotación:* De la mayoría de la humanidad,especialmente del Tercer Mundo,expoliado de sus principales recur-sos, lo que dificulta afrontar la cri-sis, y provoca un fenómeno masivode inmigración. En el inmigrante, yen su tenaz lucha por la superviven-cia, descubrimos hoy uno de losprincipales gritos de defensa de lavida.

* De la naturaleza, reducida a basedel enriquecimiento, poniendo enpeligro su dimensión básica de sus-tento a la vida, al provocar una crisisecológica que está siendo catastró-fica para los más débiles; y que estáhipotecando el futuro de las próxi-mas generaciones en el planeta.

APRENDER DE LA CRISIS: URGENCIA DE UNA PERSONA Y UNA TIERRA NUEVA

Casi 3 años de crisis son tiempo suficiente para un balance de lo que está suponiendo y de cómo la estamosafrontando en orden al “advenimiento del Reino de Dios y la salvación de toda la humanidad” (GS, 45).En ese sentido hemos aprendido algunas cuestiones respecto a:

La comprensión de la crisis y del mundo que entraen crisis:

Las medidas que se están adoptando y sus conse-cuencias:Desde el inicio de la crisis, se nos pide que confiemosen los que tienen el poder, que van a enderezar la eco-nomía, pues esa es la única solución y no hay otra al-ternativa. Otro sistema menos injusto no es posible. La experiencia nos demuestra, sin embargo, que lamayoría de las medidas adoptadas obedecen a intere-ses de los grandes grupos financie-ros y empresariales, y hacen recaerel peso de la crisis sobre los traba-jadores; también sobre los autóno-mos y los pequeños empresarios.Medidas amparadas en un marcode legalidad, pero que recuerdanaquello que denunciaba San Pablo:la verdad ha sido hecha prisionerade la injusticia (Rom 1,18). Esta mirada crítica nos permitedescubrir, además, las raíces pro-fundas de la corrupción en nuestra

sociedad, que más allá de sobornos ycorruptelas, tiene que ver con el someti-miento de la acción política, el biencomún, a los intereses económicos dedeterminados grupos.

Así, vivimos en una sociedaddonde la economía ha abando-nado su función de satisfacerlas necesidades básicas detodas las personas, y se haconvertido en una forma deenriquecerse sin límites, des-naturalizando todas las rela-ciones y convirtiéndose enfuente permanente de conflic-tos, especialmente entre capi-tal y trabajo, alcanzándoseuna situación, a nivel mun-

Page 6: Gesto diocesano 2010

dial, en la que el capital tiene todos losderechos y el trabajo y los pobres nin-guno.

Las medidas que se están adoptando,en este contexto, manifiestan que lanuestra es una democracia enferma,ya que frente a un empleo lúcido ysensato de los recursos de que se dis-ponen, reclamado por la situación deparo y empobrecimiento de amplios

sectores de población, los poderes públicos siguen sinatajar drásticamente el despilfarro, sin controlar lossueldos desorbitados del mundo económico, político ysocial, sus viajes, protocolos, etc. y haciendo recaer loscostes sobre los sectores sociales más desfavorecidos.Especialmente grave resulta la falta de una “ética pú-blica” y de un “liderazgo moral”; ausencia que estáafectando negativamente en la falta de confianza y deesperanza en los líderes, pero también en el sentido desolidaridad, tan necesario para fortalecer la conviven-cia humana.

En cuanto crisis de “sufrimiento hu-mano”, provoca innumerables vícti-mas inocentes. Como primera y másgrave consecuencia de la crisis en-contramos el incremento de hambre,especialmente en los países más po-bres. La crisis mundial y el cambioclimático han aumentado en 100 mi-llones de personas el número de ham-brientos en el mundo, superando yalos mil millones. Una hambruna quese ceba especialmente en una trein-tena de países. Esta crisis está redu-ciendo de forma significativa el poderadquisitivo mermado las posibilidadesde empleo de los pobres, que gastan el70% de sus ingresos en comida, conunos precios muy por encima de los re-gistrados hace unos años.

