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COLECCIÓN ACADEMIA DE GUERRA DEL EJÉRCITO DE CHILE GEOPOLÍTICA OCEÁNICA Y AUSTRAL GENERAL RAMÓN CAÑAS MONTALVA Selección de escritos

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Geopolitica y Oceania

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COLECCIÓN ACADEMIA DE GUERRA DEL EJÉRCITO DE CHILE

Geopolítica oceánicay austral

General ramón cañas montalva

Selección de escritos

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Geopolítica oceánica y australGeneral ramÓn Cañas montalva

Comité Editorial Coronel Juan Carlos Núñez Director de la Academia de Guerra Coronel José Lira Calderón Coronel Claudio Toledo Gallegos

CoordinaCión Editorial Cristián Faundes Sánchez

disEño Janett Martínez Contreras, IGM.

imprEsión InstitutoGeográficoMilitar

Sección Investigación y PublicacionesDepartamento Investigación y DesarrolloAcademia de Guerra del Ejército de Chile.Valenzuela Llanos 623, La Reina.email: [email protected]

Registro de Propiedad Intelectual Nº 173402I.S.B.N. Nº 978-956-7734-03-0ImpresoenlosTalleresGráficosdelInstitutoGeográficoMilitarSantiago de Chile, septiembre de 2008

Fotografías portadaPrimaria: El Presidente Gabriel González Videla escoltado por el general Ramón Cañas Montalva entonando el himno patrio en Puerto Soberanía, Antárica chilena, 17 de febrero, 1948, en el marco de la primera visita que un mandatario en ejercicio realiza a la Antártica. Secundaria: Base O’Higgins, inaugurada por el Presidente Gabriel González Videla el 18 de febrero de 1948.

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PRESENTACIÓN

La Academia de Guerra, en el marco de su 122º aniversario de creación, en el contexto de sus publicaciones, inicia su Colección Aca-demia de Guerra, destinada a la difusión y discusión de temas profe-sionales relacionados con las ciencias militares en el ámbito del interés institucional, como también, en otros que puedan tener una trascen-dencia a nivel de la Defensa Nacional.

Elsellodeestaserieconsisteenlareflexiónmilitaryacadémicaso-bre temas de historia militar, estrategia, geopolítica, geografía, funciones primarias, y otros que puedan tener relación, con un centro de gravedad en la doctrina de Estado Mayor y su mirada integral, concebida en diá-logoconlosaportesdelascienciassociales,privilegiandolaespecifici-dad de la vocación castrense y de su quehacer profesional.

Nuestra colección focaliza las cuestiones en el ámbito de la dis-cusión del pensamiento de Estado Mayor y de todas las actividades y aristas concomitantes a éste, sean históricas, conceptuales o téc-nicas. La necesidad de un órgano editorial propio y la publicación de Cuadernos de Difusión, se da paralelamente dentro del proceso de consolidación de la Academia de Guerra como instancia de educación militar superior del Estado.

El instituto, en esta instancia superior, no está ajeno a los pro-cesos de acreditación por parte del Ministerio de Educación, como tampoco lo está, a la profundización del saber militar, que redunda directamente en la calidad del mando, en un entorno que se vuelve –también para los militares– competitivo, fuertemente interdependien-te y cambiante, hipertecnologizado, y en relaciones de subordinación múltiples, con requerimientos y escenarios que exigen decisiones de guerra y no guerra de casi inmediata decisión.

Es indudable que estamos en una sociedad global que involu-cra numerosos cambios de mentalidad a los que no estábamos acos-tumbrados. Ellos dicen relación con los cambios en la forma de los conflictos,aunqueelnúcleodeleventoarmado,supongalosmismosretos radicales en la persona humana en sociedad. Bajo la premisa que la función Defensa debe ser continuamente sometida a constantes cambios de escenario: que los impulsos de la técnica y las ideolo-gías también le imponen derroteros imprevistos y novedosos; que los cambios económicos y políticos tendrán repercusiones en la posición geoestratégicadelpaísyporendeenlasplanificacionesdedefensa;yfinalmente,queesprecisoparaelpensamientodeEstadoMayor,tenerunniveldereflexiónaplicadoynosóloteóricooglobal.Por locual,

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esta colección se abre a la contemplación institucional y también a la relación académica civil-militar.

Nuestroejemplarinaugural,enparticular,contemplalasreflexio-nes geopolíticas del Comandante en Jefe, general Ramón Cañas Mon-talva, cuya preocupación fundamental fue una relación proactiva del mando militar en la creación de una conciencia antártica y marítima, en la cual el Ejército de Chile “era una pieza de una voluntad nacional”, destinadaaaprovecharsucondicióngeográficayporendetrascenderel papel de un Chile que en esa época se concebía aislado, lejano y pequeño, el “último jirón americano”, alejado de los grandes centros de poder, migraciones, transporte y comercio.

La elección de este título no es casual. El instituto recibió en su momento, la donación del archivo particular del general Cañas Mon-talva, el que unido a una selección de textos realizada por el propio au-tor, y entregado en custodia a nuestro destacado investigador, coronel Julio Von Chrismar Escuti, constituyeron la base de una antología que tuvo la particularidad, que pese a existir abundante material disperso, incluso de autores extranjeros, no contaba con una sistematización del pensamiento de este destacado general. Faltaba pues una mirada integral,quehabíasidodesarrolladaenunaspectoespecíficopordosalumnosdeestaAcademiadeGuerraensuMemoriadeTítulodeOfi-cial de Estado Mayor hace unos años atrás (2003).

La misión fue encargada al Departamento de Investigación y De-sarrollo,ymásespecíficamenteasunovelSeccióndeInvestigaciónyPublicaciones,queenunesfuerzoconjuntodesusoficialeseinvesti-gadores, acometieron la ardua labor editorial e intelectual de dar forma a este libro.

Dividido en tres partes, la primera, Introducción, elaborada por nuestro profesor Dr. Cristián Garay Vera, nos invita a inmiscuirnos en la sorprendente persona del general Cañas, en su actividad intelectual, en la trascendencia en el pensamiento de Estado Mayor, como tam-bién, en su obra y su legado; la segunda, Estudio Preliminar, entrega-da al investigador militar coronel Julio Von Chrismar Escuti, desarrolla los principales lineamientos del pensamiento geopolítico del general Cañas Montalva, donde se nos hace transitar por su formación profe-sional e intelectual, su base teórica sobre geopolítica, su visión sobre elejedegravedadhaciaelPacífico,laproyecciónespacialyestructu-rageográficadeChileylaDefensaNacional;ylatercera,dedicadaaLos Escritos antologados, realizada por la Sección de Investigación y Publicaciones,nospresentalasreflexionesgeopolíticassobreelpre-sente y el futuro de América y de Chile –recopilación nunca editada de

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sus escritos– referidos a la proyección marítima y antártica del general Cañas Montalva, donde destaca la categoría anticipatoria que tuvo esa reflexiónrespectodenuestrapresenciaenelPoloSuryelmarpatri-monial, así como de las condiciones en que la tecnología iba a reducir nuestra insularidad, poniéndonos como hoy, en continua comunica-ción con el mundo.

Juan C. Núñez BustamanteCoronel - Director

Academia de Guerra

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ÍNDICE

prEsEntaCión ..................................................................................... 3

introdUCCión .................................................................................... 13CRISTIAN GARAy VERA

Bibliografía ................................................................................................ 26

EstUdio prEliminar ....................................................................... 29JULIO VON CHRISMAR ESCUTI

El cumplimiento de una promesa .................................................... 31

1. Su formación y perfeccionamiento militar ............................... 37

2. Actividad profesional y difusión .................................................. 39

3. Las bases teóricas ......................................................................... 43 3.1. Fundamentos de la geopolítica como disciplina científica .................................................................................. 44 3.2. La geopolítica según nuestro autor .................................. 55 3.3. En relación con el poder nacional estatal ....................... 62 3.4. Síntesis .................................................................................... 63

4. EldesplazamientodelejedegravedadhaciaelPacífico .... 64 4.1. Sinopsis .................................................................................... 72

5. La proyección espacial de Chile ................................................. 76 5.1. Sinopsis .................................................................................... 86

6. Laestructurageográficadelpaís ............................................... 90 6.1. Sinopsis .................................................................................... 93

7. LafisonomíaespiritualdeChile .................................................. 93 7.1. Sinopsis .................................................................................... 107 7.2. Conclusiones ........................................................................... 114

8. La Defensa Nacional ..................................................................... 115

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Conclusiones .......................................................................................... 122

· A escala global ................................................................................ 122· A escala continental ....................................................................... 122· A escala nacional ........................................................................... 123· Perspectivas y desafíos ................................................................ 124· Chile fue el tema principal de sus desvelos ............................ 125

Bibliografía ............................................................................................... 127 Esquicio Biográfico .............................................................................. 130

los EsCritos ...................................................................................... 133GENERAL RAMÓN CAÑAS MONTALVA

Reflexiones geopolíticas sobre el presente y el futuro de América y de Chile ................................................................................................... 135

I. LaeradelPacífico ........................................................................ 136

II. Trascendenciageopolíticadelaubicacióngeográfica........ 142

III. Responsabilidad geoestratégica de Chile ante la defensa continental y su propio destino ................................................. 147

IV.ChilepotenciadelSurPacífico .................................................. 152

Chile, el más antártico de los países del orbe y su responsabilidad continentalenelSurPacífico ............................................................... 157

I. Ser el país más austral de la tierra y por lo tanto, el más antártico, lo que permite una invariable continuidad de su territorio entre el continente americano y el antártico ......... 158

II. Ocupaunodelosmássignificativosyextensosespacios litoralesdelacuencadelPacífico,epicentrofundamental de la nueva era ............................................................................... 165

El Pacífico, epicentro geopolítico de un nuevo mundo en estructuración ........................................................................................ 170

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la antártica. Visionaria apreciación del general o´Higgins ..... 180

· O’Higgins y la Antártica ............................................................... 184· Generalidades ............................................................................... 186

Derechos jurídicos y actuaciones de chile hacia el continente antártico ................................................................................................... 192

· Política pesquera –Actividades balleneras – Posibilidades industriales – Magallanes ........................................................... 193· El viaje de la yelcho ...................................................................... 200· Conclusiones ................................................................................. 201· “Asunto pesquero” ....................................................................... 201

Fronteras. La política internacional de Chile frente a los imperativos geopolíticos desprendidos de su trascendente posición en el Pacífico sur antártico ............................................ 204

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Carta proporcionada por el coronel Julio Von Chrismar Escuti.

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INTRODUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

Dr. Cristián Garay Vera

“Si bien el simple y futuro desarrollo de las grandes rutas aéreas in-tercontinentales llamadas a unir América con los pueblos del Pací-fico-Sur-Asiático deberían necesariamente muchas de ellas sobre-volar la Antártica y pasar a lo largo de nuestro territorio, indicando para construir de por sí al más poderoso aeródromo continental an-tártico; la sola convergencia en el Polo Sur nos avecina con países como Nueva Zelandia, Australia y los mismos Estados Unidos...”,

Ramón Cañas Montalva “El Pacífico, epicentro geopolítico

de un nuevo mundo en estructuración”, RGCH Nº 12, pp. 15-16.

Ramón Cañas Montalva (1896-1977) no es un personaje nuevo en nuestras ocupaciones. En 2003 fui asesor metodológico de la me-moria, dirigida por el entonces coronel Gonzalo Santelices, para optar al título de oficial de EstadoMayor de losmayores FranciscoSáezVargas, y José Urrutia Dublé, intitulada La visión geopolítica del general Ramón Cañas Montalva y su relación con las tendencias de globaliza-ción y la integración. De hecho, parte de un capítulo de la misma se reprodujo en Cuadernos de Difusión Nº 19, publicado por la Academia de Guerra en junio de 2004. Años antes, en 1999 para ser más preciso, con el entonces coronel Mauricio Pontillo tuvimos la oportunidad de compilardosvolúmenesmonográficosdedicadosalpensamientodeEstado Mayor en Cuadernos de Difusión Año 3, Nº 2. Justamente en uno de ellos incluimos el texto del general Cañas Montalva intitulado “ReflexionesgeopolíticassobreelpresenteyelfuturodeAméricaydeChile”, trabajo del cual hay tres versiones, aunque tomamos la de la Revista Geográfica de Chile de 1955.

Ciertamente esto último merece una explicación. El general Ca-ñasMontalva,que fuefinalmenteComandanteenJefe, tuvoun lar-go y honroso currículo intelectual y académico, pero no egresó de la Academia de Guerra, puesto que tras haber superado la prueba para dicha destinación la declinó para viajar al extremo sur y hacerse cargo de una unidad, donde hizo de su quehacer de mando el eje de su ac-tividad por muchos años. Pero esto no le provocó problemas, puesto que su actividad formativa la había desarrollado muy tempranamente ensuestadíaenSuecia,yluegoseprolongóeninfinidaddeencuen-trosacadémicos,dedicadosalageografía,yencomitéscientíficoseinstitucionales relacionados con la política hacia la Antártica.

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Cristián Garay Vera

Pero aun sin ingresar efectivamente a la Academia de Guerra, su actividad intelectual, muy por el contrario, estaba destinada a tener amplia trascendencia en la actividad y pensamiento de Estado Ma-yor. Debido al hecho que puso los cimientos de la Escuela Geopolí-tica Chilena, y que fue un antecedente para la cátedra de geopolítica que se instauró décadas más tarde, y que es el actual Departamento de Geografía Militar y Geopolítica.1 Tanto por su gestión como por el desarrollo de estudios geopolíticos, donde su nombre tiene un lugar propio en la escuela chilena y aun en el escenario sudamericano en la evolución de la llamada “Geopolítica del ABC” o sea Argentina, Chile y Brasil (Child, 1979; Santis, 1998).

El interés por esta disciplina lo adquirió en su estadía en 1920 en Suecia, cuando profundizó sus conocimientos sobre educación física en el Instituto Real de Gimnasia de Estocolmo. Ahí conoció al célebre profesor sueco Rudolf Kjellen, de la Universidad de Upsala, e inicia sus estudios sobre geopolítica. Para completar su visión se traslada a “diversos países de ese continente, tratando en Alemania al gene-ral Haushofer y en Inglaterra al profesor Mackinder” (Burnes, 1995: 12).2 A su regreso a Chile desde 1924 introduce en el ámbito militar y geográficolageopolítica,bajolaideaderepararlosdañosqueenelmanejo territorial habían provocado en las relaciones con Argentina el desconocimiento de las implicaciones para la soberanía del entorno geográficoysusignificación.Esobvioqueensuconceptolageopolí-tica era no sólo conocimiento abstracto, sino también una guía para el desarrollodelEstado,ymásespecíficamenteparalaconduccióndelapolítica exterior, idea que reitera constantemente.

Esta opción fue consecuencia de su formación geopolítica, que había obtenido tempranamente. Bajo esta mirada toda su vida se or-denó a hacer de la promoción de la vocación marítima y antártica una

1 “Desde 1951, asimismo, se comenzó a enseñar geopolítica a los alumnos del ter-cercursoregular.Susmateriasylasdegeografíamilitarfueronunificadasen1955,adoptándose un sólo nombre [Geografía Militar y Geopolítica]” destacándose en-tre sus cultores el general Ramón Cañas Montalva y el entonces coronel Augusto Pinochet Ugarte, gran impulsor de su incorporación curricular (Ejército de Chile, 2003: 63). Anteriormente a eso, el ramo de Geografía Militar estaba en la malla de estudiosprofesionalesdeloficial.

2 Karl Haushofer (1869-1946). Militar y geógrafo en la Universidad de Munich. Via-jó a Japón en 1913, donde conoció personalmente al Emperador Meiji. Escribió El Gran Japón (Dai Nihon) ese mismo año. Halford John Mackinder (1861-1947), profesorbritánicoperteneciódesde1886alaRealSociedadGeográficayescribióThe Geographical pivot of History (1904) y Democratic Ideals and Reality.

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Introducción

derivación obligada de su quehacer profesional. A ella unía, que duda cabe, el destino y esplendor futuro de Chile.

Su vocación misional y patriótica impregnó, pues, toda su vida profesionalyseafianzóconsuestadíaenSuecia,cuandoaprendiólas bases de su pensamiento geopolítico. Fue nombrado miembro en 1946 del Comité Antártico Chileno, dependiente del Ministerio de Re-lacionesExterioresycreólaRevistaGeográficadeChile,denominadaTerra Australis. En su cargo de Comandante en Jefe coordinó entre 1947 y 1948 la toma de posesión del territorio antártico y el viaje del Presidente Gabriel González, quien inauguró la Base O’Higgins un 18 de febrero de 1948.

Pero su actividad no cesó allí. En 1952, “comisionado por la Universidad de Chile, dictó un ciclo de conferencias en Santiago y las principales ciudades del norte del país, exponiendo su tesis: Im-perativoGeopolíticodeChile frente alPacíficoSurAntártico” (Go-doy, 2008). Merced a ella, pudo tener una destacada participación eneventosde laespecialidadgeográfica.Ese interés fueelmotivoque se bautizara con su nombre la estación polar transferida por el Reino Unido a Chile (ex View Point Station), el 29 de julio de 1996, y que está situada entre 63°32’S y 57°23’W, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

El general Cañas Montal-va en la Antártica. Carica-tura original de Coke para revista Topaze. Archivo personal de Gral. Cañas Montalva depositado en la Biblioteca de la Academia de Guerra.

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Cristián Garay Vera

Su ingente labor tuvo repercusiones en su actividad concreta. Sus escritosenlasrevistasgeográficasygeopolíticasdelaépoca,prefi-guran, con gran persuasión, la percepción de un Chile volcado a sus costas, de vocación antártica. De interés variopinto en apariencia, ya que transita también por el aporte indígena a la nacionalidad o las con-diciones climáticas del suelo de Chile, pero muy entrelazado en una segundamirada,sonsustextoshistóricos,geopolíticosygeográficosquesecomprendenentre“Reflexionesgeopolíticassobreelpresentey futuro de América” de 1919, su escrito más temprano, y su escri-to más tardío “Los hombres y el territorio en el trascendente devenir geopolítico de Chile” (1971), publicado en la revista Terra Australis.

El análisis pormenorizado de su obras se contiene en Pittman (1981), quien dedica a su pensamiento dos capítulos: “The works of Rafael Cañas Montalva” (1981:1189-1199) y “Cañas Montalva and the Argentinian threat” (Id.:119-1207). Este mismo autor le considera el ini-ciador de la escuela geopolítica chilena conjuntamente con Pedro Ihl mediante la Revista Geográfica de Chile Terra Australis,órganooficialdel Comité Nacional de Geografía, Geodesia y Geofísica (1948-1971). “The Geopolitics of Terra Australis must be regarded as the attempt to create a Chilean national geopolitics” (Pittman, 1981:1206). Como dice Pittman este desarrollo comienza en “the 1940`s with the writings of Ramón Cañas Montalva, who continued to write and theorize for more than thirty years” (1981: 1184). Su pensamiento está relacionado conunavisiónrevisionistadelahistoriadeChile,afincadoenautorescomo Francisco Antonio Encina, Jaime Eyzaguirre, y Óscar Espinoza Moraga, especialmente este último como adalid de lo que consideraba el “entreguismo” chileno frente a Argentina.

En la Instituciónejercióconsiderable influenciasobreelcoronelJulio Von Chrismar Escuti, y otros muchos escritores militares: el en-toncesmayor Jorge Garfias Villarreal, el teniente coronel HumbertoMedina Parker, el coronel Augusto Pinochet Ugarte, y el general René Alvarez Marín, los cuales escribieron profusamente en el Memorial del Ejército de Chile. De hecho el segundo de los nombrados publicó en 1944 un artículo en dicha revista titulado “Rudolf Kjellen y sus perspec-tivas geopolíticas”. En 1967 se incluye en este catastro al entonces coronelAugustoPinochet,quereflejaestainfluenciadelgeneralCañasMontalva en su escrito “Geopolítica. Diferentes etapas para el estudio geopolítico de los Estados” (Memorial del Ejército de Chile Nº 340-341). En años recientes han estudiado su pensamiento con diversas aplicaciones el almirante Jorge Martínez Busch, y los brigadieres Car-los Meirelles y Germán García Arriagada.

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Introducción

Este esquema coincide por lo demás con otros estudios acerca de su importancia como formador y autor militar. Los mayores Sáez y Urrutia hacen ver que en cuanto al corpus de sus escritos, que su “mayor producción se localiza entre 1945 y 1955, es decir, abarca gran parte de su período como General de División, sus años de Coman-dante en Jefe y sus primeros años de retiro, lo que coincide con los años de término de la II Guerra Mundial, con el vuelco del interés inter-nacionalhaciaelPacíficoylapreponderanciadelinteréscientíficoporel continente antártico” (2003:28).

Precisamente mientras el general Cañas Montalva comandaba la Institución discurrió acerca de la excepcionalidad de la posición geográficadeChile,caracterizándolaporqueestaba:“EncajadaenelsurdelPacífico,juntoalocéanodelporvenir,dueñoyseñordeunli-toral que casi abarca desde el Trópico de Capricornio hasta el 0 grado del Polo Sur, con dominio terrestre, marítimo y aéreo sobre las grandes rutas interoceánicas señaladas” (Cañas Montalva, Ercilla, 09.03.1948). Convencido del “mandato” de la Providencia, sostuvo que “Si bien el territorio sirve de base a la organización de su país, su expresión geográficaeslaqueseseñala,alapolítica,losrelievesdesupoderío,hecho que ya Napoleón sintetizara al decir que la política de un Estado reside en su geografía”. (Cañas Montalva, 1955:12).

Advirtió que el tema del territorio estaba ligado a la geografía y su conocimiento. y postuló que una mirada distinta de las proyecciones cartográficaspodríadarlaladimensiónaérea,queeralamiradaglobalpara entender las relaciones internacionales. La cartografía, sostuvo, “debeanalizaryentenderestanuevaerageográficaoedaddelaire”3 (Cañas Montalva, 1959:4). Al relegar la proyección Mercator, que cen-traba su mirada en la centralidad del mundo noratlántico, proponía una proyecciónenlacualelocéanoPacíficoestabaenelcentro,ydandomayor relieve a la cortina marítima de Chile, que ocupa un destacado lugar en su vértice suroeste.

Finalmente, y en el marco de la Guerra Fría, el general Cañas Mon-talva sostiene que son tres los puntos que en el continente americano tienen la característica de ser trascendentales para la seguridad. Ellos serían el Canal del Panamá; la saliente noroeste brasileña; y el control de los pasos marítimos del extremo austral, en la que está inmerso Chile. En ellas se juega el futuro de la democracia como tantas veces sugiere.

3 También la denominó “edad de la aviación” en sus escritos. N. de la R.

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Cristián Garay Vera

Mapa del Hemisferio Occidental en relación con la posición geoestratégica de Chile con el Pacífico y la Zona de Defensa Continental.

AsívemosquelapreocupaciónporelPacíficonoespuramenteacadémica. Se conecta con la tesis que las meditaciones geopolíticas deben servir de estímulo e iluminación de la política exterior. y en esto fue muy persuasivo, ya que ejerció una labor tal que movilizó los re-cursos y voluntades de los presidentes Pedro Aguirre Cerda y Gabriel

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Introducción

González Videla para la proclamación de la soberanía nacional en el Territorio Antártico Chileno.

Esta toma de posición se relaciona no tan sólo con las reivin-dicaciones que hemos mencionado. Tiene que ver con su idea que Chile por regalo de la Providencia –así lo escribe– tiene la llave de una importante posición geopolítica. Esa “llave” está dada por el dominio del Estrecho de Magallanes, Paso Drake y el Canal Beagle, pero no se acaba allí sino que se prolonga, como un largo espolón para reapare-cer en el continente antártico, como continuidad geomorfológica de la cadena de los Andes. Para Cañas Montalva el hecho decisivo es que todo marca “Nuestra soberanía hacia el Antártico” (Cañas Montalva, La Prensa Austral, 29.12.1947). y el control de los pasos evidencia el dominio sobre la ruta “de nuestra inmediata dependencia y propiedad (ibídem).

El proceso de consolidación territorial se entiende mejor si se re-cuerda que el entonces coronel Cañas Montalva propone en 1942 la constitucióndelaZonaAustralAntártica.Enellaincluyepordefiniciónno sólo al Territorio Antártico y a Magallanes, como era de esperar, sino a sus bases naturales de aprovisionamiento –el archipiélago de Chiloé–yasucontinuidadgeográficaqueesAisén(CañasMontalva,1942).

Bajo esta misión se entiende mejor qué quiere decir cuando dice que esta configuración geográfica impone aChile ser una potenciadelPacíficosur.Primeroquenadalodefinesobreunámbitovalóricobienespecífico,queseríaparagrandezaysosténde lademocraciaen América, en un momento en que se discutía ese estatus para algún vecino de Chile (Cañas Montalva, 18.02.1948a). El otro aspecto es que más tardíamente, en 1959, al escribir una editorial de Terra Australis, sostiene más medidamente la posibilidad de “hacer de Chile una pe-queñapotenciaenelPacíficosur”.

Pequeña y democrática, dos son las características de su accionar de potencia local. La identidad democrática se da por su plena iden-tificaciónconelmandopolítico,unasubordinacióncreativaalmandopolítico, que se evidencia en su actitud proactiva, y en su estrecha sintonía especialmente con el Presidente Gabriel González Videla. A este último y su familia, como a sus colaboradores, organiza y guía su periplo antártico.

Respecto de sus influencias, CañasMontalva estudió cuandoapenas era Teniente 1º con el famoso maestro sueco ya menciona-do, e inventor según algunos del término “Geopolítica”. Pittman señala quetambiénrecibióinfluenciadeautoresfrancesescomoArthurDixy

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Cristián Garay Vera

Otto Maull, y especialmente de Friedrich Ratzel y Karl Haushofer.4 Con este último también estuvo en la Universidad de Munich (Alemania) donde enseñaba. Especialmente le interesaba su geopolítica del Pací-ficoquetuvo“arousedconsiderableinterestinChile,aPacificPower.TheHaushoferviewofthePacificbasinastheareaofthefuture,wasan idea shared by early chilean geopolitical theorist such as Ramón CañasMontalva”(Pittman,1981:1187).Nuestrobiografiadosevinculacon la geopolítica clásica, pero destaca temas como una presumible “eradelPacífico”.5 También hay una deuda igualmente importante con Nicholas Spykman. Este geopolítico estadounidense, autor de Estados Unidos frente al mundo, resaltó la importancia geoestratégica de Chile encasodeunconflicto,enelmarcodelaGuerraFría.CañasMontalvaasumedichoimperativo,yexplicaqueelroldepotenciaenelPacíficosur está también ligado al control de las rutas marítimas y de la proyec-ción antártica, dentro del diseño hemisférico de seguridad.

Cañas Montalva asumió esas percepciones y las reelaboró para dar viabilidad internacional y lograr respaldo de Estados Unidos en las reclamaciones antárticas.

Sus puntos de vista se difundieron en el Memorial del Ejército de Chile, la Revista de Marina, y el Anuario Hidrográfico (1981:1197). Las áreas temáticas de la revista, donde escribió profusamente el general Cañas Montalva, era de geografía, cartografía, geodesia y sismogra-fía.Tambiénserefirióalcontrolmarítimo,tantoenrelaciónalPacíficocomo en cuanto poder bioceánico. Por ello nuestro autor propició, ennombredelequilibrio,unbloquedelPacíficoconEcuadoryPerúpara hacer frente a lo que consideraba expansión argentina en la época de Perón. El nombre Terra Australis, para su publicación, era una declaración de principios, pues como dice Pittman “implies, that this thought was devoted primarily to the south of Chile, the control of the southern passages and Antarctica” (1981:1188).

Cinco años antes de su muerte, en mayo de 1972 donó sus libros a la Biblioteca del Congreso, motivo por el cual la Cámara Alta lo dis-

4 Afirmaciónrefrendadaporelinventariodesubiblioteca.Enlamismafigurannueveobras de Kjellen, 7 de Haushofer, 3 de Ratzel, y 3 de Weigert. Sus lecturas gene-rales revelan un espíritu amplio, pues consulta frecuentemente a Bolívar, Encina, Lenin, Nicolai, Ortega y Gasset, Maritain, Ludwing, Russell, Tolstoi y Wells.

5 El mismo tradujo un texto de 1908 en que aquel sostuvo, tras viajar a Japón, que un “espacio gigantesco se está extendiendo ante nuestros ojos, con fuerzas que afluyenaél,lascuales,fríamenteobjetivas,esperanelalbadelaeradelPacífico,sucesor de la vieja etapa del Atlántico y de la caduca del Mediterráneo y la peque-ña Europa”. Citado de Revista de Geopolítica, 1925. Ver documento Nº 1.

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Introducción

tinguió con la Medalla Distintiva del Senado. Este brazo del legislativo impulsó luego la edición del catálogo. Desde 1976 en adelante varios autoreshanperfiladoloscontornosdesupensamientoyobra.6

De su preocupación por la soberanía está el hecho que él conci-bió, siendo mayor de Ejército, la idea de reconstruir el Fuerte Bulnes en 1930, y dio obra a la misma con su participación en el comité respectivo de 1941-1942.7 Precisamente por eso hay referencias a su papel en el sitio de la Biblioteca Nacional Memoria Chilena y está di-gitalizado el libro de actas del comité respectivo. En 1941, nombrado Comandante de la Zona Regional Austral, impulsó la creación de la V Divisiónycreóunregistrotopográficodelazonayunamapoteca.Lahuella de Cañas Montalva está también en el monumento al Ovejero, en Avenida Bulnes, idea suya que cristalizó en la donación de Fran-cisco Campo Torreblanca en 1944, con un poema de José Grimaldi.

Por todo esto no extraña que el Concejo Municipal de Punta Arenas (1992-1996) aprobó nombrar Avenida Circunvalación General Ramón Cañas Montalva a una de las principales arterias de la ciudad. Asimismo lamapotecadel InstitutoGeográficoMilitar, enSantiagode Chile, lleva su nombre. Lo mismo sucede con el “Gimnasio Ra-mónCañasMontalva”dePuntaArenas.En1995elsuboficialCar-los Burnes ganó el Concurso Literario Militar, Categoría B, con una obra sobre el General Ramón Cañas Montalva. Visionario hombre de armas. Finalmente, el Ejército de Chile en 2008 creó el Campo Mili-tar Austral “General Ramón Cañas Montalva”, en la localidad de Ojo Bueno, cuya inauguración fue presidida por el Comandante en Jefe del Ejército de Chile.

6 Pinochet de la Barra (1976, 1977); Pittman (1981) en una obra general pero exten-sa sobre la geopolítica del ABC sudamericano; Jara Fernández (2002-2003) quien realiza un contrapunto entre el almirante estadounidense Richard E. Byrd y el ge-neral Ramón Cañas Montalva acerca de la Antártica en 1940; el almirante Jorge Martínez Busch en Oceanopolítica. Una alternativa al desarrollo, sostiene que el general“percibiócongranclaridadlasignificacióndelPacíficodespuésdetermi-nada la Segunda Guerra Mundial” (1993:131). En 2003 Sáez y Urrutia analizaron in extenso su obra y su aplicación en los desafíos de política exterior y consolidación territorial interna. Para el brigadier García Arriagada el general Cañas Montalva es “el más profundo pensador en temas de geopolítica y geografía que haya produ-cido la institución”, (2004-2005: 95).

7 Burnes recuerda que a través del Touring Club de Magallanes “elevó proyectos al gobierno pidiendo la creación de parques nacionales, en las Torres del Paine, Fuerte Bulnes, etc., como también la declaración de monumentos nacionales a los accidentesgeográficosehistóricosdeimportanciacientífica(CuevasdelMilodón,en Última Esperanza, Cueva de la Leona, en Laguna Blanca)” (1995:44).

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Cristián Garay Vera

Quizás no se ha destacado, por último, su labor en el patrimo-nio, sobre todo por la reconstrucción de monumentos, especialmente Fuerte Bulnes, y la colocación de estatuas, especialmente del Liber-tador O`Higgins, y del mariscal y presidente de la República Manuel Bulnes. Pero el registro de eso está claramente en la prensa de la época.

Por ello no nosparece sostenible cuandoGodoy (2008) afirmataxativamente “No he leído ni oído mención alguna sobre la ciclópea labor de este intelectual militar en pro del reconocimiento de nuestros derechos antárticos. Sostengo que, fuera de la multiplicidad de temas que concitaron su atención, su carrera profesional y su vida entera es-tuvieron dedicadas a la lucha por estos derechos” (La Prensa Austral, Punta Arenas, 2008).

Haber sido agregado militar en Suecia, alumno de profesores eu-ropeos, y luego edecán de los Príncipes de Gales y del Piamonte en sus visitas a Chile, revela el alto roce internacional de un hombre que, curiosamente,comodiceelsuboficialCarlosBurnessereconoceple-namente integrado “a la realidad Magallánica, fue el general Cañas MontalvaunodeloscontadosoficialesdenuestroEjércitoquerealizóen la zona la casi totalidad de su brillante carrera” (1995:10). La tras-cendenciadesuvisitaaSueciapuedegraficarseporhechoqueen1924,devueltadeunodesusviajesaEuropa,eljovenoficialplanteólaimportanciadela“posicióndeChilefrentealPacíficoylaAntártica,constituyendo con ello epicentros geopolíticos de la mayor importan-ciaenlanuevaeradelPacífico”;en1939expusoalPresidenteAguirreCerda sus preocupaciones orientadas a tomar posesión del Territorio Antártico Chileno. (Godoy, 2008). De hecho Cañas Montalva adelantó en un artículo de prensa en Punta Arenas, en el diario La Verdad del 30 de marzo de 1940, el Decreto 1747 en siete meses.

Pese a su intensa actividad el historiador Armando Donoso se lamentaba que el “decreto de límites del Presidente Pedro Aguirre Cer-da, de 1940, no había sido seguido por ocupación, como sugerían en la prensa nacional, el general Ramón Cañas Montalva en 1940, Benja-mín Subercaseaux y yo mismo en El Mercurio de 16 de noviembre de 1944...” (Godoy, 2008).

Finalmente,esteoficialdelgadoyseverofueretratadoporungranescritor. y valga por todos la impresión que dejó en Francisco Coloa-ne, citado por Vidal, cuando rememora: “No olvidaré al general Cañas Montalva quien atendió a (Mariano) Latorre como nunca he visto aten-der a un escritor en Chile. Me pidió que lo acompañara a la península de Brunswick arriba, a la laguna Lynch. Me puso a disposición al sar-

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Introducción

gento Huilquicura, chilote, de la Cuarta Compañía de Ametralladoras con quien yo había hecho el servicio militar”. Gracias a su gesto Ma-riano Latorre, “por primera vez, conoce toda la maravilla del paisaje magallánico” (Vidal, 1991:78). y el gran narrador del paisaje austral, propagandista, y literato excelso de esas latitudes, también le consi-deró un magallánico más.

La Reina, julio de 2008.

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BIBlIOgRAfÍA

fUENTES PRImARIAS

Archivo de Documentos, Recortes y fotos del General Ramón Cañas Montalva, Biblioteca Augusto Pinochet Ugarte, Academia de Guerra, La Reina. (Donación Familia Cañas Suárez).

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Vidal, Virginia, Testimonios de Francisco Coloane, Editorial Universita-ria, Santiago de Chile, 1991.

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ESTUDIO PRElImINAR

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ESTUDIO PRElImINAR

Coronel Julio Von Chrismar Escuti

El CUmPlImIENTO DE UNA PROmESA

El objetivo del presente trabajo es presentar los principales li-neamientos del pensamiento geopolítico del general Ramón Cañas Montalva, contenido en sus numerosos e interesantes artículos y en-sayos. Para ello, nos hemos basado, fundamentalmente, en sus artí-culos publicados, donde sus juicios y apreciaciones se vierten en lec-ciones para los chilenos de hoy y del futuro. Además el pensamiento de nuestro autor, está plasmado también en el cumplimiento de sus deberes cívicos y militares, no escritos sobre papel, sino en acciones de progreso espiritual y material, de carácter nacional y militar, que impulsan el desarrollo y la seguridad de Chile, en diversos lugares de nuestro territorio, como asimismo en otros ámbitos del continente.

Esquesupensamientogeopolítico,germinóyfructificóentresaspectos: 1º) la enseñanza de la geografía; 2º) la formación de una escuela de geopolítica, que él introdujo en nuestro país, para formar unaverdadera“concienciageográficanacional”,consusprincipiosdoctrinarios teóricos o universales y nacionales; y 3º) la realización de sus ideas, en obras concretas, materiales o inmateriales como la Declaración del Territorio Antártico Chileno, que logró en vida, y, tras ello, en políticas de Estado y acciones geopolíticas, especialmente en la idea de construir una ruta que comunicara la región austral en la carretera homónima.

También es un ejemplo de su obra la creación de un Centro Con-tinental de Formación de Expertos en Recursos Naturales, sugerido, promovido, e inaugurado por el mismo general Cañas en Brasil. Ins-tancia aprobada previamente por el Instituto Panamericano de Geo-grafía e Historia (IPGH); iniciativa que nos muestra la preocupación permanente de nuestro ilustre pensador, por el uso intenso de la cien-ciageográficaeneldesarrollodelasnacionesamericanas.

Por otro lado, la tarea de escribir este Estudio Preliminar obede-ce, por una parte, a la gentil invitación hecha por la Dirección de la Academia de Guerra del Ejército, con el objeto de introducir a los lec-tores en el rico y visionario pensamiento de general Cañas Montalva. y por otra parte, cumplir, aunque sea sólo parcialmente, la promesa que le hice hace 34 años de compilar sus trabajos en un volumen

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Julio Von Chrismar Escuti

único, conforme al proyecto que le propuse y que él aceptó gustoso; y cuyo contenido y orden capitular aprobó con el título preliminar de Geopolítica del Pacífico Sur Antártico.

Ese compromiso es fruto de la enorme admiración y respeto que yo sentía y siento por el general Cañas; camarada de Arma y amigo de mi padre, que me otorgó, pese a la gran diferencia de edad, su gentil y valiosa amistad; desde la época de mi formación en la Escue-la Militar, hasta los últimos años de su vida. El camino transcurrido hasta hacer realidad ese compromiso es bastante largo y trataré de resumirlo.

Es así como al estar, en comisión de servicio en 1970 en el Me-dio Oriente, como observador militar de las Naciones Unidas, en el conflictoárabe-israelí,enelCanaldeSuez,conresidenciaenJeru-salén, recibí una amable carta suya, en uno de cuyos párrafos me ex-presa: “¿Qué me dice sobre geopolítica? No se olvide que este tema continúa siendo mi mayor preocupación, por lo que le agradeceré cualquier información al respecto, con lo que diga referencia con el Pacífico,comofuturoepicentromundial”.En1972,meinvitóavisitarla sala de la Biblioteca del Congreso Nacional donde está el fondo especializadoengeopolíticaycienciasafinesdonadoporél, lugardonde me mostró algunos de los valiosos libros que la componían y me regaló un ejemplar del catálogo de la donación Cañas Montalva, que todavía conservo como preciado tesoro en mi biblioteca.

Finalmente, este libro no habría sido editado sin la valiosa co-laboración y el apoyo del general Máximo Altamirano Falkenstein, el Director de la Academia de Guerra, coronel Juan Carlos Núñez Bustamante, el jefe de la Sección de Investigación y Publicaciones, coronel Claudio Toledo Gallegos, el jefe del Departamento de Investi-gación y Desarrollo, coronel José Lira Calderón y el Magíster Cristián Faundes Sánchez, del mismo Departamento.

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Estudio Preliminar

Carta proporcionada por el coronel Julio Von Chrismar Escuti.

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Julio Von Chrismar Escuti

Fue aproximadamente durante el año 1972 ó en 1973, cuando propuse al general Cañas hacer una compilación de sus artículos y ensayos, en un libro, que pudiera editarse, para lo cual le ofrecí mi colaboración. Él aceptó y me proporcionó varios de sus escritos, es-pecialmente los que había publicado en la Revista Geográfica de Chile Terra Australis.

Es así como, en carta fechada el 7 de febrero de 1974, el gene-ral Cañas me recuerda “...haber a la vez conversado sobre nuestro anhelado ‘proyecto’ de procurar publicar un volumen con mis ‘ensa-yos’sobre‘GeopolíticadelPacíficoSur-Antártico’;esdecir:sobrelos‘objetivos geopolíticos’ en que se debe conciliar el futuro gran destino de nuestra querida Patria, vital asunto, y que sin embargo continúa au-sente de la inmensa mayoría de nuestros propios compañeros y com-patriotas en general”.

Conforme a esa idea central, en 1975, le presenté, en su acoge-dor hogar, una maqueta preliminar del futuro libro, que llevaba como título el de uno de sus artículos más relevantes, publicado por primera vez en 1948 –contenido en el libro Base Militar General O´Higgins– Re-flexiones Geopolíticas sobre el presente y el futuro de América y de Chile, que revisó y aprobó complacido, lo que incluía todos los escritos queélmehabíaindicadoyproporcionado,clasificadosencincopar-tes, ordenadas cronológicamente cada cual: artículos de geopolítica, ensayo,artículosdeinterésgeográfico,artículosdeinterésprofesionalmilitar, y editoriales de la Revista Terra Australis. Debo precisar que aunqueelnombredellibrolegustó,prefiriódefinitivamenteelnombrede Geopolítica del Pacífico Sur Antártico, ya que así no se confundiría con el del artículo del mismo título.

Con la maqueta del proyecto aprobada, comencé lo que sería un largoeinfructuosoprocesodepublicación,loquesignificóquelaspági-nas recopiladas estuvieran a punto, pero nunca fueron efectivamente im-presas por razones que aún trato de comprender. En este largo periodo, sin embargo, logré conseguir la reedición de algunos de sus artículos en la Revista Política y Estrategia de la Academia Nacional de Estudios Po-líticos y Estratégicos (ANEPE). Es por eso que ahora, con la publicación de este libro con cinco artículos del general Cañas, seleccionados por su enorme interés y permanente actualidad, acerca de la geopolítica del PacíficoSurAntártico,editadosporelDepartamentodeInvestigacióny Desarrollo de la Academia de Guerra del Ejército, se cumple en parte importante; y parcialmente, en forma muy positiva, el compromiso de honor que yo había contraído con el ilustre maestro, geógrafo y geopo-lítico,yporciertoeximiooficialyComandanteenJefe.

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Estudio Preliminar

Quisiera agregar, para quien no ha tenido contacto con sus escri-tos que los mismos tienen un estilo particular. Pues cualquiera fuera el formato de sus ideas –artículo, discurso, entrevista, editorial o ensayo– eran verdaderas Filípicas como las de Demóstenes, dotadas de singu-larclaridad,franqueza,firmezay,enalgunoscasosconvehemencia,que buscaban convencer, a las autoridades y particulares acerca de determinadas decisiones que él estimaba necesarias y a veces urgen-tes, para el interés de Chile, o por el contrario, que no convenía adop-tar, por ser contrarias a los objetivos nacionales de nuestro país, a su desarrollo, o a su seguridad y defensa.

Así cada artículo o ensayo escrito por el general Cañas constituye una lección magistral –en el estricto sentido del término, es decir lec-ción pedagógica superior– de geografía y de geopolítica, con sólidos fundamentos disciplinarios de ambas fuentes, combinadas con eleva-dasreflexionesdeconcepcionesintelectualesyderaigambrefilosófi-ca, especialmente de índole espiritual, basadas en valores y principios morales, que han hecho grandes a las naciones. Por lo tanto conviene leer y releer sus escritos.

y no bastándole sus “Filípicas” además utilizó su corresponden-ciaprivada,documentosreservados,confidencialesysecretos;y,es-pecialmente, la acción personal para lograr sus loables propósitos en beneficiodeChile.

Por otro lado, otro rasgo persistente es la reiteración frecuente de sus ideas, incluso dentro de un mismo artículo. Ella es intencionada: “Con premeditación, hemos escrito con ánimo de golpear insistente-mente en la conciencia de nuestros compatriotas”.8 Sus tesis, repeti-das con insistencia, al igual que los tañidos de las campanas, buscan golpear y remecer la conciencia nacional, especialmente en los espíri-tus adormecidos, o que aprecian los problemas con visión localista y cortoplacista, y no con la visionaria imagen prospectiva, de gran am-plitudenelespaciogeográficoyeneltiempohistórico.

Todo esto repercute en que hubo que elegir dentro del corpus de su producción, pues se seleccionaron de sus escritos de su autoría los párrafos que se estimó representaban con mayor propiedad su pensa-miento. En esta labor, se ha mantenido intacto el sentido y su lógica, y al mismo tiempo, se han omitido las partes que pudieran herir susceptibili-dades, innecesariamente, conforme a las recomendaciones hechas por el general Cañas, en febrero de 1976, para la publicación de sus escri-

8 CañasMontalva,Ramón“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturodeAméricaydeChile”.RevistaGeográficadeChile(enadelanteRGCH)Nº13,p.22.

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tos. En esa ocasión, él instruyó en nota para la edición de sus escritos, dirigida a su hijo Ramón: “Moncho: para revisar y quitar lo ofensivo”.

“Moncho: para revisar y quitar lo ofensivo de acuerdo con la mamá, Jorge y Sonia, y lo que he conversado con el coronel Von Chrismar quien puede, por su magnífica preparación, asegurar una publicación de valor. Lamento no poder continuar con esta responsabilidad, dado el precario estado de mi salud y la casi total imposibilidad de leer.

Gral. CañasMartes 3 de febrero 1976”.

Carta proporcionada por el coronel Julio Von Chrismar Escuti.

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Estudio Preliminar

Hecha esta explicación, vamos a lo nuestro.

1. Su formación y perfeccionamiento militar

“Un recorrido por los países de Europa, complementarios a los de los comandos señalados, permitió la feliz oportunidad de ampliar nuestra natural inquietud geográfica, interés acentuado sobre la íntima relación política, económica, social, cívica y militar de las ciencias geográficas”. (“Ligeras Consideraciones y Finalidades de la Donación”. En Donación General Ramón Cañas Montalva. Ca-tálogo del Fondo Bibliográfico. Biblioteca del Congreso Nacional. Santiago, 1972).

Hijo de Ramón y Ana Rosa, nació el 26 de febrero de 1896. Es-tudió en el Liceo de Aplicación y en el Liceo de Concepción antes de entraralaEscuelaMilitarconexcelentesresultadosloquelesignificaestar en el Cuadro deHonor y egresar como oficial con la primeraantigüedad de su curso. Rinde examen como Capitán con nota 8.33. Participa como alumno en el Curso de Gimnasia realizado en el Insti-tuto de Educación Física, donde obtiene el primer lugar, con 87 puntos sobre un máximo de 90; en un curso de 20 alumnos, bajo la dirección del profesor don Joaquín Cabezas.

Precisamente en razón de su alto desempeño en Educación Fí-sica,disciplinaquesebuscabaasociaraunestudiocientíficoenesaépoca, es nombrado Adicto Militar de Chile en Suecia, para estudiar el método Ling de acondicionamiento. En ese puesto cumple comi-siones de servicio en los ejércitos de Alemania, Francia, Inglaterra, y Suecia, durante un período de cuatro años, que aprovecha para perfeccionar su capacidad militar, y profundizar su ya amplia cultura general,comoasimismosusconocimientosmilitares,geográficos,ygeopolíticos.

NuestrobiografiadonosinformaacercadesudestinacióncomoAdicto Militar en Suecia. “Destinados a perfeccionar conocimientos generales y en particular militares a raíz de la Primera Guerra Mundial, yenespecial, cuantodecía relaciónconelprogresocientíficode laEducación Física, campo en el que se operaba una sorprendente reno-vación en los sistemas a base de los modelos ofrecidos por el método sueco de Ling”… “país este último en el que fuimos distinguidos con el cargo de Adicto Militar a la Embajada de Chile en Estocolmo entre los

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Julio Von Chrismar Escuti

años 1920 y 1924”.9 Durante su estadía en el país nórdico profundiza sus conocimientos sobre educación física en el Instituto Real de Gim-nasia de Estocolmo.

Desde Suecia viaja a Amberes (Bélgica) donde, designado en representación de nuestro país, participa en el torneo mundial de at-letismo de los VII Juegos Olímpicos, realizados en esa ciudad, de-mostrando una vez más sus extraordinarias dotes deportivas. A su regreso a Chile, es destinado a la Escuela Militar, donde se desempe-ña como instructor de Educación Física e introduce el sistema Ling en la enseñanza deportiva.

En 1932 ingresó como alumno al Curso de Informaciones de la Academia de Guerra, donde obtuvo nota 8.33, obteniendo el pri-mer lugar del curso. Rinde examen para optar al título profesional deOficialdeEstadoMayor,conaltanotaciónqueledaderechoaserdestinadoalEstadoMayordelEjércitocomooficialaprueba,requisito del que no hace uso. A cambio pide su destinación a la Re-gión Militar Austral (Punta Arenas) donde funda una biblioteca es-pecializadaentemasgeográficosygeopolíticos,ypublicalacartatopográficadelterritorio.Realizadesdeesazonanumerososviajesde reconocimiento: navega el Canal Beagle en varias oportunidades entre otros lugares, y recorre el área de Chabunco, con el propósito de que se instale un aeropuerto desde donde, en su visión futura, partirían rutas aéreas hacia Australia, Nueva Zelandia, las islas de la Micronesia, y Asia.

En 1943 es designado para participar en el Curso de Altos Es-tudios, en el Estado Mayor del Ejército. En 1945 es enviado para participar en el Ciclo de Conferencias y Juegos de Guerra para el AltoMando.En1946esnombradoDirectordelInstitutoGeográficoMilitar cargo en el que no sólo realiza una excelente labor, sino que aprovecha para profundizar sus ya amplios conocimientos geográ-ficos, cartográficos y de ciencias de la Tierra, como también degeopolítica y donde funda la Revista Geográfica de Chile Terra Aus-tralis, órgano de difusión del “Comité Nacional de Geografía, Geo-desia y Geofísica”, comité y revista que dirigirá durante veinte años; vale decir, hasta después de obtener su retiro voluntario del Ejército, en el cargo de Comandante en Jefe.

9 Cañas Montalva, Ramón, “Ligeras Consideraciones y Finalidades de la Donación”. Donación Gral. Ramón Cañas Montalva. Catálogo del Fondo Bibliográfico. Biblio-teca del Congreso Nacional. Santiago de Chile, 1972, p. 9.

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Estudio Preliminar

Como puede apreciarse, su función militar profesional fue muy completaybrillante,deloquedanfelasaltascalificacionesyeva-luaciones obtenidas, en los distintos cursos y exámenes; además de susviajesyreconocimientosgeográficos,dentroyfueradenuestropaís.

2. actividad profeSional y difuSión

El general Cañas Montalva dedica su vida a la formación inte-lectual y académica, la que se forja desde sus años mozos antes de su carrera militar, así como durante el ejercicio de su profesión, incluso posteriormente en sus años de retiro de la Institución. En su niñez y adolescencia recibe importantes enseñanzas y estímulos de su abuelo paterno, Alejandro Cañas Pinochet, quien le inculcó, entre otrasmaterias,elgustoporlosestudiosgeográficos,antropológicosyétnicos,delqueeraungrancientíficoeinvestigador.

Durante su carrera militar nos hemos referido al viaje a Europa, con sede en Estocolmo desde donde viajó a Inglaterra, Francia y Ale-mania, lugares donde además de sus labores y estudios militares, realizó estudios geopolíticos, que serían decisivos en su formación científicayacadémica.EnSueciaconocealprofesorRudolfKjellen,de la Universidad de Upsala, y asiste a sus clases y conferencias sobre la nueva ciencia geopolítica –neologismo creado por dicho pro-fesor– y se impregna con sus teorías acerca del concepto del Esta-do,comoorganismovivoyfenómenoenelespaciogeográfico,queserán relevantes en su formación académica, y que aplicará en sus estudios, investigaciones y apreciaciones geopolíticas a su regreso a Chile. En Inglaterra conoce al profesor Mackinder. En Alemania cono-ce al general Haushofer. En Francia, con similar fervor y entusiasmo, asiste como oyente a cursos de geografía en la Sorbonne.

Respecto de la importancia que el general Cañas le atribuyó en su formación académica a su estadía en Europa, especialmente en Suecia, él mismo nos expresa: “Un recorrido por los países de Eu-ropa complementarios a los de los comandos señalados permitió la feliz oportunidad de ampliar nuestra natural inquietud GEOGRÁFICA, interés acentuado sobre la íntima relación política, económica, social, cívicaymilitardelas“cienciasgeográficas”.“Laaplicaciónprácticaeintegral alcanzada por estas disciplinas, paralelamente a la aparición extremadamentenovedosaensucamposemipolíticoygeográficodela que empezaba a conocerse como GEOPOLÍTICA nos impresionó fuertemente al advertir desde un principio, las múltiples aplicaciones

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Julio Von Chrismar Escuti

Las expediciones del general Ramón Cañas Montalva tuvieron su cenit en la exploración que hizo con el célebre almirante estadounidense N. A. R. Byrd.

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Estudio Preliminar

que ofrecía a una más seria investigación sobre nuestro desarrollo y quebrantos territoriales, como nación”.10

Desde el año 1949, cuando obtuvo su retiro voluntario de la Ins-titución, hasta el año 1972, aproximadamente, tras el cual se retiró definitivamentedesusactividadespúblicas,elgeneralCañascontinuódesempeñandoimportantescargosendiversassociedadescientíficas;el Comité Nacional de Geografía, Geodesia y Geofísica, del cual fue presidente durante más de veinte años. El Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), del cual fue primer vicepresidente durante cuatro años y luego presidente durante seis, tras lo cual fue declarado presidentehonorariodeesainstitucióncientífica.YelInstitutoAntárti-co Chileno, en calidad de miembro fundador.

En 1949, tras su retiro del Ejército, su actividad no cesó. Fundó la Sociedad de Escritores Militares y ese mismo año fue elegido pre-sidente de la V Asamblea del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH). Al término de esa Asamblea se le eligió primer vicepre-sidente del instituto por cuatro años.11 Fue nombrado, además, corres-pondiente de las Sociedades de Geografía de Perú, Bolivia y Brasil.

En 1950 es elegido presidente del Instituto Chileno-Peruano de Cultura, cargo que ejerce hasta 1973. En 1951 participa como miem-bro fundador de la Comisión Chileno-Antártica del Ministerio de Re-laciones Exteriores. En agosto de 1952 participa en el XVII Congreso Mundial de Geografía organizado en Washington D.C. por la Unión GeográficaMundial.Enseptiembredeeseañoesinvitadoavisitarel

10 Ibídem, pp. 9 y 10.11 En septiembre de 1951 Cañas Montalva participa en la reunión del Comité Eje-

cutivo del IPGH, en México. Es designado por ese instituto presidente de la comisión encargada de estudiar si “El territorio del istmo de Panamá” pertenece geográficamenteacentroosurAmérica,trabajocuyoinformeespublicadoen1955 por el IPGH y que lo adscribió a América Central. El informe sirvió al general Cañas Montalva para recalcar la enorme trascendencia geoestratégica, espe-cialmente para Estados Unidos y particularmente para Chile, ante la eventual obstruccióndeesavíamarítimaartificial,aunqueaminoradaporelaumentodela capacidad de las vías de comunicaciones y transportes interoceánicos a tra-vésdeEstadosUnidos,especialmenteafinesdelsigloXX.Elinformesostenía:“Políticos, estrategas, geógrafos, sociólogos, etc., no obstante las posibilidades de abrir otras rutas complementarias como la de Nicaragua, el Atrato, etc, y el incremento del transporte aéreo, coincide en estimarle como el “punto llave del poderío continental”. Según Spykman, “Sin el canal, quedaría interrumpida la corriente de minerales esenciales que circula desde la costa occidental de la América del Sur hacia las regiones industriales del litoral atlántico de Norte Amé-rica, viéndose obligada a emprender una ruta mucho más larga dando la vuelta al Cabo de Hornos”, Documento citado, p. 28.

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Servicio Geodésico Interamericano en Panamá. Durante los meses de octubre y noviembre de ese mismo año, convidado por la Universidad de Chile, dicta un ciclo de conferencias en Santiago y en las principa-les ciudades del norte del país en las que expone su tesis: “Imperativo GeopolíticodeChilefrentealPacíficoSurAntártico”.

En 1953 participa en la reunión del Comité Ejecutivo del IPGH en Río de Janeiro. En dicho encuentro impulsa la creación de un centro continental para la formación de expertos en evaluación de recursos naturales, organizado el cual, cada país miembro tendría derecho a enviar becados. Ese mismo año, en su cargo de presidente del Ins-tituto Indigenista de Chile, visita Paraguay y Ecuador. En diciembre deeseañoeselegidoDirectordelaSociedadCientíficadeChile.Enenero de 1954 dicta un curso en la Escuela de Verano de la Univer-sidad de Chile sobre: “La Geopolítica de Chile”. En el mes de marzo asiste al III Congreso Indigenista Interamericano, realizado en La Paz, Bolivia. En octubre de ese año viaja a Brasil y preside la inauguración del Centro Panamericano para la Formación de Expertos en la Eva-luación de Recursos Naturales”, con lo cual hace realidad uno de sus importantes proyectos en pro del uso de la geografía en el desarrollo de las naciones.

En abril de 1955, participa en la reunión del Comité Ejecutivo del IPGH, en Washington D.C., asistiendo además como representante del PacíficosuralaPrimeraReunióndelComitéPanamericanodeExper-tos en Oceanografía. En agosto de ese año preside la delegación chi-lenaalaVIAsambleaGeneraldelIPGH,enMéxico,dondealfinaldelaconferencia es elegido por aclamación presidente de ese instituto.

En agosto de 1956, como presidente del IPGH asiste a Río de Janeiro al Congreso Mundial de Geografía. En octubre de ese año, preside en México el Consejo Directivo del IPGH, donde se le designa para organizar y presidir el Comité Panamericano para el Año Geofísico Internacional. Asimismo el gobierno de Chile lo designa para presidir la comisión chilena para esa actividad. En junio de 1957, realiza un viaje transcontinental por ferrocarril entre Arica y Santos. En septiembre de aquel año es comisionado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile como delegado de nuestro país a la Conferencia Antártica Mundial, que se realiza en Estocolmo, Suecia.

En 1958, en la reunión del Consejo Directivo del IPGH, que presi-de en Washington D.C., propone la creación de un “Centro Continental para la Formación de Geógrafos Profesionales”. En junio de 1959, en la reunión del IPGH, en México, da cuenta de las gestiones realizadas para lograr la incorporación de Canadá al instituto.

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Estudio Preliminar

En 1960, en la reunión del IPGH en México, le corresponde incor-poraroficialmentealinstituto,aCanadácomomiembro,lograndoasílatotalunidadcontinentalenmateriasdeinvestigacióncientífica.Tam-bién en 1960, organiza en Santiago el Primer Simposio de Geodesia, con la colaboración de las universidades del país.

En 1961, preside la VII Asamblea General del IPGH en Buenos Aires, República Argentina, al hacer entrega de su cargo de presiden-te que ejerció durante seis años (más cuatro anteriores, como primer vicepresidente), es declarado por los países miembros presidente ho-norario de ese instituto.

3. laS baSeS teóricaS

“La geopolítica: una apreciación geográfica, dinámica y trascen-dente –con proyecciones políticas visionarias– al servicio del bien y del progreso”. Donación General Ramón Cañas Montalva. Catálogo del Fondo Bibliográfico, Biblioteca del Congreso Nacional. Santia-go, 1972. P. 13.

El pensamiento geopolítico del general Cañas, expresado en sus diversas publicaciones, se caracteriza por la riqueza y abundancia de sus valiosísimos juicios de índole aplicada a la realidad nacional de Chi-le, del continente y del mundo, que tienen una sólida base, muy bien fundamentada, en conceptos teóricos de esa disciplina, confrontados conlascondicionesgeográficasconcretasdelosámbitosindicados.

En el presente trabajo, con el propósito de lograr un orden ade-cuado que facilite apreciar mejor el vasto panorama de las bases teóri-cas, sobre las cuales él sustenta sus juicios aplicados, consideraremos tres grupos de temas teóricos: 1) teorías acerca de geopolítica como disciplinacientífica,2)elEstado,y3)lasleyesyprincipiosdelageopo-lítica.

En general, los juicios de carácter teórico que utiliza el general Cañas en sus valiosos artículos y ensayos geopolíticos, corresponden a importantes conceptos de los dos primeros grupos, vale decir, de lageopolíticacomocienciaodisciplinacientíficaydelEstado,ensucalidad de sociedad políticamente organizada o unidad política, o de nación, en su amplia acepción. En cambio, los temas del tercer gru-po, correspondiente a las leyes y principios geopolíticos, tienen impor-tancia, pero menor mención en sus escritos, y dentro de este grupo, da preferencia a los principios más que a las leyes geopolíticas. Sin embargo, ellas están presentes en forma implícita en sus escritos. Lo

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anterior no es óbice para que sus contundentes deducciones y con-clusiones acerca de las hipotéticas amenazas a nuestro país –prove-nientes del exterior–, las fundamente, no sólo sobre leyes geopolíticas específicas,sinoademás,enexperienciashistóricasyespecialmente,sobre actitudes y declaraciones de autoridades políticas y pensadores extranjeros.

3.1. Fundamentos de la geopolítica como disciplina científica

El general Cañas siempre consideró que el principal factor del poder nacional y de la seguridad, fortaleza y grandeza del Estado es la calidad de su población. Pero, siendo este factor imprescindible, no es suficienteparadarpotencialidadalpaís.Serequieretambién:unterri-torioconrecursosnaturales,unabuenaposicióngeográfica,poderíomilitar y una acertada conducción política, que aproveche todos los demás factores para llevar al país al destino que busca.

Talcomoseafirmaenvariosdesusescritos,elgeneralCañasno fue un determinista de la geografía, ni menos de la historia; sin perjuiciodeasignarleunapreponderanteinfluenciapolíticaa lageo-grafía, en algunos aspectos más permanentes, como son: la posición geográfica,losfactoresfísicos,entreellos,lamorfografía,elclima,ylapresencia de recursos naturales, especialmente los minerales.

Por sus recomendaciones, podría decirse que fue, en parte, posi-bilista, ya que siempre pensó que la acción humana, y particularmente laacciónpolítica,puedemodificarciertosfactoresgeográficosadver-sosoaprovecharalmáximolosfavorablesconelfindelograrbenefi-cios para las naciones; especialmente en el caso de Chile.

EjemplificandoestepuntodevistaenMisión Geográfica Nacio-nal (1947), sostuvo que “...hay fuerzas constantes –relacionadas al determinismodefactores,comolosgeográficos–quemantienenconsolidez granítica la irreductible fuerza de su proyección...”.12 “De ello surgeelvalor trascendentedelconocimientogeográfico–comoma-nera positiva y realista– de acondicionar la vida y el progreso que esta cienciamagníficaofrecealadignificacióndelhombre”.“Lageografíaha asumido señaladísimo rol en la ESTRATEGIA POLÍTICA DE LAS NA-CIONES”. “...mostrándonos en consecuencia la interrelación de las na-ciones englobadas en un cuadro común al que nadie puede escapar”. “La geopolítica, que para algunos es la CIENCIA DE LAS RELACIONES

12 Cañas Montalva, Ramón, Misión Geográfica Nacional,InstitutoGeográficoMilitar,Santiago de Chile, 1947, p. 2.

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EN EL ÁMBITO MUNDIAL DE LOS PROCESOS POLÍTICOS, basada en los fundamentos de la geografía política, procura proporcionar y en-cauzar los elementos en que ha de fundarse la CONCIENCIA GEOGRÁ-FICA DEL ESTADO”.13

Enriqueciendo sus puntos de vista acota: “...la legítima super-vivencia y el resguardo de la soberanía, obliga a apoyarse en consi-deraciones visionarias y concretas sobre exactos valores desprendi-dos de la CONCRECIÓN GEOGRÁFICA, entre los cuales juegan rol preponderante la ubicación geográfica, la población y el potencialeconómico”.14Y,“...laproporcionalidadentresuperficieypoblaciónha sido –al contrario de lo que varios piensan– factor propicio de grandeza. La calidad que es lo apreciable puede reemplazar con in-discutible ventaja, al número”.15 Más adelante dice: “Nada es más importante en la enseñanza geográfica que despertar sólidas ins-piraciones de hacer descubrir y proyectar positivas creaciones de grandeza”.16

En su escrito Zona Austral Antártica, publicado en 1942, expre-sa:“Nadacomolasituacióngeográficadeunpaís,zonaoprovincia–determinada por su latitud y longitud– procura mayores posibilida-des a su desarrollo y progreso. De ahí que su acondicionamiento y estructuración geofísica, estimado en ello: clima, producción, pobla-ciones, vías de comunicaciones, límites interiores e internacionales, etc., sean factores fundamentales a considerar en las divisiones polí-ticas administrativas en que está obligada toda región, para su mejor manejo y adelanto”.

“Solamente una severa y adecuada organización al respecto, podrá servir al desenvolvimiento que todo progreso obliga. Sólo así, mediante la confianza ofrecida por estructuraciones ajenas a inte-reses unilaterales, podrán obtenerse iniciativas felices en el orden particular, como asegurar para la organización estatal, proyecciones eficientesybásicasalavidanacional”.17

Ensuartículo“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturo deAmérica y deChile”, acota que las “vías de tráficoo deoperaciones, que comenzaron por ser primordialmente terrestres, se extendieron enseguida a las marítimas y hoy comprenden las aéreas,

13 Ibídem14 Ibídem15 Ibídem, p. 4.16 Ibídem, p. 8.17 Cañas Montalva, Ramón, Zona Austral Antártica, Ejército de Chile, Región Militar

Austral, Punta Arenas, 1942, p. 1.

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que –con ser ya muy importantes– todavía no arrebatan la supre-macía a las del mar, que, hasta ahora, son las que han tenido y sig-nificanmayoresposibilidadespara las relaciones amistosasde losEstados”.18

Delmismomodoreafirmaelestatuscientíficodelageopolítica,ésta“constituye,enlaactualidad,ladisciplinacientíficaqueestudiay procura dar expresión a tales interrogantes, discriminando entre los vínculos y fenómenos que unen los procesos políticos con el sue-lo. En síntesis, nuestro tiempo viene dando cada día mayores pro-yeccionesa la interpretacióngeográficade la viday relaciónentrelas naciones; es decir, va haciendo de la geografía la determinante fundamental de su grandeza”. “Bastaría enunciar aspectos de orden espiritualomaterial,que influyenen lavidade lasnaciones,comoconsecuencias originadas por insalvables interdependencias entre losestados,paracomprenderelpoderde los factoresgeográficosenrelaciónconsudesarrolloyprogreso.Ubicacióngeográfica,ex-tensión, geomorfología, clima, población (características raciales), naturaleza de las fronteras, calidad de sus materias primas, potencial económicoytecnológico,poderfinanciero,nivelsocial,solidezpo-lítica, espíritu nacional, etc., son términos comunes a la ecuación de poder, en que, necesariamente, ha de fundamentarse toda política interna o exterior, orientada a robustecer a un país”.19

Ensuartículo titulado “EstructuraciónGeográficadeAmérica.Agrupación o Confederación del Pacífico”, el general CañasMon-talva acota que “Napoleón, entre las deducciones sorprendentes de su extraordinario talento, aseguró: ‘La política de los estados, está condicionada por su geografía’. Los estadistas y destacados políti-cos contemporáneos parecen urgidos en resolver con ‘espíritu ecu-ménico’ los límites adecuados a la tranquilidad y desarrollo de sus naciones.El‘problemageográfico’adviértesecadavezmáspotente-mente expresado en enlaces políticos, comerciales, culturales, etc., que aseguran a los pueblos un espacio solidario a sus problemas vitales”.20

18 CañasMontalva,Ramón.“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturode América y de Chile”, RGCH Nº 13, p. 3.

19 Ibídem, p. 6.20 Cañas Montalva, Ramón. “Estructuración Geográfica de América. Agrupación o

ConfederacióndelPacífico”,RGCHNº2,p.15.Másadelantedice,“Si aplicamos la‘cienciageográfica’,enlazando,integralmente,el‘mediofísicoconelhombre’ysu compleja gama de problemas ideológicos, sociales, económicos, militares, etc., podemos deducir principios y leyes adecuadas al progreso de la vida y, por ende, a una más lógica y humana política entre pueblos particularmente hermanos”.

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Estudio Preliminar

El carácter activo de su postura queda refrendada en su afo-rismo que la “historia es ‘tradición’; la geografía es grandeza en POTENCIA”.21

A su vez, en su artículo “Chile, el más antártico de los países del orbeysuresponsabilidadcontinentalenelsur-Pacífico”,nuevamentenos ilustra con algunos planteamientos teóricos de su autoría; que uti-liza principalmente para fundamentar parte de sus juicios geopolíticos aplicados: “...es indudable que nada es eterno; y que, querámoslo o no, hay por sobre la apariencia de una ‘eternidad estática’, fuerzas poderosas de ‘condición dinámica’ encauzadoras de una potente y permanente evolución. De ello deriva la necesidad para los hombres y los pueblos de pensar en ‘función de cambio’, máxime, cuando la evo-lución del mundo material, trae aparejada una constante ‘revolución en lo espiritual’. No pues, sin cierta relación entre ambos fenómenos, estamos asistiendo al cambio o mutación más extraordinario que el mundo ha experimentado en ambos campos”. Aserto que explica más adelante: “El ‘mundo se ha encogido’ dicen quienes lo enfocan bajo el ángulo dimensional; efectivamente, la ‘velocidad’ sumada al término conocido como ‘tercera dimensión’ u ‘Océano Aéreo’, ha dado ‘senti-do total, global o mundial’ a los problemas políticos-económicos de la convivencia, fenómeno conocido como el de la ‘interdependencia’”.22

Aun considerando las variables tecnológicas, se puede apreciar “elpoderdelosinflujostelúricossobrelasuertedelhombre,dominadoalfin,por la fuerzadelmedioambientedeordengeográfico.Pesealpoderío de sus conquistas técnicas, este dominio sobre el ser humano, es innegablemente evidente”.23 y “Apreciada la ‘geografía’ como una disciplina integral en que correlaciones de elementos básicos; como la tierra, agua y aire, deben estimarse preferentemente en su relación con el hombre, nunca, quizás como ahora, debemos considerarla como un campo más amplio y delicado como más completo, para analizar y deducir fenómenos de vital importancia, como el de la ‘ubicación geográfica’deunpuebloyformadesuterritorio”.24

Todo lo anterior tiene valor militar y estratégico: “Posición y for-mageográfica,clima,recursosnaturales(carbón,cobre,acero,energíaeléctrica, etc.), calidad y carácter de la población, sólida tradición y capacidad militar, organización administrativa, madurez política y so-

21 Ibídem, p. 16.22 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su res-

ponsabilidadcontinentalenelsur-Pacífico”.RGCHNº4,p.24.23 Ibídem, p. 27.24 Ibídem, p. 28.

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cial, títulos históricos, sólida concepción democrática, etc., son valo-res potenciales y permanentes igualmente importantes en la paz y en la guerra”.25 “...las ‘FUERZAS DE DEFENSA o FUERZAS MILITARES’, haninfluidonotablementeydeterminanenlahorapresente,granpartede la suerte reservada a cada nación...”.26

En su artículo titulado “La Conferencia de Arica y el Imperativo de los factores permanentes”, el general Cañas Montalva subraya la ne-cesidad de “...meditar una vez más sobre el ‘imperativo de los factores permanentes’ en relación con la vida de los pueblos”.27 Estos factores se estudian, dice en “El valor geopolítico de la posición antártica de Chile”, desde un concepto que es nuevo, pero en que “la idea que él encierra no lo es”. Por lo tanto, es “muchísimo lo que cuesta la ignoran-cia de la geografía”.28 Una“posicióngeográficanotienesólounvalorestático, sino también valores dinámicos, que se conjugan y desarro-llandialécticamente,enformadeinfluirdecisivamenteeneldestinodeun pueblo”.29

Ensuescrito“MisiónodimisióndeChileenelPacíficoSurAn-tártico” subraya: “De aquí, igualmente, el imperativo para instituciones como las de la defensa nacional, seguridad interior, políticas, educa-cionales, etc., como para los hombres que, como los de mi profesión, la patria ha formado para auscultar los factores de su seguridad y grandeza, y plantear con criterio realista, lo que al país conviene, por sobre toda otra consideración”.30

Numerosasreferenciasteóricashayensuescrito“ElPacífico,epi-centro geopolítico de un nuevo mundo en estructuración”: “Desde el instante en que las disciplinas GEOGRÁFICAS empezaron a estimar bajo un severo concepto antropocéntrico la trascendencia SOCIAL y POLÍTICA de sus investigaciones y dictados, vigorosamente impulsa-dos por la genialidad humanizada de pensadores como Humboldt, Rit-ter, Ratzel, Reclus, Vidal de la Blache, Martonne y otros, resaltó entre lospostuladoscientíficosdesuorientación,eldecausalidad, prendida

25 Ibídem, p. 29.26 Ibídem, p. 39.27 Cañas Montalva, Ramón. “La Conferencia de Arica y el imperativo de los factores

permanentes”, RGCH, Nº 8, p. 63.28 Cañas Montalva, Ramón. “El valor geopolítico de la posición Antártica de Chile”,

RGCH Nº 9, p. 11. Esta frase, citada por el general Cañas, es del coronel Thomas Hungerford Holdich, representante de S.M. Británica Eduardo VII, y ejecutor de su fallo arbitral, en una conferencia ante la Royal Geographical Society.

29 Ibídem, p. 13.30 CañasMontalva,Ramón.“MisiónodimisióndeChileenelPacíficoSurAntártico”,

RGCH, Nº 10, p. 10.

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a la idea de evolución. Con ello debió admitirse que las propias formas terrestres –para considerar fenómenos de más intensa inmutabilidad– “no son tan rígidos como se les suponía antes, sino que se encuen-tran en continua transformación”, como muy exactamente lo plantea Albrecht Penck en su Geografía Actual. Establecida la transformación geológica, menos extraña ha de resultar en consecuencia la poten-cia evolucionadora de otras fuerzas o fenómenos cósmicos, como las “fuerzas espirituales”, que van influyendo conmayor aceleración: laevolución POLÍTICA y SOCIAL del mundo, evolución a través de la que es fácil concretar tres fases o períodos clásicos dentro de lo que podemos estimar como civilización occidental: era Mediterránea, era Atlántica y hoy, era del PACÍFICO”.31

Hay principios que asumir: “...como los señalados de causalidad y evolución” son “fundamentales para comprender en esencia un he-choGEOGRÁFICO,tomandoelconcepto‘geográfico’desdeunpuntode vista integral y dinámico, única manera de concebir tan señeras disciplinasdesdesuadentramientocientíficoyrealista...”,32 “...la vida es movimiento y ... la mayor DEFENSA de un pueblo radica en su pro-greso; máxime cuando la cambiante imagen del mundo impone, como hoy, un concepto GLOBAL y DINÁMICO, apretadamente conjugado al medio GEOGRÁFICO, como única manera de asegurar ese progreso y la consecuente evolución POLÍTICA”.33

Asu vez, en suartículo titulado “Chile enelPacífico-Argentinaen el Atlántico, factores de estabilidad continental”, plantea algunos juicios respecto de los límites del nacionalismo, que de impulso legí-timo, puede pasar a “...deformaciones ingratas como el chauvinismo, el patrioterismo, la autarquía, el militarismo, etc., que conducen al NA-CIONALISMO de tipo agresivo y hegemónico, basado en falsas apre-ciaciones como las de pertenecer a pueblos elegidos...”.34 Por ello hay una dimensión aceptable y una que no lo es: “Defender la soberanía política, asegurar la libre determinación conducente a la independencia económica, facilitar el desarrollo cultural y vigorizar libertades como la de información y todas cuanto contribuyan a sostener la dignidad de un pueblo libre, no son sino justos imperativos de toda condición repu-blicana y democrática (…) Disponer de nuestras materias primas para

31 CañasMontalva,Ramón.“ElPacífico,epicentrogeopolíticodeunnuevomundoen estructuración”, RGCH, Nº 12, p. 11.

32 Ibídem, p. 11.33 Ibídem, p. 12.34 CañasMontalva,Ramón.“ChileenelPacífico-ArgentinaenelAtlántico,factores

de estabilidad continental”, RGCH, Nº 14, p. 69.

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su industrialización y amplia colocación en el mercado mundial, no son sino derechos inalienables, como el de propiedad y la libertad per-sonal, todos ellos, factores poderosos contra ingratos imperialismos. Pero de aquí a aceptar como métodos de obtención prácticas ingra-tas y aún despreciables, de nacionalismos tipo totalitario, hay enorme diferencia”.35

“Por su parte la GEOGRAFÍA POLÍTICA,...” y “...luego la GEOPO-LÍTICA, disciplina que se sirve de los mismos VALORES, para conju-garlos DINÁMICAMENTE en función del FUTURO, nos expone relacio-nes y consecuencias, interesantes a toda “unidad política”. “En ello es fundamental distinguir –bajo un punto de vista GEOPOLÍTICO (asunto particularmente interesante de las Relaciones Exteriores y la Defensa Nacional)– las FRONTERAS, los puntos ESTRATÉGICOS, las ZONAS DE INFLUENCIA, las REGIONES VULNERABLES, etc., elementos to-dos VITALES al progreso y supremacía de la nacionalidad, concebida en su condición soberana”.36

“Al decir INTEGRAL, involucramos un concepto asimismo DINÁ-MICO: de manera de poder conjugar los VALORES en juego, o con-clusiones, con miras hacia el FUTURO. Solo es posible deducir el valor GEOPOLÍTICO resumiendo y coordinando antecedentes: Políticos, Es-tratégicos, Económicos, Ideológicos, Sociales, etc., en relación con la GEOGRAFÍA, territorios y pueblos, en que se asientan y desarrollan los fenómenos”.37 “La GEOPOLÍTICA, que para nosotros, distante de ser exclusivamente una ‘seudo ciencia al servicio de grupos imperialistas’, puede sanamente orientarse como: ‘Una apreciación GEOGRÁFICA, dinámica y trascendente –con proyecciones POLÍTICAS visionarias– al servicio del bien y del progreso’, está señalada como técnica de análi-sis, para deducir lo que al país conviene, mediante la acertada conju-gación de sus valores potenciales...”.38

“Es indudable que la ‘unidad país’ –aun cuando para algunos el mundo se ha encogido ante la vertiginosidad de las comunicaciones– va quedando un tanto limitada o pequeña, para abordar por sí sola la atención de las posibilidades señaladas, o la responsabilidad de pro-blemas inherentes a la posición y extensióngeográficaqueocupanen relación con imperativos de interés mundial. De ahí el fenómeno creciente y característico de la época, de buscar entendimientos orien-tados a lograr la realización de ‘agrupaciones’, ‘bloques’, o ‘alianzas’,

35 Ibídem, p. 70.36 Ibídem, p. 80.37 Ibídem, p. 84.38 Ibídem, p. 90.

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entre países afines por razones principalmente de la vecindad geo-gráfica,intereseseconómicos,ideologíascomunes,etc.Así,podemosobservar las agrupaciones de tipo ‘continental’ como la de la ‘Orga-nización de los Estados Americanos – OEA’, las que obedecen a pro-blemas comunes de política o defensa, como es el caso del ‘Pacto del Atlántico’, y el de ‘Asia Sur Oriental’, etc.”.39

Por su parte en su artículo “Fronteras”, publicado también en el mismo número que el anterior, nuestro autor presenta numerosos pá-rrafos de carácter teórico de su autoría, sobre los cuales basa gran parte de sus argumentos explicados. Veamos algunos de ellos, que aunque son extensos, contienen abundantes e interesantes concep-tos: “Uno de los procesos más notables en la evolución política de los Estados es el que presenta la consolidación de las ‘FRONTERAS’. Desde la vaga delimitación que caracterizó el espacio territorial, de nú-cleos geohistóricos importantes en la antigüedad, con raras excepcio-nes, como es el caso de la ‘Muralla China’, o el concepto de ‘Frontera Militar’ a lo Vauban, solo, con el advenimiento de los Estados como una de las más vigorosas consecuencias de la Revolución Francesa, y su corolario, las intenciones hegemónicas de Napoleón, las fronteras empiezan a adquirir el múltiple valor y trascendencia política que hasta el momento desempeñan como uno de los órganos más sensibles a toda nacionalidad”.40

“Posteriormente, y al tenor de las concreciones que van dando re-lievecientífico,comoprácticaaplicaciónalasdisciplinasgeográficas,podemosdecirqueconRatzelelconceptodefronteraadquieredefini-tivo interés por el análisis y discriminación, a que obligan los múltiples ycomplejosfactoresquecadavezinfluyenconmayorfuerzaenlavi-talidad que hoy les caracteriza, y por consiguiente, la delicadeza de su delimitación. Ratzel al considerarlas entre las acuciosas observaciones contenidas en su “Politishe Geographie” como inseparable de la exis-tencia de los Estados, las relaciona directamente, a lo que señala como “Leyes de Crecimiento de los Estados”, estableciendo concretamente: “LaFRONTERAeselórganoperiféricodelEstado”(reflejamásquesuseguridad, su capacidad de crecimiento o de disminución).

“Las notables concepciones biológicas del Estado, planteadas por Rudolf Kjellen, catedrático de la Universidad de Upsala (Suecia), que considera al Estado como un ser vital, sometido a procesos como

39 Ibídem40 Cañas Montalva, Ramón. “Fronteras”, RGCH, Nº 17, pp. 15-16. Nota. Cursiva del

investigador.

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el de crecimiento y muerte, concretado en el medio y la raza, y a quien agitan,oestimulan,conflictosdesupervivenciaenlosqueseñalapre-ferentemente la acción de problemas económicos, sociales y de go-bierno; dan margen a que la geopolítica las considere de manera espe-cial, hasta alcanzar con el general Haushofer a través de su conocida obra Grenzen (1927) apreciaciones sorprendentes sobre el dinamismo y trascendencia en ellas sintetizados en directa concordancia con el progreso y destino de toda nación”.41

“Hablar en suma de ‘Fronteras’, o de ‘Política Fronteriza’ es hablar de ‘Política Internacional’ en sus aspectos más trascendentales, toda vez que ello implica la delimitación del TERRITORIO como asunto bási-co a la nacionalidad; y por consiguiente, al resguardo de la integridad, o SOBERANÍA. La geografía política desde su estructuración como unade lasmássignificativasdisciplinasde lascienciasgeográficas,considera la ‘Frontera’, no sólo en íntima relación con los problemas inherentes a su delimitación física en el terreno, sino a la vez con las alternativas cada día más complejas que les afectan dentro del pro-ceso político del crecimiento de cada Estado, a través de fenómenos: económicos, culturales, ideológicos, sociales, estratégicos, etc.”.42

“Lainsistenteinestabilidadunidaafluctuacionesdesorprenden-te envergadura, que caracteriza, el ‘juego de valores’, tangibles como intangibles, actuantes en la ‘dinámica del PODER’, imponen una per-manente y a veces atrevida revisión de tales valores; máxime si se considera que el ‘PODER’ es una resultante relativa entre factores per-manentescomo losgeográficos, habilidadde suempleo, yorienta-ción política hacia el futuro. De ello particularmente deriva la búsqueda de una nueva disciplina, o ciencia, que abarque el estudio integral de tan complejos fenómenos básicos a la existencia misma del Estado; ciencia prácticamente orientadora de las Relaciones Exteriores. La “GEOPOLÍTICA” parece hasta ahora la disciplina que mejor conjuga estas exigencias, sirviendo a la responsabilidad de estadistas, políti-cos, estrategas, economistas, etc.”.43

El “‘PROBLEMA de FRONTERAS’, es sin lugar a dudas, uno de los asuntos más complejos, en el proceso cada día más delicado de las RELACIONES EXTERIORES, toda vez que la frontera, como uno de los instrumentos más poderosos y dinámicos, en manos del Estado, debe servir o armonizar, las exigencias fundamentales a la SOBERA-

41 Nota. Cursivas del investigador.42 Cañas Montalva, Ramón. “Fronteras”, RGCH Nº 17, p. 16.43 Ibídem, p. 20.

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NÍA, con las franquicias otorgadas en lo INTERNACIONAL, equilibrio o límite, extraordinariamente difícil de precisar; lo que en todo caso exige un cabal conocimiento y acertado juicio sobre los incontados valores y fenómenos que inciden en su adecuada determinación. La GEOPOLÍ-TICA, tiende en mucha parte a ofrecer los ‘elementos de juicio’ básicos a la solución de tan determinante ecuación nacional”.44

Por su parte, en el breve artículo titulado “Trascendencia Geopo-lítica del Canal Beagle”, el general Cañas plantea varios conceptos teóricos, especialmente en sus primeras páginas, a manera de in-troducción al tema de fondo, que es de indiscutible carácter aplica-do: “Toda dinámica expansionista busca romper (encauzar) las vías (canales, estrechos, etc.) que conducen a los mares posibilitadores de mayor poderío”.45Lospuntosgeográficosdenotoriaimportanciaestratégica constituyen elementos básicos en aquello que la discipli-na de relaciones internacionales denomina “lucha de poder”, dígase loquesequieraporlos“pacifistas”,esunodelosfenómenosmásagudos, en el complejo y agitado entorno mundial. Si bien puede observarse con mayor acritud en los campos de la economía y en el comercio, como en el substratum, a veces aparentemente inocentí-simo de “intercambios CULTURALES” (que muestran con facilidad lafibra ideológicade laverdadera intención).La luchadepoderennada puede concretarse más contundentemente que en el afán de ciertas naciones, –particularmente en las animadas de un espíritu emprendedor o expansionista–, de no sólo asegurar la POSICIÓN GEOGRÁFICA de sus actuales soberanías, sino, lo que es más digno de observación, el de “remoldear o complementar sus contornos” bajo la inequívoca intención de “aumentar el poderío de sus zonas de INFLUENCIA”.46

De ese modo comenta: “Es así como desde las épocas más re-motas, la interpretación determinista de la POSICIÓN unida a cierta filosofíamesiánicade‘misionestrascendentes...’paraelpuebloele-gido de Dios, o para la nación señalada a grandes causas..., ha mo-vido a la expansión, o a la conquista; movimientos dentro de los que las rutas, tanto terrestres, como marítimas en particular, han jugado un rol preponderante. De ahí que para quienes desean confrontar con hechos reales la exactitud de las ‘Leyes del Expansionismo’, obser-

44 Ibídem, pp. 34-35.45 Cañas Montalva, Ramón, “Trascendencia Geopolítica del Canal Beagle”, RGCH

Nº 18, p. 6.46 Ibídem

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vadas por Ratzel, puede encontrar ‘SUGESTIVAS ENSEÑANZAS’, en loquea‘AVANCEShaciaelMAR’...significan...”.47

“La mutabilidad de los fenómenos políticos en los que invaria-blemente encontramos ‘alguna fuerza’, ya sea material, espiritual, natural, divina, jurídica, militar, etc., actuando desde muy hondo en función del ‘dinamismo’ que procura, tonalidad y forma al proceso y a lo que se agrega en nuestros días, el factor ‘velocidad’, factor ponderable por la amplitud del campo operativo, diversidad de sus formas y otras alternativas aún difíciles de concebir, hacen que los ‘espacios terrestres, marítimos y aéreos’, y con ello, determinados accidentes GEOGRÁFICOS más conocidos como ‘llaves o puntos claves’, y que hoy denominados con mayor propiedad: ‘Epicentros GEOPOLÍTICOS’, adquieren un valor determinante en el desarrollo, progreso, defensa y DESTINO de una región, o de un pueblo”.48

Meditemos una vez por todas en la seriedad y trascendencia de lo que la GEOGRAFÍA impone; meditemos la responsabilidad que im-plica“defenderunaFRONTERA”todavezque:“Lasfronterasdefinenla distribución de las zonas políticas y expresan, en la medida, que el ESPACIO es PODER, las relaciones de PODER entre los Estados”.49

El general Cañas Montalva recalca el valor militar y estratégico de la frontera: “Si el ‘espacio es poder’ de acuerdo con las modernas interpretacionesdelfactorgeográfico,novemoslarazónporlacualno debemos considerar ‘el espacio oceánico y el aéreo’ entre los fac-tores trascendentes de poderío”.50 “No hay frontera en el mundo que no involucre una ‘razón militar’ expresada por una lógica necesidad de defensa, de indispensable resguardo, a las cada vez más nume-rosas sorpresas que las actividades internacionales reservan, pese a los extraordinarios esfuerzos que se gastan a favor de la paz”.51 Finalmente, concluye que “La guerra es creación de sorpresas entre las que el inteligente aprovechamiento de los ‘factores geográficos’ juegan cada vez un papel más decisivo”.52

Hemos entrado de lleno al parecer, en la era de la “geopolítica”, es decir, en la etapa de las “apreciaciones dinámicas de la geografía en relación con la vida y progreso de las naciones”.53

47 Ibídem48 Ibídem, p. 8.49 Ibídem50 Ibídem, p. 17.51 Ibídem52 Ibídem53 Ibídem, p. 19.

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Ensubreveescrito: “Ligerasconsideracionesyfinalidadesdeladonación”,conelcualentregóoficialmentesubibliotecaespecia-lizadaencienciasgeográficas,históricas,políticasydisciplinasafi-nes,elgeneralCañasformula,unavezmás,susencilladefinicióndegeopolítica: “La GEOPOLÍTICA investiga los imperativos POLÍTICOS –incluso lo militar, lo económico y lo social–, como base a la más positiva y engrandecedora orientación del ESTADO. Como disciplina (Ciencia),proporcionalas“armasgeográficas”paralaacciónpolítica.Ayuda–visionariamente–afijar los“Objetivospolíticosde lanación,señalando los ‘caminos’ para ‘conquistarlos’”.54

3.2. La geopolítica según nuestro autor

a) En cuanto al estatuto teórico de la geopolítica, los factores geo-gráficosinfluyenconfuerzaeintensidadcrecienteenlosfenóme-nos políticos, especialmente sobre los estados y naciones. De ello se deriva la necesidad y la importancia del profundo conocimiento de la geografía como la ciencia más apropiada para acondicionar dignamente el progreso del hombre y del Estado. La geografía tie-ne un rol preponderante en la estrategia política de las naciones. La geopolítica basada en los fundamentos de la geografía política, busca orientar la política nacional del Estado. La geopolítica cons-tituyeunadisciplinacientíficaqueestudialosprocesospolíticosenrelaciónconelespacio,pormediodelainterpretacióngeográficade las relaciones internacionales y busca la grandeza de las nacio-nesbasadaensuscondicionesgeográficas.Laapreciaciónintegraly completa de la geografía, en su relación con el hombre, constituye el campo más amplio para interpretar fenómenos de vital importan-

54 Catálogo del Fondo Bibliográfico. Donación General Ramón Cañas Montalva, p. 11. Más adelante dice: “Advertida así la íntima y permanente relación entre la geo-grafía, interpretada integralmente con relación a la vida y desarrollo de las nacio-nes, es posible constatar la universalidad de la aceptación del concepto, como, los considerables aportes que destacados y numerosos geógrafos de diversos países, van entregando a los grandes cauces en que se distribuyen estas nuevas conquistascientíficasypolíticas:lageografíapolíticaylageopolítica.Auncuandonopocascoincidenciasmuestranlaafinidaddeambasramascomosuidénticaconsideración a principios como ‘el valor de la posición, del espacio, y la forma territorial en la vida e importancia (poderío) de las naciones’, aspecto de especial trascendencia en los objetivos inspiradores de nuestra especial preocupación con respecto de Chile; podemos hablar de un mayor encuadramiento de la geografía política a las ciencias del Estado bajo condiciones más bien estáticas; mientras la geopolítica, como rama más vinculada a la política, resulta en cierto modo como una inagotable geografía en permanente, dinámico y trascendente estímulo”.

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ciapolítica;comosonentreotros, laubicacióngeográficadeunpueblo y la forma de su territorio.

Elimperativodelosfactorespermanentes(geográficos)tieneestre-cha relación con la vida de los pueblos. “Si el término de geopolítica esnuevo”,suesenciacomodisciplinacientíficaesmuyantigua.Lageopolítica se sirve de los mismos valores que la geografía política, pero los conjuga directamente en función del futuro, expresando sus relaciones y consecuencias para las unidades políticas (Esta-dos).Elvalorgeopolíticodeunespaciogeográficopuedededucirsesólo si se conjugan y relacionan todos los antecedentes: políticos, estratégicos, económicos, ideológicos, sociales, etc., en relación conlascondicionesgeográficasdeesasáreasydelospueblosquelas habitan.

La geopolítica no es una “seudo ciencia al servicio de los imperialistas”,55sinouna“Apreciacióngeográfica,dinámicaytras-cendente, con proyecciones políticas visionarias al servicio del bien y del progreso”, que, mediante una técnica de análisis, rigurosa-mente científica, buscadeducir, pormediode la conjugacióndelos valores potenciales del país o unidad política, lo que a esta más le conviene para cumplir sus aspiraciones, intereses y objetivos en funcióndelbiencomún.Lageopolíticaesladisciplinacientíficaquemejor conjuga las exigencias de realizar estudios integrales de las complejas funciones vitales del Estado y que debe orientar sus re-laciones exteriores en un mundo caracterizado por la inestabilidad del “juego de valores”, tangibles e intangibles, de la “dinámica del poder”,productoengranpartedelaspotencialidadesgeográficasy de su hábil aprovechamiento con miras al futuro.

Uno de los principales campos de estudio de la geopolítica es el de los problemas de fronteras, ya que se vinculan estrechamente con las relaciones exteriores, y deben servir para armonizar las exigen-cias de la soberanía con las franquicias que se otorgan a otras nacio-nes, buscando el adecuado equilibrio, delicada ecuación a la cual la geopolítica puede aportar sus útiles elementos de juicio. La geopolí-ticaesladisciplinacientíficaquerealiza“apreciacionesdinámicasdela geografía en relación con la vida y progreso de las naciones”.

55 Tras la Segunda Guerra Mundial se produce un cuestionamiento acerca del uso que de la geopolítica hace el nacionalsocialismo, especialmente del concepto de espacio vital, que se traduce en una extensa literatura estadounidense que busca estudiar el estatus de la disciplina y separarla de la ideología expansionista. Nota del Editor.

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Estudio Preliminar

b) Sobre el estudio geopolítico de los Estados, el general Cañas Mon-talva sostiene que las naciones se encuentran interrelacionadas en un cuadro o sistema global común ineludible, en el cual la geografía cumple un importante rol. La supremacía y soberanía de los Estados seapoyaen formasignificativaen losvaloresdesuscondicionesgeográficas, entre los cuales destacan la ubicación geográfica, lapoblación y el potencial económico. La conciencia nacional madura antesenlospequeñosEstados.LasituacióngeográficadeunEs-tadoodesuáreaoespacioinfluyeintensamenteensudesarrolloyprogreso;factorgeográficoqueconjugadoconotrosfactorescomo:clima, producción, poblaciones, vías de comunicaciones, límites in-teriores e internacionales, etc., constituyen elementos fundamentales que deben considerarse en las divisiones políticas administrativas, cuya acertada determinación contribuye a promover el progreso. La adecuada organización política y administrativa del Estado, basada fundamentalmente en sus condiciones geográficas, facilita el pro-greso con miras al bien común. La acertada solución de los proble-masgeográficosasignaa losEstadosyasuspueblosunespaciosolidario a sus intereses vitales.56 Los Estados deben considerar la condición dinámica del mundo y de la humanidad, la que genera cambios espirituales y materiales de gran trascendencia. El mundo se ha encogido, como producto en gran parte de la aviación y de otros avances tecnológicos, lo que ha dado “sentido total, global o mundial” a los fenómenos políticos, económicos, sociales y estraté-gicos aumentando la “interdependencia” entre los Estados.

Factoresgeográficos,comoporejemplo:posiciónyformageográ-fica, clima, recursosnaturales, calidad y carácterde lapoblación,tradición y capacidad militar, organización administrativa, madurez política y social, títulos históricos, sólida organización democráti-ca, constituyen valores de su potencialidad, en tiempo de paz y de guerra.LasFuerzasArmadasinfluyenintensamenteeneldestinodecadanación.Laposicióngeográficanoesestática,sinodinámicaytambiéntieneenormeinfluenciaeneldestinodetodanación.

Las características de la época actual exigen a los gobernantes y estadistas el máximo de prudencia política. Es conveniente que las Fuerzas Armadas participen en la determinación de las políticas de

56 Es preciso recalcar este aspecto una vez más, no obstante lo repetitivo que puede ser. Frente a la tesis de la geopolítica alemana del carácter excluyente del espacio vital, Cañas Montalva reelabora la idea y en el escenario latinoamericano propone varias veces concertaciones de este interés en procesos integracionistas. Nota del Editor.

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Estado, especialmente en la de defensa, planteando los problemas con criterio realista y auscultando especialmente los factores de la seguridad y grandeza de la nación. La mejor defensa de un pueblo radicaensuprogreso,conjugadoalmediogeográfico,globalydi-námico.

Hay que destacar que en su concepto existen nacionalismos ver-daderos y otros falsos y agresivos que pueden hacer peligrar la paz entre las naciones. Los nacionalismos verdaderos se caracterizan por el “positivo estímulo de valores espirituales, tendientes a vigo-rizar virtudes como el patriotismo, el deber cívico, y la solidaridad social, aspectos todos que contribuyen a la grandeza nacional”. Vicios del nacionalismo, como: el chauvinismo, el patrioterismo, la autarquía, el militarismo, conducen al nacionalismo agresivo y he-gemónico.

El Estado debe defender por todos sus medios sus valores, contra todo tipo de totalitarismo, para asegurar su soberanía política, su libre determinación económica, desarrollo cultural y sus libertades, todo lo cual contribuye a su dignidad, condición republicana y de-mocrática. Debe disponerse de los propios recursos del Estado, como asimismo defenderse de derechos inalienables, como el de propiedad y libertad personal. Debe tenerse especial atención a defenderse de nacionalismos totalitarios extranjeros que puedan amenazar a la nación.

Elespaciogeográficodebeestudiarseconvisióngeopolítica,paradeterminar aspectos y problemas vitales para el Estado, especial-mente para su soberanía y seguridad, tales como: las fronteras, lasáreasdeespecialvalorestratégico,laszonasdeinfluencia,lasregiones vulnerables, etc., para orientar preferentemente las Polí-ticas de Relaciones Exteriores y de Defensa. Existe una marcada tendencia a organizarse algunos Estados en organismos, bloques oalianzasentrepaísesafinesovecinos,especialmenteparalade-fensa común, la coordinación y colaboración económica o ideoló-gicas, en relación con imperativos de interés mundial. El empleo de la aviación ha impuesto una visión global del mundo, como única manera de entender las relaciones internacionales, especialmente, de las esferas de poder en sus diversos niveles. El concepto de “fronteras” adquiere cada vez mayor interés; producto de los múlti-plesycomplejosfactoresqueinfluyenfuertementeensuvitalidadyen su delicada delimitación y resguardo. Ellas son inseparables de la existencia de los Estados y constituyen su órgano periférico, su-jeto a su seguridad y a su crecimiento o disminución como Estado.

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Es evidente la complejidad y trascendencia de las fronteras para el Estado, lo que obliga a su exhaustivo estudio, “por parte especial-mente de los diplomáticos, y los miembros de la Defensa Nacional, ya que ambos tienen responsabilidades en su delimitación (traza-do), como en su sostenimiento y resguardo, dada su íntima relación con la soberanía.

La concepción geopolítica del Estado como un ser vital, que puede crecer y morir (Kjellen), concretado en el binomio medio o espacio geográficoylaraza(etnia,pueblo,nación),yporlotanto,agitadooestimuladoporconflictosquepuedenafectarsuscondicionesdesupervivencia,confiererelevanterolalacalidaddelasfronteras,enla seguridad del Estado. Las fronteras tienen extraordinario dina-mismo y trascendencia, lo que las hace evolucionar en concordan-cia con el progreso y destino de la nación (Haushofer, 1927). Los factoresgeográficosejercengraninfluenciaenlavidayevoluciónde los Estados, como el caso del enorme valor geopolítico de la posicióngeográfica,delaextensiónoespaciogeográfico,laformaterritorial, los recursos naturales, densidad de su población, etc., factores todos que contribuyen, en los pueblos conscientes de la importancia y necesidad de mantener su soberanía, a desarrollar su “concienciageográfica”y“fronteriza”.

El territorio constituye el asiento básico de la nación y por lo tanto, el resguardo de su integridad, materializada por el mantenimiento de sus fronteras, contribuye a la mantención de la soberanía del Estado. De esa imperiosa necesidad nace la “Política Fronteriza”, como una de las principales políticas de Estado, íntimamente li-gada a la política de relaciones exteriores. A su vez, las fronteras deben estudiarse y considerarse no solo en sus aspectos políticos ygeográficospropios,sinoensurelaciónconloscomplejosfenó-menos económicos, culturales, ideológicos, sociales, estratégicos, etc., que las afectan, como efectos del crecimiento de cada Estado (el propio y otros). Dada la enorme importancia, trascendencia y delicadeza de las fronteras y de los problemas inherentes a ellas, que pueden afectar a la seguridad, defensa y destino de la nación, la geopolítica las ha incluido como uno de sus capítulos más im-portantes, dándole especial énfasis al estudio y consideración de todoslosaccidentesgeográficosyvalorespolíticos,económicos,etcétera, con ellas relacionados.

La frontera es por sobre todo límite de separación de soberanías distintas, sin perjuicio de que constituyan una zona de interpenetra-ción que facilite el intercambio internacional. Mantener las fronteras

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es “el más ponderado imperativo de la nacionalidad”. Las fronteras sonobjetodeinfluenciasypresionesdediversasclases,entreellaslas económicas, que en algunos casos forman parte de impulsos o expansiones provenientes desde el exterior, de Estados que bus-can obtener posiciones hegemónicas.

Enlasfronterasinfluyennosoloaspectoslocalesoprovenientesdeaccidentes cercanos, sino de otros más distantes, ya que reciben los efectos de complejos valores, tales como potencialidades en-contradas (que chocan en ellas provenientes desde ambos lados) impulsados, además, por la intensa dinámica de su situación geo-gráficarelativadenivelregional,continentalomundial.Lacondiciónde órgano periférico del Estado, y su misión política constituyen imperativos del resguardo del derecho de una nación soberana. La fronteratieneunainfluenciatansignificativasobrelavida,progreso,grandeza nacional y en la estabilidad del Estado, que su correcta delimitación y su férreo mantenimiento, requiere de la formación de unaacertadaeinflexible“concienciafronterizanacional”.Lafron-tera no es un “espacio vacío”, sino uno de los “órganos vitales” de todo Estado.

Unacorrecta“DoctrinaFronteriza”exigelaestrictafijaciónylade-fensa inquebrantable de las fronteras, conforme a los títulos de de-rechostradicionalesquelalegitiman.Cualesquieraflexibilidadesoconsideraciones impuestas por otros antecedentes, deben respetar esa doctrina, ya que concesiones de otra índole, como por ejemplo, de carácter económico, pueden favorecer al Estado más fuerte o más activo, en desmedro de los intereses nacionales del propio Estado. Por ello, los acuerdos económicos fronterizos deben ser equilibrados respecto de los Estados que los suscriben. La frontera es laprimeraymássignificativa líneadedefensacontraataquesdel exterior. La dinámica expansionista busca romper las resisten-cias y encauzarse a lo largo de vías naturales, tales como canales y estrechos, que conducen a mares valiosos, cuyo control favorece unmayorpoderío.Accidentesgeográficostalescomoelmar, losestrechos, los canales, las islas, especialmente si tienen valor estra-tégico, constituyen elementos básicos en la “lucha de poder” que se desarrolla entre las naciones. Estas luchas de poder se dan en todos los campos de actividades, especialmente en el económico y en el cultural, en el complejo fenómeno de las relaciones internacio-nales, encubriendo, en algunos casos, otras intenciones de carác-ter político, ideológico o estratégico, que, animadas por impulsos expansivos, buscan además de asegurar sus actuales soberanías,

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Estudio Preliminar

sino,obtenermejoresposicionesgeográficasyredondearsuespa-ciogeográficosoberano,conelobjetivodeaumentarelpoderíodesuszonasdeinfluencia.

Algunos accidentes geográficos tienen mayor “trascendenciageopolítica”, porque juegan un rol importante en la “lucha de poder”, la que siempre continuará mientras no haya “un cambio profundo en el espíritu y la moral de los pueblos”, lo que impone realizar una interpretación integral de los factores en juego, y que determinan la proyección y mantenimiento de la frontera, como “órgano periférico del Estado”. Ladinámicadel espacio geográfico y los conflictosqueoriginatienentrascendenteinfluenciayefectossobrelaevolu-ción y cambios que generan en el destino del Estado. Los fenóme-nospolíticos,quesecaracterizanporsumutabilidadyelinflujodediversas “fuerzas”: materiales, espirituales, naturales, divinas, jurí-dicas, militares, etc., muy dinámicas y, en algunos casos, de gran velocidad, hacen que los espacios: terrestres, marítimos y aéreos, especialmente los denominados “puntos llave”, o “puntos clave” o “epicentros geopolíticos”, sean determinantes en el desarrollo, progreso, defensa y destino de una región o de un pueblo.

La fijaciónde las fronteras obedece no solo a fines estratégicosmilitares, sino tambiénaotros factores, losque influyen intensa-mente en el destino de una nación. Diversos fenómenos peligrosos pueden afectar negativamente a la nación menos previsora, más débil o más desarticulada, como producto de acciones lentas, pero persistentes, algunas de ellas “filtradas” por una frontera. El co-nocimientogeográfico,en losestudiosgeopolíticos,conespecialénfasis en las fronteras y los problemas fronterizos, y la permanen-te apreciación geopolítica, con el apoyo jurídico y diplomático de expertos, más la asesoría especializada de las instituciones de la defensa nacional, otorgan los elementos de juicio fundamentales para orientar la política exterior de un Estado. Las naciones suelen utilizar la interpretacióngeográficadesuscondiciones, valoreseintereses, para modelar su política nacional, especialmente en el plano de las relaciones internacionales.

Desdeunaópticarealista,elgeneralCañasMontalvaafirmaquelas“fronterasdefinenladistribucióndelaszonaspolíticasyexpresan,en la medida que el ESPACIO es PODER, las relaciones de poder entre los Estados”. Como el “espacio es poder”, sus distintas for-mas terrestres, marítimas y aéreas, son factores trascendentes en el poderío de un Estado. Como las fronteras, en alguna forma, involu-cran alguna “razón militar y de defensa nacional, su resguardo debe

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asegurar al Estado, ante cualquier posible o hipotética amenaza sorpresiva que pueda afectarlo gravemente”. El inteligente aprove-chamientodelos“factoresgeográficos” juegaunpapelcadavezmás decisivo en el desarrollo y resultado de una guerra.

c) Delasleyesyprincipiosgeopolíticos.ComolaCienciaGeográficaenlaza, integralmente, el medio físico con el hombre y su completa gama de problemas: políticos, ideológicos, sociales, económicos, militares, etc., puede deducir principios y leyes geopolíticas, que tienencarácteruniversal,aplicablesacasosespecíficos.Estasse-rían: principios rectores de causalidad y evolución fundamentales paracomprenderenesenciaunhechogeográfico,desdeunpun-to de vista integral y dinámico. Principio activo de armonía: la “...proporcionalidadentresuperficieypoblaciónesfactorpropiciodegrandeza de un Estado. La calidad puede reemplazar con ventaja al número”. Principio Activo de Unidad: “Unidad en las aspiraciones nacionales, pero repartición en el esfuerzo y en la responsabilidad. Leyes de crecimiento de los Estados.57

3.3. En relación con el poder nacional estatal

LosdiversosfactoresgeográficosdeunEstado,conjugadosconlas características espirituales y morales de su población, juegan un importante rol en la ecuación del poder nacional, ya que otorgan mayo-res o menores potencialidades, aprovechables en el poder nacional del Estado.Losprincipalesfactoresson:ubicaciónoposicióngeográfica,extensión(superficie),geomorfología,clima,población(característicasraciales), naturaleza de las fronteras, calidad de sus materias primas, potencialeconómicoytecnológico,poderfinanciero,nivelsocial,so-lidez política y espíritu nacional, entre otros factores. La geografía hu-mana, en sus diversos estudios, realiza apreciaciones integrales, que consideraelvalorgeográficocomorecursorectordelaconvivenciay

57 Estas son las leyes de Arthur Dix: De las líneas de menor resistencia y del valor geopolítico de las áreas marítimas y costeras “Toda dinámica expansionista busca romper (encauzar) las vías (canales, estrechos, etc.) que conducen a los mares posibilitadores de mayor poderío”. y la Ley de las vías de comunicaciones. Las ru-tas, tanto terrestres, como marítimas y aéreas, juegan un rol preponderante en los movimientos expansivos y de conquista territorial. Las diversas clases y modos de vías de comunicaciones son todas importantes, por su complementariedad, pero la supremacía en cuanto a su importancia económica, por sus mayores capaci-dades de transporte (peso, volumen) la tienen indudablemente las marítimas. Ver “Geografía Política” de Arthur Dix. 1943, Editorial Labor. Barcelona, España.

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subsistencia de los pueblos. En cambio, la geografía política y también la geopolítica tienen en su campo de estudio, en forma preponderante las relaciones internacionales y la política exterior de los Estados.

3.4. Síntesis

La perspectiva teórica de nuestro autor abarca todos los cam-posde la geopolítica, aunque se fija especialmente en los temasdel Estado y su política exterior. Dentro de este gran tema, nuestro autor da un marcado centro de gravedad a los elementos constitu-tivos, tales como la población, al territorio y la soberanía, haciendo especial énfasis en la importancia de la calidad de la población, y en lascondicionesgeográficasdelterritorio,particularmentedesusre-lacionesespaciales,entreellas,laposicióngeográficaylasituacióngeográficarelativa,respectodelaregión,alcontinenteyalmundo.

Asimismo, en numerosos juicios de sus esclarecedores artículos, la mantención y defensa de la soberanía ocupan un lugar preponde-rante. En cuanto a la estructura del Estado, da especial importancia a las fronteras y a las vías de comunicaciones, ya que estos órganos delEstadosonlosquenormalmentejueganunrolmássignificativopara su desarrollo y seguridad. Respecto del ciclo vital del Estado, lo trata en combinación con el tema de las leyes de expansión.

Un papel también muy destacado, dentro de estos temas teó-ricos, lo ocupan los temas de la ciencia geopolítica, de la cual ex-plica en forma muy clara y sintética, su gestación, su campo de estudios y su utilidad comodisciplina científica al servicio de losgobernantes y estadistas; como también la necesidad de su ense-ñanzaydifusión,comounaformaeficazdelograrloquedenomina:“Conciencia geográfica nacional”. Asimismo, en varias partes desus escritos, promueve la activa participación de los miembros de la defensa nacional en los estudios y apreciaciones nacionales.

En cuanto a las leyes y principios geopolíticos de carácter uni-versal,lostrataencombinaciónconotrostemasafines,talescomolaimportancia de la armonía del Estado, la calidad de su población, las leyes de Ratzel, de crecimiento y expansión de los estados y algunas otras leyes, especialmente las de Dix, relacionadas con el importan-tevalorgeopolíticodelaposicióngeográfica,delosespacios,comofuente de potencialidad y de poder, de las rutas naturales y de los accidentesmarítimos,valoresgeográficos,queconstituyenobjetivosgeopolíticos que le interesa mantener al propio Estado o que le son atractivos a naciones expansionistas, para obtener superiores posi-

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ciones geográficas y con ello,mejores posibilidades de poder y dehegemonía.

4. el deSplazamiento del eje de gravedad hacia el pacífico

“De la posición geográfica de Chile se desprende justamente la po-sibilidad de ser un ‘Epicentro Geopolítico’ de alto interés continental y mundial en función del Pacífico”. Ramón Cañas Montalva, “Chile en el Pacífico, Argentina en el Atlántico. Factores de estabilidad continental”.

Este es uno de los temas geopolíticos de carácter aplicado, de nivel mundial, que el general Cañas trata con profusión. Comienza conunaafirmaciónpreliminarenlaquesostienequelasconstantesmodificacionesqueexperimentalaTierra–tantoenlofísicocomoenlo humano– son evidentes a través de las épocas. Parecieran obede-cerafuerzasinmanentes,impulsadasporinflujostelúricos,ydeter-minadasporlafuerzadelmedioambientegeográfico.Enlaobserva-ción prospectiva de estas mutaciones, puede observarse e intuirse el comienzo de una nueva era, en que el centro de gravedad del interés mundialsetrasladóhaciaelPacífico.

Apoyándose además en la observación personal, análisis y en profundasreflexionesacercadeestosantecedentesgeográficos,máslos históricos y, en la visión de acontecimientos trascendentales como la emergencia evidente de las dos superpotencias mundiales al tér-mino de la Segunda Guerra Mundial, y la consecuente lucha por el poder mundial de estos gigantes, con extensos frentes costeros en el océanoPacífico,quesedisputaneldominiosobreelgranocéanoysucuenca, como poco antes lo hicieran Japón y Estados Unidos, durante eseconflictobélico;yenotrosaspectoseindicacionessignificativas;el general Cañas avizora el desplazamiento del eje de gravedad del interésgeopolíticomundialhaciaelPacífico,señalandoconello,elad-venimiento de una nueva era de la humanidad, tras la correspondiente al Atlántico y antes, a la del Mediterráneo, con una claridad extraordi-naria.AsíserefierealAtlánticoyalMediterráneoqueenotrasépocasfueron el epicentro geopolítico de la lucha por la hegemonía mundial de las grandes potencias de la historia.

Fuera de sus propias fuentes de observación y de conocimiento geográfico,geopolíticoehistórico,magistralmentesintetizadasensumente, que, con gran originalidad y creatividad, convierte en sus teo-

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rías respecto de este acontecimiento trascendental de la evolución de la humanidad, el general Cañas se apoya también sobre relevantes opiniones de otros eminentes pensadores, que pueden considerarse autoridadescientíficasenestasmaterias,aloscualescitaprofusa-mente. Entre ellos, menciona a Haushofer, al profesor chileno Julio Vega,58 y a los ya antes citados Weigert y Spykman.