En los países desarrollados paro, preca-riedad y pobreza son las consecuenciasmás visibles de la crisis, especialmenteen el nuestro, y quienes más la están su-friendo son los trabajadores, especial-mente los parados y los que tienencontrato temporal. Más de 8 millones detrabajadores y trabajadoras que alternancontratos temporales con periodos de paro.Víctimas que encontramos más fácilmenteentre inmigrantes, jóvenes, mujeres…También autónomos y trabajadores indepen-dientes pagan en sus carnes la crisis, con unapérdida de 800.000 ocupados. Tampoco po-demos olvidar a familias y parejas, especial-mente jóvenes, a las que la precariedad no les

permite hacer frente a sus necesidades de super-vivencia, y acaban convirtiéndose en nuevos po-bres. Por otra parte, medidas como el desahucio

exprés, generan más pobreza y exclusión, al hacerque muchas familias pierdan su vivienda.

Constatamos, por tanto, una vez más, que los pobresaparecen en muchos casos como resultado de la viola-ción de la dignidad del trabajo, bien porque se limitanlas posibilidades del trabajo mediante el desempleo,pero también con el pluriempleo (acaparación del tra-bajo) o las horas extras, siempre y cuando no sean con-secuencia de la falta de un salario digno, ..

Vemos también que, junto a todas esas víctimas, unabuena parte de la sociedad (clases altas y medias, ybuena parte de los 12 millones de trabajadores con con-trato fijo) vive la crisis como amenaza, como miedo aperder parte de su bienestar y seguridad.

En este contexto descubrimos signos positivos, comoun incremento de la solidaridad que se concreta en di-versas formas de compromiso y voluntariado, desde laentrega gratuita y generosa, en el aumento de las ayudaseconómicas a algunas organizaciones comprometidasen la lucha contra la pobreza; en el mantenimiento depolíticas de protección social; en una mayor sensibili-dad hacia los problemas del Tercer Mundo (objetivosdel milenio, pobreza cero, ..); en el compromiso de losjóvenes en plataformas de solidaridad. También obser-vamos con esperanza el desarrollo de formas de autoa-yuda entre las propias víctimas y que les lleva acompartir sus escasos recursos (habitación, vivienda, di-nero, alimentos,…)

Las víctimas y sus aportaciones a la construcciónde un futuro mejor:

Page 7: Gesto diocesano 2010

Pero también constatamos, especialmente en ese sectorinstalado en el miedo, la aparición de comportamientospeligrosos: el egoísmo grupal e insolidario –y peligrosa-mente alentado desde intereses electorales- (así, oímosque España no debería ayudar a otros países, que antesson nuestros problemas; que las ayudas sociales no de-berían ser para los inmigrantes, …); la criminalizaciónde comportamientos y problemas sociales vinculadoscon la pobreza, como el “top manta”, con elevadas

penas de cárcel, en tanto que delitosfiscales se consideran “faltas admi-nistrativas”; formas de racismo máso menos encubiertas, que no son sinoestigmatización de la pobreza; indivi-dualismo, p.e. oponiéndose a pagarimpuestos para favorecer el consu-mismo individual,...

Nosotros y nuestras esperanzas.

Desde esa mirada de fe aprendemos, además, que lacrisis es ocasión de conversión, de reflexionar sobrenuestro estilo de vida y nuestro compromiso en elmundo, y para repensar el talante comunitario necesa-rio para anunciar el Reino de Dios hoy y aquí (¿cómotenemos que ser personal y comunitariamente parallevar adelante ese programa?).

En ese sentido tenemosque reconocer que: • esta situación de crisisla hemos creado todos ycada uno, aunque con di-ferentes responsabilida-des a la de los poderesfinancieros, económicos ypolíticos, • los graves problemasque ha engendrado la cri-sis no los va a solucionarsólo la economía, • que la superación de lacrisis tener elevados cos-tes y, por tanto, tenemosque plantearnos, desdeuna conciencia social ymoral ¿quién paga loscostes?• es necesario el esfuerzoy la participación detodos, aportando lo mejorde cada uno; nosotros, como cristianos, estamos lla-mados a aportar los valores del Evangelio, sintetiza-dos en el Padrenuestro y las Bienaventuranzas. Yhacerlo sin dejar de actuar por miedo a “mancharnoslas manos” y que es necesario, en expresión paulina:“hacerse pecado sin tener pecado”. • que esa aportación implica la búsqueda de nuevosmodelos de persona y de sociedad, desde los valoresrecogidos en la Doctrina Social de la Iglesia, nacidosdel encuentro del Evangelio con las vida de los po-bres, en concreto: - La persona humana, como valor supremo de la vida

social, ha de ser el sujeto y fin de todoorden social y político, nunca objeto ymedio de nada, ni de nadie (GS. 25). - La dignidad de la persona como elfundamento de una igualdad funda-mental entre todos los pueblos y entretodos los seres humanos, a partir de losmás desfavorecidos.

-La solidaridad univer-sal, desde los más desfa-vorecidos. Solidaridad,que es la traducción de lafiliación divina y de lafraternidad.- El derecho a un trabajodigno, como fuente de re-alización y de dignidadde la persona; en ese sen-tido es necesario evitarque el trabajo y la per-sona misma se reduzcana simple mercancía, paraello es necesario un sala-rio suficiente para la vidade la familia, seguros so-ciales para la vejez, enfer-medad y desempleo,condiciones de trabajoadecuadas, … (CA 34,LE, 8))- Participación corres-ponsable, esto es, el pue-

blo entero ha de ser el protagonista desu historia. Dicha participación evita eltener que esperar la respuesta en ordena solucionar los problemas sólo de ladecisión de un solo factor: el partido,el gobierno; de una sola acción princi-pal: la conquista del poder; de un nú-cleo social principal: la económico, lotecnológico etc.

Page 8: Gesto diocesano 2010

El dios-dinero tan presenta en la actual sociedad capitalista, ha creado un modelo de persona a suimagen y semejanza: un tipo de mujer y de hombre productor-consumidor, materialista, individua-lista-hedonista, de deseos ilimitados,...; una persona alienada en lo profundo de su ser porque con-funde el ser con el tener… por eso superar la crisis implica también respondernos a otra pregunta¿qué significa ser persona, aquí y ahora?, ¿qué humanidad queremos?

Para aportar a la construcción de una mujer y un hombre nuevos,

protagonistas del nuevo orden, en una naturaleza creada por Dios a

su servicio.

Una nueva forma de relacionarnos con los demás, especialmente con los po-

bres, desde su dignidad inalienable.

Los pobres son el lugar teológico del encuentro con el Dios cristiano.

La pobreza, creada por el pecado (explotación, dominación y opresión) niegan al Dios de la Vida. La nueva sociedad no puede reducir al pobre a objeto de asistencia benéfica, pues aunque oprimido

es digno de ser respetado en sus derechos como persona. Los pobres no solo tienen hambre de pany de vestido... también de dignidad y salud integral, de sentido, de misterio y de protagonismo en

su propia liberación.

Ayudar a tomar conciencia del problema en todas sus dimensiones, concharlas, hojas parroquiales, manifiestos, etc.; educar a nuestros hijos, ami-gos y compañeros para que compartan, vivan solidariamente y acepten a

todos, etc.

Defender la dignidad de la persona y de todas las personas, como valor

supremo de la vida social.

Dignidad que para se deriva de la fe en Dios Padre y Madre universal, desde la que todohombre y mujer es imagen de Dios en la tierra, lo que se convierte en fuente de derechosy deberes humanos: la persona humana, centro y cima de todos los valores y valor su-premo de la vida social, ha de ser el sujeto y fin de todo orden económico, social y político,y nunca puede ser reducido a medio (GS. 25); las instituciones son para servir a la persona,para procurar la convivencia en justicia y fraternidad, …Esta dignidad es fundamento de la solidaridad universal y de la igualdad fundamental entretodos los pueblos y entre todos los seres humanos; y expresión de la fraternidad cristianaque requiere la opción preferencial por el pobre. Además, implica la defensa de la vida entodas las situaciones. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn.10, 10).

Proponemos una reflexión orientada a buscar y vivir, como cristianos y como comuni-dad, una salida a la crisis a través de un desarrollo integral humano, universal, solidarioy ecológico, capaz de satisfacer las necesidades básicas de toda la humanidad.

Este material responde a las preocupaciones expresadas por la Iglesia Universal, espe-cialmente en la última encíclica “Caritas in veritatis”, por la Iglesia española en su“Declaración ante la crisis económica y moral”, y por la iglesia diocesana que, en lalínea 2ª del Plan Pastoral (“Desde la experiencia de Dios y desde la opción por los po-bres promover (en parroquias, comunidades, …) la acción caritativa y social”) proponecomo objetivo hacer una lectura de la crisis y dar respuesta como cristianos.