Otro aspecto que conviene destacar, y que el general Cañas pre-vé con meridiana claridad y que admite con gran entusiasmo, es la enormeinfluenciaylosconsecuentesefectosqueestetrasladodeleje geopolítico del interés político mundial tiene y tendrá, en el desti-nodeChile,unodelospaísesmejorposicionadosgeográficamente,entreloscosterosdelPacífico.

58 Nació en 1909. Fue profesor del Liceo José Victorino Lastarria y de la Universidad de Chile. Autor de muchos libros. Entre ellos Algunas características fundamenta-les del pueblo chileno,TalleresGráficosLaNación,SantiagodeChile,1950:pu-blicación original en Revista de Occidente de Madrid; Geografía General, Santiago de Chile, 1939; Bosquejo de una política educacional, Santiago de Chile, 1938; Compendio de Geografía Física con Ana País, 1948 y que en 1961 tuvo su 3ª edi-ción; y La racionalización de nuestra enseñanza, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1954. Este texto, La Tierra del Porvenir, Editorial Cervantes, Santiago de Chile, 1941, trataba sobre política mundial, panamericanismo y política y gobierno, y fue cuidadosamente leído por el general Ramón Cañas Montalva, quien además subrayóy reprodujopasajesdelmismoensuartículo“Reflexionesgeopolíticas…”. RGCH Nº 13, entre otros: “De estos cambios” (en la importancia relativa de los océanoseneltráficomundial),“elqueseperfilacomomásprobableeselavancedelPacíficoalprimer lugar”. “Nohabía... un tráficodirectodeunaaotraorilladelocéanoPacífico...”“Pero todo esto ha cambiado y este cambio se acentuará más aún en el futuro”. “La China, con una población casi tan grande como toda Europa, es un mercado consumidor de primer orden, cuya importancia aumenta de día en día”. “El Japón, despertando bruscamente de su sueño secular se ha transformado en gran potencia industrial, comercial y marítima”. “Rusia parece cada día más, aun contra su voluntad, convertirse en potencia asiática que tendrá susalidanaturalporelPacífico”.“Alotrolado,EstadosUnidosha dejado de ser exclusivamente un país atlántico. Los estados del Oeste... adquieren cada día mayor importancia”. “...aun la parte atlántica se ha acercado considerablemente alPacífico con la apertura del Canal de Panamá”, pp. 10 y 11. De todas maneras elgeneralCañasMontalvadifierejustamenteconVegaenqueaquélproponequeChile sea parte de una Confederación Austral con Argentina frente a una del Pací-fico,queeslatesisinversaaladenuestroautorestudiado.

“...es posible asegurar, sin temor de equivocarse, que las relaciones comerciales más intensas y que las competencias más ásperas por el predominio universal, no seefectuaránenelfuturoenelAtlántico,sinoenelPacífico;esteseráelcentrodela navegación en el mundo del futuro y el océano Índico, en el lugar de su situación anormal de apéndice del Mediterráneo, se convertirá en lo que naturalmente es: en un anexo del Gran Océano”.

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Revisemos algunos párrafos textuales del general Cañas, rela-tivos a este singular fenómeno mundial. En el opúsculo Misión Geo-gráfica Nacional expresa: “El país no puede seguir ignorante de la responsabilidadque,porimperativogeográficolecabe,enestapartedel continente y modelar, en consecuencia la estructuración de sus “planes”, tanto en el orden económico, como cultural, social, político y militar, aprovechándose de la situación privilegiada que ocupa en el sector hacia donde se ha trasladado el “CENTRO DE GRAVEDAD DEL INTERÉS MUNDIAL: EL PACÍFICO”.59

Enelartículo:“Reflexionesgeopolíticassobreelpresenteyelfuturode América y de Chile”, escribe que “...la atracción hacia la totalidad de la cuenca del Pacífico toma un carácter múltiple e incontrarrestable, ori-ginando que el epicentro del universo derive hacia ella, lo que convierte al mar del sur de Balboa en el océano de las rutas marítimas y aéreas más importantes, y a los continentes y países que baña, en el gigantesco anfiteatroenquesedirimenintereses,sematerializanpropósitosysegestan acontecimientos de relieve mundial”.

“Ello demuestra –prosigue–, inobjetablemente, que a la ERA DEL MEDITERRÁNEO –cuna de viejas civilizaciones y vértice de legendarios poderíos-; a la DEL ATLÁNTICO– marcada con los nombres señeros de Vasco da Gama, Colón y Magallanes y escenario de hechos memora-bles de las postrimerías del siglo pasado” (XIX) “y comienzos del pre-sente” (XX) “sucede la ERA DEL PACÍFICO, vasto y trascendente teatro reservado al futuro”.60

“...el continente americano ha pasado a ser epicentro de posibles e importantes teatros de operaciones de una 3ª Guerra Mundial, en la que la cuenca de nuestro océano y América serán factores determinantes: elPacífico,porconstituirelescenariodeunanuevaerayelmardelasgrandes empresas y decisiones, el mundo de Colón, debido a que está rodeado de importantes rutas aéreas y marítimas, que enlazan, desde ambos litorales, lossectoresdemayorsignificacióneneldesarrolloyporvenir del universo”.61

ConsecuenciadeloanterioreselprotagonismogeográficodeChi-le en esta nueva situación: “Como potencia responsable, en el extremo austral-antártico, de la seguridad del continente, del cual son parte, inte-granteysignificativa,lastierras,mares,islas,estrechos,canales,etc.denuestro absoluto dominio”. “Basta una rápida ojeada al mapa de Centro

59 Cañas Montalva, Ramón. Misión Geográfica Nacional, p. 21.60 CañasMontalva,Ramón.“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturo

de América y de Chile. RGCH Nº 13. p. 9.61 Ibídem, p. 11.

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y Sudamérica para comprender que, en lo que respecta al Pacífico, la zona oeste del Canal de Panamá y NUESTRO ESPOLÓN AUSTRAL-ANTÁRTICO son los puntos básicos al sostenimiento y defensa conti-nentales; tal como el este de la región panameña y la saliente brasileña del noroeste los constituyen con vista al Atlántico”. “Chile... está llamado a cometidos trascendentes, en la realización de esos ideales” (america-nistas de los grandes líderes libertadores americanos) “y para la defensa del continente”, “...la responsabilidad geoestratégica de Chile –ante la defensa continental y su propio destino– reviste alcances de gran mag-nitud, perfectamente visibles, precisos, inmediatos”.62

Aspecto coincidente con la visión de Spykman, a quien cita, respec-to a la importancia de Chile en la defensa del continente: “Estando situado Chile en la punta del continente de Sudamérica y a lo largo del Estrecho de Magallanes, posee una situación estratégica que, en caso de emer-gencia, podría llegar a ser del mayor interés para Estados Unidos”.63 “La importancia capital de su ubicación geográfica” (de Chile) “que –desde Arica hasta la Tierra de O´Higgins– cubre un arco de casi la cuarta parte delainmensahoyaoceánicadelPacífico”(entreotrosantecedentes)“...el traslado del centro de gravedad al interés universal al Pacífico,...” (evi-dencian) “...la amplia y trascendente misión que el destino ha reservado a Chile, como inequívoco factor de potencialidad en el sur de este océano, comprendidas, lógicamente, las regiones antárticas de su dominio”.64

En su artículo: “Chile, el más antártico de los países del orbe y su responsabilidadcontinentalenelSurPacífico”,reiteraquetodo“...noshace intuir la iniciación de una ‘NUEVA ERA’ expresada en hechos tan-gibles, entre los que anotamos, como providencial, el destino de Chile: ‘el traslado del centro de gravedad del interés mundial, del Atlántico, al PACÍFICO’”.65 “Si para los siglos XV al XIX había de constituir máxima preocupación el escenario Atlántico, océano de las grandes potencias europeas, este siglo XX, en el que vivimos, deberá inscribir en su crono-logía, el PACÍFICO, como el verdadero centro, llamado a la convergencia de las más determinantes rutas en la convivencia, o como escenario de la decisión de las más culminantes empresas militares”.66 “La incorpo-ración de las ‘regiones polares’ en la vida o geoestrategia mundial...”; “...como el traslado del ‘CENTRO DE GRAVEDAD DE INTERÉS MUN-

62 Ibídem, p. 19.63 Ibídem, p. 2064 Ibídem, p. 2165 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su res-

ponsabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”.RGCH Nº 4, p. 27.66 Ibídem, p. 28.

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DIAL,ALPACÍFICO’,sonhechostangiblescuyainfluenciatiendeavariarfundamentalmente los valores geoestratégicos de CHILE. No obstante, su importancia continental y antártica se acrecienta, al posibilitarle un lógico desarrollo como futura y natural ‘POTENCIA DEL PACÍFICO SUR’, llamada a participar, preferentemente, en los futuros acuerdos europeos, asiáticos, y americanos, sobre tan sugestiva zona”.67

Por su parte, en el artículo: “El valor geopolítico de la posición antártica de Chile”, el general Cañas, vuelve a reiterar su tesis: “...el centro de gravedad del interés mundial se está trasladando del Atlán-ticoalPacífico”.Ymásadelante,agrega:“...ahoraEuropahadesapa-recido del atlas político mundial como centro de poder y es campo en donde luchan dos potencias no europeas, cuyo contacto directo se opera no en el Atlántico, sino en el Pacífico. Almismo tiempo,lasviejascivilizacionesdelasriberasdelPacíficocomienzanasalirde su sueño milenario. La India, la Indonesia y millones de hombres dominados hasta hace poco por los europeos junto a las aguas del gran océano han recobrado ahora su independencia y se aprestan a jugar su papel propio. La China, con más de cuatrocientos millones de hombres, es hoy una potencia mundial”.68 “Más de la mitad de la población del planeta, y precisamente la mitad que crece más rápida-menteviveentornoalocéanoPacífico.Allíestáelfuturo”.69

Sobre todo destaca la interconexión: “En parte tan importante del planeta, Chile tiene una costa de cuatro mil kilómetros, que se extiende a siete mil considerando el territorio antártico, con posicio-nes sobre las rutas vitales del Estrecho de Magallanes, el estrecho de Drake y el Canal Beagle, y en las vías aéreas intercontinentales entre América, Australia, Oceanía y Asia suroriental. Esos valores poten-ciales deben orientar la política exterior chilena hacia el sistema del Pacífico,alcualperteneceydelcualderivanlascaracterísticasmásnotables de su tradición y poderío”.70

Ensuartículo:“¿MisiónodimisióndeChileenelPacíficoSurAntártico?”,elgeneralCañasexpresa,respectoalPacífico,comosucentro de gravedad del interés mundial: “...reconocer la potencia-lidadnacidadeunaposicióngeográfica, acrecentadapor fenóme-nos recientes, como el ‘traslado del centro de gravedad del interés mundialhacialaórbitadelPacífico’ylaincorporacióndelatercera

67 Ibídem, p. 28.68 Cañas Montalva, Ramón. “El valor geopolítico de la posición antártica de Chile”.

RGCH Nº 9, p. 14.69 Ibídem70 Ibídem, pp. 14-15.

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dimensión –océano aéreo– a la vida de relación entre los pueblos”.71 Ideareiteradaensuartículo“ElPacífico,epicentrogeopolíticodeunnuevo mundo en estructuración”, donde expresa su convicción de la existencia de “...fenómenos que por su magnitud cósmica están pro-vocando insospechadas transformaciones en un mundo que se des-plaza aceleradamente hacia el PACÍFICO, desplazamiento que está llamado a provocar el renacimiento de viejas civilizaciones, como las asiáticas, y el integral desarrollo de las que aún están vírgenes, como las nuestras”.72 En suma, “transformaciones revolucionarias del mo-mento, en función del PACÍFICO”.73

LaideabásicaesatenazaralPacíficodesdesuextremosepten-trional y meridional: “...no será difícil apreciar en su exacta trascenden-ciaelsignificadoGEOPOLÍTICO–compartidoporCHILEylosEstadosUnidos– de poder abrazar o atenazar, con las antenas de Alaska y de nuestras posesiones antárticas, al PACÍFICO, epicentro geopolítico de los grandes acontecimientos de un nuevo mundo en estructuración”.74 El general Cañas Montalva ve la cuestión dentro de “una ‘ESTRATEGIA

71 CañasMontalva,Ramón.“¿MisiónodimisióndeChileenelPacíficoSurAntárti-co?”. RGCH Nº 10, p. 11.

72 CañasMontalva,Ramón.“ElPacífico,epicentrogeopolíticodeunnuevomundoenestructuración”. RGCH Nº 12, p. 12. Más adelante prosigue: “...nuevas y poderosas fuerzas, como el aprovechamiento de la TERCERA DIMENSIÓN –la AÉREA– en el proceso de las comunicaciones y transportes, han venido a determinar transforma-ciones vitales, siendo una de ellas la incorporación de las REGIONES POLARES a la vida de relación y economía de los pueblos, y otra, el total desplazamiento del CENTRO DE GRAVEDAD del interés mundial, del Atlántico al PACÍFICO”.

73 Ibídem, p. 14.74 Ibídem. Más adelante el general Cañas Montalva caracteriza esa convergencia

como “centrada en el gran océano –máximo OBJETIVO POLÍTICO en las aspira-ciones de la lucha actual–” “...el simple y futuro desarrollo de las grandes RUTAS AÉREAS INTERCONTINENTALES, llamadas a unir AMÉRICA con los pueblos del PACÍFICO-SUR-ASIÁTICO, deberán necesariamente muchas de ellas sobrevolar la ANTÁRTICA y pasar a lo largo de nuestro territorio, indicado para constituir de por sí el más poderoso AERÓDROMO CONTINENTAL ANTÁRTICO, la sola convergencia en el POLO SUR nos avecina con países como NUEVA ZELANDIA, AUSTRALIA y los mismos Estados Unidos, en que debemos suponer por lógica, futuro interés en territorios polares, como ‘Little America’, en el Mar de Ross, sector del PACÍFICO en que ha realizado excepcionales exploraciones y experiencias con extraordinarios levantamientos aerofotogramétricos bajo la habilísima dirección del Almirante N. A. R. Byrd. De tan señalada vinculación AÉREA, como de los innumerables aspectos políticos, económicos, sociales y estratégicos directamente vinculados a las parti-cularidades de esta nueva CARTOGRAFÍA o ERA AERONÁUTICA, debe responder la Fuerza Aérea Chilena, con su BASE avanzada en BAHÍA PARAÍSO, asegurando la SOBERANÍA AERONÁUTICA DE CHILE en sus REGIONES POLARES”, pp. 15-16.

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DEL PACÍFICO’, tomado el concepto de ‘estrategia’ desde un enfoque integral de las actividades, sean las de la paz o de la guerra”.75

Esta estrategia tendría que “...insistir en la urgencia de una POLÍTI-CA OCEÁNICA CENTRADA EN EL PACÍFICO, como la mejor manera de realizar la evidente posibilidad de constituir en el HEMISFERIO ANTÁR-TICO de AMÉRICA una POTENCIA DEL PACÍFICO SUR ANTÁRTICO. El notable ensanchamiento del HORIZONTE GEOGRÁFICO de la nueva era, debidamente conjugado a nuestra EXCEPCIONAL UBICACIÓN, im-pone proyectar intensamente la ACCIÓN POLÍTICA DE CHILE a base de sus POSESIONES ANTÁRTICAS y sus DOMINIOS OCEÁNICOS, como JUAN FERNÁNDEZ, DIEGO RAMÍREZ y muy especialmente PASCUA”.76 Añadiendo que “...no resultará quizás utópico ir pensando en un lógico aumento de nuestro poder de ultramar, adentrándonos en OCEANÍA”.77

Ensuartículo“ChileenelPacífico,ArgentinaenelAtlántico,factoresde estabilidad continental”, el general Cañas Montalva expresa, respec-todeldesplazamientodelepicentrogeopolíticoalPacífico,losiguiente:“...los tiempos han cambiado; y es así como el imperativo de factores GEOPOLÍTICOSdeterminantes,cuyo‘epicentrodeatraccióneinfluen-cia’ estaban antes en el Atlántico, hoy se desplazan aceleradamente hacia el PACÍFICO”;78 “de la ‘POSICIÓN GEOGRÁFICA DE CHILE’ se desprende justamente la posibilidad de ser un ‘EPICENTRO GEOPOLÍ-TICO’ de alto interés continental y mundial en función del PACÍFICO”.79

75 Ibídem, p. 16.76 Ibídem77 Ibídem78 CañasMontalva,Ramón.“ChileenelPacífico,ArgentinaenelAtlántico,factores

de estabilidad continental”. RGCH Nº 14, p. 67.79 Ibídem,p.75,“...estimamosfundamentalmenteimportanteunificarelcriteriode

nuestra política continental en el sentido de asegurar a Chile una misión inequí-voca y trascendente en el SurPacífico, apoyada, justamente, en su envidiable PosiciónGeográfica, como país ribereño, desde Arica al Polo Sur y su territorio antártico chileno. Agregamos que la MISIÓN CONTINENTAL DE CHILE ha crecido en importanciaaparejascon laqueelPacíficoy las regionesantárticasdesudominio, adquieren cada día;...”p. 82. y en la página 83 dice: “La señaladísima significaciónGEOPOLÍTICA del ARCO LITORAL PACÍFICO DE CHILE ... debe ne-cesariamente CONJUGARSE al valor ESTRATÉGICO o GEOPOLÍTICO DE NUES-TRAS POSESIONES ADELANTADAS en el PACÍFICO, como son las ISLAS DE JUAN FERNÁNDEZ, DIEGO RAMÍREZ, fundamentalmente PASCUA, y otras cuya finalidadeimportancianosreservamosporelmomento”.

“LA POSICIÓN GEOGRÁFICA DE PASCUA analizada en sus futuras posibilida-des GEOPOLÍTICAS resulta HOy, en su relación con el PACÍFICO SUR, como la HAWAII del Hemisferio sur, o HEMISFERIO ANTÁRTICO. Así como en el PACÍFICO NORTE puede hablarse de un EPICENTRO GEOPOLÍTICO formado por el ARCO LITORAL que comprende parte de los Estados Unidos y Canadá –ALASKA y las

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En otro escrito dice: “A la extensión y forma del país (litoral Pací-fico),propiciasasudesenvolvimientoocumplimientodemisioneses-tratégicas en la gran cuenca del PACÍFICO SUR, debemos agregar sus posesiones adelantadas de: Juan Fernández y Diego Ramírez, respec-tivamente, inmediatas al litoral”. (Ambas) “...pueden considerarse esta-ciones intermedias entre el Asia y el continente americano... PASCUA (Rapa Nui); verdadero oasis enclavado en una de las regiones más so-litarias del gigantesco océano, cuya inmensidad –barreras estratégicas de ayer– se van transformando aceleradamente en activo sector de futuras rutas abiertas al nuevo comercio y entendimiento entre pueblos casi ignorados mutuamente. La isla de PASCUA está llamada a ser el HawaidelPacíficosur,enlazandoantiguasymodernascivilizaciones,como será el caso de CHILE en relación con las potencias que hoy avizora el despertar asiático”.80

En su artículo “Losmapas y la visióngeopolíticadelPacífico”,sostiene la necesidad de “formarnos con urgencia una exacta CON-CIENCIA GEOGRÁFICA, llamada a señalar las responsabilidades que tanto en lo nacional como en lo continental y mundial impone el ex-cepcional epicentro GEOPOLÍTICO coincidente con nuestra sobera-nía al abarcar el espolón austral del continente, el septentrional de la AntárticayelextensodominiodelPacíficosurhastalaavanzadadePASCUA”.81

A su vez, en el artículo “Fronteras”, el general Cañas expresa: “...la responsabilidad de resguardar para Chile las posibilidades que aún quedanen laórbitadelPacífico”.82 “...necesidad de resguardar para nuestro país, las providenciales posibilidades que el futuro del PACÍ-FICO le ofrece, comoelmás significativo epicentro geopolítico...”.83 Por lo demás, en un reportaje hecho por el historiador chileno Óscar Espinoza Moraga, publicado en la revista Zig-Zag, Nº 2.840 (1959) y

ALEUTAS–, Siberia Oriental (Kamtchatka) y JAPÓN; conjugándolo todo, al grupo de las HAWAII o Sándwich (Honololu); es indudable que en el PACÍFICO SUR des-tácase otro EPICENTRO GEOPOLÍTICO, cuyas posibilidades estamos aún distan-tes de apreciar en sus verdaderos alcances. Dicho epicentro formado por el ARCO LITORAL DE CHILE CONTINENTAL ANTÁRTICO – sector PACÍFICO del continente ANTÁRTICO – NUEVA ZELANDIA – AUSTRALIA – ASIA SUR ORIENTAL debe a su vez conjugarse con el grupo de las TUAMOTU, de la Sociedad TAHITI, y muy especialmente a PASCUA”.

80 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su res-ponsabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”.RGCHNº4,p.29.

81 CañasMontalva,Ramón.“LosmapasylavisióngeopolíticadelPacífico”.RGCH Nº 17, p. 4.

82 Cañas Montalva, Ramón. “Fronteras”. RGCH Nº 17, p. 30.83 Ibídem, p. 32.

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reproducido en la RGCH Nº 20, en el cual entrevista a cuatro desta-cadas personalidades nacionales, entre ellas al general Ramón Cañas Montalva, éste expresa, respecto al desplazamiento del eje geopolítico mundialalPacíficoquehay:

“...una evolución trascendente e insospechada ha reservado a nuestro país un destino excepcional, derivado una vez más de su posición geográfica, en función de América y del mundo, al despla-zarse, aceleradamente, después de la Segunda Guerra, la impor-tancia geopolítica del Atlántico hacia el Pacífico, e incorporar a los futuros grandes acontecimientos de la política el continente antár-tico, sobre el que se extiende, por razones naturales la continuidad geográfica y tradicionales derechos, el suelo de Chile”.84

4.1. Sinopsis

Para el pensamiento del general Cañas Montalva quedaba claro que el centro de gravedad del interés geopolítico mundial se está desplazandodesdeelAtlánticohaciaelPacífico.Quelaatracciónha-cialatotalidaddelacuencadelPacíficotomauncaráctermúltipleeincontrarrestable, originando que el epicentro del mundo derive hacia ella,loqueconviertealPacíficoenelocéanodelasrutasmarítimasy aéreas más importantes; y a los continentes y países que baña, en áreas geográficas en las cuales se dirimirán los intereses y serealizarán acontecimientos de relieve mundial. Que estos fenómenos señalanlainiciacióndeunanuevaera:laeradelPacífico.YelocéanoPacíficoseperfilacomoelmásimportantedelplaneta,especialmen-te por su creciente transporte marítimo.

Más de la mitad de la humanidad, señala el general Cañas, vive entornoalPacíficoyeslamitadquecrecemásrápidamente,indi-candoqueallíestáelfuturo.EnelPacífico,Chiletieneunacostademás de siete mil kilómetros, sudamericanas y antárticas, y las posi-cionesllavesdelospasosaustralesPacífico-Atlánticoyenlasvíasaéreas intercontinentales entre América, Oceanía y Asia Suroriental. Todos estos valores potenciales deben orientar la política exterior chilenahaciael sistemadelPacífico.En losacuerdoseconómicosque Chile suscriba, debe asegurarse de resguardar sus derechos e

84 Cañas Montalva, Ramón. “El dominio del Beagle”. RGCH. Nº 20, p. 16.

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intereses,propiosdesusoberaníayórbitadeinfluenciaenelPacíficoSur Antártico.

Este giro histórico se acrecentará aún más en el futuro, y una de sus manifestaciones será que la Unión Soviética se convierte cada vez más en potencia mundial y tiene y tendrá su salida natural por el Pacífico.Porelotrolado,EstadosdelaUniónsituadosenelocéanoPacíficoadquierencadavezmayorimportancia,alavezqueloses-tadosdelAtlánticosehanacercadoalPacífico,entreotrasformas,através del Canal de Panamá. Hay, por ende, relaciones comerciales más intensas y las competencias más ásperas por el dominio univer-sal,serealizarán,enelfuturo,enlacuencadelPacífico.Enlaperife-ria,elocéanoÍndico,seconvertiráenunanexodelPacífico,dejandode serlo del Mediterráneo.

AméricadelSur,por tenerun importante frenteenelPacífico,será un espectable y lógico participante inmediato en las actividades que se realicen en este océano, hoy y en el futuro, particularmente centrados en los países ubicados en el lado occidental del continen-te; pero los países del Atlántico también tendrán importante partici-pación. Para Chile y otros países ribereños se aprecia, “con mirada y anticipaciones clarividentes”, un rol promisorio en esta nueva era.

Relacionando con la Guerra Fría el general Cañas sostiene que el continente americano ha pasado a ser epicentro de importantes teatros de operaciones de una Tercera Guerra Mundial, en la cual lacuencadelPacíficoyAméricaseránfactoresdeterminantes,porser este océano el mar de las grandes rutas y este continente, por estar rodeado de importantes rutas marítimas y aéreas, que enlazan, desdeamboslitorales(PacíficoyAtlántico),lossectoresmásimpor-tantes del mundo. La zona al oeste del Canal de Panamá y el espolón austral antártico chileno son los puntos básicos del sostenimiento y defensa continentales; así como el área al este de la región paname-ña y la saliente brasileña del noreste, lo son con vista al Atlántico.

Chile está llamado a cometidos trascendentes en la realización de los ideales americanos (de toda América) y en la defensa con-tinental, como tal es potencia responsable, en el extremo austral-antártico, de la seguridad del continente, ya que tiene la soberanía y dominiodeesasregiones.Losconflictoscontemporáneos,caracte-rizados por su complejidad de causas y efectos: políticos, económi-cos, sociales, ideológicos, etc., no corresponden sólo a la contienda bélica, sino que pueden producir una conmoción mundial, que bus-ca cambiar organismos y sistemas, para desmembrarlos, generando grandes repercusiones en amplios ámbitos, en la lucha por el poder

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mundial. Como él dice: “La responsabilidad geoestratégica de Chile –ante la defensa continental y su propio destino– reviste alcances de gran magnitud, perfectamente visibles, precisas, inmediatas”.85 Nues-tro autor subrayó una frase de Spykman: “Estando situado Chile en la punta del continente de Sudamérica y a lo largo del Estrecho de Magallanes, posee una situación estratégica que, en caso de emer-gencia, podría llegar a ser del mayor interés para Estados Unidos”.86 y Chile ocupa casi una cuarta parte de los bordes de la cuenca del Pacífico.87

El traslado del centro de gravedad del interés mundial, del Atlán-ticoalPacífico,marcaunanuevaeramundialyesprovidencialparaeldestinodeChile.ElPacíficoseráelcentrodondeconverjanlasmásdeterminantes rutas de la convivencia o el escenario decisivo de las más culminantes empresas militares. Dos grandes fenómenos con-temporáneos: el desplazamiento del eje mundial geopolítico al océano Pacífico;ylaincorporacióndelasregionespolaresalageoestrategiamundial, estimulados poderosamente por el extraordinario desarrollo de la aviación, han hecho variar sustancialmente los valores geoestra-tégicos de Chile. Esto acrecienta su valor geopolítico, posibilitándole y desafiándoleaconvertirseenuna“potenciadelPacíficosur”,llamadaa participar activamente en futuros acuerdos con las potencias: ameri-canas,asiáticasyeuropeasdelPacífico.

Las rutasaéreas intercontinentalesentreAméricayelPacíficosur asiático, deberán, muchas de ellas, sobrevolar la Antártica, pa-sando a lo largo del territorio de Chile, que constituirá un podero-so aeródromo continental-antártico. Este es uno de los factores del enorme interés de Estados Unidos en la Antártica. Asimismo, este mismo interés nacional de Chile, debe instarlo a hacerse presente en esos espacios con su Fuerza Aérea, para asegurar la soberanía sobre nuestras regiones polares.

Chile debe elaborar su propia Política Oceánica88 centrada en el Pacífico,comoasimismoelaborarunaestrategiaadhoc,yaquetienelaposibilidaddellegaraconstituirseenunapotenciadelPacíficoSurAntártico, para proyectarse en sus dominios oceánicos y antárticos, utilizando para ello, entre otros factores de poder, sus posesiones insulares en ambas regiones. Para el interés nacional de Chile es muy importantelaestrecharelacióndelPacíficoconlaAntártica,yaque

85 Cursivo del autor.86 Ibídem, p. 62.87 Ibídem, p. 63.88 Nota: Cursivo del investigador.

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este continente tiene, en la península Antártica (Chile), su área más próxima al espolón austral de América (Chile), con lo cual, nuestro país, posee el control del sistema del Drake y de los pasos australes magallánicos-fueguinos.LaposicióngeográficadeChile lepermitellegar a ser un “epicentro geopolítico”, de alto interés continental y mundial,enfuncióndelPacífico,loqueconstituyeungrandesafío:convertirseenpotenciadelPacíficoSurAntártico;yleasignalaenor-meresponsabilidadqueellosignificaparasudesarrolloy,especial-mente, para su seguridad y la del continente.

La favorableposicióngeográficadeChile,comopaís ribereñodelPacíficoSurAntártico,hahechoquesuinequívocamisiónconti-nental trascendente (de Defensa) haya crecido en importancia, junto conladelPacíficoylasregionesantárticas.Estedebeserunante-cedente determinante para su política exterior. Los arcos de tierras emergidasquerodeanalPacífico,unoensuparteseptentrional:Es-tados Unidos – Canadá – Alaska – Islas Aleutianas – Siberia Oriental – Kamchatka – Japón; y otro en su parte austral: Chile continental y antártico – sectorPacíficodel continente antártico –NuevaZelan-dia – Australia – Asia Suroriental; se encuentran alrededor de sendos accidentes insulares: Hawai y Pascua, convirtiéndolos en “epicentros geopolíticos”, de insospechados alcances en el futuro. Este es uno de los factores que hacen de la Isla de Pascua una avanzada geopo-líticadeChileenelPacífico.

En laconcienciageográficadeChile,debe imprimirseelsigni-ficadodeldesplazamientodelinterésmundialhaciaelPacífico,ylomucho que ello afectará a toda la humanidad, conjugado con la favo-rableposicióngeográficadenuestropaís,enelámbitodelPacíficoSur Antártico, lo que le convierte en un “epicentro geopolítico”, con enormes responsabilidades en el destino de Chile y de América.89

En suma, Chile debe resguardar y asegurar para sí, las enormes y perdurables posibilidades que le ofrece el Pacífico, como nuevo“epicentrogeopolíticomundial”.LaposicióngeográficadeChile,enfunción de América y del mundo, le abre un destino excepcional-mente favorable, resultado del desplazamiento del interés mundial alPacífico, tras laSegundaGuerraMundial, y la incorporacióndelcontinente antártico, sobre áreas del cual tiene Chile tradicionales derechos soberanos y que son parte de su territorio.

89 Ibídem, pp. 72-73.

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5. la proyección eSpacial de chile

“Proyectemos la grandeza de Chile fortaleciéndonos en el Pacífico Sur Antártico”. Ramón Cañas Montalva, “Chile en el Pacífico, Argen-tina en el Atlántico. Factores de estabilidad continental”.

El verbo “proyectar”, en su acepción de “lanzar, dirigir hacia de-lanteoadistancia”,algunacosa,alaplicarloalespaciogeográficoygeopolítico, nos indicaque se tratadel conjuntode influencias, ac-ciones y actividades de diversa clase que un Estado, región o área geográfica, realiza,con fuerzae intensidad,dirigidahaciadiferentesdirecciones,dentroyfueradesuterritoriooespaciogeográficosobe-rano. Las proyecciones espaciales pueden considerarse como líneas deaccióndelEstadosobresuentornogeográfico.

Este tema fue profusamente tratado por el general Cañas en sus nu-merosos trabajos. Por su índole, está estrechamente vinculado con otros temas, particularmente, con el del desplazamiento del centro de gravedad mundialalPacífico;coneldelvalorgeopolíticoygeoestratégicodelapo-sicióngeográficadeChile,enelPacíficoSurAntártico;conlostemasdefronteras; y, especialmente, con la necesidad de agruparse con otros países delaregión,principalmentedelPacíficosudamericano,ydeparticiparacti-vamenteenlosfuturosacuerdosconotrospaísesdelacuencadelPacíficopara aunar esfuerzos y aprovechar las enormes posibilidades que se abren a Chile, ante el nuevo escenario mundial, que hará variar favorablemente susituacióngeográficarelativa,frentealnuevograndesafíodelPacíficoydel papel que debía asumir en esta nueva era. A él pertenece la imagen que reproducimos, y que contempla el mundo desde una perspectiva cartográ-ficaqueenfatizaelcarácterconvergentedeChileconelPacífico.

Revisemos algunos párrafos de sus escritos, seleccionados ex-presamente por su atingencia con este tema. En Misión Geográfica Nacional expresa: “...nadie debe ignorar la misión de responsabilidad quetieneChilecomopotenciadelPacíficoSur,dondeprecisamentesuentroncamientogeográfico, ledeterminauna línea inequívocadepermanente y vigorosa acción”.90Enotrotexto,“ReflexionesGeopolí-ticas sobre el presente y el futuro de América y de Chile”, sostiene que “...ChiledebelucharparaasegurarsuenvidiabledestinoenelPacíficoSur Antártico, enfrentándose a la cantidad con calidad”.91

90 Cañas Montalva, Ramón. Misión Geográfica Nacional, p. 3.91 CañasMontalva,Ramón.“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturo

de América y de Chile”, RGCH Nº 13, p. 8.

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Proyección equidistante azimutal con la isla Midway en el centro. Imagen fir-mada por el general Ramón Cañas Montalva como Comandante en Jefe del Ejército. Archivo de Documentos, Recortes y fotos del general Ramón Cañas Montalva, Biblioteca APU, Academia de Guerra del Ejército. La Reina (Donación familia Cañas).

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“En efecto, es dueño de una situación absolutamente privilegiada, señalada–comoentodologeográfico–nosóloporcontarconextenso litoral en el Pacífico, sino por muchas otras características, que acre-cientan el valor y el atractivo de la posesión: ubicación especialísima, que hace a Chile –sobre todo en las regiones austral y antártica– señor y atalaya de rutas marítimas y aéreas de marcadísima importancia; cli-ma benéfico ...buenos puertos; producción rica y variada, etc.”.92 “No sería posible comprender, en su justo y verdadero alcance, el alto co-eficiente de la posición geográfica de Chile sin relacionar nuestra patria con el continente americano, tomando a éste no sólo como un todo, sino cual una de las expresiones geopolíticas más completas del orbe”. Quizás excediéndose en sus ideas sostiene que a su “juicio, abundan las razones para pensar que América es el corazón, el centro, sobre el que, necesariamente, ha de estructurarse un nuevo orden mundial”.93

Nuestro ilustre autor, citando a Andrés Siegfred, subraya: “Recor-damos que en el Nuevo Mundo la geografía tiende a unir lo que la historia tiende a separar”, sentencia que toma para expresar: “En realidad mien-tras la diferencia de origen; la desigualdad de magnitud política-econó-mica; la distancia-kilómetros (mera indicación de cantidad), parecerían inclinarnos a hacer nuestras propias vidas, de naciones aisladas, hay vitales influenciase imperiosasnecesidadesquenosaproximan,quedeberían acercarnos, si no fuese humano que los impulsos materiales –la tentadora supremacía, el frío egoísmo y hasta la vana y torpe sober-bia– suelen cerrar el paso al espíritu y cegar la visión de lo grande”.94

Los deberes de Chile, por tanto están “aumentados singularmente por el valor de su posición geográfica, tanto debido a que se halla en la cuencadelPacíficocuantoporquesuresponsabilidadestáacrecentadamediantelasignificacióndeterritorioscomoChiloé,AisényMagallanes–que acostumbramos englobar bajo la denominación de Zona austral-antártica– y por sus posesiones en la Antártica misma, que dan a nuestro país el absoluto dominio de las vías marítimas y aéreas de esta parte del

92 Ibídem, pp. 11-12.93 Ibídem, p. 13. Poco después dice: “Geopolíticos como el propio Haushofer reco-

nocían –desde antes del término de la II. Guerra Mundial– su excepcional potencia” (de EE.UU.) “basada en poder-espacio, recursos, fuerza humana, organización, etc. Despuésdeconcluidalaconflagraciónantedicha, lahaaumentadograndemente–en razón directa con el decrecimiento de poderío o la simple desaparición de otros estados–, y si a su valer nacional sumamos el de las repúblicas que, desde México a Chile, integran el conglomerado continental, se evidenciará meridiana-mente que no pecamos de optimistas al asignar a América y a Estados Unidos el puestopreeminenteylamisiónmagníficaquedestacamosenestasreflexiones”.

94 Ibídem

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hemisferio”. Más adelante dice: “En consecuencia, el imperativo geo-gráfico de su posición, va llevando a Chile –quiéralo o no– a convertirse en uno de los puntos neurálgicosdemayorsignificaciónenlaestrategiamundial, en razón de que el horquillaje total de la ruta euroasiática del Mediterráneo-Suez, por los fuegos rusos, no deja a Europa otras vías que Panamá y las nuestras de la región Austral-Antártica”.95

“Por consiguiente, la DEFENSA CONTINENTAL estará obligada a considerar con preferencia dicho sector, del que nuestra nación es so-berana y el cual –frente al interés común del continente y dentro de una reparticiónlógicadelasmisionesquefijelaorganizaciónquesegesta(sistema panamericano)– es natural que le corresponda resguardar y defender”.96 “Como nuestro país posee una extensa costa y le per-tenecen puntos llave de comunicaciones, sólo puede aprovechar las lecciones del pasado y de hoy aquilatando la necesidad imperiosa de extender su radio de acción marítimo, para colocarse en situación de defender lo legítimo e incuestionablemente suyo –contra ambiciones desorbitadas o intromisiones atentatorias a su dignidad– y de respon-deralasexigenciasquelemarcasuvaliosaysignificativaubicacióngeográfica”.97

“Tardeotemprano,esta”(estrategiadelPacífico)“tendrásu doc-trina, cuyos puntos capitales se encuentran en plena gestación y entre loscuales,sinduda,habráalgunasquefijarán lapreponderante ac-tuación de Chile, como potencia responsable, en el extremo austral-antártico, de la seguridad del continente, del cual son parte, integran-teysignificativa, lastierras,mares, islas,estrechos,canales,etc.denuestro absoluto dominio”.98

De todo esto se deduce la urgencia de hacer soberanía en la re-gión antártica: “Los decretos clarividentemente dictados por el exce-lentísimo señor don Pedro Aguirre Cerda –sobre “Límites del Dominio Antártico”– por el excelentísimo señor don Gabriel González Videla –con anterioridad a su viaje a la Antártica, acerca del “zócalo conti-nental adyacente al territorio nacional”– son resoluciones de profunda significacióne importantesyamplísimasderivaciones,que imponena los hombres y organismos responsables de la marcha independien-te y segura de la nación; de la inteligente ejecución de las tareas del presente, y de la concienzuda preparación de las intervenciones del

95 Ibídem96 Ibídem97 Ibídem, cursivas del investigador.98 CañasMontalva,Ramón.“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturo

de América y de Chile”, RGCH Nº 13, p. 17. Nota: cursivas del investigador.

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futuro, las deducciones, orientaciones, iniciativas y trabajos pertinentes alintegralaprovechamiento–enbeneficiodelcontinenteydelpaís–deesas visionarias y magnas determinaciones”.99

“Tomando al continente como un todo –expresión vigorosa de unidad geopolítica, en relación con un nuevo mundo en estructura-ción–, fácil es suponer la misión prometedora reservada a nuestra pa-tria, que cubre en su extremo austral y antártico, uno de los sectores más vitales para su futura potencialidad y defensa”.100 De lo anterior se evidencia “...la amplia y trascendente misión que el destino ha re-servado a Chile, como inequívoco factor de potencialidad en el sur de este océano, comprendidas, lógicamente, las regiones antárticas de su dominio”.101

El mismo sintetizó las determinantes fundamentales para su rol geopolítico:

“1. Traslado al PACÍFICO, cuna de una nueva era, del CENTRO DE GRAVEDAD del interés internacional”.

“2. Ubicacióngeográficaprivilegiada,enlavertienteandinaocciden-tal; con amplios litorales en dicho océano y en la Antártica”.

“3. SoberaníaenelflancodelaAntárticaquedaalacuencaPacífica”.

“4.- Dominio de las grandes rutas marítimas y aéreas austral-antár-ticas, por ser dueño del Estrecho de Magallanes y de [paso de] Drake, Canal Beagle”.

“5. Posesión de islas avanzadas en el Pacífico: Juan Fernández,Pascua”.

“6. Sólida organización política-social–económica–militar; potencial humano”.

“7. Morfología,configuracióngeográfica;todoelterritorio,granaeró-dromo; bases navales”.

99 Ibídem, cursivas del investigador.100 Ibídem, p. 20.101 Ibídem, p. 21.

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“8. Riquezas naturales, grandes posibilidades industriales, en particu-lar, industria pesada (carbón, petróleo, minerales de hierro, cobre, nitratos, etc.)”.102

En“EstructuraciónGeográficadeAmérica.AgrupaciónoConfe-deracióndelPacífico”expresa:“Vigorosascaracterísticaspropiasdelsistema andino; variedad de riquezas, desde la producción tropical a la muy exclusiva de regiones frías; fácil y económico enlace hacia un mar común, ofrecen, providencialmente, positivos entronques a la es-tructuración del sistema del PACÍFICO, en el que Chile ocupa notable parte, derivada de su trascendente ubicación en un extremo, como apoyo o cabezal de la agrupación o confederación señalada”.103 “Todo parece aconsejar una seria revisión de nuestra política del PACÍFICO, en la que CHILE está llamado a desempeñar una misión de avanzada continental, íntimamente unido al Perú y Bolivia y en lógico enlace con Ecuador”.104

En el artículo “Chile, el más antártico de los países del orbe y su responsabilidadcontinental enelSur-Pacífico”exponequehay trescaracterísticas geopolíticas “que podrían señalarse como clásicas y absolutamentepropiasasu‘configuracióngeográficadepaíssobera-no’, indicadas para determinar su exacto valor como nación indepen-diente, permitiéndole a su vez estar en directa relación con la ‘convi-vencia continental’. Estas son: ‘I.-Ser el país más austral de la tierra y por lo tanto, el más Antártico, lo que le permite una invariable con-tinuidad de su territorio entre el continente americano y el antártico’. ‘II.-OcuparunodelosmássignificativosyextensosespacioslitoralesdelacuencadelPacífico,epicentrofundamentaldelanuevaEra’.YIII.- Ser una nación de condiciones y recursos ‘integrales’, en función de: su raza, su clima, su producción, su organización política, militar y democrática”.105

Asujuicio,todo“...hacehoypropicialaintensificacióndelasco-municaciones entre ambos litorales, ofreciendo con ello, grandes po-sibilidades a las características marítimas de Chile”,106 “...señalamos

102 Ibídem, p. 22.103 CañasMontalva,Ramón.“EstructuraciónGeográficadeAmérica.Agrupacióno

ConfederacióndelPacífico”,RGCHNº2,p.16.104 Ibídem, p. 18.105 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su respon-

sabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”.RGCHNº4,p.23.106 Ibídem

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como lógica y de absoluta conveniencia, la AGRUPACIÓN DEL PACÍ-FICO SUR, formada por CHILE-PERÚ-BOLIVIA...”.107

El país compensa “su estrechez con la importancia de un lito-ral jalonado de puertos importantísimos; como lo son Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, VALPARAÍSO, Talcahuano, Coronel, Corral (Valdivia) y Puerto Montt. Al sur de éste, el territorio presenta la más extraordinaria y atrayente desmembración, ofreciendo incontables islas y ensenadas, entre las que se desarrolla el litoral de las provin-cias de: CHILOÉ, AISÉN y MAGALLANES. Es la región de las gran-des y futuras reservas de CHILE, donde PUNTA ARENAS, el puerto principal, se levanta y desarrolla como la gran metrópoli del austro continental”.108

“Debidamente considerada la riqueza minera de Chile a base de elementos indispensables a la paz como a la guerra, con su ‘industria pesada’ en pleno funcionamiento, con energía eléctrica en permanente aumento, con ubicación trascendente al desarrollo futuro del mundo y a la facilidad de los transportes, etc., es lógico que esté llamado a convertirse en uno de los centros más activos y determinantes de la vida continental”.109

“Nuestra Fuerza Aérea Comercial y Militar ya no tiene secretos sobre el dominio de las rutas de su dependencia, ni de las que van abriendo posibilidades aún insospechadas a la utilización futura del ‘océano aéreo’ en lo que al sistema de Chile corresponde”.110 “CHILE y el CONTINENTE tienen mucho que agradecer a sus FUERZAS DE DEFENSA, porque, desde luego, para ellas, el concepto de DEFENSA está en el crecimiento armónico y progreso del país y de las nacio-nes hermanas con quienes procura la más decidida y noble de las convivencias”.111

107 Ibídem, p. 30.108 Ibídem, p. 33. “...junto a la ‘riqueza minera de Chile’, país que podemos conside-

rar al respecto, entre los más afortunados de Indoamérica; con producciones de significaciónmundial,comoocurreconelcobreyelsalitre,estimadascomolasmás grandes reservas del orbe; alcanzando un quinto lugar en América en la pro-duccióndeoro,conmineralesdehierrodemagníficaley,yacimientosimportantesde manganeso, etc., debemos advertir como grave, el hecho que, dichas explo-taciones obedezcan en gran volumen a una política ‘simplemente extractiva y de exportación’, realizando en muy pequeña escala su ‘ELABORACIÓN O TRANS-FORMACIÓN’, aspiración que debe orientar nuestra máxima e inquebrantable de-cisión”, pág. 37.

109 Ibídem110 Ibídem111 Ibídem, p. 39.

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La “validez de su ‘posición geográfica’ en relación con losproblemas ESTRATÉGICOS CONTINENTALES; la variedad de sus recursos, etc., son VALORES dignos de considerar dentro de un aprovechamiento total y armónico de lo que el continente dice re-ferencia, prestándosele en consecuencia, la atención y facilidades que en justicia reclaman la seguridad de un desarrollo y manteni-miento, por sobre las sorpresas de cualquier crisis”.112 “...CHILE es una NACIÓN DE RECURSOS –INTEGRALES– EN ATENCIÓN A SU ‘POSICIÓN GEOGRÁFICA’, A SU RAZA, A SU CLIMA, A SU PRODUC-CIÓN y, A LA SOLIDEZ DE SU ORGANIZACIÓN POLÍTICA, MILITAR y DEMOCRÁTICA”.113

En “El valor geopolítico de la posición antártica de Chile”, el gene-ralCañasafirmaque“Enpartetanimportantedelplaneta,Chiletieneuna costa de cuatro mil kilómetros, que se extiende a siete mil consi-derando el territorio antártico, con posiciones sobre las rutas vitales del Estrecho de Magallanes, el estrecho de Drake y el Canal Beagle, y en las vías aéreas intercontinentales entre América, Australia, Oceanía y Asia suroriental. Esos valores potenciales deben orientar la política ex-teriorchilenahaciaelsistemadelPacífico,alcualperteneceydelcualderivan las características más notables de su tradición y poderío”.114 “Tan inequívocos antecedentes, unidos a la lógica estructuración de regionesosistemasgeográficosafines”...“aconsejan lacoordinaciónpreferente para Chile de problemas económicos, sociales, militares, políticos, etc. con Perú, Bolivia; y, en cierto modo, Ecuador: países indiscutiblemente pertenecientes e interesados en el sistema del Pací-ficopornaturalgravitación”.115

“Chile necesita, por sobre todo, comprender con amplitud las po-sibilidadeseimperativosdesuenvidiableposiciónsobreelPacíficoyla trascendencia de su posición antártica frente a un nuevo mundo en plena estructuración. Analizar detenidamente las relaciones y merca-dos del futuro sobre tan extensos y prometedores sectores, estructurar su economía (potencial agrícola e industrial) para servir esas posibili-dades; organizar sus transportes marítimos y aéreos (geografía de las

112 Ibídem113 Ibídem, p. 40.114 Cañas Montalva, Ramón. “El valor geopolítico de la posición Antártica de Chile”,

RGCH Nº 9, pp. 14-15. El autor siempre utiliza la expresión estrecho de Drake para subrayar que es una zona interior de dominio y paso de Chile.

115 Ibídem, pp. 15-16.

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comunicaciones); y muy en particular apresurarse a asegurar la abso-luta soberanía sobre los territorios antárticos de su dependencia...”.116

Enotroartículo,“ElPacífico,epicentrogeopolíticodeunnuevomundo en estructuración”, subraya que la situación de Chile es “de esencial importancia aérea y marítima por las derivaciones estratégi-cas y reguladoras de la CIRCULACIÓN (comercio), muy similar tam-bién a la del Japón en el hemisferio norte, está nuestro país llamado ajugarunadelascartasopapelesmássignificativosenlaPOLÍTICAINTERNACIONAL del futuro, con alcance continental y mundial. Las solas posibilidades de extensión de su COMERCIO OCEÁNICO, per-mitirían compensar a su territorio continental lo que le falta en anchura y profundidad. Es otro de los antecedentes de inestimable valor en su conjunción con el PACÍFICO”.117

Por ello hay que “insistir en la urgencia de una POLÍTICA OCEÁ-NICA CENTRADA EN EL PACÍFICO como la mejor manera de realizar la evidente posibilidad de constituir en el HEMISFERIO ANTÁRTICO de AMÉRICA una POTENCIA DEL PACÍFICO SUR ANTÁRTICO. El nota-ble ensanchamiento del HORIZONTE GEOGRÁFICO de la nueva era, debidamente conjugado a nuestra EXCEPCIONAL UBICACIÓN, im-pone proyectar intensamente la ACCIÓN POLÍTICA DE CHILE a base de sus POSESIONES ANTÁRTICAS y sus DOMINIOS OCEÁNICOS, como JUAN FERNÁNDEZ, DIEGO RAMÍREZ y muy especialmente PASCUA”.118 Incluso, de “ir pensando en un lógico aumento de nuestro poder de ultramar, adentrándonos en OCEANÍA”.119

En“ChileenelPacífico-ArgentinaenelAtlántico,factoresdees-tabilidad continental”, sostiene nuevamente que “...interésanos lograr SIGNIFICACIÓN en el natural enlace hacia importantes ‘sectores’ como OCEANÍA, Asia suroriental, Australia, Nueva Zelandia, etc., apoyados en el giro tomado por las COMUNICACIONES INTERCONTINENTA-LESatravésdelasrutasPOLARES,odelPacíficoSur(...)debemos,en suma asegurar tan providenciales VENTAJAS...”.120 “Si se conjugan las incontables posibilidades ofrecidas por el mundo en estructura-ción, en la gran cuencadelPacífico, la extensiónde losproblemasfuturos en función de estas mismas posibilidades, como puede adver-tirse en las de tipo ECONÓMICO, que aconseja la obtención de nuevos

116 Ibídem, p. 16.117 CañasMontalva,Ramón.“ElPacífico,epicentrogeopolíticodeunnuevomundo

en estructuración”, RGCH Nº 12, pp. 12 y 13.118 Ibídem, p. 16.119 Ibídem120 Ibídem

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MERCADOS (Oceanía – Asia – Australia – Nueva Zelandia, etc.); y por consiguiente, la creación de ‘Flotas Marítimas y Aéreas Comerciales’, etc.;resaltacomocontrastelas–limitadasposibilidadesfinancierasdecada país– para que, separadamente, puedan llevar a la práctica –y sin demora–, tan urgentes iniciativas”.

En “Fronteras”, recuerda este interés comercial: “Una POLÍTI-CADEFRONTERAS,definidamenteorientadaaasegurarparaCHILElas posibilidades apenas sospechadas de lo que habrá de ofrecer en cuanto a MERCADOS la aún virgen órbita del PACÍFICO, obliga a pro-ceder con extraordinaria visión y gran cautela; de manera no sólo de resguardar para el país sus ventajas, sino asegurar a la vez, el tiempo al menos indispensable, para formar conciencia nacional en función de tales expectativas, y proceder a la estructuración (planificación-organización) de los elementos llamados a servir una “POLÍTICA DEL PACÍFICO”.121

Pero su juicio no era absolutamente optimista: “...tenemos gra-ves problemas que atender en lo nacional como el de procurar, en primer término, un INTEGRAL DESARROLLO a nuestras PROVINCIAS AUSTRALES,procurandoelafirmamientoyseguridaddeMERCADOSinternos como el de nuestro NORTE, y paralelamente en el PACÍFICO, antes de empezar a abrir la puerta... a los competidores”.122 En base a la debilidad, habría primero que “...estimular un ‘intercambio de regio-nes’, pero empezando por nuestras propias zonas, de por sí, bastan-te necesitadas de mayor progreso como de mercados estables, cual pueden serlo los del propio país”.123

La política concreta sería entonces en sus palabras: “I.- Los ‘obje-tivos políticos’ derivados fundamentalmente de los valores y potencia-les que dicen inmediata relación con nuestra POSICIÓN GEOGRÁFICA en el PACÍFICO SUR ANTÁRTICO”. “II.- Crear una conciencia nacional en función del PACÍFICO, y de la ANTÁRTICA”. “III.- Estructurar el país para servir las posibilidades inherentes a tan importantes órbitas, antes de proceder a la más mínima concesión”. “IV.- Disponer los elementos

121 Cañas Montalva, Ramón. “Fronteras”, RGCH Nº 17, p. 20.122 Ibídem, pp. 27-28.123 “Si entre las razones que podrían señalarse como elementales al incremento de la

unidad y desarrollo nacional, sabemos desde la infancia que la excepcional o des-concertante estructura territorial, como la diversidad de producción característica a Chile, exigen por sobre todo, un permanente e intenso intercambio entre sus regiones o provincias. ¿Por qué pretender desentendernos del integral desarrollo y aprovechamiento de todo nuestro sur y particularmente de zonas como Aisén, Chiloé, Magallanes, llamadas a colmar con abundancia las necesidades de la zona norte?”, Ibídem, pp. 33-34.

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de la defensa nacional encargados de mantener, sin contemplaciones, la inviolabilidad de tales derechos”. “V.- Informar con amplitud a la Or-ganización de Estados Americanos (OEA) y requerir su intervención, en cualquiera alteración que pueda producirse”.124

La FRONTERA de Chile “es una sola”, la que “continúa inconfun-dible sobre nuestras regiones polares de la ANTÁRTICA”.125 Esta idea la desarrolla aún más en su artículo “Trascendencia Geopolítica del Canal Beagle”, el general Cañas expresa: “El CONTROL de esta ZONA deSUTURAenmanosdeCHILE,loquesignificaDOMINIOESTRATÉ-GICO sobre el ESPOLÓN AUSTRAL de AMÉRICA y el ESPOLÓN BO-REAL de la ANTÁRTICA; máxime si se considera el ‘ADENTRAMIENTO del PACÍFICO’ en el bolsón formado por las ANTILLAS ANTÁRTICAS (Isla de los Estados, Georgias del Sur, Sándwichs del Sur, Orcadas del Sur, y Grupo de las PILOTO PARDO), implica de igual modo el considerar asuntos que, como la ‘NAVEGACIÓN INTERIOR y USU-FRUCTO de los FONDEADEROS del SISTEMA’ afectan a la solidez del CONJUNTO”.126

5.1. Sinopsis

Como puede apreciarse de la lectura de los párrafos selecciona-dos escritos por el general Cañas, referentes al tema de la proyección espacial de Chile, en los ámbitos: continental, marítimo, austral y an-tártico, sus juicios geopolíticos incluyen, generalmente, una parte en que los fundamenta en la situación geopolítica mundial conjugada con ladeChile,especialmentedesuposicióngeográficaydemáscaracte-rísticas propias, que, al combinarse, crean enormes y trascendentales desafíos a nuestro país, como nación soberana e independiente, a la vez que a su natural participación en la defensa continental, particu-larmente por la posesión de las llaves de una de las principales entra-dasalPacífico;porsusmineralesestratégicosysucondiciónmarítimacontinentalalolargodeunimportantesectordelPacíficoSurAntár-tico.

Otra parte de cada uno de sus juicios, consiste en las lógicas deducciones de esa situación mundial y nacional que crean el desafío, vale decir, de la respuesta y acciones que él aconseja, recomienda o propone, para enfrentar con buen éxito esos nuevos objetivos que se

124 Ibídem, p. 35.125 Ibídem, destacado del investigador.126 Ibídem

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le han presentado y que, de hacerlo con acierto y capacidad, le signi-ficaríaaChileaprovechar lasgrandesoportunidadesyposibilidadesque se le abren en este vasto y valioso lugar del mundo; y, de no hacer-lo con oportunidad e inteligentemente, o no prepararse debidamente para mantener sus legítimos derechos y acrecentar sus valores, podría significarle graves trastornos de todo tipo, especialmente: políticos,estratégicos y económicos; algunos de ellos capaces de afectar su seguridad y defensa. Cada una de sus argumentaciones contiene el esbozo del desafío-situación que podría afectar a Chile y de la suge-rencia de respuesta-proyección para su resolución.

A continuación, haremos un resumen de los principales pensa-mientos y juicios sobre este tema, expresados por el general Cañas: Chile debe enfrentar vigorosamente su misión de responsabilidad, comopotenciadelPacíficosur.Chiledebeasegurarsudestino,en-frentandoa la cantidad, concalidad. LosEstadosdelPacífico sud-americano, entre ellos Chile, deben enfrentar los nuevos desafíos, colectivamente, formando “agrupaciones de acción”, sin preeminen-cias ni vasallajes políticos entre ellos. Así, podrían aumentar sus inter-cambios,poderysignificación,que lesdaríanmayoresyventajosasposibilidades de enfrentarse a las potencias mayores, especialmente delPacífico. Esta importantemutaciónmundial hacia el Pacífico hafavorecido especialmente a Chile, entre otros factores por su ubica-cióngeográficaprivilegiada,extensoslitoralesenelPacífico,suclimabenéfico,buenospuertos,variadaproducción,etc.,loque,entreotrosaspectos, lo coloca nuevamente como el atalaya de las rutas conti-nentales.LaposicióngeográficadeChiletieneenormegravitaciónenel destino del continente americano, centro alrededor del cual ha de estructurarse el nuevo orden mundial. Estados Unidos, basado en su gran poder-espacio, recursos, fuerza humana, organización política, etc., junto a las demás repúblicas americanas, desde México a Chile, tendrá un puesto preeminente y una gran misión, en el escenario de América y del mundo, lo cual aumenta la importancia de Chile y de sus posibilidades futuras.

Los desafíos generados por la nueva situación geopolítica mun-dial,conepicentrogeopolíticoenelPacífico,debieraacercaralasna-ciones americanas entre sí, para enfrentarlos en conjunto, respetando sus individualidades.LascaracterísticasgeográficasdeChile,espe-cialmentesuposiciónenlacuencadelPacíficoyenlaAntártica,ledanel dominio de las vías marítimas y aéreas de este sector del Hemisferio Sur, lo que aumenta sus responsabilidades geopolíticas y geoestratégi-cas.ElPacífico,susinmediacionesyáreasdesuinfluenciadirectason

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escenarios de transformaciones e intercambios de todo orden. Chile posee las llaves del vital sistema austral antártico, riqueza mineral, va-riados y abundantes recursos terrestres y marinos y una morfología de alto valor geoestratégico, que le reserva importantes misiones en su futuro.Especialmente,porsuposicióngeográfica,constituyeunadelas áreas neurológicas en la estrategia mundial, en relación principal-mente con el Canal de Panamá y los pasos australes antárticos.

Una eventual destrucción del Canal de Panamá aumenta la tras-cendenciadelasrutasdelPacíficosurydelospasosaustralesantár-ticos. Por lo tanto, la soberanía de Chile sobre esas áreas australes, le obliga a preparar y participar en la defensa continental (Sistema Pana-mericano de Seguridad Colectiva) y en su propia defensa nacional. La posesión por Chile de puntos llave en las comunicaciones mundiales debe instarlo a “extender su radio de acción marítimo”, para poder defender sus legítimos dominios espaciales, contra hipotéticas ame-nazaseintromisionesyresponderalosimperativosdesusignificativaubicacióngeográfica.Chiledebeapreciar,yaprovechar,conlaoportu-nidad requerida, las favorables posibilidades que le brinda la iniciación delaeradelPacíficoyactuarconinteligenciayenergíayentusiasmoante los nuevos grandes desafíos.

En laestrategiadelPacífico,Chile,comopotencia responsableen el extremo australantártico, tendrá una importante misión en la se-guridad del continente. La responsabilidad geoestratégica de Chile, con la nueva situación, se ha duplicado ante su misión continental, lo queloobligaaconvertirseenunapotenciadelsurPacífico.Tomadoelcontinente como un todo, fácil es deducir la delicada misión de Chile, situado en el extremo Austral-Antártico, en la defensa continental y nacional; y la imperiosa necesidad de mantener esa vital área geográ-ficaparasu futurapotencialidadydefensa.Por lo tanto,Chiledebeconvertirse en una “POTENCIA DEL SUR PACÍFICO”.

Síntesis de los fundamentos que obligan a Chile a transformarse enunapotenciadelsurPacífico,capazdeenfrentarsustareasconti-nentalesynacionales:ElejeenelPacífico,nuevoepicentrogeopolíticomundial.Unidadgeográfica,conamplioslitoralesenelPacíficoyenlaAntártica.SoberaníaenlaAntártica,frentealPacífico.Dominiodelospasos australes, y con ello, las rutas marítimas y aéreas continental-antárticas.DominiosobreislasavanzadasenelPacífico.Sólidaorgani-zaciónypotencialhumano.Suconfiguracióndelterritorioloconvierteen gran aeródromo; y con excelentes bases navales. Variados recursos naturales e industriales. Por otro lado, la ubicación de Chile en América yfrentealPacífico,seproyectaentresgrandesdirecciones:elPací-

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fico,en todasuenormeamplitud, laAntárticayAmérica,centrodelmayor poder en el futuro.

Las características del sistema andino, su variedad de riquezas y sufrentecosteroalPacífico,comoenlaceydesafíocomún,facilitanlaestructuracióndelSistemadelPacíficoSudamericano,enelqueChileocupa una importante posición, en todo su extremo austral. Chile debe anticiparse a las transformaciones en desarrollo y proyectar en su es-pacio americano las líneas de su política internacional, con espíritu de hermandad y democracia.

Chile,ensupolíticadelPacífico,debeconstituirseenavanzadacontinental, junto a Perú, Bolivia y Ecuador. Por su extensión y forma depaíscosterodelPacíficosurenSudaméricayenlaAntártica,sumasusposesionesadelantadasenelPacífico;todolocuallepermiteabrirnuevas rutas comerciales y de enlace con los pueblos de la cuenca del gran océano; creando grandes posibilidades a las características marítimas de nuestro país. Chile compensa la estrechez de su territo-rio continental, con la importancia de su litoral, jalonado por puertos importantísimos, especialmente en la zona Austral, región de grandes reservas de recursos naturales.

Su política oceánica (“Oceanopolítica”), debe centrarse en el Pací-fico,constituyendouna“POTENCIADELPACÍFICOSURANTÁRTICO”.Lanuevaerahaensanchadoelhorizontegeográficoyenél,Chiledebeproyectar su acción política, sobre la base de sus posesiones antárticas ysus islasavanzadasenelPacífico;ademásdecentrarsupoderdeultramar,enOceanía.Chile,porsuposicióngeográficaysoberaníaenelPacíficoSurAntártico,tiene“misionespropias”deseguridad,designifi-cación continental y mundial, que debe asumir inevitablemente.

A Chile le interesa asegurar las ventajas que le dan sus caracte-rísticasgeográficas,especialmentelaposición,lograndomayorsignifi-caciónenelPacífico,mediantelascomunicacionesintercontinentales,con importantes sectores, como Oceanía, especialmente: Australia y Nueva Zelandia y con Asia suroriental, a través de rutas polares y del Pacíficosur.ElaumentodelaimportanciadelPacíficoydelasregio-nesaustrales,conjugadasconlaposicióngeográficadeChile,haau-mentado su responsabilidad geopolítica y geoestratégica, en su misión nacional y continental.

ChiledebepropenderaserlaprimerapotenciaenelsurPacífico,aprovechandosuvaliosaposicióngeográficaenelsurPacíficoAntár-tico; área en la cual domina el espolón austral de América, y en la que tienesoberaníasobrelospasosaustralesPacífico-Atlántico;conbasesen Magallanes y la península antártica y controla las futuras rutas aéreas

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sobre esas regiones polares. Lo anterior requiere asegurar tan favorable posicióngeográficaysusposibilidadesdecrecimientoydesarrollocomonación. “La POLÍTICA DE FRONTERAS”, de Chile, debe coordinarse es-trechamenteconunapolíticadelPacífico,asegurandoparanuestropaíssus mercados, para resguardar sus ventajas, con visión y cautela.

Las energías humanas vitales de Chile, generadas en la sinergia población-territorio, debieran proyectarse preferentemente sobre el Pa-cífico:sudamericano,antártico,asiáticoydeOceanía,aprovechandoel extenso “arco marginal” que forma nuestro país junto a este océa-no. La “INTEGRACIÓN NACIONAL” de Chile debe tener prioridad ante proyectos de integración continental. Uno de los problemas nacionales prioritarios de nuestro país es el integral desarrollo de la región austral, para lo cual debe asegurarle mercados internos en el centro y norte del país,ademásdeotrosenelPacífico,prefiriéndolosalsuministrodesdeel extranjero.

6. la eStructura geográfica del paíS

“ ‘Chile, fértil provincia y señalada, en la región antártica famosa’ [Alonso de Ercilla] ...futura potencia del Pacífico Sur-Antártico”; Ramón Cañas Montalva, “El Pacífico, epicentro geopolítico de un nuevo mundo en estructuración”.

En Misión Geográfica Nacional, que tantas veces hemos citado, nuestro autor sostiene que hay “...países que no obstante su relativa extensión, resultan como el nuestro, una ‘síntesis de valores’ justamen-tecalificadoscomofundamentalesasudesarrollonaturalyasuman-tenimiento; situación privilegiada frente a países del continente;...”.127 “...países como el nuestro deben, en primer término, procurar el inte-gral aprovechamiento de valores, sean estos humanos o materiales a favor del mejoramiento social, económico y espiritual del país”.128

“Al abogar por la urgencia de procurar una más exacta interpretación delvalorgeográficodeChile,lohacemosbasadoenlanecesidaddelograrensíntesis,unainterpretaciónfusionadadelafisiografíaylabiogeografíade Chile, es decir, la relación del hombre y la tierra, como fundamento de una interorientación de la personalidad humana, y las proyecciones que se derivan del aprovechamiento del medio que habita”.129

127 Cañas Montalva, Ramón. Misión Geográfica Nacional, p. 4.128 Ibídem, p. 5.129 Ibídem, p. 7.

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El general Cañas Montalva denuncia y describe que “grandes ex-tensiones de la región austral como las provincias de Chiloé, Aisén y Magallanes, junto a la región Antártica Chilena y pertenencias como la Isla de Pascua, esperan aún la exploración y efectiva conquista para ser incorporadas de hecho a la economía nacional”.130 “Chiloé conti-nental y la provincia de Aisén permanecen aún distantes de rendir a la economía chilena en proporción a la riqueza de su territorio”.131

Una región con su propio sello, como dice en “Zona Austral Antár-tica”“...lascaracterísticasgeográficasdelChacaoalSurhanimpuestoaesta‘ZonaAustral-Antártica’unsellotandefinido,comolasleyesyestructuración a que obliga su modalidad. Condiciones geofísicas de las que no es dable desentenderse ni aun apoyados en los más auda-ces adelantos de la civilización”.132

“La potencialidad latente en las provincias de Chiloé, Aisén y Ma-gallanes (¡sectores de reserva!) como la extraordinaria proporción de su extensión territorial máxime si consideramos en su debida importan-cia (industrialización pesquera) al ‘Territorio Chileno Antártico’, plantea comoproblema, bien definido a nuestro entender, la imprescindiblenecesidad de constituir con ellas un block o región, con la organización y solvencia propia a que, como en otras zonas, obligan sus caracterís-ticas y la necesidad de facilitar su desarrollo y progreso”.133

Estazonificaciónerapartedeunconceptomayor,enlaqueen-traban las zonas norte (Tarapacá a Coquimbo); central (Aconcagua a Biobío), sur (Arauco a Llanquihue) y la propia Zona Austral Antártica. “La Zona ‘Austral Antártica’ de la que nos ocupamos, presenta –por suextensiónyexcepcionalconfiguración–característicasfavorables,paraclasificarodividirsusterritoriosensectores;“insulares”(maríti-mos), como en el caso de Chiloé; y “mixtos” (continentales-insulares), en las zonas de Aisén y Magallanes”.134

En “Chile, el más Antártico de los países del orbe y su respon-sabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”,describelasingularidadna-cional.“Efectivamente,dela‘posicióngeográfica’,CHILEdesprendevalores de unidad y excepción inconfundible. Bajo la forma curiosa de un inmenso arco abierto hacia el PACÍFICO, cuya solidez se con-funde en el macizo ANDINO, toca con sus extremos por el Norte con

130 Ibídem, p. 10.131 Ibídem132 Cañas Montalva, Ramón. Zona Austral Antártica, Ejército de Chile. Región Militar

Austral. Punta Arenas, 1942, p. 1.133 Ibídem, p. 2.134 Ibídem, p. 3.

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la línea limítrofe del Perú (18º 20´) y por el austro, con 0º del POLO SUR, centro de convergencia de los cuadrantes en los que, junto con la teoría polar, se ha venido discriminando sobre las delimitaciones políticas de los países ANTÁRTICOS como CHILE”.135

En un discurso para inaugurar un simposio de Geografía, con el título “La Geografía en el destino de Chile”, el general Cañas, entre otros juicios relacionados con la aplicación de la geografía en la pla-nificaciónnacional y regional,describió las influenciassobreChile:“De sus variados climas, las imposiciones a ratos temerarias de su configuración,laescasezolaprodigalidad,juntoalainfinitavariedady calidad de los recursos naturales; la belleza imponderable revelada a primera vista de los aterradores paisajes de regiones de insospe-chado valor como los mal llamados desiertos nortinos, o espacios an-tárticos; la diferenciación de sus estructuras geológicas concretadas en la riqueza de la producción minera; el escalamiento del ANDES imponderable, o la navegación de interminables horizontes sobre el providencial PACÍFICO”.136

El general Cañas describió la geografía de Chile sólo en aque-llos aspectos que consideró más relevantes, de acuerdo a los temas geográficosygeopolíticosqueestudióyescribió,siempreconfinesde fundamentar sus argumentos hacia la acción y solución de proble-mas nacionales, pero no expresamente como un texto de enseñanza o consulta de la geografía descriptiva de Chile. Su concepto de la estructuracióngeográficadeChilepuede resumirseconunavisióntricontinental, y de conjunto entre las que se conocen como seccio-nes del territorio de nuestro país: sector americano (llamado también continental); sector antártico y sector oceánico o polinésico, unidos en una sola continuidad política espacial, con enorme gravitación de su condición marítima continental y con una total continuidad, no siempre espacial, de la soberanía de nuestro país sobre tan singula-res sectores.

Su concepción, de nuestro territorio, se construye también por suvisióndeunextensoarcofrentealPacífico,consulargoyvaliosolitoral, con excelentes puertos, y la abundancia y variedad de recur-sos de toda clase, especialmente minerales, agrícolas, forestales y marinos, que pueden proporcionar a Chile un alto desarrollo econó-mico, con muy buenas posibilidades para generar industrias de todo

135 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su res-ponsabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”.RGCHNº4,p.32.

136 Cañas Montalva, Ramón. “La Geografía en el destino de Chile”. RGCH. Nº 14, p. 139.

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tipo y con una población laboriosa y hábil, capacitada para enfren-tarlosdesafíos,especialmentelosmarítimos,todolocualconfiereaChile, lo que él denomina ser un país de “RECURSOS INTEGRALES”, la posibilidad de constituirse en una pequeña gran potencia econó-mica.

6.1. Sinopsis

El general Cañas Montalva consideró en sus escritos que Chile es un país privilegiado por la geografía, con una ubicación envidiable, frente al más importante y extenso de los océanos, con variadísimos recursos de todo orden –integrales- con un largo litoral de miles de kilómetros, jalonado por excelentes puertos, y próximo a los grandes centros de producción y de actividades de toda clase; todo lo cual le significateneróptimascondicionesparatransformarseenunapoten-ciadelSurPacífico;alavezqueconenormeresponsabilidadanteelcontinente americano, por esas mismas valiosas características y el natural dominio sobre áreas críticas geoestratégicas mundiales, gran objetivonacional,paraelcual tiene lasposibilidadesgeográficasylas capacidades de una población sólidamente organizada.

De la conjugación de estas excepcionales condiciones con la nueva situación mundial, derivada del desplazamiento del interés geopolítico,delAtlánticoalPacífico,yantelaluchaporelpodermun-dial entre las dos grandes superpotencias, se deducen los grandes nuevos desafíos que Chile debe enfrentar, con fortaleza moral, soli-dez organizacional y el máximo aprovechamiento de sus privilegiadas condicionesyposibilidadesgeográficas,paraproyectarseensustresgrandesámbitosgeográficos:América,elPacíficoylaAntártica.

7. la fiSonomía eSpiritual de chile

“El espíritu heroico de Arauco”... vive “en la nobilísima altivez de la nacionalidad chilena”. “Vigorizar el espíritu heroico de la naciona-lidad es asegurar el honor y la grandeza de Chile”, Ramón Cañas Montalva “Los Hombres y el Territorio en el trascendente devenir Geopolítico de Chile”.

Este tema ocupa numerosos párrafos de los escritos del general Cañas.Ensucontinuayconstanteapreciacióngeopolítica, reflejadaen sus estudios sobre Chile y sus principales problemas nacionales, deduce con gran claridad que la única forma en que nuestro país pue-

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da solucionar esos problemas, progresar, desarrollarse y enfrentar con buen éxito los nuevos grandes desafíos del presente y del futuro, es mediante el aumento de las capacidades nacionales de los chilenos, aprovechando sus virtudes como pueblo y como nación de sólidos principios de libertad y de esfuerzo cultivados en su permanente activi-dad frente a una geografía y naturaleza privilegiada, pero muy exigente con el hombre.

Estas características del chileno, que se han mantenido y con-figuradoatravésdeltiempo,imprimiéndoleunamarcadafisonomíaespiritual a la identidad nacional de nuestro país, deben cultivarse, perfeccionarse y superarse, mediante la educación y capacitación; y resguardarse contra cualquier elemento perturbador, fracturador o debilitador de esa identidad y de la unidad e integridad de la nación, para así, asegurar los altos destinos a que está llamada nuestra pa-tria en su responsabilidad consigo misma y con América y el “Mundo Libre”.

Revisemos algunos párrafos acerca de este aspecto: en su ar-tículo Misión Geográfica Nacional, el general Cañas expresa: “Pocos pueblos como Chile traducen –en la elasticidad y viveza de su inteli-genciayenlarobustezdesucomplexiónfísica–lapoderosainfluen-cia del MEDIO AMBIENTE GEOGRÁFICO. Es axiomática la relación directa entre las manifestaciones psicológicas y las expresiones de la fuerza y morfología: un ensorbecido océano –el más grande y profun-do del planeta– enlazado al más imponente e inconquistable de los espaldones andinos, ha servido para forjar una raza, virilmente activa porlaseguridadyconfianzaensusvalores”.137

Más adelante indica: “De ahí la necesidad de señalar, mantener y enaltecerelsignificadodenuestrapotencialidadracial,engrandecidaporlainfluenciadelmediogeográfico,quetanpreponderantementeactúa en sus características y personalidad”.138

Se puede apreciar que el autor establece un nexo directo entre la geografía y el carácter nacional al expresar: “Mucho se ha dicho sobreelesfuerzoquelehasignificadoalhombredeChile lograr laconquista de sus actuales posibilidades, venciendo una naturaleza esquiva, limitada por desiertos al Norte –donde los más audaces ter-cios de los fundadores de la Gran Capitanía General sufrieron serios reveses– y por mares agitados al sur, que estrellaron la audacia y el heroísmo de temerarios navegantes, en sus pretensiones de vencer

137 Cañas Montalva, Ramón. Misión Geográfica Nacional, p. 5.138 Ibídem

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al estrecho y las rutas complementarias del Extremo Antártico. Sin embargo, ¿dónde se plasmó esa actitud altiva, la voluntad inque-brantable y la resistencia física probada, que determinan el concepto reconocido por todas las naciones en el chileno, para arrancar a la tierraoalmar,alimentosy riquezas,oparaafirmarsusplantasenactitud de defensa?”.139

“Factores...” (el mar y la montaña) “...agregamos por nuestra parte, propicios a la conservación, en geografía humana, de un tipo racial inconfundible como el ‘roto’, el ‘huaso’, y el ‘minero’, temera-rios en arriesgar su vida, aventureros frente al destino, fornidos en la tarea cotidiana, artesanos talentosos, leales en la amistad, patriotas como ciudadanos, y de quienes Cañas Montalva opina: “FUE y ES UN TIPO RACIAL DIFERENCIADO CON VIRTUDES y DEFECTOS, PERO QUE, POR SOBRE TODO REPRESENTA UNA FUERZA y UN MATERIAL HUMANO DE PRIMERA CALIDAD y CUyAS CONDICIO-NES DE VIGOR, INTELIGENCIA y ESPÍRITU DE EMPRESA, DEBIÓ APROVECHAR, ESTIMULAR y DIRIGIR, UNA POLÍTICA NACIONAL BIEN ORIENTADA”.140

Así como destaca los rasgos propiamente chilenos, invita a distinguir los falsos nacionalismos. “No confundamos el sentido de elevación que se requiere para servir a la colectividad cuando el ob-jetivo es, realizar patria proyectada hacia la Humanidad, con el falso nacionalismo que nos adelantamos a condenar. PERO TAMPOCO, POR SENTIRNOS CIUDADANOS DEL MUNDO, CONTINUEMOS DESPRECIANDO O DESVIRTUANDO, EL EXACTO VALOR DE LA PARTE DEL PLANETA QUE TENEMOS LA SUPREMA RESPONSA-BILIDAD COMO CHILENOS DE CONOCER, CUIDAR, CULTIVAR y ENGRANDECER”.141

“...hemos prescindido de ‘VALORES CULTURALES’ como los geográficoscapacesdehacercomprenderyaumentarlafeennoso-tros mismos, restándonos una fuerza poderosa en la forjación de la República”.142

Enelartículo“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturo de América y de Chile”, el general Cañas señala: “Todos los antecedentes enumerados y los evidentes potenciales de nuestra nación –que la muestran como poseedora de valiosos factores y

139 Ibídem, pp. 5-6.140 Ibídem, pp. 6-7.141 Ibídem, p. 8.142 Ibídem, p. 9.

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natural baluarte de la defensa continental en las regiones del sur PacíficoydelaAntárticacorrespondienteaestemar–hacendeellaunatierradeselecciónylaevidenciancomodueñadesignificativosdestinos”.

El general Cañas destaca el rol de la geografía como modeladora de valores nacionales: “Añadamos a lo anterior que el territorio mismo –detípicoshorizontes,quebradoymontañoso,enfiladoentreelformi-dable y nevado espaldón andino y el más rico, prometedor y potente de los océanos– ha permitido, bajo el temple de un clima magnánimo, la formación de una raza de evidentes valores, y llegaremos a hacer un análisis que, todo lo acucioso y severo que queramos, nos dejará con-clusiones de optimismo, generadoras de inspiraciones de prosperidad y grandeza”.

Un verdadero creyente de las potencialidades humanas del país evita:“Enquistarnosenprosaísmossuperficiales,sentirnosobstaculi-zados por trastornos o dolencias pasajeros –que no experimenta úni-camente nuestra patria, pues revisten carácter universal– nos hace, a menudo, desestimar las posibilidades sustanciales (posición, factores favorables de todo orden) y cerrar los ojos a admirables perspectivas, no sólo propias del esfuerzo interno del país sino, muy en especial, atingentesa lo internacional,encuantoserefierenalcontinenteyalmundo”. A lo que agrega: “Esos antecedentes, tales potenciales, dicha raza y los aludidos destinos DEBEN hacernos salir del pesimismo y la desidia, para convertirnos en entusiastas, decididos e inquebrantables forjadores de una POTENCIA, en que las bondades de la CALIDAD superen a las ventajas de la CANTIDAD. No olvidemos que junto a la extensión y al número existen otros valores de iguales o mayores qui-lates”. Toma como ejemplo su experiencia en Europa y la realidad que le tocó observar en Suecia para argumentar respecto de las potencia-lidadesnacionalesalafirmar:“Bastaríaunejemplo,comoeldelacultay progresista Suecia (en bastantes aspectos muy similar a nosotros), para evidenciar que se puede ser POTENCIA –como ella ha sido y es– frente a estados que la superan en cifras y elementos; pero no en moral patriótica, espíritu de empresa de sus gobernantes y empuje de sus ciudadanos”.

Como consecuencia entonces, el general Cañas apunta a dos conceptos: conciencia y voluntad. “Obedezcamos a los imperativos geopolíticos de la época; tengamos la conciencia y la voluntad de con-vertirnos en lo que nos corresponde ser: una POTENCIA DEL SUR PA-CÍFICO –no de la magnitud de las conductoras que existen en el mun-do; pero soberana, indivisible, digna y respetada desde Arica al Polo

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Austral–, y trabajemos para obtenerlo, con orgullo de nación y bajo el dictadodelamisióntrascendentequenoshafijadolaépoca”.143

En su artículo “Chile, el más antártico de los países del orbe y su responsabilidadcontinental enelSurPacífico”,elgeneralCañasexpresa: “CHILE es una realidad inconfundible, clásica y plena de po-sibilidades como pueblo ‘soberano’ y ‘libre’, por su elevada concep-ción democrática. Los bien fundidos moldes de su tradición política y militar dan especial temple a una espiritualidad racial, siempre capaz –pese a las más agudas crisis– de impulsar vigorosamente el carro del progreso. Mediante la conjugación inteligente y a veces audaz, de losvaloresenpotencia,quenuestroexcepcionalescenariogeográfico(tomado éste bajo un concepto integral), nos ofrece, se logra en éstos, una sólida consistencia”.

“Al referirnos intencionalmente al concepto de ‘escenario geográ-fico’,debemosestablecerqueenabsolutosomosdeterministas,enloque,alainfluenciadelsuelodeCHILE,permiteyofreceponderadasposibilidades a la existencia y desarrollo de un grupo humano, bajo condiciones excepcionales sería infantil desconocer las características de homogeneidad, fuerza y talento, que distinguen a las gentes que en él habitan; condiciones propias, de las que son viva expresión, su desarrollo y solidez como NACIÓN y REPÚBLICA esencialmente de-mocrática. Vale decir, expresión inequívoca de la altivez y dignidad con que el concepto del ‘trato humano’ fue considerado desde el aborigen, cuya viril psicología dio a España como obligación, la más cruda de las empresas militares que conoció el Continente. De ahí que la CAPITA-NÍA GENERAL DE CHILE registrada en los archivos de la Colonización e Independencia de Indoamérica, aparece con relieves muy diversos y superiores a los que distinguió a más de un Virreinato”.144

El general Cañas cita a Jacques de Lauve, de quien toma juicios sobre Chile que él hace suyos: nuestro país es para aquél “...una GRE-CIA del nuevo MUNDO...”, conjunto envuelto en la común atmósfera delosAndesydelocéanoPacífico,queexplicanunaunidad...lopre-senta “como un jardín encantador en que la naturaleza ha dejado a los hombres la libertad de entregarse a los esparcimientos del espíritu, a las artes y a la política. y así el lugar que ocupa la nación chilena en la vidadeAméricaIbéricanoestáenrelaciónconsusuperficie,loestáen

143 CañasMontalva,Ramón.“ReflexionesGeopolíticassobreelpresenteyelfuturode América y de Chile”, RGCH Nº 13, pp. 21-22.

144 Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su res-ponsabilidadcontinentalenelSur-Pacífico”.RGCH Nº 4, pp. 31-32.

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la actividad que ha desarrollado y con la originalidad de que ha dado pruebas...”.

Continúa el general Cañas: “Por nuestra parte, recalcamos lo de ‘República esencialmente democrática’, porque si bien es cierto que ha sido ATENAS la concreción del concepto democrático en su más exacto contenido, CHILE puede mostrarse entre sus más exactos in-térpretes y sostenedores en el hemisferio austral; hecho que el genial BOLÍVAR advirtió en su notable carta de Jamaica, y cuyos postulados se encargó de consagrar para la eternidad el general O´Higgins, verda-dero apóstol de la democracia americana, como Jefferson lo fuera en el otro hemisferio”.145

“Numerosos sistemas o estacionamiento de cristalinas aguas, dan fertilidad excepcional a los valles, que bajo caprichosas orientaciones y altitudes dan vida a un pueblo de características físicas extrañas e íntimas, en relación con la reciedumbre de su geología ambiental. A su vezenloespiritualmuéstraseavivadoyágil,porlainfinitagamaexpre-sada en el colorido de sus maravillosos panoramas”.146

La geografía y su impronta en la raza tienen incidencia en la insti-tucionalidad nacional, según establece el autor: “Organización política: La madurez política lograda por el país mediante el innato sentido de la dignidad humana, concretada en principios democráticos de libertad y férreamente sostenidos; unidos a inquietudes propias al espíritu de superación que anima al chileno, ha permitido la más notable de las evoluciones sociales observadas en los pueblos del continente. Por ello, y gracias a positivas y ya experimentadas conquistas político-sociales, puede hablarse de la solidez que le distingue como nación soberana”.147 Agrega que: “Si se compara la extraordinaria y brillante HISTORIA MILITAR DE CHILE, desde lo que atañe al inmortal ARAU-CO, con la HISTORIA POLÍTICA y SOCIAL del país, se tendrá la sor-presa de encontrar un pueblo que no obstante el poderío de sus triun-fos emanados de cualidades militares de excepción, es el más civilista y democrático de los pueblos”.148

En el ensayo “Los Hombres y el Territorio en el devenir geopolítico de Chile”, el general Cañas expresa: “Libertad, Soberanía, Fronteras, amor a la Patria, son términos irremplazables en la ecuación que dio severo nacimiento a una ‘NACIONALIDAD’, inconfundible y singulari-

145 Ibídem, p. 32.146 Ibídem147 Ibídem, p. 38.148 Ibídem, p. 39. Nota. Subrayado del investigador.

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zada por la actitud viril e insobornable del ‘Hombre de Arauco’, endu-recidohastaelsacrificioenladefensadelTerritorio”.149

“Apoyados en un concepto, integral y telúrico, sobre la interpre-tación de valores matrices como los Hombres y el Territorio, y en parti-cular, por el ‘espíritu heroico’ que les impulsa la defensa de la ‘SOBE-RANÍA’; procuraremos en este nuevo ensayo ‘geopolítico’, destacar, aspectos fundamentales del por demás apasionante, y no obstante bastante olvidado, proceso de nuestra formación nacional y suprema responsabilidadcomoEstado.Procesodeafirmaciónexcepcionalenque un pueblo convertido en Nación, nos ofrece el honor y el derecho de asegurar ennoblecidos: ‘Sólo tenemos una Patria que es Chile’”.150

La geografía como los valores espirituales nos ayudan a com-prendersegúnelautorlaafinidaddelosnuestroscomonúcleogeohis-tórico. “Una concepción integral, realista y hondamente sentida de la geografía como de valores espirituales que nos individualiza de manera excepcional entre los pueblos de América, nos permitirá comprender ladelicadaymilenariaafinidadaborigendelosnuestroscomonúcleo‘geohistórico’, al señalar con vívida resonancia y majestad, a los Hom-bresylosTerritoriosporelloshumanizadosenlosconfinesaustralesdel Continente, como: ‘Chilli...’”.151

Ejemplificando este punto de vista, expresa: “Sus pobladores,gentes cuyo señorío les singulariza en su homogeneidad espiritual ba-sada en la ‘LIBERTAD’ que sostienen fieramente transformados en:‘MOLUCHES’ –hombres de guerra; y bajo la organización disciplinada –sui géneris– con que afrontan las ‘penetraciones foráneas...’, impo-nen, como ningún otro grupo en el Nuevo Mundo, el soberbio relieve de una nacionalidad enaltecedora”.

Elautorserefierealaimprontamapuche:“Arauco,llamadoaper-petuarse por su emoción humana, no dejó en piedras monumentales como el Inca o el Azteca el registro o la expresión del verdadero espíri-tu de su milenaria cultura; pero en cambio, legó a Chile, y al continen-te Indoamericano en particular, el ejemplo de una actitud inigualable en función de valores espirituales, y soberanos derechos, destinados aafirmarlaconsolidacióndegruposhumanosafinesmodeladosporimperativos de una geografía potencialmente vigorosa. Esa innata y decorosa concepción política revelada en la temeridad de sus hom-

149 Cañas Montalva, Ramón. “Los Hombres y el Territorio en el trascendente devenir geopolítico de Chile”, RGCH Nº 20, p. 62.

150 Ibídem151 Ibídem, p. 63.

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bres,permitirámástardeafianzarlagrannación,yluegoladinámicaRepública”.152

Reafirmaque“Arauco,enelcomienzogrupo ‘geohistórico’porexcelencia y basamento de la más tarde Capitanía General o Reyno de Chile, es la génesis, y la epopeya a la vez, de nuestra actual República Democrática. Ello no sólo implica el imperativo de nuestro reconoci-miento a tan sublime pasado, sino la necesidad de mantener inaltera-bleeinsuflarnoslafuerzacreadoradeesatradiciónmoralytelúrica,paracomprenderenesenciacuántosignificaelconoceryrespetarconseñorío,elsuelodelosantepasados;embellecerconpropiossacrifi-cioselpaisajeaquesepertenece;ymorirennoblecido,porfidelidada las sublimes tradiciones de un ‘Territorio Nación’ sobre el que se ha cifrado la esperanza de un destino de superación y grandeza”.153 El autor agrega que: “Ese fue, y sigue siendo en sus expresiones más profundas el noble ‘pueblo de ARAUCO’, que, como una de las más auténticas fuentes de inspiración debería servir a la formación moral y ciudadana de las diversas generaciones”.154

En el génesis se simboliza en el varón y la mujer: “Si bien señala-mos al ‘Hombre’ para sintetizar los valores humanos que, en estrecha armonía con el ‘Territorio’, constituyen el supremo potencial nacional, parecemásqueinoficiosoinsistirenelaltoyprivilegiadovalorque,conmayor admiración y hondura, adjudicamos a la nobilísima mujer, sím-bolo sublime de la existencia terrenal y continuidad de la especie”.155 En este mismo contexto agrega: “Es así como nadie podría negar en buena lid, el valioso y básico aporte de la mujer araucana a la formación de la personalidad nacional entre cuyas características, hasta ahora afortunadamente conservadas (...), podemos destacar con orgullo, la elevada diferenciación y extracción a la vez, de ambos sexos”.156

ElgeneralCañasserefieretambiénalaimprontaguerrera:“Tem-plada la nobleza innata de su espíritu en aquellos encuentros en que la línea del Maule determinará la ‘inviolable FRONTERA’, descargarán sin titubeos, todo el peso de su temeridad sobre las aguerridas huestes del Flandes Indiano ya entrenadas en las conquistas realizadas en me-diaAmérica.Lagranlesióninfligidaasusoberanía,comoelatropelloasusmilenariaslibertades,afirmólasvirtudesdesuespontáneaysólidaconciencia como pueblo. Así brotó con sana naturalidad, el ‘espíritu

152 Ibídem153 Ibídem, p. 64.154 Ibídem, p. 65.155 Ibídem, p. 66.156 Ibídem

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heroico’ que la raza y la nación más tarde, habrían de conservar con celosa nobleza. Espíritu que, como coraza y estandarte de los ‘Co-nas’, vale decir: ¡guerreros o soldados!, alimentará los enfrentamientos que, con idéntico ímpetu, despliegan posteriormente contra las tropas regulares argentinas en las llamadas ‘Campañas del Desierto’ condu-cidas por el tirano Rosas primero, y el general Roca en 1879; o, al resistir a nuestra ingrata como torpe persecución en la “Campaña de la Araucanía”.157

Así se expresa el general Cañas respecto de sus esperanzas en el devenir: “Si se analiza la serie de incontables y crueles exigencias a que ha debido ponerse a prueba la gestación de la nacionalidad bajo condiciones sociales y políticas no siempre auspiciosas, es posible advertir más claramente, algunos de los factores o causas que han dado particular tonalidad a los rasgos de la estirpe. Así encontramos al Hombre desde Arauco, soberbio en sus revelaciones y altivo ante la lucha, frente al sostenimiento de tradiciones que considera sagradas; mientras la Mujer, con religiosa nobleza, sobrepone a toda angustia lafinacristalizacióndesuamora loshijos,alesposo,ya lapropiafamilia. Un pueblo así forjado, adquiere vibraciones de eternidad; y si una persistente y creadora fe se desprende de nuestras observaciones sobre el pasado, más aún se acrecientan esperanzas en el devenir que fluye...”.158

“Condiciones así tan particulares nos llevan a considerar la lu-cha afrontada por los araucanos como una ‘Guerra justa o Nacional’, toda vez que no buscaban oro ni ‘esclavos’ como eran los propósitos fundamentales de la época. Animados por derechos que presentían inteligentemente,comoafirmadasufeensímismos,selanzanenuna‘guerra de liberación’ o ‘guerra patria’ como hoy la llamaríamos. El verdadero sentido histórico de las guerras que debió sostener ininte-rrumpidamente tuvo pues, como primordial objeto, su emancipación del yugo extranjero. Posteriormente, los patriotas de la Independencia ligados por nacimiento tradición y otros factores determinantes a esta tierra, como los Carrera, O´Higgins, Freire, Manuel Rodríguez y tantos otros, adoptan similar actitud invocando su ejemplo; como, al crear en 1810 los “Ejércitos Nacionales” que habían de combatir hasta lograr la independencia de media América Indiana”.159

157 Ibídem, p. 68.158 Ibídem159 Ibídem, pp. 68-69.

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“Ahora bien, un pueblo de tan excepcional temple; apoyado ce-losamente en tradiciones, en deberes y derechos que hasta nuestros días resuenan y borbotan en lo más enjundioso del alma chilena, no podía descuidar la formación moral y física de sus hijos. y es así como, sinbuscarcomparacionesquevenganareforzarlaexposición,aflorananalogías sólo comparables a la férrea y vigorosa educación espartana. Rasgos de ‘hombría y virilidad suma’, como cartabón insalvable para los muchachos; ‘amor y delicada abnegación’, para las hijas, cuya pre-dilección ante la severidad del padre, ya la hemos destacado”.160

“¡Cuánto bien se haría en repasar estas enseñanzas..., y cuán-ta urgencia de su recuperación se impone ante las debilidades y co-rrupciones con que los desbordes coléricos de hoy pretenden invadir nuestras nobles costumbres!”.161

“y señalamos a la juventud, porque en ella radican las más puras reservas morales de toda nación; porque en ellos no sólo es posible, sino fundamental, la germinación de grandes ideales, como la inquie-tud constructiva de una renovación permanente”.162

“...si tuviésemos que sintetizar el hirviente contenido de esta ‘Al-borada de la Patria Chilena’ que intentamos malamente describir a tra-vés de los rasgos y tradicionales costumbres del Arauco, destacando sus ‘rucas’ aureoladas de copihues –símbolos del sólido asentamiento familiar–, y eternamente custodiadas por el temerario Moluche; basta-ría grabar como suprema leyenda: ‘Heroísmo y Ternura de una Raza Inmortal’.163

Más adelante sostiene: “Analizadas así, en su más profunda y significativaesencialasespontáneasfuerzasespiritualesexpresadasen el ‘espíritu heroico de la raza’ en función de la libertad y defensa de la soberanía; necesariamente podemos convenir que, la actitud de ARAUCO como pueblo, sintetizando las múltiples expresiones de su avizor y temerario comportamiento, corresponden ampliamente, a lo que en nuestros tiempos podemos observar como la poderosa conso-lidación de NACIONALIDADES, entre los fenómenos político-sociales de mayor trascendencia”.164

“La conservación ennoblecida y jerárquica de un pueblo como grupo humano singularizado, bajo el aglutinamiento de fervores co-munes; expresión a la vez de inviolables tradiciones proyectadas por

160 Ibídem, p. 70.161 Ibídem162 Ibídem, p. 71.163 Ibídem164 Ibídem

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la esperanza de ‘un programa para el mañana’, sólo es posible bajo elacrecentamientodeunaafirmaciónvisionaria,positivayheroicaalavez.Debilidadesoflaquezassobretannobilísimosimperativos–fe-nómeno que debemos vigilar sigilosamente–, inspira la acusación de ‘indecorosa negligencia’ que Demóstenes dirige a todos los griegos por igual –acosados por el vecino ORIENTAL–, ante su indecisión; y por no haber percibido la comunidad de su causa”.165

“La propia concepción, fundamentalmente humana, de nuestras inmediatas experiencias frente a los grandes y verdaderos ‘problemas nacionales’; unida a la directa y tradicional convivencia que particu-larmente nuestro EJERCITO –excepción en América–, ejercita en ínti-ma relación con la civilidad sin mezquinas distinciones; nos permite el anhelo, y el derecho a una participación directa, en una acción cívica integral; vale decir; ‘espiritual y material’ a la vez, y orientada primor-dialmente a la ‘UNIDAD y GRANDEZA NACIONAL’, como el más de-terminante factor político de nuestra potencialidad como Estado”.166

“Ante las desorbitadas concepciones político-sociales de un tras-nochado cosmopolitismo a que nos pretende conducir la anarquía reinante provocada por determinados grupos, aunque infinitamenteminoritarios todavía ante la masa nacional que conserva, celosamen-te,sustradicionalesvirtudes,esoportunorepetir loqueelfilósofoydestacado pensador español Ortega y Gasset señala entre las hondas preocupaciones vertidas en su ‘España vertebrada’. Entre otras aseve-raciones expresa: ‘Desde hace un siglo padece Europa una perniciosa propaganda en desprestigio de la fuerza. Sus raíces hondas y sutiles provienen de aquellas bases de la cultura moderna que tienen un va-lor más circunstancial, limitado y digno de superación. Ello es que se ha conseguido imponer a la opinión pública europea –latinoamericana podríamos agregar–, una idea falsa sobre lo que es la fuerza de las armas’”.167

“‘Fuerzas de las Armas’ que, aun cuando tradicionalmente viven inspiradas en el ‘espíritu heroico de la raza’ hasta ahora revelado en sus señeras y ejemplares devociones cívicas y castrenses, están obli-gadas, junto con la renovación integral que el país exige, a una revi-sión, vigorizada, de sus altas funciones políticas nacionales, particular-mente, ante las responsabilidades cada vez mayores que los delicados y candentes ‘problemas internacionales como internos imponen’”.168

165 Ibídem166 Ibídem, pp. 71-72.167 Ibídem, p. 72.168 Ibídem

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“...sostenemosporsobretodoelinflexible‘mantenimientodeles-píritu heroico de la nacionalidad’, expresado en el caso de Chile, en el celo de la integridad de su soberanía republicana; como en la ‘in-violabilidad de sus Fronteras’; base de un Estado integralmente inde-pendiente, en relación a las ‘órbitas GEOPOLÍTICAS’ de su vecindad; comodelatendenciosainfluenciaodominioforáneo”.169

“Enesasraíces,revelaciónespontáneadel‘imperativogeográfi-co’, presentimos en parte una tradicional sensación, positiva y crea-dora, del estímulo TELÚRICO –irradiación vigorizante sobre el innato espíritu patriótico de la raza–, aglutinado en el caso de Chile a nuestra sublime TIERRA”.170

“No sabemos de otras regiones con un más variado mosaico de ponderados elementos como de armónicos contrastes predestina-dos a estimular la gestación, y permanente renovación purificadoradefuerzasespirituales,que,afincadasalabellezaterritorial,tórnansesusceptiblesdesuperaciones infinitas.ARAUCOencarnasuprimeray más auténtica expresión territorial y humana; ya hemos esbozado lo quesignificóydebiósersu‘dominioimperial’comobasedenuestraRepública...”.171

“Sin un mayor ahondamiento de los hechos, fácil es advertir a través de tan bella lengua, un sentido intuitivo y profundo del valor que danalatierraqueamanydefienden,porsobretodaslascosas,comosereflejaenlasnomenclaturasconquehaninmortalizadoelpoderylaextensión de sus extraordinarios dominios”.172

“Su propia designación de ‘MAPUCHES’ ya nos revela una intui-ción,o‘concienciageográfica’sorprendente:‘mapu’;latierraopatriade ellos; ‘che’: hombre, la gente en general, según el padre A. Febrés –Diccionario Araucano-Español. Pehuenches: pehuén-araucaria, che-hombre; gente de la región de los pinares. Picunches: picun-norte, che-hombre. Huilliches: huilli-sur, che-hombre. Puelches: gente del este, del Chile Oriental o Tramontano, como se designaban especial-mente a los habitantes de la región del Neuquen, la ‘tierra de los puel-ches’. Ranqueles: gente de los carrizales, que habitaban en las Pam-pas, hoy argentinas. Techuelches: hombres del río Negro, epicentro de su asentamiento extendido hasta Fuerte Bulnes, en el Estrecho de Magallanes”.173

169 Ibídem170 Ibídem, p. 73.171 Ibídem172 Ibídem, p. 76.173 Ibídem, pp. 76-77.

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“Antecedentes espirituales fundamentalmente como podemos apreciarlos desde los tiempos antiguos en naciones como Grecia, o en pueblos como los araucanos, revelan el verdadero sentido de la nacionalidad en gestación o que representan. Por ello, el mundo se conmueve al ver arrodillarse a un Renan ante la acrópolis de Atenas; y por ello, respetando las debidas proporciones, no podemos dejar de admirar enternecidos el ‘heroísmo de Arauco’ –espíritu que la nacio-nalidad aún conserva en lo más noble de su alma– frente a lo que sin duda presentían como la más auténtica razón de su existencia y de sus derechos enraizados al territorio y a sus señoriales costumbres, temerariamente sostenidas como lo imponía la ‘tradición’ forjada por sus antepasados”.174

“...la tradición oral, y luego la extraordinaria y coincidente narra-ción de los cronistas, como el recuerdo de elementos de la población aborigen mezclada rápidamente con los españoles; narraciones tanto en prosa, como epopéyicas, cual ocurre en la admirable ARAUCANA de Ercilla; revelan en el caso de Chile, el sólido asentamiento de un puebloexcepcionalporsudefinidaorientaciónalsacrificio,comoalavigorosidad de su espíritu, revivido en la sana y altiva ‘chilenidad’ de nuestros tiempos”.175

“...ninguna nación revela dentro de una organización política ‘semi militar’ aún no bien estudiada la intensidad y persistencia de atributos como, el VALOR, la INTREPIDEZ y la LEALTAD, mostrados por el pue-blo de ARAUCO y ejercitados en función del amor a la tierra en que nacieron, a las que llevaron su domino. La temeridad y nobleza des-plegadaen laafirmacióndesu independencia,esun fenómenoquesobrepasa toda ponderación en la historia de la América indígena”.176

“Por todo cuanto esbozamos, amén de otras consideraciones no menos dignas de análisis, impónese en el determinante campo de nuestros ‘deberes’ como ciudadanos, la urgencia de recuperar y vigo-rizar, mediante cuanto medio exista, lo que en esencia intuimos como unadelasfuerzasespiritualesmáspoderosas,edificantesypositivas,para la grandeza de Chile: ‘El Espíritu Heroico de la Nacionalidad’”.177 Másadelanteaclaraque:“Lainvocacióndeestaactitudcomofiloso-fía de vida, y doctrina a la vez en el manejo imperturbable de nuestro comportamiento como hombres y como chilenos, no está intencio-nalmente circunscrita a las exigencias de orden internacional, que por

174 Ibídem, p. 78.175 Ibídem, p. 80.176 Ibídem, p. 81.177 Ibídem

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cierto son en este momento político, las más graves y urgentes; sino que ella alcanza por igual al cotidiano e integral comportamiento que nos incumbe en todas las actividades de la vida nacional”.178

“Escudriñar en lo que debe constituir este comportamiento en el resguardo de la señera y altiva ‘Personalidad’ que necesitamos como pueblo independiente,esglorificarsudivinapresencia inspiradosenlas conquistas que aureolan los blasones de la Patria. Condenar las claudicaciones que han permitido, o pueden empeñar, las irradiacio-nesjerárquicasdenuestraexistencia.Adoctrina,enfin,alasnuevasgeneraciones en la rectitud acerada que impone la responsabilidad de mantener tan virtuosa TRADICIÓN, como otras igualmente constructi-vas; son imperativos de la hora que no admiten tardanza”.179

“Chile tiene el privilegio, que a la vez es un imperativo supremo, de poder asentar la génesis de su PERSONALIDAD como NACIÓN en elESPÍRITUHEROICOdelqueARAUCOdiopruebaseninfinitasma-nifestaciones reveladas como ‘grupo humano’ –expresión de RAZA–; como a través de sus imponderables ‘HÉROES’ cuya magistral re-sonancia, mantiénese alerta en las más íntimas vibraciones del alma nacional”.180

“Muy distantes de la estrecha concepción racial de un Gobineau, como de las exageraciones de Houston Stewart Chamberlain, emplea-mos el concepto de ‘RAZA’, como una síntesis elevada de un grupo humano forjado, moral y físicamente, en un ambiente común; como inspirado en tradiciones ennoblecedoras que le comprometen a en-grandecerse bajo ideales volcados intensamente, en positivas y diná-micas acciones, hacia lo que, bajo una concepción sublime, estimamos como PATRIA”.181 Enriqueciendo su punto de vista acota: “Esa Patria, que es la NACIÓN en sí misma, está obligada como los Hombres a re-velar una ‘PERSONALIDAD’ inconfundible bajo los más estrictos mol-des del HONOR, de la TRADICIÓN, de la ACCIÓN y de un PROGRESO trascendente. Pero nada de ello sería posible sin el estímulo de una fuerza vigorosa y permanente como la ‘voluntad HEROICA’ de existir y realizarse con amplitud y elevación”.182

“Vigorizar el ‘ESPÍRITU HEROICO de la NACIONALIDAD’ es ase-gurar el HONOR y la GRANDEZA de CHILE. Es asimismo acerar los relieves de su altiva PERSONALIDAD. y es así, la única manera de

178 Ibídem179 Ibídem180 Ibídem, p. 85.181 Ibídem182 Ibídem

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elevar la dignidad, como el mejoramiento espiritual, físico y material de un pueblo, que tan severamente ha contribuido, desde el legen-dario ARAUCO, a la respetabilidad inalienable de nuestra señorial PATRIA”.183

7.1. Sinopsis

Elmedioambientegeográficofísicohatenidograninfluenciaso-brelaformacióndeunpuebloyunanaciónviril,altivaydealtaconfian-za en sus propios valores, como lo es Chile. Sin embargo, esos nobles valores y virtudes originales y tradicionales de la nación parecen ha-bersedebilitadoporefectosdeinfluenciasderrotistasquelosponenen duda o los consideran como cosas del pasado.

Deahílanecesidaddeenaltecerypromoverelsignificadodelapotencialidad que dan a Chile esas características de su raza y nación ydeaprovecharelmediogeográficoparaengrandecerloensusvirtu-des.Así,porejemplo,lainfluenciadelmarylamontañasobrelasupe-ración de las personas, le imprimen férreo carácter, como también las otras áreas de geografía difícil, como el desierto, los fértiles valles, las pampas magallánicas, los hielos antárticos, etc., donde se han forjado: el minero, el marino, el “roto”, el “huaso”, entre otros tipos señeros de nuestro pueblo. Todos ellos constituyen una fuerza humana de primera calidad, por su vigor, inteligencia y espíritu de empresa.

El sano nacionalismo es perfectamente compatible con el uni-versalismo, ya que cada habitante del planeta vive en un área deter-minada, que es su patria, a la cual debe conocer, cuidar, cultivar y engrandecer. Los chilenos hemos prescindido de valores culturales y geográficos favorables, restándonosuna fuerzapoderosapara forjarlagrandezadeChile.Todoslosfactoresgeográficosdenuestropaíshacen de ésta una tierra de selección y de gran destino. Esas mismas características han contribuido a formar una raza de evidentes valores, que deben darnos un renovado optimismo en nuestra futura prospe-ridad y grandeza como nación, con admirables perspectivas para su propio progreso y su destacado rol de potencia de calidad.

Chile es un pueblo soberano, libre y demócrata. Su tradición po-lítica y militar dan especial temple a una espiritualidad racial, siempre capaz –pese a las crisis– de avanzar hacia un futuro de progreso, apro-vechando la conjugación de los valores en potencia que nos brinda el escenario.Este“escenariogeográfico”influyeintensamente,perono

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es “determinante” de nuestro destino como nación, ya que el elemento decisivo es la población, la que con su homogeneidad, fuerza y talen-to, aporta las condiciones excepcionales que forjan una sólida Nación y República democrática, distinguida por su altivez y dignidad desde sus orígenes ancestrales.

La Capitanía General de Chile, antecesora de nuestra República, tiene características muy diversas y superiores a las de algunos virrei-natos. El general Cañas recalca las características de nuestro país de ser una “República esencialmente democrática”, condición advertida por Bolívar y cimentada por O´Higgins. La difícil geografía física de Chile ha contribuido a moldear y forjar un pueblo de características excepcionales, que se distingue por la resistencia y fortaleza ante los obstáculos y la adversidad. A su vez, la belleza maravillosa de sus paisajesinfluyeensuespírituanimadoyágil.Lamadurezpolíticadenuestro país, caracterizado por la dignidad humana, principios demo-cráticos de libertad y el espíritu de superación del chileno, ha gestado la más notable evolución social del continente, todo lo cual contribuye a su solidez como nación soberana.

La nación chilena, no obstante los brillantes triunfos de su Historia Militar, “es el más civilista y democrático de los pueblos...”. La defensa de la libertad, soberanía y fronteras, representadas por valores, tales como los hombres y el territorio de nuestra Nación, impulsadas por el amor a la Patria, caracteriza toda la historia de Chile, desde Arauco en adelante, evidenciando el espíritu heroico de la raza chilena. Arauco, el Chilli Mapu, la Tierra de Chile, constituye el núcleo “geohistórico” de nuestra Repú-blica, y de nuestra Nación, que nos individualiza de manera excepcional entre los pueblos de América, con señalados valores espirituales.

Uno de los rasgos más notables de la homogeneidad de la po-blación de Arauco, una de las dos raíces fundamentales de nuestra nacionalidad, fue su amor a la libertad y a su tierra, la que siempre defendieron con su vida, forjando una “nacionalidad enaltecedora”. Sus valores espirituales, la tenaz defensa de sus derechos, junto a su habilidad para adaptarse a la difícil geografía, forjaron una gran nación, que se prolonga en nuestra dinámica República.

Arauco, grupo “geohistórico”, basamento de la Capitanía General o Reyno de Chile, es la génesis y la epopeya de nuestra República Democrática, realidad que debe reconocerse y mantenerse inalterable, para superarla con la fuerza creadora de esa tradición, respetar el sue-lodelosantepasados,embellecerelpaisaje,fielesaesastradiciones,en busca de un destino de grandeza. Esa noble tradición debe inspirar la formación moral y ciudadana de las diversas generaciones.

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El supremo potencial nacional está basado sobre el conjunto de valores humanos del hombre de esta raza, valeroso y tenaz; junto a la “noblísima [sic] mujer, símbolo sublime de la existencia terrenal y continuidad de la especie”. Así, el aporte de la mujer araucana a la gestación de la personalidad nacional y de las virtudes de nuestra nación, ha sido fundamental; distinguiéndose por su belleza, ternura y sacrificio, con unamarcada diferenciación y atracciónmutua deambos sexos.

Lanaciónaraucanasiempredefendióconfirmedecisión,sintitu-beos, sus inviolables fronteras. Cada invasión o amenaza realizada a su soberaníaylibertad,afirmóaúnmássusvirtudesysuconcienciacomopueblo. Así brotó el “espíritu heroico” que la raza y, la nación después, conservaría “con celosa nobleza”. Con ese mismo espíritu heroico, en-frentaría más tarde al Ejército argentino en las Pampas y al chileno en la Campaña de la Araucanía. Todos estos sucesos forjaron “los rasgos de la estirpe”, que conservó inalterables sus sagradas tradiciones, junto a la abnegación de la mujer araucana, que en religiosa nobleza, mantuvo encendido el fuego del hogar y el amor de la familia.

Los araucanos siempre hicieron sólo la “Guerra Justa o Nacional”, en defensa de sus derechos; la “Guerra Patria”, o legítima “Guerra de Liberación”, con objetivos de mantener su libertad o emanciparse del yugo extranjero. Esta misma tradición siguieron los “padres de la Pa-tria” chilena. Así, “un pueblo de tan excepcional temple”, apoyado en sus tradiciones, deberes y derechos, formó y educó a sus hijos en tan nobles virtudes, comparables a la recia educación espartana. “Hom-bría y virilidad suma”, para los hijos; “amor y delicada abnegación”, para las hijas. Cuánto bien se haría en repasar estas enseñanzas; con-servarlas y perfeccionarlas.

Estimamos que una síntesis y símbolo de Arauco, como “Albo-rada de la Patria Chilena”, y de sus nobles tradiciones, es la “ruca” familiar, embellecida por la mujer y la naturaleza y custodiada por el valeroso guerrero “Moluche”, donde se amalgama con suprema leyen-da:“HeroísmoyTernuradeunaRazaInmortal”.Así,elsignificadomásprofundo y esencial del “espíritu heroico de la raza” de Arauco, en defensa de su libertad y soberanía, sintetiza su determinante contribu-ción a la formación de nuestra nacionalidad y de su identidad geográ-ficaehistórica.

Un pueblo como el nuestro, convertido en Nación, con inviola-bles tradiciones y con esperanzas comunes en “un progreso para el mañana”,debecrecercon“afirmaciónvisionaria,positivayheroica”,evitando debilidades que pongan en riesgo sus noblísimos imperati-

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vosespiritualesygeográficos,yestarsiemprevigilanteanteposiblesamenazas a sus valores nacionales. Frente a los grandes y verdade-ros “problemas nacionales”, nuestro Ejército, en íntima relación con la civilidad, realiza “una acción cívica integral”, “espiritual y material”, orientada primordialmente a la unidad y grandeza nacional, como fac-tor determinante de nuestra potencialidad como Estado.