DECÁLOGO

A

1

2

Page 9: Gesto diocesano 2010

Plantearnos una nueva forma de relacionarnos con los bienes económicos y la

economía desde el Evangelio y desde la enseñanza social de la Iglesia, en parti-

cular:

La persona es el centro y fin de toda la actividad económica. Priori-dad de la persona sobre el capi-tal.Todo proyecto económico debe aspirar a la igualdad de todos los hombres y mujeres.Solidaridad real con los pobres como piedra angular. Los sistemas económicos deben buscar el sa-tisfacer las “necesidades humanas”. Procurar que todos participen en lo económico. Facilitar la for-mación y la información.

Los bienes creados han de llegar a todos.

a. Destino universal de los bienes. Principio prioritario en la moral económica, que implica que latierra con todos sus bienes han sido creados por nuestro Padre Dios para utilidad de toda la familiahumana, no para unos pocos.

b. Propiedad privada. Desde la fe cristiana la propiedad privada no es un derecho absoluto, puessu fin es hacer posible el destino común de todos los bienes. En ese sentido, lo que no necesitas,una vez suficientemente cubiertas tus necesidades básicas, deja de ser tuyo, si hay otros que loestán necesitando.

Valores­marco y mediaciones para hacer posible la fraternidad uni­

versal, y cuya traducción laica es la solidaridad. (Cambia tu vida para

cambiar el mundo)..

Desde el evangelio no se deduce un proyecto de sociedad para superar la crisis; pero sí que nos propor-ciona una luz, una perspectiva, que orienta la determinación de aquellos valores-marco que puedenconfigurar esa nueva sociedad capaz de superar los rasgos negativos que la crisis ha dejado al descubierto.En ese sentido nos proponemos:

Opción por una forma de vida digna y austera, que sea universalizablea todos los pueblos, aprendiendo a valorar las pequeñas cosas, sin olvi-dar que no valemos por lo que tenemos, sino por lo que somos; en consecuencia, defensa de unaeconomía no desarrollista, del decrecimiento económico, ..

Nos proponemos llevar una vida respetuosa con el medio ambiente.

La naturaleza es el medio (espacio físico) necesario para cualquier acción que

pretenda servir y promocionar a la persona.

Es la obra de Dios. La persona es “administradora”, no dueña o explotadora de la naturaleza.Hemos de traducir nuestra fe en Dios Creador en exigencias éticas y en propuestas humanistas,para afrontar un cambio en las actitudes culturales y en los presupuestos socio-económicos, queestán dando origen a la explotación de la naturaleza.

Acompañar a las víctimas, para que puedan defender sus derechos yno empeoren sus condiciones de vida a través de nuestra implicaciónen organizaciones como Caritas, Manos Unidas, Delegación Pastoral de Migraciones, etc

3

B

4

Page 10: Gesto diocesano 2010

Desarrollar un compromiso social y político con otros para hacer posible una

transformación de nuestra sociedad.

Apoyo a iniciativas sociales que buscan un modelo de sociedad más hu-mano y solidario: banca ética, comercio justo, banco de tiempo, coopera-

tivismo, creación y/o reparto del empleo, eliminando el pluriempleo y las horas extras innecesariaspara una vida digna; voluntariado,…

Apoyar e impulsar, en la medida de nuestras posibilidades, una economía de

comunión, como señala la última encíclica Caritas in veritatis

A través de fórmulas como el trabajo cooperativo, el consumo responsable y las finanzas éticas,realidades basadas en valores alternativos como la democracia participativa, igualdad, el apoyomutuo, la solidaridad, y la justicia social.

Trabajar por una sociedad democrática y participativa, en la que la polí­

tica esté al servicio del bien común, y la economía al de la satisfacción de

las necesidades básicas de toda la humanidad.

Queremos denunciar y superar una economía que, bajo el mito del máximo crecimiento, como condiciónpara crear empleo y salir de la crisis, no persigue el máximo beneficio de las grandes corporaciones, dandolugar a una de las peores formas de corrupción, el secuestro de la política por la economía, del interés comúnpor los intereses particulares. Nos parece urgente trabajar por una reforma social ineludible, así como porgenerar la mentalidad que la posibilite; esto es, iniciar un proceso de sanación de una sociedad gravementeenferma, y que ha de venir desde la participación popular, la solidaridad, la justicia, la libertad y la verdad.?