Chile debe mantener el “espíritu heroico de la nacionalidad”, res-guardando celosamente la integridad de su soberanía republicana, la inviolabilidad de sus fronteras, base de su integral independencia, en relación a las “órbitas GEOPOLÍTICAS” de su vecindad o de cualquier ambición de “dominio foráneo”. En las raíces de nuestra nación, en relaciónconsusimperativosgeográficos,seadvierteunestímulotelú-rico, “irradiación vigorizante sobre el espíritu patriótico de la raza”, en su amor a “nuestra sublime TIERRA”.

Nuestrageografía,afirmadaenlosAndesyelPacífico,esescuelade hombres sobrios y valientes, y adentrada en los hielos antárticos; conjugada con el “noble legado de un pasado de gloria”, estimulan la vigorosa imagen de la identidad de Chile y le reservan un destino tras-cendente de grandeza. Pocos países, como el nuestro, presentan un mosaico tan variado de elementos y de armónicos contrastes, que es-timulan“lagestaciónypermanenterenovaciónpurificadoradefuerzasespirituales”, llamadas a superiores destinos. La bella lengua araucana demuestra “un sentido intuitivo y profundo del valor que dan a la tierra queamanydefiendenporsobretodaslascosas”,loquesereflejaenla toponimia de su ámbito territorial.

La denominación de Mapuches y la de cada región de su territo-rio,revelanunaintuicióno“concienciageográfica”,muyexactasobreel país donde habitaban y dominaban. Rasgos espirituales de los arau-canos, tales como su heroísmo –virtud que “la nacionalidad chilena ha heredado en lo más noble de su alma”– son comparables a los de la Grecia clásica. Esa noble virtud “era la más característica razón de su existencia”, producto de su entrañable amor a su tierra y a la lucha por su defensa, y de la “tradición forjada por sus antepasados”.

La tradición oral y escrita de la historia de Arauco revela a un pue-bloexcepcional,porlavigorosidaddesuespíritu,orientadoalsacrifi-cio y al heroísmo, que está revivido en la sana y altiva “chilenidad” de nuestros días. Ninguna nación como Arauco revela tanta intensidad y persistencia de atributos con el valor, la intrepidez y la lealtad, produc-to del gran amor a su tierra. La temeridad y nobleza, en sus luchas por afirmarsuindependencia,notieneparangónenlahistoriadeAméricaindígena.

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Chile tiene el privilegio, a la vez que el imperativo, de asentar su personalidad como nación en el “Espíritu Heroico” de Arauco, como expresión de la raza y de sus héroes, que se mantienen vigentes en el alma nacional. “Empleo el término RAZA” (dice el general Cañas) “como una síntesis elevada de un grupo humano forjado, moral y físi-camente, en un ambiente común, e inspirado en tradiciones ennoble-cedoras que le comprometen a engrandecerse bajo ideales volcados intensamente, en positivas y dinámicas acciones hacia lo que, bajo una concepción sublime, estimamos como PATRIA”.

Esa Patria, que es la Nación, debe tener una personalidad in-confundible basada en el Honor, la Tradición, la Acción y el Progreso trascendente. Pero ello no sería posible sin el estímulo de una fuerza vigorosa y permanente, como de la “voluntad heroica de existir y realizarse con amplitud y elevación”. Chile debe reforzar el “espíri-tu heroico de la nacionalidad”, para asegurar su honor y grandeza; y “acerar los relieves de su altiva personalidad”, para así, elevar la dignidad y el progreso “espiritual, físico y material” de su pueblo. La simbiosis sinérgica de Hombres y Territorios chilenos, ha sido funda-mental en la formación política de nuestra Nación. Sin determinismos ortodoxos,esindudablelainfluenciadelaenergíatelúricadenuestrageografía en la gestación de la “raza chilena”, caracterizada por su “espíritu territorial y heroico”.

En cuanto al poder de la sangre, en Chile se produjo, por efecto de la larga lucha entre Arauco y el conquistador, un “aglutinamiento porunaherenciapocodiversificada”, con lamezcla seleccionado-ra entre conquistadores y mujeres araucanas. La Geografía de Chile impone al chileno “un problema de vida”, con sus riesgos como “po-sitivo estímulo, que debe enfrentar con talento y valor, sin términos medios: o se logra dominarla, o se es aplastado por la naturaleza. Ello forja un “espíritu heroico”, que se compensa con la extrema belleza del ambiente y del paisaje, que, predisponen a la elevación y a la grandeza, con excepcional dignidad como pueblo y nación. El “alma virtuosa y altiva de nuestro pueblo” –formación moral y cívica de las conscripcionesmilitares”–,sereflejaenla“enterezadelaraucanoyluego en la del guerrero chileno”, ya sea como “pampino o calichero” como “huaso”, como “minero”, como miembro de las “comunidades indígenas” o en los mares, bosques y pampas australes; o como el “noble Roto” o el “incomparable Soldado”, siempre dispuesto al sa-crificioporlaPatria.

El verdadero y sano nacionalismo encierra elevadas concepcio-nes y vivencias como el sublime sentimiento de Patria; e impone im-

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perativos espirituales “como una religión Patria”, el “establecimiento de Fronteras inviolables”, y la exigencia del respeto a la soberanía na-cional. La indiferencia o el desprecio de parte “de la civilidad hacia las Fuerzas Armadas, especialmente hacia nuestro Ejército, genuino creador y columna dorsal de la República democrática”, es repudiable porque puede tener graves consecuencias para la nación.

“El deber militar es la más señorial y viril expresión del deber ciudadano”. La inequívoca responsabilidad (de los militares, en su amplia acepción) de “técnicos ante la defensa de la Soberanía” y de celosos vigilantes de las virtudes morales y heroicas de la nación, nos obliga a expresar, con verdad y honestidad, lo que se estima inconveniente o grave para el destino de la Patria. Es admirable la singularización de Chile, como sello individual de su entidad territorial y humana, que la secuencia geohistórica: Arauco, Reino de Chile o Capitanía General y República, cuyos rasgos y “personalidad nacio-nal” (identidad y carácter) debemos cuidar con esmero.

Para que Chile pueda constituir un factor positivo en cualquier tipo de organización o federación de estados latinoamericanos, debe asegurar, en primer término, su “propia integración” y férrea unidad nacional. La energía que surge y se multiplica de la simbiosis sinérgi-ca del Hombre y de la Tierra de Chile, alcanzó en Arauco una verda-dera “mística de la tierra”, que aceró su soberanía. Esa energía ema-nada del paisaje, absorbida por el hombre individual, trasciende a las colectividades, dotándolas de características físicas y espirituales extraordinarias, dándole fuerza y trascendencia a su “personalidad” como pueblo. Esa misma fuerza espiritual trascendió a Chile, en el “espíritu heroico de la raza”. Sobre esta valiosa cualidad debe cimen-tarse el desarrollo y progreso de Chile y su grandeza como nación.

Cualquiera sea la evolución política del mundo, ese espíritu debe permanecer inalterable, en su carácter y virtudes, como herencia y tradición, que forman la personalidad de nuestro pueblo. Ese es nuestro recurso más poderoso frente a nuestro destino. Parafrasean-do al Conde de Keyserling, los chilenos se diferencian de sus pueblos vecinos y hermanos porque como pueblo tienen mucho carácter; son rudos, honestos, modestos, sencillos y cumplidores de su palabra, rectos y abiertos.

“Una de las valiosas singularidades de nuestra raza o grupo hu-mano chileno, es la diferenciación de los sexos –feminidad y hom-bría–, característica común al araucano y al chileno. Las teorías cien-tíficas sobre el origen de los araucanos aún no son concluyentes,pero una de ellas, que consideramos más probable, es que hayan

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provenidodesdeáreasdelPacífico,yaseadesdeAméricaporeles-trecho de Bering o desde Oceanía por las islas; por lo tanto, debemos considerarlos, al igual que nosotros los chilenos, como “hombres del Pacífico”.

El general Cañas Montalva adoptó los juicios del geógrafo, an-tropólogo y etnólogo, y abuelo paterno Alejandro Cañas Pinochet, según los cuales el mapuche aceptó la guerra contra los invasores y combatió “por defender la integridad de sus dominios”, pero jamás derramó sangre de hermanos; con lo cual fue un pueblo que vivió ha-bitualmente en paz interna. Los chilenos hemos heredado ese mismo amor a la paz, pero al mismo tiempo, el amor a la patria, que impone defenderla contra agresiones externas.

Los mapuches, en la época de la conquista inca, no estaban en estado de barbarie, prueba de lo cual fue el haberlos repelido con decisión y haberlos vencido, con un ejército organizado que resguar-daba los derechos de un pueblo, amante de su suelo, de sus institu-ciones y de sus dioses.184 “Los pueblos que carecen de una cohesión fuerte o vigorosa no son capaces de soportar una prueba de lucha a muerte; se disgregan con facilidad, por falta de organización, emana-dadelprincipiodeautoridad.Elmapuchesemantuvofirmeyunidopor el hábito de la obediencia, al poder y al cumplimiento del DEBER, que procede de una fuerte organización”.185

Los valores “esencialmente chilenos” –positivos o negativos– que caracterizan la personalidad de Chile como nación, deben reco-nocerse; y aquellos positivos deben cultivarse con esmero, exaltando nuestra historia nacional, inspirada en la heroicidad de Arauco, para acrecentar la cultura y la solidez política, de vanguardia en América.

El núcleo geohistórico que gestó el poderío de Arauco es geo-gráficamentesemejanteaEsparta:valleentremontañas.Loshom-bres que lo habitaron, tuvieron, como en esa región griega, la mística de la tierra y la mística del valor, traducidas en la altivez y señorío de tan noble pueblo.

La toponimia de Arauco y sus dominios demuestra la habilidad geográficadeesepueblo,yhaquedadograbadaentodalacomar-ca, como testimonio de una cultura ejemplar, que debemos cuidar y conservar como patrimonio de nuestra nación chilena.

184 Nota: estos son juicios textuales de don Alejandro Cañas Pinochet, también cita-dos por el general Cañas.

185 Ibídem

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7.2. Conclusiones

Ensíntesis,lafisonomíaespiritualdelaidentidadnacionaldeChi-le, es un tema de destacada relevancia, en el pensamiento geopolítico del general Cañas, entre cuyos aspectos principales o subtemas, es-tán: la privilegiada calidad de nuestro pueblo, base de nuestra Nación, con sus excelentes cualidades de virtudes ciudadanas y militares, heredadas de nuestras raíces ancestrales, entre ellas, del mapuche, habitante aborigen de nuestro territorio; especialmente, sus virtudes morales, intelectuales y físicas, tales como un entrañable amor patrio, el valor para defenderla, junto con su libertad y derechos; inteligencia vivazparaadaptarsealasdifícilescondicionesdelmediogeográfico,la altivez, dignidad, lealtad y la capacidad para enfrentarse a situacio-nesextremas,crisisycatástrofes,sacandofuerzasdeflaqueza,con-forme al “espíritu heroico de la raza”.

Este verdadero tesoro espiritual de la nación que son los valores y virtudes ciudadanas y militares de los chilenos, deben cultivarse con esmero, mediante una adecuada educación ciudadana y militar, con exigentes metas, semejantes a la de la Grecia clásica, única for-ma de asegurar la calidad de la nación, su progreso en condiciones de seguridad y desarrollo, acordes al cumplimiento de nuestros ob-jetivos nacionales y de llegar a ser una gran nación, a la vanguardia de América.

El general Cañas aprecia al territorio de Chile como un favorable elemento que, por una parte, desafía y pone a prueba al hombre que lo habita y, por otra, que infunde fuerza espiritual al chileno, en una sim-biosis sinérgica que multiplica sus capacidades y posibilidades.

Asimismo, considera al territorio o país chileno, con sus variadas formas o accidentes, especialmente montañosos y marinos, como una escuela permanente, que educa, selecciona y capacita, obligando a la superación, para enfrentar mayores desafíos.

La “personalidad”, fisonomía o identidad de nuestra nación esúnica y diferente a la de otras poblaciones, vecinas o más lejanas, con características propias, que deben perfeccionarse y renovarse, para enfrentar con condiciones de seguridad, cualquier fenómeno político, social y económico futuro, producto de la evolución de la situación mundial, continental, regional o vecinal, que pueda debilitarla o desor-ganizarlaencualquierforma,pacíficaoviolenta.

El general Cañas piensa que Chile debe convertirse en una pe-queña gran potencia, del estilo de Suecia, con sólida integración, y unidad nacional, y potencialidad capaz de enfrentar los desafíos del

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futuro,coneficacia,dignidadyhonor,manteniendoincólumesuinde-pendencia, libertad y soberanía.

Para ello, es imprescindible no sólo alcanzar altos logros mate-riales en su desarrollo, sino fortalecer, “acerar” es el término que usa nuestro autor, el alma inmortal de nuestra nacionalidad, para ser efec-tivamente una gran Nación, capaz de alcanzar sus altos destinos sin quiebres ni claudicaciones, ante un futuro de grandes posibilidades, y con ello, de eventuales amenazas que atenten contra su seguridad.

Antes de sentirnos ciudadanos del mundo, debemos comenzar por “conocer, cuidar, cultivar y engrandecer” a nuestra Patria. La situa-ciónmundialdenuestraépocanoshafijadouna“misióntrascenden-te”, como país y nación, que tenemos el orgullo y el honor de cumplir, en la Defensa Continental y de nuestra propia República, impuesta por laposicióngeográficaclaveylosrecursoshumanosymaterialesquenos otorga la geografía.

Chile, desde su formación como República independiente, se ha caracterizado por su amor a la paz y a la libertad, constituyendo una genuina democracia, en la cual reina el respeto a los derechos ciu-dadanos y a sus instituciones. Estos son valores fundamentales que deben cuidarse con celo, para conservarlos y perfeccionarlos perma-nentemente.

Una característica muy peculiar de nuestro pueblo, es que, a pesar de las extraordinarias y brillantes campañas militares en que ha parti-cipado en la historia, “es el más civilista y demócrata de los pueblos”. Nuestra hermosa tradición histórica, marcada por el “espíritu heroico de la nacionalidad”, especialmente ante cualquier adversidad, debe inspirarnos y señalarnos el camino de grandeza del futuro de Chile.

El espíritu, los valores nacionales, las virtudes de la “raza chilena”, y especialmente el amor a la patria, el verdadero y sano nacionalismo, y el valor, deben conducir a nuestra Patria a sus altos destinos.

8. la defenSa nacional

“Nuestra inequívoca responsabilidad de ‘técnicos ante la defensa de la SOBERANÍA’, como de vigilantes celosos de las virtudes mo-rales y heroicas en que debe basarse nuestra existencia de nación soberana, nos obliga –aunque dolorosamente a veces–, a exponer, sin restricciones, pero fieles a la verdad, lo que estimamos como inconveniente o grave, al DESTINO de la Patria”. Ramón Cañas Montalva, “Los Hombres y el Territorio en el trascendente devenir Geopolítico de Chile”.

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El general Cañas Montalva pensaba que la mejor defensa de un Estado radica en su progreso, vale decir, en su desarrollo integral, es-pecialmente en su desarrollo humano; ya que una nación desarrollada integralmente genera mayores potencialidades y con ello mayor poder nacional y seguridad, y por consiguiente, mejores condiciones para unaeficazDefensacontraamenazasexternaso internas;ya lavez,mayores valores, derechos y condiciones de vida, que defender.

Sin embargo, junto con un alto e integral desarrollo, debe contarse con Fuerzas Armadas capacitadas para defender la nación, ante crisis oconflictosbélicosquehipotéticamentepuedanestallar,amenazandola paz, generalmente contra la voluntad del propio Estado.

Las Fuerzas Armadas deben estar preparadas permanentemente para emplearse contra eventuales amenazas, para lo cual necesitan estar organizadas e instruidas con modernas capacidades para operar coneficienciaysereficacesenelcumplimientodesusmisiones,antecualquierasituaciónbélica,encualquierescenariogeográficoreque-rido. La instrucción militar debe ser de alta exigencia, especialmente enunpaíscomoChileysucontorno,quepresentaáreasgeográficasextremadamente difíciles.

El general Cañas prescribe que las Fuerzas Armadas chilenas, particularmente el Ejército, deben desarrollar una intensa, permanente e integral acción cívica en contacto directo con la civilidad, no sólo como una forma de lograr mayor prestigio ante la ciudadanía, sino por-que,dadaslascondicionesgeográficasdifícilesdelterritoriodeChile,la acción de sus Fuerzas Armadas en lugares extremos, fronterizos, apartados, desconectados de los núcleos de mayor desarrollo, en zo-nas de clima inhóspito, lugares montañosos, desérticos, boscosos o helados, se hace imprescindible (además de la acción de otras insti-tuciones, como Carabineros, por ejemplo) para realizar y mantener las actividades normales y el progreso del país.

Para este tipo de actividades, como por ejemplo, construcción de rutas y caminos de penetración o en áreas muy deprimidas en su desa-rrollo, el general Cañas menciona la importante participación del Cuer-po Militar del Trabajo. Además, las Fuerzas Armadas chilenas deben estar preparadas permanentemente para colaborar ante catástrofes naturales de diversa clase, tan frecuentes en nuestro país, dadas sus condiciones sísmicas, volcánicas, climáticas, etc. Asimismo, ocupa un lugar importante la seguridad terrestre, especialmente en áreas monta-ñosas, marítimas y aéreas en todo el accidentado territorio nacional.

Parte importante en la forja y mantención de la identidad histórica y cultural de la nación chilena, es y debe ser siempre una labor prefe-

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rente de las Fuerzas Armadas, con especial énfasis en el sostenimiento y fortalecimiento de la chilenidad y del espíritu heroico de la raza.

A su juicio, los miembros de las Fuerzas Armadas, sus respecti-vosmandos,yparticularmente,susoficialesdeEstadoMayoreinge-nierosMilitaresPolitécnicosdebenparticipar,oficialmenteenformaactiva, como asesores técnicos en todas las materias de seguridad y defensa nacional, de las autoridades políticas y administrativas, de-biendo plantear con toda veracidad las situaciones reales en esos temas, para que se adopten las acciones preventivas o ejecutivas convenientes ante los problemas de la seguridad y defensa de la na-ción. Este es uno de los temas más recurrentes del general Cañas, particularmente ante problemas de relaciones exteriores o de defen-sa nacional, especialmente en relación con las Fronteras y las hipoté-ticas amenazas foráneas.

En cuanto a las fronteras, tema que tal vez fue el más reitera-do por el general Cañas, sostiene que las fronteras terrestres son en gran parte montañosas, y las Fuerzas Armadas de Chile deben cumplir importantes roles en cuanto a su establecimiento y demarcación (ins-titutosgeográficosespecializados),comoensumantencióny,particu-larmente, su vigilancia, protección y defensa ante eventuales amena-zas y agresiones. Para hacerlo se requiere de un amplio conocimiento geográfico,elquejuegaunvaliosopapelenelaportequelasFuerzasArmadas deben hacer a la seguridad y defensa del país y constituye, paraellas,unaimprescindiblenecesidadenlaplanificaciónyopera-ción de sus operaciones de diversa índole. Conocimiento que es im-prescindible sobre áreas fronterizas, es asimismo necesario respecto de todo el territorio nacional y de los países vecinos, para cualquiera de sus actividades en tiempos de paz o de guerra. A su juicio, se de-bería incentivar la investigación, enseñanza y difusión de la geografía del país y su contorno, ya que es factor fundamental para hacer un amplioaprovechamientodelaCienciaGeográficaydelaGeopolíticaen el desarrollo y seguridad de nuestro país como también para formar una“ConcienciaGeográficaNacional”quecontribuyaaconsolidarlaunidad nacional, la integración interna y externa; la identidad nacional, el amor patrio, y otras condiciones deseables para que Chile pueda ser una gran nación. Uno de los aspectos más importantes en esta materia es la elaboración y permanente actualización de la cartografía nacional.

Las Fuerzas Armadas chilenas, especialmente el Ejército por ser la más numerosa, deben participar activamente en la educación ciu-dadana, fundamentalmente por medio de la educación e instrucción

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de los contingentes que acuden a sus cuarteles y bases. Este es un aspecto que tiene connotación geopolítica en la seguridad y defensa de la nación, mucho más allá de la mantención de una adecuada fuer-zadisuasivaanualydereservistas,sinoqueinfluyedirectamenteenla unidad, integración social y cultural, desarrollo humano y consolida-ción de la población como Nación, bien organizada, con disciplina cí-vica, paz interna, educación y cultura ciudadana y en el mantenimiento de una sólida democracia, donde sea factor de igualdad, libertad y fraternidad, el trato igualitario y justo del contingente, el fomento de la educación física y deportes; el cultivo esmerado de los valores nacio-nales y de las virtudes ciudadanas y militares, y el cumplimiento de los deberes sea la principal condición del mérito, de la superación y de los ascensos, en todas las instituciones del Estado.

Al respecto, el general Cañas Montalva hace reiteradas mencio-nes a la educación ciudadana y militar griega, particularmente espar-tana, que dio tantas glorias y esplendor a esa civilización. Considera a los cuarteles militares chilenos como verdaderos templos de civismo y patriotismo.

Otra de sus ideas fue que era conveniente instalar bases militares (en su amplia acepción), en ambos lados (americano y antártico) de los Pasos Australes. Una base aeronaval en Isla Navarino, la que se instaló con el nombre de Puerto Williams; y otras en la Península Antártica o Tierra de O´Higgins, las que fueron instaladas durante el gobierno del Presidente González Videla: Base Soberanía, Base O´Higgins y bases de la Fuerza Aérea, todas destinadas a consolidar la soberanía de Chi-le en su territorio antártico.

El pensamiento geopolítico de nuestro biografiado, expresadoen sus escritos, normalmente se desarrolla en una misma secuencia: teoríasaplicables,aplicaciónalarealidadgeográficaypolítica,plan-teamiento de problemas, discusión sobre ellos y proposiciones y re-comendaciones. Todo esto, para sugerir con total claridad, a veces en formageneralyotras,converdaderosproyectosespecíficos,Objetivos Nacionales y forma de lograrlos, aprovechando las posibilidades que brinda la geografía o realizando los imperativos que las situaciones aconsejan; todo lo anterior, para culminar con proposiciones para la Política Nacional y las Políticas de Estado, tales como Política Exterior, Política de Defensa, Política de Fronteras, Política Oceánica, Política de unidad e integración Nacional, Política de Educación, Política de Comunicaciones (vías de comunicaciones y transporte), Política de Intercambio Regional, Política de Regionalización, Política Antártica, Política minera e industrial, etc.

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Adicionalmente estimamos que creó con su acción educadora y difusora de la Ciencia Geopolítica, de sus diversas teorías, principios y leyes, y especialmente, con suaplicacióna la realidadgeográficay política de Chile, una verdadera Escuela Geopolítica chilena. Él se preocupó, desde distintos cargos en el Ejército, y después en el sector civil, de promover el conocimiento geopolítico en diversos sectores de la sociedad chilena, como son las Fuerzas Armadas, las universidades, sociedadescientíficasyacadémicas;yennumerosasactividadesna-cionalesyregionales,denosólocrearuna“ConcienciaGeográficaNa-cional”, sino de hacerla efectiva mediante estudios, trabajos de inves-tigación, cartografía, publicación de libros y sacarlas al conocimiento público a través de la Revista Geográfica de Chile Terra Australis, como órgano difusor del Comité Nacional de Geografía, Geodesia y Geofísi-ca, que tenía en su seno un Departamento de Geopolítica.

Esa naciente Escuela se estima que cumple con los requisitos universales exigidos para su real estructuración186 y dio origen a nume-rosas iniciativascientíficas,académicas,políticasymilitares,queseconvirtieron en obras concretas en la Política Nacional, tales como: la PolíticaOceánicahaciaelPacífico,lapromocióndelaPolíticaAntárti-ca, la Regionalización, la instalación de bases Aeronavales en áreas de especial valor geoestratégico, la Declaración sobre “Zona Económica Exclusiva”, de 200 millas; la Carretera Austral y muchas otras, que se-ría largo enumerar.

Asimismo, esa escuela germinó, más tarde, en el ámbito aca-démico como en el Instituto Geopolítico de Chile; el extinto Instituto de Investigaciones del Patrimonio Territorial de Chile (INPATER) de la Universidad de Santiago de Chile, y la labor del Comité Nacional de Geografía, Geodesia y Geofísica, con similares objetivos en pro de los estudiosGeográficosyGeopolíticosydesusaplicacionesprácticasalos problemas de nuestro país.

Respecto del Instituto Geopolítico de Chile, éste fue creado en el seno de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, aunque independiente de ella, el 17 de agosto de 1981, siendo uno de sus objetivos la promoción de los estudios geopolíticos, teóricos y aplicados, y su enseñanza y difusión en una corporación que aúne los esfuerzos y trabajos de cultores de la Geopolítica, tanto civiles como militares, para contribuir a formular la Política Nacional y las Políticas deEstado, considerando las realidadespolíticas y geográficaspara

186 GarcíaArriagada,Germán,“LasEscuelasGeopolíticas.Unaproposicióndedefini-ción”, Revista Chilena de Geopolítica. Volumen 4 Nº 2, 1988, pp. 23-26.

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conducir al logro de los Objetivos Nacionales de Chile. Además, debe agregarse la germinación fecunda de esa Escuela de Geopolítica en nuestrasInstitucionesArmadasydelaDefensaNacional,específica-mente en sus academias e institutos superiores, donde han cristaliza-do interesantes estudios de esta ciencia, y su enseñanza ha permitido formarOficialesdeEstadoMayoreIngenierosMilitaresPolitécnicos,imbuidos en sus principios, como parte valiosísima de su currículo académico integral.

Asimismo,esaescuelasehavistoreflejadaengranparteenlaPo-lítica de Defensa Nacional y en el trasfondo geopolítico de algunos de sus principios y objetivos. Es indudable que el pensamiento geopolítico delgeneralCañasinfluyónotablementeenlaesenciayenelconteni-do de los Principios Geopolíticos de Chile, formulados por el Instituto Geopolítico de Chile en 1984, aspecto que corrobora la formación de una Escuela Chilena de Geopolítica, por el ilustre pensador.

Así, por ejemplo, el primer Principio: “Chile es una nación libre e independiente, cuyo territorio y población conforman un Estado Uni-tario”, dice relación estrecha con el énfasis y reiteración, puestos por el general Cañas acerca del imperativo para Chile de mantener y de-fender su independencia, soberanía y libertad, en un régimen republi-cano y democrático, y con celo extremo por su unidad e integración nacional.

Asimismo, los Principios Segundo y Tercero, referentes a la po-blacióndeChile,reflejanampliamentesupensamientorespectoaqueChile, pese a su pequeña cantidad de población –la cual debe acre-centarse en forma natural– debe priorizar la calidad sobre la cantidad, mediante el aumento de su cultura y capacidad ciudadana, aprove-chando las condiciones extraordinarias del espíritu de la raza y de sus tradiciones heroicas.

En cuanto a los Principios Cuarto, Quinto y Sexto, referente a la posicióngeográficadeChilefrentealPacífico,sucondiciónmarítimatricontinentalylosgrandescentrosdeatracciónmundial,reflejanmu-chas de sus apreciaciones y recomendaciones acerca de la favorable posicióngeográficaymarítimadeChilefrentealPacíficoyalosotroscentros de atracción mundial, que le deparan enormes posibilidades para su potencialidad, desarrollo y grandeza.

Enloqueserefierea losPrincipiosSéptimoyOctavo,tambiénrecogen, en su esencia, muchos de sus pensamientos sobre las con-dicionesgeográficasdenuestropaís,lanecesidaddeaprovecharsusgrandes posibilidades y recursos integrales y también el imperativo de resguardarestasfavorablescondicionesenbeneficiodeChile.

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Estudio Preliminar

Por último, los Principios Noveno y Décimo, referentes a las zonas Norte y Austral, vale decir a dos de los extremos del territorio tricon-tinental, coinciden casi exactamente, en su esencia, con numerosos juicios del general Cañas acerca de darle a esas áreas extremas la mayor prioridad en el desarrollo y seguridad de Chile, considerando su extraordinario valor geopolítico y geoestratégico, especialmente en el caso del extremo austral, por su continuidad con la Antártica Chilena y la responsabilidad continental y nacional de Chile en el resguardo de los Pasos Australes.

Evidentemente, no se trata de casualidad alguna; o sólo de la sim-ple concordancia por haberse concluido en forma similar, al hacer una ApreciaciónGeopolíticadeChile,sinodelainfluenciaacadémicadelilustre pensador sobre quienes formularon y aprobaron esos Princi-pios, en su calidad de informales discípulos de una Escuela que ya se había formado en nuestro país.

El pensamiento geopolítico del general Cañas germinó sintética-mente,comoproductodeteoríasyconceptosgeográficosygeopo-líticos, generados por su amplia cultura general, sus conocimientos geográficosprácticos,susreflexionesgeopolíticasygeoestratégicas;y por teorías de insignes geopolíticos y otros ilustres pensadores que élaplicómagistralmentealarealidadgeográficaypolíticadeChile.

Así, concibió como uno de sus pensamientos señeros que nues-tropaísocupaunaposicióngeográficaprivilegiadafrentealnuevoepi-centrogeopolíticomundialdelPacíficoyporsusdemáscondicionesgeográficas,entreellastenerunarazaopoblaciónexcepcionalydeheroicas tradiciones, asentada en un país privilegiado por la natura-leza, con recursos integrales que le dan potencialidades para cons-tituirseenunaPotenciadelSurPacífico, está llamadoacumplir undestino trascendente y una difícil, pero ineludible misión continental de defensa, para lo cual debe tener objetivos nacionales de desarrollo y seguridad que lo conviertan en una gran nación independiente, libre, soberana y respetada por todas las naciones de la Tierra.

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CONClUSIONES

a eScala global

El pensamiento geopolítico del general Cañas presenta un mar-cado centro de gravedad sobre la situación geopolítica mundial, que seconfiguródespuésdelaSegundaGuerraMundial,contresgrandesfenómenos políticos que fueron: el desplazamiento acelerado del in-terés mundial, desde las áreas del Atlántico hacia el nuevo “epicentro geopolítico”delPacífico;laconformacióndeunordenmundialbipolarpolítico estratégico, liderado por Estados Unidos y la Unión Soviética, o “Mundo Libre” u “Occidental” versus “Mundo Totalitario” u “Orien-tal”, usando sus categorías; y la “consiguiente lucha por el poder mun-dial de ambas superpotencias en ese espacio o “Guerra Fría”.

Esos tres aspectos fueron abordados por el general Cañas con amplitud y profundidad, remarcando entre ellos el desplazamiento del ejedel interésmundialalPacífico,porqueabriríaaChilenuevaspo-sibilidades, especialmente económicas, a la vez que nuevas respon-sabilidades en la defensa continental y en su propia seguridad y de-fensa, ante las probables amenazas que podrían provenir del “Mundo Oriental”,paraconquistarunáreageográficadetantovalorgeopolíticoy geoestratégico, continental y mundial como Chile, por su posición geográficaquedominalospasosaustralesAtlántico-Pacífico.

EsedesplazamientoalPacíficoabríaaChiletalvez lasmejoresexpectativas y posibilidades de su historia republicana, al estimular el nacimiento o crecimiento de enormes mercados en toda la cuenca delgranocéanoPacífico,especialmenteenlasáreasasiáticas;opor-tunidad muy favorable que Chile debía aprovechar, preparándose para ello como país y buscando resguardar sus intereses nacionales ante ambiciones foráneas que pudiesen arrebatarle parte importante de di-chosmercados,losqueporsuprivilegiadaposicióngeográfica,podríadisputar con mayor ventaja.

a eScala continental

Dentro de ese nuevo orden mundial bipolar, Chile debía confor-mar, sin desarticularse políticamente, con los demás países america-nos, liderados por Estados Unidos de América, la Organización de Es-tados Americanos (OEA), en calidad de aliados (TIAR), para defender sus derechos y valores fundamentales, frente a probables amenazas políticas ideológicas o militares del “Mundo Totalitario”.

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Estudio Preliminar

Además propuso una Confederación del Pacífico, que debía ser comolaanfictioníaenlaGreciaClásica,peronoformandounaFede-ración Política, como son los Estados Unidos, Brasil o Argentina. Pues debería integrar Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, para formar una Agrupación Andina, destinada a sumar recursos, para enfrentar, en for-mamáseficazqueindividualmente,losnuevosdesafíoseconómicosdelacuencadelPacíficodemodocoordinada.

Chile debía continuar su tradicional política de buenas relaciones con sus países vecinos, con la mayor colaboración; y en parte, integra-ción internacional, pero sin claudicaciones, concesiones ni “entreguis-mos”, que pudieran dañar los intereses y objetivos nacionales perma-nentes, principalmente, los denominados elementos constitutivos del Estado, tales como la población, el territorio y la soberanía.

a eScala nacional

Dentro de este mismo tema de fronteras, aunque en relación tam-bién con organización interior y Defensa Nacional, Chile debía fomen-tar el desarrollo de las áreas extremas, especialmente la Zona Austral Antártica, creando bases de las Fuerzas Armadas en puntos de es-pecial valor geoestratégico, como por ejemplo: Isla Navarino (Puerto Williams), Tierra de O´Higgins (Base O´Higgins), y una base aérea en territorio Antártico Chileno (Base March).

Chile debía proyectarse hacia tres grandes direcciones básicas: América,elPacíficoy laAntártica.Dentrodecadaunadeestasdi-recciones, el centro de gravedad del interés nacional debía estar en la cuencadelPacífico:AméricadelPacífico,AsiadelPacíficoyOceanía,yAntárticadelPacífico.

Chile debía abrir y mantener rutas marítimas y aéreas, también con este mismo centro de gravedad y aprovechar las rutas aéreas por las líneas de menor distancia (ortodromias), por sobre la Antártica y el Pacífico.

HaciaelocéanoPacífico(temadeespecialpredileccióndelgene-ral Cañas), Chile debía proyectar una Política Oceánica (Océanopolítica como la ha denominado con posterioridad el almirante y senador Jorge MartínezBusch)delPacífico,queconsiderarátodoslosaspectosinhe-rentes a este océano y a su cuenca, para aprovechar en la mejor forma sus enormes posibilidades; resguardar y explotar sus valiosos recursos marinos, asegurando para nuestro país zonas económicas exclusivas, tantoeneláreageográficacorrespondientealacorrientedeHumboldt,adyacente a su litoral, como alrededor de sus islas oceánicas. Esta

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idea fue hecha realidad, como asimismo la de las bases antárticas por el visionario estadista, Presidente Gabriel González Videla.

perSpectivaS y deSafíoS

En el aspecto económico internacional, el general Cañas piensa que, con el desplazamiento del centro de interés mundial a la cuen-cadelPacífico,elconsecuenteincrementodemercadosemergentes,tantoenelAsiaPacíficoyenOceanía,comoenAmérica,seabriríanenormes posibilidades para los productos chilenos especialmente mi-neros, marinos, silvícolas, agrícolas e industriales de diversos tipos, lo quesignificaríaunagranoportunidad,paralacualChiledebíaprepa-rarse con la necesaria antelación. Sin embargo, como claramente lo señala el general Cañas, esas exportaciones de minerales debieran incluir un mayor valor agregado, en cuanto al proceso de industrializa-ción, lo que se ha realizado sólo en parte.

Tal como se señaló, al tratar el campo externo, el general Cañas piensaqueChiledebeaseguraralmáximoesosmercadosdelPacíficoante la competencia de otros países, algunos de los cuales exportan sus productos a través del territorio chileno, con grandes facilidades de tránsito, y los embarcan por puertos chilenos, también con gran ventaja económica.

Como consecuencia de lo anterior, Chile debe fomentar el desa-rrollo de la marina mercante nacional, con el máximo de tripulaciones chilenas, el desarrollo y aumento en la capacidad de los puertos y de sus vías de acceso, los astilleros nacionales y todas las demás acti-vidades que tengan relación con las faenas marítimas, especialmente con el transporte marítimo; todo ello con el objetivo de tener la capaci-dad de transporte marítimo, para satisfacer esta necesidad económica y poder así aprovechar favorablemente la gran oportunidad que se le ha abierto a Chile para su desarrollo económico, especialmente en la cuencadelPacífico,sinperjuiciodefomentarsimultáneamenterutashacia otros mares y océanos.

En forma similar al transporte marítimo, y en conjunto con él y el terrestre,Chiledebe fomentareldesarrollodesusflotasaéreasco-merciales, la construcción y ampliación de los aeropuertos naciona-les e internacionales, sus vías de acceso, las maestranzas de aviación y demás actividades conexas, con el objetivo de aprovechar no sólo la emergencia económicade la cuencadelPacífico, si no el rápidoprogreso de la aviación en todo el mundo que utiliza el denominado “Océano Aéreo”, acortando los tiempos de viajes y accediendo a nu-

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Estudio Preliminar

merosos lugares,porsobre losmayoresobstáculosgeográficos.Eneste aspecto, el general Cañas propugna el aprovechamiento de las rutastranspacíficasytransantárticas,porlasortodromias,paralocual,Chile posee aeropuertos muy bien ubicados: en Pascua y en Punta Arenas.

Chiledebeplanificarydesarrollarsusvíasdecomunicacionesysus transportes terrestres internos e internacionales, de tal forma que suredvialaumentesucapacidadyflexibilidad,conecteelmáximodelugares del territorio con el centro del país y entre sí, especialmente en dirección longitudinal y transversal, para facilitar el acceso a las princi-palesáreasgeográficasdeproducciónydeconsumo,comoasimismoa los puertos y aeropuertos para la exportación o el cabotaje.

Dentro de este sector de obras de comunicaciones terrestres, el general Cañas propone la construcción de un camino Longitudinal Austral (actual Carretera Longitudinal Austral), que una la región de Aisén con el área de Chiloé continental y Puerto Montt, vale decir, con la región centro sur del país. Como sabemos, esta importante obra vial seconstruyóafinesdeladécadadelos70y80,peroaúntieneuntra-mo por construir en Chiloé continental. Otra de sus ideas y proyectos fue la construcción de un ferrocarril que una Punta Arenas con Puerto Natales el que, pese a lo llano del terreno, nunca se ha materializado hasta ahora.

El general Cañas piensa que, además de fomentarse el comer-cio internacional con países extranjeros, especialmente con los veci-nos, Chile debe incentivar el intercambio comercial interno entre unas regiones y otras, aprovechando principalmente la vía marítima en las grandes distancias, y tomando en cuenta que su diversidad productiva (resultado de su diversidad climática y morfológica) se complementa entre sí y da mayor actividad y empleo a los chilenos. Por ejemplo, la región Austral podría abastecer de muchos productos al centro norte del país, en lugar de importar esos productos desde el extranjero. Con ello se impulsaría el desarrollo de todo el país, en forma más armónica e integral.

chile fue el tema principal de SuS deSveloS

Finalmente, quisiera recalcar varios aspectos, privativos de su personalidad,contenidosenlasanterioresafirmaciones,yensuviday obra. Primero: unía coherentemente su pensamiento con la palabra y acción. Su pensamiento geopolítico (como también el de índole es-tratégico,profesionalmilitar,ygeográfico)fuesiempredegranconse-

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cuencia respecto de sus expresiones, orales o escritas; como también con sus acciones personales, de mando militar, o de asesoría a las autoridades.

Tuvo una voz franca y honesta ante las autoridades y chilenos. Su palabra siempre fue directa, sin rodeos, y siempre dentro de los márge-nes de su cultura y buena educación; con argumentos convincentes, basadossólidamentesobrefirmesfundamentoscientíficos,instrumen-tos jurídicos o realidades evidentes, con suma honestidad, transparen-cia y franqueza propias del militar y del hombre de bien. Su palabra se caracteriza por su claridad, ilustración académica, cultura general ampliayprofunda,especialmenteenaspectosgeográficos,históricos,filosóficos,geopolíticos,geoestratégicosycorrespondientesa todaslas materias militares, como también, por su inteligente exposición de las ideas acerca de los diversos temas que estudió, apreció y planteó.

Perseguía tenazmente sus objetivos hasta verlos realizados. No se contentaba con expresar su pensamiento, verbal o escrito, sino que hacía tenaces seguimientos de sus propuestas y proyectos, como fue, entre otros, la reconstitución del Fuerte Bulnes, en Magallanes; y la instalación de las bases antárticas.

El general Cañas, en sus diversos artículos y ensayos, considera a Chilecomoeltemacentralyprincipaldesusreflexionesyapreciacio-nes geopolíticas. Todo lo demás: conceptos teóricos, que usa como cimiento fundamental de sus explicaciones y argumentos académicos; y los aspectos descriptivos y aplicados a nivel mundial, continental y vecinal, los trata sólo con el propósito declarado de construir su discur-so, referido a situaciones, objetivos y problemas de Chile y a plantear cuáles debieran ser las posibles soluciones conducentes a potenciar las posibilidades de nuestro país. Para así aprovechar las oportuni-dades que la geografía le brinda y asegurar la independencia, la so-beranía, la integridad territorial, las fronteras, la unidad e integración nacional, el desarrollo y el progreso de nuestro país, ante hipotéticas amenazas externas o conmociones internas, o ante eventuales deca-dencias, causadas por debilidades, disensiones o crisis, que podrían generarse en su propia población y en el alma de la nación.

Se entiende que este es apenas un estudio preliminar del pensa-miento geopolítico del general Cañas. En este punto no queda más que hacer una invitación a la lectura de sus escritos, que como hemos ob-servado, contienen valiosas enseñanzas y se adelantan a su época.

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Estudio Preliminar

BIBlIOgRAfÍA

fuentes primarias

Cañas Montalva, Ramón. “¿Misión o dimisión de Chile en el Pacífico Sur Antártico?”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 10.

Cañas Montalva, Ramón. “Chile en el Pacífico – Argentina en el Atlántico, factores de estabilidad continental”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 14.

Cañas Montalva, Ramón. “Chile, el más antártico de los países del orbe y su responsabilidad continental en el Sur-Pacífico”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 4.

Cañas Montalva, Ramón. “El dominio del Beagle”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 20.

Cañas Montalva, Ramón. “El Pacífico, epicentro geopolítico de un nuevo mundo en estructuración”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 12.

Cañas Montalva, Ramón. “El valor geopolítico de la posición antártica de Chile”. Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 9.

Cañas Montalva, Ramón. “Estructuración Geográfica de América. Agrupación o Confederación del Pacífico”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 2.

Cañas Montalva, Ramón. “Fronteras”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 17.

Cañas Montalva, Ramón. “La Antártica. Visionaria apreciación del General O´Higgins”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 14.

Cañas Montalva, Ramón. “La Conferencia de Arica y el imperativo de los factores permanentes”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 8.

Cañas Montalva, Ramón. “La Geografía en el destino de Chile”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 14.

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Cañas Montalva, Ramón. “Ligeras consideraciones y finalidades de la donación”. En: Donación Gral. Ramón Cañas Montalva. Catálogo del Fondo Bibliográfico, Biblioteca del Congreso Nacional. Santiago de Chile, 1972.

Cañas Montalva, Ramón. “Los Hombres y el Territorio en el trascendente devenir geopolítico de Chile”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 20.

Cañas Montalva, Ramón. “Los mapas y la visión geopolítica del Pacífico”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 17.

Cañas Montalva, Ramón. Misión Geográfica Nacional, Instituto Geográfico Militar. Santiago, 1947.

Cañas Montalva, Ramón. “Misión o dimisión de Chile en el Pacífico Sur Antártico”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 10.

Cañas Montalva, Ramón. “Ofqui, imperativo de la Zona Austral” Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 8.

Cañas Montalva, Ramón. “Reflexiones geopolíticas sobre el presente y el futuro de América y de Chile”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 13.

Cañas Montalva, Ramón. “Trascendencia geopolítica del Canal Beagle”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis Nº 18.

Cañas Montalva, Ramón. Zona Austral Antártica, Ejército de Chile. Región Militar Austral. Punta Arenas, 1942.

Cañas Montalva, Ramón, Base O´Higgins. Territorio Antártico Chileno, Ejército de Chile. Santiago de Chile, 1948.

fuentes secundarias

Atlas Político Geográfico del Siglo XX, Instituto Geográfico Militar. Santiago de Chile. 2ª edición actualizada. 2004.

Catálogo del Fondo Bibliográfico. Donación General Ramón Cañas Montalva. Biblioteca del Congreso Nacional. Santiago de Chile, 1972.

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Estudio Preliminar

Dix, Arthur. Geografía Política, Editorial Labor, Barcelona, 1943.

García Arriagada, Germán, “Las Escuelas Geopolíticas. Una proposición de definición”. Revista Chilena de Geopolítica. Volumen 4, Nº 2, 1988.

Martínez Busch, Jorge (Almirante), Oceanopolítica. Una alternativa al desarrollo, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile. 1993.

Meirelles, Carlos (Brigadier general). Antología Geopolítica de autores militares chilenos, CESIM, Santiago de Chile. 2000.

Vega, Julio. La Tierra del Porvenir. Editorial Cervantes, Santiago de Chile. 1941.

Von Chrismar Escuti, Julio. (Mayor). Geopolítica. Leyes que se deducen del estudio de la expansión de los Estados, Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile. 1968.

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ESqUICIO BIOgRáfICO

“No quiero ser de aquellos hombres que dicen lo que merecía ca-llarse y callan lo que era necesario decir”, Ramón Cañas Montalva, “El Valor Geopolítico de la Posición Antártica de Chile”, p. 11.

Este esquicio se ha tomado de la Biografía del general Ramón Cañas Montalva publicada en Donación General Ramón Cañas Montal-va. Catálogo del Fondo Bibliográfico Biblioteca del Congreso Nacional (Santiago de Chile, 1972, pp. 17, 18 y 19). Actualizada y completada con antecedentes del trabajo General Ramón Cañas Montalva. Visio-nario Hombre de Armas, Colección “Soldados del Estrecho”, 2008, elaboradoporCarlosHéctorBurnesTorres,SuboficialdelRegimiento“Pudeto”; y galardonado con el Primer Lugar del “Concurso Literario Militar” año 1995 en la Categoría B (inédito). Agregando que en la re-vista Ercilla Nº 1887 del año 1971, p. 40, hay un recuerdo y una valori-zación al pensamiento y visión geopolítica del general Cañas Montalva, sobreelfuturodelPacífico.

Nació en Santiago, el 26 de febrero de 1896. Hijo de Ramón y Ana Rosa. Se casó con Isabel Suárez Ladouch. Hijos: Ramón, Sonia y Jorge.

Estudios: Liceo de Aplicación, Liceo de Concepción y Escuela Militar.

Carrera militar:1910 : Cadete de la Escuela Militar1915 : Teniente 2º, destinado al Regimiento Pudeto en Santiago.1916 : Destinado al Batallón Magallanes en Punta Arenas donde

es ayudante de la Unidad.1917 : Ascendido a Teniente 1º y destinado al Regimiento Maipo

en Valparaíso. Destinado posteriormente al Regimiento Pudeto en San-

tiago. Hace un curso en el Instituto de Educación Física, ocupan-

do el 1er lugar.1920 – 1924: Adicto Militar en Suecia, cumple varias comisiones

de servicio (“comandos”) en los éjércitos de Alemania, Francia, Inglaterra y Suecia.

1925 : Es ayudante del Príncipe de Gales y del Príncipe de Pia-monte en sus visitas a Chile.

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Estudio Preliminar

1925 : Capitán de la Escuela Militar, funda y preside la Confedera-ciónDeportivadeChile,procediendoaunificarelDeporteNacional.

1925 : Es nombrado Capitán Edecán de la Junta Revoluciona-ria de 1925 y posteriormente alumno de la Academia de Guerra.

1926: AsisteencomisiónoficialalCentenariodeBoliviayposte-riormente pide traslado a Punta Arenas.

1932 : Asiste al Curso de Informaciones para Jefes en la Acade-mia de Guerra, donde ocupa el primer puesto. Como ayu-dante del Cuartel General es ascendido a Teniente Coronel y nombrado 1er Subdirector de la Escuela Militar.

1937 : Comandante de la Región Militar Austral (Magallanes, Ai-sén y Chiloé).

1938 : Es ascendido a Coronel y allí organiza y comanda como su primer Jefe la V División del Ejército.

1939 : Plantea al Presidente Pedro Aguirre Cerda la necesidad de tomar posesión del Territorio Antártico Chileno.

1940 : Funda las guarniciones militares de Puerto Natales y de Coihaique. Reconstruye el Fuerte Bulnes como museo na-cional.

1943 : Es ascendido a General.1944 : Nombrado Director del Personal y Director General de la

Defensa Civil de Chile.1945 : Comandante en Jefe de la II División y Comandante Gene-

ral de la Guarnición de Santiago.1946: DirectordelInstitutoGeográficoMilitaryPresidentedela

Comisión de Límites Chileno – Argentina.1947 : Comandante en Jefe del Ejército, funda la Base General

O’Higgins en el Territorio Antártico.1948 : Publica su libro Base O’Higgins. Territorio Antártico Chileno.1949 : Al cumplir 40 años de servicio obtiene voluntariamente su

retiro.

Otras actividades:1950 : Preside el V Congreso Panamericano de Geografía, Histo-

ria y Cartografía. Presidente del Comité Nacional de Geografía, Geodesia y

Geofísica. Organiza y Preside la Comisión Nacional del General

O’Higgins.

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Julio Von Chrismar Escuti

Preside el Instituto Chileno-Peruano de Cooperación Inter-nacional.

Preside la Comisión Nacional del Año Geofísico Internacional. FundaydirigelaRevistaGeográficadeChile“TerraAustra-

lis”, donde publica diversos trabajos sobre Política Interna-cionalyespecialmentesobreGeopolíticadelPacíficoydelaAntártica.Cabedestacarentreellos:“ReflexionesGeopo-líticas sobre el Presente y Futuro de América y de Chile”, “La Antártica Visionaria y Apreciación del General O’Higgins”, “Fronteras”, “La Política Internacional de Chile”, etc.

1951 : Viaja a México, sede del Instituto Panamericano de Histo-ria y Geografía, y visita las Comisiones Nacionales de los diferentes países de Sudamérica, Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos. Asiste como delegado de Chile a la Re-unión Antártica en Estocolmo y visita Francia y Alemania.

1972 : Hace donación de sus libros a la Biblioteca del Congreso Nacional.

1977 : 12 de agosto, fallece en Santiago.

Condecoraciones:Comendador de la Legión de Honor, Comendador del Brasil, Or-

den de Ayacucho del Perú, Legión al Mérito de Estados Unidos, Espa-da de Suecia, Corona de Italia, Cóndor de los Andes de Bolivia, entre las principales.

Membresías y cargos honoríficos:

Director de la Línea Aérea Nacional (LAN); Miembro de la Asocia-cióndeBibliófilosdeChile;MiembrodelaSociedaddeHistoriayGeo-grafía;Vicepresidentede laSociedadCientíficadeChile;Presidentedel Comité Continental del IPGH para el año Geofísico Internacional; integrantedelaSociedadCientíficadeChile;Miembrocorrespondien-tedelaSociedadGeográficadeLimaydeLaPaz,Bolivia;PresidentedelaComisiónAsesoraLocalparaorganizarelXCongresoCientíficode Chile; Presidente del Congreso de Historia y Geografía, celebrado en México en 1955; Presidente del Comité Nacional O’Higgins; miem-bro del Instituto Antártico Chileno; del Instituto de Conmemoración Histórica;delaAsociacióndeBibliófilosdeChile;SociedadCientíficade Chile; del Instituto Panamericano de Geografía e Historia; de la So-ciedad de Escritores Militares, de la cual fue fundador y presidente; del Instituto Chileno-Sueco de Cultura, etc.

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lOS ESCRITOS

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REflEXIONES gEOPOlÍTICAS SOBRE El PRESENTE Y

El fUTURO DE AmÉRICA Y DE CHIlE

Los textos que presentamos fueron seleccionados de una recopi-lación ordenada y propuesta originalmente por el propio general Cañas Montalva. Conservando su estilo de escritura, y difundien-do algunas imágenes que usó recurrentemente en sus escritos, aunque no en el mismo orden que las colocó, empezamos esta selección con el artículo en que nuestro autor difundió la tesis del desplazamiento de la historia hacia el océano Pacífico. Este artí-culo fue publicado dos veces, primero en septiembre de 1948 en Terra Australis. Revista Geográfica de Chile (RGCh) Nº 1, pp. 27-40 y reeditado por la misma publicación, en su Nº 13, en 1955, pp. 1-23. De esta última hemos tomado la siguiente versión, cuyo con-tenido fue reiterado en el semanario Ercilla de febrero de 1955. Por lo demás su publicación en 1948 tenía un evidente simbolismo, ya que fue precedida por la inauguración del primer establecimiento chileno en la Antártica, la base Bernardo O`Higgins (06.11.1947), fruto en parte de la intensa actividad del autor, y en consonancia con la idea que Chile debía tener un rol gravitante en la defensa del hemisferio como lo establecía el TIAR en 1947. Para él, la península de O`Higgins era la prolongación de la cordillera de los Andes y formaba como unidad un “espolón austral antártico”.En este contexto, Cañas Montalva parte de la base que “La geopolí-tica constituye, en la actualidad, una disciplina científica que estudia y procura dar expresión a tales interrogantes, discriminando entre los vínculos y fenómenos que unen los procesos políticos con el suelo. En síntesis, nuestro tiempo viene dando cada día mayores proyec-ciones a la interpretación geográfica de la vida y relación entre las naciones: es decir, va haciendo de la geografía la determinante fun-damental de su grandeza” (Cañas Montalva, 1955:12).Cañas Montalva enuncia como elementos de la ecuación de poder la influencia de “los factores geográficos en relación con su desarrollo y progreso”. Estos serían “Ubicación geográfica, extensión geomor-fología, clima, población (características raciales), naturaleza de las fronteras, calidad de sus materias primas, potencial económico y tecnológico, poder financiero, nivel social, solidez política, espíritu nacional, etc., son términos comunes a la ecuación de poder en que,

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General Ramón Cañas Montalva

necesariamente, ha de fundamentarse toda política interna o exter-na, orientado a robustecer a un país” (Cañas Montalva, 1955:12).En su opinión el Pacífico y los sectores aledaños “están llamados a ser escenarios de transformaciones e intercambios de todo or-den (…) y probablemente epicentro de un nuevo sistema filosófico-político, social-económico de alcance mundial” (Cañas Montalva, 1955: 14). Consecuencia de lo anterior habrá regiones del mundo que se transformen “por su ubicación de alcance estratégico con-tinental, se han transformado en verdaderas llaves de un sistema o sector”. Una de ellas es Chile porque “el imperativo geográfico de su posición va llevando a Chile (…) a convertirse en uno de los puntos neurálgicos de mayor significación en la estrategia mundial, en razón de que el horquillaje total de la ruta euroasiática del Me-diterráneo-Suez, por los fuegos rusos, no dejó a Europa otras vías que Panamá y las nuestras de la región Austral-Antártica” (Cañas Montalva, 1955: 14.

I. lA ERA DEl PACÍfICO

Es un hecho tan antiguo como el mundo que los pueblos crea-dores de una cultura, sustentadores de una concepción política, so-cial o económica, dueños de una potencia material –ya sea comercial, industrial, militar o de cualquiera otra naturaleza– traten de esparcir e implantar aquellas o de hacer primar ésta.

En unas circunstancias encuentran campo propicio a sus inten-ciones o dócil sujeción a sus propósitos; en otras, se les oponen la resistencia pasiva o violenta de ideologías diferentes, deseos antagó-nicos o intereses dispares.

Laimposiciónpacíficadelasdoctrinas,laconquistadiplomáticadezonasdeinfluenciaomercados;labeligeranciacordialdelasem-presasoelchoquearmadodelosadversarios,severifican–lógicaynaturalmente– en el lugar del orbe en que radican los principales con-tendores y el escenario de sus actividades es menor o mayor, según la amplituddel“horizontegeográfico”delosenemigos.

Porcausasdetodosconocidas–descubrimientoscientíficos,au-mento y facilitación de las comunicaciones, cesación del aislamiento en que primitivamente vivían las naciones– el teatro de las acciones humanas ha ido creciendo, pasando primero del regional a continental y, después, a universal.

Los Escritos

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Los Escritos

Los mismos motivos anteriores han hecho que las vías de trá-fico o de operaciones, que comenzaron por ser primordialmenteterrestres, se extendieron enseguida a las marítimas y hoy com-prendan las aéreas, que –con ser ya muy importantes– todavía no arrebatan la supremacía a las del mar, que, hasta ahora, son las que han tenido y significanmayores posibilidades para las relacionesamistosas de los Estados.

Hechas estas consideraciones iniciales, miremos el panorama mundial y deduzcamos conclusiones: en cuanto a presentes cam-pos de rivalidades ideológicas, políticas, económicas, etc., a esce-narios de futuras contiendas bélicas, y a derivaciones relativas a las rutas de comunicación.

Los intereses y ambiciones de la hora presente, la toma de po-sicionesparaunaposibleempresaarmada,laubicacióngeográficade ciertos contendores y los obstáculos que ella presenta para que busquen la decisión, dan fundamento para deducciones, a nuestro juicio, absolutamente evidentes.

Enlaactualidad–ydejandodeladoinfinidaddeproblemasme-dianososecundarios–,estánenpugnadosapreciacionesfilosófi-cas de la vida: la occidental y la de raigambre oriental, que implican sendas y diversas concepciones social-político-económicas.

El ensanchamiento del horizonte geográfico –motivado por la configuraciónbiopluricontinentaldealgunasdelasnacionescon-ductoras, como también de los grupos que encabezan– presenta al orbeenterocomoteatroglobaldesusrivalidadespacíficasdehoyydeunaprobableconflagraciónbélicademañana.

En consecuencia, el enorme proceso: evolución - competencia - superioridad, de esas encontradas apreciaciones y concepciones, tiene –fatalmente– que desarrollarse con la intervención directa y masiva de las potencias eje y de los estados que concuerden con sus orientaciones o sigan sus dictados.

¿Cuál será el campo principal de las actividades? ¿Europa, Asia, América? Mas, nos parece que el segundo de los nombrados, y a eso atribuimos: que se exploren las regiones del Ártico, se luche por apoderarse de las costas de Asia oriental, ganen cada día ma-yor importancia las posesiones asiáticas y territorios como Siberia y Alaska, el Japón, Hawai, Australia y Nueva Zelandia; se cubran de defensas las costas occidentales de Norteamérica; Centro y Suda-mérica laboren por la unión interamericana y la acción continental, y los mares y tierras antárticos despierten tantas ambiciones y co-dicias.

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O sea, que la atracción hacia la totalidad de la cuenca del Pacífico toma un carácter múltiple e incontrarrestable, originando que el epi-centro del universo derive hacia ella, lo que convierte al Mar del Sur de Balboa en el océano de las rutas marítimas y aéreas más importantes, y aloscontinentesypaísesquebaña,enelgigantescoanfiteatroenquese dirimen intereses, se materializan propósitos y se gestan aconteci-mientos de relieve mundial. Ello demuestra, inobjetablemente, que a la ERA DEL MEDITERRÁNEO –cuna de viejas civilizaciones y vértice de legendarios poderíos–; a la DEL ATLÁNTICO –marcada con los nom-bres señeros de Vasco de Gama, Colón y Magallanes y escenario de hechos memorables de las postrimerías del siglo pasado y comienzos del presente–, sucede la ERA DEL PACÍFICO, vasto y trascendente teatro reservado al futuro.

No somos partidarios de reforzar ideas cuya evidencia nos parece meridiana, valiéndonos de opiniones ajenas, por muy autorizadas que sean; pero el conocimiento de la idiosincrasia nacional nos obliga a anticiparnos a la incredulidad –de quienes nada aceptan sin la consa-gradorapatentequeparaellossignificanlos juiciosextranjerosodepersonas de nombradía– citando algunas de autores de indiscutida solvenciacientífica.

Como fruto de las observaciones anotadas con ocasión de su primer viaje al Japón hecho en 1908, Karl Haushofer escribió: “Un es-pacio gigantesco se está extendiendo ante nuestros ojos, con fuerzas queafluyenaél,lascuales,fríamenteobjetivas,esperanel alba de la era del Pacífico, sucesor de la vieja etapa del Atlántico y de la caduca del Mediterráneo y la pequeña Europa”.1

RefiriéndosealasideasdelyacitadoHaushofer,HansW.Weigert2 expresa que “consideraba el Pacífico como una esfera del poder, que ahora por primera vez en la historia, está despertando lentamente a la conciencia de ser la unidad de mayores espacios terrestres y maríti-mos”, agregando Weigert, por su parte: “Teodoro Roosevelt sugería ya la misma cosa cuando hablaba de los recursos declinantes de la era del Atlántico y predecía la aurora de la del Pacífico”.

Nuestro destacado escritor Julio Vega, al comentar –en su obra “La tierra del porvenir”– la dinámica a que obedece el problema de lascomunicaciones,manifiesta:“Loscambiosqueenelpresentesi-glo se han venido efectuando en Europa y en el mundo entero y los

1 Revista de Geopolítica, 1925.2 Geopolítica, Generales y Geógrafos. Fondo de Cultura Económica, México, 1943.

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másnotablesqueresultarandelactualconflictoydelnaturaldesen-volvimiento de los pueblos no europeos, deben traer también uno fundamental en el valer de las rutas marítimas y, sobre todo, en la importancia relativade losocéanosenel tráficomundial.Deestoscambios, el que se perfila como más probable es el avance del Pacífi-co al primer lugar, es decir el paso a la tercera etapa de la navegación marítima. Durante todo el siglo XIX la importancia del gran océano ha sido mediana. Las causas de esta situación son fáciles de des-cubrir. En primer lugar, la escasa importancia cultural y económica que tenían los países situados en sus orillas; en su segundo lugar, su extensión enorme en relación con los medios de comunicación del siglo XIX. En efecto, los grandes focos de población del Asia que hoy aparecen como mercados consumidores de gran importancia, principalmente Japón y China, estuvieron completamente cerrados al comercio occidental hasta mediados del último siglo. Los países americanos estaban escasamente poblados y la cultura y la eco-nomía de dichas poblaciones eran aún muy rudimentarias, aún en los Estados Unidos que tenían su principal fachada mirando hacia

Esta ilustración demuestra para el autor cómo se había ido situando la política mundial en el océano Pacífico merced un movimiento envolvente de la historia desde el Mediterráneo.

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el Atlántico. No había, por consiguiente, un tráfico directo de unaaotraorilladelocéanoPacíficoyelcomerciodelospaísesdesuscontornos se efectuaba casi exclusivamente con Europa y todas las rutas seguidas pasaban por el Atlántico: por el Cabo de Hornos para los países de América y por el sur de África y, más tarde, por el Canal de Suez, para el Oriente. Pero todo esto ha cambiado y este cambio se acentuará más aún en el futuro. En primer lugar, los grandes focos depoblaciónde lascostasasiáticassehan incorporadodefinitiva-mentea lacivilizaciónmodernayal tráfico internacional.LaChina,con una población casi tan grande como toda Europa, es un mercado consumidor de primer orden, cuya importancia aumenta de día en día. El Japón, despertando bruscamente de su sueño secular se ha transformado en gran potencia industrial, comercial y marítima. Su flotamilitares,actualmente,laterceradelmundo,ysuflotamercan-te aumenta constantemente. La inmensa Siberia, tan grande como Europa, que en el pasado era un verdadero desierto, se pobló rápida-mente y Rusia parece cada día más, aún contra su voluntad, conver-tirse en potencia asiática, que tendrá su salida natural por el Pacífico. Al otro lado, Estados Unidos ha dejado de ser exclusivamente un país atlántico; los estados del Oeste antes casi despoblados y sin mayor significacióndentro de laUnión, adquieren cadadíamayor impor-tancia. Por lo demás, aun la parte atlántica se ha acercado conside-rablemente al Pacífico con la apertura del Canal de Panamá. Por su parte, las naciones andinas de la América del Sur parecen despertar de su sueño colonial y se pueblan y modernizan. y para completar el cuadro, Australia y Nueva Zelandia adquieren cada día más impor-tancia y su economía se independiza de Inglaterra; a todo lo anterior agregamos que los medios de transporte, cada día más rápidos y demayor radiodeacción,puedendesafiar lasgrandesdistancias,es posible asegurar, sin temor de equivocarse, que las relaciones co-merciales más intensas y que las competencias más ásperas por el predominio universal, no se efectuarán en el futuro en el Atlántico, sino en el Pacífico; este será el centro de la navegación en el mundo del futuro y el océano Indico, en el lugar de su situación anormal de apéndice del Mediterráneo, se convertirá en lo que naturalmente es: en un anexo del gran Océano”.3

EvidenciadalaenormeimportanciaadquiridaporelPacíficoy,enconsecuencia, por las rutas marítimas y aéreas atingentes a su cuen-

3 El autor de este artículo destaca con letras cursivas lo más importante de la cita del señor Vega.

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ca, preocupémonos de ver lo que, por el momento, más directamente interesa a los propósitos de nuestras ideas, o sea lo que, en general, ellosignificaparaSudaméricayparaChile.

Lacircunstanciadeque laAméricadelSur tengaunflancomi-rando a este océano, le da la calidad expectable de lógico participante inmediatoenlassignificativasactividadesdehoyyenlasnomenosgrandes decisiones del futuro, naturalmente más acentuada en los países que radican en su lado occidental; pero también de positiva significaciónparalospueblosribereñosdelAtlántico,alosque–comolo anota el escritor anteriormente citado– la realización de construccio-nes ferroviarias y camineras, de obras como el Canal de Panamá y el tráficoaéreo–quenosabededistanciasniobstáculos–hanacercadonotablemente hacia el mar de Balboa y Magallanes.

LosestadospropiamentedelPacífico–comoEcuador,Perú,Bo-livia (por señalar los más cercanos al nuestro) y Chile– necesitan esti-mar, con mirada y anticipaciones clarividentes, la enorme participación que les depara la nueva era, magno cometido que sería ilógico que pretendieran enfrentar individualmente, lo que les muestra la ineludible y apremiante conveniencia de encararlo en común, formando agrupa-ciones de acción, en absoluto ajenas a intenciones de preeminencia o vasallajes políticos.

Dichas entidades necesitarían apreciar los problemas que atañen al conjunto –muy dignos de su atención y, por desgracia, la mayoría aún sin analizar ni resolver –, y cristalizar las conclusiones y previsiones del caso, entre las cuales juzgamos como de principal importancia las de acercarnos cordialmente e incrementar de todo orden.

Ambas cosas constituirían alta y positiva exteriorización de una política de verdaderas y estables creaciones, que nos permitiría au-mentar en poder y significación, ya que la unión de fuerzas de ingen-tes riquezas –en explotación o potencia– de valiosas producciones; de industrias en constante crecimiento, etc. haría que los países de la vertiente andina occidental –ciclópeamente delimitada por fuertes e inconfundiblesaccidentesgeográficosyasientodenuestrasnaciona-lidades– tuvieran más amplias y ventajosas posibilidades de considera-ción, comercio y progreso, no sólo entre ellos, sino ante las potencias y dentro de los emporios internacionales de la cuenca de nuestro mar.

Por lo que respecta de Chile mismo, lo creemos preferentemen-te favorecido por esta mutación, derivada de incontenibles aconteci-mientos y circunstancias imperativas.

En efecto, es dueño de una situación absolutamente privilegia-da,señalada–comoentodologeográfico–nosóloporcontarconun

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extenso litoral en el Pacífico, sino por muchas otras características, que acrecientan el valor y el atractivo de la posesión: “Ubicación es-pacialísima, que hace a Chile –sobre todo en las regiones austral y antártica– señor y atalaya de rutas marítimas y aéreas de marcadísima importancia; clima benéfico (recordemos el caso de Rusia –hoy URSS– que, aunque poseedora de miles de millas de costa, siempre persiguió y ahora continúa en la búsqueda del mar cálido”; buenos puertos; pro-ducción rica y variada, etc.

II. TRASCENDENCIA gEOPOlÍTICA DE lA UBICACIÓN gEOgRáfICA

Es innegable que el concretarse una relación entre el hombre y la tierra, germinó el primer punto de apoyo a la sustentación del Estado, expresión jurídica de un pueblo, ante la resolución de darse una patria. Sin embargo, y aun cuando aspectos de orden político-geográfico,geoeconómico, etc. fueron advertidos entre las primeras elucubracio-nesdelpensamientofilosófico,nuestraera–comoconsecuenciadelaprofunda transformación por la cual atraviesa –es la que plantea más poderosos interrogantes, derivados de factores como extensión, ubi-cación geográfica, geomorfología de los países, potencial económico, características raciales, etc.

Lageopolíticaconstituye,enlaactualidad,ladisciplinacientíficaque estudia y procura dar expresión a tales interrogantes, discriminan-do entre los vínculos y fenómenos que unen los procesos políticos con el suelo. En síntesis, nuestro tiempo viene dando cada día mayores proyeccionesalainterpretacióngeográficadelavidayrelaciónentrelas naciones; es decir, va haciendo de la geografía la determinante fun-damental de su grandeza.

Bastaría enunciar aspectos de orden espiritual o material, que in-fluyenenlavidadelasnaciones,comoconsecuenciasoriginadasporinsalvables interdependencias entre los estados, para comprender el poderdelosfactoresgeográficosenrelaciónconsudesarrolloypro-greso.Ubicacióngeográfica,extensión,geomorfología,clima,pobla-ción (características raciales), naturaleza de las fronteras, calidad de susmateriasprimas,potencialeconómicoytecnológico,poderfinan-ciero, nivel social, solidez política, espíritu nacional, etc., son términos comunes a la ecuación de poder, en que, necesariamente, ha de fun-damentarse toda la política interna o externa, orientada a robustecer a un país.

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Pero no estimaríamos completo lo dicho respecto de tan impor-tantes factores, si no anotáramos la inestabilidad de sus proporciones –sea que se les considere aisladamente o coordinados al conjunto– pues se trata de valores móviles, dinámicos, componentes o deriva-dos de fuerzas en permanente evolución, característica que debe ser tomada en cuenta, con estrictez, en las apreciaciones potenciales de todo pueblo o en la elaboración de planes, tratados, etc., tendientes a su soberanía, mejoramiento y grandeza.

Sin el ánimo de discutir primacía entre los valores determinantes de la potencialidad de una nación, desde hace algunos años venimos sosteniendo la trascendencia geopolítica de la ubicación geográfica.

Si bien el territorio sirve de base a la organización del país, su ex-presión geográfica es la que señala, a la política, los relieves de su po-derío, hecho que ya Napoleón sintetizara al decir que “la política de un Estado reside en su geografía”. En el caso nuestro –tomado integral-menteelsentidogeográfico–,sindudaqueningunodelosfactoresenjuego ofrece deducciones de mayor alcance que el de la ubicación, as-pecto de Friedrich Ratzel señalara como la teoría de la posición (Lage).

El geopolítico citado –inspirador indiscutible de la escuela Haus-feriana de München (Institut Für Geopolitik)– ya reconoce, junto al valor del espacio, que sirviera de base a las aspiraciones de hegemonía mun-dial de Tercer Reich, el de la posición estableciendo, entre otras consi-deraciones: “Un Estado puede tener fuerzas de crecimiento, una gran potencia de extensión y una muy notable amplitud política, sin que su autoridad directa actúe sobre una gran extensióndelasuperficieterres-tre. De la posición es de donde se deriva, para un Estado, la posibilidad de ser extenso sin ejercer autoridad sobre vastos espacios”.

No sería posible comprender, en su justo y verdadero alcance, el alto coeficiente de la posición geográfica de Chile sin relacionar nues-tra patria con el continente americano, tomando a éste no sólo como un todo, sino cual una de las expresiones geopolíticas más completas del orbe.

A nuestro juicio, abundan las razones para pensar que América es el corazón, el centro, sobre el que, necesariamente, ha de estructurar-se un nuevo orden mundial.

Ni Gran Bretaña, en Europa; ni la URSS o China misma, en Asia, aunque son o pueden resultar entidades de primera magnitud en el concierto universal, nos parecen –aquélla por insuficientemente ho-mogénea, la segunda a causa de no ser bastante poderosa, la última por falta de madurez y organización– capaces de superar a Estados Unidos en el papel principal de esta transformación.

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Geopolíticos como el propio Haushofer reconocían –desde antes el término de la II Guerra Mundial– su excepcional potencia, basada en poder-espacio, recursos, fuerza humana, organización, etc. Después de concluidalaconflagraciónantedicha,lahaaumentadograndemente–enrazón directa con el decrecimiento de poderío o la simple desaparición de otros Estados–, y si a su valer nacional sumamos el de las repúblicas que, desde México a Chile, integran el conglomerado continental, se eviden-ciará meridianamente que no pecamos de optimistas al asignar a América yaEstadosUnidoselpuestopreeminenteylamisiónmagníficaquedes-tacamosenestasreflexiones.

Pero aún hay algo más, como opinión fundada por realzar el pre-ponderantesignificadoqueeldestinohaqueridoreservarnos,yquedamayor relieve e importancia a nuestra misión continental: la opinión del conocido sociólogo y economista francés Andrés Siegfred: “Recordamos que en el Nuevo Mundo la geografía tiende a unir lo que la historia tiende a separar”.

En realidad mientras la diferencia de origen; la desigualdad de mag-nitud política-económica; la distancia-kilómetros (mera indicación de can-tidad), parecerían inclinarnos a hacer nuestras propias vidas, de naciones aisladas,hayvitalesinfluenciaseimperiosasnecesidadesquenosaproxi-man, que deberían acercarnos, si no fuese humano que los impulsos ma-teriales –la tentadora supremacía, el frío egoísmo y hasta la vana y torpe soberbia– suelen cerrar el paso al espíritu y cegar la visión de lo grande.

Estados Unidos, primer valor de la expresión geopolítica continental; otros países que tienen –o piensan poseer– una determinada capacidad, no pueden seguir eternamente solos su camino. Si su potencia actual les permite hacer frente a ciertos trabajos, tales peligros y unas amenazas, habrá épocas o circunstancias en que requieran la cooperación de sus hermanos de América.

Como los gobernantes y estadistas no dejan inadvertida tal posibi-lidad, han tratado de obtener entendimiento y colaboración, y muchos puntos y obligaciones –de uno y otra– se han concretado en las actas, proyectos y decisiones de diversas magnas conferencias.

Sin embargo, creemos que la tarea –trascendental y, por ello, grave y demorosa– tarda más de lo que sería conveniente para la seguridad americana. ¿Cuáles son los motivos? Pensamos que, en primer término, la carencia de mayor difusión de los problemas y de más dinamismo, con-tinental y nacional, para buscar y encarar sus soluciones prácticas.

…Por nuestra parte, hace bastante tiempo que venimos destacando y

luchando para hacer comprender a nuestros compatriotas los deberes de

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Chile, aumentados singularmente por el valor de su posición geográfica, tantodebidoaquesehallaenlacuencadelPacíficocuantoporquesuresponsabilidadestáacrecentadamediantelasignificacióndeterritorioscomo Chiloé, Aisén y Magallanes –que acostumbramos englobar bajo la denominación de zona austral-antártica y por sus posesiones en la Antár-tica misma, que dan a nuestro país el absoluto dominio de las vías maríti-mas y aéreas de esta parte del hemisferio.

Hemos dado suficientes razones para demostrar que el Pacífico,comotambiénlossectoresinmediatosasuinfluenciadirecta,estánlla-mados a ser escenario de transformaciones e intercambios de todo orden –a nuestra manera de ver, sin precedentes en la historia– y probablemente epicentro deunnuevosistemafilosófico-político, social-económicodealcance mundial.

Fenómenos de tan vasta envergadura valorizan decisivamente la si-tuación que se tenga con respecto de las rutas, tanto interiores como de accesoexterior,quecorrespondenalagrancuencadelPacífico,despren-diéndose de ello que habrá regiones que, por su ubicación de alcance estratégico continental, se han transformado en verdaderas llaves de un sistema o sector.

Chile posee las austral-antárticas, comprendidas en el vital sistema Magallanes-Drake, que incluye los estrechos del mismo nombre, con su ruta complementaria del Canal de Beagle.

Si a tales consideraciones se agregan antecedentes relativos a la ri-queza mineral (carbón-petróleo), ganadería, forestal y marítima de nuestra zona austral-antártica (Chiloé-Aisén-Magallanes) y se mira su extraordina-ria morfología –no carente de valor militar–, será por demás fácil deducir las misiones que el futuro reserva a nuestra patria.

En consecuencia, el imperativo geográfico de su posición va llevan-do a Chile –quiéralo o no– a convertirse en uno de los puntos neurálgicos demayorsignificaciónenlaestrategiamundial,enrazóndequeelhor-quillaje total de la ruta euroasiática del Mediterráneo-Suez, por los fuegos rusos, no deja a Europa otras vías que Panamá y las nuestras de la región Austral-Antártica.

Dado que las obras y elementos defensivos, hasta ahora conocidos, del Canal de Panamá sólo pueden estimarse como inmediatos o interio-res (avance de la técnica bélica) y los nuevos inventos guerreros están en condiciones de causar su destrucción, la trascendencia de las líneas de comunicacióndelPacíficoSursehacegrandementemássignificativa.

Por consiguiente, la DEFENSA CONTINENTAL estará obligada a considerar con preferencia dicho sector, del que nuestra nación es so-berana y el cual –frente al interés común del continente y dentro de una

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reparticiónlógicadelasmisionesquefijelaorganizaciónquesegesta(Sistema Panamericano)– es natural que le corresponda resguardar y defender.

Posición geoestratégica de América con sus áreas de seguridad según Cañas Montalva.

ElvalordelPacífico,factordeterminanteenlascomunicacionesdel presente y del futuro, hace advertir más fácilmente el motivo de las eternas orientaciones y presiones políticas para alcanzar el litoral, extender el radio de acción y dominar los centros vitales de las grandes rutas marítimas.

Como nuestro país posee una extensa costa y le pertenecen puntos llave de comunicaciones, sólo puede aprovechar las leccio-nes del pasado y de hoy aquilatando la necesidad imperiosa de ex-tender su radio de acción marítimo, para colocarse en situación de defender lo legítimo e incuestionablemente suyo –contra ambiciones desorbitadas o intromisiones atentatorias a su dignidad– y de res-ponderalasexigenciasquelemarcasuvaliosaysignificativaubica-cióngeográfica.

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Ratzelsostiene–ysuafirmaciónesevidenteeinnegable–que“elmar es fuente de grandeza nacional”.

El escritor Benjamín Subercaseaux en la introducción de su Tierra de océano –expresa: “Desde el fondo de la prehistoria hasta la última contienda en que Chile tomó parte activa, seguimos, paso a paso, el caso extraño de este pueblo terrestre y sin ninguna vocación por la vida marítima, que no obstante escribió una de las páginas más limpias y honorables de la historia naval del mundo”.

Nosotrostodavíanodamossuficientefealaxiomaretzeliano,nohemos salido lo bastante de la inclinación por lo terrestre, que anota Subercaseaux; pero posición geográfica y destino nos muestran que es el momento oportuno e imperativo para reaccionar vigorosamente paramirarconmayorvisiónpatriótica las infinitasposibilidadesquenosbrindalainiciacióndelaEradelPacíficoyactuarconlainteligen-cia, energía y entusiasmo que ellas merecen.

El respeto de tradiciones gloriosas, la gran tarea que nos incumbe, en la acción y defensa continentales y la voluntad de engrandecer a nues-tra naciónnosordenan,perentoriamente,dedicarnosaesassignificativasempresas, sin pretensiones desmedidas; pero, al mismo tiempo, sin con-sideraciones sentimentales ni claudicaciones decadentes y pusilánimes.

III. RESPONSABIlIDAD gEOESTRATÉgICA DE CHIlE ANTE lA DEfENSA CONTINENTAl Y SU PROPIO DESTINO

ya hemos expresado que, en la actualidad, los intentos ideológi-cos, políticos y económicos de las potencias conductoras tienen todo el orbe como campo de acción.

Esevidentequeigualamplitudtomaráunaconflagraciónarmada,abarcando la totalidad de los ámbitos del universo.

Ycomonilamássuperficialdelasapreciacionespermitepensarque los graves problemas que preocupan al mundo están en favora-bles vías solución, los grupos de estados –a que nos referimos ante-riormente– y cada nación, en particular, tienen que estudiar, planear y alistarse para las contingencias del futuro, acaso –y por desgracia– tan inmediato como lo permiten suponer las incidencias que en estos mo-mentos se producen en Berlín.4

4 N. de la R.: Debe recordarse que este artículo, que no ha perdido actualidad mun-dial, fue escrito en 1948.

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Un aspecto de los aludidos probables acontecimientos es absolu-tamente evidente: trátese de las empresas dentro o fuera del continen-te, América está llamada a actuar desde uno a otro polo.

El enorme desplazamiento del campo estratégico, que ahora abarca hasta las regiones polares, ha puesto en particular evidencia la importancia de la utilización de algo hasta ayer desconocido, para recorrer y comunicar el casquete esférico mundial.

En efecto, el acometedor avance de la técnica aérea ha dado na-cimiento a un medio más para dominar el universo –que podríamos mi-rar como una nueva forma o dimensión–, cuyos empleos y practibilidad presentan la favorable condición de acortamientos sorprendentes, en relaciónconlosantiguosprocedimientosyvíasdetráfico.

Consecuencia de ello es que a la navegación de épocas primi-tivas, en apariencia planimétrica; a los viajes marítimos circundantes –intuidos por Colón e iniciados por Magallanes y Sebastián Elcano–, que sucedieron ventajosamente a aquélla, abriendo insospechadas rutas a la civilización, la cultura y el intercambio comercial del orbe, ha advenido, en nuestro tiempo, el promisorio avance de las comuni-caciones universales: sobrevolando los extremos polares de la tierra.

Tal realidad viene a demostrar, una vez más, que nada es posible deestablecercomodefinitivo,porloquenocabedesdeñarlugaresy elementos cuya transformación y aprovechamiento están a merced de la ciencia y del porvenir.

Ella confirma también, la clarividencia de nuestros próceres ygobernantes –O’Higgins, Bulnes, Aguirre Cerda, González Videla–, que presintieron la enorme valía o incorporación al patrimonio nacio-nal del Estrecho de Magallanes y las regiones australes y polares an-tárticas, que hoy involucran trascendentales posesiones y entrañan vitales interrogantes para los destinos de América y de Chile, particu-larmente para este último, en virtud de su responsabilidad geoestra-tégica, con relación a las comunicaciones australes antárticas.

Las extensas zonas de mares y tierras congeladas, hasta ayer inertes, han pasado –¿por segunda o tercera vez, en el transcurso de los milenios de existencia de la Tierra?– a ser sólidos eslabones de enlace entre pueblos que vivían casi ignorándose.

Nuestro país –desde su rincón del mundo, como majaderamente se ha dado en decir– se enlaza hoy por la ruta aérea, directa y expe-ditamente –a través del enjambre insular de Oceanía– con Australia y el Asia, conectándose con naciones y territorios que hasta ayer nos parecían formar parte de un lejano e inaccesible sistema.

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Es indudable, entonces, que la nueva forma o dimensión ha creado unos horizontes, circunscrito otros y dado origen a problemas que estamos en la obligación de advertir y comprender, en toda su trascendente amplitud.

Si, frente a un mapa, observamos el alcance del envolvimiento japonéssobrelitoralesdelSurPacíficoasiático:partesimportantesdeChina, Birmania, Siam, islas y costas cercanas a Australia, etc., fácil es deducir hasta dónde puede extenderse –en los sectores que nos tocan más de cerca– el objetivo de una operación desencadenada desde Asia, en dirección al continente americano.

El escritor Jaume Miravitlles,5 al analizar la última guerra mundial, anota: “El Japón había llevado a cabo la tarea militar más gigantesca de la historia. Desde las Aleutianas amenazaba a Alaska, el Canadá y lacostapacíficadeEstadosUnidos.Desde las islasneerlandesasyNueva Guinea ponía en jaque al inmenso continente-isla de Australia. Desde Birmania se colocaba a tiro de cañón de la India legendaria”.

Cambiemos Japón por URSS y el problema, en lo que respecta a América continuará ahora tan amenazante como lo fue ayer.

ya hemos probado que –por muchas circunstancias, entre las que sobresale la ubicación geográfica el continente americano ha pasado a ser epicentro de posibles e importantes teatros de operaciones de una 3ª Guerra Mundial, en la que la cuenca de nuestro océano y América serán factores determinantes: el Pacífico, por constituir el escenario de una nueva era y el mar de las grandes empresas y decisiones, el mun-do de Colón debido a que está rodeado de importantes rutas aéreas y marítimas, que alcanzan, desde ambos litorales, los sectores de mayor significacióneneldesarrolloyporvenirdeluniverso.

De ahí que si de las apreciaciones pasadas surgió una Estrategia del Atlántico, de las presentes tiene que nacer, con similar alcance y contundencia, una Estrategia del Pacífico.

Tarde o temprano, ésta tendrá su doctrina, cuyos puntos capi-tales se encuentran en plena gestación y entre los cuales, sin duda, habráalgunasquefijaránlapreponderanteactuacióndeChile,comopotencia responsable, en el extremo austral-antártico, de la seguridad delcontinente,delcualsonparte,integranteysignificativa,lastierras,mares, islas, estrechos, canales, etc. de nuestro absoluto dominio.

5 Geografía contra geopolítica. Editorial Prometeo, México.

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Según nosotros, dichos principios doctrinarios deberán conside-rar, preferentemente, ciertas evidencias e imperativos, en los que he-mos insistido, desde hace años, y que hoy reiteramos, con inquebran-table convicción y profunda fe, de americanos y de chilenos.

“Basta una rápida ojeada al mapa de centro y Sudamérica para comprender que, en lo que respecta al Pacífico la zona oeste del Ca-nal de Panamá y NUESTRO ESPOLÓN AUSTRAL-ANTÁRTICO son los puntos básicos al sostenimiento y defensa continentales; tal como el este de la región panameña y la saliente brasileña del noroeste los constituyen con vista al Atlántico”.

“Chile, poseedor de positivas cartas que ofrecer a los ideales ameri-canistas de Bolívar, O’Higgins, Monroe, Roosevelt, etc. –inspiradores de una confraternidad sincera, en bien de la unión y el progreso de nuestro continente y del mundo –, está llamado a cometidos trascendentes, en la realización de esos ideales y para la defensa del continente”.

Con la incorporación legal de los territorios y mares comprendidos en el decreto 1747, del Presidente Aguirre Cerda, cuyo afianzamiento práctico ha sido sancionado por la visita del Presidente González Videla a la Antártica, y la instalación de la Base Militar “Bernardo O’Higgins”, nuestro país ha duplicado su responsabilidad geoestratégica ante su misión continental, lo que le obliga a convertirse y le da títulos para ser considerado una potencia del sur Pacífico”.

A pesar del justo celo con que deben resguardarse los marcos sa-grados e inconfundibles de la nacionalidad, no es posible desconocer la interdependencia a que nos ha conducido la inclusión en los límites de la zona de seguridad continental.

y si los imperativos técnicos militares de la época no fuesen lo suficientementeconvincentesparahacernosveryaceptarestainter-dependencia, ahí están, para imponerla –poderosas e infranqueables –las razones ideológicas, sociales, políticas, económicas, etc., que ca-racterizan los acontecimientos actuales, de los que –por presión de los vínculos de coexistencia– no habrá pueblo de la tierra que pueda desencadenarse o escapar.

Sabemos que los conflictos contemporáneos, analizados bajoprisma a que nos referimos en los párrafos anteriores, ya no entrañan las características simples de una guerra a la antigua usanza, puesto que ahora, más que una clásica contienda bélica, parece tratarse de una verdadera conmoción mundial, llamada a cambiar organizaciones y sistemas, derrumbándolos con universal estruendo y generales re-percusiones.

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La evidencia de las aludidas características es de claridad meridia-na; nadie, de mediana cultura, las ignora, ni deja de reconocer la inminen-cia de acontecimientos trascendentales; la responsabilidad geoestraté-gica de Chile –ante la defensa continental y su propio destino– reviste alcances de gran magnitud, perfectamente visibles, precisos, inmedia-tos. Dadas estas circunstancias, ¿no resulta absurdo comprobar que tan enormes y contundentes realidades –capaces hasta de inquietar a los inocentes– todavía no logran mover el ánimo de incontables ausentistas nivencerlaabuliadeotrostantossuperficiales?

Sin embargo, eso es lo general y lo que origina que los fenómenos pertinentes no puedan analizarse con la seria profundidad necesaria, como tampoco resolverse con la amplitud y celeridad convenientes, con grave amenaza para el porvenir político, diplomático, económico y militar del país.

Los decretos clarividentemente dictados por el excelentísimo se-ñor don Pedro Aguirre Cerda –sobre “Límites del Dominio Antártico”– por el excelentísimo señor don Gabriel González Videla –con anteriori-dad a su viaje a la Antártica, acerca del “zócalo continental adyacente al territorio nacional”–, son resolucionesdeprofunda significación eimportantes y amplísimas derivaciones, que imponen a los hombres y organismos responsables de la marcha independiente y segura de la nación; de la inteligente ejecución de las tareas del presente, y de la concienzuda preparación de las intervenciones del futuro, las de-ducciones, orientaciones, iniciativas y trabajos pertinentes al integral aprovechamiento–enbeneficiodelcontinenteydelpaís–deesasvi-sionarias y magnas determinaciones.

Para deducir las proyecciones de todas esas actividades es impe-rativo meditar ante un mapa,yarrancaralostrazoscartográficostodoel dinamismo y los impulsos que deja subentender la representación de tierras, mares y pueblos, que viven en interdependencia y entrela-zados en permanente evolución.

Definir lasmisionesytareas; incorporarlasa los idealesyfinali-dadesnacionales;difundirlas;fijarsuscaracterísticasdeoportunidad,tiempoydesenvolvimiento;estructurarseparaservirlasconeficiencia,y reclamar –frente al continente– el derecho de hacerlo varonil e inde-pendientemente, sin mengua de la más fraternal cordialidad, mediante cooperaciones materiales inherentes al aspecto americano de la em-presa; pero sin intromisiones ni condominios atentatorios a la exac-ta soberanía y a nuestros legítimos títulos de dominio, son DOGMAS PRIMORDIALES de lo que juzgamos un procedimiento digno, austero y prudente.

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Hoy más que nunca –en vísperas de discriminar sobre las obliga-ciones particulares por contraer en la organización del esfuerzo con-tinental, corolario natural de los acuerdos de Chapultepec, Río de Ja-neiro y Bogotá– debemos dar relieve a tal posición, adoptándola con solidaridad americana, pero también con decisión inquebrantable de no transigir en el justo respeto a nuestros indiscutibles derechos.

IV. CHIlE POTENCIA DEl SUR PACÍfICO

El mayor volumen de las actividades en el hemisferio norte restó, por mucho tiempo, importancia y atención a las posibilidades de na-ciones como la nuestra, en relación con el mundo, manteniéndonos en situación, en cierto modo similar a la del Japón, hasta que el Almirante Perry le hizo accesible al resto del orbe.

Sin embargo, de este relativo aislamiento, la agudeza de algunos geopolíticos de prestigio mundial –como Nicholas J. Spykman,6 para sólo nombrar uno– advirtió y señaló condiciones que aún escapan a los propios chilenos, anotando relaciones de marcada importancia con el desenvolvimiento universal: “Desde la construcción del Canal de Pana-má, los centros económicos de Estados Unidos se pusieron en estrecho contacto con la costa occidental de Sudamérica, que había sido durante mucho tiempo, una de las aisladas regiones del mundo. Nada había que estimulaseuntráficonormalconEuropa,atravésdelEstrechodeMaga-llanes, hasta que el siglo XIX se pusieron en explotación los yacimientos de guano y nitrato”. Continuando en el análisis de la ubicación, despren-de, como lógico corolario, las posibilidades favorables de Chile, llegan-do a decir, al analizar la economía agrícola de nuestro país: “Mediante ulteriores progresos del regadío, esta región sería capaz de sostener una población tan grande, por lo menos, como la de Italia”.7

Pero no es este el juicio que más nos halaga, pues Spykman –que reconoce las posibilidades industriales, en especial de la industria pe-sada, como fenómeno determinante del desarrollo de los países –dice, con respecto del nuestro: “Si grandes porciones del encumbrado te-rreno de la costa Oeste son improductivas, en cambio el subsuelo lo compensa en parte por sus extraordinarias riquezas”.

Riquezas minerales –materias primas–, que cada día van determi-nando con más acentuación el poder de los estados; elementos de ri-

6 Estados Unidos frente al Mundo. Fondo de Cultura Económica, México, 1944.7 Con cursivas por indicación del autor de este artículo (Indicación del original).

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queza que el citado escritor enumera y que bien vale la pena señalar, para mayor información de los compatriotas escépticos; cobre, oro, pla-ta, estaño, tungsteno, vanadio, plomo, bórax, bismuto, nitratos, etc.

No terminan aquí las apreciaciones de la poderosa mentalidad de Spykman, al tratar de nuestro territorio, en su análisis global de la “Estra-tegia Mundial”. Sin embargo, de parecerle todavía débil la importancia del hemisferio austral, al entrar en consideraciones más directas sobre el problema de la defensa continental, escribe: “Estando situado Chile en la punta del continente de Sudamérica y a lo largo del Estrecho de Ma-gallanes, posee una situación estratégica que, en caso de emergencia, podría llegar a ser del mayor interés para Estados Unidos”.8

Decir hoy Estados Unidos es nombrar un valor de primera magni-tud,porloquelaafirmacióndeSpykmancontienelaideadequenues-tra nación –coadyuvando a la gran potencia del norte, dentro de su capacidad y esfera de acción– está también llamada a servir misiones de jerarquía y trascendencia, en especial por imperativo de posición continental, a la que da mayor relieve el hecho de que posee mares y territorios complementarios en la región austral y en la Antártica, a los que el autor, por notable omisión, no considera debidamente.

EltambiényacitadogeógrafoWeigert,alfijardeduccionesgeopo-líticas del tipo München, en referencia al análisis del valor estratégi-co del hemisferio occidental, más propiamente de nuestro continen-te, anota pensamientos que dejan en claro que este precursor de la geopolíticahabía intuido laeradelPacíficoy la importanciaqueelladaría a determinados países de su cuenca. En efecto, no otra cosa deja entender su idea relativa a que “entre los estados sudamericanos, su atención se dirige con preferencia a Chile, como nación que es to-talmente potencia del Pacífico”.9

Tomando al continente como un todo –expresión vigorosa de uni-dad geopolítica, en relación con un nuevo mundo en estructuración–, fácil es suponer la misión prometedora reservada a nuestra patria, que cubre en su extremo austral y antártico uno de los sectores más vitales para su futura potencialidad y defensa.

Tanto lo anterior, como una consideración minuciosa de las incal-culables posibilidades nacionales, nos han llevado –con sentido realis-ta, aunque no menos impregnado de fervoroso idealismo– a propiciar la tesis “CHILE POTENCIA DEL SUR PACÍFICO”.

8 Con cursivas por indicación del autor de este artículo (Indicación del original).9 Con cursivas por indicación del autor de este artículo (Indicación del original).

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En el análisis, por lo general simplista, que se hace sobre las razo-nes básicas de la importancia de los estados, no es común detenerse en loquehacemosconstaren lasanteriores reflexionesymenos re-lacionarlo, con espíritu visionario, a las constantes y casi inverosímiles transformaciones que se van operando en el universo.

Detenidos frente al mapa de nuestro país: meditando, con el más estricto e imparcial de los propósitos; enfocando sus proyecciones desde los más caprichosos ángulos, ya sea para verlo adelgazado en su decantado aunque supuesto aislamiento –en el rincón del orbe (?)– o en su aspecto trascendente, en relación con las nuevas y futuras equivalencias de un mundo en estructuración, no podremos dejar de advertir el vigoroso relieve de las características que lo destacan sin-gularmente.

La importancia capital de su ubicación geográfica, que –desde Arica hasta la Tierra de O’Higgins– cubre un arco de casi la cuarta partedelainmensahoyaoceánicadelPacífico;losvaloresintrínsecosque los distinguen; las favorables condiciones de su morfología, y, si estonobastara,elaspectomássignificativodelaevoluciónenmar-cha: el traslado del centro de gravedad del interés universal al Pacífico, sonantecedentesmásquesuficientesparaevidenciar–antecualquie-ra persona, que no esté tendenciosamente interesada en contrario o dispuesta con premeditación a no verlo– la amplia y trascendente mi-sión que el destino ha reservado a Chile, como inequívoco factor de potencialidad en el sur de este océano, comprendidas, lógicamente, las regiones antárticas de su dominio.

Todos los antecedentes enumerados y los evidentes potenciales de nuestra nación –que la muestran como poseedora de valiosos fac-tores de progreso y natural baluarte de la defensa continental en las regionesdelsurPacíficoydelaAntárticacorrespondienteaestemar–hacen de ella una tierra de selección y la evidencian como dueña de significativosdestinos.

Añadamos a lo anterior que el territorio mismo –de típicos hori-zontes,quebradoymontañoso,enfiladoentreel formidableynevadoespaldón andino y el más rico, prometedor y potente de los océanos– ha permitido, bajo el temple de un clima magnánimo, la formación de una raza de evidentes valores, y llegaremos a hacer un análisis que, todo lo acucioso y severo que queramos, nos dejará conclusiones de optimis-mo, generadoras de inspiraciones de prosperidad y grandeza.

Enquistarnosenprosaísmossuperficiales;sentirnosobstaculiza-dos por trastornos o dolencias pasajeros –que no experimenta única-mente nuestra patria, pues que revisten carácter universal– nos hace, a

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menudo, desestimar las posibilidades sustanciales (posición, factores favorables de todo orden) y cerrar los ojos a admirables perspectivas, no sólo propias del esfuerzo interno del país, sino muy en especial, atingentes a lo internacional,encuantoserefierenalcontinenteyalmundo.

Esos antecedentes, tales potenciales, dicha raza y los aludidos destinos DEBEN hacernos salir del pesimismo y la desidia, para con-vertirnos en entusiastas, decididos e inquebrantables forjadores de una POTENCIA, en que las bondades de la CALIDAD superen a las ventajas de la CANTIDAD. No olvidemos que junto a la extensión y al número existen otros valores de iguales o mayores quilates.

Bastaría un ejemplo, como el de la culta y progresista Suecia (en bastantes aspectos muy similar a nosotros), para evidenciar que se puede ser POTENCIA –como ella ha sido y es– frente a estados que la superan en cifras y elementos; pero no en moral patriótica, espíritu de empresa de sus gobernantes y empuje de sus ciudadanos.

Obedezcamos a los imperativos geopolíticos de la época; tenga-mos la conciencia y la voluntad de convertirnos en lo que nos corres-ponde ser: una POTENCIA DEL SUR PACÍFICO –no de la magnitud de las conductoras que existen en el mundo; pero soberana, indivisible, digna y respetada desde Arica al Polo austral–, y trabajemos por obte-nerlo, con orgullo de nación y bajo el dictado de la misión trascendente quenoshafijadolaépoca.

Aunque aparezcamos repitiendo en exceso las mismas razones y argumentos ya varias veces enunciados en este artículo –lo que no nos interesa mayormente, por cuanto, con premeditación, hemos escrito con ánimo de golpear insistentemente en la conciencia de nuestros compatriotas–, sintetizamos las determinantes fundamentales que ha-cen que Chile tenga que comprender, aceptar y realizar el destino que lefijanlageopolíticaylosacontecimientosquesedesarrollanactual-mente y que el porvenir puede deparar al mundo; ser una potencia del surPacífico,capazdeenfrentarsustareasdenaturalezacontinentalysus impulsos de progreso nacional:

1. Traslado al PACÍFICO, cuna de una nueva era, del CENTRO DE GRAVEDAD del interés internacional.

2. Ubicacióngeográficaprivilegiada,en lavertienteandinaocci-dental; con amplios litorales en dicho océano y en la Antártica.

3. SoberaníaenelflancodelaAntárticaquedaalacuencapacífica.

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4. Dominio de las grandes rutas marítimas y aéreas austral-antár-ticas, por ser dueño de los estrechos de Magallanes y Drake, Canal Beagle.

5. PosesióndeislasavanzadasenelPacífico:JuanFernández,Pascua.

6. Sólida organización política-social-económica-militar; poten-cial humano.

7. Morfología, configuración geográfica; todo el territorio, granaeródromo; bases navales.

8. Riquezas naturales; grandes posibilidades industriales, en par-ticular, industria pesada (carbón, petróleo, minerales de hierro, cobre, nitratos, etc.).

Al terminar estas ideas, deseamos dejar perfectamente en claro que nuestro espíritu no ha sido ni por asomo, el de alardear sobre de-terminadasdisciplinasdelconocimientogeográfico,nieldeadjudicarexactacategoríadegeopolíticasaunasreflexionesquesialgúncaráctertienen es el de ser profunda y fervorosamente chilenas y patrióticas.

Asimismo, queremos expresar que si la geopolítica, como ciencia geográficadelEstado,haestudiadoaésteypreferentementebajoelpunto de vista del espacio, hemos tenido la intención de plantear un in-terrogante más, con respecto de Chile, bajo las proyecciones de su UBI-CACIÓN GEOGRÁFICA privilegiada; RIBEREÑO del más grande de los océanos:elPacífico,integrantedeAMÉRICA,quejuzgamosCORAZÓNde futuras y trascendentes estructuraciones de orden político y social.

Por último, nos hacemos eco de lo expresado por un gran esta-dista, al aconsejar que en esta triste historia de juicios equivocados, formados por hombres de buenas intenciones y por gentes capaces, debemos alcanzar el “clímax” de la época, una de las frases que más nos ha impresionado de las memorias de Churchill, potente y enérgica encarnación de la exacta y positiva concepción del amor a la PATRIA.

Sólo desearíamos que –al conjuro de la sabia y experimentada advertencia de ese gran hombre– las sugerencias contenidas en estas reflexionestuviesenalgodepoderparareafirmarlaFEenlosdestinosde la NUESTRA y robustecer el PROPÓSITO DE TODOS, en el sentido de actuar tenaz, entusiasta y abnegadamente, para que se lleven a PRONTA y FELIZ REALIDAD.

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CHIlE, El máS ANTáRTICO DE lOS PAÍSES DEl ORBE Y SU RESPONSABIlIDAD CONTINENTAl EN

El SUR PACÍfICO

Este artículo fue publicado en la Revista Geográfica de Chile Nº 4, 1950, pp. 23-31. Escrito en su condición de general activo, nues-tro autor postula tres condiciones singulares de Chile. Estas serían: “El país más austral de la tierra y por lo tanto, el más antártico, lo que le permite una invariable continuidad de su territorio entre el conti-nente americano y el antártico”. En segundo lugar, ocupar “uno de los más significativos y extensos espacios litorales de la cuenca del Pacífico, epicentro fundamental de la nueva era”. Y, finalmente, ser “una nación de condiciones y recursos ‘integrales’, en función de: su razón, su clima su producción, su organización política, militar y democrático”.

Para nuestro autor el aserto de ser Chile el “más antártico de los países del Orbe”, deriva de su condición geográfica, pues siguiendo las teorías del científico Artowski la Tierra de O´Higgins es la continuación del espolón andino, a la que incluso propuso denominar Antartandes, es decir cordillera Andes-Antártica.

RAMÓN CAÑAS MONTALVA,General de División.

“Chile fértil provincia y señalada, en la región Antártica famosa…”

La Araucana, Ercilla.

Entre las características geopolíticas que mayor trascendencia dan a Chile y que podrían señalarse como clásicas y absolutamente propias a su “configuración geográfica de país soberano”, tres sonlas que deben estimarse como fundamentales, pues ellas están indi-cadas para determinar su exacto valor como nación independiente, permitiéndole a su vez estar en directa relación con la “convivencia continental”. Estas características que estimamos fundamentales son las siguientes:

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1. Ser el país más austral de la tierra y por lo tanto, el más antárti-co, lo que le permite una invariable continuidad de su territorio entre el continente americano y el antártico.

2. Ocuparunodelosmássignificativosyextensosespacios li-toralesdelacuencadelPacífico,epicentrofundamentaldelanueva era.

3. Ser una nación de condiciones y recursos “integrales”, en fun-ción de: su raza, su clima, su producción, su organización po-lítica, militar y democrática.

I. SER El PAÍS máS AUSTRAl DE lA TIERRA Y POR lO TANTO, El máS ANTáRTICO, lO qUE PERmITE UNA INVARIABlE CONTINUIDAD DE SU TERRITORIO ENTRE El CONTINENTE AmERICANO Y El ANTáRTICO

En plena gestación de una nueva era, en los albores de la “incor-poración” de regiones como la del “Ártico” y la “Antártica” respecti-vamente, a la vida y desarrollo del mundo, escapa a la generalidad, advertir la exacta e importante trascendencia de lo que en sí com-prende este proceso evolutivo. En efecto, como un complemento a lo expresado, debemos destacar el hecho que, ante la proximidad de acontecimientos fácilmente previsibles, la “incorporación” de las zonas heladas antes mencionadas y que comúnmente conocemos por “cabezales del mundo o extremos polares del globo terráqueo”, continúan en mucho de sus aspectos, en el mero plano de los mitos y leyendas.

Estas reflexiones, que afectan preferentemente al “continenteantártico”, merecen atención especial de nuestra parte; 1.250.000 km2 de este continente nos pertenece por dictado de la ley e im-perativogeográfico.Esunaextensiónconsiderablequeformaparteintegral y determinante de nuestro territorio nacional. Por lo tanto, la formalidad que le demos, el estudio de su historia, su geografía, etc., desplazará gradualmente aquellos mitos y leyendas de antaño.

Como una consecuencia inmediata del estudio del “aspecto polar”, nos sentimos obligados a una mayor compenetración de los factores como: “EL OCÉANO AÉREO o TERCERA DIMENSIÓN”, que en la hora actual, rolan un importante papel en el conjunto de valores

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fundamentalesdela“geografíamundial”.Laintensificacióndel“pro-blema polar”, se hace presente en todo valer, pudiéndose advertir una amplitud insospechada, que tan sugestivas dimensiones reser-van para el futuro, en las relaciones entre los pueblos del orbe.

La “incorporación” de estas zonas polares, al plano de las rutas del presente, alterando las que hasta ayer empleábamos, es sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos más extraordinarios y revolucio-narios que podemos registrar y que más tarde los conoceremos entre los hechos notables de la ERA ATÓMICA.

La tenacidad de Colón, asegurando el camino de la compro-baciónesférica,queyahabíanadvertidolosfilósofosypensadoresde la antigüedad, nos dejó un mundo por el que hasta ahora había-mos transitado como sobre un “rodillo”, sostenido en los “polos” por fuerzas amenazadoras a la “geografía de las comunicaciones”. Salvo temerarias aventuras, apenas era posible rozar y con extraordinario cuidado, las agudas aristas de los extremos, igualmente inaborda-bles, en su misteriosa conformación.

Pero es indudable que nada es eterno; y que, querámosle o no, hay por sobre la apariencia de una “eternidad estática”, fuerzas po-derosas de “condición dinámica” encausadoras de una potente y permanente evolución. De ello deriva la necesidad para los hombres y los pueblos de pensar en “función de cambio”, máxime, cuando la evolución del mundo material, trae aparejada una constante “revolu-ción en lo espiritual”. No pues, sin cierta relación entre ambos fenó-menos, estamos asistiendo al cambio o mutación más extraordinario que el mundo ha experimentado en ambos campos.

El “mundo se ha encogido” dicen quienes lo enfocan bajo el ángulo dimensional; efectivamente, la “velocidad” sumada al término conocido como “tercera dimensión” u “océano aéreo”, ha dado “sen-tido total, global o mundial” a los problemas políticos –económicos de la convivencia, fenómeno conocido como el de la “interdepen-dencia”. Mientras que, en lo espiritual, un sentimiento social profun-damente humano conmueve a la humanidad. Es indudable que un propósito justo de limitación a los vicios del capitalismo, paralelo a la elevacióndelasclasesnecesitadas,orientaalafinalidadmáximadelos grandes movimientos espirituales en marcha.

Hay, pues, factores de encogimiento, de unidad, favorables a convergencias de extraordinaria envergadura, entre los que podemos señalar, como indicado para la futura estructuración, el de la “identi-dadgeográficadeAmérica”.Erróneasinterpretacionesazuzadasporuna historia enquistada en juicios demasiado locales, han disimulado

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en mucho, la amplitud de un horizonte común, advertido por la genia-lidad de hombres como: Bolívar, Jefferson, O’Higgins y otros.

Lejos de intentar deducciones estrictamente ajustadas a la existencia milenaria y desarrollo de nuestro continente, resulta inte-resante y propicio señalar, como ligera introducción a este ensayo, algunas interrogantes fundamentales al “momento cósmico” que estamos viviendo y que expresamos como iniciación de una nueva era,laquepersistimosendominar“delPacífico”.Valeconsiderarenconsecuencia:

1) AMÉRICA (Norte, Central y Sur), existe como un todo indivisi-ble, en función de su geografía.

2) Interpretada y dominada por corrientes foráneas, profunda-mente divididas durante la colonización e independencia, créaseuna“artificialestructuraciónpolíticacontinental”,paradar vida a unidades que si bien respetables y convenientes como nuestras actuales repúblicas, olvidan con facilidad el poder inmanente de valores como: el suelo y el hombre au-tóctono. Procesos de tipo “individualista”, nacidos del libe-ralismo alcanzando como consecuencia de la revolución del siglo XVIII; paralelamente a los religiosos y económicos que agitaban al mundo, contribuyeron primariamente al desmem-bramiento que Miranda, Bolívar y O’Higgins, advertían como factor negativo a la exacta grandeza de nuestra América in-diana.

3) En la “nueva era”, la “EradelPacífico”, de “englobacionescontinentales” bajo imposiciones materiales (geográficas)y las espirituales (ideológicas), se advierte una vez más, la unidad imperativa de su GEOGRAFÍA, como preparación y aporte a lo que el mundo determinará en su incontenible mar-cha de transformaciones permanentes, orientadas hoy, en lo humano, por un noble afán de superación y convivencia.

4) Noobstantelaunidadgeográfica,comopreparaciónamejorentendimiento en lo político cuya conveniencia compartimos bajo etapas lógicamente acondicionadas, hay un hecho a considerar en que lo que al “proceso futuro de la unidad dice referencia”. Tenemos que, si para unos aparece con fuerza inevitable la división horizontal del continente americano en:

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Norte, Centro y Sudamérica; geógrafos y pensadores de mé-rito, observan una “división longitudinal de América” en dos grandes regiones: la del PACÍFICO y la del ATLÁNTICO. La primera, auténticamente continental en la que se ha conser-vado, con más fuerza y pureza, los valores permanentes de su exacto e incalculable potencial; en la otra, de caracterís-ticas,avecessuperficialesporadaptacionesforáneas,des-prendidas de lógicas aunque ligeras inquietudes en el logro de ensayos, pero adaptables a la exacta condición de nuestro ambiente, típicamente reservado a la creación de un nuevo mundo.

La trascendente misión del continente americano obliga a sus habitantes a un inteligente y creador aprovechamiento de los poten-ciales latentes que encierra su virginidad, autonomía de la riqueza y amplitud del escenario.

Es indudable que, no obstante la relativa unidad mundial des-prendida de la incorporación de fuerzas y elementos como el “océa-no aéreo”, la “velocidad de las comunicaciones”, el “sentido humano de las ideologías en marcha”, etc., hay una etapa por cumplir en que, AMÉRICA –nuestro continente– aparece como “unidad continental” enfrentada por el Atlántico, a una Europa agónica y a un ASIA, que se despiertavigorosaypromisoriaeneláreadelgranPacífico.

Enconsecuencia,limitadaAméricaensusflancospordosgran-des océanos y en sus cabezales, por el Ártico, que hoy pasa a ser “el Mediterráneo” de las preocupaciones estratégicas, entre el mundo occidental y el oriental, destaca como antípoda en el sur, el conti-nente antártico, cuya incorporación y aprovechamiento no pode-mos aún advertir en su exacta magnitud. Es aquí, en este panorama novedoso y determinante donde debemos considerar, con profun-da visión, la exacta trascendencia de la “POSICIÓN ANTÁRTICA DE CHILE”, excepcional por su enlace geográfico, inequívoca por susTÍTULOS históricos y jurídicos.

El CHilE antÁrtiCo.Silosvaloresgeográficos,danporso-bre todo perenne base a lo que la historia y el derecho internacional consagran en “títulos especiales”, como el de la ocupación, nada más extraordinaria que: la similitud geológica, morfológica, glacioló-gica, climatérica en cierto modo, y a las que aún podemos agregar la faunaydeterminadaflora,entrelasregionesaustralesdeChileylasde su TERRITORIO ANTÁRTICO.

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Una ligera mirada a la “cartografía austral”, desde las cartas más remotas, a las que recientes investigaciones y levantamientos nos van entregando con lujo de antecedentes, advierten o demues-tran la “sorprendente similitud entre el CHILE AUSTRAL y EL CHILE ANTÁRTICO, que el inspirado capitán Ercilla, investigador y poeta destacado del siglo XVI, subrayó con énfasis entre las maravillosas estrofas de su inmortal poema “LA ARAUCANA”: “…CHILE, fértil pro-vincia, y señalada en la región antártica famosa…”

Dejar nuestras regiones del Canal Beagle, inconfundibles por el espolón del Cabo de Hornos, para cruzar con la proa al sur el tercero de los estrechos nacionales –el ESTRECHO DE DRAKE, es encontrar una vez más nuestro panorama austral, cubierto ahora por un inma-culado manto de nieve, como hemos solido ver en más de un rigu-roso invierno, en la región Magallánica. Enfrentarnos con el territorio ANTÁRTICO DE CHILE, es constatar conceptos de “continuidad” o de“contigüidad”,aflorandoenformainconfundibles,comosiungranespejoheladoreflejarapatinadasdenieveyhielomulticolor,elma-ravillosopanoramadenuestrasregionesfueguinas.Laconfiguracióninsular adelantada, saliendo al encuentro, cual atentos vigías, con-fundida en incontables vericuetos de canales y ensenadas, muestran de inmediato la inequívoca comprobación de tan sugestiva repetición panorámica; la que es posible admirar en su más amplia magnitud, al enfrentar los cordones cordilleranos de TIERRA DE O’HIGGINS, tajados por fiordos y ventisqueros demagnitud sorprendente, quenosinagudarazóninclinaraalcientíficoArtowskiallamarles:ANDESANTÁRTICOS O ANTARTANDES.