Participación en movimientos y plataformas de solidaridad con el TercerMundo; hacer nuestra la conciencia ecológica y los esfuerzos por preservarla creación de los efectos devastadores de este sistema productivo.

Un ser planetario y ecológico, que ejerce su responsabilidad para con los po-

bres, las generaciones futuras y toda la humanidad.

En particular con los pueblos y con las clases expulsadas a la periferia del desarrollo; y hacerloen solidaridad con las generaciones venideras.

Decidirnos a caminar hacia una conversión personal de nuestra concien-cia, planteándonos, en serio, cuánto tengo y necesito realmente en mi vida,y cuánto y cómo de lo que tengo y no necesito debo compartir; priorizar

la solidaridad con los pobres, poniendo nuestra economía a su servicio, por ejemplo, aportandoel 0,7% de nuestro presupuesto familiar a los países pobres; agradecer y gestionar responsable-mente lo que hemos recibido, pues los bienes de la tierra son dones de Dios al servicio de todos.

5

C

6

7• Fortalecer los sindicatos y las organizaciones ciudadanas de defensa ypromoción de una vida digna para todos, con atención preferente a los

trabajadores/as que más sufren la precariedad y las injusticias sociales (jóvenes, inmigrantes y mujeres);• Reforzar las redes solidarias de la sociedad e intensificarás los gestos de solidaridad con las víc-timas de la crisis.• Cuidar y favorecer la formación de la dimensión socio-política de la fe cristiana de las personascristianas comprometidas.

Page 11: Gesto diocesano 2010

• Desarrollo de la comunión y la comunicación cristiana de bienes. • favorecer, mediante la formación y el acompañamiento comunitario,la participación, compromiso y presencia de los cristianos en la vida pública;• acoger como hermanos a los más necesitados según las realidades parroquiales, en particular alos inmigrantes y otras víctimas de la crisis; • sensibilizar a la comunidad y a la sociedad sobre el amor que hay que tener a los más necesitados,siendo, además vehículo de denuncia de esas necesidades más marginales; • favorecer el encuentro y el diálogo interreligioso.

Colaborar en la construcción de una Iglesia mística, pobre, samaritana y fraterna

que escucha, acoge, vive y transforma la realidad eclesial y del mundo para for-

mar la familia de los Hijos de Dios.

Para avanzar en una renovación evangélica de la Iglesia, y de nuestros

grupos y comunidades.

Se trata de una renovación que la capacite para anunciar el evangelio al hombre actual (con sus pro-blemas, necesidades, sensibilidades tan marcadas por la huella de la crisis) y mediar la salvación y laliberación de Jesucristo, en la dirección marcada por el Concilio Vaticano II al definir la Iglesia como“signo” del Proyecto de Dios revelado y realizado en Jesús (Reino de Dios). Este Proyecto de Dios Padre,no sólo es el centro de la vida de Jesús, sino que necesita un pueblo concreto que lo acepte, lo hagapresente en la historia y en la existencia humana y lo visibilice. Por eso, la preocupación primera deJesús fue convocar y congregar al pueblo de Israel. Al servicio de este proyecto de Dios está la Iglesia,siendo signo.

Fomentar la lectura cristiana de la realidad, a fin de favorece un cristiano lúcido

y crítico frente a la sociedad, al colectivo político y religioso.

Cultivo de la oración y celebración de la Eucaristía; encuentros, jorna-das, retiros,… en los que poder contrastar nuestra vida y nuestra expe-riencia personal de la crisis con el Evangelio.

Renovar nuestra espiritualidad cristiana mediante el cultivo, personal y comu-

nitario, de la experiencia de Dios, que tiene que manifestarse, de forma espe-

cial, en la atención a las necesidades trascendentes de ls emigrantes y de los

pobres en general.

Para cultivar nuestra espiritualidad y formación cristiana:

Hemos visto que una de las características más importantes de la crisis actual es que se trata deuna crisis espiritual (divinización del dinero). Por ello, este bloque de compromisos está orientadoa fortalecer nuestra espiritualidad; de lo que se trata es de respondernos, de forma práctica, a la si-guiente cuestión: ¿qué significa y qué implica ser cristiano hoy y aquí?

d

8

9Asistir a jornadas de formación, planificarlas y organizarlas en nuestrogrupo o comunidad, participar en algún grupo o comunidad de revisiónde vida, …

E

10

Page 12: Gesto diocesano 2010

TEXTOS PARA LA REFLEXIÓN

Invitar a todos los cristianos y cristianas de la diócesis, y a todas las personasque quieran expresar su solidaridad, a entregar un donativo generoso con motivode la paga del mes de julio, para ayudar a los más desfavorecidos, a través delas Delegaciones Diocesanas de Caritas o Manos Unidas, o de otras entidadessocio-caritativas.