El eminente geólogo, doctor Juan Brüggen, dice al respecto:

“La ANTÁRTICA CHILENA, comprende el territorio del continen-te austral situado entre los 53º y 90º L. W. De esta manera resulta un sector que tiene su punto austral en el Polo Sur y que, hacia la periferia abarca como terreno más importante una larga península, la TIERRA DE O’HIGGINS, atravesada por los ANDES ANTÁRTICOS”.

“La parte más austral pertenece a la alta meseta de hielo con-tinental que en la región del Polo Sur alcanza una altura de 3.000 metrossobreelniveldelmar.Desdeelpolo, lasuperficiedelhielodesciende lentamente hacia el borde del continente entrando como una masa uniforme de hielo al mar, donde el exceso de hielo se des-prende en forma de grandes icebergs en forma de mesetas”.

“Según Nordenskjold, la parte occidental de la Tierra de O’Higgins, consiste en una alta serranía de plegamiento, LOS ANDES

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ANTÁRTICOS, que corresponden también las islas antepuestas en el Oeste. Se compone de un gran batolito granodiorítico. Pizarras meta-morfas parecen tener gran importancia en las partes conocidas hasta ahora. En el extremo noreste de la península, en la bahía Esperanza, aflorancapasjurásicasdébilmenteplegadas”.

Pero, si la geología es imponente en su similitud, la oceanogra-fía a su vez, nos advierte: aguas, riberas marítimas o litorales casi calcados en su plataforma o terrazas submarinas, la “fauna”, pone la nota más exacta del enlazamiento, por la constatación del clási-co PINGÜINO que por millares también habita a escasas millas de PUNTA ARENAS, en las islas del Estrecho de Magallanes. Por otra parte, están los lobeznos y ballenas, surcadoras eternas de nuestros mares, confundidas en variadas especies, atraídas con seguridad por latemperatura,floraysalinidad,queleimprimelagrancorrientedeHumboldt. De ahí que, si para el simple navegante, el panorama sólo cambia de color, para el cientista, las variaciones de carácter especí-fico,como:físicas,biológicas,químicas,etc.,expresadasporfenó-menos ópticos de transparencia o color derivados de la temperatu-ra, composición química de las aguas, características del plancton, capas sedimentarias propias de mareas y corrientes similares en su acción sobre la corteza rocosa, etc., el campo de investigaciones se le hace fácil e interesante; las modulaciones que experimenta paula-tinamente, están en función de la latitud del lugar.

En cuanto a la “geografía humana” que necesariamente debe-mos relacionar con un clima continental riguroso, nuestras continuas exploraciones, unidas a las exploraciones balleneras y a la explota-ción de este cetáceo que ya CHILE mantenía con asiento en la isla Decepción cuando la visitaron hombres como Charcot, que describe y admira la labor de los chilenos y luego después el numeroso personal que ha servido en nuestras bases antárticas de Tierra de O’Higgins e isla González Videla (ex Greenwich), respectivamente, comprueban fehacientemente la absoluta posibilidad de vida, comprendiendo en cierto modo, la del propio sustento con elementos regionales, a los quesehansumadoúltimamentepecesdemagníficacalidad.

Hombres de reconocida solvencia cientista como Nordenskjöld, Mawson, Priestley, Tilley y muchos otros, coinciden en la similitud de la arquitectura geológica de las dos regiones, o sea, de la TIERRA DE O’HIGGINS (Palmer o Graham) con la ZONA MAGALLÁNICA (Pata-gonia –archipiélagos fueguinos).

Largo y fuera de tema sería entrar en mayores detalles y des-cripciones sobre una parte extraordinaria y extensa de nuestro te-

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rritorio nacional. Lo interesante es concebir la trascendencia de su total, aunque lenta incorporación a la vida activa del país. Misiones “geo-estratégicas de orden continental”; aspectos políticos interna-cionales, de inmediato y con sagrado valor para la SOBERANÍA NA-CIONAL; aportes insospechados a la economía del país (industria ba-llenera, pesquera, etc.), investigaciones mineralógicas; observaciones meteorológicas; incorporación de futuras rutas aéreas intercontinen-tales, etc., son más que títulos imperativos que obligan a considerar –como un todo –nuestro CHILE CONTINENTAL, con nuestro CHILE ANTÁRTICO. Sólo así, basados en un concepto de unidad, podremos deducir con exactitud la justa trascendencia que le da su posición de “NACIÓN CHILENA ANTÁRTICA”; llamada a mantener el dominio en elPacífico sur y queprovidencialmente le esperanposibilidadesdeprogreso y grandeza en un futuro fácil de predecir.

“Alfrentedelostítulosantárticoschilenos,flamealadeclaraciónde don Bernardo O’Higgins, prócer máximo de la patria, quien los proclamóentérminosdegranfirmezayamplitud”.“Desdesuostra-cismoestimulóanuestrosgobernantes,adarlesvidayeficacia”,dicedon Antonio Huneeus Gana, ex Ministro de Relaciones, brillante e incansable sostenedor de “nuestros títulos antárticos” en su prólogo anotado en el valioso y enjundioso estudio del joven y talentoso tra-tadista chileno, don Óscar Pinochet de la Barra, “La Antártica Chile-na”. Al general Bulnes le correspondió llevar a la práctica la posesión efectiva de nuestros territorios australes-antárticos, con la fundación de FUERTE BULNES (hoy reconstruido), sobre la ribera continental del Estrecho de Magallanes. Don Pedro Aguirre Cerda, mandatario excepcional, concreta jurídicamente las delimitaciones en su famoso Decreto Supremo Nº 1.747 de 6 de noviembre de 1940, y, al actual Presidente Excmo. señor González Videla, le correspondió en suerte, consagrarenpersona“laconstitucióneincorporaciónoficialalasac-tividades nacionales, de los TERRITORIOS ANTÁRTICOS DE CHILE”, al fundar, en pleno CONTINENTE ANTÁRTICO la BASE MILITAR DEL GENERAL O’HIGGINS.

BASE O’HIGGINS y BASE PRAT, respectivamente, forman hoy los baluartes inconfundibles de la “soberanía nacional” en la región polar, complementando a la vez, la ribera sur del estrecho de Drake, lo que el “BASTIÓN MAGALLÁNICO” asegura por el lado continental, poniendo así; –en manos de CHILE– la soberanía y responsabilidad máxima de las grandes RUTAS MARÍTIMAS y AÉREAS DE LA ZONA AUSTRAL ANTÁRTICA DEL CONTINENTE AMERICANO.

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II. OCUPA UNO DE lOS máS SIgNIfICATIVOS Y EXTENSOS ESPACIOS lITORAlES DE lA CUENCA DEl PACÍfICO, EPICENTRO fUNDAmENTAl DE lA NUEVA ERA

Las constantesmodificaciones experimentadas en el escenariode la tierra –tanto en lo físico como en lo humano– son exponentes de una invariable ley de la vida. Que ambos fenómenos de la evolución obedezcan a fuerzas inmanentes y similares, quizás pueda esto apre-ciarseenelpoderdelosinflujostelúricossobrelasuertedelhombre,dominadoalfin,porlafuerzadelmedioambientedeordengeográfico.Pese al poderío de sus conquistas técnicas, este dominio sobre el ser humano, es innegablemente evidente. De aquí la observación de mu-taciones y procesos en “marcha incontenida” como la que nos hace intuir la iniciación de una “NUEVA ERA” expresada en hechos tangi-bles, entre los que anotamos, como providencial, el destino de CHILE: “El traslado del centro de gravedad del interés mundial, del Atlántico, al PACÍFICO”.10

Aun distante en el logro de demostraciones como la investigación científicaexige,es indudableque,peseal limitadoconocimientodela evolución e historia de la humanidad, podemos hablar de “etapas características en su desarrollo y progreso”. Es así como desplaza-mientos constantes de grupos humanos impulsados por afanes de subsistencia, llevando en su bagaje, los incentivos de nuevos aspectos decivilizaciónaparecenentrelosmássignificativos.Queelvolumentrascendente de estas migraciones se ha operado, de preferencia, en-cauzado bajo direcciones similares, como guiadas por la marcha de Sol (si es que el Sol quien marcha), lo está diciendo aquello de que el comienzo de las eras, más comúnmente aceptadas, radica en las milenarias civilizaciones orientales”… Considerado esto último, como centros de cultura donde el “mundo griego o mediterráneo” escudriñó los elementos determinantes de su portentosa inspiración. Más tarde, la hoy entristecida (por no decir decadente) Europa, alcanza la “era atlántica”; característica, por las exploraciones y aventuras realizadas casi sin excepción, con proa hacia el oriente, guiadas al parecer, por sugestivo, sino fatalista destino, logran el descubrimiento de un conti-nente el que, desarrollado e incorporado a la cultura y economía mun-

10 “AlgunasreflexionesgeopolíticassobreelpresenteyelfuturodeAméricaydeChi-le”. General R. Cañas Montalva - Nº 1. Revista Geográfica de Chile. Terra Australis.

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dial, le arrebata por ley natural, el centro de un mundo futuro o “nueva era”. Ha de corresponderle la estructuración de nuevas organizacio-nes, nuevas ideas, nuevos principios de relación y de vida, revisión severa de conceptos, etc.

La tierra propiamente o espacios continentales, fue inobjetable-mente el reducido espacio permitido a los primeros desplazamientos, de las primitivas, aunque siempre inquietantes poblaciones. Luego, el mar, la “ruta oceánica”, abrió la segunda gran etapa en la “geografía de las comunicaciones”. La aventura desplegó mayores alas y apetitos, incorporándose la idea de “un comercio más organizado”, junto a la simple aventura de dominio, con lo que se dio curso a las “talasocra-cias mediterráneas”11 cuya mayor extensión occidental, terminó por debilitarles al desangrar su poderío, por la brecha de Gibraltar o las Columnas de Hércules.

Los “periplos griegos” o circunnavegaciones, discriminados por lapotenteobservacióndeagudosgeógrafosfilósofos,danbaseaex-ploracionesmásorganizadasyalosprimeros“registrosgeográficos”(geo, tierra; graphien, describir). Tan interesante fenómeno alcanza destacado vértice en la inagotable trayectoria de los descubrimien-tos, con la aventura de Colón en el siglo XV, cuando éste llegaba a su término. La hazaña del insigne marino ha de durar hasta nuestros días; era de la incorporación del “OCÉANO AÉREO” al servicio de las comunicaciones.

Si para los siglos XV al XIX había de constituir máxima preocupa-ción el escenario Atlántico, océano de las grandes potencias europeas, este siglo XX, en el que vivimos, deberá inscribir en su cronología, el PACÍFICO, como el verdadero centro, llamado a la convergencia de las más determinantes rutas en la convivencia, o como escenario de la decisión de las más culminantes empresas militares.

La “ruta aérea”, nuevo y tercer elemento, que la constante evo-lución ha venido a poner al servicio del hombre (nuevos campos de acción, ampliación de los transportes, etc.), complementando con las posibilidades que el aprovechamiento de la energía atómica, ofrece en su constante perfeccionamiento, son las características esenciales de la etapa que el mundo empieza a sentir y debe considerar en su verdadero alcance.

Apreciada la “geografía” como una disciplina integral en que co-rrelaciones de elementos básicos; como la tierra, agua y aire, deben

11 Talasocracias. Imperio de una nación sobre los mares, con exclusión de las demás.

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estimarse preferentemente en su relación con el hombre, nunca, qui-zás como ahora, debemos considerarla como un campo más amplio y delicado, como más completo, para analizar y deducir fenómenos de vitalimportancia,comoeldela“ubicacióngeográficadeunpuebloyforma de su territorio”. De ello emana, pues, el imperativo interés de revisar, en el caso de CHILE, añejos conceptos usados con majadería, referentes a la importancia desprendida de las características excep-cionales, en relación con la unidad continental o con aspectos de ca-ráctermundialrelativosalsector“Pacífico-Sur-Antártico”.

La incorporación de las “regiones polares” en la vida o geoestrate-gia mundial, hecho que hasta el momento se aprecia con mayor claridad enloquealÁrtico(Mediterráneoaéreodelfuturo)serefiereporladirectarelación con la defensa septentrional del continente americano (Pacto del Atlántico); como el traslado del “CENTRO DE GRAVEDAD DE IN-TERÉSMUNDIAL,ALPACÍFICO”,sonhechostangiblescuyainfluenciatiende a variar fundamentalmente los valores geoestratégicos de CHI-LE. No obstante, su importancia continental y antártica se acrecienta, al posibilitarle un lógico desarrollo como futura y natural “POTENCIA DEL PACÍFICO SUR”, llamada a participar, preferentemente, en los futuros acuerdos europeos, asiáticos, y americanos, sobre tan sugestiva zona.

Si por imperativo de defensa (concepto militar) entendemos la necesidad primordial de dar a una región determinada el “máximo de-sarrollo y progreso bajo un punto de vista integral”, como intereses continentales aconsejan para la zona austral antártica y si a ello, conju-gamos las posibilidades –que los valores en potencia de Chile ofrecen– fácil es suponer, el desenvolvimiento y capacidad a que está llamado; no sólo por lógica aspiración nacional, sino también por obligaciones dependientes de responsabilidades continentales en marcha.

Posición y formageográfica, clima, recursos naturales (carbón,cobre, acero, energía eléctrica, etc.), calidad y carácter de la población, sólida tradición y capacidad militar, organización administrativa, madu-rez política y social, títulos históricos, sólida concepción democrática, etc., son valores potenciales y permanentes igualmente importantes en la paz y en la guerra. De ello pues, deriva la posibilidad inequívoca de los trascendentes aportes de CHILE a la convivencia de América.

En consecuencia, los valores potenciales de: su economía, los sociales, de su vida política, los militares, los de su tradición histó-ricayheroica,etc.,conjugadosconsuposicióny formageográfica,nospermitenhablarde“potenciadelPacífico-Sur”.Unextensolitoralcomprendido desde: Concordia, latitud 18º 20’ y longitud 70º 20’ en el límite Chile-Perú al Cabo de Hornos, latitud 56º y longitud 67º 15’, con

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8.300 kilómetros de costa (4.481,7 millas) los que sumados a 4.350 kilómetros (2.348,7 millas) de litoral en la ANTÁRTICA CHILENA, con frente al gran PACÍFICO, con un total de 12.650 kilómetros (6.830,4), da la clave de las misiones que le están reservadas en un centro desti-nado a excepcionales acontecimientos.

Decreto Supremo No. 1.747, de 6-XI-940:

“Forman la Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico, todas las tierras, islas, islotes, arrecifes, glaciares (pack-ice) y demás, cono-cidos y por conocerse, el mar territorial respectivo, existentes dentro de los límites del casquete constituido por el meridiano 53º longitud Oeste de Greenwich y 90º longitud Oeste de Greenwich.

Tómese razón, comuníquese, publíquese e insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno. –AGUIRRE CERDA. – Marcial Mora Miranda”.

A la extensión y formadel país (litoral Pacífico), propicias a sudesenvolvimiento o cumplimiento de misiones estratégicas en la gran cuenca del PACÍFICO SUR, debemos agregar sus posesiones ade-lantadas de: Juan Fernández y Diego Ramírez, respectivamente, in-mediatas al litoral. La primera distante 670 kilómetros (362 millas) y la segunda, 135 kilómetros (71 millas) en línea recta de la costa chilena, puedan considerarse estaciones intermedias entre el Asia y el con-tinente americano. Queda aún por mencionar, entre este importante grupo, la de PASCUA (Rapa Nui); verdadero oasis enclavado en una de las regiones más solitarias del gigantesco océano, cuya inmensidad –barreras estratégicas de ayer– se van transformando aceleradamente en activo sector de futuras rutas abiertas al nuevo comercio y enten-dimiento entre pueblos casi ignorados mutuamente. La isla de PAS-CUAestállamadaaserelHawaidelPacíficosur,enlazandoantiguasymodernas civilizaciones, como será el caso de CHILE en relación con las potencias que hoy avizora el despertar asiático. Si hace siglos, la ruta conocida como el “camino de China” unió las Filipinas y Acapulco en México, y si nuestros cargamentos de trigo hace cincuenta años alcanzaban con facilidad la Oceanía, todo hace hoy propicia la intensi-ficacióndelascomunicacionesentreamboslitorales,ofreciendoconello, grandes posibilidades a las características marítimas de Chile. Es delcasorecordarqueenello,nosóloladistanciageográficarolaunpapel importante, salvada hoy por el transporte aéreo, sino también, el menor costo del transporte marítimo sobre una vía natural y libre, eternamente ofrecida con largueza a la buena convivencia.

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A las relaciones de un San Francisco, o Vancouver con yokoha-maoShanghaienelPacíficonorte;correspondenconplausiblespo-sibilidades la de un Valparaíso y Punta Arenas (Magallanes) con los incontables puertos de la Oceanía. Un estudio más detenido de las respectivas geografías económicas de ambas regiones ofrecerán sor-prendentes posibilidades en las relaciones e intercambios que des-deelsigloXVI,losgaleonesadvirtieronenelcomerciotranspacífico.Justamente ahora que nuestro país entra seriamente al “problema de la industria pesada”, de las actividades primordiales que consolida la grandeza y solidez industrial de una nación-industrial que tiene condi-ciones y reservas excepcionales, es importante advertir lo que el Asia ha necesitado y necesitará en materia de maquinaria, uno de los ren-glones más activantes servidos por Estados Unidos.

Analizando en suma y a grandes rasgos la posición de Chile, fren-te al PACÍFICO, podemos decir que así como en el hemisferio norte esEstadosUnidosunagranpotenciadelPacífico,alhemisferiosurledebe interesar que Chile, sea dentro de las justas proporciones, una “POTENCIA DEL PACÍFICO –SUR –ANTÁRTICO”.

Por otra parte, si consideramos dentro de la “GEOGRAFÍA de las COMUNICACIONES” la importancia fundamental de la vías interoceá-nicas, loquepodemosadvertiren loquea Inglaterrahasignificadopara su poderío mundial con el dominio de pasos como: Gibraltar y Suez, o el mantenimiento de puertos de reconocido valor estratégi-co sobre posiciones del Atlántico norte, Mediterráneo, océano Índico, África, etc. Como, las que procura en nuestras inmediaciones ANTÁR-TICAS, junto a lo que representan; la economía y defensa continental el Canal de Panamá, fácil es deducir la importancia que para Chile y elcontinenteamericanosignificatenereldominiodelasgrandesru-tas marítimas australes: ESTRECHO DE MAGALLANES –CANAL DE BEAGLE –ESTRECHO DRAKE: rutas tradicionales bajo la soberanía de Chile, en las que ejerce pleno dominio hasta las bocas orientales atlánticas.

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El PACÍfICO, EPICENTRO gEOPOlÍTICO DE UN NUEVO mUNDO EN ESTRUCTURACIÓN

Publicado en la Revista Geográfica de Chile, Nº 12, 1954, pp. 55-61, este texto, elaborado ya en su condición de general en retiro, desa-rrolla la tesis de Ratzel acerca de la centralidad del Pacífico en el nuevo ordenamiento planetario. Para Cañas Montalva esta centralidad sería la tercera etapa del desarrollo de la civilización occidental en cuyo ámbito incluye a Chile, para afirmar que implicará nuevas responsabilidades y significados geopolíticos para nuestro país. Sobre éstas manifiesta que habrá que velar sobre el sector del Pacífico sur que devele los desafíos que este espacio impone como eje de comunicaciones entre distintos grupos humanos y civilizaciones.

Citando a Ortega y Gasset hace ver que el paisaje indómito del te-rritorio polar así como la vastedad del océano Pacífico serán creciente-mente superados por la construcción -mediante la tecnología- de una “sobrenaturaleza” para dominar y cruzar tales espacios geográficos, incorporándolos de lleno a sus comunicaciones y tratos.

A pesar del pasado esplendor atlántico, advierte (1954) que hay “nuevas y poderosas fuerzas” como el aprovechamiento del ámbi-to aéreo que vienen a poner en otra dimensión las comunicaciones y transportes, incorporando las regiones polares a la vida “de relación y economía de los pueblos”, y al total desplazamiento del centro de gra-vedad mundial desde el Atlántico al Pacífico.

“CHILE, fértil provincia y señalada,

en la región ANTÁRTICA famosa…”, futura POTENCIA del PACÍFICO SUR-ANTÁRTICO.

Desde el instante en que las disciplinas GEOGRÁFICAS empeza-ron a estimar bajo un severo concepto antropocéntrico la trascenden-cia SOCIAL y POLÍTICA de sus investigaciones y dictados, vigorosa-mente impulsadas por la genialidad humanizada de pensadores como Humboldt, Ritter, Ratzel, Reclus, Vidal de la Blache, Martonne y otros, resaltóentrelospostuladoscientíficosdesuorientación,eldecausa-lidad, prendida a la idea de evolución. Con ello debió admitirse que las propias formas terrestres –para considerar fenómenos de más intensa

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inmutabilidad– “no son tan rígidas como se las suponía antes, sino que se encuentran en continua transformación”, como muy exactamente lo plantea Albrecht Penck en su geografía actual. Establecida la trans-formación geológica, menos extraña ha de resultar en consecuencia la potencia evolucionadora de otras fuerzas o fenómenos cósmicos, como las fuerzas espirituales, quevaninfluyendoconmayoracelera-ción: la evolución POLÍTICA y SOCIAL del mundo, evolución a través de la que es fácil concretar tres fases o períodos clásicos dentro de lo que podemos estimar como civilización occidental: era mediterránea, era atlántica y hoy, era del PACÍFICO.

Consecuentes con principios como los señalados, de causalidad y evolución, fundamentales para comprender en esencia un hecho GEOGRÁFICO,tomandoelconcepto“geográfico”desdeunpuntodevista integral y dinámico, única manera de concebir tan señeras dis-ciplinasdesdesuadentramientocientíficoyrealista,aldivorciarsedelas leyendas y de las atormentadoras descripciones que –como en el casodeChile–parecíanconcentradasenconfinarloenpenosoaisla-miento con aquello de “Chile, país largo y angosto, situado en el rincón del mundo…”, planteamos hace años una tesis orientada desde ángu-losdiametralmenteopuestos,ytendientejustamenteamodificartanequívocos conceptos, con la seguridad de lograr para esos mismos VALORES: ubicacióngeográfica, extensión y forma, unaproyeccióntrascendente, debidamente conjugada con la evolución del mundo. Entre aquellos ensayos hay uno cuyo título acomoda al tema que hoy nos preocupa: “CHILE, el más ANTÁRTICO de los países del orbe. y su RESPONSABILIDAD CONTINENTAL en el PACÍFICO SUR –ANTÁR-TICO”.

Sin embargo, pese a la intuición del poeta y explorador que tuvo la raravirtuddesintetizarunfenómenogeográficotrascendente–comoel de la ubicación de CHILE– en los versos de su inmortal ARAUCA-NA, maravillosa Ilíada del nuevo continente; pese a la genialidad de O’Higgins como visionario estadista al enlazar los límites del país a su solar ANTÁRTICO y concretar una trascendente POLÍTICA INTER-NACIONAL para la naciente república en aquel agudo pensamiento lanzado como grito afianzador de la LIBERTAD en plenaBatalla deChacabuco:“Nadasignificaránéstenicientriunfosmás,mientrasnodominemosenelPACÍFICO”;pesealosesfuerzosintensificadosdesdequeocupáramoslaDireccióndelInstitutoGeográficoMilitar,abogandopor la urgencia de lograr una CONCIENCIA GEOGRÁFICA NACIONAL, tendiente a descubrir positivos horizontes capaces de devolver la fe en el devenir de la patria; pese a todo esto, una rara y sugestiva pesadez,

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coincidente al parecer con equívocas o tendenciosas interpretaciones históricas, caducas y totalmente ausentes de la realidad GEOGRÁFI-CA, parecen empeñadas en enturbiar el pensamiento de las nuevas generaciones, o aumentar la miopía de quienes, sin embargo, tienen la RESPONSABILIDAD SUPREMA de trazar con amplitud de miras y adecuada oportunidad, las trayectorias aseguradoras del desarrollo y progreso que el país anhela con tanta propiedad y justicia.

“Mucho ha de costar a los pueblos el desconocimiento de su GEOGRAFÍA…” es uno de los juicios que –debidamente conjugado a ese otro de Napoleón: “LA POLÍTICA de los estados radica en su GEOGRAFÍA…” –más a golpeado nuestra conciencia de chileno y de soldado, al comprender que la vida es movimiento y que la mayor DE-FENSA de un pueblo radica en su progreso; máxime, cuando la cam-biante imagen del mundo impone, como hoy, un concepto GLOBAL y DINÁMICO apretadamente conjugado al medio GEOGRÁFICO, como única manera de asegurar ese progreso y la consecuente evolución POLÍTICA.

Absorbidosporel resplandorefímeroy superficialdeaconteci-mientos y actitudes más próximas, sí, pero intrascendentes, no atina-mos a advertir en sus exactas consecuencias fenómenos que por su magnitud cósmica están provocando insospechadas transformacio-nes en un mundo que se desplaza aceleradamente hacia el PACÍFICO, desplazamiento que está llamado a provocar el renacimiento de viejas civilizaciones, como las asiáticas, y el integral desarrollo de las que aún están vírgenes, como las nuestras. Con ello ha de completarse la órbita iniciada por la civilización MEDITERRÁNEA, cuya característica debió obedecer al concepto estático y planimétrico de las formas de un mundo que Homero concebía como un plano circundado de aguas y en cuyos costados, las montañas del Atlas y del Cáucaso, sostenían la bóveda celeste, entre cuyas nubes se escondía la cumbre del Olim-po, morada de los dioses.

Factores nuevos y poderosos para aquellas épocas provocaron como sucesión del proceso del Mediterráneo una era atlántica, cuyos estertores nos es dado presenciar después de varios siglos de feliz reinado. Aun cuando la tenacidad de Colón y la temeridad de Magalla-nes, el verdadero descubridor de Chile, establecieron la redondez de la Tierra, dando extraordinaria amplitud a las incursiones marítimas y a losdescubrimientosgeográficos,hechosquehancaracterizadoestaera, la barrera de las regiones polares –insalvable para la navegación– limitó el aprovechamiento del espacio bajo el punto de vista de las COMUNICACIONES, como si la forma esférica del planeta hubiese co-

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rrespondido, en el hecho, a un simple cilindro. La ANTÁRTICA o terra australis incógnita y el ÁRTICO imponían –respectivamente por el sur y el norte– un poderoso obstáculo para la CIRCULACIÓN, lo que pode-mosapreciargráficamenteenlaproyeccióncartográficadeMercator,clásica de la época, al revelarnos un mundo extendido horizontalmente y centrado en el Atlántico.

Si bien el esplendor atlántico dejó penosas huellas en el trans-curso histórico de Chile por la pérdida de la PATAGONIA y parte de la TIERRA DEL FUEGO, proceso sintetizado en aquello de “Argentina en elAtlánticoyChileenelPacífico”,nuevasypoderosasfuerzas,comoel aprovechamiento de la TERCERA DIMENSIÓN –la AÉREA– en el proceso de las comunicaciones y transportes, han venido a determinar transformaciones vitales, siendo una de ellas la incorporación de las REGIONES POLARES a la vida de relación y economía de los pueblos, y otra, el total desplazamiento del CENTRO DE GRAVEDAD del interés mundial, del Atlántico al PACÍFICO.

SituadoChilegeográficamenteenunadelasPOSICIONESCON-TINENTALESdemásextensasignificaciónGEOPOLÍTICA,comparablesólo a la de los Estados Unidos con su posesión de ALASKA, relacio-nada al ÁRTICO, epicentro del conglomerado continental euroasiático y americano; posición –la de Chile– de esencial importancia aérea y marítima por las derivaciones estratégicas y reguladoras de la CIRCU-LACIÓN (comercio), muy similar también a la del Japón en el hemisfe-rio norte, está nuestro país llamado a jugar una de las cartas o papeles más significativos en la POLÍTICA INTERNACIONAL del futuro, conalcance continental y mundial. Las solas posibilidades de extensión de su COMERCIO OCEÁNICO, permitirían compensar a su territorio continental lo que le falta en anchura y profundidad. Es otro de los an-tecedentes de inestimable valor en su conjunción con el PACÍFICO.

La universalidad de los fenómenos aparejados a las mutaciones y trastornos evidenciados en esta nueva cruzada en que el HOMBRE está empeñado en hacer “sobrenaturaleza” como tan acertadamen-te lo expresa Ortega y Gasset, sirviéndose de una técnica que posi-bilitará cruzar, o mejor dicho, dominar el PACÍFICO, y las hasta ayer inabordables REGIONES POLARES, con mayor celeridad de la que lograronparaatravesarelMEDITERRÁNEO laspoblacionesafinesasu civilización, vienen a plantear la adopción de medidas más urgentes y de iniciativas concordantes con los procesos en marcha. Sólo una posición de vanguardia reveladora de actitudes decisivas, mentales y materiales de tipo planetario e inspiradas en una verdadera FILOSOFÍA DE LA ACCIÓN, nos permitirá abordar en una forma especial, integral

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y dinámica, tan trascendente y decisivo momento en el devenir de la humanidad.

De ello deriva igualmente el imperativo de utilizar una CARTO-GRAFÍAapropiada–planisféricayespecial– losuficientementevitali-zada y ágil, capaz de mostrar con exactitud los verdaderos enlaces y conexiones (coyunturas) establecidas por la integral utilización de la esfericidad planetaria a través del OCÉANO AÉREO. Una CARTOGRA-FÍA trazada a base de proyecciones como la azimutal equidistante, que no obstante las deformaciones operadas en las masas circun-dantes más alejadas, permite apreciar o entender valores como el de la relación existente entre rotación terrestre, tiempo y longitud, y que anota fielmente distancias, direcciones y círculosmáximos, antece-dentes básicos de la GEOGRAFÍA de la CIRCULACIÓN AÉREA y que se impone como manera de golpear y despertar nuestras mentes aún mórbidamente adormecidas, no obstante las transformaciones revolu-cionarias del momento, en función del PACÍFICO. Un pronto aprove-chamiento de las “RUTAS DE CÍRCULO MÁXIMO”, las más cortas por su rectitud, impone la DESMERCATORIZACIÓN, no sólo de la CAR-TOGRAFÍA, sino que lo que es más determinante, de nuestras propias mentes, las que aún navegan por un mundo ya caduco, entre plano y cilíndrico, como el de las épocas mediterráneas y atlántica.

Bajo la presión de tan señeros imperativos plantéasenos especial-mente a los chilenos –HOMBRES del PACÍFICO– la urgente convenien-cia de una total revisión de conceptos y procedimientos que posibiliten unprontoadentramientoenlanuevaysignificativaimagenplanetariay que destaquen la importancia CONTINENTAL de este cambio. Es esta la mejor manera de apreciar en esencia lo que estas mutaciones aportan de trascendente a la situación del país. Sólo así advertiremos la conveniencia de admitir una AMÉRICA singularizada como extraor-dinaria entidad GEOPOLÍTICA, vigorosa en su potencialidad latente, y tajante en su técnica, cortando de norte a sur –cual TRASCEDENTE MERIDIANO DE LA HORA ACTUAL– a ese mundo planimétrico y ci-líndrico, añejamente extendido de oriente a poniente. Sólo así logra-remos desterrar caducas concepciones que continúan hablándonos deun“OCCIDENTE”queparanosotrosesgeográficamenteOriente,como de un Oriente, que en realidad es nuestro inmediato OCCIDEN-TE. Aun a riesgo de que pueda parecer irreverente, urge una termino-logía creadora, adecuada a las nuevas y vigorosas formas del pensa-miento y de la acción, que nos permita concebir nuestro continente comoel“HEMISFERIOAMERICANO”,llamadoainfluirpositivamenteen las estructuras que la humanidad procura como solución a sus pro-

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blemas.Conellopodremosestimarsintéticamenteenaltosignificadode la POSICIÓN POLARIZANTE y CATALIZADORA del CONTINENTE, entre una Europa agonizante y continente asiático, cuyo despertar no parece de los más tranquilos, a juzgar por los fogonazos de Corea e Indochina. Aceptado este planteamiento, no será difícil apreciar en su exacta trascendencia el significadoGEOPOLÍTICO –compartido porCHILE y los Estados Unidos– de poder abrazar o atenazar, con las an-tenas de Alaska y de nuestras posesiones antárticas, al PACÍFICO, epi-centro geopolítico de los grandes acontecimientos de un nuevo mundo en estructuración.

poSición geoeStratégica de chile en relación con el pacífico Sur Según el autor

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Si reflexionamos con espíritu visionario, enfrentados a MAPAScomo el que de hace tiempo procuramos vulgarizar y en el que se muestra la “Posición GEOPOLÍTICA de CHILE en su relación al PACÍ-FICO”, valiéndonos de la proyección azimutal equidistante, centrada en el gran océano –máximo OBJETIVO POLÍTICO en las aspiraciones de la lucha actual– comprenderemos que las cosas han cambiado mu-chísimo más de lo que nuestra conformidad musulmana aprecia. Una meditaciónmáshondaafirmadaen lasproyeccionesdeestanuevacartografía,nosdescubriráigualmentelasrazonesofactoresinfluyen-tes o inspiradores de gestiones o actividades políticas, económicas, socialesomilitares,comolasqueagitanalpaís,obuscanmodificacio-nes estructurales mediante una presión fronteriza poco común.

No parece digno –ni siquiera prudente– continuar aferrados a mentalidades como las del año 10, el de nuestro centenario, en que nuestro buen profesor de geografía nos describía un Chile alambicado entre una mole andina intrascendente, no obstante ser nuestro sagra-dobaluarte,yunPacíficoquenadadecíaanuestraimaginaciónaúnvirgen,enrelaciónconloquepuedasignificaralprogresodeunpaísesencialmente marítimo. Pensamos que juntamente con repudiar con virilidadciertacartografíatendenciosa,infiltradaperiódicamenteenelpaís con intolerables alteraciones, se impone una intensa “alfabetiza-cióngeográfica”queempiecepordesterrardescripcionescomo lasque han nutrido el pensamiento y la formación cívica de las juventudes según las cuales: “Chile sería sólo la angosta faja de tierra que se ex-tiendeentrelacordilleradelosAndesyelocéanoPacífico,desdelos17º 47’ hasta los 56º de latitud sur, esto es, desde el río Sama hasta el Cabo de Hornos…”, como rezaba la que inspiró nuestra generación.

Si miramos el MAPA a que aludimos –aceptando que la carto-grafía es el elemento básico de toda esta elaboración GEOPOLÍTI-CA– nos daremos cuenta inmediatamente (está proyectado, el mapa, paramentalidades infantiles, afindequeseentiendacon facilidad)de que CHILE, al haber incorporado sus REGIONES POLARES (mar, cielo y territorio de nuestro casquete ANTÁRTICO) y ocupar uno de los ARCOS LITORALES DE MAyOR TRASCENDENCIA EN EL PACÍFICO, complementó sus 741.767 km2 de superficie continental americanacon los 1.250.000 km2 que representa, aproximadamente, nuestro TE-RRITORIO ANTÁRTICO, cuyo principal epicentro podemos ubicarlo en BASE O’HIGGINS, levantada ex profeso en pleno territorio polar, como inequívoco símbolo de nuestra inalienable y tradicional SOBERANÍA.

Viejos y apresurados conceptos daban a Chile una extensión li-toral apreciada en aproximadamente 5.000 km como acusan algunos

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textos de estudio: no obstante, la exacta situación de sus importantes RESPONSABILIDADES en el PACÍFICO le señala absoluta autoridad y SOBERANÍA sobre aproximadamente 8.525 km de extensión marí-tima litoral, debidamente estimados los 3.525 km de litoral ANTÁRTI-CO. De tan señalada responsabilidad debe responder en las regiones polares la BASE NAVAL DE SOBERANÍA, instalada en el archipiélago de las Shetland del Sur, archipiélago que comprende, entre otras, la ISLA DECEPCIÓN, una de las más importantes por la seguridad de sus fondeaderos y posibilidades para la aviación en aquellas latitudes, isla, además, que desde tiempos inmemoriales sirviera de BASE a los loberos y balleneros chilenos que desde MAGALLANES constituyeron una verdadera legión de pioneros en tan arriesgadas faenas.

Bases en el Territorio Antártico Chileno.

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Pálido resulta aún en importancia lo dicho, si apreciamos con se-veridad lo que dice referencia al extremo GEOGRÁFICO de nuestros LÍMITES; sólo necesitamos una última y muy ligera ojeada sobre el MAPAparacomprenderlasinfinitasderivacionesplanteadasalconsi-derar nuestro límite austral, que no está precariamente enquistado en elCabodeHornos,sinoporelcontrario,enelPOLOSURGeográfico,como corresponde por DERECHO e imperiosa tradición.

Es creciente y excepcional la importancia de afianzar nuestrosLÍMITES, reforzados por DERECHOS históricos y jurídicos poco co-munes, y que alcanzan hasta el POLO SUR geográfico, centro deconvergencia de los cuadrantes antárticos aceptados en GEOGRAFÍA POLAR,ypertenecientesaimportantesnacionesafinesalsistema,loque viene a crear al país vinculaciones de notoria trascendencia. Así, por ejemplo, si bien el simple y futuro desarrollo de las grandes RU-TAS AÉREAS INTERCONTINENTALES, llamadas a unir AMÉRICA con los pueblos del PACÍFICO–SUR –ASIÁTICO, deberán necesariamen-te muchas de ellas sobrevolar la ANTÁRTICA y pasar a lo largo de nuestro territorio, indicado para constituir de por sí el más poderoso AERÓDROMO CONTINENTAL ANTÁRTICO, la sola convergencia en el POLO SUR nos avecina con países como NUEVA ZELANDIA, AUS-TRALIA y los mismos Estados Unidos, en quienes debemos suponer por lógica, futuro interés en territorios polares, como “Little America”, en el mar de Ross, sector del PACÍFICO en que ha realizado excepcio-nales exploraciones y experiencias con extraordinarios levantamientos aerofotogramétricos bajo la habilísima dirección del Almirante N.A.R. Byrd. De tan señalada vinculación AÉREA, como de los innumerables aspectos políticos, económicos, sociales y estratégicos directamente vinculados a las particularidades de esta nueva CARTOGRAFÍA o ERA AERONÁUTICA, debe responder la Fuerza Aérea chilena, con su BASE avanzada en BAHÍA PARAÍSO, asegurando la SOBERANÍA AERONÁU-TICA DE CHILE en sus REGIONES POLARES.

En consecuencia, del CHILE intrascendente que hasta ahora poco advierte la virtud telúrica de su condición ANDINA, férreo espaldón de la nacionalidad y amplia y excepcional proyección sobre un PACÍFICO al que apenas conjugábamos con un litoral aproximado a los 5.000 km, debemos urgentemente pasar a lo que en otros ensayos anteriores hemos descrito como “5.000 km de costa que corresponden, aproxi-madamente, desde Arica hasta el Cabo de Hornos; 900 km de mar, aguas comprendidas por nuestro PASO DRAKE en particular, y que involucra una continuidad de la patria entre la boca oriental del CANAL BEAGLE y la isla Schackleton (del grupo de las islas Piloto Pardo) en

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la ANTÁRTICACHILENA; y, finalmente, los litorales de la PenínsulaAntártica: 2.175 km en el Mar de Bellingshausen y 1.350 km en el Mar de Weddell”.

Si de las realizaciones de antaño surgió una “estrategia del Atlántico” que no nos fue favorable, todo, por el contrario, parece anunciarnos HOy la posibilidad de restituciones reparadoras deducidas del PRO-GRESO y engrandecimiento que avizora, con mayor alcance y contun-dencia, una “ESTRATEGIA DEL PACÍFICO”, tomado el concepto de “estrategia” desde un enfoque integral de las actividades, sean las de la paz o de la guerra.

Nodeseamosponerporahorapuntofinalaestassugerenciassinantes insistir en la urgencia de una POLÍTICA OCEÁNICA CENTRADA EN EL PACÍFICO, como la mejor manera de realizar la evidente posi-bilidad de constituir en el HEMISFERIO ANTÁRTICO de AMÉRICA una POTENCIA DEL PACÍFICO SUR ANTÁRTICO. El notable ensancha-miento del HORIZONTE GEOGRÁFICO de la nueva era, debidamente conjugado a nuestra EXCEPCIONAL UBICACIÓN, impone proyectar intensamente la ACCIÓN POLÍTICA DE CHILE a base de sus POSE-SIONES ANTÁRTICAS y sus DOMINIOS OCEÁNICOS, como JUAN FERNÁNDEZ, DIEGO RAMÍREZ y muy especialmente PASCUA.

Si la inquebrantable FE que nos anima al presentir el trascendente DESTINO que nuestra PATRIA bien merece, hace carne en el cora-zón de todos los chilenos, no resultará quizá utópico ir pensando en un lógico aumento de nuestro poder de ultramar, adentrándonos en OCEANÍA. Un trato oportuno con Francia, a base de compensaciones COMERCIALES (nitratos, cobre, acero, etc.) podría darnos la pose-sión de parte del archipiélago de las TUAMOTU que pudo ser nuestro si el General Freire, buen amigo de la reina Pomaré, hubiese tenido la visión oceánica y polar del libertador y gran demócrata, el General O’HIGGINS.

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lA ANTáRTICA. VISIONARIA APRECIACIÓN DEl gENERAl O’HIggINS

El siguiente trabajo fue publicado en la Revista Geográfica de Chi-le, Nº 14, 1957, pp. 61-75. En este se destaca la visión del Libertador O`Higgins, que proclama la necesidad de considerar el Polo continua-ción natural del territorio chileno. Esto consolida una imagen territorial previa, ya inserta en la descripción de Alonso de Ercilla en “La Arau-cana”, de considerar el talante antártico de nuestro país. Para Cañas Montalva esto relaciona de modo continuo y sin sombra de dudas el territorio nacional con el Polo Sur, y fundamenta históricamente la pro-clamación del Territorio Antártico Chileno.

Documento base de sus reflexiones es la carta al comandante Coghlan de la Real Marina británica, de 1821, en que el Libertador dis-tingue entre el Chile “viejo” y “nuevo” diciendo que “Chile posee evi-dentemente la llave del Atlántico desde el grado 30 de latitud sur hasta el Polo Antártico y de todo el gran Pacífico”. La distinción de Chile nuevo y viejo proviene del mapa de Cano y Olmedilla de finales del siglo XVIII que representa la zona tradicionalmente atribuida a Chile como “viejo”, y el Chile “nuevo” tras los Andes, abarcando vastas porciones de la actual Patagonia argentina.

General RAMÓN CAÑAS MONTALVA

“Chile, viejo y nuevo, se extiende en el Pacífico desde la bahía de Mejillones hasta Nueva Shetland del Sur en latitud 65º Sur; y en el Atlántico desde la península de San José en latitud 42º, hasta Nueva Shetland del Sur; o sea, 23º que añadidos a 42º en el Pacífico, hacen 65º, o sea, 3.900 millas geográficas, con una superabundancia de excelentes puertos en ambos océa-nos”. General O’Higgins.-Carta al capitán Coghlan de la Marina Real.-1832.

En abril de 1940, aprovechando la presencia del señor almiran-te Byrd, con quien tratamos los considerandos de una “tesis” personal –inspirados en la visionaria apreciación del General O’Higgins– sobre los “DERECHOS DE CHILE EN LA ANTÁRTICA”, decíamos, en un artículo

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publicado en el diario “La Verdad”12 de Punta Arenas, al “fijar los límites que nos parecían en justicia”:

“Chile, debe hacerse presente junto a las potencias que recla-man, propiedad, sobre el hemisferio polar austral, fijando, taxa-tivamente, los lógicos límites de su propiedad; aun cuando sus modestos recursos, no le hayan permitido hasta ahora –intensifi-car los actos de soberanía, que fuere menester– o haber dado a esas regiones, el giro comercial que ofrecen…”.

Porsuparteelgobierno,afinesdeeseaño,establecíasuencua-dramientodefinitivopordisposición1747,de6denoviembrede1940,al decretar:

“Forman la Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico, to-das las tierras, islas, islotes, arrecifes, glaciares (pack-ice) y de-más, conocidos y por conocerse, y el mar territorial respectivo, existente dentro de límites del casquete constituido por los me-ridianos 53º longitud Oeste de Greenwich y 90º longitud Este de Greenwich”.

Compenetrados, hoy más que nunca, de su importancia no sólo económica, sino estratégica, procuraremos bosquejarlas, remitiéndo-nos con mayor detalle, al sector nacional de ese VI Continente; comple-tando así, la exposición general de la “Zona Austral Antártica”, sobre la que hemos venido sosteniendo derechos de orden político, econó-mico, social y militar, que estimamos fundamentales al desarrollo, que para ellas, reclamamos.13

No hace mucho, un distinguido visitante, hombre de estudios y geógrafo, maravillado ante el adelanto y bellezas de estas tierras (Ma-gallanes), nos decía: “De cien personas amigas a quienes mostráramos una fotografía de acá, 99 no acertarían a determinar la latitud de algo tanmagnífico…”.Paraquieneshemosadentradoensuestructuracióny potencial geográfico, auscultando el reflejo de acondicionamientotan extraordinarios, podemos aceptar, en cierto modo, este absurdo desconocimiento de los que no han pasado más al sur del paralelo 42;

12 Ver Anexo Nº 1. –Diario “La Verdad”. Punta Arenas– 1 de abril 1940 y 11 de no-viembre de 1940. Revista Destacamentos Australes.

13 “Zona Austral Antártica”. General Ramón Cañas Montalva. Memorial del Ejército de Chile Nos. 202, 203, 204, 205, 206, 207, 210.

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sin embargo, si este antecedente cultural relacionase, proporcional-mente, al desconocimiento que evidencian las gentes de esta propia tierra, con referencia a las bien próximas, como interesantes regiones antárticas, no debiéramos sorprendernos.

Polo Sur, mares antárticos, Graham (Tierra de O’Higgins), Palmer, etc.,eran,hastahacepoco,términosdenomayorsignificaciónalaspreocupacionesgeográficas,políticasoeconómicas,deungransec-tor de la opinión pública nacional. Puede decirse, que, su conocimien-to e interés, no había sobrepasado los umbrales de los centros cientí-ficos,odeempresascomercialesballenerasmagallánicas,cuyalaborhacia la Antártica, el país ha de agradecer algún día en la proporción que bien merecen.

Si procuramos un análisis justo al comentario de estas materias, debemos destacar invariablemente, y señalar como nos ha ocurrido en las investigaciones de casi todos los sectores de la “zona austral an-tártica”, la “inconcebible postergación oficial mantenida”. Como no es posible,abordareltema–procurandodefinirderechosopropiciandouna política visionaria– sin dejar de exaltar la actitud ejemplarizadora del General O’Higgins, nuestro gran estadista. A él debemos prefe-

Territorio polar antártico. Postal fotográfica del archivo del general Cañas Montalva.

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rentementelaestimacióndelosvaloresgeográficosdelaposicióndeChile, como lo hiciera, al señalar –apoyado en la realidad, la tradición y el derecho– postulados inalienables, que, su imponderable espíritu advertía cuando se trataba de la patria o el continente, que tantos des-velossignificaronasucorazóndeamericanista.

Chile antártico, enmarcamiento aborigen, vigoroso y puro, que el gran poeta y Capitán don Alonso de Ercilla, haciendo honor a la hidal-guía de su raza, viril y franca, no podía sino reconocer al cantar, con las sentidas voces recogidas en el confín del continente, donde alcanza-ran su inquietud y su fama:

“Chile, fértil provincia y señaladaEn la REGIÓN ANTÁRTICA FAMOSA

De remotas naciones respetadaPor fuerte, principal y poderosa;

La gente que produce es tan granada,Tan soberbia, gallarda y belicosa,

Que no ha sido por rey jamás regidaNi a extranjero dominio sometida”.

y si el enmarcamiento antártico que el inspirado Ercilla diera a Chile fuera poco, no obstante lo que la propia naturaleza ha deter-minadoensuconfiguracióngeográfica,reforzadaporlacontinuacióninconfundible de sus mares y montañas hasta el último rincón del sue-lo patrio, enquistado en el círculo polar allí están las narraciones del padre Rosales, madrileño de la Compañía de Jesús, quien, relaciona la Antártica a nuestros límites territoriales en atrayentes descripciones hechas en el siglo XVII en su Historia General.

A su vez, el intrépido Valdivia, Juan B. Pastene, Ulloa, Ladrille-ro, O’Higgins, Bulnes, y otros14 habían consagrado con sus temerarias empresas, el sentimiento de la propiedad hacia latitudes, cuyos últi-mos grupos aborígenes aún se cobijan al calor de nuestra bandera.

No podía, pues, escapar a la inquietud creadora de esos hombres la idea de aquella época, que consideraba, al “continente antártico” como una prolongación de la Tierra del Fuego hasta el Polo Sur. (Des-cripciones y mapas del siglo XVI). Hasta ese “Polo opuesto al Antárti-co”, como dice su nombre derivado del griego “ant” = anti, contra; y de

14 “Fundación de la Colonia en Fuerte Bulnes”. Gral. Ramón Cañas Montalva. Diario El Magallanes. 21 septiembre 1931.

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“aktos” = oso, polo. Es decir, opuesto al hemisferio ártico donde reina la constelación de la Osa Mayor. Ni tampoco les podían ser indiferentes las Reales Cédulas de Carlos V, adjudicando al Reino de Chile: “Lo que está de la otra parte del Estrecho de Magallanes”. Tan señeras disposiciones dictadas en favor de Chile a través de los adelantados Pedro Sánchez de Hoz y Jerónimo de Alderete, establecen taxativamente, el origen de la propiedad, sobre la cual el General O’Higgins había de trazar sus sor-prendentes planes, fervoroso de la grandeza y seguridad continental. Celoso de los ideales democráticos que como nadie encarna inconfun-diblemente en esa época –sostiene postulados– que han de hacer de su patria, y de esta América nueva, el más promisorio de los continentes a la felicidad humana.

O’HIGGINS Y LA ANTÁRTICA –Si bien algunas referencias posi-blesdeinvolucrarenelpasadodelasrelaciones–oficialesosemiofi-ciales– guardadas por Chile con esos territorios, revelan claramente, la estimación de sus naturales e inalterables derechos; pocas actitudes reflejan,másdecididamente,elconceptodesupropiedadqueelpen-samiento del visionario estadista y general cuyos desvelos, interés, y resguardo de estas regiones, ocuparon su mente y corazón, hasta el momento en que expiraba.15

O’Higgins, pensador profundo, como temerario guerrero, al pene-trar el acondicionamientogeográfico, como la extraordinariaposicióncontinental de tierras y de hombres, prometedoras al progreso y gran-deza de la república, no podía sino realzar, como lo hizo en toda su amplitud, el privilegio de su suelo, y de sus rutas marítimas mundiales, cuyos litorales bañaban dos grandes maravillosos océanos. No podía, pues, escapar a sus sanas inquietudes, la conveniencia, de asegurar para Chile, todo cuanto suponía estimable al futuro de lo que su ven-turoso y fervoroso patriotismo forjara; ni podía escaparle, el verdadero valor, de tierras y de mares, cuya envidiable posición asegurábanle, de hecho, incalculable importancia. Es por eso que, sobrepasando los lí-mitesdelinterésnacional–procuraoaconseja–enatinadasreflexionescontinentales,“crearcentrosdevida”,tendientesaintensificareltráficointernacional del “Estrecho de Magallanes”; ruta mundial, que, con acer-tada lógica, vislumbra grandiosa en su aprovechamiento, como el de las amplias y naturales vías que le complementan (Beagle-estrecho Drake).

15 “Tradición y Gratitud”. Gral. Ramón Cañas Montalva. Diario El Magallanes. 24 de octubre de 1936.

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Pero, si estimable y grande, nos parece su interés hacia la ocu-pación inmediata de la región magallánica, pujante obra que años más tarde ha de realizar su lugarteniente el general Bulnes; más sorprende aún su clarividencia, al pasar los derechos que a Chile asisten sobre zonas que nunca debieron haber pasado inadvertidas, a la responsa-bilidad de los hombres que han tenido en sus manos, más tarde, la dirección del país. Para él, nuestro límite austral, alcanzaba al sexto continente, como hoy se le llama a la “ANTÁRTICA” o “TERRITORIO CHILEANTÁRTICO”, como queremos llamarle, buscando un nombre quesinperder–enexpresióngeográficacomoenpropiedadpolítica–facilite la denominación del sector chileno.

ElarchivodelForeignOffice,deLondres,conserva,traducidopordon Carlos Silva Vildósola, uno de los documentos, más expresivos y valiosos al tenor del pensamiento, que O’Higgins sostuviera, con rela-ción a estas latitudes; y a los derechos soberanos de Chile.16 El docu-mento escrito en inglés, con letra del propio O’Higgins según reza la relación que hace don José Miguel Irarrázaval en su interesante obra “Patagonia”, aunque atribuido por este a un amigo, aun cuando aprue-ba su idea, fue enviado como anexo, en carta dirigida desde Lima con fecha 20 de agosto de 1831, al capitán Coghlan de la Real Armada Inglesa,quienlaentregóatanaltareparticiónoficial.

Dicho manuscrito, cuyo título es: “Bosquejo comparativo de las ventajas naturales y de otra especie, que poseen los Estados Unidos y Chile, respectivamente, para constituir una potencia marítima de pri-mera clase en el Nuevo Mundo”, manifiesta taxativamente con atención a los “límites y jurisdicción sobre tierras del continente antártico”:

“Chile, viejo y nuevo, se extiende en el Pacífico desde la bahía de Mejillones hasta Nueva Shetland del Sur en latitud 65º Sur; y en el Atlántico, desde la península de San José en latitud 42º, hasta Nueva Shetland del Sur; o sea, 23º que añadidos a 42º en el Pacífico hacen 65º grados, o sea, 3.900 millas geográficas, con una superabundancia de excelentes puertos en ambos océanos, y todos ellos salubres, en todas las estaciones. Una simple mirada al mapa de Sud América basta para probar que Chile, tal como queda descrito, posee las llaves de esa vasta porción del Atlántico Sur …” .

Así pensaban y hablaban, al determinar las posibilidades de la patria, los hombres, a quienes jamás alcanzó “el derrotismo”, pese, al

16 Papeles de O’Higgins. Un proyecto de Alianza Chileno–Británica. Carlos Silva Vil-Carlos Silva Vil-dósola. Revista Chilena. Año VII. Tomo XVII. Nº 78.

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dolor de la incomprensión; o a las ingratitudes, que, procuraron señe-ramente, doblegar su fortaleza de verdaderos soldados.17

gENERAlIDADES

Si bien es cierto que, a base de exploraciones realizadas, diversos países reclaman derechos territoriales en el continente polar, cierto es, asimismo, que, a ninguno favorecen como a Chile razones de: similitud yaproximacióngeográfica;históricas,desprendidasdevisionariasde-mostraciones limítrofes,comodegestaciones,oficialesyparticulares,en pro de su desarrollo. Si las extremidades australes de continentes como África y Australia no alcanzan al paralelo 40º, que entre nosotros corresponde a Valdivia paralelo que corta a Nueva Zelandia, nuestras solas tierras continentales sobrepasan considerablemente esa latitud. Para darnos una aproximada idea de las ventajas inapreciables, radica-das en el hecho de su cercanía, procuraremos algunas comparaciones.

17 Magallanes: “El general Manuel Bulnes”. Ramón Cañas Montalva. Artículo publica-do en el Diario “El Magallanes”, el 30 de enero de 1939. El explorador norteame-ricano, almirante señor Byrd y el general Cañas, con motivo de su visita a Punta Arenas, en abril de 1954.

Situación geoestratégica de la Antártica.

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La más meridional de las islas de Nueva Zelandia, cercana al pa-ralelo 47º S, tierra que sigue en proximidad a las nuestras, dista aproxi-madamente 2.200 km del “Círculo Polar Antártico”, línea que tomamos por base en esta relación.

Por su parte Australia, en dirección casi opuesta a la nuestra, al otro lado del polo, dista poco más de 3.000 km; y África meridional, cuyo extremo es el cabo Aguhlas en latitud 35º S, latitud correspon-diente a Curicó, se aleja alrededor de 3.500 km del Círculo Polar, si-tuado en los 63º 33’ S; mientras a nuestro Cabo de Hornos le separan sólo unos 1.400 km.

Si las 600 millas que aproximadamente, separan el Cabo de Hor-nos de los primeros islotes de la Antártica, las comparamos a las 3.600 millas que dista Valparaíso de la Isla de Pascua, estimamos que su alejamiento no es para atemorizar a nadie, ni para correr los riesgos que se suponen si se toman los resguardos, que la condición especial de esos mares exigen. Tierra de Graham, islas Shetland y otras, a las que hace referencia el célebre documento que liga la personalidad de O’Higgins a estas zonas, sólo se alejan los ochocientos kilómetros que significancruzarnuestro“estrechodeDrake”.