UN “SIGNO” PARA EXPRESAR COMUNITARIAMENTE ESOS COM­PROMISOSF

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn. 10, 10). “La gloria de Dios es que el hombre vida” (San Irineo)

“A ese que despreciamos y no podemos mirar porque su vista nos da náuseas,es un semejante nuestro, hecho del mismo barro y los mismos materiales quenosotros” (San Jerónimo).“Ellos representan a la persona del Salvador, porque el Señor por su bondad lesprestó su propia persona” (San Gregorio de Nisa).“La Iglesia descubre en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundadorpobre y doliente” (Lumen Gentium, n. S).“Todo hombre tiene derecho a la libertad de movimiento y de residencia den-tro de la Comunidad política de la que es ciudadano; y también tiene derechode emigrar a otras Comunidades políticas y establecerse en ellas cuando así loaconsejen legítimos intereses. El hecho de pertenecer a una determinada Co-munidad política, no impide de ninguna manera el ser miembro de la familiahumana y pertenecer en calidad de ciudadano a la Comunidad mundial” (PT20)

““La naturaleza ha producido todas las cosas en común para todos. Pues, Diosordenó que todo se engendrase de forma que el sustento fuese común a todosy la tierra una especie de posesión común de todos. La naturaleza, pues, en-gendró un derecho común a todos, el uso creó el derecho positivo” (De officiisministrorum, 1,28,132. PL. 16,62).

“"Debemos advertir que la tierra es común a todos. Por tanto, no son inocen-tes, los que reivindican solo para ellos, lo que es un don de Dios para todos. Losque no reparten lo que tienen, son causa de crueldad y muerte de sus próji-mos, ya que todos los días matan a cuentos mueren de hambre, en cuanto lesniegan socorro, acumulando riquezas para sí. Cuando damos a los que lo preci-san, les estamos devolviendo lo que les pertenece y no lo que es nuestro. Esta-mos pagando una deuda de justicia, más que realizando una obra demisericordia" (Papa Gregorio Magno, Regla pastoral PL.77, 87).(La naturaleza) es un don de Dios para todos, y su uso representa para nosotrosuna responsabilidad para con los pobres, las generaciones futuras y toda la hu-manidad. (CiV 48)

1.

2.

3.

4.

Page 13: Gesto diocesano 2010

Tras leer el material personalmente y de dialogarlo y compartirlo en tu grupo, asociación, co-munidad, movimiento, …:

- Qué aspectos consideras importante afianzar en tú vida, cristiana. ¿Cómo crees quepuedes lograrlo? Para empezar a dar pasos: ¿qué compromiso sencillo y concreto te marcas?- Qué aspectos deberías plantearos en vuestro grupo. Qué podéis hacer para avanzaren esa dirección.- Qué cuestiones consideras que deberíamos plantearnos en la Iglesia diocesana.¿cómo? Hacer llegar vuestras respuestas a la Delegación de Apostolado Seglar.

“Cuando la interdependencia es reconocida, su correspondiente respuesta,como actitud moral y social, y como “virtud”, es la solidaridad. Esta no es, pues,un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas.Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por elbien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamosverdaderamente responsables de todos. Esta determinación se funda en lafirme convicción de que lo que frena el pleno desarrollo es aquel afán de ga-nancia y la sed de poder ... Tales “actitudes y estructuras de pecado” solamentese vencen —con la ayuda de la gracia divina— mediante una actitud diametral-mente opuesta: la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a “per-derse”, en sentido evangélico, por el otro en lugar de explotarlo, y a “servirlo”en lugar de oprimirlo para el propio provecho (SRS 38)

5.