Resaltando en extraordinaria similitud de conformación con Tie-rra del Fuego, proyéctase en dirección opuesta, la Tierra de O’Higgins o de Graham, la que como espolón avanzado del continente antárti-co, parece proyectar un puente sobre nuestro estrecho de Drake. y comoparaquenadafalteasucoincidencia“morfogeológica”, infi-nidad de islas, islotes, arrecifes y témpanos de caprichosas formas y extraordinario tamaño, completan su estructuración. Entre los gru-posmencionados,destacándose islasdehistóricosignificadoparanosotros como la “Elefante” del grupo de las “Piloto Pardo”, donde recaló la “yelcho”; y la “Decepción”, con Puerto Foster, que sirviera de principal base, a nuestras temerarias y emprendedoras compañías balleneras.

Silaestructuracióngeográficadeesefilónquehemosdenomina-do “Territorio CHILEANTÁRTICO”, acusa notable similitud morfológica con su vecina, nuestras tierras fueguinas y región del Cabo de Hornos; su condición geológica, completa notablemente esta relación.

Según los geólogos Priestley y Tilley: “Morfológicamente la Tierra deGrahamseyerguecomolaimagendelaPatagonia,reflejadaenunespejo, al otro lado de las profundas aguas del estrecho de Drake”.

Por su parte, el profesor H. Actowski, miembro del personal cien-tíficodelaexpediciónantárticabelga,ensuinteresanteestudiosobrelosGlaciers,manifiesta:“Meparecemuyprobablequeelconjuntode

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las tierras antárticas descubiertas hasta el presente, al sur de la Amé-rica, pertenecen directamente al continente polar, formando: las tierras de Alejandro, de Graham, Danco y la tierra de Luis Felipe, un sólo lado de una gran península de la Antártica.

“Laconfiguracióngeneraldeestastierrasydelosarchipiélagosque la bordean, presentan una analogía impresionante con el extremo meridional de la América del Sur”.

“Laanalogíaexisteigualmentebajoelpuntodevistaorográfico,siendo esta analogía orográfica,mayor aúnque la configuracióndelas dos tierras. Al sur como al norte del gran “CANAL ANTÁRTICO” que separa el Cabo de Hornos de las Shetland meridionales, las dos penínsulas, están festonadas de archipiélagos que bordean las costas, dandocaraalocéanoPacífico,yque,porsurelieve,comoconstitu-ción geológica, pertenecen al sistema de las cadenas de montañas continentales”.

Agrega el mismo autor: “Desde el punto de vista geológico, la analogía entre estas montañas y los Andes meridionales es real”.

Los trabajos de Nordenskjold han aumentado los argumentos en favor de esta tesis, lo que permite preguntarse con cierto derecho, si ellas no son una simple prolongación de esta gran cadena de monta-ñas, que se han continuado hasta la “Antártica”. Dicha teoría ha sido posteriormente completada y sostenida, por Gunnar Anderson, del Ins-tituto de Upsala. La sola denominación de “ANTARTANDES” o “Andes Antárticos” propuesta por el profesor Nordenskjold para las montañas de “Tierra de O’Higgins” (Graham), atestiguan esta teoría.

Ensíntesis,suextraordinariasimilitudgeográficaymuyparticu-larmente,ladesusaspectosglaciológicos;abundantementedefinidosdesde los nevados y ventisqueros del monte San Valentín (provincia de Aisén) al Cabo de Hornos (hielos continentales); son informaciones científicasdepeso, a la consideraciónde losderechosqueaChileasisten para preocuparse, con especial interés sobre zonas –que no puedencontinuarsinser incorporadasdefinitivamente–alcampodela vida nacional.

Basados en estas tesis, nada deben extrañar las posibilidades mi-neralógicas de que se comenta a través de las especies encontradas: carbón, cobre, hierro, cuarzo, oro y un mineral llamado “Titanio”, como de los centenares de otros metales que se le suponen.

Scott asegura haber analizado vetas de verdadero carbón inme-diatasalasuperficiedelatierra,comocantidaddefósiles,enlamo-rrena del monte Burckleu. Las regiones árticas, por su parte, son ricas en hulla, todo lo cual, nos permite avizorar para la Antártica, ricas posi-

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bilidades comerciales no lejanas, acrecentadas aún, si existe petróleo, como se ha sostenido.18

Conatenciónasuflora,aunquelimitadaengranparteacripto-gramas,representadapormusgosylíquenes,sehanclasificadodosespeciesdefanerógamas(floresvisibles)ynoestimamosdifícillaacli-matación con posterioridad de otras plantas a base de semillas experi-mentadas en zonas árticas como Noruega, Rusia, Groenlandia.

En contraste con la pobreza de la vegetación, muéstranos una bien provista fauna, especialmente marítima. Junto a los pingüinos, gaviotas antárticas y al majestuoso albatros, abundan corpulentos ce-táceos. Sabemos, además, que la propia Expedición Byrd, encontró numerosas especies de erizos, estrellas, mejillones, algas, etc., traídas en interesante colección para museos.

Las actuales tendencias de mejoramiento climatérico, pese a las reducidas observaciones recogidas, lo que nos permite determinar con exactitud sus variaciones, nos hacen suponer, mayores posibilidades de vida. Hay antecedentes para estimar que, la benignidad del clima, es otro de los aspectos favorables del territorio antártico encuadrado en los límites nacionales. Mientras en el Mar de Ross se han observado temperaturas medias de 6º en el mes más cálido, -38º en el mes crudo y -28º como término medio anual, en Tierra de Graham, en Snow Hill, a los 64º 30’ S, se registran solamente 0º, en buen tiempo, -20º, como más bajas, y 11º anual.

Unode losoficialesparticipantesen laúltimaExpediciónByrd,manifestaba al respecto: “La zona en que estuvimos es perfectamente habitable en verano, sin necesidad de emplear elementos especiales; la temperatura más baja que hubimos de soportar fue de 12º bajo cero, pero esto no es común: la media fue de 1,4º bajo cero y la máxima de 6º sobre cero”. Agrega que durante las tres semanas que permaneció el “North Star” en la bahía Margarita sólo tuvo que soportar cuatro temporales, cuya duración varió entre veinticuatro y cuarenta y ocho horas, algunas veces acompañados de nieve; estima de que son fre-cuentes los días de calma y sol brillante.

Por su parte, el capitán don Claudio Vío Valdivieso, de nuestra Marina de Guerra, último en visitar esta región en febrero de 1943, dice, entre interesantes y promisorias declaraciones sobre su viaje:

18 “El Petróleo ante la Defensa Nacional –General Ramón Cañas Montalva”. Memorial del Ejército Nº 210.

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“Fondeamos en puerto Melchior, en plena Antártica. Captamos panoramas fantásticos con un sol magnífico que ponía delicadas tonalidades de color junto a la nieve; las focas retozaban sobre los témpanos, indiferentes y dueñas absolutas de esta singular natu-raleza; los pingüinos adoptaban una cómica gravedad y los petre-les se mezclaban con las gaviotas de todos los mares”.

Como podrá apreciarse, un panorama que de todo tiene, menos de desolador.

La situación de alejamiento, como la mayor proporción de mares circundantes a las tierras del continente antártico, le han rodeado, hasta ahora, de esa errónea condición de inutilidad –o tierra de na-die–cuyaimpresiónhemostratadodemodificar,comolohacemoshoy a través de este ligero estudio. No debe, pues, impresionarnos, la crudeza de sus soledades y de sus nieves; y menos aún su simple alejamiento, toda vez que la distancia, no es factor preponderante en la solución de problemas de mayor estimación como surgen, de su posible desarrollo económico–social.

El sexto continente, o continente polar antártico es, pues, una concreción geográfica, de tierras montañosas en gran parte; que,aun cuando nieves perennes le cubren en notable proporción, cuen-ta, con sectores perfectamente accesibles a la vida, y al desarrollo de actividades industriales de valor. Mar de Ross en los meridianos que enlazan a Nueva Zelandia; Tierras de Adelia, de Victoria, Sabrina, entre las que enmarcan a Australia; las de Enderby en las cercanías de África; y las de Alejandro I, Tierra de O’Higgins (Graham), Luis Fe-lipe y Shetland, en las inmediaciones de nuestro continente, ofrecen por su conformación, condición geológica, y especies que la habi-tan, marcadas posibilidades a la radiación de mayor vida humana. En todo caso, sus condiciones climatéricas, no son más desfavorables que las que caracterizan a otras regiones, ya en explotación, en las cercanías del Polo Norte.

Con atención al clima, factor preponderante en la distribución del hombre sobre la tierra, y aun cuando las muy escasas observa-ciones meteorológicas de la Antártica, no permiten establecer leyes precisas en su evolución, las obtenidas para el hemisferio septentrio-nal, nos aseguran visible mejoramiento. Detenidos registros indican que las temperaturas de las tierras nórdicas han aumentado visible-mente en los últimos años, especialmente, en el sector de Spitzberg. Hay también quienes aseguran, que el clima de la región magallánica es cada vez mejor.

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Según el profesor R. Scherhag, las causas que motivarían el me-joramiento observado en las zonas norte se deberían: a) aumento de la temperatura de la corriente del golfo, fenómeno observado en el MardeBarentz,enlaGroenlandiaoriental,yotrospuntos;b)modifi-cacionesenlacirculaciónatmosférica.Severificóunaintensificaciónde las zonas de alta presión y, por lo tanto, la circulación atmosféri-ca ha aumentado; c) aumento de la temperatura durante los últimos años. Desde 1918-19 se ha notado en Spitzberg notable aumento. Su intensificaciónseconsiderade3,8ºentérminosgeneralesduranteelprimer decenio y en 9º en los años siguientes; habiéndose observado en Berlín durante el verano de 1938 el más caluroso desde que exis-ten observaciones regulares, agrandándose que en Leningrado se apreció el de ese año, como el de más alta temperatura desde hacía un siglo.

Concluye la observación manifestando que el fenómeno, no está limitado, seguramente a una zona en particular, sino que debe ser relacionado con el caldeamiento general de la atmósfera terrestre, lo que alcanzaría, pues, a nuestras regiones antárticas.

No obstante los hielos que cubren todavía ese continente, la exis-tencia fósil, de vegetaciones correspondientes a épocas benignas re-lacionadas con otros fenómenos, permite suponer su constante me-joramiento. Torpe sería negar las posibilidades de aprovechamiento futuro,deunsectordelatierracuyasuperficieenmarcadaenelcírculopolar, bordea los 21.000.000 de km2 concretando a unos 14.000.000 km2lasuperficiedesustierraspropiamentedichas.Tierrascuyaalturamedia de 2.000 m sobre el nivel del mar, formando una planicie de no pocas y despreciables elevaciones, registran cumbres como el volcán Erebus en actividad, de 4.000 m circundando el polo, ofrecen, más a menudo de lo que se supone, los acantilados del litoral, bahías y muy regular resguardo a las comunicaciones. Gran parte del interior está aún inexplorado, como, asimismo, sus costas, lo que hace descono-cer la calidad y cantidad efectiva, de sus recursos, aun cuando hay en abundancia especies marítimas, y algunos minerales como carbón, ya determinados.

Su forma un tanto redondeada, muestra irregularidades bien marcadas, en las profundas ensenadas formadas por el Mar de Ross donde se presenta la más imponente de las barreras heladas, en el Pacíficooriental;yeneldeWeddell,frentealAtlántico,configuraciónque ayuda a determinar su condición de continente, frente a la vieja suposición de mar helado u océano glacial antártico, como se le de-nominaba.

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DERECHOS JURÍDICOS Y ACTUACIONES DE CHIlE HACIA El CONTINENTE ANTáRTICO

Hemospuntualizado las enmarcaciones geográficaspolaresdenuestro país, relacionando a Chile continental con esos territorios, cuya morfologíaycontigüidadgeográfica,lessitúan,como“naturalcomple-mento de nuestras tierras fueguinas, admirablemente trazadas por su inconfundible cordillera, ramal antártico de los Andes”. Las de Ercilla, el padre Rosales, y el trazado de los límites por el general O’Higgins, forman un poderoso documental a los inalienables derechos de Chile, junto a las iniciativas nacionales, de exploradores, empeñados en al-canzar el último confín austral, como constan las Reales Cédulas de estos dominios. Asimismo, la posición inconfundible de nuestros pue-blos aborígenes, navegantes por excelencia, cuyo soberano derecho de pertenencia altivez, jamás permitió cesiones a pueblo alguno de la tierra, es otro antecedente valioso que considerar. Pero, si tan señeras manifestacionesnofueransuficientesa la invocaciónde lassobera-nías ejercidas por Chile, otros actos y gestiones más recientes, po-nendemanifiestoestapolítica,realzandolaspreocupaciones,jamásdormidas, de los que como O’Higgins, han sabido estimar nuestros derechos.

Don Luis Riso Patrón, reputado geógrafo chileno cuya valiosa ac-tuación en el asunto de límites con la Argentina, es de todos conocida, destacando los derechos de Chile y el valor de esa zonas, presentó en las postrimerías del siglo pasado, documentados informes al gobierno, tendientes a asegurar la ocupación de estas regiones que denominara “Antártica americana”.

Por su parte, los señores Federico Puga Borne y don Antonio Hu-neeus Gana, en calidad de ministros de Relaciones Exteriores, abor-dan, decididamente la realización de esta idea. El primero y bajo la presencia de don Germán Riesco, dictó un decreto el año 1905, de “concesión en la Antártica” a los señores Fabri y Toro Herrera para explotaciones balleneras, concesión que alcanzó resonancia interna-cional. Como ésta, concesiones posteriores, procuraron el desarrollo de numerosas e importantes actividades industriales, balleneras en su mayoría. En cuanto al señor Huneeus, sabemos que su interés llegó hasta nombrar una comisión abocada al estudio de tan interesante problema, viéndose por desgracia interrumpida su labor a consecuen-cias del terremoto del año 1906.

Debemos agregar por ahora a estos antecedentes, el juicio de tratadistas como don Miguel Cruchaga Tocornal, sostenedor de la te-

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sis; al inteligente abogado don Julio Escudero Guzmán, encargado de la “Comisión de la Antártica”, designada por el Ilustre Mandatario, el excelentísimo señor Aguirre Cerda, autor del decreto supremo de po-sesión, y otros intelectuales igualmente compenetrados de su impor-tancia.

POlÍTICA PESqUERA – ACTIVIDADES BAllENERAS POSIBIlIDADES INDUSTRIAlES – mAgAllANES

Si entre los aspectos que consideramos “Grandes Problemas”, para la zona austral antártica anotamos el de la “colonización” (densi-dad de población), aparejado fundamentalmente al de la tierra (subdi-visión); pensamos, que nadie haya tenido la suspicacia de superponer-nos la pretensión de buscar su solución en base a los buenos cientos de miles de km2,quesignificanelfilóndel “territoriochileantártico”:efectivamente, no es esta ingenuidad, la que ha despertado en noso-tros tanto fervor.19

Razones de otra índole, pero no menos importantes, de inmediato encajamiento y posibilidad en el aspecto “económico” e “INDUSTRIAL” que perseguimos para la zona austral antártica, y particularmente, para Magallanes, aconsejan la estimación de ese sector, entre los grandes problemas en juego.

Bien sabemos que nada puede encuadrar más lógicamente en el desarrollo a que Magallanes aspira: que el de su “industrialización”.

Si sólo invocamos tres de los factores en que puede fundamen-tarse esta tesis, creemos que nadie podrá en principio negar su vali-dez: 1º) “Aumentar las posibilidades de trabajo”: las condiciones de vida a que obligan la actual explotación ganadera (primera etapa de su desenvolvimiento económico), provoca “la cesantía de invierno”, uno de los problemas sociales más agudos que tiene el territorio; 2º) Aprovechamiento de elaboraciones más remunerativas y de mayor se-guridad en el mercado mundial, de las materias primas existentes; 3º) Explotaciónintensivadeltráficointernacionalelqueunidoasusmag-níficospuertos,PuntaArenasespecialmente,yelestrechofacilitanlaextensión del mercado.

Si coincidimos en considerar la “ganadería y forestación”, como ramas típicas en las características económicas de la zona, invariable-

19 Con frecuencia aparecían notas sarcásticas en la prensa magallánica sobre las sugerencias del autor, en relación con la ocupación del territorio antártico.

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mente, hemos sostenido también, su capacidad como zona: “Oceá-nica, marítima pesquera”. Hoy lo repetimos con la más absoluta de las convicciones, estimando que, junto a las múltiples ventajas de su solución podemos señalar como más relevantes e inmediatas, las si-guientes:

a) Industrialización de las incontables y preciadas especies que pueblan los mares de nuestra jurisdicción.

b) Incrementoinsospechadodenuestras“flotasmercantes”, loquehadetraernecesariamenteaparejado, la intensificaciónde la industria maderera y, en especial, de lo que diga relación con los “astilleros” indicados a su formación.

c) Aprovechamiento y estímulo de las extraordinarias cualidades marineras de nuestra gente en especial de los naturales de la provincia de Chiloé.

d) Fomento del mayor aprovechamiento de pieles en relación con las necesidades higiénicas y sanitarias de la zona.

e) Jurisdicción efectiva de nuestra soberanía, sobre zonas va-liosísimas y, hasta ahora, bastante desamparadas en relación con su importancia estratégica.

f) Cobros de impuestos por derechos de pesca.

Si de las razones que damos, es fácil desprender infinidad deotros motivos atendibles, debemos reconocer que dentro del aspecto estrictamente económico y posibilidades del momento, es quizás, el de la “caza de ballenas”, el más conocido más directamente en rela-ción con la parte del problema que sostenemos.

Si algunas estadísticas nos aseguran que ya por el año 1820 sa-lieron sólo de Hull, en Inglaterra, sesenta y dos embarcaciones con rumbo a las pesquerías de Groenlandia, alcanzando millones, los be-neficiosresultantesdehuesosyaceitesdetansimpáticoscetáceos.Si sabemos que más de trescientos barcos pasaban anualmente por el estrecho de Bering, buscando barbas para los corsés de nuestras abuelas y aceite para sus lámparas coloniales. Si se nos asegura que en 1930 se han obtenido dos millones de barriles de aceite a costa de cuarenta mil ballenas; y que según otros cálculos se estima que se han

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cazado 750.000 ejemplares entre los años 1900 al 35 en todos los ma-res del mundo, creemos que hay razón para suponer y sostener:

1. La conveniencia de esta explotación.

2. Laexistenciademagníficosejemplaresdecetáceosennues-tros mares regionales antárticos.

3. La oportunidad recomendable de aprovechar el momento de crisis por que atraviesan los países que más se han desta-cadoenestaslabores,debidoalempleobélicodesusflotasmercantes; como la considerable disminución de las mismas. Circunstancia que demorará, asimismo, la reorganización de estas faenas, cualquiera que sea el resultado o el tiempo que dureelactualconflicto.

Según zoólogos y biólogos, son numerosas las clases de posible aprovechamiento industrial, de estos cetáceos, comúnmente conoci-doscomoballenasycachalotes.Entrandoen terrenomáscientíficodebemos distinguirles en dos clases: las mistacocótas (sin dientes y con bigotes), y las odontocetas (con dientes). Entre las del primer gru-po, o sea, sin dientes, estímanse las más desarrolladas y de mayor va-lor;calificándosedesuperior,la“ballenaazul”(balaenópteramusculs),el más grande de los animales de la época, con ejemplares hasta de 33 metros de largo y un peso de 120 toneladas. Pues bien, la estadística ballenera agrega que tan valiosas especies habitan preferentemente Alaska, Islandia, Japón y CHILE estimándose que de los 17.000 ejem-plares cazados en el período del 34 al 35, el 94% fue obtenido en mares antárticos; es decir, en los comprendidos por nuestras aguas jurisdiccionales.

Si consideramos tan extraordinaria condición en lo que a Magalla-nessignificaporsuvecindad,tambiéndebemosagregarlabondaddeesta industria por la integralidad de su aprovechamiento.

Tenemos que, además, de los aceites extraídos de sus tocinos, carnes y tripas, se aprovechan las carnes desgrasadas como fertilizan-tes o alimentos de otros animales; capítulo de interesante aplicación a los criaderos de zorros existentes en la provincia, lo que permitiría con-cluir la debacle sufrida en los caballares, cuya disminución es cada vez más notoria y fatal. Los huesos, que también son aplicados como abo-no, como para la extracción de aceites, se nos dice que carbonizados ypulverizados,sirvenamagníficaspinturas.Desaparecidoelcorséde

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nuestras abuelas, desconocemos la actual aplicación de las barbas; no obstante, podemos agregar entre otros valiosos rendimientos, el marfil,yeltanjustamenteapreciado“ámbargris”,queauncuandoesuna secreción intestinal, al parecer provocada por irritaciones a conse-cuencias de fuertes atracones de calamares, es convertido en el más delicado de los perfumes.

Estimadas tan concretas valorizaciones, no es raro, pues, que en elperíodoflorecienteaqueestállamadaestaprovinciadeMagallanes,se organizasen nuevas sociedades orientadas a su explotación, emu-ladoras de temerarias actividades, como a las que debemos agradecer hoy, las soberanías ejercidas hace años en distintas tierras y mares antárticos, a nombre de Chile.

En 1904 el gobierno concedió permiso a los señores Eugenio Bois de Chesne y Santiago Edwards, para implantar en la jurisdicción regional la cazadeballenas,delfines ydemáscetáceos,debiendoemplear para ello tres vapores. “Sociedad Austral de Pesquería” fue su razón social, alcanzando particularmente la pesca de focas y lo-bos marinos.

AfinesdeesemismoañolosseñoresAdolfoAndresenyPedrodeBryune organizan la “SOCIEDAD BALLENERA DE MAGALLANES”, de la que debía ser más tarde director gerente don Mauricio Braun. Pues-to de inmediato en acción el vapor “Almirante Montt” construido ex profeso, llegaban al siguiente año las primeras maquinarias de elabo-ración que fueron colocadas en bahía Aguila, poco al sur del faro San Isidro, en donde hasta ahora puede apreciarse el alcance de aquellas instalaciones. Muy pronto, barcos como el “Gobernador Bories” de 3.000 toneladas, el “Almirante Uribe” y “Almirante Valenzuela”, pasa-ron a incrementar la flotapesquera, cuya floreciente actividad logróponderables actividades.

Época de permanentes y atrevidas creaciones, con aromas de leyenda, en este territorio, el “capital”, audaz y visionario, tienta toda posibilidad en sus inversiones. Cuando barcos, hábilmente conduci-dos, y no menos bien secundados por marineros chilotes, se aventu-ran hasta la propia Antártica, donde instalan sus bases en islas como DECEPCIÓNyotras,fielestestigosdesuimborrableesfuerzo;sonsindudaasuvez,lamássignificativaactitud,delaslegítimassoberaníasejercidas por Chile, sobre ese sexto continente, a través de empre-sas por demás elocuentes, de un espíritu emprendedor y progresista. Es en esos años, cuya actividad necesitamos reanudar con urgencia, cuando PUERTO FOSTER en ISLA DECEPCIÓN (62º 45’ latitud S y 60º 30’ longitud Oeste), puede considerarse la verdadera capital del grupo

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de las SHETLAND, invocadas en las “delimitaciones de O’Higgins”, y en que los buques surtos en su rada, todos con nombres de marinos nuestros, predominan, asegurando cordiales, la vida en estos territo-rios bajo el Pabellón de CHILE.

Aun podemos conversar con hombres de esta tierra nuestra, a quienes cupo directa participación en aquella etapa de oro a las acti-vidades antárticas; y cuyo celo de empresa, sólo se vio pospuesto por la “incomprensión de algunas autoridades”20; y el vuelo comercial im-puesto por la guerra del 14, la que como la siguiente, absorbió en gran parte el poder marítimo de que era posible disponer para continuar y extender las operaciones polares, en cuyo programa estaban ya, en aquellos años, ir a la construcción de “factorías chilenas”, en pleno continente antártico.

Charcot, el célebre explorador, con extraordinaria amenidad, noshabladeesaflotillanuestra,queleabastecedelcarbón,peseala escasez que ellos mismos sufren; y reconoce que el mejor buque montado de las compañías allí empeñadas en la caza de ballenas, es el “Gobernador Bories”, al que encuentra rodeado de cetáceos listos para la elaboración.

Recuerda, asimismo, con particular simpatía a monsier Andresen, a quien hemos nombrado entre los organizadores de la compañía, des-pués capitán del buque madre, agregando que en tierra, pudo apreciar el significativomonumento engranitogris, erigidoa lamemoriadelcapitánantecesorenlaflotilla,muertoenesosmaresenplenacace-ría;esquizáselprimertributodeChilealaconquistadefinitivadeeseterritorio.

Hace poco leímos, con la indignación que es de suponer, un artículo del tipo tan majaderamente estandarizado para referirse a regiones como las que hemos venido tratando, es decir, no sólo ex-plicando de la manera más inconveniente sus, a veces, crudas carac-terísticas, sino falseando con imaginación dantesca, sus verdaderas posibilidades. El articulista decía, refiriéndose a la Antártica, entreotros absurdos: “…no hay árboles, ni plantas, ni animales, fuera de algunos insectos de la más baja escala zoológica. Ninguna mujer ha estado jamás en este continente…”, agregaba ingenuamente, como para dar un golpe de gracia al horripilante cuadro de sus vagueda-des. No pensamos tampoco que la Antártica puede tener por ahora

20 Conversaciones del autor con don Mauricio Braun, dueño y organizador de la com-pañía ballenera.

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el sugestionante atractivo del Egipto cuando fue manejado por una Cleopatra, pero de que ha llegado al menos, una mujer, como lo han hecho siempre, compartiendo las gestas creadoras del hombre, aun en las más atrevidas circunstancias, estamos ciertos; pues, allí está también, entre los recuerdos del eminente explorador Dr. Charcot, el que hace de la señora del capitán Andresen, a quien no sólo vi-sita, sino que atiende con el facultativo de la expedición a conse-cuencia de una dolencia que le aqueja: “Dont I’ Indisposition est, trés heureusement, de peu d’ importance…” (“pues la indisposición, es muy felizmente, de poca importancia”, N. del E.)

En 1934, nuevas y posibles iniciativas en las que toma activa partelareconocidayprestigiosafirmaDobertiHnos.dePuntaAre-nas, reanudan las faenas balleneras de la región a base de aquella flotillanórdica–chilenaquellevacomobuquemadreel“PresidenteAlessandri”. Sabemos las gestiones que desde el primer día se ejer-citan entusiastamente por la prensa y autoridades de la provincia, interviniendo en favor de su realización.

Sin embargo, tan promisorias intervenciones estréllanse con la roca tarpeya de los “intereses centralistas”, los que, como en la actualidad, siguen obstaculizando el desarrollo de empresas como éstas,debieranfigurarentrelasbásicasdelaregión.Ypensar,anteestos absurdos, que Noruega, pequeñísimo país, contaba ya en 1917 con 3.270 naves y un total de 2.218.000 toneladas.

La suspensión de las faenas balleneras ha abierto un paréntesis penoso en las actividades nacionales en esas latitudes; la necesidad, conveniencia absoluta, obligación patriótica, de cerrarlo. El mejora-miento en los medios de comunicación, el casi exacto conocimiento delospuntosderecaladaenaquellosconfines,comoislaElefante,puerto Foster en Decepción, etc. la necesidad de abordar seriamente estudios meteorológicos y oceanográficos como preparación y ayuda alasgestioneseconómicasquepropiciamosplantean,definitivami-sión, a nuestras fuerzas militares, navales y aéreas. El imperativo his-tórico de la celebración centenaria, obliga asimismo, para que dichas instituciones auspicien todo interés, procurando realzar como magno homenaje, UN VIAJE DE SOBERANÍA, digno de la gran epopeya que significarálatomadeposesióndelestrecho.

Desde luego y, como mera información adelantada a esta idea, queojaláprendaenel espírituaudazdenuestrosoficialesy tripu-laciones, podemos establecer que la isla ELEFANTE, de simpática recordación en los anales históricos de nuestra marina, que situada en las inmediaciones sur del paralelo 61º, paralelo al norte en el que

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Argentina, mantiene una estación meteorológica en las islas Orcadas. Bien podríamos nosotros, sin gran esfuerzo, pero en distinta latitud, enlazar esta red meteorológica con personal de la Marina y Aviación, llamadas como nadie a completar y mantener lo que a CHILE está reservado en la TIERRA DE GRAHAM.

Cuando hace algunos años iniciábamos nuestra tesis política, que hemos denominado, de la “ZONA AUSTRAL ANTÁRTICA”, como consecuencia inmediata de los innumerables problemas observados a través de su desarrollo histórico, sabíamos de antemano, la impo-sibilidad de escapar a dolorosas incomprensiones; quizás, si hasta críticas tendenciosas, y en todo caso, a la insalvable mordedura de loshumoristas,siemprefinosensuaccióndemoledora,comocorre-dizos en la brecha de las grandes realizaciones.

No podemos decir que por ello, dudáramos de las afirmacio-nes de aquellos primeros planeamientos, de lo que hoy se ha hecho para nosotros: “Una doctrina”. Sin embargo, es grato recordar, en-tre los estímulos de esta primera etapa, al excelentísimo mandatario tan prematuramente desaparecido, el señor Aguirre Cerda, en cuyo reposado criterio encontramos siempre el más decidido apoyo y es-timación a los puntos que veníamos sumando a esta tarea. La nueva presencia del Primer Mandatario, excelentísimo señor Juan Antonio Ríos, es ahora, actitud promisoria a la feliz continuación de esta em-presa.

Con este ensayo, compleméntase en cierto modo, el ligero es-bozo de la zona que hemos procurado –en estudios y publicaciones anteriores–, ycuyoenmarcamientogeográfico,consistenciageoló-gica, climatológica, producción, etc., y muy especialmente, sus pro-blemas y antecedentes políticos, económicos, sociales y militares, obligan a consideraciones de excepción en su manejo.

No pensamos que las limitaciones, de obligado encuadramiento al tema en una síntesis como ésta, hayan permitido una exposición, lo suficienteclarayatractiva,comoparadar–fundamentossuficientes–a la conquista de nuevos adeptos: o a la señalización de sugerencias contrarias, pero concretas y estimables como corresponde a la crítica deunatesis,queprocuramosrespetuosa,ordenadaycientífica.Entodo caso, dará honda satisfacción a nuestro esfuerzo el haber logra-do al menos, una inquietud, un interrogante, frente a espíritus mejor dotados, para llevar adelante estos sanos propósitos, hasta obtener algunas de las modelaciones, conquistas indispensables como ur-gentes, a la grandeza de estos territorios.

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El VIAJE DE lA YElCHO

“ZONA AUSTRAL ANTÁRTICA” es la razón social de esta tesis, patria,sufinalidad;y,Yelcho,vibrantevozaborigen,elnombredeunrío en la región en que hemos limitado esta zona por el norte; y yelcho, lo es también, por feliz coincidencia, el nombre, de aquella escampavía de la Armada Nacional, cuya epopeya quiero invocar como expresión finaldeesteestudio.

Corríaelaño16,cuandodebimoscumpliroficialmentealgunasgestiones a su bordo –y hasta aspirar a un puesto– dando curso a re-accionesespiritualestanafinesaesaedad,enquesellevasobreloshombroslaprimeraestrella,yenelcorazón,lasmáspurasafloracio-nes de la responsabilidad ciudadana.21

Formabacomosubtenienteen lasfilasdelyahistóricoBatallónMagallanes, agrupación fundadora de nuestras actuales unidades (Re-gión Militar Austral), cuando en agosto de ese año, despedimos a las tripulaciones de la “yelcho” y a su capitán, no sin dejar de lamentar la falta de espacio en tan diminuto barco, para haberles acompaña-do; pues, aquel estaba reservado a los más prácticos en faenas como exigía la empresa, y al acomodamiento de los náufragos que se debía auxiliar en isla Elefante.

Realizada la hazaña, acudimos a estrechar la mano a ese distin-guido amigo que fuera el Piloto Pardo, quien, en su acostumbrada sen-cillez, nos parecía como temeroso de merecer los agasajos justicieros, con que la población de Punta Arenas lo recibiera triunfalmente.

Cuatro años más tarde, pero ahora comandado en Londres –una nueva y feliz coincidencia–, nos lleva en compañía, de ese gran minis-tro que fuera don Agustín Edwards [Mac Clure], invitados por el propio Schakleton, y ya viejo amigo, a oír, en uno de los más importantes teatros de esa capital, una de sus interesantísimas conferencias, en las que, acompañándose de vistas luminosas, mostraba con bien sentidas palabras, su afecto y reconocimiento a este país lejano, que señalado a grandes destinos y, enmarcado en la ANTÁRTICA, se llama CHILE.

Allí,geográficamentelejosdelapatria,peroespiritualmentemásadentrado en ella, comprendimos toda la intensidad de su grandeza, su destacada misión continental, como la necesidad de luchar por tan elevados ideales.

21 Como ayudante de la unidad, debimos cooperar, a la organización de la expedición de salvataje asunto al que se volcó, espontáneamente, la unanimidad del sentir de la ciudadanía magallánica.

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CONClUSIONES

Analizando las posibilidades económicas de la zona, la he-mos clasificado en las proposiciones de “estructuración política yadministrativa”22 como “zona ganadera, forestal y pesquera”. Cierta-mente, si los primeros renglones acusan un potencial sorprendente por sus proporciones y calidad, en nada desmerece la incalculable –“riqueza pesquera”– ofrecida por los mares (ríos y lagos en el futuro), desdeloscanalesdeChiloéalosconfinesantárticos.

Si hemos sostenido que, señalada parte de la grandeza y por-venir de Chile, está en el mar, pocos sectores nacionales, ofrecen a la fecha, un cuadro más absurdo y desalentador, si se relacionan las condiciones de su actual explotación con las posibilidades incalcula-bles que encierra. Pesca, es uno de los resortes económicos, llamados a un mayor desarrollo como aporte al incremento de: una “poderosa marina mercante” y de la “industrialización” que la región exige, como fundamento esencial al refuerzo de su natural crecimiento. Sabemos que desde hace algún tiempo los gobiernos vienen empeñándose en dar solución integral al “problema pesquero”, y es por ello, que resalta la escasa participación que hasta ahora ha correspondido a una zona como ésta, en que sus características le señalan como, esencialmente marítima, y por ende, pesquera.

Hondamente penetrados de la necesidad de abordar, con severi-dad y urgencia, este problema innato, a la importancia que hemos pro-curado esbozar, repetimos, parte de una comunicación enviada hace tiempo a un alto funcionario, cuya responsabilidad, estimábamos en directa relación con el tema:

“ASUNTO PESqUERO”

“Sin dejar de reconocer la importancia de otros problemas como el agrario (tierras), forestal, etc., concernientes a esta zona, creemos que el “pesquero”, es uno de los más urgentes para aprovechar la situa-ción mundial del momento, procurándole un máximo desarrollo. Sólo a través de este capítulo podríamos aprovechar lo que valiosamente ofrecen a nuestros derechos, el “territorio y mares antárticos”. Si revi-sáramos los miles de barcos de diferentes naciones que han poblado estos mares, dedicados a la pesca de ballenas especialmente, como

22 “Zona austral antártica”. General Ramón Cañas Montalva, op. cit.

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asimismo, las grandes sumas ganadas por países como Noruega, jun-to a la formacióndeflotasmercantes, sorprendentesenproporcióna su tamaño como país, “debiera avergonzarnos de ser sus dueños y vecinos más inmediatos”. Solamente por razones de “derechos de pesca” en estos mares, Chile ha dejado de ganar, fabulosas sumas.

“Creo, pues, llegado el momento más indicado para su explo-tación, aprovechando que los países hasta ahora interesados, han retirado sus actividades con motivo de la guerra. Si Chile pierde esta ocasión para concretar sus derechos en la Antártica, a través de cuanto decreto gubernativo pueda involucrar este término “AN-TÁRTICA”, hasta generalizar el concepto de su “concreción geográ-ficanacional”; si retarda laoportunidadpara iniciarestudiosocea-nográficos (aprovechamiento de barcos como el hidrógrafo, “VidalGormáz”); si no inicia de inmediato una política naviera orientada a formarunagran“flotapesquera”,aprovechandolosmateriales(mi-nerales, maderas) abundantísimos que hay en la zona, como, asi-mismo,elmaterialhumano,demagníficosmarineros,comosonlospobladores de este archipiélago se habrá perdido la más significativa de las oportunidades”.

“Por último, una ligera apreciación sobre las proporciones alcan-zadas por esta industria en las latitudes que señalamos, podrá servir quizás como mejor estimulante a las ya bien repetidas sugerencias de nuestra parte. Uno de los miembros del ‘Discovery II’, barco oceano-gráficodel tipoquenecesitaríamosenesta regiónpara losestudiosque tan importante rama exige, comenta al respecto:

Para 1912 el número de pequeños barcos conocidos como ba-lleneros en el lugar, dice, se eleva a 21 en South Georgia y 32 en las islas Shetland. La industria en aquellas tierras había llegado a ser la más grande del mundo, posición que mantiene en la hora actual. Desde 1909 a 1917 se produjeron más de tres millones de barriles de aceite, avaluados en más de tres millones de libras esterlinas. En los años siguientes la industria recibió un impulso más potente aún, y en la sola temporada de 1928-1929 dio un millón cuarenta y siete mil barriles, avaluados en la suma de cinco millones quinientas trece mil libras”.

Además, si en diversas oportunidades hemos destacado la im-portancia siempre creciente de las vías marítimas “austral–antárticas”, señalando en ellas, las rutas, canales y estrechos que forman un siste-ma con el de Magallanes, con idéntica razón queremos adelantar hoy, debidamente pesada la importancia y porvenir reservado a las “rutas aéreas”, en directa relación con lo que a la zona corresponde, como

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“unadelasllaves”demayorsignificaciónaldominioaéreoymarítimodelazonaconjuncióndelostresgrandesocéanos:Atlántico-Pacífico-Antártico.

Si el Ártico ha pasado a ser, mediante las solas exigencias ope-rativas de esta guerra, una especie de “mar aéreo interior”, para las comunicaciones entre los cabezales norte de los continentes europeo, asiático,americano(Alaska),nadapuededejardesuponerlasignifica-ción de la “Antártica”, como ruta obligada, a las líneas aéreas que en un futuro no lejano, tengan que buscar, por razones comerciales o de defensa, vías directas a Australia y Nueva Zelandia.

Los rusos, con extraordinaria clarividencia, nos han dado un ejemplo muy digno de estimar cuando han sostenido: “La gran ruta septentrional es la llave de todos los problemas económicos y cultu-rales del norte”. O’Higgins, como bien lo sabemos, ya lo predijo hace cien años para las rutas marítimas de este sector; lógico, resulta, en consecuencia, considerar y extender sus posibilidades en el hemis-ferio meridional, de acuerdo con lo que la técnica y la velocidad nos está mostrando, y máxime, si consideramos que la Antártica, es una concrecióncontinental,cuyasuperficiefirmeseestimaen14millonesde km2.

Incontables motivos darían pie para extendernos sobre el gran futuro y extraordinario valor de las regiones por ahora heladas, y cuya incorporacióndefinitiva,peropositiva,reclamamosparanuestropaís.Razones estas, comerciales y estratégicas a la vez, ya que no es po-sible separar ambos considerandos, cuando se atiende al progreso, o a la defensa militar de una zona. Sin embargo, el mero propósito de síntesisinformativadeesteestudio,nosobligaaposponertansignifi-cativas consideraciones, con la esperanza al menos, que su verdadero valor, ha de ser captado con largueza, por quienes tengan más adelan-te la responsabilidad nacional de considerarles en toda su propiedad.

Si hasta ayer el Cabo de Hornos constituía la enmarcación corrien-te de nuestras habituales preocupaciones, el siglo que termina, con la celebración centenaria de nuestra visionaria ocupación en FUERTE BULNES,debesignificar,asuvez,lainiciaciónprogresistaeinconte-nible de nuestros esfuerzos en pro de la seguridad y grandeza CONTI-NENTAL hacia las regiones ANTÁRTICAS, llamadas a jugar inequívoca participación en el promisorio futuro de nuestra AMÉRICA.

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fRONTERAS. lA POlÍTICA INTERNACIONAl DE CHIlE fRENTE A lOS ImPERATIVOS gEOPOlÍTICOS DESPRENDIDOS DE SU

TRASCENDENTE POSICIÓN EN El PACÍfICO SUR ANTáRTICO

Consecuente con su visión de la geopolítica no sólo como saber teórico, sino como aplicación práctica a la política, Cañas Montalva describe en la Revista Geográfica de Chile Nº 17, 1959, pp. 112-120, los aspectos principales de su proyección geográfica en el escenario mundial aplicables a la política exterior chilena.

Como hemos dicho anteriormente, Cañas Montalva (29.12.1948) argumentó que Chile tendría un rol de “pequeña” potencia y democrá-tica, en el Pacífico sur. Explicó esto meses antes diciendo que este rol se basaba en su compromiso con la defensa de occidente, pero tam-bién con las necesidades y obligaciones de su posición geográfica. Bá-sicamente postuló en otro texto que sería consecuencia simultánea de la centralidad del Pacífico en la política mundial; de la duplicación del litoral por la incorporación del Territorio Antártico Chileno, y finalmente por la hegemonía de hecho producida en torno a los pasos marítimos. (Cañas Montalva, 09.03.1948).

Por el general RAMÓN CAÑAS MONTALVA

“El Estado soberano es, por lo menos en sus principios, fuerza organizada. Su historia comienza con la guerra. Por esta razón sus fronteras son FRONTERAS ESTRATÉGICAS”. [Strautz-Hupe]

Uno de los procesos más notables en la evolución política de los estados es el que presenta la consolidación de las “FRONTERAS”. Desde la vaga delimitación que caracterizó el espacio territorial, de nú-cleos geohistóricos importantes en la antigüedad, con raras excepcio-nes, como es el caso de la “Muralla China”, o el concepto de “Frontera Militar” a lo Vauban, sólo, con el advenimiento de los estados como una de las más vigorosas consecuencias de la Revolución Francesa, y su corolario, las intenciones hegemónicas de Napoleón, las fronteras

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empiezan a adquirir el múltiple valor y trascendencia política que hasta el momento desempeñan como uno de los órganos más sensibles a toda nacionalidad.

Posteriormente, y al tenor de las concreciones que van dando relievecientífico,comoprácticaaplicaciónalasdisciplinasgeográfi-cas, podemos decir que con Ratzel el concepto de frontera adquiere definitivo interés, por el análisis y discriminación, a que obligan losmúltiplesycomplejosfactoresquecadavezinfluyenconmayorfuerzaen la vitalidad que hoy les caracteriza, y por consiguiente, la delicadeza de su delimitación. Ratzel, al considerarles entre las acuciosas obser-vaciones contenidas en su “politische geographie” como inseparable de la existencia de los estados, les relaciona directamente, a lo que señala como “Leyes de crecimiento de los estados”, estableciendo concretamente: “La FRONTERA es el órgano periférico del Estado” (reflejanosólosuseguridadsinosucapacidaddecrecimientoodedisminución).

Geógrafos como Brunhes, Vallaux, en Francia; Holdich en Ingla-terra, de tan notoria recordación para nosotros; políticos como Lord Curson, etc., se abocan a su estudio, aportando desde principios del sigloobservacionesmásquesuficientesparapoderdeterminarunaclara concepción sobre su complejidad y trascendencia, por su par-te de quienes singularmente, como los miembros de organismos di-plomáticos, de la Defensa Nacional, etc., tienen la responsabilidad de asegurar su delimitación (trazado), como el sostenimiento y resguardo que impone su inmediata relación con la soberanía.

Las notables concepciones biológicas del estado planteadas por Rudolf Kjellén, catedrático de la Universidad de Upsala (Suecia), que considera al Estado como un ser vital, sometido a procesos como el de crecimiento y muerte, concretado en el medio y la raza, y a quien agitanoestimulan,conflictosdesupervivenciaen losqueseseñalapreferentemente la acción de fenómenos económicos, sociales y de gobierno; dan margen a que la geopolítica les considere de manera especial, hasta alcanzar con el general Haushofer a través de su cono-cida obra “Grenzen” (1927) apreciaciones sorprendentes sobre el dina-mismo y trascendencia en ellas sintetizados en directa concordancia con el progreso y destino de toda nación.

Determinantes insalvables a la vida de los estados, como el valor geopolíticodelaposicióngeográfica;laextensiónoespacio,quedaríaen la Alemania hitleriana expresión y fuerza a la teoría del “espacio vital” en que los postulados nazistas asientan las pretensiones hege-mónicas de dominio; la forma territorial; la existencia de recursos na-

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turales; densidad de la población, etc., contribuyen a acelerar una más definidaconcienciageográficayconella“fronteriza”,particularmenteen pueblos conscientes del poder que determina el mantenimiento in-tegral de una soberanía implicada a su vez con fenómenos espaciales en lo regional, continental o mundial.

Un autorizado autor advierte: “…Las leyes de Ratzel estaban ma-nifiestamentehechasalamedidadelosrequerimientosdelimperialis-mo alemán…” .

Hablar en suma de “fronteras”, o de “política fronteriza” es hablar de “política internacional” en sus aspectos más trascendentales, toda vez que ello implica la delimitación del TERRITORIO como asiento bá-sico a la nacionalidad; y por consiguiente, al resguardo de la integridad, o SOBERANÍA. La geografía política desde su estructuración como unade lasmássignificativasdisciplinasde lascienciasgeográficas,considera la “frontera”, no sólo en íntima relación con los problemas inherentes a su delimitación física en el terreno, sino a la vez con las alternativas cada día más complejas que les afectan dentro del pro-ceso político del crecimiento de cada Estado, a través de fenómenos: económicos, culturales, ideológicos, sociales, estratégicos, etc.

El notable acrecentamiento de su importancia, como la extrema delicadezadelosasuntoso“problemas…”queaellaserefierenes-pecialmente en función de la seguridad, defensa y destino mismo de todanación,hanobligadoaquela“geopolítica”,disciplinasignificati-vamente abocada al análisis y orientación de la “política exterior”, de especialénfasisalaconsideracióndeaccidentesgeográficos,ovalo-res políticos, económico, etc., en relación con la determinación fronte-riza, haciendo de su estudio uno de los capítulos más penetrantes.

No obstante junto a la severidad que su estudio impone, encontra-mos como noticia repetida por autores de tipo “nazionalista”,23elaflo-ramiento de ideas tendenciosamente orientadas a falsear en mucho lo que Ratzel señala, o sugiere, en los extensos capítulos consignados a su saber. Uno de los ejemplos más inmediatos obsérvase en las pro-yecciones adquiridas por la acción violenta que el Nacional Socialismo

23 El autor lo escribe con toda intención de esa forma para significar que son autores nacional-socialistas alemanes. N. de la R.

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insuflóasupolíticafronterizaduranteladictadurahitleriana,yque,ennopocosaspectos,hemosvistoreflejadaenactitudesvecinas.

Desdelosreducidosángulosdenuestrainfluenciapolítica,hemosprocurado señalar algunos tópicos fundamentales a la creación de una “conciencia nacional fronteriza”, como, a estimular a la vez el sentido de responsabilidad, tan necesario en quienes tienen –hombres y orga-nismos públicos– la suprema obligación de considerar tan candente “problema” entre los asuntos más determinantes a la vida misma de la nación, toda vez que la ciudadanía, por naturaleza conformista y crédula,daporanticipadalaenterezamoral,ylaeficienciaquedebedistinguir a quienes se entrega la señera tarea de su trazado, aprove-chamiento y defensa.

De ello nacieron apreciaciones que, concretadas como “tesis”, sostienen la necesidad de imprimir un concepto dinámico a lo que debe estimarse como seguridad nacional en función del progreso in-tegral de Chile; y por consiguiente a la consolidación y manejo de su FRONTERA. Ideas expresadas en algunos títulos como: “Política del PACÍFICO”; “Afirmación del Territorio ANTÁRTICO”; “Estabilizaciónde la FRONTERA con ARGENTINA”; “Flexibilidad de la frontera Perú-boliviana en función de una acción común en el PACÍFICO”; etc., obe-decenatalfinalidad.

Después de dos lustros de sugerencias especialmente a través delaspáginasdelaRevistaGeográficadeChile“TerraAustralis”pa-rece oportuno concretar, en ligera síntesis, y bajo el concepto de lo quedebesignificarunverdaderosentidodelaFRONTERA,elespíritude estas actividades; como destacar la utilidad del mapa de Chile en funcióndelPACÍFICO,quehaservidodegráficaexplicacióna talesteorías, mapa que muéstrase como portada del número 17 de la mis-ma revista.

En septiembre de 1948, como una más concluida intención de lo que había sido la “Revista de los Destacamentos Australes” fun-dada en Punta Arenas en 1934, entregóse a la consideración de la ciudadanía el primer número de la REVISTA GEOGRÁFICA DE CHILE “TERRA AUSTRALIS” inspirada en el primordial objetivo de contribuir a formar una más objetiva y realista “CONCIENCIA GEOGRÁFICA NA-CIONAL”, como lo habíamos sostenido desde la Dirección del Instituto GeográficoMilitarenlapublicacióntitulada:“Misióngeográficanacio-nal”. Vigorizado el propósito desde el Comando en Jefe del Ejército, se funda “BASE O’HIGGINS” en la ANTÁRTICA, y se publica la obra

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“BASE O’HIGGINS”. Posteriormente a través del Comité Nacional de Geografía, Geodesia y Geofísica, y expresamente de la propia revista geográfica,seatiendealadivulgaciónqueexigenlosproblemas“fron-terizos” que afectan al país.

Es indudable que por mucho que se aspire a mantener total in-dependencia en la emisión de juicios, que quisiéramos los más pon-derados, como debe ocurrir en el trato de asuntos de trascendencia nacional, necesariamente llégase en su elaboración al empleo de án-gulos o de filtros, enmayor concordancia con los hechosquemáshan impresionado nuestro espíritu; de ahí que, por razones primarias de responsabilidad en lo territorial como ocurre a las tareas militares, hemos debido considerar fundamentalmente los graves errores come-tidos en la apreciación, manipulación y defensa, de lo que a CHILE ha significadoysignificaen laactualidadsu“TERRITORIOGEOGRÁFI-CO”, y por lógica, la determinación de su “FRONTERA”.

No basta en la consideración de cuanto oculta la grandeza de un pueblo el tener intuitivamente un “sentido territorial” como ocurre sin lugar a dudas con la casi unanimidad de los que sienten el divino “amor patrio”, o el orgullo de la tierra en que reposan las cenizas de los antiguos antepasados…; no, el asunto es más amplio, más complejo, y por lo tanto más serio. Por ello, no obstante la tonalidad con que se ha mantenido el tradicional espíritu de la nacionalidad –sentido del honor tan caro a la dignidad de un pueblo viril y caballeroso como el nuestro–, es posible observar en determinados grupos la constatación de actitudes, particularmente ingratas en asuntos que dicen relación con el delicado “PROBLEMA DE LAS FRONTERAS”.

Ha faltado, como falta hoy, considerar en su máxima amplitud que si bien la frontera es una zona de “interpenetración”, en la que sin duda hay conveniencia en facilitar cierto tránsito –intercambio que difícilmente asegura el equilibrado progreso de los sectores en juego–, la frontera es por sobre todo: “Límite de separación insalvable a los dictados políticos de toda soberanía”; es decir, al más ponderado im-perativo de la nacionalidad.

Invariablemente afluyen a ella con notoria gravitación las hastaahora presiones y luchas, particularmente “ECONÓMICAS”, proceso a través del cual cada pueblo busca asegurar su mayor progreso; o la potencialidad…, llamada a determinar ventajas, o “posiciones hege-mónicas”…

Es ilusorio considerar, solamente en prácticas fronterizas, aspec-tosestrictamentelocalescomolafijaciónmatemáticadellímitemismo,si se advierte la complejidad de los valores que inciden en su consti-

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tuciónydinámica,comolainfluenciadepotencialesencontrados, lasituación geográfica regional, continental, omundial que la fronteraexpresa, etc.

En el delicado dinamismo que caracteriza su condición de “órga-no periférico del Estado”, resalta la misión POLÍTICA de la FRONTERA; imperativo que no admite contemplaciones, dentro de lo que el DERE-CHO asigna a una nación soberana como la nuestra. De ahí la nece-sidaddeconsideraryprevenir, la funesta influenciadefactoresmásflexiblesoacomodaticiosainteresesqueporlogeneralnoconcuerdanestrictamente con las verdaderas conveniencias nacionales. Así ocurre con prácticas comerciales o de tipo económico, las más influyentes en la época actual.

No debemos olvidar que si en épocas pasadas la frontera corres-pondía por lo general a un “espacio vacío”, las de hoy debemos con-siderarlas entre los “órganos vitales” de todo Estado. Es así como al-gunos autores destacan como Strautz-Hupe, el valor militar, lo que en nuestro particularísimo caso no hemos querido analizar expresamente para evitar suposiciones tendenciosas. Strautz-Hupe asegura con no poca razón: “El Estado soberano es, por lo menos en sus principios, fuerza organizadora. Su historia comienza con la guerra. Por esta ra-zón sus FRONTERAS son fronteras estratégicas”.

UnaPOLÍTICADEFRONTERAS,definidamenteorientadaaasegu-rar para CHILE las posibilidades apenas sospechadas de lo que habrá de ofrecer en cuanto a MERCADOS la aún virgen órbita del PACÍFICO, obliga a proceder con extraordinaria visión y gran cautela; de manera no sólo de resguardar para el país sus ventajas, el tiempo al menos indispensable, para formar conciencia nacional en función de tales ex-pectativas,yprocederalaestructuración(planificación-organización)de los elementos llamados a servir una “POLÍTICA DEL PACÍFICO”.

Lainsistenteinestabilidadunidaafluctuacionesdesorprendenteenvergadura, que caracteriza, el “juego de valores”, tangibles como intangibles, actuantes en la “dinámica del PODER”, imponen, una per-manente y a veces atrevida revisión de tales valores; máxime si se considera que el “PODER”, es una resultante relativa entre factores permanentescomolosgeográficos,habilidaddesuempleoyorienta-

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ción política hacia el futuro. De ello particularmente deriva la búsque-da de una nueva disciplina, o ciencia, que abarque el estudio integral de tan complejos fenómenos básicos a la existencia misma del Esta-do; ciencia prácticamente orientadora de las relaciones exteriores. La “GEOPOLÍTICA” parece hasta ahora la disciplina que mejor conjuga estas exigencias sirviendo a la responsabilidad de estadistas, políti-cos, estrategos, economistas, etc.

Resultan en consecuencia, indispensables las advertencias que procuramos en una época que apreciamos favorable al resurgimiento de manifestaciones y prácticas de un “mercantilismo” orientado –pese a los acuerdos y conferencias disimuladoras–, al logro de ventajas, he-gemonías o dominios, como el que vemos gestarse en este rincón del continente. Región “crítica”, por el valor y la trascendencia “GEOPO-LÍTICA” que encierra en función de América y del mundo, dados los enlaces intercontinentales a que está llamada por su excepcional “po-sicióngeográfica”,especialmentecuandoseincorporenalageografíadelascomunicaciones,lasregionesdelPacíficosurylaspolaresdela Antártica; por su extensión; características estructurales; materias primas contenidas (minerales estratégicos, petróleo, carbón, etc.); ca-lidad humana; organización política; etc.

Sabedores del escepticismo que caracteriza a quienes sólo con-vence lo que se asegura en otras partes o por autores extranjeros procuraremos reforzar nuestras observaciones con opiniones que fa-cilitarán el comprender el “cuadro que a Chile se presenta en directa relación con los fenómenos o procesos señalados”.

Edmund Silberner sintetizando en sus interesantes investigacio-nes las características de este “mercantilismo” que vemos apasionar la disputa, aunque disimulada, de valores, algunos inéditos, existentes en el seno continental, especialmente en esta parte de América, expresa: “Todo el mercantilismo se encuentra dominado y dirigido por el factor guerra. Se puede decir, sin exageración, que sus representantes están sugestionados por el mismo. Cualquiera que sea el problema econó-mico que traten, sus razonamientos y sus conclusiones son dictadas por preocupaciones de puro orden estratégico… El mercantilismo es irreconocible sin su espíritu guerrero.

Hay personajes cuyo conocimiento público es menor a su valer intelectual y protagonismo público. Uno de ellos es el ex Comandante en Jefe del Ejército, Ramón Cañas Montal-va (1896-1977), cuyo nombre es bien conocido en círculos de estudiosos, geógrafos y geopolíticos por su interés por la Antártica y la proyección marítima de Chile.

El general Cañas Montalva anticipó el desplazamiento del eje de la política mundial. Bajo esta visión promovió ante el Ejecutivo la presencia de Chile en el continente helado, siendo un impulsor decisivo en la declaración del Territorio Antártico Nacional.

Todo ello se vertió en una fecunda docencia e influencia que nutrió la cátedra de Geografía Militar, la misma que agregó formalmente la materia de geopolítica en la Aca-demia de Guerra del Ejército en 1955, que se venía ense-ñando desde 1951 como contenido. Ello le incluye, por esa vía, como uno de los clásicos del pensamiento del Estado Mayor chileno, junto con los generales Bernardino Para-da Moreno y Manuel Montt Martínez, quienes también han sido, en épocas recientes, objetos de reediciones de sus escritos.