6.“Amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente por él. Junto al bienindividual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el biencomún. Es el bien de ese «todos nosotros», formado por individuos, familias ygrupos intermedios que se unen en comunidad social. No es un bien que sebusca por sí mismo, sino para las personas que forman parte de la comunidadsocial, y que sólo en ella pueden conseguir su bien realmente y de modo máseficaz. Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y cari-dad. Trabajar por el bien común es cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, eseconjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmentela vida social, que se configura así como pólis, como ciudad. Se ama al prójimotanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que res-ponda también a sus necesidades reales. Todo cristiano está llamado a esta ca-ridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis. (CiV 7)

7.

El mismo Señor, en efecto, invita de nuevo a todos los laicos, por medio de estesanto Concilio, a que se le unan cada día más íntimamente y a que, haciendopropio todo lo suyo (cf. Flp 2, 5), se asocien a su misión salvadora; de nuevo losenvía a todas las ciudades y lugares adonde Él está por venir (cf. Lc 10, 1» (ChL,2)La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el descubri-miento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad siempremayor para vivirla en el cumplimiento de la propia misión (ChL 58)

8.

9.“De los hambrientos es el pan que tú tienes; de los desnudos, la ropa que tú al-macenas, y es la redención y liberación de los desgraciados el dinero que tú es-condes en la tierra”. (S. Ambrosio)

10.CUESTIONARIO PARA EL TRABAJO EN GRUPOS

Page 14: Gesto diocesano 2010

 

APRENDER DE LA CRISIS: URGENCIA DE UNA PERSONA Y UNA TIERRA NUEVA  Casi 3 años de crisis son tiempo suficiente para un balance de  lo que está suponiendo y de cómo  la estamos  afrontando  en  orden  al  “advenimiento  del  Reino  de  Dios  y  la  salvación  de  toda  la humanidad” (GS, 45). En ese sentido hemos aprendido algunas cuestiones respecto a:  La comprensión de la crisis y del mundo que entra en crisis:  • No se trata sólo de una crisis financiera y económica sino, ante todo, de una crisis de sufrimiento 

del  ser  humano,  especialmente  de  los  más  pobres,  fruto  de  decisiones  y  responsabilidades humanas. 

• El problema de fondo de la actual crisis es de tipo espiritual: divinización del dinero.  • Un dios‐dinero que ha creado un modelo de persona individualista y alienada que confunde el ser 

con el  tener, y un  sistema basado en  la primacía de  la producción  sobre  la persona, del dinero sobre el trabajo y del beneficio monetario sobre cualquier consideración, basándose para ello en la explotación de la mayoría de la humanidad, especialmente del Tercer Mundo y de la naturaleza. 

 Las víctimas y sus aportaciones a la construcción de un futuro mejor:  Una  crisis  que  provoca  innumerables  víctimas  inocentes,  que  se manifiesta:  en  el  incremento  del hambre,  especialmente  en  los  países más  pobres,  y  que  ya  superan  los mil millones;  en  el  paro, precariedad  y  pobreza,  haciendo  que  en  nuestro  país  más  de  8  millones  de  trabajadores  y trabajadoras que alternan  contratos  temporales  con periodos de paro;  especialmente  inmigrantes,  jóvenes,   mujeres…  también autónomos y  trabajadores  independientes. Constatamos, una vez más, que  los pobres aparecen en muchos casos como resultado de  la violación de  la dignidad del trabajo, Junto a esas víctimas, buena parte de la sociedad vive la crisis como amenaza, como miedo a perder parte de su bienestar y seguridad.  En este contexto   descubrimos signos positivos de  la presencia del Reino, como un  incremento de  la solidaridad  a través de diversas formas de compromiso y voluntariado, en las políticas de protección social; en la mayor sensibilidad hacia los problemas del Tercer Mundo, en el compromiso solidario de muchos jóvenes y, en el surgimiento de  formas de solidaridad y autoayuda entre las propias víctimas. Pero  también antisignos,  como  la aparición de  comportamientos  insolidarios: el egoísmo grupal,  la criminalización de comportamientos y problemas sociales vinculados con  la pobreza (top manta, por ejemplo), formas de racismo etc. Nosotros y nuestras esperanzas.  La  crisis  se  ha  convertido  en  ocasión  para  reflexionar  sobre  nuestro  estilo  de  vida  y  nuestro compromiso en el mundo, y para repensar el talante comunitario necesario para anunciar el Reino de Dios hoy y aquí. En ese sentido tenemos que reconocer que:  la crisis  la hemos creado todos, aunque con diferentes responsabilidades; y que la solución no va a venir sólo de la economía. Su superación va a exigir sacrificios, y  tenemos que plantearnos quién paga  los costes, desde una conciencia social y moral. Por  ello,  es necesaria  la participación de  todos, aportando  lo mejor de  cada uno; nosotros, como cristianos, estamos llamados a aportar los valores del Evangelio, sintetizados en el Padrenuestro y las Bienaventuranzas.  Para  llevarlo  a  la  práctica  nos  proponemos  un  decálogo  de medidas,  y  un  gesto  concreto  que presentamos a continuación.     

Page 15: Gesto diocesano 2010

 

DECÁLOGO FRENTE A LA CRISIS:  La  Iglesia  diocesana  más  vinculada  a  la  acción  caritativa  y  social,  desde  nuestra  fe  en  Dios  Padre misericordioso, y desde el Evangelio, que nos proporciona luz y perspectiva para descubrir un conjunto de “valores‐marco”, capaces de orientar un proyecto de transformación social y de renovación espiritual en la línea del Reino de Dios, tan necesarios en estos tiempos de crisis, nos comprometemos a vivir conforme a esos valores, y a  realizar un  signo, expresión del  compartir  fraterno que  caracteriza a  la  comunidad cristiana.   Invitamos, por otra parte, a todos  los cristianos y cristianas de  la diócesis, así como a los ciudadanos en general, a profundizar sobre esos valores y ese signo, y a asumirlos como alternativa esperanzada que nos permita avanzar hacia ese otro mundo posible más humano y fraterno.  

 1. Defender la dignidad de la persona y de todas las personas, como valor supremo de la vida social: 

sujeto y  fin de todo orden económico, social, cultural y político; igualdad fundamental entre todos los  pueblos  y  entre  todos  los  seres  humanos;  la  solidaridad  universal;  la  participación corresponsable; etc. y todos ellos desde la perspectiva del pobre.  

2. Una nueva forma de relacionarnos con los demás, especialmente con los pobres, desde su dignidad inalienable;  sin reducirlos a objeto de asistencia benéfica, etc. 

3. Llevar una vida respetuosa con el medio ambiente.  4. Una nueva  forma de  relacionarnos con  los bienes económicos,  la economía y el dinero, desde  la 

austeridad en los gastos y el consumo, orientada a la comunión fraterna con los necesitados.  5. Un ser planetario y ecológico, que ejerce su responsabilidad para con los pobres, las generaciones 

futuras y toda la humanidad.  6. Apoyar  e  impulsar  una  “economía  de  comunión”,  basada  en  valores  alternativos  como  la 

democracia participativa,  la  igualdad, el apoyo mutuo,  la solidaridad,  la  justicia social..., a través de fórmulas como el trabajo cooperativo, el consumo responsable y las finanzas éticas, etc.  

7. Trabajar con otros, mediante el compromiso social y político o el voluntariado, desde la gratuidad y la solidaridad, haciendo posible la transformación de nuestra sociedad, en orden al bien común.  

8. Renovar  nuestra  espiritualidad  cristiana  mediante  el  cultivo,  personal  y  comunitario,  de  la experiencia  de  Dios,  que  tiene  que  manifestarse,  de  forma  especial,  en  la  atención  a  las necesidades trascendentes de ls emigrantes y de los pobres en general. 

9. Fomentar la lectura cristiana de la realidad, favoreciendo un cristiano lúcido y crítico. 10. Colaborar  en  la  construcción  de  una  Iglesia mística,  pobre,  samaritana  y  fraterna  que  escucha, 

acoge, vive y transforma la realidad eclesial y del mundo para formar la familia de los Hijos de Dios. 

GESTO:  Invitar a todos  los cristianos y cristianas de  la diócesis, y a todas  las personas que quieran expresar su solidaridad, a entregar un donativo generoso con motivo de la paga del mes de julio,  para  ayudar  a  los más  desfavorecidos,  a  través  de  las Delegaciones Diocesanas  de Caritas o Manos Unidas, o de otras entidades socio‐caritativas 

 

Delegaciones y organismos diocesanos que convocan el acto y suscriben el decálogo:  

Apostolado  Seglar,  Cáritas,  Consejo  Diocesano  de  Acción  Católica, Manos  Unidas, Migraciones, Misiones,  Pastoral Juvenil, Pastoral Obrera, Pastoral Penitenciaria y Pastoral Universitaria,